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El Sistema Educativo Paraguayo, Realidad y Desafío

El Maestro, principal agente de la Educación


En la cuestión de quiénes somos recae toda la problemática de nuestra
identidad cultural como nación. Por ello, definir esta proposición es fundamental
para establecer la educación que queremos o la que necesitamos.

Pero a más de 200 años de la proclama de nuestra independencia,


todavía no hemos dado con una respuesta a esa pregunta. O en lo peor de los
casos, cómo cimentar una identidad, si nuestro país ha vivido un sinnúmero de
desgracias. Lo que ha llevado a desarrollar, entre sus ciudadanos, una actitud
pesimista y fatalista de la realidad.

¿Pero es verdaderamente necesario encontrar una respuesta a quiénes


somos?

Posiblemente no. Ya que en realidad ninguna nación del mundo tiene


una respuesta bien definida sobre dicha cuestión.

¿Y entonces cómo seguimos …?

Probablemente no exista una respuesta a aquella problemática


trascendental sobre quiénes somos. Por ello es momento de parar el llorisqueo
y, de secarnos las lágrimas de la cara como nación, y hacer algo más práctico.
El de construir o proyectar la identidad del país que queremos, por ejemplo. Ya
que no podemos perder el tiempo, en girar siempre sobre nuestros pasos y
lamentarnos por un pasado que ya no se podrá reparar.

Necesitamos entender que nadie puede cambiar el pasado, y, por ende,


luchar por las acciones que ya pasaron, no tiene ningún valor

Ciertamente necesitamos reconocer que somos históricos, lo que


significa, que participamos en un tiempo que se va siendo y que no se detiene.
Entonces por qué luchar contra todo ese pasado, por qué querer cambiar una
realidad que no necesita ser cambiada, pero en cambio, sí ser transformada.

Y para construir esa nueva identidad, podemos partir de lo que proclama


el Plan Nacional de Educación 2024, el de hacer un nuevo contrato social. Es
decir, tenemos que hacer un alto, y sentarnos a dialogar en serio sobre
nosotros mismos y sobre lo que queremos y lo que en verdad importa. Solo así
lograremos comprender y eliminar nuestros estigmas históricos y proyectar un
nuevo camino para nuestra nación.

Este nuevo contrato social es fundamental para proyectarnos de manera


práctica hacia la nación que se está promoviendo en el Plan Nacional 2030.
Para lo cual, se necesita de todos. En donde cada uno tomemos conciencia de
que este país es nuestro y somos los que estamos disfrutando de sus
beneficios y maleficios.
El Sistema Educativo Paraguayo, Realidad y Desafío

La educación, y dentro de ella, los educadores son los que tienen la


posibilidad de formar y permitir a que los educandos se reconozcan como
cuidadnos responsables y parte de la nación. Son los maestros los
responsables en hacer que los ciudadanos tomen conciencias de su rol y su
ser siendo en este país, por lo tanto, de sus capacidades creativas y
transformadora, para posibilitar ese nuevo contrato social.

Los docentes debemos entender que nuestro verdadero poder está en


que somos capaces de moldear la conciencia de nuestros alumnos. Y si, hasta
ahora no ha pasado nada de eso, y no vemos a ese ciudadano íntegro, capaz
de transformar su entono, fundada en una vida digna y libre, entonces es que
estamos fallando con nuestro rol. Es decir, sí seguimos viviendo en una nación
empobrecida, discriminativa y hasta zombificado, es porque en verdad estamos
fracasando con nuestra gestión.

Nuestro protagonismo como agente pedagógico que posibilita el cambio


de conciencia, es claro. Pero, como lograr dicho protagonismo si nuestra mayor
debilidad está en que también somos partes de esa ciudadanía zombificada.
Zombificada, en la mayoría de las veces, por intereses extrañas a nuestra
historicidad. A quienes no les interesan o les importan que nos revistemos de
una formación eficaz y de calidad, que promueva el surgimiento de ciudadanos
honrados y virtuosos.

Tenemos que tomar conciencia que nuestra nación está a la deriva, y si


se mantiene así, es que existen entidades que se están beneficiando de ello.
Es decir, exciten muchos intereses económico exógenos (corporaciones,
bancos, empresas, etc.), a quien no le interesa que el Paraguay tenga una
conciencia de sí mismo o una autonomía real. A estas entidades les convienen
que nuestro país esté siempre en este estado de letargo, en donde, sus
ciudadanos veamos fantasma en todas partes, distanciándonos del problema
real e imposibilitándonos reconocernos como familia en una gran nación.

Todas las propuestas del Plan Nacional 2024, por cierto, muy acertado
para enfrentar a los desafíos de este nuevo milenio, no tendrá la fuerza
suficiente, si se desenvuelve en medios de individuos que no se reconocen así
mismo como personas íntegras, que no se miran a los ojos y que no tomen
conciencia de su presencia. En donde tampoco no tomen conocimiento de que
el uno influye sobre el otro y en que sus creencias son esenciales para el logro
o el fracaso de su existencia.

La educación, la que apunta a emancipar, la que forma una conciencia


crítica, la que busca una praxis pedagógica que facilita la desalienación de las
personas y de la sociedad, es fundamental para que se actualice en nuestro
país ese nuevo contrato social.

Pero no necesitamos de aquella educación que respondes a intereses


mezquina y sectorial, que busca formar a nuestros hijos, nuestros tesoros, en
mero peones de sus empresas, deshumanizándolos totalmente.
El Sistema Educativo Paraguayo, Realidad y Desafío

La educación no puede formar solamente a trabajadores. Esto es tirar a


nuestros hijos a boca de lobos. La educación tiene que formar a hombres y
mujeres libres, activos y trasformadores de su entorno. Pero, sobre todo, debe
promover una formación, que les permita a las personas reconocer el
andamiaje de que está formado este universo, para que cada una de ellas
puedan recrearlo en todos momentos y en todos los niveles en entorno social.
Solo así se logrará su verdadera libertad individual, social, política y económica
en los seres humanos.

¿Y entonces qué…?

Si… son los educadores, los que tienen que redefinir su rol. Ellos, tienen
que entender su misión fundamental de formadores de la generación más joven
de su nación y no de delincuentes juveniles. Son los maestros la parte adulta
que tiene que reorientar todas esas informaciones que tienen frente, hacia un
nuevo contrato, que valores una nación libre, creativo, emprendedor y solidario.
Y con ello lograr que esa travesía de sus formando, por esta historia, sea lo
más placentero posible

Si… una verdadera reforma en la educación paraguaya tiene que partir


en la construcción de un nuevo contrato social. Y esto se va a lograr con el
reconocimiento del maestro, como verdadero agente de la educación.
Invirtiendo de verdad en su formación, valorando y reivindicando sus derechos
sociales y económicos. Posicionándolos dentro de los status más delicado y
selectivo de la sociedad.

De esta manera se logrará dar reconocimiento merecido a los


profesores, que son ellos los adultos, los que poseen la experiencia, los que
poseen la libertad para formar a los nuevos hombres que les predecirán en los
distintos roles que asumirán como ciudadanos íntegros y eficientes de nuestros
querido Paraguay.

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