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IGUALDAD FORMAL
Supone la prohibición normativa o legal de discriminar por razón de cualquier a una persona por
razón de cualquier rasgo físico, psicológico o cultural. La igualdad formal garantiza legalmente los
derechos humanos y de ciudadanía de cualquier ser humano.
DESIGUALDADES DE GÉNERO
son consecuencia directa de las perspectivas tradicionales sobre el lugar y el papel que deben
ocupar las mujeres en la sociedad, basadas en prejuicios y discriminaciones.
TEMAS:
La mitad de la población del país son mujeres, quienes exigen jugar un rol de mayor protagonismo.
Tener acceso a derechos básicos como salud, educación o hasta un empleo resulta más complicado
para las mujeres que para los hombres, según un estudio hecho por el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El documento deja en evidencia que en pleno siglo XXI el desarrollo no es equitativo para ambos
géneros, y coloca a Panamá como uno de los países de la región con mayor desigualdad.
Martín Santiago, representante residente del PNUD, subraya “que la mujer no disfruta de las
mismas oportunidades que el hombre y tiene que enfrentar varios obstáculos para participar en la
sociedad”.
Según Santiago, la falta de empoderamiento de las mujeres y el poco acceso al mercado laboral
generan la visión de dos Panamá: “un Panamá para hombres y otro Panamá para mujeres”.
Organizaciones defensoras de los derechos de la mujer sostienen que hay normativas sobre este
tema, pero no se implementan. En tanto, el Gobierno dice que ejecutan convenios para garantizar
mayor igualdad.
La población femenina no goza de las mismas oportunidades que la masculina para su crecimiento
y desarrollo en el país. Así lo refleja el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), “Atlas de Desarrollo Humano Local: Panamá 2015”, en el que se hace un
diagnóstico del Índice de Desigualdad de Género (IDG).
Este índice mide las desventajas que pueden experimentar las mujeres con respecto a los hombres
en tres dimensiones: salud reproductiva, empoderamiento y mercado laboral.
Para esta medición, el IDG toma puntajes que van de 0 a 1. El cero indica que los hombres y mujeres
están en igualdad de condiciones, y el uno sugiere que las mujeres tienen las peores condiciones
posibles.
De acuerdo con el documento, Panamá tiene un índice de 0.58, lo que muestra un retroceso si se
compara con la cifra de 2009, cuando el país obtuvo 0.56.
Bahamas es el país de la región con menos desigualdad, ya que tiene un índice de 0.316; seguido
por Trinidad y Tobago con 0.321 y Costa Rica, con 0.344.
LAS ESTADÍSTICAS
Para obtener estos resultados, además de elaborar encuestas de hogares, los especialistas del PNUD
utilizaron cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la
República y del Tribunal Electoral.
Las variables tomadas en cuenta fueron: tasa de mortalidad materna y de fecundidad adolescente;
nivel de formación educativa de hombres y mujeres; así como una evaluación de la participación de
ambos en escaños parlamentarios y en la fuerza laboral.
En ese sentido, el documento plantea un país con diferencias de género significativas entre sus
territorios. Por ejemplo, da cuenta de que el IDG es
menor para las provincias de Panamá, Coclé, Los Santos y Colón, las cuales se ubican en un rango
de entre 0.54 y 0.58.
Mientras que los IDG más altos se ubican en las comarcas Guna Yala (0.87) y Emberá Wounaan
(0.80). Asimismo, las provincias de Darién y Herrera tienen índices de 0.75.
El informe del PNUD también detalla que la mayor desigualdad se explica “por la disminución de la
participación de las mujeres en el mercado laboral, el aumento en la tasa de mortalidad materna y
una disminución en la participación parlamentaria”.
EL ANÁLISIS
Martín Santiago, coordinador residente del Sistema de las Naciones Unidas para Panamá y
representante residente del PNUD, analizó estos resultados y concluyó que, en efecto, “la mujer no
disfruta de las mismas oportunidades que el hombre y tiene que enfrentar importantes obstáculos
para participar en las distintas esferas de la sociedad”.
Esa cifra está muy lejos de la media regional, de 25.9%, y de la democracia paritaria, de 50%, lo que
traza un largo camino pendiente por recorrer.
Santiago mencionó que el acceso al campo laboral es otro de los grandes retos para disminuir la
brecha, ya que mientras que el 67.7% de los hombres trabaja, solo el 41.9% de las mujeres lo hizo
en el año 2014.
Sobre este aspecto, precisó que la menor inserción laboral de las panameñas se debe a que asumen
labores de cuidado del hogar: 26.2% de las mujeres frente a solo 0.8% de los hombres.
Consideró que posiblemente esto se debe a que social y tradicionalmente se relega a la mujer al
ámbito doméstico, asociándola con tareas principalmente reproductivas.
“La desigualdad de género le está pasando factura a Panamá y eso le genera pérdidas en su nivel de
desarrollo humano”, concluyó el especialista.
“El país debe tomar medidas que contribuyan a que ese desarrollo pueda llegar a toda la población,
a todas las provincias, sin distinción de sexo”, agregó.
DESINTERÉS
Este informe no resulta novedoso para los grupos que defienden los derechos de las mujeres, como
la Fundación para la Equidad de Género y el Espacio Encuentro de Mujeres.
Joyce Araujo, presidenta de Funda Género, reconoció que el Estado panameño ha desarrollado
diferentes acciones para contribuir a mitigar el problema de las desigualdades entre hombres y
mujeres, a través de la firma de una serie de convenios internacionales sobre el tema y la
promulgación de al menos seis leyes.
LEYES
ALGUNAS DE ELLAS SON LA LEY NO. 4 DEL 29 DE ENERO 1999, “por la cual se constituye la igualdad
de oportunidades para las mujeres”; y la Ley No. 17 del 28 de marzo 2001, que aprueba el protocolo
facultativo de la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 6 de octubre de 1999.
No obstante, a juicio de Araujo el gran problema es “la falta de interés y de presupuesto para poner
en ejecución” estas normas.
Por su parte, Eusebia Solís, del Espacio Encuentro de Mujeres, dijo que el informe refleja la “cruel
realidad que deben enfrentar las mujeres panameñas”.
Desde su punto de vista, las estadísticas tienen su origen en aspectos elementales como la carencia
de una educación sexual integral y poca accesibilidad a servicios de salud de calidad, sobre todo en
las regiones indígenas.
También señaló que hay una nula visión por parte de los gobiernos de entender que, sin el progreso
de la mayoría de la población del país, que en su mitad son mujeres, es “imposible lograr un pleno
desarrollo como nación”.
NUEVOS ESFUERZOS
LIRIOLA LEOTEAU, DIRECTORA DEL INSTITUTO NACIONAL DE LA MUJER (INAMU),
reconoció la situación, aunque indicó que en esta gestión “se trabaja de manera coordinada con
diferentes instituciones del Estado para asegurar el pleno desarrollo de la mujer”.
Mencionó, por ejemplo, la firma en julio pasado de un acuerdo entre las instituciones encargadas
de la cadena de prevención, atención y custodia de las mujeres víctimas de violencia, y que
actualmente se trabaja en la elaboración de un protocolo de atención para ellas.
Además, dijo que mediante la reglamentación de la Ley 82 de 2013, que tipifica el feminicidio como
delito, se asigna responsabilidad a cada ministerio para que vele por el desarrollo integral de la
mujer en todos los aspectos. “Es decir, tenemos resultados en concreto y no nos hemos quedado
con los brazos cruzados. Estamos pasando de las palabras a los hechos”, acotó.
PÁGINA DE LA INFORMACIÓN
https://www.prensa.com/sociedad/derechos_de_la_mujer-pnud_-
programa_de_las_naciones_unidas_para_el_desarrollo_0_4346565436.html
Según el Índice de Desigualdad de Género (IDG) de este organismo internacional, el país empeoró
entre 2009 y 2014, pasando de 0.56 a 0.58. Es decir, al 2014, Panamá perdió el 58% de su
potencial en desarrollo humano a causa de la desigualdad de género.
Hasta el momento, los datos (expuestos en el PNUD) registran una baja en el área de desigualdad
de género existiendo un margen de 0.49% en 10 ejes centrales que incluyen temas de salud,
economía, cultura, comunicación, diversidad y demás.
Medios locales reportan que los panameños manifiestan estar de acuerdo con la iniciativa de
incluir la paridad de género, sin embargo, recalcan que debe haber un seguimiento sobre este plan
para lograr los objetivos.
LUCHA
La igualdad de género es una lucha que aún persiste a nivel mundial. Su importancia radica en
otorgar derechos humanos fundamentales a millones de niñas y mujeres. Es el quinto objetivo de
Desarrollo Sostenible para una sociedad más justa y sana.
La desigualdad de género equivale al estancamiento del progreso social. Las niñas y las mujeres
representan la mitad de la población mundial, lo que implica la mitad del potencial para el avance
de la sociedad.
"El empoderamiento de las mujeres y las niñas es fundamental para impulsar el crecimiento
económico y promover el desarrollo social", explica la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
RETOS EN PANAMÁ
Pese a que las mujeres en Panamá son las que mayormente se encuentran afiliadas a partidos
políticos y acuden a las urnas a ejercer el derecho al sufragio con respecto a la participación de los
hombres, siguen sin lograr una plena paridad de género.
En la discusión de las reformas electorales, el tema presenta un nuevo obstáculo; los diputados no
han alcanzado un consenso en la propuesta de la paridad de género.
Según la propuesta aprobada en la Comisión de Reformas Electorales, por cada hombre que se
postule a un cargo también debe hacerlo una mujer. Sin embargo, para el presidente de la
Comisión de Gobierno, Quibian Panay, dijo que eso podría limitar la posibilidad de que dos
mujeres puedan postularse para aspirar a un mismo cargo.
TRABAJO INFORMAL
La ONU recuerda que más de la mitad de las mujeres que trabajan en el mundo lo hacen de forma
informal, un porcentaje que aumenta hasta el 90% en algunos países.
“Casi ninguna de ellas tiene protección legal o social. Y están perdiéndose las oportunidades que
ofrece el cambiante mundo laboral”, señaló a principios de marzo la responsable de ONU Mujeres,
Phumzile Mlambo-Ngcuka.
Con la nueva era digital, Naciones Unidas apuesta por impulsar el acceso de la mujer a las
tecnologías, un área en la que sigue muy por detrás del hombre, y que amenaza con seguir
aumentando la brecha salarial entre los dos géneros. Actualmente, de media, las mujeres ganan
un 23% menos que los hombres. La ONU ve fundamental aprovechar la actual revolución
tecnológica para avanzar hacia la igualad.
http://www.panamatoday.com/es/panama/igualdad-de-genero-la-asignatura-pendiente-de-
panama-4037
Declaración de Panamá
De las ministras y altas autoridades de los mecanismos nacionales para el adelanto de las mujeres
de América Latina y el Caribe frente al 61º periodo de sesiones de la Comisión de la Condición
Jurídica y Social de la Mujer (CSW61)
Las Ministras y Altas Autoridades de los Mecanismos Nacionales para el adelanto de las Mujeres
de América Latina y el Caribe, se reunieron en Panamá los días 6 a 8 de febrero de 2017 con
motivo de la Consulta Regional previa al 61o período de sesiones de la Comisión de la Condición
Jurídica y Social de la Mujer (CSW61) sobre “El empoderamiento económico de las mujeres en el
cambiante mundo del trabajo”, a desarrollarse en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, los
días 13 a 24 de marzo 2017.
Reafirman los compromisos anteriormente asumidos por sus Estados en convenciones, pactos y
convenios internacionales y regionales, en materia de derechos humanos de las mujeres, la
igualdad de género, el desarrollo sostenible, para la autonomía física y en la toma de decisiones y
el empoderamiento económico de todas las mujeres y las niñas, especialmente las jóvenes,
indígenas, afrodescendientes, migrantes, rurales, adultas mayores, mujeres en toda su diversidad
de orientación sexual e identidad de género, mujeres con discapacidad y mujeres viviendo con
VIH/SIDA. Las ministras y Altas Autoridades para la igualdad de las mujeres reiteran su
compromiso para hacer realidad, los derechos civiles, políticos, económicos, laborales, sociales,
culturales, sexuales, reproductivos y ambientales para todas las mujeres.
En un contexto en el que América Latina y el Caribe es una región heterogénea, que cuenta con
una gran riqueza y diversidad, con enormes diferencias, tanto entre países como en los países, y al
mismo tiempo enfrentan una serie de dificultades y desafíos, tales como una fase de
estancamiento y recesión económica, la desigual distribución de ingreso, la insuficiente
recaudación tributaria, la evasión tributaria, la fuga de flujos financieros, el alto nivel de
endeudamiento, la impunidad y la falta de acceso a la justicia, la corrupción, las situaciones de
conflicto armado y de post-conflicto, el crimen organizado, la trata y tráfico de personas, la
violencia de género, la vulnerabilidad medioambiental, así como la emergencia de amenazas
desde fuera de la región y en la región como la existencia de patrones culturales, patriarcales y
violentos y de la cultura del privilegio.
Que se contribuya a garantizar el acceso a los sistemas y programas de protección social a todas
las mujeres sin discriminación por razón de sexo, género, edad, nacionalidad, raza, grupo étnico,
situación laboral, estatus migratorio, condición de discapacidad, o cualquier otra condición, y que
incorporen, además, servicios de cuidado, y medidas para asegurar su cumplimiento que
garanticen el acceso a pisos básicos de protección social.