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“¡ES UN GRAN LIBRO ESE tratado con muy poco equilibrio las dife-
DE ULISES!” rentes etapas de su vida. Si existen ya cien-
tos de páginas que hablan sobre su campa-
Luis Barrón ña presidencial en 1929, sólo se pueden
Vasconcelos, José, Ulises Criollo (edición crítica,
encontrar un par de menciones, aquí y allá,
Claude Fell, coordinador), México, FCE, Colección sobre su campaña para gobernador de
Archivos, 2000, 1149 pp. Oaxaca en 1924. Hay docenas de volúme-
nes que se refieren a su autobiografía, pero
Filósofo, educador, político, escritor… sólo un par de artículos que analizan sus
José Vasconcelos debe ser considerado uno inclinaciones nazis y su participación en la
de los hombres más interesantes, completos revista Timón.
y, por ende, controvertidos en la historia de El problema radica quizás en que la ma-
México. Su proyecto educativo, su nacio- yoría de quienes han estudiado a Vascon-
nalismo, su impulso al movimiento mura- celos se han basado en sus propios escritos,
lista y sus teorías sobre el mestizaje cuando y especialmente en los cuatro tomos de su
estuvo a cargo de la Secretaría de Educación autobiografía –Ulises Criollo, La Tormenta, El
entre 1922 y 1924 lo hicieron, sin duda, Desastre y El Proconsulado– todos redactados
una de las figuras más influyentes del Mé- después de 1929.1 A pesar de que existen
xico moderno. Pero a la vez, Vasconcelos abundantes fuentes primarias relacionadas
ha sido condenado por el pensamiento eli - con Vasconcelos –hemerografía, memorias,
tista y ultraconservador que lo caracterizó antologías epistolares publicadas, correspon-
durante los últimos años de su vida, por lo dencia privada, documentos en archivos
que comúnmente se la ha acusado de egoís- mexicanos y estadounidenses– casi nadie
ta y contradictorio. se ha tomado el tiempo y la molestia de
La literatura sobre Vasconcelos es abun- analizar sistemáticamente dicha evidencia.
dante: revistas de historia, literatura, filo- Como resultado, la mayoría de los trabajos
sofía y política han publicado un sinnúme- secundarios están “infectados”, tanto por
ro de artículos sobre diferentes aspectos de los sesgos y la amargura del propio Vascon-
la vida y obra de quien fuera rector de la celos, como por su intento de dar sentido,
Universidad Nacional y creador de la Se- a posteriori, a una vida extremadamente
cretaría de Educación. De hecho, el pri- rica y complicada.
mer problema que enfrenta el historiador,
en el caso de Vasconcelos, es cómo selec-
cionar y catalogar el material de entre la 1
La Flama, posible quinto tomo de la autobiogra-
miríada de libros, artículos y ensayos rela- fía, generalmente es considerado como un ensayo
cionados con los diferentes aspectos de su aparte, que no tuvo ni la misma calidad ni los mis-
vida y de su obra que, sin embargo, han mos objetivos que los primeros cuatro.

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Pero no podemos simplemente ignorar carga emocional y conceptual que reprodu-


la obra de Vasconcelos si queremos estu- cen las memorias”. Por eso, nos dice Pitol,
diarlo. Mucho menos su autobiografía. Hay no sólo las opiniones de Vasconcelos con-
que estudiarla, sí, pero sabiendo cómo. En tenidas en el Ulises no coinciden, “sino que
este sentido, Claude Fell –uno de los aca- a menudo son radicalmente opuestas a las
démicos que más concienzudamente han es- sostenidas por él en cartas, libros, discursos
tudiado a Vasconcelos– ha coordinado una y entrevistas antes de 1929” (p. XXVI). En
magnífica edición crítica del Ulises. Es más, pocas palabras, hay que entender que Uli -
me atrevería a decir que más que una nue- ses Criollo bien “puede ser una novela cuyo
va edición del primer tomo de la autobio- protagonista se llama José Vasconcelos”,
grafía de Vasconcelos, Fell ha coordinado a quien “hereda del autor José Vasconcelos
varios ensayistas e historiadores para dar- su temperamento y su visión mesiánica, así
nos un manual de cómo leer Ulises Criollo. como muchas otras circunstancias comu-
En esta última edición del Fondo de nes” (p. XXVI).
Cultura Económica, en su Colección Archi- Sigue al liminar una estupenda intro-
vos, se incluyen, en una primera sección, ducción escrita por Claude Fell, que ade-
un liminar de Sergio Pitol que es a la vez más de reseñar el contenido de los demás
un pequeño ensayo sobre Vasconcelos que ensayos incluidos en esta edición crítica, es
nos ayuda a entender el Ulises, y un breve un tejido biográfico de dos fibras: nos ex-
manual de cómo leerlo para entender a plica la biografía del Ulises, inseparable de
Vasconcelos. “Para comprender Ulises Crio - la biografía de Vasconcelos. No es que Vas-
llo –nos dice Pitol– es necesario recordar concelos simplemente haya tratado de na-
algunas cosas”. Para empezar, las tres ve- rrar su vida, sino que quiso “componerla”.
ces que Vasconcelos aspiró a un puesto de “No hago historia –escribiría después en
elección fue derrotado: como precandidato La Tormenta–,, intento crear un mito”. “Por
para ocupar una curul durante el gobierno eso, las Memorias de Vasconcelos [apunta
de Madero; como candidato a gobernador de Fell] serán concebidas ante todo como un
Oaxaca en el gobierno de Obregón; y como testimonio, como la voluntad de colmar un
candidato a la presidencia en 1929. Ade- vacío en el ejercicio de la memoria colecti-
más, escribió sus libros autobiográficos con va, como el afán de denunciar las mentiras
un objetivo claramente “utilitario”. Y, fi- y los olvidos de la historia oficial” (p. XLVI).
nalmente, los escribió durante sus “años Finalmente, para cerrar la primera sec-
de desencanto, de frustraciones y rencores, ción, Fell escribe una nota filológica prelimi-
los posteriores a la derrota electoral de nar en donde describe tanto el manuscrito
1929” (p. XXIV). Vasconcelos escribió el original del primer tomo de la autobiogra-
Ulises recorriendo el mundo “como un fan- fía (ahora depositado en la biblioteca de la
tasma, y ese sentimiento tiñe vivamente la Universidad de Texas en Austin), como va-

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rias de las diferentes ediciones del libro, des- diferentes lecturas que se la han hecho al
de la edición original Botas de 1935 hasta texto; y un dossier que reúne los ensayos y
la última de Trillas de 1998 –pasando por las artículos de prensa más destacados que en
ediciones de Jus (1958) y del FCE (1982)–. su momento comentaron el libro o que con-
Esta nota es fundamental para entender testaron a Vasconcelos y reseñaron crítica-
cómo, cuándo y por qué fue cambiando el mente el Ulises. Cierra el libro una biblio-
texto del Ulises; pero sobre todo es indis- grafía, establecida también por Claude
pensable porque nos revela los motivos que Fell, muy cercana a ser exhaustiva de la
tuvo Vasconcelos para aceptar la censura obra del autor y de los mejores libros, folle-
de amplias secciones del libro –que en su tos, tesis y artículos sobre Vasconcelos.
mayoría narraban sus experiencias amoro- Esta nueva edición del primer tomo de
sas y eróticas– en la edición de Jus de 1958. la autobiografía de Vasconcelos nos permi-
Ya en el cuerpo mismo del libro, la edi- te, una vez habiendo leído correctamente
ción del Ulises que dirigió Fell, al incluir al Ulises Criollo y sin negarle el valor como
margen todos los cambios que sufrió el tex- documento histórico, tomar un paso atrás y
to en las ediciones Botas, Jus y FCE respec- comenzar a revaluar la vida de su autor. Se-
to del manuscrito original, nos lleva en un parar al hombre de su obra, lo que hizo de
viaje a través de la vida del autor y del tex- lo que escribió (particularmente en su au-
to; de la mente (pensamiento) y de la con- tobiografía). Indudablemente quedamos a
ciencia (moral) de Vasconcelos, y de las la espera de una biografía que nos permita
peripecias del Ulises. Fell le ha abierto al contestar, por ejemplo, las preguntas que
lector la posibilidad de cuatro lecturas di- Javier Garciadiego deja apuntadas en su
ferentes, las cuales pueden ser comple- ensayo: ¿cómo explicar el aburguesamiento
mentadas con la lectura de una cronología del joven rebelde? ¿Cómo explicar, sobre
casi exhaustiva de la vida de Vasconcelos todo, que después del cambio en la situa-
que, por ahora, tendrá que hacer las veces ción política nacional luego de la Revolu-
de biografía, pues seguimos en espera de ción decidiera volver a su vida cotidiana pre-
que un valiente se decida a biografiar, aca- via, insatisfactoria en más de un sentido?
démicamente, a Ulises. (p. 622) Y otras: ¿cómo explicar sus cons-
Además, se han incluido una sección tantes apologías de Madero y de sus idea-
con tres ensayos (de Maryse Gachie-Pine- les democráticos sin olvidar sus múltiples
da, Andrea Revueltas y Javier Garciadiego) llamados a la rebelión y su participación en
sobre la historia del texto; una con siete en- intentos golpistas? (p. XXXVIII) ¿Cómo fue
sayos (de Martha Robles, Fabienne Bradu, la campaña de Vasconcelos para goberna-
Sylvia Molloy, Anne-Marie Jolivet, Liliana dor en Oaxaca y qué influencia tuvo esa
Weinberg de Magis, Víctor Díaz Arciniega experiencia en su campaña presidencial de
y Rafael Olea Franco) que describen las 1929? ¿Por qué su rompimiento con Obre-

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gón, a quien consideraba un elemento le- con Le conflit des interprétations (1969) y
gítimo de la “verdadera” revolución, la que Temps et récit I (1983); II, (1984); III (1985).
había iniciado Madero? ¿Por qué Obregón Como se sabe, Paul Ricœur se ha formado
no lo apoyó, porque ya había diferencias en la traducción e interpretación de las
importantes o simplemente porque era más Ideen de Edmund Husserl y paralelamente
fácil sacrificar a Vasconcelos que enfrentar en la filosofía de la existencia que procede
la rebelión militar en Oaxaca? de Gabriel Marcel, Emmanuel Mounier y
Nos quedamos en espera de quien Karl Jaspers. Estas raíces lo han llevado a
quiera aventurarse con Vasconcelos para ensanchar la filosofía de la reflexión crítica
escribir su biografía, pero ya no hay excu- en el sentido de una hermenéutica filosó-
sas para impedir que nuestros jóvenes lean fica abierta a un diálogo con la fenomeno-
el Ulises Criollo. Las palabras de Antonio logía lógica de la religión, la lingüística y la
Caso, “¡es un gran libro ese de Ulises!”2 exégis bíblica. El de Paul Ricœur no es un
nos dan la pauta, pero ahora ya sabemos sistema filosófico propiamente dicho, pero
cómo Ulises Criollo es grande. la integridad y consistencia de su camino
hermenéutico lo han llevado a establecer o
discernir los elementos de una filosofía del
LA MEMORIA, LA HISTORIA sentido que emana de una “filosofía de la
Y EL OLVIDO voluntad” (en las obras publicadas entre
Adolfo Castañón 1950 y 1960), que se afirma en el trazo de
las grandes líneas de una hermenéutica fi-
Ricœur, Paul, La mémoire, l’histoire, l’oubli, París, losófica animada por lo que él ha llamado
Éditions du Seuil, L’Ordre Philosophique, Collec- “el conflicto de las interpretaciones” (en
tion dirigée par Alain Badiou et Barbara Cassin,
los textos publicados entre 1960 y 1975),
2000, 680 pp.
para desembocar en una reflexión sobre la
configuración del relato ficticio, histórico y,
Con La mémoire, l’histoire, l’oubli Paul Ri- por supuesto, mítico.
cœur (1913) parece cerrar el círculo reflexi-
La memoria, la historia, el olvido: el títu-
vo iniciado hace años con obras como His -
lo del libro convoca otras tantas instancias
toire et verité (1955), Philosophie de la volonté
críticas, así personales e individuales como
(1950) y Finitude et culpabilité, y proseguido
colectivas, y es precisamente en ese paso
de lo privado a lo público, en esa oscilación
2
Alfonso Taracena narra cómo Antonio Caso se re- entre lo personal y lo forense cultural don-
firió en esos términos al Ulises en Vasconcelos, José, de trabaja y se cumple la tarea hermenéu-
Cartas Políticas de José Vasconcelos (Primera serie.
tica de Ricœur: tan pronto en la investi-
1924-1936), preámbulo y notas de Alfonso Tarace-
na. Prólogo de José Ignacio Vasconcelos), México, gación psicológica y psicoanalítica, en la
Clásica Selecta-Editora Librera, 1959, p. 194. interrogación de los signos culturales como

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en el tejido y destejido, en la contextuali- tórica” Paul Ricœur dedica al examen del


zación del acontecimiento histórico y en la concepto de la modernidad, trazando, por
reflexión de la situación textual del suce- así decir, un árbol genealógico de las diver-
der histórico; tan pronto en el inventario sas modernidades y deslindando en lo po-
de las formas de amnesia y amnistía, en el sible el alcance de un concepto tan equívo-
catálogo de las formas de omisión y desa- co y conflictivo como el de posmodernidad,
parición; tan pronto, en fin, a través de la voz clave para expresar el cambio de lugar
interpretación histórica y filosófica del per- y función del discurso en una sociedad,
dón y sus instituciones, su necesidad y su como la posindustrial nuestra, donde el
dificultad. discurso crítico, cuando lo tiene, ha cambia-
Por su tema, su materia, sus referen- do de lugar (Cf. J.F. Lyotard, pp. 410-411).
cias, sus instrumentos: el libro de Paul Ri- Esta marginalidad ya ritualizada del dis-
cœur se sitúa en el centro –en uno de los curso crítico es quizá la responsable del ad-
centros– problemático de nuestra época; se venimiento y entronización del saber his-
inscribe en el cruce conflictivo de caminos tórico e historiográfico como uno de los
de la interpretación en su sentido amplio. caminos preferentes para interrogar la
Su amplitud fenomenológica lo lleva a con- edad cultural que, al nombrarla, nos apelli-
trastar y a poner en corto-circuito la historia da. La historia está en el centro: en medio del
política y la teoría de la justicia, la historio- título de Paul Ricœur, en el eje de su libro
grafía, la filosofía de la historia, la teoría del que es a la vez historia de la cultura pre-
arte y del psicoanálisis, la interpretación sente y presencia de la cultura de la histo-
moral y filosófica –existencial, si se quie- ria; en el vértice también porque en el ar-
re– en torno de la condición histórica, de la chipiélago de los idiomas críticos y de las
experiencia del ser en el tiempo, del ser prácticas textuales lo irreductible, lo in-
que se sabe en el tiempo y para la muerte. nombrable y lo nombrable es la violencia,
No es gratuita la alusión a Martin Heideg- las masacres, el exterminio, el genocidio, la
ger pues, como se sabe, en su pensamien- guerra y el crimen innumerable; la historia
to se dan cita fenomenología y filosofía de está en el centro también porque, para
la existencia, crítica de la razón y crítica de la echar mano de una palabra del historiador
experiencia. Kristof Pomian, la cronosofía es acaso uno
La mémoire, l’histoire, l’oubli presenta de los reductos de la filosofía: la historia
un recorrido por los archivos del saber mo- está en el centro porque una de las escasas
derno y encierra un verdadero catálogo, posibilidades de practicar el amor por la sa-
una agenda crítica de los saberes y perple- biduría está en extraer las lecciones del
jidades de nuestro tiempo. En ese sentido tiempo, y cultivar la gramática (la histo-
resultan esclarecedoras las páginas que en riografía y su hermenéutica) de esas ense-
el capítulo en torno de “La condición his- ñanzas.

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Con su libro Paul Ricœur no sólo con- través de la fenomenología de la memoria,


cluye una odisea crítica de más de medio la epistemología de la historia, la herme-
siglo sino que presenta un verdadero mu- néutica de la condición histórica: la de la
seo de la memoria contemporánea; hace representación del pasado”.
una recapitulación en el sentido fuerte de Esas tres partes desembocan en un
la palabra de toda una edad intelectual. “Epílogo: El difícil perdón” en que culmi-
Una rememoración que es testamento: el nan las anteriores y donde el itinerario del
testamento de una época, de unos tiempos libro y aun del propio Paul Ricœur cobra
modernos asediados por los abusos de la un peso específico y de ética índole al vin-
memoria y del olvido, y la historia, de tan cular las artes de la memoria y del olvido
presente, se confunde con la identidad de con las cuestiones de la justicia y conferir
un tiempo que se engolosina en su propia así a la filosofía de la historia una resonan-
voluntad de anomia y anonimia, olvido y cia mayor (por no decir una trascendencia)
violenta desmemoria, entre masacres, ma- en el contexto de un mundo secularizado.
tanzas, ejercicios diversos de exterminio. Por eso quizá, al concluir su comentario so-
Como advierte Ricœur en las páginas bre el libro de Paul Ricœur, Emmanuel
umbrales del libro: Avertissement 1 “La obra Macron puede concluir: “Bajo la fenome-
comprende tres partes claramente deslin- nología, la epistemología, la hermenéutica
dadas por su tema y su método. La primera, y la antología aparece, contenida pero
consagrada a la memoria y a los fenómenos esencial, una filosofía de la vida: la del ser
mnemónicos, está situada bajo la égida de prendido en el tiempo, que pasa y que
la fenomenología en el sentido husserliano busca una representación del pasado”. 2
del tiempo. La segunda, dedicada a la his- El perdón y el círculo de la amnesia, la
toria, remite a una epistemología de las amnistía y el olvido cierran una reflexión
ciencias históricas. Culminando en una me- –la de Paul Ricœur– iniciada a la luz pre-
ditación sobre el olvido, la tercera se en- ocupada de la memoria y de la historia con
marca en una hermenéutica de la condición un elogio de la despreocupación que no es
histórica de los seres humanos que somos olvido sino gracia y libertad ante las heri-
[…] Pero estas tres partes no dan tres li- das de la memoria y los purgatorios de la
bros. Aunque los tres mástiles lleven velá- historia. Paul Ricœur concluye su obra con
menes que se entreveran sin dejar de ser una frase que de hecho está redactada e
distintos, pertenecen a la misma embarca- impresa como si fuese un poema:
ción destinada a una sola y única navegación.
Una problemática común corre, en efecto, a
2
Macron, Emmanuel, “La lumière blanche du
passé. Lecture de La Mémoire, l’histoire, l’oubli de
Paul Ricoeur” (Esprit, París, agosto-septiembre
1
Ricœur, Paul, Avertissement, p. I y II. 2000, núm. 8-9, p. 31).

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Bajo la historia, la memoria y el olvido. tyla es polaco y de tradición oriental –con


Bajo la memoria y el olvido, la vida. un pensamiento circular–. Además, el escri-
Pero escribir la vida es otra historia. tor se enfrentaba a un hombre de una acti-
Inacabamiento. vidad desbordante: actor, deportista, filóso-
fo, teólogo, diplomático, prolífico escritor e
incansable viajero, pero sobre todo a un
hombre de una gran riqueza interior. Final-
TESTIGO DE ESPERANZA mente, el escritor se enfrentaba a uno de
Pedro Cobo los hombres públicos más controvertidos
de los últimos treinta años de historia. Mu-
Weigel, George, Testigo de esperanza, Plaza y Ja - chos lo consideran como un gran impulsor
nés,1999. del concilio y el paladín del ecumenismo;
otros sin embargo lo califican de retrógrado
Siempre es difícil escribir una buena bio- y le acusan de haber llevado a la Iglesia a
grafía; más si el biografiado todavía se en- uno de sus periodos más oscuros. Weigel
cuentra entre los vivos; quizá imposible si ha intentado demostrar lo primero y refu-
es un papa de la Iglesia Católica. El papa tar lo segundo en las más de mil doscientas
ha sido desde tiempos remotos alguien al páginas que ocupan su libro, apoyado en
que se le quiere, se le respeta o se le odia, cientos de libros y artículos que le han pro-
pero nunca ha sido alguien cercano. Para- porcionado miles de citas.
petado tras una larga lista de subalternos y Pero Weigel también ha contado con
de ceremonias protocolarias, el Romano grandes ventajas para su estudio. Además
Pontífice ha sido un personaje al que, apar- de su larga experiencia como escritor de te-
te de algunos miembros privilegiados de la mas religiosos para prestigiosas revistas nor-
curia, pocos han podido conocer a profun- teamericanas, ha tenido la suerte de enfren-
didad. George Weigel, teólogo y periodis- tarse al papa más “visible” de la historia
ta, aceptó el reto, y con su Testigo de espe - gracias a los medios masivos de comunica-
ranza ha pretendido desvelar lo que hay ción. Pero sobre todo el escritor ha contado
detrás –mejor, lo que hay dentro– de ese con un privilegio reservado a muy pocos:
anciano polaco, líder espiritual de más de ha tenido acceso tanto a importantes docu-
mil millones de católicos repartidos en los mentos inéditos, relacionados con la diplo-
cinco continentes. macia vaticana, como a la misma persona del
El objetivo no era fácil y graves incon- papa, al que entrevistó en largos encuen-
venientes se presentaban para su labor. tros. Así mismo, ha contado con el apoyo
Weigel es norteamericano, heredero al fin de importantes personajes de la curia y con
y al cabo de la tradición intelectual occi- la confianza del vocero del Vaticano –Nava-
dental –de pensamiento lineal–; Karol Woj- rro Valls–, quien ha sido uno de los hom-

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bres que más ha contribuido a la moderni- impasible; es un actor principal en esta


zación y apertura de la oficina de informa- segunda mitad del siglo XX. Fue una pieza
ción vaticana. clave en la marcha de Polonia hacia la de-
No sin razón se la ha considerado como mocracia y, por lo tanto, en la caída del
una biografía oficial. Weigel es un hombre muro; desempeñó importantes misiones en
seguro para el Vaticano, y éste no le ha es- la solución de conflictos internacionales,
catimado información. Con estos antece- como el fronterizo entre Chile y Argentina.
dentes era fácil caer en la simple y llana No ha sido menor su importancia en el acer-
adulación, cuando no en la hagiografía. Sin camiento de la Iglesia Católica a los protes-
embargo, el escritor no ha caído en la ala- tantes, judíos u ortodoxos, o en dirigir a la
banza simple y cansina sino que ha inten- Iglesia en una determinada dirección. En
tado y conseguido comprender al hombre definitiva, Juan Pablo se encontró a lo lar-
y sus actos sin ahorrarse críticas con res- go de su vida con situaciones, muchas de
pecto a algunas de las actuaciones de Juan ellas dramáticas, que él no había elegido,
Pablo II. pero, según Weigel, éstas no sólo lo deter-
Desde el punto de vista metodológico minaron sino que, por el contrario, le ayu-
el libro consigue conciliar dos posturas le- daron a forjar libremente su propia biogra-
janas entre sí: el estudio del sujeto, en don- fía y a influir en su entorno: en el más
de el contexto no es sino mero acompaña- inmediato durante su juventud; en todo el
miento, y el estudio de las estructuras, en mundo cuando fue nombrado papa.
donde el sujeto no es más que una mera Al Juan Pablo hombre, el autor llega
comparsa sin libertad y sin capacidad de gracias a numerosas entrevistas con el pro-
influir en el curso de los acontecimientos. pio papa, con amigos de la infancia y ado-
Weigel estudia al hombre, sí, pero no se ol- lescencia de éste y con las personas que ac-
vida de los acontecimientos –estructurales tualmente lo rodean. De esta forma se nos
o coyunturales–; la segunda guerra mun- ha permitido profundizar en los sentimien-
dial, la ocupación nazi, la guerra fría, el tos más íntimos del biografiado: su gran
Concilio Vaticano, la crisis de la Iglesia del afición a la literatura e historia polacas, su
Postconcilio, etc., ocupan largas páginas en pasión por la naturaleza y las charlas con
el estudio; pero no como simple ornamen- los amigos en el propio Vaticano, sus tertu-
to que rodea al protagonista principal, sino lias culturales con filósofos y científicos en
como elementos claves en la configuración Castelgandolfo, su acendrado ecumenismo
del pensamiento y en la acción del joven y aprendido en su infancia natal al tratar con
adulto Wojtyla. Tampoco olvida la influen- los judíos de su comunidad...
cia de los actores en el propio discurrir de Para el estudio del teólogo y filósofo,
la historia; y a una conclusión ha llegado Weigel ha contado con el inestimable apo-
Weigel: Juan Pablo II no es un espectador yo de sus estudios teológicos, gracias a los

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cuales ha podido penetrar en la nada fácil rechazados en la mayor parte de la comu-


y prolífica obra de Karol Wojtyla y de Juan nidad intelectual. Aquí Weigel resalta –al
Pablo II. En esos análisis el autor describe igual que un informe secreto del KGB obte-
a un hombre de mentalidad moderna, deu- nido por el autor– sus grandes dotes para
dora del personalismo husserliano, a la vez mover a las masas. Pero Weigel llega más
que a un místico que ha bebido en las lejos que el KGB, quien no ve en esa cuali-
fuentes de autores polacos y españoles. Se dad más que una técnica aprendida en su
nos presenta un filósofo que conoce en juventud de actor. El escritor ve en el Woj-
profundidad el pensamiento de su tiempo tyla comunicador a un hombre que es tes-
y que sabe valorar su importancia para el tigo, a alguien que realmente cree en lo
conocimiento del hombre y de la sociedad. que dice y lo demuestra con jornadas ago-
Quizás aquí estribe la mayor aportación de tadoras de trabajo y viajes extenuantes a
Weigel –y la parte más controvertida– al sus ochenta años.
presentarnos a un papa que no rechaza la Pero además es un testigo que no ala-
filosofía clásica, pero que tampoco se que- ba, como vulgar demagogo, a las masas,
da estancado. Juan Pablo es un papa que sino que las zahiere con exigencias y metas
estudia y rescata todo lo valioso de la mo- elevadas que implican sacrificio. Y al Juan
dernidad y posmodernidad, que es atrevido Pablo testigo más que al Juan Pablo predi-
en la aceptación de buena parte tanto de la cador se debería, según Weigel, su gran po-
filosofía como de la teología más innovado- der de convocatoria: los jóvenes lo siguen
ra. Aunque, eso sí, no acepte el escepticis- porque ven en el papa a alguien que lucha
mo y pesimismo que ha podido derivarse por cumplir lo que predica.
de esa filosofía, ya que si una conclusión se El libro sigue una sucesión cronológi-
puede obtener del Juan Pablo descrito en ca, con ciertos saltos hacia delante y hacia
el libro es la de enfrentarnos a un hombre atrás en el tiempo, con el objetivo de resaltar
firmemente convencido de una Verdad con un aspecto o contar una anécdota. Mezcla
mayúsculas a la que se puede llegar por di- con cierta soltura relatos de la vida de Juan
versos y distintos caminos. Verdad a la que Pablo –sus escritos y sus estudios– con aná-
él ha dedicado toda su vida tanto a buscar - lisis de la historia política o literaria de Po-
la como a difundirla. lonia, para en seguida pasar a una reflexión
El análisis de la preocupación del papa acerca de la geopolítica de un determinado
por comunicar la Verdad lleva al autor a momento o entretenerse en complicadas
enfrentarse con otra faceta no menos im- reflexiones teológicas de una determinada
portante del actual Pontífice: la de gran co- corriente o libro. Quizás esas largas disqui-
municador de masas. Juan Pablo II se ha siciones teológicas o filosóficas son la parte
enfrentado a la aparentemente imposible más dura del libro al ser inalcanzable para
tarea de comunicar unos ideales que son la inmensa mayoría del público.

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El libro ha sido todo un éxito editorial. sijos del pensamiento del papa y podrán
Juan Pablo vende y vende mucho; sin em- obtener datos nuevos que les hagan com-
bargo, es más dudoso que haya sido un gran prender mejor algunos de los capítulos
éxito de lectura. La cantidad de páginas, más complicados de la guerra fría o de la
unida a la complejidad de algunos capítu- delicada situación de la Iglesia en la segun-
los, aleja el libro de un público no muy es- da mitad del XX. Para el público menos
pecializado. Es un libro para intelectuales especializado o poco acostumbrado a leer,
y parece que ese es el público buscado por quizá le pueda resultar un poco aburrido
el autor. Éstos podrán bucear en los entre- en algunas de sus partes.

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