You are on page 1of 25

Manuel Belgrano

Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano


(Buenos Aires, Virreinato del Perú, Imperio español, hoy República
Manuel Belgrano
Argentina, 3 de junio de 1770-ibidem, Provincias Unidas del Río de
la Plata, 20 de junio de 1820) fue un diplomático, economista,
periodista, político, abogado y militar rioplatense de destacada
actuación en la actual Argentina, el Paraguay y el Alto Perú durante
las dos primeras décadas del siglo XIX.

Participó en la defensa de Buenos Aires, capital del Virreinato del


Río de la Plata, en las dos Invasiones Inglesas —1806 y 1807— y
promovió la emancipación de Hispanoamérica respecto de España
apoyando las aspiraciones de la princesa Carlota Joaquina en la
región, aunque sin éxito.

Fue uno de los principales patriotas que impulsaron la Revolución


de Mayo, por la cual se destituyó al virrey Baltasar Hidalgo de
Cisneros, y fue vocal de la Primera Junta de gobierno que lo
reemplazó.

Luchó en la guerra de Independencia de la Argentina contra los


Belgrano durante su estadía en Londres.nota 1
ejércitos realistas. Fue el jefe de la expedición militar que la junta
de Buenos Aires envió al Paraguay que finalizó cuando celebró el
Tratado confederal entre las juntas de Asunción y Buenos Aires, en 4.º General en Jefe del Ejército del Norte
1811. Fue también el jefe de una de las Expediciones Libertadoras a Predecesor Juan Martín de Pueyrredón
la Banda Oriental. Sucesor José de San Martín
En 1812 creó la bandera de Argentina en la actual ciudad de
Rosario. 8.º General en Jefe del Ejército del Norte
7 de agosto de 1816-11 de diciembre de 1819
Como general del Ejército del Norte, tuvo a su cargo la Segunda
Campaña Auxiliadora al Alto Perú, dirigiendo el Éxodo Jujeño y Predecesor José Rondeau
comandando las victorias de los revolucionarios en la batalla de Sucesor Francisco Fernández de la
Tucumán y en la de Salta, aunque después fue dos veces derrotado Cruz
por los realistas.

Durante el Directorio tuvo gran influencia en el Congreso de


Tucumán que declaró la Independencia de las Provincias Unidas en
Jefe del Regimiento de Patricios
Sud América, en 1816, proyectando vanamente el establecimiento
de una monarquía constitucional dirigida por un noble Inca. 1811-1814
Asimismo comandó las tropas nacionales que participaron en la Predecesor Cornelio Saavedra
guerra civil contra los caudillos del litoral.1 Sucesor Gregorio Perdriel

La educación del pueblo fue una de sus principales preocupaciones:


para ello elaboró durante su estadía en España un plan de acción Información personal
con avanzadas ideas sobre la misma. Nombre Manuel José Joaquín del
completo Corazón de Jesús Belgrano
Nacimiento 3 de junio de 1770
Buenos Aires, Virreinato del
Índice Perú

Trayectoria
Fallecimiento 20 de junio de 1820 (50 años)
Nacimiento y familia Buenos Aires, Provincias
Unidas del Río de la Plata
Estadía en Europa Lugar de Convento de Santo Domingo
El Consulado de Comercio sepultura (Buenos Aires)
Las Invasiones Inglesas
Nacionalidad argentina
El carlotismo
La Revolución de Mayo y la Primera Junta de Gobierno Religión Católico
Expedición militar a la provincia del Paraguay Partido
Expedición militar a la Banda Oriental Carlotismo
político
Juicio a Belgrano
Familia
Misión diplomática al Paraguay
El Motín de las Trenzas Padres Domenico Belgrano Peri
La creación de la bandera argentina María Josefa González Casero
Segunda Campaña al Alto Perú Pareja María Josefa Ezcurra
Diplomacia en Europa María Dolores Helguero y
La guerra civil en el Litoral Liendo
El Congreso de Tucumán, los intentos monárquicos y la
declaración de la independencia Hijos Manuela Mónica Belgrano
Nuevamente general en jefe del Ejército del Norte Pedro Rosas y Belgrano
La nueva guerra civil en el norte y en el Litoral
Su muerte Familiares Francisco Belgrano (hermano)
Exhumación de sus restos Joaquín Belgrano (hermano)
Belgrano y la educación
Educación
Memorias ante el Consulado de Comercio
En el Correo de Comercio Alma máter Universidad de Valladolid,
Las Escuelas de la Patria y los maestros España
Vida privada Información profesional
Aspecto físico Ocupación abogado, periodista, político,
Semblanza diplomático, economista y
Relaciones sentimentales y descendencia militar
Árbol genealógico
Por el linaje paterno
Rama militar Ejército
Por linaje materno Rango General
Numismática Firma
Cinematografía
Véase también
[editar datos en Wikidata]
Notas
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Trayectoria

Nacimiento y familia
Manuel Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, en la casa paterna, actual avenida Belgrano Nº 430, a metros del
Convento de Santo Domingo, y fue bautizado por el sacerdote Juan Baltasar Maciel y Lacoizqueta2 en la catedral de Buenos
Aires al día siguiente.3

La madre de Manuel Belgrano era María Josefa González Casero, nacida en la ciudad de Buenos Aires, de familia procedente
de Santiago del Estero4 y, según el genealogista Narciso Binayán Carmona, era descendiente del conquistador, explorador y
colonizador español Domingo Martínez de Irala (1509-1556); sus antepasados tenían un remoto origen mestizo guaraní, que
compartía con muchos próceres de la época de la Independencia y con grandes personajes paraguayos y argentinos.5 6

Su padre, Domenico Belgrano Peri, o bien Domingo Belgrano y Pérez, tal como firmaba, era de origen italiano,7 oriundo de
Oneglia, en Liguria. Era un comerciante autorizado por el rey de España para trasladarse a América y había llegado a Buenos
Aires en 1754.8 Figuró entre los comerciantes opulentos que se empeñaron en lograr el establecimiento del Consulado de
Buenos Aires, del cual Manuel iba a ser su Secretario; el hecho de que su
familia tuviera como jefe a un ligur hizo que la familia Belgrano a diferencia
de las típicas familias de origen español de su tiempo estuviera exenta de un
fuerte patriarcado sino que los Belgrano poseyeran más libertad de acción, y
esto posibilitó una mayor amplitud de actividades y de criterios que tuvo su
máximo exponente en Manuel Belgrano.9 Pero en 1788 Domingo se vio
envuelto en un proceso judicial por considerárselo cómplice en la quiebra de
un funcionario real de la Aduana. El virrey Loreto ordenó su prisión y el
secuestro de todos sus bienes. Hubo un muy largo proceso judicial que
Manuel se ocupó de seguir atentamente para poder ayudar a su padre.
Finalmente, en enero de 1794, siendo ya virrey Arredondo, una sentencia le
restituyó la plena libertad de sus derechos y el goce de sus bienes,
absolviéndolo de culpa y cargo, pero la fortuna familiar quedó fuertemente
mermada y falleció en septiembre de 1795, justo al poco tiempo de que su hijo
Manuel regresara de España.10
Escudo de armas de la familia Belgrano.

Tuvo quince hermanos —dos de ellos sacerdotes— entre los cuales se


destacaron como patriotas Francisco, Joaquín y Miguel Belgrano.

Estadía en Europa
Estudió primeramente en el Real Colegio de San Carlos (antecedente del
actual Colegio Nacional de Buenos Aires). Entre 1786 y 1793 estudió Derecho
en las universidades españolas de Salamanca y Valladolid, donde se graduó
como Bachiller en Leyes, con medalla de oro, a los 18 años de edad en la
Chancillería de Valladolid, dedicando especial atención a la economía política.
Por tal motivo, fue el primer presidente de la Academia de Práctica Forense y
Economía Política en Salamanca.

Durante su estadía alcanzó un éxito destacable y prestigio que le permitió


obtener del papa Pío VI una autorización para leer toda clase de literatura
prohibida. Dicha concesión se le otorgó «... en la forma más amplia para que
La casa de Manuel Belgrano, demolida a
pudiese leer todo género de libros condenados aunque fuesen heréticos»,11 inicios del siglo XX.
con la única excepción de las obras obscenas. De esta manera tuvo acceso a
los libros de Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau y Filangieri; así como
pudo imbuirse de las tesis fisiocráticas de François Quesnay. También leyó a los escritores españoles de tendencia ilustrada,
como Gaspar Melchor de Jovellanos y Pedro Rodríguez de Campomanes.

Siguió los acontecimientos de la Revolución Francesa de 1789, que le influyeron hasta el punto de hacerle adoptar, como a
José de San Martín, el ideario revolucionario de finales del siglo XVIII. A partir del mismo, ambos orientaron su desempeño en
la vida política hacia las necesidades fundamentales de todo pueblo: soberanía política, económica y posesión de los territorios
que explotan a partir del trabajo. Tanto Belgrano como San Martín fueron firmes creyentes en el desarrollo a partir de las
industrias, la producción y el comercio de bienes dentro de un marco justo que beneficie a la Patria y el pueblo en su conjunto.

Belgrano se rodeó de la élite intelectual de España, y por aquel entonces se discutía sobremanera la reciente Revolución
francesa. Los cuestionamientos al derecho divino de los reyes, los principios de igualdad, fraternidad y libertad, y la aplicación
universal de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano estaban en boca de todos. En esos círculos se
consideraba imperioso refundar la nación bajo principios similares, y quienes no estaban de acuerdo eran tachados de tiranos
y partidarios de ideas antiguas y desprestigiadas.11 Años más tarde escribiría en su autobiografía:

Como en la época de 1789 me hallaba en España y la revolución de Francia hiciese también la variación
de ideas y particularmente en los hombres de letras con quienes trataba, se apoderaron de mí las ideas
de libertad, igualdad y fraternidad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuere
donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido, y aún las
mismas sociedades habían acordado en su establecimiento directa o indirectamente.12
Asimismo se dedicó al estudio de las lenguas vivas, la economía política y el
derecho público.

De regreso al Virreinato del Río de la Plata, quizás a través de su primo Juan


José Castelli se interesó por el pensamiento de Francisco Suárez, quien
declaraba que el poder de los gobiernos deviene de Dios a través del pueblo.13

El Consulado de Comercio
Belgrano fue nombrado Secretario "Perpetuo" del Consulado de Comercio de
La Revolución francesa fue un
Buenos Aires el 2 de junio de 1794,nota 2
y unos meses después regresó a
importante tema de discusión en Europa
Buenos Aires. Ejerció ese cargo hasta poco antes de la Revolución de Mayo, en durante la permanencia de Manuel
1810. En dicho cargo se ocupaba de la administración de justicia en pleitos Belgrano.
mercantiles y de fomentar la agricultura, la industria y el comercio. Al no
tener libertad para realizar grandes modificaciones en otras áreas de la
economía, concentró gran parte de sus esfuerzos en impulsar la educación. En Europa su maestro Campomanes le había
enseñado que la auténtica riqueza de los pueblos se hallaba en su inteligencia y que el verdadero fomento de la industria se
encontraba en la educación.14

Durante su gestión estuvo casi en permanente conflicto con los vocales del
Consulado, todos ellos grandes comerciantes con intereses en el comercio
monopólico con Cádiz. Año tras año presentó informes con propuestas
influenciadas por el librecambismo que, en general, fueron rechazadas por los
vocales. Belgrano sostenía por entonces que «El comerciante debe tener
libertad para comprar donde más le acomode, y es natural que lo haga donde
se le proporcione el género más barato para poder reportar más utilidad».14

De todos modos obtuvo algunos logros importantes, como la fundación de la


Escuela de Náutica y la Academia de Geometría y Dibujo. Belgrano, a través
del Consulado, también abogó por la creación de la Escuela de Comercio y la
de Arquitectura y Perspectiva. Su motivación para fundar la escuela de
comercio radicaba en que consideraba que la formación era necesaria para
que los comerciantes obraran en función del crecimiento de la patria. Con las
escuelas de Dibujo y Náutica se pretendía fomentar en los jóvenes el ejercicio
de una profesión honrosa y lucrativa. Estas últimas funcionaban en un mismo
local, contiguo al consulado, de forma que Belgrano pudiese observar e
inspeccionar su desenvolvimiento. Estas escuelas operaron durante tres años
y fueron cerradas en 1803 por orden de la corona española —en particular del Juan José Castelli, primo de Manuel
ministro Manuel Godoy— que las consideraba un lujo innecesario para una Belgrano, ambos compartieron las
labores en el Consulado de Buenos Aires
colonia. Belgrano opinaba que el impulso educativo «no podía menos que
y en el periodismo.
disgustar a los que fundaban su interés en la ignorancia y el abatimiento de
sus naturales».

Su iniciativa ayudó a la publicación del primer periódico de Buenos Aires, el Telégrafo Mercantil, dirigido por Francisco
Cabello y Mesa, y en el que colaboraban Belgrano y Manuel José de Lavardén. Dejó de aparecer en octubre de 1802, tras tirar
unos doscientos números, después de varios problemas con las autoridades virreinales, que veían con malos ojos las tímidas
críticas allí deslizadas y el estilo desenfadado de las sátiras y críticas de costumbres.

También colaboró en el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio, dirigido por Hipólito Vieytes. Allí explicaba sus ideas
económicas: promover la industria para exportar lo superfluo, previa manufacturación; importar materias primas para
manufacturarlas; no importar lo que se pudiese producir en el país ni mercaderías de lujo; importar solamente mercaderías
imprescindibles; reexportar mercaderías extranjeras; y poseer una marina mercante.
Ya por entonces Belgrano se veía afectado por una enfermedad contraída en Europa,nota 3 que lo obligó a tomar licencias de
varios meses en el Consulado y motivó también que recomendara a la Corte a su primo Juan José Castelli, de principios
similares, como posible reemplazante.15 La oposición de los comerciantes españoles demoró la designación de Castelli hasta
1796.16

Las Invasiones Inglesas


Belgrano fue designado capitán de las milicias urbanas de Buenos Aires en 1797 por el virrey Pedro de Melo. Trabajaba por
entonces en el Consulado y no tenía un interés genuino en desarrollar ninguna carrera militar. En su autobiografía declaró lo
siguiente:

Si el virrey Melo me confirió el despacho de capitán de milicias urbanas de la capital, más bien lo recibí
para tener un vestido más que ponerme, que para tomar conocimientos en semejante carrera.12

El virrey Sobremonte le encargó la formación de una milicia en previsión de algún ataque inglés, pero no tomó el encargo muy
en serio. Esto lo llevó a su primera participación en un conflicto armado, cuando el 25 de junio de 1806 desembarcó una
expedición de 1600 soldados ingleses al mando de William Carr Beresford, lo cual inició las Invasiones Inglesas. Belgrano
marchó al fuerte de Buenos Aires apenas escuchó la alarma general, donde reunió a numerosos hombres para enfrentar la
invasión. Sin conocimientos de milicia, marcharon desordenadamente hacia el Riachuelo. Tras un único cañonazo inglés,
debió obedecer las indicaciones de su jefe de mando y ordenar la retirada. Más tarde escribiría: «Nunca sentí más haber
ignorado hasta los rudimentos de la milicia». Tras tomar la ciudad, los ingleses exigieron a todas las autoridades que
prestaran juramento de lealtad. El Consulado en pleno accedió a la demanda inglesa, exceptuando a Belgrano que sostuvo que
«Queremos al antiguo amo, o a ninguno». Se exilió de Buenos Aires y buscó refugio en la capilla de Mercedes, en la Banda
Oriental.17

Los ingleses fueron expulsados por una expedición organizada por Santiago de Liniers, aunque se esperaba que éstos
intentarían atacar nuevamente la ciudad. Belgrano regresó después de la reconquista y se unió a las fuerzas que organizaba
Liniers. Fue nombrado sargento mayor del Regimiento de Patricios, a las órdenes de Cornelio Saavedra, y profundizó sus
estudios de táctica militar. Tras tener conflictos con otros oficiales, Belgrano renunció al cargo de Sargento Mayor y se puso a
las órdenes de Liniers. Durante el combate que tuvo lugar poco después, sirvió como ayudante de campo de una de las
divisiones del ejército al mando del coronel Balviani.18 Tras la exitosa resistencia de Buenos Aires volvió a hacerse cargo del
Consulado y dejó nuevamente los estudios militares.12

El carlotismo
Si bien en lo fáctico Manuel Belgrano fue siempre un cabal demócrata, las
coyunturas históricas le forzaron a ser regalista o monárquico contra los realistas
procolonialistas.

Belgrano fue el fundador en el Virreinato del Río de la Plata de la corriente llamada


carlotismo.

Ante la llegada de noticias de que la metrópoli había sido ocupada por el ejército
francés y el rey Fernando VII de España estaba preso en Francia, esperaba poder
suplantarlo, al menos para ese Virreinato, por la infanta Carlota Joaquina —quien
era la hermana del rey depuesto y, a su vez, la esposa del príncipe regente Juan VI
de Portugal— y residente en esa época en Río de Janeiro como consecuencia de la
invasión de los franceses.

También el marqués de Casa Pizarro, Ramón García de León y Pizarro, pensaba


que esto sería positivo para el Virreinato del Río de la Plata, dadas las
Carlota Joaquina de Borbón.
circunstancias de España frente al poder del rey francés José Bonaparte.19 Su idea
era ganar más autonomía, y tal vez la independencia, a través de la figura de la infanta. Mantuvo nutrida correspondencia con
ella y unió a su movimiento a muchos destacados independentistas, como Castelli, Vieytes, Nicolás Rodríguez Peña, Juan José
Paso, Miguel Mariano de Villegas e incluso efímeramente a Saavedra.

Pero la teoría ese Belgrano chocaba de frente con la realidad.

En primer lugar, la Infanta, por ser la esposa del regente y príncipe heredero de Portugal, le hubiera permitido al monarca
lusitano extender sus colonias y, muy probablemente absorber al Virreinato del Río de la Plata. Esta idea de apropiarse de las
provincias rioplatenses no era nueva para Portugal sino que fue una amenaza constante en el proceso de expansión lusitano
hacia el oeste de América del Sur.

En segundo término, las ideas políticas de Carlota Joaquina eran absolutistas y jamás habría permitido que bajo su corona se
instalara ninguna forma de autonomía.

Finalmente, el tercer elemento que conspiraba en contra, surgía como otra consecuencia del absolutismo político de Carlota
Joaquina, que nunca hubiera permitido ser reina bajo una monarquía liberal.

El partido carlotista logró tener bastante influencia, pero nunca llegó a poner en peligro el Virreinato del Río de la Plata. A
comienzos de 1810, el proyecto carlotista había fracasado, aunque el partido de Belgrano seguía funcionando como centro de
conspiraciones independentistas.

Convenció al nuevo virrey, Cisneros, de editar otro periódico, el Correo de Comercio, y con la excusa de discutir sus ediciones,
promovía reuniones en las que se planeaban las acciones de su grupo político. Su nombre público era la Sociedad Patriótica,
Literaria y Económica.

Apoyó la apertura al comercio internacional del puerto de Buenos Aires, que fue ordenada por el virrey Cisneros, en parte
presionado por la famosa Representación de los Hacendados, escrita por Mariano Moreno, pero aparentemente basada en las
ideas de Belgrano.20 21

En abril de 1810 renunció a su cargo en el Consulado.

La Revolución de Mayo y la Primera Junta de Gobierno


A principios de mayo de 1810 Belgrano fue uno de los principales dirigentes de la insurrección que se transformó en la
Revolución de Mayo. En ésta su actuación fue central, tanto personalmente como en su rol de jefe del carlotismo. Participó en
el cabildo abierto del 22 de mayo y votó por el reemplazo del Virrey por una Junta, que fue la propuesta vencedora. El 25 de
mayo fue elegido vocal de la Primera Junta de Gobierno, embrión del primer gobierno patrio argentino, junto con otros dos
carlotistas: Castelli y Paso.

Continuó dirigiendo y editando el Correo de Comercio, en el cual expresó:

Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para los ricos.

Belgrano era el miembro de la Junta con más experiencia política, y el más relacionado: la mayor parte de los funcionarios
nombrados por el nuevo gobierno lo fueron por consejo suyo. Dirigió por un corto período el ex partido carlotista, pero
rápidamente el control del grupo —y en cierta medida del gobierno— pasó a Mariano Moreno.

Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella.

Manuel Belgrano22

Expedición militar a la provincia del Paraguay


Aunque no era militar profesional, la Primera Junta nombró a Belgrano al mando de la expedición militar a la provincia del
Paraguay. Dice al respecto en su autobiografía escrita en 1814:
Me hallaba de vocal de la Junta Provisoria cuando en el mes de agosto de 1810, se determinó mandar
una expedición al Paraguay. La Junta puso las miras en mí para mandarme con la expedición
auxiliadora, como representante y general en jefe de ella; admití porque no se creyese que repugnaba
los riesgos, que sólo quería disfrutar de la Capital, y también porque entreveía una semilla de desunión
entre los vocales mismos, que yo no podía atajar, y deseaba hallarme en un servicio activo, sin embargo
de que mis conocimientos militares eran muy cortos.

En sus campañas militares llamó la atención su frugalidad y su modo de vida, equiparable al de un soldado raso.

Incorporó a su ejército a algunos paraguayos, tanto por su capacidad como por sus contactos: los hermanos José y Ramón
Espínola, hijos de José Espínola y Peña, el «viviente más odiado por los paraguayos», ambos en calidad de edecanes; a José
Ildefonso Machain, militar que había luchado en España contra Napoleón e importante familia en Asunción, como segundo
suyo; y al capitán de artillería Bonifacio Ramos que había actuado durante las invasiones inglesas.

Luego de cruzar el río Paraná a la altura de Candelaria y ocupar el puesto de


observación de Campichuelo avanzó hacia Asunción pero fue detenido y derrotado
el 19 de enero de 1811 en Paraguarí. En su retirada intentó sostenerse en el río
Tacuarí donde libró la Batalla de Tacuarí el 9 de marzo de 1811 donde fue
nuevamente derrotado. Luego de capitular se retiró hacia Candelaria dando por
terminada la expedición militar al Paraguay. Independientemente de esta derrota,
el 7 de marzo, en Buenos Aires, la Junta ya había determinado que debía dar por
finalizada la campaña en la provincia del Paraguay, repasar el río Paraná y dirigirse
al sur, al Arroyo de la China.

En el posterior intercambio de notas con Manuel Atanasio Cabañas, Belgrano no


logró convencerlo de la necesidad de que la provincia del Paraguay "se una y
guarde el orden de dependencia [de Buenos Aires] determinado por la voluntad
soberana [de Fernando VII]".23 No obstante, según varios autores, Belgrano
habría logrado influir efectiva y eficazmente en la emancipación de dicho territorio, Litografía de Manuel Belgrano.
preparando el terreno ideológico para la Revolución de mayo de 1811, que llevaría a
la Independencia del Paraguay.24 25 Esta supuesta influencia ha sido cuestionada
por otros historiadores, tanto argentinos como paraguayos; entre los primeros, Vicente Fidel López escribió: «Nosotros no
podemos participar de la entusiasta leyenda con que se ha atribuido la revolución del Paraguay a las conferencias del general
Belgrano con Cabañas y con los hermanos Yegros»;26 por su parte, el paraguayo Blas Garay afirmó que «Las ideas
revolucionarias tenían ya abierto camino y constituían materia de desazones para el gobierno [de Velasco] mucho antes que
Belgrano se comunicara con los oficiales paraguayos».27

En su marcha hacia el Paraguay reunió los pobladores dispersos y delineó el pueblo de Nuestra Señora del Pilar de Curuzú
Cuatiá, le fijó su jurisdicción territorial laudando en la disputa que el cabildo de Corrientes tenía con el de Yapeyú, y el 16 de
noviembre ordenó por carta la formalización del pueblo misionero de Mandisoví (cerca de la actual Federación (Entre Ríos),
otorgándole amplia jurisdicción territorial en el noreste de la actual provincia de Entre Ríos, como antemurales contra las
invasiones portuguesas, y extremo sur de la de Corrientes, asegurando la autoridad del nuevo gobierno en la Mesopotamia
argentina.

El 30 de diciembre de 1810 redactó el Reglamento para el régimen político y administrativo y reforma de los 30 pueblos de
las Misiones, cuerpo legislativo de treinta artículos que Juan Bautista Alberdi utilizó posteriormente como una de las bases de
la Constitución Nacional de 1853.28 Este Reglamento no fue aprobado por la junta de Buenos Aires.

Expedición militar a la Banda Oriental


La Junta le encargó que se pusiera al frente del ejército que debía sitiar y rendir Montevideo ciudad que estaba aún bajo el
poder de los españoles, llevando como su segundo jefe a José Rondeau. A mediados de abril, Belgrano, nombró a José
Gervasio Artigas Segundo Jefe Interino del Ejército de Operaciones de la Banda Oriental, según lo comunicó a la Junta en su
oficio datado en Mercedes, el 27 de abril de 1811. La Junta Grande, en cambio, designó segundo jefe a Rondeau, quien recién
llegó a Mercedes a principios de mayo. De acuerdo con las órdenes que había recibido la Junta, Belgrano nombró a Artigas
Comandante Principal de las Milicias Patrióticas.nota 4

Juicio a Belgrano
Producida la Revolución del 5 y 6 de abril de 1811, que permitió al sector moderado saavedrista asegurar el control de la Junta
Grande de gobierno eliminando a la minoría radical morenista, una multitud proveniente de los arrabales y zonas rurales
inmediatas y tropas de los cuarteles convenientemente convocadas, presentó al Cabildo, el mismo 6 de abril, un petitorio
dirigido a la Junta donde exigían, en la "proposición" número trece:

Quiere el pueblo que el vocal, Don Manuel Belgrano, general de la expedición destinada al auxilio de
nuestros hermanos paraguayos, sea llamado y comparezca inmediatamente en esta capital a responder
a los cargos que se le formen. Peticiones del 6 de abril de 1811 en (Junta de Historia y Numismática
Argentina , 1910, p. 287 vol. 2)

Belgrano era considerado no solo como morenista sino como un peligro potencial al estar al mando de un ejército de
aproximadamente 3000 hombres en operaciones.29

El 19 de abril, la Junta, obedeciendo las proposiciones hechas por el "pueblo" y publicadas en la Gazeta Extraordinaria del 15
de abril, "previno" a Belgrano para que regresara a la capital y dejase el mando del ejército al oficial que "corresponda por su
empleo y antigüedad" que "por ahora" debía ser José Rondeau. En su respuesta del 21 de mayo, Belgrano manifestó
abiertamente su ambivalencia: "Tuve impulsos de obedecer y no cumplir la orden" escribió. Finalmente acató la orden para
que no se pensara que lo hacía por "ambición" y no provocar, "tal vez", un "nuevo movimiento" o "vaivén" que se debía evitar
frente a los enemigos.30

El 6 de junio de 1811 la Junta designó como Juez Fiscal al coronel Marcos González Balcarce, partidario de Saavedra y que
junto con otros militares había firmado el petitorio donde se pedía su enjuiciamiento. Su misión era formar la causa reuniendo
información y tomando las declaraciones correspondientes.

El 20 de junio, 16 oficiales del ejército que operaba en la Banda Oriental y que participaron en la expedición contra la
provincia del Paraguay, expresaron que no habían encontrado a nadie que tuviera alguna queja contra Belgrano.

El 26 de junio el fiscal tomó declaración al coronel Tomás de Rocamora. Las preguntas versaron sobre las causas por las que
no pudo reunirse con Belgrano, las fuerzas disponibles y su disposición en las distintas batallas y si sabía las causas por las
cuales fueron separados por Belgrano varios oficiales del ejército. Al respecto Rocamora mencionó la fuga de los oficiales Juan
Mármol y Bertolot de la batalla de Tacuarí junto con otros «prófugos que huían del ejército». Sobre estos hechos no le
pidieron aclaraciones.

Dos días después, el 28 de junio, se tomó la declaración a Gregorio Perdriel. Las preguntas fueron sobre la marcha desde la
Bajada, detalles de la batalla de Paraguarí y posterior retirada y si el general había comunicado a los oficiales la orden de la
Junta de "no aventurar acción sin ventajas conocidas". Perdriel realizó una extensa declaración en respuesta a las 25
preguntas que se le hicieron.

La causa se paralizó durante el mes de julio. «Pero lo que más llama la atención es que en ningún momento se tomó
declaración al inculpado, siendo el único que podía aclarar con testigos de visu todas las dudas».31 A fines de ese mes se
recibieron distintos oficios provenientes de los alcaldes de la ciudad que manifestaron no tener cargos que hacer a Belgrano
por su actuación militar. Tanto Tomás José Grigera como los alcaldes trataron ahora de minimizar la importancia del juicio
explicando que:

"[...] el espíritu del artículo 13 de las peticiones del 6 de abril es excitar al gobierno a que juzgue según
derecho al general [Belgrano] como en iguales circunstancias y casos se ha practicado aún cuando la
desgracia de la pérdida de las acciones de guerra hayan sido inevitables". (Carranza , 1896, p. 62 vol. 8)
Del 3 al 8 de agosto se tomaron siete declaraciones a oficiales que por diversas razones habían sido desafectados del ejército
por Belgrano. A todos ellos, al llegar a Buenos Aires, se les había quitado el despacho pero luego, a casi todos, les fue retornado
sin explicación alguna. Muchas declaraciones fueron antedatadas como si se hubieran tomado en julio y no en agosto y, a
diferencia de Rocamora y Perdriel, se hicieron pocas preguntas, todas relacionadas con las operaciones militares.

Finalmente el 9 de agosto de 1811, teniendo en cuenta lo «expuesto por el Exmo. Cabildo, Alcaldes de barrio y oficiales del
ejército» se declaró que Belgrano:

[...] se ha conducido en el mando de aquel ejército con un valor, celo y constancia dignos de
reconocimiento de la patria; en consecuencia queda repuesto a los grados y honores que obtenía y que
se le suspendieron en conformidad de lo acordado en las peticiones del 6 de abril; y para satisfacción
del público y de este benemérito patriota, publíquese este decreto en La Gazeta. (Instituto Belgraniano
Central, 1982, p. 656)

Como lo había anticipado Belgrano, el momento elegido para su destitución no había sido el más adecuado, por las
"relaciones" o negociaciones que se estaban realizando con los paraguayos, portugueses, Artigas e incluso los "enemigos" de
Montevideo. Al año siguiente, en un oficio a Rivadavia del 11 de mayo de 1812, Belgrano agregó: "los bribones del 5 y 6 de abril
me perjudicaron y perjudicaron a la Patria; ¿qué ventaja se saca de mentir?"

El coronel Leopoldo R. Ornstein, que escribió sobre la expedición militar al Paraguay en la obra colectiva Historia de la
Nación Argentina, al analizar el juicio a Belgrano justificó al gobernador Bernardo de Velasco diciendo que lo único que pudo
hacer fue "defender su provincia contra una invasión de fuerzas porteñas" y responsabilizó a la junta de Buenos Aires de los
resultados obtenidos "de manera que era esta, en pleno, la que debió ser sometida a juicio y no Belgrano".32

Misión diplomática al Paraguay


Como consecuencia del cambio político ocurrido en el Paraguay en junio de 1811, la Junta consideró que Belgrano era el
hombre más adecuado para iniciar negociaciones con el nuevo gobierno paraguayo. A tal fin, el 1 de agosto, lo nombró
representante de la Junta en misión especial con las Instrucciones oficiales y confidenciales correspondientes. Belgrano
respondió que para llevar adelante su cometido era conveniente que se resolviese previamente su situación procesal. Teniendo
en cuenta que ya se habían realizado las publicaciones y recogidos los informes, renunció a toda defensa y confió la misma en
todos los oficios que había enviado oportunamente a la Junta mientras estuvo en operaciones y en las declaraciones de los
oficiales de su ejército.

En octubre de 1811 Belgrano se encontraba nuevamente en el Paraguay, enviado por el Primer Triunvirato, y el día 12 firmó
con el gobierno paraguayo un Tratado de Amistad, Auxilio y Comercio para una Confederación. El mismo no llegó a tener
aplicación práctica, ya que el Paraguay se mantuvo alejado de las Provincias Unidas33 y progresivamente aislado del
exterior.34

El Motín de las Trenzas


El 16 de noviembre de 1811, el Primer Triunvirato dispuso que los regimientos 1 y 2 fueron unidos, pasando a ser el N° 1 de
Patricios, y designó como su jefe al coronel Manuel Belgrano:

(...) por no ser conforme con las atenciones del señor Brigadier Don Cornelio Saavedra el desempeño
de las obligaciones de este importante cargo.

Saavedra fue condenado a destierro. El 6 de diciembre de 1811 los Patricios protagonizaron el llamado Motín de las Trenzas,
en contra de su nuevo jefe, reclamando conservar su autonomía y el privilegio de elegir a sus comandantes, levantándose
contra el Primer Triunvirato. Fueron duramente reprimidos y, por orden de Belgrano, 4 soldados y suboficiales fueron
condenados a muerte como cabecillas del motín, ejecutados y colgados en la vía pública el 21 de diciembre.35

La creación de la bandera argentina


Belgrano continuó como jefe del Regimiento de Patricios y para la
recomponer la disciplina, el regimiento fue enviado a Rosario a vigilar el río
Paraná contra avances de los realistas de Montevideo.

Allí, en Rosario, a las orillas del río Paraná, el 27 de febrero de 1812 enarboló
por primera vez la bandera argentina, creada por él con los colores de la
escarapela, también obra suya. Lo hizo ante las baterías de artillería que
denominó "Libertad" e "Independencia", donde hoy se ubica el Monumento
Histórico Nacional a la Bandera. Inicialmente, la bandera era un distintivo
para su división del ejército, pero luego la adoptó como un símbolo de
independencia. Esta actitud le costó su primer enfrentamiento abierto con el
gobierno centralista de Buenos Aires, personificado en la figura del ministro
Bernardino Rivadavia, de posturas netamente europeizantes. El Triunvirato
reaccionó alarmado: la situación militar podría obligar a declarar una vez más
la soberanía del rey Fernando VII de España, de modo que Rivadavia le
ordenó destruir la bandera. Sin embargo, Belgrano la guardó y decidió que la
impondría después de alguna victoria que levantara los ánimos del ejército y
del Triunvirato.

En cuanto a su elección de los colores de la bandera nacional argentina,


tradicionalmente se ha dicho que se inspiró en los colores del cielo; esta
versión es sin dudas válida aunque no excluyente de otras. Sin embargo, es Virgen de Caacupé, una de las
muy probable que haya elegido los colores de la dinastía borbónica (el azul- advocaciones a Santa María que Manuel
celeste y el 'plata' o blanco) como una solución de compromiso: en sus Belgrano tuvo por referencia.
momentos iniciales las Provincias Unidas del Río de la Plata, para evitar el
estatus de rebelde declararon que rechazaban la ocupación realista, aunque
mantenían aún fidelidad a los Borbones. Por otra parte, Belgrano parece haber sido devoto de la Virgen de Luján, y otras
advocaciones de la Virgen (de Chaguaya, de Itatí, del Valle, de Cotoca, y de Caacupé), cuyas vestes tradicionalmente son o han
sido albicelestes; en rigor ninguna de las teorías se contradice ya que los colores del cielo representan al manto de la
Inmaculada Concepción de La Virgen cuyos colores fueron elegidos por la dinastía borbónica de la Corona de España para su
presea más importante entonces otorgada: la Orden de Carlos III, de esta presea o condecoración surgió luego durante las
Invasiones Inglesas la escarapela y penacho del Regimiento de Patricios.

En el año 1938 por primera vez se celebró el Día de la Bandera en Argentina, eligiéndose el 20 de junio, día de la fecha de su
fallecimiento.

Segunda Campaña al Alto Perú


El mismo día que hizo flamear esa bandera, en febrero de 1812, Belgrano era nombrado por el Primer Triunvirato jefe del
Ejército del Norte. Debía partir hacia el Alto Perú, para brindar nuevamente auxilio a las provincias "de arriba", reemplazando
a Juan Martín de Pueyrredón y engrosando el ejército con las tropas de su regimiento.

Se hizo cargo del mando en la Posta de Yatasto: del ejército derrotado quedaban apenas 1500 hombres, de los cuales 400
internados en el hospital; tampoco había casi piezas de artillería, y no tenía fondos para pagar a los soldados. Fue designado
como su mayor general Eustoquio Díaz Vélez, quien lo secundó y acompañó durante toda la Segunda Campaña Auxiliadora al
Alto Perú.

Belgrano instaló su cuartel en Campo Santo, al este de la ciudad de Salta. Se dedicó a disciplinar el ejército y organizó su
hospital, la maestranza y el cuerpo de ingenieros. Su seriedad y su espíritu de sacrificio le ganaron la admiración de todos y
logró levantar el ánimo de las tropas.

En mayo se trasladó a San Salvador de Jujuy e intentó algunas operaciones en la Quebrada de Humahuaca. Para levantar la
moral del ejército, hizo bendecir la bandera por el cura de la iglesia de la ciudad, Juan Ignacio Gorriti, que había sido miembro
de la Junta Grande.

Mientras tanto, el ejército de José Manuel de Goyeneche, el vencedor de Huaqui, se demoraba en comenzar operaciones en el
sur, retrasado por la desesperada defensa de Cochabamba. Pero a fines de
junio comenzó su avance hacia el sur.

En esta situación, Belgrano recibió del Primer Triunvirato la orden de


replegarse, sin presentar batalla, hacia Córdoba. Así fue que dirigió el Éxodo
Jujeño: ordenó a toda la población seguirlo, destruyendo todo cuanto pudiera
ser útil al enemigo. No pudo hacer cumplir esa misma orden para la ciudad de
Salta, dado que el enemigo estaba ya muy cerca.

Los triunviros de Buenos Aires le ordenaron una retirada hasta la ciudad de


Córdoba pero Belgrano, conocedor por experiencia de los territorios, observó
que las posibles defensas de Córdoba podrían ser muy fácilmente esquivadas
por una ofensiva realista procedente del Alto Perú, e incluso reforzada desde
el reocupado Chile (la ciudad de Córdoba aunque está cerca de las sierras se
ubica ya en una llanura escasamente defendible por lo cual, sin presentar
batalla a los patriotas los realistas podían avanzar directamente hasta Buenos
Aires), lo cual le hizo considerar la petición de resistencia a ultranza hecha
por el pueblo en San Miguel de Tucumán.
Manuel Belgrano a caballo.
Fue alcanzado en Combate de las Piedras, donde perdió algunos hombres;
pero ordenó un contraataque que resultó exitoso y levantó la decaída moral
de su ejército en retirada. Cumpliendo las órdenes, se dirigió hacia Santiago del Estero. Pero los ciudadanos notables de San
Miguel de Tucumán, encabezados por Bernabé Aráoz, lo convencieron de desviarse hacia esa ciudad. Allí reunió varios
centenares de soldados más y se hizo fuerte en la propia ciudad. Respondió a un altanero ultimátum del general Goyeneche
fechado en el "cuartel general del Ejército Grande" con una irónica negativa fechada en el "campamento del Ejército Chico".

El jefe del ejército de vanguardia realista, general Pío Tristán, avanzó hasta las afueras de la ciudad con sus tropas
desprevenidas, con la artillería empacada sobre las mulas.

Pero cuando el ejército se presentó en el llamado "Campo de las Carreras", en las afueras de la ciudad, fueron
sorpresivamente atacados por el ejército independentista. La batalla de Tucumán, librada el 24 de septiembre de 1812, fue
increíblemente confusa: cada unidad peleó por su lado, se desató una tormenta de tierra, e incluso el cielo se oscureció por una
manga de langostas. Belgrano acampó a cierta distancia, y sólo el llegar la noche supo que había triunfado. Fue la más
importante de las victorias revolucionarias de la guerra de la independencia argentina.

Belgrano reorganizó las tropas y avanzó hacia Salta. El 20 de febrero de 1813 se libró la batalla de Salta, en la pampa de
Castañares, lindante con la ciudad de Salta, en la que logró un triunfo completo, haciendo inútil la defensa de las tropas de
Tristán. Fue la primera vez que la bandera argentina presidió una batalla.

Firmó con Tristán un armisticio, por el cual dejó en libertad a los oficiales realistas, bajo juramento de que nunca volvieran a
tomar las armas contra los patriotas. Esta decisión le valió las críticas de los miembros del gobierno porteño y de muchos
historiadores actuales. Pero es posible que, si se hubiera portado con más crueldad, como Castelli en 1811, no hubiera podido
recibir el apoyo que recibió en el Alto Perú.

Como consecuencia de la batalla de Salta, las provincias altoperuanas de Chuquisaca, Potosí, y más tarde, Cochabamba, se
levantaron nuevamente contra los españoles. Expulsó al obispo de Salta, cuando descubrió que estaba cooperando con los
realistas.

En abril de 1813 inició el avance hacia el norte, al territorio de la actual Bolivia. Intentó no empeorar las relaciones con los
altoperuanos, que habían quedado mal predispuestos contra los porteños desde las imprudencias de Castelli y Bernardo de
Monteagudo, pero hizo ejecutar a los realistas que habían violado el juramento dado en la batalla de Salta y por el que habían
sido liberados: les cortó las cabezas y las hizo clavar con un cartel que decía "por perjuros e ingratos".

En junio entraba con su ejército de 2500 hombres en Potosí, donde reorganizó la administración y nombró gobernadores
adictos en casi todo el Alto Perú. Mientras tanto, Goyeneche era reemplazado por Joaquín de la Pezuela, un general, más hábil
que aquél, que pronto reunió un ejército de casi 5000 hombres.
Belgrano se puso en marcha con 3500 hombres, entre los que se contaban fuerzas
indígenas comandados por Cornelio Zelaya, Juan Antonio Álvarez de Arenales,
Manuel Asencio Padilla e Ignacio Warnes. Este último había sido nombrado
gobernador de Santa Cruz de la Sierra por Belgrano, y había logrado extender
significativamente el territorio liberado.

Enfrentó a Pezuela el 1 de octubre en la batalla de Vilcapugio, donde en un primer


momento pareció que podía lograr la victoria. Un sorpresivo contraataque realista
logró una victoria total para Pezuela. En ella perdió poco menos de la mitad de sus
tropas, casi toda su artillería y su correspondencia. Por ésta, Pezuela supo que Plaza Mayor (actual Plaza
Belgrano esperaba refuerzos. Por eso forzó rápidamente una nueva batalla. Independencia) de la Ciudad de
San Miguel de Tucumán hacia 1812
En la batalla de Ayohuma, del 14 de noviembre, y a pesar del consejo contrario de durante el gobierno del General
sus oficiales de no presentar batalla, no atinó a ocultar la disposición de sus tropas, Manuel Belgrano (Pintura al óleo
actual)
lo que permitió que Pezuela lo atacara con seguridad, cambiando de frente. Fue
una segunda completa victoria realista.

Como consecuencia de estas derrotas se retiró a Jujuy, dejando las provincias del Alto Perú en manos del enemigo. Quedaban
en esas provincias varios jefes revolucionarios, los más destacados de los cuales fueron Arenales, Warnes y Padilla, que dieron
mucho trabajo a su enemigo hasta el regreso del Ejército del Norte, al año siguiente.

Belgrano fue cuestionado por el Segundo Triunvirato. En enero debió dejar el mando del Ejército del Norte al coronel José de
San Martín, quien había sido uno de los jefes de la revolución del 8 de octubre de 1812 que había depuesto al Primer
Triunvirato. En la Posta de Yatasto Belgrano entregó la jefatura del nuevamente derrotado Ejército del Norte a San Martín y a
los pocos días regresó a Buenos Aires, seriamente enfermo por afecciones contraídas durante sus extensas campañas militares,
probablemente paludismo y tripanosomiasis.

Pese a encontrarse con un ejército material y anímicamente diezmado, San Martín reconoció en todo momento la gran labor
libertadora desempeñada por Belgrano al frente de las terribles campañas del Alto Perú, profesándole en todo momento un
gran respeto y admiración.

Su fracaso en esta campaña ha sido considerado como determinante de la posterior separación de Bolivia de Argentina.36

Diplomacia en Europa
Belgrano fue enviado por el Director Supremo de las Provincias Unidas del
Río de la Plata, Gervasio Antonio de Posadas, como diplomático a Europa.
Entre 1814 y 1815 viajó, con riesgo para su vida, tanto por estar enfermo como
por ser considerado un súbdito rebelde, al Viejo Mundo para negociar el
reconocimiento de la independencia ante las potencias europeas, aunque sin
obtener resultados.

Fue enviado junto con Rivadavia a Londres, para negociar con el gobierno
inglés y con el rey de España, Fernando VII. No es seguro qué actitud debían
tomar respecto de éste, si conseguir la independencia o reconocerlo como
monarca constitucional. Rivadavia llevaba instrucciones secretas que
Belgrano no conocía: negociar preferentemente con Londres y ofrecer la
corona del Reino del Río de la Plata a un príncipe español o inglés. De paso
por Río de Janeiro, se entrevistaron con lord Strangford, el embajador inglés.
También estaba en esa ciudad Manuel José García, enviado por el Director
Supremo Carlos María de Alvear para negociar otras opciones; entre ellas, la
incorporación a Inglaterra como colonia.

Manuel Belgrano.
Llegados a Londres, no lograron entrevistarse con el canciller Robert Stewart, vizconde de Castlereagh. Temiendo quedar
aislados, intentaron coronar al príncipe Francisco de Paula de Borbón, un hermano de Fernando VII, con la colaboración del
exrey Carlos IV de España. Incluso Belgrano redactó un proyecto de constitución, casi copiada de la inglesa, con su cámara de
Nobles, de Comunes, y su nobleza.37

Durante su viaje como diplomático observó la hostilidad de casi todos los gobiernos europeos de entonces hacia las repúblicas
y las democracias ya que la restauración absolutista de la Santa Alianza se había impuesto en Europa. Por ello, a su regreso de
la misión diplomática en Europa, a mediados de 1815 volvió a proponer, esta vez con el apoyo de San Martín, un gobierno
regalista pero, a diferencia del absolutismo europeo bregó por una monarquía constitucional. Esta posición política no fue
aceptada por los partidarios independentistas republicanos.

La guerra civil en el Litoral


Belgrano retornó a Buenos Aires y se puso en contacto con el nuevo Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la
Plata, Ignacio Álvarez Thomas, con quien estaba emparentado tanto familiar como políticamente.38

Debido al fracaso de Juan José Viamonte, que había sido enviado previamente contra los federales de la tenencia de gobierno
de Santa Fe, que se oponían a la dependencia de Buenos Aires, y que había terminado preso en el campamento del caudillo de
la Banda Oriental José Gervasio Artigas; Álvarez Thomas decidió enviar a Santa Fe a un contingente comandado por
Eustoquio Díaz Vélez y al Ejército del Norte, que estaba bajo la conducción del general Belgrano.

Belgrano reemplazó a Viamonte y envió a a su segundo, Eustoquio Díaz Vélez, el mismo que había sido su segundo en
Tucumán, Salta, Vilcapugio y Ayohuma, a exigir rendición a los santafesinos, pero éste —"para cortar de raíz la cruenta guerra
civil"— firmó el Pacto de Santo Tomé, el 9 de abril de 1816, con Cosme Maciel, comandante de la fuerza de mar de Santa Fe y
representante del gobernador Mariano Vera. Por este tratado se depuso a Belgrano como jefe del ejército, colocándose a Díaz
Vélez en su lugar. Esta rebelión de Díaz Vélez provocó la caída del director Ignacio Álvarez Thomas. Se acordó que la paz
definitiva debía de ser ratificada entre ambos gobiernos y ser también aceptada por José Gervasio Artigas.

El caudillo Artigas se opuso a la firma del acuerdo de paz definitivo que fue finalmente dejado de lado por el nuevo Director
Supremo, Antonio González Balcarce, y por el Congreso de Tucumán. Esta negativa tuvo como consecuencia que la Liga de los
Pueblos Libres no envió diputados al Congreso de Tucumán ni participó de la Declaración de independencia de la
Argentina.39

El Congreso de Tucumán, los intentos monárquicos y la declaración de la independencia


Ante los hechos consumados de su época determinados por el absolutismo de la
Santa Alianza, Belgrano consideró que lo conveniente era preservar a la región
del Plata a través de la declaración de su independencia y del establecimiento
de un modo de gobierno monárquico moderado que pudiera ser reconocido por
la mayoría de las potencias europeas.

Del mismo modo suponía que tal tipo de gobierno regalista mantendría, como
ocurría con Brasil, unificada a la enorme extensión territorial de las provincias Registros del Cementerio de la
liberadas, que habían integrado el antiguo virreinato rioplatense y que se Recoleta sobre el entierro de Juan
encontraban habitadas por diversos pueblos que estaban secularmente en Bautista Túpac Amaru, Inca que
conflicto.40 13 Belgrano intentó coronar como rey de
las independizadas Provincias Unidas
El 6 de julio de 1816, Belgrano expuso ante los diputados del Congreso de de Sudamérica.
Tucumán, en dos reuniones, una propuesta de instaurar una monarquía casi
nominal que ofrecía el trono a los descendientes de los Incas. Según este Plan
del Inca41 muy probablemente proyectó que el título correspondiera a Juan Bautista Túpac Amaru, único hermano
sobreviviente conocido del inca Túpac Amaru II,42 y un gobierno efectivo de tipo parlamentario, con el objeto de lograr el
pronto reconocimiento a nivel internacional de la independencia argentina.
Su propuesta de implantar una monarquía inca parlamentaria fue ridiculizada por sus contemporáneos que apoyaban la
formación de una república. Sin embargo, obedecía a un inteligente cálculo por parte de Belgrano: la oferta de la corona a los
Incas buscaba atraer la adhesión de parte de las poblaciones incas de las actuales zonas andinas de Bolivia, Perú y Ecuador al
movimiento emancipatorio que se gestaba desde Argentina.

Fue, con San Martín y Bernardo de Monteagudo, uno de los principales promotores de la Declaración de la independencia de
las Provincias Unidas en Sud América, en San Miguel de Tucumán, el 9 de julio de 1816.

Nuevamente general en jefe del Ejército del Norte


En agosto de 1816 Belgrano se hizo cargo nuevamente del Ejército del Norte; pero no pudo organizar una cuarta expedición al
Alto Perú, como era su sueño. Sólo alcanzó a enviar al teniente coronel Gregorio Aráoz de Lamadrid en una campaña menor,
en marzo de 1817, hasta las cercanías de Tarija. Pero Lamadrid, después de una pequeña victoria, y con apenas 400 hombres,
atacó Chuquisaca por sorpresa. Fue derrotado y tuvo que huir por la sierra y la selva, volviendo a Tucumán por el camino de
Orán.43

La nueva guerra civil en el norte y en el Litoral


También en 1817, por orden del Congreso de Tucumán, Belgrano envió a sus mejores tropas a aplastar la revolución federal de
Santiago del Estero, acaudillada por Juan Francisco Borges, quien fue capturado por Aráoz de Lamadrid. Al saber de la prisión
de Borges, Belgrano —que originalmente había ordenado su fusilamiento— le indultó pero Lamadrid ya había fusilado a su
rival santiagueño.

El Ejército del Norte pasó un año acantonado en la rústica fortaleza de La Ciudadela, a un par de kilómetros al sudoeste de la
Plaza Mayor de la ciudad de San Miguel de Tucumán, sin recursos para seguir la guerra, y tratando de contrarrestar los
posibles contraataques de los realistas.

Se le ordenó repetidas veces utilizar divisiones del Ejército del Norte contra los federales de Santa Fe. De modo que se trasladó
a la Villa de Ranchos, en Córdoba, y envió contra el caudillo de Santa Fe Estanislao López al coronel cordobés Juan Bautista
Bustos, que no logró doblegar la resistencia del santafesino.44 Si bien no combatió personalmente a los federales
continuamente se quejaba a las autoridades nacionales de la inutilidad de esa guerra y advertía al gobierno que la población de
las provincias estaban descontentas del centralismo:

"Hay mucha equivocación en los conceptos: no existe tal facilidad de concluir esta guerra; si los autores
de ella no quieren concluirla, no se acabará jamás... El ejército que mando no puede acabarla, es un
imposible. Su único fin debe ser por un avenimiento... o veremos transformarse el país en puros
salvajes..."45

A mediados de 1819, cuando estaba ya muy enfermo, el general José Rondeau, nuevo Director Supremo, ordenó que tanto el
Ejército del Norte como el Ejército de los Andes, comandado por San Martín, abandonaran la lucha contra los realistas para
aplastar las rebeldías provinciales. San Martín sencillamente ignoró la orden, mientras Belgrano obedeció a medias: ordenó a
sus tropas iniciar la marcha hacia el sur, pero pidió licencia por enfermedad y delegó el mando en su segundo, Francisco
Fernández de la Cruz.

Se instaló en Tucumán, pero a poco de llegar fue sorprendido por un motín en esa provincia, que llevó al gobierno a su viejo
conocido Bernabé Aráoz, y terminó con el general en prisión. Su médico particular, el escocés Joseph Redhead —a quien había
conocido después de la batalla de Tucumán y que lo había acompañado desde entonces— tuvo que interceder por él para que
no fuera encadenado. Fue también él quien preparó su viaje a Buenos Aires.46

La provincia de Tucumán negó su obediencia al Directorio. Dos meses más tarde, también el Ejército del Norte se negó a
apoyar al gobierno central contra los federales: al llegar a Santa Fe, el general Bustos dirigió el llamado motín de Arequito, y el
Ejército del Norte fue disuelto.45

Su muerte
Belgrano llegó a Buenos Aires en plena Anarquía del Año XX, ya seriamente
enfermo de hidropesía. Esta misma enfermedad lo llevó a la muerte, el 20 de
junio de 1820.

En su lecho final fue examinado por el médico escocés Joseph Redhead, que
lo atendió en su casa; al no poder pagarle por sus servicios, pues en ese
momento estaba sumido en la pobreza, Belgrano quiso darle un reloj como
pago, ante la negativa del galeno a cobrarle, Belgrano tomó su mano y puso el
reloj dentro de ella, agradeciéndole por sus servicios. Se trataba de un reloj de
bolsillo con cadena, de oro y esmalte, que el rey Jorge III de Inglaterra había Mausoleo de Manuel Belgrano en el
obsequiado a Belgrano. nota 5 Convento de Santo Domingo, Buenos
Aires, obra de Ettore Ximenes.
Una de sus últimas frases fue de esperanza, a pesar de los malos momentos
que pasaban tanto él como su patria:

... sólo me consuela el convencimiento en que estoy, de quien siendo nuestra revolución obra de Dios,
él es quien la ha de llevar hasta su fin, manifestándonos que toda nuestra gratitud la debemos convertir
a su Divina Majestad y de ningún modo a hombre alguno.

Manuel Belgrano47

Murió en la pobreza, a pesar de que su familia había sido una de las más acaudaladas del Río de La Plata antes de que
Belgrano se comprometiera con la causa de la independencia.

El mismo día de su muerte es recordado como el Día de los tres gobernadores pues se desataba una crisis política en el
gobierno ejecutivo de la provincia. Esto ayudó a que su fallecimiento pasara casi inadvertido. El único diario que publicó la
noticia fue "El Despertador Teofilantrópico", que era redactado por el fraile franciscano Francisco de Paula Castañeda.48 49

Cumpliendo con su última voluntad, su cadáver fue amortajado con el hábito de los dominicos tal como era costumbre entre
los terciarios dominicos, de los que formaba parte50 y fue trasladado desde la casa paterna en la que murió -actual Avenida
Belgrano, nº 430- al Convento de Santo Domingo, recibiendo sepultura en un atrio. El mármol de una cómoda de su casa
sirvió de lápida para identificarlo.51

Exhumación de sus restos


El 4 de septiembre de 1902, una comisión designada por el presidente de la Nación, Julio Argentino Roca, procedió a exhumar
los restos de Belgrano, para trasladarlos a la urna que fue depositada en el monumento que se inauguró en octubre de ese año
en el mismo atrio de Santo Domingo. Dicho monumento se construyó por suscripción popular.

Levantada la lápida, se retiraron los huesos que fueron colocados en una bandeja de plata. Entre ellos se encontraron algunos
dientes, uno de los cuales fue tomado por el ministro del interior, doctor Joaquín V. González, y otro por el ministro de
Guerra, coronel Pablo Ricchieri. Este hecho fue publicado y condenado por los principales diarios porteños y concluyó cuando
el prior de Santo Domingo comentó, en cartas al diario La Prensa, que había recibido ambos dientes. El ministro González se
había justificado ante el prior diciendo que se había llevado el diente para mostrarlo a sus amigos, y Ricchieri dijo que el lo
retiró para presentarlo al señor general Bartolomé Mitre.52

Belgrano y la educación
Belgrano fue uno de los próceres argentinos que más énfasis puso en impulsar la educación.

Durante su estadía en España había elaborado un plan de acción, que en total abarcaba seis puntos. Uno de ellos estaba
dedicado a la educación:

Antiguamente se halló en la política la máxima siguiente: ´Es bueno, mantener la gran masa del pueblo
en la ignorancia, idea que aunque no fuera indigna del hombre, se opone directamente al verdadero
interés del Soberano. (...) Ése es uno de los objetivos más importantes del gobierno. Vasallos dichosos
y Soberano poderoso, son los resultados del estado actual de las
escuelas públicas, y de la educación lugareña, que después de mil
ensayos, se han establecido en varias provincias de Alemania,
Suecia, Inglaterra, etc. (...) Por este medio se logran en la gran
masa de una nación costumbres sanas.53

Respecto a la educación ha dicho que:

Sin que se ilustren los habitantes de un país, o lo que es lo mismo,


sin enseñanza, nada podríamos adelantar.54

Manuel Belgrano

La patria necesita de ciudadanos instruidos.54

Manuel Belgrano
Busto entronizado en la Escuela N.º 67
Juan E. Pestalozzi, de Rosario,
Memorias ante el Consulado de Comercio Argentina. Escultor Erminio Blotta
Al regresar de España con una sólida preparación en materia económica,
Belgrano mostró en su accionar la influencia que en él habían ejercido las
nuevas ideas.

Ya como Secretario del Consulado, y por una real orden de erección de dicha
institución (1794), tenía la obligación de presentar anualmente una memoria
al cuerpo relatando las actividades realizadas. Sin embargo, Belgrano las
redactó puntualizando más lo que debiera hacerse que relatando lo efectuado.
De esta manera alertaba a las autoridades sobre las necesidades de la colonia,
adoctrinaba a sus paisanos y no despertaba sospechas de las autoridades.55

En la primera memoria consular (1796), proponía la creación de siete tipos de


Firma de Manuel Belgrano.
establecimientos educativos, a saber:

◾ Una Escuela de Comercio


◾ La Escuela de Náutica (creada en 1799)
◾ La Academia de Geometría y Dibujo (creada en 1799)
◾ Escuelas agrícolas
◾ Escuelas de hilanzas de lana y de algodón
◾ Enseñanza primaria, gratuita y obligatoria en todo el reino
◾ Escuelas para mujeres
En la primera memoria, fundamentó sus propuestas y su relevancia económica de muchas maneras:

Una de las causas a que atribuyo el poco producto de las tierra y el ningún adelantamiento del labrador
(...) [es] porque no se mira a la agricultura como un arte que tenga necesidad de estudio, de reflexiones
o de reglas.

No se crea que es ajeno al ministerio eclesiástico el instruir y comunicar las luces sobre el cultivo de las
tierras, artes, comercio, etc., pues el mejor medio de socorrer la mendicidad y miseria es prevenirla y
atenderla en su origen.

¿Cómo, pues, la pondremos [a la industria] en este estado [de riqueza]? Con unos buenos principios
(...) Los buenos principios los adquirirá el artista en una escuela de dibujo que, sin duda, es el alma de
las artes.
A estas infelices gentes (por los pobres) que, acostumbradas a vivir en la ociosidad, como llevo
expuesto, desde niños, les es muy penoso el trabajo en la edad adulta y [son] o resultan unos
salteadores o mendigos; estados seguramente deplorables, que podían cortarse si se les diese auxilio
desde la infancia, proporcionándoles una regular educación, que es el principio de donde resultan ya lo
bienes ya los males de la sociedad.

Uno de los principales medios que deben aceptar a este fin, son las escuelas gratuitas, donde pudiesen
los infelices, [es decir, los pobres] mandar a sus hijos sin tener que pagar cosa alguna por su
instrucción: allí se les podría dictar buenas máximas e inspirarles amor al trabajo, pues un pueblo
donde no reine éste, decae el comercio y toma lugar la miseria; las artes que producen abundancia que
las multiplica después en recompensa, decaen; y todo, en una palabra, desaparece, cuando se
abandona la industria, porque se cree no es de utilidad alguna.

Igualmente se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñase doctrina cristiana,
a leer, escribir, coser, bordar, etc., y principalmente, inspirándoles amor al trabajo, para separarlas de
la ociosidad.

La ciencia del comercio no se reduce a comprar por diez y vender por veinte, sus principios son más
dignos. (...) Sea el primero [de los medios de fomento del comercio], una escuela titulada de comercio.

Es forzoso se ponga igualmente, como medio de la protección del comercio, una escuela de
náutica, sin cuyos principios nadie pudiese ser patrón de lancha en este río. (...) La utilidad y
ventaja que proporcionará este establecimiento, aun para los que no quieren seguir la carrera
de la navegación, no será bien ponderada jamás, ni yo puedo hacerla ver claramente.56

En su memoria de 1797, sobre el cultivo del lino y el cáñamo, también hacía numerosas referencias a la educación. En sí
misma, esta memoria puede ser considerada como un manual didáctico sobre agricultura, explicándose con suficiente nivel de
detalle como para ser de utilidad práctica para el labrador. Relataba el tipo de terreno apto para el cultivo del cáñamo, cómo
debían ser las semillas para que fueran aptas para el cultivo, la forma de sembrarlo, cultivarlo y procesarlo, de modo que fuera
directamente utilizable en los telares.

En total, dedicó tres memorias exclusivamente a fomentar la educación técnica:56

◾ 16 de junio de 1800. "Utilidad, necesidad y medios de erigir un Aula de Comercio en general, donde se enseñe
metódicamente y por Maestría, la ciencia del Comercio en todos sus ramos". Hasta la fecha, esta memoria no ha podido
ser hallada.
◾ 14 de junio de 1802. "Establecimiento de fábricas de curtiembre". Ya hemos visto que en esta memoria la clave estaba
en traer de Europa a maestros curtidores, o en enviar seis estudiantes a capacitarse en dicho oficio.
◾ 16 de junio de 1806. "Fomento de la Agricultura en Establecimientos de Sociedad y Escuelas de su enseñanza". En esta
memoria, que ha llegado a nuestros días, Belgrano hacía una defensa de la enseñanza de las Matemáticas en todos los
ramos del saber, mostrando su relación con la del progreso de las maquinarias y ligando el de la agricultura al de estas.
En su memoria consular de 1802 decía que sin enseñanza no hay adelantamientos y he clamado siempre por la escuela (...)
como medios para la prosperidad del Estado, pero sus fondos adictos a una deuda contraída por este comercio en beneficio
del erario, no han prestado margen para que pudiese disponer de ellos.nota 6

En el Correo de Comercio
En 1809 Belgrano aceptó la creación de un nuevo periódico, auspiciado por el entonces virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros,
que apareció a fines de enero de 1810 con el nombre de Correo de Comercio de Buenos Aires. Su objetivo principal era
popularizar los sanos principios de la economía política y ocuparse de materias científicas y literarias, impulsando a través de
esas publicaciones la Revolución, según afirmaría en su autobiografía. También exponía acerca de los beneficios económicos
que resultaría de una difusión de la educación. De los siete primeros artículos publicados en el semanario, tres de ellos
correspondieron al tema educación, siendo éstos los más extensos. En el primero, titulado "Educación" expresaba:

No es fácil corresponder en que ha podido consistir, ni en que consista el fundamento más sólido, la
base, digámoslo así, y el origen verdadero de la felicidad pública, cual es la educación, se halla en un
estado tan miserable, que aun en las mismas capitales se resienten a su falta. (...) A la falta de estos
establecimientos debemos atribuir los horrores que observamos.57
Llegaba a ligar el amor al trabajo y las virtudes básicas de todo ciudadano con la educación primaria. Según su pensamiento,
ninguna sociedad podía progresar si sus habitantes no tenían aprecio por el trabajo y esfuerzo y eran virtuosos:

¿Cómo, cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas,
que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios y que el gobierno reciba
el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en
generación con mayores y más grandes aumentos?57

Más adelante, en el mismo Correo de Comercio, volvía a insistir en la formación de valores:

¿Quién le ha dicho que esas virtudes son la justicia, la verdad, la buena fe, la decencia, la beneficencia,
el espíritu, y que estas cualidades son tan necesarias al hombre como la razón de la que preceden.
Ruboricémosnos, pero digámoslo: nadie. (...) Nuestros lectores tal vez se fastidiarán con que le
hablemos tanto de escuelas; pero que se convenzan de que existen en un país nuevo que necesita echar
los fundamentos de su prosperidad perpetua y que aquellos para ser sólidos y permanentes es preciso
que se compongan de las virtudes morales y sociales, que sólo pueden imprimirse bien, presentando a
la juventud buenos ejemplos.57

Otorgaba a la educación primaria más importancia que a la universitaria, fundamentando su afirmación de la siguiente
manera:

Séanos lícito aventurar la proposición de que es más necesaria la atención de todas las autoridades, de
todos los magistrado, y de todos los ciudadanos para los establecimientos de la enseñanza de niñas,
que para fundar una Universidad. (...) Con la Universidad, habría aprendido algo de verdad nuestra
juventud en medio de la jerga escolástica, y se habría aumentado el número de nuestros doctores, pero
¿equivale esto a lo que importa la enseñanza de las que mañana han de ser madres? (...) Es indudable
que no, y para prueba, no hay más que trasladarse a donde hay Universidades, y no hay quién enseñe
al bello sexo.57

Debido a la importancia que asignaba a la educación es que se ocupaba que ésta fuese impartida del modo que él consideraba
el más adecuado y eficiente. Limitaba los castigos corporales, que representaban un hábito muy arraigado en la sociedad.
Eliminaba, en gran medida, la humillación pública del alumno incorregible, por considerar que era contraproducente e
innecesaria.

Se ocupaba también de señalar cómo debía ser la selección de los maestros, y de describir cuáles debían ser sus características
principales. Los alumnos sólo tenían una oportunidad de recibir educación, y ésta debía ser la mejor disponible. La opinión de
Belgrano al respecto era contundente, tanto cuando se refiere a la educación primaria como a la técnica o terciaria:

En lo que se refiere a la educación primaria opinaba que "Si por desgracia una sola de éstas [, las maestras,] hay que sea de
malas costumbres, ¿es dable hacer el cálculo de los males que pueden resultar a la sociedad? Porque desengañémosnos, el
ejemplo... Si, el ejemplo es el maestro más sabio para la formación de las buenas costumbres."57

Mientras que en lo relacionado con la educación terciaria o técnica decía que "Una especulación mal hecha puede traer
consecuencias muy funestas al comercio de una provincia y de toda una nación. (...) ¡Qué de perjuicios para un país agricultor
y comerciante! ¿Y qué modo de prevenirlos? La extensión de conocimientos, (...) que ni el labrador ni el comerciante ni el
artista ignoren lo que les corresponde..."56
En su primera memoria alertaba a sus oyentes sobre el tema de la elección de los maestros, cuando decía que «debía confiarse
el cuidado de las escuelas gratuitas a aquellos hombres y mujeres que, por oposición, hubiesen mostrado su habilidad y cuya
conducta fuese de público y notorio irreprensible»".

Las Escuelas de la Patria y los maestros


Por sus victorias de Tucumán y Salta, la Asamblea del Año XIII otorgó a Belgrano, como premio, 40 mil pesos fuertes
(equivalentes a casi 80 kilos de oro).58 Belgrano respondió que prefería ser un buen hijo de la patria más que un padre de la
misma, y expresó que el dinero de tal premio fuera dedicado para la construcción de escuelas públicas estatales y gratuitas en
las ciudades de Tarija (en la actual Bolivia), Jujuy, San Miguel de Tucumán y Santiago del Estero.nota 7

En el texto de su donación proponía el mecanismo de elección de los maestros, que debía estar basado en el mérito. Por
ejemplo, en cuanto a la educación primaria escribió que la provisión de escuelas se hará por oposición, y pasaba a establecer
con minuciosidad el procedimiento que la regularía. En el artículo siguiente, el cuarto, establece Cada tres años podrá el
ayuntamiento abrir nueva oposición, y convocar opositores si lo tuviese por convencimiento o hubiese proporción de
mejorar el Maestro. El que ha servido o desempeñado la Escuela en igualdad de mérito y circunstancias deberá ser
preferido.59

Ya en el Reglamento de la Escuela de Náutica, con relación a la educación terciaria o técnica, describía en detalle un
mecanismo de oposición particular designado para elegir directores:

El mecanismo de oposición consiste en la presentación de credenciales, informes sobre sus conductas


pasadas, el rendir un examen y preparar un discurso a las 24 h de presentado un tema, el responder en
el momento a las preguntas que cualquier miembro de la Junta desease formularle, el de labrar nuevos
planos y de enseñar dicha metodología a sus discípulos, entre otros requerimientos.

El privilegio del maestro en actividad era el de conservar su puesto siempre y cuando sus aptitudes para el cargo no fueran
superadas por otro maestro. La importancia que se daba a los educadores puede verse en el artículo octavo del reglamento de
las escuelas donadas en 1813, en el que indicaba que se le debería dar asiento al maestro en cuerpo de Cabildo, reputándosele
como Padre de la Patria.60

En el artículo 18 del mismo reglamento se mencionaban cuáles debían ser los caracteres del maestro, que amplían la lista que
ya habíamos expuesto anteriormente:

El maestro procurará con su conducta, y en todas sus expresiones y modos, inspirar a sus alumnos
amor al orden, respeto a la Religión, consideración y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor a
la virtud, y a otras ciencias, horror al vicio, inclinación al trabajo, desapego del interés, desprecio de
todo lo que diga a profusión y lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu
nacional que les haga preferir el bien público al privado, y estimar en más la calidad de Americano que
la de Extranjero.61

Si se refirió en numerosas oportunidades a estas virtudes, sin duda era porque lo consideraba importante. Insistía Belgrano en
los valores en numerosos ocasiones:

Basta con que los maestros sean virtuosos y puedan con su ejemplo dar lecciones prácticas a la niñez y
juventud y dirigirlos por el camino de la Santa Religión y del honor y pudiendo enseñar a leer bien,
poco importa que su forma de letra no sea de lo mejor; suficiente con que se pueda entender.62

Porque desengañémosnos, el ejemplo... Si, el ejemplo es el maestro más sabio para la formación de las
buenas costumbres. Nada valen teorías, en vano las maestras explicarán y harán comprender a sus
discípulas lo que es justicia, verdad, buena fe, etc., y todas las virtudes, si en la práctica las desmiente,
ésta arrollará todo lo bueno, y será la conducta en los días ulteriores de la depravación.63
Buscó elevar la condición del maestro mediante el pago de sueldos dignos. Para asegurar la financiación de la educación,
propuso siempre la creación de fondos, para que los institutos tuviesen asegurados su financiamiento a perpetuidad.

Belgrano exponía que el progreso económico depende del conocimiento técnico y de los valores de la sociedad. Haciendo
referencia a los males que traería el que los habitantes no estaban suficientemente capacitados, preguntaba: «¿Qué modo de
prevenirlos? La extensión de conocimientos, la ilustración general, el que las luces se difundan por todos, que todos se
instruyan, que adquieran ideas, que ni el labrador ni el comerciante ni el artista ignoren lo que les corresponde, que unos y
otros procuren no apegarse tan íntimamente a los pensamientos de sus antepasados, los cuales sólo deben adoptarse cuando
convienen y cuando no, desecharlos y abandonarlos: que lo fue útil en otro tiempo, hoy es perjudicial; las costumbres varían;
los usos igualmente; y todo, de tiempo en tiempo, cambia, sin que en esto haya más misterio, que el de la vicisitud de las cosas
humanas».

Vida privada

Aspecto físico
Las versiones sobre el aspecto físico de Manuel Belgrano difieren. Según Bartolomé Mitre, era "de regular estatura, cabello
rubio y sedoso, ojos grandes de color azul sombrío, tez muy blanca y algo sonrojada; y cabeza grande y bien modelada". Pero
quienes lo describieron a la edad de dieciocho años decían que tenía ojos castaños y pelo rojo". Y un cronista inglés lo
describió como rubio.49

No usaba bigote y tenía escasa barba, nariz fina y ligeramente aguileña y contextura delicada. Era elegante, aseado y de porte
esmerado.49

Semblanza
De Belgrano se ha dicho que:

Es el más metódico de los [generales] que conozco en nuestra América; lleno de integridad y talento
natural, no tendrá los conocimientos de un Moreau o Bonaparte en punto a milicia, pero créame Ud.
que es el mejor que tenemos en América del Sur.

General José de San Martín a Godoy Cruz.

Belgrano no tenía, como él mismo lo ha dicho, grandes conocimientos militares, pero poseía un juicio
recto, una honradez a toda prueba, un patriotismo puro y desinteresado, el más exquisito amor al
orden, un entusiasmo decidido por la disciplina y un valor moral que jamás se ha desmentido.

General José María Paz

General sin las dotes del genio militar, hombre de estado sin fisonomía acentuada...Sus virtudes fueron
la resignación y la esperanza, la honradez del propósito y el trabajo desinteresado.

Domingo Faustino Sarmiento64

Relaciones sentimentales y descendencia


Belgrano inició una intensa relación amorosa con María Josefa Ezcurra, cuñada de Juan Manuel de Rosas, en algún momento
entre su llegada a Buenos Aires y su partida a Tucumán a organizar el Ejército del Norte. No obstante, es posible que se
conocieran desde antes.65 Ella en realidad se había casado años antes con su primo, el navarro Juan Esteban de Ezcurra,
quien después de nueve años de matrimonio, sin hijos, y disconforme con la Revolución de Mayo, se exilió en su patria,
negándose María a acompañarlo. Aunque nunca la volvió a ver, Juan Esteban la nombró su heredera.
María Josefa acompañó al Ejército en la campaña del Norte. Durante la misma concibió un hijo, que nació el 30 de julio de
1813 en la estancia de unos amigos en Santa Fe, siendo bautizado con el nombre de Pedro Pablo. Fue anotado como huérfano
en la Catedral de Santa Fe y se ignora si el niño conoció a su padre, pues lo adoptó inmediatamente su tía materna,
Encarnación Ezcurra, a la sazón recién casada con Juan Manuel de Rosas; posteriormente fue conocido como Pedro Rosas y
Belgrano, llegó al grado de coronel y tuvo una complicada actuación pública en la década de 1850.

En 1812, después de su victoria en Tucumán, Belgrano conoció a la joven María Dolores Helguero y Liendo, a quien prometió
matrimonio. Pero la prometida unión nunca llegó a concretarse, pues cuando Belgrano regresó de sus campañas, la joven
había sido dada en matrimonio a otro hombre. Se sabe que se volvieron a ver durante el Congreso de Tucumán, cuando ella
aún estaba casada, y que años más tarde tuvieron como fruto de su relación a Manuela Mónica Belgrano, nacida el 4 de mayo
de 1819. La niña vivió con su madre hasta 1825, cuando la hermana de su padre, Juana Belgrano de Chas, la llevó a Buenos
Aires. Mónica y su medio hermano se conocieron en 1834, después de que Rosas cumpliera con el pedido de Belgrano de
revelarle a Pedro su verdadera filiación cuando fuera mayor de edad. Mónica se casó en 1853 con un pariente distante, Manuel
Vega Belgrano.

Otra amante conocida de Belgrano fue una francesa que se hacía llamar mademoiselle (señorita) Elisa Pichegru, a quien
conoció durante su misión diplomática en Londres. La relación fue corta y terminó cuando él retornó a Buenos Aires.
Pichegru, que según los relatos de la época era una mujer aventurera que vestía provocativamente, fue a visitarlo a Buenos
Aires en 1817, pero debido a que él se encontraba en el Congreso de Tucumán, se volvió a Europa sin poder verlo.

Árbol genealógico
Los padres de Manuel Belgrano se casaron el 4 de noviembre de 1757 en la Iglesia de la Merced. La madre era porteña,
(aunque el padre y los hermanos menores que ella eran de Santiago del Estero) y tenía 27 años cuando nació Manuel, en su
sexto parto. Falleció en agosto de 1799. El padre era genovés y falleció en septiembre de 1795.49

Por el linaje paterno

Pompeio Belgrano / Pompeyo


Belgrano (casado con Marina
Belgrano)

Carlo Mattia Belgrano / Carlos


Agostino Belgrano e
Matías Belgrano y Belgrano María Virginia
Belgrano / Agustín
(casado con Giovanna del Giudice Belgrano y Melgrano
Belgrano y Belgrano
/ Juana del Giúdice)

Francesco Belgrano del Giudice /


Rogelio Belgrano del Tomaso Belgrano /
Francisco Belgrano del Giúdice
Giúdice Tomás Belgrano
(casado con Ana Bianchi)

Carlo Felicce Belgrano Bianchi /


Carlos Félix Belgrano Bianchi
(casado con Maria Giussepina
Berio / María Josefina Berio)

Carlo Niccolò Felicce Belgrano


Giovanni Battista Francesco Belgrano
Berio / Carlos Nicolás Félix
Belgrano Berio / Juan Berio / Francisco
Belgrano Berio (casado con María
Bautista Belgrano Berio Belgrano Berio
Gentile Peri Tiragalo)

Giovanni Agostino Maria Domenico Francesco Gaetano Niccolò Ambrogio


Belgrano Peri / Juan Belgrano Peri / Domingo Belgrano Peri / Nicolás
Por linaje materno

José de Islas

José Baltasar Juana de


Lucía de Islas y Alba Juan de Islas
de Islas Islas

Juan José González Islas


Gregoria José González
(casado con María Inés Casero
González Islas Islas
Ramírez)

María Josefa González Islas y


Casero (Madre)

Numismática
Belgrano fue retratado en un importante número de billetes de la historia
numismática de Argentina. Figuró por vez primera en los Pesos Ley 18.188,
en los billetes de uno, cinco y diez pesos. En el Peso argentino se le reservó el
billete de 10.000. Para los billetes del Austral se eligió la serie de Presidentes
de la Nación Argentina, un conjunto de próceres que no incluía a Belgrano,
aunque los billetes de 10.000 pesos argentinos fueron resellados para circular
como billetes de 10 australes. El Peso convertible incluye a Belgrano en los
billetes de 10 pesos, las series de 1997 y 2002 sólo modificaron detalles
menores.
La estatua ecuestre de Manuel Belgrano
que lo homenajea en la Plaza de Mayo,
Cinematografía Buenos Aires, desde 1873.

Se han realizado varias películas sobre Belgrano; la primera se llamó "Bajo el


signo de la Patria" (director René Mugica, 1971) en la que Ignacio Quirós protagonizó al prócer, y que narraba la vida de
Belgrano desde que tomó el mando del ejército del norte hasta que triunfó en la batalla de Salta.66 El cineasta Sebastián
Pivotto filmó una película de Manuel Belgrano producida por Juan José Campanella como parte de la celebración del
Bicentenario de Argentina. El papel de Belgrano lo interpretó el actor Pablo Rago y la actriz Valeria Bertuccelli, a Josefa
Ezcurra. Se basó en los diez últimos años de vida del prócer.67

Véase también
◾ Bandera de Argentina
◾ Historia de la bandera de la Argentina
◾ Banderas históricas de la Argentina
◾ Monumento ecuestre al General Manuel Belgrano
◾ Crucero "ARA General Belgrano"

Notas
1. Obra al óleo sobre tela de François Casimir Carbonnier. Aunque fue pintado en Londres por el pintor francés François
Casimir Carbonnier, la imagen del fondo representa, acorde a lo que Belgrano indicara al pintor, el momento en que por
primera vez fue izada la Bandera Argentina en Rosario, a orillas del río Paraná. Si se mira en detalle este cuadro
supervisado por Belgrano, el primer modelo de Bandera Argentina constaba de dos bandas horizontales de igual tamaño,
la superior color blanco y la inferior color azulceleste, aunque en menos de un año ya el mismo Belgrano había dispuesto
que la Bandera Argentina fuera una "tribanda" con dos franjas azulcelestes y una franja blanca o alba central.
2. En su honor, se estableció ese día como el Día del Economista.
3. El certificado firmado por el protomédico Miguel O'Gorman y los licenciados Miguel García y José Ignacio de Aroche, de
fecha 17 de noviembre de 1796, dice que «padecía de varias dolencias contraídas por un vicio sifilítico y complicadas con
otras originadas del influjo del país, cuya reunión ha sido causa de no poder conseguir alivios con el método más
arreglado» y recomiendan «mudar de país a otro más adecuado y análogo a su naturaleza». En Instituto Belgraniano
Central (1982). Documentos para la historia del general don Manuel Belgrano. Volumen 1. Buenos Aires. p. 145.
4. El cambio obedeció a derivaciones del movimiento del 5 y 6, ocurrido en Buenos Aires, y Belgrano estuvo a punto de
«obedecer pero no cumplir» la orden. Facundo Acre, en Antecedentes, citados, señala que ya había logrado reunir un
ejército de más de 3000 hombres y concebido un plan de acción por el que Manuel Artigas operaría en el Norte, José
Gervasio Artigas, con 500 hombres, en el Centro, y Venancio Benavídez, con 800 hombres atacaría la Colonia del
Sacramento. Agrega que logró superar algunas disensiones entre los caudillos orientales y entre estos y algunos jefes
porteños. Belgrano, con su buena fe, trató de inducir a Vigodet, y Michelena a que abandonaran «el partido inicuo de la
guerra civil en que tan infelizmente los ha envuelto un hombre sin autoridad, sin representación legitima y que seria
eternamente objeto de execración», como dice refiriéndose a Elío, en su oficio del 27 de abril, dirigido a Vidoget. Ver:
Archivo Artigas, Tomo IV, página. 334 [1] (http://www.bibna.gub.uy/actualidad/Colecciones/t4/301-400.pdf)
5. Posteriormente este reloj fue exhibido en el Museo Histórico Nacional, de cuyas vitrinas fue robado el sábado 30 de junio
de 2007. Véase «Roban del Museo Histórico Nacional Argentino el reloj que perteneció a Manuel Belgrano»
(http://www.lanacion.com.ar/922346-roban-del-museo-historico-nacional-el-reloj-de-belgrano). Diario La Nación. 2 de julio
de 2007.
6. La deuda (o real donativo) se refiere a la contraída por el Consulado para donar el capital a la Corona.
7. Construida con fondos propios, la escuela santiagueña se construyó en 1822, pero funcionó sólo cuatro años. La de
Tarija se levantó en 1974, la de Tucumán en 1998 y la de Jujuy en 2004. (Después de 191 años, cumplen en Jujuy un
legado de Belgrano, Diario La Nación, 7 de julio de 2004 (http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=616307))

Referencias
protagonistas de la historia argentina: Manuel Belgrano».
1. Serrano, Mario A. (1996). Arequito, ¿por qué se sublevó La Nación (1º edición) (Buenos Aires). pp. 20-23.
el Ejército del Norte?. Círculo Militar. pp. 194-204. ISBN 950-49-1247-8.
2. Centro de Estudios Genealógicos e Históricos de Rosario 16. Luna, Félix (Marzo de 2001). «Un vecino prestigioso».
(Nº 5, p. 1, ref. 2, Rosario, República Argentina, año Grandes protagonistas de la historia argentina: Juan
2007). José Castelli. Buenos Aires: Editorial Planeta. pp. 16-19.
3. Giménez, 1993, p. 31 ISBN 950-49-0656-7.
4. Genealogía de Manuel Belgrano, en la página del 17. Roberts, Carlos, Las invasiones inglesas, Ed. Emecé, Bs.
Instituto Nacional Belgraniano. As., 1999.
(http://www.manuelbelgrano.gov.ar/belgrano_genealogia_padremadre.htm)
18. Luna, Félix (Julio de 2004). Las milicias criollas.
Consultado el 10 de agosto de 2010. «Grandes protagonistas de la historia argentina: Manuel
5. Historias inesperadas, Relatos, hallazgos y evocaciones Belgrano». La Nación (1º edición) (Buenos Aires). pp. 33-
de nuestro pasado (16 de mayo de 2011). «La sangre 35. ISBN 950-49-1247-8.
guaraní de Belgrano, Bioy y el Che» 19. Escobar Doncel, Carlos, Los García de León y Pizarro en
(http://blogs.lanacion.com.ar/historia- América, Ed. Ltda, 1980.
argentina/personalidades/la-sangre-guarani-de-belgrano-
20. Molinari, Diego Luis (1939). La representación de los
bioy-y-el-che/). Diario La Nación. Consultado el 27 de
hacendados de Mariano Moreno; su ninguna influencia
diciembre de 2016.
en la vida económica del país y en los sucesos de mayo
6. Binayán Carmona, Narciso (1 de enero de 1999). Historia de 1810 (2da. edición). Buenos Aires: Universidad de
genealógica argentina Buenos Aires Buenos Aires, Facultad de Ciencias Económicas. p. 464.
(https://books.google.com.ar/books/about/Historia_geneal%C3%B3gica_argentina.html?
21. Scenna, Miguel Ángel (1984). «VI, El virrey Cisneros».
id=iGkLAAAAYAAJ). Buenos Aires: Emecé Editores.
Las brevas maduras. Memorial de la Patria, tomo I.
ISBN 9500420589.
Buenos Aires: La Bastilla. p. 252. ISBN 950-008-021-4.
7. 4 de junio de 1770. Libro parroquial de bautismos de la
22. «Los valores de Belgrano siguen vigentes 200 años
Iglesia Catedral de Buenos Aires, página 43.
después» (http://www.clarin.com/sociedad/valores-
8. Cutolo, Vicente Osvaldo (1968). Nuevo diccionario Belgrano-siguen-vigentes-despues_0_502749778.html).
biográfico argentino (1750-1830). Tomo 1. Elche. p. 389. Consultado el 13 de junio de 2014.
9. Halperin Dongi, Tulio: El Enigma de Belgrano (Un héroe 23. Garay, 1897, pp. 39-44.
para nuestro tiempo). SIGLO XXI EDITORES ISBN
24. Romero, Roberto A. (1988). Antecedentes de la
9789876294522
Independencia Paraguaya: las proclamas castellano-
10. Giménez, 1993, p. 19-21 guaraní del General Belgrano. Intento. pp. 11-13.
11. Luna, Félix (Julio de 2004). «Una educación ilustrada». 25. Ruiz Moreno, Isidoro J. (2005). Campañas militares
Grandes protagonistas de la historia argentina: Manuel argentinas. Vol. I. Emecé. p. 90.
Belgrano (1º edición). Buenos Aires: La Nación. pp. 10-
26. López, 1939, p. 188.
14. ISBN 950-49-1247-8.
27. Garay, 1897, p. 113.
12. Belgrano, Manuel, Autobiografía, pág. 23, Carlos Pérez
Editor, Bs. As., 1968. 28. Pigna, 2010, p. 64.
13. CHIARAMONTE, JOSÉ CARLOS, CEAL 1989, 59. 29. Ornstein, 1970, p. 249.
14. Luna, Félix (Julio de 2004). "El comerciante debe tener 30. Instituto Belgraniano Central, 1982, p. 594.
libertad...". «Grandes protagonistas de la historia 31. Ornstein, 1970, p. 253.
argentina: Manuel Belgrano». La Nación (1º edición) 32. Ornstein, 1970, pp. 262-264.
(Buenos Aires). pp. 19-20. ISBN 950-49-1247-8.
33. Sánchez Quell, Hipólito (2008). La diplomacia paraguaya:
15. Luna, Félix (Julio de 2004). El contrabando, una singular de Mayo a Cerro Corá. Intercontinental. pp. 14-23.
forma de comercio en las colonias. «Grandes
34. Cisneros, Andrés y Escudé, Carlos. «El impacto de la 47. Memorias de Belgrano EUDEBA. Citado en Historias de
Revolución de Mayo en el “Alto Plata”. La posición del amor de la Historia Argentina, de Lucía Gálvez.
Paraguay» (http://www.argentina-rree.com/2/2-028.htm). 48. Scenna, Miguel Ángel, Un fraile de combate: Francisco
Historia General de las Relaciones Exteriores de la de Paula Castañeda, Revista Todo es Historia, nro. 121.
República Argentina.
49. Karina Bonifatti (2010). Madres de Próceres, partos que
35. Bra, Gerardo, El Motín de las Trenzas, Revista Todo es hicieron historia. Ediciones B. ISBN 978-987-627-186-8.
Historia, nro. 187.
50. «Listado de varios terciarios dominicos»
36. La decisión de la independencia de las provincias del (http://www.dominicos.org/laicosop/historia.asp).
Alto Perú se debió a un conjunto de causas más Consultado el 2 de abril de 2017.
complejas y profundas. En el ámbito interno y como
51. "Las mil y una curiosidades de Buenos Aires", de Diego
consecuencia de la decisión de la Banda Oriental de
M. Zigiotto, pp. 238-239, ed. Norma, marzo de 2008.
declarase como una provincia unida a las Provincias
Unidas del Río de la Plata, éstas estaban librando la 52. Crónica Argentina, (1968) T. II p 254, ed Codex.
Guerra del Brasil sin recibir ningún apoyo de las 53. Documentos para la Historia de Manuel Belgrano, tomo I.
provincias del Alto Perú, a pesar de los pedidos que El texto no es autógrafo de Belgrano, sino que se
efectuaron los diplomáticos argentinos. En una carta encuentra en su Plan de Acción presentado previo a
fechada el 9 de mayo de 1825, ante la negativa de la asumir como Secretario del Consulado.
Gran Colombia de ayudar a los rioplatenses en la Guerra 54. «Belgrano educador»
contra Brasil, el gobierno le respondió al mariscal Antonio (http://www.clarin.com/educacion/Belgrano-
José de Sucre que es voluntad del Congreso General y educador_0_1024698041.html). Consultado el 25 de
Constituyente que las provincias del Alto Perú queden en noviembre de 2013.
plena libertad para disponer de su suerte, según crean
convenir mejor a sus intereses y a su felicidad. 55. Giménez, 1993, p. 162
37. López Rosas, José R., Entre la monarquía y la república. 56. Memoria consular, 1796, en Documentos para la Historia
Memorial de la Patria, tomo III, Ed. La Bastilla, Bs. As., de Manuel Belgrano, tomo II
1981. 57. Belgrano, Manuel: Correo de Comercio, 17 de marzo de
38. El Director Supremo, Ignacio Álvarez Thomas, estaba 1810. En Escritos Económicos, Biblioteca del Oficial. Ed.
casado con una sobrina de Manuel Belgrano: María del Círculo Militar, 1963
Carmen Florencia Severa Ramos Belgrano (hija de su 58. La "Escuela de la Patria", historia de un papelón que
hermana favorita: Juana María Belgrano González) y cumple 190 años
compartía las ideas monárquicas belgranianas. (http://www.clarin.com/diario/2003/01/24/p-01201.htm)
39. José Rafael López Rosas, Entre la monarquía y la Diario Clarín 24/01/2003.
república, Memorial de la Patria, tomo III, Ed. La Bastilla, 59. Mandelli, Huberto: Las escuelas donadas por Belgrano y
Bs. As., 1981, págs. 91-94. su reglamento, INB, Bs. As. 1999, pp. 57-58.
60. Mandelli, Huberto: Las escuelas donadas por Belgrano y
40. «http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/regalismo-
borbonico-visperas-revolucion-mayo.pdf» su reglamento, INB, Bs. As. 1999, p. 50.
(http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/regalismo-
61. Mandelli, Huberto: Las escuelas donadas por Belgrano y
borbonico-visperas-revolucion-mayo.pdf). Consultado el su reglamento, INB, Bs. As. 1999, pp 60-61.
2 de abril de 2017. 62. Belgrano, Manuel: Correo de Comercio, 24 de marzo de
41. «El ‘plan del Inca’ de Belgrano» 1810. En Escritos Económicos, Biblioteca del Oficial. Ed.
(http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2012/07/06/opinion/OPIN- Círculo Militar, 1963.
04.html). Consultado el 15 de noviembre de 2013. 63. Belgrano, Manuel: Correo de Comercio, 21 de julio de
42. Juan Bautista Condorcanqui había logrado refugiarse en 1810. En Escritos Económicos, Biblioteca del Oficial. Ed.
territorio argentino. Sus restos descansan en el Círculo Militar, 1963
cementerio de La Recoleta. 64. Sarmiento, Domingo Faustino: Obras de. Ed. imp.
43. Aráoz de Lamadrid, Gregorio, Memorias, Bs. As., 1895. "Mariano Moreno", Bs. As. 1899, t XXI, pp 340 a 349.
44. Núñez, M., Bustos, el caudillo olvidado, Cuadernos de 65. Gálvez, 1999, p. s/n.
revista Crisis, Bs. As., 1975. 66. «IMDb» (http://www.imdb.com/title/tt0192994/).
45. Serrano, Mario A., Arequito: ¿por qué se sublevó el Consultado el 2 de abril de 2017.
Ejército del Norte? , Ed. Círculo Militar, Bs. As., 1996. 67. http://belgranopelicula.com.ar Sitio Oficial de la película
46. Páez de la Torre, Carlos (h), Historia de Tucumán, Ed.
Plus Ultra, Bs. As., 1987.

Bibliografía
1. Best, Félix (1990). Historia de las Guerras Argentinas. Buenos Aires (Argentina): Editorial Peuser.
2. Bidondo, Emilio (1979). La guerra de la independencia en el Alto Perú. Buenos Aires (Argentina): Editorial Círculo Militar.
3. Camogli, Pablo (2005). Batallas por la libertad. Buenos Aires (Argentina): Aguilar,Altea,Taurus,Alfaguara. ISBN 987-04-
0105-8.
4. Gálvez, Lucía (1999). Historias de amor de la historia argentina. Grupo editorial Norma. ISBN 987-9334-08-6.
5. Garay, Blas (1897). La revolución de la independencia del Paraguay. Madrid (España): Est.tip. de la viuda é hijos de
Tello.
6. Giménez, Ovidio (1993). Vida, Época y Obra de Manuel Belgrano. El Ateneo. ISBN 9500263238.
7. Horowicz, Alejandro (2004). El país que estalló: Antecedentes para una historia argentina, 1806-1820). Volumen 1,.
Buenos Aires (Argentina): Editorial Sudamericana. ISBN 950-07-2561-4.
8. López, Vicente Fidel (1939). Historia de la República Argentina: su origen, su revolución y su desarrollo político hasta
1852. Volumen 2. Buenos Aires (Argentina): Editorial Sopena.
9. López Rosas, José R., Entre la monarquía y la república. Memorial de la Patria, tomo III, Ed. La Bastilla, Bs. As., 1981.
10. Mitre, Bartolomé, Historia de Belgrano y de la independencia argentina. Ed. Estrada, Bs. As. 1947.
11. Núñez, M., Bustos, el caudillo olvidado, Cuadernos de revista Crisis, Bs. As. 1975.
12. O’Donell, Pacho, El grito sagrado, Ed. Sudamericana, Bs. As., 1997.
13. Paz, José María, Memorias póstumas. Ed. Emecé, Bs. As., 2000.
14. Pezuela, Joaquín, Memoria de gobierno, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, Sevilla, 1947.
15. Pigna, Felipe (2010). Libertadores de América, aquellos gloriosos sudacas. Madrid (España): Fundación José Manuel
Lara. ISBN 978-84-96824-64-5.
16. Ruiz Moreno, Isidoro J., Campañas militares argentinas, Tomo I, Ed. Emecé, Bs. As., 2004.
17. Saavedra, Cornelio, Memoria autógrafa, Ed. Emecé, 1944.
18. Scenna, Miguel Ángel, Las brevas maduras. Memorial de la Patria, tomo I, Ed. La Bastilla, Bs. As., 1984.
19. Segreti, Carlos S. A., La aurora de la Independencia. Memorial de la Patria, tomo II, Ed. La Bastilla, Bs. As., 1980.
20. Shumway, Nicolás, La invención de la Argentina, Ed. Emecé, Bs. As., 2005.
21. Sierra, Vicente D., Historia de la Argentina, Ed. Garriga, Bs. As. 1973.

Enlaces externos
◾ Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobre Manuel Belgrano.
◾ Wikisource en español contiene obras originales de Manuel Belgrano.
◾ Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Manuel Belgrano.

◾ Instituto Nacional Belgraniano (http://www.manuelbelgrano.gov.ar)


◾ Síntesis sobre la vida de Manuel Belgrano para escolares (http://www.tierradegauchos.com/joom/index.php?
option=com_content&view=article&id=99:manuel-belgrano&catid=74:proceres&Itemid=106)
◾ Línea de tiempo Manuel Belgrano
(http://www.elhistoriador.com.ar/infografias/20_de_junio/infografia_manuel_belgrano.html)
◾ Biografía, Ministerio de Educación (http://www.me.gov.ar/efeme/3dejunio/index.html)

Predecesor: General en Jefe del Ejército del Norte Sucesor:


Juan Martín de Pueyrredón 1812-1814 José de San Martín

Predecesor: General en Jefe del Ejército del Norte Sucesor:


José Rondeau 1816-1819 Francisco Fernández de la Cruz

Obtenido de «https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Manuel_Belgrano&oldid=106933730»

Se editó esta página por última vez el 10 abr 2018 a las 13:25.

El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0; pueden aplicarse cláusulas
adicionales. Al usar este sitio, usted acepta nuestros términos de uso y nuestra política de privacidad.
Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro.

You might also like