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La historia del chocolate en España es una parte de la historia culinaria españolacomprendida desde el siglo XVI, cuando
los españoles conocieron el cacao (Theobroma cacao) mesoamericano al comenzar la colonización de América,1 hasta el
presente. Cuando Hernán Cortés viajó a México fue acompañado por el cisterciense Fray Jerónimo Aguilar que envió al
abad del Monasterio de Piedra el primer cacao junto a la receta para cocinarlo. Tras la Conquista de México, el cacao viaja
como mercancía en barco desde un puerto deNueva España, rumbo a las costas españolas. Este primer viaje a Europa ocurre
por primera vez en algún momento indeterminado de la década de 1520. No fue hasta el siglo XVII cuando sale
regularmente desde el puerto de Veracruz, abriendo una ruta comercial marítima que abastecería la nueva demanda de
España, y posteriormente de Europa.2
La introducción de este ingrediente en las costumbres culinarias españolas fue ciertamente inmediato, comparado con la de
otros ingredientes traídos de América, y su popularidad y aceptación en todos los estamentos de la sociedad española
alcanzó niveles muy elevados ya a finales del siglo XVI.3 Desde sus comienzos, el chocolate fue considerado por los
españoles como una bebida y permaneció en ese concepto hasta principios delsiglo XX.
Desde el primer momento se endulzó con azúcar de caña, y fueron los españoles los primeros en difundirlo en Europa. En la
América precolombina el chocolate se condimentaba con chiles y resultaba una mezcla amarga y picante cuyo sabor no
Mujer (Aline Masson) tomando una
agradó inicialmente a los conquistadores españoles, que pronto se vieron motivados a endulzarlo con azúcar traído desde la
taza de chocolate, en un lienzo de
Península Ibérica, además de prepararlo caliente.4
Raimundo Madrazo.
Durante cerca de cien años, desde su aparición en los puertos de Andalucía, el chocolate se popularizó como bebida en
España. En este periodo el furor por el chocolate hacía que fuese servido en forma de bebida en la Corte, mientras que la
fórmula era desconocida en el resto del continente. Posteriormente, el chocolate se difundió desde España al resto de
Europa,5 y los países que primero lo adoptaron fueronItalia, y después Francia.
La gran popularidad de la bebida en la sociedad española hasta el siglo XIX se puede ver reflejada en diversas anotaciones
de viajeros que visitaron la Península Ibérica: se llegó a decir que «el chocolate es para el español lo que es el té para el
inglés».6 De esta forma, el chocolate logró convertirse en un símbolo nacional.7 La afición tan desmedida por esta bebida
hizo que el café se incorporara tardíamente a las costumbres culinarias españolas, comparado con la incorporación que tuvo
en otros países europeos.8 En España el chocolate era considerado exclusivamente como una bebida reconfortante y apenas Escena habitual en el siglo XVII de
era empleado en otros aspectos culinarios, existiendo raras excepciones de platos clásicos españoles donde el cacao entre preparación del chocolate
como ingrediente. Tras la Guerra Civil Española la costumbre fue decayendo poco a poco a favor del consumo de café.9 En (Xocolatada).
la actualidad las empresas chocolateras, las chocolaterías y los museos van dejando rastros de la historia de esta bebida en
España.
Índice
Época precolombina
La bebida / alimento
La moneda
La época de su descubrimiento
El primer encuentro con Colón
El encuentro en Nueva España
La denominación del nuevo alimento
Primeros envíos a España
La Edad de Oro del chocolate
Aceptación en la Corte española
Difusión desde España al resto de Europa
El siglo XVIII: la industrialización del chocolate
El siglo XIX y el Romanticismo
Establecimientos especializados: las chocolaterías
Los viajeros extranjeros
Pasión eclesiástica por el chocolate
La modernidad
Comienzos del siglo XX
Periodo de posguerra y siglo XXI
Museos del chocolate
Véase también
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
Época precolombina
El origen mesoamericano del árbol del cacao (a quien Linneo dio, en el año 1753, el nombre científico de Theobroma cacao) es
disputado hoy en día por los historiadores botánicos,1 ya que existen distintas hipótesis sobre la región de la que procede. Así,
algunas teorías apuntan a la zona de Amazonia;5 sin embargo, se estima que la planta crecía igualmente en estado salvaje en
otras partes de América, que incluyen las llanuras del alto Orinoco. Es muy probable que los olmecas conocieran la planta del
cacao, ya en el año 1000 a. C. y transmitieran su uso y cultivo a los mayas,10 quienes fueron los primeros en describir el cacao
en sus jeroglíficos (véase la imagen del margen izquierdo). Existe algún vínculo entre la sangre de los sacrificios humanos y la
ingesta del cacao, y muestras encontradas en tumbas mayas han podido documentar que la bebida era habitual en las clases
nobles. El papel que desempeñaba en las ceremonias religiosas ya lo explicaba Diego de Landa, en su obra Relación de las
Glifo usado en la escritura maya cosas de Yucatán.
para denominar al cacao.
La bebida / alimento
Gran parte de las formas de consumo se conocen por excavaciones arqueológicas y por descripciones textuales, como las existentes en uno de los códices mayas, el Códice
de Madrid. Los cronistas españoles describen las diversas formas en las que los aztecas precolombinos solían preparar el cocolatl: el padre José de Acosta menciona cómo lo
elaboraban en Nueva España, y Gonzalo Fernández de Oviedo se refiere a las técnicas aplicadas en el golfo de Nicoya, así como en la isla de Chira (ambos en Costa Rica).
En ellas, la «almendra tostada» se molía y se dejaba cocer en agua hasta que sobrenadaba una capa de «aceite» (la manteca de cacao), que se distribuía entre los comensales.
Este «aceite» de color amarillo dorado, se teñía durante el molido, añadiendo como colorante alimentario una planta denominada bija o achiote (Bixa orellana) para
proporcionar un color rojizo a la bebida final. El aspecto grasiento, oscuro y amar
go de la bebida era ungusto adquirido en las sociedades precolombinas.
Otra forma en que el cacao era preparado por los aztecas como bebida ha llegado a la actualidad por medio de unos manuscritos anónimos en los que se realiza la descripción
de Tenochtitlan. Estos manuscritos, firmados por un conquistador que adopta el nombre de «caballero de Hernán Cortés», fueron publicados en Venecia en 1556. En la
descripción que se hace de la preparación de la bebida del cacao se narra que, inicialmente, las granas del cacao eran molidas hasta ser reducidas a polvo; durante la molienda
se añadían otros ingredientes (que podían ser semillas, maíz, etc.) de tal forma que el polvo resultante se mezclaba con agua fría y se removía con una cuchara hasta que
subía la espuma por la aireación de la mezcla. En algunas ocasiones el cacao era preparado no como bebida, sino como gachas, a las que se le añadían cereales como el maíz
nixtamalizado, o mezclado con otros ingredientes como el chile.10
Este conocimiento acerca del uso del cacao pasó de los mayas a los aztecas, de modo que cuando los colonizadores españoles entran en contacto con el producto, tanto
aztecas como mayas utilizaban como bebidas populares el octli (una bebida fermentada) y el chocolate. La denominación de la bebida azteca era un acrónimo:
cacahoaquahuitl ('árbol del cacao'),11 mecacaohatl, tlalcacaoahoatl, etc. Gran parte de esas denominaciones se recogen en las descripciones que de ellas se hacen en los
escritos de los españoles, como por ejemplo en la obraMagnum opus de Francisco Hernández de Toledo.
La moneda
De todas formas, las crónicas de los conquistadores españoles van dando indicaciones de su utilización por parte de los aztecas como moneda de cambio, que emplea el
sistema vigesimal azteca y cuyo uso es muy generalizado. Existían denominaciones específicas, como puede ser el countle, que consistía en cuatrocientas almendras de
cacao, el xiquipil formado por una veintena decountles y la «carga», que incluía tres xiquipiles. Gonzalo Fernández de Oviedoexpone:
De manera que en aquella provincia de Nicaragua, un conejo vale diez almendras de éstas y por cuatro almendras dan ocho pomas o nísperos de
aquella excelente fruta que ellos llamanmunonzapot; y un esclavo vale ciento, más o menos, almendras de estas, según es la pieza o la voluntad de
los contrayentes se conciertan.
El cacao era valioso por ser empleado en rituales religiosos, en rituales maritales, como medicina (solo o mezclado con otras plantas), así como alimento nutritivo. La
creencia generalizada de ser «un regalo de los dioses» le confería cierto atractivo en las sociedades precolombinas como símbolo de un bien precioso. Su empleo como
moneda consistía fundamentalmente en el pago de impuestos a los poderosos.
La época de su descubrimiento
El descubrimiento de nuevos alimentos, o preparaciones culinarias, pasa por varias fases de comprensión.13 En primer
lugar, el cacao debía ser comprendido como un alimento, y posteriormente como un sabor agradable. Esto último solo es
posible si se adapta el alimento a los sabores que ya previamente se conocían. Es en estos primeros encuentros de los
conquistadores españoles con el cacao donde puede verse que la preparación del mismo sufrió una adaptación: se dulcificó,
se aromatizó con otras especias (canela) y se sirvió caliente. Tras ello, se comprendió mejor el valor del chocolate.14 Estas
tres simples transformaciones distinguieron, durante los primeros siglos, el chocolate de los autóctonos del que se servían los
colonizadores españoles.
Este mismo patrón lo han sufrido otros alimentos que han viajado en los dos sentidos (ida y vuelta), a través de ambos
mundos,15 aunque ninguno tuvo una aceptación y una demanda mundial semejante en proporciones a la del chocolate. Granos de cacao; su similitud con las
«almendras» hizo que los españoles
lo denominaran así en sus
El primer encuentro con Colón comienzos.12
En el periodo posterior, que se extiende desde 1517 hasta 1519, los conquistadores españolesBernal Díaz del Castillo (quien hace mención del uso del cacao por los aztecas
en su obra Historia verdadera de la conquista de la Nueva España) y Hernán Cortés, probaron la bebida y la encontraron muy amarga y picante (debido al empleo de
achiote). En algunas ocasiones se añadía harina de maíz y a veces setas alucinógenas.17 Ya por entonces los españoles sabían que los frutos del cacao eran considerados
como moneda de cambio por los lugareños. Fray Toribio de Benavente (apodado Motolinía) ya alude a la existencia del cacao en su obra Memorias o Libro de Cosas de la
Nueva España o de los naturales de ella.
El italiano Girolamo Benzoni describe en su libro La Historia del Mondo Nuovo(1565) que «el chocolate parecía más una bebida para cerdos, que para ser consumido por la
humanidad», mencionando que nunca lo había probado a pesar de haber residido en esas tierras por más de un año.19 A pesar de estos reparos, Gonzalo Fernández de
Oviedo lo caracteriza como un ingrediente interesante, aunque muestra algunas reticencias al describir cómo algunos indios, tras beberlo, tenían los labios manchados como
si hubieran ingerido sangre humana. Esta percepción fue cambiando debido, en parte, al agotamiento de las subsistencias. Las tortillas elaboradas con harina de maíz
(tamales), calentadas sin el empleo de grasas, no parecieron satisfacer los gustos de los conquistadores acostumbrados a la carne de cerdo y a las técnicas culinarias
fundamentadas en la fritura o rehogado con grasas, bien fuesen el aceite de oliva o el tocino de cerdo.4 Los alimentos grasos, como el queso, no eran conocidos por los
habitantes del Nuevo Mundo.
A medida que se acababan las existencias traídas en los barcos de los colonos españoles, el afán de encontrar un sucedáneo o reproducir alimentos a los que estuvieran
acostumbrados era una necesidad logística. Por eso, se plantaron en el Nuevo Mundo legumbres, como los garbanzos; cereales, como el trigo; frutas, como naranjas y peras,
y se inició el cultivo de la oliva y la vid. Pronto se implantaría también el cultivo de la caña de azúcar en los estados del Marqués del Valle. A finales del siglo XVI se
aclimataron los cultivos en las plantaciones de México. Es por esta época cuando se añadió azúcar a la pasta de cacao por primera vez, lo que hizo posible que la aceptación
fuera mayor.
Durante este periodo anterior a la aclimatación de los nuevos cultivos, que se inicia en los años 1520, los españoles tuvieron que acostumbrarse a los nuevos sabores mientras
se desarrollaban los cultivos de alimentos del «viejo mundo» en los desconocidos climas de América. Los nuevos ingredientes traídos por los españoles (trigo y
garbanzos)20 eran rechazados igualmente por la población autóctona: los sabores eran extraños para ellos.
Los españoles de humilde condición económica se casaban con mujeres aztecas y los ricos las tomaban como concubinas, por lo que las cocinas coloniales tenían en la
mayoría de los casos diversas influencias de la gastronomía azteca.4 En este contexto se propagó el cacao entre las dos culturas. Bernal Díaz del Castillo menciona que, en
un banquete celebrado en la Plaza Grande de México (construida sobre las ruinas de la capital azteca) con objeto de celebrar la paz entre Carlos I de España y Francisco I de
Francia, se sirvió chocolate en tabletas doradas. La gran aceptación del cacao por los conquistadores españoles ya la describe el jesuita José de Acosta en su obra Historia
natural y moral de las Indias(publicada en 1590), sobre todo entre las mujeres.21
Así, conforme la aversión inicial por el cacao se disuelve entre los conquistadores, este se envía a España. La segunda transformación que experimenta el chocolate en manos
de los españoles es la forma de ser servido: el cacao calienta hasta lograr que sea fluido. En su lugar, los autóctonos lo tomaban a temperatura ambiente o frío.22 El tercer
cambio es el intento de mezclarlo conespecias traídas del viejo mundo, como son lacanela, las semillas de anís y la pimienta negra molida.
Muchos de los diccionarios sugieren que la palabra proviene del término náhuatl chocolatl, y parece lógica la evolución de -tl a -te; sin embargo, la historia de dicha
transformación es más complicada. La primera razón para rechazar esta hipótesis es el hecho de que la palabra chocolatl no aparezca en los registros actuales de la cultura
azteca,4 ni en la obra de Alonso de Molina —lexicógrafo de la época, que en 1555 publicó una gramática—, ni en la enciclopedia de Bernardino de Sahagún, ni en el
Huehuetlatolli ('Los dichos de los antiguos').23 24 En todas esas obras aparece siempre la palabra cacahuatl ('agua de cacao'), una denominación muy razonable para una
bebida elaborada con agua y cacao. En sus periódicas misivas, Hernán Cortés hace referencia al «cacao». Lo cierto es que en un instante indeterminado dentro del siglo XVI,
los españoles de la Nueva España comienzan a usar la palabrachocolatl.
El físico de la Casa Real Francisco Hernández de Córdobaya lo nombra de esta forma en la década de 1570:25 menciona el
chocolatl (granos de cacao) y el pochotl (semillas del árbol céliba), ambos frotados con un «molinillo». El término ya lo
empleaban, asimismo, José de Acosta y sus contemporáneos; el nombre chocolatl se divulgó posiblemente a lo largo de
Nueva España y del Yucatán. Por lo tanto, la palabra chocolatl es un neologismo. Otras escuelas de investigación sugieren
que chocolatl puede provenir de xocoatl, donde xoco es 'amargo' y atl es 'agua';24 esta derivación se comprende mal desde
la fonética, cuando debe modificarse el sonido de una x para insertar una l. Otra explicación proviene de la costumbre
colonial de tomar el cacao caliente,12 es por esta razón por la que en muchos vocabularios mayas se glosa «la bebida
llamada chocolate» como chacau haa (literalmente significa 'agua caliente') que se coloca muy próximo desde el punto de
vista fonético a chocolatl.26 12
El metate, o piedra de moler el
cacao, muy usado en España hasta El filólogo mexicano Ignacio Davila Gabirí fue el primero en proponer que los españoles acuñaron la nueva palabra maya
el siglo XIX, en lo que se
chocol y finalmente denominaron alchocolatl como chocolate.
denominaban «chocolates de brazo»
o «chocolate a la piedra».
La primera prueba documental del chocolate en España se debe a una delegación de dominicos liderada por Fray Bartolomé de las Casas, que elige una representación de
mayas kekchí de Alta Verapaz para que en 1544 viajen a la Península con el fin de visitar al príncipe Felipe, futuro emperador Felipe II.28 Durante la recepción se
mencionan plantas como el liquidámbar, el maíz, y el cacao. Se alude asimismo a que se sirvió chocolate batido, siendo este el primer caso documentado de la presencia del
chocolate en España.28 La familiaridad de los monjes dominicos con este tipo de alimentos pudo haber facilitado la transmisión del cacao entre los monasterios de
Mesoamérica y España durante los primeros años. Estudios realizados muestran que, previa a esta recepción, fray Aguilar sería el primero en España en preparar las primeras
jícaras de chocolate al abad del Monasterio de Piedra, don Antonio de Álvaro.29 Otros autores mencionan a los monjes benedictinos como los primeros importadores del
chocolate en 1532. La comunidad llevaba el cacao alConvento de los Terceros Franciscanos de Sevilla, traídos por la galera María del Mar que desembarcaba en Cádiz. Una
frase de los benedictinos de aquella época era: «No bebía del cacao, nadie que no fuese fraile, señor o valiente soldado». En el año 1585, una embajada de Japón, de visita al
emperador Felipe II en Alicante, quedó impresionada por el ofrecimiento del chocolate de las monjas clarisas de la Verónica, convento cercano. Desde los comienzos, los
religiosos españoles fueron los expertos chocolateros que difundieron su receta entre las congregaciones. En 1601, el confesor de la Corte en la ciudad de Córdoba, Serven
chocolatina) y en su interior insertabahortalizas.14
Serrietz, elaboraba chocolate en pequeñas fracciones (a las que dio el nombre de
Se procuró desde los inicios plantar el cacao en la Península Ibérica y el resultado fue del todo infructuoso, comprobándose que el árbol sólo crece en latitudes comprendidas
entre los 20° Norte y los 20° Sur.22 La expansión y la necesidad de buscar climas propicios para el cultivo del nuevo alimento hace que los árboles de cacao prosperen en
Fernando Poo (en la Guinea Española) y a partir de ahí se difundiría por el continente africano. La aceptación de la repostería española de aquella época permite que las
recetas pasteleras y de elaboración de dulces se encuentre en manos de boticarios, lo que hace que la mayoría de las veces estas preparaciones sean secretas: se trata de los
letuarios, que poseían aplicaciones farmacéuticas y reposteras. El chocolate tuvo en estas épocas sus primeras discusiones nutricionales, y los posibles usos medicinales del
Badianus Codex, escrito en el año 1552.30
cacao se investigaron desde el primer momento: un ejemplo se puede encontrar en el
El chocolate ya se servía en las confiterías de Madrid durante el siglo XVII, y los madrileños solicitaban en estos establecimientos la «bebida que provenía de las Indias».31
Lo mismo se puede afirmar en establecimientos públicos a comienzos del siglo XVIII, dando cuenta de ello algunos visitantes extranjeros de la época.32 Se sabe que era
servido en 1680 en combinación con agua de nieve a los nobles presentes durante los autos de fe públicos.25 La pasión de la época la narra el escritor Marcos Antonio
Orellana en una breve rima:33
La popularidad de la bebida era tal entre las mujeres de los nobles que, no contentándose con tomar el chocolate varias veces al día, solicitaron llevarlo a la iglesia. Este
capricho disgustó a los obispos, lo que provocó que en 1681 se publicase una circular del nuncio apostólico prohibiendo el consumo de chocolate en las iglesias durante los
largos sermones.34 Las chocolatadas, celebradas al finalizar los oficios religiosos, se hicieron muy populares.
En 1690 y con motivo de la visita del obispo Fernández de Santa Cruz y Sahagún al Convento de Santa Rosa de Puebla, la encargada de elaborar las viandas del banquete,
Sor Andrea, introdujo por error en elmetate unas almendras de cacao al preparar la salsa del pavo guajolote);
( a pesar de todo, sirvió el plato. La sorpresa de los invitados por
los sabores de esta nueva preparación dio lugar almole poblano.
Es durante este siglo cuando se comienza a difundir el cacao por dos motivos: las infantas españolas que se casan con sendos
reyes franceses y los jesuitas que divulgan las recetas de chocolate en diversos países, como Italia.35 La exportación de
cacao desde las Américas a mediados del siglo XVI, no paró de crecer debido al incremento de la demanda desde Europa.
36
Las partidas se introducían en los puertos españoles y desde ahí se dirigían a otros puertos marítimos europeos.
Desde el siglo XVII hasta el siglo XX, el cacao se ofrece en España básicamente como bebida caliente. Ni siquiera aparece en las obras de culinaria repostera española del
siglo XVII, como lo son Arte de Cozina, Pastelería, Vizcocheria y Conserveria de Francisco Martínez Motiño de 1620; ni posteriormente en las del siglo XVIII, como el
Nuevo arte de cocina del cocinero Juan de Altamiras. De esta forma, el chocolate no entra en la repostería española como ingrediente hasta comienzos del siglo XX. Las
horas de servir el chocolate entre la aristocracia de la época ya eran las deldesayuno (por la mañana) y de lamerienda (a media tarde).
El chocolate era servido en las grandes salas de la nobleza mediante el maestresala en finas mancerinas de plata o porcelana
china: bandejas donde se sujetaba la jícara, una taza de porcelana que era el recipiente típico para la bebida de cacao. Ya era
costumbre remojar en las jícaras algunos panes dulces. El empleo de mancerinas se debió a Pedro Álvarez de Toledo y
Leiva, primer marqués de Mancera, inventor de la bandeja.5 El recipiente y la bandeja se hicieron muy famosos entre las
nobles casas españolas; por ejemplo, Teresa de Reter y Paz, condesa de San Jorge, tenía en 1695 para uso en la sala de
recepción (estrado) cerca de doce «salvillas chocolateras» y dieciséis mancerinas de plata labrada. Los diversos recipientes
En este cuadro de Francisco de
para servir el chocolate como eran los denominados «cocos» y los barros bruñidos procedentes de Tonalá y de Chile eran
Goya pueden verse dispersos
diversos pocillos, copas y frutas. enviados a los orfebres con el objeto de aumentar su costo y belleza. Las descripciones literarias y costumbristas en las que
se muestra la costumbre española de remojar bizcochos y dulces en las jícaras se repiten, tanto de Nueva España como de
España.41
El repostero español Juan de la Mata escribe en 1747 uno de los primeros tratados sobre la repostería española, titulado Arte de repostería: en que se contiene todo género de
hacer dulces secos, y dedica un capítulo acerca de cómo se elabora el chocolate enEspaña:
[...] es una pasta sólida, compuesta de cacao (cuya variedad de especies es muy notoria, entre las cuales goza la más superior preeminencia el de
Caracas), de azúcar y canela.
De la Mata añade agua de azahar y vainilla. El uso de aditamentos aromáticos era una constante en el chocolate español hasta el siglo XIX (que Ángel Muro denominara
«chocolates coquetones»).7 Con la llegada al trono español de la Casa de los Borbones, los reyes se sintieron muy atraídos por esta nueva bebida, siendo el desayuno
preferido de Felipe V y Carlos III.42 De esta forma, el chocolate era en 1730 uno de los más preciados regalos que podía hacer la realeza. Era servido de la misma forma en
las posesiones ultramarinas españolas, generalmente incluyendocanela entre su composición.7 Carlos III y la Corte solían enviar chocolate como regalo a diferentes casas de
Europa, así como al Papa. El chocolate que se servía en esta época en España era de calidad homogénea e independiente de la clase social que lo tomara; lo que diferenciaba
las clases sociales era la jícara sobre la que era servida: el clero, en jícaras de plata o de «porcelana de mérito», las familias distinguidas en otras jícaras decoradas
especialmente, el pueblo llano en simples jícaras de barro. La condesa de Aulnoy describió en sus obras literarias las costumbres aristocráticas españolas de servir el
chocolate.
A medida que la fórmula del chocolate se divulgaba por toda Europa, las técnicas de elaboración inicialmente ideadas por reposteros españoles recibieron el impacto de las
nuevas posibilidades técnicas ofrecidas por la potente maquinaria de la Revolución Industrial. Dichas máquinas irían sustituyendo poco a poco los procesos manuales y los
aparatos a tracción por animales. Así, en el último cuarto del siglo XVIII, el francés Pelletier fundó por primera vez una fábrica de chocolate que empleaba máquinas de
vapor en el proceso de elaboración.45 En 1828, en los Países Bajos, se investigó intensamente la composición del cacao hasta hacer posible extraer de la pasta las materias
grasas del cacao, de forma controlada. Estas mejoras aumentaban la calidad del chocolate sustancialmente y facilitaban el control de texturas. Todos estos avances
tecnológicos fueron la semilla de las grandes casas chocolateras europeas:Kholer, Tobler, Suchard, Lindt y Nestlé.
En España, algunos viajeros testifican que, ya en la década de 1780, en Barcelona se estaba sofisticando el proceso de molienda, a cargo de una caballería que desplazaba
cinco rodillos de acero.46 La progresiva mecanización dio al traste poco a poco con el oficio de «molendero», que portaba de pueblo en pueblo su metate y se instalaba en
aquellos lugares donde se requería su habilidad de molienda de cacao. Las familias españolas del siglo XVIII, en un esfuerzo por mantener la idea tradicional, preferían el
cacao molido en sus propias casas y el «metatero» (con su «chocolate a la piedra») era todavía habitual en España, por lo que la industria chocolatera española tardó en
consolidarse.47 La primera fábrica de chocolate en España data del año 1777, su fundador se consideró «Fabricante de la Madama Delfina y de los Señores de la Corte» y
puso las instalaciones en las cercanías deBarcelona.48 Las innovaciones en la técnica chocolatera irían abandonando, poco a poco, las técnicas del metate, que desaparecería
definitivamente doscientos años más tarde.
Las novedades científicas y la inclusión de nueva maquinaria en la elaboración del chocolate fue la causa que abarató y diseminó aún más el consumo de chocolate en
España. Este consumo tuvo su periodo de mayor esplendor en el siglo XIX.31 La producción española comenzaba a estar en manos de pequeñas empresas familiares
emergentes que ofrecían sus productos tan sólo a la demanda interior. El resto de empresas europeas se adaptaron y sus ventas fueron acaparando progresivamente los
mercados internacionales.
Entre las primeras fábricas instaladas en España se encuentran los industriales y hermanos Nicolás y Fortunato Luca de Tena y Reina, que en 1860 iniciaron su elaboración
en la ruta Sevilla a Alcalá de Guadaíra (zona industrial Torre Blanca). Estos hermanos perfeccionaron las técnicas del tostado del cacao. La marca que salía de su fábrica era
Lhardy.14
«Reverendos Padres Benedictinos», que debido a una estrategia empresarial pasaron a producir exclusivamente para el restaurante
El público del siglo XIX tenía preferencia por el chocolate molido a mano («chocolate de brazo»), e incluso se prefería que la mezcla no fuera homogénea, ya que se
aseguraba que de esta forma poseía mejor sabor. Las tareas de molido manual son un trabajo muy arduo, y la condesa Emilia Pardo Bazán atribuía el gusto diferenciado entre
ambos métodos al sudor de los molineros.50 Estos molineros realizaban el trabajo de rodillas, moviendo con el cuerpo inclinado una muela sobre una piedra curva. Esta
técnica, denominada «metate», se empleaba en otras partes de las colonias. Del gusto por el chocolate en las situaciones cotidianas da buenas referencias el escritor Benito
Pérez Galdós en muchas de sus novelas.51 52
En La Habana se anunciaba por primera vez la elaboración de «chocolate con maní» (cacahuete), tradición que se trasladó a España y que se reprodujo posteriormente con
almendras. La introducción del cacahuete en el chocolate hizo que la vida del chocolate disminuyera debido a la tendencia a enranciarse del maní, algo que reduce la vida de
almacenamiento del chocolate. De entre las variedades servidas a los consumidores, el chocolate de Soconusco era siempre el más valorado, seguido del de vainilla y
después, el de canela. El chocolate se hacía mezclando la pasta molida a mano con agua (en raras ocasiones leche, costumbre restringida a las clases altas) mientras se hervía,
al ser batido vigorosamente con unaespátula de madera.
Se comunican recetas procedentes de los sectores del clero. Una de las más famosas la divulga Ángel Muro en 1884, procedente de unas monjas de Zamora.7 En ella, se
cocía el chocolate en unaolla de barro la noche de la víspera y se dejaba reposar. Al día siguiente se ponía la olla al baño María. Esta fórmula reconcentraba el chocolate y le
daba una mayor suavidad.
A mediados del siglo XIX, las casas de alta alcurnia empiezan a ofrecer una bebida de origen asiático, el té. El chocolate empieza a ir cediendo fama entre las clases altas, y
los tratados de urbanidad ya muestran ejemplos con ambas bebidas.
En 1875, el farmacéutico suizo Henri Nestlé creó la leche condensada y las harinas lacteadas, en colaboración con Daniel Peter. Estos inventos hicieron que la producción de
chocolate sólido diese fama aSuiza: la mezcla de cacao, azúcar y leche era la fórmula secreta a finales del siglo XIX. En ese momento, las fábricas instaladas en España eran
de distinta capacidad productiva, aunque de media solían elaborar entre 125 y 250 kilogramos de chocolate al día, y el cacao empleado solía procederFernando
de Poo.
La primera referencia escrita en España acerca de la profesión de «churrero» data del año 1621, cuando durante el periodo inicial del reinado de Felipe IV, un súbdito
conocido como Pedro Velasco, del gremio de los alojeros, solicita un aumento de precios en los productos que fabrica.53 Cabe la posibilidad de que el oficio existiera
incluso antes.
Entre las referencias literarias de la época acerca del chocolate se tiene la jocosa explicación de
Ramón María del Valle-Inclán, aficionado a los cafés de tertulia, de por qué el
chocolate, aún siendo una bebida que tanto agradaba al clero español, no había sido inventada en un convento:
Ramón
María
del
Valle-
Inclán
El chocolate surge como bebida de culto en los populares cafés de tertulia, que empezaban a florecer en las ciudades españolas a partir de las antiguas posadas. Las tertulias
literarias, políticas y de opinión, que pronto se establecerían en estos espacios públicos, tenían en la mayoría de los casos olor y aromas a cacao.54 El 27 de septiembre de
1821 comienza la independencia de Méxicoy esto, además de suponer el fin delVirreinato de Nueva España, afecta a las exportaciones de cacao a España.
Los primeros establecimientos especializados en servir el chocolate fueron las chocolaterías, que comenzaron a hacer acto de presencia en las grandes ciudades. En Madrid,
una de las primeras chocolaterías fue Doña Mariquita, situada en la calle de Alcalá (conocida también como El sotanillo), lugar donde eran famosos los «chocolates con
mojicones».55 En Barcelona se encuentra la tradicional Casa Cucharillas, inaugurada en 1786, que fue una de las primeras chocolaterías de la Ciudad Condal.56 El nombre
le viene por ser de las primeras en emplear cucharillas al servir el chocolate, una novedad, debido a que hasta entonces se empleaban cucharas de madera. Una de las
primeras chocolaterías en España esCan Joan de S'Aigo en Palma de Mallorca, la cual data de 170055 y está ubicada junto a laIglesia de Santa Eulalia.
Una ventaja de las posadas de España, en compensación de sus numerosas dificultades, es que por muy malas
que sean, siempre está uno seguro de hallar en ella un buen chocolate.
Fue durante el siglo XIX cuando el chocolate bebido caliente alcanzó la condición de símbolo nacional, marcado con trazos Algunos platos españoles contienen
chocolate entre sus ingredientes,
identitarios. Ángel Muro, gastrónomo español de finales de ese siglo, consideraba al chocolate bebido como uno de los
como es el caso del conill a la
símbolos de España junto con los toros.7 De la habilidad para hacerlo y de la disponibilidad del chocolate en las ventas
xocolata (en catalán 'conejo al
59
españolas también da cuenta Mrs. Wm. Pitt Byrne. chocolate').
A finales del siglo XX se empieza a emplear el chocolate como ingrediente en diferentes recetas culinarias, debido a los
intensos contactos con las otras cocinas de ultramar, como la cocina mexicana. Algunas de las cocinas españolas incorporaron el chocolate en sus ingredientes, y fue la
catalana una de las que con mayor aceptación dio cabida a los productos del cacao entre sus ingredientes.60 Aparece en recetas españolas de preparación de perdices (en la
cocina navarra).61 Algunas recetas empezaban a incluir el chocolate como ingrediente, como el «rebozuelo bañado en chocolate», la «langosta y pollo a la catalana», las
«perdices estofadas al chocolate», el «conejo al chocolate», el «magret de pato al chocolate», el «mero al chocolate» o la «lamprea con chocolate», entre otras. En la cocina
americana se empleaba el cacao en la elaboración delguajolote (pavo de indias), en una preparación culinaria denominada mole.14 La introducción del pollo por parte de los
conquistadores en Mesoamérica hizo que la mezcla de pollo y chocolate fuese un sustituto habitual que, poco a poco, se extendió a otras cocinas, comocubana.
la 62
Esta afición se mantiene hasta el siglo XIX, momento en que la literatura costumbrista se encarga de ofrecer la imagen de eclesiásticos tomando meriendas de chocolate en
su jícara. Esta idea se traslada similarmente a diferentes países de Europa. Solo rechazó su consumo la Compañía de Jesús, durante la época de Muzio Vitelleschi, por
considerarlo un atentado a la pobreza y a la mortificación.64 Desde los comienzos, la costumbre eclesiástica era consumir chocolate durante el desayuno. Desde 1662, los
eclesiásticos, por preferencia generalizada, se hacían servir elchocolate elaborado con agua caliente durante el desayuno, antes de laeucaristía.
La cuestión del chocolate tuvo una fuerte polémica.67 El cardenal François Marie Brancacciose declaró también partidario del chocolate en su sentencia de 1662, expresada
con la frase latina Liquidum non frangit jejunum, en latín 'El líquido no infringe el ayuno'.68 Es decir, la Iglesia católica admitía su consumo sin violación del ayuno,
siempre que no se le añadiera leche o huevos. El papa Paulo V se hizo servir la bebida diciendo esa famosa frase, aunque algo mutada: Hoc non frangit jejunum, en latín
'Esto no infringe el ayuno'). En el mismo sentido se pronunció el papaGregorio XV.
La modernidad
Surgen nuevas formas de chocolate, como el chocolate blanco y el cacao en polvo, que fue descubierto en 1930 debido al
aumento de los conocimientos acerca de las cualidades de la manteca de cacao. Así, se descubren propiedades nutritivas y
antioxidantes en el chocolate.
El chocolate se elabora, en esta época, por los modernos métodos mecánicos de molienda establecidos durante Revolución
la
Industrial del siglo anterior. Pero coexiste en España de forma tradicional: el molido a mano en molinos de piedra, es el
denominado «chocolate a brazo». En Madrid, la importante fábrica chocolatera La Española anuncia como signo de calidad
que sus chocolates se realizan «a brazo».69 Las empresas creadas poseían pocos trabajadores y fundamentalmente eran de
carácter familiar. El chocolate se ha solidificado y
ahora se emplea como decoración
Durante ese periodo de finales del siglo XIX, el chocolate bebido en España era más espeso que el servido en el extranjero, saborizante de pasteles.
donde solía prepararse un chocolate más fluido.70 Es tradicional que los contenidos de fécula (harinas de trigo y espesantes
naturales) estuvieran entre un diez y un veinte por ciento de la proporción total de chocolate. Esta espesura tradicional del
chocolate español hace que, a la entrada de España en la Comunidad Económica Europea, esta tenga que negociar la composición de aditivos para que fuera aceptada como
un hecho diferencial.71 La forma espesa del chocolate se puede ver en refranes españoles como «las cuentas claras y el chocolate espeso», donde a la vista de algunos
puré.3
autores el chocolate que se hace en España resulta tan espeso como lo puede ser un
El chocolate se servía durante esta época en diferentes establecimientos públicos, como en los cafés de tertulia. Poco a poco,
la jícara se va abandonando dentro del ritual del chocolate, adoptándose la polivalente taza. Las jícaras se rompían con
facilidad y eran caras de mantener, motivo por el que se impuso la taza en este siglo. En las grandes ciudades españolas
surgen las chocolaterías, como establecimientos especializados en servir chocolate, el cual también era popular en velatorios
y banquetes funerarios. En las casas particulares de la mesocracia era una costumbre privada a la hora de la merienda: en
muchos casos, la sociabilidad de estas familias hacía que el chocolate fuese ofrecido como bebida de agasajo a las visitas.
Estas meriendas se componían de chocolate caliente junto con un acompañamiento de diferentes pastas y golosinas, «ya que
72
es costumbre española consistente en mojar todo lo sólido en la jícara».
Tradicionalmente el chocolate en
España se sirve con una
Comienzos del siglo XX considerable espesura.
Las cafeterías empiezan a entrar en escena a principios del siglo XX, iniciándose el declive de la «cultura del chocolate».74
La aparición de estas hace que los patrones de consumo acerca del chocolate vayan cambiando poco a poco: el café empieza
a ser más popular y la demanda de chocolate disminuye. Por su parte, las chocolaterías se convierten en un lugar atractivo
para trasnochadores y juerguistas.
Torre de chocolate blanco, típica de Otras bebidas comienzan a hacer acto de presencia y algunas de ellas compiten en popularidad con el chocolate. Así, en el
una pastelería de Madrid. año 1931 surge una nueva idea de bebida con chocolate procedente de un empresario catalán, Joan Viader Roger, que decide
comercializar una mezcla batida de chocolate y leche. Este invento fue denominado «cacaolat»75 y se hizo muy popular en
España a mediados del siglo XX.
Aparecen diversas empresas chocolateras españolas, como Nutrexpa, fundada en Barcelona el año 1940 que lanzaron con éxito el Cola-Cao (polvo de cacao que se suele
disolver en un recipiente con leche caliente). De la misma forma, surgió el Phoscao. Otras empresas como Chocolates Matías López, que aparece en Lugo en 1825;
Chocolates Elgorriaga; Chocolates Nogueroles, que inicia su actividad en 1843 (gracias a los dibujos de carteles diseñados por Francisco Ortego Vereda se establece la
primera campaña publicitaria en España); Santiveri, fundada en 1885; Chocolates Valor; Chocolates Ricord (o la saga de los Joaquines); Chocolates Lacasa, y Xocolates
Juncosa.75
El chocolate elaborado en esta época mantiene las características de calidad del pasado, si bien en algunos casos se rebaja el volumen neto del producto con harina o
almendra molida, con objeto de abaratarlo.70 Este aditamento, que marca un mayor espesor en el chocolate, es criticado sin embargo por la Marquesa de Parabere, ya que
disminuye la calidad del producto final.
Existían tres formas de tomar el chocolate en los años 1960 en las familias acomodadas: la primera es el clásico chocolate de textura espesa («a la española»), o más claro
diluido en leche («a la francesa»), o bien connata («a la suiza»).70 Estas tres formas eran habituales en las cafeterías.
Son raras las recetas de la cocina española que emplean el chocolate en sus ingredientes. No obstante, existen algunos platos, como las migas con chocolate (de influencia
navarra), la langosta con chocolategallega, etc. Los acompañamientos al servir los chocolates van adquiriendo diversas formas. En muchas zonas se emplean distintas frutas
de sartén dependiendo de la zona: en el sur, los churros; en el norte, los buñuelos y los bolaos.
En esta época surgen los sucedáneos de chocolate y, en algunos casos, chocolates adulterados con el claro objeto de abaratar el producto. Los ingredientes empleados eran
migas de galleta, cacahuete finamente molido o harina de trigo, entre otros. Estos aditamentos, si bien no eran perjudiciales a la salud, eran engañosos, ya que disminuían la
calidad del producto. Este hecho se solucionó con la imposición de la etiqueta: «mezclas autorizadas». Otra adulteración frecuente consistía en sustituir la manteca del cacao
incluida en el chocolate, por otras grasas de inferior calidad, como elaceite de palma o el coco.
En los años 1940, el café con leche empieza a tener cada vez más popularidad como bebida social entre los españoles, y en muchas ocasiones es entendido como un sustituto
del chocolate. Hay autores que defienden el uso del chocolate frente al café como algo «auténticamente español».72 Es en esta época cuando las casas chocolateras toman
como estrategia de marketing la oferta de cromos en la venta de pastillas de chocolate. El no lograr con rapidez los cromos difíciles obligaba a las familias a seguir
consumiendo una misma marca hasta lograr una serie. Este proceso impulsó las actividades de las empresas de litografía. Los primeros temas eran motivos de guerras, como
la de Cuba y África (ambas emitidas por la casa La Juncosa). Fueron continuadas con la Segunda Guerra Mundial
(chocolates Amatler). La firma Nestlé hizo colecciones de animales salvajes. En los años sesenta el grupo Starlux se inspiró
en las diversas cremas de chocolate untables que circulaban por Europa para crear la nocilla (sus ingredientes básicos eran
leche, cacao, avellanas y azúcar). El producto se publicitó entonces con el eslogan Qué merendilla!.76 Para darse a conocer
entre los jóvenes, Nocilla patrocinó campamentos deportivos, eventos infantiles y apostó fuertemente por la publicidad. De
este modo, Nocilla se situó como principal marca en su sector. En 1982 aparecen los lacasitos como una línea de productos
de chocolate de Lacasa, están inspirados en los famosos M&M's de la empresa norteamericana Mars creados anteriormente
en los años cincuenta.
Hoy en día, la existencia de numerosas chocolaterías en las ciudades mantiene un consumo de chocolate que resulta más El popular chocolate con churros
acusado en los meses de invierno. Se conserva la tradición de ser servido con churros y/o picatostes, así como cualquier otra español, empleado comodesayuno
o merienda. Un vestigio moderno
fruta de sartén. En la actualidad, España se sitúa entre los diez primeros productores mundiales de chocolate para confitería,
que nos recuerda los tiempos de su
el séptimo en el espacio europeo.77 De todas formas, el consumo de productos de cacao se ha estancado. Desde comienzos
popularidad en España.
del siglo XIX, la demanda se ha venido apoyando en los sectores infantil y juvenil de la población: la evolución demográfica
moderna de España hace que existan menos jóvenes, por lo que la demanda ha caído.
El cacao en polvo ocupa casi la mitad de la demanda del sector chocolatero, el resto va a parar a la diversa confitería, que va
desde las tabletas hasta las cremas para la repostería. El perfil de consumo de cacao difiere en gran medida del europeo,
debido a que se consume mucha cantidad de cacao soluble, cremas para untar y, en menor medida, chocolate en forma de
tabletas, bombones y productos impulso. Empresas como Chocolates Valor han creado franquicias de integración vertical, en
las que no sólo elaboran y procesan el chocolate, sino que además proporcionan locales en los que se proporciona este
producto «a la vieja usanza». Las empresas son, por regla general, pequeñas y su objetivo es el mercado interior, las cuales
están ubicadas, en su gran mayoría, en Barcelona. Una de las más grandes empresas españolas productoras de chocolate es
Nutrexpa.
España era, a finales del siglo XX, la octava nación en consumo de cacao, oscilando entre dos y cuatro kilos per cápita.77 A Productos de cacao en polvo a la
pesar de todo, el consumo de chocolate va en incremento: en el año 1930 se consumieron ocho mil toneladas, mientras que venta en un supermercado de
España.
en el año 2000 se superaron las quinientas mil toneladas, lo que sitúa el consumo actual en unos cuatro kilos por persona y
año.74 No obstante, estos valores están por debajo de otros consumos europeos.
Entre los más famosos dentro de la Península Ibérica se encuentran el Museo de la Confitería de Tolosa, patrocinado por una pastelería local. También destaca el Museo del
Chocolate de Astorga, inaugurado en 1994 por José Luis López García, en el que se puede ver reflejada la próspera actividad chocolatera existente en esta zona a mediados
del siglo XIX. El Museo del Chocolate de Villajoyosa está patrocinado por la empresa española Chocolates Valor y dedica algunas secciones a la historia del turrón. Dentro
de la provincia de Valencia, se encuentra el Museo del Chocolate de Sueca. La Chocolatería El Indio es una sección ubicada en el Museo Nacional de Antropología de
Madrid que contiene detalles de la chocolatería Doña Mariquita, emplazada en Madrid. Por último, en
Barcelona se encuentra el célebreMuseo del Chocolate.
Véase también
Repostería de España
Historia de la gastronomía de España
Historia del chocolate
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