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Es evidente que con las reformas de los arti ́culos 17 y 18 de la Constitución Poli ́tica
de los Estados Unidos Mexicanos se incorporó como un derecho de los gobernados,
la instrumentación y búsqueda de mecanismos alternativos, de ahi ́ que en nuestro
derecho positivo hayan surgido una diversidad de conceptos asimilables tales como
conciliación, mediación, arbitraje, justicia alterna, amigable composición, acuerdo
entre las partes, juntas de avenencia, negociaciones, concertación, etcétera.
Al respecto cabe hacer notar que aun cuando la incorporación legislativa del término
relativo a los mecanismos alternativos de solución de controversias se apoya en la
reforma constitucional comentada, lo cierto es que en nuestro pai ́s desde antes del
añ o dos mil ocho diversas leyes ya adoptaban esta modalidad para dirimir los
conflictos.
Por ejemplo, la Ley de Comercio Exterior que en su arti ́culo 97 desde la reforma de
veintidós de diciembre de mil novecientos noventa y tres prevei ́a que “...cualquier
parte interesada podrá optar por acudir a los mecanismos alternativos de solución
de controversias en materia de prácticas desleales contenidos en tratados
comerciales internacionales de los que México sea parte. De optarse por tales
mecanismos...”.
La Ley Ambiental del Distrito Federal en su arti ́culo 209 Bis adicionado el diez de
febrero de dos mil cuatro establece que “De conformidad con lo que establezca el
reglamento de este ordenamiento, las autoridades ambientales podrán aplicar
mecanismos alternativos para la solución de conflictos derivados de infracciones a
las disposiciones juri ́dicas a que se refiere el arti ́culo 201 del mismo. Dentro de
dichos mecanismos, se podrán considerar la mediación, el arbitraje y la conciliación.
La Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal en el arti ́culo
186 Bis 1 adicionado el ocho de enero de dos mil ocho, establece: “El Centro de
Justicia Alternativa tiene por objeto: (...) I. El desarrollo y la administración eficaz y
eficiente de los métodos alternos de solución de controversias, principalmente de la
mediación;
En el Distrito Federal el ocho de enero de dos mil ocho se publicó en la Gaceta Oficial
la Ley de Justicia Alternativa del Tribunal Superior de Justicia para el Distrito Federal,
en la que se fija el propósito de regular la mediación como sistema alternativo de
justicia, basado en la autocomposición asistida en las controversias entre
particulares y cuando éstas recaigan sobre derechos de los cuales pueden aquellos
disponer libremente, sin afectar el orden público.
Los juzgados y tribunales federales cumplen una doble función: son competentes
para conocer y resolver los juicios del orden federal, y son instancias de protección
de los derechos fundamentales, a través del amparo.
En este punto se tiene en cuenta que a pesar algunas cri ́ticas que el foro comenta
sobre la Ley de Amparo, lo cierto es que el número creciente de demandas refleja
la confianza con la que los gobernados esperan que a través de ese medio se vean
restituidas las garanti ́as que estiman vulneradas.
Los datos estadi ́sticos que se destacan serán referenciales al momento de ponderar
la evolución de los asuntos que se están resolviendo mediante los mecanismos
alternativos de resolución de controversias.
LA MEDIACION (DEFINICIÓ N)
Al mediador lo eligen las partes o un tercero, por lo que el encargo debe recaer en
una persona con dotes necesarias para hallar soluciones al problema que las partes
por iniciativa propia no están en capacidad de brindar.
Se caracteriza por tratar de alcanzar una aceptación de las partes por intermedio
de la propuesta de un tercero, que solo tiene fuerza de recomendación.
La mediación no pone tanto énfasis en los aspectos legales del conflicto como en
los intereses latentes de cada parte.
PRINCIPIOS DE LA MEDIACIÓ N
Voluntariedad: Las partes son libres para acudir, o no, a la mediació n, asi ́ como
para desistir de ella en cualquier momento e incluso de tomar sus propias
decisiones durante la mediación.
Neutralidad e Imparcialidad: Ser ajeno a las partes y a sus intereses, e intervenir sin
tomar partido por ninguna de ellas.
LA CONCILIACION (DEFINICIÓ N)
Para Manuel Alonso Garci ́a7, la conciliación es una forma de solución de los
conflictos, en virtud de la cual las partes del mismo, ante un tercero que no
propone ni decide, contrastan sus respectivas pretensiones tratando de llegar a un
acuerdo que elimine la posible contienda judicial. Agrega el autor que los
conciliadores no interpretan el derecho ni las normas, sino que le corresponde
ponderar y equilibrar los intereses contrapuestos de las partes, lo que hace que sus
resultados no tengan el carácter decisivo de una sentencia.
Constituye un acto juri ́dico a través del cual las partes recurren a un tercero neutral
para que les ayude a resolver una controversia.
El conciliador no decide, se limita a señ alar el camino posible de solución de
conflictos, pues las partes se avendrán o no a las soluciones que ellos mismos
estimen conveniente.
EL ARBITRAJE
Por ello se dice que el arbitraje es el mecanismo que tiene por objeto la
composición del conflicto por una persona u organismo cuyo laudo una vez dictado
tiene que cumplirse obligatoriamente, de ahi ́ que en el arbitraje se suple el
entendimiento directo de las partes y queda reemplazado por el acuerdo entre
ellas, por una decisión del conflicto que proviene de un tercero llamado arbitro.
El laudo arbitral será siempre una solución de conciencia, toda vez que se emite
conforme a las disposiciones legales pero sobre todo a la equidad, evitando por ello
llegar a injustas desproporciones que puedan figurar en el derecho y las
obligaciones o deberes de las partes en conflicto.
El juez tiene jurisdicción el árbitro carece de ella, el juez tiene facultades cautelares
y ejecutivas que no tiene el árbitro, no obstante, para que obtenga estas tendrá
necesariamente que recurrir a aquel.
Los árbitros deben emitir una solución del conflicto, por lo que en este aspecto
cuentan con las facultades propias de un juzgador, en tal sentido, pueden actuar y
valorar las pruebas que les permitan arribar a una decisión final.
Para redondear la idea de las principales caracteri ́sticas de los medios alternativos
de resolución de conflictos se puntualiza que la mediación y el arbitraje son
absolutamente voluntarios; la mediación como ya se dijo no tiene una estructura
formal determinada, en tanto que en el arbitraje y en la conciliació n si tienen
formas y etapas que cumplir; en la mediación las partes ejercen sobre el
mecanismo un control alto; en la conciliación ejercen un control medio y en el
arbitraje un control menor.
ESPAÑ A
De esta forma, la Ley Modelo responde all compromiso entre las tradiciones
juri ́dicas europeo-continental y anglosajona producto de un cuidado estudio del
derecho comparado. Su redacción no responde, por ello, plenamente a los cánones
tradicionales de las ordenanzas españ olas tradicionales, sin embargo, facilita su
difusión entre operadores pertenecientes a áreas económicas con las que Españ a
mantiene activas y crecientes relaciones comerciales.
El objetivo es que los agentes económicos de dichas áreas adquirirán, por tanto,
mayor certidumbre sobre el contenido del régimen juri ́dico del arbitraje en Españ a,
lo que sin duda facilitará e impulsará que se pacten convenios arbitrales en los que
se establezca a ese pai ́s como un lugar del arbitraje. La Ley Modelo resulta más
asequible a los operadores económicos del comercio internacional, habituados a
una mayor flexibilidad y adaptabilidad de las normas a las peculiaridades de casos
concretos surgidos en escenarios muy diversos.
La nueva ley se emitió con base en los innegables avances que su precedente, la
Ley 36/1988, de 5 de diciembre, de Arbitraje, supuso para la regulación y
modernización del régimen de esta institución en el ordenamiento juri ́dico españ ol,
ya que durante su vigencia se ha producido una notable expansión del arbitraje en
Españ a; ha aumentado en gran medida el tipo y el nú mero de relaciones juri ́dicas,
sobre todo contractuales, para las que las partes pactan convenios arbitrales; se ha
asentado el arbitraje institucional; se han consolidado prácticas uniformes, sobre
todo en arbitrajes internacionales; se ha generado un cuerpo de doctrina
estimable; y se ha normalizado la utilización de los procedimientos judiciales de
apoyo y control del arbitraje.
Pueden solucionarse por medio de los distintos modos alternativos todos los
conflictos, salvo aquellos referentes a derechos inalienables.
Es decir, pueden solucionarse por los distintos modos alternativos todos los
conflictos resultantes de una relación juri ́dica susceptible de ser extinguida por las
partes mediante acto juri ́dico, aunque estas ú ltimas renuncien con ello a los
derechos correspondientes, que no estén reservados exclusivamente, por
disposición legal, a los tribunales.
Entre estas garanti ́as, la ley concede una protección muy especial a la garanti ́a de
confidencialidad.
Salvo autorización expresa otorgada por las partes, los mediadores no pueden
intervenir, de ningún modo, en ninguno de los procedimientos posteriores a la
mediación, en particular, en el arbitraje, en el procedimiento judicial y en el
tratamiento psicoterapéutico, independientemente de si la mediación ha
desembocado o no en un acuerdo.
V. CONCLUSIONES
Los pai ́ses que han retomado la idea de emplear medios alternativos de resolución
de controversias en buena medida se apoyan en conceptos emitidos por el
profesor Frank E. A Sander que es conocido como el padre de la reaparición de la
idea de resolver conflictos -a gran escala- mediante la utilización de mecanismos no
jurisdiccionales. Puede afirmarse con acierto que, dentro de la teori ́a general del
conflicto, su contribución es invaluable debido a que comprende distintas
corrientes de pensamiento que desembocan en la ayuda para solventar crisis
personales generadas con el diario acontecer de los hechos a la vez que evitan al
máximo posible la utilización de las vi ́as jurisdiccionales. También al profesor
Sander se le identifica como la persona que utilizó la locución Resolución
Alternativa de Disputas (Alternative Dispute Resolution), una cuestió n que va más
allá de la simple expansión del vocabulario en materia resolución de conflictos y
que, curiosamente, terminó promoviendo una multidisciplinaria exploración
exhaustiva de los sistemas no jurisdiccionales, algo que, de alguna u otra manera,
habi ́a sido soslayado por parte de los juristas.
Por esa razón se estima que debe jugar un papel preponderante el que la
legislación junto con la actuación de los órganos y servidores habilitados para ello,
logren convencer a los gobernados de que, en ocasiones, es mejor acudir a los
medios alternativos de resolución de conflictos que litigar un asunto, tarea difi ́cil
que dependerá de la eficiencia y eficacia conjunta, ya que sólo en la medida en que
se convenza a las partes tendrá sentido la existencia de esos medios alternos.
ALONSO GARCI ́A, Manuel, Curso de Derecho del Trabajo, 5a ed., Ariel, Madrid,
1975.