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TEOLOGÍA
DE LA REVELACIÓN
UNDÉCIMA EDICIÓN
EDICIONES SÍGUEME
SALAMANCA
2005
15
EL CONCILIO VATICANO II y LA
CONSTITUCIÓN l/DEI VERBUM"
Sobrio es este proemio, pero elevado. El tono del primer p 1 h -rnos visto y oído os lo anunciamos a vosotros, a fin de ~~e
rágrafo, solemne y religioso a la vez, queda justificado ampllu iváis también en comunión con nosotros, y esta comuruon
mente por el hecho de que la constitución Dei Verbum es lo 1 nuestra sea con el Padre y con su Hijo Jesucristo» (1 Jn 1, 2-3~,
camente el primero de los grandes documentos del Vatican 11 I ste texto enuncia, en términos bíblicos, lo esencial de la consti-
En realidad este proemio introduce en el conjunto de la 0111 1 tución. La vida, que estaba en el Padre, cerca del Padre, se nos
conciliar. Dentro de la misma constitución Dei Verbum expon manifestó. Dios ha salido de su misterio y, merced aIa hu~a-
el tema de la misma, tema cuya desarrollo y orquestación (lll nidad de Cristo, Juan ha podido ver y oír al Verbo de VIda.
tinuarán los capítulos siguientes. luan anuncia lo que ha visto y oído, a fin de que los ho~bre~,
mediante la fe en su testimonio, participen en esta expenen~~a
1. Dei Verbum: estas dos palabras, que en adelante servl V, con él, entren en comunión de vida c~n el Pad~e ~ ,con su HIJ?
rán para designar la constitución y distinguirla de otros d III [csucristo. Epifanía de Dios en Jesucnsto, medlac~on d~l. tes~l-
mentos conciliares, expresan en realidad todo el conteni lo monio apostólico, participación del hombre. e~ la VIda tnmtana,
Dios, el Dios viviente, ha hablado a la humanidad. El términu ,1 texto de san Juan describe todo el movimiento de la revela-
palabra de Dios se aplica primariamente a la revelación, es d I ión: la vida en Dios, la vida que baja hacia el hombre y, en
a esta primera intervención por la que Dios sale de su míste.lo, jesucristo, se le. manifiesta para obrar la vuelta a la vida ..Por ~u
se dirige a la humanidad para descubrirle los secretos de la vi lil densidad y poder de sugestión, este texto es ~omo el leitmotiv
divina y comunicarle su designio salvífico. Éste es el hecho 111 de la constitución, y, más en concreto, del capitulo 1.
menso que domina los dos testamentos y del que vive la IgI si,l
Esta palabra de Dios, dirigida una vez para siempre, perdur: ,1 2. La segunda frase indica la finalidad de la constitución.
través de los siglos, siempre viva y actual, en la Tradición y 1,1 1 concilio se propone exponer la verdadera doctrina acerca de
Escritura. la revelación y de su transmisión. Continúa en. ~sto, a la par que
La actitud del concilio respecto a la palabra de Dios e 1,1 10 amplía, el trabajo realizado por los conClJ¡.osde Trento. y
que en el capítulo II se describe como actitud del magisterio ti· Vaticano 1. La referencia a san Agustín, que CIerra el proemIO,
la Iglesia: escucha y proclama la palabra de Dios. Como todo subraya la preocupación pastoral que inspira toda la obra del
el pueblo cristiano, cuya fe con divide, recibe con fe y piedad 1,\ concilio.
palabra del Señor; mas también, en virtud de la misión prof l'
tica que ha recibido de Cristo, es el heraldo de esta palabra que
Il
proclama con la confianza de los profetas y de los apóstol
La palabra fidenter, que califica esta proclamación, evoca 1,1
CAPITULO 1: LA REVELACION
'ltapp-r¡oía o actitud de confianza y seguridad de la predicaci 11
apostólica (Hech 4,29.31; 9,28; 19,8). El concilio, ministro ti·
2. NATURALEZA Y OBJETO DE LA REVELACIÓN
la palabra de Dios, recuerda con respeto (obsequitur) el comien
zo de la primera carta de san Juan: «Os anunciamos la vid. 1 Dispuso Dios en su bondad y sabiduría revelarse a sí mismo y dar a
eterna, que estaba en el Padre y que se nos manifestó: lo que conocer el misterio de su voluntad (cf Ef 1,9), mediante el cual los hom-
bres por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acc~s~ al Padre en el
Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina (cf Ef 2, 18;
vitam aeternam, quae erat apud Patrem et apparuit nobis: quod vidimus ct
audivimus annuntiamus vobis, ut et vos societatem habeatis nobiscum, 2Pel,4).
et societas nostra sit cum Patre et cum Filio ejus Jesu Christos (1 Jn 1,2-3), 2. En consecuencia, por esta revelación Dios in~isible (d. Col 1, 15;
2. Propterea, Conciliorum Tridentini et Vaticani 1 inhaerens vestig'ii 1 Tim 1, 17) habla a los hombres como amigos, movido por su gr~n. amor
genuinarn ~e divina ~evelati~e ac de ejus transmissione doctrinam propo (d. Ex 33, 11; Jn 15,14-15) Y mora con ellos (cf ~~r 3,38), para invitarlos
nere intendit, ut salutis praecomo mundus umversus audiendo credat, credendo
speret, sperando amet. a la comunicación consigo y recibirlos en su compama.
357
Concilio Vaticano II: «Dei VerblHI!)
356 Revelación y magisterio de la Iglesia
3. Este plan de la revelación se realiza e "1l1ul1tatis suae. Al decir que el objeto de la revelación es Dios
mente conexas entre sí de form l bra gestos. y palabras intrln 1 mi mo, el concilio personaliza la noción de revelación: antes
historia de la salvació~ manifies~ que as o ras realizadas por Dio 11 1
significados por las palabras y la an 1Ybconfirman la doctrina y los h 1111'
dl dar a conocer algo, es decir el designio de salvación, Dios
Y esclarecen el misterio co~tenid~ Pe~a efI:~.por su parte, proclaman las 0111 mi mo se revela. El misterio paulino evoca este designio salví-
t o, escondido en Dios desde toda la eternidad, Y ahora reve-
4. Pero la verdad íntima acerca de D'
mana se nos manifiesta por la revel 'ó d I~ ! acerca de la salvación 111,
l.ulo, por el cual Dios hace de Cristo el centro de la nueva eco-
diador y plenitud de toda la r l ~~I n e rísto, que es a un tiempo 111 nornia y le constituye, por su muerte y resurrección, único prin-
eve acion 3.
1 ipio de salvación, tanto para los gentiles como para los judíos
I "beza de todos los seres, de los ángeles y de los hombres.
ti 1. La re~elación aquí descrita es la revelación en su f I
~c IV~, y constituyente, como también en la economía de su 11' I
1 I misterio es el plan divino total que, en definitiva, se reduce a
lízacíón concreta por las vías de la hístori la y d e 1a encarna 1111' Cristo, con sus insondables riquezas Y su tesoros de sabiduría
La co tit ., y ciencia. Concretamente, el misterio es Cristo. Al utilizar la
d 1 ns 1lación enuncia primariamente el hecho y el ob] -tll
I ategoría paulina de misterio, con la plenitud de sentido y múl-
s e a ::ve acron. De la revelación, como de toda la obra de 11
tiples resonancias que tiene en la carta a los efesios (c. 1), el
~:~:~1~7~c~~;n(~f d~fd~ci~-i~e) e~ un efe.cto del ?eneplácit ti 1 ncilio da al objeto de la revelación su expresión más completa,
de Dios f ' . s gracia. Es libre iniciativ I
del ho~6reno~bect~ de un constreñimiento o apremio por pau: más rica y sugestiva.
El segundo miembro de la frase declara en qué consiste el
~:~:~ria
d~D~~~ Elet:x~~r~~~¡a:sp~~b~~;~e~eC~n~¡1¡~d~~, plan salvífico divino acerca de la humanidad. El designio de
I íos consiste en que los hombres, por Cristo, Verbo encarnado,
, pero .a ~pta una formulación más personalista E '1
gar del placUlt eJus sapientiae et bonitati d' . 1 .' n 11 tienen acceso al Padre (Ef 2, 18) en el Espíritu y se hacen con-
sua bonitate et sapientia. Pone d " Ice. ~ acuít Deo, 111 ortes de la naturaleza divina (2 Pe 1,4). El designio divino, ex-
bondad de Dios, y después su ~abi;m~s, en pnmer plano, 1,1 presado en términos de relaciones interpersonales, incluye los
A ,. di' una. tres principales misterios del cristianismo: la Trinidad, la encar-
d:c;:'; r~:'cl.'::.Se¡S~a~~~~oSrr~I.~'
mente P:tt~~~~lio ev~~l~!~od~ la revel~ción, el texto sigue igu: I
~~wet"í"a vb'untat;s suae
a e ver o y reemplaza decreta por el término p l'
nación, la gracia.
2. Después de haber afirmado el hecho y el objeto de la
cramentum
, (<<myste. , e1 texto griego) más aubíblí
num», segun 100 Sil revelación, el concilio precisa su naturaleza. Por la revelación,
mas concreto: seipsum revelare et notum fa~er~ sacra men I lCtOti", el Dios invisible, escondido (Col 1, 15; 1 Tim 1, 17), al que
nadie puede ver sin morir, el trascendente Y tres veces santo, en
• 1. Plaeuit Deo in sua bonitate et . . . la superabundancia de su amor (porque Dios es amor: 1 Jn 4, 8)
faeere saeramentum voluntatis suae (cf E s~Plent)la seipsurn revelare et noturu ale de su misterio. Dios rompe el silencio: se dirige al hombre,
Verbum caro factum in Spiritu Sanct P 1,9, quo hornines per Christum,
' o aceessum habent d P t . te interpela, e inicia con él un diálogo de amistad, como 10 hizo
nae na t urae consortes efficiuntur (cf E h 2 18' 2 P a a rem et divi
2 Hae itaqu lati pn z, e 1,4). con Moisés (Ex 33, 11) Y con los apóstoles (Jn 15, 14-15).
ex abumÍantia caritaJsr:::ea~~:n~:~visibilis ~cf Col 1,15; 1 Tim 1,17)
11;.Jn 15,14-15) et cum eis eonversatur quam amicos alloquitur (cf Ex JJ,
Dios conversa con los hombres para invitarlos a la comuni-
seeum invitet in eamque suscipiat. (cf Bar 3,38), ut eos ad societat 111 cación consigo y para recibirlos en su compañía. El texto de
3. Haec revelationis oeconomia fit f
ls b' Baruc (3,38), al que alude el concilio, y que utiliza la liturgia
se e~nn~xi~, ita ut opera, in historia salutis geh ver isque intr~nseee int I (por ejemplo, en la sexta profecía del oficio antiguo de sábado
verbis significatas manifestent ac e b a eo patrata, doctnnam et re
et mysterium i~ eis contentum e1ueid:~t. orent, yerba autem opera proclamen! santo), significa que la sabiduría ha bajado del cielo para habi-
4.. Intima autem per hane revelationem t d D tar entre los hombres, encarnándose en la ley judía. El concilio
salute ventas nobis in Christo iIlue . . . am ~ eo quam de homini
revelationis exsistit. escit qui rnediator sirnul et plenitudo totiu. evoca ya esta plenitud de revelación en la que la sabiduría per-
358 Revelación y magisterio de la Iglesia Concilio Vaticano Il: «Dei Verbll/fl» 359
sonal de Dios, por la encarnación, entra en la existencia huru \ III,IS. Pertenece, pues, a la inteligencia de la revelación describir
na,' vive con los hombres, como uno más en medio de ello l., (' onomia de hecho adoptada por Dios para hablar a la huma-
con ellos conversa. Jesucristo es la sabiduría de Dios que '" l' dad. Al dirigirse al hombre, ser compuesto de carne y espíritu,
b~jado a la tierra ~ ha conversado con los hombres. El tema, f.o, uunerso en la duración, Dios se pone en comunicación con el
solo evocado aqur, reaparece en el parágrafo 4. hombre por las vías de la encarnación y de la historia, Por pri-
,Para definir, pues, la revelación, el concilio recurre a la .11'.\ uiera vez un documento del magisterio describe así la economía
Iogía de la palabra, omnipresente en el Antiguo y Nuevo T '~I,\ d,' la revelación en su ejercicio concreto y en esta fase activa que
~e~to (Heb 1, 1), t~a?!cional, e~ los documentos del mas' 11 1" da la existencia.
n.o y en toda la tradición teológíca. Dios ha hablado a la hunu, El concilio afirma que la revelación se realiza mediante la co-
nidad , ~or su palabra se ha dado a conocer el invisible; su 11,1 urxión íntima de gestos y palabras. Por gesta (palabra de reso-
cenden~la se ha hecho proximidad. La economía presente e 1111 \ u.mcia más personalista que [acta) hemos de entender las accio-
ec~nomla de palabra y de fe. La visión está reservada para di' 11' salvíficas de Dios, es decir todas las obras realizadas por
pues de la muerte. Nuestro Dios es el Dios de la palabra: h. ,,1.\ Irios, que constituyen la historia de la salvación: unas realizadas
a Abraham, a Moisés, a los profetas, y, por medio de ellos. 11 directamente por Dios, otras por los profetas, instrumentos
pueblo. Por Cristo, Dios habla a los apóstoles y nos ha'bl., Ii uyos, unas manifiestan su providencia ordinaria, otras son ver-
nosotros, porque en él nos habla el Hijo en persona. d. deros milagros, mas todas son con propiedad manifestaciones
~sta palabra por la que Dios franquea en cierto modo la di d .l obrar divino en la historia de la salvación y todas se suceden
rancia que le separa del hombre y se llega hasta, su presen 11, 'gún una disposición sapientísima (una economía) querida por
no puede ser otra cosa que palabra de amistad, procede (11 1 I ios.: Gestos u obras de Dios son, por ejemplo, en el Antiguo
amor, crece en la amistad y persigue una obra de amor: l' Testamento: los acontecimientos del éxodo, la formación del
abundan~ia caritatis ... tamquan amicos ... ut ad societatem I lino, los juicios de Dios manifestados por el fracaso de los ejér-
cum ... DIOS entra en comunicación con el hombre criatura su , ritos, el destierro, la cautividad, la restauración; y en el Nuevo
~a~a e9trecha: c~n él lazos de amistad y para aso~iarle a su vid,; Testamento: las acciones de la vida de Cristo, especialmente sus
intima , para mvItarle a esta vida y para introducirle en ella pOI milagros, su muerte y resurrección. Palabras, son las palabras de
la fe en s~, palabra. En definitiva, no puede ser de otro modo Moisés y los profetas que interpretan las intervenciones de Dios
La. reve!aclOn que procede del amor, persigue una obra de amo, '11 la historia; son las palabras de Cristo que declaran el sentido
qu~e~e introducir al hombre en la sociedad de amar que e 1,1 de sus acciones; son, en fin, las palabras de los apóstoles, testigos
TnOId.ad. El texto vuelve así a hablar del tema anunciado en ,1 intérpretes autorizados de la vida de Cristo.
proemio.
Después de afirmar la unión íntima, como cuerpo y alma, de
las obras y palabras en la economía reveladora, el concilio pone
3: La analogía de la palabra, útil para definir la revelaciéu de manifiesto cómo obras y palabras están en estrecha depen-
no dice nada de ~a disposición concreta adoptada por Dios p. ,,; dencia y para servicio mutuo. Las obras «realizadas por Dios
entrar en cornercm personal con el hombre. En efecto, así como en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina
el hombre puede comu~icarse Con otro hombre de múltiple y los hechos (designio y acción salvífica de Dios) significados
for.,?1as - por gestos, acc:ones, palabras, imágenes, gestos acom por las palabras». En efecto, Dios manifiesta ya su designio
pañados de palabras, senales artificiales o gráficas _ así tan! salvífíco en el acto mismo en el que este designio se realiza.
bIen puede Dios comunicarse con el hombre de múltiples f , El Dios que se revela es un Dios que entra en la historia y en
ella se revela como persona que obra la salvación de su pueblo.
• Por ejemplo, la encíclica Qui plurilms (D 1637) el V ti I
(D 17~5), el Juramento antimoderI?is~a (D 2145), la encíclic¡ Mit b:e~~~;ldl" Así, la liberación del yugo egipcio manifiesta la intervención del
Sorge. AAS 29 (1937) 156, la enclchca Mortalium animos: AAS 2 (1928) H, Dios salvador y la salvación misma; la curación del paralítico
360 Revelación y magisterio de la Iglesia
Concilio Vaticano II: «Dei Verbum~ 361
manifiesta el poder liberador de Cristo y la liberación m 111 1,\ curación del paralítico donde las palabras acompañan la
del pecado que obra en el alma; la resurrección pone de 111,111 .1 ción; otras veces el acontecimiento precede a la palabra
fíesto su dominio soberano sobre la muerte y la vida. POI 1111 (por ejemplo, la creación del universo, la fundación del reí-
parte estas obras corroboran, es decir apoyan, confirman, ,111 110) y otras, por el contrario, la palabra precede al aconteci-
tiguan la doctrina y la realidad profunda, misteriosa, escond ti miento (por ejemplo, la profecía del mesías, siervo paciente de
en las obras y significada por las palabras. Así, el éxodo co1I11 Yavé, d. Is 48,3-8 Y Am 3,7). b) Notemos también que la
ma la promesa de Yavé, hecha a Moisés, de salvar a su ptrc hlll proporción de obras y palabras puede variar mucho. A veces
la curación del paralítico manifiesta y demuestra a la par la vid prevalecen las palabras (por ejemplo, en los libros sapíencíales,
dez de la palabra del Hijo del hombre que pretende perdona. 1" en el sermón de la montaña), pero otras veces prevalecen los
pecados; la resurrección de Cristo confirma la verdad de su I hechos (por ejemplo, en los libros históricos, en los aconteci-
timonio y la realidad de su misión como Hijo del Padre VCn dll mientos de la pasión, muerte y resurrección de Cristo).
a este mundo para librar a los hombres del pecado y de la mucui Al insistir en las obras y en las palabras como elementos
Sin embargo, los acontecimientos son, las más de las veu constitutivos de la revelación y en su unión íntima, el concilio
algo o~aco; las obras adolecen o son propensas a la arnbigüed,ul ubraya el carácter histórico y sacramental de la revelación:
al eqUIVOCO:t?ca a las palabras disipar esta ambigüedad y I 111 los acontecimientos iluminados por la palabra de los profetas,
clamar el sentido auténtico y misterioso de las acciones divin.i de Cristo y de los apóstoles. El carácter histórico de la reve-
«Las palabras proclaman las obras y esclarecen el misterio 011 lación aparece en la acción misma de Dios que sale de su mis-
tenido en ellas». Es cierto que, por ejemplo, el modo de 11,11 terio y entra en la historia, en la sucesión de acontecimientos
de Cristo que perdona y cura, manifiesta admirablement 1 o intervenciones de Dios que se suceden según el .desígnío
amor que ha venido a revelar. Pero su muerte es un acont x l coherente y sapientísimo que es con propiedad la economía
mi~nto susceptíble de múltiples interpretaciones: la palabro di de la salvación, y, por último, en la interpretación de los acon-
Cnsto, que tiene su prolongación en la de los apóstoles nos ti tecimientos por la palabra, que es en sí misma un aconteci-
cubre la dimensión inaudita de su muerte y a la par propon I miento. El carácter sacramental de la revelación aparece en la
n~est:~ fe el acontecimiento y su significación salvífica. La pll compenetración y ayuda mutua de palabras y obras. Dios rea-
dicación ?e Pedro atestigua .que los apóstoles, la mañana di liza el acontecimiento de salvación y explica su significación;
pentecostes, no están borrachos, sino bajo la acción del Esph Hit interviene en la historia y manifiesta el sentido de su interven-
Santo, q~: ha des~endido sobre ellos (Hech 2, 15-18), Y qu 1.1 ción; obra y comenta su acción. Esta estructura general de la
resu~recc.IOnde Cnsto no es solamente un milagro sino tarnbl 11 revelación, de nuevo afirmada en el capítulo 4 a propósito del
el mlsteno de la entronización de Cristo como mesías y SCIIO! Antiguo Testamento 5,y en el capitulo 5 a propósito del Nuevo
(H~c~ 2, 33.36). Lo mismo pasa con el éxodo: sin la palabra di Testamento 6, basta para distinguir la revelación cristiana de
Moisés que, en nombre de Dios, interpreta para Israel esta sali 1,. cualquier otra forma de revelación de tipo filosófico o gnóstico.
como u~a liberación con vistas a una alianza, el acontecimiento
no estaría cargado de la plenitud de sentido que constituye 1 4. Por esta revelación nos manifiesta, en Cristo, la verdad
fundamento de la religión de Israel. Los acontecimientos esto11 profunda acerca de Dios y del hombre. En efecto, en Cristo,
llenos de inteligibilidad religiosa y las palabras tienen la misi 11
de proclamarla y esclarecerla. • c:Amantissimus Deus ... ita Se tamquam unicum Deum verum et vivum
. ~s }mportante hacer dos observaciones a propósito de est,. uerbis ac gestis reuelauit ut Israel, quae divinae essent cum homini~u.s viae
experiretur easque, ipso Deo per. os. prophetarum. loquente, penitius et
unron íntíma y viva de las obras y de las palabras: a) Se trata c1arius in dies intelligeret atque latius. In gentes exhiberets : cap. IV, n. 14.
~e una u~ión de naturaleza, no siempre de tiempo. Haya ve l • cChristus Regnum Dei in terris instauravit, factis et uerbis Patrem
Simultaneidad de la obra y de la palabra (por ejemplo, '11 suum ac Seipsum manifestavit, atque morte, ressurrec.tione et gloriosa aseen-
sione missioneque Spiritus Sancti opus suum complevits : c. V, n. 17.
362 Revelación y magisterio de la Iglesia Concilio Vaticano II: «Dei Verbum:t 363
nos ha sido revelado quién es Dios, es decir: el Padre qu 3. En su tiempo llamó a Abraham para hacerle padre de un. gran
ha creado y nos ama como hijos; se nos manifiesta tarnh !'lIl'blo (cf Gén 12,2-3), al que luego instruyó por los patriarcas, por Moisés
Hijo y palabra, que nos llama e invita a una comunión ti por los profetas para que lo reconocieran Dios único, vivo y verdad~ro,
con la Trinidad, y el Espíritu, que vivifica y santifica. En I t I I'.•dre providente y justo juez, y para que esperaran el salvad?r prometido,
de esta forma a través de los siglos fue preparando el cammo del evan-
se n?s revela también la verdad acerca del hombre, a sab ", 1111 rlio 8.
ha sido llamado y elegido por Dios desde antes de la cr ,11 ""
del mundo para ser, en Cristo, hijo adoptivo de! Padre. 1. La primera frase afirma y distingue una doble manifes-
Cristo es a la vez mediador y plenitud de la revek 1111 1.\ ión de Dios: la primera, que se dirige a todos los hombres,
En efecto, es la vía elegida por Dios para damos a cono I 111 p r el testimonio del mundo creado; la segunda, dirigida a
que es él (Padre, Hijo y Espíritu) y lo que somos nosotros l' nuestros primeros padres, por revelación positiva. El mismo
cadores llamados a la vida). Cristo es la vía que nos rev 1, 1\ I ios que hizo el cosmos, se manifestó también en la historia
vida y e! camino que a ella conduce: «Yo soy el camino, 1, VII humana.
dad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí» (Jn H ti El texto describe en pocas palabras esta primera manífesta-
Y también: «Y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie 11 ión de Dios, que es la creación. Dios ha creado por su Verbo
n,oce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo quisiere I ' (]n 1, 3), por él conserva todas las cosas y también por él Dios
I~rselo» (Mt 11,27). «A Dios nadie le vio jamás; el Hijo unl ha hablado a la humanidad (parágrafo 4). El universo creado
níto, que está en el seno del Padre, ése nos le ha dado a 1111 .onstítuye una primera presencia y una primera manifestación
cer» (Jn 1, 18). Cristo es también la plenitud 7 de la revela 1011 de Dios: un testimonio permanente de Dios mismo a la huma-
es decir el Dios que revela y el Dios revelado, e! autor y el nll nidad, inscrito en el universo creado por el (Rom 1,19-20).
jeto de la revelación, e! que revela el misterio y el misterio rnisnm El concilio afirma el hecho, pero no se detiene a explicarlo.
en persona (Jn 14,6; 2 Cor 4,4-6· Ef 1 3-14· Col 1 2 "
• , I , , , El Dios que se manifiesta a la humanidad por su Verbo crea-
1 Tim 3, 16). Es en persona la verdad que anuncia y predi ,1 dor , es también el Dios salvador que, para abrir al género hu-.
En consecuencia, esta verdad que en él resplandece, pid l. mano el camino de la salvación, se manifestó a nuestros pn-
adhesión de nuestro espíritu: pide invadir toda nuestra vid I meros padres por revelación histórica y personal. El concilio,
para transformarla y transformamos a nosotros en Cristo
tiende, por la unión con Cristo, a la comunión con e! Padre,
Hijo y el Espíritu.
¡ sin embargo, no precisa la relación que existe entre ambas ma-
nifestaciones de Dios, natural y sobrenatural. No dice si en la
intención divina la una está encaminada a la otra, ni tampoco
si la primera está ya impregnada de gracia. El concilio describe
3. LA PREPARACIóN DE LA REVELACIÓN EVANGSLICA después, a grandes rasgos, las etapas de la revelación veterotes-
1. Dios, creándolo todo y conservándolo por su Verbo (cf Jn 1 3) d.\
tamentaria: pormesa a nuestros primeros padres, vocación de
a los hombres testimonio perenne de sí en las cosas creadas (cf Rom 1:
11)
8 I. Deus, per Verbum omnia ereans (cf. Jn 1,3) et conservans, in
20), Y queriendo abrir el camino de la salvación sobrenatural, se manifc h\ rebus creatis perenne sui testimonium hominibus praebet (d. Rom 1, 19-20),
además personalmente a nuestros primeros padres ya desde el principi , et viam salutis supernae aperire intendens, insuper protoparentibus inde ab
initio semetipsum manifestavit.
2. Después de su caída alentó en ellos la esperanza de la salvación
2 Post eorurn autem lapsum eos, redemptione prornissa, in spern
(cf Gén 3,15) con la promesa de la redención, y tuvo incesante cuidado d I salutis erexit (d. Gen 3, 15) et sine interrnissione generis humani euram egit,
género humano, para dar la vida eterna a los que buscan la salvación COII ut omnibus qui seeundum patientiam -boni operis salutem quaerunt, vitam
la perseverancia en las buenas obras (cf Rom 2,6-7). aeternam daret (d. Rom 2, 6-7).
3. Suo autem ternpore Abraham voeavit, ut faeeret eum in gente m
1 La expresión aparece por vez primera en la encíclica Mit brennender magnam (cf , Gen 12,2-3) quam post Patriarchas ~er Moysen et Pr.op~etas
Sorge: «In Jesus Christus, dem menschgewordenen Gottessohn ist die Fülle erudivit ad se solum Deum vivum et verurn, providurn Patrem et judicem
der g6ttlichen Offenba:-ung erschienens : AAS 29 (1937) 150. ' justum agnoscendurn, et ad promissum Salvatorern expectandum, atque ita
per saecula viam Evangelio praeparavit.
364 Revelación y magisterio de la Iglesia
Concilio Vaticano II: «Dei Verbufn:) 365
Abraham, instrucción del pueblo elegido por Moisés y '11
3. Jesucristo, pues, el Verbo hecho carne, «hombre enviado a los horn-
profetas.
1" ., «habla palabras de Dios. (jn 3, 34) Y lleva a cabo la obra de la salva-
I 1" que el Padre le confió (cf Jn 5,36; 17,4).
2. D,espués de la caída de nuestros primeros padre 1 11 4. Por tanto Jesucristo - ver al cual es ver al Padre (cf Jn 14,9)-
les lev~nto por la esperanza de la salvación venidera (Gén 3, 1 ) I U" su propia presencia personal y manifestación, con sus palabras y obras,
es de~lr por la promesa de redención. Este resplandor débil d I ales y milagros, y sobre todo con su muerte y resurrección gloriosa entre
bién diferencia y super.lción. Hay diferencia respecto a las 11'" (v rba Dei loquitur; In 3, 34) Y «lleva a cabo la obra de la
cas., los mod~s de revelación (palabra intermitente y fragrn " .ilvación que el Padre le confió» (Jn 5,36; 17,4). En efecto,
tana del Antiguo Testamento; palabra única y total del J 1 11 1.\ revelación pertenece a la obra de salvación que el Padre ha
en el Nuevo Testamento), las fonnas de revelación, los d t""1 t nfiado a su Hijo. En la oración sacerdotal, Cristo dice a su
tarios y los mediadores. En definitiva, la persona del Hijo 1" 1I JI. dre . «Yo te he glorificado sobre la tierra llevando a cabo
que constituye la excelencia de la revelación nueva sobre 1. .111 1.\ obra que me encomendaste realizar» (Jn 17,4), Y poco
tigua. Porque Cristo es el Hijo, la revelación culmina en 1,1 ' ti pués añade: «He manifestado tu nombre a los hombres»
Jn 17,6). Y más tarde: «y yo les dí a conocer tu nombre,
2. Explica después el texto por qué Cristo es la culrnnu y e lo haré conocer para que el amor con que tú me has amado
ción de la revelación. Dios nos ha enviado a su Hijo, es ti t 11 té en ellos y yo en ellos» (Jn 17,26).
su palabra eterna. Dios ha enviado a su Hijo, a la palabr: d,
Dios, ya luz de los hombres por la creación, para que vi"il"" 4. Al ser Cristo el Hijo del Padre, la palabra eterna hecha
entre ellos y para que les manifestara los secretos de la vII, arne, es fácil colegir que es a la vez el supremo revelador y
divina a cuya participación nos invita y en la que quiere inu« I supremo objeto revelado. La revelación tiene en él su culmi·
ducirnos , «A Dios nadie le vio jamás; el Hijo unigénito, que ",t. "ación (complendo) y su perfección (perfícít). El concilio aplica
en el seno del Padre, ése nos le ha dado a conocer» (Jn 1, 1 Hl a Cristo lo que en el parágrafo 2 se dijo acerca de la estructura
Así se realiza y profundiza infinitamente el texto de Bai n general de la revelación 1'. Cristo ha ejercido su función revela-
(3,38), citado anteriormente. Cristo es la sabiduría de Dios <1" dora por todas las vías de la encarnación: con su propia pre-
habita entre los hombres y conversa con ellos. Ya que es J It 1I encia personal y manifestación 12, con sus palabras y obras,
de Dios, palabra eterna de Dios, luz de los hombres, está onln señales y milagros 13, y sobre todo con su muerte y resurrección
lógicamente cualificado para revelar a Dios y su misterio. gloriosa, y finalmente con el envío del Espíritu de verdad. La ex-
presión «con su propia presencia personal y manifestación»,
3. La tercera frase contiene la intuición central de tod I que equivale al término griego ePifanía (2 Tim 1, 10), signifi-
parágrafo y aun de todo el capítulo. Resume lo que acaba ti ca que la revelación por Cristo, Verbo encarnado, se ha servido
decirse acerca del Hijo enviado a los hombres, insistiendo en de todos los recursos de la expresión humana, tanto del facere
la plenitud y realismo de la encarnación en la economía r V(' como del docere (Hech 1, 1), para manifestamos al Hijo de Dios
ladora. Jesucristo, palabra sustancial de Dios, por la que Dio y, en él, al Padre, porque ver al Hijo es ver al Padre (Jn 14,9).
se dice a ~í mismo y dice toda la creación (ad intra y ad extr: I En este mismo sentido, decía Ignacio de Antioquía: «Hay un
es esta misma palabra que, por las vías de la encarnación no: solo Dios, el cual se manifestó a sí mismo por medio de Jesu-
habla de hombre a hombre. El acercamiento de la palabra ~ 1,1 cristo, su hijo, que es palabra suya, que procedió del silencio»
palabras que pronuncia por las vías de la came, subraya d,' (Ad Magn 8,2). Y san Ireneo . «Por el Hijo hecho visible y pal-
manera sorprendente la entrada en lo humano del Hijo de Dio pable aparecía el Padre» (Adv haer 4,6,6). La encarnación del
que utiliza los medios de expresión de la naturaleza humana, Hijo, entendida concretamente, es la revelación del Hijo y, por él,
Jesucristo, pues, dice el concilio, es la palabra de Dios he h.I del Padre. Por sus acciones, gestos, actitudes, comportamiento,
carne (Verbum caro factum), hecha uno de nosotros, es de i,
hombre, enviada a los hombres para encontrarse con ellos y 11 El orden de enumeración es el de la manifestación histórica de Cristo:
obras, muerte, resurrección, misión del Espíritu.
hacerse uno de ellos (horno ad homines missus). Jesucristo N
lO El esquema anterior decía: tota sua persona. El concilio ha preferido
la palabra de Dios que, en verdad, «habla palabras de Dios» la expresión actual para evitar dificultades cristológicas.
•• Señales y milagros no son puros sinónimos: en efecto, si los milagros
,. R. SCHNACKENBURG, Zum OffenbarulIgsgedankm in der Bibel: DZ son señales, hay señales - por ejemplo, los gestos de bondad y misericordia
7 (191)3) 2-23· de Cristo hacia los pecadores - que no son milagros.
368
ReIJ.elación y magisterio de la Iglesia Concilio Vaticano II: «Dei Verbum) 369
10 mismo que por sus palabras, Cristo ha ejercido su fun
ción reveladora. La misión del Espíritu pertenece también al" privadas) antes de .la epifanía gIOd~o:~ dde C:~s~~v~ ~~l!~::~
0n
obra reveladora de Cristo que él conduce a su consumación, por nifestación en gloria, no De~ con l'h dicho su única palabra
(1 Tim 6 14· Tit 2,13). lOS nos a
que si bien el Espíritu no innova nada, no aporta nada nue:v ,
es él quien introduce en la verdad total de Cristo, llevando ao, y toda eII~ (:n c.uant? p~dem~~ c~m~r~n~:~\:nd:~~s~:~b~~~
todas las cosas a su cumplimiento. dició~ te;r~na) .. QGQ~e ~:~~~íal~ar~~~; No podemos imaginar
El Espíritu da a los apóstoles el recuerdo vivo y la inteli su HIJo umco. G ~: ma la encarnación de un
una nueva revelación futura que no sea et definí-
gencia de los gestos y palabras de Cristo (Jn 14, 26; 16, 12-13). H·· d Dios El Nuevo Testamento es novum
De nuevo queda patente la dimensión trinitaria de la revelación. n.uevo
Irvum. J esucns
IJO ~ t o es ·la última palabra
.., de la revelación: todo se
El concilio subraya el doble papel que desempeñan las reali rea 1·Iza en e'1 : la salvación y su manifestación,
dad es de la vida de Cristo. Palabras, acciones, milagros, vida,
pasión, muerte y resurrección de Cristo pertenecen, por una
5. LA REVELACIóN y SU ACEPTACIÓN POR LA FE
parte, a la economía de la revelación y, por la otra, tienen val I
apologético. Porque Cristo vive entre los hombres como Hijo 1
. I h
Cuando DIOS reve a ay que p
restarle «la obediencia de la fe)
I I hombre se confía
del Padrer hay en su mensaje, en sus obras, en todo su compoi . f R 1 5 2 Cor 10 5-6) por a que e
(Rom 16,26; e om.'; , a Dios revelador el obsequio del en-
tamiento de Verbo encarnado, un resplandor, que es con pr libre y totalmente a DIOS «dPrestand.()ti do voluntariamente a la revelación
tendimiento y de la volunta >, y aSID ien
piedad su gloria y que le designa como Hijo del Padre 14. La su
hecha por él. .
blimidad de su doctrina, la sabiduría y santidad de su vida, I
poder manifestado en sus milagros y en su resurrección, el ex f ia la gracia de Dios que previene
2. Para profesar esta e, es nece~a~1 I cual muevé el corazón
ceso de caridad demostrado en su muerte: todo este respland I y ayuda, y los aux~lios ibnterros ~el ~PI{~t~;:~t~~ e ea todos la suavidad
y lo convierte a DIOS, a re os OJos e , da
del ser y del obrar de Cristo constituye Un testimonio propia en el aceptar y creer la verdad>.
mente divino (In 5, 36-37; 10, 37-38) que confirma la revelaci 11
Y manifiesta su credibilidad_ Porque este resplandor atestigua 3. y para que la inteli~encia de la revel~ciÓt í:a ;:s~~~~u~~\:~
mismo Espíritu Santo perfecciona constantemen e a
que Cristo, en verdad, vive entre nosotros como el Emmanuc1, dones 15.
Dios-can-nosotros, que obra y conversa con los hombres para
liberarnos del pecado y de la muerte y resucitamos
eterna.
a la vida 1 Por fidelidad al concepto de revelación ~ue acab¡ di
5. La última frase del parágrafo es una conclusión de todo
d:~:f:~'
l
. bié ara poner de relieve el caracter tea
c~an~il:~nd:clara primariamente qu~ el ~~jret~e:o~
es Dios mismo en cuanto revelado.r. HemohabÍa c~Sb es la afír-
J:
oqa
2 Cor 10,5-6; Ef 1,13; 1 Cor 15,11; Mc 16,15-16) Y tf 1111 3. Al Espíritu y a sus dones hemos de atribuir también la
gisterio 16. nteligencia, cada día más profunda, de la revelación. Porque el
El concilio describe esta fe como algo que estable '1111 iIon de la fe es una semilla que debe madurar y desarrollarse
Dios y el hombre una relación viva, de persona a per Olltl, 11 ndefinídarnente. La inteligencia de la fe, que lleva a una super-
una adhesión global que comprende el conocimiento y el .11I1111 II ncia de Dios y de su misterio, es obra del Espíritu. Diciendo
todo el.hombre se confía libremente a Dios. De esta forma, 1) " que el Espíritu por medio de sus dones da una inteligencia más
por la revelación, viene hacia el. hombre, condesciende, y 1 profunda de la revelación, el concilio subraya de nuevo la ac-
abre los secretos de su vida íntima en orden a una recipr 1••1 i n del Espíritu en la inteligencia del creyente. En el moví-
de amor. Y el hombre, por la fe, se vuelve hacia Dios y se 011 miento del hombre hacia la fe, el Espíritu ilumina la inteligencia
ga a él en la amistad. El final de la frase explica en qué e 11 f¡ mentís oculos aperit) para que comprenda el mundo estupen-
esta sumisión de fado el hombre a Dios. El hombre, por 1,1 / damente nuevo en el que le introduce el evangelio. Y es también
presta a Dios el pleno obsequio de su inteligencia y de . ti 1I '1 Espíritu quien, en el inferior de la fe, desarrolla el poder de
luntad, y asiente libremente a la revelación hecha por él. El 111/ penetración de la inteligencia (don de inteligencia) y dispone
cilio se mantiene así lejos de dos concepciones íncornpleu I1 • los fieles para que comprendan por las vías del amor (don de
l~ fe cristiana: la primera concibe la fe como un obsequio, pl I sabiduría), infundiendo en ello un consentimiento afectivo que
ticarnente carente de contenido, y la segunda como un a (.'111 les connaturaliza con el evangelio.
miento a una doctrina, pero despersonalizada. La fe cristiana
inseparablemente don y asentimiento. 6. LAS VERDADES REVELADAS
1. Mediante la revelación divina, quiso Dios manifestarse a sí mismo
2. La respuesta del hombre a la revelación no es el sim¡ 1 y los eternos decretos de su voluntad acerca de la salvación de los hombres,
resultado de la actividad humana, sino un don de Dios. No ba 11 «para comunicarles los bienes divinos, que superan totalmente la compren-
la audición externa de la enseñanza del evangelio ¡ es men 'f,1 1 sión de la. inteligencia humana>.
la acción de la gracia que previene y ayuda 17, que mueve 1 2. Confiesa el Santo Concilio «que Dios, principio y fin de todas las
creer (ad credendum) y que da el creer (in credendo). Despu cosas, puede ser conocido con seguridad por la luz natural de la razón hu-
describe el concilio en términos bíblicos y más personalistas 1\ mana partiendo de las criaturas> (cf Rom t, 20); pero enseña que hay que
atribuir a su revelación eel que todo lo divino que por su naturaleza no sea
acción de la gracia: se trata, en concreto, de auxilios del Espfritu
inaccesible a la razón humana, lo puedan conocer todos fácilmente, con
Santo 18 que mueve el corazón del hombre y lo convierfe a Dio certeza segura y sin error alguno, incluso en la condición presente del géne-
que ilumina la inteligencia e inclina las potencias del d s '0' ro humano> 20.
El Espíritu «da a todos suavidad en consentir y creer a la Vl',
dad» 19. Muchas veces pone de relieve la Escritura lo nece ,1 .1 1. Después de hablar de la fe, trata el concilio de las ver-
que es para creer la acción de la gracia que abre el espíritu, 1.\ dades reveladas que, por tanto, hemos de creer: primero de los
luz que viene de arriba (Mt 16,17¡ 11,25¡ Hech 16,1'1, misterios, y luego de las verdades cuya revelación es moral-
2 Cor 4,6) Y atrae al hombre hacia Cristo (Jn 6,44). Esta. t
l. Divina revelatione Deus seipsum atque aeterna voluntatis suae
ción interior es el testimonio del Espíritu (1 Jn 5, 6) que 01, ,1 !.'O
1. Aborda el concilio, después de haber hablado de 1.1 I s apóstoles recibieron de Cristo por su convivencia y obras,
revelación en sí misma, el problema de su transmisión. La I I y todo 10 que aprendieron del Espíritu Santo. que les sug.e,ría~o
mera frase del parágrafo 7 expresa el objeto de todo el caprtu r lacionado con las palabras y obras de Cnsto. El testimorno
lo 11: dispuso Dios que todo lo que había revelado permanecic« de los apóstoles desborda, pues, la predicación oral propiamente
íntegro a través de los siglos y fuese transmitido a toda l•• dicha: incluye también todo 10 referente al culto y a los sacra-
generaciones. El capítulo va a tratar de esta transmisión di •• mentos (especialmente al bautismo y a la eucaristía), a~ com-
revelación en su doble forma de Tradición y Escritura, d \1 portamiento moral y a la dirección moral de l.as c.omul1lda.des
mutua relación y de la relación de una y otra con toda la IgI' •• ristianas. Los apóstoles dan testimonio del misterio de ~nsto
y con el magisterio. omunicándolo y prolongándolo entre los hombres se.gun el
ncargo del Señor. En segundo lugar, el encargo de Cnsto ha
2. Cristo manifestó esta voluntad divina por el encarzo qut ido fielmente realizado por la consignación por escrito de la
dió a los apóstoles de predicar a todos los hombres el ev:ngetll' buena nueva de la salvación, bajo la inspiración del Espíritu
prometido por los profetas, llevado a plenitud por él y prollllll anto, por los apóstoles o por sus discípulos. ~~ ,revelación,
qado con su propia boca, como fuente de toda verdad salvador •• y
pues, se transmite bajo doble forma: por la TradlClon .~or la
y de toda ordenación de costumbres. El Concilio Vaticano 11 Escritura. El Vaticano Il habla primero de la TradlClOn, y
recoge aquí las palabras del Concilio de Trento, pero añade do' luego de la Escritura (contrariamente al orden adoptado por el
cosas dignas de mención. El concilio insiste de nuevo en que 1,'11 Concilio de Trento), por fidelidad a la realidad de los hechos:
Cristo, se consuma la revelación total, en que Cristo llevó (/ pl ' la Tradición precedió en verdad a la Escritura.
nitud el evangelio antaño prometido y en que el encargo da lo
después a los apóstoles de predicar el evangelio se extiende •• 4. Después de hablar de la transmisión de. ~~ revel~ción
la totalidad de la revelación, al Antiguo y al Nuevo Testamento _ de Cristo y el Espíritu a los apóstoles (rransmíston ve.rttcal),
El concilio subraya esta afirmación con el empleo de la exprc y de los apóstoles a la Iglesia (transmisión horizo,ntal), afirma ~l
sión «utriusque Testarnenti» del mismo parágrafo 7. Nota adc texto que esta transmisión horizontal se perpetua en la. Iglesia
más que los apóstoles no sólo comunicaron el evangelio, sino por los sucesores de los apóstoles, es decir por los obispos a
también todos los bienes espirituales que ellos recibieron y que quienes los apóstoles confiaron la misión de en~eñar, par~ que
dependen del evangelio (como son los carismas, sacramen el evangelio se conservase intacto y vivo a traves de los Siglos.
tos, etc.), ya que la revelación es a la par manifestación y comu La misión de los obispos es la de transmitir fielmente por la
nicación de salvación. predicación (entendida también concretamente, en el sentido
explicado anteriormente) o por la Escritura, todo lo que han re-
3. Este encargo que Cristo dio a los Apóstoles de predicar cibido de los apóstoles.
el evangelio, fue realizado fielmente. Primero, por la predicaci n
o testimonio apostólico, entendido, sin embargo, concretamente, 5. La última frase saca las conclusiones de los enunciados
es decir en cuanto que incluye palabras, ejemplos o modos d anteriores. Toda la revelación nos ha sido dad~ con Cristo y s~
obrar, prácticas, instituciones, ritos; en resumen: todo lo que Espíritu, y toda esta revelación se nos transm~t~ ,por la T~adl-
ción y la Escritura. De ahí se colig.e que Tr~dlclon.y Escntu.ra
4. Ut autem Evangelium integrurn et vivum jugiter in Ecc1e ia son como el espejo en que la Iglesia, peregnna hacia la patria,
servaretur, Apostoli successores reliquerunt Episcopos, ipsis esuum ipsorum entra progresivamente en la economía de la visión, esperando
locum magisterii tradentess.
5. Hace igitur Sacra Traditio et Sacra utriusque Testamenti Scrip
verle cara a cara. La fe es el preludio de la visión escatológica 23.
tura ve!ut speculum sunt in quo Ecclesia in terris peregrinans eontemp!atur
Deum, a quo omnia accipit, usquedum ad Eum videndum faeie ad faciem
os Santo TOMÁS,3 Sent. d. 23, q.2, a. 1, ad 4·
sieuti est perducatur (cf. 1 Jn 3,2).
376 Revelación y magisterio de la Iglesia .Concilio Vaticano Il: «Dei Verbum~ 377
escuchar la palabra de Dios. Como la Virgen recogía con pl d. I 4. La última frase del parágrafo pone fin a 10 dicho, afír-
las palabras que pronunciaba Cristo, el magisterio está a l., 111. ndo que, en el designio infinitamente sabio de Dios, Tradi-
cucha de la palabra de Dios. h) El magisterio guarda santam lit t 60 Escritura y magisterio son inseparables: están entrelazados
la palabra de Dios. La expresión, tomada del Vaticano I ", • y lI~idos de tal forma que no tienen consistencia el uno sin el
tradicional y aparece muchas veces, en forma idéntica o q\l , litro. Estas tres realidades, juntas, bajo la acción del único y
lente, en los documentos del magisterio 3'. Guardar santameuí mismo Espíritu, concurren eficazmente, cada una a su manera,
el depósito de la palabra de Dios, significa no viciarlo ni supi 11I I ,1 la salvación de las almas, Así como Tradición y Escritura son
ni añadir nada. Y como no tiene que añadir nada a la Escrluu • n eparables, así también Tradición y Escritura son inseparables
tampoco tiene que hacerlo a la Tradición. Y como el esfu I It del magisterio y están destinadas a mutuo servicio.
por escudriñar la Escritura no pretende enriquecer el tes t () ,1
la misma, tampoco la Tradición viva de la Iglesia, que n 1.\
diversas edades aparece bajo diferentes formas, pretende '111
quecer el tesoro de la Tradición, recibida de los apó tol IV
Lo que a través de los siglos se perfecciona, no es la revelr 11111
en sí misma, sino nuestra inteligencia de ella, nuestras exl)lh" OBSERVACIONES GENERALES
dones sucesivas para manifestar las inagotables riquezas YI 111 I
iluminar a las generaciones sucesivas; y, por último, nu sI. , La constitución sobre la revelación conoció muchas vicisi-
múltiples [ormulaciones con las que traducimos a término 11" tudes. Fue uno de los primeros esquemas propuestos a la discu-
manos todo el esfuerzo de asimilación de la palabra de lo sión de los padres conciliares, pero fue también uno de los
Al oficio de custos o guardián de la revelación, está vinculado últimos en ser votados. Antes de su aprobación encontró ~n
el de proteger la palabra de Dios contra toda desviación, ¡nm resistencia, estuvo expuesta a tempestades, y aun escapo al
tración o herejía. c) El magisterio debe exponer con fidelid,l naufragio. El texto definitivo, votado por los padres, es la ~U1nta
la palabra de Dios 3 En efecto, el oficio de salvaguardia y d.
2
• redacción oficial. Mas no debe sorprendemos la resístencía qu~
fensa no agota la misión de la Iglesia con relación a la palabm encontró. En efecto, en el plan doctrinal, la constitución De ~I-
debe también proponerla a los hombres de todos los tiempo I vina Revelatione es, juntamente con la constitución De Ecclesla,
lo que significa declarar el sentido auténtico, esclarecer y expl el documento más importante del concilio por la gravedad de
car 10 oscuro, A la exposición fiel de la palabra está vinculr l. los problemas discutidos y por las consecuencias que tendrá
la misió"n magistral de la Iglesia, por su magisterio ordinario 11 en el diálogo ecuménico. .
extraordinario. d) Por último, dice el concilio, el magisterio , , Es la primera vez que un concilio estudia tan c~nscIente y
de esta fuente de agua viva y que mana siempre, qne e l.. metódicamente las categorías fundamentales y de primer orden
palabra de Dios, todo que propone a la fe de los fieles como dlv del cristianismo, es decir la revelación, la tr~di~ió~ y la !nsp~-
namente revelado 33. Nada propone que no esté contenido -n ración. Estas nociones, omnipresentes en el cns.ti,a~ISmoe I~p!I-
el único depósito de la fe. El desarrollo dogmático, que es 1II1 cadas en toda reflexión teológica, son las más dífícíles de definir,
esfuerzo por proponer y formular de manera más fiel, más pr . precisamente porque son primerfl~. ~on en teología 10 CI1;le. son
cisa y más rica la palabra de Dios, siempre se realiza dentro d ,1 en filosofía las nociones de conocímíento, ser Y obrar. VIV1~?S
objeto de fe. de ellas, pero son las últimas en ser objeto de .~na refl~xIon
crítica. Añadamos que las dificultades del concilio provienen
•• D 1.800. en gran parte de que la reflexión te?lógica no ~a alcanzado en
n D 1.781, 1.793, 1.800, 1.836, 2.145, 2.315. estos puntos su plena madurez. ¿Como es posible el~borar un
•• D 1.800, 1.836, 2.307, 2.313, 2.314.
•• D 2.314. cuerpo doctrinal coherente sobre puntos que la reflexión teoló-
Concilio Vaticano II: cDei V erbum~ '381
386 Revelaci6n y magisterio de la Iglesia
gica apenas ha comenzado 'a estudiar? La investigación itH 1111I parágrafos miden los pasos de la exposición, que es dinámica.
pleta todavía y la ignorancia, en algunos medios católi , 11 \:n el proemio la constitución describe su finalidad, y luego la
los resultados obtenidos, explican en parte ese andar a U '1\1 , naturaleza, objeto y economía de la revelación (2), la reve-
del concilio, el trabajo penoso de las redacciones y el al ',111I lación en su preparación (3), la revelación en su culmen y
reducido del conjunto. plenitud (4), la respuesta a la revelación (5), las verdades
En el diálogo ecuménico la importancia de la constitu i tl r veladas que hay que creer (6), los apóstoles y sus sucesores,
grandísima. Al describir con equilibrio los diversos aspect 11 heraldos del evangelio (7), la Tradición en sí misma (8), la
la revelación, al situar mejor el magisterio con relación a la ' 1 mutua relación entre la Tradición y la Escritura (9), la rela-
tura y a la Tradición, al describir detalladamente la inspirr 1111 ión común de la Escritura y de la Tradición con la Iglesia y
y la verdad de la Escritura, y al determinar la importancia d,,, 1" t magisterio (10).
a los géneros literarios para entender los textos sagrad ", ,1
insistir en la unidad profunda de ambos Testamentos y n u 3. El documento expone sere11amente la doctrina de la
mutuo y necesario esclarecimiento, al devolver, por últituu, Iglesia. No se trata de anatematizar ni d~ .hacer polémic~: El con-
a la Escritura el lugar que le corresponde en la enseñanza y "l., ilio ha querido estudiar los puntos paclficamente admitidos por
todos dejando libertad a los teólogos para discutir los proble-
vida litúrgica de la Iglesia y en la piedad de los fieles, el e 11
lio ha suprimido muchas ambigüedades y ha manifestad \'1\ mas que todavía no han sido resueltos. Ejemplo típico de. esto
sus textos el acuerdo que ya existía en la realidad. es el problema del contenido material objetivo de la Escntura
En 10 referente a la revelación, el texto de la constitu iI 11 y de la Tradición.
forma un conjunto digno de mención. Quisiéramos subra .11
aquí algunos de sus méritos: 4. El tono de la constitución es profundamente religioso.
A lo largo de toda ella se adivina la presencia a la par contem-
1, La constitución pone sólido fundamento para la eln/J(I plativa y apostólica de la esposa de Cristo, que medita constan-
raclOn de un tratado dogmático sobre la revelación. En ella ~I temente la palabra del esposo, y que parte para sus hijos el pan
tratan todos los puntos esenciales, a saber: la naturaleza, ·1 de la palabra al mismo tiempo que el pan eucarístico. Este ca-
objeto y la finalidad de la revelación, la economía, el progr o rácter religioso depende en gran parte del abundante uso de
y la pedagogía de la revelación, la posición central de Cri to textos de la Escritura, incorporados de manera que parecen
como Dios que revela y Dios revelado, la respuesta de la íe, el medio natural por el que se expresa el pensamiento de la
la transmisión de la revelación, las formas de esta transmi Iglesia. Estos textos son como el tejido de la constitució~.
sión, las relaciones de la Escritura y de la Tradición con 1, El carácter bíblico de la constitución está bien claro en el capi-
Iglesia y con el magisterio. El texto no descuida ningún aspe lo tulo primero, que contiene, él solo, 32 referenci.as a la Escr.itura
de esta compleja realidad: la revelación es una acción divina, (en el cuerpo del capítulo y en las notas), repartidas como sigue:
una intervención de Dios en la historia, una comunicación inter 4 al Antiguo Testamento, 1 a la tradición sinóptica, 14 a san
personal en la categoría de la palabra, un encuentro con el Di <; Pablo, 11 a san Juan, 1 a san Pedro, 1 a la ca.rta a los he.breos 34.
vivo que determina un obsequio de toda la persona y un asen Estos textos, ordenados sucesivamente, constituyen un neo cuer-
timiento del espíritu al mensaje de salvación. Pone también de po doctrinal. De hecho, la constitución h~ utilizado los te:~os
relieve la condescendencia de Dios que, para revelarse, escog más importantes de la Escritura que se refieren a la revelación.
las vías de la historia y de la carne, 10 que constituye el carácter
•• Las referencias del primer capítulo a la Escritura son las siguientes:
instintivo de la revelación cristiana. Gén 3,15; 12,2-3; Éx 33, II; Bar 3,38; Mt II, 27; Rom 1,S; 1,19-20:
-» 6-7' 1626' 2 Cor 316' 46' 105-6; Ef 1,9; 1,3-14; 2,18; Col.l,ls,
2. A pesar de algunos descuidos de detalle, la composición 8 .
1 Tim 1,17; 6,14; Tit 2,13; Heb 1,.1-2; Jn 1,3; 1,14; 1,17; 1,1-1 ; 3,34,
-, J " " " ,
es sólida, el plan determinado y estructurado. Los títulos de los 5,36; 14,6; 14,9; 15,14-15; 17,1-3; 1Jn 1,2-3; 2 Pe 1,4·
Concilio Vaticano 11: «Dei V erbum~ 389
388 Revelación' y magisterio de la Iglesia
6. Esta referencia habitual a las divinas personas al d 8. Una última característica de la presente constitución
cribir la acción reveladora, contribuye a dar a todo el conjunto el lugar que en ella ocupa la Iglesia. En la Iglesia se conserva
la resonancia personalísta querida por las padres conciliar vivo e intacto el evangelio (7); la Iglesia perpetúa y transmite
Los términos palabra, conversación, diálogo, sociedad, cornu ,1 tesoro recibido de los apóstoles, por su enseñanza, su vida
nicación, participación, amistad, amor, que adornan el t to, y su culto (8); la Iglesia tiene la plenitud de la verdad de la
son por sí mismos índice evidente de esta intención. La rev 1,1 palabra de Dios por la contemplación, el estudio y la vida (8);
ción se nos presenta como iniciativa del Dios vivo, como man Dios habla incesantemente con la Iglesia, esposa de Cristo, y
festación de su misterio personal. Dios entra en relación ti por ella la palabra de Dios resuena en el mundo (8); la Iglesia,
persona a persona con el hombre. El yo divino interpela ,,1 por su magisterio, interpreta la palabra de Dios, cuya esclava
hombre, le habla, dialoga con él, le descubre los misterio es, y la guarda santamente, la expone con fidelidad y la pro-
de su vida íntima en orden a una comunión de pensamiento pone infaliblemente.
y de amor con las personas divinas, El hombre responde p<1I La revelación que describe la constitución es realmente la
la fe a esta iniciativa divina de amor y se entrega totalment . revelación cristiana, y no una revelación de tipo filosófico o
Descrita así, la revelación se personaliza y a la vez personalizn, gnóstico. Cristo es el autor, el objeto, el centro, la culminación,
la plenitud y la señal. Cristo es la piedra clave de bóveda de esta
7. Otro carácter de la constitución, querido también p I prodigiosa catedral cuyos arcos son los dos Testamentos. ~l An-
los padres, es su cristocentrismo. Cristo constituye la unid, I tiguo 10 anuncia, 10 prepara, 10 anhela; y el Nuevo 10 realiza, 10
de la economía y del objeto de la revelación. El objeto de 1.1 proclama y se refiere a él. La Escritura y la Tradición son la
revelación es Dios mismo que interviene en la historia humana expresión a través de los siglos de este único objeto y misterio
y que se manifiesta al hombre en Jesucristo y por Jesucri lo, del que vive la Iglesia. Cristo ha confiado a su esposa el doble
El misterio, en concreto, es Cristo, autor y consumador de ministerio de la palabra y del sacramento, porque el Verbo de
nuestra fe, revelador y misterio revelado, y también señal de 1,\ Dios en Cristo se nos ha dado en forma de palabra y de sacra-
revelación. Este carácter cristo céntrico, anunciado ya en ., men{o. Por la f~ en Cristo y en su evangelio, y por la comunión
proemio, se ve claro en el parágrafo 2 (homines per Christum, del cuerpo y de la sangre de Cristo, entramos en la vida del
veritas in Christo ilIucescit), en el parágrafo 4 (locutus est in Padre, del Hijo y del Espíritu.
Filio, Jesus Christus Verbum caro factum), en el parágrafo 7 es Vaticano 1: Placuisse ejus (Dei) sapientiae et bonitati, alia eaque
(Christus, in quo tota revelatio consummatur). Es instructivo supernaturali via, seipsum ac aeterna voluntatis suae decreta humano géneri
comparar a este respecto dos frases parecidas del Vaticano 1 revela re. . . .
Vaticano II: Placuit Deo in sua bonitate et sapientia seipsum revelar e
y del Vaticano 11 sobre el hecho de la revelación. Se verá 1\ et notum Iacere sacramentum voluntatis suae, quo homines, per Christum,
seguida el carácter teocéntrico del Vaticano I y el crístocéu Verbum cOrllcm [nctum, in Spiritu Sancto accessum habent ad Patrem et
trico del Vaticano 11: divinae naturae consortes efficiuntur.
390 Revelación y magisterio de la Iglesia Conclusiones 391
confirma que en Jesucristo Dios está presente entre nosotr« (I 1795, 1797); permanecerán velados hasta el día de la visión
para salvamos y resucitamos (Vat 11). (11na (D 1673, 1796). Estos misterios son principalmente los
qnc se refieren a nuestra elevación a la vida sobrenatural y a
3. La historia de la revelación. - La actividad revela dlll uucstro comercio con Dios (D 1671, 1786); son propiamente
de Dios, comenzada en los albores de la humanidad, con tlIIIV los secretos que solamente el Espíritu conoce, porque escudriña
una larga serie de intervenciones cuyo término y punto 11111\ 1.15 profundidades de Dios, y que el Hijo, que tiene el Espíritu
nante es Cristo. Después de revelarse a nuestros primvm ti 1 Padre, revela a quien quiere (D 1644, 1795, MBS). Además
padres y después de alentar en ellos la esperanza de salv: 11\1 ti los misterios, son también objeto de revelación las verdades
con la promesa de la redención, Dios habló a Abraham y. "1 1 ligiosas que son en sí mismas accesibles a la razón, pero que
patriarcas, después a Moisés y a los profetas y, por su mili I ios, en su bondad, quiso revelarlas para que pudieran ser co-
terio, al pueblo elegido, instruido y formado en el conocimi ,,,111 n cidas por todos, con finne certeza, de modo fácil y sin mezcla
del Dios verdadero (Vat n, D 428-429, 783). En el Nu' '11 d error alguno (D 1786, 1795, Vat I1).
Testamento, Dios se dirige a la humanidad por medio de 11
propio Hijo, su palabra eterna hecha carne para pronunc 11\ 5. Revelación y términos para designarla. - La revelación
las palabras de Dios. La revelación alcanza en ]esucrist .11 realizada se designa equivalentemente con los nombres de: la
término y perfección. Cristo es a la vez mediador y plenluul palabra de Dios (D 1781, 1792, Vat Il), la palabra divina
de la revelación. En él conocemos la verdad acerca de 1 (1 (D 48), la palabra revelada (D -1793), la palabra dicha por Dios
y del hombre, verdad que conduce a la vida (D 429, 70 1, (MBS), la palabra atestiguada (D 2145), la revelación ( D 1787,
2202, MBS, Vat 11). Al ser Cristo la palabra eterna de Dio I Vat Il), revelación inmutable (MA), revelación o depósito
la economía que él nos trajo es definitiva y no debemos esp '1.11 c.lela fe (D 1836), depósito de la fe (D 1836,1967,2204,2313,
una nueva revelación pública antes de la epifanía gloriosa d 2314), depósito revelado (D 2314),· doctrina apostólica (D 300),
fin de los tiempos (Vat 1I, D 2021). Los apóstoles, por man doctrina de la fe (D 1800, 2145), doctrina revelada (D 2314),
dato de Cristo, han predicado y transmitido a la Iglesia el evt 11 doctrinas reveladas (MA), doctrina sagrada (MA), doctrina de
gelio que él promulgó (D 212, 783, 792a, 1785, Vat I1). la fe (D 2325), verdad revelada (D 2310, 2145), verdad divina-
mente revelada (D 2307, 2308, 2311), evangelio prometido,
4. Objeto de la revelación. - El objeto material de la 1 • proclamado y predicado (D 783, Vat I1), evangelio divina-
velación puede considerarse en sí mismo - es decir Dio y mente revelado (ASG), fe confiada a los apóstoles (D 93), fe
el «misterio» de su voluntad, manifestado en Cristo y por Cri. to dada por Cristo a los apóstoles (D 212), verdad absoluta e
(MBS, D 1785, Vat 1I) - o en relación con la capacidad natu inmutable predicada por los apóstoles (D 2147), revelación
ral de la inteligencia creada (D 1786, 1795, Vat I1). Poderno- transmitida por los apóstoles o depósito de la fe (D 1836),
entonces distinguir verdades accesibles a la razón humana depósito de la fe confiado a la Iglesia (D 1800), verdadera y
misterios escondidos en Dios, que solamente pueden ser con sana doctrina de Cristo (D 792a), doctrina de salvación (D 428-
cidos por revelación positiva (D 1795), porque superan no sólo 429). La revelación - palabra divina, buena nueva predicada
la inteligencia humana (D 1642, 1645, 1646, 1671, 1795), sino . a los hombres, doctrina, mensaje de verdad -, se distingue,
toda inteligencia creada (D 1673, 1796). Estos misterios, sin sin embargo, de cualquier otro saber humano: es una doctrina
embargo, aunque superan la razón, no son contrarios a ell. de salvación (D 428-429), que lleva a la vida eterna y a la vi-
(D 1649, 1797). Por analogía, podemos adquirir un conoel sión del Padre (D 428-429), a la sociedad con las personas
miento muy provechoso de ellos (D 1796) pero, ni aun de divinas (Vat Il); es un mensaje que contiene promesas que
pués de revelados, podemos comprenderlos como las verdade mantienen viva nuestra esperanza de salvación (D 798).
que constituyen el objeto de nuestro conocimiento natural
p
6. Revelación, Escritura y Tradición. - La revelación 110 pues, explicitar lo implícito, esclarecer lo oscuro, «ilustrar y
vi~ne por la Tradición y la Escritura, que están íntimam ni declarar lo que en el depósito de la fe se contiene sólo oscura
unídas y compenetradas entre sí. Ambas brotan de la mi'illl.' implícitamente» (O 2314). Por la predicación de la Iglesia,
fuente divina, manifiestan el mismo misterio y tienden al mi 11I11 que ha recibido la misión de enseñar a todas las naciones (ASG,
fin. la salvación de los hombres. Las dos son palabras de Dio' ~A, O 2204), la revelación se hace viva y actual (Vat 11).
una es palabra de Dios que Cristo confió a los apóstoles y qu Unicamente la Iglesia, asistida por el Espíritu, sabe cómo inter-
éstos han transmitido a sus sucesores (O 783, Vat 11). pretar dentro de la tradición viva que ha recibido de Cristo y
de los apóstoles la verdad revelada. Cuando se afirma que es
~. Revelación, Iglesia y maqisierio, - La Tradición y l., «guardiana de la revelación» (O 1793), no se habla de un puro
Escntura constituyen el depósito de la revelación confiado a 11 conservar humano, de un puro respeto material de la letra.
La palabra que. guarda la Iglesia es la palabra viva de Cristo
Iglesi~, es de~ir al pueblo cristiano unido a sus s~cerdotes, pt 1:'
y de los apóstoles que asimila por una incesante meditación y
qu~ ,viva d.e el: para que t~dos los fieles estén unidos en la pr (1
fesíón y eJercICIOde la misma fe transmitida (Vat 11). Pero I que predica al pueblo cristiano (ES). Tradición, Escritura
oficio de interpretar el depósito de la fe pertenece solamente ,r! y magisterio son inseparables. Estas tres realidades juntas co-
operan eficazmente, cada una a su modo, en la salvación de las
magist:rio .(Vat 11 ~ O 231~). En general podemos decir que
el magisterio no esta por encima de la palabra de Dios sino, 1 almas (Vat 11).
servicio.?e la mism~ (V:at 11). Añadamos, más en conc:eto, qu • 8. Características de la revelación. - Estas características
la función del magisterio con relación a la palabra de Dios ' no están formuladas explícitamente. Mas no por ello dejan de
múlti~le. Primero, el magisterio oye con reverencia la palabro' ser reales. Resulta claro que la Iglesia, en su modo de hablar
de DIOS (Vat 11). ,~ebe, después, guardar, conservar fiel y las supone, las sobre-entiende: '
santamente el deposito de verdad que le ha sido confiad 1
a) La revelación es interpersona1. En la revelación natural
(O 7~2a, 1781, 1800, 1836, 2145, Vat 11), conservado íntegro
Dios se manifiesta al espíritu humano como objeto y éste puede
al abngo de toda contaminación y de toda novedad (O 93 15
concluir que Dios es principio y fin de todas las cosas. Por el
1679, 2204, MD, Vat I1). Debe también exponerlo con' fid '
contrario, la revelación sobrenatural es palabra de Dios, diálogo
lidad, según el sentido verdadero, y declarar infaliblernente 1,
y mensaje (O 1785, ES, Vat 11). Dios mismo, teniendo él la
doctrina revelada (O 1781, 1800, 1836, HG, MD, Vat 11).
iniciativa, viene a nosotros, entra en comunicación personal con
Debe sacar de la fuente de agua viva que es la palabra de Dios, el hombre como una persona con otra, como un yo con un tú.
to.do lo que propone como verdad divinamente revelada p r Como interpelación, la revelación es personal y pide una res-
DIOS que se ha de creer (Vat 11). Por último, debe condenar puesta personal: revelación y fe son interpersonales.
los errores que amenazan la verdad revelada (O 792a, 1817
HG). La revelación quedó completa con Cristo y los apósto' b) La revelación es gratuita: libre gesto del beneplácito
les (O 2021, Vat 11). El depósito de la verdad revelada conte de Dios que se inclina hacia el hombre, iniciativa vinculada al
nida en la Tradición y en la Escritura (O 783, 1787, Vat 11) n designio de su amor salvífico (O 1636, 1785, MA). La revela-
puede, como tal, aumentar: «Ninguna invención se ha introdu ción nace del amor y persigue una obra de amor (ES, Vat Il).
La revelación es gracia aun en su aceptación, ya que Dios, que
cido ni nada nuevo se ha añadido a la suma de verdades conte-
nida al menos implícitamente en el depósito de la revelación comunica el don, da también el poder de recibido en la fe
(O 180,798, 1791, Vat 11). El punto culminante de esta inicia-
confiada a la Iglesia» (MA). Lo único que se perfecciona es la
inteligencia del depósito revelado (O 1800, MA, HG, Vat 11). tiva es la encarnación del Verbo de Dios, del Hijo venido en
El Espíritu Santo «lleva a la Iglesia universal a un conocimiento persona para revelamos al Padre y el designio misterioso de su
cada vez más perfecto de las verdades reveladas» (MD); puede, amor (O 783, 792a, 1785, MBS, Vat 11).
396 Revelación y magisterio de la Iglesia Conclusiones 397
e) La revelación es social: El hombre creado por Dios nu ino mensaje promulgado y transmitido por los apóstoles. Por
es sólo individuo, sino sociedad. Por ello la revelación, que ant ello la Iglesia habla siempre de la revelación en sentido objetivo,
hemos definido como interpersonaI, es igualmente social, d t . mo de una enseñanza religiosa, como de una doctrina, de
nada a toda la humanidad, dirigida a los individuos no 1.0010 t pósito (D 428-429, 783, 798a, 1787, 1800, 2059, Vat 11).
unidades aisladas, encerradas en sí mismas, sino como a unid, 1: obvio, sin embargo, que la fe no termina en el solo enunciado,
des que pertenecen a una colectividad, para que todos teng: 11 sino más bien en la realidad, en el misterio mismo. La doctrina,
conciencia de su comunión en la revelación, en el amor, en 1u bajo el aspecto de los signos, es medio para que el creyente
salvación (D 428, 429, 1785, Vat 11). Sin embargo, se da una • firme la doctrina bajo el aspecto de realidades significadas.
jerarquía, ya que la revelación no se dirige a todos ínmedían n definitiva, lo que se nos revela es Dios mismo, sus decretos
mente, sino por ministerio de los que han sido elegidos por Dio ternos (D 1785), su designio de salvación (Vat II).
para ser ~us testigos: los profetas y los apóstoles (D 428-42( I g) La revelación es salvífica: Se propone la salvación de
783, Vat 11). todos los hombres (ES, Vat Il). Es un orden de conocimiento
d) La revelación es histórica en el sentido de que se lleva que tiende a un orden de vida. No es sabiduría humana, inven-
a cabo primariamente por las intervenciones de Dios en la his ión filosófica, ni producto de la subconsciencia, sino sabiduría
toria, que están vinculadas entre sí y que persiguen un úni (1 divina, esencialmente ordenada a la salvación (D 1786, 2074,
designio salvífíco. La revelación es acontecimiento de la historla 2075,2145). Dios nos habla para asociamos a su vida, a la vida
e historia. Es también histórica en el sentido de que conoce tIII de las personas divinas: Padre, Hijo y Espíritu (Vat 11). La re-
progreso en la duración. Comienza en los orígenes del mundo, velación tiende a la visión (D 1786) Y a asegurar el encuentro,
crece en calidad y cantidad a lo largo de todo el Antiguo Test. la comunión con el Dios verdadero: «esta es la vida eterna:
mento y culmina con Cristo y los apóstoles (D 428-429, 78 I que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado,
1785, 2021, .MBS, Vat 11). Parcial, sucesiva y multiforme. t Jesucristo» (Jn 17, 3). Por esto se llama a la revelación doctrina
principio, en Cristo alcanza su término y llega a su plenitud de salvación (D 429), evangelio de salvación (D 783).
(D 792a, MBS, Vat II). Se presenta como economía, es de i.
como disposición sapientísima concebida y realizada por Di 9. La fe, respuesta a la revelación. - La fe, respuesta a la
a lo largo de los siglos. revelación, es a la par entrega personal de todo el hombre que
libremente se confía a Dios, pleno obsequio de su inteligencia
e) La revelación se encarna. Recibida en la inteligench y de su voluntad, libre asentimiento a la verdad revelada por él
humana, debe acomodarse a las condiciones de la comprensión (Vat Il, D 2145). En cuanto asentimiento del entendimiento,
humana. El objeto de la revelación es el designio de Dios, pero la fe consiste en tener por verdadero lo que Dios ha dicho, ha
el modo de concebido y expresado es humano y limitado; t atestiguado, ha revelado, y lo que propone su Iglesia (D 2145,
hombre recibe de modo diverso y múltiple una verdad que en MBS). El creyente no asiente por la evidencia intrínseca de la
Dios es soberanamente una y simple. En la multiplicidad d verdad, sino por la autoridad de Dios que habla. Esta autoridad
conceptos, de proporciones y de verdades parciales llegamo. se funda en la ciencia infinita y en la veracidad de Dios (D 1789,
a conocer el misterio de la unidad del pensamiento divino (mul 2145). Adhiriéndose a los enunciados propuestos inmediata-
tífariam mnltísque modis). Por la carne de Cristo y por la cam mente por la Iglesia, es decir a los misterios, el creyente se
de sus palabras nos llega el testimonio de Dios (Vat 11, ES). adhiere a Dios mismo y a su palabra. Su fe responde al testi-
f) La revelación es doctrinal y realistú: una vez realizada, monio increado: obsequio total, adhesión firmísima que une el
la revelación no es simple acción de Dios que se ofrece a la espíritu humano a la verdad infinita y le da una certeza abso-
amistad humana, puro contacto del Espíritu en nosotros, simple luta, participación en la luz y en la infalibilidad de esta verdad.
experiencia de conciencia sin contenido y absoluto doctrinal, Mas la respuesta del hombre no es el simple resultado de la
398 Revelación y magisterio de la Iglesia
v
Reflexión teológica