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W3&-S?

)
Carlos Carretto

lo que importa
es amar
meditaciones bíblicas

cuarta edición

ediciones paulinas
Presentación

Extractamos de la edición original parte de los con-


ceptos con que el autor presenta su libro.

Una de las suertes mayores que he tenido en mi vida


ha sido el descubrimiento de la Biblia que hice hacia los
veinte años.
A este descubrimiento atribuyo ese poco de sensibili-
dad que me condujo primero a darme al apostolado en
el mundo y, más tarde, a buscar el Absoluto en una Con-
gregación contemplativa como la de los Pequeños Her-
manos del Padre Foucauld.
La Biblia nunca me defraudó. Siempre encontré en
ella lo que mi alma necesitaba etapa tras etapa. M e acom-
pañó en el desarrollo de la je desde el período entusiasta
y ardiente de la juventud, hasta la prueba del desierto
cuando, en la aridez -más dolorosa, falta toda ayuda exte-
rior y el alma se ve inclinada y sacudida, como una caña,
por la tempestad del Espíritu.
Pero antes de ese día —si me queda tiempo y si es la
voluntad de Dios mi Señor— quisiera volver a leerla con
los que no la conocen o porque no la han comprado o
porque, si la compraron, la abandonaron asustados ante
Título original de la obra: CIÓ CHE CONTA E' AMARE
las primeras dificultades. Quisiera volver a leerla con
Editrice AVE, Roma, 1968 - 4! Edlzlone
los sencillos, con los pobres, con los que no han estu-
Traducción: Alejo Orla León (España)
diado exégesis pero están armados de una sola cosa: de la
con las debidas licencias
voluntad de conocer el libro de Dios. ..
© 1968 by Ediciones Paulinas, Caracas, 1970 Ciertamente no hemos sido ayudados por el pasado.

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Procedemos de una época en que la Biblia era un libro
dad y había tenido en el pasado la impresión clara de
sellado, casi -prohibido. Una época oscura en la que, ni
haber resuelto definitivamente el problema de Dios.
siquiera en las familias cristianas, había amor a la Biblia
"Pero, ¿yo creo todavía?" Y, "¿quién es el Dios de mi fe?"
y la gran mayoría de los católicos no conocían la Sagrada
"Escritura. Sí es bueno hacerse esta pregunta: "¿quién es el Dios
de mi fe?"
Por fortuna las cosas han cambiado y el soplo del Espí- ¿Es un Dios sin misterios, forjado por mi sentimenta-
ritu Santo que se ha dejado sentir sobre el Concilio está lismo o mi necesidad de seguridad? ¿O es el Dios de
pegando fuertemente contra los muros de los viejos con- Abraham que me lleva siempre por caminos que no son
ventos y de las sacristías de un cristianismo reducido a mis caminos?
la lucecilla de nuestra miopía, y está sacudiendo las masas
¿Es un Dios milagrero, protector de mi salud y de mi
de los seglares, ignorantes de Cristo porque ignoran la
bienestar? ¿O es el Dios de Jesús crucificado?
Sagrada Escritura.
Y si mi Dios es el Dios de Abraham y el Dios de Jesús,
No es mía esta frase terrible, pero la he sentido y vivido ¿dónde he aprendido a buscarle, a conocerle, a amarle?
como su autor, S. Jerónimo: "Ignorantia Scripturarum
¿Me he contentado con substitutivos o le he buscado
ignorantia Christi", la ignorancia de la Sagrada Escritura
en los textos auténticos, en los textos inspirados? ¿En los
es ignorancia de Cristo.
que contienen sus "rasgos", sus "gustos", sus "palabras",
¡Y es cierto! su "pensamiento"? ¿Y no es la Biblia el libro auténtico
de Dios?
Y aún más cierto en nuestros días en los que un nú-
Esta es la verdad que se va abriendo paso, la concien-
mero considerable de cristianos se ve obligado a revisar
cia que hoy conquista las almas bajo el soplo del Espíritu
su actitud respecto de la fe. Muchos, sorprendidos por
Santo.
los cambios rápidos de las cosas y hallándose sin prepa-
ración, se sienten impulsados a preguntarse: "pero, ¿yo No temo ser desmentido si afirmo que, con motivo de
creo todavía? o también, ¿quién es el Dios de mi fe? este soplo, tendremos una primavera grande y lozana y
La respuesta no siempre es inmediata, especialmente en que, entre las características de esta primavera postconci-
quien está ocupado en demoler del propio pasado reli- liar, es cierta la característica de una vuelta de los cris-
gioso las superestructuras sentimentales o los altarcitos tianos a la Biblia.
cubiertos de santos y vacíos de sacrificios. El movimiento bíblico es irreversible como irreversible
es el movimiento litúrgico, como irreversible es el redes-
Y aun cuando llega esa respuesta, no desaparecen de-
cubrimiento del amor como alma y plenitud del mensaje
masiado fácilmente las perplejidades.
cristiano al mundo. ..
Hay una inquietud difusa, muy difusa, especialmente ¡Cómo desearía hacerme útil aunque sólo fuera a un
en quien se sentía a cubierto de aventuras de increduli- joven, a una joven que se sintieran como perdidos en la

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búsqueda del Dios de Abraham, del Dios de Jesús! Qui- para confiamos totalmente al Libro de Dios. Esto es
siera decir a ese joven y a esa joven que tenga con- todo.
fianza en el Libro que Dios escribió a los hombres en Estas meditaciones bíblicas quieren ser lo que para
los milenios de su historia; quisiera impulsarlos a poner, el auto el motor. Terminadas estas meditaciones, bastará
al fin, la Biblia sobre su mesita y a decir con fe: "de meter la marcha, levantar el pie del freno, y, teniendo
ahora en adelante este libro será mi libro; lo tendré con- por guía las indicaciones puestas como apéndice a este
migo, no lo dejaré nunca más, y trataré de comprender libro, partir solos para él gran viaje bíblico.
lo que Dios mismo me diga".
Y que el Espíritu del Señor nos haga sentir, a mí y
Porque aquí está lo grande y lo insustituible de la Bi- a vosotros, la dulzura de su Presencia.
blia: es Dios quien habla, es Dios quien se revela al alma
cuando el alma, con humildad y disponibilidad, busca
entre sus líneas la voluntad eterna del Señor.

Una última palabra sobre el plan que he seguido. No


dejará de parecer extraño a muchos. . .
Los hombres de hoy creen en él valor de la existencia,
en el testimonio de vida, aunque sólo sea porque a veces
inconscientemente buscan en la experiencia existencia!
de los demás el reflejo de la suya propia. El camino no
es del todo equivocado y nos lo dice la Biblia misma.
¿No es, quizás, narración bíblica la historia del Pueblo
de Dios en marcha hacia la tierra prometida? ¿Y no es,
en el fondo, este viaje la imagen de todos los viajes de
todos los hombres? Así, contando la historia propia, con-
tamos la de los demás: nada nuevo bajo el sol.
Pero alguna vez ocurre que leyendo tal o cual historia
nos viene el deseo de descubrir el hilo conductor, la
fuerza animadora del todo, lo que está más allá del velo
de nuestra existencia.
Este es el momento de buscarlo donde está, este es
el momento de abandonar la guía de todo libro humano

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Introducción

Las "Cartas del desierto" (1) las escribí sentado sobre


las dunas áridas del Sahara. Me costaron diez años de su-
frimientos y por esto las amo. Traté de ponerme desnudo,
pobre y solo ante la majestad del Eterno, aceptando pe-
netrar hasta el fondo la lógica del Evangelio que es ine-
xorable. Me esforcé por situarme con la mente y con el
corazón más allá del tiempo, en el último día, en que
el Juez Supremo vendrá a separar la paja del trigo. Me
sentí paja, y no podía engañarme, precisamente porque
no sabía amar.
Ante el juicio del Amor me sentí cerrado en mi egoís-
mo infinito y dueño de todo. Era como un Jeño verde,
lleno de agua, que no acepta el fuego que le rodea y
continúa humeando y gimiendo lastimosamente.
El hecho fue éste:
Una tarde encontré en el desierto a un anciano que
temblaba de frío. Parece extraño hablar de frío en el
desierto pero en realidad es así, tanto que la definición
del Sahara es: "país frío donde hace mucho calor cuando
hay sol".
Y el sol se había puesto y el anciano temblaba.
Tenía conmigo dos mantas, las mías, las indispensa-
bles para pasar la noche. Dárselas quería decir que sería
yo quien temblaría.

( 1 ) Cartas del desierto, por Carlos Carretto, Ediciones Paulinas

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T u v e miedo y me quedé con las dos mantas para mí. dos mantas. La primera para demostrar que amaba al
Durante la noche no temblé de frío, pero al día si- hombre como a mí mismo; la segunda, para probar que,
guiente temblé por el juicio de Dios. a imitación de Jesús, era capaz de llevar sobre mis espal-
Efectivamente, soñé que había muerto en u n acci- das los dolores de los demás.
dente, aplastado bajo una roca, al pie de la cual me Desprovisto de las dos mantas, temblando de frío por
había quedado dormido. calentar a mis hermanos, entraría en el Reino del Amor.
Con el cuerpo inmovilizado bajo toneladas de granito, ¡Antes no!
pero con el alma viva —¡y qué viva estaba!— fui juzgado. ¿Estaba dispuesto a esto?
La materia del juicio fueron las dos mantas y nada Debo confesar que no estaba dispuesto, que no estaba
más. Fui juzgado inmaduro para el Reino. Y la cosa era maduro. Había que empezar desde el principio, había
evidente. Yo, que había negado una manta a mi her- que andar de nuevo el camino recorrido, tratando de com-
mano por miedo al frío de la noche, había faltado al prender mejor la lección de Jesús, procurando ver lo
mandamiento de Dios: "Amarás al prójimo como a ti esencial y no lo particular de la Ley. El espíritu y no la
mismo". En realidad había amado a mi piel más que la letra.
suya.
Pero andar de nuevo el camino no es cosa pequeña
N i era esto sólo. Yo, que habiendo aceptado imitar a cuando el hombre es viejo y está cansado y el camino es
Jesús haciéndome "pequeño hermano", había tenido la largo, áspero y fatigoso.
revelación del amor de Cristo que no se contentó con El hombre prefiere entonces permanecer sentado y,
amar al prójimo "como a sí mismo" sino que fue infini- mejor aún, morir en seguida y no tener que emprender
tamente más lejos y amó al prójimo hasta ''morir en cruz de nuevo la marcha por la mañana. "Basta, Señor, toma
por él", había faltado a mi deber de discípulo de Jesús. mi alma; pues no soy mejor que mis padres ( I Re. 19,4),
¿Cómo podía entrar en el Reino del Amor en esas con- exclamó Elias, echándose, exhausto de fuerzas, al pie de
diciones? Justamente fui juzgado inmaduro y se me pidió un enebro.
que me quedara allí todo el tiempo necesario para al- La comprobación de que somos débiles como los de-
canzar esa madurez. Así había entrado en mi purgatorio. más, de que no somos "mejores que los demás" es tan
Debía recorrer con la meditación y el sufrimiento dos decepcionante para nuestro orgullo, que nos hace pre-
largas etapas de la vida religiosa del hombre sobre la ferir la muerte a continuar cansándonos.
tierra —la del Antiguo Testamento y la del Nuevo. Pero esta comprobación es también el descubrimiento
La del Antiguo para convencerme del primer manda- de nuestra verdadera pobreza y esto —en definitiva— es
miento: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" y la del una cosa buena y valiosa.
Nuevo para hacer mío el mandamiento de Jesús: "Ama- Sentirse pobres, incapaces, vacíos, ¿no es quizás u n
rás a tu prójimo como yo le he amado", es decir, hasta el "volver a partir de bases nuevas"?
sacrificio. En pocas palabras, debía aprender a dar las De hecho, Elias emprendió de nuevo la marcha con

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la energía que ya no le venía de las fuerzas humanas
sino del famoso pan que Dios le había procurado al pie
del enebro, y "con la fuerza de aquel wianjar caminó cua-
renta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el
Horeb" (1 Re. 19,8). ¡Cómo desearía llegar también yo
al monte de Dios! Ahora no tengo otra aspiración, otro
sueño, otra meta. El monte de Dios, el Horeb de la con-
templación, de la alegría interior, de la paz sin confines,
del Amor sin límites.
Cuando estaba en el Noviciado en el Sahara, de vez
en cuando, el Maestro de novicios nos invitaba a u n pe-
ríodo de "verdadero desierto". Con un poco de pan en la
mochila, algún dátil y la Biblia se partía hacia una de
las muchas grutas excavadas por el tiempo en los con-
trafuertes de la montaña. Había que vivir solos con Dios
lo más posible, aceptando la pena de la soledad, la náu-
sea de soportarse a uno mismo, el cansancio de la ora-
ción seca y frecuentemente dolorosa.
U n solo libro: la Biblia, porque es el único libro digno
de estar abierto cuando Dios está presente en la fe des-
nuda, y el alma combate con Él, como lo hizo Israel en
la famosa noche del "paso" (Gen. 32, 23-33).
Quiero partir de nuevo con el pan y la Biblia en la
mochila. PRIMERA PARTE

Buscaré la soledad durante cuarenta días y andaré el


camino solo.
Quien, como Elias, quiere atravesar el de-
M e trasladé más allá del tiempo, sin tratar de escapar sierto en busca de la revelación de Dios no
a esa tremenda impresión que sentí cuando fui juzgado puede caminar al azar. Tiene que seguir una
sobre el asunto de las dos mantas negadas al pobre: ¡él pista bien trazada y empeñarse con todas las
fuerzas de la naturaleza y de la gracia.
juicio del amor!
La fe, la esperanza y la caridad son la
Es u n camino que antes o después tendré que reco- pista más derecha y segura.
rrer. Es mejor hacerlo cuanto antes, porque "lo que im- En estas primeras siete meditaciones ha-
porta es amar". blamos de ellas.

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Sumergido en la luz

"En la ruta de mi vida


me encontré en medio de una selva oscura
extraviado del camino recto"...
Esto dice Dante de sí.
Yo no tardé mucho en encontrarme en la selva oscura
del pecado. Me encontré muy pronto en ella y todo lo
que el poeta dice que le ocurrió a los 35 años, me ocurrió
a mí antes de los 18.
En cambio, a mitad del camino de mí vida volví a
encontrarme sumergido en ia luz de Dios, luz plena
que invadió todos los rincones de mi existencia y pene-
tró dentro de ella.
Me siento sumergido en Dios como gota en el
océano, como una estrella en la oscuridad de la noche,
como una alondra al sol estival, como un pez en el agua
del mar.
Más aún: me siento en Dios como un niño en el seno
de su madre y los límites de mi libertad condicionada
tocan continuamente su Ser que me envuelve amorosa-
mente; y mi necesidad de expansión y mi sed de realiza-
ción son alimentadas, minuto tras minuto, de su Presencia
vital.
No puedo hacer nada sin Él, no veo nada sino a través
de Él.
No existe criatura, cosa, pensamiento, concepto alguno
que no me hable de Él o que no sea un mensaje suyo.
"Mis ojos le ven arriba, arriba, hasta en el último confín

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del cosmos o abajo, abajo, hasta en el profundo de mi Haces tu carro de las nubes,
nada". sobre las alas del viento te deslizas.
Todo el universo no es más que una Hostia que lo Tomas por mensajeros a los vientos,
contiene, que me habla de Él y en el que Le adoro como a las llamas del fuego por ministros"
inmanente y al mismo tiempo trascendente, como raíz (Sal. 104, 1-5).
de mi ser, como principio, como providencia, como fin,
como: "El que es".
"A su veto, el sol no se levanta
Dios es el mar en que nado, la atmósfera en la que
y cierra con sellos a las estrellas.
respiro, la realidad en la que me encuentro.
Él solo extiende los cielos
Ya no puedo encontrar cosa alguna, por infinitamente y camina sobre las alturas del mar.
pequeña que sea, que no me hable de Él, que no sea u n Él ha creado la Osa y Orion,
poco su imagen, su huella, su voz, su sonrisa, su reproche, las Pléyades y la constelación del Sur.
una palabra suya. Hace cosas grandes e insondables,
maravillas que contarse no pueden,
"Los cielos narran la gloria de Dios, Si pasa junto a mí, no lo veo,
la obra de sus manos pregona el firmamento; y se desliza imperceptible.
un día al otro comunica el pregón, Si atrapa una presa, ¿quién se lo impedirá?
y la noche transmite la noticia a la noche. ¿quién le dirá?: "¿Qué es lo que haces?"
No es un pregón, no son palabras, (Job. 9, 7-14).
cuyo sonido no se puede escuchar.
Por toda la tierra corre su voz
y hasta el confín del mundo sus palabras" ¡Qué vibraciones me comunica el conversar con el
(Sal. 19, 2 6 ) . Eterno! Me parece que el mundo debe extremecerse al
sonido de su voz. Y yo contemplo su grandeza o pienso
dentro de mí:
Y me vienen ganas de cantar:
"¡Bendice al Señor, alma mía! "¿Quién ha medido las aguas con el cuenco de
Señor, Dios mío, ¡qué grande eres! sus manos, y ha determinado con el palmo la me-
Vestido estás de majestad y de esplendor, dida del cielo? ¿Quién ha medido la tierra con
arropado de luz como de un manto. el tercio, en la balanza ha pesado los montes y en
Tú despliegas los cielos los platillos las colinas? ¿Quién ha orientado el es-
lo mismo que una tienda, píritu del Señor y qué consejero le ha instruido?
alzas sobre las aguas tus moradas. ¿De quién se aconsejó para juzgar, para conocer la

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senda de la justicia, para aprender la ciencia e ins- ¡Y tanta grandeza está muy cerca de nosotros! Más aún,
truirse en los caminos de la sabiduría?" (Is. 40, está dentro, está fuera, está alrededor de nosotros, por-
12-14). que en Él "somos, respiramos, vivimos".

En comparación del Eterno todo desaparece y las cosas "Porque el desplegar gran poder está siempre en
más grandes se convierten en nada: tu mano; y, ¿quién puede resistir a tu brazo po-
deroso?
"He aquí que las naciones son como una gota en Pues el mundo entero es ante ti como un granito
un cubo, como un grano de arena en la balanza; de arena en la balanza y como gota de rocío maña-
las islas pesan como tenue polvo. . . Nada son todos nero que cae sobre la tierra.
los pueblos ante Él, los considera como el vacío y Tienes misericordia de todos porque todo lo pue-
la nada" (Is. 40, 15-17). des, y pasas por alto los pecados de los hombres para
atraerlos a misericordia.
Es para quedarse atónito, tan evidente es la pequenez
Porque amas todo cuanto existe y nada de cuanto
del hombre; sin embargo me gozo de sentirme nada, pues
hiciste abominas. Pues si algo aborrecieras no lo
el amor ha colmado la distancia.
habrías creado.
"Yo soy el Señor, no hay ningún otro, no existe Y ¿cómo subsistiría nada si Tú no quisieras?, o
dios fuera de mí. Yo te he ceñido antes que me co- ¿cómo podría conservarse si no hubiese sido por Ti
nocieses, para que se sepa desde el levante hasta llamado?
él poniente que nadie hay juera de mí. Yo, el Señor, Pero, Tú todo lo perdonas porque todo es tuyo,
y ningún otro. Yo formo la luz y creo las tinieblas; Señor, amador de todo cuanto existe",
doy la dicha y produzco la desgracia; soy yo, él Se- (Sab. 11, 21-26).
ñor, quien hace todo esto" (Is. 45, 5-8).
¡Cuánta luz!
Qué inconsistente me parece la duda en estos momen-
tos de luz. Pero ¿cómo es posible dudar de Dios? ¡Y qué fácil es dar testimonio de la luz! Es la función
sacerdotal del hombre en cuanto hombre. De pie sobre
"¡Ay de aquel que litiga con su creador, siendo la tierra siento que las criaturas se dirigen a mí para que
sólo un tiesto de barro! ¿Dice acaso la arcilla a su sea yo "voz" de su adoración muda de Dios.
alfarero, ¿qué haces?" ¿Le dice su obra: "No tienes Los vientos, el fuego, el rocío y las escarchas, los hielos
manos"? ¡Ay de quien dice a un padre: "¿Qué es y las nieves, los montes y los collados, las fuentes y los
lo que engendras?", y a una mujer: "¿De dónde das mares me piden tumultuosamente que no falte a mi vo-
a luz?" (Is. 45,9-10). cación de ser su intérprete ante la presencia del Eterno.

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Y oro de esta manera: Él ha dispuesto con orden las maravillas de su
sabiduría, porque Él es desde eternidad a eternidad.
"Bendecid al Señor, obras todas del Señor, Nada ha sido a ellas añadido ni quitado y Él no
loadle y ensalzadle por los siglos. necesita consejeros.
Bendecid cielos, al Señor, loadle y ensalzadle por Cuan deseables son sus obras y aun en una chis-
los siglos. pita se ve esto. . . ¿Quién podrá saciarse de con-
Bendecid sol y luna al Señor, loadle y ensalzadle templar sus bellezas? (Eclo. 42, 15-25).
por los siglos.
Bendecid lluvia y rocío al Señor, loadle y ensal-
zadle por los siglos" ( D a n . 3, 57-64}.

A medida que voy adelante me parece que las criaturas


me dan las gracias por haberlas ayudado a expresarse y
sonríen contentas de mi realeza.
Siento que adorando realizo una acción fundamental,
eterna, fin en sí misma, connatural a mi ser.
M e proporciona felicidad.
N o me queda, pues, más que la promesa para el ma-
ñana.

"Ahora hablaré de las obras del Señor y prego-


naré lo que he visto. Por la palabra del Señor fueron
hechas las cosas y la creación entera obedece a su
voluntad.
El sol que da su luz todo lo contempla y la obra
toda del Señor está llena de su gloria. ..
Él sondea las profundidades del abismo y del
corazón y descubre todas sus reconditeces; porque
el Altísimo posee toda ciencia y las señales de los
tiempos.
Él anuncia lo pasado y lo venidero y desvela las
cosas ocultas.
Ni un pensamiento se le escapa, ni hay una pa-
labra oculta para Él.

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hacer más espléndido el esplendor de la belleza difun-
dida en las cosas? ¿Y qué podría mejorar la ya asombrosa
La fe perfección de nuestro sistema nervioso y de las leyes que
rigen el universo?
¡Nada!
Todas las bellezas, todas las grandezas, todas las per-
fecciones en que estamos sumergidos no nos eximen del
Parece extraño pero es así; la demasiada luz produce
acto de fe, no pueden sustituirle.
tinieblas y si miro fijamente al sol tengo la impresión de
que todo se pone oscuro. Sumergidos en la luz debemos exclamar: "creo en la
Nada es más cierto que la existencia de Dios y nada luz", conmovidos por la perfección de lo creado debemos
es más oscuro. Nada es más claro, razonable, palpable exclamar: "creo en la Perfección".
que la creación del cosmos por parte de Dios y nada es N o basta.
más misterioso. N a d a es más evidente que la eternidad El salto entre el creer en u n Dios Inmanente en su
del alma y no hay tinieblas más dolorosas que el momento creación, en u n Dios "casi visible con los ojos" y el Dios
de la muerte. trascendente a su creación es tal, que nos obliga a la
En la relación con el "transcendente" entramos en el aceptación "por fe" de su "incognoscibilidad", que es ti-
dominio de la fe y la fe es oscura, desnuda, y con frecuen- nieblas para nuestros ojos humanos.
cia, dolorosa.
Dios como trascendencia fue, es y será siempre u n
Guste o no guste es así y cada vez es más evidente que misterio para el hombre —aun en el paraíso—, es decir,
debe ser así.
aun cuando lo veamos "cara a cara" como dice la Sagrada
"Creemos por fe que Dios ha creado el mundo", y todo
Escritura.
razonamiento, aun el más sutil, no cambia esta realidad.
Y sin embargo, este Dios ha querido y quiere "reve-
La criatura sobre la tierra, precisamente porque es
larse" al hombre, darse a conocer: y se nos ha dado la
criatura, está sumergida en la oscuridad, en el "misterio",
vida terrena para esto, se nos ha dado el purgatorio para
que no es falta de luz sino reflejo de una luz que la tras-
esto, se nos ha dado el paraíso para esto. Dios se revela
ciende y la supera. Además, esta luz es de tal "novedad"
al hombre en el tiempo y en la eternidad y nunca ter-
que la obliga a una educación y revelación progresiva
minará esta su amorosa donación de sí mismo a nosotros
que le ocupará toda su existencia.
en el conocimiento que podemos tener de Él y al mismo
Dios no podría añadir nada a lo que ha hecho y hace
tiempo en el amor con que lo poseeremos. Pero siempre
para explicar mejor las cosas, para facilitar nuestra rela-
quedará algo de su misterio y nosotros no nos hartaremos
ción con Él, para convencernos mejor de su existencia y
nunca de contemplarlo y de alimentarnos de sus revela-
de su providencia.
ciones progresivas, de sumergirnos en el mar de su in-
De hecho, ¿qué más podría añadir a la inmensidad del
cognoscibilidad y gozar de su posesión.
cosmos para mostrarnos mejor su Infinitud? ¿Qué podría

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El camino de este conocimiento, la hora de esta revela- Lázaro) a mi casa paterna, pues tengo cinco hermanos,
ción empieza en esta tierra. para que les diga la verdad y no vengan también ellos
Primero, en los símbolos y en las voces de la Creación. a este lugar de tormentos".
Después entre las líneas y los velos de la Sagrada Escri- Pero Abraham responde: 'Ya tienen a Moisés y a los
tura. Luego en nuestra experiencia existencial y en la Profetas; ¡que los escuchen!"
del mundo entero en su unidad y finalmente en la con- Mas él dijo: "No, padre Abraham; que si alguno de
templación y en la unión transformante de la vida mís- entre los muertos va a ellos, harán penitencia".
tica.
Y contestó Abraham: "Si no escuchan a Moisés y a
Tocio bajo el dominio de la fe.
los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto".
La fe vista en esta perspectiva, es la certeza y la sal-
¡Cuántas veces, especialmente, de pequeños, hemos
vaguardia de esta revelación progresiva de Dios; es la
pensado las mismas cosas que el Rico Epulón! "¡Si vinie-
venda sobre los ojos enfermos e inmaduros del hombre
ra un muerto!" —No, es inútil, dice Jesús, no creeríais
para que no les hiera la demasiada luz; es la educadora
ni a un muerto resucitado".
paciente del alma niña que debe aprender a caminar por
sí sola; es el instrumento empleado por "Quien lo sabe Imaginémonos realmente que viene este muerto fa-
todo" para respetar el desarrollo progresivo y lógico de moso a hablarnos del más allá. Q u e llega una noche
"quien no sabe nada". Además y de modo definitivo está mientras estamos solos en nuestra habitación. Imaginé-
monos que nos habla, que nos dice todo, etc., e t c . .
el testimonio que Él nos da por Cristo de las "cosas de
allá arriba", testimonio que no puede ser substituido por Pues bien, antes aún del amanecer, superado el choc
ninguna otra cosa. de sorpresa empezaríamos a pensar dentro de nosotros
mismos: ''Esta noche no he hecho bien la digestión. H e
¿Ha pensado alguien que es posible comunicarse con
tenido un sueño, un sueño pesado. . ."
la trascendencia de Dios sirviéndose de sistemas huma-
nos? ¿Qué es posible una voz o una Presencia que venga Y después de haber tomado un buen café empezaría-
a esclarecernos el Misterio sin pasar por la Fe? Sí, y lo mos a vivir de nuevo como hubiéramos vivido a n t e s . . .
dice el mismo Jesús refiriéndonos la parábola del Rico ni más ni menos.
Epulón. N o existe medio humano para sustituir la fe, para
Este hombre "vestido de púrpura y finísimo lino, que eximirnos del acto de fe, para encontrar una escapatoria
banqueteaba a diario espléndidamente", por haber negado a este tremendo trabajo de "vivir de fe".
a Lázaro "Jas migajas que caían de su mesa", cuando mu- N i siquiera el milagro.
rió fue "sepultado en el infierno" (Le. 16, 19). De hecho muchos vieron la multiplicación de los panes
Entre los tormentos, recuerda que hay en su casa otros junto al lago y aplacaron con ellos su hambre, pero pocos
cinco hermanos y, preocupado de su salvación, dice a de ellos creyeron en Jesús, y a la primera dificultad en
Abraham: "Te ruego padre (Abraham) que envíes (a el discurso sobre la Eucaristía lo abandonaron (Jo. 6, 6 6 ) .

28 29
Muchos vieron la resurrección de Lázaro, pocos creye-
ron en Cristo, causa de aquella resurrección; más aún,
La llamada de la fe
algunos decidieron nada menos que matarlo porque aquel
milagro estorbaba sus planes (Jo. 12, 10).
No, ni siquiera el milagro nos exime de vivir de fe, de
caminar en la fe. Sólo nos puede ayudar, como testi- El modelo de toda llamada a la fe, el ejemplar más
monio. impresionante de todo relato humano sobre la fe, las pá-
Pero, ¿es que nos faltan estas ayudas, estos testimonios? ginas más profundas de esta lucha épica del hombre que
¿No son tan numerosos que ocupan todo el espacio habla con Dios están en el Génesis, desde el capítulo
que nos rodea? ¿Existe tal vez una sola criatura que no doce hasta el capítulo veinticuatro.
nos hable de Él?
¿Que no sea como una fotografía suya, como un sím- Es la historia de Abraham.
bolo suyo, como una voz suya? ¿No estamos sumergidos
en lo sublime, en lo inmenso, en lo hermoso, en lo per- "Vivía en la tierra de Jarán en Mesopotamia un
fecto, en el sueño más extraordinario? ¿No somos parte hombre llamado Abraham. Era hijo de Teraj y se
de una multiplicidad infinita reducida continua y clara- había casado con Sara que, desgraciadamente, era
mente a la unidad más asombrosa? ¿No es toda la trans- estéril y no tenía hijos.
parencia de lo creado su transparencia? ¿No es la inmen- Dijo el Señor a Abraham: "Sal de tu tierra, de
sidad del Cosmos imagen de su inmensidad? ¿No es Él y tu parentela y de la casa de tu padre y vete al país
sólo Él la respuesta a todas nuestras preguntas? que yo te indicaré. Yo haré de ti un gran pueblo,
¡Sí lo es! te bendeciré y engrandeceré tu nombre, el cual será
una bendición.
Pero queda el problema: la relación con Él, el coloquio
con Él. El descubrimiento de Él tiene lugar en la fe y Yo bendeciré a los que te bendigan y maldeciré
sólo en la fe. a los que te maldigan. Por ti serán bendecidas to-
das las naciones de la tierra". (Gen. 12, 1-3).
Este es el misterio de la "llamada" por parte de
Dios; esto es lo que se llama "vocación".
Tiene lugar en la oscuridad de la fe y todos los razo-
namientos humanos son impotentes para descifrarla.
¿Qué hizo Abraham para captar este mensaje divino?
¿Qué hizo Juan XXIII para oír a los catorce años la voz
que le decía: "serás sacerdote"? ¿Qué hemos hecho noso-
tros, cada uno de nosotros, para encontrar nuestro "ca-

30 31
mino"? Es la fe y es ésta una "dimensión nueva" que Lot, su sobrino, con todas las cosas que poseía y los
obra en nosotros, dimensión que no parte o nace de la siervos adquiridos en Jarán. Y así se pusieron en
razón y que, sin ponerse en oposición con ella, la supera camino hacia la tierra de Cañón ( G e n . 12, 4s).
infinitamente porque tiene el poder de llegar a Dios.
El alma en la fe se pone en comunicación con el Para el hombre la vocación en la tierra es un momento
Eterno, con Dios, ve a Dios, escucha a Dios, habla con de luz, es un resplandor repentino en la noche, u n claro
Dios. en la niebla, una estrella entre las nubes, el faro sobre
el mar agitado por la tempestad.
Abraham es el padre de los hombres de fe. de los hom-
bres que tienen esta nueva dimensión de su espíritu, que Después de su aparición sabemos por dónde ir. Hay
aceptan sus riesgos, sus consecuencias. Es el fundador de algunos que se preocupan de conocer el modo cómo el
la estirpe ele los creyentes, está en el origen del "pueblo Señor habló a Abraham o a San Francisco. Preocupación
de Dios", es decir, de hombres misteriosos que "perforan vana: nunca se sabrá absolutamente nada. Dios se apa-
lo real" y que van más allá de las cosas, que oyen las rece a cada uno según el modo más apropiado para hacer
voces que vienen "de dentro", que se proyectan más allá comprender lo que quiere y no le faltan medios. A María
del tiempo, en lo eterno, que buscan a Él, al Absoluto, se le apareció en el ángel, a José le habló en sueños, a
el Único, que se consideran desterrados sobre esta tierra, Moisés en la llama inextinguible, a Elias como brisa
perpetuametne nómadas, que no se contentan con lo que dulcísima que soplaba sobre sus espaldas.
ven con los ojos, sino que buscan al Invisible, que apren- Lo que importa es quién es el que habla y que el alma
den a encontrarle en todas partes y que Le obedecen escuche y comprenda.
como a un Rey, como a un Amante. Por lo demás, si no hablara Él, ¿qué voz podría llegar
Y que responden a su llamada. a nuestra espantosa soledad? Si no llamara Él, ¿quién
nos sacaría de nuestra nada? Nuestra fe se apoya en la
Esta llamada es continua: ¡Dios llama siempre!
certeza de que Dios nos busca, de que Dios es el primero
Pero hay momentos característicos de esta llamada di-
en romper nuestro aislamiento para llevarnos a donde
vina, momentos que nosotros anotamos en nuestra me- Él quiere, para crear nuestra felicidad, realizar nuestro
moria o en nuestro cuaderno de apuntes y que no olvi- fin, apagar nuestra sed.
damos jamás.
Abraham no olvidó ya nunca aquella llamada: "Sai de
tu tierra, de tu fárentela y de la casa de tu padre y vete
al -país que yo te indicaré". De hecho salió de su país y
siguió la voz.
La vocación de Abraham tiene tres momentos: la peti-
"Abraham tenía setenta y cinco años cuando sa- ción de una separación —una promesa eterna— una prue-
lió de Jarán. Tomó consigo a Sara, su mujer, y a ba severa.

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Ya hemos considerado la separación a la que fue some- Esta promesa a mí no me hubiera dicho nada —no era
tido el Patriarca: "Sal de tu tierra, de tu parentela y de la mía—. N u n c a he tenido grandes deseos de llegar
la casa de tu padre y vete al país que yo te indicaré". a ser padre de pueblos. Pero para Abraham, que tan
Ante todo, Dios pide a Abraham un acto de confianza ardientemente deseaba u n hijo, aquella promesa llegaba
en Él: "Sal. . ." a lo más hondo de su ser, era la respuesta a su demanda
Es cierto para Abraham, es cierto para cada uno de radical.
nosotros.
¡Qué cierto es que Dios crea en nosotros el querer
Es preciso "dejar algo" para seguir a Dios; hay que
y el ser, la sed y el agua para apagarla!
separarse de alguien para realizar nuestra vocación, sobre
todo "hay que caminar. . ." y esto es contrario a la pe- "Visitó el Señor a Sara como había dicho y cum-
reza, a la costumbre, al inmobilismo. plió en ella cuanto había anunciado. Sara, pues,
Marchar es siempre incierto cuando no conocemos el concibió y dio un hijo a Abraham, ya en su vejez,
camino y es siempre doloroso cuando se nos separa de en el tiempo predicho por Dios. Y Abraham llamó
alguien: en el fondo es la respuesta a u n Dios que nos al hijo que le nació de Sara, Isaac" (Gen. 21, 1-3).
dice: "confiad en Mí y sólo en Mí".
E Isaac hijo de la promesa crece entre las tiendas y
los rebaños del viejo patriarca. Hermoso como u n corde-
Pero después de la separación viene la promesa:
rito, blanco como la leche, es el objeto de las complacen-
"Yo estableceré mi Alianza contigo y te multipli- cias de su padre, el término de su poder de amar. Pen-
caré en modo extraordinariamente grande". Pos- sando en él, Abraham se conmueve, contemplándolo, sus
tróse Abraham rostro en tierra y Dios continuó di- entrañas saltan de alegría. Y cuando llegue la prueba, la
ciendo: "He aquí mi alianza contigo: Tú llegarás prueba terrible de la fe de Abraham, Dios no podrá es-
a ser padre de una muchedumbre de pueblos. No coger sino aquel rollo de carne. N o había un precio más
te llamarás Abram, sino que tu nombre será Abra- alto.
ham, porque yo te constituyo padre de una mu-
chedumbre de pueblos. Te multiplicaré en modo Y de hecho se lo pide a Abraham como un tesoro que
extraordinariamente grande; de ti haré yo pueblos supera el valor de todo otro tesoro.
y reyes saldrán de ti. Yo establezco mi Alianza con- "Y aconteció que, después de esto, quiso Dios
tigo y con tu descendencia después de ti de gene- probar a Abraham, y lo llamó: "¡Abraham! ¡Abra-
ración en generación. Una Alianza perpetua, para ham!" Este respondió: "Heme aquí". Y Dios le
ser yo tu Dios y el de tu descendencia, que te se- dijo: "Toma ahora a tu hijo, el único que tienes, al
guirá después de ti. Yo te daré a ti y a tu descen- que tanto amas, Isaac, y ve a la región de Moriah
dencia después de ti la tierra de Cañón en pose- y allí lo ofrecerás en holocausto en un monte que
sión perpetua y yo seré vuestro Dios" ( G e n . 17,2-8). yo te indicaré" (Gen. 22, 1-2).

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juntos el camino. Llegados al lugar que Dios le
Para quien tiene fe todo es claro, para quien ama a
había indicado, levantó Abraham un altar; preparó
Dios todo es lógico, para quien está acostumbrado a
la leña y seguidamente ató a su hijo Isaac ponién-
escuchar "la voz", no hay más que obedecer: esto para
dolo sobre el altar encima de la leña. Extendió luego
Abraham, esto para cada uno de nosotros.
la mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo.
Hay un momento de nuestra vocación que conoce la
Entonces el Ángel del Señor le llamó desde el cielo
prueba suprema, prueba que contiene el riesgo mortal
y le dijo: "¡Abraham! ¡Abraham!" Este respondió:
y que compromete a todo el hombre hasta la raíz de
"Heme aquí". Y el Ángel le dijo: "No extiendas tu
su ser.
mano sobre el muchacho, ni le hagas mal alguno.
N u n c a el hombre es tan hombre como en ese momento, Ya veo que temes a Dios porque no me rehusaste
nunca está en las manos de Dios como en esa prueba. tu hijo, tu unigénito" (Gen. 22, 3 T 2 ) .
Perder esa ocasión de amar es perder la casi totalidad del
valor de la vida. Todo el cielo está pendiente de esa res-
Pienso que no hay una página religiosa más bella.
puesta que dará el hombre al Eterno.
De hecho sigue siendo para todos los siglos la imagen
y el símbolo del drama del Calvario, es decir, de ese otro
"Se levantó Abraham de madrugada, enalbardó monte que vio realmente subir a su cima, llevando el
su asno, tomó consigo dos siervos y a su hijo Isaac; leño de su sacrificio, a quien el amor del Padre había
partió la leña para el holocausto y se encaminó ha- dado para la salvación de todos los hombres: a Jesús.
cia el lugar que Dios le había dicho. Al tercer día, Y además, sigue siendo modelo de todas nuestras prue-
alzando los ojos, alcanzó a ver de lejos Abraham bas y de todas nuestras victorias en la fe. Pronto o tarde
el lugar y dijo a sus siervos: "Quedaos aquí con el llegará también para nosotros la hora suprema en la que
asno, mientras el -muchacho y yo subimos arriba. Dios nos pedirá la respuesta a su amor y nos colocará
Haremos adoración y después regresaremos a vos- desnudos sobre el monte del sacrificio. Será el momento
otros". más importante de nuestra existencia, momento que re-
"Tomó, pues, Abraham la leña del holocausto sumirá todos los otros momentos vividos buscando nues-
y la puso sobre el hombro de su hijo Isaac. Después tra vocación y en la tensión de nuestra fe.
tomó en su mano el fuego y el cuchillo y se fue- Después vendrá el gozo, la paz verdadera y duradera,
ron los dos juntos. Entonces, dirigiéndose Isaac a la estabilidad de nuestras relaciones con Dios, la plenitud
su padre, le dijo: "¡Padre mío!" El respondió: "¡He- de nuestra experiencia hecha sobre esta tierra, la res-
me aquí, hijo mío!" "Llevamos, dijo Isaac, el fuego puesta auténtica a su demanda de amor.
y la leña, pero ¿dónde está el cordero para él holo-
causto?"
"Abraham respondió: "Dios se vroveerá de cor-
dero para el holocausto, hijo mío"; y continuaron

36 37
Nacer, vivir, trabajar, amar, morir puede ser conside-
La esperanza rado como una fatalidad sin sentido y puede convertirse
en aceptación libre y gozosa, en canto, en contemplación
extática.
Lo que hace pasar de una visión a la otra es la voca-
ción, la llamada. Por esto es importante la fe y sin la fe
Si en la fe hemos descubierto nuestra vocación, en la no hay respuesta al porqué de la vida.
esperanza nos ponemos en camino para realizarla. La esperanza, por su parte, mantiene en el tiempo la
intuición que se tuvo en la fe; la esperanza es la fideli-
"Y (Elias) caminó cuarenta días y cuarenta no- dad a la vocación, la fuerza que la hace vivir día tras
ches hasta el monte de Dios" (1 Re. 19, 8 ) . día: la mirada alargada hasta la meta lejana, hasta el
Durante cuarenta años Israel caminó por el de- último día.
sierto desde Egipto, de donde lo sacó Dios con mano La esperanza escudriña el horizonte, fija en el corazón
poderosa para conducirlo a la Tierra Prometida a las características del país que hay que alcanzar. Es como
sus padres (Éxodo). la memoria de la fe.
Mientras la fe en su ceguera contempla la incognosci-
"Cuarenta" en el lenguaje bíblico, más que significar
bilidad de Dios y escudriña su voluntad para cumplirla,
un período o una fecha precisa, indica un largo espacio
la esperanza introduce en el tiempo v, para hacerlo, em-
de tiempo, mucho tiempo. Sí, es necesario andar mucho
puja la mirada hasta el fondo, más allá del desierto, más
para realizar la vocación. Se necesitan etapas sobre eta-
allá de los montes de Moab, más allá del Monte Ncbo,
pas antes de llegar a la meta y serán necesarias decisio-
desde cuya cima Moisés entrevé la Tierra Prometida
nes, ánimo, constancia. Dirá la Sagrada Escritura a este
(Éxodo). Y es cierto que si la fe es cosa rara y difícil,
propósito: "Con la paciencia poseeréis vuestras almas".
la esperanza no es menos preciosa ni menos comprome-
Entendámonos: se puede caminar aun sin vocación,
tedora.
por tanto sin esperanza, pero es una cosa enteramente
distinta, y cuando esto sucede, quiere decir que para Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto las cosas
nosotros todavía no ha empezado "nuestra historia sa- no eran fáciles y Moisés conoció el drama y la tremenda
grada". "Todo fluye", pensaba Heráclito y la imagen de fatiga de arrastrar hacia una tierra quemada y descono-
la historia es el río. cida a una multitud de seiscientos mil hombres sin con-
Pero una cosa es ser arrastrados por la comente y otra tar los niños (Éxodo 12, 37); multitud que se desanimaba
nadar, o mejor, navegar sobre el río. Tomar conciencia a cada dificultad, que soportaba mal la novedad de Moi-
de que estamos sobre el río, descubrir el porqué de nues- sés y su manía de libertad y que hubiera preferido per-
tro viaje. Gozar de vernos arrastrados o remar para manecer tranquila en Egipto junto a las ollas donde
resistir a la corriente es algo muy distinto. cocía la carne, mientras el buen olor a cebolla solicitaba

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la nariz de aquellos hombres que todavía tenían alma líos se acercaran a los israelitas. Moisés extendió
de esclavos. después su mano sobre el mar y el Señor, por medio
No, no fue fácil. de un recio viento solano, empujó al mar, deján-
De hecho más allá de la prueba llegaron sólo dos: Josué dolo seco y dividiendo las aguas. Los hijos de Israel
y Caleb; ni siquiera llegó el jefe que fue sepultado fuera penetraron en medio del mar en seco mientras las
de la Tierra suspirada. ¡No es mucho para seiscientos aguas formaban como una muralla a ambos lados.
mil hombres! Los egipcios se lanzaron tras ellos; toda la caballe-
El Éxodo es la historia de u n pueblo que Dios se había ría de Faraón, sus carros y caballeros, entraron tras
escogido y es un poco el modelo de la historia de todos ellos en medio del mar. A la vigilia matutina miró
los hombres y por tanto de la nuestra. Sus etapas son el Señor desde la columna de fuego y de nube a
nuestras etapas, sus pruebas son nuestras pruebas, su las huestes egipcias y las desbarató. Frenó las rue-
esperanza nuestra esperanza. das de los carros, haciéndolos avanzar pesadamente.
Entonces los egipcios se dijeron: "Huyamos ante
Israel, porque el Señor combate por ellos contra los
egipcios".
"Y el Señor dijo a Moisés: "Extiende tu mano
La verdadera barrera contra la que chocó la esperanza sobre el mar para que las aguas se vuelquen sobre
de aquel pueblo caminante fue el Mar Rojo. los egipcios, sobre sus carros y caballeros". Moisés
N o es fácil mantener la confianza en un Dios invisi- extendió su mano sobre el mar y al amanecer volvió
ble y lejano, cuando a la espalda se tiene, visibles y cer- el mar a su estado normal, mientras los egipcios
canos, a los enemigos y, delante, para impedir el paso, el en su huida topaban con él. Así precipitó el Señor
mar. a los egipcios en medio del mar. Las aguas, al jun-
Que el mar podía abrirse era la última idea que se le tarse, cubrieron carros y caballeros y a todo el ejér-
podía ocurrir a un pueblo en fuga, pero que aquel mar cito del Faraón que había entrado en seguimiento
volviera a cerrarse precisamente en el momento exacto de de los hijos de Israel. No escapó ni uno solo. Pero
entrar en él el ejército egipcio, ni pensarlo. los hijos de Israel pasaron a pie enjuto por medio
del mar, formando para ellos las aguas como una
"Entonces el Ángel de Dios que iba delante de muralla a ambos lados. Así salvó el Señor aquel
las huestes de Israel, se puso en -movimiento y se día a Israel de mano de los egipcios" (Ex. 14,
colocó detrás de ellos. Se puso, igualmente, en mo- 19-30).
vimiento la columna de nube que también fue a
situarse detrás de ellos, interponiéndose entre el
campo de los egipcios y el campo de Israel. Había o se necesitan muchos episodios de estos para mos-
sombra y oscuridad; así pasó la noche, sin que aque- a quien tiene fe, lo que Dios puede hacer y hace

40 41
por su pueblo. Basta uno sólo y a él podrá volver el alma nuestra arrogancia y nuestra presunción inconmensura-
en la meditación siempre que tenga necesidad de ello. ble. Y el Mar Rojo no se abre. Y los golpes se suceden
Lo difícil para nosotros no es creer en u n hecho atacando poco a poco el tejido mismo de nuestra huma-
tan llamativo y lejano. Pero, sin tener valor para recha- nidad, marchitando una a una nuestras nobles virtudes
zarlo como absurdo e imposible, podemos encasillar un en las que creíamos y de las que nos gustaba hablar
hecho semejante en ese conjunto de cosas y de recuer- hasta en nuestra oración ante el altar.
dos que forman una religiosidad que no dice nada vivo "Señor, te doy las gracias porque no soy como los otros
ni presente a la vida de cada día. hombres. Yo ayuno, pago los diezmos. . ."
Lo difícil es esperar, hora tras hora, que hechos seme- Ahora que sabemos que somos como los otros hom-
jantes, aunque con las debidas proporciones, nos suce- bres, como todos los demás hombres. . .
dan "precisamente a nosotros" en un momento determi- Es una de las experiencias más duras y humillantes,
nado de nuestra vida, en una de las muchas dificultades para el hombre que se creía religioso, descubrir hasta qué
insuperables de nuestra existencia. punto estaba llena de viento su. . . religiosidad.
Por ejemplo. . . Dice muy bien Jeremías, el profeta que penetró hasta
Aquí cada uno de nosotros puede referir su ejemplo: el fondo en el corazón enfermo de su pueblo, que era
ciertamente no le faltará. un pueblo religioso:
Pronto o tarde Dios nos conduce ante nuestro Mar
Rojo. Antes ha dejado solazarnos como hijos de Patriar-
cas bajo las serenas tiendas de la juventud. . . La vida "Señor, nos hemos hecho inmundos y somos co-
espiritual era fácil, todo nos parecía posible, bastaba mo muertos.
mandar y la voluntad obedecía. Como hojas caídas hemos sido llevados por el
Pero un día. . . éste como David vio a Betsabce sobre viento de nuestras iniquidades, nos has abando-
la terraza ,aquél como Salomón conoció la tentación nado a nuestras maldades".
de la opulencia, el otro, como Sansón, descubrió a Dalila,
uno, como Saúl, se hizo celoso, otro, como Judas, se ena-
moró de la bolsa. Sí, así es, y si no interviniera Dios continuamente en
Entonces descubrimos nuestra verdadera identidad; en- la historia del hombre, el viento de las iniquidades
tonces se hace palpable nuestra impotencia radical, nues- arrastraría como hojas a la humanidad entera y la
tra infinita falta de lógica y confusión. Estamos ante destrozaría en pocas generaciones.
nuestro Mar Rojo. Pero El vino precisamente para no dejarla destro-
Reducidos a guiñapos por las tentaciones, sin paz, divi- zarse, y si el Mar Rojo fue un hecho y símbolo, y ¡qué
didos en nuestro interior como si dentro hubiera dos símbolo!, en la historia de la salvación, cada uno de
hombres y no uno solo, dos voluntades y no una sola, nosotros puede encontrar junto a él, n o ya un símbolo
sufrimos todos los reveses que tenía necesidad de sufrir o un hecho lejano, sino una realidad viviente: a Cristo.

42 43
I1',I os el "paso", El es el "milagro", El es la "fuerza",
I J es el "sacramento", El es la "vida", El es la "victoria".
El camino en la esperanza
Al hombre jadeante sobre la orilla de su impotencia y
con las cadenas de su esclavitud, Cristo se le presenta
con el grito de la esperanza: "Yo he vencido al mundo"—
"Yo soy la vida". "El que tenga sed que venga a Mí y
beba". "El que cree en Mí, aunque estuviera muerto,
vivirá". Cristo es nuestra esperanza en la plenitud de este tér-
Y si el hombre se deja tocar por El, si el hombre tiene mino. Cuando, a instancias ardientes de la fe, nos toca
esperanza en El, el milagro se realiza y el Mar se abre. con el sacramento, lo imposible se realiza, la impureza
Lo imposible se hace posible. David cantará su mise- desaparece, la violencia se convierte en mansedumbre, la
rere, Sansón pagará con lágrimas su pecado, Salomón locura en bienaventuranza, la muerte en vida.
escribirá su Cantar de los Cantares. Con jesús empieza a correr de nuevo la caridad por
Sólo Judas ya no podrá hacer nada porque —misterio las venas exangües del hombre egoísta y encerrado en su
de la abyección humana— ya no se dejó tocar por Cristo. horrible caverna helada.
Murió sin esperanza después de haberse ahorcado. Desde el día en que nuestra vida se cruza con la suya,
todo está hecho. El se pone junto a nosotros en todos los
"pasos" que debemos hacer, y se convierte El mismo es
nuestro "paso", la Pascua que continúa. Pero esto es fá-
cil de decir, difícil de realizar, porque depende mucho
de nuestra fe. Y sin fe. . .
I lay almas que permanecen en las marismas del Mar
Rojo durante toda la vida, rehusando creer en el paso,
Encerrados en su impotencia no pueden creer en el poder
de Dios. Bastaría alargar la mano para agarrarse a los
juncos de la orilla, pero se quedan como paralizados por
la incredulidad y no alargan la mano.
Es la fe la que hace que se dispare el milagro del paso
y la misma omnipotencia de Dios está bloqueada por la
incredulidad del hombre.
¡Qué drama continuo!
Por algo dirá Jesús: "¡si tuvierais fe como un granito
de mostaza", y llenará su Evangelio de esta queja dolo-
rosa: "¡Hombres de poca fe!" ( M t . 8,26).

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Sí, ¡es difícil tener fe y es difícil caminar en la espe- aprendido a juzgar a Dios con el metro de nuestra impo-
ranza! Por algo el Éxodo durará cuarenta años y verá a tencia radical.
este pueblo de Dios sumergido en su impotencia para Dirá Jesús: "si no cambiáis y os hacéis como los niños
realizar su acto de amor al Altísimo, verá a este pueblo no entraréis" (mt. 18,3)- Y esta es una verdadera amenaza.
de Dios andar errante despavorido por el desierto, víc- Por esto la infancia espiritual es el secreto más com-
tima de sus contradicciones y de sus temores. pleto para lograr dar el salto. Quien es capaz de hacerse
"Pero, ¿es que mi mano se ha acortado y se ha hecho pequeño será capaz de crecer y esperar y su vida será sen-
incapaz de ayudarte?, repetirá continuamente el Señor. cilla, rectilínea, llena.
Y no se lo dirá sólo a los que se encuentran inmoviliza- Ante Dios debemos hacernos pequeños, pequeños lo
dos ante el primer paso de la fe, ante el paso del pecado más posible.
a la gracia. Se lo dirá también a quien ha pasado el Mar
Pequeños como David que cree absolutamente que no
Rojo, a quien ha tenido su "paso" clamoroso, a quien ha
puede ser vencido por Goliat, pequeños como José que
gustado la alegría de la liberación, a quien, volviéndose
no discute nunca las órdenes del Ángel, pequeños como
hacia atrás, ha visto a "caballo y caballero precipitarse en
María que acepta con sencillez los desposorios entre ella
el mar" (Ex. 15,1) como una masa de plomo.
y Dios, la increíble concepción en su seno de Jesús.
El recuerdo de aquel paso parece como desvanecido.
¡Bienaventurada tú que has creído!" (Le. 1, 45), y
Ante la necesidad de hacer otro acto de fe, otro acto
en estas palabras se resumirá toda la grandeza de María.
de esperanza, vuelve el miedo, falta la esperanza.
Se queda el hombre a dos pasos de Cristo y no se deja Y también la nuestra, si supiéramos creer y esperar.
tocar por El. N o hay prueba, no hay otro examen.
Y si la fe no brota, ni nuestra esperanza nos sostiene, Mirar un poco de pan sobre el altar y decir "ahí está
tampoco Jesús puede realizar nuestro paso. Cristo" es fe pura. Ver y catalogar todos los pecados enor-
Cuarenta años durará esta historia y es la historia de mes del Pueblo de Dios y de sus jefes y continuar de-
nuestras contradicciones. jándose conducir por el misterio de la Iglesia y de su
Pero, ¿por qué tanta resistencia a creer? ¿Por qué este infalibilidad es un duro escollo; sentir que nuestro cuer-
miedo a confiar en El? po se va pudriendo y pensar en su resurrección es un tre-
"Arrójate en el vacío y cree en Mí que lo lleno todo". mendo examen final de nuestra vida.
Y lo supera quien es pequeño y no trata los misterios
Me parece que los motivos son sobre todo dos:
de Dios como si fueran monedas de su bolsillo.
1) Hemos perdido la infancia espiritual.

Para creer, para ser ricos de esperanza hay que ser 2) Otra dificultad en el camino de la esperanza:
pequeños, pequeños como niños en brazos del padre. En nuestra impotencia para hacer el acto de fe que hará
cambio nos hemos hecho "grandes" y "astutos", y hemos realidad el paso se debe a que miramos atrás.

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Dios, y ligera como una gacela y libre como una alondra,
Se vuelve con el pensamiento a Egipto. . . se piensa
se dejara conducir como una amante por su amado!
en el pasado.
Atravesaría el desierto en u n soplo; su soledad se con-
"Como a virgen joven te he atraído al desierto para
vertiría en espacio ideal para este amor infinito, celda
hablar a tu corazón", dirá Oseas.
de unión vital y gozosa, lugar de delicias de la inenarra-
En cambio tú: "fiándote de tu belleza y valiéndote de
ble aventura de amor, nuestro amor con el Absoluto, con
tu fama, te diste a fornicar y te ofreciste a todo transeún-
el Eterno, con el Verdadero, con el Bien, ¡los desposorios
te. . . Preferiste los egipcios a Mí" (Ez. 16, 15).
de nuestra alma con Dios!
Aquí está la dificultad para ir adelante. Queremos. . .
¿Y en cambio?
hacer nuestra experiencia. . . no nos fiamos demasiado
La traición, el adulterio, el andar continuamente entre
de Dios.
el sí y el no, el hacerse continuamente ídolos, el pactar
Además sus gustos no son nuestros gustos; preferimos
con el mal, llevan a la pobre alma a los límites de
"la cerne" al "mana', aunque sobre los senderos de la
su resistencia. A veces parece precisamente que ha lle-
concupiscencia mueran de indigestión cien mil de los
gado el fin y nos abandonamos a nosotros mismos sobre
más fuertes ( N u m . 11).
las orillas saladas del cenegal de la desesperación.
Nuestro gusto es sensual, vendemos nuestra progeni-
Se diría que la esperanza se ha apagado y que no puede
tura por un plato de lentejas, pedimos a Dios como Sa-
existir más que el infierno para acoger nuestros delirios
lomón que nos dé la sabiduría y nos revolcamos en la lu-
de locos.
juria, trabajamos para llegar a ser jefes y guías de pueblos
Pero he aquí que del abismo mismo de la miseria hu-
y después entregamos nuestra alma para adquirir una
mana surge una fuerza que se creía agotada, terminada.
viña (1 Re. 21, 1-29).
Con frecuencia, ¿no parece debida al mero instinto de
Es siempre la misma historia que al final sólo tendrá supervivencia más que a u n acto consciente personal?
el mérito de demostrarnos que no somos mejores que los
¡Es un hilo de esperanza!
demás y que también nosotros hemos querido beber el
Y se reanuda la marcha hacia la Tierra Prometida.
agua que envenenó a nuestros padres y volver a escuchar
la música que traicionó a nuestros progenitores. Pero los
designios ele Dios sobre nosotros eran muy distintos; era
muy distinta la aventura a la que estábamos invitados:
"Me he desfosado contigo en un matrimonio de amor.
Fe he hecho mía".
Son palabras de Dios y dicen la alteza de su llamada,
la plenitud de su amor a nosotros.
¡Oh, si esta "virgen joven", de que habla Oseas para
representar nuestra alma, pusiera su mano en la mano de

48 49
Por amor brilla la primavera, por amor nacen las flo-
El amor res, por amor se mueven los animales, por amor camina
la humanidad. . .
Si no existiera el amor, la tierra se convertiría en un
desierto sin vida, los pájaros no se juntarían, los vege-
tales no se reproducirían, el hombre permanecería en su
soledad. ¡No se puede pensar el universo sin el amor!
Y henos aquí en el umbral del gran misterio, en la Pero nosotros los hombres que participamos al mismo
fuente de la vida, en el porqué de todos los porqués: el tiempo de la vida de todo el universo creado y, por lo mis-
Amor. mo de los múltiples grados del amor de los minerales,
¿De qué serviría la fe por sí sola? ¿De qué una vida de los vegetales y de los animales, hemos sido llamados
vivida en la esperanza? ¿Quién me justificaría el éxodo a participar también de la vida del universo increado,
con su pena, sus manchas, el cansancio, la sed o el agua de la vida divina.
salada, las picaduras de las serpientes y el continuo ple-
Mientras vivimos aquí abajo nuestra primavera te-
gar la tienda para ir en busca de nuevos horizontes?
rrena y sonreímos a las estaciones del tiempo realizando
El amor y sólo el amor.
nuestro ser, presos en las espirales del amor creado que
Me he movido por amor; camino porque busco el
nos impulsa unas veces hacia el alimento, otras hacia lo
amor; me agarro a la fe y a la esperanza por amor.
bello, otras hacia un corazón humano, otras hacia el bien:
Dirá san Pablo: La fe y la esperanza desaparecerán
por liberalidad divina en nosotros toma posesión y se
pero el amor será eterno (1 Cor. 13, 13).
desarrolla un impulso hacia el amor increado, hacía
El amor con la luz y con la vida es el fin mismo del
Dios. En el lenguaje teológico este impulso se llama
hombre y en esto se identifica con Dios. Por algo Dios
"caridad", y es el grado sobrenatural del amor que, em-
se definió "amor" ( J u a n ) y después de esta definición
pezando aquí abajo en la tierra, se perfeccionará en la
suya podemos decir serenamente "nuestro fin es el amor',
eternidad, en la unión total con Dios. En este microcos-
así como decimos "nuestro fin es Dios".
mos que es el hombre, desde su nacimiento hasta el ocaso,
De hecho si nos miramos bien dentro de nosotros se van desarrollando de modo progresivo todos los gra-
mismos advertimos que el amor es u n misterio que nadie dos del amor creado. Pero no le sacian definitivamente.
sabrá definir nunca, precisamente como ocurre con ci El hombre siente por experiencia que no bastan. Elay
misterio de Dios. en él un vacío que no puede ser llenado por sólo el amor
Sentimos el amor, lo probamos, lo buscamos, lo posee- terreno. En él ha establecido Dios mismo una tensión,
mos, pero no sabemos exactamente qué es. Comprender una disponibilidad para un amor que no es de natura-
qué es el amor en sí supera el entendimiento humano. leza creada y que tiene las mismas características que el
Pero, ¡por eso mueve el mundo! El amor es como el gozne Infinito, que el Eterno, que el Transcendente.
sobre el que gira el mundo.

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Por eso la historia de la Salvación, la epopeya del
El hombre, hecho así, vive en la tierra pero busca el Pueblo de Dios desde la esclavitud de Egipto a la liber-
cielo; escoge una esposa y se encuentra solo, da vida a tad de la Tierra Prometida, es contada por la Biblia bajo
los hijos y permanece solitario en medio de ellos. Hay la imagen de los desposorios entre Israel y el Dios de
en él algo que nunca queda satisfecho, que le hace in- Abraham: las bodas místicas del pueblo escogido con
tranquilo, buscador perpetuo. Es como u n polo que busca
Yavé.
el otro polo, un abismo que busca otro abismo.
Dirá san Agustín que "el corazón está inquieto..." Todo el profetismo está impregnado de esta compara-
Sí, hasta que no descanse en Dios. Este Amor increado, ción:
este Amante lejano y que sin embargo está muy cerca,
"Te he buscado virgen joven".
esta realidad desconocida y sin embargo conocida, es el
"Te he desposado con un desposorio de amor".
término de la aspiración, de la búsqueda, de los suspiros
del hombre. Es Dios. "Te he hecho mía" (Oseas).
El hombre busca a Dios y Dios es para el hombre el Y el Cantar de los Cantares, que sin duda ninguna es
amor digno de él. Dios es la satisfacción, la plenitud, la el libro más amado del Pueblo de Dios, es el relato admi-
realización, el término, la paz, el gozo, la felicidad. rable del amor entre Dios y su pueblo y, en último aná-
lisis —ya que el pueblo es una entidad abstracta— entre
Dios y el alma humana.

Dios es el esposo del alma y le dice:

"¡Qué bella eres, amada mía, qué bella eres!


Todo amor, creado o increado, se realiza en la unión,
en u n desposorio, y en el momento en que se realiza Tus ojos, de paloma, a través de un velo.
produce una especie de hartura, de gozo, de paz, de po- Tu melena, cual rebaño de cabras
sesión. El hambriento busca el alimento, se une con él ondulante por las pendientes de Galad" (Cant. 4,1).
y realiza su vida física; u n corazón busca otro corazón
y añade:
y realiza en él la amistad, u n cuerpo busca otro cuerpo
y fecunda en él la vida, la inteligencia busca la verdad, "Me robaste el corazón, hermana mía, esposa,
se une con ella y siente alegría, el hombre busca a Dios, me robaste el corazón con una mirada de tus ojos,
se une a El y realiza la vida eterna. con una perla del collar.
La vida de amor de dos esposos es la imagen más com- ¡Qué delicioso es tu amor,
pleta de lo que sucede abajo y arriba, desde las reac- hermana mía, esposa,
ciones químicas al rodar de los astros, desde la vida de qué delicioso tu amor, más que el vino!
las flores al nido de los pájaros, desde la oración del mís- ¡Y el olor de tus perfumes más que todos los aro-
tico a la Trinidad Increada. mas!" (Cant. 4 , 9 ) .

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Y el alma responde: Pero no hay otro c a m i n o . . . A no ser que. . . N o , ni
siquiera quiero pensarlo, al menos por hoy; dejadme con-
"¡Béseme con los besos de su bocal.. . templar el Amor, dejadme tener confianza en que todos
Más dulces que el vino son tus amores terminarán por creer en el Amor.
suave es el olor de tus perfumes, Todo camino debe terminar en Dios, en su contempla-
ción, en su posesión allá arriba en su Casa. En la casa
Por eso te aman las doncellas.
del Padre sobre la colina donde ha esperado desde siem-
Arrástrame tras de ti, ¡Corramos1." (Cant. 1, 24).
pre, y no en vano, a su hijo pródigo.
¡Si el mundo supiera estas cosas! ¡Si supiera que la
búsqueda de Dios es la aventura de amor más profunda:
¡Si supiera que el santo no es un renunciatario sino al-
guien que ha comprendido dónde está el verdadero amor
y no descansa hasta que lo ha encontrado!
Sí, el santo es el que ha comprendido y desde esta
tierra vence los obstáculos y corre hacia la plenitud, tra-
tando de quemar las etapas.
Pero después de él llegarán también los otros, llegarán
todos —al menos así lo espero—, porque no hay otro ca-
mino, no hay otro término.
La mayor parte de los hombres tiene necesidad de ha-
cer una experiencia más larga, tiene dificultad para
convencerse de que Dios tiene razón, quiere tocar con
la mano, quiere quemarse, mancharse, envenenarse, en-
tristecerse.
Muchos empiezan a comprender algo al final de su
peregrinación sobre la tierra; muchísimos, después de
la muerte, en el Purgatorio, en el Reino del Silencio, de
la meditación auténtica, en la reminiscencia de lo que
ha sido su vida, en el período de la benéfica, saludable
y aceptada expiación, purificación de sus errores o be-
llaquerías, en el fuego lento y penetrante de la caridad
que librará al alma de todo apego desordenado, del egoís-
mo, del orgullo, de la mentira, de los ídolos.

54 55
que del abismo de nuestro ser mana continuamente un
El camino del amor veneno pestilencial, despunta una raíz retorcida y seca
que resiste a los golpes de hacha de nuestra voluntad,
y que se propaga en nuestro pobre campo después de una
noche de inactividad o de alguna hora de descuido,
El mal es una realidad, una tremenda realidad y, más
Si no hubiera habido pecado, las cosas hubieran sido que las consideraciones teológicas, por lo demás exactísi-
muy sencillas, al menos así nos parece a nosotros morta- mas, aunque parciales por nuestra limitación, nos con-
les limitados y víctimas de ese pecado. vence de ello la experiencia existencial de la vida.
Viviendo y envejeciendo advertimos la verdad de este
El hombre en su carrera, desde la aurora hasta el ocaso
"pecado", de esta "ruptura original" y sentimos cada vez
de su vida terrena, no se hubiera dejado engañar por
más toda su gravedad y presión inexorable.
falsos espejismos y habría ido derecho y seguro hacia
el amor eterno de Dios. N o hay cáncer, por maligno que sea, no hay septice-
mia, no hay lepra por espantosa que pueda ser que agote
Las estaciones de la vida, la posesión de las criaturas, con su triste imagen la gravedad, la espantosa realidad
la visión parcial de las cosas en el tiempo, no habrían del mal.
impedido lo más mínimo en él la estación eterna de Dios, Y los que lo ven no son tanto los pecadores más em-
la posesión del Absoluto y la contemplación pacificadora pedernidos y sumergidos en él como en u n estanque,
del Transcendente. cuanto los santos después de haber luchado como atletas
Pero. . . contra él. Palidecía su rostro al considerar la posibilidad
de obscenidad, de rebelión, de blasfemia, de violencia, de
Pero está el hecho de que ha habido una ruptura y de perversidad, de perversión encerradas en él. Pero no
que las cosas han ido de manera muy distinta. basta, porque también ellos eran limitados.
N o quiero hacer aquí una meditación sobre el porqué El rostro de Jesús —el Santo auténtico y único—, des-
y el cómo del pecado. N o soy teólogo ni tampoco los pués de haber palidecido como u n muerto en el huerto
teólogos me han convencido plenamente: hay siempre de los olivos, se cubrió de gotas de sangre que "corrían
algo que va más allá de nuestro esfuerzo para compren- hasta el suelo" (Le. 22, 4 4 ) .
der. . . Acepto sencillamente el hecho. H a habido una Jesús entró en agonía al ver, a la luz del tribunal de
ruptura y ninguno de nosotros puede dudar de ello, na- la perfección divina, ante el amor eterno del Padre, el
die puede esconder esta realidad amarga. mal, el pecado pegado a El como una costra gruesa y
¿Quién de nosotros no siente "dentro" que las cosas horrenda.
no marchan? ¿Que hay algo equivocado, de indoma- Realmente, ¡debe ser una cosa terrible el pecado, la
ble, de turbio, de malo, de enfermo? ¿Quién no siente rebelión del hombre contra Dios, el poder decir "no" a!

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amor! N o podemos comprenderlo en su realidad y ampli- micas. Existe en mí la posibilidad de toda clase de pe-
tud y por eso no podemos comprender plenamente la cados y existe la experiencia que lo ha hecho cierto.
realidad del infierno y nos asombramos de él: nos faltan N o existe en el mundo u n pecado que yo no haya
los términos de la relación por nuestra limitación. cometido o que yo no sea capaz de cometer y por esto
Pero Jesús podía comprenderlo y por esto sufrió lo todos somos solidarios en Adán y el árbol trágico del
sufrible y no dudó ante la tragedia de echar en el platillo Edén es el árbol real al pie del cual cada uno de nosotros
de la balanza todo el peso y el valor de su sacrificio. Tal descansa en las horas del mediodía, mientras alrededor
vez nosotros lo hayamos comprendido u n poco en sus anda rondando, no inactivo ni distraído, el maligno. ¡Qué
consecuencias en la dura experiencia de la vida, en nues- verdadera es la Biblia!
tras traiciones, en la visión del mundo "sumergido en la
maldad", como dice san Pablo.
¡Desde la bomba de Hiroshima hasta el hambre del
tercer mundo, desde las poblaciones desarraigadas por el
odio y arrojadas a los campos de exterminio hasta las tor- N o queda más que aceptar las cosas como son y re-
pezas raciales y sociales de todos los tiempos, desde el montar la pendiente.
fariseísmo de los ricos hasta la prostitución de los pobres, Poco a poco, paso a paso, hay que volver a andar el
desde la ruina de la familia hasta el hastío de la opulen- camino. Arrojados del Paraíso por haber desobedecido al
cia, desde la desaparición de la sonrisa en los niños hasta amor, debemos volver a él, sirviéndonos del amor.
la desesperación de los viejos! Es el guía más seguro —y esta vez— tras Jesús. De he-
cho, como un acto de desobediencia perdió a la natura-
Y no me digáis que la guerra es fatal o que la tierra
leza humana, la salvación verdadera vendrá de un acto
no puede producir pan para todos o que hay razas des-
de obediencia de Cristo. N o fueron tanto los dolores
tinadas a dominar y otras a servir o que el mundo está
de Jesús los que redimieron a la humanidad, cuanto su
hecho así y que el hombre no puede escapar a la ley
actitud interior de amor y de obediencia al Padre, o sea,
de la jungla.
la obediencia a la Luz, al Amor, al Ser.
No, el mal es el mal, el pecado es el pecado y la ima- Hay que volver a subir la pendiente aunque no sea
gen bíblica del fruto prohibido, que se quiere arrancar cosa fácil y, aun sabiendo que, a cada revuelta, habrá una
a toda costa de la ley del amor de Dios y de la obediencia fiera que intentará echarnos de nuevo atrás.
a su voluntad en el Paraíso Terrenal, es el compendio de La mano en la mano de Jesús, los ojos en sus ojos
una realidad que no puede ser puesta en duda por nadie como Dante con Beatriz, hay que ponerse en marcha
porque la sentimos vivir en la profundidad de nuestro ser. hacia la Tierra Prometida mezclados, identificados con
Sí, existe en mí la posibilidad de hacer con mis her- el Pueblo de Dios.
manos lo que hizo Hitler con los hebreos. Existe en mí Decíamos que es el amor el que debe guiarnos, pero
la posibilidad de lanzar no una sino mil bombas ató- todo el amor.

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N o cometamos el error de dividir el amor, en amor Amar a Dios y amar al prójimo, mejor aún: amar a
humano y amor divino, apuntando directamente —como Dios en el prójimo y al prójimo en Dios —y así caminar
para ir más de prisa— sólo al amor de Dios, descuidando hacia la realización total de nuestra personalidad en
el amor humano. Cristo Jesús.

Jesús mismo nos ha advertido: "El segundo manda- í Iay una historia que me gusta mucho porque explica
miento es semejante al -primero", es decir, "no podéis se- bien cómo andan estas cosas sobre el amor y es la historia
parar el amor a Dios del amor al prójimo". Demasiadas de san Cristóbal. Este gigante pagano, convertido por
veces se cae en la ilusión de poder separar los dos amores un ermitaño y hecho discípulo suyo, tiene dificultad para
y resulta el tipo del hombre religioso "desencarnado" que orar, para "sentir a Dios" en la oración. N o consigue re-
busca a Dios y que es duro con los hermanos, que se sistir horas y horas recitando salmos y se inquieta y pre-
refugia en la oración y deja morir de hambre al vecino gunta a su maestro: ¿cuándo me harás ver el rostro de
de su casa. Dios?" El ermitaño comprende que someter a su dis-
cípulo inmaduro a las durezas y a la sequedad de la ora-
¡Es una ilusión! ción es demasiado pronto para él y le facilita la tarea
N o se puede dividir el amor. Si es amor verdadero, con un programa más "humano".
sirve a Dios y sirve al prójimo al mismo tiempo, mejor "Ponte aquí junto a este río peligroso y con tu fuerza
aún: ve a Dios en el hermano que tiene que amar y ve de gigante traslada a la otra orilla a los peregrinos que
al hermano en el corazón mismo de Dios. pasan". Parecía querer decir a su aprendiz: "El rostro
Esta síntesis no es fácil, sobre todo no es cómoda, pero de Dios es todavía oscuro para ti en la fe desnuda —le
hay que hacerla especialmente hoy cuando en los hom- encontrarás más fácilmente en el rostro de los hombres
bres se ha hecho la más viva conciencia de la unidad del a quienes servirás".
Todo y se rechaza con fuerza y disgusto u n cristianismo
que separa la adoración a Dios de la presencia auténtica Y el pagano empezó a servir a los hombres. Armado
en la humanidad que sufre. de u n tronco de palma como bastón, día tras día atravesó
el río trasladando a los peregrinos. . . hasta que llegó el
Dios está en el hombre que hay que salvar y el hombre
día que pasó a Jesús que se había ocultado bajo las
está en el pensamiento de Dios: el mandamiento del
apariencias del cuerpo de un niño. Entonces fue cuando
amor abraza ambos polos de las dos realidades.
el pagano se hizo Cristóbal (Cristóforo) y descubrió el
"¿Cómo podéis decir que amáis a Dios si no amáis al
rostro de Dios.
prójimo?, dirá san Juan.
Y en otro lugar: "Si alguno tiene bienes de este mun- Así nos ocurre a nosotros en la realidad de la vida.
do y ve a su hermano en la necesidad y le cierra su Trabajando y amando el trabajo, construyendo nuestra
propio corazón, /cómo puede estar en él el amor de familia, metiéndonos en la sociedad y actuando para ha-
Dios? (1 Jo. 3, 17). cerla más feliz y más justa, amando las cosas, todas las

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cosas como mensajes de Dios, vamos subiendo poco a
poco los diversos escalones del amor para llegar cada vez
más cerca de Dios.
Y cuando se rompa la envoltura humana y terrena de
nuestra vida y de la de los demás, cuando logremos per-
forar la esfera que nos rodea para ver desde la otra parte
del mundo, comprenderemos que nuestros esfuerzos, para
ser fieles al amor, la paciencia ejercitada para sufrirnos y
sufrir a los demás, fueron los instrumentos que nos hicie-
ron subir muy alto, hacia el puro y eterno amor a Dios.

SEGUNDA PARTE

Como se ha dicho en la primera parte, no


debemos separar el amor a Dios del amor al
prójimo. Hay que vivir estos dos amores
juntos y fundidos en uno solo.
Y hay dos palestras, ambas creadas por
Dios para nosotros, donde, con el entrena-
miento progresivo, llegaremos a la madurez
de esta fusión: la familia y el trabajo.
En estas siete meditaciones hablaremos de
este tema.

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No es bueno
que el hombre esté solo

N i Dios está "solo" porque es Trinidad. Si fuera un


Dios en una sola Persona sería u n solitario. Dios no
es u n Dios solitario: es Amor y el Amor no es soledad.
Dios es Tres y U n o y esto es muy hermoso y no se
comprendería nada de Dios si no fuera así. La perfec-
ción no es ser U n a Persona en una Naturaleza, la per-
fección es ser tres Personas en la unidad de una sola
Naturaleza y Dios es esta perfección.
El misterio de la Santísima Trinidad es el más her-
moso que nosotros contemplamos y con el misterio de
la Encarnación del Verbo tenemos bastante para soste-
nernos en este largo viaje hacia el Amor.
Permanezco horas enteras contemplando estos dos
misterios y nunca me harto. Con frecuencia lloro de
amor y se apodera de mí una emoción indecible.
Pienso en el Rostro del Padre, me extasío ante el
Rostro de Jesús, contemplo el Rostro del Espíritu Santo:
creo que son una sola cosa, pero esta es una revelación
que sólo El sabe dar y da a quien se la pide amorosamen-
te: "Señor, revélate a mí". Las tres Personas divinas, en-
vueltas por el Misterio de la Incognoscibilidad, se me
revelan en la oración y no tengo deseo más apasionado
que el de conocerlas mejor.
Y esta es la vida eterna que poseemos ya en esta
tierra si hacemos la voluntad del Padre "Y la vida éter-

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no es que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero y mismo le ofrece, la criatura que hace para él, apropiada
al que Tú enviaste, Jesucristo", dijo Jesús (Jo. 17,3). para él y que le completará, que le alegrará, que le ayu-
U n Dios en una sola Persona es inconcebible, no sería dará a realizarse.
Dios porque sería muy triste y Dios es alegría, suma Y abriendo los ojos ante esta criatura, Adán excla-
alegría. mará: "Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de
mi carne" (Gen. 2,23).
El texto bíblico sobre la creación de la mujer parece
Dios es explosivo desde dentro con la explosividad del un cuento de niños y lo es, porque en el fondo, el hom-
amor: es incontenible. Quien ama comprende lo que bre es y sigue siendo "el niño de Dios" y es Dios el que
quiero decir y me da la razón. Toda la creación está hace el relato; pero es tan sabroso de verdad que a través
bajo el signo de esta explosividad, de este crecer, de de los signos de las palabras aparece todo el misterio
este dilatarse. Dicen que el mismo universo se dilata y de la unión profunda c indisoluble entre el hombre y
que nacen continuamente nuevas estrellas. la mujer.
N o sé qué podría añadir Dios para explicarnos mejor Dios hizo brotar a ambos del mismo tronco de tal
esta naturaleza suya explosiva, amante, creadora. manera que metafísicamente el hombre ya no podrá de-
Todo me habla de este amarse, darse, multiplicarse. cir a la mujer: "vete, no te conozco, ya no eres mía".
Desde las estrellas a las flores, desde las reacciones No, siempre tendrá que decir: "Tú eres hueso de mis
químicas a los animales, desde el cosmos al hombre, el huesos, carne de mi carne" y permanecer unido a ella;
"creced y multiplicaos" está impreso en todas partes, es mientras vivamos no podemos separarnos de nuestra pro-
el ritmo del universo, es el canto de las Galaxias y de pia carne.
los jóvenes esposos que van al altar. El hombre, pues, debe estar unido a su mujer: Dios
Dijo Dios del hombre en el Génesis: "No es bueno que lo ha querido así y también nosotros debemos quererlo.
esté solo", y le procuró una compañera, la mujer. Es muy La frase de Dios es fuerte: "No es bueno que el hom-
hermoso el relato de esta creación de la mujer: "Entonces bre esté solo". Si lo dice El no podemos dudar de ello:
el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un sueño le- "No es bueno".
tárgico y mientras dormía tomó una de sus costillas, re- Para "hacer bien" sus cosas en la vida el hombre debe
poniendo carne en su lugar, seguidamente de la costilla casarse. N o puede decir con ligereza "no, yo no me caso,
tomada al hombre formó el Señor Dios a la mujer y se permaneceré solo". Si así lo hiciera estaría en pecado,
la presentó al Hombre" (Gen. 2, 21-22). porque el pecado es precisamente eso, una desobediencia
Como siempre en la Biblia toda la verdad está escon- a Dios, a la voluntad de Dios.
dida bajo los símbolos y los signos de la palabra. Este A no ser por motivos superiores (lo veremos más ade-
sueño de Adán es como u n éxtasis en el que el hombre lante) o por un impedimento evidente (incapacidad, en-
ve, ama y quiere a la criatura que busca y que Dios fermedad, miseria) el hombre en la tierra debe obedecer

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a la invitación de Dios y debe prestai oídos a sus pala- Por un momento el hombre participó de la alegría
bras muy claras: "No es bueno... no es bueno. . . no creadora de Dios y tocó el Infinito. De hecho, cuando
es bueno". se vive el amor a fondo, se siente que se toca a Dios
y es el único instante en que, sobre esta pobre tierra,
¿Por qué insisto sobre esto?
se puede decir con exaltación "para siempre".
Porque hay necesidad de ello y hay hombres que se Frecuentemente se habla de los hijos como de cargas
creen autorizados para renunciar al matrimonio sin mo- embarazosas, de "incidentes" en el matrimonio, de "inde-
tivos plausibles, más aún, a veces, con torsiones menta- seables".
les, como si el matrimonio no fuera una de las cosas más Es natural que, encerrados en el propio egoísmo, ya
importantes de la vida. no podemos comprender el amor en su plenitud sino que
N o hablemos de los que lo excluyen sólo porque no de él solamente descubramos el placer y se organiza y
es cómodo, ni de otros que no lo contraen sólo por no calcula todo para eliminar los hijos.
dividir el patrimonio familiar o cosas semejantes. La limitación de los nacimientos puede ser una virtud,
No, para hacer bien las cosas, el hombre debe casarse. un noble sacrificio, una necesidad real, pero cuando es
La mujer realiza al hombre y el hombre a la mujer. practicada por el egoísmo del rico y del sano —y sus más
El amor los completa, los hace mejores, los introduce fuertes sostenedores son los ricos y los sanos— es una
más fácilmente en la corriente divina de la caridad, los perversión.
obliga a abrirse, los transforma. El hombre que ya no desea más hijos es el hombre
Además los hace fecundos. Decíamos que la fecundi- que se ha salido de la trayectoria de la explosividad de
dad es la marca puesta por Dios en todas sus obras y Dios y es como una rama seca que espera el fuego para
no debe faltar tampoco en el hombre. desaparecer en su inutilidad.
El matrimonio hace al hombre padre y a la mujer Comprendo que dos jóvenes esposos puedan verse
madre y el milagro es tan sublime que deberíamos hablar obligados.a limitar los nacimientos en su hogar por razón
de él de rodillas. de la salud de la esposa, de la miseria o de las múltiples
Cuando un padre hunde sus hojos en los ojos inocen- e infinitas dificultades de la vida de hoy, pero no com-
tes de su hijo, si presta atención puede ver el misterio prendo que puedan hacerlo riendo, felices de haber en-
de lo infinito, de lo insondable, de lo inasequible. Sen- contrado el truco para engañar a la vida.
tirá que si aquel cuerpecito le pertenece porque nació No, debe producir dolor, tristeza, no poder descubrir
de su sangre, le viene de u n mundo lejano, muy lejano, el rostro nuevo de un niño que debía nacer y al que
del infinito, de Dios. Es Dios quien le ha creado en el no se verá jamás.
mismo momento en que él, el hombre, deseó un hijo El hombre normal, sano, honesto, que todavía tiene
y que en la unidad del amor lo vio como salir del caos en su carne el perfume de Dios, debe desear los hijos,
del no ser. muchos hijos. Y mucho más la mujer.

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El fariseísmo del que estamos contagiados en todas Vivir juntos
las épocas nos empuja —casi inconscientemente— a dar
valor al acto sexual más que a la intención. Y la única
preocupación de cierta moral es "arreglárselas" para no
caer bajo la ley.
De esta manera pueden darse parejas de esposos que,
a fuerza de "haber hecho todo perfectamente", con el Pero el matrimonio no está solo en función de los
calendario en la mano, han conseguido no tener hijos hijos —aunque esto sería ya algo divino—, está además
aun sin ofender a la moral y el resultado es una vida en función de un complemento de los esposos. N o po-
infecunda. demos reducir la unión matrimonial a "los que vendrán",
Pero si su vida es infecunda, ¿quién les podrá salvar tenemos que verla también como medio querido por
del juicio? Dios para realizar, calmar, alegrar, ayudar, sostener, me-
¿Analizará Dios, quizás, los actos y olvidará la vidar jorar al hombre y a la mujer.
¿No les llamará más bien "hipócritas" como llamó Jesús Esta realización tiene lugar en el amor, se realiza en
a los fariseos o peor aún, "Sepulcros blanqueados"?. .. el amor.
Aquí podremos aplicar realmente el famoso "ama y
haz lo que quieras" con la seguridad de que si los esposos
se aman realmente encontrarán en la fusión recíproca el
camino, la imagen, la escala para otro amor que debe
desarrollarse en toda criatura sobre la tierra para condu-
cirla más tarde a la unión perfecta con Dios. Diría que
el amor matrimonial —para quien tiene esta vocacion-
es como el encarrilamiento, la facilitación, el "mira cómo
es", para la mayor parte de la humanidad respecto del
amor Absoluto que absorberá, más allá del tiempo,
a cada uno de nosotros.
De hecho, dos esposos que se aman encuentran re-
suelta en el amor la síntesis de sus relaciones. Con el
amor resulta fácil vivir juntos, facilísimo comprenderse,
soportarse, justificarse. Hasta resulta fácil el dificilísimo
sacrificarse el uno por el otro.
En el fondo, el amor matrimonial ayuda al hombre a
salir de la cueva oscura de su egoísmo y del peligro

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inagotable de replegarse sobre sí mismo y abrirse sobre uno mismo no encontramos sólo el aspecto positivo de
lo creado y por lo mismo sobre Dios. H e visto a jóvenes cada uno de nosotros, sino también el aspecto negativo.
imposibles, cerrados, introvertidos, malos, hacerse de Descubrimos la debilidad, el límite, la prosa y desgracia-
pronto tiernos, abiertos, altruistas, bajo el calor del ena- damente también el mal. Entonces es cuando se abre
moramiento de una joven. M e parecía ver como una paso un grado de amor nuevo, más maduro, más ver-
rama seca que reverdece y germina al acercarse la pri- dadero, más fino: la misericordia, la compasión, grado
mavera. que debe llenar los últimos tiempos de nuestra vida so-
bre la tierra.
Porque el amor ¡es siempre primavera!
Es demasiado fácil amar a la esposa cuando es joven
Nunca jamás mostraremos suficientemente los bene-
y está velada por el misterio; más difícil cuando se des-
ficios del amor especialmente sobre los enfermos, sobre
cubre en ella la fealdad, la limitación, el desaliño, el
los tímidos, sobre los pesimistas, sobre los egoístas, sobre
egoísmo. Quien no sabe superar la crisis provocada por
casos difíciles.
este descubrimiento con el amor de misericordia, se pre-
N o hay medicina más poderosa que un amor auténtico. para días difíciles, entra en una frase trágica de su ma-
Todo se arregla, se vivifica, y el que amenazaba con trimonio.
volverse estéril en una melancolía vacía, sale de nuevo Pero quien tiene fe en el amor y ve en el pecado del
con ímpetu, como si la vida empezara a latir de nuevo otro el suyo, y en las debilidades del otro descubre
en sus venas. su propia debilidad, se acostumbra a entrar en la verdad
¡Cuántos fueron salvados por el amor, cuántos encon- v hace pasar su vida a un estadio nuevo, no animado ya
traron nuevamente en él la alegría de la vida, el empeño por el sentimiento ni por la sensibilidad, sino por el
para el trabajo, la entrega a un ideal y bajo su impulso amor auténtico v verdadero.
realizaron al fin cosas serias!
El amor, el verdadero, es el toque de Dios en el cora-
zón del hombre.

Después, cuando son tres o más, la escuela del amor


toma una amplitud insospechada, casi perfecta. Hay mo-
Además la vida tan íntima, tan radical como impone mentos —aunque desgraciadamente raros porque el pe-
el matrimonio, sostiene al hombre en el descubrimiento cado original es siempre una dura verdad— en los que
de sí mismo. Cada uno, mirando en los ojos del otro uno se pregunta si no ha bajado el paraíso a la tierra.
cónyuge como en un espejo, se encuentra a sí mismo La relación "padre—madre—hijo" toca a lo sublime.
con sus profundidades abismales, con su misterio. Se rivaliza en tener la piel de los demás por más pre-
¡Av si en este descubrimiento no les sostuviera el ciosa que la propia y, para ser fieles a este estímulo,
amor! Porque hnv que decirlo, en el descubrimiento de podemos acercarnos —aunque todavía en un plano natu-

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ral— al grado de amor que practicará y nos indicará Jesús
en el Evangelio como "su mandamiento". godón azul, el color característico de los Tuareg, sus
amos. Estaban enteramente deshilacliados y no podían
Amaos los unos a los otros como yo os he amado, es darle calor, junto a ella, envuelto en una media manta
decir, hasta el sacrificio de uno mismo que es el grado de lana, había un niño.
más alto de amor. Y aquí tengo que hacer mi confesión, Aun ante la muerte, esta pobre mujer había preferido
la que me encontró sin preparación bajo la gran piedra, temblar ella de frío y calentar al niño. Esta mujer po-
cuando soñé que había muerto y que era juzgado por bre, no cristiana, obligada a la prostitución por sus amos,
Dios. Como dije allí, había abandonado el mundo y mis que no contaba con nada de nada, que se moría como
cosas para buscar sólo a Dios. Había ido al desierto para mueren los verdaderos pobres del tercer mundo, había
despojarme y aprender a amar a los más pobres que yo. practicado con su hijo el amor perfecto, le había amado
Y sin embargo, aquella tarde en que hacía frío negué hasta el sacrificio y así, con sencillez, como si no hiciera
una manía a un pobre anciano. Y esto lo hice por miedo nada, como si aquello fuera cosa de ninguna importancia.
a temblar de frío durante la noche. Ale sentí seco como la arena y humillado por la subli-
midad divina, vivida por aquella mujer en la simple
¿Lo creeríais? Para hacerme comprender toda mi pe-
naturaleza y que yo no había sabido vivir en la supe-
quenez y hacerme entrar en la verdad que es humildad,
rioridad de la gracia.
Dios me esperaba al paso.
Bajo aquella tienda, infinitamente pobre, Dios estaba
De hecho algún mes después del episodio de la manta presente y había logrado hacer aceptar a aquella criatura,
negada a Kadá —el pobre a quien hallé en el desiérta- a quien nadie apreciaba ni estimaba, un acto digno del
me encontré con un teniente médico de la Legión Ex- amor de Jesús sobre el calvario: el don de sí gratuita-
tranjera que me dijo: "Hermano Carlos, si va a Tazrouk mente, sencillamente.
va va a ver los campamentos de Uksem; verá pobres ver-
daderamente pobres". Sin pensar que era Dios que quería
enseñarme algo nuevo, en la primera ocasión busqué
las tiendas que me había indicado el médico.
Llegué una mañana al amanecer y hacía frío todavía.
Me llevaron cerca de una tienda aislada donde había
una mujer que se estaba muriendo.
Era una esclava negra sin marido pero con un hijo
muy pequeño.
Entré en la tienda: una miseria indescriptible.
La pobre estaba tendida sobre una estera de hierbas
secas, temblaba. Estaba cubierta con unos trapos de al-

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Sólo han pasado unos minutos, el tiempo necesario
¡Es debilidad, no amor! para recobrar las fuerzas y el educando llega de nuevo
a cuatro patas por la presa de aquella noche: el perió-
dico de su padre.
Otro tirón, otra mirada airada del padre, otro arre-
Es de noche, una noche de tantas, en una de tantas
bato. . . bestial.
casas de los hombres.
Se siente en el aire que la paz ha terminado y que
Ha vuelto el padre del trabajo, se ha cambiado y ahora,
se ha declarado la guerra sin cuartel. Pero de una parte
con una pierna sobre la otra, con el codo apoyado en
está un combatiente que quiere y sabe que puede vencer
la mesa, abandonado beatíficamente sobre la silla, Ice el
y de otra dos combatientes que sólo buscan el compromiso.
periódico. Su esposa está cocinando y de vez en cuando,
con prudencia, hace alguna pregunta al marido sobre Esta vez el ataque no espera ni siquiera el tiempo
cómo ha pasado la jornada y, en los momentos de pausa necesario para recobrar la respiración, y viendo que ti-
de la lectura, trata de comunicarle discretamente las noti- rando hacia abajo viene algo, el pequeño bandido ade-
cias y los chismes de la vecindad. más del periódico tira también abajo la toalla.
Se respira aire de paz y de distensión. Resultado de la acción: tres vasos rotos, una bronca
Pero.. . y, lo que es más grave, la paz que ha huido definitiva-
l i e aquí que entra en liza el tercer importuno. mente.
Cuatro palmos de alto y todavía en la época incierta ''¡No eres capaz de educar. . . llego a casa cansado
de si llegará a ser un bípedo o un cuadrúpedo, desde su y tú. . .!"
rincón donde se ha empeñado seriamente en romper el "Y yo tengo que soportarle todo el día y tú no me
último juguete que ha recibido de la generosidad de los ayudas v te vas cuando deberías interesarte por tu hijo!"
innumerables interesados en su educación, se acerca al "¡Yo me marcho!"
padre y de una fuerte manotada le arrebata el periódico.
De hecho se va y terminará por ir a comer al restaurant.
El aire se llena de agitación. La madre interrumpe su
trabajo, se acerca al pequeño déspota y le lleva lejos,
junto al juguete entregado al pasto de la fiera y destinado
al sacrificio por el bien de la paz. "Tunante", dice la Víctimas de una época como la nuestra en la que la
madre con tono indeterminado, "deja quieto el periódico institución de la autoridad ha sufrido la ruina total, en
de papá". la que por miedo a los complejos se deja crecer a los
El padre Tecoge pacientemente los trozos del periódico, hijos como salvajes y por u n concepto equivocado del
lanza una mirada amonestadora a su mujer, como para amor ya no se tiene valor para imponer u n castigo. Qui-
hacerle comprender que la culpa es suya y que es ella la siera que esos dos jóvenes leyeran con calma este pasaje
que no sabe educar al hijo y reanuda su lectura. de la Biblia:

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"El que ama a su hijo le menudeará los azotes, pasado que todavía no ha muerto del todo y un mañana
para que al fin pueda complacerse en él. todavía inmaduro, es francamente equivocada.. . mejor
El que educa bien a su hijo se gozará en él y a ú n . . . desequilibrada. Como la democracia ha sustituido
en medio de sus conocidos podrá gloriarse. a los gobiernos "desde arriba" y absolutos, así la educa-
El que instruye a su hijo será envidiado de sus ción . . . "amorosa", ha reemplazado el autoritarismo del
enemigos y se alegrará por ello ante sus amigos. pasado.
. . .Quien mima a su hijo tendrá después que Pero como los hombres por su naturaleza son desequi-
vendarle las heridas y a todo grito de él se estre- librados, han sustituido una exageración por otra: una
mecerán sus entrañas. excesiva intransigencia ha cedido el puesto a la licencia;
Un caballo no domado se torna indócil y un prefieren la invitación al mandato, el beso al castigo.
hijo abandonado se toma díscolo. Decía Focster que la democracia es u n don de los pue-
Mima a tu hijo y te aterrará, juega con él y te blos maduros como la libertad es patrimonio válido entre
hará llorar. gente "responsable".
No le des libertad en su juventud, y no cierres Pues bien, el error está aquí: N o puedo ofrecer la de-
los ojos a sus faltas. mocracia a los inmaduros, como no puedo ofrecer la
Doblega su cerviz en su juventud y túndele las libertad a niños irresponsables. La validez del deber de
espaldas cuando muchacho, no sea que se vuelva educar, de llevar de la mano, de guiar y de castigar se
díscolo y desobediente y de ello sufras la vena. basa precisamente en el hecho de que el niño todavía
Corrige a tu hijo y fórmale, no sea que su inso- no es capaz, no está maduro, no puede obrar por sí solo.
lencia llegue a ser tu ofensa" (Eclo. 30, 1-13). El padre y la madre son para él la fuerza que él no tiene,
el criterio que él no tiene, la luz que él no posee todavía.
Es la Eterna Sabiduría la que habla porque quien El niño tiene derecho a ser educado, sostenido, corre-
habla en la Biblia es Dios, y aunque somos nosotros los gido, castigado... de otro modo sobreviene el c a o s . . .
que debemos interpretar sus palabras y proporcionar su en el que no sólo son arrastrados los padres sino también,
alcance a nuestra altura, que es siempre pequeña v a y esto es lo peor, el hijo.
nuestra situación que es siempre inestable v cambiante: ¿Donde está la equivocación en el caso que he refe-
no podemos menos de encontrar en este pasaje una indi- rido? En mi opinión el error está en el miedo que tienen
cación clara y precisa sobre la relación educativa entre los padres a hacer sufrir al hijo, en su incapacidad para
quien debe educar y quien debe ser educado, entre los castigarle, en el terror a verle llorar. Porque no es que
padres y los hijos. los dos padres no señan qué hacer. La cosa es fácil, espe-
cialmente cuando el niño tiene tres o cuatro años. Estáte
La mentalidad que se ha formado en nuestra época, quieto en tu sitio —juega como debes—, no tienes que
que es claramente una época de transición entre un tocar esto ni aquello —tienes que levantarte de esta ma-

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Una cosa insulsa, sin pies ni cabeza, arbitraria, como
ñera, sentarte así, etc., etc.. —no hables cuando estén
dice la Sagrada Escritura.
hablando los demás, etc.
El mal está en que una vez que los padres han presen- "La necedad va unida al corazón del niño, más la
tado el programa al hijo no saben hacérselo cumplir, vara de la corrección la aleja de él" (Prov. 22,15).
ceden ante la desobediencia, se retiran ante los caprichos
y su modo de ver; en una palabra, terminan por aceptar ¡Cuánto sufro al ver a los padres reírse ante las insul-
el plan de sus hijos que es u n plan irracional y arbi- seces de los pequeños! ¡Ceder ante los programas vacíos
trario. de sentido! ¡Aceptar situaciones testarudas o caprichosas
de sus hijos! He visto veladas envenenadas por la pre-
Sobre todo no saben castigarle. Por una concepción
sencia de uno o dos "pequeños gamberros" que habiendo
equivocada del amor no sufren oírle llorar, temen que
comprendido la debilidad de sus padres se introdujeron,
el castigo le haga daño y creen que el niño tiene que
como anímales desencadenados, en la comunidad de los
sonreír y estar contento siempre.
presentes con el solo fin de afirmar su naciente v ya or-
Aquí la equivocación es enorme. El niño tiene nece-
gullosa y vacía personalidad.
sidad de llorar, tiene sed de ser castigado, doblegado,
H e visto familias sin paz precisamente y sólo por la
enderezado.
presencia de niños que no habían tenido la suerte de
El castigo es un pan sólido y nutritivo del que no puede haber encontrado en la madre o en el padre un puño de
prescindir por el sentido de la justicia que reside1 en el hierro o sea una voluntad resuelta que supiera llegar
profundo de su naturaleza. a donde se debe llegar a toda costa.
El castigo le libera, hace que salga el pus de sus partes Porque —y digámoslo claramente— no se trata de cas-
enfermas, le hará reír cuando todo haya terminado y la tigar, de jiinchar, como si la educación fuera un oficio de
operación se haya llevado a efecto. vaqueros o de domadores de mulos.
Se trata de conseguir lo que hay que conseguir, cueste
Escuchad lo que dice también la Biblia: lo que cueste.
Para algunos bastó un solo palo en toda la vida, para
"No ahorres a tu hijo la corrección, aunque le
otros fue suficiente una mirada dura.
castigues con la vara, no morirá. Golpéale con la
Lo que importa es que el niño tiene que saber que
vara y librarás su alma del Seol" (Prov. 23, 13-14).
es él quien debe ceder y no los padres, especialmente
en la infancia, que debería ser la época más propicia
Por amor los padres deben tener fuerza para doblegar
para poner los fundamentos de la educación: el tiempo
la voluntad enferma de su pequeño. Por amor deben del "dressage" (adiestramiento) como dicen los franceses.
vencerle, someterle. Más tarde, cuando crezca el niño, el "dressage" será
Por amor deben hacerle llorar. atemperado con el razonamiento de la progresiva cola-
Porque si aceptan la voluntad del niño, ¿qué aceptan?
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boración, especialmente durante la crisis de la adoles- El hombre y el trabajo
cencia, pero nunca podrá faltar el trabajo de quien ha
recibido de Dios y de la naturaleza la misión de llevarle
de la mano hasta el umbral de la mayoría de edad.

Como el pájaro está hecho para volar y el pez para


Y lo que hemos dicho vale no sólo para la educación nadar, así el hombre está para trabajar.
de los hijos, sino también para la unidad y el afecto de El trabajo es el elemento natural del hombre y sin él
los padres. su vida sobre la tierra sería inimaginable.
Con demasiada frecuencia el matrimonio empieza a El hombre en el trabajo se realiza, se completa, se ex-
tener sus primeras resquebrajaduras, con demasiada fre- presa y al mismo tiempo expresa, realiza, completa la
cuencia empiezan a saltar las palabras gruesas entre los creación.
esposos por razón de la incapacidad de ambos para edu- Podríamos decir que al crear al mundo Dios hizo una
car o por razón de la divergencia de pareceres sobre su cosa "incompleta". Más tarde asociará al hombre a su
relación con los hijos. obra para completar su creación: se servirá de él para
"¡Te toca a ti!" realizar su voluntad, para terminar su plan.
"¡Tú eres débil!" En realidad, con el trabajo el hombre termina la crea-
"¿Y qué haces tú mientras yo me desgañifo?" ción, la mejora, la embellece.
'T.s demasiado fácil mandarnos a las mujeres mientras Contemplemos una colina salvaje: zarzas, espinos, ár-
vosotros los hombres os marcháis sin ayudarnos". boles retorcidos. Acerquémonos a un olivo silvestre: las
Y como somos malos, terminamos siempre por echar huías son pequeñas, el fruto seco.
la culpa "al otro" o "a la otra". Llega el hombre.
Y echando la culpa "al otro", no advertimos que cmno- Parece que acaricia al árbol con su trabajo. Corta, lim-
zamos a cavar el abismo de ese mal que no tiene fondo: pia, injerta, abona. . . Volved a pasar después de algún
la falta de amor.
tiempo; las hojas del olivo se han agrandado, las aceitu-
nas se han vuelto jugosas, las ramas parecen extenderse
en paz, con ritmo más armonioso, más verdadero.
La colina salvaje se ha transformado en un olivar pro-
ductivo: el "después" es mejor que el "antes".
Podríamos decir que el hombre no está "sólo" en su
trabajo, es Dios mismo quien trabaja en él: y es cierto.
Dios inmanente en la creación, trabaja con la creación

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Tiene de la oración un concepto abstracto, angélico.
para realizar su designio y en esto se sirve de todo, in-
Los Benedictinos, que fueron grandes contemplativos, los
cluso del hombre.
Trapenses, que conocen la dura fatiga de la oración, tie-
¡Es tan misteriosa la obra de Dios en el mundo!
nen como regla base las 24 horas de la jornada subidivi-
Con demasiada frecuencia tenemos de Dios u n con-
didas de esta manera: 7 horas de trabajo— 7 horas de ora-
cepto "antropomórfico", es decir, lo pensamos a nuestra
ción— 7 horas de sueño.
imagen física. Lo consideramos separado de la creación.
El resto para la soldadura de estas tres grandes tareas.
No, la misma definición del catecismo "Dios es Inmenso'
El que dice "hemos sido hechos para la oración" no
debería volvernos a la realidad. Dios está aquí, está allí
sabe, tal vez porque nunca lo ha experimentado, que no
y está en todas partes; está en mí, está en el olivo, está
se puede resistir veinticuatro horas en la oración: es para
en todo. Es la raíz del Ser, es el Ser del cjue todo par-
volverse locos. Precisamente quien ora y quien ora mu-
ticipa.
cho necesita el trabajo para hacer equilibrada su jornada
¡ Misterio asombroso!
y el descanso para devolver energías a sus horas de ora-
De todos modos, volviendo a nuestro argumento, po-
ción.
demos decir que Dios pensó y quiso al hombre así y, al
N o se puede estar mañana y tarde en la iglesia a no
llamarlo a la vida, lo llamó al trabajo.
ser que queramos convertirnos en enfermos o desequili-
Contemplado a esta luz "teológica", el trabajo es indis-
brados.
pensable para el hombre, porque por él pasa el designio
ele Dios.
En la mano del artista está la mano de Dios que llama Dice el primer capítulo del Génesis: "Tomó, pues, el
a la belleza; en la mano del técnico está la mano de Dios Señor Dios al Hombre y lo puso en él jardín de Edén
que quiere la unidad de la familia humana; en la mano para que lo cultivase y guardase" ( G e n . 2,15).
del obrero está la mano de Dios que quiere el pan para Este breve texto bíblico está lleno de luz y debería
sus hijos. estar grabado en el alma de todo hombre.
Dios está en el trabajo de todos los hombres y bajo el Nos viene espontáneamente una pregunta: "¿Está obli-
velo de todas las buenas voluntades. N i n g ú n descubri- gado el hombre a trabajar?" La respuesta es clara v ta-
miento en el que interviene el hombre está ausente de jante. Salvo una razón de fuerza mayor, el hombre está
la mente de Dios, ninguna realización técnica ha sido obligado a trabajar. Dios dio el trabajo al hombre aún
conseguida sin su divina voluntad de bien. antes del pecado, cuando la tierra todavía era "lugar de
Sí, el trabajo es indispensable al hombre. delicias" y cuando Adán estaba en paz consigo mismo
Alguien puede objetar: "indispensable" es la oración y con Dios.
no el trabajo. Hemos sido hechos para orar, no para Ya había establecido el Señor que "el hombre traba-
trabajar. jara y guardara la tierra", ya había decretado en su sabi-
Quien habla así da la impresión que es u n hombre duría :
piadoso, pero en realidad no sabe lo que dice.

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"llagamos al hombre a nuestra imagen, según Naturalmente, ni siquiera dudaban de ello: "si no
nuestra propia semejanza. Domine sobre los peces tengo necesidad de dinero soy libre de trabajar o no;
del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, ¡vivo de rentas y no tengo obligaciones con nadie!
sobre las fieras campestres y sobre los reptiles de la ¡Tengo que decir que nunca he oído en la iglesia un
tierra (Gen. 1, 2 6 ) . sermón contra los que viven de rentas aun siendo jóve-
nes y gozando de buena salud!
La orden es precisa y no basta la ignorancia de los Pero decía que el mismo modo de vivir de los cristianos
textos de la Sagrada Escritura para borrarla de nuestra había sido atacado de la mentalidad pagana de las épo-
existencia. cas que nos han precedido.
Por tanto, el que dijera: "Mi padre me ha dejado una Y voy a poneros un ejemplo que me hizo sufrir no
buena herencia: tengo pan suficiente para toda la vida poco durante la crisis del experimento de los sacerdotes
y puedo vivir sin trabajar. . ., no trabajare, viviré en ocio obreros. Oí con mis oídos a cristianos calificadísimos fra
y banquetes", ¿está justificado? N o , no está justificado. ses como estas: "No está bien que el sacerdote trabaje.
Está en estado de pecado continuo. El trabajo no es sólo ¿Dónde irá a parar su dignidad?"
un "ganarse el pan de lo que me puedo eximir si tengo Frases como estas denuncian hasta qué punto ha en-
ese pan", es algo más: es un mandamiento de Dios, es trado la mentalidad del mundo pagano en las filas de los
un servicio a la humanidad, es una tarea del hombre cristianos y hasta qué punto nos hemos alejado del espí-
sobre la tierra y finalmente, y lo veremos más adelante, ritu evangélico.
es una redención del pecado. Pero, ¿es posible que quien tiene valor para pronunciar
Es extraña nuestra educación puritana y burguesa: frases semejantes no haya pensado nunca que Jesús Eter-
¡teme constantemente ver llegar a casa a su bija con un no Sacerdote, trabajó durante treinta años? ¿Faltó qui-
hijo en su seno! zás a su dignidad?
En cambio raramente se pregunta: ¿Trabajas? ¿EIov ¿De qué depende la dignidad? ¿De un vestido lujoso?
te has cansado para hacerte útil? ¿Eres u n parado que ¿De billetes de banco?
pasa sus horas en su habitación tendido sobre el lecho [csús mío, ¡cuánto se han alejado de tu ejemplo tus
para matar el aburrimiento? seguidores! ¡Ni siquiera se acuerdan ya de que T ú , Elijo
Sobre este punto debemos decir que somos herederos del Altísimo, Puente entre el Cielo y la Tierra, el Hom-
de una época en la que la misma cristiandad se vio ata- bre más extraordinario que ha vivido aquí abajo, Juez
cada de la civilización y mentalidad pagana. Eterno, Verbo Encarnado, trabajando con tus manos hi-
Los nobles, aunque fueran cristianos, consideraban el ciste cosas que ellos creen indignas de la dignidad raccr-
trabajo como indigno de su linaje y la burguesía rica dotal!
sólo lo consideró como instrumento de ganancia. ¡Es espantoso!

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sado, sucio, mal retribuido, brutal. ¡Hombres crucifica-
Trabajarás dos en los pozos de las minas con el polvo que roe los
pulmones o la humedad continua que hincha las articu-
con el sudor de tu frente laciones y hace envejecer a los cuarenta años! Hombres
encorvados bajo el sol de África y de Asia, sobre las pistas
o en las canteras, con la pala y el pico que hora tras hora
se convierten en instrumentos de tortura, desnutridos,
sucios, sin alegría, tirados por la noche en barracones
Una palabra sobre el trabajo: "redención''.
solitarios, lejos de sus mujeres y de sus hijos. ¡Cómo
Si es cierto que el trabajo es una participación del
redimís al mundo, trabajadores pobres de todos los con-
hombre en la obra creadora de Dios, instrumento de ar-
tinentes! ¡Cómo lleváis sobre vosotros el pesado privilegio
monía y de belleza, realización de planes admirables que
de la cruz!
concurren a la unidad y felicidad de la familia humana:
No, no os hablaré a vosotros; ¡quedo admirado y
es también, y seguirá siéndolo hasta el fin de los tiem-
caigo de rodillas ante tanto sufrimiento! En cambio ha-
pos, "redención".
blaré en vuestro nombre a los que no están obligados al
Por algo Dios, después del pecado dijo a Adán esta trabajo por razón del pan de cada día o porque sus cuen-
frase dura: "trabajarás con el sudor de tu frente" tas corrientes en los bancos son pingües o porque las
(Gen. 3, 19). limosnas son abundantes, y quisiera recordarles que el
El trabajo, que antes del desorden introducido por el mandamiento del Señor: "trabajarás con el sudor de tu
pecado era solamente actividad y alegría, con el pecado frente" también es verdadero y válido para ellos.
y la rebelión, introducirá entre sus mallas el cansancio, N o podéis dispensaros de él sólo porque no tenéis ne-
el sufrimiento, el sudor. En una palabra, se convertirá cesidad de pan. También por vuestras venas corre sangre
en trabajo redentor, ayudará al hombre a liberarse del corrompida y envenenada por el pecado y no existe cosa
mal, a pagar sus deudas con la justicia, a hacer cosas se- más deletérea para la virtud y para la ascesis cristiana
rias y útiles, a colaborar día tras día en su salvación. que la pereza y el bienestar: no existe cosa más contraría
Y aquí no pretendo hablar a los que están obligados al a la santidad que el "dulce no hacer nada". Si no os
trabajo por la dura ley del "pan de cada día", especial- cansáis, si no sudáis, no podéis vivir el Evangelio: ¡no
mente si es escaso e incierto. os engañéis! ¡No busquéis escapatoria para la cruz: no
Me siento indigno de ello, especialmente ahora cuan- existe!
do, viviendo como "pequeño hermano" entre los más po- Eloy en muchos ambientes católicos existe una especie
bres, veo su drama de cada día. H e visto a quienes no de pánico ante las dificultades que encuentran los jóvc
podían escoger —y aquí está quizás el aspecto más dolo- nes para mantener su vocación, para resistir a las ten-
roso— sino que, obligados por la pobreza, se veían obli- taciones o para vivir la caridad. ¡Se quería resolver los
gados a coger lo que quedaba en el mercado, trabajo pe- problemas de la vicia evangélica permaneciendo sentados

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Pero el cristiano que sabe que debe "sudar" busca en
lidias y horas ante la televisión, levantándose por la ma-
su vida caminos nuevos para atender a ia advertencia
ñana lo más tarde posible, llevando una vida a la que
del Señor.
no falta nada y de la que el sacrificio está excluido, ab-
solutamente excluido! ¿Es esto posible? ¿Acaso las pala- ¿Por qué en los colegios o en los seminarios o en las
bras de Jesús ya no tienen valor hoy? ¿Tal vez la expre- casas religiosas debe haber. . . hombres y mujeres de
sión "sin cruz no hay salvación" no es verdadera para servicio, ocupados en barrer, lavar, servir?
los cristianos de los países ricos, de los Continentes có- ¡Plasta en los noviciados y en las casas de formación
modos? N o dudo afirmar que para la cristiandad de nues- he visto la costumbre anticristiana de hacerse servir por
tro tiempo la civilización del bienestar es mucho más pe- gente pobre, frecuentemente mal pagada!
ligrosa que el mismo comunismo tan combatido. Quizás Ln cambio, ¿no sería mejor distribuir el trabajo entre
este último, imponiendo su dura cruz a los hombres, qui- los jóvenes mismos, acostumbrarles a arreglar su habi-
tándoles la libertad, terminará haciendo menos desastres tación, a blanquear las paredes, a construir mesas, a pe-
que una civilización, que basada sobre el hedonismo y lar patatas?
la opulencia, y quitando totalmente la cruz de sus casas
Ciertamente perdería la estética en este caso, pero se
v de sus plazas, amenaza con narcotizar la voluntad de
ganaría humildad y caridad.
los cristianos y reducirlos a paganos bautizados.
En una comunidad religiosa habría que inventar e!
Realmente hay que estar atentos y vigilar. ¡Lo que sig- trabajo para ejercitar el espíritu y la humildad de sus
nifica dar importancia a las palabras de Dios! componentes. Habría que volver a la regla de los pri-
¡Son las únicas que n o pasan! meros monjes que con el ora et labora Cora y trabaja)
dividían sus jornadas y presentaban al mundo sus manos
Y si El nos ha dicho que debemos "sudar", es así y te-
llenas de callos y manchadas de tierra y cal.
nemos que "sudar".
Realmente quisiera que al sentarse a la mesa el reli-
¿Puede un atleta llegar a la meta sin esfuerzo? ¿Puede
gioso se preguntara como cualquier otro hombre: "¿Me
un campeón vencer sin sentir las gotas de sudor sobre
he ganado este pan? ¿O vivo a costa de los demás —o
su rostro? ¿Tal vez es la virtud más fácil que una carrera?
peor aún— de la limosna de los pobres?" Entonces sí que
¿Y es la castidad más fácil que alcanzar una victoria
las cosas cambiarían fundamentalmente y los hombres
deportiva?
aprenderían de nosotros el valor del trabajo y de su im-
Puede ocurrir que la civilización contemporánea, dán- portancia en el plano de la redención.
donos los descubrimientos de la ciencia, nos quite el Y se puede "sudar" de otra manera. Cuando volví a
"sudar" de otros tiempos. Con el auto nos evita caminatas Europa desde el Sahara, encontré en París dos parejas de
trabajosas, con la lavadora nos quita el peso del lavado esposos jóvenes resueltos a ir a trabajar en África. De la
de ropa, con el avión nos libra de pesados viajes en tren primera pareja él era médico; ella auxiliar social; de la
o en vapor: ya no sudamos. segunda, él profesor, ella enfermera.

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En vez de trabajar en París, habían resuelto de común sentido nunca el deseo de pasar, por amor a Cristo, u n
acuerdo ir a trabajar en los países del tercer mundo. día con un campesino anciano para ayudarle —sólo u n
Ciertamente "sudarán" más que en Francia pero también día— para segar el trigo de la colina, con él y para él,
es cierto que su modo de vivir como cristianos será faci- que no puede pagarse la segadora mecánicar
litado y alegrado. ¿No habéis tenido nunca el deseo de pasar u n día en
Hoy nos preocupamos del tiempo, ya cercano, en que la casa más sucia de un villorrio para ayudar a esa pobre
nuestra civilización mecánica podrá ofrecer a todos no mujer a poner en orden sus cosas, para que pueda des-
un solo día de vacación, sino dos y quizás tres. ¿Qué cansar un poco?
haremos con tanto tiempo libre? ¿Qué es todo eso en comparación del océano de males
Se añaden congresos a congresos y se levantan voces que invade a la humanidad? ¡Nada, casi nada! Pero es
apocalípticas como si estuviéramos a las puertas del fin un acto de amor como la muerte de Jesús en el Calvario
del mundo, es decir, en el tiempo en que los hombres, y un acto de amor puede mucho. Ante todo puede darte
no sabiendo ya qué hacer, se verán arrastrados a la locura un poco de verdadera paz y al mundo la impresión de
o al menos al agotamiento nervioso. Espero que entre que todavía se puede esperar.
la muchedumbre de paganos, que al auto ya superado,
¿No es mucho?
añadirán el yacht personal o el avión, se encuentren
todavía algunos cristianos capaces de ocupar el tiempo Creo que sí.
libre trabajando por los demás. ¿Ya no hay nada que
hacer? Id a ver qué ocurre en la periferia de las grandes
ciudades.
Allí arriban los desechos del gran mar de la vida, aun-
que sea el mar de la civilización del bienestar. ¡No se
sabe por dónde empezar, tanto es el trabajo que hay
que hacer y las llagas que hay que curar!
¿A dónde van los que salen de la cárcel? ¿Cómo
viven las ex-prostitutas? ¿Dónde se esconden los ríos
de subnormales? ¿Habéis visitado alguna vez los mani-
comios o los asilos de ancianos?
¿No os habéis asomado nunca a los barrios de los
pobres? ¿O a los campos en las pequeñas aldeas abando-
nadas donde se han quedado los lugareños más misera-
bles", casi todos ancianos e incapaces de soportar el tra-
bajo de los campos? ¿Y no sabéis qué hacer? ¿No habéis

92 93
la hierba haces brotar para el ganado,
mar todas las cosas y las plantas para el uso del hombre,
para que el pan extraiga de la tierra,
y el vino que recrea el corazón del hombre;
para que de aceite brille el rostro
y el corazón del hombre el pan conforte
¡Bendice al Señor, alma mía! (Salmo 104)
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
Vestido estás de majestad y de esplendor, Este salmo es el poema de la creación y es uno de los
arroyado de luz como de un manto. más hermosos. Hay que cantarlo con frecuencia y hay
Tú despliegas los cielos lo mismo que una tienda, que añadir a él otras muchas estrofas; las que nuestros
alzas sobre las aguas tus moradas. ojos han descubierto y nuestro amor ha fijado.
Haces tu carro de las nubes, El poema no debería terminar nunca.
sobre las alas del viento te deslizas. ¡Si nuestro corazón fuera siempre tierno y nuestra
Tomas por mensajeros a los vientos, memoria fresca ante la creación! ¡Qué fuente de alegría
a Jas llamas del fuego por ministros. seria para nuestra peregrinación!
Sobre sus bases afincas la tierra, Porque se puede pasar y ver y se puede pasar y no
inconmovible por los siglos de los siglos. ver. Esto depende de nosotros.
Del océano la cubres cual vestido, La creación es como un mensaje escrito sobre las co-
sobre los montes continuaban las aguas. sas, un relato hecho de símbolos, una fuente de diálogo
Al increparlas Tú, emprenden la buida, rara nuestra alma.
a la voz de tu trueno retroceden. Pero hay que saber leer, escuchar, dialogar.
Saltan de las montañas, descienden por los valles, El peligro continuo es que nuestro corazón se endu-
hasta el lugar que Tú les asignaste; rezca bajo la acción de la vejez o bajo el anquilosamiento
un término les pones que no crucen, del pecado: entonces, ¡adiós canto, adiós diálogo!
porque no vuelvan a cubrir la tierra. Nos convertimos en los sordomudos del Evangelio y
Haces manar las fuentes a torrentes, en ese caso solo Jesús podrá curarnos.
entre las montañas se deslizan. Amar la naturaleza, dialogar con ella no es cosa ex-
Abrevan a todas las bestias de los campos, traña a nuestro amor a Dios, forma parte de él, es un
su sed apagan los onagros. 'capítulo de él.
Junto a ellas habitan las aves de los cielos, El Eterno nos habla, nos educa, nos da la primera
y lanzan su trino entre la fronda. revelación a través de los símbolos de las cosas. Más
De tus mansiones abrevas las montañas, tarde vendrá la revelación a través ele la palabra y más
se haría la tierra del fruto de tus obras; tarde aún vendrá la revelación directa, personal, de

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realidades naturales. N o ve ninguna unión entre Dios
Dios a nosotros; pero sigue siendo cierto que la función
y las plantas, entre Dios y los animales que están a mi
de las cosas fue establecida por Dios mismo y no pode-
alrededor.
mos olvidarlo.
N u n c a me olvidaré de u n grupo de jóvenes de un
N o mirar a la naturaleza, no amar la naturaleza, en
colegio, de jira a lo largo de la vía férrea bajo el sol de
el fondo significa no querer leer u n escrito que Dios
nos envió por amor a nosotros. mayo, que se divertía tirando piedras a los lagartos y
arrojándolos al fuego riéndose. Estas cosas pertenecen
San Francisco comprendió a fondo esta verdad y la
a una época en la que u n presunto amor a Dios no intuía
hizo suya, profundamente suya. Y logró componer esa
ninguna unión con el amor a la naturaleza y creaba
obra maestra de amor que es el Cántico de las Cria-
hombres que no veían ninguna dificultad, aunque fueran
turas: "Alabado seas, Señor mío, por todas tus criaturas".
religiosos, en dedicarse al placer de la caza, no digo para
Pero hay más, mucho más, y es quizás nuestro tiempo
proveer de una liebre o de un faisán la mesa familiar,
quien lo está descubriendo. El cosmos no es sólo u n
sino únicamente por la sensación bestial de ver al
modo con que el Creador explica al hombre las cosas.
animal estremecerse bajo el plomo del disparo.
Es además una realidad que lo contiene. N o temo decir
que es una especie de Hostia que oculta bajo su velo Época ya sepultada aunque cercana a nosotros, muy
de misterio a Dios mismo. cercana. Y aquí, permitídmelo, quiero decir una palabra
Dios es Inmanente, en su criatura, Dios es el Inmen- sobre un gran profeta de nuestro tiempo o de su men-
so, Dios está en todas partes —me había acostumbrado saje contemporáneo: Teilhard de Chardin. Este sacer-
a pensar todo esto sólo en el catecismo. dote, este jesuíta, este investigador fue u n gigante en
Pero ahora lo siento de una manera mucho más pro- anticipar los tiempos y en obligarnos a los cristianos a
funda, mucho más radical. reanudar el diálogo con el cosmos de su realidad física
Dios está en la naturaleza. Dios está en la materia: y metafísica.
la materia con la presencia de Dios es divinizada, es N o podemos fácilmente dejar de hablar de él, tan
viva. Ahora que conozco estas cosas ya no doy puntapiés poliédrico e impresionante en su pensamiento. Tiene
a las piedras, como hacía cuando era niño; ahora que razón la Iglesia al decir que hay que leerle con cautela
conozco estas cosas comprendo además a los orientales y prudencia y algunos puntos de visión grandiosa y
que no quieren hacer violencia nunca a la naturaleza y unitaria de las cosas parecen imprecisos y vagos.
le tienen tanto respeto que la sienten divinizada. Ciertamente no le escogería como profesor mío de teo-
Tal vez el desarrollo, el amor y el apego medieval a logía, pero siento que su función —por lo demás tran-
la trascendencia divina hizo olvidar que Dios es tam- seúnte, habiendo trabajado solo en un campo tan abis-
bién Inmanente y que Dios está en todas partes. Esto mal que será superado y precisado por las generaciones
creó en el pasado un pensamiento religioso occidental futuras— es preciso para nosotros, en este paso de la
que no tiene en cuenta, o casi no tiene en cuenta las visión a la que estábamos acostumbrados de un Dios. . .

96 97
casi "mediterráneo", al Dios creador, rector y alma del por él deseo de perforar el velo sin costuras de
Cosmos. los fenómenos.
Teilhard nos ha hecho descubrir de nuevo, casi física Bendita seas tú, Materia inmortal, que disolvién-
mente, a un Dios presente en la materia y en la evolu- dote un día en nosotros, nos introducirás forzosa-
ción de ella. Y no me digáis que es un panteísta porque mente en el corazón mismo de lo que Es. Sin ti,
ve a Dios en las rocas y en el átomo. Toda su vida de sin tus junturas, sin tus desgarrones viviríamos iner-
sacerdote y de cristiano está ahí para decirnos, con obe- tes, pueriles, ignorantes de nosotros mismos y de
diencia a su vocación y a la Iglesia, cómo creyó hasta Dios.
el fondo en la Trascendencia de Dios, en la Encarna-
ción del Verbo, en la tragedia del pecado y de la Tú que hieres y curas, tú que confortas y do-
blegas, tú que arruinas y construyes, tú que enca-
muerte.
denas y liberas, linfa de nuestra alma, Manos de
No, Teilhard, como Francisco, es u n cantor del Cos-
Dios, Carne de Cristo, Materia yo te bendigo.
mos en sus nuevas dimensiones modernas. N o temo exa-
gerar si afirmo que su H i m n o al Universo está a la T e bendigo, Materia, y te saludo no como te des-
altura y a la profundidad del Cantar a las Criaturas y criben o te desfiguran los pontífices de la ciencia
tiene la misma fuerza mística. Es de otra época, de la o los predicadores de la virtud, como un conjunto
nuestra. Y tal vez u n estudiante de ingeniería o de de fuerzas brutales o de bajos apetitos, sino tal
química lo hará suyo con más alegría y no lo olvidará como me apareces hoy en tu verdad total.
fácilmente. Escuchad: Te saludo, capacidad inexhausta de ser y de
transformación.
Te saludo, poder universal de acoplamiento y de
"Bendita tú, materia desnuda, tierra árida, dura
unión a través de la cual pasa la multitud de las
roca; tú que no cedes sino a la violencia y nos fuer-
nómadas convergiendo sobre el camino del Es-
zas a trabajar si queremos procurarnos el pan.
píritu.
Bendita tú, materia peligrosa, madre terrihle;
que nos devoras si no te encadenamos. Te saludo, fuente armoniosa de las almas, cristal
Bendita tú, materia universal, duración sin lími- límpido del que se sacará la Nueva Jerusalén.
tes, río sin orillas, triple abismo de estrellas, de Te saludo, "medio divino", cargado de poder
átomos y de generaciones, tú que deshaciendo nues- creador, océano agitado por el Espíritu, arcilla ama-
tras estrechas medidas nos revelas las dimensiones sada y animada por él Verbo Encarnado.
mismas de Dios. Creyendo obedecer a tu llamada irresistible los
Bendita seas tú, Materia impenetrable, que ex- hombres se precipitan frecuentemente por tu amor
tendida por todas partes entre nuestras almas y al abismo exterior del placer egoísta: les engaña un
el mundo de las ausencias, nos haces languidecer espejismo. Ahora lo veo.

98 99
Para cogerte, Materia, es preciso que, partiendo No te harás ídolos esculpidos
de un contacto universal con todo lo que se mueve
aquí abajo, sintamos poco a poco desvanecerse en
nuestras manos las diversas formas particulares de
lo que tenemos hasta que nos mantengamos firme-
mente agarrados a todo lo que es consistente y está No hay duda: al leer la Biblia queda uno impresio-
unido. nado de la insistencia con que se habla del peligro de
Si queremos poseerte es preciso que te sublime- la idolatría, de la violencia con que se combate este
mos en el dolor después de haberte estrechado go- pecado.
zosamente entre nuestros brazos. Todo el pensamiento que va madurando el Pueblo
Tú, Materia, reinas en las alturas serenas donde de Dios en marcha por el desierto es como un desarrollo
se imaginan evitarte los santos, carne tan transpa- armónico sobre la espiritualidad y trascendencia de
rente y tan móvil que ya no te distinguimos del Yavé. Dirá Moisés a su pueblo:
Espíritu. "Entonces Yavé os habló de en medio del fuego.
Llévame allá arriba, Materia, por el esfuerzo, la Vosotros oíais el rumor de las palabras, pero no
separación y la muerte, llévame allá donde al fin veíais figura alguna" (Dt. 4, 12).
será posible abrazar constantemente al Universo". "¡Atención con vosotros mismos! Puesto que el
día en que os habló Yavé de en medio del fuego
en el Horeb no visteis figura alguna, no vayáis a
prevaricar haciéndoos imágenes talladas de cual-
quier forma que sean: de hombre o de mujer, de
animal que vive sobre la tierra o de ave que vuela
en el cielo, de reptil que repta sobre el suelo o de
pez que vive en las aguas subterráneas. Ni suceda
tampoco que, alzando los ojos al cielo y viendo el
sol, la luna y las estrellas y todos los astros del fir-
mamento, te dejes seducir hasta postrarte ante ellos
para rendirles adoración.. . Guardaos, pues, de ol-
vidar la Alianza que Yavé vuestro Dios ha con-
cluido con vosotros y no os hagáis esculturas o
imágenes talladas de todo cuanto Yavé, tu Dios,
te ha prohibido, porque Yavé, tu Dios, es fuego
abrasador, Dios celoso" (Dt. 4, 15-24).

101
barato, que sustituya su intocabilidad, por algo que se
Sí, el concepto, la fe en la Transcendencia de Dios
pueda tocar y que esté cerca y que sobre todo tenga mu-
es la base de todo el pensamiento bíblico y se comprende
chos poderes taumatúrgicos para que nos cure cuando
cómo ante el peligro de materializar la figura de Dios,
estemos enfermos, que nos enriquezca cuando seamos
el legislador toma sus precauciones.
pobres.
"Yo soy el Señor, tu Dios, el que te sacó fuera
Aquí —nótese bien— no estoy hablando mal del culto
de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.
a los santos. Este culto es una cosa seria cuando forma
No tendrás otro Dios frente a Mí.
parte y es una misma cosa con el otro culto que es su
"No harás escultura, ni imagen alguna de lo
centro: el culto y la adoración de Dios.
que hay arriba en el cielo o aquí abajo en la tierra
o en el agua bajo tierra. N o te postrarás ante ella No, cstov hablando de la fe que se puede tener no
ni la servirás, porque yo, el Señor, tu Dios, soy en un testigo de la Iglesia triunfante, en quien ya no se
un Dios celoso, que castigo la iniquidad del padre cree, sino en un trozo de madera al que se atribuyen po-
en los hijos hasta la tercera y cuarta generación deres mágicos, que constituyen el fondo de una religio-
de los que me aborrecen. Y hago misericordia sidad post-cristiana.
hasta la milésima generación a aquellos que me En su origen eran objetos cristianos dignos de culto,
aman y observan mis mandamientos" (Ex. 20, 2-6}. ahora en mano de idólatras se han convertido en ídolos.
¿Me he preguntado con frecuencia dónde reside el ¡Cuántos ídolos hechos de medallas, de imágenes, de
peligro de la idolatría'? crucccitas! N o temo decir que cuanto más decae en un
Si está en nosotros o fuera de nosotros, si es de los pueblo de fe, la fe auténtica, fuerte, iluminada, viril,
antiguos hebreos o nos toca también a nosotros que ya más aumentan las tiendas donde se venden santitos;
no queremos ser antiguos sino modernos. Pienso que el cuanto la religiosidad es más superficial y se reduce más
peligro está en nosotros y que el pecado de la idolatría al miedo de ponerse enfermo o a la esperanza de que
es un pecado de todos los tiempos. El hombre del Anti- roeme la lotería, tanto más siente el hombre la necesi-
guo Testamento tenía la tentación de hacerse un idolito dad de construir altares a sus propios ídolos.
de madera, de marfil o de plata para colgarle de la silla He encontrado estos altares de la idolatría moderna
de su camello y al hombre del Nuevo le gusta llevar por todas partes: hasta en la iglesia. ¡Imaginémonos
una estampita en el bolsillo, y ponerla en el lugar, en fuera!
el verdadero lugar de Dios.
Me acuerdo de un hombre que decía que era ateo y
Poco más o menos es lo mismo. El hombre quiere evi-
no era capaz de terminar la jornada sin hacer la señal
tar el esfuerzo de pensar a Dios más allá del tiempo y
de ía cruz.
del espacio, en su pura Transcendencia, en su Misterio
¡Cuántos camioneros he encontrado en el Sahara que
—digno velo bajo el que se oculta su Incognoscibilidad
vivían como si Dios no los viera y que tenían sobre su
adorable— y encuentra más cómodo prestarle u n rostro

102 103
parabrisas, como amuleto, la imagen de santa Rita o de diestra, pero no se libra de la guerra ni de los la-
San Antonio! drones. Por esto es evidente que no son dioses: por
Es la idolatría. tanto no los temáis.. .
¡No es que el asunto sea muy claro! Por lo demás, Fueron comprados a cualquier precio estos ído-
¿qué es claro en este misterio del corazón humano? ¿Qué los en los cuales no hay espíritu, sin pies son lleva-
poder habrá que atribuir a esa crucecita que pende del dos a hombros; aun sus adoradores se avergüenzan
cuello como un adorno? de ellos, pues si cayeran en tierra ellos solos no
¿Es un recuerdo de la fe de sus padres o una especie podrían levantarse. Sus sacerdotes venden sus víc-
de "tótem" que es bueno llevar? ¡Nunca se sabe! ¡Tal timas y sacan provecho de ellas. Sus mujeres las
vez tenga un poder defensivo misterioso y oculto! ¡Es ponen en sal para no dárselas a los pobres ni a
cierto que la idolatría y la superstición son todavía for- los necesitados.
mas religiosas —no podemos negarlo—, aunque con fre- Conociendo, pues, que no son dioses, no los
cuencia acompañan al hombre que ya no está iluminado temáis" (Bar. 6,7-14,24-28).
por la fe. Últimos vestigios y residuos de u n patrimonio
consumido.
Esta necesidad de atribuir poder mágico a cosas y a
lugares ha sido como una tentación del hombre siem-
Pero donde la Biblia resulta sarcástica es en el es- pre, jesús, ante la mujer samaritana que encontró junto
fuerzo de hacer comprender al hombre que el ídolo es al pozo y que trató de defenderse arrastrándole a una
un ídolo, por lo mismo una nada, un impotente, un diatriba religiosa, dice esta frase: "Llega la hora y ésta
Dios que no ve, ni oye, ni anda, ni puede ayudar. es en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre
"Ellos (los ídolos) tienen una lengua pulida por en espíritu y en verdad" (Jo. 4,23).
un artífice, han sido dorados y plateados pero son
simulacros falsos y no pueden hablar. Y como se
hace con una mujer vanidosa, cogen oro y aderezan "Adorarás a Dios en espíritu y en verdad": este es el
coronas sobre la cabeza de sus dioses. Adornan con modo de purificar el alma de la tentación idolátrica, del
vestidos, como se hace con los hombres, estos ído- peligro continuo de adorar valores humanos, de creer en
los de plata y de oro y de madera. Vero no pueden lo que es caduco, y de dar importancia excesiva al poder
salvarse de la errumbre y de los gusanos. Son en- y a la riqueza. "Adorarás a Dios en espíritu y verdad". H e
vueltos en un vestido de púrpura, pero hay que aquí la manera de escapar de ese bosque intrincado de la
limpiar sus ojos del polvo que se posa abundante- magia del espiritismo y salir de esa niebla indefinible de
mente sobre ellos. Como el gobernador de una re- creencias misteriosas, de confianza en los amuletos, de
gión, el ídolo tiene cetro, pero no extermina al que poderes atribuidos a trozos de madera o a ú n . . . al agua
le ha ofendido. Tiene un puñal o la segur en su bendita.

104 105
Sí, no os escandalicéis, pero he visto en algunas re- ¡Pobres de nosotros! Es la idolatría que empieza de
giones donde la fe en Cristo no es más que u n recuerdo nuevo en otros planos, con otros discos, porque el alma,
v la vida sacramental ha desaparecido, pretender toda- esta pobre alma que ha sido privada de su Dios, no pu-
vía del sacerdote que bendiga las casas con agua. . . diendo estar sin El, se busca substitutivos aunque sean
¡mucha agua!, como si en ese rito hubiera algo mágico, de cuarta categoría. Pero, ¡al menos éstos no hacen mi-
un preservativo para no caer enfermos, un medio para lagros y es un hermoso testimonio de seriedad para el
ahuyentar los espíritus o las fuerzas adversas. Es cierto comercio que los ha producido!
que los jóvenes se libran cada vez más de estas formas y En cuanto a los hombres maduros que ya no pueden
prefieren —según dicen ellos— el ateísmo. N o creo que jugar al balón ni bailar el twist y que, escandalizados,
vean claro en el problema. echan en cara a los jóvenes la poca seriedad de sus ído-
Tal vez un elevado porcentaje de lo que los jóvenes los, ¿qué hacen?
llaman ateísmo no es más que la necesidad de liberarse ¿Qué ponen en el lugar de san José expulsado de sus
ele estas nieblas de la superstición y de liquidar una reli- habitaciones?
giosidad de sus padres no demasiado convincente. La fotografía con dedicatoria de alguna persona ilus-
En el fondo, muchos están arrojando lejos sus ídolos tre, influyente; los magnates de las recomendaciones,
del pasado o un modo de pensar a Dios en oposición con los que tienen el poder de patrocinar las promociones,
su evolución cultural. los ascensos, los traslados soñados.
Los modernos pueden tener muchos defectos y mise- Y ante ellos, como ante los ídolos, se encienden las
rias, pero al menos tienen el mérito de querer ver claro velas de la adulación y se quema el incienso de la ala-
y, en este problema, dado que la casa heredada de la banza.
abuela está repleta de una religiosidad basada en N o hablamos de los rodeos para llegar hasta ellos ni
oleografías del mal gusto, prefieren amontonarlo todo de los actos de prostitución para ganarse su benevolen-
en la bodega y dejar las paredes de su alma desnudas y cia: ¡son dignos del más hábil arlequín!
limpias.
¿Paredes desnudas?
¡Dios lo quisiera! Sería la preparación más hermosa
liara la futura edificación religiosa de su alma.
Pero. . ., quitando el cuadro de san Antonio o la oleo-
grafía de la Sagrada Familia, después de un poco de
tiempo veréis aparecer la foto en primer plano de los
jugadores de su equipo idolatrado y más tarde una larga
serie de ídolos modernos: estrellas del cine, bailarinas,
cantantes, guitarristas.

106 107
TERCERA PARTE

Además de la familia y el trabajo, como


palestras creadas por Dios con miras a nues-
tro adiestramiento progresivo para su amor
eterno, existe una actividad humano-divina in-
sustituible y continua como la respiración y
los latidos del corazón: la oración.
Con sus etapas progresivas que van desde
la invocación infantil hasta la contemplación
infusa, acompaña la maduración del alma y
la guían hacia la cima de la unión con Dios.
En las siete meditaciones que siguen ha-
blamos de este tema.
La alabanza de Dios

Cuando el alma se abre al amor de Dios, la primera


palabra que sale de su boca es una palabra de alabanza,
un grito de exultación.
"Te amo, Dios mío,
mi fortaleza, mi libertador,
mi roca en la que me refugio" (Sal. 18, 2-3).
Es como una necesidad reprimida en lo profundo que
ha encontrado su desahogo, su liberación:
"Alerta está mi corazón, oh Dios, mi corazón alerta,
voy a cantar, voy a tocar,
¡gloria mía, despierta!
¡Despertad, arpa, cítara,
despertaré a la aurora!" (Sal. 108, 1-3).
U n venero de agua que ha recorrido los abismos de
la tierra y que sale a la luz como manantial:
"Oh Dios, Tú eres mi Dios,
te husco ansioso,
tiene mi alma sed de Ti,
en pos de Ti mi carne desfallece
cual tierra seca, sedienta, sin agua" (Sal. 63, 2 ) .
La oración es ante todo una respuesta. Más tarde será
también pregunta, muchas preguntas, pero en la raíz de
todo hay una respuesta.
Y esto porque es Dios quien hace la primera pregunta.
Si no fuera El el primero en hablar, nuestro hablar sería
inútil.

111
Y en otro lugar:
Si no saliera El de su aislamiento, nadie soñaría en
responder. Sí, para amar se necesitan dos y el hombre "¡Venid, cantemos gozosos al Señor,
es el elemento pasivo del amor. aclamemos a la roca de nuestra salvación;
Dios es el elemento activo, el primero. con la alabanza vayamos ante El,
De hecho Jesús dirá: "Si el Padre no os trae, no po- aclamémosle con cánticos.
dréis venir a Mí". Porque es el Señor un Dios grande,
El Padre es el que empieza. Desde el silencio de su un rey grande sobre todos los dioses;
Trascendencia avanza El hacia nosotros y nos llama por en sus manos están las honduras de la tierra,
nuestro nombre. y suyas son las cimas de los montes;
El hombre responde. suyo es el mar, pues El mismo lo hizo,
y la tierra que formaron sus manos" (Sal. 95, 1-5).
Así empieza el coloquio de la oración.
Tomar conciencia de esta llamada suya, oír el eco Y la respuesta a la pregunta.
profundo de la demanda puesta en nosotros por El, en Ante un bien, sea grande o pequeño, la criatura que
el vacío de nuestra pobreza, significa disponerse a la abre los ojos y el corazón a la vida, responde con ala-
oración, entrar en la posibilidad de orar. banzas.
Y como decía, la primera respuesta es u n "gracias". Es inexorable e irreversible.
Decir ¡ah! ante una hermosa puesta de sol y mostrar
N o puede ser de otTa manera. Forma parte constitutiva
nuestra alegría a la vista de un niño que nace, es orar
de nuestro ser de criaturas, mientras que El es el Crea-
y la oración es un ¡ah! de admiración.
dor. El que no entra en esta relación no está en la verdad
y no puede "hacer" oración. Descubriendo que es cria- "Señor, Dios nuestro,
tura el hombre dice a su Creador: ¡qué admirable es tu nombre por toda la tierral
Tu esplendor se extiende sobre los cielos.
De la boca de los niños y de los lactantes
"Señor, Tú fuiste nuestro refugio sacaste tu alabanza".
de generación en generación.
Sí, quizás sin comprenderlo, has dicho la verdad, oh
Antes que nacieran los montes
hombre: "De la boca de los niños y de los lactantes sa-
y se fabricara la tierra,
caste tu alabanza".
por los siglos de los siglos, Tú eres Dios.
Porque mil años a tus ojos son como el día de Hay que ser precisamente niños y lactantes para saber
ayer que pasó orar o al menos hay que llegar a serlo. Los grandes son
y una vigilia nocturna. demasiado escépticos, demasiado "prácticos", demasiado
"astutos" y permanecen en su silencio y cerrados a la ora-
Reduces al hombre a su polvo
ción de alabanza.
y dices, volved hijos del hombre" (Sal. 20, 1-3).

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Pero quien es pequeño por naturaleza, o quien ha lle- Y estar en la humildad, que es la verdad, pata poder
gado a serlo por gracia, sabe alabar y cantar extasiado: repetir:

"Bendito sea el Señor, la Rosa mía,


"Cuando veo tus cielos,
que mis manos adiestra para la batalla,
hechura de tus manos,
mis dedos para el combate,
la Luna y las estrellas que pusiste,
mi gracia y mi fortín,
¿qué es el hor/ibre para que te acuerdes de él
mi ciudadela y mi libertador,
el mortal para que te preocupes?
mi escudo y mi cobijo", Sal. 144, 1-2).
Apenas inferior a un dios le hiciste,
Sí, la humildad es la verdad y la verdad es humildad.
lo adornaste de gloria y de esplendor;
le diste el señorío de la obra de tus manos,
Porque es cierto que el hombre es grande, "casi un
hajo sus pies, todo lo pusiste:
Dios", pero hay que ser pequeño para comprenderlo.
Ovejas y hueyes todos juntos,
Porque es cierto que Dios es nuestro Dios y que lo que
y hasta las bestias de la selva, tenemos viene de El, pero es muy difícil creerlo para
y las aves del cielo y los peces del mar, quien está lejos de la infancia espiritual. Lo había com-
cuanto surca las sendas de las aguas (Sal. 8, 4-9). prendido muy bien Nuestra Señora y lo cantó precio-
samente en su oración, que es y será para siempre, el
¡No es poco! Pero es la pequenez del hombre la que modelo de toda oración de alabanza, la respuesta más
ha descubierto que es grande, que es el rey de la crea- exacta a todas las preguntas de Dios.
ción, que es "casi un dios". Los "grandes", los "viejos",
los "poderosos" no logran ver, comprender, cantar. De
"Mi alma glorifica al Señor
hecho no oran y ésta es la condena más dura que pueden
y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador,
tener. Es el estado más lamentable a que pueden verse
porque ha mirado la humilde condición de su sierva.
reducidos.
Porque desde ahora
¡Qué necesario es "hacerse pequeño" para aprender a me llamarán bienaventurada todas las generaciones.
orar! Porque me ha hecho cosas grandes el Omnipotente.
Qué necesario es sentirse débil para decir: Es Santo su nombre.
Su misericordia va de generación en generación
"Hasta el gorrión halló una casa, para los que lo temen.
y para sí la golondrina un nido Ha empleado la fuerza de su brazo;
donde poner sus polluelos: ha confundido a los engreídos
Tus altares, Señor de los ejércitos, en el pensamiento de sus corazones.
¡oh mi rey y mi Dios! (Sal. 84,4). Ha derribado a los poderosos de sus tronos

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y ha levantado a los humildes. La invocación
Ha colmado de bienes a los hambrientos
y ha enviado a los ricos con las manos vacías.
Ha recibido a su siervo Israel",
acordándose de su misericordia,
como había dicho a nuestros padres,
en favor de Abraham y su descendencia
La oración no es sólo una respuesta sino que, además,
para siempre" (Le. 1, 46-54).
frecuentemente, muy frecuentemente, es una demanda.
Era la respuesta a la pregunta eterna de la Encarna
"Tenme piedad, oh Dios, tenme piedad,
ción de Dios en el hombre.
mi alma a Ti se acoge;
a la sombra de tus alas me cobijo" (Sal. 57,2).

No hay que andar mucho en la vida para aprender


a llamar, a gritar y pedir. ¡Es tan delicado, tan pequeño
y tan débil el hombre sobre la Tierra! ¡Es tan frágil su
estabilidad que basta una monada para destruirla!

"¡Sálvame, oh Dios,
porque las aguas me suben hasta el cuello!
Me hundo en el fangal sin fondo,
sin que nada me tenga;
he llegado hasta el fondo de las aguas
y me cubren las olas (SaZ. 69, 2-4).

Así nace la gran oración, la oración de impetración


tan grande y tan constante que para muchos es sinó-
nima de oración. Para muchos, orar, significa pedir,
hasta el punto de no saber ya si existe otra forma de
hablar con Dios.

"Estoy extenuado de gritar, arde mi garganta,


mis ojos se han sumido de esperar a mi Dios.

116 117
Oh Dios, Tú sabes mi locura, Para quien ama, el pecado es una traición al Amigo,
un adulterio contra el Esposo, u n abandono del Padre,
no se te ocultan mis delitos" (Sal. 69, 4-6). y Dios es este Amigo, este Esposo, este Padre.
Cuando el alma toma conciencia de la cosa horrible
Y en otro lugar: que ha hecho no puede menos de gritar y llorar.

"Porque mi alma está saturada de males, "Tenme piedad, oh Dios, por tu clemencia,
y mi vida está al borde del infierno" (Sal. 88,4). por tu inmensa ternura borra mi iniquidad.
"Desde lo más profundo clamo hacia Ti, Señor: ¡Oh, lávame más y más de mi pecado
¡Oh Señor, escucha mi clamor! y de mi falta purifícame!. . .
¡Estén atentos tus oídos Mira que en culpa yo nací,
al grito de mi súplica! en pecado me concibió mi madre...
Si guardas memoria de las culpas, Señor, Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
¿Quién podrá persistir?" (Sal. 130, 1-3). un espíritu firme en mi pecho renueva;
Cuando la angustia es grande se tiene la impresión no me rechaces lejos de tu rostro,
de que Dios mismo se ha puesto en contra para abatir no retires de mí tu santo espíritu" (Sal. 51, 1-13).
el alma.
Pienso que podemos prorrumpir en este grito del
"Señor, no me castigues en tu cólera, "Miserere" todos 'os días de nuestra vida y aún no bas-
en tu furor no me corrijas. tará. Sí, aún no bastará y muchos de nosotros, que no
Ten piedad, Señor, que desfallezco, hayamos sabido madurar el amor perfecto en esta vida,
sáname que mis huesos se dislocan" (Síal. 6, 2 ) . tendremos que continuar madurándolo durante mucho
tiempo aún en el purgatorio.
Y en Job: N o imagino un purgatorio de llamas; me basta pensar
un lugar como mi celda cuando estoy solo, o una landa
"Me han plasmado tus manos, me han formado
árida del desierto donde me encontré pensando solo, solo
¡y ahora, en un arrebato,
con Dios.
me quieres destruir" (Job. 10,8).
'Tesa sobre mí tu indignación, La caridad se convierte en la llama que abrasa las
con todas tus olas me aplastas (Sal. 88,8). fibras del alma; el recuerdo de lo que fue nuestra pobre
vida frente a lo que habría podido ser basta para infun-
En el alma se ha abierto camino la conciencia del dir en nuestro espíritu el deseo de penitencia; la visión
pecado y se ha turbado en sus raíces más profundas la de este amor a Dios traicionado, mofado, despreciado,
relación con Dios. vendido, pospuesto, bastará para hundir la punta de la

118 119
espada del dolor en el centro de nuestro ser y hacerlo ¿Se habla en la tumba de tu misericordia,
desfallecer. de tu fidelidad en el infierno?
¿Sóbense en las tinieblas tus portentos,
Estoy aprendiendo de memoria el salmo 88, que me tu gracia en la tierra del olvido?
parece que es la oración del purgatorio, entre otras cosas, Mas yo grito hacia Ti,
también porque tiene alguna expresión que, para ser de mañana llega a Ti mi oración;
verdadera y auténtica en mi alma, tiene necesidad del ¿por qué mi alma rechazas,
paso a la noche del espíritu. lejos de mí tu rostro ocultas?
Desdichado y moribundo estoy desde mi infancia
"Señor, Dios mío, a Ti clamo de día, he soportado tus terrores y ya no puedo más.
de noche -me lamento ante Ti; Han pasado tus iras sobre mí,
llegue ante Ti mi oración, y tus espantos me han aniquilado.
inclina tu oído a mi clamor. Me envuelven como el agua sin cesar,
se aprietan contra mí todos a una.
Porque mi alma está saturada de males,
Ahuyentas Tú a mis deudos y amigos,
y mi vida está al borde del infierno.
mi compañía es la tiniebla" (Sal. 88).
Contado ya como los hundidos en la fosa,
soy como un hombre acabado.
Está mi lecho entre los muertos, Así pienso mi purgatorio si no he sabido, durante mi
igual que los matados que yacen en la tumba, vida terrena, vivir plenamente el amor, y esto es lo que
aquellos de los que no te acuerdas más, temo.
que están dejados de tu mano. Porque en el fondo, ¿quién es digno del infierno y
Me has tirado en la fosa profunda, quién merece el paraíso? ¿No es quizás nuestra vida la
en las tinieblas, en el abismo; mediocridad creada y fijada como sistema? ¿No pertene-
pesa sobre mí tu indignación, cemos al ejército de los tibios, es decir, de los que tienen
con todas tus olas me aplastas. miedo a los excesos?
Has alejado de mí a mis compañeros, ¿Y no fue Cristo condenado a muerte en un clima
en horror para ellos me trocaste; de tibieza? En el Calvario y ante el pretorio, sí excep-
cerrado estoy sin salida. .. tuamos a unos pocos decididos, ¿no fue la multitud una
Mis ojos de miseria consumidos, multitud de gente mediocre? ¿No fue Jesús condenado
yo te llamo, Señor, incesantemente, en el ridículo?
tiendo mis manos hacia T i . El tomaba las cosas en serio. Pero, ¿los demás tomaban
¿Haces por los muertos maravillas? las cosas en serio? ¿Se interesaban verdaderamente de
¿O las sombras se alzarán a alabarte? El? ¿No mezclaron quizás el hosanna con el crucificarle?

120 121
Sí, el Amor fue condenado en el ridículo, en la dis-
tracción, en el "qué me importa eso", en el áurea medio- La confianza como oración
cridad que invade la tierra y la hunde en la náusea y
el hastío.
Por esto los santos son pocos.
Nuestro destino pues, es el purgatorio y largo, bas-
tante largo, donde tendremos tiempo para comprender,
a costa nuestra, que, para quien amaba como Dios sabe U n a de las batallas más duras de la vida espiritual,
amar, es insoportable nuestra vida de superficiales, de más aún, la batalla por excelencia, es la que se libra
distraídos, de tibios. para ver a Dios en nuestros pequeños acontecimientos
Y sobre su puerta veremos escrito el grito del Apo- humanos. ¡Cuántas veces tenemos que renovar nuestro
calipsis: "Ojalá fueses frío o caliente. Pero -porque eres acto de fe! Primero somos llevados a vernos sólo a nos-
tibio y no eres frío ni caliente, te voy a vomitar de mi otros, a creer sólo en nosotros, a apreciarnos sólo a nos-
boca" (Ap. 3, 15). otros. Después lentamente advertimos que el hilo de
nuestra vida tiene una lógica, una unidad misteriosa
y somos llevados a pensar que en las etapas fundamen-
tales de ella nos encontramos con Dios. Luego, mien-
tras nuestra experiencia religiosa crece, advertimos que
nos encontramos con Dios no sólo en las grandes etapas,
sino en todas, aun en las pequeñas, en las pequeñísimas;
en una palabra, siempre.
Dios no está nunca ausente de nuestra vida, no puede
estarlo: "en El estamos y nos movemos". Pero ¡qué es-
fuerzos para reducir a hábito esta verdad!
Cuántos actos de fe para aprender a navegar por el
mar de Dios a ojos cerrados y con la convicción de que
si nos hundimos, nos hundimos en El, en el divino
eterno Presente. Dichoso el que aprende a vivir esta
navegación "en Dios" y que sabe permanecer sereno aun
cuando arrecia ?a tempestad.

"Oh Señor, "Tú mi roca y fortaleza,


mi refugio, mi Dios;
Tú mi Roca, a quien me acojo" (Sal. 1,2).

122 123
"Olas de muerte me envolvían, Sí, porque cuanto más se avanza, más peligro hay de
me espantaban los torrentes del Averno, "no ser ya niños". Y la fe, la gran fe, tiene necesidad
los lazos del Seol me retenían, de la infancia espiritual. Aquí está el peligro para nues-
ante mí las trampas de la muerte. tra fe y la dificultad consiguiente de tener confianza en
Clamé al Señor en mi angustia, Dios. Nos hacemos hombres, nos hacemos "grandes", y
hacia mi Dios alcé mi grito; nuestro razonamiento enfermo destruye lo mejor de nues-
y El esuchó mi voz desde su templo, tra dependencia de Dios. Vuelve una y otra vez la ame-
llegó mi grito a sus oídos. naza de Jesús: "Si no os convertís y no os hacéis como
Y estremecióse la tierra y vaciló, niños. . . no entraréis". Hay que hacerse pequeños, pe-
retemblaron las bases de los montes, queños, mientras la vida nos obliga a hacernos adultos.
se estremecieron bajo su furor... El espíritu marcha en sentido inverso a la naturaleza
Alargó de lo alto la mano y recogióme, y la obra maestra del hombre de fe es el adulto que
me recobró de las enormes aguas. se ha hecho pequeño, el anciano que se ha hecho un
Me liberó del rival poderoso, niño, la serpiente que se ha hecho paloma.
de enemigos más potentes que yo" (Sal. 18, 5-17). Y cuando este viejo gastado por la experiencia humana
y por todo el conocimiento de lo cognoscible, vuelto as-
tuto por los años y más aún por el "reptil" que se esconde
David conoció esta dramática navegación y su alma
en él, logra tener ojos de paloma y pensamiento de niño
joven pareció divertirse en el combate contra el poderoso
cantará con David pensando en su Dios.
Goliat armado únicamente de su debilidad (Sam. 17).
¡Qué maravilloso es ese cuadro en el que el joven "Tú que moras a cobijo del Altísimo
vence con cinco piedras al gigante! Pero el joven vive y te alojas a la sombra del Omnipotente,
en su Dios y sabe que pone su confianza en Dios y por di al Señor: "¡Mi refugio y fortín,
tanto en el Invencible. Y lo imposible resulta posible mi Dios, en quien confío!
y Goliat es abatido y a este recuerdo David cantará du- Pues El te librará de la red del cazador,
rante toda su vida. de la peste mortal;
te protegerá con sus alas,
"El Señor es mi pastor, nada me falta; refugio hallarás en su plumaje.
por prados de fresca hierba me apacienta; No temerás los miedos de la noche,
hacia las aguas del remanso me conduce, ni la saeta que de día vuela,
y recrea mi alma" (Sal. 23, 2s). ni la peste que marcha en las tinieblas,
ni el azote que asóla al mediodía. . .
Y lo cantará aun cuando ya no sea u n joven y la No ha de alcanzarte la desgracia,
marcha se haga más dura y la fe más oscura. ni la plaga rondara tu tienda.

124 125
Pues El sobre ti dio orden a sus ángeles con Dios después de haber atacado a Jericó sin armas
de protegerte en todos tus caminos. poderosas.
En sus manos te transportarán, Judit fue más amada de Dios después de haber acep-
-para que en piedra no tropiece tu pie; tado en la fe entrar en la tienda de Holofernes, como
andarás sobre áspid y la víbora, José fue "más justo" después de haber dicho "sí" al ángel
hollarás al león y al dragón. que le aconsejaba tomar a María por esposa.
Pues él se abraza a mí, Los actos de fe nos acostumbran a vivir en la con-
yo he de ampararle; fianza en Dios; la confianza engendra la confianza
le exaltaré, pues conoce mi nombre. hasta la intimidad más absoluta, la unidad más perfecta.
Me llamará y yo responderé;
en la desgracia yo estaré a su lado; "No se infla, Señor, mi corazón,
le libraré y le glorificaré. ni mis ojos se engríen.
Hartura le daré de largos días, No voy buscando cosas grandes,
y le haré contemplar mi salvación" (Sal. 9 1 ) . que me vienen anchas.
No; en silencio y en paz guardo mi alma
¡Que sed de estas palabras! ¡Qué deseo hay en mí de
como un niño en el regazo de su madre"
vivir una vida al fin dominada por la confianza en Dios!
(Sal. 131, Is).
¡Poder permanecer serenos en la prueba! N o temer
ya los temores nocturnos ni la peste que siembra la
Este es el punto más alto de la vida religiosa sobre
devastación en el mediodía de la vida.
la tierra: reducir el alma propia como niño en el seno
Todo esto no es fácil y se nos ha dado toda la vida de su madre.
para conseguir esta victoria, esta paz. Nuestro empeño
Este dormir del pequeño en los brazos seguros de su
es viril, es construir ladrillo sobre ladrillo el edificio de
amor, junto a la fuente misma de su ser, bajo la mirada
nuestra religiosidad, es un abrirse paso a paso al don de
segura de quien le ha querido "vivo" y que le ha pen-
la fe que depende solo de Dios, a través de continuos
sado antes de que existiera, es realmente la imagen más
"actos de fe" que dependen de nosotros y de nuestro
completa de la relación entre el hombre y Dios, es el
empeño. Como en todo lo demás Dios quiere nuestra
ejemplo más válido de la confianza sobre la que se
colaboración. El nos da la barca y los remos, pero nos
apoya la paz de cada uno de nosotros que vivimos en el
pide que rememos y que remando nos hagamos más
misterio de Dios.
capaces de navegar. Los dones sucesivos dependen del
errmeño presente como la fuerza del atleta depende de
su entrenamiento.
David fue más fuerte en la fe después de haber acon-
tado el desafío de Goliat, como Josué estuvo más unido

126 127
Oración y vida Por desgracia no es una broma; es sencillamente la
manera en que cada uno de nosotros trata con demasiada
frecuencia la oración.
El que esté sin pecado en este punto que levante la
mano y dé gracias a Dios porque, al fin, ha pasado a
un estadio nuevo de la oración nada fácil. Porque tenía
A todos nos ha sucedido entrar en la sacristía de un razón Manzoni al decir que el corazón humano es un
santuario cualquiera y ver a u n sacerdote inclinado barullo.
sobre su breviario.
Y que el barullo continúa hasta en las cosas más se-
Imagínémonos que es viernes y que el hombre pia-
rías, es decir, cuando hablamos con Dios.
doso está rezando "Laudes", el Salmo 142:
"Señor, escucha mi oración ¡Qué difícil es poner u n poco de orden dentro de
presta oídos a mis súplicas". nosotros, qué difícil salir del formalismo de la oración
Ai oír pasos levanta la vista y al ver al cliente pre- y transformarla en espíritu unificador, en vida. Dema-
gunta: ¿Qué desea? siadas veces y durante demasiado tiempo las dos cosas,
la oración y la vida, corren una detrás de otra como dos
Mientras espera la respuesta trata de añadir un ver-
niños que juegan, se cruzan como dos extraños en la
sículo a los que ya ha rezado:
calle, conviven como dos vecinos que no se saludan, se
"¡No entres en juicio con tu siervo,
vejan como una suegra y una nuera, se entristecen como
pues no es justo ante Ti ningún viviente".
dos esposos que ya no se aman y que todavía se soportan
Quisiera que me dijeran una Misa.
por falta de valor para separarse del todo.
"Acosa mi alma el enemigo,
mi vida arrastra por el suelo; ¡Y peor aún! Porque se puede llegar a hacer de modo
me hace morar en las tinieblas". que la oración conviva con la vida como dos presos
El viernes próximo a las ocho, ¿de acuerdo? en la misma celda, o peor aún, como dos cadáveres en
"Y el soplo de mí se apaga, la misma tumba.
en mi interior está mi corazón pasmado". ¡Somos tan buenos!
¿Cuánto le debo?
¡Y tan acostumbrados y deseosos de engañarnos! ¿No
"Ew mi interior está mi corazón pasmado". se puede quizás ir a la Misa con el odio al hermano en
Cinco dólares. el corazón?
"Hacia Ti mis manos tiendo".
¿Y no se puede llegar a robar las ofrendas hechas al
Aquí tiene la vuelta.
altar?
"Mi alma, como una tierra que tiene sed de Ti" •
Todo es posible al hombre cuando camina en una di-
¡Adiós!
rección equivocada.
128
129
Y cuando Dios se harte de esta doblez nos dirá cosas la noche el "iam lucís orto sidere". Lo que podía servir
terribles con Jeremías y más aún con el profeta Mala- para desarrollar el sentido del deber del hombre de man-
quías: tenerse fiel a sus obligaciones, pero ciertamente contri-
buía a crear, como se ha creado, una desconfianza en la
"Maldeciré vuestras bendiciones. . ., os echaré
oración como vida. Por fortuna el Concilio ha dado nue-
estiércol a la cabeza, el estiércol de vuestras solem-
vas orientaciones y, aunque se requiera paciencia y valor
nidades y os aventaré con él" (Mal. 2, 1-4).
para aplicar el espíritu y la letra, los tiempos nuevos nos
Pero no era de esto que quería hablar: es dema- ayudarán a salir de un formalismo que amenazó seria-
siado evidente. mente a la cristiandad.
En cambio quería hablar de las dificultades de unir El "age quod agis" no hay que aplicarlo sólo a un
la oración con la vida aun cuando se marcha en buena trabajo humano cualquiera, hay que aplicarlo en primer
dirección. lugar al deber más serio de la jornada, al esfuerzo más
Quería apuntar a la necesidad de hacer de modo que radical de la vida; la oración "haz lo que haces", "reza
los actos religiosos no agobien nuestras jornadas ya pe- lo que rezas", debe convertirse en una realidad viva si
sadas, ni el soplo interior sea ahogado por fórmulas in- no quiero ayudar con actos externos a complicar la ya
terminables o por gestos de una piedad que ya no habla complicada vida interior.
al corazón y a la inteligencia, ni la acción elimine la ¿Siento la necesidad o el deber de ir a Misa? Sigo la
contemplación, ni la contemplación mal entendida nos Misa con precisión y empeño. ¿Escucho la palabra de
vuelva ciudadanos extraños, intratables y antipáticos. Dios proclamada desde el altar? Cierro el libro que
tengo entre mis manos y escucho atentamente.
¿Quiero hacer meditación? M e cierro en mi habitación
donde hay silencio. Y sobre todo, no me pongo a es-
Empecemos diciendo una cosa clara y sencilla. Si el
cuchar otra Misa con la intención de matar dos pájaros
rezo del oficio divino me es imposible por las demasiadas
de un tiro, cosa muy común entre las personas piado-
obligaciones de caridad, me hago dispensar o me dis-
sas. . . y chapuceras. Etc., etc.
penso. N o es serio recitarlo escuchando la Misa o coci-
nando: sería una mezcolanza. Sería continuar pensando
y hacer pensar la oración como "obligación jurídica", Pero hay una cosa aún más importante que debemos
como una especie de tributo que hay que pagar en la conseguir en nuestra vida para eliminar, o al menos re-
jornada. Si lo rezo, lo rezaré bien, en paz, de modo que ducir, las incompatibilidades que desgarran e impiden
sirva para mi vida, que me alimente de modo inteligente ser "uno" v un "uno vital y fuerte".
y equilibrado y sobre todo que no me agobie. Debemos eliminar, o al menos reducir, las contradiccio-
Ciertamente no era una cosa rara en la Iglesia precon- nes entre acción y contemplación, entre apostolado y
ciliar, escuchar a un sacerdote entonar a las once de oración, entre actividad externa y actividad interior.

130 131
entre el dedicarnos a nosotros y el dedicarnos a los de- Es cierto que no quita nada a mi trabajo hacer además
más ¿Cómo conseguirlo? una señal de la cruz, no quita nada a mi jornada ofre-
Se oye decir: "tengo demasiadas ocupaciones, ya no cerla por la mañana en la oración.. . ¡ todo lo contrario!
puedo orar", Pero ante todo debo comprender y creer que mi trabajo
Y también: "cómo voy a orar luchando con cinco tiene un valor enorme, que mi deber de hombre, cum-
niños desde la mañana a la noche?" plido a fondo, es una cosa santa porque lo quiere Dios y
O también: ¿cómo puedo dedicarme a la oración con cumplo en obediencia su Ley de Creador. Y sí Dios per-
ocho horas de oficina y con la casa que arreglar?" mite que después de mi trabajo, de mi fatiga, me quede
Estas expresiones denuncian una cosa muy grave: la algo de tiempo libre, me consagro "gratis", un poco, a la
desvalorización fundamental de la actividad humana. contemplación, en provecho del equilibrio de mi vida.
Se diría que en la vida del hombre el trabajo, los de- También se oye decir: "tengo demasiadas obligaciones
beres familiares, sociales y profesionales son cosas com- de apostolado, no puedo orar".
pletamente extrañas a la oración y a la actividad de! Aquí la contradicción es de tal evidencia que sólo el
alma. término empleado por Manzoni para definir nuestro
Y es tan cierto lo que estoy diciendo que las inter- pobre corazón es adecuado a la realidad: "barullo".
venciones de las personas piadosas agravan la confusión ¿Cómo es posible que se opongan entre sí dos maneras
y la desvalorización de las actividades humanas. de expresar el amor a la misma Persona?
Dicen: "Ofrece por la mañana tu trabajo, tu fatiga Si es cierto que la oración es amor a Dios, ¿cómo
y así ésta se convertirá en oración". O también haz de puede ser excluido por otro amor a Dios que es hacer
esta manera: "De vez en cuando recógese en o r a c i ó n . . . , apostolado? ¿Tal vez el primer mandamiento se opone
etc., etc." ¡Como si fuera absolutamente necesario salir al segundo que es, sin embargo, semejante al primero?
del trabajo para estar unidos con Dios o distraernos de ¿Es que la caridad que nos empuja hacia el prójimo no
nuestro deber de hombres para. . . cumplir con el deber nos empuja al mismo tiempo hacia Dios?
de cristianos!
O entonces, lo que llamo apostolado no es amor al
Todo esto es confuso y denuncia una época carente de prójimo sino agitación, activismo, búsqueda de sí mismo,
teología sobre el laicado. amor de evasión y, Dios no lo quiera, "herejía de la
Más aún, es la expresión de una piedad "desencarna- acción" como la definió el Abate Chautard.
da" o como suspendida entre el cielo y la tierra. •
En ese caso no se debe decir: "Tengo demasiadas
El trabajo, el estudio, el arreglo de la casa, el cuidado
obligaciones de apostolado, no puedo orar", sino más
de los hijos ¡son cosas importantes, terriblemente impor-
bien: "Me estoy engañando haciendo cosas que llamo
tantes!
apostolado pero en realidad estoy perdiendo mi tiempo
Más aún: son cosas santas en sí porque son valores
buscándome a mí mismo en el contacto con mi prójimo
humanos queridos por Dios al que debo dedicarme con
y va no tengo tiempo para estar con Dios".
todas mis fuerzas y con todo mi pensamiento.

132 133
Dios es demasiado sencillo en sus relaciones con nos-
otros y no puede ponernos constantemente en contradic-
La oración como sacrificio
ción mientras tratamos de ir a El.
Pero. . . pero hay que querer verdaderamente ir a El
y este deseo fundamental es lo que unifica todo en la
multiplicidad de nuestras acciones.
Querer ir a El, buscarle a El solo, su voluntad, su amor. Se lia dicho: "encontrarás pueblos sin ciudades, en-
Querer ir a El con todo nuestro ser cual salió de sus ma- contrarás ciudades sin murallas, encontrarás hombres sin
nos y cual ha quedado por nuestros pecados. arte, pero no encontrarás pueblos ni ciudades ni hombres
Querer ir a El con nuestro espíritu y con nuestro sin sacrificio". El sacrificio como forma de oración, como
cuerpo, con nuestra fatiga diaria y con la gracia que expresión de religiosidad, nació con el hombre y morirá
nos ha sido dada, con nuestros hermanos que luchan con el hombre.
con nosotros y con la aspiración de todo el cosmos. Y en Desde las formas primitivas de los animistas, a las
este "querer ir a El" son ciertas dos cosas. La primera es organizadas del Judaismo. Desde el sacrificio del carnero
que en las oposiciones y en las dudas hay cjue considerar de todo buen musulmán a los de los hindúes v de los
a la caridad como la regla suprema. Y la segunda, que sintoístas en Oriente, existe en forma unívoca, u n testi-
debemos tener presente, que mientras estemos en esta monio universal de esta manera de orar. Diría que si
tierra el vínculo que nos une a Dios está hecho del de- llegáramos a un planeta y encontráramos hombres, los
seo de llegar a la unión con El y, aun siendo imperfecto encontraríamos aplicados a construirse un altar y a sacri-
ese deseo, es el substrato básico y vital de nuestra vida ficar sobre él alguna víctima.
religiosa. Los elementos constitutivos del sacrificio: la asamblea,
el altar, el sacerdote, la víctima, están dentro de nosotros
como dentro de nosotros existe la sangre, el corazón, los
pulmones. El hombre sobre la tierra ha expresado su
sujección a Dios ofreciendo sobre los altares dones de
sus rebaños, primicias de sus cosechas, impulsado por
la necesidad ineludible de expresar, con el "lenguaje del
regalo", su amor a Dios.
La Biblia nos presenta la casuística más completa sobre
el sacrificio y basta leer el Levítico para darnos cuenta
de ello.
"Citando recojas el trigo. . . cuando esquiles tus ove-
jas. . .

135
134
Si tuviera que representar en u n cuadro las formas ción, pues Dios lo había prohibido —a sacrificar sobre
religiosas de los antiguos, no dudaría en pintar una asam- los altares a niños, a vírgenes inocentes!
blea de hombres reunidos alrededor de un altar en e] Se diría que se quería forzar la mano de la justicia:
momento en que uno de ellos —el sacerdote— ofrece un ¡Oh Dios mira! Los Hebreos sacrificaron sobre los alta-
sacrificio. res millones de víctimas; derramaron un río de sangre
para apagar la tremenda sed de justicia que ardía en el
hombre pecador. Cuando se inauguró el Templo de Je-
Pero ¿por qué la víctima? ¿Por qué la sangre? ¿No rusalén, Salomón ofreció al Señor 22.000 bueyes y
bastaba ofrecer hostias pacíficas como durante la esta- 120.000 ovejas ( i R e . 8, 63) y esto dice el clima religioso
ción de las recolecciones? de los pueblos antiguos.
Sí, es que, como fue universal el testimonio de sumi- Pero el hecho más característico del pasado, la síntesis
sión a Dios Creador con el ofrecimiento de trigo, de más hermosa del concepto de sacrificio que debía quedar
miel, de lana o de u n cirio, así también fue universal como imagen y símbolo de "lo que sucedería", fue sin
en todos los pueblos la búsqueda de la sangre como ele- duda ninguna la Pascua de los Hebreos.
mento de la oblación.
¿Por qué? "Provéase todo cabeza de familia de un cordero. . .
todo Israel lo inmolará entre dos luces. Luego tu-
El hombre sintió que algo se había roto, que se había
viese de la sangre y úntese los postes y el dintel
roto el equilibrio, que la hostia pacífica era suficiente
de las casas en que se ha de comer. Se comerá la
en ciertos momentos de paz, de pausa, de sonrisa, pero
carne esa misma noche; se la comerá asada al fue-
en ot r os era insuficiente y ya no expresaba el estado
go. . . Lo habréis de comer asi: Ceñidos los lomos,
interior del alma. Los teólogos hablarán de pecado ori-
calzados los pies, báculo en mano, dispuestos para
ginal, San Agustín hablará de desorden; el hecho es
partir porque aquella será la noche del paso"
que el hombre ha advertido que es pecador y ha tomado
(Ex. 12, 3ss).
conciencia cada vez más q u e . . . hay que pagar y de
que el pecado se paga con sangre. Es característica
en el alma religiosa de los pueblos esta sed de la víctima, Y así se hizo.
esta necesidad de poner la sangre y llenar el abismo Y los hebreos, en recuerdo del "paso", celebraban to-
abierto entre el hombre y Dios por el pecado. dos los años la Pascua con el sacrificio del cordero. Era
Señor —parece que quiere decir la humanidad—, so- el último símbolo luminoso de lo que debía suceder:
mos unos canallas, hemos violentado, matado, robado, del verdadero "paso" definitivo y radical: "La Pascua de
traicionado. N o merecemos tu perdón. . . Pero mira esta la nueva alianza".
víctima inocente que muere sobre el altar y. . . por su
sangre perdónanos. ¡Hasta se llegó —por una equivoca-

136 137
Naturalmente, todos los sacrificios antiguos no eran En un eterno presente Jesús, que en la Encarnación
más que símbolos. Símbolos de una realidad aún no ma- se había hecho solidario de la humanidad entera, asu-
dura, pródromos de una historia que estaba para reali- miendo el papel de Sacerdote Eterno, se ofrecerá a sí mis-
zarse. Vendrá Jesús, el Cristo. Como hebreo, hijo de su mo como víctima cruenta sobre el Calvario, convertido
pueblo, comerá la Pascua todos los años, de pie, con en altar del mundo. Este sacrificio, preconizado en la
hierbas amargas, en recuerdo de la salida de Egipto y Pascua de la antigua ley como recuerdo de un paso de
del paso clcl Mar Rojo. la esclavitud de Egipto y la libertad de la Tierra Pro-
La comerá con María y José de pequeño, Ja comerá metida, convertido en realidad en la oblación realizada
con parientes y amigos en el corto desgranarse de sus por el Cordero de Dios en la Ultima Cena y sobre el
treinta y tres años, hasta que la coma por última vez Calvario, marcado por el Padre con la Resurrección y
con sus discípulos en el Cenáculo de Jerusalén. Ascensión de Jesús al Cielo y renovado en cada Misa
Aquella tarde dijo: "He deseado vivamente comer esta hasta el fin de los tiempos por virtud y voluntad de Cristo
Pascua con vosotros antes de que yo padezca" (Le. 22.15). que pensó y quiso todas las consagraciones en su expre-
Pero ya no era la Pascua v i e j a . . . el símbolo iba a sión "haced esto en memoria mía": es hoy el único y
terminar. . . iba a entrar en la historia la realidad del eterno sacrificio aceptable a Dios.
único, verdadero y auténtico sacrificio. De hecho. . .
"Durante la cena Jesús tomó un pan, lo hendido, N o hay ningún canto, ninguna poesía que exprese
lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: "To- tan bien estas realidades divinas como el Exultel del sá-
mad y comed. Este es mi cuerpo", y tornando un bado santo:
cáliz dio gracias y se lo dio diciendo: "Bebed todos "Estas son las fiestas de Pascua, en las que se inmola
de él, que ésta es mi sangre del nuevo testamento, el verdadero Cordero, cuya sangre consagra las puertas
que será derramada por muchos, para remisión de de los fieles.
los pecados" ( M t . 26, 26-28). Esta es la noche en que sacaste de Egipto a los israe-
En aquel momento Jesús, sobre el altar del mundo litas, nuestros padres, y los hiciste pasar a pie el Mar Pojo.
entero, mientras toda la humanidad estará en potencia a Esta es la noche en que la columna de fuego escla-
su alrededor, se ofrecerá a sí mismo como víctima ino- reció las tinieblas del pecado.
cente al Padre, pagará por todos y cerrará definitiva- Esta es la noche que a todos los que creen en Cristo,
mente el pasado. Aquel sacrificio que tuvo su ofertorio por toda la tierra, los arranca de los vicios del mundo y
en la última cena, que se consumó el día después sobre de la oscuridad del pecado, los restituye a la gracia y
el Calvario y que se repetirá en cada Misa de la historia, los agrega a los santos.
será el único sacrificio grande y válido del que los sacri- Esta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte,
ficios antiguos fueron símbolos y las Misas futuras son Cristo asciende victorioso del abismo. ¿De qué nos ser-
"memoriales". viría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados?

138 139
colocamos bajo la mirada del perdón del Padre, entramos
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nos-
en la esfera de amor del Espíritu Santo y se crea en
otros! ¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para
nosotros el principio vital de la resurrección de nuestro
rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
cuerpo y de nuestro espíritu.
Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido
Tomando parte viva de la "Cena del Señor" hacemos
borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz la culpa que
nuestra la voluntad de Jesús de reunir a toda la huma-
mereció tal Redentor!
nidad alrededor de la Mesa del Padre edificando su
¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el
Cuerpo Místico que alcanzará su dimensión final des-
momento en que Cristo resucitó del abismo. Esta
pués de la última Misa celebrada sobre la tierra cuando
es la noche de que estaba escrito: "Será la noche
se rasgue el velo de nuestra fe y los Redimidos sean
clara como el día, la noche iluminada por mi gozo".
admitidos al Banquete eterno del Cielo.
Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados,
lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes".

La oblación de Jesús en el Cenáculo como Pascua


nueva, la consumación de su sacrificio sobre el Calvario
y su Resurreción como respuesta del Padre al amor del
Hijo forman un todo indivisible; la gran realidad del
cristianismo, el Pacto de la nueva alianza, la aurora do
la nueva creación, el centro del universo religioso, la
síntesis más inefable de nuestra fe, de nuestra espe-
ranza v de nuestra caridad.

Cuando nos reunimos con la comunidad de los cre-


yentes para la Santa Misa celebramos la muerte y la
resurrección del Señor hasta que vuelva sobre la tierra.
La reunión litúrgica de la Misa es el acto religioso
por excelencia, el recuerdo viviente de la Pascua, la po-
sibilidad para nosotros de realizar el "paso" de la muerte
a la vida, del "pecado a la gracia".
Cuando Cristo nos toca con el Sacramento, nos baña
con su sangre, entramos en la plenitud de Dios, nos

140 141
La revelación de Dios después del pecado tiene otra equivocación: la de no
saber ya creer en u n fin tan grande para él .
Pero Dios escucha la oración del hombre, la escucha
más allá de todo límite.
La escucha cuando esta oración es palabra, la ayuda
cuando se hace pensamiento y meditación, la sostiene
El camino de la oración es largo, tan largo como la y la anima cuando al fin se hace vida.
vida del hombre, ni más ni menos. Unas veces es un Pero no basta.
sendero ameno entre prados, otras un camino tranquilo, El destino del hombre va mucho más allá de la tierra,
campero sin obstáculos, en el que podemos abandonar- más allá de los confines de la vida humana. Hablar y
nos a consideraciones llenas de paz, otras un camino de pensar pertenecen a un modo de ser terreno, son activi-
herradura, áspero, que sube tortuoso hacia los montes, dades que no van más allá de la muerte, no pueden al-
otras, en fin, un itinerario entre las desnudas rocas de canzar la trascendencia de Dios.
las cimas. A veces es como una gran calle de una ciudad
Si es cierto, como lo es, que nuestro fin es alcanzar
llena de ruido y de distracción y a veces sigue el curso
a Dios y contemplarle cara a cara más allá del símbolo
de las aguas que corren bajo la calle por canales subte-
terreno, en su realidad desnuda y verdadera, es nece-
rráneos que van a parar al río o al mar llevando los
saria una oración que esté a la altura de Dios, de la
detritos y la hediondez de la vida.
naturaleza de Dios, es decir que sea sobrenatural. Tal es
Pero siempre es oración. la contemplación infusa.
Pienso que es oración aun cuando es silencio y al Al hombre en marcha en la fe Dios se presenta pri-
exterior no presenta más que los guijarros de un torrente mero como símbolo, como imagen, como palabra, como
que se ha secado bajo el sol. ¿Es que no es oración para naturaleza, como hombre, y así se le puede hablar como
el cielo una brizna de yerba que se inclina sedienta, se habla a los hombres y pensar en él como puede pensarle
aunque no sepa pedir agua? el hombre. Pero cuando llega al límite de su tensión, el
hombre sabe que no ha visto a Dios sino sólo. . . diría, su
( N o es quizás oración el estado miserable del hombre,
vestidura.
que calla con la boca, pero que habla con su vida redu-
cida a una llaga purulenta por la soledad y el mal? De hecho todo lo que sabemos de Dios no es Dios,
sino sólo su voz, su imagen.
Para un Dios que es amor es difícil no encontrar un
Y aquí es donde el hombre descubre su pobreza ab
pretexto con qué justificar su intervención y que venga
soluta, el abismo que le separa de la Trascendencia,
en ayuda de esta pobre criatura suya —el hombre— que
su absoluta incapacidad para alcanzar y poseer a Dios.
antes del pecado tuvo la equivocación de tener demasia-
En esta espera no hay más que el silencio que es una
da prisa por alcanzar su fin que era Dios mismo y que
nueva dimensión de la oración, dimensión que supera

142
143
las otras dimensiones y que para hacerse capaz de con- El, aunque oscuro, no podríamos llegar a su amor, ni por
tener y acoger a Dios en su Palabra, ya no creada sino lo mismo, a su posesión.
Increada, se hace silencio doloroso, árido, crucificado. La Por eso se revela a sus amigos.
verdadera revelación que Dios hará de sí mismo al hom- Pero, ¿es que no nos lo había dicho?
bre tendrá lugar en este marco de absoluta pobreza e Sí, nos lo había dicho.
impotencia del hombre cuya imagen es la sequedad del
Precisamente en la última Cena, en el momento de
desierto.
dejar a los suyos, Jesús exclamó: "El que conoce mis
De hecho, el hombre ya no sabrá hacer nada para
mandatos y los guarda, ése me ama y él que me ama lo
avanzar. La palabra se le convertirá en lamento y la
amará mi Padre y yo lo amaré y me manifestaré a El"
misma meditación, antes tan viva y profunda, callará en
(Jn. 14, 2 1 ) . ¿Y cómo quieres "manifestarte, revelarte
su impotencia absoluta. Y es entonces cuando empezará
a nosotros" precisamente mientras te vas de nosotros?
la verdadera revelación de Dios al hombre. Después de
¿Mientras nos dejas para siempre?
la toma de conciencia, sufrida hasta la congoja, de la
Sin embargo así es, porque la nueva revelación pro-
absoluta pobreza y aridez, el hombre se abrirá a Dios
como una flor en la húmeda noche. metida ya no tendrá necesidad de su presencia física.
Será una cosa nueva no hecha de palabras de esta tierra.
Entonces Dios se revelará al hombre, se "revelará", se
Pertenecerá a una "comunicación misteriosa, personal
dará a conocer. Pero no con términos humanos, con imá-
sin imágenes y sin modelos entre el alma y El: será
genes humanas, con símbolos humanos, sino con térmi-
la revelación hecha por el Espíritu Santo al hombre.
nos sin términos, con imágenes sin imágenes, con sím-
Será una revelación de luz sobrenatural, eterna y hará
bolos más allá de todo símbolo. Es la revelación a la di-
conocer al hombre el verdadero rostro del Padre, el rostro
mensión misma de Dios, es la que se llama revelación
del Hijo y el rostro del Espíritu.
sobrenatural. De hecho, la contemplación se define "re-
velación rápida, oscura y sobrenatural de Dios". La con- Será el anticipo del Paraíso, una prueba de la exis-
templación infusa, iniciada sobre la tierra en el punto tencia v de la comunicabilidad entre la Trascendencia
exacto de la madurez del alma bajo el sol divino, con- divina y el hombre hecho partícipe de la vida divina
tinuará en la eternidad y formará la plenitud de nuestra que es vida eterna.
unión con El. Pero a quien me preguntara si la vida Moisés tuvo "experiencia" de ello ante la zarza ar-
eterna es sólo amor a Dios respondería sin dudar: "es diente, cuando Dios le dijo su Nombre: "Soy el que
ante todo conocimiento". soy" (Ex. 3,14).
Elias tuvo su "toque" cuando después de la prueba
N o puede haber amor sin conocimiento; el amor es
del desierto sintió sobre Horeb el paso del Señor en el
fruto del conocimiento.
viento dulcísimo ( i R e 19, 11).
Todo, pues, empieza con el conocimiento. Para ha-
El salmista advirtió su paso y su presencia cuando
cerse amor de Dios debe hacerse conocer y si faltara este
exclamó:
conocimiento de El, conocimiento sobrenatural, real de

144 145
"Tiene mi alma sed de Dios, del Dios viviente. encendido hacia la Incognoscibilidad divina, o hacia los
¿Cuándo podré ir a ver de Dios el rostro? abismos del pecado como expresión más baja de su mi-
(Sal. 43, 3 ) . seria.
Por esto se siente empujado a gritar su sed de lo Alto
Y en otro lugar:
con una palabra que le expresa el Nombre de Dios y a
"Pues en Ti está la fuente de la vida, bajar el pavimento sobre el que se encuentra su alma
y por tu luz vemos la luz" (Sal. 36, 10). desnuda con otra palabra que le recuerda el "pecado".
Le bastarán estas dos palabras que se forjará como
O también cuando poseído de esta Presencia viva
dos dardos de acero para golpear sobre la N u b e de la
siente a dónde irá a parar su alma:
Incognoscibilidad de Dios, resumiendo en este gesto
"No se infla, Señor, mi corazón, toda la ínsaciabílidad de su oración.
ni mis ojos se engríen. "God" (Dios).
No voy buscando cosas grandes "Sin" (Pecado).
que me vienen anchas. decían los místicos ingleses.
No; en silencio y en paz guardo mi alma Kyrie eleison, Soy un pecador
como un niño en el regazo de su madre. repetían los griegos o los rusos con una larga oración
Igual que un niño destetado, está mi alma en mí" litánica muy querida de su corazón.
(Sal. 131).
Entre los latinos se encuentra expresado con más fre-
cuencia este drama de amor en estos términos:
¡Jesús te amo, ten piedad de mí!
o también:
El hombre que vive la contemplación ya no tiene ne-
¡Trinidad te amo, ten piedad de mil
cesidad de muchas palabras para orar.
Le basta una, a lo sumo dos. . . Y lo que digo no es Y es muy hermoso permanecer así con toda el alma
una broma, sino el eco fiel de todos los discursos hechos dentro de estas dos expresiones sin otros deseos sino el
por quien ha transformado en oración su propia vida de lanzarse hacia la N u b e de la Incognoscibilidad de
más íntima y profunda. Dios para penetrarla sólo con la fuerza del amor.
Y me explico. Lanzarse hacia la N u b e de la Incognoscibilidad que
Como la oración del hombre sobre la tierra es una oculta a Dios en su ser desnudo y que el alma busc3
tensión entre la grandeza de Dios y la pequenez hu- en las tinieblas de la fe sin más repliegues sobre sí misma
mana, entre el abismo del Absoluto y el abismo de la y sin distraerse con ninguna otra cosa.
nada, entre la incomunicabilidad de la Trascendencia Nada puede ser más provechoso que este esfuerzo
divina v la poseída irracionabilidad del pecado, el hombre amante del alma, resumido en la punta cortante de su
siente la necesidad de lanzar su oración como un dardo oración reducida a una sola palabra.

146 147
Nada más útil para él y para los que ama, para los
vivos y para los difuntos, para la Iglesia toda. Nada
El amor de Dios en nosotros
más definitivo para el hombre que camina por los cami-
nos del mundo, nada que resuma mejor su "contempla-
ción sobre los caminos".
Quien ha alcanzado esta posición no tiene más que
seguir adelante sin volverse a derecha ni a izquierda.
Sabe que "lo que debe venir debe venir de allí". Cuando, Cuando el hombre sobre la tierra ha alcanzado la
al terminar la Suma, santo Tomás tuvo en la oración, contemplación, vive la contemplación, está al fin satis-
por un instante, la experiencia de la Transcendencia de fecho, satisfecho como un niño en el regazo de su ma-
Dios oculta en la N u b e de la Incognoscibilidad, exclamó dre. En faz guardo -mi alma como un niño en el regazo
cxtasiado: "lo que he escrito es faja". de su madre" (Sal. 131, 2 ) . Imantada por el amor
N o es que la paja sea inútil y esto lo sabía muy bien. de Dios, la navecilla de su amor, como navecilla de astro-
De hecho sin paja, sin el largo tallo de paja, ¿cómo nauta, ha traspasado la barrera del sonido (de hecho ya
puede disponerse el grano de trigo a la acción del sol no tiene necesidad de muchas palabras para explicarse),
de Dios? ha vencido la gravedad que la tenía apegada a sí mismo
La teología, la cultura, la filosofía, las ciencias no (ya no necesita la meditación), ha entrado en órbita
son más que el tallo humano que poco a poco llevarán como un pequeño planeta alrededor del sol de Dios.
el grano de trigo de nuestra alma bajo los rayos del Puede decir con el salmista: "En faz guardo mi alma"
sol divino. (Sal. 131).
Pero cuando el grano está al sol y la estación lo ma- La primera prueba de quien ha entrado en órbita al-
dura, todo se convierte en paja, habiendo terminado su rededor de Dios es que ya no se siente centro del cosmos
tarea y el alma ya no tiene necesidad sino del sol antes —que ésta es la verdadera naturaleza del pecado en nos-
de ser llevada al granero eterno de Dios. otros— sino siente y comprende vitalmente que el centro
de todo es Dios. Parece fácil p e r o . . . ¡cuánto se ha ne-
cesitado para conquistar esta conciencia!
Ahora, al fin, es Dios quien le lleva, le conduce por
"sus caminos que no son nuestros caminos", le arrastra
en el remolino de la caridad, le adiestra para una unión
cada vez más profunda con El, le prepara para la eterna
posesión de El, hasta el término de nuestro destino hu-
mano-divino.
El alma en órbita alrededor de Dios empieza a adver-
tir que existe otra estabilidad distinta de la conocida y

148 149
experimentada caminando sobre la tierra, otra plenitud, Se dice que el amor todo lo vence: "omnia vincit amor",
otra dimensión. Sobre todo, otra "paz". y es cierto.
Es la paz prometida por Jesús: "La paz os dejo, mi Sí, ¡el amor lo vence todo y siempre!
paz os doy. no como el mundo la da" (Jn. 14, 2 7 ) . Vence aun las cosas más horribles.
Y esta paz comunica al alma tal sentimiento de "vida ¿No fue horrible la vida de Jesús?
nueva", tal "alegría casta", aun en las pruebas tremendas ¿No es horrible nacer en u n establo algunas horas des-
del vuelo espacial alrededor de Dios, tal riqueza de es- pués que los hombres de Belén se negaron a acoger a
peranza en lo "que va a venir" en las cruces de cada día; su madre que debía dar a luz y que buscaba un poco
que el alma puede exclamar con san Francisco: Es tan de calor porque se sentía amenazada de ver morir de frío
grande el bien que espero que toda pena me resulta un a su hijo en la noche fría?
deleite. Pues bien, el amor de María y José para aceptar con
¡Y esto no es poco! paciencia aquellas cosas horribles regalarán al universo
entero el cuadro de la Navidad que hará deshacerse en
En el fondo, ¿cuál es la verdadera dificultad para vivir
lágrimas a los corazones más duros y se convertirá en
aquí abajo? ¿No es la superación del dolor, del miedo,
la obra maestra insustituible y en el relato auténtico
del mal, de la vejez y de la muerte? Pues bien, el haber
de la infinitud y omnipotencia de Dios, encerradas en
encontrado lo que nos permite superar estos aspectos
el cuerpecito de un niño a merced de la historia.
negativos de nuestra peregrinación terrena, lo que nos
ayuda a sonreír aun entre las lágrimas, a esperar aun ¿No es horrible lo que los hombres hicieron a Jesús
ante la lenta disolución de nosotros mismos, a estar cier- en su vida y en su muerte? ¿No es horrible el Calvario?
tos de la vida aun en la muerte, significa haber experi- Pues bien, el amor de Jesús transforma lo horrible en
mentado en nosotros la victoria traída por Cristo sobre algo sublime, su aceptación, su humildad, su mansedum-
la Tierra: "Yo he vencido al mundo" (Jn. 16, 33). bre cambian el aspecto de las cosas y el cuadro más feo
de la historia se convierte en el cuadro más bello, más
La victoria de Cristo es el Amor comunicado a nos-
dulce, más grandioso, más ejemplar, más fascinante de
otros en su dimensión divina que se llama "caridad".
un Dios que al morir perdona y sonríe al hombre, su
Quien tiene en sí la caridad, tiene a Dios y esta caridad
asesino.
es fruto de la contemplación como el amor es fruto del
¡Sólo el amor tiene tan gran poder de transformación,
conocimiento.
de sublimación, de redención, de fecundidad, de vida
Al revelarse a nosotros en la contemplación, Dios nos en el cielo y en la tierra!
comunica la caridad, es decir su amor, y viviendo este Sólo el amor tiene la primacía sobre todas las cosas
amor suyo, vivimos en El y participamos de su "victoria" v puede sustituirlas a todas, tocando lo inalcanzable por
aquí abajo mientras hay lucha sobre la tierra, como par- el hombre en la tierra: la perfección. De hecho dirá el
ticiparemos en su posesión beatificante "allá arriba" apóstol: "ha caridad es el vínculo de la perfección" (Col.
cuando toda lucha haya terminado. 3, 14).

150 151
Convencido del primado de la caridad; consciente de transformar con el amor la estación más fría de la vida
que tocando la caridad toco a Dios, viviendo la caridad en un don total de mí mismo al ser inminente el holo-
vivo a Dios en mí, antes de terminar mi meditación esta causto porque lo que importa es amar.
tarde tengo que mirar a mi mañana para poner todo Cuando llegue la noche de mi vida, o sobre eí asfalto
bajo esta única luz y vivirlo inspirado por esta única por accidente en la calle, o con la angustia de una enfer-
síntesis del amor. En el fondo se trata de hacer lo que medad mortal en los corredores de u n frío asilo de an-
haría Jesús si estuviera en mi lugar. El que nos trajo a cianos sienta que se acerca mi fin, me aferraré todavía
la tierra el amor de Dios y nos lo comunicó. Hacer como y sólo al amor, esforzándome por aceptar gozosamente
haría Jesús. Y recordar que las ocasiones que tendré de el paso querido por Dios, porque lo que importa es amar.
sufrir y de padecer, de excusar y de perdonar, de aceptar
y tolerar son tesoros que no debo perder con mis distrac-
ciones y valores que debo hacer míos como respuesta
digna a todo el plan de Dios en la Creación.
Saber transformar en amor todo lo que acontezca a
imitación de Jesús: he aquí una vida digna de ser vivida Sí, el amor es Dios en mí y si estoy en el amor estoy
ya que lo que importa es amar. en Dios, es decir en la vida, en la gracia: participo del
Cuando encuentre a un hermano que en mi vida pa- Ser de Dios.
sada me hizo sufrir calumniándome y diciendo de mí
Nadie lo ha visto tan claro como San Pablo ni nadie
toda clase de males, lo amaré y amándolo transformaré
lo ha expresado con u n canto tan radical:
en bien el mal que me hizo porque lo que importa es
amar.
"Aunque yo hablara las lenguas de los hombres
Cuando me toque vivir con hombres que no piensan
y de los ángeles, si no tuviera caridad, soy como
como yo, que se dicen enemigos de mi fe, los amaré y
bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque
amándolos pondré en mi corazón y en el suyo el prin-
tuviese el don de profecía y conociese todos los
cipio posible de u n diálogo futuro porque lo que im-
misterios y toda la ciencia y aunque tuviese tanta
porta es amar.
fe que trasladara las montañas, si no tuviera cari-
Cuando entre en u n mercado para comprar alguna
dad, nada soy. Y aunque distribuyera todos mis
cosa —un vestido, alimentos para mí— pensaré en mis
bienes entre los pobres y entregase mi cuerpo a las
hermanos más pobres, en los que tienen hambre y están
¡lamas, si no tuviera caridad, de nada me sirve.
desnudos y ese pensamiento regulará mis compras, es-
forzándome por amor en ser escaso conmigo y generoso La caridad es paciente, es servicial, no es envi-
con ellos porque lo que importa es amar. diosa, no se pavonea, no se engríe; la caridad no
Cuando vea la devastación del tiempo sobre mi cuerpo ofende, no busca el propio interés, no se irrita, no
y acercarse la horrible vejez, trataré de amar más para toma en cuenta él mal; la caridad no se alegra de

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la injusticia, fero se alegra de la verdad; todo lo
excusa, lo cree todo, todo lo espera, todo lo tolera'
(1 Cor. 13, 1-7).
¿Puede haber palabras más claras?
Si la caridad es Dios en mí, ¿por qué voy a buscar
todavía a Dios lejos de mí?
Y si El está en mí como amor, ¿por qué debo cambiar
o desfigurar su rostro con actos o valores que no son
el amor?

CUARTA PARTE

Estamos, pues, al final del camino.


Hemos meditado sobre los grados del amor
humano y sobre la misteriosa toma de po-
sesión en nosotros de la caridad que es la
dimensión divina del mismo amor.
Quedan tres meditaciones muy sencillas
pero terriblemente comprometedoras porque
resumen el deseo más profundo de Jesús, el
aue El mismo definió "como su manda-
miento".

154
El mandamiento nuevo

"No hay nada nuevo bajo el sol", decían los antiguos


y tenían razón porque todavía no conocían la única
novedad que podía brotar sobre la tierra, el único hom-
bre capaz de hacer cosas nuevas: Jesús.
El viejo aforismo fue contradicho por Jesús, porque
Jesús es una cosa nueva bajo el sol, es la única novedad
posible.
¡Aun en el amor hubo novedad!
De hecho, antiguamente se decía "amarás al prójimo
como a ti mismo", y era perfectamente lógico. Siendo el
amor la respuesta exacta a un valor, y los hombres son
valores iguales, era justo amar a los demás como a nos-
otros mismos, aunque costara bastante.
Teóricamente es claro. Mi piel vale lo mismo que
la tuya, tengo que amar ambas cosas con la misma fuer-
za; mi hambre vale tanto como la tuya, debo satisfa-
cerla con el mismo pan; mi desnudez vale lo mismo que
la tuya, debo cubrirla con el mismo cuidado, etc., etc.
Llegar a este punto no es cosa de poco y la dificultad
en realizar esta igualdad es la señal del desequilibrio,
del desorden, del pecado en nosotros; es la prueba de
que estamos enfermos, mal hechos, porque de lo con-
trario se volvería fácil y exacta la ecuación del amor a mí
y del amor a ti.
El hombre que se ama a sí mismo y no a los demás,
que satisface su hambre y no la de los demás, que se
viste a sí mismo y no a los demás, es un "error", una
"equivocación", y debe corregirse si quiere entrar en el

157
Reino que es reino de verdad. N o se puede entrar en Jesús habría sido condenado como defensor de la
el Reino de Dios que es igualdad con la desigualdad objeción de conciencia, lo mismo que ha ocurrido a al-
en la mente o en el corazón o en la voluntad. gunos en nuestro tiempo.
Se nos ha dado toda la vida para corregir, con la ayuda Es inútil: siempre es demasiado pronto para que un
de la gracia, el error, y si no terminamos la operación profeta diga ciertas cosas; siempre es demasiado tarde
aquí, continuaremos allá, pero las cuentas deben ponerse para quien irá al purgatorio a comprobar lo que Jesús
en orden antes de que llegue el Señor. había dicho que hiciera y no hizo por pereza o por co-
Entre otras cosas, también porque este Señor no se bardía.
contenta con poco en cuestión de amor. El Evangelio debería ser prohibido: es un libro que
¡Se diría que tiene mucha prisa! debería estar prohibido en los países civilizados, espe-
Al hombre obligado a practicar la ley antigua, ya tan cialmente si son defensores del orden burgués consti-
difícil después del pecado, Jesús revela otro tipo de amor tuido. Es un libro incómodo para los paganos y más
que define celosamente "su mandamiento", que es de incómodo aún para los cristianos. Estamos colocados en
una dimensión ya no humana sino divina y dice en una contradicción continua y sus tremendas palabras
todo su esplendor a qué altura de perfección quiere le- juzgan los siglos. Habrá teólogos que disertarán sobre la
vantarnos: "Amarás como yo he amado" (Jn. 13, 34). licitud de la guerra, habrá santos que predicarán la cru-
Amarás como yo he amado, es decir, hasta el sacrificio, zada, habrá cristianos que empuñarán las armas como
hasta el don total de ti mismo. una cruz y se batirán como si enfrente hubiera fantas-
Todo el pasado se había regido penosamente por la mas de cartón piedra.
defensa de la justicia: uno para mí y otro para ti —una
¡Misterio de la contradicción! ¡Señal indiscutible de
bofetada a mí y otra a ti—, u n diente menos para mí,
nuestra pequenez! ¡Pálido testimonio de la infinita su-
un diente menos para ti—, un ojo sacado a mí, un ojo
perioridad del Evangelio sobre la pobre historia humana!
sacado a ti, y he aquí que llega Aquel que exclama:
¡Distancia astronómica entre la palabra de Dios y la
Pero ¡yo os digo! Y veamos lo que dice: "Amad a vues-
moral del hombre!
tros enemigos; haced el hien a los que os odian; bende-
cid a los que os maldicen; orad por los que os calumnian. Pero. . . atención: tengo la impresión de que hay algo
Al que te hiere en una mejilla, ofrécele también la otra; nuevo bajo el s o l . . .
a quien te quita el manto, no le niegues la túnica. Da El viejo Papini hizo cierto día una especie de profe-
a quien te pida y no reclames a quien te roba lo tuyo" cía. Dijo que tal vez cada año de la vida de Jesús co-
(Le. 6, 27-30). rrespondía a un siglo de la historia de la Iglesia. Lo que
¡La humanidad no ha tenido que esperar a Ghandi significaría que hemos entrado en al año veintiuno, es
para inventar la no violencia! Pero quizás. . . era dema- decir en la "mayoría de edad".
siado pronto para lo bestias que son los hombres o mejor Pudiera ser; y el Concilio Vaticano II es una indica-
aún, "gorilas con ametralladora" que diría Merton. ción irrefutable en ese sentido.

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Y también pudiera ser que algún cristiano empezara sobre la moral, hemos forjado una moral que nos deja
a sentirse responsable y a tomar "en serio" las palabras perplejos y en la que ya creen pocos.
de Jesús: "Al que te hiere en una mejilla, ofrécele tam- ¡Estamos en posiciones distintas! Y por esto apenas
bién la otra; a quien te quita el -manto, no le niegues la se insinúa la objeción de conciencia se desencadena la
túnica" (Le. 6, 2 9 ) . bulla y, lo que es más triste, se encarcela a jóvenes
¡No es cosa pequeña tomar en serio estas palabras que han declarado que no quieren empuñar las armas!
perturbadoras! Pero, ¿quién es capaz de tomar en serio N o entiendo de estas cosas y en este caso específico
a jesús? ¿Quién cree en sus palabras? Se empieza por sólo diré lo que ha dicho el Concilio: "También parece
pensar: "¡lo dijo por decir!", o también "hay que tomarlo razonable que las leyes tengan en cuenta, con sentido
en sentido figurado", y a fuerza de tomarlo en sentido humano, el caso de los que se niegan a tomar las armas
figurado llegamos a nuestros tiempos ¡victimas todavía, por motivo de conciencia, mientras aceptan servir a la
mutiladas y atontadas, de dos guerras mundiales que han comunidad humana de otra forma" (Constitución sobre
desangrado inútilmente al mundo con armas bendecidas la Iglesia en el mundo actual n. 7 9 ) .
por varias religiones! Por lo demás no se pierde alistando a los jóvenes que
Se necesitaba tal vez el descubrimiento de la energía sostienen que no quieren servirse de las amas y envián-
atómica y el apocalipsis entrevisto en el desencadena dolos en "cuerpos de la paz" bien organizados a construir
miento de una guerra termonuclear para hacer decir al pueblos destruidos por los terremotos, a dar clase a los
fin al hombre que quizás. . . tampoco la guerra defen- analfabetos, a servir a los leprosos y hambrientos. En tiem-
siva puede justificarse en vista de las espantosas conse- po de paz el problema no existe. ¿En tiempo de guerra?
cuencias que provocaría la simple defensa. Aquí es mejor no hablar para no enfurecer a los que pien-
Esto es decir en el fondo que Jesús tenía razón. san bien, a los defensores del orden constituido y a los na-
Pero Jesús tenía razón, ¡aun cuando no estaba en cionalistas fanáticos. Sólo digo una cosa muy insignifi-
juego más que una bofetada o un manto robado! Porque cante: Señores del gobierno, ¡pensadlo bien antes de
la paz que se deriva para mí del ceder ante la violencia declarar la guerra: repito, pensadlo bien!
del hermano, ¿no vale más que el manto mismo? Tal vez es mejor que no la declaréis vosotros. N o con-
Las ventajas que obtengo de perdonar su abuso y de fiéis demasiado.
no meter por medio a tribunales y abogados, ¿no son Porque podría ocurrir que confiarais una bomba ató-
quizás superiores al valor de la túnica? Sé que es difícil mica a un aviador y que la arrojara en medio del mar
hablar así porque en el fondo estamos enfermos de y sin detonador; podría ocurrir que dieseis bayonetas a
"justicia" y no de "amor", mientras que Jesús está enfer- los jóvenes y que éstos se sirvieran de ellas para cortar
mo de amor y quiere vencer la batalla de la justicia con flores y ponerlas en la mesa para honrar a los enemigos
el amor. cuando lleguen: ¿queréis entrar? Entrad, os ofrecemos
Estamos en dos posiciones distintas y tal vez es esta café.
la razón por qué, después de siglos de disquisiciones ¿Diréis que soy derrotista?

160 161
Quisiera hablar más bien a los que creen en Jesús,
Se trata de ver si aquel joven austríaco que prefirió
a los que buscan la bienaventuranza de la paz "bien-
dejarse condenar a muerte por el tribunal militar antes
aventurados los pacificadores porque ellos serán llamados
que tomar las armas de Hítler fue u n mártir o un
hijos de Dios" ( M t . 5, 9 ) , a los que ya no sienten la
traidor.
necesidad de hinchar el pecho y dar bofetadas al pró-
Se trata de ver, si aquellas pocas veces que se alzaron
jimo, a los que se sienten pequeños y débiles, en una
contra Mussolini para decirle que la conquista de Etiopía
palabra, a los pobres y quisiera decirles una cosa muy
a mano armada no era lícita, eran más verdaderas y más
importante:
cristianas que las gritadas por las muchedumbres oceáni-
¿Queréis conocer el secreto de la verdadera felicidad?
cas narcotizadas por u n nacionalismo de mal gusto y ce-
¿De la paz auténtica y profunda?
gadas por una ignorancia histórica que se demostró
¿Queréis resolver de golpe todas las dificultades en
abismal.
las relaciones con el prójimo, suprimir toda polémica,
Se trata de ver, si los que resistieron en Argelia a obe-
superar toda desavenencia? Resolveos desde este momento
decer las órdenes de torturar a los prisioneros p;'ra ob-
a amar las cosas y a los hombres como los amó Jesús,
tener la victoria a toda costa, fueron derrotistas o cris-
es decir, hasta el sacrificio de vosotros mismos.
tianos.
Arrojad lejos la contabilidad del amor y amad sin
En una palabra, se trata de ver si por el solo Lecho
contabilidad.
de que un hombre ha empuñado los resortes del mando
Si uno es hermoso y simpático amadle, pero si otro
tiene derejio a conculcar mi conciencia y si el poder
es antipático amadle con la misma fuerza.
enorme del estado puede obligarme a hacerme solidario
Si uno os saluda y os sonríe saludadle y sonreídle,
de sus obras. . . cuando son nefandas.
pero si otro os pisa sonreídle lo mismo.
Tal vez como nunca ha llegado el momento de ver
Si uno os hace algún favor dad gracias al Señor, pero
despuntar sobre el terreno del mundo arado por el sufri-
si otro os calumnia, os persigue, os maldice, os zahiere,
miento atroz de mil y mil guerras la flor de la concien-
agradecédselo y seguid adelante.
cia del hombre capaz de no doblegarse, no sólo como
N o digas ya: "tengo razón y él se equivoca", sino
en la antigüedad, por la defensa de la fe en Cristo, sino
"amo y debo amar". Esta es la clase de amor que ha que-
también —y esto es nuevo— por la defensa de la fe en
rido enseñarnos Jesús, amor que todo lo transforma, lo
el hombre.
vivifica, lo fecunda, lo resuelve.
Es cierto que amar no es una cosa fácil y quisiera
decir a los que se deciden a marchar por este camino:
"ánimo y manteneos firmes"; ceñios bien vuestros lomos
y partid con la ayuda de la gracia, porque el camino
Pero estoy perdiendo el tiempo hablando de cosas
será largo y os costará hasta sangre. Dichoso el que
que no ocurrirán; porque ya no habrá verdaderas gue-
llegue a la meta algún minuto antes de morir.
rras.

163
162
¿Por qué permanecer —después del paso de Jesús por
Esta es la gracia que pido ardientemente al Señor cada
la tierra— empeñados únicamente en la defensa de la
día: ¡Que ame y aprenda a amar como T ú amaste!
justica, cuando la justicia por sí sola ya no es capaz de
Amar como Jesús en Belén que huye desterrado en
salvarnos?
vez de servirse de su omnipotencia divina para matar a
Herodes. Es cierto que tenemos "derecho a defendernos", pero
Amar como Jesús de Nazaret donde vive como el no "deber" y podemos muy bien renunciar a esta orilla
último de los hombres sin alegar derechos por su divi- de nuestro campo para ofrecérsela al amor, al perdón, a
nidad encarnada y escondida. la paz, al diálogo con los hombres.
Amar como Jesús ante la muchedumbre hambrienta ¿No es así?
y sin pastor pensando resolver el problema más con su ¡Cómo deseo que la Iglesia que ha nacido del Concilio
sacrificio que con soluciones milagrosas y gloriosas. sea una Iglesia que se preocupe cada vez menos de la
Amar como Jesús en Getsemaní cuando soportó por largura de las faldas de las jóvenes y salte sensible y
nosotros la espantosa agonía de su soledad bajo la mirada vivaz ante los problemas planteados por el amor en el
justiciera del Padre. mundo; que sea una Iglesia más capaz de dar que de
Amar como Jesús ante los tribunales cuando, con su recibir, una Iglesia que sepa renunciar, por amor a los
silencio y su sumisión de condenado y repudiado, nos hombres, a sus propios derechos y privilegios, una Igle-
dio la medida exacta de su poder de amor. sia que no se defienda sino que marche por el camino
Amar como Jesús en el Calvario cuando en el sum- de su destierro, pequeña y pobre, como marchó la fami-
mum de sus angustias y de sus tormentos, ahogado ya lia de Jesús en su viaje y huida a Egipto.
por las congojas de la muerte, dirigió al Cielo la última
de sus oraciones: "Padre perdónalos".

Esta es la obra maestra de la vida tanto humana


como eterna, y Jesús la realizó en todo su esplendor v
poder sobrehumano.
Amar más allá de todo límite.
Y nos invita a hacer otro tanto; todo lo demás im-
porta menos.
¿Por qué encerrarse en un cristianismo jurídico y
mezquino? ¿Por qué preocuparse de una casuística exas-
perante, que ya no convence a nadie, en vez de lanzarse
cuesta abajo hacia los hombres con ese solo programa
en el corazón?

164
165
¿Entonces? Si el infierno está descartado por mí y el
El fuego purificador paraíso aún no es para mí, o mejor, yo no estoy maduro
para él, ¿a dónde iré?
Tengo que quedarme de este lado, no puedo pasar al
otro y el purgatorio ciertamente está de este lado de la
vertiente de la eternidad.
N o soy un teólogo, ni los teólogos saben muchas cosas
sobre el purgatorio, pero sí las suficientes para decirnos
Si tuviera que rendir cuentas esta noche y el Señor
que es transitorio y que es el lugar, el estado o la con-
llamara a mi puerta para decirme: "Ven, tu jornada so-
dición del que no estando aún maduro para el Reino
bre la tierra ha terminado", siento que el cálculo de las
del perfecto amor, por la oración y el sufrimiento se
probabilidades me daría: "infierno, no".
abre, se dilata, se madura para el gran día del festín
Y ¿por qué? eterno.
Porque ni El lo quiere para mí ni yo lo quiero por N o quisiera ofender a nadie y lo digo a título per-
amor a El. Aunque soy profundamente malo, por la sona]: pienso en el purgatorio más acá de la eternidad
fuerza de su amor siento deseos de estar con El y esto y por tanto unido a mi casa. Pienso que las almas de
me parece una cosa normal entre gente que se quiere los difuntos cumplen su período de expiación junto al
bien. Conozco el pecado como ignorancia, y más aún lugar donde vivieron, tal vez, en la misma casa. Si pu-
como debilidad, pero nunca jamás me he sentido "apar- diera adelantarme a la sentencia en el momento de la
tado" de El. El pecado contra el Espíritu —y ciertamente muerte sé lo que pediría: "enviadwie a aquel trozo del
por su gracia— ni siquiera sé cómo puede darse, ni cómo desierto entre Tit y Silet", donde tuve la intuición más
es posible a u n hombre impugnar la verdad conocida. proíunch de la necesidad de llegar al amor perfecto lo
Cuestiones teológicas no indiferentes que por ahora no antes posible.
me impresionan. ¿Y el fuego? Sentía ya en el aire la pregunta.
Decía, pues, que si muriera hoy, el cálculo de las pro- Pues bien, pienso que existe el fuego pero que no
babilidades me daría "infierno no". Pero el mismo cálcu- se trata precisamente de fuego material. Cuántas veces
lo de probabilidades me da con la misma fuerza y pre- he visto de pequeño, especialmente en las iglesias de la
cisión "¡paraíso, no! N o estás dispuesto, no estás madu- montaña, a las almas del purgatorio envueltas en llamas
ro". Lo sentí con toda claridad bajo la gran piedra cuando y llamas auténticas con lenguas de fuego que sobresa-
negué la manta al anciano Kadá y lo siento aún hoy, lían por encima de sus cabezas más altas de los que esta-
precisamente hoy, Viernes Santo, mientras medito la ban purgando allí sus deudas. Es natural que el artista
Pasión del Señor. ¡Tengo miedo de subir con El a la pinte y piense las cosas de esta manera. ¡Cómo se va
cruz! Sí, tengo miedo de sufrir por los demás, tiemblo a pintar el fuego espiritual del purgatorio! Es más fácil
ante la hoja fría de la caridad. pintar llamas verdaderas y así se hizo en la edad media.

166 167
Siento que cuando el fuego del amor la envista v
Pero todos saben que no es así porque el fuego verda-
entre bajo de ella para apartarla será una hora seria. Y
dero atormentaría a mi cuerpo y é s t e . . . no está en el
¿qué podrá suceder cuando el fuego empiece a que-
purgatorio, está en el cementerio como un vestido viejo
mar mí patrimonio al que me agarré como un pólipo,
abandonado.
aunque haya sido sólo una manta o u n trozo de carne
Para lamer mi alma se necesita otro tipo de fuego, y
que cogí del plato el primero mientras Jesús quería
es precisamente la caridad que yo rechacé y no acepté
plenamente sobre la tierra. Ahora que estoy contra el que fuera el último.
muro ya no puedo escapar y tengo que aceptarlo. Ya no No, no hay necesidad del fuego del carbón para que-
puedo aplazarlo. mar mi alma; basta el fuego de la responsabilidad no
El fuego de la caridad, es decir, ese tipo de amor so- asumida, de las injusticias cometidas, de los hurtos he-
brenatural, envestirá mi alma como la llama enviste a chos a escondidas, de las mentiras tragadas como agua,
los leños. Siento que se retorcerá como el leño verde, de la ayuda negada a quien tenía necesidad de mí, del
chirriará, humeará pero al fin debe arder. N o debe exis- amor no vivido con los que fueron mis hermanos.
tir ni una sola fibra que no se convierta en llama, que ¿Os parece poco? Pues bien, esto es solo una parte,
no se identifique con aquella llama divina. lo que podemos imaginar con el metro de la justicia
¿Y el tiempo? El tiempo necesario para llevar a cabo terrena. Porque la verdadera, la medida a la luz de la
la operación. Algunos se las arreglarán en poquísimos justicia de Dios, la que tiene como metro la trascen-
días, otros tendrán necesidad de épocas geológicas, pero dencia del Absoluto es tal que espantó a san Juan de
todos tendrán que terminar la operación. Naturalmente, la Cruz, que entendía de estas cosas, cuando experi-
todo se pasará mientras en la "reminiscencia" cada uno mentó en sí los terrores de la noche del espíritu.
verá proyectar sobre la pantalla la película de su propia
vida.
Creo que eso basta. Cuando pienso que tendré que
volver a cámara lenta ciertos episodios de mi vicia que Sí, el fuego del purgatorio es la caridad, es decir, el
no he querido fundir en el amor sino que me he cons- grado más alto del amor en su estado sobrenatural. Es
truido a base de egoísmo, de mentiras, de cobardías, y el fuego que consumió sobre el Calvario el sacrificio
ele soberbia, y todo con el fuego de la caridad en las de Jesús, es el fuego que abrasó a los santos con amor in-
venas: os aseguro que me es fácil convencerme de que extinguible, es el fuego que condujo a los mártires al
Sa co-a será seria, terriblemente seria. martirio y los bautizó, si no estaban bautizados, abrién-
Pensad que llegaré al purgatorio con una má"cnra doles definitivamente el reino. A este fuego no escapa-
sobre mi rostro que me he construido con paciencia y remos y no hav ninguna fuerza que nos pueda librar
habilidad durante años y años, una máscara que nunca de él. '
me atreví ni supe quitarme por temor a dejarme ver tal Por lo demás tampoco quisiera. Sé que costará, pero
v cual soy ante Dios y los hombres. se que debo pasar de allí.

'168 169
¿O es que quiero continuar por toda la eternidad con Digo ocasiones, porque no basta sufrir para pagar. Hay
ios al ¡¡bajos de mi sensibilidad, esta perenne húmeda que sufrir con amor, con paciencia, de lo contrario no
dificultad para abrasarme de amor? N o , soy leño verde, sirve de nada. Los que me salvaron no fueron los azotes
pero no quiero seguir estando verde en el Paraíso. Cuan- sobre las carnes de Jesús, sino el amor con que los aceptó.
do llegue quiero arder y terminar con este humear fasti- N o fue la subida al Calvario la que nos redimió, sino
dioso y pestilencial. la paciencia, la misericordia, la obediencia practicada por
Quiero llegar a donde llegó Jesús, sentir lo que sintió El en aquella trágica subida.
El en su Divino Corazón. Sé que sufriré espasmos pero En una palabra, fue su caridad, es decir, su amor, el
no hay otro camino y además sé que estará allí el poder que nos trajo lo "nuevo" de la redención. Y es la caridad,
de Dios "¡¡ara ayudarme. es decir el amor, la esencia del cristianismo. Sí, podemos
Desde ahora acepto ese fuego que hará salir de mí decirlo con toda certeza: "lo que importa es amar", y si
y de mis escorias terrenas el metal verdadero de mi per- lográramos transformar todos y cada uno de los instantes
sona, el querido por Dios y que el pecado había ofuscado. de nuestra existencia en u n acto de amor, todo estaría
Saldrá de mí el rostro nuevo, el que El vio cuando resucito. Este es el fuego del purgatorio y, para quien
le sacó del caos de la nada y que Satanás manchó arro- quiere evitar el purgatorio, debe convertirse en el fuego
jando sobre él su baba. de la Tierra.
Saldrá aquel niño que será el hijo de Dios para
siempre.

Y como el purgatorio está de ''esta parte" de la vertien-


te de la eternidad, lo único que me conviene es mez-
clarle ya con la Tierra. ¡Hacerme cuenta que ya estoy
en él! Atizar en mí un poco cada vez pero con valentía
el fuego de la caridad, empezar a quemar las escorias,
al menos las más gruesas y evidentes.
Lo que haga ahora no lo haré más tarde: eso habré
ganado. Debo aceptar la ascética que la vida me impone,
los dolores y las pruebas que me traen los días, los te-
dios y pesos de la convivencia humana, las molestias y
enfermedades inevitables como ocasiones preciosas v
providenciales de pago anticipado.

170 171
Aquí entramos en el misterio y debemos aceptarlo
¡Ven, Señor! hasta el fondo si no queremos perdernos en la oscuridad
de la mente humana.
Llubo santos que sintieron durante toda su vida el
fuego del infierno bajo sus pies y no sabían hablar de
otro argumento; y hubo otros santos que prefirieron no
insistir sobre el problema, fijos como estaban en el fuego
Ahora no nos queda más que esperar. esplendoroso de la misericordia divina.
Lo que puede suceder, lo que sucederá ya no nos per- Se diría que Jesús mismo en su divina pedagogía tuvo
tenece a nosotros sino a Cristo. cuidado de no precisarnos demasiado las cosas, limitán-
Y aquí debe sostenernos una gran esperanza más allá dose a decirnos lo esencial, es decir lo que debemos saber
de todos nuestros pobres cálculos humanos. Jesús en el y no olvidar.
Calvario dijo al ladrón que estaba muriendo con El esta N o hagamos, pues, demasiadas preguntas sobre el
frase conmovedora: "¡Hoy estarás conmigo en el pa- "cuánto" ni sobre el "cuándo", de lo contrario obligaría-
raíso" (Le. 23, 4 3 ) . mos al Divino Maestro a respondernos como respondió
¡Hoy. . . hoy. . . hoy. . . hoy! a los apóstoles curiosos: "Pero aquel día y aquella hora,
Esta palabra resuena en mi alma como un mensaje de nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino
esperanza, como u n grito de alegría. solo el Padre ( M t . 24, 3 6 ) .
¡ Hoy! Pero lo que sabemos, lo que Jesús nos dijo con toda
¿A dónde van a parar nuestras visiones? precisión, es esto: "Vigilad y orad" ( M t . 24, 4 2 ) . "Sed
¡Yo que he hablado de períodos geológicos que pasar como los criados que esperan a su amo de retorno de las
en el purgatorio! bodas, vara abrirle apenas llegue y llame" (Le. 12, 36).
Puede ser —y, ciertamente, fue así— que el ladrón es- Hay en el Evangelio y en el clima creado por él, en el
tuviera más preparado que yo para entrar en el Reino pensamiento de san Juan y san Pablo que fueron los
del perfecto amor, dado mi egoísmo incurable, pero. . . interpretes más apasionados y precisos de Jesús en las
No. los cálculos pertenecen a la tierra y no al ciclo, primeras comunidades cristianas, una actitud caracterís-
a la justicia y no a la gratuidad del amor. tica, el sentimiento profundo y dramático de una "es-
No, ln Eternidad no es la suma de los siglos, el Infi- pera".
nito no se obtiene poniendo uno junto a otro los espa-
La espera de un acontecimiento extraordinario que
cios- v li Gracia no es el fruto o el mérito de un número
debe ocurrir v que hará pasar a los hombres y a las cosas
apropiado de esfuerzos hechos por el hombre para me-
de una parte a otra, una especie de transformación re-
recerla. Lo Eterno es lo Eterno, el Infinito es el Infinito
pentina y decisiva: "Hago nuevas todas las cosas" (Ap. 21,
v la Gracia es la Gracia, es decir, gratuita, absolutamente
5); una sorpresa aun para el más atento y cauto: "Ven-
gratuita.
dré como un ladrón" (Ap. 3, 3 ) , mejor aún: como

172 173
"el rayo que fulgura desde un punto al otro del cielo" Aquí está en juego todo el equilibrio de la relación
(Le. 17, 2 4 ) . Dejando a u n lado el error de perspectiva hombre-Dios y hay que ser muy pequeños y abando-
al que fueron inducidos algunos primeros cristianos que narse en brazos del Padre para no ser presa de vértigos.
—impulsados por la prisa amorosa— interpretaron "la es-
fera" como la vuelta inminente de Cristo, como "la pa-
rusía" ya a las puertas, me parece que esa actitud pro-
fundamente evangélica es la más conforme y la más ver-
dadera para quien quiere entrar en el espíritu de las
cosas de Dios y vivir en este mundo preparándose a la La salvación, pues, no viene de mí.
estación eterna del cielo. Como en el paso del Mar Rojo fue necesario que se
La vida cristiana es verdaderamente una espera, un produjera u n hecho extraordinario para abrir las aguas,
tender hacia algo, un continuo salir de u n punto para así en mi alma en tensión hacia el amor debe producirse
ir a otro. un hecho nuevo que no depende de mí. Sobre mi tumba
Cuando se pide, ¿no se espera algo? Cuando se hace no seré yo, sino Cristo y solo Cristo quien grite "resu-
algo, ¿no se pone uno en actitud de ver aparecer el re- cita".
sultado? M e parece que así hemos llegado al final de mi em-
¿Qué es la perfección sino u n movimiento inexhausto peño al escribir este libro y quisiera invocar la ayuda
y nunca terminado de lo limitado hacia lo infinito, del de Nuestra Señora, que fue la criatura que vio más
hombre hacia Dios? claramente el problema, la más pequeña y la más humilde
Es la espera. de todas, para concluir con u n poco de orden estas me-
Y la espera es ante todo tomar conciencia de que las ditaciones.
cosas no dependen de nosotros. Recordad. Todo empezó aquel día en que en un trozo
Esto es muy importante porque nos hace entrar en la de desierto, en la soledad del Sahara, soñé que había
verdadera humildad, en la verdad. Las cosas no depen- sido aplastado por una roca de granito al pie de la cual
den de nosotros, el resultado no depende de nosotros, la me había echado a dormir para descansar.
salvación no depende de nosotros. Fui llevado ante el juicio de Dios y fui juzgado sobre
"Si abro nadie cierra y si cierro nadie abre", dice Cristo el amor: nada más.
en el Apocalipsis ( 3 , 7 ) . Una manía negada a un pobre me mandó al mirga-
Fue el drama más profundo en la conversión de san torio y allí coixmrendí que para salir tendría que hacer
Pablo, tan hebreo y tan ligado a la ley. un acto de amor perfecto, es decir un acto de la misma
La salvación no viene de la ley ni del esfuerzo para naturaleza que el amor de Jesús.
practicarla, sino de la gratuidad del Amor de Dios. N o me sentí capaz de ello.
Lo que nos justifica no son nuestras obras, sino la fe De entonces acá han pasado muchos años y precisa-
y la promesa. mente ayer, Viernes Santo, volviendo a pensar en la

174 175
Pasión de Jesús me encontraba en la misma posición que Pues bien, ante la muerte vencerá la débil y logrará
aceptar la guillotina cantando. La fuerte tendrá miedo
aquel otro día bajo la gran piedra.
a morir hasta. . . en la cama.
N o soy capaz de u n amor perfecto, no me siento con
Pero aceptar la tesis de la debilidad que vence, del
fuerzas para seguir a Jesús al Calvario.
ladrón que en el último momento roba el paraíso, del
Pero, ¿es posible que yo me sienta capaz? hombre que reduce su existencia a oración, y por lo
Y si me sintiera capaz, si me sintiera fuerte, ¿no sería mismo, prácticamente a la inactividad, ¿no es quizás co-
tal vez peor de lo que soy? rrer peligro de quietismo, de falta de empeño viril, de
Esta es la verdad descubierta al fin a lo largo de mi pereza, de iniciación?
experiencia religiosa. Aceptar la tesis de que es la fe y no nuestras obras,
¡Si dependiera sólo de mí nunca sería capaz! no nuestro apostolado, lo que justifica, ¿no es volver atrás
Debe ocurrir u n hecho, u n paso; debe brillar u n re- a la eterna discusión que dividió dolorosamente a tantos
lámpago, debe venir alguien, debe producirse alguna cristianos?
ola. . . debo llegar a ser capaz. No, si damos a esta actitud de espera el justo valor
que la Iglesia le ha dado siempre, sostenida como está
Pero, ¡yo no podré descubrirlo nunca, ni anticiparlo, ni
por el Espíritu de Dios. Partamos de las palabras de
preverlo!
Tcsús nuc son siempre determinantes en la búsqueda ele
Sólo debo esperar orando, amando, llorando, supli- la verdad.
cando.
Dice san Lucas en el capítulo 12: "Tened ceñidos
Esta es la actitud del hombre sobre la tierra y en el vuestros lomos y encendidas vuestras lámparas. Sed como
purgatorio. los criados que esperan a su amo de retorno de las bo-
Dios, que es el Dios de lo imposible, llegará de re- das, para abrirle apenas llegue y llame" (Le. 12, 35s).
pente y tocando mi alma me hará capaz de seguirle a En esas palabras está todo el sentido de la vigilancia
donde ha establecido llevarme, como al ladrón aquella atenta, dinámica, viril y apasionada.
tarde del Viernes Santo. Este criado, con el fin de estar preparado, ni si-
Y cuando descubra que soy capaz, estaré ya de la quiera se sienta para no dormirse.
otra parte y ya no tendré tiempo de mirarme en mí De he'dio Mateo, al referir las mismas palabras de
mismo como Narciso, ni destruir con el orgullo la gra- Jesús, dirá:
tuidad de la gracia que produjo en mí el poder amar
"¿Quién es, pues, él siervo fiel y prudente, puesto
como amó Jesús.
por el amo al frente de su servidumbre, para que
En el Diálogo de Carmelitas Bernanos presenta a
les dé provisiones a su tiempo? Dichoso este sier-
dos religiosas muy distintas una de otra. U n a representa
vo, si, al llegar su amo, lo encontramos obrando así"
la tenacidad, la fuerza, la voluntad; la otra la pequenez,
( M t . 24, 45-46).
la debilidad.

177
176
H e aquí el significado de la espera: "¡Lo encontraré Y que el Espíritu del Señor que ha soplado tan vigo-
obrando así!" rosamente sobre el aula conciliar traiga sobre nosotros
Teilhard de Chardin dice que la voluntad de Dios su fuerza y nos guíe con virilidad y suavidad por los
está en la punta de mi esfuerzo, en la punta de mi lápiz caminos del mundo contemporáneo.
y en la punta de mi arado.
¡Que fuerza de expresión para decir que el hombre
debe obrar, que el cristiano debe desarrollar todas sus
energías!
Dios se da a quien obra y obra como si fuera inmóbil.
Dios se comunica a quien lo busca sabiendo que la
búsqueda sería vana si no fuera buscado. San Ignacio,
que era un gran contemplativo resumía el problema de
esta manera: "Haz como si todo dependiera de ti y es-
pera como si todo dependiera de Dios". Y Don Bosco,
que era un auténtico místico sumergido en la acción
hasta lo inverosímil, denunciaba su equilibrio sobrena-
tural cuando cansado de correr y de hacer se dormía en
las antesalas de los ministros. Este adormecerse de Don
Bosco ante las dificultades de los coloquios con aquellos
que. . . eran los poderosos de la tierra me parece la señal
más clara de su alma contemplativa totalmente abando-
nada en los brazos del Padre. Y me parece también la
indicación más precisa para los cristianos de hoy de que,
debiendo vivir el espíritu del Concilio que la Provi-
dencia infinita de Dios ha traído a su Iglesia siempre
joven, fresca y fecunda, corramos el riesgo —como ha
dicho magistralmente Pablo VI— de ser arrastrados por
tendencias opuestas o por falta de equilibrio.

¿Obrar o pensar?

¿Rezar o evangelizar?
¿Hablar o dar testimonio?
Me parece que la respuesta ya está dada.

178 179
—No conviertas la lectura de la Biblia en u n hecho
Pequeña guía para la lectura personal cultural, haz de ella una oración.
de la Biblia N o digas "no voy a entender nada", sino di más bien:
"soy -pequeño y Dios mi Padre me enseñara'.

Por esto te aconsejo: abre la Biblia humildemente y


empieza siempre con la oración al Espíritu Santo.

U n a última palabra: no te eches sobre las notas como


A D V E R T E N C I A sobre soluciones fáciles:

Trata primero de leer el texto por ti solo, despacio,


Instrumento de trabajo: muy despacio, tratando de gustarlo como Palabra de
1. Tienes que tener una Biblia -personal y a ser posible Dios.
en un solo tomo para poder tenerle siempre contigo, aun Si no entiendes vuelve a leerlo, tratando de poner tu
cuando vayas de viaje. Si eres pobre, pídela humilde- inteligencia y tu corazón en estado de oración. Es el
mente. Nadie te negará u n regalo tan fácil y tan impor- Espíritu del Señor el que debe hablarte y no las notas
tante. Ponle pastas o forro fuerte, sencillo, funcional. de los profesores de exégesis o de historia.
2. Provéete de u n buen lápiz para señalar los pasajes
y subrayar los versículos más importantes que iremos A éstos los consultarás después, mucho después.
indicando y que tú descubrirás. T e n cuidado de que la Lo importante es que penetres dentro del Espíritu
señal no se corra ni pase a la otra cara de la hoja. de la Biblia, que aprendas a sentir gusto de ella, a
3. T e n gran deseo de estar solo con este libro como con amarla, a distinguirla de cualquier otro libro.
la carta que Dios te escribió desde siempre y por medio
de la cual quiere expresarte su amor. N o cometas la equivocación que han cometido dema-
siados, que buscaron en la Palabra de Dios, no el gusto
Atención: del pan, sino la discusión sobre el pan, no la oración, sino
la disertación sobre la oración, no la vida divina, sino
—Señalarás todos los capítulos y versículos que te las ideas sobre la vida divina.
indicaré. Es importante y me explico. Son los puntos
clave, los pasajes más hermosos y característicos, los Y el resultado. . . ¡ciertamente no fue brillante!
diamantes que brillan con luz especial. Al final del tra-
bajo poseerás una Biblia en la que te volverás a encon-
trar mucho más fácilmente y ya no te asustará su apa-
rente complicación.

180 181
INTRODUCCIÓN 1 Parte

Lee los primeros 11 capítulos y señala con el lápiz los


versículos siguientes:
Génesis 1,1-2 Génesis 3,21-24
La Biblia es tu historia, la historia de tu alma. Es una 1,26 " 4,3
gran historia de amor y como todas las historias de amor 1,28 " 4,9
es una continua sucesión de páginas conmovedoras lle- 2,5-9 " 6,5-7
nas de ternura o entusiasmo y de páginas de amargura 2,21-24 8,20-21
y de prueba porque los celos son la compañía del amor 3,5 " 9,5-7
como la traición es la ocasión del perdón. 3,11 " 9,13
Y como en todas las historias de amor: se mezclan 3,16-19
hechos dolorosos y sangrientos, pues sobre esta tierra
no existe amor perfecto y el amor tiene color de sangre.
Preámbulo a la lectura
Pascal escribió que todo se resuelve en bien para los
elegidos, hasta las oscuridades de la Sagrada Escritura, Para entender y gustar los primeros capítulos del Gé-
en cuanto tales oscuridades están honradas con la pre- nesis, hay que olvidar todas las concepciones que nos
sencia inaccesible de la Luz de Dios. hacen pensar en el tiempo y en el espacio como en abso-
N o te admires, pues, de las tinieblas porque son el lutos. La Trascendencia de Dios fuera del tiempo y del
signo de su Presencia, como la N u b e que guiaba al espacio nos permite poner u n poco de orden e n lo que
Pueblo de Dios por el desierto; y camina con humildad llamamos dimensiones. La historia del pueblo hebreo,
a la luz que te conceda el Espíritu. nuestra historia moderna y en particular la de la Iglesia
Y recuerda que en el corazón humano hay siempre forman un pequeño islote en el tiempo y en el espacio
una elección que hacer: o Dios o la tierra. Pide que para y esto es algo muy importante que hay que tener pre-
ti sea Dios. sente en la concepción del plan general de la Salvación.
Aquella época en la que el Espíritu de Dios "aleteaba
sobre las aguas y la Sabiduría Eterna se solazaba ante Él"
mientras era concebido el cosmos, puede darnos vértigos
G É N E S I S ante los recientes descubrimientos que han permitido a
la ciencia calcular con mucha aproximación los millares
Para empezar la lectura de la Biblia te de siglos que precedieron en nuestro planeta la llegada
aconsejo como primer libro el Génesis, del "homo sapiens". Quede bien claro: las primeras pági-
tanto por su importancia fundamental co- nas del Génesis son una poesía, y, como en todas las ex-
mo por su lugar en el Antiguo Testamento. presiones poéticas, "el símbolo" y la imagen contienen y

182 183
revelan la verdad profunda a la medida y a la capacidad boras, ¿quién os enseñó a huir de la ira que os aniemiza?
del que los gusta y trata de penetrarlos. Dad frutos dignos de penitencia, y no os ilusionéis con
Aquí basta sugerir que expresan un amor de juventud decir en vuestro interior: "Tenemos por padre a Abra-
de Dios. Amor de juventud al mundo, amoi de juventud liam", porque os digo que Dios puede de estas piedras
a la humanidad, amor de juventud de Dios a ti. suscitar hijos a Abraham" (Le. 3,7).
Porque Adán eres tú, Adán es la humanidad, Adán, y Porque —en efecto— en esta segunda parte del Géne-
con él toda la creación resplandeciente de vida, es Cristo, sis, no debemos pararnos en Abraham como padre car-
pues a su imagen y semejanza, el mundo es el Cuerpo nal de los Hebreos, sino en Abraham padre de todos los
de Cristo en continuo crecimiento hasta el día en que creyentes. H a llegado el momento de pensar de nuevo
llegue a su dimensión total que será la señal para que —a través de todas las alegorías y los hechos de la vida
Dios rehaga "todas las cosas nuevas", el cielo y la tierra. de Abraham y de sus primeros descendientes— en las
Libro, pues, de poesía, libro de profecía, libro de amor. revelaciones del segundo amor de Dios a la humanidad.
En su lectura tu ser debe tratar de tender hacia el Es una vuelta de Dios al amor de su juventud después
Espíritu de Dios que "aletea sobre las aguas". de las amargas desilusiones habidas por nuestra infide-
lidad; es un amor de madurez, u n amor de benevolencia
II Parte que supera infinitamente las profundidades del primer
Lee los capítulos que van desde el 12 hasta el 50, es amor.
decir, hasta el fin del Génesis. Señala los pasajes siguien- Es tiempo de que pienses de nuevo en el milagro de
tes y subraya los siguientes versículos: nuestra llamada a la fe; de que pienses de nuevo sobre
Génesis 12,1-3 Génesis 26,3-4 todo en la respuesta viril y madura a esa llamada, pre-
12,13 " 27,1-29 cisamente como Abraham.
14,18 28,14 Y esa respuesta, como por lo demás la misma llamada,
15,6 " 32,23-33 es como un milagro que exige en nosotros la presencia
18,14 " 38,10 de Cristo y de Su Espíritu y que nos hace vencer todos
18,17-33 39,1-23 los temores humanos y, como Abraham, nos permite res-
19,12-14 " 41,1-57 ponder: "Sí, Padre".
22,1-19 49,2-27
24,1-25 " 50,20
25,23-26

Preámbulo a la lectura

Juan Bautista en su predicación junto al Jordán se di-


rigía a sus compatriotas en estos términos: "Raza cíe ví-

184 185
EL ÉXODO todo entero, como quiso todo entero a su pueblo, dis-
puesto a sacrificar en la sangre a los que no tienen valor
para olvidar a los ídolos.
Después del Génesis fodemos empezar Es necesario que sigas esta peregrinación desde Egipto
con el Éxodo, que debes considerar como a la Tierra Prometida que vivieron nuestros Padres en
el paradigma de la historia del Pueblo de la fe, y, aunque siempre "tropezando", a pie. Peregrina-
Dios, y por lo mismo de tu historia hacia ción que profetiza la marcha de la Iglesia continuamente
la Tierra Prometida. Terviinarás esa lectu- vacilante y tentada de deseos terrenos, pero que quiere,
ra con el libro de Job. como Moisés y Josué, conducir a todos sus hijos al puerto
de la Salvación. Peregrinación que profetiza tu camino
sabiendo que las grandes aventuras son espirituales.
H e aquí los pasajes y los versículos que debes señalar
con tu lápiz. Finalmente, es necesario pensar que esta grandiosa
visión del Éxodo representa la marcha de toda la huma-
Éxodo 9,1-22 Éxodo 16,19 nidad. N o olvides que Dios habló sobre el Sinaí y que
" 12,1-14 " 16,28-29 al mismo tiempo habla al corazón de todos los hombres.
" 12,46 " 17,11 Junto con el Éxodo lee el libro de Job, pero antes
" 13,12 " 18,21 señala y subraya en tu Biblia los siguientes pasajes y
" 14,1-31 " 19,1-25 versículos:
" 15,1-21 " 20,1-26
" 15,25 " 32,1-35 1,21 Job 13,25-26
3,3-13 » 14,1-2
Preámbulo a la lectura 5,17-18 })
16,2-4
Apenas se encontraron los Hebreos en el desierto, ex- 7,1 " 17,3
puestos al hambre y a la s e d . . . ¡cómo suspiraron por las 7,7-9 " 19,21-28
cebollas de Egipto y por las ollas llenas de carnes grasas! 7,20-21 " 21,11
j>

Así tu alma mira hacia el pasado fácil, apenas se deja 9,2-35 29,13-15
oír cierta llamada de Dios que quiere hacer que atra- 10,1-22 » 38,1-41
f)

vieses la oscuridad de la N u b e hacia una vida de fe viril 12,14-15 39,1-30


í>

y consciente. 13,6-12 40,1-14


t>

Separación dolorosa de las ayudas y apoyos terrenos 13,15 42,2-6


que deben ser sustituidos por la esperanza en los bienes
Las "voces' en el desierto
invisibles.
Aquí es donde se revela el Dios de la zarza ardiente, H a llegado la hora de conocer, después del estudio de
el Dios del Sinaí, abrasado de celos porque te quiere los primeros libros fundamentales de la Biblia, alguna

186 187
nombres de Ruth y Booz, de Tobías y de su familia, de
de las grandes figuras proféticas que a través de la histo-
Rahab la prostituta, para darnos cuenta de que los ca-
ria difícil del pueblo de Israel, dominan el horizonte
minos de Dios no son nuestros caminos y que Dios sabe
espiritual del Pueblo de Dios.
sacar la grandeza precisamente de la miseria. Y por eso
Es indispensable retener, como idea general sobre este
en muchas de estas figuras se encuentran los primeros
largo período, la bondad incansable de Dios que se abre
rasóos de rostros y fisonomías más perfectos que encon-
paso precisamente en los momentos más oscuros de esa
traremos después en el Evangelio: José, María, la Mag-
historia, provocados por la impiedad o de los jefes o del
dalena, Marta.
pueblo, o de ambos; bondad que tiene poder para susci-
Y el canto de Ana, la madre de Samuel, será la pri-
tar ayudas y socorros inesperados y de u n modo entera-
mera copia del Magníficat definitivo de la Virgen. El
mente contrario a nuestros planes humanos.
Señor hizo contigo grandes cosas y su Nombre es santo.
Estos hombres son ya "signos" precursores del Mesías.
Los hechos más notables de su vida contienen ya evoca-
ciones de hechos evangélicos. Samuel
El nacimiento de Samuel (san Juan Bautista), el re- Para el conocimiento de este personaje lee del I Libro
tiro de Elias al desierto durante cuarenta días, la multi- de Samuel los capítulos 1-2-3-8-9-10, y señala estos pasa-
plicación de los panes y las resurrecciones hechas por
jes más importantes.
Eliseo en favor de una viuda, la historia de Jonás, etc.,
etc., ofrecen temas muy a propósito para ello. Se diría I Samuel 1,19 I Samuel 3,1-21
que la mano de Dios se ejercita, se divierte haciendo y 2,1-10 " 5,3
volviendo a hacer esbozos y dibujos para componer y
completar la figura definitiva del Mesías, preparada des-
David
de la eternidad en su divino corazón.
En relación con estas grandes figuras, como signos Es este uno de los personajes bíblicos más conocidos
anunciadores, Dios revela además al hombre lo íntimo y característicos. Sobre él lee el I Libro de Samuel desde
de su alma, sus preferencias por los pequeños y los hu- el capítulo 16 al 31 y el II Libro de Samuel desde el
mildes. Precisamente a través de la impotencia de mu- capítulo 1? al 24?.
jeres como Judit, Ester. . . Dios concede la victoria sobre
Los pasajes que hay que señalar son los siguientes:
los enemigos invencibles y mil veces más fuertes que los
I Samuel 17,1-58 II Samuel 11,1-27
Hebreos. . . Dios prepara la última y fundamental reve-
II Samuel 7,12-16 " 12,1-9
lación de las Bienaventuranzas a través del relato fresco
7,18,29
y vivo de la vida de cada día de los humildes.
En todo esto se siente ya la manifestación de la cos- (este pasaje es importante porque nos hace ver hasta
tumbre de Dios, de los gustos de Dios. Basta evocar los qué punto los planes de Dios están lejos de nuestros pla-

188 189
nes. Basta pensar que precisamente del pecado de David cosas, es interesantísimo y dramático. Señalar en par-
parte la generación carnal de Cristo que será llamado ticular
"Hijo de David"). Véase el Evangelio de san Mateo 1,6. Judit 9,1-14 judit 15,9
II Samuel 15,30 II Samuel 22,2-51 " 13,16-20 " 16,1-17
16,11-12 " 24,16-17
Ester
Elias La historia de Ester está contenida en los diez capítu-
El relato de este gran hombre de Dios está en el los del libro omónimo. Es hermosísima la oración conte-
I Libro de los Reyes en los capítulos 17-18-19. nida en el pasaje:
Puedes señalar con tu lápiz los pasajes siguientes im- Ester 8,3-19.
portantísimos.
RMÍ
I Reyes 17,2-9 I Reyes 18,21-40
" 19,1-21 Relato dulcísimo que ilustra la piedad filial de una
familia —lejana y sin embargo. . tan cercana— del pue-
Elíseo blo escogido. Pensemos que por su justicia será llamada
a ser uno de los anillos de la genealogía de Cristo.
Lee el II Libro de los Reyes desde el capítulo 2° al 9°, Léanse los cuatro capítulos, todos ellos merecedores de
señalando los pasajes ser señalados.
II Reyes 2,1-19 II Reyes 4,8-37
" 4,1-8 "' 5,1-19
1 y II Libro de los Macabeos
Tobías Llistoria grandiosa de una de las muchas familias que
tuvieron valor para sacrificar vida y bienes por la restau-
No se puede menos de leer todo el libro. Es un relato
ración del culto del verdadero Dios.
delicioso y es una representación de los lazos invisibles
Léanse los primeros cuatro capítulos del I Libro y los
que existen entre el hombre y los espíritus.
capítulos 5-6-7-8-9-10 del II Libro.
Hay que señalar los siguientes pasajes y versículos:
Señala los pasajes siguientes
Tobías 4,10-11
12,8 I Macabeos 2,49-70 II Macabeos 5,11-27
13,1-18 3,19 " 6,1-31
9,1-22 " 7,1-42
] u dit 9,8-12
12,39-46
También hay que leer todo el libro que, entre otras

190 191
] onás Es necesario que siga a través de los Libros que te
quedan por recorrer cierta evolución en la profundiza-
Este profeta, simpático y humilde, nos ofrece el relato ción de este pensamiento. Bajo la indicación de Dios,
de una vida llena de humorismo: el verdadero humoris- normas de sabiduría puramente humana y adquirida en
mo, el de los hombres que quisieran ser más severos que el curso de la experiencia de los años, adquieren valor
Dios. de leyes o por lo menos de sabiduría inspirada. Es así
Pero al mismo tiempo tiene la suerte de profetizar como, poco a poco, va tomando vida cierta religión in-
nada menos que la muerte de Cristo que expía por todos, terior. Bajo la guía de los Profetas, particularmente de
cuando es agarrado por sus harapos y arrojado al mar y,
los últimos tiempos, la noción de responsabilidad perso-
algunos días después, figura a Crsito resucitado.
nal ocupará el puesto de la responsabilidad tribal y ten-
Señala los pasajes siguientes antes de leer todo el breve
drá como consecuencia el que se vaya abriendo paso el
relato.
sentimiento del pecado personal interior. Nos trazará el
lonas 1,1-16
camino hacia el mensaje evangélico.
" 2,1-7
" 4,1-11 Leeremos los seis libros sapienciales bajo dos ángulos
visuales.
Los libros sapienciales
Para el culto Para la Moral
Pasemos ahora a echar un vistazo a lo que fue la esen-
El Levítico Los Proverbios
cia en la vida religiosa de nuestros padres en la fe.
Los Números La Sabiduría
1:1 pueblo hebreo fue durante mucho tiempo u n pue-
Deuteronomio El Eclesiástico
blo de nómadas y pastores y tardó mucho en ser seden-
tario. N o hay que olvidar esta realidad para poder seguir
Levítico
y entender la evolución de su expresión religiosa, tanto
en el sentimiento como en la organización cultural. La Puedes leer tranquilamente y sin mucho empeño los
ignorancia general de la masa obligó al legislador a una capítulos que van desde el 1? al 10 9 y desde el 239
codificación minuciosa que, por lo demás, corresponde a hasta el final del libro.
la mentalidad oriental.
Señala y subraya
Basta, aun en nuestros días, pasar algún tiempo en los
países afro-asiáticos para darse cuenta de hasta qué punto Levítico 24,20 Levítico 26,1-46
el sentimiento de la unidad orgánica de la vida dirige 25,1-55 " 27,1-25
las diversas expresiones sociales o religiosas. Las nocio-
nes de "sacralización" y de "desacralización, de pureza y Números
de impureza, fuera de la voluntad del hombre están ínti-
Lee los capítulos 6, 9, 11, 12, 14, 20, 21, 22 y señala
mamente relacionadas con cierta filosofía del ser.
en particular estos pasajes:

192
193
Números 6,1-8 N limeros 11,31-34 21,13
» 6,22-27 ,, 12,7-8 " 5,3-6 21,30
w
9,15-23 " 14,15-24 " 6,16-19 22,15
11,4-6 » 20,9-13 » 6,22-35 23,10-15
» 11,10-23 21,49 " 7,1-27 25,19-22
» 8,11-19 25,25-27
Deuteronomio " 9,1-6 26,11
» 9,22-36 26,13-14
Puedes leer por mero interés los capítulos 4, 5, 6, 7, 8,
» 10,26 27,5-8
9, 10, 11, 12, 15, 16, 18, 19, 22, 26, 27, 29, 32, 33, 34,
" 11,26 29,17
Señala en particular y subraya >t
13,11 30,17-28
Deuteronomic 4,7 Deuteronomio 9,1-6
>}
13,24 31,10-31
V
" 4,9-23 10,12-19
» 4,24 >, 11,10-12 Sabiduría
" 4,29 ', 11,26-27 Lee con sencillez este libro maravilloso, notando cómo
tt f>
5,1-22 15,1-23 a través de los acontecimientos humanos Dios nos habla
n
6,4-13 * 27,11-26 y revela su amor.
M
" 7,6 32,10-11 Subraya y señala los siguientes pasajes importantes:
í)
7,13 " 32,19
" 8,2-6 " 32,35 Sabiduría 1,1-2 Sabiduría 7,22-30
w
2,1-20 » 8,2-4
Proverbios » 2,23-24 >, 9,1-18
" 3,1-14 " 10,1-21
Lee este libro en los momentos de descanso sin preocu- » 5,9-13 " 11,1-26
pación de catalogaciones ni juicios, como se lee un libro » 6,12-19 " 13,1-6
sobre la sabiduría de los dichos populares. » 7,7-12 15,1-3
Señala y subraya.
Proverbios 1,7 Proverbios 15,1 Eclesiástico
2,3-6 15,4 Lee este libro fácil; es como el resumen de lo que un
3,5-7 16,4 padre anciano quisiera decir a su hijo antes de morir.
3,9-10 16,6 Señala estos pasajes importantes:
3,13-26 17,17
Eclesiástico 1,1-7 Eclesiástico 24,1-21
3,28 19,17
2,4-9 " 27,2
4,18-19 21,3
195
194
30,1-13 puesto tan privilegiado en la vida de la Iglesia quiere
3,29
40,28-30 decir que tienen valor universal.
4,1-11
7,14-15 42,24 Sin duda alguna este valor universal consiste en el
7,33-36 43,1 hecho de que anuncian u n "adviento", un acto que debe
realizarse: el adviento de la Salvación de los pobres, a
11,20 43,19
la que está destinado este Reino.
18,1 43,27
"Orando" con estos Salmos hay que esforzarse por
18,9 51,2
vivir en nosotros esta fuerza universal del Pueblo de
Dios —el pueblo hebreo—, pero más aún la realidad de
la que este pueblo fue imagen: el pueblo de todos los
redimidos.
"Señor, enséñanos a orar", dirán los discípulos a Je-
LOS SALMOS sús. Dios en los tiempos antiguos había empezado ya,
por medio de estos cánticos líricos, esta lección de ora-
ción y toda esta colección será resumida sin posibilidad
Pasemos ahora a la lectura y al estudio de los Salmos de ser superada en el "Padrenuestro".
que tienen una importancia enteramente particular entre Advertencia: N o te dejes sorprender ni desmoralizar
los Libros del Antiguo Testamento. por algún salmo de ímpetu. . . guerrero. Están ahí por
Los Salmos son poemas escritos para ser acompañados diversos motivos de naturaleza histórica, pero también
con instrumentos musicales. —así lo pienso— para mostrarnos qué ridículos somos los
Podemos dividirlos en grandes categorías con el fin hombres cuando pedimos a Dios cosas idiotas y perju-
de ayudar y facilitar el tono justo de nuestra oración diciales. Y también esto puede servirnos de lección por-
según los períodos de la vida de la Iglesia o según que —como dice Pascal— todo sirve para el bien de los
las necesidades profundas de nuestra alma. escogidos.
En general se dividen en Himnos, en oraciones de im-
petración, de adoración, de alabanza, de confianza, en
salmos didácticos y en salmos proféticos. La lectura de los Salmos —estoy cierto de ello— te re-
Se puede decir que toda la doctrina religiosa del An- sultará deliciosa. Con calma, en paz, puedes leerlos
tiguo Testamento se encuentra en los Salmos bajo forma todos una primera vez. Después verás que sentirás la
lírica o didáctica. Pero las oraciones son siempre concre- necesidad de volver sobre ellos, especialmente sobre los
tas: expresar u n estado de alma particular del individuo más impresionantes. A este propósito te aconsejo que
o de la colectividad que quiere manifestarse a su Señor hagas de ellos una catalogación personal que te será pre-
y Maestro. Además debemos decir una cosa: si los Sal- ciosa más tarde, cuando sientas la necesidad de recurrir
mos, que son oraciones inspiradas, ocupan aún hoy u n a los Salmos para expresar mejor tu oración.

196 197
En general la subdivisión se puede hacer bajo estos 37,35-36 " 95,4-11
títulos: 38,4-10 " 102,6-8
39,6-7 " 102,24-28
Adoración: por ejemplo Salmos 8-64-103-144, etc.
40,2-4 " 103,10-14
alabanza: como el 18-33-92-95-135, etc.
40,7-9 " 104,1-35
confianza: 4-15-17-22-24-39-41, ere.
42,2-10 " 106,20
impetración: 5-27-30-50-54-70.
45,2-18 " 106,40
didácticos: 1-14-36-48-49-118.
46,2-5 " 107,4-6
mesiánicos: 2-21-71-109-68.
47,2-3 " 108,1-5
históricos: 43-77-104-105-136.
51,2-21 " 110,1-7
o también concentrando la atención sobre estados de 53,2 " 111,10
alma, situaciones, momentos, liturgia, etc. Ejemplos 55,7-8 " 115,4-8
como: 56,5 " 118,6
Oración de Jesús: 3-40-61. 57,2-3 " 118,22
Cristo Crucificado: 22-69-88. 57,8-11 " 119,18
Cristo Rey: 3-72-93-95-96. 60,3-6 " 119,36
Sacerdote de la creación: 9-19-24-29-65-104. 62,2-13 " 119,49
Preparación para la Misa: 15-43-50. 63,2-9 " 119,57-58
Acción de gracias: 20-34-84-139. 66,4-6 " 119,81-84
66,11-17 " 119,105
En todo caso subraya en tu Biblia los versículos siguien- 69,2-32 " 119,123
tes que son de los más bellos de todo el Salterio. Así 71,17-18 " 119,147-148
tendrás delante lo mejor de estos poemas admirables: 72,5-20 " 122,1-3
Salmo 2,7-8 Salmo 22,2-32 73,23-28 " 123,1-4
3,4-5 » 23,2-5 77,6-10 " 124,1-8
4,2 >> 27,13-14 77,17-21 " 125-1
yt
4,8-9 28,1 80,2-6 " 126,1-6
6,2-4 >> 30,2-4 84,2-5 " 128,1-6
tt
8,4-5 31,2-25 85,11-14 " 129,3
" 13,2-6 » 32,3-4 86,2-3 " 130,1-8
" 16,2 » 33,6-8 88,2-19 " 131,1-3
" 18,2-7 » 34,6-12 89,2-17 " 136,1-26
18,29-34 » 36,8-10 90,1-10 " 139,1-9
" 19,2-5 " 37,4 91,1-16 '' 146,3

198 199
142.2-8 "' 145,1 Este Jeremías anuncia siempre catástrofes y dolores:
143,1-11! " 147,1-20 tiene pocos amigos y ningún discípulo: rechazado por
144,1-7 " 148,1-14 todos. Trabajando sin éxito, hasta es arrojado del Templo
cuya destrucción ha predicho. En el abismo de sus amar-
guras encuentra refugio en Dios solo. Sus "confesiones"
—podríamos llamarlas así— son uno de los puntos culmi-
nantes del Antiguo Testamento. ¡Qué conmovedor es
el diálogo de este hombre con Dios! Las almas hebreas,
las más piadosas, las más religiosas, experimentaron más
LOS LIBROS P R O F E T I C O S
que formularon la vida religiosa. Buscaron con angustia
esta fuente de agua viva capaz de renovar y crear de
nuevo al hombre.
A medida que se va ahondando en la idea de Dios,
Es esta la visión que hay que tener y vivir al acer-
se va precisando el concepto de pecado.
carnos a los Libros proféticos orientados enteramente
La idea del pecado es como "el reverso" de Dios.
hacia la Salvación que "reúne a los pobres de Yavé".
La noción de la necesidad de una salvación personal,
Es este el grito que sale de la vida misma de los pro-
la necesidad de un salvador para restaurar el equilibrio
fetas y de las palabras que constituyen el espíritu de
y la paz es la última enseñanza del Antiguo Testamento
profecía siempre vivo en la humanidad.
para preparar la venida del Mesías. Y es ésta la obra de
Es esta llamada "torturante" la que nos dice que existe
los grandes Profetas que ahondaron en estas dos revela-
algo que no se ve, que no se toca; que nos asegura una
ciones para sus compatriotas. Constituyen con sus escri-
Presencia que juzga las cosas de hoy y de mañana con
tos la preparación inmediata a la Revelación que el Hijo
,ojos y medidas totalmente ignoradas aun por las técnicas
de Dios en persona traerá a esta tierra.
más modernas.
Para aceptar al Mesías y al Mesías paciente (al siervo
Podríamos poner como introducción al conjunto de
de Yavé) como será descrito por las visiones de los pro-
los libros proféticos este sencillo pasaje bíblico: "He aquí
fetas, ante todo había que reconocer el pecado, las cul-
que los reuniré de todas las naciones entre las que los
pas de la humanidad y su gravedad por una parte, y he dispersado por mi cólera y mi furor... Los traeré
por otra, la impotencia absoluta del hombre y del pueblo de nuevo y serán mi pueblo y Yo seré su Dios. . . y les
escogido en particular, para salir del caos. daré un corazón nuevo y estableceré con ellos una alian-
Isaías ha trazado —podríamos decir— el retrato casi fí- za eterna por la que no cesaré de hacerles bien con todo
sico del Mesías que tendrá que venir. Mientras que Jere- mi corazón y con toda mi alma".
mías amplía de una manera única el sentimiento de la
. . .¡mucho antes de todo Concilio Vaticano!
necesidad del alma, la pobreza radical del hombre que
Admirable desarrollo, magnífica pintura que ha guiado
sólo en Dios podrá encontrar su plena satisfacción. la mano de Dios, pedagogía sólida y vital que conducía

200 201
7,10-17 " 52,13-15
a las almas para que fueran entendiendo poco a poco la
naturaleza de los "bienes mesiánicos", es decir, el con- 9,1-6 " 53,1-12
junto de los valores eternos que penetrarán en el mundo 11,1-5 " 54,1-17
a través de Cristo; pues era necesario un modelo perfecto 11,6-9 " 55,1-5
para presentar a nuestros ojos el corazón del Padre ce- 12,1-6 " 56,9-12
lestial. 25,1 " 58,1-14
Tienes que acometer la lectura de los libros proféticos 27,2-5 " 61,1-11
con valentía, con gran espíritu de oración y de confianza 29,15 " 62,1-12
en Dios. 33,11 " 63,1-19
A veces es bueno hacerla coincidir con ciertos períodos 35,1-10 " 64,1-11
litúrgicos. 38,9-20 " 65,1-25
Isaías con el Adviento, Jeremías con la Cuaresma, a 40,1-11 " 66,9-12
veces con días o períodos de soledad y de desierto. 40,12-31 " 66,22
N o te señalo los capítulos que debes leer para dejar
más libertad a la disponibilidad del Espíritu en ti, pero
Jeremías
te aconsejo vivamente que a la lectura preceda el tra-
bajo acostumbrando a subrayar con el lápiz los pasajes y De Jeremías no te olvides de señalar y subrayar los
los versículos más importantes que te ayudarán a encon- pasajes siguientes:
trar entre tus manos una Biblia más familiar, más tuya.
Jeremías 1,4-10 Jeremías 7,16
2,1-13 8,4-7
Isaías
2,20-27 13,26-27
2,32 14,5
Del libro de Isaías subraya los versículos siguientes:
3,1-5 14,17
ías 1,2-9 Isaías 41,8-14 3,12 15,1-3
1,11-17 " 42,1-4 3,20-22 15,10
2,2 " 42,13-14 4,1 17,1
' 2,4 " 43,1-5 4,14 17,5-11
2,17 " 45,4-10 4,19 17,14
3,17 " 45,23 5,13-14 18,1-12
3,23-24 " 49,1 5,20-25 18,13-15
4,2 " 49,6 6,7-8 20,7-9
5,18 " 49,8-13 6,24-26 20,14-18
6,10 " 50,2-7 7,9-10 23,3-4

202 203
>t
8,18-23 23,9-11 Daniel 2,20-23 Daniel 5,1-30
ty
9,3-4 24,7 2,36-49 7,9-14
10,3-15 » 30,18-24 3,14-23 9,4-5
10,19 » 31,3-4 3,40-42 9,24-27
A
10,23 31,10 3,52-59 13,1-64
11,14-16 " 31,15 4,24 14.28-43
11,19 )> 31,33-34 4.31-34
12,7-8 " 32,26
13,11 Oseas
^mentaciones 1,1-2 Lamentaciones 4,3-4 Es una pequeña obra maestra. Bajo la imagen muy
1,8 » 4,10-11 querida del pueblo hebreo de los desposorios entre Israel
1,12-13 » 4,13 y Yavé se oculta todo el drama de las relaciones entre
2,5 » 5,4-5 el alma y Dios.
2,13 » 5,10 Tienes que subrayar los siguientes pasajes:
3,1-24 " 5,15-17
3,26-33 " 5,21-22 Oseas 1,9 Oseas 10,11
2,16-19 " 10,13
3,43-48
2,21-22 " 11,1-4
Baruc 3,32-38 Baruc 4,7-8 2,25 " 11,8-9
" 4,4 " 4,36 6,46 " 13,7-8
i?
8,7 13,13-14
Ezequiel 9,1 n
14,5-7
No te asustes de las visiones algo complicadas de este 10,1
profeta. Es algo difícil y cuando algún pasaje no te diga
nada, pasa adelante. J oel
Ezequiel 16,1-63 Ezequiel 34,1-31 Hay que subrayar los versículos siguientes:
23,1-49 " 36,22-26 Joel 1,4 Joel 3,1-5
24,3-12 " 37,1-13 " 2,15-18 " 4,18-19
33,10-20 " 38,19
33,31-33 Amó s
Subraya:
Daniel
Amos 5,18-20 Amos 7,3
Lectura más fácil. Señala los pasajes siguientes: " 5,21-27 " 9,11-15

204 205
Zacarías
] onás
Zacarías 9,9-7 Zacarías 12,10-11
Subraya:
11,13 " 13,7
Jonás 1,1-16
" 2,1-7 Malaquías
" 4,1-11
Malaquías 1,2 Malaquías 3,1-5
Miqueas 1,6-10 " 3,8-10
2,1-4 " 3,23-24
Subraya:
Miqueas 3,11 Miqueas 6,3-8
>» 4,1-3 7,4
" 4,6-7 7,11-17
n
5,1 7,18-20
LOS EVANGELIOS

N ahúm
"Dios, después de haber hablado muchas veces y en
Subraya:
diversas formas a los Padres por medio de los projetas,
Nahúm 1,2
en estos días, que son los últimos, nos ha hablado por
3,1-7
el Hijo, a quien ha constituido heredero de todas las
cosas, por quien hizo también el universo. Este, que es
Hahacuc el resplandor de su gloria y la impronta de su substancia,
sostiene todas las cosas con su palabra poderosa y, una
Habacuc 1,3 Habacuc 2,3-4
vez que realizó la purificación de los pecados, se sentó
1,13-14 3,19
a la derecha de la Majestad en lo más alto del cielo"
(Heb. 1,1-3).
Sofonías Ahora nos toca acercarnos al Nuevo Testamento y
especialmente al Evangelio.
Sof ornas 1,12
Decimos inmediatamente que no se trata de una
3,3-4
simple lectura. Los hechos y las palabras del Hijo de
Dios, hecho hombre, no pueden entrar en ninguna cate-
Ageo goría de libros.
El Padre de Foucauld había comprendido esta presen-
Ageo 1,6
cia especial y extraordinaria de Cristo en el Evangelio
" 2,6-9

206 207
de tal manera que en su capilla en el desierto, la misma mi voz y me abre, entraré en su casa; cenaré con él y él
lámpara iluminaba tanto el Sagrario como el texto del conmigo" (Ap. 3,20).
Evangelio colocado junto a él.
Las palabras del Evangelio son signos que revelan y
contienen verdaderamente el Espíritu del Señor. Pode- "Y qué señalar en los Evangelios? ¿Qué versículos de-
mos decir que la meditación sobre el Evangelio produce bemos subrayar? Había e m p e z a d o . . . a s í . . . y poco a
un contacto vivo con Cristo. poco. . . advertí que ni una sola línea quedaba omitida:
Recuerda que el Evangelio es un "absoluto", el que lo ¡había subrayado todo!
abre con la intención auténtica de ponerlo en práctica Pienso, pues, que es inútil empeñarse en este trabajo
será tenido por loco. Loco como lo fue san Francisco de como lo hicimos con los libros del Antiguo Testamento.
Asís, loco corno lo fue Benito Labre, loco como lo fue Considera, amigo, el Nuevo Testamento de tal impor-
Carlos de Foucauld. tancia que no dejes de prestar atención ni siquiera a una
Este último había resumido sus interminables medita- sola línea.
ciones sobre el Evangelio en esta frase: "jesús ha ocu- Pero termino mi trabajo de guía haciéndote dos breves
pado el últ'mo puesto entre nosotros de tal manera que advertencias necesarias: una sobre la lectura del pensa-
nadie se lo podrá quitar". miento de san Pablo y la otra sobre la de san Juan.
Y de hecho podemos convencernos de que no pode-
mos expresar el pensamiento contenido en el Evangelio
sino de una manera aproximada; que no podemos sino Las cartas de san Pablo
balbucear cuando queremos explicar a nuestros hermanos
Ciertamente las cartas de san Pablo ¡no son fáciles!
su contenido y que no podemos sino tropezar cuando
Nos encontramos ante u n hombre culto, acostumbrado
queremos tratar de seguir el camino trazado por Jesús.
a la dialéctica oriental y conocedor, como pocos, de los
Pero, a pesar de todo esto, debe quedar en nosotros,
problemas del mundo pagano y judío. Muchos han inten-
y fuertemente, el deseo de reproducir, de imitar este
tado presentar una síntesis del pensamiento paulino, pero
"Modelo único" y esto es lo que nos inspira el contacto
no siempre con buenos resultados: en el fondo se termina
diario con el Evangelio.
por textos del Antiguo Testamento, sobre el que apoya
Para terminar diremos que es necesario insistir sobre
continuamente su profundo pensamiento. Se ha intenta-
este movimiento de imitación que, por lo demás, marcha
do imponerle "categorías" prefabricadas.
"en los dos sentidos como todo movimiento de amor.
De hecho San Pablo es un "intuitivo" formidable que
Puede ocurrir que nos toque llamar, llamar a su puerta confía sus convicciones personales y sus intuiciones si-
todos los días para que nos revele Su Rostro, pero sin guiendo las necesidades de sus lectores. Es cierto que hay
olvidar que Él mismo nos ha hecho esta advertencia:
cartas en las que el apóstol trata de ir al fondo de un
"He aquí que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye
tema doctrinal como si aquel grupo al que va dirigida la

208 209
carta no hubiera comprendido bien el argumento. Pero Juan fue el amigo del Corazón de Jesús. Sin duda
pienso que en medio del gran cúmulo de enseñanzas teó- sintió cosas que los otros discípulos no sintieron y además,
ricas, de meditaciones bíblicas, de argumentos apologé- fue favorecido, especialmente en los últimos años de su an-
ticos, de consejos pastorales y morales hay que extraer cianidad, con diversas revelaciones para consuelo e ins-
algún verdadero tesoro, alguna perla preciosa. trucción de los cristianos.
Los frescos grandiosos que pinta para describir el fin
Señalemos algunas lincas fundamentales:
del mundo y el principio del otro serían espantosos si el
a) Visión de u n mundo en marcha hacia la transfor- conjunto ele su libro no estuviera dominado por u n pen-
mación y la Resurrección final. samiento de amor.
b ) La edificación del Cuerpo Místico de Cristo (visto En realidad, este Libro es el libro de las bodas del Cor-
a la luz de las dimensiones de la creación entera). dero con su Iglesia, y al mismo tiempo la imagen, como
c) La acción del Espíritu Santo en esta perenne siempre, de la unión con el alma contemplativa. La es-
transformación y edificación. posa participa de la alegría y del triunfo del esposo, el
Caballero de Dios, que después de haber ganado todas
d ) La espera amorosa y angustiosa del hombre y de
las batallas sale al fin victorioso del combate con los suyos
la creación de un Retorno definitivo de Cristo.
y distribuye a los fieles gloria y recompensa.
Toda esta actitud general escatológica es de tal poder,
que marcó profundamente los primeros tiempos del cris- El espectáculo de los enemigos abatidos y vencidos, el
tianismo y dio a san Pablo un ímpetu evangélico real- espectáculo de la liturgia grandiosa que se organiza en
mente excepcional. el tercer cielo para honrar al vencedor llena de alegría
Ante estos textos que revelan la gran figura de san el corazón de la Iglesia.
Pablo, es bueno recordar finalmente la advertencia hecha Pero la esposa espera después de este triunfo maravi-
por el Señor a Ananías, encargado de bautizar al nuevo lloso del Esposo, la intimidad de la noche, cuando Él
convertido: "Anda que este es para mí instrumento ele- sea todo para ella. Y es el deseo profundo y final que
gido, para llevar mi nombre a los gentiles y reyes y a los Cristo espera que expreses tú siguiendo a san Juan y
hijos de Israel. Yo le mostraré cuánto debe padecer por desde el fondo de todo tu ser.
mi nombre" (Hechos 9,15).

"Señor, ven, ven pronto"


La lectura de san Juan
Todos los grandes contemplativos que nos ha pre-
La última introducción, antes de terminar esta guía, sentado la Sagrada Escritura, desde Abraham a Moisés,
está dedicada a san Juan para ayudarte a leer sus escri- desde Elias a Jeremías, han alcanzado, después de las
tos y sobre todo su última obra, el "Apocalipsis". pruebas de purificación, este deseo que el salmista ex-

210 211
presó con las palabras: "Como una tierra seca y sin ÍNDICE
agua así mi alma tiene sed de Ti, Dios mío". San Pablo
dirá: "Deseo morir para estar con Cristo".
Y termino expresando un último deseo: Que esta bús- 7 Presentación
queda un poco ansiosa de la juventud que empieza desde 13 Introducción
el Cantar de los Cantares, después de haber encontrado
su justificación en la práctica de la caridad —de la que
PRIMERA PARTE
habla San Juan en su carta: "hijitos míos, amaos los unos
a los otros como nos amó Jesús", se haga más tranquila 19 Sumergido en la luz
pero no menos ardiente en los años duros de la fe des- 26 La fe
nuda y pueda al fin hacerte decir y suspirar, como ga- 31 La llamada a la fe
rantía de todas esas revelaciones: "La vuelta está cerca, 38 La esperanza
sí, ¡ven Señor Jesús, ven pronto! Amén" (Ap. 22, 20). 45 El camino de la esperanza
50 El amor
56 El camino del amor

SEGUNDA PARTE
65 No es bueno que el hombre esté sole
71 Vivir juntos
76 ¡Es debilidad, no amor!
83 El hombre y el trabajo
88 Trabajarás con el sudor de tu frente
94 Amar todas las cosas
101 No te harás ídolos esculpidos

TERCERA PARTE
111 La alabanza de Dios
117 La invocación
123 La confianza como oración
128 Oración y vida
135 La oración como sacrificio
142 La revelación de Dios
149 El amor de Dios en nosotros

212
CUARTA PARTE
157 El mandamiento nuevo
166 El fuego purificador
172 ¡Ven, Señor!

APÉNDICE
180 Pequeña Guía para la lectura personal de la Biblia

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