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Estado de la cuestión sobre las propuestas de cambio respecto a

la trabajadora del hogar para enfrentar su situación


desfavorable dentro de la familia y el ámbito laboral

Las trabajadoras del hogar han aumentado en número dentro de la


sociedad peruana. Hace unos años el analista Ronaldo Arellano les
dedicó unas cuantas líneas en una investigación que cambiaría la
manera de ver a Lima y a los limeños:
“(…) la empleada doméstica se ha convertido en parte integrante
de las familias. Siendo mucho más frecuente en la Lima Central,
donde cerca del 20% de las familias cuentan con este servicio,
aunque también lo hay (en menor magnitud) en otras zonas de
Lima, especialmente en el Norte y el Este.” (Arellano 2004:128)

En la cita es evidente que ya en el 2004, la labor que desempeñan las


trabajadoras del hogar1 es de gran importancia en la familia, pues al ser
un refuerzo en las labores domésticas se constituyen como pilar de
desarrollo del hogar. No obstante, esta función no es conducida de la
mejor manera por sus empleadores ni por el Estado, el cual la debería
dotar de derechos que la TH2 no percibe.
Es en este marco desalentador en el que nace el tema de este estado de
la cuestión sobre las propuestas de cambio respecto a las trabajadoras
del hogar para enfrentar su situación desfavorable dentro de la familia y
el ámbito laboral. Se trata de exponer y contrastar propuestas que
promocionen el cambio de la situación de la TH, para hacer de esta una
persona con derechos laborales más dignos y de mayor prestigio social.
En ese sentido, surge la pregunta de investigación “¿De qué manera se
puede generar un cambio en la situación de la trabajadora del hogar de
tal manera que esta pueda enfrentar su situación desfavorable en el
campo laboral?” Al tratar de resolver la pregunta se plantearán puntos
de vistas que ayudará a consolidarlas dentro de un ambiente social en la
que no se le da la debida atención. Esto es muy importante, pues
1
El término correcto para referirse a ellas es el de trabajadoras del hogar, y no
empleada doméstica como Arellano las cita.
2
Para abreviar y no provocar confusión ni redundancia, el término “trabajadora del
hogar” en adelante será referido solo por sus iniciales TH.

1
además de empoderar a la TH y reforzar su autoestima, se romperá el
estereotipo que se tiene de ella como un personaje débil y pasivo.
Para este fin, se ha consultado la investigación de la Asociación Grupo
de Trabajo Redes (AGTR). La AGTR trabaja para mejorar la situación de
las personas marginadas como la trabajadora del hogar3. Una de sus
investigaciones es titulada “Las ciudadanas más marginadas”, y trata de
cómo aplicar métodos para optimizar la difusión de los derechos de la
TH, así como su capacitación4.
También se ha consultado el trabajo de Teresa Viviano Llave, peruana
licenciada en trabajo social. Se desempeña en el área de violencia y
hostigamiento sexual hacia la mujer. Su experiencia se refleja en más de
7 años de trabajo en el rubro. Actualmente es trabajadora del Ministerio
de la Mujer y del Desarrollo. También ha trabajado para el movimiento
Manuela Ramos5.
Por otro lado, también se ha considerado el trabajo de la mexicana Mary
Rosaria Goldsmith Conelly, quien ha hecho investigaciones acerca del
sindicato de THs de México. También tiene publicaciones y artículos
relacionados al tema de la mujer, el trabajo y el poder. Actualmente es
profesora de humanidades en la Universidad Autónoma de México. Es
una interesada en los derechos laborales de la mujer, en especial de las
THs6. Goldsmith plantea la organización sindical de las THs a nivel
internacional para su desarrollo y profesionalización7. Por último, se
consideró el trabajo de la alemana Carola Mick quién realizó estudios de
lenguas romances y un doctorado en la misma rama en Ciencias
Educativas en la Universidad de Luxembourg. Carola Mick es una
interesada en la sociolingüística y teorías socioculturales sobre el
aprendizaje en contextos multiculturales8. Además, ha elaborado un

3
Cfr. AGTR 2009
4
Cfr. AGTR 2005:4
5
Cfr. Viviano 2008
6
Cfr. UAM 2009
7
Cfr. Goldsmith 2007:17
8
Cfr. UACM 2009

2
proyecto sobre la investigación del discurso, llevándolo al campo laboral
de la TH peruana, planteándola como agente de reforma social. Carola
Mick se basa en que el discurso de la TH, aunque no parezca, posee
fuerza capaz de responder a otro discurso dominante9.
Empezaremos este estado de la cuestión con el punto de vista de Teresa
Viviano. Para Viviano, la TH se desenvuelve en un campo laboral en el
que tiene que afrontar constantemente muestras de maltrato y
discriminación por parte las familias empleadoras. Respecto al maltrato,
hay que tener en cuenta que tiene dos naturalezas: sicológica y física.
El maltrato sicológico es el que tiene mayor presencia. Según Viviano, 5
de cada 10 THs han sido víctimas de maltrato psicológico y 1 de cada
10 fue víctima de maltrato físico10. Este se puede traducir en gritos,
insultos, y hasta discriminación. Todas estas manifestaciones negativas
son toleradas por las THs porque en su mayoría trabajan bajo la
modalidad “cama adentro”11 y temen quedarse sin alojamiento en caso
se quejen.12 Cuando el maltrato psicológico pasa al físico, el efecto
empeora. Ya no sólo se trata de palabras que pueden herir la
personalidad y la autoestima, conceptos muy importantes para la
dignidad de una persona, sino que también pueden desencadenarse
eventos que atenten contra el cuerpo y la sexualidad, teniendo así,
desde un jalón de orejas hasta episodios de agresiones sexuales
repetitivas. Para ambos casos de maltrato, exceptuando la agresión
sexual, la principal agresora es la “señora de la casa”. Así lo señala
Viviano en su investigación:
“La agresión física, al igual que la psicológica, también fue
realizada principalmente por la “señora de la casa”;
evidenciándose una situación en la que las mujeres se constituyen
en las principales agresoras de otras mujeres que tienen menor
poder.” (Viviano 2007:44)

9
Cfr. Mick 2008:12
10
Cfr. Viviano 2007:40
11
“Cama adentro” es la modalidad de trabajo en la que la TH labora y vive dentro de la
casa, siendo su antagónica la modalidad “cama afuera”.
12
Cfr. Viviano 2007:43

3
Al parecer, ésta conserva conceptos de poder que la posiciona sobre la
trabajadora del hogar y encuentra en el maltrato la mejor manera de
demostrarlo13.
En el ámbito político, la TH también se encuentra en un contexto
desfavorable. A pesar que el gobierno del presidente Alejandro Toledo
promulgó la nueva ley 2798614 para las THs con mejoras respecto a la
anterior; para Viviano, la TH aún se encuentra dentro de un plan político
peruano que no la contempla. Para ella, el trabajo doméstico es un
campo en el que “(…) el impacto de la política social a favor de los
derechos de las mujeres es mínimo o inexistente (…)” (Viviano 2007:10).
A todo esto, Viviano encuentra como mejor manera de generar un
cambio, alinearse a estrategias preventivas, informarse sobre sus
derechos y, en un plano más dificultoso, apelar a la ley, dejar el lugar de
trabajo y buscar apoyo institucional.
Algunas medidas preventivas que Viviano aconseja a las THs para estar
preparadas ante un eventual caso de maltrato es mantener la
comunicación con sus familiares de provincia, así como crear nuevas
relaciones amicales, pero siempre de manera prudente. Así mismo,
considera que la información es básica, debiendo la TH estar al tanto de
las noticias, así como de sus derechos laborales. Otras medidas
preventivas que considera pertinente mencionar es conservar todo tipo
de documentación personal, formalizar los términos laborales mediante
un contrato, contar con números de emergencia, y tratar de ahorrar una
parte del sueldo recibido para contar con un respaldo en caso el
maltrato se haga efectivo. Si esto último llegara a suceder, Viviano
recomienda como primer paso, manifestar el descontento y rechazo y si
el maltrato persiste, dejar el lugar de trabajo, plantar una denuncia

13
Cfr. Viviano 2007:41
14
Cfr. Congreso de la República 2003: Ley 27986

4
acorde a la ley y buscar ayuda en instituciones fuertes que puedan
asesorar a la TH15.
Es dentro de esta propuesta que el caso de Eladia se vuelve ejemplo a
seguir16. Eladia es una muchacha de 15 años nacida en una familia
campesina de Cusco. Sus padres no contaban con los suficientes
recursos económicos para que obtenga una mejor educación; y es por
esto que decidieron mandarla a trabajar a Lima en la casa de un oficial
del ejército. Los padres de Eladia depositaron toda su confianza en el
nuevo patrón, sin imaginarse que sería él mismo quien malograra la vida
de la pequeña. En efecto, luego de un tiempo, el oficial violó a Eladia. La
joven aterrorizada escapa del lugar del trabajo pero es devuelta al
Oficial por unos policías que hicieron caso omiso a la denuncia verbal de
Eladia. El oficial del ejército decide llamar al padre de la muchacha para
comprar la complicidad de este con un monto de dinero. El padre,
indignado, se lleva a la niña y luego de conversar con ella, tomaron la
decisión más inteligente: denunciar el delito. Lamentablemente, en la
comisaría no se les atendió con el mejor ánimo e interés, por lo que
decidieron buscar otras alternativas. Así es que llegaron al Centro de
Emergencia de la Mujer (CEM), una entidad del estado que brinda apoyo
a mujeres que reporten algún tipo de maltrato. En el CEM, Eladia
encontró el apoyo que necesitaba. El CEM le brindo ayuda sicológica,
con lo que pueda superar el trauma generado por la violación; asesoría
legal, con lo que pudo sentar una denuncia formal y lograr encarcelar al
violador; y una asistenta social, la cual coordinó posibilitó la continuidad
de sus estudios, además de coordinar con instituciones que le
proporcionen ayuda sicológica y médica. Eladia eligió no callar, lo cual,
sumado al apoyo institucional y el de su familia, fue decisivo para salir
victoriosa a pesar de sus desventajas laborales.

15
Cfr. Viviano 2007:69-72
16
Cfr. Viviano 2007:58-66

5
Casi en las mismas líneas de acción, se encuentra la propuesta de AGTR,
solo que esta aumenta a la propuesta la capacitación y formación de
talleres.
La AGTR analizó a un grupo de THs muy particular, pues si bien es cierto
también estaban contextualizadas dentro de un ambiente lleno de
maltrato, marginación y discriminación, como sucedía con el estudio de
Viviano, estas tenían dos características interesantes: La primera refería
a que la TH era “explotada por otros pobres” (AGTR 2005:8) y la
segunda hace mención a la baja autoestima que tienen estas, pues, en
casos extremos llegan a negar sus orígenes provincianos. Así lo señala
la asociación:
“En su afán de no ser discriminadas, las trabajadoras del hogar
efectúan un rapidísimo proceso de aculturización, llegando hasta
negar a sus orígenes campesinos. Las jovencitas se dan cuenta
que ser trabajadora del hogar es ocupar un nivel muy bajo en la
escala de valoración ocupacional en el Perú. Esta es una de las
razones por la que ellas se identifican a sí mismas sólo [sic] como
“ahijadas” o como “estudiantes”, lo que dificulta que tomen
conciencia de sus derechos laborales.”(AGTR 2005:17)

Esta última característica es preocupante y la principal culpable de la


situación poco optimista de la TH. Es en este contexto poco alentador en
la que la AGTR acude a la CORDAID17 y sus lineamientos. CORDAID es
una agencia de cooperación no gubernamental que trabaja en Holanda
cuya labor es ayudar a las comunidades de bajos ingresos con proyectos
que cooperen con el progreso de grupos pobres dentro de esas
comunidades18.
En este sentido, CORDAID busca apuntar de manera más exacta hacia
estos grupos y los redefine como Grupos Marginados y No Accesibles
(GMNA); siendo estos, “(…) a los que no suelen llegar los programas
regulares de ONG’s y otras instituciones” (AGTR 2005:22).

17
CORDAID es una agencia de cooperación no gubernamental de Holanda.
18
Cfr. AGTR 2005:22

6
Para esto, la metodología de CORDAID se encarga, en una primera
instancia, de suplir las diferentes necesidades de los GMNA, que van
desde las básicas, como la salud, hasta las que promueven un futuro
desarrollo. Sin embargo, el propósito final de la CORDAID es convertir a
los integrantes de los GMNAs en personas capaces de satisfacer sus
propias necesidades y ser protagonista de su propio progreso. Es así,
que la cultura de empoderamiento, que busca el fortalecimiento y la
participación activa de grupos humanos y sus participantes, se vuelve
esencial para la viabilidad de esta propuesta. Según la AGTR, el
empoderamiento se trata de:
“(…) un proceso por el cual los GMNA adquieren la capacidad de
organizarse para incrementar su autosuficiencia, defender su
derecho a elegir y controlar los recursos que los ayudarán a
eliminar su propia subordinación. Concretamente, la medida en
que las personas pertenecientes a los GMNA tengan acceso a
ciertos recursos, puedan hacer uso de los mismos y puedan tener
el control y la administración de éstos en sus propias manos.”
(AGTR 2005: 22)

De este modo, la CORDAID se basa en el empoderamiento para


fortalecer a un determinado grupo GMNA y hacerlo más independiente.
AGTR se alinea con la ideología CORDAID orientada al empoderamiento
de las THs y el desarrollo de su autonomía y presenta un proyecto
llamado “Cuidado y derechos de las trabajadoras del hogar”19, el cual
tiene como fin promover los derechos y la integración de las
trabajadoras del hogar, mediante talleres y capacitación monitoreados
por otras trabajadoras del hogar.
Para lograr dichos objetivos, la AGTR plantea trabajar en tres líneas de
acción. En primer lugar, se tiene una línea de formación. Esta es
referente al reclutamiento de promotoras del proyecto. La AGTR, basada
en su experiencia con la Casa de Panchita20, consideró pertinente que
19
Uno de los objetivos del proyecto “Cuidado y derechos de las trabajadoras del hogar”
es la elaboración de dos publicaciones en las que se expongan los logros, retos y
observaciones de lo vivido. “Las ciudadanas más marginadas” es una de esas
publicaciones.
20
La Casa de Panchita es un proyecto de la AGTR que busca dar ayuda a las THs.

7
estas promotoras sean mujeres que hayan tenido una larga trayectoria
como TH, pues así, entenderán de mejor manera las condiciones de
trabajo de su mismo grupo. Además, estas deberán estar orientadas a
un perfil de liderazgo y ayuda social.
Una vez formado el grupo de promotoras, el proyecto ataca
directamente el problema en el que están las trabajadoras del hogar
(GMNA). En este segundo momento, la atención va dirigida hacia el
mejoramiento de las condiciones de trabajo de las THs. En este período
ya se empieza a trabajar directamente en el campo y es aquí cuando las
promotoras se deben enfrentar con la realidad, entenderla, asimilarla,
intervenirla y mejorarla. Todo esto con la participación de las THs.
En esta segunda fase, las promotoras deben trabajar con las THs
mediante la realización de actividades que alienten la reflexión sobre
sus derechos y desarrollen su autonomía tales como deportes, talleres
de manualidades o capacitaciones en labores domésticas. Este trabajo
conjunto se vuelve íntimo y genera confianza, esto convertirá en una
unidad a las promotoras y a su GMNA lo cual es esencial para que el
proceso de empoderamiento se lleve a cabo de manera satisfactoria.
Por último, en la tercera etapa, ya se tiene a un GMNA que está más
fortalecido y que goza de mayor autonomía; sin embargo, para que el
proceso de empoderamiento sea más fuerte, la AGTR considera
oportuno acudir a instituciones fuertes localizadas en la comunidad que
sirvan de “aliados” y de esta manera, las trabajadoras del hogar se
sientan mejor respaldadas21.
En resumen, la propuesta de la AGTR se basa en el desarrollo del
empoderamiento psicológico de las THs mediante jornadas de trabajo
grupal orientadas a talleres que desarrollen sus habilidades y
fortalezcan su autoestima.
Estas dos primeras propuestas que hemos tocado están enfocadas al
tratamiento del problema de la situación de la TH en un plano más
21
Cfr. AGTR 2005: 24-27

8
cercano a nuestra realidad peruana, sin embargo, creo que es necesario
considerar puntos de vista que provengan desde fuera de los límites
territoriales, pues al enfocarlas en el ámbito nacional, tendremos una
visión con mayor amplitud y mejores resultados.
Es así que se expone la propuesta de la mexicana Mary Goldsmith, la
cual ve a la TH como un actor social que ya ha trascendido las barreras
territoriales, y que está bien posicionada en el continente; no obstante,
cree que la organización sería el elemento faltante para que estas se
conviertan en una entidad fuerte en América Latina.
Goldsmith acota que desde la década de los noventa, el flujo
internacional de las THs ha ido aumentando a medida que algunos
países han aumentado la demanda de este tipo de servicio.
“Si bien la contratación de migrantes de otros países no es un
fenómeno nuevo, en algunos de ellos ésta ha experimentado un
aumento en años recientes, en la medida que ha crecido la
demanda —de parte de los sectores medios profesionales— de
personas para el cuidado de sus hijos/as y adultos/as
mayores.”(Goldsmith 2007:2)

Es por este crecimiento que la autora las considera como una “nueva
división internacional de trabajo”22, la cual, a pesar de su importancia,
encuentra un clima laboral cargado de prejuicios contra ellas,
discriminación y maltratos. Las THs migrantes tienen que adaptarse a
una nueva cultura, que además de estar estereotipada como superior,
tiende a jerarquizar y clasificar a las THs según su lugar de procedencia,
siendo esta evidencia clara de los prejuicios sociales que estropean su
libertad en el campo laboral. Así lo explica Goldsmith:
“(…) existe una clase de mujeres pobres destinadas a realizar
estas tareas (domésticas) entremezclan las ideas de que las
migrantes no están preparadas para desempeñar otra actividad y
que no tienen alternativas de trabajo. El servicio doméstico
conlleva la noción de subdesarrollo.” (Goldsmith 2007:9)

22
Cfr. Goldsmith 2007:5

9
A todos estos problemas sociales, se les debe sumar otros de índole
político, que se traducen en una amplia gama de leyes migratorias que
más que favorecer a las THs, las vuelven personas dependientes y con
pocas posibilidades de desarrollo. Según Goldsmith, hay casos en los
que laborar como TH y obtener una visa para este fin puede significar la
carencia de alternativas de renuncia, desplazamiento laboral, libertad y
hasta de ejercer los derechos sexuales y reproductivos23, ya que lo que
hace la ley migratoria mediante la visa es asegurar que los términos del
contrato estén orientados a favor del empleador y su país. Respecto al
tema, Goldsmith señala:
“(…) las propias políticas migratorias contribuyen no sólo a los
traslados de poblaciones, sino también pueden incidir en la
segregación y la discriminación de las trabajadoras migrantes en
el mercado de trabajo del país de destino y en las formas de
migración.” (Goldsmith 2007:15)

Dentro de este marco desventajoso para la TH, Goldsmith plantea que la


TH del hogar puede tomar estrategias de índole personal y colectiva.
Para el primer caso, menciona que una buena medida es materializar los
acuerdos laborales en un contrario escrito, también aconseja que las
THs se orienten a jornadas laborales de modalidad cama afuera, pues
ésta les daría mejores horarios y tiempo libre para usarlos en
actividades de esparcimiento, estudio, relaciones sociales, etc.24
Sin embargo, ella enfoca toda su atención en estrategias colectivas que
engloben a las THs en el plano internacional. Considera que si estas
están organizadas serían grupos más fuertes y formales aptos para
defender sus derechos. Así nace la idea de la formación de sindicatos u
otro tipo de organizaciones, tales como asociaciones.
Ambas son muy parecidas pues los fines son casi comunes. Se trata de
defender los derechos laborales de las THs, sin discriminar los
correspondientes a las y los trabajadores en general, asistir en proceso

23
Cfr. Goldsmith 2007:13-14
24
Cfr. Goldsmith 2007: 16

10
judiciales, promover la capacitación, y proteger en caso se presente
inconvenientes en el plano laboral. Sin embargo, hay diferencias en la
forma de cada tipo de organización. Para el caso del sindicalismo, el
factor de identidad se basa en la clase social, teniendo así una ideología
menos abierta a la aceptación de minorías de trabajadoras migrantes de
otras nacionalidades, pues pueden generar discrepancias en la
ponderación de intereses entre grupos étnicos. En cambio, la filosofía de
asociación parte de una identidad basada en el factor pobreza, género,
raza y/o migración. De esta manera, la aglutinación de trabajadoras del
hogar de diferente origen migratorio se hace más viable, pues todas
comparten una condición desfavorable25.
Es necesario acotar que para que este nivel de organización se lleve a
cabo, las THs deben estar impregnadas de un sentimiento de
identificación fuerte que promueva la unidad entre ellas. Así, lo que
debe primar es:
“(…) la construcción de un sujeto único en el cual se plasma la
noción de un tipo ideal de trabajadora del hogar, privilegiando las
experiencias de injusticia por clase, etnia y género; se acentúan
ejes comunes y se disimulan las diferencias que pueda haber por
etnicidad, nivel educativo, edad o lugar de origen. (…)” (Goldsmith
2007: 35)

De esta manera, la identidad estaría basada en las características


sociales comunes entre ellas, tales como, su estado migratorio, la
categoría de pobreza, la condición de mujer trabajadora, etc. Estos
rasgos, que son parte de las THs, hacen de ellas una unidad en la
diversidad.
Finalmente, otra especialista que toca la importancia de la identidad de
la TH es Carola Mick. Esta autora, se basa en el análisis del discurso para
inferir representaciones culturales que las personas tienen del mundo
que les rodea y las personas cercanas a su entorno.

25
Cfr. Goldsmith 2007: 18-19

11
“Hablando de sí mismo y de su realidad social, el individuo recurre
a las herramientas discursivas disponibles en esta realidad social.
Al hacer eso, tiene la posibilidad de escoger los aspectos que le
parecen más importantes, acentuar o interpretar aspectos de
diferentes maneras, etc.” (Mick 2008: 2-3)

Es así que, luego de analizar el discurso de 32 THs, Mick formula una


perspectiva diferente de ella y la presenta como un actor social ubicada
en una posición estratégica para relacionar dos mundos que
normalmente están separados por diferencias socioeconómicas26. Esto
conlleva a suponer una naturaleza activa de la TH, suponiendo su muy
común victimización.
En el discurso de las trabajadoras del hogar se puede apreciar una
estructura clasista social que diferencian espacios territoriales. Al lugar
de procedencia lo etiquetan como ALLÁ, mientras que el lugar en el cual
están establecidas y trabajan para vivir lo denominan ACÁ27. Aunque
siempre añoren el ALLÁ, por ser su lugar de origen, creen que en el ACÁ,
sus deseos de superación tendrán mejores posibilidades. A estas
representaciones se les denomina “Categorizaciones Sociales”28, y es
dentro de esta dualidad en el que el discurso de la TH se desarrolla en
respuesta al supuesto discurso dominante de sus empleadores.
Dentro de los testimonios analizados por Mick, se encontraron diferentes
estrategias discursivas para enfrentar el discurso dominante del
empleador. Estas estrategias iban desde discursos pasivos con los que
se percibía a una TH con mentalidad fatalista y resignada a su situación,
hasta discursos en los que se vislumbraban ese acercamiento al nexo
que pone a la TH en el lugar fronterizo mencionado antes.
Las estrategias de las THs con menos empuje o bien alegaban que no
había problema en su situación de provinciana, que su vida no tenía
nada de extraordinariamente difícil o se refugiaban en el silencio. Esto
demostraría una deficiencia en la autoestima de la TH:
26
Cfr. Mick 2008:2
27
Cfr. Mick 2008:5
28
Cfr. Mick 2008:3

12
“La interiorización de un complejo de inferioridad hace que la TH
incorpora la impotencia atribuida por el discurso dominante, que
se auto-condena al silencio y que renuncia influir su situación
actual y realidad social” (Mick 2008: 6)

Otras respuestas discursivas buscan alejarse a la estructura del discurso


y romper su orden. Para esto, las THs se autodenominan víctimas o
mártires que sobreviven a sistemas aplastantes por la lucha de sus
ideales. Aunque esta estrategia todavía mantenga a la TH en una
posición inferior, ya se refleja en ella un valor especial. Las que dan un
paso más allá, responden con un discurso más interesante en el que la
consigna es expresar de manera asolapada su no identificación con la
categoría de ALLÁ o su afán de llegar a ser como el modelo dominante.
En este caso ya se nota una pretensión de igualdad, lo cual será
primordial para el cambio social que Mick propone.
Otras estrategias de naturaleza más activa, consisten en la búsqueda de
atribuciones que empoderen el discurso de la TH y así rompan con la
jerarquía discursiva. Las TH del hogar que usan estas estrategias se
encuentran, o al menos eso sienten, más cercanas al poder y al bando
dominante. Para esto las THs pueden imitar un discurso que las aleje de
la etiqueta de provinciana impotente o señalar que su cercanía al poder
fue gracias a su esfuerzo propio, contradiciendo a una estrategia antes
mencionada que las ponía como una persona que soportaba
pasivamente el poder ejercido por otro. Sin embargo, una estrategia
más sorprendente consiste en la gran carga de orgullo respecto a su
condición de provinciana que una TH vierte en su discurso. Con esta
estrategia se rompe el esquema básico de la categorización, pues la
noción de provinciana entendida dentro de la categoría del ALLÁ, ya no
está inmersa en su condición de inferioridad. Sin embargo, resulta más
notable otra estrategia discursiva en la que la representante del ALLÁ
(la TH) se expresa de los actores del ACÁ (un empleador, por ejemplo)
en segunda persona, es decir, tuteándolos. De esta manera no solo se

13
rompe el formalismo que simboliza la aceptación de la jerarquía social y
se empodera a la TH; sino, también se crea un puente entre las dos
categorías sociales, construyendo, en la mentalidad de esta, la noción
de igualdad29.
Para Mick, estas estrategias discursivas son pruebas que posibilitan
pensar en la viabilidad de un cambio social protagonizado por las
mismas THs y que además cambiaría la imagen de mujer victimizada
por otra con mayor pujanza.
En síntesis, se puede ver que sí existen estrategias que las THs pueden
usar para enfrentar su situación desfavorable. (i)La primera se desarrolla
dentro de un plano personal y apela a la iniciativa de la misma TH para
adoptar conductas que, en primera instancia, eviten situaciones de
riesgo en el ámbito laboral y que, en un segundo momento, demuestren
el rechazo al potencial maltrato que se pueda ocasionar. Tales
conductas van desde tácticas preventivas hasta la denuncia formal del
maltrato ante las autoridades legales competentes, sin obviar las
tácticas de procesos de socialización con familiares y nuevas personas
en el entorno laboral o la búsqueda de apoyo institucional. (ii) Por otro
lado, tenemos otra propuesta que llama a una primera noción de unión.
Con esta propuesta se busca empoderar a las THs mediante dinámicas y
jornadas destinadas a talleres y capacitaciones de manera grupal y
piloteadas por promotoras con experiencia en trabajo doméstico. Esta
convivencia entre THs solidificaría su identidad al encontrar puntos
comunes entre ellas y mejoraría sus habilidades al ser parte de una
rutina de talleres didácticos. (iii)En un plano internacional, la propuesta
anterior encuentra su expresión más formal. Se trataría de aprovechar
la distribución y número de las THs a través de las fronteras políticas y
su importancia en núcleos familiares ajenos a su patria, para
consolidarse y conformar organizaciones y/o sindicatos que las vuelvan
entidades fuertes que defiendan sus derechos y tengan un alcance con
29
Cfr. Mick 2008: 6-11

14
mayor trascendencia legal, geográfica, política y social. En esta
propuesta, los conceptos de unidad e identidad se vuelven la base en la
cual se erige la organización. (iv) Finalmente, se tiene una propuesta
aún más interesante y reveladora. En esta se ubica a una TH en un
punto clave para la unión de dos estratos sociales que se encuentran
divididos por una brecha de factor socioeconómico. Además de ubicarla
en una posición clave, la dota de un poder social, basado en el discurso,
con el cual se prueba una búsqueda de identidad de la TH y así su
reivindicación.
Dentro de este contexto, se puede llegar a la hipótesis que la TH sí
puede adoptar estrategias para protegerse de un ambiente laboral
desventajoso y además de viabilizar su desarrollo profesional, sicológico,
social y legal. Para este fin, sería imprescindible la incentivación de los
valores de integración e identidad. Además, hay que acotar que la TH
tiene una potencialidad latente para unir dos clases sociales separadas
por contrastes socioeconómicos.
Ahora, ya que se abre una nueva visión de la TH, en la que se le dota de
una naturaleza activa a través del discurso, cabría preguntarse ¿Es esta
nueva naturaleza activa de la TH un enfoque coherente con la realidad?
¿De qué manera puede usar esta nueva naturaleza para lograr un
cambio en la concepción social del Perú? Por otro lado, y teniendo en
cuenta la gran importancia de la unidad y la identidad para el
empoderamiento de las THs, nacen interrogantes como ¿Es realmente
posible pensar en una identidad colectiva de THs a nivel de
Latinoamérica en un mediano plazo? ¿De qué manera? Estas preguntas
merecen un rápido análisis por especialistas competentes, pues serían
un buen factor de ayuda para este grupo social que es marginado y pasa
desapercibido.
Bibliografía

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15
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(http://www.gruporedes.org/documentos/las_ciudadanas_mas_marginad
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MÉXICO (UAM) (2009)


(http://xcsc.xoc.uam.mx/) Sitio oficial de la UAM; contiene información
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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE LA CIUDAD DE MÉXICO (UACM) (2009)


(http://www.uacm.edu.mx/) Página web de la UACM; contiene
información sobre la institución y sus miembros, así como enlaces de
interés. (Consulta: 28 de Setiembre)

VIVIANO, Teresa (2008) Blog de Teresa Viviano. Contiene información de


la autora. (Consulta: 29 de septiembre 2009)
(http://www.blogger.com/profile/17169814306001729817)

VIVIANO, Teresa (2007) Detrás del mandil: Trabajadoras del hogar,


victimas del maltrato y el hostigamiento sexual (Consulta: 28 de
setiembre de 2009)
(http://www.mimdes.gob.pe/pncvfs/cartillas/detras_del_mandil_mimdes.p
df)

Diego Hernández Meneses

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U920501

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