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Capítulo tres

Planificación a largo plazo


(Adaptación y actualización del texto “Planificar y Enseñar”)

I. Por qué hacer una planificación a largo plazo


II. Los cuatro pasos del proceso de planificación a largo plazo
A. Use los programas de estudio para definir los objetivos de aprendizaje.
B. Agrupe los objetivos de aprendizaje en unidades.
C. Organice lógicamente las unidades y distribuya la materia a lo largo del año
escolar.
D. Evalúe y ajuste permanentemente su planificación.

III. Preguntas más frecuentes sobre la planificación a largo plazo

Introducción
Imagínese que camina por la cordillera de los Andes, desde Putre hasta Parinacota sin
mapa, sin compás, sin reloj y sin saber qué distancia hay entre las localidades. Ahora piense
si sus alumnos podrán avanzar si usted no tiene una idea clara de cómo lo lograrán y cuánto
tiempo les tomará hacerlo.
Al comienzo del curso planteamos tres preguntas, y hasta ahora hemos analizado (a) ¿Qué
deberían saber, comprender y ser capaces de hacer los estudiantes al final del año?
(Capítulo uno), y (b) ¿Cómo demostrarán que aprendieron? (Capítulo dos).
La tercera pregunta es ¿cómo hacer una planificación que me permita cumplir con los
objetivos planteados? Para responder esto nos centraremos en cómo planificar para
conseguir sus objetivos. En los siguientes capítulos usted aprenderá a planificar y llevar a
cabo la enseñanza para que sus alumnos lleguen a los niveles que usted se propuso. La
creación de una planificación a largo plazo es fundamental para empezar con este proceso,
ya que en ella debe agrupar y secuenciar los objetivos de aprendizaje de los programas
de estudio en forma de unidades que se construyan unas sobre otras y apunten a la realización
de las metas.

Como usted, muchos profesores, muy bien intencionados, han iniciado su carrera con el
noble propósito de llevar a sus alumnos lo más alto posible. Sin embargo, a pesar de las
buenas intenciones, si no define antes cuál es la mejor trayectoria para cumplir con sus
objetivos, no los conducirá muy lejos ni sacará lo mejor de ellos. Una planificación a largo
plazo que agrupe los objetivos eficazmente y les imprima un ritmo a lo largo del año,
permite que los profesores se enfoquen y organicen. Así logran, a final de año, que sus
alumnos dominen todo lo estipulado en el programa y, a veces, incluso más.
Aunque parece complicado al principio, este proceso lo ayuda a conseguir importantes
logros académicos. Como introducción al tema, analice un ejemplo de Planificación a
largo plazo, en las páginas 23 – 33 del Juego de herramientas. El capítulo en curso le
mostrará las ventajas de planificar a largo plazo y analizará los cuatro pasos que se
requieren para hacerlo:
A. Use los programas de estudio para definir los objetivos de aprendizaje (si
éstos no están definidos).
B. Agrupe los objetivos de aprendizajes en unidades.
C. Organice lógicamente las unidades y distribuya la materia a lo largo del
año escolar.
D. Evalúe y ajuste permanentemente su planificación.

Tras delinear el proceso de planificación a largo plazo, ahondaremos en las preguntas que
surgen al crearlo, como por ejemplo: ¿cómo responder a y fijar objetivos para alumnos con
habilidades diferentes?, ¿cómo y cuándo modificarla durante el año?

I. POR QUÉ HACER UNA PLANIFICACION A LARGO PLAZO

¿Para qué elaborar una planificación a largo plazo? ¿Por qué es tan necesaria para tener
éxito? Para enfocarse, orientar sus esfuerzos y apurarse es necesario tener un norte claro y
conocer el camino. Así avanzará a paso firme y seguro con sus alumnos.
La planificación a largo plazo permite que los estudiantes y profesores puedan darle
prioridad a aquellas acciones que los llevarán a cumplir con sus metas. Saber dónde
quiere que estén sus alumnos a fin de año le permite gestionar bien los recursos y enfocar
sus energías. Algunas veces sentirá que le exigen muchas cosas a la vez y que éstas le
quitan tiempo, energía y foco. Lo anterior sucede especialmente durante los primeros meses
del año escolar, cuando todos los temas parecen ser igualmente prioritarios. Sin embargo, si
tiene sus metas claras, podrá distinguir lo urgente de lo importante y no perderá el tiempo
en actividades, clases y diligencias que no lo acercan a la concreción de sus metas. Además,
aunque a veces se pierda momentáneamente, podrá volver rápidamente a su camino si
revisa su planificación a largo plazo.
Una planificación a largo plazo le permite
Mejorar significativamente los calibrar cómo va en relación con sus
aprendizajes de los alumnos es una ardua objetivos, ya que le imprime un ritmo adecuado
tarea, y la única manera de hacerlo es a su enseñanza. Tendrá que consultarla muchas
fijar objetivos intermedios para cada mes
veces y preguntarse, ¿estoy donde tengo que
o unidad. La planificación a largo plazo
nos obliga a mirar dónde estamos y a
estar?, ¿me he demorado mucho en que
dónde adquieran estas habilidades?, ¿cuánto tiempo
nos dirigimos, de manera tal que podemos queda para que mis alumnos consigan los
detectar los errores y enmendarlos objetivos de aprendizaje que me faltan por
prontamente. Enseñar sin una cubrir? Al revisar estos cuestionamientos podrá
planificación a largo plazo equivale a adoptar medidas que lo acerquen,
salir de viaje sin un mapa carretero: 27
decididamente, a la gran meta.
tarde o
temprano se perderá.
Sonja Elder, Bay Area ‘03 Un plan a largo plazo le posibilita medir cómo
Profesora Bilingüe de 1° Básico
ha progresado, dado que le permite fijar la pauta para el año. Tendrá que consultarlo
frecuentemente y preguntarse: ¿Estoy dónde necesito estar? ¿Estoy dedicando mucho
tiempo a ciertos conceptos y habilidades, considerando que todavía me quedan muchos
otros por enseñar? Mediante este proceso de reflexión podrá tomar decisiones didácticas que
lo ayuden a progresar cada día, semana y mes hacia su objetivo final.
Desarrollar un plan a largo plazo lo obliga a enfocarse en lo que desea que sus
alumnos sepan y sean capaces de hacer al final del año escolar. Tener una visión
estructurada del año escolar lo mantendrá enrielado y podrá producir cambios significativos
en las vidas de sus alumnos. Una vez que tenga una idea clara de los contenidos,
progresiones y ritmo de su asignatura, recién podrá identificar las áreas problemáticas,
planificar remediales y enriquecer su enseñanza, así como también aclarar las conexiones
que se pueden hacer a lo largo del año entre los distintos contenidos implícitos en los
objetivos de aprendizaje y habilidades. Además, mejorará su habilidad para impartir clases
rigurosamente y podrá alcanzar todos los objetivos buscados.
Por último, contar con un plan le permitirá sentirse más aliviado y confiado, ya que
estará al tanto de todo lo que viene. Un plan a largo plazo lo libera de estar pensando
todo el tiempo hacia dónde va. Si tiene una visión clara de todo el año, puede anticiparse y
responder a los cambios constantes dentro de la sala de clases, en vez de concentrar sus
esfuerzos diariamente en qué enseñará a continuación. De esta manera, el plan a largo plazo
es una herramienta clave para tomar decisiones proactivas y con sentido.

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El término “habilidad” aparecerá a lo largo de este libro para distinguirlo de otros aprendizajes. Las destrezas no se
aprenden en una sola clase, dado que requieren de práctica y asimilación. Por ejemplo, la escritura se considera una
habilidad que está en permanente aprendizaje, dado que se perfecciona durante toda la etapa escolar. Comparar también es
una habilidad que debe ser enseñada y practicada en varias oportunidades antes de que se considere adquirida. Como puede
ver, aprender a comparar es diferente a saber cuándo fue la independencia de Chile.

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