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EQUIPO INVESTIGADOR
ASESORES
TRUJILLO – PERÚ
2017
DEDICATORIA
Él todo lo puedo.
A nuestros amados
propios caminos.
1. TÍTULO:
2. PERSONAL INVESTIGADOR:
2.2. ASESORES:
3. TIPO DE INVESTIGACION:
4. REGIMEN DE INVESTIGACION
4.1. Libre
8. ETAPAS
9. CRONOGRAMA
Recopilación Bibliográfica
Procesamiento y análisis de
información
2.1.MARCO TEÓRICO:
Gade y Ríos (1972) proponen que el origen de esta herramienta agrícola manual
(taklla) fue contemporáneo del Imperio Inca y se sigue usando ampliamente en los
medios naturales muy diversos que componen los Andes: Vallés profundos y secos,
laderas de pendientes pronunciados y planicies a gran altitud.
Esta herramienta cuyo origen es del estilo contemporáneo del Imperio Inca (Gade y
Rìos 1972). Dokin (1970) indica que la presencia de la chaquitaclla está asociada al
cultivo de las papas en las zonas altas, en particular en los valles poco profundos del
altiplano, donde la preparación de tierra suelta era considerada secundaria para este tipo
de agricultura.
Por su parte, Bourliaud (1998) describe que el uso y persistencia de la chaquitaclla está
estrechamente ligado al cultivo de las papas después del descanso, lo que exige un
barbecho profundo con volteado.
Para Rivero (1987) la chaquitaclla fue una evolución del palo excavador, palo bastón o
suki taclla, la misma que se debió al aumento demográfico que trajo consigo la
innovación tecnológica y la disminución de la caza y recolección ya que las
comunidades dependerían de la agricultura.
Se ha considerado por parte de los europeos que el arado fue un crucial invento
producido en el Viejo Mundo, un instrumento qué sirve para abrir o remover la tierra
mediante un dispositivo compuesto de cuña y soporte accionado por energía biológica.
(Murgueytio, Guerrero 1997).
El arado se ampliaba desde la Antigüedad, pero era un arado precario, sin ruedas, tenía
que ser mantenido por el que manejaba a la altura o inclinación conveniente para poder
roturar la tierra. Eso requería un gran esfuerzo, además producía surcos irregulares y se
limitaba, en realidad, a arañar el suelo. Con este arado era necesario arar el campo dos
veces, en forma de cruz, de manera que la segunda serie de surcos cruzara la primera en
ángulo recto.
El arado que comenzó a utilizarse en el siglo XI era, en cambio, un arado con ruedas y
vertedera. La vertedera es un dispositivo para guiar el surco y voltear la tierra, como un
timón. Las ruedas en el arado facilitaron su transporte y equilibrio, pero su inclusión
hacía tan pesado al aradoque se requería la fuerza de grandes animales de tiro.
En el siglo XVII, la tecnología del arado parece haber sido aplicada al cultivo de trigo y
cebada para el consumo español, de modo que se podía esperar que solo los indígenas
dedicados a la agricultura la poseyeran o la usaran.
2.1.2. Definiciones
Son muchos los textos de la época colonial que mecionan la taclla o chaquitaclla, pero
pocos describen con precisión el manejo de esta herramienta, según el Vocabulario de
la lengua de todo el Peru llamada Lengua Qquichua o del Inca. Chaqui es “pie o
pierna” y Taklla es “arado de indios, o sola la tabla que ara o todo como vysu”
Grillo, Quiso, Rengifo, Valladolid (1994) comentan que el término chaquitaclla también
es conocido como “wiri” en aymara, mientras que en el español se le conoce como
“arado de pie”.
La chaquitaclla o jaquilla, así como aparece en el grabado algo alusivo del cronista
Guamán Poma, fue una vara larga de unos 2 metros, acabada en punta, como la coa
centroamericana, pero a diferencia de ésta tuvo la chaquitaclla un gran mango espiral
atado en su parte superior y un pequeño soporte de empuje cerca del estevado terminal
inferior. (Murgueytio, Guerrero 1997).
Grillo, Quiso, Rengifo, Valladolid (1994) analizan el caso andino, haciendo hincapié en
que ellos ven ya a la “herramienta” desde cuándo está en el árbol correspondiente, no la
inventan ni la producen, solo ayudan a descubrir su fisionomía de modo tal que la
reciprocidad entre la comunidad humana y allpas sea fluida, ya que esta persona
herramienta no se fabrica en serie pues no hay un modelo estándar, cada campesino,
llegado el momento, la modela según los atributos que tiene la madera en el árbol, de
acuerdo a su estatura, a su gusto y a las labores en que lo acompañará, por ello el
campesino aprende desde pequeño a familiarizarse con ellas, a conocerlas, a fabricarlas,
a criar herramientas y también a dejarse criar por ellas, es como el primer juguete que el
niño andino tiene para su diálogo con la naturaleza.
“Ocho días después del nacimiento, la salsa se saca afuera por primera vez y se da
herramientas en miniatura hechas de madera por el padre. Si es niño, recibe todo lo que
va a necesitar para trabajar en la chacra; si es niña, se le da todo lo relacionado con el
tejido” (Prochaska 1988).
Garcilazo de la Vega (1945) menciona en sus textos: “Traen por arado un palo de una
grasa de largo, es llamo por delante y rollizo por detrás; tiene cuatro dedos de ancho,
hacen una punta para que entre en la tierra; a media vara de la punta, hacen un estribo
de dos palos atados fuertemente al palo principal donde el indio pone el pie de salto y
con la fuerza inca el arado hasta el estribo, andan en cuadrillas de 7 en 7 y de 8 en 8,
más o menos como es la camarada, y apalancando todos juntos a una levantan
grandísimos céspedes, y es admiración ver qué con tan claros instrumentos hagan obra
tan grande y lo hacen con grandísima facilidad sin perder el compás del canto”.
2.1.4. Utilidad
2.1.5. Teorías
Se definió entonces, el “género” como “el diformismo de respuestas ante los caracteres
sexuales externos como uno de los aspectos más universales del vínculo social”,
mientras que “identidad de género” se definió como “el sentimiento estructurado por
identificación con el igual y complementación con el diferente”. El “género” es el
conjunto de características sociales, culturales, políticas, psicológicas, jurídicas y
económicas, asignadas a las personas en forma diferenciada de acuerdo al sexo. (Falcó
2003) Es decir, se refiere a las diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres por
razones sociales y culturales, y estas diferencias se manifiestan por los roles que cada
uno desempeña en la sociedad. (Guardian 2013)
Los objetos arqueológicos (en este caso, la chaquitaclla y el arado) abarcan todas las
dimensiones de lo social, desde el material hasta la estética; responden a requisitos
certeros, sean económicos, sociales, políticos o morales; manifiestan las prácticas que
los procuraron y las que colaboraron a edificar; vacían o llenan de contenido la vida
social. Se muestran conservadores o revolucionarios, pero, ante todo, y para la
desesperación de muchos arqueólogos, son sinceros, se niegan sistemáticamente a ser
tomados en vano y a ser sustituidos por ideas que pretendan suplantarles (conceptos que
desean usurpar su lugar). Al final, vuelven a mostrar inexorablemente el camino de su
realidad y acaban con todas las perspectivas interesadas de una investigación histórica
(generalmente sobreinterpretada), porque, ante todo, los objetos son verdaderos y
constituyen el referente más fiable al que debemos mirar (y del que podemos tirar para
entender nuestra existencia). Los objetos son efectivos, conforman la auténtica otredad
que nos constituye como sujetos y que evita que ocupemos el lugar de los objetos
pacientes que sólo existen en las mentes alienadas. (Lull 2005)
La festividad del INTI QHAPAQ RAYMI, es una festividad andina que corresponde al
calendario andino vinculado a la actividad agrícola. Corresponde exactamente a valorar
el tiempo en que la semilla ha brotado del vientre de la madre tierra, convertida en una
planta pequeñita y llena de vida, por lo tanto, es la FESTIVIDAD DE LA NUEVA
VIDA, pues esta plantita crecerá, florecerá, madurará y dará frutos, convirtiéndose en la
fuente de la seguridad y bienestar de la comunidad durante el tiempo venidero
(Anticona, 2017). La Cosmovisión Andina consideraba que la naturaleza, el hombre y la
Pachamama (Madre Tierra), son un todo que viven relacionados estrechamente y
perpetuamente. Esa totalidad vista en la naturaleza, es para la Cultura Andina, un ser
vivo.
La acción de cultivar, se entiende como generar una nueva vida de parte de la tierra. La
tierra es considerada femenina, un ovulo por fecundar, así que el labrarlo debe ser
accionado por varones con sus chaquitacllas, que con su fuerza harán surcos y moverán
la tierra muy bien para que las mujeres depositen las semillas que darán frutos hijos de
la Pachamama, por lo que se realizan festividades en honor a ella agradeciéndola. Pero
el trabajo colectivo para realizar esto, está dividido como ya lo hemos visto, por dos
géneros que representan una dualidad en la cosmovisión andina (femenino y masculino,
fuerza de abrir la tierra y la delicadeza de depositar las semillas y limpiar manualmente
la tierra. Dos fuerzas antagónicas que se unen para generar en la tierra nuevos productos
para la subsistencia. En este aspecto la chaquitaclla era el medio para ejercer esta fuerza
masculina que se vio reemplazada por el arado que ya no honraba la fuerza masculina,
sino animal, viéndolo así, un animal dominaba la fuerza generadora de alimentos de
parte de la Pachamama. Maria Rostworowski (2007), menciona que el mundo andino
estaba bajo equilibro de su cosmovisión; la naturaleza estaba animada y el hombre solo
era parte de un todo que lo controlaba. La dualidad comandaba todos los aspectos
vivenciales del hombre, por lo que no extraña que en las actividades agrícolas también
se plasmaban.
2.2.ANTECEDENTES:
Para muchos investigadores el más avanzado instrumento agrícola en el área andina del
nuevo mundo es aquel conocido como arado de pie andino, la chaquitaclla (quechua) en
el que se empleó la presión del pie sobre el hombro del instrumento para trabajar la
tierra, con punta metálica, mango curvo y descanso de madera para el pie) es el único
capaz de romper los suelos compactados y el pasto característico del altiplano peruano-
boliviano, “a 3800 m de altitud, donde más de 800 km cuadrados de campos elevados
fueron construidos cerca del lago Titicaca”, fue y es un instrumento propio para trabajar
terrenos en descanso y cuyo suelo están endurecidos (Saldaña 1996).
Rivero menciona que tiene evidencias que el hombre andino utilizó como primera forma
de chaquitaclla, una herramienta que consistía en un palo bastón que llevaba amarrada
con una cinta de cuero crudo un “uysu” o agarrador en su parte superior. Así mismo en
la parte media del bastón lleva una amarradura con cinta de cuero que servía para
empuñar.
Gade y Ríos (1976) describieron una antigua herramienta “primitiva” que se sigue
usando bastante y cuyos restos se han hallado en yacimientos arqueológicos, la
chaquitaclla o arado de pie, como la herramienta principal para arar la tierra.
En las regiones altas como en las zonas de Cusco la preparación de la tierra de hace con
la chaquitaclla y es tradicional que mientras dos hombres levantan las porciones de
terrenos con la chaquitaclla, las mujeres son las que voltean estos bloques de tierra con
la mano (Cazafranca)
BIBLIOGRÁFIA:
CAZAFRANCA, Jazmine
MAYER, Enrique
1994 “
HERVÉ, Dominique
SALDAÑA, José
MORLON, Pierre
FALCÓ, Ruth
CASTRO, Pedro
RENGIFO, Grimaldo
LULL, Vicent
CASTRO , P.; CHAPMAN, R.; GILI, S.; LULL, V.; MICÓ, R.; RIHUETE, C.; RISCH,
R. y SANAHUJA YLL, M. E.
ROSTWOROWSKI, María
RÓŻAŃSKA, Katarzyna
BEATRIZ, Sara