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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE CIENCIA SOCIALES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE ARQUEOLOGÍA

“LOS INSTRUMENTOS AGRÍCOLAS


PREHISPÁNICOS Y ACTUALES
TRADICIONALES: LA CHAQUITAKLLA Y EL
ARADO ANDINO”

EQUIPO INVESTIGADOR

ECHE VEGA, Jorge Eduardo

GONZALEZ AZAÑERO, Christian

MARADIEGUE GARCIA, Samanta

MURGA MILLA, Linda

VENEROS HEROS, Rosimar

ASESORES

Mg. Elena Vega Obeso

Lic. Jose Horna Clavo

TRUJILLO – PERÚ

2017
DEDICATORIA

A Dios, quien es mi roca y fortaleza, en

Él todo lo puedo.

A nuestros amados

padres, por enseñarnos a seguir

nuestros sueños y construir nuestros

propios caminos.

A nuestros hermanos que son

nuestra familia incondicional, por su

apoyo, amor y cariño en todo momento.

A nuestros profesores, por su paciencia

y disposición en el desarrollo de esta

investigación y por ser modelos de excelentes

profesionales en quienes nosotros podemos

seguir sus pasos para el crecimiento del

conocimiento científico de la arqueología.


I. INDICE
I. GENERALIDADES

1. TÍTULO:

“LOS INSTRUMENTOS AGRÍCOLAS PREHISPANICOS Y ACTUALES


TRADICIONALES: LA CHAQUITAKLLA Y EL ARADO ANDINO”

2. PERSONAL INVESTIGADOR:

2.1. EQUIPO DE INVESTIGACION:

Eche Vega, Jorge Eduardo

Gonzalez Azañero, Christian

Maradiegue Garcia, Samanta

Murga Milla, Linda

Veneros Heros, Rosimar

2.2. ASESORES:

Lic. Jose Horna Clavo


Mg. Elena Vega Obeso

3. TIPO DE INVESTIGACION:

3.1.DE ACUERDO AL FIN QUE PERSIGUE: Básica.


3.2. DE ACUERDO A LA TECNICA DE DISEÑO: Explicativa.

4. REGIMEN DE INVESTIGACION
4.1. Libre

5. INSTITUCION DONDE SE DESARROLLARA EL PROYECTO


5.1.Universidad Nacional de Trujillo
5.2.Facultad de Ciencias Sociales
5.3.Escuela de Arqueologia
6. DURACION DEL PROYECTO
6.1.MESES: 4 meses
6.2.DIAS: 120 días

7. FECHAS PROBABLES DE INICIO Y TERMINO


7.1.FECHA DE INICIO: 20 DE SETIEMBRE DEL 2017
7.2.FECHA DE TERMINO: 16 DE ENERO DEL 2018

8. ETAPAS

ETAPA ACTIVIDADES INICIO TERMINO TIEMPO


(DIAS)
Recopilación Bibliográfica 27 setiembre 27 diciembre 93 días
1
Procesamiento y análisis de información 10 octubre 21 noviembre 43 días
2
Redacción y sustentación del informe final 4 diciembre 5 enero 32 días
3

9. CRONOGRAMA

MES SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE ENERO


ETAPA 1 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1

Recopilación Bibliográfica

Procesamiento y análisis de
información

Redacción y sustentación del


informe final
10. FINANCIAMIENTO
El financiamiento, durante el trabajo de investigación, estará a cargo de los
alumnos que conforman el equipo, por lo que aportaremos con materiales de
escritorio, herramientas y viáticos.

II. PLAN DE INVESTIGACIÓN

2.1.MARCO TEÓRICO:

2.1.1. Orígenes de la chaquitaclla y el arado

La chaquitaclla nació de la adicción de un soporte para el pie o estribo (takillpu en


quechua) al timón (wiri o talla en quechua), un invento tecnológico que aumenta la
solidez de la chaquitaclla fue el refuerzo del timón de madera ok una pieza que cumple
el rol de resorte. (BOURLLAUD, REAU, MORLON,1988)

Gade y Ríos (1972) proponen que el origen de esta herramienta agrícola manual
(taklla) fue contemporáneo del Imperio Inca y se sigue usando ampliamente en los
medios naturales muy diversos que componen los Andes: Vallés profundos y secos,
laderas de pendientes pronunciados y planicies a gran altitud.

Esta herramienta cuyo origen es del estilo contemporáneo del Imperio Inca (Gade y
Rìos 1972). Dokin (1970) indica que la presencia de la chaquitaclla está asociada al
cultivo de las papas en las zonas altas, en particular en los valles poco profundos del
altiplano, donde la preparación de tierra suelta era considerada secundaria para este tipo
de agricultura.

Por su parte, Bourliaud (1998) describe que el uso y persistencia de la chaquitaclla está
estrechamente ligado al cultivo de las papas después del descanso, lo que exige un
barbecho profundo con volteado.

Para Rivero (1987) la chaquitaclla fue una evolución del palo excavador, palo bastón o
suki taclla, la misma que se debió al aumento demográfico que trajo consigo la
innovación tecnológica y la disminución de la caza y recolección ya que las
comunidades dependerían de la agricultura.

Se ha considerado por parte de los europeos que el arado fue un crucial invento
producido en el Viejo Mundo, un instrumento qué sirve para abrir o remover la tierra
mediante un dispositivo compuesto de cuña y soporte accionado por energía biológica.
(Murgueytio, Guerrero 1997).

El arado se ampliaba desde la Antigüedad, pero era un arado precario, sin ruedas, tenía
que ser mantenido por el que manejaba a la altura o inclinación conveniente para poder
roturar la tierra. Eso requería un gran esfuerzo, además producía surcos irregulares y se
limitaba, en realidad, a arañar el suelo. Con este arado era necesario arar el campo dos
veces, en forma de cruz, de manera que la segunda serie de surcos cruzara la primera en
ángulo recto.

El arado que comenzó a utilizarse en el siglo XI era, en cambio, un arado con ruedas y
vertedera. La vertedera es un dispositivo para guiar el surco y voltear la tierra, como un
timón. Las ruedas en el arado facilitaron su transporte y equilibrio, pero su inclusión
hacía tan pesado al aradoque se requería la fuerza de grandes animales de tiro.

En el siglo XVII, la tecnología del arado parece haber sido aplicada al cultivo de trigo y
cebada para el consumo español, de modo que se podía esperar que solo los indígenas
dedicados a la agricultura la poseyeran o la usaran.

2.1.2. Definiciones

Son muchos los textos de la época colonial que mecionan la taclla o chaquitaclla, pero
pocos describen con precisión el manejo de esta herramienta, según el Vocabulario de
la lengua de todo el Peru llamada Lengua Qquichua o del Inca. Chaqui es “pie o
pierna” y Taklla es “arado de indios, o sola la tabla que ara o todo como vysu”

Grillo, Quiso, Rengifo, Valladolid (1994) comentan que el término chaquitaclla también
es conocido como “wiri” en aymara, mientras que en el español se le conoce como
“arado de pie”.

La chaquitaclla o jaquilla, así como aparece en el grabado algo alusivo del cronista
Guamán Poma, fue una vara larga de unos 2 metros, acabada en punta, como la coa
centroamericana, pero a diferencia de ésta tuvo la chaquitaclla un gran mango espiral
atado en su parte superior y un pequeño soporte de empuje cerca del estevado terminal
inferior. (Murgueytio, Guerrero 1997).

2.1.3. Elaboración de la chaquitaclla


Rivero (1987) Describe para la región del Cusco, Apurímac y Puno, 35 formas de
chaquitacllas e indica que en la actualidad hay medio centenar de formas usadas en los
ayllus alto andinos por lo que incide en la no existencia de una chaquitaclla que se
parezca a la otra, en los Andes, así como existen una variedad de formas que cada etnia
ha recreado, cada pueblo tiene lo suyo y dentro de él cada persona recrea lo propio, por
lo que no hay lugar para chaquitacllas “modelos” menos para fabricaciones
homogéneas.

Grillo, Quiso, Rengifo, Valladolid (1994) analizan el caso andino, haciendo hincapié en
que ellos ven ya a la “herramienta” desde cuándo está en el árbol correspondiente, no la
inventan ni la producen, solo ayudan a descubrir su fisionomía de modo tal que la
reciprocidad entre la comunidad humana y allpas sea fluida, ya que esta persona
herramienta no se fabrica en serie pues no hay un modelo estándar, cada campesino,
llegado el momento, la modela según los atributos que tiene la madera en el árbol, de
acuerdo a su estatura, a su gusto y a las labores en que lo acompañará, por ello el
campesino aprende desde pequeño a familiarizarse con ellas, a conocerlas, a fabricarlas,
a criar herramientas y también a dejarse criar por ellas, es como el primer juguete que el
niño andino tiene para su diálogo con la naturaleza.

“Ocho días después del nacimiento, la salsa se saca afuera por primera vez y se da
herramientas en miniatura hechas de madera por el padre. Si es niño, recibe todo lo que
va a necesitar para trabajar en la chacra; si es niña, se le da todo lo relacionado con el
tejido” (Prochaska 1988).

Garcilazo de la Vega (1945) menciona en sus textos: “Traen por arado un palo de una
grasa de largo, es llamo por delante y rollizo por detrás; tiene cuatro dedos de ancho,
hacen una punta para que entre en la tierra; a media vara de la punta, hacen un estribo
de dos palos atados fuertemente al palo principal donde el indio pone el pie de salto y
con la fuerza inca el arado hasta el estribo, andan en cuadrillas de 7 en 7 y de 8 en 8,
más o menos como es la camarada, y apalancando todos juntos a una levantan
grandísimos céspedes, y es admiración ver qué con tan claros instrumentos hagan obra
tan grande y lo hacen con grandísima facilidad sin perder el compás del canto”.

La chaquitaclla tiene 4 miembros: el cuerpo, el mango, el taquilpo (todos ellos de


madera) y la reja que actualmente es de metal (las había de piedra y madera hasta hace
poco), el cuerpo es la parte central del instrumento a la que van adosadas lateralmente el
mango y el apoyo para el pie, la reja se apunta a la parte terminal inferior del cuerpo, a
la que va amarrada; mango, taquilpo y reja se amarran el cuerpo mediante sogas, flejes
o yaurincas hechas de cuero de llama o vacuno; en su forma actual más extendida mide
aproximadamente de 0.80 m. a 1.20 m. La reja tiene un largo de 45 cm, un ancho de 8
centímetros y 1 cm de espesor.

2.1.4. Utilidad

Por la presencia que tuvo en la sociedad incaica y la elaboración como el


perfeccionamiento producido por los incas tiene un uso más específico. Por ejemplo, el
allachu se utiliza en la cosecha de tubérculos, el kituchi como escarificador del suelo en
el deshierbe, siembra, replante y cosecha. La chaquitaclla, que aprovecha el peso del
hombre que la utiliza, sirve con una reja para la preparación de los suelos y roturación
de los mismos, adicionalmente para los aporques, así como los arreglos de canales, y
con una punta se utiliza para la siembra. Es de notar que se utiliza en tierras limpias de
piedras y de raíces de árboles, es decir, aptas para una agricultura permanente, sea en
andenes o terrenos de pocas pendientes.

2.1.5. Teorías

Las herramientas agrícolas no son en la cosmovisión andina, extensiones del cuerpo


humano hacia la naturaleza, tampoco bastones que suplen las deficiencias físicas del
hombre en su relación con el medio natural, en la cosmovisión andina la chaquitaclla es
otra persona que está en la naturaleza, y que la comunidad humana representa develando
su forma para la realización de actividades chacareras. (Grillo, Quiso, Rengifo,
Valladolid; 1994). Por lo que es propicio tener un concepto diferente de la chaquitaclla
para ver las relaciones internas en torno a esta herramienta.

VISION DE APERTURA: EN LA ARQUEOLOGIA DEL GENERO

Se definió entonces, el “género” como “el diformismo de respuestas ante los caracteres
sexuales externos como uno de los aspectos más universales del vínculo social”,
mientras que “identidad de género” se definió como “el sentimiento estructurado por
identificación con el igual y complementación con el diferente”. El “género” es el
conjunto de características sociales, culturales, políticas, psicológicas, jurídicas y
económicas, asignadas a las personas en forma diferenciada de acuerdo al sexo. (Falcó
2003) Es decir, se refiere a las diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres por
razones sociales y culturales, y estas diferencias se manifiestan por los roles que cada
uno desempeña en la sociedad. (Guardian 2013)

De este modo, hombres y mujeres, desarrollaron diferentes actitudes ante la vida,


pudiéndose definir las diferencias básicas entre unas y otros. Las mujeres incentivadas
por el orden patriarcal, tendían a desarrollar “roles afectivos y expresivos”, tomándose
como justificación la “necesidad funcional para la conservación de la familia como
grupo social”. Y evidentemente se le añadió el “rol reproductivo”: las responsabilidades
de la crianza, la educación, la atención y cuidado de los miembros de la familia y la
organización y mantenimiento del hogar. Los “roles instrumentales” se incentivaron en
los hombres, los cuales estaban orientados hacia metas que transcendían la interacción
inmediata, exigiendo de este modo una cierta capacidad para tolerar la posible
hostilidad que pudiera provocar cualquiera de sus actuaciones. Por ello, los hombres,
también se responsabilizaban del “rol productivo” (actividades que producen ingresos
personales y para el hogar) y el “rol de gestión comunal” (actividades de trabajo
organizativo dentro de las estructuras formales). (Różańska 2011)

La chaquitaclla en este papel de legitimar la separación del genero fue pasado


desapercibido, en las narraciones de los cronistas, se evidencia la separación del trabajo
que gira en el uso de la chaquitaclla en las acciones agrícolas. En el manuscrito de
Guamán Poma de Ayala (1939), muestra como fue el primer mundo con Adán y Eva
indigenizados. Adán es el que labra la tierra, mientras que Eva está a cargo de los niños
y acompaña a su esposo. De la primera generación de ellos, el uso de la chaquitaclla se
repite y comienza a evidenciar el patrón que Guamán Poma observo en los
descendientes de los incas, se plasma al varón labrando la tierra y a la mujer frente a él
en cercanía al suelo como ayudándolo con las manos directamente en la tierra. En sus
siguientes dibujos sobre la agricultura, Guamán Poma siempre plasmo a la chaquitaclla,
pero lo más resaltante es la acción de los protagonistas de las imágenes, donde la
división del trabajo sigue acentuándose, una mujer por cada varón ayudándole
manualmente mientras el varón labra con la chaquitaclla. El hombre con fuerza directa
en la taclla realizaba actividades agrícolas comunales y la mujer preparaba las viandas
de los trabajadores, seguían la taclla para depositar las semillas limpiando también
cualquier impureza rezagada del labrado y ayudaban con canticos mientras se realizaba
este complejo mecanismo social.
ENFOQUE DEL MODO DE PRODUCCION EN ARQUEOLOGIA

Los objetos arqueológicos (en este caso, la chaquitaclla y el arado) abarcan todas las
dimensiones de lo social, desde el material hasta la estética; responden a requisitos
certeros, sean económicos, sociales, políticos o morales; manifiestan las prácticas que
los procuraron y las que colaboraron a edificar; vacían o llenan de contenido la vida
social. Se muestran conservadores o revolucionarios, pero, ante todo, y para la
desesperación de muchos arqueólogos, son sinceros, se niegan sistemáticamente a ser
tomados en vano y a ser sustituidos por ideas que pretendan suplantarles (conceptos que
desean usurpar su lugar). Al final, vuelven a mostrar inexorablemente el camino de su
realidad y acaban con todas las perspectivas interesadas de una investigación histórica
(generalmente sobreinterpretada), porque, ante todo, los objetos son verdaderos y
constituyen el referente más fiable al que debemos mirar (y del que podemos tirar para
entender nuestra existencia). Los objetos son efectivos, conforman la auténtica otredad
que nos constituye como sujetos y que evita que ocupemos el lugar de los objetos
pacientes que sólo existen en las mentes alienadas. (Lull 2005)

Los objetos arqueológicos estuvieron inmersos en modos de producción de las


sociedades antiguas para su equilibrio social. En tanto, en el modo de producción se
combinarán, por un lado, las fuerzas productivas, representadas por la fuerza de trabajo
humano y por el conocimiento tecnológico que se tenga de los medios de producción
tales como herramientas, maquinaria, materiales, entre otros. Y las relaciones de
producción que incluyen la propiedad, el poder y el control por parte de quienes
detentan los recursos de producción (Castro 2006). Para Marx la facultad de producción
y el relacionamiento social eran dos condiciones básicas y diferenciales de los seres
humanos.

De acuerdo con Marx (1984) la combinación de fuerzas y relaciones de producción


significa que el modo en que las personas se relacionan con el mundo físico y en que se
relacionan socialmente entre ellas están relacionados de manera necesaria y específica.
La gente debe consumir para sobrevivir y para consumir deben producir, y eso les lleva
a relacionarse de algún modo que existe independientemente de su voluntad: “En la
producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas,
necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden
a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto
de estas relaciones constituye la estructura económica de la sociedad, es decir, la base
real sobre la cual se alza una superestructura jurídica y política y a la cual corresponden
formas determinadas de la conciencia social. En general, el modo de producción de la
vida material condiciona el proceso social, político y espiritual de la vida. No es la
conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino al contrario, su ser social es el
que determina su conciencia.” (de Marx citado por Briz i Godino) (Lull 2005).

La estructura de la sociedad, de acuerdo a esto, no depende de los deseos ni de las


intenciones de los hombres, ni de las ideas ni de las teorías, ni de las formas del Estado
ni del Derecho. El carácter y la estructura de toda sociedad se hallan determinados por
el modo de producción imperante. Al cambiar este modo de producción, cambia
también todo el régimen social, cambian las ideas políticas, jurídicas, religiosas,
artísticas, filosóficas y cambian las instituciones correspondientes (Castro, P.; Chapman,
R.; Gili, S.; Lull, V.; Micó, R.; Rihuete, C.; Risch, R. Y Sanahuja Yll, M. E. 1996). El
cambio de modo de producción constituye una revolución. Ante esto, a la llegada de los
españoles, el uso de la chaquitaclla fue limitándose poco a poco y se introdujo un nuevo
medio de producción, el arado, esta nueva herramienta cambio drásticamente todo el
régimen social andino que giraba por la chaquitaclla. Las relaciones sociales que
involucraba usar la chaquitaclla fue menguando, ya que la fuerza productiva para usar el
arado fue menor, lo que ocasionó que los trabajos colectivos se dieran raras veces.
Siguiendo la teoría marxista sobre los modos de producción, vemos que la chaquitaclla
estuvo muy comprometida en las relaciones de producción precolombinas, suscitando
una organización especial en el que el mundo andino estaba adaptado completamente.

DENTRO DE LA COSMOVICION ANDINA

La festividad del INTI QHAPAQ RAYMI, es una festividad andina que corresponde al
calendario andino vinculado a la actividad agrícola. Corresponde exactamente a valorar
el tiempo en que la semilla ha brotado del vientre de la madre tierra, convertida en una
planta pequeñita y llena de vida, por lo tanto, es la FESTIVIDAD DE LA NUEVA
VIDA, pues esta plantita crecerá, florecerá, madurará y dará frutos, convirtiéndose en la
fuente de la seguridad y bienestar de la comunidad durante el tiempo venidero
(Anticona, 2017). La Cosmovisión Andina consideraba que la naturaleza, el hombre y la
Pachamama (Madre Tierra), son un todo que viven relacionados estrechamente y
perpetuamente. Esa totalidad vista en la naturaleza, es para la Cultura Andina, un ser
vivo.

La acción de cultivar, se entiende como generar una nueva vida de parte de la tierra. La
tierra es considerada femenina, un ovulo por fecundar, así que el labrarlo debe ser
accionado por varones con sus chaquitacllas, que con su fuerza harán surcos y moverán
la tierra muy bien para que las mujeres depositen las semillas que darán frutos hijos de
la Pachamama, por lo que se realizan festividades en honor a ella agradeciéndola. Pero
el trabajo colectivo para realizar esto, está dividido como ya lo hemos visto, por dos
géneros que representan una dualidad en la cosmovisión andina (femenino y masculino,
fuerza de abrir la tierra y la delicadeza de depositar las semillas y limpiar manualmente
la tierra. Dos fuerzas antagónicas que se unen para generar en la tierra nuevos productos
para la subsistencia. En este aspecto la chaquitaclla era el medio para ejercer esta fuerza
masculina que se vio reemplazada por el arado que ya no honraba la fuerza masculina,
sino animal, viéndolo así, un animal dominaba la fuerza generadora de alimentos de
parte de la Pachamama. Maria Rostworowski (2007), menciona que el mundo andino
estaba bajo equilibro de su cosmovisión; la naturaleza estaba animada y el hombre solo
era parte de un todo que lo controlaba. La dualidad comandaba todos los aspectos
vivenciales del hombre, por lo que no extraña que en las actividades agrícolas también
se plasmaban.

2.2.ANTECEDENTES:

Los cronistas y escritores indigenistas no detallaron el uso de la chaquitaclla en la


agricultura, como vimos anteriormente, hay breves menciones de esta pero sin
profundizar en su conocimiento.

Excavaciones arqueológicas recientes han permitido exhumar cuchillas de piedra que


sirvieron para trabajar el suelo, estas cuchillas han sido identificadas como siendo de
chaquitacllas, si bien no se ha demostrado la presencia del estribo en el mango, estas
fueron encontradas tanto en los más antiguos restos de andenería que se conoce en la
región del Cusco - Marcavalle, fechados entre el 800 y el 900 A.C. (Barreda Murillo,
com. pers.; Valencia Zegarra, 1986) - como en los restos más antiguos de camellones en
el Altiplano del Lago Titicaca, fechados entre el 650 y el 900 A.C. (Erickson, 1985).
Pierre Morlon (1996) realiza una excelente investigación sobre la chaquitaclla y el arado
en Perú y Bolivia y lo expone en su libro “Comprender la agricultura campesina de los
Andes centrales”. Grimaldo Rengifo Vasquez en su libro “La agricultura tradicional de
los Andes” explica el uso y la forma de la chaquitaclla y el arado como herramientas
agrícolas andinas.

Durante mucho tiempo, sobre la base de representaciones que se encontraban en


ceramios, la chaquitaclla fue considerada como un invento de la época incaica, por lo
tanto tardía y bastante posterior al desarrollo de la agricultura andina (Horkheimer,
1960; Lanning, 1967: 165; Gade y Ríos, 1972).

Para muchos investigadores el más avanzado instrumento agrícola en el área andina del
nuevo mundo es aquel conocido como arado de pie andino, la chaquitaclla (quechua) en
el que se empleó la presión del pie sobre el hombro del instrumento para trabajar la
tierra, con punta metálica, mango curvo y descanso de madera para el pie) es el único
capaz de romper los suelos compactados y el pasto característico del altiplano peruano-
boliviano, “a 3800 m de altitud, donde más de 800 km cuadrados de campos elevados
fueron construidos cerca del lago Titicaca”, fue y es un instrumento propio para trabajar
terrenos en descanso y cuyo suelo están endurecidos (Saldaña 1996).

Rivero menciona que tiene evidencias que el hombre andino utilizó como primera forma
de chaquitaclla, una herramienta que consistía en un palo bastón que llevaba amarrada
con una cinta de cuero crudo un “uysu” o agarrador en su parte superior. Así mismo en
la parte media del bastón lleva una amarradura con cinta de cuero que servía para
empuñar.

Gade y Ríos (1976) describieron una antigua herramienta “primitiva” que se sigue
usando bastante y cuyos restos se han hallado en yacimientos arqueológicos, la
chaquitaclla o arado de pie, como la herramienta principal para arar la tierra.

En las regiones altas como en las zonas de Cusco la preparación de la tierra de hace con
la chaquitaclla y es tradicional que mientras dos hombres levantan las porciones de
terrenos con la chaquitaclla, las mujeres son las que voltean estos bloques de tierra con
la mano (Cazafranca)

En cuanto a la capacidad de trabajo de una herramienta, investigadores como Bellido


(1975) explica que los factores varía mucho, aún para un mismo tipo de trabajo, entre
ellos lo mejor el suelo la textura y estructura la pendiente las empresas sé quién es la
maneja y hasta el ambiente social que se crea alrededor del trabajo, por lo que no es
posible hacer extrapolaciones aritméticas sobre la eficiencia del trabajo de este
instrumento tomando solo cómo base a una pareja de chaquitaclleros, pues cuanto
mayor sea el número de parejas o grupos que participan avanzan más rápidamente cada
pareja que sí lo hicieran aisladamente, la emulación que suscita el trabajo hace que cada
pareja se entusiasme y logre un mejor trabajo (Grillo, Quiso, Rengifo, Valladolid;
1994).

Es importante subrayar la urgencia de estudiar el conjunto de instrumentos de los Andes


del norte peruano y del sur ecuatoriano y comparar sus funciones con las de los Andes
del centro y sur del Perú descrito por varios investigadores. En los Andes del Perú
central y sureño se utilizan instrumentos multiusos, barretas y barretillas, pero además
otros más especializados con puntas y rejas, como allachus, kituchis y chaquitacllas
(Bourliaud et al., 1988; Morlon, 1996; Pino, 2001; Rivero Luque, 2005).

BIBLIOGRÁFIA:

CAZAFRANCA, Jazmine

“Las mujeres productoras de alimentos en Perú: diagnósticos y políticas”. IICA


Biblioteca Venezuela

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2004 “Casa, chacra y dinero: economías domésticas y ecología en los


Andes.” Instituto de estudios peruanos.

Grillo, Quiso, Rengifo, Valladolid

1994 “

HERVÉ, Dominique

2004 “Las labranzas en perspectiva: Andes centrales”

SALDAÑA, José

1996 “Historia social de las América Latina. LIBRERO-EDITOR. Primera


edición
RIVERO, Victor

1987 “La chakitaclla en el Mundo Andino”. Herrandina, Cusco, Perú

BOURLLAUD, Jean, REAU,Raymond, MORLON, Pierre

1988 “CHAKITAKLLA: estrategias de barbecho e intensificación de la


agricultura andina”

ANTICONA, Juan Pablo

2017 “La filosofía de los Incas” Tesis para el Título Profesional de


Licenciado en Filosofía. Universidad Mayor de San Marcos.

MORLON, Pierre

1996 “Comprender la agricultura campesina en los Andes Centrales”

FALCÓ, Ruth

2003 “La arqueología del género: Espacios de mujeres, mujeres con


espacio” Centro de Estudios sobre la Mujer. Universidad de Alicante.

CASTRO, Pedro

2006 “Trabajo y Sociedad en Arqueología. Producciones y relaciones versus


orígenes y desigualdades”. Departamento de Prehistoria. Universidad
Autónoma de Barcelona.

RENGIFO, Grimaldo

1987 “La agricultura tradicional en los Andes. Manejo de suelos, sistemas


de labranza y herramientas agrícolas”. Editorial Horizonte, Lima.

LULL, Vicent

2005 “Marx, Producción, Sociedad y Arqueología” Trabajos de Prehistoria nº 1

CASTRO , P.; CHAPMAN, R.; GILI, S.; LULL, V.; MICÓ, R.; RIHUETE, C.; RISCH,
R. y SANAHUJA YLL, M. E.

1996 “Teoría de las prácticas sociales”. Complutum Extra 6 (II)


MARX, Karl

1949 “El Capital I. Critica de la economía política”. Fondo de Cultura


Economica.

ROSTWOROWSKI, María

2007 “Estructuras Andinas del poder. Ideologia religiosa y política”. Obras


completas VII

RÓŻAŃSKA, Katarzyna

2001 “Los arquetipos de la mujer en la cultura latinoamericana: desde la


cosmovisión precolombina hasta la literatura contemporánea”.
Universidad Adam Mickiewicz

BEATRIZ, Sara

2013 “Historia de las mujeres en América Latina”. Segunda Edición.


CEMHAL CENTRO DE ESTUDIOS.

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