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El actual edificio militar pudo tener su origen en una construcción de menor tamaño
surgida en el siglo XII, posiblemente en le segunda mitad, para intentar detener el avance de
los reinos cristianos (1). Caudete tuvo, desde su conquista, una escasa pero permanente
población musulmana, dedicada ésta a la agricultura de regadío que tan ampliamente
desarrollaron los musulmanes en la península. A época almohade corresponden los muros que
interiormente conserva la muralla, realizados con la técnica del tapial (barro amasado). La
entrada al castillo, hoy desmantelada, se situaría al este, en forma de zig-zag (como muchas
fortalezas de origen musulmán) y defendida por una de las torres.
La villa de Caudete fue conquistada por las tropas cristianas de Jaime I de Aragón en 1240.
En virtud del Tratado de Almizra pasa a depender de Castilla en 1244, otorgándole el entonces
infante Alfonso X el Sabio a Sancho Sánchez de Mazuelo la posesión del Castillo y la plaza de
Caudete. En 1256 Mazuelo vende dicha posesión a Gregorio García. Hablándose entonces de
que Caudete era un poblado habitado mayoritariamente por mudéjares.
La estratégica posición de Caudete, situada entre la frontera de las coronas de Castilla y
Aragón, conllevaría durante este azaroso periodo cambios en elementos del castillo: creación
de nuevas torres, dependencias interiores, refuerzo de sus accesos y quizás la ampliación del
perímetro amurallado.
El castillo de Caudete vive momentos de gran transformación a mediados del siglo XIV,
durante la “Guerra de los dos Pedros”, que enfrentó a Pedro I de Castilla y a su hermano
bastardo Enrique de Trastamara, siendo éste último apoyado por Pedro IV de Aragón. Esta
guerra tuvo un carácter marcadamente fronterizo, ya que entre las aspiraciones del rey de
Aragón estaban la incorporación del Reino de Murcia y la hegemonía aragonesa en el
Mediterráneo. En estos momentos el Castillo de Caudete fue constantemente sometido a
asedio por parte de los castellanos. Este hecho obligaría al refuerzo de las defensas con
anterioridad al ataque y a una importante remodelación posterior, dado el estado en que
quedo. Se emprendería también en el s. XIV el chapado exterior de los muros en mampostería
y el realmenado del edificio, generando merlones terminados en prisma rectangular con
saetera en la parte central para permitir el disparo con arco.
Los enfrentamientos bélicos se repiten a lo largo del siglo XV, lo que hace suponer que la
fortaleza quedara al final de este periodo en muy mal estado.
Nada significativo sabemos sobre la historia de nuestro castillo hasta llegado el siglo XVIII,
cuando en 1740 el entonces alcalde de la villa, Pedro Gallur, traslada al rey la petición hecha
por el Rector y Vicario de la Iglesia Parroquial para el uso de la falda del castillo como
cementerio de dicha iglesia. Uso éste que ya venía dándose, pero que ahora se hace más
necesario, al haber comenzado la construcción de la capilla de la Comunión y las obras de
enlosado de la iglesia. En el mismo documento se dice ya que más de la mitad del recinto del
castillo estaba bordeado de casas.
El uso del castillo como campo santo debió de tener al menos dos fases, ocupando la
primera la falda anexa al ábside y la segunda el resto del perímetro amurallado. Esta situación
se mantuvo hasta entorno a 1834.
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