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SOBRE EL NOVIAZGO CRISTIANO

Introducción:
Sabiendo que el asunto en cuestión es algo privado, se presenta el tema sólo para animar a todos
los cristianos a hacer los ejercicios espirituales necesarios para comprobar: lo que es agradable
al Señor (Efesios 5:10).
Estas palabras no son para enseñar, ni para ofender la fe de ningún santo hijo de Dios lavado por
la preciosa sangre del Señor Jesús, sino que pretenden dar con humildad una perspectiva Bíblica
sobre el tema de “El noviazgo cristiano”.
La idea es compartir con el pueblo de Dios apenas un punto de vista teniendo en cuenta que sólo
en parte conocemos (1 Corintios 13:9) y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada
como debe saberlo (1º Corintios 8:2)
El propósito de este escrito tampoco es la contienda ni la vanagloria (Filipenses 23:3) sino que
busca estimular a los cristianos para que, imitando el ejemplo de los creyentes de Berea, los
lectores escudriñen las escrituras para ver si esto es así (Hechos 17:11), examinarlo todo y
retener lo bueno (1º Tesalonicenses 5:21)

Desarrollo:
El "noviazgo" como se lo conoce y practica en la actualidad es una invención humana que no
existía en la antigüedad. Tampoco encontramos en la Palabra de Dios una relación similar entre
varón y mujer como se lleva a cabo en esta época. Paralelamente las costumbres de la
“cristiandad profesante” en la actualidad, no se parecen en nada a lo que eran tiempo atrás.
Los términos “Novia” y “Novio” aparecen en las Escrituras pocas veces, dos en sentido figurado y
solamente una vez para referirse a quienes contraen nupcias es decir a quienes se están
casando. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo testamento los períodos previos al matrimonio
eran el Compromiso (una promesa verbal) y el Desposorio, el cual constituía en sí mismo un
matrimonio aunque no consumado. En tiempos Bíblicos el varón lo llevaba a cabo dándole a la
mujer un anillo de oro, ó un objeto de valor aunque después del exilio Babilónico de Israel se
incluía también un documento escrito y firmado por padres y testigos.
Es de destacar que un padre podía realizar y romper más de un Compromiso verbal de
casamiento de alguno de sus hijos, a diferencia del Desposorio el cual era un pacto sellado entre
los “novios”, sus familias y los respectivos testigos por cada una de las partes.
En general se observa que el concepto de noviazgo actual viene de la preocupación de de los
"novios" en tomarse un tiempo para “conocer bien” a su pareja antes de adoptar la decisión de
casarse dado que el matrimonio es “para siempre” y el divorcio es un fracaso.
Ante esta situación surge la necesidad de dar pasos “seguros” y establecer un periodo previo de
“conocimiento mutuo” para evitar equivocarse en la elección del cónyuge. El “alcance y
profundidad de este conocimiento” va a depender del estado moral de los “novios”
Pero en otros tiempos (no tan lejanos como los Bíblicos) esto no era así, muchas veces la tarea
de elegirle a los hijos al cónyuge recaía sobre los padres los cuales arreglaban la boda con su
contraparte. Esta decisión era en algunas ocasiones inapelable aunque en otras se les consultaba
a los hijos si estaban de acuerdo con la elección, la cual en la mayoría de los casos era aceptada
por ellos en la certeza de que la sabiduría de sus mayores les garantizaría un matrimonio exitoso.
Los padres han sido puestos por Dios como autoridad sobre los hijos mientras estén solteros y
vivan en su casa, y son las personas más indicadas para dar una opinión respecto al matrimonio,
ya que tienen experiencia en la vida y siempre buscarán lo mejor para los suyos.
Si tales padres son incrédulos lo harán conforme a diversas conveniencias pero si son cristianos
buscarán en oración siempre la voluntad del Señor Jesús.
La Palabra de Dios exhorta a hijos e hijas obedecer a los padres y a no menospreciar su
instrucción (Efesios 6:1 Colosenses 3:20 Proverbios 1:8) mientras que el príncipe de la potestad
del aire (Efesios 2:2) incita a los incrédulos a ser desobedientes (2º Timoteo 3:2 Romanos 1:30).
También debido a la degradación moral de estos postreros tiempos, los hijos dejaron de tener en
cuenta a sus padres en la elección del cónyuge para realizarla ellos mismos rebelándose así
contra de la autoridad que Dios les otorgó a sus progenitores traspasando los linderos antiguos
(Pr 22:28), lo cual es malo para los hijos de este mundo pero peor aún para los hijos de Dios.
Los cristianos no nos pertenecemos a nosotros mismos pues fuimos comprados por el
Señor Jesús para Dios al cual le pertenecen el cuerpo y el espíritu. (Romanos 6: 19,20)
Los padres tienen de Dios, la potestad sobre sus hijos solteros a tal punto que (aunque hoy día no
se practique) la Palabra de Dios en 1º Corintios 7:37autoriza a un padre a guardar a su hija
virgen y no darla en matrimonio, pero sólo si es la voluntad del Señor Jesús ya que ellos mismos
tienen que someterse a Su autoridad. (Es de destacar que la versión de Darby y varias otras
traducen esta misma porción en forma diferente a RV1960 indicando que lo que se guarda es
"la propia virginidad" en lugar de a su hija doncella y por eso en muchas versiones en
castellano la palabra "hija" aparece en bastardillas ya que no está en los manuscritos.)
Existe la posibilidad de que un cristiano fiel sienta de parte del Señor que alguien es la persona
que Dios eligió para que sea su cónyuge sin que sus padres hayan intervenido en tal decisión
como en el caso de Sansón y la mujer de Timnat. Aún así vemos por la Palabra que el varón se
somete a la autoridad parental al pedirle que se la tomen por esposa, los cuales no estaban en
principio de acuerdo "porque no sabían que esto venía de Jehová". (Jueces 14: 1-4)
Cuando Esaú escogió a los 40 años dos esposas para él sin el consejo de sus padres, fueron
amargura de espíritu para ellos (Génesis. 26: 34,35) en cambio en la elección de Rebeca la
esposa de Isaac (su padre), intervinieron la voluntad Abraham (su abuelo) y la de Jehovah y
aunque estos “novios” no se conocieron antes de unirse, tuvieron un matrimonio exitoso
La Escritura dice que Isaac: … tomó a Rebeca por mujer, y la amó (Génesis 24:67)
Cabe señalar que aún cuando el padre de Rebeca arregló la boda de su hija con el criado de
Abraham, la madre igual le preguntó a ella si deseaba irse y casarse con un hombre que no
conocía dándole así la oportunidad de negarse pero como esto venia de Dios, ella respondió
afirmativamente y se fue a consumar su boda (Génesis 24:58)
Esta unión, es un caso Bíblico de “amor después del matrimonio” pero en las Escrituras hay otros
ejemplos en que los “novios“ se amaron antes de casarse como el de Jacob, que amo a Raquel
antes de ser su marido (Génesis: 29:18) o el de Mical (la hija de Saúl) que amo a David antes de
ser su esposa. (1º Samuel 18: 20).
Los “novios seculares” no aprobarían este tipo de casamiento porque viven por vista basando la
elección en su propia opinión, pero los cristianos que andan por fe (2º Corintios 5:7) consideran
que solo Dios debe escogerles un cónyuge y dejan todo en Su voluntad la cual pueden conocer a
través del consejo de los padres ó directamente en su corazón, pero nunca sin la aprobación de
ellos a los cuales conforme a la Biblia, le deben obediencia.
Por lo tanto si las personas incrédulas al igual que algunos cristianos profesantes siguiendo las
costumbres del presente siglo malo se escogen ellos mismos un cónyuge (prescindiendo de la
voluntad de Dios y de sus padres para ello) y necesitan tener entonces un período de
“conocimiento previo” para no equivocarse en la elección, los verdaderos hijos de Dios no
deberían conducirse así plegándose a la corriente de de este mundo y pensar que la
abstinencia de besos, caricias y otro tipo de relaciones en ese lapso (típicas de los
romances seculares) pueden transformar una costumbre mundana de en algo agradable al
Señor Jesús
Todos los cristianos fieles que por la Gracia y la Misericordia de Dios han salido fuera del
campamento para seguir al Señor Jesús en separación, manteniendo y conservando las
costumbres tal cual están en la Palabra de Dios sin modificarlas ni modernizarlas, deberían
preguntarse entonces: ¿por qué cambiar la enseñanza del compromiso y el desposorio
Bíblicos para adoptar la práctica moderna del “noviazgo” como período de prueba?, aún
cuando ello no implique más acercamiento que el estar abrazados ó tomarse de la mano.
A los ojos de muchos creyentes (y de todos los incrédulos) que dos jóvenes se tomen de la mano
o puedan abrazarse porque “se pusieron de novios” no tiene “nada de malo” pero sabemos que el
diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; (1° Pedro 5:8), por
eso el apóstol Pablo dice que no hay que darle lugar (Efesios 4:27)
Es lógico que dos jóvenes que se atraen sientan deseos de abrazarse y tomarse de la mano pero
la voluntad de Dios es nuestra santificación (1º Tesalonicenses 4:3) y el consejo apostólico es
que, el que piensa estar firme, mire que no caiga (1 Corintios 10:12) por lo cual si un hermano
y una hermana han confirmado que es la voluntad de Dios y de sus padres que se unan como una
sola carne, lo más aconsejable sería, tener un desposorio corto hasta el matrimonio, sin contacto
físico afectivo, porque no todos tienen el don de continencia (1º Corintios 7:9) y una vez que el
corazón cedió a la emoción, puede ser difícil refrenar las pasiones que combaten en nuestros
miembros (Santiago 4:1) y no son pocos los “novios” cristianos que han caído en fornicación !!!
Porque seguramente esa pareja de jóvenes (o adultos solteros) piadosos, en su ser interior se
deleitan en la ley de Dios, pero mejor es que no tengan contacto y estén siempre en compañía
de otros hermanos, pues se sabe por la palabra que existe otra ley en los miembros que se
rebela contra la de la mente y lleva a las personas cautivas a la ley del pecado que mora en
dichos miembros (Romanos 7: 22,23)
Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba (Ro 14:22) así que
si un varón y una mujer cristianos estiman que pueden tener durante el compromiso y/o el
desposorio una relación con contacto físico y su corazón no les reprende, confianza tienen en
Dios (1º Juan 3:21), y solo su Señor puede juzgarlos (Romanos 14:4) aunque deberían
escuchar el consejo de sus padres y de aquellos hermanos que velan por sus almas, como
quienes tienen que dar cuenta (Hebreos 13:17)
Todos los verdaderos creyentes tienen el Espíritu Santo (1º Corintios 6:19) y la unción del Santo y
no necesitan que nadie les enseñe, porque la unción misma les enseña todas las cosas
(1º Juan 2:27) pero también se puede conocer la voluntad de Dios a través la Biblia
y hasta aquí no hay conceptos ni ideas personales sino solo Su pura y santa Palabra
Si un cristiano fiel por causa del cuidado de sus padres, falta de medios o por tener que
completar sus estudios, no está en condiciones de casarse en un período relativamente
breve, lo mejor es no pensar en la elección de un cónyuge ya que la prolongación del
desposorio, lleva sufrimiento a los futuros esposos y la posibilidad de ceder en algo que
no sea conforme a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo por lo cual deberían esperar el
tiempo oportuno para recién ocuparse de pensar en ello.
Por lo expuesto, ningún joven cristiano debería dejar de lado a los padres (o ignorar su
voluntad) en un asunto tan serio y solemne como es la elección (en tiempo y forma) de un
cónyuge, y si consideran que esa elección que ya hicieron solos (delante o no de su Señor)
es la voluntad de Dios, sepan que el Padre Dios jamás nos va a encomendar algo sin
darnos los medios para hacerlo.
Dios libre estas palabras del espíritu religioso que pretende imponer cargas en otros que él
mismo no puede llevar (Lucas 11:46) y sirvan de aliento y fortaleza a aquellos que quieren
agradar a Dios (1 Tesalonicenses 4:1) y a su Señor (1º Corintios 7:32) en lugar de a los
hombres (Gálatas 1:10 )
Sería oportuno concluir esta breve meditación con Salmos 67:1 Dios tenga misericordia de
nosotros, y nos bendiga; …; Selah

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