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Existían muchos estilos artísticos regionales, que no siempre coincidieron con los
límites cambiantes de las entidades políticas mayas. La cultura olmeca, tolteca y la de
Teotihuacan tuvieron una influencia significativa en el arte maya.
El arte maya clásico conoció una prolongada fase posclásica que terminó en el siglo
XVI, cuando los trastornos asociados con la conquista española destruyeron la cultura
cortesana maya y pusieron fin a su tradición artística. Las principales formas de arte
tradicional que siguen en uso en la actualidad son la producción de tejidos y el diseño
de las casas de los campesinos.
Después de las publicaciones del siglo XIX y principios del siglo XX sobre el arte maya y
la arqueología por Stephens, Catherwood, Maudslay, Maler y Charnay, que por
primera vez dieron acceso a fotografías y dibujos fiables de los principales
monumentos del periodo Clásico maya, la publicación de 1913 de Herbert Spinden, A
Study of Maya Art («Un estudio del arte maya») —hace más de un siglo— sentó las
bases para el desarrollo posterior de la historia del arte maya, incluyendo la
iconografía. El libro contiene un análisis de los temas y motivos presentes en el arte
maya, particularmente los motivos ubicuos de la serpiente y el dragón, y una revisión
del «arte material», como la composición de las fachadas, cresterías de techos y
paneles de máscaras de los templos. Posteriormente, el tratamiento cronológico del
arte maya por Spinden fue refinado por el análisis de motivos de Tatiana
Proskouriakoff, en su libro A Study of Classic Maya Sculpture (1950), «Un estudio de la
escultura clásica maya». El inventario de la iconografía maya de Kubler de 1969, que
contiene un tratamiento de las «imágenes conmemorativas» de cada uno los sitios
arqueológicos conocidos en la época, así como un tratamiento de las imágenes rituales
y míticas (como el «signo triádico»), concluyó un período de aumento gradual de
conocimiento que pronto iba a ser eclipsado por los nuevos desarrollos.
A partir de la década de 1970, la historiografía de los reinos mayas —en primer lugar la
de Palenque— llegó a ocupar el primer plano. La interpretación histórica-artística se
unió al enfoque histórico abogado por Proskouriakoff, así como el enfoque mitológico
iniciado por M.D. Coe, con Linda Schele, una profesora de arte, como su fuerza
impulsora. Las interpretaciones seminales del arte maya se encuentran en todo la obra
de Schele, y particularmente en The Blood of Kings, escrito junto con la historiadora de
arte M. Miller. La historia del arte maya también fue impulsado por el gran incremento
en la disponibilidad de imaginería escultórica y cerámica, debido a las extensas
excavaciones arqueológicas, así como por los saqueos en una escala sin precedentes.
Desde 1973, M. D. Coe publicó una serie de libros con imágenes e interpretaciones de
vasos mayas, hasta entonces desconocidos, utilizando el mito de los gemelos heroicos
del Popol Vuh como modelo explicativo. En 1981, Robicsek y Hales añadieron un
inventario y clasificación de vasos mayas pintados en estilo códice, revelando aún más
del mundo espiritual maya, que hasta entonces era poco conocido.
El principal estilo escultórico Preclásico del área maya era la de Izapa, una extensa
localidad en la costa del Pacífico, donde se encontraron muchas estelas y altares (en
forma de rana) que incluyen motivos también presentes en el arte olmeca. Las estelas,
en su mayoría sin inscripciones, a menudo muestran temas mitológicos y narrativos,
algunos de los cuales parecen relacionarse con el mito de los gemelos heroicos del
Popol Vuh. Sin embargo, sigue incierto si los habitantes de Izapa eran mayas, en
términos étnicos.
Los principales tipos de escultura de piedra del período Clásico son los siguientes:
Dinteles, paneles y tableros; los dinteles de las entradas, y los paneles y tableros
colocados en las paredes, los pilares de edificios y los lados de las
plataformas. Palenque y Yaxchilán en particular, son conocidos por este tipo de
arte escultórico; Yaxchilán principalmente por el gran número de dinteles en
relieve profundo, de los cuales algunos de los más famosos muestran encuentros
con los ancestros; Palenque, por los grandes tableros que adornan el interior de los
santuarios del conjunto del templo de la Cruz, y por el refinamiento de obras
maestras como el «Tablero del Palacio» y el «Tablero de los esclavos», así como los
paneles de las plataformas de los templo XIX y XXI. La lápida de piedra tallada del
sarcófago del rey K'inich Janaab' Pakal también puede ser incluida en esta
categoría.
Tronos de piedra con un asiento cuadrado ancho y un respaldo a veces tallado con
respresentaciones de figuras humanas. Unos ejemplos de Palenque y Copán tienen
soportes que representan a las deidades portadores cosmológicos (Bacab, Chaak).
Escultura estatuaria, representado por la estatuaria, como el escriba sentado de
Copán y pequeñas estelas de Toniná; por ciertos elementos arquitectónicos
figurativos, como los dioses del maíz de Copán; y por esculturas muy grandes que
eran parte integral del diseño arquitectónico, como los jaguares y los músicos
simios de Copán.
TALLA DE MADERA
Aunque se cree que las tallas de madera eran comunes en el pasado, sólo unos pocos
ejemplos han sobrevivido. La mayoría de las tallas de madera del siglo XVI fueron
consideradas objetos de idolatría y destruidas por las autoridades coloniales
españolas. Los ejemplos más importantes del periodo Clásico incluyen dinteles de
madera intrincadamente trabajado, en particular los provenientes de los principales
santuarios piramidales de Tikal, y un ejemplar del yacimiento cercano de El Zotz.
Los relieves de madera de Tikal, cada uno formado por varias vigas, datan del siglo VIII
y muestran un rey en su asiento con una figura protectora en el fondo en la forma de
una «serpiente de guerra» en estilo de Teotihuacan (dintel 2 del Templo I), un jaguar
(dintel 3 del templo I), o una representación humana del dios jaguar del fuego
terrestre (dintel 2 del Templo IV). Otros dinteles de Tikal representan un rey obeso,
llevando un vestido de jaguar, de pie delante de su asiento (dintel 2 del Templo III); y,
el más famoso, un rey victorioso, vestido como un dios de la muerte astral, de pie
sobre un palanquín debajo de la figura arqueando de una serpiente emplumada (dintel
3 del Templo IV). Entre la escultura libre en madera, destaca la figura dignificada de un
hombre sentado, que data del siglo VI, que posiblemente fungía como el soporte para
un espejo.
MODELADO DE ESTUCO
Hacia el Preclásico Tardío, las molduras pintadas de estuco de yeso cubrían los suelos y
edificios de los centros de las ciudades y formaron el escenario para sus esculturas de
piedra. A menudo, grandes paneles de máscaras, con modelados en alto relieve de las
cabezas de deidades (en particular de las deidades del sol, la lluvia y la tierra), se
unieron a las paredes de contención inclinadas que flanquean las escalinatas de las
plataformas de los templos (por ejemplo, Kohunlich).
El modelado de estuco y los relieves pueden cubrir hasta un edificio completo, como
el Templo de Rosalila de Copán que data del siglo VI. Tiene fachadas enyesadas bien
conservadas, con sus colores originales, y está dedicado al primer rey de Copán, Yax
K'uk' Mo'. Los frisos, paredes, pilares y cresterías de estuco del Preclásico Tardío y del
Clásico tienen distintos programas decorativos, a veces con un simbolismo complicado.
Se utilizaron varias soluciones para dividir y ordenar las superficies de estuco de los
edificios, incluyendo la construcción en serie. Las paredes del «Templo del Sol
Nocturno» en El Zotz, que data del Clásico Temprano, se componen de una serie de
paneles de máscaras de deidades con variaciones sutiles, mientras que el friso de un
palacio Balamkú, también del Clásico Temprano, tenía originalmente una serie de
reprentaciones de cuatro gobernantes sentados sobre las bocas abiertas
serpentiformes de cuatro animales diferentes (incluyendo un sapo) asociados con
montañas simbólicas. Los frisos pueden también estar centrado en un solo
gobernante, también sentado en una montaña simbólica (llena de maíz), como se
puede observar en un friso de Holmul, con dos serpientes emplumadas que emanan
debajo del asiento del gobernante, y otro friso, de Xultun, en el cual el gobernante
lleva una gran barra ceremonial con figuras emergentes que parecen jaguares. Un friso
del templo de Placeres, Quintana Roo, que data del Clásico Temprano, tiene un gran
panel de máscara con un señor o deidad joven en el medio, y dos
deidades «abuelo» laterales que extienden sus brazos.
Los frisos a menudo están divididos en compartimientos. Por ejemplo, los frisos de El
Mirador, que datan del Preclásico Tardío, muestran los espacios intermedios del
cuerpo de una serpiente ondulante rellenados con aves acuáticas, y secciones de una
banda acuática con figuras que nadan. Asimismo, un friso del Clásico de un palacio
en Acanceh está dividido en paneles con representaciones de diferentes figuras de
animales que evocan a los wayob, mientras que una pared en Toniná muestra campos
en forma de rombo que sugieren un andamio y que presentan escenas narrativas
continuas que se relacionan con el sacrificio humano.
Las cresterías enyesadas de los templos son semejantes a algunos de los frisos
antemencionados en el sentido de que por lo general muestran grandes
representaciones de gobernantes, que a su vez pueden estar sentados en una
montaña simbólica, y que pueden estar situado dentro de un marco cosmológico,
como en el caso del Templo del Sol de Palenque.
PINTURA MURAL
A pesar de que relativamente pocas pinturas mayas hayan sobrevivido intactas hasta
nuestros días, debido al clima húmedo de América Central, se han encontrado restos
importantes en casi todas las principales residencias cortesanas, especialmente en
subestructuras que fueron ocultadas bajo adiciones arquitectónicas posteriores. Las
pinturas murales pueden incluir motivos que muestran cierta repetitividad, como los
símbolos de flores, con variaciones sutiles, en las paredes de la Casa E del Palacio de
Palenque; escenas de la vida cotidiana, como en uno de los edificios que rodean la
plaza central de Calakmul; o escenas rituales que incluyen representaciones de
deidades, como en los murales de los templos postclásicos de Yucatán y la costa este
de Belice (Tankah, Tulum, Santa Rita).
También pueden evidenciar un carácter más narrativo, por lo general con los
«subtítulos» glíficos incluidos. Los murales multicolores de Bonampak, por ejemplo,
que datan de 790 d. C. y que se extienden por las paredes y bóvedas de tres
habitaciones adyacentes, muestran espectaculares escenas de la nobleza, batalla y
sacrificio, así como un grupo de personificaciones rituales en medio de una fila de
músicos. Los murales de San Bartolo, que datan de 100 a. C. se refieren a los mitos del
dios maya del maíz y el héroe gemelo Hunahpú, y representan una doble
entronización; a pesar de que antedata la época clásica por varios siglos, el estilo ya
está totalmente desarrollado, con colores sutiles y tenues en comparación con los de
Bonampak o Calakmul. En una sala de Cacaxtla en el centro-oriente de México, fuera
de la región maya, se encontraron murales pintados en un estilo maya
predominantemente Clásico, con colores a menudo muy marcados, que se extienden
sobre más de 20 metros y que incluyen una escena de combate feroz; las figuras de
dos señores mayas, de pie sobre serpientes; y un campo de maíz y cacao con regadío,
visitado por la deidad de los comerciantes.
La pintura mural también se produce en los remates de bóvedas, en las tumbas (por
ejemplo, Río Azul), y en las cuevas (por ejemplo, Naj Tunich), generalmente ejecutado
en negro sobre una superficie blanquecina, a veces con el uso adicional de pintura
roja. Los remates de bóvedas de Yucatán a menudo muestran una representación de la
deidad entronizada K'awiil (por ejemplo, Ek 'Balam).
ESCRITURA Y LIBROS
Además de los textos incluidos en los códices, existía una escritura cursiva a menudo
con un carácter más dinámico, que se encuentra en pinturas murales y en la cerámica,
y que fue imitada en piedra en los paneles de Palenque (como el «Tablero de los 96
glifos»). A menudo, los textos están encerrados en «cajas» cuadradas de diversas
formas dentro de la representación. Las pinturas murales también pueden consistir
enteramente de textos (Ek 'Balam, Naj Tunich), o, más raramente, de cálculos
astronómicos (Xultun); estos textos, a veces escrito en una superficie de estuco blanco,
y ejecutado con especial cuidado y elegancia, se parecen a ampliaciones de páginas de
libros.
Los glifos son omnipresentes y fueron escritos en todas las superficies disponibles,
incluyendo el cuerpo humano. Los glifos en sí son muy detallados, y en particular
los logogramas son engañosamente realistas. Desde un punto de vista histórico-
artístico, los glifos pueden ser visto como motivos de arte
CERAMICA
La decoración de las vasijas de cerámica presenta una gran variación e incluye escenas
de palacios, rituales cortesanos, mitología, glifos adivinatorios, e incluso textos
dinásticos tomados de las crónicas, y ha jugado un papel importante en la
reconstrucción de la vida y creencias del mundo maya del periodo Clásico. Las escenas
de cerámica y los textos pintados en negro y rojo sobre un fondo blanco, semejantes a
las páginas de los libros plegados, se conocen como el «estilo códice»; la superposición
glífica y pictórica con los tres códices mayas que se conservaron es, al menos hasta
ahora, relativamente pequeña.
Las figurillas de cerámica, muchas de ellas hechas en molde, son a menudo de una
vivacidad y realismo excepcional. Además de deidades, «personajes animales»,
gobernantes, enanos, representan muchos otros personajes, incluso escenas tomadas
de la vida cotidiana. Algunas de estas figurillas pueden haber sido utilizado en rituales.
Los ejemplos más impresionantes provienen de la Isla de Jaina.
PIEDRAS PRECIOSAS
Es notable que los mayas, que no tenían herramientas de metal, crearon tantos
objetos a partir de jade (jadeíta), un material muy grueso y denso, incluyendo muchos
elementos del vestir (reales), tales como placas de cinturón, orejeras, pendientes y
máscaras. A veces las celtas (es decir, los adornos en forma de hachas) fueron
grabados con una representación similar a la de la estela del gobernante, como la
«placa de Leiden» que data del Clásico Temprano. El ejemplo mejor conocido de una
máscara es probablemente la máscara mortuoria de K'inich Janaab' Pakal, el
gobernante de Palenque, que se compone de placas o teselas de jade de forma
irregular y ojos hecho de nácar y obsidiana; otra máscara mortuoria, que pertenece a
una reina de Palenque, se compone de placas de malaquita. Del mismo modo, ciertos
vasos cilíndricos de Tikal tienen una capa exterior de discos cuadrados de jade. Muchas
esculturas de piedra tenían incrustaciones de jade.
Los textiles de algodón del periodo Clásico no han sobrevivido, pero las
representaciones en el arte maya proporcionan información detallada acerca de su
apariencia y, en menor medida, su función social. Incluyen tejidos delicados usados
como envolturas, cortinas y toldos en los palacios, y también prendas de vestir. Las
técnicas de teñido pueden haber incluido el ikat. El traje cotidiano dependía de la
posición social. Las mujeres nobles solían llevar vestidos largos, los hombres nobles
fajas y taparrabos, dejando las piernas y la parte superior del cuerpo más o menos al
descubierto, a menos que se usaban chaquetas o mantas. Tanto los hombres como las
mujeres podían usar turbantes. Los trajes usados en ocasiones ceremoniales y durante
las numerosas festividades eran exuberantes y expresivas; los tocados derivados de
animales eran comunes. El traje más elaborado fue la vestidura formal del rey, tal
como se representa en las estelas reales, con numerosos elementos con significado
simbólico.
La cestería y el mimbre, que sólo se conoce a partir de representaciones incidentales
en el arte escultórico y cerámica, una vez debe haber sido omnipresente; el famoso
motivo pop («tapete») atestigua su importancia.
2. Los mayas fueron reconocidos por sus escritos, la arquitectura y sus obras de arte
como las piedras preciosas, talla de madera, y tambien por sus calculos matematicos
llenos de simbolismo.
3. En base a nuestra investigación llegamos a la conclusión que la cultura maya era una
de las más originales y grandiosas civilizaciones antiguas. La cual se caracterizaba por
su gran inteligencia y obras de arte.
RECOMENDACIONES
3. Que exista formación de docentes mayas para trabajar con los niños y
fortalecer los valores mayas adquiridos en su casa.
5. Que la educación escolar tome en cuenta los valores mayas y sea: reflexiva
(que los contenidos educativos vinculen el pasado histórico con los hechos del
presente a través de la reflexión grupal), crítica (aplicar aspectos de la
cosmovisión maya como la participación colectiva y el respeto mutuo), creativa,
incluyente.
E-GRAFIA
https://es.wikipedia.org/wiki/Arte_maya
http://www.monografias.com/trabajos10/maya/maya.shtml
https://sites.google.com/site/laculturamaya201206/5-
losmayas2d3.blogspot.com