Professional Documents
Culture Documents
El aprendizaje
¿Cuándo comenzamos a aprender?, ¿dejaremos de hacer-
lo alguna vez? Nosotros somos el resultado de lo que apren-
demos y heredamos.
“APRENDIENDO A SER...”
Aprendí a ser formal y cortés
cortándome el pelo una vez por mes.
Y si me aplazó la formalidad
es que nunca me gustó la sociedad.
Viento del sur o lluvia de abril,
quiero saber dónde debo ir.
No quiero estar sin poder crecer,
aprendiendo las lecciones para ser.
Y tuve muchos maestros de que aprender,
solo conocían su ciencia y el deber.
Nadie se animó a decir una verdad,
siempre el miedo fue tonto.
Y el tiempo traerá alguna mujer
una casa pobre, años de aprender,
cómo compartir un tiempo de paz..
Nuestro hijo traerá todo lo demás,
él tendrá nuevas respuestas para dar...
Sui Generis, “Aprendizaje”
171
Como dicen las estrofas de esta conocida canción de los
años 70, “No quiero estar sin poder crecer, aprendiendo las
lecciones para ser”. Aprender a ser implica mucho más que
lecciones escolares, que memorizar ríos o recordar verbos.
La capacidad de aprender nos permite hallar agua cuando
tenemos sed, calor cuando tenemos frío y compañía cuando
nos sentimos solos.
Desde que nacemos, aprendemos a caminar, a hablar, a
jugar, aprendemos a tener sentimientos y a controlar emo-
ciones, a andar en bicicleta, a resolver problemas o realizar
cálculos complejos. Influye en todos los aspectos de la vida
humana, en los gustos y en los miedos, en las opiniones y en
las creencias.
El proceso de aprendizaje es, por lo tanto, una actividad
individual que se desarrolla en un contexto cultural y so-
cial. Es el resultado de los procesos cognitivos de cada per-
sona mediante los cuales asimilamos nuevas informaciones
(hechos, conceptos, procedimientos, valores), construimos
nuevas representaciones mentales significativas y funciona-
les (conocimientos), que luego podremos aplicar a otras si-
tuaciones en otros contextos diferentes a los del aprendizaje.
Por lo tanto aprender no solamente consiste en memo-
rizar información, es necesario también utilizar otras ope-
raciones cognitivas que implican: conocer, comprender,
aplicar, analizar, sintetizar y valorar. En cualquier caso, el
aprendizaje siempre genera un cambio morfológico y fun-
cional a nivel cerebral.
El aprendizaje es un proceso que afecta nuestro compor-
tamiento en forma relativamente estable consolidando así
nuestra conducta. Es el resultado de nuestra experiencia. Es
un proceso gradual que implica modificarse con el mundo.
Las experiencias no solo se almacenan sino que cambian
nuestro modo de percibir, pensar y planificar la realidad.
La incorporación de información nueva es fundamental
para enfrentar las demandas futuras de nuestro entorno. En
172
cada momento de nuestras vidas tenemos experiencias nue-
vas que son almacenadas en nuestra memoria y podremos
utilizarlas en el futuro.
Todo nuevo aprendizaje es dinámico, por lo cual es sus-
ceptible de ser revisado y reajustado. Por ello se dice que es
un proceso incompleto y espiralado.
Los humanos nacemos mucho más inmaduros que los
monos antropoides. Al ser bípedos, las mujeres tienen una
pelvis relativamente pequeña. La cabeza es muy grande y no
puede pasar por el canal de parto. Los bebés humanos na-
cen con cabezas pequeñas y cerebros inmaduros al compa-
rarlos con las crías de estos monos. ¿Esta característica tiene
alguna ventaja para los humanos?
Este hecho (cerebro inmaduro) es ventajoso para nuestro
aprendizaje ya que permite, en una etapa muy temprana del
desarrollo, el fortalecimiento de redes neurales, la poda de
otras y la formación de nuevas conexiones producto de nues-
tras propias experiencias, lo cual facilita nuestra plasticidad
y aprendizaje.
El concepto de aprendizaje se puede abordar desde nu-
merosas posiciones teóricas. En primer lugar no es necesa-
rio reducir el aprendizaje a la biología celular o molecular.
Como dice el Dr. Juan Azcoaga, médico especialista e inves-
tigador sobre el aprendizaje fisiológico: “Se pueden estudiar
cómodamente todos los niveles de trabajo del sistema ner-
vioso central humano, utilizando para ello los instrumentos
metodológicos adecuados. No hace falta esperar siglos: por
el contrario, ya hoy, es posible divisar las perspectivas del
trabajo científico con claridad suficiente y, sin omnipotencia
ninguna, puede decirse que estamos, avanzando en el cono-
cimiento y buscando las respuestas adecuadas a las pregun-
tas adecuadas”.
“Es alentador que el aprendizaje sea también uno de los te-
mas del interés de un epistemólogo contemporáneo de las di-
mensiones de Mario Bunge y que forme parte de los intereses
Equilibrio afectivo-emocional
Sensopercepción
¿De qué forma adquirimos el conocimiento de nuestro
cuerpo y del entorno con el que interactuamos? ¿Cómo
aprendemos a comunicarnos y a darnos cuenta de nuestras
posibilidades de hacer algo?
Este conocimiento lo construimos con imágenes, olores,
sonidos, sabores, texturas y también con las sensaciones pro-
venientes de los movimientos que realizamos.
Luz
Radiación infrarroja Energía
Radiación térmica térmica y
(calor/frío) electromagn
Electricidad ética
Magnetismo
Sonido y eco-
localización Energía
Tacto y vibración mecánica y
Presió fuerz
n a
Grave
dad
Gusto
Inercia
Olfato Estímu
Feromo los
nas químic
Humed os
ad
Motivación
Los docentes muchas veces decimos: “ Yo hago de todo
para motivar a mis alumnos e igualmente no se intere-
san por la materia”. En realidad sabemos que el docente
no puede motivar al alumno ya que la motivación es un
estado personal, de excitabilidad que permite iniciar un
aprendizaje.
La motivación en los humanos puede referirse a “querer
aprender”. Desde un punto de vista neurobiológico es un
estado de excitabilidad óptima de la corteza cerebral que
depende de la acción de diferentes neurotransmisores. La
motivación es un estado interno que puede explicar la varia-
bilidad de respuestas de nuestra conducta y se relaciona con
algún evento interno o externo.
La motivación depende de varios factores, como el buen
funcionamiento del cerebro, la incentivación de los otros y
la historia personal.
Así, un niño que está desnutrido tendrá dificultades para
estar motivado ya que no tendrá los nutrientes que le per-
miten mantener o engrosar su vaina de mielina y sus neu-
rotransmisores. Tampoco tendrá suficiente cantidad de
glucosa que es la fuente de energía que permite el buen fun-
cionamiento en la generación, conducción y transmisión del
impulso nervioso. Como consecuencia no podrá realizar las
conexiones neuronales (sinapsis) que le permitan aprender,
por ejemplo a leer.
a) Conductas reguladoras
Son aquellas controladas por mecanismos autorregulado-
res u homeostáticos que permiten preservar ciertas funcio-
nes corporales más o menos constantes.
Por ejemplo, nuestra temperatura interna se mantiene
aproximadamente a 37 °C. Su regulación se produce en el
hipotálamo. Pequeñas variaciones de ella generan cambios
con el fin de volver al punto de equilibrio. Estos pueden ser
involuntarios, como un escalofrío, o voluntarios como me-
terse en la cama, ponerse un abrigo o acercarse a una estufa.
Esta regulación realizada por nuestro organismo se denomi-
na homeostasis.
Cuando se rompe el equilibrio surge en el cuerpo un des-
balance (en algunos casos una necesidad) que se mantiene
hasta que nuestro organismo, a través del gasto de energía,
restablece el equilibrio u homeostasis (u obtenemos lo que
nos falta en caso de necesitar una fuente externa). Esta ne-
cesidad desencadena una motivación que lleva a la persona
a actuar a fin de restablecer el equilibrio y por lo tanto satis-
facer esa necesidad.
Por lo tanto reconocemos tres etapas de este proceso:
La motivación y el apego
Habituación
La habituación es el proceso por el cual a través de la
repetición de ciertos estímulos que se hacen monótonos se
genera la diferenciación de la información relevante de la
que no lo es. Se aprende a ignorar un estímulo por falta de
significado.
Atención
Muchas veces cuando estamos en una reunión de ami-
gos conversamos con alguno de ellos a pesar del ruido que
producen las voces de los otros, ignorando lo que dicen los
demás. Tal vez captamos algunos fragmentos de sus char-
las. Pero si escuchamos nuestro nombre o alguna palabra
de nuestro interés dirigimos la cabeza rápidamente hacia el
estímulo y centramos toda nuestra atención en lo que están
diciendo.
Ver o escuchar, atender y percibir no son procesos sinó-
nimos. Atender o “prestar atención” consiste en focalizar
selectivamente nuestra conciencia, filtrando y desechando
Figura 7.5. El sistema activador reticular (SAR A), circuito involucrado en los
mecanismos de atención (Fuente: Universidad del Valle de la Guadiana).
Memoria
Sabemos que la memoria es la capacidad de almacenar,
poder recordar y evocar experiencias pasadas propias o
Bibliografí
a
Azcoaga, J. 1987. “Psicología, lenguaje, aprendizaje”, Actas de
las Primeras Jornadas Nacionales de APINEP. Rosario, Edi-
ciones Pedagógicas/Buenos Aires, Asociación de Docen-
cia e Investigaciones en Neuropsicología y Afasiología.