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Bridges for Peace

(Puentes para la Paz)


Los Estudios de Israel
Vol. # 770309S

Puentes para la Paz


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1
en pos
de la Paz

A
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ún no he conocido a un israelí que no desee la paz. Aunque sea


de la izquierda o la derecha en asuntos políticos, todos abrigan
un profundo deseo de alcanzar la paz. Las ideas de cómo lograrlo
pueden variar, pero estoy convencida de que la vasta mayoría de
los israelíes estarían dispuestos a soltar las armas si realmente
creyesen que fuese posible alcanzar una genuina paz. Pero he
vivido en Israel por casi 20 años, y nunca he experimentado ese
tipo de paz. Ha habido temporadas de relativa calma, pero nunca un verdadero
cese de violencia.
He aprendido a valorar profundamente la fuerza de seguridad israelí, que pro-
vee cierto grado de seguridad a los habitantes en Israel. Los líderes mundiales
quisieran resolver los problemas con treguas y propuestas de paz, y desde 1993,
Israel lo ha intentado por medio de los Acuerdos de Oslo. El cerco de seguri-
dad que separa a los israelíes de los árabes en las comunidades de la Margen
Occidental (la Judea y Samaria bíblica) ha minimizado dramáticamente los actos
terroristas en años recientes. Las operaciones militares en Gaza dieron un fuerte
golpe al terrorismo, y la Segunda Guerra del Líbano en 2006 tuvo cierto efecto
disuasivo. Pero ninguno de esos esfuerzos ha producido la paz. Han sido simples
esfuerzos por tratar de bregar con la realidad, que está lejos de ser pacífica. La
paz permanece esquiva.
El problema con la mayoría de esos esfuerzos es que no llegan a la raíz del
problema. Cualquier esfuerzo que no vaya acompañado de un corazón genuino por
alcanzar la paz está destinado a fracasar. Pero los creyentes en el Señor podemos
tener paz en nuestros corazones durante momentos amenazantes en esta vida, con
la certeza de que Dios está con nosotros. En este Estudio de Israel, quiero explorar
el tema de la paz y uno de los peores enemigos al sosegado corazón: el temor.

2 Los Estudios de Israel


Cuando
Reina
el Temor
En el mundo actual, el temor
reina en los corazones de hombres y
mujeres en todo lugar. La inseguri-
dad financiera, las amenazas de gue-
rra y el terrorismo llenan sus corazo-
nes de incertidumbre y negatividad.

guerra
Ninguno está ajeno al temor. Cuando
yo era niña, frecuentemente me sen-
tía atemorizada. Sentía miedo de pe-
rros grandes, de puentes por los que
uno podía ver hacia abajo, de caba-
llos y de cabras (especialmente luego
de que uno muy grande me tratara
de morder.) Mi padre era evangelista
y maestro de la Biblia, especializado en la profecía bíblica. Algunas de las predicciones para
los finales tiempos son muy intimidantes. Por lo tanto, también sentía temor del futuro, y fre-
cuentemente padecía de pesadillas. Mis padres me daban buenos consejos para sobreponerme
al temor, y el Señor me ministró mucho en esa área. Pero no sólo los niños sienten temor, sino
que muchos adultos también luchan con eso. Podemos sentir temor al fracaso, a personas, a
hablar en público, a ruina financiera, al peligro físico, al envejecimiento y a estar solo.
Durante el reciente conflicto en Gaza, Puentes para la Paz estuvo presente para ministrar a
los poblados que llevaban ocho años en la línea directa de fuego. Poco tiempo de iniciarse la gue-
rra, fui a conocer los alcaldes de las ciudades afectadas para expresar nuestro apoyo cristiano.
La noche antes de ir, tuve que sobreponerme a un repentino sentido de temor. Me preguntaba:
“¿Por qué quieres ir a una zona de guerra?” Pero fui, a pesar de ese temor natural, y me alegro
de haberlo hecho. Varias semanas después, las sirenas de emergencia también sonaron en Jeru-
salén. No nos habían advertido sobre una prueba, y cuando escuchamos el sonido ondulante de
la sirena, asumimos que Jerusalén se encontraba bajo ataque aéreo. Tomé mi abrigo, celular y
cartera, y me uní al resto del personal de Puentes para la Paz en nuestro cuarto de seguridad en
el sótano. Aunque no estaba aterrorizada, mi cuerpo respondió con un aumento de adrenalina
y fuertes latidos de corazón. La última vez que habíamos escuchado esas sirenas en Jerusalén
(excepto por medidas de práctica) fue durante la Guerra del Golfo en 1991, cuando nos refugia-
mos en cuartos sellados con máscaras de gas mientras Saddam Hussein disparaba misiles Scud
contra Israel.

¿Qué es
el Temor?
Primero, tenemos que reconocer que hay más de un tipo
de temor en la Biblia. Está el temor positivo, del cual habla-
remos en un futuro estudio, como el temor del Señor, pero
en este Estudio de Israel hablaremos del temor que destru-
ye la paz en que Dios quiere que andemos.
El temor es una aprensión mental de que algo malo pu-
diera acontecer. Es una emoción que experimentamos en
anticipación a algún dolor o un peligro específico. El temor
tiene que ver con nuestra mente, nuestro patrón de pensamiento y nuestro sistema de creen-
cia. Otra definición dice que es una respuesta natural a ciertos estímulos, una interpretación
hecha en base a nuestro trasfondo individual y nuestras experiencias pasadas. Un diccionario

En Pos de la Paz 3
define el temor como “una fuerte emoción causada por la anticipación o la percepción de un pe-
ligro; razón por estar alarmado; preocupación ansiosa.” Algunas variantes del temor pudieran
“…todo incluir desasosiego, ansiedad, preocupación, timidez, susto, alarma, horror, terror o pánico, los
cuales son temor en diversos grados o niveles. Mientras reflexionaba al respecto, me dí cuenta
lo que no que los seres humanos aceptamos el temor como algo natural en nuestras vidas. Pero para el
cristiano, el temor no debe ser normal. Aunque ciertamente es algo natural, no es el plan de
procede Dios para nuestras vidas.
Luego de mis temores de niñez, pensé que había dejado eso atrás. Cuando llegué a los 40
de fe, es años de edad, me regresaron los temores. A mi esposo le habían diagnosticado una condición
de diabetes, y un buen amigo me dijo que eso acortaría su expectativa de vida. Cuando me dí
pecado.” cuenta que las mujeres estadísticamente viven más tiempo que los hombres, concluí que yo vi-
viría más tiempo que mi esposo. Habíamos servido al Señor en Israel por varios años, y depen-
Romanos 14:23 díamos del apoyo económico externo. Nunca teníamos más allá de lo esencial, y no contábamos
con un fondo de retiro. Además, no teníamos hijos y, a los 40 años de edad, no esperaba que lo
tuviésemos (sin que hubiese un verdadero milagro de Dios). Ante esos hechos, a menudo decía
que me quedaría sola, sin ingreso por concepto de ahorros o retiro, sin hijos que me cuidaran,
y terminaría comiendo comida de gato. Así transcurrieron varios meses hasta que una noche,
en un servicio de la Iglesia, el Señor penetró mi corazón y me hizo ver que estaba difamando
Su nombre al no confiar en que se encargaría de mi futuro bienestar. Me sentí culpable por ese
pecado de duda, me arrepentí, y luego tuve un verdadero cambio de actitud.
Por medio de esa experiencia, comprendí que el temor y la falta de fe están ligados. Podemos
decir que confiamos en Dios, reconocer que Él es el Todopoderoso, Omnisciente Creador del
universo, pero si permitimos que el temor tenga un lugar en nuestras vidas, le decimos que no
creemos que nos podrá cuidar. Pablo dijo que “…todo lo que no procede de fe, es pecado” (Rom.
14:23). Si dudamos del cuidado protector de Dios, no tenemos fe. Por esa razón, me atrevo a
decir que el temor es pecado.

Los Resultados del Temor


El temor ante ciertas situaciones imaginarias puede tener un efecto devastador sobre nuestras
vidas. Podría ocasionarnos una parálisis emocional y evitar que sigamos adelante. Los médicos
saben que el temor, la preocupación y la ansiedad son frecuentes causas
de enfermedad y muerte. El Dr. Charles Mayo dijo: “Nunca he conocido a
alguien que muera de demasiado trabajo, pero sí he conocido a muchos
que han muerto por causa del temor, la ansiedad y la preocupación.” Un
susto repentino podría ocasionarnos un ataque del corazón. La preocu-
pación y el temor constante pueden conducirnos a muchos problemas de
salud, como el cáncer, las úlceras y enfermedades cardiacas. El cristiano
temeroso no camina en la plenitud de lo que Dios tiene para Sus hijos.
Tal persona está atrofiada espiritualmente. El temor roba su gozo y agota
su fuerza. Bajo la influencia del temor, tomamos decisiones equivocadas y
perdemos muchas oportunidades que Dios nos está ofreciendo.
Recientes eventos mundiales dan la impresión de que todo comienza
a salirse de control, pero es tiempo de que los creyentes caminemos en
fe. Cuando Yeshúa (Jesús) habló sobre los finales tiempos, advirtió que
el temor sería prevalente. “Habrá señales en el sol, en la luna y en las es-
trellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones, perplejas a causa del
rugido del mar y de las olas, desfalleciendo los hombres por el temor
y la expectación de las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las po-
tencias de los cielos serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del Hombre
que viene en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas empie-
cen a suceder, levántense y alcen la cabeza, porque se acerca su reden-
ción” (Luc. 21:26-28, énfasis añadido). Aún cuando Yeshúa reconoce que
las personas serán inundadas de temor, instruye a Sus creyentes que
levanten su vista a Dios. Él quiere que no miremos las circunstancias
intimidantes, sino que levantemos nuestra mirada confiadamente hacia
Él, porque nuestra redención está cerca.

4 Los Estudios de Israel


El Temor no es Plan de “No temas,
Dios para Nosotros porque
Repetidamente en las Escrituras, el Señor nos dice que no temamos. Veamos algunos de
esos textos bíblicos:
Yo te he
“Sean firmes y valientes, no teman ni se aterroricen ante ellos, porque el SEÑOR tu Dios es redimido, te
el que va contigo; no te dejará ni te desamparará…El SEÑOR irá delante de ti; El estará contigo,
no te dejará ni te desamparará; no temas ni te acobardes” (Deut. 31:6, 8). En esos momentos, he llamado
Josué y los hijos de Israel enfrentaban exactamente lo que enfrenta Israel hoy día—la guerra,
con todos sus horrores. por tu
“No temas, porque Yo estoy contigo; No te desalientes, porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré,
ciertamente te ayudaré; Sí, te sostendré con la diestra de Mi justicia” (Is. 41:10).
nombre;
Una de las últimas cosas que dijo Yeshúa a Sus discípulos fue: “…y ¡recuerden! Yo estoy con Mío eres
ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mat. 28:20b). Como todavía no hemos llegado
al fin del mundo, podemos confiar en el hecho de que Yeshúa todavía está con nosotros. ¿Eso tú.”
significa que no tendremos que enfrentar problemas? No. También dijo: “Estas cosas les he
hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido
Isaías 43:1b
al mundo” (Juan 16:33). Dios nunca nos dijo que no tendríamos tribulaciones, pero sí prometió
que no tendríamos que atravesarlas solos. “No temas, porque Yo te he redimido, te he llamado
por tu nombre; Mío eres tú. Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, y si por los ríos, no te
cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará” (Is. 43:1b-2).

¿Cómo Nos Podemos


Sobreponer al Temor?
Quiero compartir cuatro maneras prácticas en que

CONFIANZA
podemos sobreponernos al temor:
1. Debemos conocer la verdad en la Palabra de Dios.
Cuando desconocemos las promesas en la Palabra
de Dios, tendremos razón por temer. Ese desconoci-
miento de las Escrituras hará que caigamos en error.
“Están equivocados por no comprender las Escri-
turas ni el poder de Dios” (Mat. 22:29). Busque las
promesas de Dios en las Escrituras, y medite en ellas.
Pídale al Señor que las haga real en su vida. Sus pala-
bras son vida para aquel que las reciba. Para comenzar,
lea el Salmo 91 y el Salmo 23.

2. Debemos conocer a Dios y confiar en Él.


La forma en que podemos conocer a Dios y desarrollar
confianza en Él es por una relación de intimidad. Las
Escrituras proclaman que Él es un Dios de amor, mise-
ricordia y compasión, pero a menos que creamos esas palabras de corazón y no sólo de mente,
continuaremos siendo víctimas del temor, la incredulidad y la incapacidad de confiar en Él.
“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el te-
mor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor” (1 Jn. 4:18).
No hay más perfecto amor que el amor de Dios. Una revelación de Su amor transforma-
rá nuestras vidas. Durante un servicio devocional con el personal de Puentes para la Paz,
cantamos muchos himnos maravillosos sobre el asombroso Creador, el Dios que todo lo

En Pos de la Paz 5
“Muchas puede hacer, quien es más grande que todo, a quien nadie lo detiene, quien todo lo sabe,
y quien aún así nos ama. Imagínese, ¡conoce cuántos cabellos tenemos en nuestra cabe-
son las za, un número siempre cambiante! Dios nos ama, y por ser el amor personificado, desea
echar fuera el temor de nuestras vidas. Él desea perfeccionar nuestro amor. Recuerde que
aflicciones Dios no es quien da el temor. “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de
poder, de amor y de dominio propio.” (2 Tim. 1:7).
del justo, Cuando niña, mi madre frecuentemente me citaba Proverbios 3:5-6. Me dijo que lo
memorizara y que lo repitiera cada vez que sentía temor. “Confía en el SEÑOR con todo
pero de tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus cami-
nos, y El enderezará tus sendas.” Cuando conocemos a Dios y le amamos, podemos com-
todas ellas prender Su amor por nosotros y podemos confiar en Su cuidado protector.

lo libra el
3. Debemos rendir nuestras preocupaciones y temores ante Dios.
SEÑOR.” Repetidamente en las Escrituras, Dios pide a Su pueblo que se rinda ante Él. Como seres hu-
Salmos 34:19 manos que somos, creados a la imagen de Dios para razonar, resolver problemas y pensar crea-
tivamente, a menudo caemos en la trampa de creer que podemos manejar nuestras propias vi-
das. Frank Sinatra cantaba, “A mi manera,” pero Dios nos llama a que vivamos “a Su manera.”
En meses recientes, he estado meditando en oración este asunto de la rendición. Su manera es
mucho mejor que cualquier cosa que pudiéramos realizar por cuenta propia. A veces resistimos
la rendición porque no queremos perder control de nuestras vidas. Pero el salmista dice:
“Encomienda al SEÑOR tu camino, confía en El, que El actuará…Yo fui joven, y ya soy viejo, y
no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan…Porque el SEÑOR ama
la justicia, y no abandona a Sus santos; ellos son preservados para siempre, pero la descenden-
cia de los impíos será exterminada” (Sal. 37:5, 25,28).
“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo libra el SEÑOR” (Sal. 34:19).
“Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El los exalte a su debido tiempo,
echando toda su ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de ustedes” (1 Ped. 5:6-7).

4. No demos rienda suelta a nuestros pensamientos.


¿Ha observado la manera en que los niños dan rienda suelta a su imaginación? Son muy
creativos, y es divertido escuchar sus ideas. La imaginación puede tener ese lado positivo,
pero también tiene un lado negativo. El temor frecuentemente es imaginación negativa.
Podemos imaginar cosas terribles, y nos parecen ciertas. Considere el proverbio que dice:
“El impío huye sin que nadie lo persiga, pero los justos están confiados como un león”
(Prov. 28:1). A veces nuestra imaginación nos hace huir de algo no existente. Dios nos ha
dado la solución. Debemos mirar a Dios y no a la situación temida. “Tú le guardarás en completa
paz, cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti se ha confiado” (Is. 26:3, RV 1909).
Podemos decidir tomar control de nuestra imaginación. Las Escri-
turas dicen: “Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según
la carne. Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino
poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; destruyendo es-
peculaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el cono-
cimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la
obediencia de Cristo” (2 Cor. 10:3-5, énfasis añadido).
Eso requiere estar en constante estado de vigilancia. Probable-
mente no podamos evitar que entren ciertos pensamientos a nuestra
mente, pero podemos tomar la decisión concienzuda de no meditar
en ellos. Debemos tener cuidado de llenar nuestras mentes de cosas
edificantes y santas. A mí me ayuda recordar todas las cosas que Dios
ha hecho en el pasado, tanto por mí como durante tiempos bíblicos.
Siempre me rodeo de música de alabanza y adoración. También debe-
mos pasar más tiempo en la Palabra, y no llenar nuestras mentes de
basura. Lo que vemos y leemos se convierte en parte de quien somos.
¡Cuán importante es cuidar lo que entra a nuestras mentes!

6 Los Estudios de Israel


Tomemos en Serio el Temor
Recientemente leí el pasaje en
Apocalipsis que habla sobre un cielo
nuevo y una tierra nueva. Esas mara-
villosas promesas son para los vence-
dores, pero me sorprendí al ver la lista
de quienes no serían vencedores: “El
enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya
no habrá muerte, ni habrá más duelo,
ni clamor, ni dolor, porque las primeras
cosas han pasado…El vencedor here-
dará estas cosas, y Yo seré su Dios y él
será Mi hijo. Pero los cobardes, incrédu-
los, abominables, asesinos, inmorales,
hechiceros, idólatras, y todos los men-
tirosos tendrán su herencia en el lago
que arde con fuego y azufre, que es la
muerte segunda” (Apoc. 21:4, 7-8).
Al principio de este estudio hice
una aseveración atrevida de que el te-
mor es pecado. Fíjese que los cobardes
e incrédulos están en el mismo grupo
que los asesinos y demás. Es hora de
que los cristianos tomemos este asun-
to con toda seriedad, y permitamos www.israelimages.com/Michael Levit
que Dios nos dé Su paz. Nos dijo que
“Por nada estén afanosos; antes bien,
en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones
delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y
sus mentes en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo
lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece “‘Porque Yo
elogio, en esto mediten” (Fil. 4:6-8, énfasis añadido).
sé los planes
que tengo
La Paz Puede ser Nuestra para ustedes,’
En hebreo, la palabra por “paz” es shalom, y se escucha muy frecuentemente en Israel.
Cada vez que alguien saluda a otro le dice “shalom,” expresando el deseo común por la paz.
declara el
Hebreo es un idioma en que cada palabra proviene de una combinación de consonantes lla-
mada shoresh (raíz). La raíz de la palabra shalom es ‫שלם‬, y las palabras que se derivan de eso
SEÑOR,
significan paz, plenitud, seguridad, y algo completo o terminado. Eso es lo que Dios desea para
Su pueblo. Esa verdadera paz que nos lleva a un lugar de plenitud es resultado de un corazón
‘planes de
que conoce, ama y confía en Dios. Caminemos en esa paz que Dios nos da. bienestar
No podemos negar que el tiempo en que vivimos está lleno de sufrimiento. De hecho, mu-
chos creen que estamos en el final de los tiempos. Hay mucha inseguridad en cuanto al futuro, y no de
y es esencial que nos rindamos ante el Todopoderoso y confiemos nuestras vidas a Él. Nos ha
dicho que los planes que tiene para Su pueblo son buenos. “‘Porque Yo sé los planes que tengo calamidad…’”
para ustedes,’ declara el SEÑOR, ‘planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro Jeremías 29:11
y una esperanza. Ustedes me invocarán y vendrán a rogarme, y Yo los escucharé. Me buscarán
y Me encontrarán, cuando Me busquen de todo corazón’” (Jer. 29:11-13). Tomemos la decisión
de invocar al Señor en oración y buscarle de todo corazón. Durante estos tiempos de crisis,

En Pos de la Paz 7
PAZ

debemos poner nuestra esperanza en el Todopoderoso Dios quien ama a Sus hijos.
Yeshúa animó a Sus discípulos diciendo: “La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a uste-
des como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo” (Jn. 14:27). El mensaje bíblico
es claro: Dios desea que pongamos nuestra atención en Él para que nos dé Su regalo de paz,
pero la decisión es nuestra. Quiero cerrar con las palabras que el apóstol Pablo usó para animar
a los creyentes en Roma: “Y el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para
que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Rom. 15:13).

Por Rebecca J. Brimmer


Presidenta Internacional y CEO

Traducido por: Teri S. Riddering


Las citas bíblicas son tomadas de Nueva Biblia de los Hispanos®
Copyright (c) 2005 by The Lockman Foundation
Usadas con permiso. www.LBLA.com .

M
uchos pastores, maestros bíblicos y personas laicas han escrito preguntando si pueden utilizar estas
notas para sus mensajes y clases. La respuesta es un enfático, ¡sí! Por tal razón enviamos estos Estu-
dios de Israel. Es mi esperanza que la información contenida en ellos pueda ser dise-minada vez tras
vez, ya sea oralmente o por medio de copias fotostáticas. “Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén
la palabra de Jehová.” (Is. 2:3)

8 Los Estudios de Israel

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