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Carlo Delfrati. (1996). Eufonía. [Versión electrónica].

Revista Eufonía 3

Un proyecto didáctico sobre canciones de trabajo

Carlo Delfrati

En la educación musical, el movimiento físico se aborda, generalmente, como respuesta al sonido. En este artículo, sin
embargo, se adopta la perspectiva inversa: la música como respuesta al movimiento. Exponente de este fenómeno es la
música que acompaña al trabajo humano, al esfuerzo físico, como revelan tantas canciones infantiles y gran parte de la
música étnica. Estas músicas emergidas del movimiento físico (trabajo, juego) ofrecen oportunidades de educación
musical: invitan a producir música, a hacerla con la voz y los instrumentos, y a percibir mejor aspectos musicales,
particularmente el ritmo. De este modo, el repertorio de la música asociada al trabajo se añade a la música de danza como
base para la educación rítmica de los niños y niñas.

Palabras clave: Didáctica de la Música, Educación musical, Movimiento corporal, Canción infantil, Música étnica, Rítmica,
Sonido, Trabajo físico, Canto

A teaching project about work songs

Physical movement in music teaching is generally treated as an answer to sound. This article, however, takes the contrary
point of view: music as an answer to movement. One of the examples of this phenomenon is music which goes with the
human work, with the physical effort revealed by so many children's songs and by a great part of ethnical music. Those
musics emerged from the physical movement (work, games) offer opportunities to musical education, they invitate to
produce music, to make it with the voice and with instruments and to notice better some musical aspects, particurlarly the
rythm. Like this, repertory of musica associated to work is added to dance music as the base of children's rythm education.

En la educación musical, el movimiento físico puede surgir fácilmente como respuesta (o reacción) al sonido: una respuesta
que complementa las que el alumno puede dar con las palabras, con el dibujo y naturalmente con los demás sonidos. Los
itinerarios didácticos son múltiples. Por ejemplo, en orden de complejidad creciente (a) podría aplicarse a niños y niñas de
la escuela maternal y c) a chicos de instituto):

a) audición reacción física inmediata

b) audición análisis reacción mediata

c) audición análisis proyección de la acción física (por ejemplo coreografía) reacción

En este artículo me gustaría considerar preferentemente el recorrido inverso: el sonido como respuesta al movimiento. He
escogido un proyecto peculiar: la música que acompaña al trabajo humano, al trabajo físico. Tanto la infancia como las
culturas primitivas nos revelan que el sonido es una integración obligada del movimiento físico: esto es válido tanto para
los juegos infantiles como para las arcaicas danzas propiciatorias también para el trabajo. (1) 

En la culturas primitivas el propio límite entre movimiento desinteresado (juego-danza) y movimiento con finalidades útiles
(trabajo) es imperceptible. Observemos este testimonio que nos llega desde Haití:

La cuadrilla estaba en el campo trabajando. Un tocador de tambor o de trompa estimula a los jornaleros a llevar un ritmo
de trabajo que esencialmente es una danza. (2) 

Otro testimonio, de las islas Andamanas:

La danza más común siempre está acompañada por el canto y todos los cantos están compuestos para una danza
determinada. Todo el mundo compone cantos, desde niños ya son expertos en este arte. Mientras construyen una barca,
un arco o mientras se rema, el andamano canta para sí una canción hasta que le parece adecuada; entonces la presenta en
la próxima danza. (3) 

Igual que la danza, la realidad del trabajo ofrece una ocasión significativa, una motivación concreta para la educación
musical: invita no sólo a producir música, a hacerla con la voz y los instrumentos, sino también a comprender ciertos
aspectos importantes.
La música depende del movimiento, sobre todo en lo que se refiere a su dimensión temporal, por consiguiente, en el ritmo.
El repertorio de las músicas que acompañan al trabajo se añade así al de las músicas de danza como base para la
educación rítmica de los niños y niñas.

Las funciones de la música en el trabajo

Un posible inicio, con los niños y niñas. Alguien recuerda haber oído al aprendiz del panadero que silbaba o cantaba cuando
por la mañana da vueltas en bicicleta para repartir el pan. Y canta el albañil, encaramado al andamio de la casa que
construye. ¿Los niños han oído alguna vez a personas que cantan mientras trabajan? ¿Dónde? ¿Por qué lo hacen? ¿Y por
qué actualmente por la calle se oye menos gente que canta que antiguamente? (Sobre todo se cantaba en el campo,
durante el trabajo con la azada, durante la siembra, la recogida, el descascarillado. Antiguamente no existían ni los
motores ni las máquinas. Los trabajos se hacían exclusivamente con la fuerza de los brazos y las piernas. La siembra y la
recogida en los campos se practicaban andando, sin tractores y sin máquinas segadoras.

Las barcas se movían con el impulso de los remos. Las velas se izaban a mano, con las maromas...).

Tenemos que conseguir que los alumnos sepan descubrir las diferentes funciones que la música tiene en el trabajo
humano:

Función psicológica

Cantar, y oír cantar, distrae del cansancio. Y por ejemplo, incluso encontramos aquello de quien canta tu mal espanta" en
canciones de soldados.

Función física

Como mínimo dos modalidades:

- Coordinar el esfuerzo. El ritmo musical ayuda a terminar todos juntos, a tiempo, los movimientos, para que el esfuerzo
colectivo resulte más eficaz. Esto es válido cuando se tira de algo o se empuja: por ejemplo, los marineros en el
cabrestante, los remeros, los forjadores...

- Aliviar el cansancio. El ritmo armoniza los movimientos, ayuda a hacerlos automáticos; y ello produce una ahorro de
energía. Leamos el testimonio que el general Maurizio de Sajonia nos ofrece a propósito de la marcha de los soldados:

Todos los oficiales hacen tocar las marchas sin saber el motivo. Creen que sólo se trata de un ornamento militar. Nada de
eso. El secreto es simple. La música sirve para hacer caminar a los soldados al paso. Con la música los haréis marchar
veloces o lentos según queráis; vuestra retaguardia no se quedará nunca atrás, todos vuestros soldados andarán con el
mismo pie; las conversiones se harán a la vez con rapidez y con estilo; las piernas no se equivocarán; y los soldados no se
cansarán. Todo el mundo ha visto a personas que bailaban durante toda una noche, saltando y agitándose continuamente.
Coged a un hombre, hacedlo bailar solo dos horas sin música y veremos si resiste. Ello demuestra que los sonidos ejercen
un poder secreto sobre nosotros que predispone a nuestros órganos al ejercicio físico y lo facilitan. (4) 

Lo mismo valdría para el cansancio durante el trabajo. Un relato de Georges Duhamel incluido en su libro El príncipe Jaffar
nos permitirá completar nuestra investigación:

En el valle hay un pantano fangoso alimentado por varios manantiales. Lo limpian al final de cada invierno. La mitad del
pueblo se ocupa de ello. Mientras tanto, la otra mitad toca música en la orilla: hay que animar a los que trabajan. Me
gustaría que pudierais ver la escena: el grupo que pasa más calor y que suda a raudales no es el que trabaja, sino
precisamente el que incita al otro con los instrumentos musicales.

Actualmente estas prácticas han desaparecido. Pero podemos reencontrarlas en alguna película. Nuestra clase podría partir
del visionado de la escena final de la película Los siete samurais, de Akira Kurosawa. Los campesinos vuelven finalmente al
trabajo pacífico, después de tanta guerra y devastación, y lo acompañan cantando.

Los objetivos concretos de las primeras clases son múltiples:

- Tomar conciencia de que el ritmo de una canción (velocidad, medida, células rítmicas) puede ser determinado por el
movimiento físico que lo ha generado.

- Conocer que muchas canciones nacieron para aliviar y sincronizar el trabajo físico.

- Adquirir soltura rítmica mediante la unión del canto con el movimiento físico.
Marineros y esclavos

Volvamos a la clase. Cuando mucha gente rema junta, un simple grito, cadenciado regularmente (es decir, isocrono) puede
ser suficiente para sincronizar los movimientos: "hei, hei" "hei, ha", etc. De este grito simple han nacido y crecido muchas
canciones de marineros.

- Una de las más simples de las que se conocen nos llega de los barqueros del río Kelani, en la isla de Ceylán. Sólo utiliza
tres notas: sol, fa y re.

http://www.grao.com/imgart/images/EU/EU030881.gif - Canción

Los niños y niñas aprenden a cantarla enseguida. Es lenta. Hay que vigilar que no la aceleren. ¿Quién sabe cantarla
haciendo con los brazos los movimientos adecuados?" Alguien se dispondrá a remar": el movimiento adecuado es el de
tirar de los remos a la primera pulsación y llevarlos hacia adelante en la segunda.

- Si en este punto cantamos la canción Woyele a los niños y a las niñas, alguno de ellos podrán dudar de que se trate de
una canción de remeros: porque es veloz y huidiza, mientras que la precedente era lenta y cansina.

http://www.grao.com/imgart/images/EU/EU030882.gif - Woyele

Pero la explicación es simple: Woyele no sirve para remar en una barcaza pesada (en la que las notas son lentas porque
lentos son los movimientos) sino sobre una agilísima canoa: de hecho es una canción de piragua, del lago Tanganica. Un
descubrimiento elemental pero importante: el ritmo físico determina el ritmo de la canción.

Cantémosla también nosotros, mientras imaginamos que conducimos una ágil canoa. Los remos se alternan velozmente en
el agua: derecha, izquierda, derecha, izquierda...

- Otro trabajo de marineros consistía en empujar el cabrestante o árgana: un gran perno a cuyo alrededor se enrollaban las
maromas. Los marineros venecianos empujaban cantando Oh issa la lerza. Encontramos una canción como esta y
cantamos en círculo Oh issa". Mientras, andamos, como si quisiéramos empujar la árgana (es decir, el cabrestante). Cada
paso" de la canción (es decir, cada pulsación) será un movimiento.

- Dos colecciones muy ricas de canciones de trabajo, con texto inglés: las de los marineros ingleses, las shanties,y los
spirituals de los esclavos afroamericanos. Un único cansancio, un único sufrimiento, un mismo alivio buscado en el canto.

- Un solo ejemplo: el spiritual This old hammer. Dos grupos de peones de albañil alternan sus golpes de pesado martillo
sobre planchas de acero. El canto que nació de este trabajo está singularmente modelado según los movimientos de los
peones: los grupos son dos, y dos son las partes que se responden, una voz propone, un coro de voces responde, a cada
inciso. La haremos cantar respetando este juego de propuesta/respuesta. La respuesta puede ser seguida a una sola voz.
La más fácil es la más alta: se repite el mi, en prolongación (sólo la penúltima nota es un re). Reforzaremos las respuestas
confiando a un tercer grupo la línea de percusión adjunta.

Como mínimo podemos destacar otros dos elementos en esta canción, que revelan la correspondencia sonido/gesto:

http://www.grao.com/imgart/images/EU/EU03089U.gif - This old hammer

a) Volvamos a la escena. El grupo de peones deja caer el brazo con la maza durante el tiempo fuerte de cada compás; le
sigue un realzamiento cansino, lento, que dura las otras tres pulsaciones del compás. Viceversa, el segundo grupo deja
caer el martillo durante el tercer tiempo. Con todo ello, todos los tiempos en los que cae el martillo están animados por la
célula rítmica

Un golpe corto seguido por una parada: la célula del rebote"!

b) Después de la célula del rebote el sonido se detiene largo tiempo. Es el movimiento en el que el trabajador recupera el
aliento y vuelve a levantar el martillo. Es muy probable que en su origen el canto fuese en cambio estrangulado" por el
esfuerzo, algo así como
En cualquier caso, se ve claramente como este elemento musical (la parada) también ha sido generado por la acción física.

Del gesto al sonido

De una simple incitación, del tipo de Kelani gangà" se deriva una canción de trabajo, como la canción precedente.

Experimentemos en clase activamente esta evolución.

- Inventemos canciones de trabajo a partir de una incitación. Procederemos así:

1. Imaginemos un trabajo, por ejemplo estirar una cuerda gruesa: un movimiento de los brazos, hacia delante y hacia
atrás.

2. Un tambor marca la pulsación: un movimiento de brazos a cada golpe; pueden añadirse otros instrumentos (pocos) con
alguna célula rítmica.

3. La mayor parte del alumnado entona una incitación, y la repite sin parar, como obstinado.

4. Alguien empieza a florecer" melódicamente la incitación. Podemos hacerlo por turno, una frase cada uno. Mientras los
demás siguen repitiendo la incitación.

5. Improvisamos colectivamente.

6. Ponemos en marcha el cassette y grabamos nuevas improvisaciones solistas.

7. Volvemos a escuchar estas últimas improvisaciones: individualizamos los motivos más interesantes: los escogemos y los
volvemos a cantar, los aprendemos de memoria.

8. Inventamos la letra que se adapte a los motivos compuestos.

Aquí señalamos algunos http://www.grao.com/imgart/images/EU/EU03091U.gif - ejemplos de incitación, para usar como


obstinado.

- Inventamos canciones para otros trabajos que se realizan colectivamente. Por ejemplo:

- amasar el pan

- llevar carretillas

- sembrar el grano

- girar la muela de un molino ...

1. Primero nos pondremos de acuerdo sobre los movimientos que realizaremos.

Por ejemplo, para llevar carretillas, se deciden los pasos entre todos, a fin de que todos lleven el mismo paso. Después de
ocho pasos la carretilla vuelca... ¿Y ahora qué?

2. Mientras, se marca un golpe de tambor para cada paso.

3. Un alumno empieza a cantar, siguiendo los pasos y el tambor. Se sigue como en la canción para remar.

4. Formamos grupos de cinco. Cada grupo escoge el oficio que prefiere, puede ser incluso un oficio que no exista. Decide
los movimientos que realizarán juntos. Inventa la canción adaptada a los movimientos.
5. Al final cada grupo muestra a los demás su oficio. Y les hace oír su canción.

Función política

Hemos hallado canciones que favorecen el ritmo físico del trabajo.

Conozcamos ahora otro filón: los cantos que sirven (además de como ayuda psicológica) para acrecentar el sentido de la
solidaridad, para afirmar la propia identidad social, para reivindicar derechos civiles y políticos: un poco como una bandera
sonora". Nos serviremos de ellos para preparar un espectáculo. Aprenderemos canciones de este tipo, alternaremos el
canto con la recitación de los textos, añadiremos acompañamientos instrumentales. Cada canción estará compuesta por
movimientos y gestos.

Algún traje viejo alguna herramienta de trabajo pondrán la nota de color en el espectáculo.

Entre una canción y la siguiente recitaremos un texto de comentario y explicación.

Muchos de las canciones de trabajo se limitan a comentar acciones de la tarea o a expresar las emociones y los
sentimientos que el trabajador experimenta respecto a su trabajo o al ambiente en el que vive: sentimientos de alegría y
de confianza, o bien de dolor y pesar, de resignación o de protesta.

Respecto a estos sentimientos, podríamos decir que en todas partes cuecen habas. O lo que es lo mismo, es fácil encontrar
pensamientos y emociones parecidos en los pueblos más diversos. Una buena, pues, ocasión para la educación interétnica"
de los alumnos.

Una última observación

La mayor parte de las canciones de trabajo tiene un valor histórico, es decir, la substitución del esfuerzo físico por parte de
las máquinas les ha restado actualidad.

Precisamente por ello las canciones de trabajo están en condiciones de proporcionar al alumnado infantil y juvenil una
buena cantidad de información sobre las sociedades del pasado, un pasado reciente.

Por otra parte, las funciones catalogadas están, por decirlo así, implícitas" en la propia música, de alguna manera son
perennes". Y por ello es importante redescubrirlas en clase, y no será complicado reactivarlas.

El reconocimiento de los niños y niñas respecto a la música en el trabajo puede partir, o puede concluirse, con la
comparación con los usos actuales. Hoy en día la tendencia es simple y unívoca: la gente cada vez canta menos, la música
presente en los lugares de trabajo (por ejemplo en algunas oficinas) se confía por completo a los altavoces: es la segunda
de las tres funciones mencionadas la que predomina. Es comparable a lo que pasa con el deporte, la gente prefiere mirar
un partido por la televisión a practicar personalmente el deporte en cuestión.

Esta comparación puede ayudar a que los niños y las niñas recuperen una disponibilidad activa cuando se trate de hacer
música.

Volver a cantar las antiguas canciones de trabajo sirve para devolver actualidad a la historia. ¿Por qué en la actualidad los
marineros ya no cantan cuando reman, o cuando estiran las maromas, o cuando hacen girar el cabrestante? Porque el
motor ha sustituido todas esas funciones. Ya no se trata de la fuerza muscular del hombre ni, por lo tanto, de su cansancio
físico. En cambio, antiguamente todo se hacía a fuerza de brazos. Hacemos dramatizar estas situaciones de manera que se
interioricen, y por consiguiente que el pasado se entienda desde dentro". Las canciones son un material insubstituible en
esta reconstrucción histórica.

Dirección de contacto

Carlo Delfrati
Profesor de música. Especialista en música paleográfica y composición coral

1. Las experiencias propuestas en este artículo reelaboran los materiales que el autor publicó en Progetti sonori. Nápoles:
Morano, 1989; Trio. Nápoles: Morano, 1995; y educación para los sonidos y la música. Milán: Ricordi, 1995.

2. COMLANDER, N.: Danza e dramma danzato. En VVAA, La funzione sociale della danza. Milán: Savelli, 1981, p. 79.
3. SACHS, C.: Storia della danza. Milán: Saggiatete, 1966, p. 209.

4. SAJONIA, M. de: Memorie militari. En Progetti sonori.

. Traducción a cargo de Lourdes Bigorra.

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