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Apenas nueve años después de otorgar la "Licencia del Ordinario" para la Inun-
dación castálida de la entonces desconocida monja mexicana, el mismo vicario
de Madrid, don Alonso de Portillo y Cardos, firmaba idéntico documento para
el .-tercer tomo de la lamentablemente ya fallecida 'Fénix americana', intitulado
más tarde Fama y Obras pósthumas de la Madre luana Inés de la Cruz
De Inundación castálida, como libio, se ha hablado mucho; del Segundo volu-
men casi nada; de la Fama, apenas suficiente l Se sabe que el bachiller don Lo-
renzo González de la Sancha reunió cierta cantidad de textos fúnebres y poe-
mas laudatorios escritos en ocasión de la muerte de sor Juana, con la intención
de imprimirlos aquí, con el previsible titulo de Exequias Mitológicas, Llantos. Pié-
rides, Coronación Apolínea en la Fama Pósthuma de la Singular Poetisa Sor Juana
Inés de la Cruz Por varias razones, las principales económicas, aunque no todas
conocidas, eso no fue posible "La idea de imprimir estas Exequias no cuajó, se-
guramente porque la empresa era demasiado cara y riesgosa para los impresores
de la ciudad de México"2
1 Antonio Alatone opina que el menos conocido de los tres libios es el tercero Fama y
Obras pósthumas Madrid, 1700, edición facsimilar Introd de Antonio Alatone Apéndices de
Gabriela Eguía-Lis Ponce México, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, 1995, p ix
2 Ibid., p. xi. El subrayado es mío El adjetivo riesgosa es más que elocuente, aunque no ex-
plique más el investigador
335
3361 %& prisa de los tmalados"
Como explica Alatorre, la idea original era la de hacer unas 'Obras postumas
y fama! y Castoreña debió pasar mucho tiempo escribiendo a México para que
le enviaran los manuscritos de sor Juana que no pudo llevarse personalmente
En caso de ser Sigüenza el poseedor de aquellos originales, sería también el blan-
co de los reproches que hace el editor en el "Prólogo a quien leyere":
Francisco de la Maza hace una reflexión interesante que no tiene mucho eco
en Alatorre: ¿de quiénes eran esas lastimeras plumas mexicanas que lloraron la
muerte de nuestra poetisa y que reunió Lorenzo González de la Sancha?: "De
esos ingenios sólo cinco son poetas, y de importancia sólo tres: Ramírez de Var-
5 Castoreña y Ursúa, Juan Ignacio de, "Prólogo a quien leyere", en Fama y Obras pósthu-
mas ed.cit, p [120] El subrayado es mío
3381 "La prisa fíelos traslados*
Ya para enero de 1699, Castoreña y Ursúa se dio cuenta de que la idea origi-
nal no se sostendría más y tuvo que cambiar el título, privilegiando las compo-
siciones sobre sor Juana por encima de las de la monja Esto puede confirmarse
en los documentos oficiales que inauguran el tomo Pero ¿por qué sucedió eso?
La historia es más larga La manera en que nos enteramos de que don Carlos
de Sigüenza y Góngora escribió una oración fúnebre es precisamente porque
Castoreña lo dice en uno de sus múltiples prólogos ¿Por qué no llevaba ese
papel el futuro editor?
6 Maza, Francisco de la, op cit, p 135, Se lefieie a Alonso Ramírez de Vargas, Francisco
de Ayena Santa Maria (aquel pueitoriqueño poi el Sigüenza se vio envuelto en proceso inqui-
sitorial), Felipe de Santoyo García, al propio Loienzo González de la Sancha y al bachiller Mar-
tín de Olivas, quien dieta las escasas lecciones de latín a soi Juana
7 Sobre casi todos ellos —los que están en la Fama y los que no— se encuentran datos, y
obras, en Poetas Novohispanos. Estudio, selección y notas de Alfonso Méndez Planearte Méxi-
co, Imprenta Universitaria, 3t, 1942, 1943 y 1945 (Biblioteca del Estudiante Universitario)
Véase también Ribera, Diego de, BREVE / RELACIÓN / DE LA PLAVSIBIE POMPA, / y Cordial regocijo,
con que se celebró la Dedicación / del Templo del ínclito Mártir S[AN] FELIPE DE JES*?S, / Titular
de las Religiosas CAPVCHINAS [ ,] México, Viuda de Bernardo Calderón, 1673.
Origen y estructura, de la Fama y Obras pósthumas I 339
Lo que sí falta por exponer aqui es la interpretación reciente que hace Elias
Irabulse sobre la significación de la Fama y Obras pósthumas a raiz de un su-
puesto proceso secreto que se le siguiera a sor Juana desde la publicación del
sermón de Palavicino; de dicho proceso no ha dado pruebas el investigador
8 Oriental Planeta Evangélico, Epopeya sacro-panegjnca Al Apóstol Grande de las Indias S[an]
Francisco Xavier. Escrvióla él D[octó]r D[on] Carlos de Sigüenza y Góngora, Cosmógrapho del Rey
N[uestro] Señor, Cathedrático Jubilado de las sciencias Mathemáticas, y contador de esta Real Univer-
sidad, Examinador general de Artilleros, y Gente de Mar, Capellán proprietario del Hospital del Amor
de Dios, ministro del Tribunal del Santo Officio, y su Corrector General de libros. Diólo a la estampa
D[on] Gabriel López de Sigüenza, y lo dedica al Señor L[icencia]do D[ori\ Antonio de Aunsibay, y
Anaya, Canónigo de la Santa Iglesia Caihedral de esta dudad, Juez Provisor y Vicario General de es-
te Arzobispado Con licencia de los Superiores en México por Doña María de Benavides, Año de 1700.
9 Maza, Fiancisco déla, op c i í , p 127
Origen y estructura- de /«Fama y Obras pósthumas I 341
10 líabulse, Elias, "El silencio final de Soi Juana", en Sor Juana & Vieira, trescientos años
después Anejo de la revista Tinta, pp 143-155
342 I "La. prisa de.los traslados*
dilectamente de Aguiai: Otia de las razones en que sostiene Elias Trabulse esta
idea es la "densidad religiosa" de los textos de soi Juana que allí figuran, pero
nosotros hemos podido ver cómo la silueta de sor Juana se había ido cincelan-
do por parte de sus editores —si no es que de ella misma- desde 1689, dando
un giro notable en 1690, y redefiniéndose en 1692 No es de extrañar que la Fa-
ma tuviera la misma misión, pero eso no necesariamente prueba que la orden
procedía del episcopado mexicano, Desde la perspectiva que propone el histo-
riador, la 'anónima' décima acróstica que "corona" la sección española no pue-
de ser de María Luisa Manrique de Lara, quien desde luego no se hubiera pres-
tado al juego del enloquecido Aguiar También dice Trabulse que, muerto
Aguiar y Seixas, en 1698, las aspiraciones de Castoreña se volcaron sobre aquel
personaje que todavía podría apoyarlo en su intento, Manuel Fernández de
Santa Cruz, pero nunca aclara que este último también murió bastante antes
de publicarse la Fama, el Io de febrero de 1699 No es este el lugar para pro-
nunciarme a favor o en contra de una u otra postura Si el "mito hagiogiáfico"
de sor Juana fue creación de Aguiar y Seixas, de Fernández de Santa Cruz, de
Antonio Núñez de Miranda, de Juan Ignacio de Castoreña y Ursúa, del padre
Diego Calleja —incluso avalado por la Condesa de Paredes y Francisco de las
Heras (Tineo ya había muerto)—, no es tampoco el presente trabajo espacio
para intentar definirlo Consigno las anteriores opiniones tan sólo para enmar-
car a la Fama y Obras pósthumas en su contexto histórico-editorial
VIII. 1. Las ediciones de 1701 y 1714
343
3441 "La pisa de losti asíaMf
Gayna, que fue quien lo 'sacó a luz') De la misma forma en que desaparece la
dedicatoria de la portada, las dos dedicatorias en prosa a estas mismas señoras,
que con tanta afectación escribió Castoreña, también tienen que eliminarse
La edición de 1701, entonces, comienza con la "Advertencia" que en 1700 fi-
gura en la página [143], es decir; aquella en la que se avisa que la décima que
sigue es de una gran dama que se ha dignado responder a los ruegos del editor
criollo, léase, el presunto texto de la Condesa de Paredes, que, sobra decirlo, es
la página que sigue en 1701 Con ello, esta edición de la Fama se acercaba a la
Inundación castálida, que inauguraba sus páginas con un prólogo métrico de fa-
moso personaje 1714, en cambio, inicia el volumen con una dedicatoria a la
virgen María (que es entre plegaria y súplica), firmada por Francisco Laso, que
es obviamente quien costea la publicación Lo único destacable de este preli-
minar es lo que el editor espera que provoque la lectura de sor Juana:*[. ] que
quanto ay en este Libro, rinda muy copiosos frutos de agrados de Dios, de gus-
to vuestro, provecho de las almas, y salvación de muchos pecadores" No hay
que olvidar que la empresa de 1714-1715 eia la de imprimir los tres tomos, y
este mismo Francisco Laso había cubierto los gastos del tomo uno ese mismo
año de 1714, dedicado a san José y a santa Teresa de Jesús Quizá la "densidad
religiosa" de la Fama le confería ya mayores alturas celestiales
Esa edición de Barcelona 1701 presenta muchas erratas; para no ir más lejos,
las siete diferencias que presenta en la "Aprobación" de Diego Calleja contra la
de 1700 son todos errores El orden de once pliegos consecutivos está cambiado
con respecto a la fácsimilar de 1700, en la que los pliegos a, b, y c se intercalan
Análisis de las variantes entre la Fama y Obras pósthumas y las ediciones de 1701 y 17141 345
entre los de seis y siete calderones, casi con seguridad porque siguió un ejem-
plar de la de 1700 dispuesto de esa misma forma, pero el contenido es el mis-
mo La edición de 1714, por su parte, sigue el orden de la de 1700 que editamos
en facsimilai; salvo los cambios ya indicados en las dedicatorias
Sea como fuere, lo más relevante entre la "Vida" y la "Aprobación" son las
vanantes que se presentan a nivel de párrafos Los cambios de palabras aisla-