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¿Nos hemos puesto a pensar en el impacto que tienen nuestras actitudes con las
demás personas, en lo que tiene que ver con la evangelización? Jesús nos llamó
a dar testimonio de él por medio de actos de amor.
Vamos a estudiar un texto bíblico que nos muestra el impacto del amor en las
demás personas:
Romanos 12:9 El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien.
12:10 Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose
mutuamente.
12:11 Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que
da el Espíritu.
12:12 Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren
en la oración.
12:13 Ayuden a los hermanos necesitados. Practiquen la hospitalidad.
12:14 Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan.
12:15 Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran.
12:16 Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse
solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben.
12:17 No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos.
12:18 Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.
12:19 No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de
Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor.
12:20 Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale
de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta.»
12:21 No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.
Esta palabra “todos” se repite dos veces en estos versículos para enfatizar que el
amor que debemos vivir es para todo ser humano. En este pasaje es claro que el
amor no está limitado para los hermanos en la fe.
Jesús en el Sermón del Monte también fue muy claro en cuanto al amor a los
enemigos
El amor a todo ser humano es parte de la imitación de Dios, ya que Dios ama a
todos los seres humanos.
Mateo 5:44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a los que los
maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen,
5:45 para que sean ustedes hijos de su Padre que está en los cielos, que hace salir
su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
5:46 Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa
tendrán? ¿Acaso no hacen lo mismo los cobradores de impuestos?
5:47 Y si ustedes saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de más? ¿Acaso
no hacen lo mismo los paganos?
5:48 Por lo tanto, sean ustedes perfectos, como su Padre que está en los cielos es
perfecto.
El amor de Dios es el fundamento por el cual el nos pide a nosotros amar a todos.
¿Existen personas a las que pensamos que no debemos amar? ¿Existen
circunstancias en nuestra vida en las que ponemos escusas para no amar a
alguien?
En la parábola del Buen Samaritano Jesús deja claro que no hay escusas para no
amar, aun cuando el intérprete de la ley queriendo justificarse le dijo: “¿Pero
¿quién es mi prójimo?” ya que los judíos creían que el prójimo era solo el que
formaba parte de su propio pueblo; a lo que Jesús contó la parábola dejando claro
que su prójimo eran aún los samaritanos con los que no tenían amistad.
En este pasaje Pablo nos muestra algunas maneras de cómo mostrar de una
manera práctica el amor por los demás.
Pablo nos manda a amarnos como hermanos y a respetarnos como tales. La Biblia
nos manda a reconocer en cada uno de los seres humanos la imagen de Dios y el
valor que cada uno tiene por ser creado por Dios. Y a tratarnos de esa manera.
También la Biblia nos manda a no ser orgullosos y tratar a los demás como
inferiores, sino más bien debemos dar un trato de honra, reconociendo siempre
lo bueno de los demás antes que lo nuestro.
“Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse
solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben”
La vanagloria puede poner una barrera muy grande en nuestro trato con los
demás. El trato de respeto y honra no está limitado a los amigos sino también a
los enemigos.
Esto es muy importante ya que como seres humanos pensamos que debemos un
trato de respeto solo a quienes nos respetan. Un dicho popular dice: “respétame
para que te respete”. Pero la Biblia es muy clara en que debemos responder con
bendición incluso a quienes nos maldicen. Esto es una muestra de que queremos
imitar a Jesús
1Pedro 2:23 Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando
padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia.
1Pedro 3:9 No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan,
porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición.
¿Creemos que existen circunstancias en las que podemos faltar el respeto a otros?
Santiago 3:9 Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella
maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios.
3:10 De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no
debe ser así.
3:11 ¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua salada?
3:12 Hermanos míos, ¿acaso puede dar aceitunas una higuera o higos una vid?
Pues tampoco una fuente de agua salada puede dar agua dulce.
Rom 12:20 Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed,
dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta.»
Es muy importante reconocer que el amor que vivimos servirá como testimonio
delante de los que no conocen a Jesús. Jesús también dijo que “en esto conocerán
que son mis discípulos si se aman los unos a los otros” Juan 13:35
Muchas veces queremos que nos identifiquen por muchas cosas, como no bailar,
no tomar, no fumar, no decir malas palabras etc. Cosas que están bien. Pero no
debemos descuidar la verdadera razón por la que deben identificarnos que es el
amor.
Pablo nos dice que al devolver con bien el mal que nos causan hacemos que se
avergüencen de su conducta, es decir les llevamos a reflexionar sobre sus acciones
y es más fácil que acepten la fe en Jesús.
Literalmente dice que brazas de fuego amontonaremos en su cabeza, pero la
intención es la misma. Llevar a la reflexión y al arrepentimiento por las acciones
cometidas.
Es muy importante reflexionar que por nuestro trato con los demás podemos
ganar a las personas para Cristo o podemos alejarlas.
Hay ocasiones en las que motivados por nuestro mal humor o por cómo nos tratan
otras personas tratamos mal también. Sin ponernos a pensar que nuestro
testimonio está en juego. Y lo más importante es que la salvación de las otras
personas está en juego.
Cuando los no creyentes nos traten mal, recordemos que precisamente ellos no
tienen a Cristo. Nosotros si ¿Reaccionaremos igual a ellos?
Conclusión
“El amor en la vida del cristiano debe estar demostrado en acciones prácticas de
hospitalidad y cuidado mutuo, para con los hermanos, pero también para con los
enemigos, con el objetivo final de llevarles al arrepentimiento y a la fe en
Jesucristo”
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