Professional Documents
Culture Documents
Impacto de la neurociencia
en la educación.
NIF: 71931573Q.
El cerebro, se podría decir que es „el gran desconocido del cuerpo humano‟. Son
muchas las intrigas y preguntas que el ser humano se ha hecho a lo largo de la historia,
sobre este órgano que regula todo el funcionamiento de nuestro cuerpo.
Otra de las cuestiones a las que el ser humano lleva mucho tiempo queriendo dar
respuesta es el proceso de aprendizaje: ¿cómo aprendemos?, ¿Qué factores intervienen
en dicho proceso?, ¿existen técnicas que favorezcan un mejor aprendizaje?...
Todas estas cuestiones han hecho que expertos en diversas ciencias y disciplinas
hayan llevado a cabo sendos estudios, hasta llegar a la conclusión de que neurociencia y
aprendizaje deben ser disciplinas interconectadas. Esto ha hecho posible que
neurocientíficos y educadores, investiguen y debatan juntos creando el llamado „MBE;
Main, Brain and Education (Mente, cerebro y educación). “MBE es el nombre con el
que se ha denominado al puente para transferir los hallazgos neurocientíficos a la
mejora de la educación y para informar la dirección de la investigación desde
evidencias de la práctica educativa- a menudo se suele utilizar como equivalente el
término neurociencia educativa” (Anaya, 2009). La primera organización sobre
neurociencia fue fundada en Londres en 1903.
DESARROLLO
“La neurociencia es una disciplina que incluye muchas ciencias que se ocupan de
estudiar, desde un punto de vista inter, multi y transdisciplinario la estructura y la
organización funcional del Sistema Nervioso (particularmente del Cerebro)”
(neurocapitalhumano.com, 2009)
La neurociencia está revolucionando la manera de entender el aprendizaje, gracias a
estas investigaciones podemos llegar a saber de qué manera el cerebro adquiere y
memoriza la información y las destrezas nuevas, así, seremos capaces de conocer las
limitaciones de la capacidad del aprendizaje del ser humano y la evolución madurativa
del cerebro, por ejemplo, según estudios, se sabe que el cerebro de una persona no logra
su madurez hasta pasados los 30 años. Y que realmente, sí existen los llamados
‘Períodos críticos o Períodos Sensibles’, ya que el desarrollo del cerebro no es algo
lineal y hay momentos en la vida de la persona que cuesta más lograr ciertos
aprendizajes.
Antiguamente las creencias decían que una persona joven era capaz de aprender
nuevos conocimientos mientras que a medida que nuestro cerebro envejecía, esos
nuevos conocimientos no podían adquirirse. Gracias a los estudios de la neurociencia
sabemos que una persona no deja de aprender durante toda su vida, aunque bien es
cierto que la mejor época es la adolescencia.
Pero el MBE, no solo ha investigado todas estas cuestiones sino muchísimas más,
como por ejemplo, cómo ayudar a aprender a niños con problemas como el autismo o la
hiperactividad por ejemplo, en el que se ha descubierto, que a su cerebro le ayuda
mucho tener mayor cantidad de oxígeno por tanto, una educadora puede ayudar a niños
con autismo con un gesto tan simple como es realizar ejercicios respiratorios.
Todos estos y muchos más hallazgos se están logrando gracias a la relación que
mantienen (como ya he dicho anteriormente) neurólogos y educadores y algo vital, los
voluntarios que se someten a las pruebas y experimentos, ya que se han dado cuenta de
que “la investigación necesita estar científicamente bien fundamentada pero, para ser
útil a la educación, necesita también estar conectada con las vías de enseñanza y
aprendizaje que tienen lugar en entornos educativos reales, tales como los hogares, las
escuelas, los campos de juego, internet, los juegos del ordenador y la televisión”
(Anaya, 2009). Por lo que han surgido „escuelas laboratorio‟ como existen los
hospitales clínicos en medicina. Algunos ejemplos de estas escuelas que actualmente
están en funcionamiento son:
“En nuestro país una buena iniciativa sería la recuperación de las antiguas escuelas
anejas a las escuelas de magisterio, dándoles el enfoque de escuelas de investigación
vinculadas a las facultades de educación y a otros centros de investigación educativa”.
(Anaya, 2009).
CONCLUSIÓN
Hasta que empecé a estudiar esta asignatura, yo no conocía el tema del MBE y
sinceramente he de decir que me parece un mundo fascinante.
Por otro lado, creo que es muy interesante que los neurólogos y los educadores se
hayan unido para investigar el cerebro y así descubrir de qué modo nos resulta más fácil
aprender, que momentos son los más propicios y el poder entender los comportamientos
por ejemplo de un adolescente.
Al igual que conocer un poco más de qué manera podemos ayudar a aprender
mejores a niños especiales como los que padecen autismo, creo sinceramente que de esa
manera, podrían derribarse muchas barreras.
Y desde luego me encanta descubrir cómo podemos cuidar nuestro cerebro para no dejar de
aprender y por tanto de crecer como personas durante todo el trayecto de nuestra vida.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA