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TRABAJO PRÁCTICO

CONTAMINACIÓN DEL SUELO

INTEGRANTES:

MARIA LIZ ADORNO SEMIDEI


CARLOS SANCHEZ
HÉCTOR MOLINAS
¿Qué es el Suelo?

Cuando el material meteorizado de una roca no es transportado, se mezcla con la


materia orgánica procedente de los seres vivos, con el agua de la hidrosfera y con el
aire atmosférico que entra por sus poros, dando como resultado una formación
superficial que denominamos suelo.

El suelo es el asiento de la vida, dado que los vegetales se desarrollan echando sus
raíces en estas formaciones, de ahí la importancia de conservar los suelos. Si
tenemos en cuenta que el proceso de formación de un suelo (edafogénesis) tiene
una duración media de unos 10.000 años cuando permitimos que se pierda,
podemos considerarlo como irrecuperable.
Factores que intervienen en la formación del suelo

Si dijimos que el suelo es consecuencia de la meteorización y que ésta depende


básicamente del clima, será, pues, el clima el principal factor determinante de la
formación del suelo. También influyen otra serie de factores que podemos resumir
como:

El clima: la temperatura y la humedad favorecen las reacciones químicas y,


por tanto, aceleran la meteorización. Dependiendo de cómo se den ambos
factores, así se producirá el desarrollo del suelo. El clima es tan importante
que, partiendo de una misma roca, en diferentes climas, se desarrollan
suelos distintos.

El relieve: los relieves escarpados favorecen la erosión, dificultando, por tanto,


la formación de suelos.

La topografía: con al altitud, varían las condiciones climáticas y, por tanto, el


tipo de suelos. Es frecuente que, en zonas montañosas, se produzca una
sucesión de suelos ("catenas edáficas") desde las zonas más bajas hasta las
más altas.

Naturaleza de la roca madre: la composición original de la roca condicionará


los componentes minerales del suelo.

Los seres vivos: aceleran el proceso de formación del suelo (edafogénesis) y


proporcionan la materia orgánica.
Tiempo: aunque desde el punto de vista geológico, la formación de un suelo es
un proceso rápido, se necesitan del orden de 10.000 años, como término
medio, para el desarrollo completo de una suelo.
Edafogénesis (etapas en la formación del suelo)

Las etapas por las que pasa la formación de un suelo, las podemos resumir en tres:

Etapa inicial: meteorización de la roca madre. Se forma una capa mineral


denominada "manto de alteración" sobre la que se asientan seres vivos
sencillos (musgos, líquenes, bacterias, protistas).

Etapa de maduración: la actividad de los seres vivos proporciona materia


orgánica que se transforma, dando lugar al humus. La evolución del suelo
permite la instalación de comunidades biológicas más complejas.

Etapa climácica: el suelo queda estructurado en niveles horizontales


denominados horizontes. El suelo ya no evoluciona más porque ha llegado al
máximo que los factores ambientales permiten.

Estructura del Suelo

Durante la edafogénesis, el suelo se va estructurando en niveles ("horizontes"). A


estos niveles se les diferencia por el aspecto general que es consecuencia de los
procesos que ocurren en cada uno de ellos. Típicamente se suelen diferencia
tres horizontes, sobre los que se suele disponer una capa rica en materia orgánica
mezclada con materia mineral, a la que llamamos humus. De esta manera, la
estructura de un suelo típico, desde la superficie será:

Horizonte "H" u orgánico: a veces no es bien visible. Es la parte más


superficial y se caracteriza por su alto contenido en materia orgánica
(humus). En algunas clasificaciones se le incorpora como una parte
del horizonte A.

Horizonte "A" o de lavado: el agua de infiltración disuelve los materiales


solubles, transportándolos a niveles inferiores. A este fenómeno se le
llama percolación. El resultado es un horizonte más bien claro y empobrecido
en ciertos componentes.
Horizonte "B" o de acumulación: recibe el "lavado" del horizonte A,
produciéndose la precipitación de sales. Durante la edafogénesis es el último
en formarse.

Horizonte "C" o de alteración: está en contacto con la roca madre y es


producto de la alteración directa de ésta. Es el más mineral de los horizontes y
el primero en formarse durante la edafogénesis. Su composición es la
del manto de alteración.

Inmediatamente debajo encontraremos la roca sin alterar.


Erosión:

Es la degradación y el transporte del suelo, producidos por agentes en circulación


como el agua, hielo, viento o cambios térmicos. Puede ser incrementada por
actividades humanas.

Cuando el relieve de cualquier parte de la tierra sobrepasa un valor del ángulo de


pendiente, el cual es característico para cada tipo de roca, regolito o suelo, la presión
que ejerce la gravedad es tal que supera a la fuerza de cohesión y se producen
derrumbes o los materiales caen pendiente abajo. Conforme la pendiente disminuye,
esa presión es menor y los materiales son entonces mayoritariamente evacuados por
el efecto de arrastre del agua.

En esta última fase, si los materiales aumentan su cohesión superficial o se protegen


de la acción del agua –como ocurre cuando se desarrolla la vegetación–, el proceso de
rebajamiento del ángulo de la pendiente se frena. Posteriormente, cualquier
desequilibrio de este perfil bien sea por una elevación del terreno derivada de la
actividad tectónica, por el encajamiento de la red fluvial o por incisiones en las laderas
producidas por la actividad humana, tenderá de nuevo al equilibrio convirtiéndose en
una superficie erosiva.

Relaciones vegetación-erosión

Tradicionalmente, y como consecuencia probablemente de la falta de un enfoque


integrado, el estudio de las relaciones vegetación-erosión se ha limitado a considerar
una sola dirección en dicha relación, los efectos de la vegetación en la erosión hídrica,
sin tener en cuenta que la erosión también afecta a la vegetación. Así, se ha
establecido que la vegetación influye sobre la erosión aumentando la estabilidad de los
agregados del suelo y la propia coherencia del suelo, protegiéndolo del impacto de las
gotas de agua, incrementando la capacidad de infiltración y frenando la escorrentía.
Sin embargo, sólo en contadas ocasiones se han considerado los efectos que la
erosión tiene sobre la vegetación (Thornes 1985). En este sentido, la erosión influye
sobre la vegetación directamente, mediante el desarraigo de las plantas y la
eliminación y redistribución de las semillas. Pero también influye de manera indirecta,
pues los procesos de erosión alteran o eliminan la superficie del suelo, que es donde
se produce el establecimiento de las plántulas y donde reside gran parte de la reserva
de agua y nutrientes.
Bajo ese prisma, la erosión hídrica puede verse como una fuerza ecológica capaz de
modificar la composición de la vegetación y su patrón espacial y, por ello, las
relaciones entre erosión y vegetación deberían considerarse un aspecto particular del
conjunto más amplio de relaciones entre suelo y vegetación.
Desertificación:

Es la degradación de las tierras en las zonas áridas, semi áridas y sub húmedas secas
como consecuencia de diversos factores, entre los cuales se encuentran los cambios
climáticos y las actividades humanas.
Contaminación del Suelo:

Consiste en la acumulación de sustancias a unos niveles tales que repercuten


negativamente en el comportamiento de los suelos y frecuentemente en su fertilidad.

Bibliografía

http://recursos.cnice.mec.es/biosfera/alumno/3ESO/modpais1/contenido3.htm

Interacciones entre la vegetación y la erosión hídrica Patricio García-Fayos

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