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La fe que consigue una bendición.

Marcos 7: 24-30
I. Una mujer de Dios que pelea por su bendición busca a Cristo humillada. V 25 Porque
una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró
a sus pies.
1. Esta mujer estaba desesperada. Dice Mateo que daba gritos…
2. su problema consistía en que su hija estaba poseída por un demonio.
1. Demonio. Ser espiritual, ángel caído que se revelo junto a satanás contra Dios.
Tiene la capacidad de infringir daño y esclavitud cuando lograr poseer a un ser
humano.
3. Se actitud fue de humillación, la palabra “postró” denota que ella adopto una postura
de adoración. Ella reconocía la autoridad que había en Cristo. Su deidad.
II. Una mujer de Dios que pelea por su bendición clama a Dios incansablemente. 26 La
mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al
demonio.
1. Ella clama a Jesús porque confiaba en que podía hacer el milagro.
2. La palabra rogaba denota un petición con un profundo interés a ser contestada.
3. En nuestras oraciones debemos mostrar a Dios cuan comprometidos estamos con lo
que pedimos. Algún pecado que aun no hemos podido dejar, un anhelo por fortaleza
para poder servir en su obra, un deseo de ver a los pecadores venir arrepentidos a
Cristo, no debe salir nunca de una oración superficial y débil. Debemos clamar
apasionadamente, con la sed y la necesidad que esta mujer clamaba por su milagro.
III.Una mujer que pelea su bendición persevera hasta lograr su propósito. 27 Pero Jesús le
dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los
hijos y echarlo a los perrillos. 28 Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los
perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.
1. Ella reconoció su condición de pecadora, y no monstruo orgullo ni arrogancia, sino
que dijo “si Señor” una muestra de su fe humilde y de sus adoración, de su fe
perseverante.
2. En ningún momento se desalentó, sino que su fe le llevo a insistir.
3. Jesús muestra su misericordia, nos da a comprender que las bendiciones espirituales,
aunque eran en primer instancia para Israel, tenían también amplitud para llegar a los
gentiles como ella.
4. Que propensos somos a abandonar nuestra lucha y nuestra intercesión cuando de a
primeras Dios nos responde nuestras oraciones. Debemos tomar fuerzas al ver el
ejemplo de esta mujer y orar persistentemente,

Conclusión:
A través de este pasaje de las Escrituras Dios te ha mostrado hoy, que una mujer que pelea su
bendición es una mujer que busca a Cristo humillada, que calma incansablemente, persevera
hasta lograr su propósito.

Si nos podemos identificar con esta mujer, si nuestro clamor ha sido como el de ella, podemos
estar seguros que las bendiciones son nuestras. Que seremos escuchados y la misericordia de
Dios nos alcanzara.

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