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Sentencia nº 108/2002 de TS, Sala 2ª, de lo Penal, 1 de Febrero de 2002

Procedimiento: PENAL - 01

Ponente: Joaquín Delgado García

Fecha de Resolución: 1 de Febrero de 2002

Número de 108/2002
Resolución:

Número de Recurso: 964/2000

Emisor: Tribunal Supremo - Sala Segunda, de


lo Penal

ESTAFA. Se acredita la comisión por la imputada de un delito continuado de estafa


agravada del art. 250.4° en relación con el 248 CP en grado de tentativa. No cabe decir
que hubo engaño en cuanto a las relaciones amorosas, cuando tales relaciones
efectivamente existieron. Se condena a la acusada en primera instancia. Se rechaza el
recurso de casación.

ÍNDICE
 ANTECEDENTES
 FUNDAMENTOS DE DERECHO
o PRIMERO
o SEGUNDO
o TERCERO
o CUARTO
 FALLO
o PRIMERO
o SEGUNDO
o TERCERO
o CUARTO
o QUINTO
o SEXTO

CONTENIDO
Sentencia citada en: una sentencia
D. JOAQUIN DELGADO GARCIAD. ANDRES MARTINEZ ARRIETAD. GREGORIO
GARCIA ANCOS
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a uno de Febrero de dos mil dos.
En el recurso de casación por infracción de Ley y de precepto constitucional, que ante
este Tribunal pende, interpuesto por la acusada Lorenza contra la sentencia dictada el
24 de diciembre de 1999, por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de
Zaragoza, que la condenó por delito de estafa , los componentes de la Sala Segunda
del Tribunal Supremo, que al margen se expresan, se han constituido para su votación
y fallo, siendo también parte el Ministerio Fiscal, y como recurrida D. Alfonso ,
representado por el Procurador Sr. Gómez Montes, estando dicha recurrente
representada por el Procurador Sr. Velasco Muñoz Cuellar y siendo ponente D.
Joaquín Delgado García.

ANTECEDENTES
1. - El Juzgado de Instrucción de Daroca incoó Diligencias Previas con el nº 632/97
contra Lorenza conocida por Lorenza que, una vez concluso remitió a la Sección
Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza que, con fecha 24 de diciembre de
1999, dictó sentencia que contiene los siguientes HECHOS PROBADOS:
"Probado, y así se declara, que: La acusada Lorenza conocida por Lorenza -mayor
de edad, viuda y sin antecedentes penales- conoció a través de la Agencia
Matrimonial GEMINIS de Zaragoza a Alfonso , viudo y vecino de Cariñena en el mes
de Mayo de 1997, trabando entre ambos relaciones amistosas y sexuales, dado el
estado civil de ambos y sin hijos el varón, que se lamentaba de su soledad desde
que enviudó meses antes. Conocedora la acusada del desahogo económico y buena
posición con bienes de fortuna y saneada cuenta de ahorros bancaria que tenía
Alfonso , no dudó en darle pie a fin de hacerle creer en un próximo enlace
matrimonial así como de satisfacerle sexualmente, trasladándose incluso a Cariñena
a casa de Alfonso , en donde convivieron cerca de un mes, durante el cual,
haciéndole creer que sus deudas eran un obstáculo para contraer nupcias, logró que
extrajese sucesivas cantidades de dinero desde el 19 de mayo al 17 de junio, le
entregó dinero en cuantía de 2.291.000 pesetas que ella manifestó iban destinadas a
ropa y complementos, un préstamo bancario, recuperar joyas empeñadas, pago de
un coche, dentista.. etc. Como pretendiese también la acusada que hiciese
testamento a su favor y él manifestase que lo haría una vez contraído matrimonio,
ella abandonó Cariñena y regresó a su domicilio en Zaragoza, no obstante lo cual,
continuaron sus relaciones amorosas y como en dicha localidad fuese el hombre
conocido por todos sus convecinos y le diese vergüenza que conociesen las
extracciones dinerarias, lo efectuaban en viajes a Zaragoza. En el mes de Agosto,
con el pretexto de que una nieta de la mujer precisase firmas para un trabajo escolar,
Alfonso firmó dos hojas en blanco de un cuaderno cuadriculado - una entera y otra
ilegible- y en una de ellas le hizo creer la acusada a una conocida Carmen , que ella
le había prestado 1.500.000 pesetas a Alfonso y que le había dejado la firma para
que rellenase el documento privado, cosa que hizo y le acompañó al despacho de un
Letrado para que los reclamasen reaccionando Carmen al sentirse engañada que lo
puso en conocimiento de Alfonso sin que hasta esta fecha lo haya exigido
judicialmente. Las cantidades que extrajo el varón y entregó a la mujer lo fueron el
19.05.97, 135.000 pesetas en Cariñena y el resto en Zaragoza en 22-05-97, 600.000
pesetas, otra en 22-5-97, 50.000 pesetas, en 29-05-97, 206.000 pesetas, otra en 20-
05-97 de 50.000 pesetas, en 02-06-97, 150.000 pesetas en 17-06-97 por 1.100.000
pesetas".
2. - La Audiencia de instancia dictó el siguiente pronunciamiento:
"FALLO: Condenamos a Lorenza como autor responsable de un delito continuado de
estafa ya definida sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la
responsabilidad criminal a las penas de dos años de prisión y multa de nueve meses
con cuota diaria de 500 pts. y responsabilidad subsidiaria del art. 53 del Código
Penal, a las accesorias de inhabilitación del derecho de sufragio pasivo durante el
tiempo de la condena, al pago de las costas procesales, incluidas las de la acusación
particular, así como a que abone a Alfonso la cantidad de 2.291.000 pts. como
indemnización de perjuicios.
Reclámese del juzgado instructor la pieza de responsabilidad civil".
3. - Notificada la anterior sentencia a las partes, se preparó recurso de casación por
infracción de ley y de precepto constitucional, por la acusada Lorenza , que se tuvo
por anunciado, remitiéndose a esta Sala Segunda del Tribunal Supremo, las
certificaciones necesarias para su sustanciación y resolución, formándose el
correspondiente rollo y formalizándose el recurso.
4. - El recurso interpuesto por la representación de la acusada Lorenza , se basó en los
siguientes MOTIVOS DE CASACION: Primero.- Por la vía del art. 5.4 de la LOPJ,
denuncia vulneración del art. 24.2 de la CE, presunción de inocencia. Segundo.-
Infracción de ley, con base en el nº 1 del art. 849 LECr, denuncia aplicación indebida
de los arts. 248, 249 y 250 4º y 6º del CP.
5. - Instruidas las partes del recurso interpuesto, la Sala lo admitió a trámite y quedaron
conclusos los autos para señalamiento de fallo, cuando por turno correspondiera.
6. - Hecho el correspondiente señalamiento se celebró la deliberación y votación el día
23 de enero del año 2002.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO
La sentencia recurrida condenó a Lorenza , entonces viuda de 61 años, como autora
de un delito de estafa cometida contra Alfonso , también viudo y de 71 años. Habían
mantenido relaciones en el domicilio de él entre mayo y junio de 1997 y en esa época
Alfonso dio a Lorenza dinero, a través de siete entregas, en cuantía total de 2.291.000
pts. que ella manifestó iban destinadas a ropa y complementos, amortizar un préstamo
bancario, recuperar joyas empeñadas, pago de un coche, dentista, etc. Se rompieron
las relaciones porque ella quería que él hiciera testamento en su favor, a lo que Alfonso
contestó que lo haría una vez contraído matrimonio. No obstante continuaron sus
relaciones amorosas, aunque de modo esporádico, y en Agosto de ese año de 1997
Alfonso firmó dos hojas en blanco de un cuaderno cuadriculado, porque le dijo Lorenza
que eran para un nieta suya que las necesitaba para un trabajo escolar. Con una de
tales hojas Carmen , conocida de Lorenza , redactó un documento privado porque ésta
le dijo que le había prestado 1.500.000 pts. a Alfonso que éste se negaba a devolver.
Incluso Carmen acompañó a Lorenza al despacho de un letrado para que reclamase
esa cantidad a dicho Alfonso , si bien después Carmen reaccionó al sentirse engañada
y puso lo sucedido en conocimiento de este último, lo que impidió que llegara a
producirse ninguna reclamación judicial por parte de Lorenza .
Dicha condenada recurrió en casación por dos motivos, uno relativo a presunción de
inocencia y otro por entenderse que no existió tal delito de estafa, de los cuales,
conforme razonamos a continuación, ha de acogerse casi en su totalidad este último,
pues, de acuerdo con el informe del Ministerio Fiscal, estimamos que sólo existió una
estafa en grado de tentativa en relación a ese episodio del documento de 1.5000.000
pts.
SEGUNDO
En el motivo 1º, al amparo del art. 5.4 de la LOPJ, (ahora podría haberse fundado en la
actual redacción del art. 852 LECr), se alega infracción del derecho a la presunción de
inocencia del art. 24.2 CE por entenderse que Lorenza había sido condenada sin una
verdadera prueba de cargo.
Sin embargo, luego, al desarrollar este motivo, se razona en una línea que nada tiene
que ver con la presunción de inocencia, pues se habla de la inexistencia de engaño y
de otros argumentos que tienen adecuado encaje en el motivo siguiente relativo a
infracción de ley por inexistencia del mencionado delito.
No obstante, y para contestar a lo que formalmente se aduce en este motivo 1º, con
referencia sólo al último de los episodios referidos, el del millón y medio de pesetas,
único por el que en definitiva ha de condenarse a Lorenza como veremos a
continuación, hemos de hacer constar aquí lo siguiente. Sobre este episodio declararon
en el juicio oral la propia víctima, Alfonso , la referida Carmen y Andrés , amigo y vecino
de Alfonso , en unos términos que esta sala, ahora en casación, ha de considerar como
prueba razonablemente suficiente en relación con la forma en que quedó relatado en
los hechos probados de la sentencia recurrida este último episodio.
Una condena con tales pruebas fue respetuosa con el derecho a la presunción de
inocencia.
Rechazamos este motivo 1º.
TERCERO
En el motivo 2º, por la vía del nº 1º del art. 849 LECr, se alega infracción de ley por
aplicación indebida de los arts. 248, 249 y 250.4º y 6º, aquellos que sirvieron de
fundamento a la condena aquí recurrida.
Se dice que no hubo engaño, elemento esencial del delito de estafa y, como ya hemos
anticipado, tiene razón aquí en gran parte la recurrente que mereció el apoyo (parcial)
del Ministerio Fiscal en los mismos términos en que nosotros vamos a pronunciarnos.
Para contestar a los problemas aquí suscitados hemos de hacer dos partes, una
relativa a aquella que pudo constituir un delito consumado y otra a lo que fue en
realidad una tentativa de estafa:
A. Primera parte. Nos referimos ahora a las relaciones amorosas que existieron entre
Lorenza y Alfonso durante casi un mes en el domicilio de este último, en cuyo
periodo de tiempo éste extrajo en siete ocasiones dinero de su cuenta bancaria hasta
un total de 2.291.000 pts. que entregó a Lorenza .
Estos hechos aparecen calificados en la sentencia recurrida como un delito
consumado de estafa de los arts. 248, 249 y 250.6º CP.
La sentencia recurrida en su fundamento de derecho 1º nos dice que el engaño,
elemento esencial en este delito, consistió "en las relaciones amorosas que indujeron
al varón para hacer entrega de la respetable suma de 2.291.000 pts.", añadiendo
después que "le hizo creer en una futura unión conyugal", a lo que replicamos en los
términos siguientes:
1. ) No cabe decir que hubo engaño en cuanto a las relaciones amorosas, pues,
como bien dice el Ministerio Fiscal, tales relaciones efectivamente existieron.
2. ) Y en cuanto a la promesa de matrimonio, en los hechos probados nos dice la
Audiencia Provincial que ella se marchó del domicilio de él cuando le pidió que
hiciera testamento a su favor y él le contestó que lo haría cuando ya hubieran
contraído matrimonio. No dice la sentencia recurrida que ella no tuviera
inicialmente, esto es, antes de realizarse esos siete actos de disposición,
verdadero propósito de contraer matrimonio. Por el contrario, da a entender que
después de iniciada la relación sentimental ella subordinó su continuidad al hecho
de que testara en su favor, de tal manera que cuando Lorenza supo de la negativa
de Alfonso sobre este punto fue cuando se marchó de la casa de él poniendo fin a
ese primer episodio de sus relaciones.
Entendemos que esto no constituye el engaño propio de la estafa.
Él estuvo accediendo a las peticiones de ella mientras duró esa convivencia en su
domicilio. Y cualquiera que pudiera ser la calificación ética de su conducta respecto
de la subordinación de la continuidad de sus relaciones a una exigencia de carácter
económico, jurídicamente ningún reproche se le podía hacer a Lorenza .
Hubo primero una relación de noviazgo durante casi un mes, y esta relación fue
satisfactoria para el varón en grado tal que accedió a realizar esas entregas de
dinero antes referidas, y después hubo una ruptura por ese motivo concreto de
negativa a testar a favor de ella. A la hora de calificar tal comportamiento de esta
señora nos parece que ese cese de la convivencia y ese consiguiente
incumplimiento de la promesa de matrimonio no constituye el engaño en cuanto
requisito de la estafa. Las entregas de dinero fueron actos voluntarios de Alfonso
mientras él mantenía un relación amorosa y satisfactoria con ella, relación a la que,
por su propia naturaleza, no cabe exigir ni una duración en el tiempo ni menos aún
una transformación posterior en matrimonio. Puede romperse en cualquier momento
y por motivos de muy diferente clase y así ocurrió en el caso presente.
No hubo engaño causante de esas entregas de dinero.
Por último, en cuanto al destino del dinero recibido -pagar las deudas de Lorenza
que ella hizo creer a él que eran un obstáculo para contraer nupcias- entendemos
que nada tuvo que ver con que Alfonso accediera a las mencionadas entregas,
motivadas, como acabamos de decir, por esas relaciones de noviazgo que él
mantenía complacido. No se dice en la sentencia recurrida que hubiera falsedad
alguna respecto de la realidad de esas deudas. Es posible que efectivamente
existieran y que su pago fuera el destino del dinero recibido. En todo caso, aunque
no hubieran existido, ello es irrelevante para determinar si hubo o no engaño. El
destino concreto que ella diera al dinero referido poca influencia pudo tener en el
ánimo de Alfonso a la hora de decidirse a realizar las mencionadas donaciones.
Ciertamente en este primer episodio de las relaciones entre Alfonso y Lorenza no
hubo delito de estafa.
B. Segunda parte. Sin embargo, de acuerdo también con lo informado por el Ministerio
Fiscal, entendemos que sí existió el delito de estafa en grado de tentativa en cuanto
a ese episodio final que nos relatan los hechos probados de la sentencia recurrida.
Nos referimos a la confección de ese documento privado, realizado con una hoja que
firmó en blanco Alfonso a requerimiento de Lorenza con el pretexto de que una nieta
suya lo necesitaba para unas tareas escolares, con cuya hoja luego Carmen , a
ruegos de Lorenza , redactó un escrito del que se deducía la existencia de una
deuda por importe de un millón y medio de pesetas, lo que sirvió para que ambas
visitaran a un abogado a fin de que éste reclamase esa cantidad a Alfonso .
Aquí sí hubo engaño: ese pretexto de las tareas escolares de la nieta en ese
ambiente de relaciones íntimas entre los dos, ante lo cual él accedió a firmar en
blanco dos hojas, una de las cuales fue rellenada después para que un letrado
pudiera reclamar esa cantidad, si bien todo quedó paralizado cuando dicha Carmen
se sintió engañada y contó lo ocurrido a Alfonso .
Hubo una conducta engañosa y con ella y con la posterior intervención de Carmen y
la visita de ambas al letrado se inició la ejecución del delito de estafa agravada
del art. 250.4º en relación con el 248 CP, tal y como luego razonaremos en segunda
sentencia.
CUARTO
Nos queda sólo por contestar a unas alegaciones de orden procesal que hizo el
querellante al contestar al escrito de recurso. No constituyó depósito la recurrente
condenada en la instancia para formalizar la casación, porque tal requisito quedó
eliminado, respecto de esta parte procesal, cuando el párrafo correspondiente del art.
875 LECrfue derogado por L.O. 10/1992, de 30 de abril.
III.
FALLO
HA LUGAR AL RECURSO DE CASACIÓN formulado por Lorenza , por estimación
parcial de su motivo segundo referido a infracción de ley, y en consecuencia anulamos
la sentencia que la condenó por delito de estafa, dictada por la Sección Tercera de la
Audiencia Provincial de Zaragoza con fecha veinticuatro de diciembre de mil
novecientos noventa y nueve, declarando de oficio las costas de esta alzada.
Comuníquese esta resolución y la que a continuación se dicta a la mencionada
Audiencia Provincial a los efectos legales oportunos con devolución de la causa que en
su día remitió.
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo
pronunciamos, mandamos y firmamos . Joaquín Delgado García Andrés Martínez
Arrieta Gregorio García Ancos
SEGUNDA SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a uno de Febrero de dos mil dos.
En la causa incoada por el Juzgado de Instrucción de Daroca, con el núm. 632/97 y
seguida ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza por delito de
estafa contra la acusada Lorenza teniéndose aquí por reproducidos todos los datos que
aparecen en el encabezamiento de la sentencia recurrida, que ha sido anulada por la
pronunciada en el día de hoy por esta Sala Segunda del Tribunal Supremo, integrada
por los anotados al margen, siendo ponente D. Joaquín Delgado García.
Los de la sentencia recurrida y anulada, incluso su relato de hechos probados.
PRIMERO
Hay que absolver de la acusación por delito de estafa consumada y dejar reducida la
condena a sólo la tentativa de delito del art. 250.4º en relación con el 248 CP, por las
razones expuestas en el fundamento de derecho 3 de la anterior sentencia de
casación.
SEGUNDO
No cabe aplicar para este delito la otra agravación específica del nº 6º del mismo art.
250, porque la cantidad a que se refiere esta tentativa de estafa, 1.500.000 pts, no ha
de considerar de especial gravedad, máxime después de que el CP 95 eliminó las dos
categorías que antes había establecido el CP 73, en su modificación de 1983, que
distinguía unas agravaciones ordinarias y otras muy cualificadas para determinar la
pena conforme a lo dispuesto en su art. 528.II en relación con el 529.
TERCERO
De tal delito de los arts. 248 y 250.4º ha de responder en concepto de autora la
acusada Lorenza , por lo dispuesto en los arts. 27 y 28, todos del CP.
CUARTO
No concurren circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal de carácter
genérico.
QUINTO
Veamos ahora cuál ha de ser la pena concreta para este delito de tentativa de estafa
cualificada del nº 4º del art. 250 en relación con el 248.1 CP actual.
Tal art. 250 prevé la pena de prisión de 1 a 6 años y multa de 6 a 12 meses, para el
delito consumado.
Nos encontramos ante una tentativa respecto de esa clase agravada de delito de
estafa. Han de aplicarse, pues los arts. 16.1 y 62. Esta última manda imponer a los
autores de tentativa la pena inferior en uno o dos grados a la señalada para el delito
consumado, "en la extensión que se estime adecuada, atendiendo al peligro inherente
al intento y al grado de ejecución alcanzada".
Tal expresión legal nos obliga a razonar sobre la determinación de la pena, a los
efectos de concretar si se baja 1 ó 2 grados y también para fijar, dentro del grado
correspondiente, la cuantía concreta, al tiempo que nos ofrece al respecto dos criterios
de aplicación forzosa (peligro del intento y grado de ejecución), sin perjuicio de utilizar
los que el art. 66 nos señala con relación a la concurrencia o no de circunstancias
atenuantes o agravantes, como la menor o mayor gravedad del hecho.
En el caso presente nos hallamos, desde luego, ante una tentativa, porque Lorenza ya
había iniciado la ejecución del delito desde el momento en que había inducido a
Carmen a que le rellenase la hoja que Alfonso había firmado en blanco y habían
acudido las dos al despacho de un letrado para que reclamase a éste el referido millón
y medio de pesetas. Lorenza ya había recorrido parte del camino que era necesario en
su plan concreto para obtener ese dinero. Luego no continuó en su reclamación al
haber reaccionado Carmen por sentirse engañada, quien puso en conocimiento de
Alfonso lo pretendido por Lorenza . Esta circunstancia, el que Alfonso conociera que
había una tercera persona (Carmen ) que conocía el abuso de la firma en blanco
impidió que la recurrente (Lorenza ) continuara con su plan: no nos encontramos ante
un caso de voluntario desistimiento de la ejecución comenzada que habría de llevar
consigo la exención de responsabilidad por lo dispuesto en el art. 16.2CP.
Pero dentro de esa ejecución así iniciada nos hallamos lejos de su terminación.
Estamos ante una tentativa inacabada a la que faltaba mucho por hacer para obtener el
pretendido beneficio patrimonial. Esto en cuanto al criterio del art. 62 que nos habla del
"grado de ejecución alcanzado". Y en cuanto al otro criterio, por la misma razón
entendemos que "el peligro inherente al intento no puede calificarse de importante,
pues pocas perspectivas de prosperar tenía la posible demanda judicial de la que
fácilmente habría podido defenderse Alfonso teniendo en cuenta las circunstancias
concurrentes en el caso que estamos examinando. Por ello entendemos que debe
bajarse dos grados la penalidad prevista en el art. 250.
Dos grados menos son prisión de tres a seis meses y multa de un mes y quince días a
tres meses. Aquí no hay atenuantes ni agravantes genéricas, ni siquiera se ha
planteado su existencia. Hay que aplicar, por tanto, la regla 1ª del art. 66 y tener en
cuenta "las circunstancias personales de la delincuente" que desconocemos, salvo su
edad (61 años entonces), estado civil (viuda) y que tenía dos hijos y algún nieto, lo que
de nada nos sirve para graduar las penas, y la "mayor o menor gravedad del hecho",
que sí conocemos, y que nos permite afirmar que, dentro de lo que constituye una
estafa del art. 250.4º (abuso de la firma de otro) y con exclusión de la agravación
específica por la cuantía del nº 6º del mismo artículo, la cantidad que pretendía obtener
Lorenza con su maniobra engañosa, 1.500.000 pts., nos permite afirmar que nos
encontramos ante un hecho grave, máxime si tenemos en cuenta que el procedimiento
seguido para obtener la firma en blanco se desarrolló en el ámbito de unas relaciones
íntimas de las que se prevalió Lorenza frente a Alfonso . En base a ello, acordamos
imponer las dos penas en unas cuantías próximas al máximo permitido después de
haber bajado los dos grados antes referidos, en concreto 5 meses de prisión y 2 meses
y 15 días de multa (75 días) con una cuota diaria de 500 pts. que es la impuesta en la
sentencia impugnada y que no ha sido recurrida, y con una responsabilidad personal
subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias no
satisfechas, que podrá cumplirse en régimen de arrestos de fin de semana por lo
dispuesto en el art. 53.1.
Pero, como no cabe imponer pena de prisión inferior a seis meses (arts. 36 y 71.2 CP),
ha de sustituirse la que correspondería por la bajada en grado (art. 71.2) conforme a lo
dispuesto en el art. 88, que permite optar por la pena de arresto de fin de semana o de
multa. Dada la edad de la acusada, más de 60 años, estimamos más adecuada la pena
de multa que será la de dos cuotas de 500 pts. por los 150 días a que equivalen los
referidos 5 meses de prisión. Total 300 cuotas diarias de 500 pts. cada una.
SEXTO
Dado que la presente resolución absuelve respecto de la parte más importante de las
acusaciones formuladas por el Ministerio Fiscal y la acusación particular, la relativa a la
estafa consumada con una petición de indemnización de 2.291.000 pts., de modo que
la condena queda reducida a una tentativa respecto de otro delito de estafa de menor
importancia y sin indemnización alguna, han de declararse de oficio las tres cuartas
partes de las costas devengadas en la instancia, limitando la condena a la cuarta parte
restante, por lo dispuesto en los arts. 123 CP y 239 y ss. LECr.
Por otro lado, dada la esencial diversidad entre lo pedido por la acusación particular y
lo concedido en la presente resolución, procede excluir, de las costas a cuyo pago se
condena a la acusada, las producidas por la actuación de la acusación particular.
ABSOLVEMOS a Lorenza del delito de estafa consumada por el que ha sido acusada,
y la condenamos, como autora de un delito de tentativa de estafa con abuso de firma
de otro sin circunstancias, a dos penas de multa, una de trescientas cuotas diarias y
otra de setenta y cinco cuotas diarias a razón de quinientas pesetas cada cuota, con la
responsabilidad personal subsidiaria del art. 53, así como al pago de una cuarta parte
de las costas de la instancia declarando de oficio el resto y excluyendo las devengadas
por la actuación de la acusación particular.
Sobre la solvencia o insolvencia de la acusada resolverá la Audiencia Provincial a la
vista de lo que se actúe en la pieza de responsabilidad civil.
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo
pronunciamos, mandamos y firmamos . Joaquín Delgado García Andrés Martínez
Arrieta Gregorio García Ancos.
PUBLICACIÓN.- Leidas y publicadas han sido las anteriores sentencias por el
Magistrado Ponente Excmo. Sr. D. Joaquín Delgado García, mientras se celebraba
audiencia pública en el día de su fecha la Sala Segunda del Tribunal Supremo, de lo
que como Secretario certifico.

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