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Universidad Sergio Arboleda

Análisis Cuantitativo y de Datos


Katherin Contreras Vivas
Argáez, C. C. (2002). La Estrategia de Seguridad Democrática y la Economía Colombiana:
Un Ensayo Sobre la Macroeconomia de la Seguridad. Borradores de Economía, 43.
Retrieved from http://www.banrep.gov.co/docum/ftp/borra234.pdf
El ensayo tiene un propósito fundamental, apoyado en ciertos puntos específicos.
Primeramente, busca vincular los temas de seguridad con los de la economía,
específicamente, los de la estrategia de seguridad de un país. Entre los puntos subsidiarios se
encuentran los siguientes aspectos: “describir la trayectoria reciente del gasto militar y
comparar sus niveles con aquellos de países de desarrollo relativo similar al colombiano y
con el de países que enfrentan situaciones de conflicto armado; delinear los principales
elementos de la estrategia de seguridad en sus aspectos de aumento del gasto público en
defensa y seguridad; y, por último, analizar la necesidad de nuevo gasto militar y de policía
así como su financiación y sus efectos sobre el crecimiento y la estabilidad macroeconómica
del país”(Argáez, 2002).

Aunque el articulo está dirigido a todo el público, el autor parte de una aclaración muy
importante a su punto de vista, que permita al lector diferenciar y comprender la realidad del
conflicto interno que se ha vivido en la Nación. La “guerra” en Colombia, no es más que un
Conflicto Interno, en el que distintos actores (armados e ilegales) dentro de un mismo Estado
desafían el monopolio legitimo del uso de la violencia física; crean “protoestados” en las
zonas donde la presencia estatal es precaria, “depredando” la economía a través de la
recolección de “rentas” ilegales.

Es continua la crítica por parte del autor hacia la histórica ineficacia del Estado, puesto que
su presencia a nivel nacional es precaria en la mayoría de los aspectos, lo cual ha facilitado
que grupos subversivos controlen las zonas donde no hay presencia estatal, atentando contra
la economía y democracia nacional. Asimismo, las cifras suministradas evidencian el grave
daño económico, social y político que causan a la población civil los atentados por parte de
dichos grupos. La continua pugna por el control territorial entre distintos actores armados
llevó a la cooptación de las rentas locales (regalías) mediante el uso de la fuerza, una vez más
dando por sentada la incapacidad del estado de ejercer soberanía sobre la totalidad del
territorio, erosionando la economía y fomentando el auge de “autoritarismos subnacionales”.
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Katherin Contreras Vivas
La extensión del conflicto, a palabras del autor, ha ocasionado un choque permanente sobre
la economía, obligando a los funcionarios de turno a ajustar sus decisiones, por lo cual se
produce una pérdida de crecimiento económico “a través de la desviación permanente de la
senda de acumulación de capital” que tiene notables consecuencias en el largo plazo, así la
pérdida de flujos sea comparativamente baja. En el mismo trabajo se caracteriza el conflicto
armado colombiano como “excesivamente largo” y “muy intenso”, de tal manera que su
impacto sobre la economía no solamente es negativo en el corto plazo, sino que se transmite
a través de una suma de “pequeños deterioros” que afectan acumulativamente la inversión y
el crecimiento de manera significativa y creciente.

Por otro lado, a lo largo del texto se plantean una serie retos que tiene el gobierno y la misma
ciudadanía hacia la problemática de conflicto interno, puesto que, el aumento del gasto en
defensa, por sí solo, no garantiza la efectividad de la preservación del orden democrático, por
lo que es necesario para el estado y gobierno de turno, el no escatimar recursos, esfuerzos y
compromisos en la lucha por recuperar la seguridad interna del país. La recuperación de la
seguridad interna tiene que emprenderse sin atentar contra la estabilidad macroeconómica de
Colombia. La salud de la economía constituye, en sí misma, un elemento de prioridad en la
estrategia de seguridad nacional. Para el autor es absolutamente necesario y crucial
determinar la manera óptima de utilizar el conjunto de los recursos por parte de las fuerzas
armadas, con base en técnicas macroeconómicas de investigación y planeación de
operaciones, con apoyo de profesionales civiles, del sector privado y de la academia;
incrementar el gasto militar teniendo claridad con respecto a sus objetivos y su costo
económico, con un sentido de largo plazo. El aumento del gasto en defensa y seguridad
debería tener como propósito económico fundamental elevar la productividad y, con ella, la
inversión y el crecimiento de la economía en conjunto, lo que derivaría en una disminución
en la intensidad del conflicto armado en el país, que podría aumentar la tasa de crecimiento
de la economía.

Sin embargo, aún con una profunda reforma e inversión en defensa se debe considerar que
no es posible recuperar la economía y lograr estabilidad política y social, sin contar primero
con un ambiente de seguridad y vigencia del imperio de la ley en el país. De nada serviría
reconquistar unos territorios, arrebatándolos a los grupos al margen de la ley, si poco después
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se pierden de nuevo y en ellos se cometen aún más atropellos contra la población civil. Ese
sería un verdadero derroche de esfuerzos y recursos.

Concluye que, de acuerdo con lo anteriormente planteado, el gasto en defensa y seguridad en


Colombia, que es relativamente bajo para un país con una situación de conflicto armado,
debería elevarse aproximadamente dos puntos del PIB y ubicarse en una cifra cercana a 4.5%
del Producto Interno Bruto. El incremento no debe ser inmediato; por el contrario, debe
efectuarse en varios años en la medida en que la estructura organizacional de las Fuerzas
Armadas y de la Policía se adecúe para tal fin. Por último, lo anterior también implica que el
poder civil se considere parte del problema y se involucre en la solución del característico
conflicto. Porque ocurre que, en Colombia, el problema de la inseguridad fue encargado por
la sociedad, por las autoridades civiles y por el mismo gobierno a las Fuerzas Militares y
nunca, ni las unas ni las otras, participaron en una formulación a fondo, ni se comprometieron
a enteramente con una estrategia de seguridad que involucrara a la mayoría, sino es que a la
totalidad de sectores de la sociedad civil.

Finalmente, viendo el panorama presentado en el ensayo, se puede comprobar que, a pesar


de haber pasado 16 años de la publicación del documento, muchos apartados y argumentos
expuestos por el autor aún tienen veracidad y corroborabilidad. Aún 16 años después, y bajo
el contexto de un Proceso de Paz y desmovilización de las Farc, se siguen suscitando los
mismos conflictos internos por la continua e histórica ineficiencia, falta de presencia y
garantías a la población civil por parte del Estado en muchas zonas, que hoy en día siguen
aprovechando distintos actores al margen de la ley para cometer sus actos delictivos y
amedrentar a los ciudadanos. En lo personal, todavía existen zonas del país que fácilmente
se pueden catalogar como “Protoestados”, o “Estados dentro del Estado”. Todo esto,
obviamente fractura aún más a una economía débil y, a su vez, disminuye el nivel de
democratización en el país, lo cual aumenta el temor a la inversión extranjera.

Referencias

Argáez, C. C. (2002). La Estrategia de Seguridad Democratica y la Economia Colombiana:


Un Ensayo Sobre la Macroeconomia de la Seguridad. Borradores de Economia, 43.
Retrieved from http://www.banrep.gov.co/docum/ftp/borra234.pdf

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