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María

ACASO
Elizabeth
ELLSWORTH
CONVERSACIONES
EL APRENDIZAJE
DE LO INESPERADO

Edición y textos
de Carla Padró
María
ACASO
Elizabeth
ELLSWORTH

EL APRENDIZAJE
DE LO INESPERADO

MARÍA ACASO
PROFESORA TITULAR DE EDUCACIÓN ARTISTICA EN LA FACULTAD DE BELLAS
ARTES DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID SUS INTERESES COMO
DOCENTE. INVESTIGADORA. ESCRITORA Y PRODUCTORA CULTURAL TIENEN QUE
VER CON LA ALTERACIÓN DE LA REALIDAD A TRAVÉS DE LA CREACIÓN DE UN
CUERPO DE PEDAGOGIAS C O N T E M P O R Á N E A S EN TRES CONTEXTOS PRINCIPAL-
MENTE: LOS MUSEOS DE ARTES VISUALES. LA EDUCACIÓN SECUNDARIA Y LA
EDUCACIÓN SUPERIOR.

ELIZABETH ELLSWORTH
Edición y textos de Carla Padró
PROFESORA TITULAR DE ESTUDIOS FÍLMICOS Y MASS-MEDIA Y ASESORA DE INNOVA-
CIÓN CURRICULAR EN LA NEW SCHOOL FOR SOCIAL RESEARCH DE NUEVA CORK SUS
ANÁLISIS SE CENTRAN EN LOS MODOS DE DIRECCIONALIDAD PEDAGÓGICOS Y EN
CÓMO GENERAR CONOCIMIENTO PEDAGÓGICO DESDE LOS ESTUDIOS DE COMUNICA-
CIÓN AUDIOVISUAL. LAS ARTES. EL DISEÑO, LA ARQUITECTURA Y LOS ESTUDIOS. DE
GÉNERO, LOS ESTUDIOS POSTCOLONIALES Y EL NUEVO PRAGMATISMO

CARLA PADRÓ
PROFESORA TITULAR DE PEDAGOGIAS CULTURALES EN LA FACULTAD DE BELLAS
ARTES DE LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA SUS TEMAS DE ESTUDIO GIRAN ALRE-
DEDOR DE LAS PEDAGOGIAS EN LOS ESTUDIOS DE MUSEOS, LAS ARTES. LOS
ESTUDIOS DE GÉNERO Y LA NARRATIVA EN LA ENSEÑANZA COMO UN LUGAR DE
EXPERIMENTACIÓN Y CAMBIO
CATARATA
A J O S E P MARÍA, CAROLINA, CISCU, MARTA Y

LAURA, POR SU AMOR Y ESCUCHA. TODOS SON

PARTE DE MI FAMILIA

bellasartes
IINÍVF.RSIDADCOMPIITFNSF f)F MADRID

U U V U H A T DF BARCELONA

CON LA COLABORACIÓN DE:

M U S E O
T H Ys s E N *
B O R NE M 1 S Z A

DISEÑO DE CUBIERTA CARLOS DEL GIUDICE

© MARIA ACASO. ELIZABETH ELLSWORTH Y CARLA PADRÓ. 2011

© LOS LIBROS DE LA CATARATA, 2011


FUENCARRAL. 70
28004 MADRID
TEL. 91 532 05 04
FAX 91 532 43 34
WWW.CATARATA.ORG

EL APRENDIZAJE DE LO INESPERADO

ISBN: 978-84-8319-616-8
DEPÓSITO LEGAL: M-32.004-2011

ESTE LIBRO HA SIDO EDITADO PARA SER DISTRIBUIDO. LA INTENCIÓN DE


LOS EDITORES ES QUE SEA UTILIZADO LO MAS AMPLIAMENTE POSIBLE. QUE
SEAN ADQUIRIDOS ORIGINALES PARA PERMITIR LA EDICIÓN DE OTROS
NUEVOS Y QUE. DE REPRODUCIR PARTES. SE HAGA CONSTAR EL TITULO Y LA
AUTORIA.
ÍNDICE

SOBRE ESTA PUBLICACIÓN 11

SOSPECHAS: LA PEDAGOGÍA CRÍTICA 19

NO SOY QUIEN LA PEDAGOGÍA PIENSA QUE SOY 63

EL APRENDIZAJE DE LO INCONCLUSO 101

EPÍLOGO 139
SOBRE ESTA PUBLICACIÓN

Aprender y enseñar es u n campo complejo, a menu-


do contradictorio, transitorio, lleno de imprevistos y
muy sugerente, al menos para quienes apreciamos la
pedagogía como u n espacio dialógico, táctil, corpo-
reizado, discontinuo y en continuo movimiento. Lo
pedagógico como u n acontecimiento que se despliega
en un tiempo de experimentación que nunca es el mis-
mo, como diría Elizabeth Ellsworth. Donde los modos
de hacer tienen que ver con un contexto social y unas
relaciones subjetivas que inscriben a los sujetos en
diferentes discursos/prácticas entre quienes enseñan
y quienes estudian. Pensar la pedagogía desde sus pa-
radojas y sus posibilidades y saliéndose del propio mar-
co del pensamiento ortodoxo estructurado y estruc-
turante de las rutinas, las repeticiones y los cánones, es
una de las finalidades de esta conversación. Compar-
tir problemáticas, experiencias situadas y conceptos
que viajan desde la crítica cultural, la crítica feminista,
la cultura visual, las humanidades y las artes hacia lo

11
pedagógico y desde lo pedagógico hace que nos alejemos los temas y las palabras. Por eso, en algún momento, me
de un sentido fijo, acumulativo o imperturbable, que a traslado al escenario de la conversación. La calidez de las
menudo es cómplice de una imagen sobreimpuesta en dos autoras se manifestó en múltiples gestos de recono-
blanco y negro, donde lo particular se confunde con lo cimiento y de autoridad compartida. Aunque provienen
general o lo general parece la única forma que está en el de campos diferentes, su mirada sobre el sabery el sabor
relato. Salirse del marco de lo pedagógico, o sea, de las pedagógico coincide en algunos aspectos como el com-
normas, las expectativas y las representaciones de los promiso docente, la pasión por aprendery la búsque-
sujetos que aprenden-enseñan, es u n acto político que da de otras conceptualizaciones sobre la pedagogía
nos permite acercarnos al carácter socialmente cons- que no se hallan en el corazón de su d i s c i p l i n a .
truido de nuestros modos de hacer y nos permite releer- Este trabajo ha sido todo un reto para mí, puesto
nos desde otros lugares. También nos ayuda a re-visitar que, en vez de seguir la linealidad del discurso, he pro-
nuestros discursos y prácticas pedagógicas y, atendien- ducido un "texto-montaje" a partir de la selección y
do a lo incierto, a la ambigüedad, a lo posible, a lo crea- yuxtaposición de fragmentos de la conversación. Lo he
tivo y a lo impensable. producido como un relato, y con la intención de dialo-
Este libro es fruto de la conversación entre dos gar con diferentes conceptos que han definido las dos
docentes y académicas, Elizabeth Ellsworth, profeso- académicas, indagaciones sobre m i propia experiencia
ra titular de Estudios Fílmicos y Mass-media y asesora docente o referentes que utilizaron durante la conver-
de innovación curricular en la New School for Social sación. Huía del contraste, la equivalencia, la indica-
Research de Nueva York, y María Acaso, profesora de ción o la mera descripción y quería poner en "uso",
Educación Artística de la Facultad de Bellas Artes en la como diría Elizabeth, algunos de los conceptos e ideas
Universidad Complutense de Madrid. Ambas circulan que se iban desplegando a lo largo de aquella mañana
entre fronteras disciplinares para pensar la pedagogía de primavera en el Museo Thyssen. E n todo momento
de otro modo, desde lugares que son anómalos en pro- me he posicionado como interlocutora y por eso m i
fesionales de la pedagogía, ya que ninguna (tampoco presencia en el texto no es una huella. Quizás sor-
yo) se ha formado n i trabaja en una Facultad de Educa- prenda la incorporación de m i voz desde la experien-
ción. Elizabeth Ellsworth se sitúa desde la teoría del cia como una forma de dialogar con Elizabeth y María.
cine, el psicoanálisis o las artes. María Acaso comienza Para mí ha sido u n acto de reflexividad o de ser cons-
su proyecto desde la semiótica para seguir con el arte ciente de m i ubicación en este entre-dos, puesto que
contemporáneo, pero, en vez de como contenido, como los alineamientos teóricos de las autoras son muy
formato, lo que la ha llevado a adentrarse en diferentes diferentes y me parecía interesante explicarlo, ya que
campos como la sociología del arte, los estudios cultu- ambas posiciones tienen efectos en nuestras prácticas
rales y la cultura visual. Esta conversación se llevó a cabo cotidianas. María Acaso se sitúa en una posición
en abril de 3 0 1 0 en el Museo Thyssen-Bornemisza, en K M (instructora y crítica; Elizabeth Ellsworth, en el
Madrid. M i papel fue el de mediar entre los órdenes de |M)stestructuralismo feminista, la diferencia cultural

12 i3
y el nuevo pragmatismo; pero en ambas resuenan una A l o largo de este libro me he arriesgado a utilizar
serie de cuestiones interesantes, tanto para el área de diferentes formas de narrar que quizás parezcan
educación artística como de formación del profesora- heterodoxas para un lector acostumbrado a seguir
do, el área de humanidades, de pedagogía, los estu- una conversación como u n hilo. He optado por com-
dios del curriculum o de comunicación audiovisual. binar lo lírico, lo evocativo y lo alegórico con lo fun-
Son de generaciones y de geografías diferentes: cional, lo descriptivo y lo académico. M i intención es
del 68 y báby boomer española; de dos capitales de países destacar la riqueza de las ideas y de los conceptos que
un poco equidistantes, Nueva York y Madrid, pero con Elizabeth y María presentan a lo largo de la conversa-
espíritu de competencia global, aunque Elizabeth es de ción, para visibilizar cómo estos resuenan en m i prác-
Wisconsin, del Medio Oeste, cerca de Illinois. María tica como docente. De esta forma, entramos en u n
desarrolla su actividad no solo en Madrid y en un pue- espacio que es dialógico, generamos una polifonía.
blecito de Almería, sino también en otros lugares como También me interesa ofrecer nodos de enmarcado para
Estados Unidos, Noruega y Colombia. repensar no solo el lugar de lo pedagógico, sino nuestro
Elizabeth y María comparten algunas referencias, lugar como docentes, como formadoras de profesorado,
pero no son equivalentes. Aquí radica el contraste y los como estudiantes, como humanistas o como personas
matices de esta conversación. Lo que ellas enseñan y interesadas en la pedagogía como una construcción
aprenden se hace más o menos evidente, a veces se social. Me interesa destacar la cuestión de la pedagogía
confunde o se funde en tramas diferentes, otras es más como un acto de performance, ya que es uno de los con-
o menos autorreferencial; otras, tangencial, disconti- ceptos de Elizabeth que resuenan. Situar la pedagogía
nuo, alejado, sobresaturado o desacorde. Pero hay como u n acto de performance es dar cuenta de u n acon-
siempre una energía por seguir aprendiendo desde tecimiento que nunca es el mismo, que está históri-
lugares desconocidos. Elizabeth sigue preocupada por camente situado en un contexto específico. Esto nos
enseñar pedagogía (desde los estudios de comunica- recuerda que la profesión docente también puede
ción audiovisual) como una forma de crear un cambio verse como algo no resuelto y, por tanto, como una
social y donde se interroga la cuestión de la diferencia zona donde se producen textos parciales y donde se
social y cultural que, vista como potencialidad, aporta reconfigura lo que cuenta como el mundo, según
nuevos modos de indagación, relación y acción. María palabras de Elizabeth.
reivindica la necesidad de armar un cuerpo de pedago- Para articular este libro se han consultado las
gías contemporáneas que transformen la obsolescen- siguientes referencias: María Acaso (2006): Esto no son
cia del sistema educativo. Le interesa responder a los las Torres Gemelas. Cómo aprenderá leerla televisión y otras
discursos invisibles que tienen lugar en los contextos imágenes (Madrid, Los Libros de la Catarata); (2009):
educativos a través de formatos performativos (desde la, educación artística no son manualidades. Nuevas prác-
las artes visuales), narrativos y poéticos. Defiende un ticas en la enseñanza de las artes y la cultura visual
trabajo docente que iguale lo artístico y lo pedagógico. (Madrid. Los Libros de la Catarata); (et al.) (2011a):

14 »5
" U n a educación sin cuerpo y sin órganos", Didáctica y compañera de m i área, ha realizado con agudeza,
de las artes y la cultura visual (Madrid, A k a l , pp. precisión y cariño. A Fernando Herraiz por repasar el
35-60); (coord.) (2011b): "Del paradigma modernista texto muy eficazmente en u n momento de saturación
al posmuseo: seis retos a partir del giro educativo (¿Lo de trabajo. El apoyo de A n a Moreno y de Rufino Fe-
intentamos?)", Perspectivas. Situación actual de la edu- rré ras, del Departamento de Educación del Museo
cación en los museos de artes visuales (Barcelona, A r i e l , Thyssen, por haber facilitado los encuentros en Madrid
pp. 36-43). Elizabeth Ellsworth (1989): "Why Doesn't y Barcelona. A Clara Megíasy Eva Morales, por su moti-
This Feel Empowering? Working Through the Re- vación incondicional. A Marta Abuín, porque gracias a
pressive Myths of Critical Pedagogy" (Harvard Educa- su labor de traducción pudimos trabajar desde el matiz
tional Review, 59:9, pp. 297-824); (2005a): Posiciones y conectarnos a través de nuestras ideas. También la
en la enseñanza. Diferencia, pedagogía y el poder de confianza que Pía Paraja, editora del libro, ha deposita-
la direccionalidad (col. Educación Pública, M a d r i d , do en este texto, así como las ideas y visiones nutritivas
Akal); (2005b): Places ofLearning. Media, Architecture, que me han ofrecido María Acaso y Elizabeth Ellsworth
Pedagogy (Londres y Nueva York, Routledge),yJ. Kruse y que espero que lo sean también para quienes lean el
(2009): "Touring the nevada test site. Sensational libro.
public pedagogy", Handbookforpublicpedagogy-. educa-
tion and learning beyond schooling (Nueva York, Rout-
ledge).
Cada capítulo se ha escrito a partir de los temas
que se iban desplegando y a partir de comentarios sobre
los conceptos que iban surgiendo. E n cada capítulo hay
una explicación de algunos de los referentes o de las
concepciones que manejan tanto Elizabeth como María.
Cada principio de capítulo se inicia con un breve resu-
men. Los apartados se han organizado a partir de
pequeñas escenas o de pequeños escenarios que ayudan
a situar algunas de las cuestiones que surgen de lo dis-
cutido en la conversación, a matizar algunos conceptos
y a dialogar con lo que aparece entre líneas, con el fin de
abrir el espacio del lector. E n el epílogo se especifican
algunos de los momentos de aprendizaje durante la
redacción de este texto.
Finalmente, quisiera agradecer la lectura atenta y
los comentarios que A i d a Sánchez de Serdio, colega

16
•7
SOSPECHAS: LA PEDAGOGÍA CRÍTICA

Kn este capítulo se sitúan algunos de los términos con


los que producimos la conversación entre Elizabeth
Ellsworth y María Acaso y algunos de los conceptos
que exploramos, con Elizabeth y Jamie Kruse, en su
charla con estudiantes de doctorado en la Universidad
Complutense de M a d r i d , el día anterior a esta c o n -
versación.
E n segundo lugar, se reconstruyen las d i f e r e n -
tes opiniones sobre la pedagogía crítica y la pedagogía
I ransmisora, al ser uno de los primeros temas del diá-
logo entre Elizabeth y María.
A lo largo del capítulo la lectora se encontrará con
una polifonía de voces y de situaciones que actúan de
formas diferentes, a veces dispares, y que tienen como
finalidad revelar la complejidad del tejido de esta con-
versación.

»9
EL ENCARGO ¡tape ciencia situada y nos brindan la ocasión de com-
I • m 1 uler por qué ambas se dedican a repensar las peda-
Cuando me encargaron la preparación y posible edi- fOgías. E n el caso de Elizabeth, qué es lo que le inquie-
ción de esta conversación entre Elizabeth Ellsworth i.ilia del campo educativo cuando empezó a ejercer
y María Acaso sobre las pedagogías no conformistas y lomo profesora de educación en u n departamento de
regenerativas como espacios de posibilidad, le estuve estudios fílmicos y proveniente del campo audiovisual.
dando vueltas. No quería caer en la escritura de u n En <l caso de María, cómo un hecho histórico como el
texto donde la voz fuera omnipresente, unívoca, gene- II S desencadena u n análisis pedagógico o cómo ha
ralista, y que designa, prescribe, habla p o r y por ende, influido la maternidad a la hora de pensar en nuevos
está por encima o se encierra en un yo fijo, invulne- términos, por ejemplo, su definición de curriculum-
rable, compacto, metálico como u n potente cuerpo placenta. Veamos la siguiente argumentación de Eliza-
musculoso s i n grietas, universal y racional. Más vuel- beth Ellsworth:
tas, a veces paralizada, otras con la sensación de que
tenía que soltarlo o quizás, mejor, dejarme llevar. Mis razones para construir este libro en torno a la
Creo que si me hubiera situado como una subjeti- noción de modo de direccionalidad son teóricas y
vidad neutral y emancipada hubiera abandonado el autobiográficas. Me explico [...] Me ha costado tiem-
posicionamiento marcadamente feminista de las auto- po encontrar una forma de explicarme a mí misma y
ras, a la vez que renunciaría a mí m i s m a . Seguiría a los otros qué quiero decir cuando digo que mis
atada a una forma de hablar que reproduce una visión recuerdos de la escuela son "malos" [...] La peda-
patriarcal, ya que " e l concepto de racionalidad es el gogía como relación social es muy cercana. Te toca
instrumento por excelencia de la dominación mas- directamente ahí: en tu cerebro, tu cuerpo, tu cora-
culina. Y desata el nudo que durante siglos mantuvo zón, en tu sentido del yo, del mundo, de los otros, y de
unidos el uso de la razón y el ejercicio del poder", co- las posibilidades e imposibilidades de todos estos
mo sugiere Rosi Braidotti cuando se refiere a la obra territorios. Un modo pedagógico de direccionalidad
de Simone de Beauvoir (2004: i3). Y es que, p r e c i - es el lugar en el que la construcción social de cono-
samente, uno de los abordajes intelectuales clave del cimiento y del aprendizaje se hace profundamente
proyecto feminista es cuestionar la presunta neu- personal. Es una relación cuyas sutilezas pueden dar
tralidad del discurso racional, puesto que clausura a forma y deformar vidas, pasiones por aprender y
las mujeres al otro lado, "a la irracionalidad compul- dinámicas sociales más amplias (Ellsworth, 2005a:
siva, a la insensatez, a la inmanencia y a la pasividad" 12-17).
(Braidotti, 2004:14), y este no es precisamente nues-
tro caso, como se irá viendo a lo largo de este texto.
Cabe tener en cuenta que la mayoría de los escritos de 1. Se trata de un concepto que proviene de la teoría feminista y que consi-
Elizabeth Ellsworth y de María Acaso parten de la dera que el conocimiento siempre está incardinado en un sujeto con
unas experiencias vividas.

•20 21
Veamos ahora el argumento de María Acaso: Cuando preparé la conversación pensé qué temas
podían dialogar al atravesar los textos de ambas auto-
Yo me he propuesto desarrollar una metodología de ras; trabajando en esta línea, surgieron los siguientes:
trabajo que combine lo práctico con lo fluido, lo apli- 1) revisando las pedagogías; 2) ciudadanía y respon-
cable con lo flexible, lo concreto con lo creativo, que se sabilidad; 3) multiculturalismo/interculturalismo y
puede usarya, mañana mismo, pero que no se termine 4) género y cultura. Estos temas los fui matizando por
nunca, que se despliegue interminablemente sobre el entradas temáticas como: sujeto y experiencia, otras
futuro. pedagogías posibles, otros lugares posibles, las artes
Antes de saltar a la piscina, me gustaría aclarar el como u n espacio intermedio en el primer caso; respon-
nombre con el que he bautizado al sistema que ofrez- sabilidad, desaprender a ser ciudadano, pensar en los
co como alternativa: el curriculum-placenta. Me ha cos- espacios públicos/privados como espacios pedagógi-
tado mucho decidirme por este nombre, sobre todo cos, responsividad/ responsabilidad en el segundo; u n
porque las visceras no están bien vistas en el consu- currículo que cambia, profesorado/alumnado, la polí-
mo-mundo. Las visceras y otros interiores de colores tica de las narrativas parciales en el tercero y cuarto.
no-brillantes y superficies opacas han entrado a for- Cada entrada temática sería abordada durante unos
mar parte de lo deliberadamente ocultado, sobre treinta minutos, teniendo en cuenta que entremedias
todo cuando mostrarlas puede significar debilidad y también estaba Marta, la traductora. Habíamos deci-
agotamiento [...] Nadie sabe cómo es una placenta dido utilizar la traducción simultánea, puesto que nos
[...] Nadie la admira cuando se produce un alumbra- ayudaría a profundizar en los conceptos y matizar toda-
miento (su expulsión tras el parto) a pesar de su vía más. Y así lo negociamos. M i rol sería el de una
increíble generación y su increíble vida: es un órgano mediadora que interfiere desde lo mínimo y que cons-
creado con la misión de alimentar al ser en gestación 1 puye desde los silencios (así lo creía entonces), puesto
y, una vez cumplido su objetivo, el órgano se retira, se que consideraba que toda la conversación se desplega-
marcha, sale para dejar que la nueva vida a la que ba «orno una gran mediación entre dos voces (y tres
alimentaba empiece a alimentarse por sí misma. Por personas si no borramos a la traductora). Adopté el rol
este juego metafórico es por el que he elegido la pla- <l< ctitrevistadora no obtrusiva, que no interfiere, pues
centa como sistema de representación, porque con- me interesaba que se fueran visibilizando los márge-
sidero que la educación ha de ser un proceso de nes de la conversación más que controlar los hilos, los
paulatino abandono, de paulatina lejanía, de des- lempos, los caminos y sus recovecos? pero resultó que
prendimiento. De dar pero sobre todo de dejar una ftlta decisión generaba un efecto contraste que nos i n -
vez que lo dado se ha convertido en otra cosa, como lo emnodaba, pues caíamos en la edición continua de
que ocurre con el alimento que las madres transmiti- 111 < -gunta- respuesta y contraste continuo y que es fuen-
mos a nuestros hijos a través de la placenta (Acaso, i< del diálogo comunicativo, uno de los temas con los
2 0 0 9 : 174-175). que Elizabeth Ellsworth (2005a) está en desacuerdo. A l

23
menos eso es lo que nos dijeron aquellos que estaban aquella tarde, lo que consideraban los retos, amplia-
fuera del escenario, pero que también forman parte ciones y problemáticas de las pedagogías y del patrimo-
de la producción de este libro. Se trataba de Pía, la nio desde diferentes casos (y entendido como un
editora de Los Libros de la Catarata; Clara, colega de campo de fuerzas, de experimentación y negociacio-
María, y Rufino, coordinador de Educación en el M u - nes). Esta conferencia se dirigía no solamente a estu-
seo Thyssen, ambos encargados de registrar la conver- diantes de educación artística y cultura visual, sino
sación en vídeo. Ellos nos alentaron a que fuéramos también a profesionales de la educación en los m u -
tres en la conversación y a que abandonara m i rol de seos, a museólogos , docentes de educación artística,
4

sujeto invisible. Era el minuto treinta y dos. Las voces artistas y educadoras en general. La misma conferen-
se entremezclaron y cambió el rumbo, aunque por po- cia se repitió tres días después en la Facultad de Bellas
co tiempo... Artes de la Universidad de Barcelona, pero en este caso
Era una mañana de primavera en una diáfana sala dirigida a los estudiantes de máster en educación artís-
del Museo Thyssen, en Madrid, decorada con palmeras tica y de doctorado.
a lo Marcel Broodthaers y ubicada en el laberinto de
2
E n la sala del Museo Thyssen estábamos cómodas.
las oficinas. E l mismo lugar de la conferencia que se Creamos u n espacio cálido: tonos suaves, transicio-
celebraría aquella misma tarde. Habíamos invitado a nes delicadas entre voz y voz, silencios que evocaban
Elizabeth Ellsworth y a la fotógrafa Jaime Kruse a i m - 3
fragmentos escritos, el ritmo vibrante de María, los tra-
partir dos charlas. La primera se realizó el día ante- zos de Marta. E n u n momento determinado, pensamos
rior en la Sala de Actos de la Facultad de Bellas Artes que la cubierta del libro podían ser las notas de la tra-
de la Universidad Complutense y estaba dirigida a es- ducción.
tudiantes de doctorado, que habían preparado a c o n - La primera vez que nos reuníamos. María y yo ha-
ciencia algunos de los conceptos del texto de Elizabeth I namos conocido a Elizabeth el día anterior, aunque ya
Posiciones en la enseñanza. Diferencia, pedagogía y el llevábamos tiempo leyendo sus escritos. Todo empezó
poder de la direccionalidad. Tenían la ocasión de c o m - con una recomendación. Las recomendaciones... Lo
partir con ella y con Jamie sus reflexiones, dudas, expe- que hacen las lecturas que embriagan a una, luego a la
riencias y preocupaciones. La segunda charla se trataba <»t ra, y a la otra...
de una conferencia sobre Museos y Pedagogías que María pensó que podíamos invitar a Elizabeth.
habían preparado Elizabeth y Jamie para compartir, Cuando la conoció, estaba terminando su último libro
y... ¡zas! Algo ocurrió...
2- E n referencia a su performance de 1974. " N o digas que no te lo d i j e - E l
loro performance", donde presenta un loro gris africano enjaulado entre
dos palmeras y una vitrina con un catálogo de una muestra del artista del 4. A lo largo del texto he optado por alternar el género femenino y el mas-
año 1966 y una grabación del artista leyendo u n poema, en referencia a culino para visibilizar el primero.
la noción de museo de arte moderno como espacio donde se produce un C. Me refiero al Máster Oficial Interuniversitario Artes Visualesy Educación
discurso sobre el genio vanguardista. que, desde el curso 2008-2009, se imparte en las universidades de
3. Fundadoras del Smudge Studio [http://www.smudgestudio.org/]. Barcelona, Granada y Gerona.

*5
Guando leí esta frase [se refiere a la cita de Ellsworth desde las humanidades, puesto que en m i caso, el de
(2005a: 81-82) que ha colocado casi como epígrafe y los contextos museísticos, a menudo se seguía repro-
en mayúsculas y que dice: "Y además, que la ense- duciendo la idea de que la pedagogía es una transmi-
ñanza es imposible"! me quedé impactada. Incluso sión de todo lo otro: la obra, el artista, el comisario, la
me reí. Estaba en la página 82 del libro que cambiaría exposición, etc.
mi forma de entender la educación y, hasta entonces,
la cosa había sido tumultuosa, pero suave. Esta frase En este libro, como en mis seminarios, me dirijo a las
me hizo pararme y reflexionar. Sobre todo, porque yo humanidades con preguntas sobre pedagogía. Lo que
consideraba que estaba aprendiendo mucho de dicha estoy diciendo, en otras palabras, es que la pedagogía
lectura. Entonces, ¿qué es lo que estaba pasando?, tiene algo que ver con la creación de significado. Y es
¿cómo puede ser que Ellsworth considere que ense- que las humanidades es un lugar potente para buscar
ñar es imposible al mismo tiempo que me estaba formas de articular una relación entre la enseñanza y el
enseñando a mí? Puesto que lo que realmente sugie- significado [...]
re la obra de Ellsworth es que hay que replantearse de Entonces, en el campo de la educación, se encuen-
manera profunda todo lo concerniente a enseñar y tran virtualmente sin utilizar y sin explorar teorías y
aprender, no sólo cambiar de metodología o incor- prácticas de "lectura" de la crítica literaria de la ima-
porar nuevos recursos, sino cambiar la percepción gen, de la narrativa y el análisis psicoanalítico de los
sobre todo el proceso, repensar nuestra posición en la estudios fílmicos; de los estudios sobre públicos y
enseñanza (Acaso, 2 0 0 9 : 177). respuesta del lector realizados por los estudios sobre
televisión, así como métodos interdisciplinares de
Elizabeth aceptó. Y yo, impresionada, pues la temía análisis cultural que piensan en la agencia social a
muy ocupada. Ya hacía años que utilizaba sus textos en través de teorías de la representación y la producción
mis clases de museos. Había leído el texto Posiciones en cultural. Por ejemplo, ¿de qué formas la investiga-
la enseñanza. Diferencia, pedagogía y el poder de la direc- ción en las lecturas e interpretaciones de los estu-
cionalidad gracias a Laura Trafí, su traductora y, en diantes de curricula particulares podría inspirarse en
aquel momento, colega de m i área. Ya habían pasado los estudios contemporáneos sobre audiencias y me-
unos años desde su traducción en el año 2005, y n i dios?
Laura estaba en la Facultad de Bellas Artes n i yo leía a Aquí, y en los seminarios que hago, estoy intere-
Elizabeth Ellsworth de la misma manera. Sus capítulos sada en provocar contactos interdisciplinares entre la
sobre el diálogo comunicativo y el diálogo analítico se educación y los campos que forman parte de las huma-
habían convertido en referencias que trabajábamos en nidades que también comparten (aunque de forma
clase con las alumnas de la asignatura Educación diferente) una inquietud por el significado de "dar sen-
Artística en Museos y Centros de Arte. Me interesaba tido"; en otras palabras, por el significado de aprender
su compromiso con la pedagogía y cómo la revisitaba (Ellsworth, 2005a: 19-21).

?6 27
Durante un tiempo me había preocupado la forma- en mucha de la bibliografía educativa, funciona cuan-
ción que recibían las educadoras de museos y m i propia do la respuesta a la pregunta ¿comprendes? es una
versión de la pedagogía cuando empecé a trabajar en respuesta reflexiva y esperada. "Sí, estoy por debajo ,
salas de museos en 1990. Durante años estuve conven- he puesto tu perspectiva por encima de la mía, puedo
cida de que se podía generar un diálogo con la sencilla reflejártelo de una forma que podrás reconocer y
estructura de pregunta-respuesta y que esta ecuación te esperar, sin sorpresas" (Ellsworth, 2005a: 98).
llevaba automáticamente a permitir que emergieran
debates y dilemas y, así, actuar de forma democrática en 0 sea, primero "viene la comprensión", luego "el
un contexto de relación. Y esto es lo que también pensa- desacuerdo". Este es el juego. Si no has comprendido, no
ban las instituciones con las que colaboraba. Pero estaba puedes estar en desacuerdo y, por tanto, "no cambia la
más confundida de lo que creía. M i certeza era tal que 681 ructura de la direccionalidad", que es dual. Parece que
había intuido que no siempre el diálogo funcionaba, "la única cosa que puede romper la lógica de la relación
pero, sumisa a la institución a la que pertenecía, no lo < I ¡alógica es un rechazo hacia un acuerdo para una com-
contemplaba n i dejaba que se escapara. Resultó que prensión inicial, neutral, inocente. Este rechazo rompe
lo escurridizo era precisamente el énfasis en el diálogo la continuidad del proceso dialógico. Y al romper esta
como una fuerza constitutiva más, que no lo constituti- continuidad, se rompe el mecanismo de control del diá-
vo. Según la autora, el diálogo comunicativo tiene la logo sobre sus participantes" (Ellsworth, 2005a: 99).
intención de facilitar la comprensión total. La conversación entre María y Elizabeth versaba,
al fin y al cabo, sobre modos de relación pedagógicos.
En tanto que su objetivo está dirigido a la compren- Sobre cómo cambia nuestra forma de entender la
sión, se dice que el diálogo comunicativo en educación pedagogía si la resignificamos desde otros lugares, si
funciona —se considera un éxito— cuando preguntas < \ perimentamos el devenir pedagógico y nos situamos
como ¿tenía aquello algún sentido para ti?, o ¿qué pen- Como sujetos en devenir. 0 sea, sujetos en constante
saste sobre aquello?, o ¿lo pillas?, son contestadas creación de conocimiento no dado. Si nos centramos
reflejando de nuevo a la persona que ha formulado la en el continuo proceso de u n ser en constante desplie-
pregunta lo que esta persona ya esperaba. En otras gue (Groz, cit. Ellsworth, 2005b) donde no se cumple
7

palabras, el diálogo comunicativo ha funcionado cuan- con lo que se cree que se sabe, sino con el proceso de
do el interpelado es capaz de responder con una reite-
ración de lo que el emisor quería decir, un reflejo del 6. La traductora del libro nos aclara que la expresión "estoy por debajo" se
usó para traducir un juego de palabras en inglés entre stood under y
mensaje del emisor. vnderstood. el pasado y participio de "comprender".
7. En inglés se utiliza la palabra unfoldingpara denotar el proceso de exten-
Sin embargo, esto no significa necesariamente der, revelarse y desplegar. E n el nuevo pragmatismo se utiliza esta pala-
que la persona que contesta tiene que estar de acuerdo bra para subrayar el carácter no finito de los sujetos y cómo estos se
generan a través de los procesos, de las acciones que despliegan, las cua-
con el mensaje de la persona que llama. Pero sí que les pueden cambiar según el contexto. Por consiguiente, se considera
significa que el diálogo comunicativo, como es definido que el significado es algo que no es fijo, sino en continua construcción.

2Íi 4 29
crearlo, donde se tiene en cuenta cómo "algo" ha sido Los Ángeles en el 89. Todos ellos estallaron en la con-
nombrado y cómo se nombra. Donde no nos coloca- versación.
mos en el conocimiento anterior, sino que se generan Entrelazamos distintos temas como las marcas
respuestas desde el actual, donde se transforman viejas de lo múltiple en el curriculum-placenta, cómo que-
formas de conocimiento y se crean futuras sensacio- ríamos ser docentes y también aprendices, por qué ha-
nes, afectos y nuevos devenires, tal y como comentó bíamos escogido el título de Pedagogías invisibles para
Elizabeth Ellsworth en su conferencia la tarde anterior estas tres sesiones con Elizabeth y con Jamie, qué refe -
en la Complutense. rentes nos interesaban, por qué hacer u n manifiesto
sobre tu posición docente y tus esperanzas, por qué la
Un modo pedagógico de direccionalidad es el lugar en crítica a la pedagogía crítica. Lo veremos en las siguien-
el que la construcción social del conocimiento y del tes escenas.
aprendizaje se hace profundamente personal. Es una
relación cuyas sutilezas pueden dar forma o deformar
vidas, pasiones por aprender y dinámicas sociales más LAS ATMÓSFERAS, LOS A F E C T O S Y E L D E V E N I R
amplias (Ellsworth, 2005a: 16).
Eran las cinco de la tarde en la Facultad de Bellas A r -
Así, no nos extrañó que mis primeros temas ele- tes de la Universidad Complutense de Madrid. La sa-
gidos para la conversación y sus tempos devinieran la repleta. E l frío escondido. Cortante. Vehemente.
otros. Pusimos en uso los temas y nuestras preocupa- A veces te quedabas sin aliento. La bufanda sirve de
ciones. Como diría Elizabeth, creamos algo nuevo, u n manta. La persona de al lado... de sostén. O tal vez es-
acto performativo más que representacional, u n acon- toy ubicando mis sensaciones en otra ocasión...
tecimiento que antes no existía y que crea u n corte Amaya se había sentado a m i lado, había sido alumna
con lo anterior y deviene algo más. C o n dos voces, a mía y seguíamos manteniendo cierto grado de con-
veces cruzándose tres. Accionando ideas. Poniéndo- fianza y amistad. Teníamos suerte. E l aula, horrible.
las en práctica, como considera el nuevo pragmatismo, I 1 a la sala de actos. U n lugar inhóspito. Sospecho que
en el cual se inscribe Elizabeth. Siguiendo las sospe- también lo es en verano. A media tarde, sin embargo,
chas hacia la pedagogía crítica, donde estábamos las bullía. Supongo que las personas se habían encontrado
tres. Dejando que fluyeran mis recuerdos y los olvi- con su nivel de intimidad. Iban preparadas con las lec-
dos sobre mis experiencias de lo que había leído de 111 ras y dispuestas a generar una amplia conversación.
Elizabeth Ellsworth (2005a, 2005b): una visita al museo I,si lidiantes de doctorado de María, algunas de mis ex
del Holocausto de Washington D C en el 92 y el olvido a 1111 unas y ex ex alumnas (por aquello de la tatarabuela),
de Humberto, Edmond y Ruth , y algo de m i vida en
8 • •has profesoras, otras conocidas. Sillas de skay de
Color marrón. Cómodas, aunque, cuando empezó todo,
8. Nombres ficticios para preservar su intimidad.
nos daba lo mismo. Debajo del escenario, en el fuera

3 o 3i
de campo de la tarima, se instalaron Elizabeth Ellsworth de la enseñanza, ignorancia activa, realismo mágico,
y su colega Jaime Kruse. Bajaron. E n Barcelona, dos responsabilidad/responsividad... y otros de su segun-
días después, tuvieron que subir a la tarima por pro- do libro Places ofLearning. Media, Architecture, Pedago-
blemas técnicos. Pero en Madrid, el espacio se partió gy (Lugares de enseñanza: mass-media, arquitectura,
en dos: su lugar de presentación delante y la parte de pedagogía), el cual, de repente, cobró vida. No esta-
atrás, o sea, la tarima, que se erigía e n el escenario. mos hablando de Frankenstein. Durante la lectura de
Protocolo de honores y de espaldas erguidas, atentas algunos fragmentos de este libro se escenificaron las
a la traducción. María presentó su grupo de docto- voces que a veces no compartían la misma opinión o
rado a Elizabeth y a Jamie y también a todas las otras situación. Su lectura en voz alta me ayudó a diferenciar
personas implicadas. Tulipanes amarillos susurran- los modos de direccionalidad del texto. Cabe tener en
do e n la sala. Ya pusimos el agua fresca en el jarrón. cuenta que, cuando hablamos de modo de direccionali-
Podemos empezar. dad, recurrimos a un concepto que surge en los estudios
La posición de Elizabeth es feminista postestruc- 111 micos y que se refiere a "una forma de pensar y ha-
turalista, en el sentido de que considera que la i d e n - blar de los procesos sociales y políticos y las posicio-
tidad es un proceso, no es un lugar de llegada, sino de nes implicadas en la representación, en la creación de
partida, es cambiante y emerge de la experiencia h i s - significado" (Ellsworth, 2005a: 19). A l leer el texto en
tórica (Alcoff y Potter, 1993). Parte de una posición voz alta, Elizabeth me ayudó a ver cómo usa la disconti-
donde no quiere hacer análisis o interpretaciones ce- nuidad y la diferencia, cosa que al leer el libro se me
rradas que prescriben, sino que utiliza análisis y discu- había escapado, no me había percatado de los tonos de
siones sobre textos y debates académicos para: "[...] voz de cada agente n i de cómo un texto polifónico tiene
abrir preguntas que creen una diferencia productiva en n n sonido, un tacto, una materialidad, aparte de las i n -
dos lugares: 1) en m i propia práctica como profesora y ferencias que pueda hacer cada lector. " E l conocimien-
2) en las formas en que los estudiantes dan utilidad a to como una sorpresa, que no puede ser anticipado."
sus cursos de doctorado en educación cuando plantean Seguimos. Todos teníamos los deberes bien ar-
proyectos de investigación y tratan de comprender por mados. Estudiantes ejemplares, entusiastas, discipli-
qué deben estar y cómo deben ser en el campo de la nados. No sé si esperábamos que nos contara lo que ya
educación" (Ellsworth, 2005a: 21-22). habíamos leído, que nos solucionara algunos proble-
Y no nos asombramos cuando empezó diciendo mas de comprensión, pero a veces tuve la impresión de
que no sabía cómo surgiría este intercambio, a dónde que algunos todavía pensaban que el conocimiento es
nos llevaría o qué produciríamos con ello. E n aquel algo cerrado, algo sin resolver, más que algo inconclu-
momento yo creo que teníamos un montón de concep- K1 y que cambia según la relación o según desde dónde
tos nuevos en la cabeza: modo de direccionalidad, diá-
logo comunicativo, diálogo analítico, rutas de lectura,
9. Según pronunció Elizabeth en la charla con los estudiantes en Madrid.
pensar lo imposible, gesto pedagógico, lo performativo Cita de mis apuntes.

32 33
te sitúes o te sitúen (posicionalidad) . Todavía no 10
momentos de aprendizaje que íbamos creando al atra-
habíamos aterrizado en nuestros cuerpos? el signifi- vesar diferentes líneas, cruces, puntos de fuga y donde
cado o, mejor, los significados pululaban por nuestras se podían producir multiplicidades:
cabezas como si lo que habíamos estudiado estuviera
u n poco disociado, despegado o dividido entre lo p e n - [...] sólo cuando lo múltiple es tratado efectivamente
sado y lo vivido. Lo que hace haber aprendido desde el como sustantivo, la multiplicidad deja de tener relación
orden general. Me explico. Me refiero al hecho de des- con lo Uno como sujeto o como objeto, como realidad
vincular la experiencia de la teoría o quedarse en el natural o espiritual, como imagen y mundo [...]
plano de lo abstracto y lo generalizable. Cabe recordar Las multiplicidades son planas y por tanto,
que la noción de experiencia es uno de los conceptos hablaremos de plan de consistencia de las multipli-
clave de las teorías feministas, pero referido a la expe- cidades [...] Las multiplicidades se definen por el
riencia de las mujeres en la vida real (Braidotti, 2004). afuera: por la línea abstracta, línea de fuga o de des-
Según Adrianne Rich, el concepto de "política de loca- territorialización según la cual cambian de naturaleza
lización" significa "que el pensamiento o que cualquier al conectarse con otras. El plan de consistencia (cua-
proceso teórico no es n i abstracto n i unlversalizado, n i drícula) es el afuera de todas las multiplicidades. La
objetivo n i indiferente, sino que está situado en la con- línea de fuga señala a la vez la realidad de un número
tingencia de la propia experiencia y, por tanto, es un de dimensiones finitas que la multiplicidad ocupa
ejercicio necesariamente parcial". Lo que significa que efectivamente; la imposibilidad de cualquier dimen-
"la propia visión intelectual no es una actividad m e n - sión suplementaria sin que la multiplicidad se trans-
tal desincardinada; antes bien, se halla estrechamente forme según esa línea (Deleuzey Guattari, 20o3:19).
vinculada con el lugar de la propia enunciación, vale
decir, desde donde está realmente hablando una per-
Y una interesante respuesta a un estudiante preo-
sona" (Braidotti, 2004: 15). E l sujeto no es una ma-
cupado por organizar bien la docencia: "Lo mejor que
terialización abstracta, sino que está corporeizado. A
puede hacer un profesor es equivocarse, puesto que el
pesar de reconocer que muchos estudiantes se queda-
profesor no tiene la respuesta" . Si la tuviese, quizás no
11

ban en el plano de lo "objetivo", Elizabeth Ellsworth


"ejercería" de docente, nos venía a decir, puesto que si
dejó que se filtraran sus preconcepciones, que traspi-
v<> lambién me equivoco como profesora, si mis dudas
rara la sensación de lo general o generalizable para
. 1II«»ran, si en el marco de la clase no tengo las respuestas.
ventilarse un poco, que se instalaran dudas, lo no re-
Lo mejor que puedo hacer como docente es no resolver,
suelto, los errores, el revés. Que se fueran desplegando
r i l a r espacio al estudiante para que haga, sin interrum-
|nr su proceso de aprendizaje, diciendo yo lo s é " . 12

10. La posicionalidad se refiere a que cada una elabora sus experiencias,


educación, forma de relacionarse, conocimiento y emociones según su
posición de género, de raza, social, generacional, nacionalidad, sexuali 11 I >. mis apuntes durante la charla en la Facultad de Bellas Artes.
dad. habilidades, etc. (Garber. 20o3).
|A, Ibidem.

3 4
Punto final. "Te alineas desde lo inacabado porque Tú estudiantes y compartes u n problema que proviene
tampoco estás segura. Quizás, para alinearte con tus del mundo real y no de la academia (en el sentido de
14

estudiantes, o sea, colocarte a su lado y no delante o abstracto) ^". No estamos hablando de Eva al desnudo.
1

sobre, sería interesante que iniciaseis un proyecto j u n - Quizás, sí, de desmenuzar la pedagogía tóxica, la cual
tos, u n proyecto que tú tampoco sabes cómo será, donde "persigue que el estudiante no llegue nunca a estar
puedes aprender del porqué. Estás en crisis igual que educado" y "consigue que no nos cuestionemos el sis-
los estudiantes, pues estás luchando por entender los tema y que lo aceptemos s i n reflexión", como diría
debates y, por tanto, ya no entregas el conocimiento, María Acaso (2009: 41). Transformar las clases en una
sino que utilizas los márgenes del debate para mirar en producción cultural, más que en consumo cultural,
el conocimiento histórico y pensar algo nuevo y com- como comentó Elizabeth Ellsworth durante la charla.
partido", comentaba Elizabeth . Yvuelta al rizoma:
13
María Acaso, en su texto de 2009, explica muy bien
cómo interpreta la voz de Elizabeth:
Cuando te planteas la educación como práctica rizó m i -
ca: tú no eres el centro de la clase (o raíz principal) y los Mi interpretación de lo que me cuenta Ellsworth me
estudiantes las raicillas secundarias que se desarrollan hace pensar que lo que es imposible es enseñar como
entorno a ti. Tú eres una parte más de una situación hasta ahora se ha enseñado: pensando que el estu-
donde se regenera conocimiento en perpetuo creci- diante captará el cien por cien de lo que yo le trans-
miento, en movimiento, donde hay una línea tirada mita, pensando que el conocimiento es una mercan-
delante de ti (tus profesores, los libros que has leído, cía estanca y cerrada que se pude empaquetar y hacer
tu familia, las películas que has visto, la información que alguien se la trague. Puede que no todos los do-
que no has querido alojar en tu interior) y parte de otra centes que lean este texto se lleguen a plantear el papel
línea aún por tirar, ya que los estudiantes, si hacen de su inconsciente y el de los estudiantes como algo
rizoma contigo, generarán nuevas estructuras de cono- que intervenga en su profesión, que reconozcan abier-
cimiento que. a la vez, influirán en otras personas tamente el papel del Otro, pero sí creo que es fun-
(especialmente si tus alumnos van a ser profesores), damental reconocer (y es curioso que Ellsworth venga
de manera que se generará una estructura infinita de de estudios fílmicos y yo de artes visuales) que cual-
líneas-conocimientos encadenados de manera orgá- quier tipo de información la termina el receptor, que
nica, con diferentes ritmos, tamaños y pulsaciones, acaba siendo el constructor del mensaje. Simplemente
que no tiene principio ni final (Acaso, 2011a: 37). teniendo esta estructura en mente, convertimos en
más simétricas las dinámicas educativas en sus nume-
"Quizás no estés segura de lo que estás hacien- rosas formas, nos obligamos a desvestirnos de poder.
do o de lo que vas a hacer, pero estás al lado de tus

14. Ibidem.
i3. Ibidem.
15. La cursiva es mía.

36 3?
aceptamos como coautor al estudiante que tenemos en la foto. U n retorno a la misma pregunta, pero desde
enfrente y convertimos la educación en algo verdade- otro sentido. Y ahí me v i metida, delante de todo el
ramente posible (Acaso, 2 0 0 9 : 78). mundo (o sea, los estudiantes), eligiendo una silla cada
una en la que nos haríamos la foto del acontecimiento.
Y, ahora, ¿qué hago? Hay cuatro sillas: una estilo real,
PEDAGOGÍAS INVISIBLES tapizada de terciopelo granate; una pequeñita de plás-
tico y color verde-, otra naranja, también plástica, y otra
U n mes antes, cuando preparábamos los eventos, más o menos normal. Y, ahora, ¿dónde me siento?
habíamos titulado las tres sesiones Pedagogías invisi- María se ha colocado en la real, por aquello del poder
bles. El título lo eligió María (siguiendo una de sus líneas encasado en su institución; Jamie se había sentado en
principales de investigación, de la que también surge la normal. Quedaban dos: el taburete verde pequeñito
el colectivo del mismo n o m b r e ) . La silla escolar del
16 (y es que m i cuerpo lo rebosaría... Estoy segura de que
tríptico, también. Yo, con m i rol invisible, a la expecta- Elizabeth la escogerá. Lo intuyo en su talante y en su
tiva. Bernstein estaría i n q u i e t o . 17 altura) . Me queda la otra, la de en medio, ¡ah!, el
19

espacio intermedio, el del cambio durante el proceso.


Pedagogías invisibles: ¿Quién piensa esta silla que eres
Giré la silla mirando hacia el otro lado para escenificar
tú?/En este ciclo de seminarios, que constituyen su
este intermedio y... fotos, flash flash, ¡je, je!, ¡ja, ja!...
primera visita a España, Elizabeth Ellsworth, junto con La sesión concluyó con más expectación de la que
la artista Jaime Kruse, hablará de su obra en general y habíamos intuido. Todavía teníamos un día más y la
en particular de la capacidad de enseñanza de lo invi- posibilidad de grabar una conversación (ojo, que no era
sible en la educación superior y en los museos . 18 una forma de embalsamaje. No se trataba de Liz Tayior en
el papel de Cleopatra). Quisiera recordar otras palabras
Tarde de intercambio entre estudiantes en la sala de Elizabeth, al comentar que, cuando comparamos el
de actos de la Complutense de Madrid en la primera aprendizaje con el logro de la comprensión (en este
parte del seminario "¿Quién piensa esta silla que eres caso, la expectativa con el éxito), estamos asumiendo
tú?". Este título, un juego de palabras en referencia a la que una "representación absoluta" es posible y desea-
educación, también supuso para nosotras una invitación ble, y que cualquier cosa puede encajar, que cualquier
a que cada una escogiera una silla que la representara cosa tiene una palabra con la que encajar. Vimos que,
precisamente, nuestro empeño por ajustar texto
escrito con autora-s en vivo era, quizás, la necesidad
16. Grupo de investigación Pedagogías Invisibles, Blog http://pedagogia-
sinvisibles.blogspot.com/ [consultado el 3 de febrero de 2011]. que teníamos de pensar de otro modo y que esta tam-
17. El sociólogo de la educación Basil Bernstein definió la teoría de los códi-
gos y los procesos que se dan en la escuela y cómo estos tienen que ver
bién se producía como una misión imposible. A veces
con la reproducción de las clases sociales y distinguió entre los visibles
y los invisibles.
18. Del tríptico de la presentación del seminario. 19. Juego de palabras entre altura intelectual y altura física.

38 39
Elizabeth era escurridiza; otras, te soltaba u n ejemplo interlocutoray el desenlace. Cuando planteé que podía-
que no reafirmaba tu pregunta, sino que te ayudaba a mos empezar a compartir ideas y experiencias utilizan-
situar otro problema, jugaba con los lapsus linguae o do el epígrafe "Revisando la pedagogía", María ense-
desestabilizaba su posición o la tuya. Aveces nos c o n - guida apuntó: "¿La pedagogía crítica o toda?". Supongo
fundía con ejemplos de Jaime que no eran ejemplos que surgió así al ser u n tema común en ambas docentes
claros, de algo transparente, sino derivas de. Su i n - y, sobre todo, al abordarlo desde una posición crítica.
tención no era la de totalizar, sino estar en una posi- Desde hace unos años, en nuestra área, el discurso de
ción crítica y deconstructiva (siguiendo el concepto la pedagogía crítica se ha convertido en una acto
de "otra inapropiable", tomado de la cineasta y pensa- de repetición cultural, casi en una cita indispensable.
dora feminista postcolonial vietnamita Trin M i n - h a , Sus postulados seducen, como seducen quienes la
posición cómoda para Elizabeth y que creaba a m e d i - narran. Quizás por un lenguaje que parece tan cercano,
da que íbamos preguntando, pensando en voz alta, tan progresista y agitador que n i te planteas sus fisu-
haciendo hincapié en, etc.). La educación como una ras. MacLaren fue invitado a unas Jornadas sobre Edu-
práctica no resuelta que se ponía en acción. Ya lo h a - cación Artística en la Universidad de Málaga el año
bía comentado al principio: vamos a crear algo nuevo pasado; Grao, Paidós, Moratay Akal han traducido va-
a partir de este encuentro, vamos a tener en cuenta rias obras de Henri Girouxy Peter M a c L a r e n . Hasta 20

que somos sujetos en movimiento, que cambiamos se tradujo el manual sobre la pedagogía crítica de Sher-
constantemente y que no nos conformamos con lo ley Steinbergy Joe K i n c h e l o e . La Fundación Ruipé-
21

que sabemos. Educar desde lo paradójico, desde lo no rez tradujo u n libro de Henri Giroux sobre la cultura
prescrito. Hasta la mañana siguiente. Con u n descanso Disney . E n la colección de Morata sobre educación,
22

para la comida antes de la conferencia de la tarde. Sin en Miño y Dávila Editores y en A k a l podemos leer va-
pausas para un café durante la conversación con María 1 ios libros de Michael Apple y autores afines a é l . Así 23

Acaso. que tras la pregunta "¿La pedagogía crítica o toda?" se

20. Giroux. H . A . (1990): Los profesores como intelectuales. Hacia una pedago-
gía critica del aprendizaje. Barcelona. Paidós/Madrid. M E C ; Giroux. H . A.
¿LA PEDAGOGÍA CRÍTICA, TAMBIÉN? (2001): Cultura, política y práctica educativa. Barcelona. Grao; Giroux. H .
A . (20o3): La inocencia robada. Juventud, multinacionales y política cultu-
ral, Madrid. Morata; MacLaren. P. (1997): Pedagogía crítica y cultura
Empezar una conversación también puede ser u n ritual. depredadora. Barcelona. Paidós.

Y más si la negociación sobre un tema puede transmu- 21. Kincheloe. J. y MacLaren. P. (2008): Pedagogía crítica. De qué hablamos.
Dónde estamos, Barcelona. Grao.
tarse en desvíos varios que te llevan a lugares que no 22 Giroux, H . A . (2001): El ratoncito feroz. Disney o el fin de la inocencia.
habías pensado con anterioridad n i habías supuesto. Madrid. Fundación Buipérez.
23. A p p l e , M . (1986): Ideología y currículo. Tres Cantos. A k a l ; Beane, J. y
Puede ser un ritual si dejas que el incienso, los nácares M . Apple (eds.) (2000): Escuelas democráticas. Madrid, Morata: Apple. M .
y la fruta cambien según se transforman en algo más. (1996): Política cultural r educación. Madrid. Morata; Gadotti. M . y
Apple. M . (2000): Teoría critica y educación. Madrid. Miño y Dávila
Según si te abandonas en este intermedio entre tú, tu Editores; Apple. M . (1987): Educación y poder. Madrid. P a i d ó s - M E C .

40
4'
situaba todo este corpus ya conocido por el lector en alterar la práctica que a realizar un trabajo de investi-
español. Aunque hablar de toda podía ser demasiado, y gación más teórico.
más con en el tiempo del que disponíamos. M i inten-
ción era que el tema "Revisando la pedagogía" fuera lo Elizabeth Ellsworth. Es una buena pregunta. Cuando
suficientemente ambiguo como para abrir espacios empecé con los estudios fílmicos estaba interesada en ver
de autoridad compartida o el hecho de ser autorizada la relación entre estos y el cambio social. Me di cuenta de
por otra mujer, según considera el feminismo de la que mis colegas, que también eran profesores, sí hacían
diferencia italiano. Quizás, si hubiéramos cambiado investigación, pero era una investigación más teórica, no
pedagogía por pedagogías, la noción del todo hubiera introducían el componente social. Cuando recibí una
desaparecido... Igualmente lo llevamos al plano de la oferta para trabajar como profesora me di cuenta de que
subjetividad y la experiencia, y siendo conscientes de la única manera en que podía hablar sobre películas era
que también podíamos equivocarnos. Según Elizabeth 24 aplicándolo directamente a la cuestión social. Eso es lo
lo mejor que puede hacer una docente es no resolver el que siempre me ha interesado: utilizarlos media, utilizar
espacio de los alumnos. Lo mejor que puede tener en las películas para hacer que las cosas sucedan en el
cuenta una profesora es que no tiene la respuesta, sino mundo. Así que, sí, exactamente, se trataba de alterar la
que te puedes equivocar de forma que puedes estar práctica más que de aplicar la teoría, algo más congruen-
destruyendo y construyendo simultáneamente. te con m i punto de vista teórico, que es pragmático .

MA. Para mí siempre ha sido muy importante la inno-


María Acaso. Me gustaría empezar desde lo biográ- vación, pero lo es todavía más desde que leí tu libro.
fico, porque es una de las cosas que tú defiendes, y Posiciones en la enseñanza, porque me abrió muchísi-
yo también, y me llama mucho la atención en tu b i o - mas puertas para la labor de revisión crítica de la peda-
grafía cómo empiezas siendo profesora de estudios gogía, ¡no dejas títere con cabeza! Así que me gustaría
de comunicación audiovisual durante catorce años y, de que me dijeras si a ti te ocurre lo mismo cuando lees a
repente, hay un giro y te vas a la educación. A mí eso me Shoshana F e l m a n o si hay alguna otra referencia que
26

resultó muy extraño, porque la posición de la edu- te introduce a una primera revisión.
cación en España está minusvalorada? queda mucho
mejor ser profesor de estudios de comunicación audio- EE. En Lugares de aprendizaje. Media, arquitectura y pe-
visual y no conozco a nadie que haya hecho ese giro. dagogía, que es mi segundo libro, trato mucho la cuestión
Entonces, lo que me gustaría preguntarte es la razón de
este cambio, si tiene que ver con alterar la práctica, con
35. Basado en la acción.
que el trabajo de los profesores está más cercano a 26. Felman. S. (1983): The literary speech act. Don Juan with i. Austin. or
seductwn in two languages. Trad Porten lthaca. Cornell University Press;
Felman. S. (i987):/ac<jues Lacanandtheadventureofinsight: Psychoanalisis
24. De mis apuntes de la charla en la Complutense. mcontemporary culture. Cambridge. M A . Harvard University Press.

3
42 4
de las fuentes secundarias. Tradicionalmente, se ha Massumi, llego a las ideas originales de Deleuze y de
considerado que estas fuentes tienen una autoridad Guattari, y, a la vez, Massumi las aplica a los entornos
menor, puesto que no son las fuentes primarias; pero las de aprendizaje para intentar comprender cómo funcio-
fuentes primarias son las fuentes canónicas típicas y que na la pedagogía y cómo se concreta la acción pedagógica
normalmente están representadas por hombres blancos y qué es lo que sucede cuando se aplica la pedagogía en
y de raza angloeuropea. En cambio, la mayoría de las el mundo.
fuentes secundarias están constituidas por mujeres que
lo que quieren es poner en práctica las ideas; están MA. Precisamente iba a hablar ahora de Deleuze y Gua-
menos interesadas en generar ideas propias y nuevas a ttari, puesto que el próximo texto que estoy preparan-
partir de su propia inspiración. Y m i proyecto intelec- do, " U n a educación s i n cuerpo y s i n órganos", tiene
tual, m i proyecto docente, tiene que ver con poner ideas que ver con sus ideas. Y me gustaría enlazar esto con
en práctica y con aplicar las ideas en práctica. Esto no el problema de la educación ahora mismo en España.
quiere decir que haciendo esto no estemos creando Aunque creo que también ocurre en otros lugares, en
ideas, por supuesto que las estamos creando, pero esta- España está siendo muy incisivo el tema de comple-
mos más interesados en el uso que se les puede dar. tar, el tema de cerrar, el tema de hacerlo todo como
Me interesa leer y utilizar autoras que estén i n - muy atado. Y, en cambio, Deleuze y Guattari, o por
teresadas en los problemas del mundo y que quieren ejemplo tú, Elizabeth, trabajáis con lo que se podía
aplicar estas ideas a dichos problemas, pues no existe llamar "una pedagogía de lo irresuelto", y esta peda-
ninguna idea teórica o abstracta que pueda ser aplicada gogía de lo irresuelto también rompe con la pedago-
al mundo sin que antes haya sufrido un proceso de re- gía crítica.
visión. Esto debe ser así si queremos que esas ideas que E n España estamos muy interesados en la peda-
vamos a aplicar sean responsables, es decir, que res- gogía crítica, pero yo creo que llevamos unos cuantos
pondan al momento actual. años de distancia respecto a lo que ocurre en Estados
Una referencia que yo utilizo mucho, y que es una Unidos. Ahora mismo todo el mundo aquí está fascina-
fuente secundaria, es Brian M a s s u m i , un profesor
27 do con ella y me parece muy interesante todo lo que
que trabaja ahora en Canadá y que a su vez se basa en las planteas sobre la crítica de la pedagogía crítica, porque,
fuentes primarias de Deleuzey Guattari. Lo que él hace al f i n y al cabo, el tema de la autoridad y de la imposi-
es aplicar de forma muy útil las ideas de estos a la e n - ción es algo que está muy relacionado con ello, así que
señanza y al aprendizaje, cuestiones sobre qué es lo que me gustaría que comentáramos un poco el tema de có-
tienen que ver la enseñanza y el aprendizaje en temas mo poder, a lo mejor, trabajar con los valores de la
relacionados con el mundo. De modo que, a través de pedagogía crítica, pero sin que sean cerrados.

EE. Yo me he inspirado mucho en las ideas de Brian


27. Massumi. B. (2002): Pambles of the Virtual. Movement, Affect. Sensation,
Durham y Londres. Duke University Press. Massumi porque su trabajo tiene dos patas: una es la

44 45
pedagogía crítica y la teórica crítica, y la otra son los Por sí sola, la crítica no nos permite ver el polen
trabajos de Deleuze y Guattari. De ahí surgen las teo- cial que el presente o que este filo tiene para el futuro
rías del nuevo pragmatismo. Brian Massumi habla de desde el presente. Y aquí es donde yo sitúo el momerm i
forma muy elocuente y establece una diferencia muy y el lugar del aprendizaje, en ese filo que se despliega
clara entre la crítica y la negación y entre el promover constantemente.
y el apoyar. Reconoce que es muy importante partici- Si solo nos basamos en el pasado y hacemos una
par en la crítica y hacer crítica, y que a veces es abso- crítica al pasado, perdemos el potencial de inflexionar
lutamente necesario desde u n punto de vista político esto del presente sobre el futuro, y de darle una nueva
y desde un punto de vista social decir " n o " de forma ampliación, de darle un nuevo impulso; perdemos las
colectiva, forma parte de nuestra responsabilidad co- oportunidades del presente que se manifiestan en su
mo seres que vivimos en este planeta. Pero esto por sí propia unicidad.
solo no es suficiente, hace falta hablar también de esos
otros conceptos de apoyo y de potencialidad, de fuerza, MA. A l hablar de nuevas pedagogías, has planteado el
ya que esto es lo que nos va a dar la energía y lo que va a aprendizaje no conformista, que en cierto sentido tiene
enviarla hacia otras direcciones, hacia otros lugares y que ver con lo que yo planteo en m i libro. La educación
de otra manera, una energía proyectada desde el pre- artística no son manualidades, cuando hablo de romper
sente hacia el futuro. la reproducción, de que lo primero que tiene que hacer
Yo creo que lo más importante que hay que seña- un profesor cuando se pone a dar clase es reflexionar,
lar es esta diferenciación que Massumi hace entre la como dice Schón, sobre lo que tiene que llevar a cabo.
crítica y la negación, entre la negación y la crítica, y Y entonces, a partir de esa reflexión, se rompe ese pro-
entre la ampliación y la promoción. Él reconoce que ceso de reproducción.
esta última parte es la fundamental, ya que se desa- Para hacer esto, yo les recomiendo a mis alumnos
rrolla en el filo que se despliega constantemente de la que hagan u n manifiesto; el primer paso del método
experiencia actual y presente. Es aquí donde se desa- placenta que yo propongo es realizar este manifiesto
rrolla el momento y el lugar en el que vivimos y esta docente para que hagan esa revisión y esa toma de con-
experiencia es totalmente única, es decir, nunca ha ciencia de lo nuevo que se quiere llevar a cabo, y últi-
tenido lugar antes y probablemente nunca volverá a mamente estoy proponiendo que este manifiesto se
suceder después. haga en formato vídeo para mezclar los conocimientos
Para responder a este filo que se despliega cons- artísticos con aquellos pedagógicos. ¿Consideras que
tantemente no podemos fijar nuestra mirada en el este tipo de trabajos estarían dentro de lo que tú llamas
pasado y hacerlo a través de una mera crítica, sino que, un aprendizaje no conformista?
a partir de la crítica, hay que proyectar esa fuerza y esa
energía hacia el presente, ya que ahí reside toda la EE. E l concepto de la reflexión es un concepto muy
potencialidad que podemos proyectar sobre el futuro. potente y que se está utilizando mucho en la pedagogía

4<>
47
crítica. Pero toda reflexión puede ser problemática, sobre ese proceso de cambio que está detrás de este
sobre todo si se trata de una reflexión a modo de espe- cambio de posiciones. La pregunta sería: ¿qué pasa con
jo, donde hay dos puntos que se reflejan uno al otro; si el espacio intermedio, con el espacio a través del cual
estos puntos son estáticos, fijos o ya han sido dados, se realizan esos cambios, el proceso del cambio del self,
entonces es ahí donde puede ser problemático. de una misma?, ¿qué pasa con ese momento en el que
E l concepto y la idea de la placenta y el proceso de se está cambiando la posición? E l sujeto se encuentra
la placenta son muy poderosos porque tienen una fuer- en u n espacio indiferenciado, ¿dónde estamos cuando
za transformadora muy grande. A través de la placenta estamos atravesando ese espacio? Por eso la placenta
se crea una nueva vida, y esta nueva vida no es mero me parece una metáfora muy poderosa, puesto que se
reflejo, sino que es el resultado de una transformación. presenta como un mediador, como un medio a través
U n padre y una madre, o bien dos padres, o bien dos del cual el cambio pasa.
madres, que han dado lugar a una transformación fun- Por lo tanto es muy interesante para el profesor
damental a partir de sí mismos, una transformación explorar la placenta como órgano, u n órgano cuyo f i n
que a la vez está conectada al padre y a la madre y tam- último es la transformación última, es decir, de un
bién a lo social. De ahí que la placenta como metáfora padre y una madre; el padre y la madre se transforman
tenga mucho potencial y ofrezca un uso con una gran en otro ser diferente que está conectado a los seres
potencialidad. originales, pero que tiene su propia vida y su propia
Massumi nos dice que necesitamos reflexionar so- entidad.
bre la pedagogía y que actualmente se está reflexio- De modo que la pregunta sería: ¿qué es la placen-
nando mucho sobre la pedagogía crítica, y en concreto ta?, ¿cuál es el proceso biológico inherente a la placenta?
sobre el aspecto del cambio de posiciones, es decir, Y, quizás, aprendiendo sobre su proceso biológico po-
cuáles son los conceptos que están detrás de ese cambio damos aplicar dicho proceso y pueda informar u n pro-
de posición, observar cuál es la posición social del ceso pedagógico.
profesor y cuáles son los posibles cambios sociales de
un individuo. Se trataría de hablar de individuos que
cambian su posición de víctimas a la de individuos En 1989, cuando Elizabeth Ellsworth enseñaba en la
emancipados o a individuos que no tenían una capaci- Universidad de W i s c o n s i n - M a d i s o n (un referente
dad crítica analítica y que después la adquieren, y que internacional en educación y uno de esos lugares
por tanto cambian su posición social. Se está dedicando estelares que se dan en las universidades norteame-
mucha energía para identificar cuál es la posición de ricanas), escribió el artículo "Why Doesn't This Feel
poder de la que parte el profesor dentro del aula. Empowering? WorkingThrough the Repressive Myths
Massumi opina que hay muy buenas teorías sobre of Critical Pedagogy" (¿Por qué me parece que esto
esto, sobre este cambio de posiciones de opresor-opri- no es empoderador? Trabajando a través de los mitos
mido, de víctima, emancipado, etcétera, pero no tanto represores de la pedagogía crítica), en el que revisaba

49
el " m i t o " de la pedagogía crítica a raíz de una expe- E n respuesta a esta situación, y aceptando la res-
riencia que, en la superficie, se podía vincular con sus ponsabilidad como responsividad (Ellsworth, 20005a)
premisas, pero que a medida que se desplegaban las o la capacidad de responder dada una situación con-
diferencias de posiciones entre los estudiantes, entre creta y problemática, Elizabeth abre un curso espe-
el profesorado y los estudiantes y entre los estudian- cifico que titula "Media y pedagogías antirracistas",
tes y el profesorado, la pedagogía crítica aparecía cada dentro de la asignatura Curriculum e Instrucción. E l
vez más alejada y extraña. E l artículo fue publicado en curso tiene la voluntad de afrontar y discutir estas re-
la Harvard Educational Review, revista de educación de comendaciones y Elizabeth considera que la pedago-
gran impacto y, por tanto, con una amplia difusión y, gía crítica puede ser u n buen marco. Partiendo de
por supuesto, repercusión. La autora, a partir de un algunos de sus conceptos clave, tales como "empode-
conflicto racial en el campus, donde los estudiantes ramiento", "voz de los estudiantes", "diálogo" y "críti-
sienten que se reproducen estereotipos raciales que co", y tras una extensa revisión de la bibliografía, la
los racializan todavía más, publica un informe de una docente y el grupo-clase se dan cuenta de que existe
investigación sobre lo que ocurre en la universidad y una gran brecha entre lo discursivo y lo experiencial,
el cual documenta "el fracaso de la universidad por entre lo que se afirma en los textos y los efectos de
abordar el racismo institucional y las experiencias de los mismos en el contexto social de aquella aula. Y lo
marginación de los estudiantes de color en el campus" que presumiblemente parece crítico y emancipador,
(Ellsworth, 1989: 297) y hace una serie de recomen- se transforma en su disgusto. 0 sea, muchos de los tér-
daciones tanto al personal educativo como al c u r r i - minos que discursivamente parecen emancipadores
culum institucional. Por ejemplo, crear un centro "son mitos represores que perpetúan las relaciones
multicultural, iniciar una asignatura obligatoria de seis de dominación" (Ellsworth, 1989: 298), puesto que, en
créditos sobre estudios étnicos , crear un curso de
28 el contexto dividido del aula, cuanto más se usaban
programa de orientación racial para todos los estudian- esos términos, más relaciones de dominación se ge-
tes, insinuando al profesorado la necesidad de generar neraban. De este modo, se "exacerbaban las mismas
cambios y visibilizando lo pedagógico como político, condiciones de lo que iban en contra, incluyendo el
como diría Henri Giroux (1990). Tema candente a eurocentrismo, el racismo, el sexismo, el clasismo y la
finales de los ochenta, cuando los discursos de la m u l - 'educación bancaria' . Hasta el punto de que nuestros
29

ticulturalidad entran en las aulas universitarias y en esfuerzos para poner en práctica los discursos de la
el sistema educativo norteamericano, en general. Tema pedagogía crítica nos llevaban a reproducir relaciones
ardiente, volcánico y que afectaba a demasiadas per-
sonas. 29. En referencia al término usado por Paolo Freiré en su libro Pedagogía del
oprimido, donde define la educación bancaria como un sistema tradicio-
nal de la educación donde los educadores "entregan" un saber que es
único y los educandos lo reciben, sin plantearse su posición en el apren
28. O EthnicStudies en inglés. Designación de estudios vinculados al tema de dizaje (Freiré. P. [1970]: Pedagogía del oprimido. Madrid. Siglo XXI. 2 0 a

la raza. reimpresión).

50 5 1
de dominación en nuestra clase, estos discursos nos con el opresor ocupándolo con las preocupaciones del
atravesaban de forma represiva y pasaron a ser vehícu- amo (Lorde, cit. Ellsworth, 1989: 305).
los de la represión" (Ellsworth, 1989: 298).
Lo que llevó a buscar otras salidas reales a una Pareciera que este lenguaje tan abstracto y pres-
clase que se planteaba el antirracismo con un grupo de criptivo determinara lo que "puedes" o no hacer y s i -
alumnos donde precisamente no primaba lo homo- lenciara la diversidad entendida como la intersección
géneo. entre género, raza, clase social, generación, sexuali-
Una de las primeras críticas que hace Elizabeth dad, religión, etc., y no solamente desde la crítica a la
Ellsworth a la pedagogía crítica es el carácter marcada- clase social, como mantienen muchos autores. Si en el
mente abstracto y racionalista de su discurso, aleján- aula se reconocen las posiciones parciales desde ex-
dose, por tanto, de posiciones situadas y parciales, tal periencias particulares, también es necesario que se
y como consideran las teorías feministas. Es más, problematicen, no porque "hayan roto las reglas del
desde la crítica literaria, los estudios culturales, el post- pensamiento de la persona racional", sino porque "tie-
estructuralismo, los estudios feministas, los estudios nen implicaciones sobre otros movimientos sociales y
comparativos y los estudios de comunicación audiovi- sus luchas por autodefinirse" (Ellsworth, 1989: 305-
sual también se ha revisado el mito de la persona racio- 3o6). La diferencia, por tanto, se reconoce y, a la vez, se
nal ideal y la noción de universal como una proposición pone en cuestión.
que ha sido opresora para la mayoría de las personas no E n segundo lugar y, según Elizabeth Ellsworth, a
blancas (Ellsworth, 1989: 304). Por consiguiente, en pesar de que los referentes sobre la pedagogía crítica
una clase donde se defiende el discurso racional y abs- piden al profesor que ayude al alumno a "identificar y
tracto, y se promueve un sujeto que utiliza la delibera- escoger entre específicas posiciones morales", a la vez
ción racional, en el fondo "se está forzando a los estu- lo que hacen es descontextualizar los criterios median-
diantes a estar sujetos a la lógica del racionalismo y del te los cuales se escoge una posición por encima de otra
cientificismo que han surgido gracias a la exclusión y y, por tanto, estos referentes no sitúan claramente los
a la construcción social de los Otros irracionales —mu- marcos teóricos, puesto que las discusiones son fruto
jeres, personas de color, la naturaleza, la estética—" más de contextos históricos o posiciones políticas que
(Ellsworth, 1989:2005). Y, portanto, es incómodo pedir de lo que ocurre en el aula. Además, a pesar de que la
a estudiantes de color que adopten el discurso raciona- práctica educativa se denomina política, no hay i n -
lista que los oprime: vestigaciones sobre cómo se alteran las relaciones de
poder dentro de las escuelas. De nuevo, el lenguaje se
Pedir a los estudiantes que justifiquen y expliquen sus sitúa por encima de nuestros cuerpos. N i se sabe muy
afirmaciones en términos de las herramientas del amo bien cuáles son las agendas políticas de los investiga-
—herramientas tales como el racionalismo que se creó dores críticos n i hasta qué punto cambian las relacio-
precisamente para perpetuar su exclusión— colisiona nes docente-alumno, o si solo prescriben lo que el

5* 53
alumno tiene que cambiar y el profesor no. De este Blanca ) no me proporcionaban un análisis o un len-
31

modo se fomenta una relación asimétrica donde el dis- guaje para entender mis propias implicaciones en las
curso parece afirmar lo contrario, tendiendo hacia el estructuras racistas. Mi comprensión y experiencias del
paternalismo. racismo siempre estarán limitadas por mi piel blanca y
los privilegios de la clase media (Ellsworth, 1989:3o8).
Estrategias como la del empoderamiento de los es-
tudiantes y la del diálogo dan la ilusión de igualdad Y, por tanto, pensó que tenía que revisar la peda-
mientras se deja intacta la naturaleza autoritaria de la gogía crítica más que apostar por la utopía que propug-
relación profesor/estudiante (Ellsworth, 1989: 3o6). na, porque, al f i n y al cabo, "los momentos utópicos
son siempre predicados de los intereses de los que
E l artículo es el relato de una transformación, de están en la posición de definirlos" (Ellsworth, 1989:
un cambio en el devenir educativo: de una primera 3o8), y prefirió "ser capaz de tener un encuentro sos-
atención y preocupación por lo crítico, a la demanda de tenido con formaciones opresivas actuales y relaciones
los estudiantes por una definición no abstracta de lo de poder que rechazan ser teorizadas o que lleguen a
crítico, a una reflexión sobre la posición que adoptas tú trascender como una resolución" y "ser capaz de cam-
como docente en algo que se denomina crítico. Y sobre biar mis propias relaciones e inversiones en estas for-
la reflexividad de la docente al reconocer que ella tam- maciones" (Ellsworth, 1989: 3o8).
poco está libre de su racismo, clasismo, sexismo, etc., La tercera crítica es el mito represor del Otro,
aprendidos, de que no está libre de estas opresiones representado como silencioso, y, por ende, al concep-
naturalizadas e internalizadas y que, por tanto, la do- to de "voz del estudiante", que en la pedagogía crítica
cente no tiene la capacidad n i de empoderar a sus 30

aparece como una voz única. Se trata del hecho de que


alumnos n i de comprender mejor que ellos y ellas s i - la pedagogía crítica, a pesar de reconocer las asimetrías
tuaciones de opresión que no ha vivido. de poder en el aula, no ha examinado de forma siste-
mática hasta qué punto estas barreras tienen que ver
Sin embargo, yo no entendía mejor el racismo que mis con la forma en que se usa el diálogo en la clase.
estudiantes, especialmente aquellos de color que ve-
nían a clase después de seis meses (o más) de activis- A pesar de que la bibliografía reconoce que los docen-
mo en el campus y de experimentar y luchar contra el tes tienen que aprender de las experiencias de sus
racismo —ni siquiera podía esperar entenderlo mejor estudiantes, no indica de qué manera hay cosas que yo,
que ellos—. Mis experiencias y acceso a múltiples y como profesora, nunca sabré de las experiencias,
sofisticadas estrategias de interpretación del sexismo opresiones y comprensiones de otros participantes en
y de interrumpirlo (en contextos de clase media clase. Esta situación no permite que una sola voz en el

3o. De la traducción literal de empowerment o "dar poder a". 3 i . E n mayúscula para subrayar su supremacía y su hegemonía de tal forma
que lo Blanco pasa a ser el orden general.

54 55
aula —incluida la del docente— asuma la posición cen- cuidar su voz, pues no quería facilitar una relación entre
tral o el origen del conocimiento y de la autoridad, de alumno y profesora que pasara a ser voyerista cuando no
tener un acceso privilegiado a la experiencia auténtica se examinaba la voz de la docente (Ellsworth, 1989).
o al lenguaje apropiado. Se trata de reconocer, contra- Sin embargo, nos preguntamos: ¿cómo podemos
riamente a las formas occidentales de conocery hablar, ser felizmente críticas? ¿Qué término podríamos usar
de que todo conocimiento es parcial, de que hay cosas para desterrar "la actitud del no" tan característica de la
fundamentales que cada uno de nosotros no puede pedagogía crítica? Una posible respuesta a esta pregun-
saber [...] y esto pide una re-teorización de la "educa- ta la establece María en un artículo sobre un cambio de
ción" y la "pedagogía" (Ellsworth, 1989: 3 i o ) . paradigma en la educación en museos, donde la voz
de Elizabeth se cuela entre la de María y las dos dicen:
Elizabeth se refiere a la necesidad de examinar las
implicaciones del género, la raza y la clase social en el Pero ¿qué alternativa tenemos entonces, qué referen-
aula, a la vez que las posiciones del docente, para no cias teóricas podemos utilizar si efectivamente acepta-
caer en definiciones de este como u n ser genérico, tal y mos que las pedagogías críticas son un modelo pater-
como se deduce de la pedagogía crítica. O en vez de i r nalista, blanco y bastante autoritario a fin de cuentas?
añadiendo diferencias en/de cada uno, para reconocer ¿Deberíamos empezar a hablar de postpedagogía crítica o
que todos somos iguales, cabe tener en cuenta, por no de pedagogías postcríticas? Cuando le pregunté a Elizabeth
enumerar las muchas oposiciones al profesor/institu- por este tema en un restaurante chino en Manhattan, la
ción que surgen de grupos de oposición. Como, por respuesta era que quizás deberíamos empezar a trabajar
ejemplo, la noción de talking back (cit. bell hooks, desde las pedagogías regenerativas. Las pedagogías rege-
Ellsworth, 1989: 310), que proviene de comunidades de nerativas huyen de lo pesimista, son felices y dejan paso
resistencia en condiciones de supervivencia. La noción a la participación: inciden en lo que podríamos llamar
de talking back de bell hooks (1989) se refiere a la expe- acciones aprovechadoras, ya que parten siempre de lo
riencia de ser mujer feminista y negra. Encarna una que los demás poseen. Ellsworth las define así: "A lo que
forma de crear distancia, u n modo de tener agencia de intentaba llegar al hablar de pedagogías regenerativas es
manera que nos permitamos no solo conocer, sino ser a la diferencia entre cómo usamos el término crítica en
reconocidas y valoradas. Significa tomar posición desde pedagogía crítica, que es una 'negación' de algo que es
la resistencia y cómo esta resistencia marca, qué es lo que considerado opresivo o algo que perpetúa un statu quo
nombramos y qué es lo que somos. También representa que no es deseado debido a cómo el poder opera en dicho
la experiencia de ser de una determinada raza y clase statu quo. Una aproximación a la pedagogía de tipo gene-
social y, a veces, de la dificultad y del dolor de hablar de rativo o inventivista es aquella que no se centra en la
experiencias de oposición. Los estudiantes de la clase crítica o en el análisis crítico de lo que debe ser cambiado
de Elizabeth estaban situados en posiciones sociales y porque es opresivo. Una pedagogía regenerativa es más
raciales múltiples. Y, por tanto, la profesora tenía que bien aquella que fomenta y aumenta tendencias que en

56 57
este momento son emergentes, tales como estructuras de y experimentan con diferentes lenguajes artísticos. El 1
sentimientos, flujos semánticos y sociales, que toman y zabeth sigue escribiendo sobre pedagogía desde Brian
crean algo NUEVO y DIFERENTE a partir de nuevas fuerzas Massumi y otros autores vinculados al nuevo pragmatis-
vigentes en el momento contemporáneo. Tiene el poten- mo. María, desde la Facultad de Bellas Artes de Madrid,
cial de abordar estructuras opresivas y formas habituales ha tomado un camino parecido, al repensar los estudios
de pensar y conocer no diciendo ¡no! o ¡stop!, sino dando de curriculum desde Deleuze y Guattari, a la vez que le
MÁS ESPACIO y MÁS FUERZA a tendencias emergentes que, de interesa visüiilizar los curriculum ocultos de cualquier
ser fomentadas y aumentadas [...]" (Acaso, 2011b: 38). acto pedagógico en el campo de la educación artística y la
cultura visual, aunque ha empezado a explorar cómo
Quizás por esto empieza a plantearse una peda- trasladar los formatos de creación artística a la pedago-
gogía no conformista. Para ello también cabe tener en gía. En el libro La educación artística no son manualida-
cuenta el proceso de cambio o las posiciones interme- des. Nuevas prácticas en la enseñanza de las artesyla cultu-
dias, el lugar intersticial donde se considera al sujeto ra visual, dirigido a docentes, formadores y estudiantes,
como intersticio o la persona capaz de negociar, despla- revisa los cambios en el área de educación artística en los
zar y apropiarse de las estructuras de dominio para últimos cincuenta años y apuesta, entre otras cosas, por
producir otros lugares de la experiencia marginal- incorporar los pequeños relatos o las micronarrativas
periferica (Bhabha, 1994). Quizás por ello la metáfora visuales en las prácticas educativas cotidianas:
de María de la placenta sea interesante en los estudios
curriculares. Según Acaso (2009:182), "la idea base del [...] podemos entender como microrrelato los textos
curriculum-placenta va a ser crear u n tipo de conoci- visuales que tradicionalmente la pedagogía tóxica se ha
miento independiente basado en el cuestionamiento preocupado en ocultar: el arte contemporáneo, el arte
(sospecha) [...] segundo, de los contenidos que nos lle- emergente, el arte local, las producciones visuales de
gan en la vida real, fuera del contexto educativo. Es decir, los propios estudiantes, el cine de autor, el videoarte,
los curriculum desarrollados a partir del placenta serían la artesanía, la contrapublicidad [...] Todo aquel arte-
una micronarrativa que contestarían a la metanarrativa facto cultural producido a través del lenguaje visual que
del curriculum tradicional". Quizás, también tendría- lucha contra las estructuras de poder establecidas puede
mos que replantearnos cómo cambian las relaciones a entenderse como microrrelato visual. Así que hemos
partir de diferentes posiciones en la enseñanza y en sus de cambiar los contenidos de nuestras actividades do-
sujetos, tal y como sostiene Elizabeth Ellsworth. centes incorporando aquello que jamás hubiésemos
E n la actualidad, Elizabeth Ellsworth, junto con la pensado que formaría parte de lo que reconocemos
fotógrafa Jamie Kruse, participa en diferentes p r o - como una clase [...] (Acaso, 2009:139).
yectos artísticos donde se tratan cuestiones como lo
visible y lo invisible, los espacios límites o el fuera de Tanto Elizabeth como María apuestan por una
campo. H a n creado su propia galería, Smudge Studio, docente que transmuta y que no solo espera que lo haga

5« 59
la alumna. Cuando se pone en escrutinio la pedagogía m i enseñanza y donde relataba los cambios de los alum-
crítica y la pedagogía tradicional o la pedagogía tóxica nos a partir de utilizar estrategias de performance (Padró,
(Acaso, 2009), lo que se está pidiendo es que se tenga en 2010) y de fomentar la capacidad de agencia en clase,
cuenta también el rol social de la docente, su posición o de cambiar su forma de actuar, Inés compartió lo
dentro de la institución y dentro del conocimiento, su siguiente con todo el grupo-clase:
experiencia social, su cuestionamiento sobre la diferen-
cia y su interés por hacer disrupciones en una identidad Me descoloca leer cómo una profesora narra su expe-
que no puede ser entendida n i como fija n i como univer- riencia de la clase. Nunca en toda la carrera ningún pro-
sal, ya que enseñar es imposible, en el sentido de que la fesor ha hecho esto. Me gusta porque me implica, pero
docente no puede controlarlo todo . Les interesa tener
32
no sé qué hacer con ello. No sé cómo relacionarme
en cuenta posiciones parciales, fuera de la afirmación "te con ello, porque este tipo de texto requiere que hable con
conozco/me conoces", ya que la parcialidad del conoci- ella, pues se coloca en mi lugar y me siento responsable,
miento o de los conocimientos nos recuerdan que "no pero no sé si comprometerme en clase y si hacerlo . 33

me conoces/no puedo conocerte" (Ellsworth, 1989: 32i-


322), puesto que entran en juego cuestiones de poder, No sé muy bien por qué termino esta parte con esta
saber y deseo. Alterar la práctica, no aplicar la teoría, cita. Quizás por la necesidad que encuentro en el día a
poner ideas en práctica y no partir de ideas abstractas y día de m i aula de resistirme a las pedagogías tóxicas que
utilizarlas son algunas propuestas para tener en cuenta "aparecen" con lo que han aprendido los alumnos y las
que la pedagogía también es un espacio de potencialidad, alumnas antes de llegar a según qué aulas y, por tanto, se
de potenciación desde el presente que revisa el pasa- siguen reproduciendo socialmente. Quizás porque me
do o de ideas que responden a situaciones presentes. coloca en una situación no resuelta, lo que hace que
Pero si quieres alterar la práctica pedagógica, tie- me replantee lo cotidiano y me fije en cómo cada clase
nes que empezar por cambiar tú misma, pues lo personal puede ser distinta si escuchas las posiciones e incerti-
es político y, a la vez, lo político es personal, según refor- dumbres de todas, tanto en el espacio aula como en su
mula el feminismo de los años ochenta y noventa, y así dentro/fuera. Supongo que da sentido a algunas de las
podrás ser consciente de que también tú, como docente, ideas de María y de Elizabeth. A l menos para mí.
tienes la responsabilidad de verte desde otro lugar, de
desprenderte y de reconstruirte, de estar en continuo Puesto que el aprendizaje es procesual, no se puede
flujo sin adoptar la norma universal, sino reconociendo representar: sus intenciones y fines emergen en el
lo parcial de tu mirada y, por ende, de las otras. Todavía flujo de la actividad. Y esto significa que no hay ni base
recuerdo el tercer día de clase este semestre pasado. Tras
la lectura de un texto mío, sobre el uso de la narrativa en 33. De mi diario de campo respecto a las palabras de Inés sobre el tercer día
de clase de la asignatura Educación Artística en Museos y Promoción
Cultural que imparto, hasta el próximo curso 20011-2012, en el itinera-
rio de Educación Artística (con el cambio de grado, cambiamos el n o m -
32- Este concepto se aborda en el último capítulo.
bre a Pedagogías Culturales).

60 6i
ni regularidad donde los efectos y afectos de los educa- NO SOY QUIEN LA PEDAGOGÍA PIENSA QUE SOY
dores puedan apuntalarse [...]

El aprendizaje no-conformista es lo que a veces


puede pasar al aprender cuando no lo estamos canalizan-
do como "entrenamiento" o cuando estamos tentados a
inaugurar algo nuevo y que no se ha pensado previamen-
te. En el aprendizaje no-conformista el evento pedagógi-
co es un extraño devenir (Ellsworth, en prensa: 3).

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the Repressive Myths of Critical Pedagogy". Harvard Educational Review. 59:9.
pp. 297-324. Algunos de los ejemplos que se mencionan no
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cionalidad, col. Educación Pública. Madrid. Akal.
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York. Routledge.
gráficas que comparto en este capítulo tienen la finali-
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Through Digital Media. Experiments m Technology and Pedagogy, |http //learning-
;
dad de abrir otros espacios al lector.
throughdigitalmedia.net/?s=ellsworthl (consultado el 7 de julio de 2011).
GARBER. E. (2003): "Teaching about Issues in the Art Education Classroom: Myra
Finalmente, cabe aclarar que el recurso de la me-
Sdker Day", Studies inArt Educatwn. 45:1, pp. 56-72. táfora de la piscina como una fuente de sosiego, i n s p i -
GlROUX, H . A (1990): Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagogía critica
del aprendizaje, Barcelona. Paidós/Madrid. M E C .
ración y pensamiento es una figura que ayuda a esta-
HOOKS, b. (1989): Talking Back. Thmking Feminist. Thinking Black. Boston. South blecer tránsitos entre las diferentes referencias, que
End Press.
MASSUMI, B. (2002): Parables of the Virtual. Movement, Affect. Sensation, Durhamy
no siempre son simétricas.
Londres, Duke University Press.
PADRÓ, C. (2010): " U n texto para una clase". Revista Latinoamericana de Educa-
ción. 52: 2, pp. 1-11.

<V2 63
L A PISCINA La experiencia del aprender de sí no se compone de
pasos evolutivos en un currículo andamio, ni de obje-
Algunas fuentes. La piscina. La fuente. Fuentes secun- tivos o esquemas cognitivos ni de tests estandarizados
darias. El agua me ayuda a darle vueltas a los conceptos. que supuestamente se utilizan para "medir" el progre-
A pensar desde u n largo al otro. Surgen palabras que so, retrospectivamente, después de que algo haya ocu-
se van deslizando, abandonan o rebosan los límites de rrido. La única evidencia material que tenemos sobre
mis brazos en movimiento y se sitúan primeras, luego qué es lo que hace un currículo o una pedagogía "educa-
detrás, luego como especulaciones, un no sé o un aca- tiva" es la experiencia vivida. Como unaflechaen movi-
so. Si el socorrista viera lo que pienso, todo el largo de miento, la experiencia vivida de un aprendizaje "no se
la piscina sería como una sopa de letras, pequeños puede descomponer": es una unidad dinámica (Massu-
remolinos que se escurren por detrás y que vuelven mi, 2002: 6). El camino de una flecha, como comenta
a empezar, siempre en vaivén. E l movimiento. M e Massumi, no está compuesto de posiciones a pesar de
fui a la piscina a reflexionar. A poner m i cuerpo en nuestros intentos de parcelar este recorrido como pun-
movimiento. Quizás situaciones cotidianas como esta tos en una cuadrícula (Ellsworth. 2005b: 35).
te hacen darte cuenta de que el conocimiento es u n
proceso de comunicación abierto y narrativo y que Una acción educativa provisional es aquella que no ha
"se hace" mientras "se aprende" y no antes (Ellsworth, sido diseñada para ser permanente en un mundo en el
2005a). Como si la inspiración para escribir un relato que ya nada lo es. es aquella que acepta su mutabilidad,
o una película la fomentaras en la cocina mientras pre- el cambio como la actividad central de su desarrollo y
paras la cena. La experiencia presupone u n cuerpo y sabe que cada escenario es distinto: aunque tengamos
cuerpos que viven. La experiencia se hace con el cere- al mismo profesor, los mismos estudiantes, la misma
bro-pensamiento-cuerpo, y por ello es interesante ser materia, la misma aula, la acción educativa siempre
consciente de cómo te sientes en el hacer del cono- deviene de forma diferente. Si a la variable tiempo le
cimiento (Ellsworth, 2005a). M i piscina. A l principio unimos las psiques, los estados de identidad de cada
había escogido el título "Referentes". Sin embargo, me uno de los participantes de dicha acción, entonces nos
parecía que era u n título para el epígrafe demasiado encontramos con la incapacidad de que nada sea per-
rígido, puesto que las referencias cambian, y más si manente (Acaso, 2011a: 48).
utilizas fuentes secundarias, como comentó Elizabeth
al principio de la conversación. Las fuentes secunda-
E n 2005, el mismo año que la editorial Akal tra-
rias son también una forma de viajar, al no estar ancla-
duce Posiciones en la enseñanza, Elizabeth Ellsworth
das en una sola voz o al remitirnos a la muerte del
escribe Places of Learning. Media, Architecture, Pedagogy
autor, como diría Barthes, o a la capacidad de cada lec-
(Lugares de aprendizaje. Mass-Media, Arquitectura, Pe-
tor de interpretar el texto de maneras diversas y según
dagogía) y que publica Routledge. E n este libro, E l i -
el posicionamiento de cada uno.
zabeth dirige su mirada hacia el posicionamiento del

64 65
nuevo pragmatismo en educación y utiliza como fuen- movimiento y sus movimientos son impredecibles"
tes secundarias a autores como Brian Massumi, E l i - (Deleuze y Guattari, cit. Connell, 2008:11). Según Con-
zabeth Grosz o John Rajchman, que releen a Gilíes nell, desde la "periferia el profesor actúa de forma co-
Deleuze y a Félix Guattari. La finalidad del nuevo prag- nectiva, en conjunción con, mientras busca formas
matismo es reflexionar sobre la experiencia como u n de extender el trabajo del aula hacia el mundo". Cabe
evento, que ocurre en un espacio y en un tiempo, y que recordar que la filosofía pragmatista de Dewey plan-
tiene una corporeidad. De Gilíes Deleuze y Félix Guattari teaba una conexión entre el mundo del aula y el mundo
se retoman nociones como "la ética como una capacidad exterior, a la vez que determinaba lo pedagógico como
creativa para la acción" (Connell, 2008: 1), la noción de experiencia. E n el nuevo pragmatismo, "el hecho de
afecto como una "capacidad para generar nuevas formas tener u n cuerpo es estar continuamente y radicalmen-
de relación donde se buscan las soluciones a problemas te en relación con el mundo, con los otros y con lo que
reales" y no desde lo abstracto hacia lo "real". La noción hacemos de ello" (Ellsworth, 2005b: 5). Está compro-
de shock to thought ("conmocionar el pensamiento") 1 metido a la libertad de asociación y acción, así como a
significa que cualquier disrupción en la educación es la oportunidad que todos tenemos de desarrollar nues-
una "conmoción" que obliga al pensamiento a ponerse tros dones.
en acción, puesto que el "cuerpo percibe y entiende el Otra de las finalidades del nuevo pragmatismo (y
mundo de otra forma" (Connell, 2008:12). su relectura de Henri Bergson, William James y C. S.
E l nuevo pragmatismo apuesta por el cambio so- Pierce) es "generar nuevos conceptos y lenguajes que
cial desde la solidaridad y la colectividad, desde la coo- no queden encerrados en situaciones binarias, sino
peración, la esperanza y la confianza. También tiene que registren cómo se despliegan complejas redes de
presente la ambivalencia entre lo estructural de la ins- relaciones que están en movimiento" (Ellsworth, 2005b:
titución educativa, sus tendencias totalizadoras que 3). Y, sobre todo, pensar en la experiencia del conoci-
moldean a los sujetos en la subordinación, la homo- miento mientras se construye, mientras se despliega o
geneizacióny la racionalización, y la capacidad de cam- está en devenir. No le interesa focalizar en el punto de
bio de los docentes (Connell, 2008). Esto se entiende inicio del conocimiento o en el punto final, como aboga
cuando se define al educador como aquel que s i e m - la pedagogía tradicional, puesto que se considera que el
pre está en la periferia, "en el límite de la multitud, conocimiento, cuando es "usado", ya no "existe", "está
pero perteneciendo a ella" (Deleuze y Guattari, cit. Con- muerto" (Ellsworth, 2005b: 1). Surge, pues, el espacio
nell, 2008: 11). Estar en el límite de la multitud "no de en medio, el movimiento, los puntos de fuga, las
es una posición fácil y es incluso muy difícil de soste- traslaciones, lo que conecta, las disrupciones. Repen-
ner, puesto que estos seres están constantemente en sar la experiencia como forma experimental es repensar
sobre las cosas mientras se están llevando a cabo
(Rajchman, cit. Ellsworth, 2005b), ubicarse en un es-
1. Massumi. B. (2005) (ed.): A Shock to Thought. Expressions after Deleuze
and Guattari, Nueva York. Francis & Taylor.
pacio transicional que está en continuo acontecer. Y

66 67
es tener en cuenta la comunicación como una con- (la cultura en acción). Focaliza en aspectos que van más
fluencia entre pensamiento, expresión, sentidos, sen- allá de la centralidad del lenguaje, hacia una "prag-
saciones y vida. mática del devenir", basada en el hacer (Kennedy, cit.
Si nos preocupamos de la experiencia del cono- Ellsworth, 2005b: 4). Esto significa que la experien-
cimiento mientras lo utilizamos, estamos teniendo cia tiene u n carácter de acontecimiento en u n tiempo
en cuenta nuestra corporeidad, nuestra materialidad y determinado y Elizabeth Ellsworth se pregunta sobre
nuestra experiencia incorporada (vivida en un cuerpo), aquello que está más allá de la cognición, de la sicolo-
más allá de la experiencia como racionalidad, como logos gía, la fenomenología o la ideología, elementos que,
o como algo preexistente a nosotros mismos. según ella, están generalmente sujetos a una pedagogía
María Acaso le da otro sentido, desde el campo de convencional y masculina. Las fuerzas invisibles en el
la cultura visual: fuera de campo de la cognición. Se fijará en todo aquello
que genera una sensación de aprender y a la vez es volá-
Desde mi punto de vista, la principal aportación de til. Se fijará en los encuentros subjetivos que te cambian
Freedman a las ideas de Ellsworth es (y ocurre lo mis-
2 como educadora ("conmocionar el pensamiento"), en
mo en el arte contemporáneo) que el curriculum deja de los "procesos y acontecimientos no representacionales,
ser un documento (al fin y al cabo, un objeto) para pasar tales como el movimiento, la sensación, la intensidad,
a ser una experiencia. Experiencia que nace de esa inte- el ritmo, el paso y u n cambio en t i misma" (Ellsworth,
racción entre el estudiante, verdadero eje del aprendi- 2005b: 6). Por eso recurre a las artes, a los medios de
zaje, y otras entidades como textos, imágenes o perso- comunicación y al cine.
nas. Porque aprendemos mucho de los libros, de las
películas, de los vídeos, de cualquier web y no solo de Como en los mass-media y en la arquitectura, la pe-
las personas (Acaso, 2009:181). dagogía nos implica en experiencias corporizadas en el
tiempo y el espacio. Los cuerpos tienen respuestas afec-
Creo que la noción de la experiencia de Elizabeth tivas y somáticas que viven en una pedagogía del tiempo
Ellsworth es diferente a la de Kerry Freedman ya solo y del espacio. Específico a la pedagogía es la experiencia
con situarse desde lo material, los afectos, el cuerpo y corporizada del tiempo y del espacio cuando se halla en
el constante despliegue de u n cuerpo en relación. Se el proceso del aprendizaje. Debido a que esta experien-
dirige hacia lo inacabado, los encuentros fundamenta- cia surge de un ensamblaje entre mente/cerebro/
les (que cambian tu relación con el mundo), los espa- cuerpo junto con el tiempo y el espacio de la pedagogía
cios intermedios cuando una aprende y lo performativo debemos aproximar esta investigación en la experiencia
del self [mil que aprende mediante este ensamblaje.

2. Kerry Freedman. dedicada a la educación y a la cultura visual. Para más


¿Cómo podemos pensar sobre el conocimiento en de-
información consúltese: Efland, A . , Freedman. K. y Stuhr, P. (20o3): La venir? ¿Cómo podemos pensar experimentalmente so-
educación en el arte posmoderno. Barcelona, Paidós Ibérica; Freedman, K.
(2006): Enseñar la cultura visual, col. Intersecciones. Barcelona. Octaedro.
bre la pedagogía? (Ellsworth, 2005b: 5).

68 69
E n Lugares de aprendizaje se presentan diferentes De la misma manera que una de las ideas centrales en
casos de artistas, arquitectos, escultores, performers y la obra de Judith Butler (2007), dentro de la filosofía
espacios expositivos, enfocándolos desde "sus m o - del lenguaje oral y escrito, ha sido reconocer que las
dos y condiciones, sus entornos y acontecimientos" palabras trascienden el hecho comunicativo y alteran
(Ellsworth, 2005b: 9) para abrir el espacio hacia una la realidad, creo que debemos empezar a trabajar reco-
pedagogía del acontecimiento (del espacio y el t i e m - nociendo su poder [del lenguaje visual] performativo
po), una pedagogía del aprendizaje del mí (self). A (Acaso, 2011b: 40).
partir "de las teorías que en la actualidad reconocen a
los seres humanos como corporizados, que se mueven, Los lugares de aprendizaje estudiados "nos empla-
que sienten y que actúan como agentes" (Ellsworth, zan a ideas, acontecimientos o divisiones provocadoras
2005b: 12), se exploran varios conceptos que provie- entre el yo y el otro, nosotros y los otros, dentro y fuera,
nen tanto del campo de la estética contemporánea y así tienen la intención de que lo que parecen límites
como de la sicología. Por ejemplo, la experiencia espa- absolutos se vuelvan en lugares de aprendizaje al inter-
cial de la arquitectura, el riesgo y el experimento, el pretarse como porosos, fluidos,y palpables" (Ellsworth,
conflicto como u n relato pedagógico productivo (por 2005b: 159).
ejemplo, la muerte), el juego y el espacio transicional
de Winnicott . 3

LA CONVERSACIÓN PROSIGUE
Los componentes pedagógicos que hemos conside-
rado solo se encuentran en respuesta al aprendizaje Media mañana. Entra una tercera persona.
de uno mismo hacia un lugar donde el ensamblaje de
textos, imágenes, media, documentos, objetos se diri-
gen hacia un espacio y un tiempo. A la vez, un ser que María Acaso. Me gustaría enlazar ahora con el término
aprende de si, de sus respuestas, corresponde a una ciudadanía, porque en España se ha introducido en
pedagogía particular y singular, lo que significa que el la Educación Secundaria una nueva asignatura que se
contenido o el material de la pedagogía debe ser tam- llama Educación para la Ciudadanía. Se trata de una
bién hallado en el lugar del aprendizaje de sí (Ellsworth, asignatura que se presenta como de izquierdas en opo-
2005b: 151). sición a la asignatura tradicional de religión, y está
provocando una gran controversia.
A mí esto me resulta paradójico, porque, al f i n y al
.1 Winnicott formuló la noción del espacio transicional. el cual se refiere
cabo, de lo que tratan estas dos asignaturas (respon-
al espacio que está en la intersección entre el espacio exterior objetivo y
el espacio interior subjetivo y está ocupado por objetos transicionales. sabilidad, honestidad, filosofía de vida) es de lo que
que son objetos reales y. a la vez. la representación de la madre ausente
(porejemplo. Linusysu mamita enSnoopy)-. Winnicott. D. (1994): Juego
se tendría que hablar en todas las demás. E l profesor
y realidad. Barcelona, Gedisa. tiene que enseñar que todos debemos respetarnos,

70 7»
pero creo que es muy importante también el respeto <II concreto; no puede esperar tu llegada, porque no
que el profesor debe tener por el estudiante, algo q u e Babe de antemano quién eres.
en España, desde luego, se ha perdido mucho. Los pro Cuando yo veo la lechera, veo que las personas del
fesores también hablan mucho de que los estudian tea gueto se están dirigiendo a mí, veo a las personas que
han perdido totalmente el respeto hacia los profesores, han escrito esas cartas para que yo las leyera, pero no
pero, evidentemente, esto no puede ocurrir si no ocu yo concretamente, Elizabeth, porque no me conocían.
rre lo que he comentado anteriormente. Para mí este es el momento último de esa pedagogía
Si relacionamos todo esto con el concepto de la que ofrece esa visita al Museo. A través de ella yo me
direccionalidad que tú planteas, ¿cómo se podría arti veo implicada, me implico, pero no como se puede i m -
cular una direccionalidad responsable al margen de la plicar uno en un crimen, sino implicación en el senti-
política? do etimológico de la palabra, que significa sumergida,
que significa envuelta . 4

Elizabeth Ellsworth. Bueno, me gustaría responder a Envuelta en una situación humana muy p r o f u n -
esta pregunta proporcionando un ejemplo, un ejemplo da donde aparece la ética, donde aparece la moral y
que nos da la oportunidad de ver cómo una visita peda- donde aparece el aprendizaje, porque la lechera se
gógica organizada al Museo en Memoria del Holocausto dirige a mí, pero no de una forma politizada; sí de
en Estados Unidos puede tener sentido y aplicación en una forma política, pero no de una forma politizada. Y
nuestra práctica docente.
esto es posible porque el modo de dirección es d i r i -
E n la exposición a la que me estoy refiriendo se girse a cualquiera, no a u n hombre en concreto, no a
muestra u n artefacto que es una lechera. Se trata de un individuo en concreto con una posición previa
una lechera que tenían los judíos que estaban en definida.
el gueto de Varsovia, y parece ser que los judíos del Y creo que este es u n ejemplo perfecto de un mo-
gueto escribían cartas al futuro y las escondieron en mento pedagógico muy importante, un momento que
ella. Después, la lechera se perdió durante la guerra,
puede informar otros momentos pedagógicos en la
hasta que se encontró, se abrió y ahí estaban las car-
clase, donde los participantes se sientan implicados en
tas, que pudieron ser leídas por todas nosotras, que
una situación histórica y donde u n objeto nos hace re-
éramos las personas del futuro a las que ellos se d i r i -
lacionarnos y establecer relaciones con u n hecho his-
gían.
tórico solamente por la presencia de ese objeto ahí.
La lechera está en el Museo, y lo que yo digo es que,
cuando lo visitas y te encuentras con ella, la lechera se Carla Padró. Quiero añadir algo sobre el Museo del
está dirigiendo a ti, está mostrando una direccionalidad; Holocausto, porque yo también he tenido la oportuni-
te está hablando, pero no te está hablando a ti, María, en dad de visitarlo y, al leer Lugares de aprendizaje, recordé
concreto, porque no te ha anticipado como María, como
sujeto. Espera la llegada de alguien, pero no de alguien 4. En su sentido de envolver y no en el sentido de cubierto.

72 ?3
el silencio que sientes desde el momento que entras, se llega a la última habitación, el visitante es invitado a
hasta que hueles a quemado y hasta que sales. permanecer en silencio. Pero yo no experimento ese
silencio como una profesora que en ese momento deja
MA. ¿Hueles a quemado? de lado su responsabilidad al no proporcionar una res-
puesta a ese silencio. Para mí se trata de u n silencio que
CP. Recuerdo sensorialmente la visita en estos térmi- no quiere responder a la pregunta del museo; respon-
nos, y también cómo sientes la imposibilidad de decir der a la pregunta del museo sería proporcionar una
algo, de no saber muy bien cómo quedarte, si quedarte respuesta, y lo interesante es que no haya una respues-
quieta, si llorar, si gritar o si dar un puñetazo... Creo ta y que, a partir de esa ausencia de respuesta, se pueda
que los espacios museísticos a veces ofrecen la opor- hacer algo en el futuro. Esa es la responsabilidad del
tunidad de abordar temas muy complejos de formas museo, que el Holocausto siga siendo una pregunta
multimodales que nos ayudan a hacernos preguntas. abierta y una respuesta abierta.
Puedes trasladar esto hacia otros lugares, lo puedes Si el museo no responde a esa pregunta, si no cie-
conectar con otras versiones del Holocausto, lo pue- rra esa pregunta mediante una respuesta, seguirá te-
des conectar con otros problemas que pueden surgir niendo la misma responsabilidad en el futuro. La res-
de su lectura. puesta no debe tener u n fin, no debe tener un cierre. Y,
efectivamente, como tú añadías, Carla, como no hay
EE. Sí, podemos relacionarlo con el concepto de res- una respuesta, a la vez esa falta de respuesta se puede
ponsabilidad. Para mí la mejor forma de entender este connotar con otras situaciones, con otros asuntos y con
concepto es descomponer la palabra en sus partes cons- otras cuestiones.
titutivas. Responsabilidad, es decir, la capacidad para
responder, esto es lo que constituye el concepto de res-
ponsabilidad . 5
E n esta parte de la conversación brotaron conceptos
Nuestra responsabilidad primaria como seres del texto Posiciones en la enseñanza tales como respon-
humanos es comportarnos como tal unos con otros; y sabilidad, modo de direccionalidad y cierre inconcluso
nuestra responsabilidad secundaria como profesores (valga el oxímoron) que más adelante comentaremos.
es responder de forma contemporánea, no a través de Elizabeth Ellsworth problematiza continuamente
algo que esté fuera, de algo que ya exista, sino respon- cualquier definición (deconstrucción) para especular
der creando una respuesta contemporánea con el m o - sobre ser profesor y ser alumno, sobre ser enseñante
mento. y ser estudiante. Basándose en C h a n g y en su c o n s i -
La experiencia a la que tú te refieres la recuerdo deración de que la deconstrucción debe resistir "el
muy bien, porque yo también me acuerdo de que, cuando siempre presente deseo de reestablecer una nueva je-
rarquía" (Chang, 1996, cit. Ellsworth, 2005b: 144), E l i -
5. En inglés response-hability. zabeth matiza que tenemos que evitar que la relación

74 75
enseñante-estudiante quede fijada, quede opuesta, y n i de abajo hacia arriba. N i la responsabilidad haci;i tío
que sea entendida como un espacio oscilante entre la responsabilidad para conmigo, sino que estamos en un
ambos, como posiciones dentro de una estructura de espacio que es compartido y que nos atañe a las dos, por-
relaciones. E l carácter de la relación entre enseñante que estamos en una relación que constituimos entre las
y estudiante es un carácter que no puede ser resuelto, dos. No es n i el mundo al revés o girado ni el mundo con-
puesto que por un lado marca dos polos pero, a la vez, sabido-, es un lugar donde se transforma algo y no se fija
tiene un carácter "intermedio". Lo inconcluso de la
ni se resuelve; cambia según cambia la relación, puesto
experiencia radica en el tercer espacio, el del diálogo
que es un encuentro fundamental . De ahí la concepción
6

analítico que se licúa en la discontinuidad, lo i r r e -


de que "enseñar es interminable", puesto que cabe pro-
suelto, lo fluido.
blematizar cualquier definición de profesor-estudiante,
porque esta no puede ser fijada. La enseñanza es, pues,
Por "carácter irresoluble" no quiero decir enigmático, "un momento continuado y nunca acabado de afirmar e
equívoco, ambivalente o románticamente rico en sig- implicarse en una producción cultural permanente"
nificados inextinguibles. No. aquí el carácter irreso- (Ellsworth, 2005b: 145). Nos hallamos en el intermedio,
luble se refiere a la forma en que los valores o signi- en el medio de una transformación, donde se puede ser
ficados de los términos de profesora y estudiante varios tus y varios yoes y algo nuevo, fuera de concepcio-
"demandan elección y a la vez evitan que dicha elec- nes que esencializan a ambos sujetos.
7

ción se efectúe" (Chang. 1996b: 144). Nos piden que La noción de modo de direccionalidad se vincula
elijamos: ¿soy profesora o estudiante? ¿Quién soy yo con lo anterior. La cuestión de la direccionalidad pro-
"como" profesora, quién eres tú como estudiante, qué viene de la crítica de cine y Elizabeth Ellsworth la tras-
hago como profesora, qué quiero de ti como estudian- lada al campo de la educación, puesto que le interesa
te? Los términos profesora y estudiante me piden que indagar sobre la pedagogía desde "lugares algo impro-
elija entre muchas respuestas que actualmente circu- pios" (Ellsworth, 2005a: 11). Se replantea de qué otros
lan y compilen por otras cuestiones. modos podemos entender una relación pedagógica que
L.l no fije a sus interlocutores, que esté en campo extraño
La persona que soy como profesora es a la vez y, a la vez, formule una nueva pregunta. Es decir, "cues-
profesora y estudiante, y la persona que eres como tiones que muden y cambien lo que la teoría y la prácti-
estudiante es a la vez estudiante y profesora (Ellsworth. ca en el curriculum y en la enseñanza preguntan y lo que
2005b: 144). no preguntan" (Ellsworth, 2005a: 22).

La responsabilidad entra en juego. E n el sentido


6. En el sentido deleuziano de crear algo nuevo en el espacio de la relación,
de responder a ser a la vez profesora y estudiante, o desde el encuentro de dos conceptos nuevos que crean algo nuevo, que
estudiante y profesora, a crear algo nuevo entre estas no es ni del uno ni del otro.
7. En el sentido de entender la identidad como algo fijo y que surge de
dos disposiciones. Ya no encaja n i de arriba hacia abajo dentro, de tu esencia interior.
E n referencia a los modos de direccionalidad, estudiantes son una inquietud subyacente —pero con
Elizabeth Ellsworth formula la siguiente pregunta: frecuencia no declarada— en diversidad de debates
"¿Quién piensa esta película que eres tú? Es una pre- actuales. La cuestión de la direccionalidad subyace en
gunta sobre cómo funcionan las dinámicas del posi- las discusiones de los educadores sobre el currículo
cionamiento social de la visión del cine —quién se como texto; las resistencias que los estudiantes y los
dirige a t i en esta película para que estés dentro de las profesores sitúan en contra del conocimiento "oficial"
redes de poder asociadas con la raza, la sexualidad, el de la escuela; las interpretaciones de género, raza y
género, la clase, etc.—" (Ellsworth, 2005a: 12). clase que los estudiantes hacen oficiales del currículo

Se apunta hacia la cuestión del poder y del deseo, escolar-, los multiculturalismos; la forma en que los

de las relaciones de poder que inscriben a alguien en posicionamientos culturales de los estudiantes de-

una relación y que excluyen a otro, pero que a la vez terminan lo que cuenta como conocimiento escolar y

marcan resistencias y producen poder. La cuestión del las maneras en que los conocimientos se llegan a

poder entendida desde u n punto de vista foucaltiano construir sobre y por los profesores y los estudiantes

o el poder como algo productivo que cambia según afectan a sus vidas diarias y materiales en la escuela

el discurso y la posición en el mismo. La cuestión del (Ellsworth, 2005a: 20).

poder o cómo se genera una producción permanen-


te de situaciones que no muestran una disposición E l modo de direccionalidad también es la rela-
correcta, sino que muestran las constelaciones tran- ción pedagógica que se elabora entre profesora y
sitorias de poder, de u n sujeto que no está, el cual —y alumna, no solamente se halla en el curriculum, en
sin quererlo— siempre está inherente a cualquier co- los textos que se escogen, en la orientación de la clase
sa que haga y lo demuestra, a pesar de esta posición o en una visita a u n museo. A menudo es difícil p e r c i -
(Sturm, 2002). Según Eva Sturm, las posiciones de un birla y crea diferencias de poder, porque se halla en el
sujeto en la educación artística pueden ser, por ejem- terreno de lo discursivo, en lo que se da por sentado o
plo, la de artista hombre o mujer, la de mediador artís- se ha naturalizado. A l ser entendida como una rela-
tico/educador/comunicador hombre o mujer. Todo ción, y no como una cosa, " l a direccionalidad es i n -
depende de la ubicación del sujeto en esta red de rela- visible y no es siempre lo que se espera. Se vincula
ciones. Elizabeth Ellsworth también destaca la cues- con el espacio social e histórico, lleva las marcas del
tión de la pedagogía como relación social que también inconsciente (lo que hace que una persona siempre
es personal, ya que: pueda escapar a la vigilancia y al control) y es también
el espacio de la diferencia" (Ellsworth, 2005a: 48). De
En el campo de la educación, la política de representa- ahí que Elizabeth también se plantee no solo lo que
ción es un tema dentro de muchos proyectos y cues- los profesores enseñamos, sino ¿cómo lo hacemos?
tiones de investigación. Por ejemplo, los términos en E l tema de la subjetividad del docente está siempre
los que el profesor y el currículo se "dirigen" a los presente, al ser entendida como otra mediación. Esta

78 79
también maneja cuestiones de diferencia en la prácti- lejano. Presenté una charla desde m i autobiografía y
ca docente, puesto que 'To nunca 'soy' la 'persona' que desde las bellas artes, enmarcando m i posición peda-
una direccionalidad pedagógica piensa que soy. A u n - gógica desde las artes y cómo desde ella podía aportar
que, entonces, nunca soy la persona que Yo pienso que otras lecturas distintas a las prácticas educativas que
soy" (Ellsworth, 2005a: 18). había observado. Quería ser una interlocutora que ha-
ce una lectura de lo pedagógico cercana, pero me vie-
ron como la docente de arte que da lecciones sobre lo
' N O SOY L A P E R S O N A Q U E PIENSO Q U E SOY' "creativos que son sus estudiantes". Nada que ver. Así
C U A N D O ESTOY C O N E D U C A D O R A S fue como me di cuenta de que no era quien creía ser,
DE M U S E O S D E CIENCIAS porque la lectura que se hacía de mí, y de m i lectura,
dependía más del contexto de los asistentes, en este
Entendí este concepto "Yo nunca 'soy' la 'persona' que caso del peso del conocimiento científico, que del
una direccionalidad pedagógica piensa que soy. A u n - conocimiento pedagógico, por cierto, bastante u n i d i -
que, entonces, nunca soy la persona que Yo pienso que reccional y técnico. Y tampoco m i versión resonaba en
soy" (Ellsworth, 2005a: 18) cuando, hace cuatro años, sus historias personales y sociales, porque no creían
me pidieron que impartiera una conferencia sobre que la biografía fuese parte de la educación en ciencias.
museos y educación a un colectivo de profesionales Antes de sentirme fuera de lugar, comprendí que esta-
de museos de la ciencia. Me preparé a conciencia, visi- ba delante de un modo de direccionalidad, en el lugar
tando sus museos y observando las prácticas pedagó- desde donde ellas se "veían" en m i discurso ("¡Ah! Es
gicas que llevaban a cabo con escuelas de Primaria, que que esto yo no lo puedo hacer en m i museo, porque mis
era su público mayoritario. Visité las salas del Museo contenidos son muy, pero que muy difíciles y, claro, en
de Geología y Zoología de Barcelona, uno de los pocos bellas artes..." es lo que yo leí entre líneas. "¡Ah! Es que
espacios decimonónicos que existían en esta ciudad , 8 los educadores de ciencias solamente trabajamos pro-
visité todas las experiencias-aventura del Cosmocaixa, cesos que son científicos, ¿qué nos vienes a contar?").
hasta fotografié la mariposa roja y azul expuesta (sutil-
mente tildada de mariposa del barca), visité el taller de La función del discurso no consiste en representar el
la Fundación Agbar, que eran quienes organizaban el mundo, sino en dar forma a nuestras acciones sociales
evento, y asistí a sus talleres de biología y de física y o coordinarlas. Cuando construimos una narración es
química. Me planteé cómo había aprendido ciencia relevante el momento histórico en el cual lo hacemos
en la escuela, de niña, y por qué me parecía algo tan y cómo lo hacemos. Todos los seres humanos nos
incorporamos a un medio articulado donde preexisten

8. En el mes de marzo de 2011 se ha inaugurado el nuevo Museo de Ciencias los conceptos, las maneras de construir narraciones
Naturales en la zona del Fórum de Barcelona, denominado Museo Azul, y socialmente aceptables, cuyo efecto podemos manejar
que alberga las colecciones del Museo de Zoología y Geología. Se desman-
teló el viejo edificio decimonónico ubicado en el Parque de la Ciudadela. estratégicamente y mediante los cuales podemos

80 81
coordinar nuestras acciones con las demás personas jes un reptil!", "¡Ah! ¡Un calamar!", "¡Ah! ¡Un búfalo!
(Cabruja, Iñiguez y Vázquez, 2 0 0 0 : 6 5 ) . ¡Qué chulo!". No me lo podía perder. Me acerqué. 'To
sé mucho porque leo muchos libros", me espetó Maria-
A partir de esta experiencia, me planteé lo intere- no. Y seguían en su mundo. "¡Miraaa! ¡Insecto, halaaa!
sante que podía ser el hecho de descentrarse como pro- Ven, ¡mira!". Y a mí, n i caso. "¡Halaaa! —le gritaba a su
fesora, el hecho de jugar a ser varias personas y apostar amigo—. ¡Halaaa, el rey de los escarabajos, el Hércu-
por lo performativo: a veces desaparecer, a veces generar les!". Yo he visto peleas de estos en la tele, e n BTV.
algo sorprendente en el aula, a veces remarcar las repe- "¡Qué bonito!". "Unpit-roig Lpetirrojo]". Mezclaban el
ticiones de lo que se ha aprendido y no se ha cuestiona- catalán y el castellano indistintamente y hacían unas
do, por haberse normalizado. Luego resultó que, a pesar frases que para mí eran muy poéticas, tipo: escojo el
de todo, también había alguna posición cercana a m i dragón de cómodo perqué m'encanta [porque me encan-
visión de la profesión de educadora de museos. ta!. El objeto en español y el selfio sea, el mí) en cata-
Durante m i charla relaté también lo que ocurrió en lán, ¡me encanta! Y seguían extasiados. Me acordé de
la visita al Museo de Zoología. Había sido clave para mi hermano cuando tenía diez años como ellos. Cada
fijarme en qué diferencias había entre lo que ocurría en noche, antes de dormir, se instalaba en su cama con un
el taller organizado por el Departamento de Educación gran cojín amarillo que le recogía espalda y ríñones e
y, por tanto, enmarcado como visita formal, y en las iniciaba su ritual de salida: leer todos los volúmenes de
visitas libres de colegios que visitaban las salas siguien- la Vida intima de los animales para, cada mañana, con-
do solo la mediación de lo que se contaba en ellas: la tarnos dónde vivía el búfalo americano, qué comía el
disposición de objetos, vitrinas, documentos y textos en rat panat (el murciélago), qué clima no soportaba el ri-
la pared. Me fijé en dos grupos de Primaria. Uno de noceronte, qué hacía el hipopótamo, etc. Así que,
veinticinco niños y niñas encerrados en un aula-taller recordando a m i hermano, desafié a Mariano y a Juan
aprendiendo a clasificar fósiles y otros elementos natu- Pedro a que me ayudaran a hacer fotos. Las fotos las
rales. Y el otro de unos quince niños paseando por las harían ellos, pero escogiendo sus cinco animales prefe-
salas. De este segundo, me sorprendieron dos niños. Se ridos y contándome el porqué. Luego lo pondríamos en
llamaban Mariano y Juan Pedro . Con ellos entablé una
9 común. Y ahí va el Mariano , u n poco marimandón
conversación. Mientras tanto, en el taller seguía la dis- ("Vale, Juan Pedro, haremos u n crustáceo, un anfibio,
ciplina. Se palpaba aburrimiento, orden, repetición u n insecto, u n reptil, u n mamífero y un pez"; se nota que
constante de tareas clasificadoras y control. lee los mismos libros que leía m i hermano, y eso
Mientras tanto, en las salas dos niños corrían a r r i - que han pasado treinta años). Juan Pedro hará las fotos
ba y abajo, no paraban de zigzaguear. Parecían total- y el Mariano, la explicación. Luego decidimos que lo
mente extasiados. "¡Miraaaa! U n dragón de Komodo,
10. Utilizo el artículo para darle un sentido local. En Cataluña, a menudo
seguimos utilizando la regla del catalán de usar el artículo delante del
9. Son nombres ficticios para preservar su intimidad. nombre cuando hablamos en español.

fi- 83
haríamos también desde el Juan Pedro y Mariano mundo de las mujeres. El ejercicio de esta forma de
tomando fotos. masculinidad exige el control de las emociones y el
silencio de los sentimientos, porque "los hombres no
El concepto de modo de direccionalidad se construye lloran". Es más, esta masculinidad se produce a partir
siguiendo esta opinión: para que un filme funcione con de la ambición, la agresividad, la violencia y el riesgo.
cierto público, para que simplemente tenga sentido Ahora creo que no me hubiera gustado estar en un rol
para un espectador, o le haga reír, adherirse a un per- masculino dominante, puesto que este se consolida
sonaje, suspender su incredulidad, llorar, gritar, sen- frente a dos amenazas: la feminidad y la homosexuali-
tirse satisfecho al final, el espectador tiene que entrar dad. Los estudios de masculinidades distinguen dife-
en una relación particular con la historia de la película rentes formas de ser chico, y no solo aquella que se
y el sistema de la imagen (Ellsworth. 2005a: 33-34). evalúa según el grado de poder, riqueza y éxito . 11

En la estructura narrativa de estos dos niños


La selección del Mariano fue u n bogavante, jugando con una desconocida, se genera un trato que se
"Porque es una especie de animal muy grande y tiene inserta en diferentes posiciones de poder (adulta y
unas pinzas. Aveces pueden atacar, pero usa las pinzas niño; niño dominante y el otro niño; niño con una cá-
para coger a los animales del fondo". Sigue, y sigue... mara y adulta que escucha; adulta que parece una maes-
con su pasión por aprender. "Ese de ahí tiene unas tra y niños que adoptan el rol de alumnos, etc.) y con
escamas porque tiene una protección, pero, aunque relación a los intereses de género y de las construc-
tenga escamas, no es u n reptil". Y, al cabo de u n rato: ciones raciales dentro del conocimiento que se irá
"Hemos hecho la foto del rey de los 'escarabajos', pero desplegando (el rey de la selva, el animal grande, la
no el Hércules, el rey es más que el Hércules. Hay otro pelea, etc.). Quizás esto sea lo invisible en la pasión por
más fuerte que el Hércules, porque tiene más capaci- aprender de estos dos niños, de su deseo por aprender.
dad para sobrevivir". Y así sucesivamente. Luego Juan Quizás brote aquí el poder ambivalente de la repre-
Pedro ("Una boa constrictorperqué m'encanta [porque sentación de su discurso: de cómo hablan sobre lo que
me encanta]. La salamandra porque parece la sala- aprendeny de cómo buscan lo aprendido. Pero, y como
mandra de fuego y se confunde"). Y yo que quería ser diría Elizabeth acerca de los estudios fílmicos, el espec-
niño y leer la vida íntima de los animales como m i her- tador "nunca coincide única o enteramente con la per-
mano porque todo era más intrépido, había más aven- sona que el filme piensa que es él/ella" (Ellsworth,
tura, movimiento... 2005a: 36). Y por ello, en el caso de la visita al museo,
¿Quién dice ese niño que eres tú? Es una de las creo que yo hubiera necesitado más información sobre
preguntas que me formulé durante la visita al museo. Y
es que yo quería experimentar la masculinidad hege- 11. Para más información véase Lomas. C . (20o3): Todos los hombres son
mónica... Según Brannon (1976), la masculinidad he- iguales, Barcelona. Paidós. Lomas. C. (2004): Los chicos también lloran.
Identidades masculinas, igualdad entre sexos y coeducación. Barcelona.
gemónica se construye como una oposición a ultranza al Paidós.

84
85
la clase social, la sexualidad y las aspiraciones de estos Si se traslada este concepto al campo educativo y
dos niños, a pesar de que la instalación museística se desde la diferencia, Elizabeth sostendrá que tanto en el
dirigía a u n niño blanco, de clase media y con capital curriculum como en la pedagogía también hay "rastros
cultural alto o a un experto blanco occidental y educado del horror humano" (Ellsworth, 2005a: 51), están sal-
(visitante novel y visitante experto). Obvio que no se picados de conocimientos y deseos conscientes e i n -
dirigía a mí, aunque yo "negocié" m i relación con la conscientes (fantasías, deseos, miedo, horror, placer,
instalación. Elizabeth Ellsworth subraya que, general- ansiedad, poder, lo impensable).
mente, no hay u n solo modo de direccionalidad en u n La noción de diferencia no solo se utiliza en tér-
filme, puesto que el filme también se acerca a per- minos de identidad, sino también de subjetividad. O
sonas que "están fuera" del tipo de espectador p r o - sea, también se explora como la relación con el incons-
yectado (como yo en el museo). Y pone el ejemplo de ciente. De aquí que no podamos controlar siempre lo
una niña viendo Jurassic Park, una película dirigida a que enseñamos, puesto que "enseñar es imposible".
niños blancos que viven en urbanizaciones, quien Esta concepción puede parecer terrorífica, al recavar
igualmente ve la película, pero tiene que negociar có- en que no podemos "controlar" n i lo que se espera del
mo ella se ve en la misma. Quizás se reconozca con la estudiante n i lo que pasará con el contenido n i todo lo
mujer científica. otro. Elizabeth Ellsworth (citando a autores que se
dedican al psicoanálisis y la educación, tales como
La noción del modo de direccionalidad fue inventada Donald y O'Shea) se plantea el hecho de que siempre
en los estudios fílmicos como una forma de pensar y existe una brecha entre lo que enseñamos y el "efecto
hablar de los procesos sociales y políticos y las posicio- psíquico" de lo que se enseña. Y considera que no
nes implicadas en la representación, en la creación de podemos seguir defendiendo la racionalidad del suje-
significado (Ellsworth, 2005a: 19). to, tal y como arrastramos desde la Ilustración, sino
que tenemos que implicarnos en esta brecha, en el
Y de nuevo a la cuestión de la representación y de hecho de que el inconsciente "hace añicos la idea de
la diferencia: una identidad completa o resuelta" (Donald, 1991: 5,
cit. Ellsworth, 2005a: 53). Asimismo, el espacio de la
[...] el poder de la direccionalidad no es el poder de diferencia entre el curriculum y la comprensión del
distribuir bajo demanda respuestas de antemano cono- estudiante "está caracterizado por la oscilación, el des-
cidas y deseadas por parte de los estudiantes o de los plazamiento y las transformaciones impredecibles"
públicos. No es el poder de la direccionalidad situar (Donald, 1992: 2, cit. Ellsworth, 2005a: 52).
con precisión a los estudiantes en algún mapa deseado
de relaciones sociales. El poder de la direccionalidad A l presentarse a sí mismos deseando únicamente la
no es algo que los profesores puedan explotar, contro- comprensión, los textos educativos se dirigen a los es-
lar, predecir o tecnologizar (Ellsworth, 2005a: 48). tudiantes como si los textos no fueran de nadie, con

86 «7
ningún deseo de situar a sus lectores en posición al- tanto, con e l conocimiento y la enseñanza, desde lo
guna excepto la de la comprensión neutral, benigna, personal como político y la política de lo personal.
general, genérica. Y la comprensión en realidad no María Acaso, por otro lado, parte de una perspec-
cuenta como un posicionamiento de los estudiantes tiva reconstruccionista. Según Clark (1998), los recons-
perseguido a través de un modo particular de direccio- truccionistas abogan por una renovación más profunda
nalidad porque, supuestamente, la comprensión es del curriculum y mantienen una visión antropológica.
neutral y universal (Ellsworth. 2005a: 56). Creen que el aprendizaje empieza con las experiencias
de los estudiantes; estas experiencias son generaliza-
No hay tanta inocencia en dos niños paseando por das utilizando contextos históricos; adoptan una pers-
unas salas, ni en la disposición de las salas, ni en nuestro pectiva cross-curricular para enfatizar la dimensión
encuentro ni en su efecto... humana-, los estudiantes tienen que articular escena-
rios futuros para el cambio social. Sin embargo, los re-
construccionistas, a pesar de situarse al lado del alumno,
ALGUNAS FUENTES no tienen en cuenta que las posiciones del docente
también cambian y están sujetas a las condiciones de
María Acaso usa a Elizabeth Ellsworth como fuente producción del contexto del aula.
primaria y la traslada a la educación artística. A veces, También cabe destacar cómo ambas autoras inte-
haciendo alguna que otra equivalencia y comparación. gran su experiencia en sus textos. En el caso de María,
Elizabeth Ellsworth trabaja desde la discontinuidad, la la experiencia de sí en el texto es más indirecta, sugiere,
yuxtaposición y el viaje . Me parece interesante esta
12
es sutil o se infiere. No formula situaciones subjetivas
diferencia entre ambas. A pesar de que comparten específicas que le ayuden a dialogar con la teoría. Y, a
conceptos como lo micronarrativo, los vínculos entre menudo, cae en una continuidad que no espera. E n el
poder-saber o poner de relieve el impacto de las fuer- caso de Elizabeth, su escritura está corporeizada, exha-
zas sociales en el arte y en la educación, y aquellos la situaciones, atmósferas, paradojas, conflictos, con-
mecanismos por los cuales validan ciertas formas de textos, deliberaciones, errores, experimentos.
conocimiento y marginan otras, o la deconstrucción
derridiana, sus enfoques son diferentes. E n María, La yuxtaposición invita a las incoherencias, las ambi-
estos conceptos son más explicativos, y Elizabeth los güedades y la ambivalencia y sitúa en primer plano el
usa para repensar su relación subjetiva con ellos y, por hecho de que siempre "habrá temas de los que no se
habla" que se podrán interrogar o no. Es una forma de
12. Mieke Bal define el término "concepto viajero" que me parece adecuado rechazar estar contenida por formas de escritura linea-
aquí. Se trata de conceptos que provienen de una disciplina y que. al
trasladarlos a otra, cambian y pueden ser entendidos desde formas les con el fin de poder explorar los modos de direccio-
impensables si no hubieran cruzado marcos disciplinares. Para más
información véase Bal. M. (2009): Conceptos viajeros en las humanidades.
nalidad no lineales y ambivalentes, aunque racionales.
Una guia de viaje. Murcia. CNDEAC. Y es un intento de poner en movimiento lecturas que

88 89
—para la escritoray los lectores— llevan a auto interro- destreza y las manualidades. Destaca la necesidad de
garte y a interrogarse entre sí (Ellsworth, 2005a: 23). fomentar una educación artística centrada en el análisis,
en la interpretación de "mundos" (Efland, Freedman,
Para mí la escritura de Elizabeth Ellsworth es Stuhr, 1996) y en la creación visual de nuevos imagi-
performatwa. Según Della Pollock (1998: 79), la escri- narios. Uno de sus referentes es el trabajo de Efland,
tura performativa "no es más o menos inteligible que Freedman y Stuhr y su estudio sobre la educación artís-
un signo en una carretera o un punto destacado: sus tica postmoderna, donde se afirma que:
estilos pueden ser cifrados, enseñados y reproduci-
dos, pero sus significados son contextúales. Toma su La razón fundamental de enseñar arte es preparar a los
valor del contexto-mapa donde está localizado y que estudiantes a comprender los mundos sociales y cultu-
simultáneamente marca, determina, transforma". Y rales en los que ellos habitan. Esos mundos son repre-
Ellsworth (2005a: 22-23) nos habla de "provocar sentaciones creadas con las cualidades estéticas de los
acontecimientos —en vez de respuestas— en la escena media (Efland. Freedman, Stuhr, 1996: 73).
de la direccionalidad entre profesora y estudiante, el
investigador y el investigado, el investigado y el inves- Por tanto, es consciente de cómo el sistema cultu-
tigador". ral, social y político afecta a la forma de concebir el arte
Por otro lado, María Acaso se sitúa en la semiótica y los artefactos culturales, y también de enseñarlo. Por
y la cultura visual para aportar una nueva comprensión tanto, le interesan referentes como Alejandro Pisci-
de la educación artística. Considera que los modelos telli, Joan Fontcuberta y Griselda Pollock.
que existen en educación artística no son válidos, al E n el caso de Elizabeth Ellsworth, el postestruc-
seguir situados en una versión modernista del conoci- turalismo feminista, los estudios postcoloniales y el
miento, y que cabe: feminismo postcolonial informan su escritura y su
práctica. E l postestructuralismo en educación tiene en
Desarrollar en el estudiante un hábito de relativismo cuenta las relaciones de poder/saber que se generan
intelectual y una perspectiva cultural, sea el estudiante desde el lugar que ocupa el sujeto y el lugar o lugares
perteneciente a una cultura considerada como minori- que ocupan educadores, y otros agentes, que constru-
taria o no. Esta relatividad estará basada en los concep- yen ciertas culturas institucionales y que circulan cier-
tos de diversidad y diferencia y alentará la conciencia tos discursos.
crítica y social de los estudiantes (Acaso, 2009: 105). E n las posiciones postestructuralistas, la decons-
trucción derridiana es u n referente. E l sentido decons-
A María le interesa cómo se desdibujan aquellas tructivo confronta la unidireccionalidad de la c o m u -
manifestaciones estéticas que trascienden el tradicio- nicación desde el modelo emisor/receptor. Así, el
nal marco de las artes plásticas y rechaza una forma- hacer deconstructivo en la educación contribuye a
ción artística centrada únicamente en la técnica, la desterritorializar al sujeto, que ya no es entendido

90 91
como unitario n i autónomo, sino posicionado en el naturalizado, excluyendo y apartando a las mujeres,
discurso (como hemos visto anteriormente en la noción los homosexuales, los judíos, los discapacitados, etc.
de modo de direccionalidad). Los postestructuralistas Esto lleva a que se revisen las oposiciones dualísti-
se posicionan en el sujeto que aprende y no del docen- cas que determinan nuestra forma de pensar y que
te que decide qué va a "enseñarle". Se considera que ni provienen de las filosofías griegas. Y se considera
el conocimiento n i el sujeto son fijos; ambos se hallan que las dicotomías " s o n inadecuadas porque histó-
en continuo movimiento y cambian en función del con- ricamente se ha privilegiado el primer término sobre
texto, de la posición que ejercen/son vistos en este el segundo" (Orner, 1999: 12,1). La finalidad de este
contexto y de la localización en el discurso . 13
feminismo sería revisar cómo los sujetos han sido
El postestructuralismo se vincula no con el con- construidos históricamente y cómo han sido usados
cepto de razón, sino de discurso. Admite narrativas para justificar y naturalizar las relaciones de poder
sobre el mundo que son parciales y que dependen de la entre ellos. E l foco se desplaza hacia el otro lado de la
localización del sujeto en las mismas. E n educación, el dicotomía, o sea, en la zona del "otro". E l "otro" posi-
postestructuralismo se interesa por las múltiples voces cionado en términos de exclusión y siempre vinculado
de los sujetos y por su subjetividad. Propone una sub- con determinadas posiciones de poder. En el feminis-
jetividad precaria, contradictoria y en proceso y que se mo postestructuralista se subraya la imposibilidad de
re-sitúa continuamente en el discurso cada vez que fijar nuestras identidades y de poder conocernos a tra-
hablamos o pensamos (Weedon, 1987) según contra- vés de ellas de forma definitiva. Esta es una poderosa
dictorias y cambiantes relaciones de poder en múltiples herramienta mediante la cual podemos "desnaturali-
niveles de la vida social (personal, institucional, guber- zarnos" o involucrarnos en cambios (Orner, 1999:118)
namental, comercial, etc.) más que en una subjetividad que siempre están en continua producción.
unitaria consistente en pensamientos y emociones El lenguaje se considera el vehículo de un contexto
conscientes e inconscientes. Identidades cambiantes, social dado, de una cultura, unas prohibiciones y unas
procesos inconscientes, placeres y deseos que no son leyes. E l discurso postestructuralista cuestiona la
solo de los estudiantes, sino también de los docentes y transparencia, la autenticidad y la autorreferenciali-
de los investigadores, y que todos ellos entran en u n dad del lenguaje. Finalmente, el contexto es clave para
juego de relaciones de poder. Según M i m i Orner tener e n cuenta las múltiples voces y las contradic-
(1999), al postestructuralismo feminista le interesa ciones presentes en sitios y momentos específicos y
desnaturalizar las narrativas del amo (varón blanco no caer en presupuestos universales, tales como "todos
europeo) o lo que históricamente ha sido considerado los estudiantes son iguales", "todos los estudiantes de
o construido como "normal", "natural", real, verdade- esta generación no leen" o "su concentración es esca-
ro y que el pensamiento occidental ha legitimado y sa", etc.
María Acaso, por otro lado, define la pedagogía
i3. Para más información véase Core, Weedon y Orner. tóxica como algo imposible:

92 93
Esta obsesión de la pedagogía tóxica por llegar a cum- mayoría de las pedagogías existentes, lo que intenta
plir el objetivo de manera exacta, perfecta, es imposi- inocularnos es u n veneno para generar la muerte de un
ble, porque cada estudiante (y su inconsciente) inter- pensamiento libre. Elizabeth, ¿crees que ese veneno se
pretará el objetivo de forma diferente y llegará a él por puede convertir en "responsabilidad", en un elemento
un sendero propio. Debido a que en cualquier sistema que, en vez de matarnos, genere algo nuevo y entonces
planificado hemos de dirigirnos hacia alguna direc- se subvierta la fuerza que impulsa la pedagogía tóxica?
ción o direcciones, en vez de túneles voy a usar sen- Habría que empezar por reconocer que también estás
deros, caminos alternativos, muchas veces creados situada en posiciones diferentes y que tú eres posicio-
por mí, orgánicos, sinuosos, de incierto origen y más nada, pero a la vez te posicionas, y que por tanto este
incierto final, de tal manera que las diferencias entre también es u n juego donde a veces tú puedes ser tóxica
los túneles y los senderos son similares a las diferen- sin quererlo y tienes que negociar estas múltiples ver-
cias entre los objetivos y las metas (Acaso, 2009: siones y posiciones.
204).

Elizabeth Ellsworth. Sí, efectivamente tu pregunta tie-


ne muchos giros, muchas entradas y salidas, pero igual
R E A L I S M O MÁGICO ( 0 D E CÓMO SE COLÓ que la vida, porque la vida no es lineal. Lo que tú estás
EL COLOR FOSFORESCENTE E N EL AULA) imaginando es una forma de direccionalidad que, por
no ser lineal, permita estas entradas y estas salidas y
estos giros.
María Acaso. Voy a usar una metáfora que me contó Por tóxico se entiende algo que resta a la vida fren-
una vez Angélica, m i profesora de yoga, una historia en te a algo que suma a la vida. Tóxico es algo que chupa la
la que u n hombre quiere matar a su hermano mayor energía del profesor y del estudiante. Lo que estás
para quitarle el poder y, entonces, lo emborracha y lo diciendo es que a veces algo que es tóxico en sí mismo
envenena; y cuando el hermano está prácticamente puede ser a la vez válido. Y entonces, efectivamente,
muerto, lo lleva a u n foso, en el cual hay unas serpien- hay que buscar esa doble valencia de lo tóxico, que sirva
tes. E l piensa que esas serpientes le van a terminar de para que, a la vez que toma o coge algo de la vida, cree
matar, pero resulta que el veneno de las serpientes es el conocimiento, proporcione respuestas, nombre.
antídoto para el veneno del hermano, de tal manera que Hay veces que resulta necesario hacerlo, es una
ese veneno se convierte en una fuerza que lo salva. especie de alto, una interrupción temporal del flujo
Esta historia me hace pensar en cómo se puede que estás construyendo, del flujo de la vida; es como
siempre renacer de tus propias cenizas, y esto lo podría dejar de respirar durante un momento, como detener-
conectar con otro de los términos que manejo en m i se durante u n momento. Pero uno no puede dejar de
libro, el término de pedagogía tóxica; cómo la pedago- respirar, porque si no la vida se acaba, sería una espe-
gía tóxica, que es una fuerza pedagógica inherente a la cie de paréntesis.

94 95
Entonces, María, tú estás apuntando a la necesi- juego donde a veces tú puedes ser tóxica sin quererlo.y tienes que
dad por una parte reconocida de poner fin, de nombrar, negociar estas múltiples versiones y posiciones".
de categorizar algo que debe hacerse, pero también a la M A R Í A A C A S O / E L I Z A B E T H ELLSWORTH I Aceptar que la enseñanza es
necesidad de salir rápidamente de esa breve interrup- imposible es la única manera posible de enseñar.
ción y volver rápidamente a la vida, volver a posicionar-
nos rápidamente y participar en el continuoflujoque ¿Qué tiene que ver el realismo mágico con el color
se va desplegando progresivamente. fosforescente en el aula? ¿Y con la democracia? ¿Por
Con respecto al concepto de "tóxico", Adam Philips qué nos interesa el realismo mágico? ¿García Márquez,
escribe algo muy importante sobre la democracia y sobre Toni Morrison, Isabel Allende, Claudia Llosa? Parecie-
las prácticas democráticas. Señala que la democracia ra que algo tan latino no encajara, pero sí, si se entien-
necesita del conflicto productivo y que la toxicidad es de desde la crítica postcolonial y el feminismo posteo-
productiva; la democracia debe tener conflicto, ya que lonial donde se exalta la subversión a la realidad y al
una democracia sana se basa en la existencia del conflic- orden establecido. Aquí se muestra lo abyecto , la 15

to, porque lo autoritario consiste en suprimir precisa- carencia, la falta, "las exclusiones e inclusiones como
mente ese conflicto. Lo que debe aprenderse es a negociar equiprimordiales: cada una de ellas habita la otra
en un contexto de democracia, a llegar a compromisos y como su propio elemento constitutivo esencial" (Ells-
acuerdos dentro de ese conflicto. Por lo tanto, la parado- worth, 2005a: 180), lo reprimido que retorna, lo que
ja de la existencia del conflicto en la democracia es lo que no es monológico, polarizado, objetivo. " E l realismo
infunde la sangre al proceso democrático. El añade que a mágico, al igual que lo grotesco, opera en el espacio de
medida que una democracia sea más sana y mejor, mayor la diferencia entre la percepción y la conciencia, la
será su capacidad de proporcionar o de permitir la aso- sensación y el lenguaje" (Ellsworth, 2005a: 181). Ins-
ciación libre entre los ciudadanos a través de cuestiones pirador. Me pareció atrayente la idea de hablar de edu-
de raza, de género, de sexualidad... A mayor democracia, cación desde el realismo mágico y hasta anoté el ejem-
mayor asociación l i b r e . 14 plo de Patricia W i l l i a m s , la abogada que relata sus
16

casos como narraciones, metáforas y poemas que tie-


nen sentido en el contexto en que son marcadas. No de
Me interesa volver a repetir estas palabras: forma expeditiva, sino con un poco de surrealismo, u n
poco de magia y un poco de sal para mostrar la inter-
subjetividad del discurso legal y hacer que el lector par-
ELIZABETH ELLSWORTH: "Porque la vida no es lineal".
ticipe en la producción de su significado (Ellsworth,
MARÍA ACASO: "Habría que empezar por reconocer que también
estás situada en posiciones diferentes y que tú eres posicionada.
pero a la vez te posicionas, y que por tanto este también es un 15. Concepto definido por la psicoanalista Julia Kristeva y que se refiere a lo
marginal, lo repugnante que va en contra de lo no aceptado.
16. Williams. P. (1991): The Alchemy of Race and Rights. Diary of a Law
14. E n inglés free association. Aquí se refiere tanto a la libre asociación de
Professor. Cambridge. M A . Harvard University Press.
ideas como a la libre asociación de personas.

96 97
2005a: 191). Sugerente. E l poder del realismo mágico estás atenta y no lo das por sentado... Si no te tienes
como u n "modo pedagógico de direccionalidad", des- miedo, dejas fluir o si aceptas que tus miedos están
plegar ambigüedad, a m b i v a l e n c i a . 17
también en tu forma de enseñar. Quizás te tranquiliza,
La lectura que hago de todo lo anterior es que todo al menos este es el efecto que tiene en mí. De hecho,
ello "hace imposible enseñar como siempre" (Ellsworth, algunas de estas cuestiones provienen del feminismo
2005a: 192). El hecho de pensar que la enseñanza es postcolonial como la noción de lo indecible y de cono-
irresoluble la salva "de convertirse en habilidad o tec- cimiento sojuzgado (Spivak, 1999) y que Elizabeth
nología" (Ellsworth, 2005a: 192). A mí siempre me ha activa con sus ejemplos y su forma de escribir. Cabe
gustado enseñar y lo que me aporta Elizabeth Ellsworth tener presente que el conocimiento sojuzgado se refie-
es este carácter indeciso de la enseñanza cuando no la re al conocimiento castigado, ignorado o desvalorizado
haces sistema, cuando te sugiere múltiples posibilida- bajo la concepción de naíf, precientífico o inexistente.
des o cuando te das cuenta de que también tiene una Spivak denuncia la relación mujer-silencio como una
parte que has rehusado y empiezas a fijarte en ella, alegoría de violencia epistémica. Las mujeres carecen
empiezas a rescatar (pero no en el sentido de liberar ni de de palabra y no pueden hablar (en sentido estricto).
redimir): Elizabeth Ellsworth retoma el realismo mágico como
una forma de conocimiento sojuzgado en el campo
Lo que está fuera de la visión, justamente fuera del educativo.
recuerdo, más allá del lenguaje, en los olvidos, las his-
torias envueltas, los fallos en el habla (acabo de escribir Problemas complejos de las sociedades contemporá-
en el aula), los miedos, los silencios sistemáticos y neas (técnicos, sociales, globales, económicos, éticos)
repetidos, las negaciones, los deseos de culpabilidad. en la actualidad nos llevan a nuevas colectividades so-
Y existe una historia de este planteamiento —de qué es ciales para experimentar con aspectos del aprendizaje
lo que se ha relegado a la letra mayúscula del realismo no siempre reconocidos (y a menudo desvalorizados)
académico y qué a la letra minúscula del drama subya- en la educación secundaria: dimensiones emocio-
cente (Ellsworth, 2005a: 192). nales, la conexión afectiva, el aprendizaje corpori-
zado y emplazado, activando la capacidad de riesgo y
Quizás tendría que estar más atenta si quiero tener de incertidumbre, el pensamiento en colaboración,
en cuenta la enseñanza como algo que "no se completa "pensando con" la especulación de la producción de
n i se acaba" y que "debe acabar alterando la realidad de conocimiento.
alguna manera" (Ellsworth, 2005a: 161) porque tam- Todos ellos son esfuerzos que luchan con la ur-
bién altera la tuya, aunque nunca estarás en lo cierto. Si gente cuestión: ¿qué modos de pensamiento-emoción
deben ser utilizados en las condiciones contemporá-
17. H o m i Bhabha define en los estudios postcoloniales la noción de ambi- neas? Algunas respuestas a esta pregunta están provo-
valencia como un proceso simultáneo de negación y de identificación
con el otro. cando cambios de valor: de valorar el conocimiento

98 99
codificado a evaluar el conocimiento emergente que no EL APRENDIZAJE DE LO INCONCLUSO
está del todo articulado y no se comprende del todo y

de valorar la estructura, el punto de inicio y la perspec-

tiva como base para valorar el proceso/el movimiento/

el cambio como bases para el punto de inicio y de la

perspectiva (Ellsworth, en prensa: 2).

El capítulo se cierra aquí, pero su final queda


abierto con la cita anterior.

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hubiera existido el 11-S.
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WEEDON, C. (1987): Feminist Practice & Postestructuralist Theory. Oxford, Blackwell.

lOO 101
Elizabeth Ellsworth. Responderé a esa pregunta con L A E X P E R I E N C I A ('DE LO VISUAL')
una anécdota personal, puesto que yo v i cómo ardía la
segunda torre y tengo muchos recuerdos de ese día. ¿Cómo cambia la experiencia de lo visual si estás denl n 1
También tengo que puntualizar que no perdí a ningún o fuera del contexto de la misma? ¿Cómo la percibes, te
ser querido en la catástrofe, así que hablo desde u n toca, la sientes, la notas? Elena del Rivero es una artista
lugar o desde u n punto de vista bastante distanciado. española que vive en Nueva York. Su apartamento estaba
Y las respuestas que puedo proporcionar son dos: una, justo al lado de las Torres Gemelas después del 11-S.
que efectivamente se trató de una tragedia, pero la otra Produjo El libro del polvo (The book of Dust) a raíz de este
es que, a medida que yo me alejaba de la zona del aten- suceso. Se trata de 90 horas de vídeo que grabó durante
tado y caminaba por toda la ciudad de Manhattan, pude un año desde su espacio de creación, donde captó las
ver por primera vez en m i vida cómo todos los ciudada- nubes, las nubes de polvo, los atardeceres, las tormentas
nos de la ciudad, sin excepción alguna, se comporta- y el polvo que se colaba en su estudio y que empapaba
ban de forma no tóxica, es decir, todo el mundo se todo el bajo Manhattan. La finalidad de la obra es acom-
estaba ayudando. Y esto no lo vi solamente en u n lugar pañar en el duelo, regenerar. La experiencia es la noción
concreto, sino que caminé durante la extensión de central que sustenta el proyecto feminista, la experien-
105 edificios y encontraba y veía lo mismo por todas cia social de las mujeres en la vida real. Una terrible ex-
partes. U n encuentro de seres humanos que por p r i - periencia que no solo es visual, que puede ser curativa.
mera vez se ayudaban los unos a los otros incondicio- Mientras tanto, leo en el libro de María Acaso,
nalmente y sin restricciones. Esto no son las Torres Gemelas. Cómo aprender de la tele-
Esto quiere decir que un extremo de la isla se visión y otras imágenes, sobre la naturaleza del carácter
había convertido en u n lugar donde estaba ocurrien- representacional y ficticio del desplome de las Torres
do una tragedia y la otra parte de la isla había actuado Gemelas: "Todos sabemos que las Torres Gemelas no
como el antídoto para esa tragedia. De manera que existen porque hemos visto fotos de su ausencia y
una gran metrópolis se convirtió de repente en una no porque hayamos estado allí" (Acaso, 2006:11). Este
pequeña ciudad. Y ha permanecido así desde enton- ejemplo sirve para reflexionar sobre el carácter sobre-
ces, es decir, ese trágico acontecimiento ha alterado saturado de imágenes de nuestro mundo global, sobre
la vida diaria de Nueva York, ya nada ha vuelto a ser la cultura visual y la violencia visual. Sobre el carácter de
como antes de la tragedia, y esta tragedia fue utilizada simulacro de la cultura contemporánea . Es más, la 1

por los ciudadanos para, en vez de transformarlo en autora teje las diferencias entre ver y leer, entre ser
u n odio feroz y en rabia, decirle no al Gobierno de consciente del carácter construido de las imágenes y de
Bush y decirle que los americanos no querían la gue- los intereses ocultos que multinacionales y políticas
rra y que, por lo tanto, él no fuera a la guerra en n o m -
bre de los ciudadanos de Estados Unidos. Le dijeron:
1. Siguiendo el ensayo de J. Baudrillard (1991): La guerra del golf o no ha
" N o hagas otra cosa tóxica de este tipo". tenido lugar. Barcelona. Anagrama.

102 io3
dominantes sostienen. Y entre pensar que una ima- testigo del hecho del desplome y de la compasión de
gen es la realidad, puesto que las imágenes que vemos la ayuda. Según María Acaso, la cultura visual es un
a diario en las ciudades, en la televisión y en los acto cotidiano, tiene un impacto cotidiano que cala en
periódicos "generan conocimiento, es decir, modifican nuestras vidas por su pura repetición y de una forma
nuestra forma de pensar y hacen que nos posicione- tan compacta que naturalizamos su efecto. Definirá
mos de determinada manera ante la v i d a " (Acaso, varios conceptos como el de terrorismo visual o el de
2006:15). Trata el tema de la confusión con la llegada deseo, empapado en las imágenes, de lo que no tene-
de la alta tecnología y de los efectos que los mundos mos y de la producción de miedo a partir de la "hiper-
visuales tienen sobre nuestras identidades contem- estetificación" de la cultura. El concepto de "hiperes-
poráneas, ya sea desde nuestros roles sociales hasta tetificación" lo define, siguiendo a Jiménez (Jiménez,
las conversaciones sobre personajes de películas y 300?, cit. Acaso, 3006: 2,0), "como la característica
nuestro sentido de lo real, a nuestras formas de ser, social contemporánea de elegir personas y bienes
de soñar o nuestro futuro, y cómo todo ello viene me- sólo tomando en cuenta sus características estéticas
diado por la hiperrealidad. Considera que la hipe- sin tener en cuenta otros valores, como la moralidad
rrealidad "se construye a través de la cultura visual" o la ética". Y pone el ejemplo del impacto de la seduc-
(Acaso, 2006: 18). ción del terrorismo visual en nuestras vidas, que es
didáctico "y no se limita a vender, n i mucho menos
La clave para que un producto visual esté integrado a entretenernos, llega a configurarnos visualmente, a
en la categoría de cultura visual es que sea cotidiano, dar sentido a nuestras vidas a través de los intereses
entendiendo la cotidianidad como un impacto visual de otros" (Acaso, 2006: 28). O a través del conoci-
casi diario que se produce de forma tan repetitiva que miento importado, no propio, el conocimiento organi-
acaba por formar parte de la vida de la persona. Los zado por otros. Y que visualmente construye metana-
productos visuales informativos, los comerciales y de rrativas, no micronarrativas. 0 sea, grandes relatos
entretenimiento y algunos de carácter artístico (como universales que, en la cultura visual, se basan en la
el arte Pop) son cotidianos para el ciudadano occiden- "existencia de u n elemento de falsedad implícito,
tal, hasta el punto de que personajes televisivos, de los que produce u n encubrimiento del mensaje latente
cómics y de la prensa del corazón y deportiva conviven por parte del mensaje manifiesto" y que oculta una
con nosotros. Forman un todo con nuestras vidas de información "que no estamos adiestrados para leer"
manera tan compacta que, en muchos casos, ni los con- (Acaso, 2006: 33). Según María, esta situación nos
sideramos representaciones (Acaso, 2006: 19-20). presenta u n mundo dicotómico y no nos permite co-
nocer los procesos de selección o de postproduc-
ción, las decisiones de los profesionales que constru-
Distintas experiencias del sentir entre María y
yen las imágenes. E n definitiva, y como comenta, las
Elizabeth. María, desde la cotidianeidad de la cultura
metanarrativas generan mentiras visuales. Y pone el
visual y Elizabeth, desde la evidencia de haber sido

104 !°5
ejemplo de las imágenes sin heridos que circularon investigadoras occidentales están interesadas en las
durante el derrumbe de las Torres Gemelas. Si las experiencias marginales, pero no en las explicaciones
contrastamos con la producción de Elena del Rivero, que ellas pueden aportar desde sus posiciones margi
son otra cosa. nales.
Empecé este año con u n grupo que había asis-
tido a varias clases de Historia del Arte donde la
ASFALTO cuestión del género impregnaba todo el curso. M i
clase parecía fluir, me daba la impresión de que las
En el 2006, en la Facultad de Bellas Artes de la U n i - alumnas y los alumnos se relacionaban con interés
versidad de Barcelona, iniciamos cuatro asignaturas con los conceptos, puesto que siempre se remitían
vinculadas con los estudios de género que han con- a las otras clases. Siempre con la misma reacción:
tribuido a cambiar el curriculum actual del grado de "Esto ya lo hemos v i s t o " , "Esto nos suena", "Esto ya
Bellas Artes. Este es el primer año, en la historia de la lo hemos leído"... Había algo que me extrañaba,
facultad, que se ofrece una asignatura obligatoria que algún velo que latía, pum-pum-pum, algún tul que se
trata el tema de la diferencia de género y la diferencia me escapaba. Tanto "Sí, sí, esto ya lo hemos hecho
sexual (parece u n anacronismo...). Y es una excep- el cuatrimestre anterior" me inquietaba. Sí, sí, sí.
ción. O sea, sigue la lógica de las excepciones, como Me extrañaba ver que "ya todo lo sabían" cuando
diría Celia Amorós, a la vez que es una posibilidad estaban presentando diferentes corrientes dentro
desde la que nos permitimos abordar temas de dife- de los feminismos, de los estudios de m a s c u l i n i d a -
rencia desde un marco institucional (antes también des y también conceptos del f e m i n i s m o postcolo-
tratábamos este tema, pero con la Ley de Igualdad se nial. A l finalizar la clase, u n alumno me pidió una
ha institucionalizado). Algunas la tildarán de asigna- tutoría para comentar lo que había ocurrido. Me
tura concesión, de asignatura que se queda encajada agradeció m i aproximación a los estudios de género
en u n tiempo y espacio específicos, que su propia desde la paradoja de ser mujer y de ser otro. Se d i s -
especificidad juega en su contra, porque se segmenta culpó en nombre de sus compañeras y compañeros
el tema del género. Otras, somos quienes damos la por no haber estado los últimos días de clase. Sí,
asignatura. Se ha organizado de diferentes formas, sí, por favor, no caigas en esencialismos, es lo que
según las líneas de sus profesoras. Algunas la dirigen te pedíamos y nos escuchaste. Sí, sí, no me marques
a revisar mujeres artistas, o a hablar del eterno feme- como el otro o la otra, y nos has abierto otro espacio
nino en el arte. E n m i caso, me interesa comprender de posibilidad al contemplar el f e m i n i s m o posteo-
qué epistemologías y experiencias marcan el género l o n i a l que no conocíamos. Había planteado la clase
cuando estas se cruzan con la raza, la clase social, la desde dilemas y paradojas, más que desde algo fijo
generación o la sexualidad, bell hooks (1990) me hizo y s i n movimiento. M i último día fue de espera. Des-
pensar en ello, al comentar que la mayoría de las pués de la entrega del trabajo teníamos dos clases

106 107
más, pero el mismo día de la entrega ya fue m i día Carla Padró. Hablar sobre multiculturalismo e i n -
de espera. Llegaron muy tarde, estaban t e r m i n a n - terculturalidad es u n tema complejo, pues implica
do de montar sus " d i c c i o n a r i o s " antes de entrar en preguntarse cómo aprendemos del otro, sobre el otro,
clase, ¡qué raro! Algunas personas estaban desayu- con el otro, contra lo otro o de ti misma como otro. C o -
nando después de la sesión anterior (que coincidía mo se trata de hacernos preguntas que tienen múlti-
en el aula de al lado, donde habían presentado los ples respuestas, voy a contar una pequeña historia de
trabajos de final de curso). ¡Qué raro! E n el fondo m i biografía que expliqué en una clase sobre f e m i -
se me escapaba justo lo que ocurría entre pared y nismos en el año 2006. E n esa clase de feminismos
pared, clase y clase, entre visiones sobre el género hablábamos mucho de género, pero poco de raza. La
que no eran compartidas. E l problema de las muje- mayoría éramos mujeres de generaciones diferentes,
res no es únicamente u n problema para las mujeres preocupadas por la diferencia en términos de género,
(Braidotti, 2004). La negación de la subjetividad de pero a mí me inquietó que no se mencionara el proble-
las mujeres también ha sido la negación de la sub- ma de la raza, y me permití explicar una historia parti-
jetividad de los otros subordinados. Se disculparon cular. Yo viví en California durante u n tiempo y allí
aduciendo que estaban u n poco cansados de tanta conocí a unos amigos: u n amigo negro de Seychelles
fijeza e n el discurso y que se habían dado cuenta de (Edmond), otro amigo negro de Mozambique ( H u m -
que no pasaba en esta clase, pero resonaba e n otras. berto) y una amiga de Filipinas (Ruth). Pero yo misma
Se pusieron en movimiento, se sentían desconside- tuve un conflicto cuando Edmond se enamoró de Ruth.
rados conmigo al abandonarse a obligaciones i m p e - Y le dije a Ruth: "¿Pero qué haces con Edmond?". Por
rativas. ¿Se puede hablar de multiculturalismo y m i educación yo había aprendido que la única forma de
género? O, mejor, ¿plantear la cuestión de la h i b r i - asociarte con un negro es con Sydney Poitier enAdivina
dación cuando se está hablando de formaciones quién viene esta noche . M i s amigos se sorprendieron de
2

culturales diferentes? ¿Se puede hablar del género m i reacción y su respuesta, "¿Qué te pasa, Carla?", me
solo desde el género? ¿De la raza solo desde la raza? hizo pensar en el discurso racista inconsciente que
¿Desde la fantasía de lo binario? ¿O vamos a p e n - estaba manejando sin darme cuenta.
sarnos desde la marca de la otra (o del otro) e n t i
misma? Estas fueron una serie de preguntas que
Elizabeth Ellsworth. Si he entendido bien, Carla, lo
surgieron al preparar la asignatura en septiembre, y
que planteas es que existe una paradoja en que haya
a raíz de la conversación con Elizabeth y María el
gente muy interesada en el género que, sin embargo,
año anterior.
E n la sala del Museo Thyssen ya era la una, pero
2. Guess Who is Corning to Dinner Tonight. dirigida por Stanley Kramer en
el tema de la diferencia cultural salió del armario, 1967 y ganadora de dos Óscares, al mejor guión y a la mejor actriz
cada vez más evidente, con más complejidad, menos (Catherine Hepburn). trata sobre las tensiones en una familia blanca aco-
modada cuando su hija decide presentarles a su novio. Sydney Poitier. que
determinado... caracterizaba a un joven médico negro.

108 109
olvida la raza y a sí misma y la experiencia de verse desde comida aquí. ¿Por qué no vais a Beverly Hills y des-
el otro lado. Pero ¿cómo se puede reivindicar el problema truís lo que hay allí? No nos destruyáis a nosotros".
del género dejando de lado el problema de la raza y la cla- Esto muestra que estamos ante u n conflicto c o m -
se social? ¿No crees que estas cosas deberían ir unidas? plejo en el que se entrelazan la raza y el género; y lo
del género lo digo porque, cuando esta artista entre-
CP. Sí, sí. vista a los informantes, los escucha a través de unos
auriculares y mimetiza su voz con todas las inflexio-
EE. Responderé a esa pregunta con u n ejemplo de una nes; por ejemplo, ella se hace pasar por una mujer
artista afroamericana que se llama Ana Deavere Smith. coreana, o por u n hombre negro de clase alta, e imita
Sus performances consisten en hacer entrevistas a i n m i - el acento coreano, reproduce los gestos, el lenguaje
grantes que acaban de llegar a Estados Unidos en rela- corporal de los coreanos, etcétera.
ción con temas que han resultado conflictivos, temas Así, se trata de una performance muy útil, porque
de la historia que han tenido lugar en Estados Unidos; no habla sobre estereotipos, porque ella nunca pierde
son entrevistas que se hacen sobre cuestiones de raza, su propia identidad y nunca deja de ser quien es-, ella
de religión, de violencia, y se hacen a personas que han sigue siendo una mujer afroamericana que está sobre
experimentado y que han vivido esas experiencias. el escenario, pero que en ese momento se convierte
U n a de esas entrevistas es sobre los conflictos en una mujer coreana o en un hombre negro de clase
y los disturbios que ocurrieron en Los Angeles en alta. No se limita simplemente a imitar, no es una
1992 . A partir de ese acontecimiento, ella entrevista
3
imitación, puesto que la estás viendo a ella y no pue-
a coreanos que viven en barrios negros y que tienen des olvidarte de quién es ella y de la apariencia física
allí tiendas y almacenes de comida. que tiene. Ella tampoco pretende que te olvides de
Esos acontecimientos de Los Angeles llegaron a quién es ella y tampoco pretende encarnar a un per-
considerarse u n levantamiento, no solamente una sonaje, pretende ser las dos cosas a la vez. Ella m a n -
revuelta, fue una revolución social. E n el momento en tiene ambas identidades y, de esta forma, nos muestra
que los negros empezaron a destruirlo todo, incluidos distinciones sobre clase y sobre género.
los almacenes de comida de los coreanos, estos les Otra de las enseñanzas que se puede extraer de
preguntaron: "¿Por qué venís contra nosotros? Si, sus performances es que muestran que nadie es una
en realidad, nosotros somos más pobres que vosotros realidad esencial de sí misma. Ella puede ser en u n
como comunidad y somos los que os hemos traído la momento dado una mujer coreana, una persona que
hace h i p - h o p , u n profesional negro profesor de u n i -
3. E n referencia a los disturbios del año 1992 en la ciudad de Los Ángeles y versidad. .. y que hay que aprender en cada momento
debido a la absolución de los cuatro policías blancos que apalearon al
afroamericano Rodney King por circular deprisa por la vía y saltarse las
a ser cosas distintas.
normas policiales de parar, acontecimiento que fue grabado por un
Cuando se les presenta esto a los alumnos, la
videoaficionado. Los disturbios se llevaron a cabo por jóvenes latinos y
negros y en las zonas pobres de South Central y en Korean Town. pregunta obligada es: " Y ella, ¿qué es o quién es?",

110 111
pero nadie lo sabe, porque ninguno somos una misma Podríamos haber contado la historia de otra manera.
cosa. Podríamos haber obviado la raza de las dos personas y
ver el conflicto desde la diferencia de edad. Podríamos
María Acaso. Todos somos a la vez todo. haber cruzado las diferentes posiciones de género,
raza y clase social de los tres amigos y la mía para
EE. Entonces, ¿quién será esa persona en una histo- indagar qué supone verse diferente, porque, al f i n y
ria nueva? ¿Podrá ponerse siempre el disfraz de per- al cabo, todos éramos vistos como diferentes en el con-
sona catalana blanca que en u n momento dado actúa texto de Los Angeles y se nos trataba como tal. Podría-
de una determinada manera, asume u n papel y efecti- mos haber explicado la historia desde otro ángulo, ya
vamente será eso? no desde el conflicto que supone darse cuenta del dis-
Y esto nos lleva al tema de que el problema es el curso racista que se está manejando y que te impide ver
discurso, y pienso que estas performances son muy a tus recién amigos como amigos. Podríamos haber
potentes porque remiten a toda la cuestión del dis- explicado la misma historia, pero desde su voz invisi-
curso y a que nosotros nos encarnamos en ese discur- bilizada y lo que significa para ellos ser juzgados por
so. Esto me lleva a la cuestión de la guerra y del amor. estereotipos y cómo cambia esta posición en sus paí-
La guerra es quizás el acto más íntimo que existe; ses, o cómo explicaríamos otra historia si se tratara de
existe una fusión completa entre dos personas que se dos personas homosexuales y de razas distintas. Sin
odian tanto que deciden traspasar sus propias fronte- embargo, hemos optado por resaltar u n conflicto de
ras personales y hacer la guerra hablando con el otro. identidad y de subjetividad como u n ejemplo de ex-
Y lo mismo sucede con el amor: dos personas se sien- periencia social y de formas dominantes de conocer
ten tan atraídas que traspasan todas las barreras, las y hacer, destacando las diferentes fuerzas que m o l -
rompen todas y deciden embarcarse en una expe- dean las experiencias educativas de las mujeres y los
riencia de amor. hombres, o mejor, de algunas mujeres hacia algu-
nos hombres. Cada una de estas formas de contar, si
Carla, la historia que nos has contado es muy
se sigue repitiendo de la misma manera, si sigue sien-
interesante, porque el género como categoría política
do un relato fijo que no acepta la diferencia cultural,
solo es bueno en la medida en que los resultados que
pasa a ser un acto performativo. Si, por otro lado, se
produzca sean buenos. No se puede adorar el género
usan para enfatizar "no solo cómo pensamos sobre la
como algo que a p r i o r i vaya a producir buenos resul-
educación, sino cómo hacemos educación: como p r o -
tados? si no sirve como categoría, debe ser etiquetada
fesoras, académicas, maestras y ciudadanas" (Weiler,
y debe ser revisada y debe ser reinventada. De hecho,
Weiner, Yates, 1998: 207), nos ayuda a comprender las
en Estados Unidos se están llevando a cabo estudios
relaciones y los roles que establecemos entre nosotras
de transgénero en los que se está reinventando y
y cómo podemos revisar discursos sexistas, racistas o
donde se está revisitando y revisando el concepto de
clasistas. E n este sentido, el conceptoperformatividad
género.

112 n3
es una noción muy poderosa para reconocer que toda antagónico de los discursos de género y raza y no que -
historia es un acto de repetición cultural y puede ser rer cerrar siempre la historia. Es aquí donde se sitúa
cambiada siempre y cuando se esté dispuesto a pensar el "diálogo analítico".
en el sujeto desde su condición dinámica e incierta. Elizabeth Ellsworth, basándose en Shoshana
El concepto de performatividad, taly como comen- Felman y en su estudio de la educación desde el p s i -
ta Judit Vidiella (2010), se centra en el carácter reite- coanálisis, sostiene que el diálogo analítico no parte
rativo y convencional de nuestros actos, así como de la base de que existe una comprensión completa
en las palabras que usamos para describir a los otros que se produce a partir de u n diálogo entre dos par-
y/o para dar sentido a las prácticas culturales. Se tes, sino que siempre hay u n tercer espacio, sea el
relaciona con marcos lingüísticos de citacióny repe- inconsciente, sea la noción del otro, sea el discurso,
tición de significados culturales que se materializan que hace que u n diálogo sea una forma de relación
en el cuerpo vía performances cotidianas (pensé que equitativa. Critica el diálogo comunicativo y la a s p i -
m i amigo E d m o n d era raro por ser de otra raza, por ración democrática en educación de solucionar p r o -
haberlo aprendido en u n discurso de hegemonía blemas sociales y ayudar a la transformación social
blancay patriarcal a través de películas de Hollywood. mediante el m i s m o . Considera que en el diálogo
Esto me causaba desconcierto y desasosiego, por analítico hay siempre la voluntad de la comprensión
ser m i amigo y por haberme dado cuenta de que m i por parte de ambos interlocutores antes de ponerse
inconsciente estaba marcado por el miedo al otro). El de acuerdo, y que, a menudo, la comprensión no
concepto de performatividad proviene de la teoría queer siempre es posible si nos ubicamos en el lugar de lo
y se conecta con el de performance cultural. Según Judit indecible, lo impensable. E n el diálogo analítico
Vidiella (2010: 254), la performance cultural se puede cabe la discontinuidad, las diferentes rutas de lec-
entender "como una serie de actos vitales que trans- turas para terminar con esta performatividad de juego
fieren normas sociales o sentido de identidad a través de espejo infinito, donde los términos se acumulan
de una serie de convenciones, rituales, acciones y siguiendo siempre la misma estructura de repetición
prácticas culturales que son repetitivas, estructurales y s i n tener en cuenta el fuera de campo u otras for-
y estructurantes". Por eso "no existe performatividad mas de desplazarnos del campo de la visión estable-
sin performance hasta que el cuerpo de alguien mate- cido.
rializa las normas de corporización y hasta que la
experiencia de alguien materializa las convenciones". En otras palabras, lo que el diálogo comunicativo
Pero el performer puede también producir actos de
podría "cambiar" en la comprensión, en esta forma
otro modo, desde modos reflexivos y críticos, lo que
aditiva, son opiniones, actitudes, creencias, valores
posibilita cambiar la posición en la historia, recono-
conscientes. Podría pasar o añadir nueva información
cer los discursos aprendidos, verse desde otro lado,
a formas de crear sentido que previamente ya se en-
luchar con la incomprensión de la historia, ver lo
contraban allí.

114 «5
Aquí hay una imagen que podría ayudar a clarifi- Es más, Elizabeth Ellsworth tiene en cuenta cómo
car esto. Estás de pie de cara a la otra persona. Los dos toda relación de fuerzas (y ve el diálogo como una
sostenéis un espejo enfocado el uno hacia el otro. Tú fuerza constitutiva) es siempre una relación de poder,
colocas el espejo de forma que los dos podáis ver vues- puesto que "existe en relación con otras fuerzas, de
tras propias imágenes y la del otro repetidas hasta el modo que la fuerza constituye una relación" (Foucault,
infinito. Hay una tercera persona de pie situada al mar- 1985: 14). Eso es, el diálogo analítico se considera
gen, que no sostiene ningún espejo. La única forma de otra forma de generar relaciones de poder-saber en la
que los dos que sostenéis espejos podáis mantener clase donde se incide en las relaciones de poder que
vuestras dos imágenes repitiéndose mutuamente es estructuran y reestructuran no solo quiénes están
excluyendo la imagen de la tercera persona. Ambos os autorizados a hablar, sino el hecho de que tanto alum-
podríais dar la vuelta y dirigir vuestro espejo a la terce- nos como profesores ejercen poder, y no solo los pro-
ra persona, pero entonces se rompería la trama de fesores hacia los alumnos, o viceversa.
conexiones continua, infinita, repetitiva entre tú y el Pensar lo imposible, pensar de otro modo. Buscar
espejo de tu compañero. las sombras, lo no repetido, lo no articulado de una for-
Sitúa tu espejo de forma que sólo el espejo de tu ma "racionalizada". Hacer derivas en la propia domes-
compañero esté a la vista, y tu propia visión ha cam- ticación son algunas de las finalidades del diálogo
biado, ha tenido un añadido. Pero este "cambio" no analítico. Pensar en la paradoja, en lo no resuelto de una
ha afectado los términos de la estructura de tu propia relación pedagógica. Ubicar a estudiante y profesor no
forma de mirar. Algo simplemente ha sido añadido en cara a cara, como en u n juego de espejos infinito y
tu campo de visión previamente establecido a lo que enfrentado, sino uno junto al otro. Pensar la cultura
estabas mirando y viendo. Sin mirar fuera del marco de como acción o en acción y pensarla sin que sea una con-
tu propio espejo tal como ya es. puedes ahora tener la tinuidad, ni una repetición, sino como algo que nos
ilusión de ver algo más. algo diferente. Pero lo que estás sorprende o que la sorpresa de la no repetición te lleva a
viendo es más de lo mismo, una repetición. La imagen plantear algo de u n modo que antes no habías imagina-
del otro está enmarcada, contenida en un espejo como la do. De aquí la importancia de la performance o del hecho
nuestra. El campo de la visión no ha sido reestructura- de que esta nunca es una sola cosa, n i nunca es la misma
do, sólo se ha repetido y se puede repetir infinitamente. cosa dos veces, siempre cambia, porque también entra
Las reglas del diálogo comunicativo tratan de el contexto del público o del lugar donde se lleva a cabo.
asegurar que ambos participantes estarán practican- E n la enseñaza esto significa enseñar s i n dirigir,
do la autorreflexión consciente [...] La estructura de s i n premiar; aceptar lo inevitable, pensar en textos
la direccionalidad en el diálogo comunicativo me per- parciales, p e r m i t i r mundos plurales. Esto represen-
mite subsumir cualquier diferencia que haya entre ta que tú, como docente, también puedes permitirte
nosotros a una comprensión consciente, autorrefle- interrogarte sobre lo que has aprendido, a retar lo que
xiva (Ellsworth, 2005a: 100-101). se considera por conocimiento en u n momento dado

116 117
o lo que se considera datos como algo dado (Bal, 2010). ejemplo de Heidi May, en referencia al trabajo en el aula
Por consiguiente, la docencia también tiene un poder de Elizabeth Ellsworth, es pedir a los estudiantes que
deconstructivo, pues lo no resuelto sugiere que la po- escriban una serie de textos "parciales, incompletos y
sibilidad es interminable. Aquí se abre un gran espacio decididos", para que estos sean puestos "en uso" desde
de posibilidad, de potencia y no de potestad, u n gran sus propósitos, proyectos e imperativos (Ellsworth,
espacio para entender una clase como una serie de 1996: 141, cit. May, 2009: 7). Además solicitaba a los
voces relativas que cambian según la posición que ocu- estudiantes que le indicaran cómo querían que ella se
pes o que ocupen, cuando se reconoce tanto lo que leyera el texto para, así, poder "contextualizar su lectura
compartimos como lo que no compartimos, cuando se con los propósitos y usos de una forma particular de
tienen en cuenta las diferencias, los diferentes puntos escribir" (Ellsworth, 1996: 142, cit. May, 2009: 8).
y fuerzas del cambio. La identidad es, pues, un proceso
que emerge de la experiencia histórica y que también Debido a que los significados de mundo, los aconteci-
se da en una clase. Aquí, el sujeto está en emergencia, mientos y nuestras experiencias de éstos no se pueden
como u n ser continuamente haciéndose, dependiendo extraer de forma directa del mundo o de nosotros mis-
de las relaciones de poder generadas, y por ello, se mos, los significados que creamos son los productos
hace, des-hace, re-hace, etc., en cada clase. Y, final- de una interpretación —de rutas particulares de lectu-
mente, la experiencia no tiene cuerpos inertes, sino ra—. No son productos de una representación absoluta
cuerpos que viven: "Estar viva y habitar el cuerpo es o de comprensión directa. Y ésta es la razón de que los
estar continuamente y radicalmente en relación con el procesos y las rutas de nuestros actos de interpreta-
mundo, con los otros y con lo que hacemos de ello". ción resulten tan cruciales.
Por eso "necesitamos conceptos y lenguajes que nos Lo que se "analiza", entonces, en el diálogo ana-
muestren, s i n congelarse o colapsarse, lo fluido, lo lítico es la ruta de lectura. ¿De qué formas tú/nosotros
continuo, la dinámico, lo múltiple, lo incierto" . 4
llegamos a esta interpretación, sin saberlo, quizás inclu-

E l diálogo analítico es, pues, "transicional, múl- so sin desearlo? ¿De qué formas tus/nuestros pasajes

tiple y nunca completo" (May, 2009: 6). Según Lisa por la historia, el poder, el deseo y el lenguaje en el cami-

Cary (2006), y siguiendo esta concepción de Elizabeth no hacia esta interpretación se convierten en partes

Ellsworth, los docentes tendríamos que abrazar lo ine- integrales de la estructura de la interpretación de nues-

narrable y lo incierto. Si pensamos que la interacción tro conocimiento? ¿Cómo pueden las rutas indirectas

entre estudiantes y nueva información es performativa, emprendidas por la historia, el poder, el deseo y el len-

tendríamos que considerar las diferentes lecturas que guaje ser (parcial, aunque útilmente) reconstruidas a

los estudiantes dan a esta nueva información, puesto través de rastros sintomáticos que han dejado atrás en

que variarán considerablemente (Ellsworth, 1996). U n nuestras interpretaciones —rastros de olvidos, miedos,
negaciones, placeres culpabilizadores, intereses investi-
dos, desvíos inconscientes? (Ellsworth, 2005a: 129).
4. E n los apuntes que tomé durante su charla en la Complutense de Madrid.

118 119
María, por otro lado, les pide a sus estudiantes vinculadas con las teorías racionalistas del sujeto de
que den forma artística a su pensamiento pedagógico. la Ilustración. Braidotti considera que las intelectua-
Y estos han materializado metáforas en forma de tar- les feministas, postcoloniales y otros intelectuales
tas de manzana, cajitas rellenas de medicamentos y críticos, que se colocan como sujetos nómades, " s o n
alfombras rizomáticas. aquellos que poseen una conciencia periférica; no se
permiten olvidar la injusticia y la pobreza simbólica,
pues su memoria se activa contra la corriente; repre-
OTRO GIRO E N L A CONVERSACIÓN sentan la rebelión de los saberes sojuzgados". O sea,
los saberes no hegemónicos, los saberes que pare-
En la sala del Museo, la conversación tomó otra deriva. cen olvidados, descartados. Y cree que el pensamien-
Ahora estábamos dialogando con una filósofa, Rosi to nómade es aquel que no "resiste asentarse en los
Braidotti (que hemos citado anteriormente) y con u n modos de pensamiento y conducta socialmente c o d i -
crítico de arte francés, Nicolás Bourriaud, u n referente ficados. Lo que define el estado nómade es la subver-
en el mundo del arte contemporáneo. Partiendo de la sión del conjunto de convenciones, no el acto literal
noción de rizoma de Gilíes Deleuze y Félix Guattari, de viajar" (Braidotti, 2004: 216), entre otras cosas.
ambos se plantean qué puede significar ser sujeto en el E n educación creo que este concepto es pertinente, y
mundo contemporáneo. La noción de rizoma quiere más si situamos al docente como el que está entre el
descartar la concepción del pensamiento binario basado centro y la periferia de lo social, sujeto a u n curricu-
en la metáfora del árbol-raíz para pensar cómo podrían l u m y, a la vez, con la capacidad de resistirse a él y
constituirse las multiplicidades, pero entendidas como de producir algo nuevo. Rosi Braidotti pondrá varios
algo que no tiene ni principio n i fin, que no tiene una ejemplos de cómo la teoría feminista ha inventado
jerarquía, que siempre es conectable y que tiene múlti- otros conceptos para designar la mujer desde de lo
ples entradas y salidas. incardinado, desde el "incardinamiento del sujeto"
Rosi Braidotti nos dice que somos sujetos nómades-, que "no debe entenderse como una categoría biológi-
Nicolás Bourriaud, radicantes. Esto puede sonar a pelí- ca n i como una categoría sociológica, sino más bien
cula de ciencia ficción... nómades, mutantes, ciborgs, como u n punto de superposición entre lo físico, lo
matriciales, matrixales... pero estamos en medio del simbólico y lo sociológico" (Braidotti, 2004: 214). Se
debate sobre un mundo contemporáneo transnacional, refiere a teóricas como Alice Walker, Trin M i n - h a ,
diaspórico y global que cambia muy deprisa. Gloria Anzaldúa, Teresa de Lauretis, Monique Witing,
Rosi Braidotti (2004:216) define la noción de sujeto etc. Y más adelante coloca ejemplos de figuraciones
5

nómade a partir de la concepción de contramemoria de


Michel Foucault, es decir, como "una forma de resistirse 5. Para más información consúltese el texto de Rosi Braidotti: Feminismo,
diferencia sexual y subjetividad nómade (Barcelona, Gedisa. 2004), que es
a la asimilación u homologación con las maneras muy revelador para quienes no están familiarizados con los cambios y •
dominantes de representación del yo" generalmente tendencias de la teoría feminista.

120 121
concretas de sujetos nómades en nuestras culturas nos viene a decir María, vale la pena que pensemos en
globales y transnacionales: inventar otros arzandúes. " E l que no inventa no viv<
como mencionó Ana María Matute en su discurso del
Pero incluso se han ofrecido figuraciones histórica- Premio Cervantes . 6

mente más específicas: la novia que se encarga por Nicolás Bourriaud, por otro lado, contrapone la
correo, la prostituta ilegal, la víctima de violación en noción de radicante a la noción de radical, concepto
tiempos de guerra que busca asilo político en la Unión que ha impregnado y todavía impregna la concepción
Europea y no puede conseguirlo porque la violación no vanguardista del arte. E n este sentido, el autor c o n -
confiere el estatuto de asilo político, la criada de Fili- sidera que la noción de artista radical o de crítica
pinas que vive en casa de sus patrones y que ha reem- radical todavía sienta las bases en una concepción del
plazado a la baby sitter o a la chica au pair hasta las conocimiento como raíz siguiendo a Gilíes Deleuze y
feministas del ciberespacio que se travisten electróni- Félix Guattari (2008), y se pregunta: "¿Qué pasa con la
camente mientras navegan en Internet. La lista está raíz, obsesión del siglo XX modernista?" (Bourriaud,
abierta (Braidotti, 2004: 217). 2009: 55), y más con la raíz como "factor identitario y
formateo, pertenencia y destino, la raíz se transforma
Detrás de todo ello surge la conciencia de u n pen- paradójicamente en lo esencial del imaginario de la
samiento que no es fijo, que es provisional y puede ser globalización cuando precisamente se va atenuando
reestructurado continuamente según diferentes posi- su realidad viva a favor de su valor simbólico y su
ciones, pero teniendo en cuenta posturas arrinco- carácter artificial" (Bourriaud, 2009: 55). A través de
nadas. María Acaso explora la concepción de sujeto la concepción de raíz, todavía presente en las polí-
nómade en el contexto educativo y estima que una ticas de globalización, se sigue apuntando hacia la ho-
"práctica educativa de carácter nómade" es aquella que mogeneización y la universalización cultural en un
nos llevará a reconocer que cualquier conocimiento no contexto cultural donde el desarraigo ya no es exclu-
es "fijo, n i estanco, n i aprensible" (Acaso, 2011a: 47) y, sivo de unos cuantos. Nicolás Bourriaud comenta que
por tanto, que siempre podemos cambiarlo, deses- en el enmarcado modernista la noción de vuelta a las
timarlo, resistirnos, inventarlo. Me viene i n mente la raíces significaba un inicio, el inicio de una nueva
anécdota que contó Ana María Matute el día de su dis- humanidad, y que en el contexto postmoderno signi-
curso en la Complutense por el Premio Cervantes y fica la asignación de una identidad. La diferencia es
sobre el arzandú. Una planta que se inventa para poblar que en las sociedades contemporáneas "el inmigrado,
su mundo literario y que, en algún momento de su el exiliado, el turista, el errante urbano" son sus figu-
"vida", una horda de norteamericanos la contactan ras dominantes (Bourriaud, 2009:56). Aquí la noción
porque quieren comprobar de dónde proviene la plan- de raíz se desplaza hacia la noción de radicante. La
ta, qué sabe de ella, dónde se encuentra, etc. El arzandú
y el poder de liberar la imaginación. E n educación. 6. El País. 27 de abril de 2011.

123
122
metáfora del radicante la toma del léxico vegetal, tal y en un permanente movimiento. "Guando el artista
como Deleuze y Guattari hicieron con su noción de radical quería volver a un lugar originario, el radican
rizoma, para designar u n tipo de planta "que crece te se pone e n camino, y s i n disponer de ningún espa
hacia todas las direcciones en las superficies que se le ció adonde volver, no existe en su universo n i origen,
presentan, y donde se agarran con múltiples botones n i f i n , excepto los que decida fijarse para sí mismo. Se
a la hiedra" (Bourriaud, 2009:56-57). Las raíces de la puede llevar consigo fragmentos de identidad, a con-
familia botánica de los radicantes "crecen según su dición de que se los transplante en otros suelos y que
avance, contrariamente a los radicales, cuya evolución se acepte su permanente metamorfosis" (Bourriaud,
viene determinada por su arraigamiento en el suelo". 2009: 58). Yo no sé hasta qué punto esta definición
Y sitúa a las fresas o la hierba como categorías de sigue partiendo de un sujeto centrado en un yo i n d i v i -
radicantes. dualista, a pesar de que descubre un yo relacional que
está en constante cambio, pero no queda muy claro
El radicante se desarrolla en función del suelo que lo
hasta qué punto también incide o cambia la noción de
recibe, sigue sus circunvoluciones, se adapta a su su-
lo colectivo o la transformación social colectiva. Rosi
perficie y a sus componentes geológicos: se traduce en
Braidotti (2004: 216) considera que "la situación del
los términos del espacio en el que se encuentra. Por su
nómade implica una ruptura radical con la del migran -
significado a la vez dinámico y dialógico, el adjetivo
te y la del exiliado". Es más, "el estilo nómade alude a
radicante califica a ese sujeto contemporáneo ator-
las transiciones y a los pasos sin destinos predetermi-
mentado entre la necesidad de un vinculo con su
nados n i patrias perdidas. La relación del nómade con
entorno y las fuerzas del desarraigo, entre la globali-
la tierra es ecológicamente sustentable, hecha de ape-
zación y la singularidad, entre la identidad y el apren-
gos transitorios y de frecuentaciones cíclicas; como
dizaje del Otro. Define al sujeto como un objeto de
antítesis del granjero, el nómade recolecta, cosecha e
negociaciones (Bourriaud, 2009: 57).
intercambia, pero no explota la tierra. Lo que define el
estado del nómade es la subversión al conjunto de con-
venciones, no el acto literal del viajar".
Esta definición le sirve para ubicar los cambios
en el arte contemporáneo al permitir visibilizar nue- Más adelante, Braidotti muestra su acuerdo con
vos modelos de este i n d i v i d u o en perpetuo desa- la posición del antropólogo James Clifford, quien
rraigo y, por ende, "los artistas de hoy expresan menos considera que " e n las postimetrías del siglo XX, todas
la tradición de la que provienen que el recorrido o casi todas las comunidades tienen dimensiones
que hacen entre aquella y los diversos contextos que diaspóricas. Algunas, sin embargo, son más diaspó-
atraviesan, realizando actos de traducción". A l f i n y ricas que otras" (Clifford, 1994, cit. Braidotti, 2004:
al cabo, muchos de estos artistas producen o expo- 219). Véase si no la última proposición alemana de
nen en contextos globalizados como las bienales, los integrar ingenieros y médicos españoles en su mer-
museos o las revistas. Y también estos artistas están cado laboral.

124 «5
Durante nuestra conversación en el Museo está- Y esto me lleva a la siguiente pregunta: ¿cómo p u c
bamos intentando ver s i había equivalencias entre el de ser que l a educación no se conceptualice como algo
sujeto nómade y la educación nómade, como presenta nómade en u n mundo continuamente cambiante?
María Acaso en su texto "Una educación sin cuerpo y sin
órganos". 0 si podíamos relacionarnos con las ideas de Elizabeth Ellsworth. E n relación con el concepto de
Nicolás Bourriaud desde la educación. Aquí entran las nómade, Nicolás Bourriaud tiene una obra reciente
manadas, los bulbos, las abejas y las fresas... También que se titula literalmente El radicante, que, al igual que
estábamos viendo qué resonaba de su trabajo y cuáles la noción de rizoma, es una planta que crea un sistema
eran nuestras percepciones o lecturas. Quizás cada una donde todo está conectado y donde todo fluye; tiene
leyera algo parecido desde lugares diferentes. Quizás no ramificaciones y, si se corta, puede aparecer en otro
nos sirvieran las metáforas utilizadas por Rosi Braidotti lugar. Es como la planta de las fresas, que tiene u n sis-
o por Nicolás Bourriaud: la de "sin-casa-y-con-una- tema propio de raíces, y este sistema de reproducción
maleta-que-cambia-según-el-viaje" y la de " l a - f r e - y de existir está relacionado con la idea de nómade,
sa-que-crece-según-el-terreno" y se adapta según el porque la fresa, al igual que esta otra planta, tiene sus
mismo. Quizás la equivalencia de las dos B en los apelli- propias ramificaciones, tiene sus raíces, pero, a la vez,
dos no tuviera nada que ver o quizás es que nuestro esas ramificaciones buscan u n entorno para fijarse. A
interés radicaba en que los sujetos contemporáneos partir de ella surge una segunda planta que está co-
están en constante traducción mutua, como comenta nectada con la primera, pero que, a diferencia del r i -
Bourriaud, y como nos estaba pasando en la conversa- zoma, llega a ser independiente.
ción. ¡Quién sabe! De todos modos, yo me identifico
más con las palabras de Rosi Braidotti. María también. MA. Entonces, se trata del mismo proceso que sufre la
placenta.

María Acaso. Para tratar el tema de la multiculturalidad EE. Efectivamente, en u n entorno distinto esa nueva
podemos tomar prestado de Rosi Braidotti el término segunda planta puede llegar a ser mayor o más peque-
nómade. E n sus libros nos habla del sujeto nómade y yo ña que la original, y esto se convierte en una metáfora
lo utilizo en el mío cuando explico la educación nóma- de los sujetos y de la subjetividad del siglo XX, donde
de. Creo que la noción de educación nómade es lícita en flujos de personas se mueven a través del planeta. Lo
el trabajo de Elizabeth. que le gusta a este autor es que, a diferencia del rizo-
E n ella nada es fijo, todo está fragmentado, todo ma, que no distingue entre la individualidad y no hace
depende del aquí, del ahora, de lo contemporáneo. diferenciaciones, el radicante consigue a partir de una
Quizás esto nos pueda llevar a lo que se podría definir conexión inicial con la planta madre, con la planta o r i -
como la pedagogía de lo continuo, en vez de la peda- ginal, instalarse en un entorno distinto, resituarse, pero
gogía de lo separado. a la vez convertirse en algo independiente.

126 127
El problema del postmodernismo, en m i opinión, E E . E l radicante produce un intercambio mutuo, pro
ha sido precisamente este, el peligro o el riesgo que exis- duce una traducción mutua que es el resultado de este
tía de perder el sentido de la individualidad en entornos cambio. Es decir, cuando la nueva planta llega al en i o i
tan cambiantes y tan fragmentados. Y me gusta este con- no, este cambia, pero a la vez la planta es cambiada por
cepto porque refleja lo que está sucediendo ahora, los él. A partir de esto Bourriaud reclama una ética para el
movimientos y los flujos de personas de u n país a otro. Y nuevo siglo basada en una traducción mutua. E l trata
en este cambio, en este movimiento, las personas que mucho la cuestión de los barrios y de cómo estos,
dejan su país y se instalan en otro no tienen por qué per- cuando reciben nuevos grupos de inmigrantes, son
der sus particularidades ni sus propias individualidades, cambiados por dichos grupos, pero a su vez el barrio
sino que, al igual que la planta de la fresa, que, instalada cambia a los grupos que acaban de llegar. La cuestión
en un nuevo entorno encuentra una nueva individuali- reside entonces en cómo se articula esto política-
dad sin perder su conexión con la matriz original, esas mente, cómo el barrio cambia a los nuevos inmigran-
personas se instalan en entornos distintos de esta mane- tes y cómo los inmigrantes cambian al barrio. Y esto es
ra, creando como consecuencia algo distinto. algo que se puede ver en la ciudad de Nueva York; cada
Así que me gusta esta metáfora porque ilustra el vez que recibe una nueva ola de inmigrantes, estos cam-
respeto por la individualidad, entendida como una bian la ciudad, porque la ciudad abraza dicho cambio, y
individualidad en movimiento. no estoy diciendo esto desde un punto de vista idealista,
E n relación con la idea de lo nomádico, lo impor- por supuesto, porque esto siempre conlleva problemas
tante es ver cómo en el mundo interrelacionado de hoy asociados.
las personas se interrelacionan unas con otras a través
de las distancias y a través de los países; y cómo hacien-
do estos cambios todavía se puede conjugar el mante- María Acaso traslada la noción de nómade de Rosi
ner particularidades y elementos de la cultura anterior Braidotti hacia el contexto educativo y se pregunta qué
con, a la vez, radicarse en países distintos sin perder el podría ser una acción nómade. Los adjetivos que sitúa
flujo y las conexiones con el país de origen. para pensar e n una acción nómade son "provisional,
fragmentada, inestable, paradójica, visual, teconológi-
Carla Padró. Yo creo que el concepto del radicante ca" (Acaso, 2011a: 47-48). La condición provisional que
plantea u n problema, que son las nociones asociadas a María Acaso define, una acción educativa nómade, po-
la pérdida y a la renuncia de significados y de significa- dría ser una actividad que "acepta su mutabilidad" y
ciones. M e resulta una noción demasiado individua- que sabe que "cada escenario es distinto" y que, por
lista, pues supone que el sujeto sería el centro que se tanto, es distinta "al concepto de hábito". Existe, pues,
instala en un nuevo contexto. La pregunta que surge una reivindicación del acto docente como u n acto que
entonces es qué es lo que el contexto me aporta a mí nunca es el m i s m o y que cambia según el contexto.
como sujeto. La acción educativa será fragmentada, puesto que el

u8 129
contexto contemporáneo es fragmentado, nos viene a E n el contexto español, en el año 2004 se traduce una
decir María Acaso; y por ende, "quien diseñe un pro- edición de textos sobre educación y teoría queer,
yecto educativo ha de abandonar la idea de realizar una coordinada p o r Susan Talburt y Shirley Steinberg",
misión completa que, en algún momento, se cierre de con el f i n de facilitar el debate sobre un nuevo d i s -
una manera perfecta, como un broche" (Acaso, 201 ia: 49) curso que también afecta al campo educativo. En la
o la noción de acción educativa como un círculo, donde introducción, Susan Talburt (2004: 26) menciona el
aprendíamos (algunas personas de nuestra generación carácter inacabado de lo queer ¡ "Lo queer jamás puede
de baby boomers) que tanto una clase como una unidad poseerse por completo, sino que sólo se puede cam-
didáctica tenían que moldearse cual esfera compacta. biar de dirección, retorcer y volcar con su uso previo'",
Es inestable porque "está a punto de estallar" (Acaso, y donde se muestra una tensión en la identidad, entre
2011a: 50), o sea, no es controlable. A l ser paradójica lo fijo y lo mutable, entre la identidad que provoca y
cabe fomentar el "pensamiento crítico como la única vía la n o - i d e n t i d a d , y que esta tensión es precisamente
para aceptar la contradicción y rebatirla" (Acaso, 2011a: el terreno de lo productivo. A la pregunta "¿qué co-
52). Y, finalmente, tiene un componente visual que no nocimiento es más válido?", la teoría queer responde
puede desestimarse. Es más, se trata de un reto, el reto "que se incluyan temas homosexuales en el currículo"
de "transformar un discurso predominantemente oral y (Talburt, 2004: 27) para combatir la homofobia.
textual en uno audiovisual" (Acaso, 2011a: 53) que se
vincula con los cambios tecnológicos de estas últimas Coherentes con los programas de política de iden-
décadas. Yo no soy tan optimista. Todavía me sigue tidad, los proyectos diseñados para combatir la ho-
preocupando que los alumnos de primero de carrera no mofobia incluyen representaciones homosexuales
lean y la brecha que se instala entre dos sistemas de afirmativas en el currículo, así como la creación de
representación diferente. El debate está servido. Po- oficinas universitarias, actividades y organizaciones
demos seguirlo, ¿yuxtaposición, continuidad, recambio escolares. Cuando se codifica la identidad, se abre el
entre lo visual, la oralidad y/o la lectura? camino hacia la codificación del conocimiento: la
pregunta es qué tipo de representación de identidad,
cuánta, dónde y para quién. Estos proyectos han sido
A H O R A A L G O 'EXTRAÑO' 7 eficaces en muchos sentidos, pero su limitación reside
en el mero hecho de que constituyen objetos de cono-

El final de la conversación viene marcado por la aper- cimiento. Jonathan Silin (1995) señala que "la exigen-

tura hacia otras rutas. Entre ellas, la mención a la cia de certidumbre —que el conocimiento sea consen-

teoría queer y su posible influencia en la educación. suado y seguro— ha dificultado la inclusión de temas

7. Juego de palabras entre la traducción de queer (de la teoría queer) como 8. Talburt. S. y Steinberg. S. R. (2004) (eds.): Pensando queer.- sexualidad,
"extraño" y con el doble juego de "excepcional". cultura y educación, Barcelona, Grao.

i3o i3i
polémicos en el currículo" (p.12). una dificultad el deseo a otra parte, a otro lugar. Se necesita. |»or
dolorosamente constatada con la desaparición del tanto, las dos cosas: la crítica previa y esas estrategias
Currículo del Arco Iris en la ciudad de Nueva York inventivas diseñadas a partir de ella.
(Talburt. 2004:27). Así que de nuevo estaríamos hablando de una
traducción mutua, y esto también está relacionado
con las teorías feministas. Se basarían en cierto modo
María Acaso. M e gustaría apuntar un concepto que en los trabajos feministas y también con el espacio de
trabajo en m i primer libro, el concepto de terrorismo la pedagogía.
visual, y conectarlo con el género. Una de las áreas Lo que a mí me resulta muy interesante es ver
de terrorismo visual que afecta a las mujeres, sobre cómo personas que están trabajando en esta direc-
todo en el momento cultural que estamos viviendo, ción, que están trasladando el deseo a otros lugares,
es el tema de la pornografía. Y quiero compartir con
crean nuevos discursos, nuevos discursos que crean
vosotras la idea de que la pornografía no es la realidad,
un espacio social compartido desde el que se puede
los mecanismos pornográficos no son los mecanismos
hablar sobre cosas que no habían existido antes, pero
que las mujeres experimentamos en la sexualidad
que ahora tienen una nueva representación visual.
real.
Esta es la única forma de superar la pornografía tal
Así que la pregunta que te hago, Elizabeth, es: ¿de y como la hemos conocido hasta ahora, a través de nue-
qué manera crees que podrían realizarse unas micro - vas estrategias. Si no se diseñan estas nuevas estrate-
narraciones como, por ejemplo, el postporno? ¿Qué gias, esto no será posible. Estaríamos hablando de unas
tipo de direccionalidad tendrían esas narraciones que estrategias nomádicas, ya que servirían como vehículos
pudiesen afectar la realidad para crear tipos de sexua- para el movimiento, que nos impulsarían hacia nuevas
lidad femenina diferentes? direcciones, y ya estaríamos en el campo de la pedago-
gía. Serían cuerpos en movimiento. Porque s i se ve o
Elizabeth Ellsworth. Bueno, esto tiene que ver con las si se toma la pornografía como un paquete cerrado en
nuevas prácticas que a la vez parten de la teoría queer el que se dice qué es lo que hay que hacer y cómo lo hay
y de las prácticas o de las críticas feministas. Estas que hacer según unas imágenes previstas, esto funcio-
nuevas prácticas crean nuevas estrategias visuales naría como un bloque indisoluble, mientras que si se
que son e l resultado de una conversación que se ha rompe esa conexión entre el texto, lo que se dice y las
hecho posible gracias a las aportaciones de la crítica imágenes y se introducen nuevas formas a través de
feminista y de la crítica de género. Pero a partir de nuevas formas de relación sexual en la sociedad se pue-
ellas ahora lo que corresponde es crear una inventiva, den ir creando estas nuevas estrategias.
o unas estrategias inventivas, de forma que no sola- Sería, pues, u n movimiento de una persona con
mente se supere la parte crítica que haya sido realizada, otra. La cuestión es, entonces, cómo se mueven unas
sino que sean capaces de trasladar el deseo o de llevar personas con otras en esta interrelación en distintos

i3 2 i33
contextos, el movimiento entre una persona y otra Ampliando el descubrimiento de Foucault sobre la
que se podría ver en la clase, que se podría ver en el falsedad de la "hipótesis represiva" según la cual la li
museo o en otros muchos lugares. Serían microna- beración se encuentra en decir la verdad sobre el sexo.
rrativas, estaríamos creando unas micronarrativas Debemos reconsiderar la "hipótesis del conocimien-
que a la vez estarían interrelacionadas entre ellas a to", en virtud de la cual la liberación (o corrección)
partir de un espacio de interintimidad entre dos per- reside en hacer de la sexualidad un tema de estudio en
sonas. los centros educativos (Talburt. 2004: 28).

MA. Me parece que estas micronarrativas son esen- Más adelante se pregunta hasta qué punto la pe
ciales. dagogía podría tener en cuenta las relaciones que los
alumnos elaboran con las representaciones que en-
EE. E n efecto, son esenciales. Este pequeño espacio cuentran, con el f i n de ir más allá de una noción de
político íntimo se traslada al espacio y a la esfera identidad única. Las micronarrativas como una fuen-
social a través de estas micronarrativas, por lo que te, que dialogan con las representaciones de los es-
crear espacio para estas historias supone u n primer tudiantes que, a su vez, pasan a tener el carácter de
paso para producir el cambio social. fuente. Otra vez partiendo de la concepción de una
identidad que es inacabada y que se construye a par-
t i r del cómo se produce, quiénes la producen, qué
E n el arte contemporáneo podríamos buscar estas representa para quiénes, más que seguir pensando
historias micronarrativas para posibilitar las de nues- qué es y qué no es identidad. Mucho por hacer. V o l -
tros alumnos y las nuestras. Podríamos citar a artistas vemos a la cuestión de cómo vamos a responder a
como Nan Goldin y sus fotografías sobre sexualidades ello. S i n duda, la ignorancia activa o la "dinámica
trans, Del LaGrace Volcano y sus performances sobre activa de negación, un rechazo activo de i n f o r m a -
identidades lesbianas; John Coplans y la construcción ción" (Felman, 1987: 79, cit. Ellsworth, 2005a: 65),
de otras masculinidades y otros artistas que nos b r i n - que con frecuencia es inconsciente y puede ser u n
dan la oportunidad de abrirnos a la construcción de la nuevo espacio para la indagación:
identidad a partir de la sexualidad y de la teoría queer.
Según Talburt, es interesante abordar el tema de la El odio o el miedo a la propia implicación en aquello
sexualidad en el campo educativo como campo de cons- que se enseña —sobre las historias y las operaciones
trucción de la identidad y precisamente para no del racismo y del sexismo. por ejemplo, o sobre el
moldear a sujetos según las mismas pautas de c o m - Holocausto o sobre el Pasaje Medio— puede hacer olvi-
portamiento conformistas que r e p r i m e n , sino para dar o ignorar o no oír el rechazo activo, aunque incons-
liberar y curar (como presentan algunos de estos ar- ciente. Y las "resistencias internas" que dan razón de
tistas): ser a una ignorar-ancia son obstinadamente capaces

185
de mantenerla, incluso en contra de las intenciones Quizás podríamos empezar por fijarnos en la
conscientes o deseos de alguien que por otra parte publicidad que nos rodea, y que nos parece " n o r m a l " ,
quiere aprender (Ellsworth. 2005a: 6 6 ) . y sus lugares de ubicación; o en los titulares de los
diarios; o quizás, mejor, en los espacios entre infor-
Queda tanto por aprender si nos situamos desde mación factual y publicidad, entre lo que se dice por un
la incertidumbre. Tanto que traspasar, tanto que dejar, lado y lo que se oculta con lo que se dice en el otro, y en
tanto que rescatar si no dejamos de lado la "pasión por tantos otros muchos intersticios, como por ejemplo lo
la ignorancia". Según Ellsworth (2005a), el trabajo de que se exhibe e n el pasillo de una exposición (en el
Shoshana Felman sobre psicoanálisis lacaniano y edu- Museo de Cataluña se exponen las "contribuciones"
cación radica aquí, en este cambio de u n estudiante de la cultura árabe —por ejemplo, la agricultura de
que tiene pasión por el conocimiento por u n estu- regadío— en u n pasillo entre extensas salas centrales
diante que tiene pasión por la ignorancia, en el sentido que nos hablan de las cruzadas) o en qué nos dice la
de cómo lo inconsciente ha sido "modificado", aunque última pieza escogida al final de la sala de una exposi-
todavía existe una "escisión" entre lo que pienso y lo ción, las imágenes en los márgenes de las palabras en
que digo que se manifiesta de forma no consciente los libros de texto o el poder de cambiar el enunciado
(lapsus, sueños, olvidos, desplazamientos, transferen- cada día cuando se acaba el tiempo de la clase. Cuán-
cias, etc.). tas veces hemos leído cartas de lectores en las que se
preguntan por qué al lado de las noticias con imáge-
Esto nos presenta a nosotros profesores una persona,
nes atroces hay mujeres rubias, jóvenes e imposibles,
un/a estudiante, que piensa que ella/él sabe algo, pero
sin que se modifique la secuencia. Quizás podríamos
que en realidad sabe y piensa algo distinto. Una perso-
seguir tachando todos aquellos eufemismos que nos
na que sabe algo, pero no lo significa. Una persona que
conducen a un "mundo mejor" o subrayar cuántas veces
sabe algo, pero no quiere saberlo. Una persona cuyo
se utilizan los mismos adjetivos cuando se habla de
conocimiento no deseado, no intencionado, autosub-
diferencia. Hay demasiados quizás como para no inten-
versivo se filtra en sus palabras y en sus acciones
tarlo. "Una persona siempre dice más de lo que está
—pero no se da cuenta, no puede poseerlo o utilizar-
diciendo" (Ellsworth, 2005a: 68). M e cuesta terminar
lo—. Una persona que siempre dice más de lo que está
estas líneas. Tal vez mejor agradeciéndoles a María y a
diciendo. Una persona para la que aprender es a
Elizabeth el haberme brindado la posibilidad de pen-
menudo más o menos traumático, sorprendente, incó-
sar de otro modo y también agradecerte a t i , lectora,
modo, perturbado, problemático, intolerable —com-
por estar con nosotras.
portando una pérdida del yo que se pensaba que estaría
aquí y se descubre un yo en alguna otra parte, atrapado
en patrones diferentes de relaciones consigo mismo y
con los otros (Ellsworth, 2005a: 6 8 ) .

i36 i3 7
BIBLIOGRAFÍA
EPÍLOGO
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al principio y tienes que re-ordenarlas de una a una.
Puse el número de cada capítulo, como encabezado,
en cada caso. Eran casi las tres de la tarde y me que-
daba la tarea de revisarlo todo antes de entregarlo.
Todavía tenía unos días, pero me gusta ser puntual.
Mientras tanto, m i colega Fernando Herraiz hacía lo
mismo a veinte kilómetros de m i casa. Le pedí que no
solo se fijara e n cómo respira el texto, sino en la s i n -
taxis, en si fluía y si se entendía, en mis "catalanadas"
que quería "ocultar" antes de que María y Pía lo leyeran
por primera vez. Aunque, ¿por qué ocultarlas?, pensa-
ba mientras le mandaba el texto a Fernando Herraiz;
¿por qué tener vergüenza de confundir la preposición
a con en, el por y el para o el voy y el vengo? ¿No será
esta una posición intemedia? Dispuse el grueso salido
de la impresora de forma cariñosa: hasta ahora cada

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139
capítulo había sido separado del anterior, aunque no y que, colisionando con lo educativo, tienen connota
había hecho saltos del orden temporal de la conversa- ciones nuevas.
ción, sino que había ido fragmentando partes de la Si te dicen "educar es imposible porque siempre
misma según los temas que se desprendían o según hay u n tercero entre tú y el educando", no se refieren a
los conceptos que podía explicar/referenciar desde que "educar es frustrante" porque no "puedo controla r
Elizabeth y María. No empecé por el final, como me n i la planificación n i los tiempos n i lo que se puede
había ocurrido en alguna ocasión, pero el último frag- articular, lo que he dicho o lo que espero; todo lo con-
mento se me hizo problemático, pues no sabía si podría trario, significa salirse de esta supuesta unidad planifi-
sacar otro capítulo. Estuvo algún mes en el archivo cua- cada, controlada en pequeños fragmentos que crearán
tro. No estaba segura de si era mejor incorporarlo en el u n todo, en pequeñas lecciones que día a día serán un
capítulo tres. Pero el ilusionismo de un cuarto capítulo curso o en pequeños ejercicios que pasarán a ser el final
se sucedió al final del tres. Le encontré la pertenen- del recorrido del curso. Se trata de dejar de controlar,
cia, creo que en un día medio nublado. Lo último que dejarse llevar, ser experimental, dejar el anhelo de lo
imprimí fue la primera entrada, la leyenda "Sobre esta holístico y lo reprimido. Se trata de valorar lo confuso,
publicación". Esta sí que la había escrito de forma lo que se nos escapa, lo no dicho, y hacerlo productivo
discontinua, siguiendo los pasos entre " N o soy quien (en el sentido de reconocer que también lo confuso, lo
la pedagogía piensa que soy" y "Sospechas: la pedago- que se nos escapa, lo no dicho laten en algún lugar de
gía crítica". Tenía que comprobar si podía incluir o la clase, del discurso o del día). Educar es imposible
desestimar algo más, dadas las circunstancias de pasa por generar otras posibilidades.
saber que llegaba al final del proyecto. E l presente Si apelan a la claridad de tu discurso, puedes de-
epílogo lo empecé a escribir a la vez que estaba en el tectar lo de diálogo comunicativo que hay en esta ase-
último apartado de " E l aprendizaje de lo inconcluso" veración y la necesidad de obtener certezas, posición
y en medio de la impresión. Falta todavía leer todo el que a menudo choca con las teorías feministas, posteo-
texto para reorganizarlo. Me salían como conclusio- loniales o queer al replantearse cómo se construyen las
nes. Necesito esta pausa. Es hora de volver a leer el identidades y su representación, ya sea en los modos
texto. Luego sigo. cotidianos de hablar, en lo escrito del curriculum o en
Por ahora el epílogo continúa así: a lo largo de la las imágenes que se escogen para ilustrar una lección.
conversación, como hemos podido ver, surgieron Cuestión siempre de matiz. Cuestión de apertura ines-
muchos temas, a menudo muy complejos, pero con table y que no totaliza. Políticas de reconocimiento y
una riqueza de matices que nos han ayudado a replan- de cambio.
tear algunos supuestos que manejamos en el campo A l leer estos dos fragmentos me d i cuenta de que
educativo. Muchos de ellos forman parte de otros estaba utilizando el recurso de la síntesis y que en este
campos, ya sea el filosófico, el del cine, de la cultura texto desencajaba. Desencajaba con los términos de
visual, el de la teoría cultural o el de la teoría feminista, la conversación. Mejor combinar varias citas.

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"Hay algo provocador en la proximidad de la enseñanza construyendo en nuestro cerebro las imágenes que nos
con cosas desacreditadas como el trauma, la sorpresa, la rodean."
discontinuidad, la excitación, el inconsciente, la para- María Acaso, La educación artística no son manualidades (2009: 75),
que estaba en medio del texto.
doja, la magia, la obsesión, los acontecimientos invisi-
bles e irrepetibles y las películas [...]
No consiste en enseñar algo cuando enseñamos a los "La decoración era una fase particularmente delicada y
otros que puede ser añadido después o utilizado para yo percibía toda la solemnidad de aquel momento. Los
corregir nuestra comprensión de la enseñanza. pastelillos debían parecer senos de verdad, de lo con-
Más bien, practicar conocimientos que nos son extra- trario corríamos el riesgo de disgustar a la santa, la
ños o discontinuos respecto a la enseñanza es i m p l i - cual, dado lo susceptible que era, había podido retirar-
carse con otra paradoja más." nos su protección. La abuela se ponía las gafas, levan-
Elizabeth Ellsworth. Posiciones en la enseñanza (2005a: 194). en su taba las persianas para que entrase más luz, colocaba
epílogo del libro, pero al que tituló "Coda". una guinda, se alejaba un poco de la mesa y comproba-
ba si estaba bien centrada; luego se acercaba de nuevo
"Harry Houidini, el gran ilusionista y uno de los redac- y ponía otra, y así hasta que había decorado todos aque -
tores del espectáculo moderno, dedujo que el m o m e n - líos magníficos dulces. Mientras tanto, sin interrum-
to culminante de u n número de prestidigitación es pir el trabajo, seguía con el relato."
cuando el mago invita a alguien del público a subir al Giuseppina Torregrossa, Un dulce par de senos (Madrid, Ediciones
Maena, 2009, p. 23), que leí en un viaje al año siguiente de haber pasado
escenario, porque "esa es la palanca para que todo fun-
el verano en Sicilia, donde se desarrolla la novela y se hablaba de santa
cione en un universo de ilusión". E l espectador no es
Ágata. En Barcelona, en la Capilla Real del Salón del Tinell, hay un exvoto
simplemente legitimador de la obra, sino que es inte- en forma de senos de cera dedicado a esta santa. El Salón del Tinell es
grado en ella para cerrar el bucle que la convierte en desde hace unos años el Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona.
espectáculo."
Jorge Luis Marzo. "Se sospecha de su participación" (2009: 70),
que explicaba la construcción social del espectador de arte de vanguar- Fernando Herraiz me devolvió el texto esta misma
dia en un interesante ensayo en un libro, publicado por el Centro de
tarde. Encontró comas dispuestas de otra manera y
Documentación y Estudios Avanzados (CENDEAC) de Murcia, titulado
algún que otro tramo que no entendía...
Querido público. El espectador ante la participación: jugadores, usuarios,
prosumersyfans.

"Para que cada uno de nosotros podamos desarrollar


una línea de pensamiento propia resulta i m p r e s -
cindible i r u n poco más allá de la superficie de la
cultura visual que nos rodea en universidades, cole-
gios, escuelas y pararnos a analizar qué ideas están

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A menudo los docentes temen equivocarse, no controlar sus es-
pacios, tiempos, contenidos y deseos. Preocupados por lo que
puede funcionar o no en el aula, olvidan los procesos y las accio-
nes que construyen con el alumnado, sus posiciones como estu-
diantes y las suyas con relación a ellos. Este libro, que surge de
una conversación entre dos académicas, Elizabeth Ellsworth y
María Acaso, presenta otras formas de pensar la pedagogía des-
de lugares que pueden ser considerados anómalos por el pensa-
miento pedagógico ortodoxo. ¿Hasta qué punto es la pedagogía
un espacio de posibilidad y cambio? ¿Hasta qué punto deben re-
visar su posición como docentes/artistas/humanistas antes de
pedir la emancipación alos alumnos? ¿Qué efectos tiene una
pedagogía que no se conforma y quiere ser regeneradora? ¿Se
puede hablar de la profesión docente como algo no resuelto?
Estas son algunas de las preguntas que se plantean en esta obra,
a las que Carla Padró yuxtapone una serie de textos narrativos y
explicativos de los conceptos surgidos durante la conversación
y que servirán de guía al lector en la estimulante y necesaria re-
flexión sobre la enseñanza como un espacio de experimentación
y de cambio.

María Acaso es profesora titular de Educación Artística en la Fa-


cultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.
Elizabeth Ellsworth es profesora titular de Estudios Fílmicos y
Mass-media y asesora de innovación curricular en la New School
for Social Research de Nueva York. Carla Padró es profesora ti-
tular de Pedagogías Culturales en la Facultad de Bellas Artes de
la Universidad de Barcelona.

M U S E O
9 ^ 7 K 1 X 1 ^ 1 <1 l, 1 I,
THYSSEN-
15€ ISBN 978-84-8319-614-8 BORNEMISZA

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