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crea conceptos.»
Deleuze
Deleuze
y su herencia
filosófica
COORDINADO
POR
ALAIN BEAULIE
U
TRADUCIDO POR
AXEL CHERNI
AVSKY
1
Índice
©Presses Universitaires
de France
©de la edición en españ
ol: Campo de Ideas, SL.
Madrid, 2007.
fundamentos de lo visible.
ción o estructura filosófica. La sienten demasiado rígida, demasiado
estrecha para soportar la movilidad de los contenidos. Tal es así que
115 La recepción póstuma de la obra de Deleuze
Bergson, leyendo a Spinoza, afirma que hay en su obra "impulsos de
por Stéfan Leclercq
intuición que resquebrajan el sistema"1. Pero como toda crítica, en fi
Crear e inventar · Deleuze y la modernidad •
losofía, es más indicio de un desafío futuro que de un fracaso pasado,
Las publicaciones póstumas • Los intercesores • Deleuze
la crícica a la noción de sistema conduce a una redefinición, a la ela
y la pintura contemporánea • Delleuze y la poesía
boración de un concepto más plástico. Así, siempre Bergson, de la es
contemporánea • Deleuze y el teatro contemporáneo •
tructura de una filosofía en general, dirá que "se parece más a un or
Deleuze y el cine contemporáneo • Deleuze y la música
ganismo que a un ensamblaje, y es mejor hablar aquí de evolución
contemporánea • Conclusión transitoria.
que de composición"2.
¿Qué sucede con Deleuze? ¿Puede pensarse su obra como un sis
137 Notas
t�ma? ¿Qué clase de sistema? En una entrevista sobre Mil mesetas, De
leuze le contesta. a Robert Maggiore que "los sistemas estrictamente
no perdieron nada d'?sils fuerzas vivas"3. Y es cierto que en todos sus
escritos monográficos, sobte Nietzsche, sobre Kant, sobre Bergson,
�
Deleuze intenta exhibir el s tema, construir el sistema, como si una
filosofía necesitase tanto de un filósofo como de un comentador4. Es
que el filósofo no puede al mismo tiempo decir y explicar lo que di
ce, afirmar y ordenar lo que afirma. Hace falta un comentador y, De
Jeuze, en este sentido, se revela como el gran hacedor de sistemas.
Ahora bien, ¿en qué consiste el propio' ¿Cómo se ordena lo que afir
ma y se explica lo que dice?
..
I N TROD U C C I Ó N I 7
6 I D E LE U Z E Y S U H E R E N C I A FILO S Ó F ICA
otro. ¿Cómo lo que es uno puede ser múltiple' ¿Cómo lo que es úni
con el objeto en el marco de una teoría moderna del conocimjen1o, t•I
co puede ser plural? Pero en realidad, lo que conjura un término no
colono cuando conquista una tierra y la declaración de los dertt liu.�
es lo mismo que realiza el otro. El monismo conjura una dualidad de
l
humanos cuando en nombre de la igualdad valora una diferencia por 1 orden vertical: la posibilidad de que un elemento se eleve por encima
sobre la otra. Para conjurar estas dos prácticas, Deleuze inventa do11
de los demás; el pluralismo promueve una diversidad de orden hori
conceptos: la inmanencia y la diferencia. La inmanencia es un intcn..
zontal: la posibilidad de que los elementos sean diferentes sin que uno
to por aplanar los dos ámbitos que la trascendencia planteaba, por
1J
domine a los otros. El monismo promueve una horizontalidad de los
fundir sin confundir los dos niveles del dualismo. La diferencia o la
heterogeneidad, consecuentemente, aspiran al respeto de lo diferente
g
ámbitos; el pluralismo conjura una Í ualdad de los elementos. Sin
elevarse por sobre los demás, un elemento podría aspirar a la domi
en contra de la operación de identificación que reduce a un igual.
nación por una operación de reducción a lo mismo, por una suerte de
¿Implica este doble .movimiento un conformismo o un escepticismo
contagio de su identidad. Por eso, en el mismo plano, es necesaria una
en donde todo da lo mismo' La pregunta no tiene sentido porque el
segunda estrategia que garantice la diferencia de los elementos que lo
origen mismo de esta operación filosófica consiste en conjurar una
i
8 I D E L E U Z E Y S U HE R E N C I A F I LOSÓ F I C A I N T R O D U CCIÓ N / 9
constituyen. MONISMO = PLURALISMO e s l a consigna d e una ontolo por ejemplo. La determinación de la lengua como objeto de ciencia
gía qne concibe al ser como una m11/tiplicidc1d de elementos distintos entre sí, implica una operación de abstracción, un recorte teórico que se aleja
heterogéneos, y en donde toda1 las conexiones son posibles, Ja/vo las que res de las condiciones reale:; y concretas de la efectuación de la lengua,
tarwan ctÍgtin tipo de rmidad, de totalidad, que conferiría a 1mo de los ele que no es otra cosa que una pluralidad de discursos interconectados
mentos 11.na primacía por sobre los demds. Podríamos ilustrar esta ontolo y superpuestos entre sí. La lingüística misma no es más que un dis
gía por el dibujo tan típico de una molérnla: partículas conectadas curso entre otros que, desde un punto de vista pragmático, intenta
entre sí. No casualmente la ética deleuziana conduce a un "devenir imponer su visión de la lengua, su concepción de la lengua. Desde la
molecular", que es la versión actualizada de la fusión con el todo es perspectiva de un análisis pragmático, se revela como una aliada de1
toica, o del amor intelectual de Dios spinozista. En el ser, todas las Estado o del poder dominante, como una política de la lengua que
partículas están al mismo nivel: todos los hombres, rodas las cosas, to intenta darle a un poder establecido una lengua estándar. La realidad
dos los animales. ¿Hay un ser, un Ser? ¿Existe el ser como totalidad? de la lengua podría expresarse bajo la forma siguiente: monismo lin
No: la unidad o la totalidad del ser no son sino las conexiones entre giiístico y pluralismo discttrsivo.
las partes, más partes entre las partes, y no la subsunción de rodas las
partes en una, o la represenrnci6n de rodas por una. ¿Implica esto la Critica del psicoanálisis. El lugar de la lingüística en la esfera del len
equivalencia de todas las partes? No: las malas son las que creen en guaje lo ocupa el psicoanálisis en la esfera de la ética. La crítica de De
una totalidad o unidad, las que en nombre de la igualdad pretenden leuze y Guattari al psicoanálisis puede comprenderse por un lado a
restaurar una forma de trascendencia. El mal, en Deleuze, se resume partir de la crítica de Nietzsche al cristianismo y, por otro, a partir de
en la fórmula siguiente: DUALISMO = TOTALJTARISMO. la crítica de Sartre al marxismo. Según Deleuze, Spinoza y Nietzsche
¿Por qué es esta fórmula la llave maestra del sistema deleuziano' inventan una nueva manera de valorar: ya no se juzga a un ser a par
Porque sin duda es posible rastrearla en todas las otras esferas. f
tir de un deber ser trasc ndenre, sino a partir de un poder ser inma
nente. No se le exige a u r ser que debe ser otra cosa que generalmente
Crítica de la lingüística. A nivel del lenguaje, Deleuze y Guartari no le conviene, sino que se le aconseja o explica que puede ser otra co
van a construir una filosofía que se opone a l a lingüística en tanto in sa que probablemente le convenga. El único criterio de la nueva eva
tento de homogenización y esrnbilieación de la lengua. Si recorda luación es la vida: lo bueno es lo que estimula la vida, lo malo es lo
mos el tercer capítulo de los Cursos de lingiiística general, en donde se que atenta contra ella. Como en su época Nietzsche encontraba que el
pretende definir el objeto de la lingüística, se recorta en la heteroge Bien del cristianismo era en realidad lo malo para el hombre, escribe
neidad y polimorfismo del lenguaje un objeto homogéneo y simul un Anti-Cristo. Como en el siglo XX, Deleuze y Guarrari juzgan que
táneo: la lengua. Se intentará, luego, encontrar en ella constantes el peligro ya no lo constituye el cristianismo, sino el psicoanálisis, y
universales e invariantes. La lengua, piensa Deleuze, no es eso, sino que el consulcorio tomó el lugar del confesionario, escriben un Anti
un sistema siempre cambiante, siempre moviente, diferente de sí y Edipo. Y lo que le critican al psicoanálisis es un poco lo mismo que
heterogéneo en sí mismo. Tomemos cualquier lengua, siempre esta Sartre le critica al marxismo en la Crítica de La razón dialéctica: haber
r� atravesada por dialectos y jergas que funcionan como coeficientes olvidado la singularidad del caso, trabajar con categorías anquilosa
de vnriación y que están alterando la gramática, la sintáctica y la se das, haberse constituido como nuevo dogma. Como el viejo cura re
mfoticn de una lengua. Tal es el caso del black-engíish con el inglés partía castigos y expiaciones en función de una lista cerrada de peca-
10 I D E L E U Z E Y S U HERE N C I A F I L O S Ó F I C A I N T R O D U CC I Ó N I 1 1
:
dos capitales, el nuevo psicoanalisca reparte tema que escapa a los riesgos de la noción clásica. El peligro, a juicio
culpas y altas en función
de una lista cerrada de perversiones capitale de Deleuze, no es tanto la posibilidad de cosificar la filosofía, de atra
s. "Siempre se trata de
m a� á Y papá" dicen Deleuze y Guattari. Lo
que el psicoanálisis no parla en una caja sin vida, como lo era para Bergson. El riesgo pasa
vena es que, muchas veces, las perversi más bien por la posibilidad de homogenizar los contenidos, las áreas,
ones, los traumas, no depen
den de una condición familiar, sino de una de quitarle heterogeneidad a la filosofía repitiendo siempre las mis
condición histórica, polí
_
t1�a ge gráfica. El psicoanálisis estaría encerrad mas constantes, imponiendo una totalidad o una unidad a casos en re
� � o en el triángulo fa
miliar srn poder ver la realidad que desbord alidad diversos. La nueva noción de sistema como conexión no torali
a el hogar, la realidad de
la calle, del barrio y de la ciudad. Todo deseo zable de elementos heterogéneos es una conjura de la homogeneidad
es para él deseo fami
liar, Y de sta manera ignoraría la realidad y la trascendencia a nivel merafilosófico. Es curioso: Bergson propo
� del deseo, a saber que es
plural y diverso, tan diverso como los individu nía pensar al sistema como un organismo y no como un ensamblaje Y
os deseanres. Por su
puesto, la práctica psicoanalítica podrá desment Deleuze, bergsoniano, propone exactamente lo opuesto, a saber, un
ir estas acusaciones de
m chas maneras, siendo un buen profesion orden no orgánico, un agencement, cuya mejor traducción sea proba
� al el que escucha la singu
landad del caso y no el que aplica una inrerprer blemente "ensamblaje"'. Es que por "organismo" uno y otro entienden
ación ya hecha. Ésta
será enwnces la utilidad del libro de Deleuze cosas distintas. Con ello, Bergson quiere insuflarle vida a la filosofía.
y Guatrari: servirá para
_
d1stmgu1r un buen análisis de un mal análisis.
En todo caso, al psico Pero con ello, para Deleuze, se restaura la trascendencia de una tota
análisis como "escuela", como dogma, se le opone lidad por sobre las partes. En efecto, un organismo es un orden en
la pluralidad de de
seos heterogéneos. Monismo ético y pluralismo de de.seos. donde la parte recibe su función a partir del todo, en donde el todo es
más que la suma de las partes. Deleuze, al contrario, conservando el
Crítica a la noción clásica de sistema. En tercer lugar, de ser cohe vitalismo bergsoniano quiere un orden en donde el codo sea lo mismo
rente, la fórmula ontológica debe valer a nivel metafilosófico: el mis que rodas las partes y en donde la función de cada parte valga por sí
mo sistema de filosofía debe ser una pluralidad de conceptos hetero misma: un agencement, un ensam bfaje. Monismo sistemático y pluralismo
géneos sobre un mismo plano. Y es, en efecto, la resis de Deleuze en conceptual. \
¿Qué es la filosofía? Una filosofía es un plano de inmanencia habitado
por conceptos heterogéneos en relación de devenir6. La palabra "de Un comentario deleuziano. Desde esta perspectiva, resulta especial
venir" tiene muchos significados en la obra de Deleuze, y si bien en mente deleuziano, un libro sobre Deleuze que se componga de una
�
a gunos casos se refiere a un tipo de riempo no cronológico, la mayo pluralidad de artículos heterogéneos. La primera heterogeneidad co
na de las veces designa una relación espacial, no recíproca, entre tér rrespondiente es la de la vida y la obra. Comentando la obra de Nietzs
minos hererogéneos. Tal es Ja relaci6n de los conceptos en el sistema che, Deleuze entiende que la anécdota es a la vida del pensador lo que
filosófico, y por eso el devenir es lo que hace al sistema. Es la viga en el aforismo al pensamiento7. Así, va a leer las transformaciones del Za
Ja estructura, la manguera en el moror. Hemos de pensar el sistema rathfl.stra -de camello en león y de león en niño-, como tres etapas de
filosófico como una multiplicidad de conceptos, de áreas, en conexión l a obra de Nietzsche, pero también de su vida y su salud8. Tal es el ca
entre sí, pero en donde ninguna o ninguno totalizan a Jos demás, uni so en este libro también, en donde el Prólogo de Beaulieu y el artícu
fican al sistema, en donde ninguna o ninguno toman el lugar del co lo de Leclercq se ornpan en parre de la vida de Deleuze, mientras que
razón o la cabeza. Es así cómo Deleuze forja una nueva noción de sis- los otros se ocupan de su obra. La segunda heterogeneidad no concier-
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n e a la vida y a la obra, sino a l a vida d e la obra: e l artículo d e Beau- las mangueras del libro. La distinción entre lo molar y lo molecular
1ieu trata sobre la influencia del estoicismo en el pensamiento deleu es una de ellas. Como lo mayoritario y lo minoritario no se distinguen
zian o, el de Leclercq sobre la recepción de la filosofa
í de Deleuze numéricamente, la disc;nción entre lo molar y lo molecular no con
mientras que el resto de los artículos conciernen al despliegue inrern � cierne a las dimensiones. Lo molar y lo molecular no se superponen
de la obra misma. La tercera heterogeneidad remite a las áreas del sis con lo grande y lo pequeño o lo colecrivo y lo individual. Es una dis
te ma deleuziano que trabajan los comentadores: la ontología cae fun tinción transversal a estos ámbitos y que recorre tanto lo colectivo co
�amentalmente en manos del artículo que abre el libro, la filosofía po mo lo individual, las poblaciones y las personas. Con ella, Deleuze
l u1ca es considerada por Antonioli, y la estética, por Villani y Fahle. prerende contestar la típica pregunta de cómo un dictador puede ser
�
Es a división no implica que no exista una segunda clase de heteroge un buen padre de familia o cómo un brillante psicoanalista puede ser
neidad, que concierne siempre a las ramas del sistema, pero dentro de un hombre tan mezquino en su intimidad. Lo molar es el objero de la
cada artículo. Así, el trabajo de Boundas, si comienza por un análisis historia política, militar, económica; lo molecular es el objeto de la
de corre oncológico, pasa rápidamente a ocuparse de la teoría del co historia de la vida privada, de la nueva hisroria. Quizá pueda supe
'.
no cimiento y de la ética. D e la misma manera, Villani plantea su dis ponerse con la microfísica de Foucaulc. "Es demasiado fácil ser ann
c sión en un plano estético, pero para afirmar justamente que la esté fascista a nivel molar, sin ver el fascista que nosotros mismos somos,
�
tica en Deleuze es inseparable de una ética, o que el arte es inseparable que sostenernos y nutrimos, que nosotros mismos malcriamos, con
de una experimentación. Es por este motivo que propone el término moléculas, personales y colectivas."9 Esta es la distinción entonc s
�
de "estésica" para reemplazar el de "estética". De esta forma, el plan que Antonioli va a superponer con la distinción entre lo macropolín
teo de Villani no sólo dirige nuestra atención sobre la heterogeneidad co y lo micropolítico, y que Villani va utilizar para caracterizar un de
de las áreas, sino sobre su conexión o inseparabilidad. Anronioli hace terminado tipo de movimiento, de nomadismo, que no consiste en
lo mismo cuando sostiene que el valor de la política deleuziana reside una traslación espacial, sino en una migración espiritual.
en parte en el hecho de mostrar que es ilusorio querer extraer una es
fe ra política pura, en desligar a la política de la ética. Pero en este sen "
Lo virtual y Lo actual. El espíritu, en Deleuze, e >io virtual. No
por
tido, es el artículo de Beaulieu el que se constituye como una verda mate
ser monista recusa toda distinción posible entre el espíritu y-la
tos
der a puesta en abismo del libro: rastreando la influencia estoica en la ria. Por ser monista, recusa una distinción que vuelva a alguno de
u
fil osofía deleuziana, demuestra cómo la concepción estoica de la filo dos términos trascendente respecto del otro. Confiriéndole al espírit
s ofía como sistema tripartito en lógica, física y ética estructura el sis
el mismo estatus ontológico que al cuerpo, el mismo tenor de
rea i �
terna deleuziano en una lógica, una física y una ética. El artículo de Be dH
dad, Deleuze va a ser el mayor esfuerzo por fundirlos sin confun
aulieu se presenta así como una pieza del sistema que hace de espejo y estos
los. Y justamente para distinguirse de un dualismo en el que
refleja al sistema complero. r el es
términos son exteriores el uno respecto del otro, va a rebautiza
son
píritu como lo "virtual", y la materia como lo "actual". Lo actual
Lo molar y lo molecular. Por otra parte, si es posible llevar la hete re
los cuerpos, el estado de cosas empíricamente observable. Pero la
no
rogeneidad hasta el interior de los artículos mismos, es inversamente alidad no se agota en él. Hay algo can real como lo actual pero que
posible llevar las conexiones afuera de ellos, para ver cómo se relacio eso
es actual, can tangible como la materia pero que no es la materia,
nan entre sí, qué es lo que liga a unos con otros, cuáles son las vigas, es lo virtual. Tan colorido como el color, can perfumado como el per-
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fume e s l o virtual, real sin ser actual. Esca distinción, entre l o virtual Ahora bien, ¿esta concepción de la filosofía no implica la restau
y lo actual, es una segunda conexión entre los arrículos, pues atravie ración o la conservación de dos desniveles: el de la oncología como
sa toda la primera sección del artículo de Boundas, eminentemente fundamento y el de la polícica como lo fundado? ¿No está operando
ontológica, así como el artículo entero de Beaulieu, quien intenta de la ontología como causa primera y la política como causa final? En tal
terminar el carácter incorpóreo del acontecimienco. caso, ¿podrían salvarse estos desniveles con las tesis propiamente de
Son estas nociones, estas conexiones las que, a pesar de una radical leuzianas, considerando a la ontología y a la política como partes en
heterogeneidad de los artículos, nos permiten respirar un mismo aire tre las partes, con su propia especificidad y su propia singularidad'
deleuziano, percibir una misma temperatura, una cierta coherencia. Tanto Beaulieu al final de su prólogo como Leclercq al final de su ar
tículo lanzan una flecha al porvenir, hacia esa nueva filosofía que, de
¿Ca-herencia deleuziana? La búsqueda de conexiones entre heterogé
leuziana, será su superación, su vuelta de tuerca, una nueva creación
neos en todos los dominios hace que en el terreno antropológico De
de conceptos. Tal vez, esa filosofía sea la que en el plano de inmanen
leuze privilegie las relaciones de alianza por sobre las de filiación. "El
cia deleuziano, alise las montañas y rellene los lagos, una que con
devenir es siempre de otro orden que del de la filiación. Es del orden
quiste una nueva forma de homogeneidad que no se superponga con
de la alianza."1º Ya nivel de una sociología filosófica, esto se tradu
la que las filosofías de la diferencia critican, ni haga resurgir los ho
ce en una promoción de la noción de "movimiento" por sobre la de
rrores contra los cuales éstas se construyeron. La estructura de esta fi
"escuela". Movimientos filosóficos de orden horizontal contra escue
losofía no podrá ser la de la dialéctica hegeliana ni la de la d11rfe berg
las filosóficas de organización vertical. Contra una escuela filosófica,
soniana. Deberá encontrar un equilibrio, o mejor, construirse como
con su dogma y sus afiliados, Deleuze prefiere un movimiento, con su
un equilibrio mismo, como la identidad de lo bueno y lo malo en una
ética y sus aliados. ¿Por qué en ronces titular el libro Deleuze, herencia
alternancia evanescente.
filosófica? ¿Por qué no Delenze, alianza filosófica? De hecho, en la ex
presión, resuena la vieja sentencia kantiana que antecede a la Crítica
de la razón pttra: "legar una herencia a la posteridad.. . "11. La noción
de herencia, por otra parce, en la Crítica del jtúcio, servirá justamente
para dar cuenca de esa parte esencial de la genialidad, no enseñable es
colarmente, pero transmisible de genio en geniol2. Ahora bien, de su
libro sobre Kant, dice Deleuze: "lo quiero mucho, lo hice como un li
bro sobre un enemigo ... "13
Diferent/ciación 14
ductibilidad de la diferencia . Y es hacia las cuestiones complejas que
resultan de esca coordinación hacia donde dirijo ahora mi atención.
El error que conduce a leer el "ser" de Heidegger como si se rrarase de
un sustantivo es bien conocido. La confusi6n que consiste en leer la las intensificaciones. La ontología deleuziana es una ontología de
"djferencia" de DeJeuze como si se tratase de un ente-subsistente es fuerzasl6 que apunta a corregir el error que consiste en pensar exclusi
por su parre, cada vez más reconocida. No es que constatemos por pri� vamente en términos de "cosas" y cualidades: privilegiando la cosa ex
�ue la noción [dilférentiation]
�era vezd1ferenciaci6n deleuziana de "diferencia" signifique al mismo tensa, ignoramos la génesis intensiva de eso que es extenso Los cam
tiempo y diferenciación15 [différencia pos de fuerzas, sin embargo, son experimentados únicamente. según su
rzon] (lo que fue percibido muy tempranamente) . Pero más bien co resultado. Utilicé el sintagma "campos de fuerza" porque, en una on
menzamos a explorar rodas las implicaciones de esta decisión. Com tología de las fuerzas como la de Deleuze, la fuerza llega a significar la
prendemos mejor, por ejemplo, la manera por la cual la diferencia no relación entre las fuerzas. Así pues, una tal ontología corresponde a una
se �a . como u� c�n��pro: los conceptos no son procesos, mientras que verdadera diacrítica de las fuerzas en movimiento: las fuerzas son dife
la d1ferent/ciac16n designa un proceso. De hecho designa el doble rent/ciadas, es decir que son lo que son únicamente en virtud de las re
proceso de lo real: virtual y actual. Siguiendo la recomendación de De laciones diferenciales [dilférentielle.r] que tejen entre ellas. La cantidad
leuze que opta por un lenguaje filosófico dominado por los infinitivos, diferencial [diflérentielle] de las fuerzas se llama "intensidad", mejor,
evitamos todo error que nos conduciría a confundir "diferent/ciaci6n" "intensificaciones". Las intensificaciones son los verdaderos sujetos de
con un nombre. Es por eso que incluso conviene pensar la diferencia los procesos! Pero no son sujetos comprend.idos en un sentido ordi
7.
deleuziana en términos de "diferent/ciar". Lo que hace inmediatamen nario, pues las intensificaciones no corresponden a entes. Aun si son
te posible un� nueva ontología fundada en la intuición de que "ser es responsables de la génesis de los entes, las intensificaciones devienen
.
ser diferent/ciado y diferent/ciante". virtuales aunque constituyendo reales acontecimientos cuyo modo de
Deleuze uriliza el grafema tic porque, en su ontología, Jos proce existencia consiste en actualizarse por sí misn1os en los estados de co
s�s se constituyen por dos flujos interconecrndos (virtual y actual), sas. Las intensidades no existen en ningún otro lugar más que en Ja ex
siendo los dos plenamente reales. Lo virtual es un proceso diferencia tensión que constituyen. A pesar del hecho de que las intensificacio
do [dilférencie] y diferenciante [dilférenciant] rnyo dinamismo diferen nes no sean idénticas a la extensión, la distinción entre las
ciador [différentiatetrr] coincide con su actualización diferenciada [dif intensificaciones virtuales y las cosas actuales extensas no debe ser jus
férenciée]. El producto es el proceso, en tanto el producto-proceso es el
remo de las soluciones y actualizaciones de los problemas. los pro tificada por una ontología del chorismoJ o de la separación.
blemas expresan tendencias que corresponden a las soluciones única Lo virtual y lo actual. La concepción deleuziana de lo virtual generó
ente porq.ue c�nciernen legítimamente al proceso virtual que sub
�siste un número infinito de discusiones y controversias18; pero personal
en el mtenor del producto-proceso y en ningún otro lado. El mente no veo nada misterioso en ella. En la oii: tología deleuziana, lo
valor de esta afirmación depende de la buena coordinación de un cier
to número de conceptos de los que Deleuze necesita para construir su virtual y lo actual son mutuamente excluyentes aunque unidos para
ontología (fuerza, intensidad, virtualidad y acontecimiento). la coor caracterizar lo real. Lo actual/real corresponde a los estados de cosas,
dinaci�n de estos conceptos determinará igualmente si la ontología es decir a los cuerpos y a las mezclas entre cuerpos, o incluso a los in
cleleuziana es la del puro proceso en condiciones de garantizar la irre- dividuos existentes en el presente. Lo virtual/real corresponde, por su
L A S E S T R AT E G I A S D I F E R E N C I A L E S I Z S
24 I DELEUZE Y SU H E R E N CIA FILOSÓFICA
parre, a Jos acontecimien tos incorpóreos y a las singularidades que cial de un problema transforma el problema en una tendencia. Así, las
pueblan el plano de consistencia, y concierne a un pasado que Deleu tendencias valen corno problemas que conducen hacia soluciones re
ze califica como "puro" en rnnto que nunca fue presente. Lo virtual es sultantes de la tensión entre las fuerzas actuales, proporcionando sen
algo que, sin ser ni semejarse a un objern x actual, tiene sin embargo tido e inteligibilidad a lo actual, sin no obstante asemejársele.
otro, sino que debe ser más bien concebido como el movimiento que mientos de los estados de cosas que corresponden a lo actual mismo
va de un estado de cosas actual, que pasa por el campo dinámico de asimilado a las acmalizaciones de los acontecimientos (incorpóreos).
las tendencias virtuales/reales, hasta la actualización de ese campo en En el contexto en el que es establecida una distinción entre los acon
un nuevo estado de cosas. Este esquema tiene, además, la ventaja de tecimientos y los estados de cosas, Deleuze revindica el infinitivo co
mo mejor modo verbal para designar el acontecimiento. Enverdecer,
salvar la relación de reversibilidad ente lo virtual y lo actual .
cortar, crecer, morir, etc., son las mejores designaciones posibles para
los puros acontecimientos incorpóreos. Los infinitivos tienen la ven
Las tendencias. Es preferible pensar lo virtual en términos de tenden
cias sabiendo también que las tendencias existen en las intensidades taja de garantizar la especificidad y la dererminidad, sin imponer co
ordenadas subjetivas u objetivas. En su modo infinitivo, los verbos
diferenciadas [différentiéeJ], y gue subsisten bajo la forma de partes ex
aseguran la reversibilidad entre el pasado y el futuro jugando el rol de
tensas diferenciadas20 {dijférenciées]. Por contraste con el movimiento
matrices internpestivas2 1. Remiten a las fuerzas, a las intensidades Y
de los elementos extensos, las tendencias garantizan la continuidad de
a los actos, más que a las sustancias o a las cualidades. Reducir los
las transformaciones intensivas. Aun si son incitadas por las relaciones
acontecimientos a los estados de cosas para luego asociarlos a un pun
diferenciales [dif/érentielles] entre las fu erzas materiales, además de ser
to de ruptura en el continumn consistida en "atribuir un estatus nor
actualizadas por estas últimas, las tendencias no pueden ser reducidas
a las fuerzas materiales sin arruinar la continuidad y la indivisibilidad mativo no justificado a esta discontinuidad y en presentar la inte
de la duración del proceso. Una tal ausencia de continuidad y de indi rrupción en la continu idad en términos que son a la vez ciegos Y
rrascendentes" 2 2.
visibilidad volvería el proceso vulnerable a la paradoja de Zenón. Es
importante no confundir la virtualidad de las tendencias con la idea
platónica de Bien, lo que nos recuerda sin cesar el énfasis deleuziano
Ontología de los procesos. Podemos ver mejor por qué y cómo la on
tología de Deleuze está construida sobre una concepción de la dife
en la materialida d . Lo virtual no puede simplemente ser aprehendido
rencia que no está contenida en el "en rela ción a" de la.proposición "x
al final de la reacción en cadena que parciría de la sensación, afectaría
es diferente en relación a y". La difere ncia no es relativa a la identi
todas las facultades, para finalmente orquestar su resonancia en una
dad. La ontología de Deleuze apunta más bien a capturar la diferen
suerte de armonía discordante. También hay que tomar otras medidas
cia en sí misma. El lugar central atribuido a la intensidad es el pivo
para evitar el retorno del platonismo: las tendencias son problemas y
te de la argumentación. En vistas a salvaguardar la continuidad del
los problemas no tienen ninguna solución final, pero la solución par-
L A S E ST R A T E G I A S D I F E R E N C I A L E S I 2 7
2 6 I D E L E U Z E Y S U H E R E N C I A F I LO S Ó F I C A
devenir, y para prevenir l a reducción d e secuencias temporales a con trucción de la continuidad y de las imbricaciones mutuas de los cuer
juntos de momentos separados, la ontologfa requiere una distinción pos que son necesarias para una caracterización adecuada de la dura
entre las diferencias intensivas y las partes extensas. Contrariamente ción del proceso. De otro modo, los procesos continuos serían posibles
a las extensiones en donde el partes extra partes autoriza una división sólo en tanto fórmulas matemáticas desencarnadas.
que no acarrea ningún cambio de naturaleza en estas partes (lo que Oeleuze desarrolla la estructura de la temporalidad requerida por
garantiza la conmensurabilidad de las partes divisibles), las intensi su ontología de los procesos a parcir de una relectura ingeniosa de la
duración bergsoniana. Lo que le permite afirmar: que los presentes
dades no pueden ser subdivididas sin acarrear un cambio en su natu
raleza; son inconmensurables, y la "distancia" que las separa hace de
actuales están constituidos simultáneamente como presente Y pasa
do, que en todos los presentes la totalidad del pasado está conserva
cada una de ellas una verdadera diferencia en sí. Reubicando las in
da, que hay un pasado que nunca fue presente y un futuro que no se
tensidades en el contexto de las dos dimensiones de la ontología de
rá nunca presence23. La idea de un pasado que nunca fue presente (el
leuziana (virtual y actual), constatamos que ca rnlizan la actualización
pasado inmemorial), así como la referencia a un fucuro que no de
de lo virtual, generando la extensión, la linealidad, el tiempo sucesi
vendrá nunca presente se encuentran igualmente (seglm modalidades
vo, así como los cuerpos extensos y sus cualidades. La relación de re
diferentes) en los escritos de Derrida y Levinas. Los motivos de esta
versibilidad entre lo virtual y lo actual garantiza el hecho que las in
postulación varían de un pensador a otro, pero hay un elemento que
tensidades no sean dirigidas hacia una muerte "neguentrópica'' (por
les es común: coda filosofía que privilegia la desactualización del pre
exceso de potencial energético).
sente en vistas de conectarse con el pasado y el futuro corre el riesgo
Las ventajas de esta determinación conceptual son significativas,
de reificar el pasado (i.e. la reminiscencia de Platón) y el futuro (i.e.
tanto desde un punto de vista epistemológico como ontológico. El de
las escatologías apocal ípticas). Para prevenir esca reificación, las no
venir, que moviliza la totalidad de los trabajos de Deleuze, no puede
ciones de "pasado inmemor ial" y de "futuro mesiánico" (Deleuze
ser constituido por una simple yuxtaposición de "corres inmóviles". E l
prefiere hablar de pasado pmo y de eterna repetición de lo diferen
hecho d e recurrir a tales corres inmóviles fue siempre responsable d e
te)24 son presentadas de manera de salvaguardar la idea de proceso
u n mundo jerarquizado y estático . E n esta ontología, l a s fuerzas toma
sin recurrir a la mortificación de las tendencias que determinarían el
das in actu constituyen mejores candidatos para una carrograffa dia
proceso a tergo o ab ende .
gramática del devenir. Por supuesto, el éxito de esta teoría depende de
la transformación y del cambio puede ser contemplada tanto tiempo cias para el conocimiento. Participa de una crícica de la imagen del
como para que dependa de un proceso concebido como la simple se pensamiento (de la recognición a la representación) que la tradic ón �
cuencia de estados de cosas múltiples. La exigencia deleuziana de una filosófica consolidó como dogma, introduce una nueva comprensión
transformac ión que va de los estados de cosas (lo actual) a las tenden de lo que es la filosofía (una creación de conceptos), exige una nueva
cias (lo virtual), y luego a los estados de cosas (lo actual) previene el metodología (el "empirismo trascendental ") y pone en escena un mo
desmoronamiento del tiempo y la aparición de momentos temporales delo no tradicional de dialéctica de la verdad y del error (indecidibi
aislados. Además, esta concepción de la metamorfosis impide la des- lidad de la verdad y la falsedad, "potencia de lo falso").
28 I D E L E U Z E Y S U H E R E N C I A F I L O S Ó F I C A LAS ESTRAT E G I A S D I F E R E N C I A L E S I 29
El platonismo erigió la re-cognición como modelo para e l pensa zación. Las ideas son virtuales, y su ser corresponde a la matriz de los
miento además de fundar esta imagen del pensamiento sobre postu problemas. Es la manera deleuziana de evitar la reducción de lo vir
lados que le dan una legitimidad de jure que no puede tener defacto. tual a una duplicación fraudulenta de un actual elevado a la potencia
Armado con estos postulados, el platonismo ofrece una imagen del de lo trascende ntal. Lo virtual no debe semejarse a lo actual, y de ma
pensamiento que conserva de los procesos cognitivos algunos hechos nera similar los problemas no deben semejarse a o representar sus so
rriviales ilustrando la recognición con la representación. Es cierto luciones. El instrumento de esta rehabilitación de lo trascendental es
que Platón critica la asimilación de la dóxa a la epiJtéme. Pero, para él, el empirismo trascendental.
objeto de la recognición y de la representación subsumido bajo las de los estados de cosas y de sus mezclas dadas en la experiencia25. Su
categorías de la similitud, de la oposición, de Ja analogía y de la objeto no corresponde a lo que es dado inmediatamente, sino más
identidad. Un mundo familiar y preconstituido es acogido por un bien a lo dado inmedia to, es decir a la tendencia o a lo virtual no re
sujeto él mismo familiar y ya constituido. Para que el pensamiento presentable. La semejanza entre el empirismo trascendental y el tras
se vuelva posible, es necesario, según Deleuze, definir una alternati cendentalismo kantiano es engañosa. Para Kant y Deleuze, la exis
va que dará cuenta de los "encuencros fundamentales" con las incen tencia de facto de lo actual parece estar gobernada por condiciones que
sidades. Es el cogitanclum (noetéon) Jo que mocivará la construcción de existen de jure, pero el de jure kantiano es distinto del in virtu deleu
un nuevo modelo de pensamienro, y ya no el cogitatum (noetón). El ziano que ya no es caracterizado por un impulso dinámico hacia su
pensamiento deviene el del cogitandmn después de que el sentiendnm y propia actualización. Además, el empirismo deleuziano, contraria
el memorandum lo prepararon para esta rarea: de lo que debe ser senti mente a la crítica kantiana, proporciona una razón genética (y no
d o a lo que debe ser recordado, hasta lo que debe ser pensado. He aquí simplemente escática) a la constitución de lo actual en tanto que las
lo que deviene la cognición una vez que es l iberada de las exigencias condiciones buscadas por el empirismo deleuziano son ellas mismas
Los gerundios que inspiran el "debe" cognitivo son el resultado de simplemente posible). El kantismo busca determinar las condiciones
una lectura audaz de la teoría kantiana de las Ideas emprendida en Di de la experiencia posible, mientras que, para Deleuze, las condiciones
ferencia y repetición. Para Kant, una idea no tiene ningún valor empíri reales de la experiencia no exceden lo condicionado. Así, los concep
co; debe ser únicamente pensada. Deleuze recuerda este imperativo tos deleuzianos expresan el objeto real.
del ser pensado como Idea cuando determina lo vir tual. Pero su kan Más que mirar en dirección a la ortodoxia kantiana, debemos ver
tismo se define a través de la decisión de mul tiplicar la Idea hasta ha en el empirismo trascendental deleuziano un eco del intuicionismo
cer de ella los gerundios para todas las faClll tades (cogitand11m, memo bergsoniano2 6. Las cosas y los estados de cosas son mezclas pensa Jas
randmn, loquendum, sentiendmn). Las Ideas no obedecen al imperativo en términos de "más" y de "menos", es decir en términos de dife1 �n
platónico "unum nomen unum nominatum". Son más bien las es cias de grados. Pero estas mezclas (actuales) son el producto de ten
tructuras diferenciales [diflérentiellu] de las intensidades singulares dencias (virtuales) que, contrariamente a las mezclas, difieren E l na
animadas por un dinamismo espacio-temporal en proceso de actuali- turaleza y en especie. La intuición de Bergson ofrece un método de
LAS ESTRATE G I A S D I F E R E N C I A L E S / 3 1
30 I D E L E U Z E Y S U H E R E N C I A F I L O S Ó F I C A
división de las mezclas relativamente a las tendencias, es decir en fun losofía), ni una comunicación (que llega siempre demasiado temprano
ción de las diferencias reales. Así, la intuición bergsoniana es idénti o demasiado tarde), sino una creación de conceptos28. Los conceptos
ca a� �mpirismo trascendental de Deleuze. En el caso de la imagen que crea no son ni ideas abstractas ni universales. No designan la esen
trad1c1onal del pensamiento, la representación, vía la mediación del cia tradicional de las cosas, sino que conciernen más bien a las cir
concepto, necesita la presencia de un sujeto y de un objeto identita cunstancias de emergencia de la cosa (el "cómo". el "cuándo", el "dón
rios . De todos modos, la virtualidad de la Idea ya no requiere la asis de", el "caso partirnlar"). Un concepto condensa las posibilidades de
tencia de tales sujetos y objecos identitarios para devenir real. La re actualización de un ente. Constituye así un ensamblaje de singulari
presentación tradicional corresponde esencialmente a la consciencia dades (que no deben ser confundidas con individualidades). Estando
obedeciendo a la lógica de las soluciones. La idea, al contrario, según constituido por singularidades, el concepto forma él mismo una sin
Deleuze, es "anterior a la represenración", siendo modelada según la gularidad en la medida que su consistencia interna es producida por
lógica de los problemas y las soluciones. El empirismo trascendental una condensación que lleva al concepto a ser como una intensidad.
explora el campo de esta lógica. Contrariamente al objeto extenso, el concepto no puede ser descom
Defender un empirismo trascendenrnl significa entonces perseguir puesto en singularidades constituyentes sin que estas singularidades
a los "referentes" de los gerundios: ascender del cogitandum al Jentien devengan conceptos diferentes. Y es precisamente la razón por la cual
drmt. Deleuze, para quien la conciencia (esa opacidad en el corazón del los conceptos son intensidades. Aun si las singularidades, es decir los
devenir) padece una intensa reducción, asigna al empirismo radical la componentes de los conceptos, están encarnadas en los cuerpos actua
responsabilidad de situar la percepción en las cosas, más que de glosar les (sensibles, particulares), no son por ello reducibles a los estados de
con elocuencia acerca de su incorporación en el "cuerpo viviente". Lo cosas de los cuerpos en interacción. Corresponden más bien a condi
calizar la percepción en las cosas parece contradecir la apropiación de ciones virtuales sin coordenadas espacio-temporales pensadas como la
Deleuze de la noción de "constructivismo" utilizada para calificar su expresión de acontecimientos (virtuales y sin embargo reales) en el
método. Pero esta contradicción es remitida a sí misma desde el mo proceso de actualización. La misión de la filosofía consiste entonces en
mento en que comprendemos que el constructivismo deleuziano es extraer conceptos a partir de los estados de cosas, de la misma manera
como lo dice ]. Ranciere, la historia de una redenci6n27. Hay que de� que debe extraer el acontecimiento de esos estados de cosas.
volver a Ja percepción la potencia gue perdió. Y lo que es redimido, es
la aístheJú. La inspiración viene aquí por supuesto de Bergson para Historia de la filosofía y tiempo estratigráfico. Los conceptos crea
quien la materia y el espíritu son reconfigurados en un mundo de imá dos por la filosofía tienen una historia, aun si esta historia traza un
genes que se chocan, son desviadas o conservadas . Es eJ espíritu quien "zigzag"29. Así, ser platónico o kantiano hoy significa reactivar los
las conserva, las selecciona y las reactiva. Resulta de elJo que el sentien conceptos de Platón o de Kant de una cierta manera, pero siempre en
dum. de Bergson/Deleuze no es nada más que el caosmoJ que está exten relación a nuestros problemas. Deleuze cita la respuesta de Robbe
dido sobre el plano de organización construido por la conciencia. Grillet a la pregunta por saber si hay un progreso en filosofía . "N"o
hay ninguna razón para hacer filosofía como Platón lo hizo, no ¡ or
Qué es la filosofía. AJ empirismo radical, Deleuze asigna Ja responsa que superamos Platón, sino al contrario porque Platón no es :�pe
a
bilidad de crear conceptos adecuados a lo que debe ser pensado y sen cable, y porque no tiene ningún sentido volver a empezar lo que él ya
tido. L1 filosofía no es ni una reflexión (podemos reflexionar sin la fi- hizo para siempre. No tenemos más que una alternativa: o bien his- 'a
LAS ESTRATEGIAS D I F ERENC IALES I 3 3
32 I D E L E U Z E Y SU H E RENCIA FI LOSÓFICA
roria de la filosofía, o bien injertos de Platón para problemas que no Pero una oncología de las intensidades diferenciadas [différenciées}
son más platónicos. "30 Si, como lo sugiere Deleuze, la "hiscoria de la y diferenciantes [diflérenciantes} previene este desliz yendo de la géne
filosofía" se practica mejor en un tiempo estratigráfico (en vez de cro sis dinámica al condicionamiento esrárico . Cuando la fuerza se vuelve
nológico), es decir en el tiempo de la simultaneidad y de la copresen predominante sobre la forma, la intensidad (en vez de la extensión)
cia no contradictoria de los problemas filosóficos y de los aconteci ocupa una posición central y la cuestión de la génesis de la forma ya
mientos, entonces las contradicciones de las proposiciones filosóficas no puede ser esquivada. Tomemos el ejemplo de la percepción.
inherentes a la historia de la filosofía deben ceder su lugar a las "dis
yunciones inclusivas" del propio devenir de la filosoffa31 . Diferenciación e integración. La percepción es el resultado de un deve
Concluimos esta sección agregando dos elementos que conciernen nir, de una "sumación" de grados. Percibir resulta de una integración
a: l/ la habilidad de la oncología fundada en los procesos diferent/cian que no es asimilable a un condicionamiento estático: es una génesis. ¿Pe
res para tratar las cuestiones de constitución genérica; y a 2/ la contri ro qué integra? L'l respuesta exige una distinción entre dos operaciones:
bución de esra oncología a la integración de la ctístheJis. la diferenciación [dif/érenácttion] que registra los diferenciales (o "peque
11 La filosofía crítica de Kant y la fenomenología de Husserl, co ñas percepciones" bajo el umbral de la conciencia) en el origen de la per
mo lo mostré en otra parce32, se toman en serio la necesidad de ex cepción, y la integración, es decir la surnación por la cual el espíritu tien
plicaciones y de consrituciones ,genéricas, aun si las condiciones es de a juntar los diferenciales en una sola percepción. Según una vieja
táticas tienen siempre la última palabra en sus trabajos. Para estos distinción aristotélica, "percibir" es un verbo que no marca un proceso
(kíne.ris), sino una terminación (enérgeia)33 . En el centro de toda percep
dos filósofos, la respuesta a la pregunta "¿Cómo es posible'" (sea
x x
ción, hay algo que no puede ser sentido, aun si sin ese "algo" no pudie
un objeto de la experiencia o una parcela de sentido) puede ser for
mulada cuando mostramos que una o varias reglas o condiciones, co se haber ninguna sensación. Ese "no-sentido" no es una simple condición
nocidas priori, están implicadas en la constitución de Si el obje
d x.
formal de posibilidad de la sensación en general, sino el conjunto con
to que debe ser consriruido es invariable, y si las reglas a priori creto de las pequeñas percepciones diferenciales, es decir los elementos
utilizadas para la constitución no son ellas mismas, por el período de necesarios para la constitución genética de toda cosa que es sentida34.
la investigación, el objeto de una constitución, entonces nuestra in La génesis constitutiva. La génesis muestra que la intensidad no es
vestigación trascendental es "estática". Pero si nuestra investigación solamente el ser de lo sensible (tal como Kant lo determinó), pero es
roma en cuenta las condiciones y las reglas que pueden valer para un
x tal que esté deviniendo, y tal que estas condiciones y estas reglas también el ser de la imaginación, de la memoria y del pensamiento.
estén ellas mismas deviniendo, enronces nuestra investigación tras No estando más confinada a la categoría de la cualidad, la intensidad
cendental es "genética". Se cree a menudo que la única manera de deviene la ·ratio essendi de rodas las categorías, Ideas y conceptos, así
prevenir la blasfemia que consiste en apoderarse del intellectuJ ar como del espacio y del tiempo. La constitución genética revela que las
chetyprtJ usurpando la potencia divina de creación es introduciendo en
ideas regulan y totalizan porgue esas ideas plantean los problemas y
las constiruciones trascendentales (estáticas o genéticas) una disrin porque esas ideas, sin ser las únicas prerrogativas de la razón, corres
ción entre la actividad (lo condicionante) y la pasividad (lo condi ponden a cada una de las facultades.
cionado). Las reglas, las estructuras y las formas condjcionan enton Finalmente, en la medida que la génesis es la búsqueda del sentien
clum y del cogitandum, libera la investigación trascendental de la tiranía
ces activamente la materia informe y pasiva.
CIAL ES I 35
DIFEREN
R A T E G I AS
LA S E S T
3 4 I D E L E U Z E Y SU HERENCIA F ILOSÓFICA
reras e ta-
mbar las bar �
, la estet , ica deb. e derru � lud 1-
m. Asi, iol ógico y lo
de lo que es solamente posible35 . � que se busca en las investigaciones dido del sentiendtt cogn
.
1nvo, lo prax
. entr e lo armas
kan tism o guaje y las
relativas a la génesis constitutiva ya no son las condiciones de toda ex blec idas por el . gos de len
1ue .
sign ·uica
� que todos. l os bi en una " ar-
co . Lo que no conlleva . más
periencia posible, sino más bien las series de experiencias "anteriores a . esté tica E sto . nifi-
d uc1d os a la . vas. Esto s1g
toda representación" que dan cuenta del trabajo de la singularidad. La de vida sean re " entre sus probl ema "'ticas respecti
te 0, de-
·
sicionar lo sublime en cada facultad, violentando estas facultades que y de la nool l . . c . (de Dios)" y
con e
son forzadas a captar lo que no puede ser experimentado mediante su deleu ziana que " acabó u
¡ i �: r obligaci ones3B . Para
la ética s r ejo de
deber tras cend ental con L1 a de la virtud que
ejercicio empírico normal. El gerundio intensivo inventa una nueva hacers e del ra una étic
· er se elªbo 1 ma
referencia al deb dife rencia enea
· , afir
reemplazar la
,
inte te de la
�m�'
tra experiencia cognitiva con el afecto de nuestra apreciación estética. tiene a la en
ue ab oluram
hvili , se d1snng encia en ge-
Después de todo, los griegos los designaban a los dos (sensación y Fran r;ois Zou rab ic . on de 1· uzgar la exist ·
�
ya no es cuesu de. l a vi· r-
�
nida en este relato y la traición a esta promesa por Deleuze. La idea tud, en dond . ica y esen ciali
s1end t pol6� la mano derecha es la
podr ía segui. r 0 � ;
racional era presentada por Kant como un concepto sin intuici6n. Pe nietzscheano, ns tote es) que
pen sar, co mo A · a " pasar-
ro la concordia discordata muestra que la idea estética es una intuición davía incitarno
s a
por su lado, se niega
. en .1dad
int .
mbidiestros. La � con el buen sen
u
desprovista de un concepto que l e sería adecuado. Y, sin e m b argo, es me1·or en los a ' na ' da que ver
.
no nene
man o derec ha" , pues ya de alg ún tlpü de phró
ta idea estética expresa lo que no puede ser revelado por la idea racio se a la deriva
n o mas , de lo que
o com un,
nal36. Todo sucede como si el cogitandttm y el sentiendttm hubiesen si do y el sentI" d . �
�
:
po trascendental y
las coordenadas pers de
onológicas Deb " .
1oc JZad l jos d las �� extensión. El deseo no tiene ninguna efectividad en el interior de la
tipologías asociadas
las morivaciones y a l
a los com�lej os no
.
.
i ;� ::� : �
n e ma icos e a razo
�
n, a
dialéctica sujeto/objeto en la cual un sujeto y un objeto perfectamen
te constituidos se confrontan planteando el deseo como una relación
. as buenas acc1o nes, y más cerca de las
raciones de fuerzas topo . con fi1gu
log1c
. . as y d iagra que les es externa. Si el deseo es pensado como relación interna al su
. máticas En Lógica del
D eI euze muestra que sentido'
la liberación de la subj . jeto y al objeto, entonces el sujeto y el objeto sufren de la hemorragia
etividad y de·1 camp
trascendenrai personol o sartreana del ser. En estas circunstancias, no es sorprendente consta
ógico requiere Ja redu
cción de 1 a estruccura-si- ...
·
m ismo y de ¡a estructura-otro, tar que el deseo sea relegado a una necesidad de lo que no se tiene. Pa
es decir la dec isi . . 6 n de cometer simu .
táneamente un s11icidio l- ra Deleuze, la manera de zafar consiste en pensar el deseo como enér
y un altrnicidio40
Deleuz sostiene que,
�; ; �
te p ra eidad del ego
si las tesis de artre a S propósito de la con
-
geia, y no como kínesis. En tanto proceso sin téios, o intensidad sin
y del alter ego (siendo intención, el deseo (a la manera del placer en Aristóteles) tiene su
las dos esrrucruras el
su ta o e una dialéctica re- "perfección específica" en cada momento de su duración.
de las conciencias no .
e o1º" c
entonces la r ducción
�
com o lo sostJene de nuev
(intensiva) de uno prec
" .
ipi 1rá � f� ;;i ��� � o.
J. t t��·
s1,
Conciente de su deuda con Spinoza, Deleuze sostiene que el deseo
no es un estado pasivo, sino más bien un acto realzado por la felicidad
o Sartre, ser visto por otro es la verdad
ver d e1 o tro " ' entoo es del que facilita la formación de ideas adecuadas y que se esfuerza por esta
� parece apropiado inici
. . ar el doble asesinato/sui-
C 1d 10. red uc1endo pnmero blecer los "buenos encuentros" . El "naturalismo" de la ética deleuzia
a1 otro s·1 el otro es la
. . estructura de (mun-
d os) posibles (lo que na resuena aquí claramente. La distinción entre los buenos y los malos
sostiene la fenomenolog
ía) • es deci'r 1a cond ic1on . .,
un . e qua non de ¡a "mun
danidad del mundo" encuentros es obtenida, no según el patrón de rtledida de las normas
y de 1 a "percepcw .
. , n vivi- .
da " ' y s1· ¡o posi' ble, no trascendentes, sino más bien sobre la base de las habilidades de los en
siendo actual, es la fuen .
te de las negat1v1'd ades
ento nces 1 a re d ucció . n del otro o de lo posi ' cuentros construidos y concretos para aumentar la potencia. La experi
ble hara , reaparecer el cam-
po trascen deneal en su mentación es requerida sin ser una valoración 4 1 : "Nunca hay otro cri
plenitud de afiumac10n ., . Una vez completa es-
ta reducción ' el cam terio más que el tenor de existencia, la intensificación de la vida"42.
po trascendental surg
: tro"' y 1a t ·
uerza anrropogénica (la
irá com o "otro d'1stm
vis existendi o, en térm
.
to a1 El "tenor de existencia" y la "intensificación de la vida" fundan
- inos delet:-
ianos, el deseo) va a afirm una ética del deseo y de la felicidad a condición de crear una alianza
arse ella misma como
Ia• ener
' "geta creat1va . de
Ja vida. .
con lo virtual. Intentemos comprender a Deleuze cuando afirma que
la ética debe ser una ética del acontecimiento, es decir una "ética de
lo virtual" que sería al mismo tiempo una "ética de la virtud''. Mien-
38 / D E LEUZE y
SU H E R ENCIA
F I LO S Ó F I C A
LAS ESTRAT E G I AS D I F E R E N C I A L E S / 39
' as f,ata 1stas . Pa-. miento puro. Querer no "lo que sucede, sino algo en eso que suce
miento es irreducible a] estado dcon tener presente que el ¡acon ·
rec1 de"44. El acontecimiento virtual está actualizado en estados de cosas
que Deleuze inserrn un proceso edcosas . Tiambien, hay que recordar-
. que, necesariamente, no lo representan, porque Ja actualización no es
e " contr
acontecimientos y los estados d e cosas. Este a-efectuación" ,.entre los una imitación, sino una diferenciación [dilférenciation]. Por consi
razón de la ética deleuzia pro�es� que esta en el co- guiente, el mimo45 que se encarga de realizar las tareas éticas no es el
na revela 1a verdac1era signif
nidad frente al acontecimie nto. icación de la dig- héroe de la re-presentación de lo mismo, o incluso el kantiano que "re
L'l ética deleuziana se desh ace ra,.pt"damente de la obligación infi- pite" la máxima hasta que el imperativo categórico se vuelva una ley
nita dirigiéndose hac1'a una b,usg . que apuntan de la naturaleza. Al mimo deleuziano se le atribuye la doble obliga
mu1 cip1icar las potencias de 1a exis.uetenc
• • da .de 1os . med tos
ia y a a ción de desenmascarar las pretensiones de lo actual por las que quie
• mr ens1
pues, la cuestión de las re1ac10. nes entre las for ·fiKar. 1a vida .
. Así re ser el único jugador, y de re-activar lo virtual en su proceso infini
tos se impone. A part1· el momento en gue 1 mas· de v1da y los afec- to de diferenciación [différenciation] respecto de sí mismo46.
definida en términos det dwrm a et1c
, a ya no de ser
de buenas cosrumbres (lopueque "Eso que quieres, quiérelo de tal manera que quieras también su
quiere decir que las costumbresac10no,nteng
e .
La constitución de un sistema
La filosofía moderna atribuye estatus diferentes al pensamiento anti
guo. Primero están los "antü1tista.s"53 nosnílgicos de la "bella armonía"
o del "ideal dialógico'', entte los que encontramos a los fieles guardia
nes de la tradición. Están luego los filósofos que sustraen el mundo
griego de coda capacidad de enseñanza "positiva". Es el caso del Hei
degger de Ser y tiempo y de Derrida, para quienes las doctrinas platóni
ca de la verdad y aristotélica del tiempo deben ser de(con)struidas. Des
pués están los que se arriesgan a una lectura verdaderamente productiva
de los textos antiguos para extraer de ellos una nueva actualidad. Es el
caso del joven Heidegger que hace de Aristóteles un precursor de la
hermenéutica de la facticidad, del Heidegger cardío que conmemora la
poesía presocrática, de Foucault, cuyos últimos escritos sostienen la te
sis original de un olvido del antiguo cuidado de sí [so11ci de .rot], y de De
leuze que propone una lectura creativa de los Estoicos.
El encuentro con el pensamiento estoico, lejos de ser un "contra
tiempo", constituye uno de los principales hilos conductores del iti
nerario de Deleuze que va mucho más allá de su admiración por la te
oría de los incorpóreos. Los Estoicos no juegan sólo un rol central en
Lógica del sentido, sino que encontramos también muchas referencias
explícitas a la doctrina del Pórtico en los otros libros de Deleuze54.
Un buen número de elemencos que permanecen implícitos confirman
el estoicismo de Deleuze. Tres de las primeras monografías deleuzia
nas se dedican así a autores asociados, en diversos grados, a la rradi-
44 / D ElEU Z E
y S U H E R E NCI
D E L E U Z E Y L O S E S T O I C O S / 45
A F I L O S ÓFI C A
las di
· j a d e recamar y d e problemarizar, por su cuenta, las interrogaciones es meros en utilizar el términos
?stema para describir la unidad de
fía, toman do la precau ción de mostrar los
toicas: "¿Qué es vivir en concordancia con la Naturaleza?", "¿Qué es la ferentes partes de la filoso .
3. Deleuze nunca renun� 16 a
�
est co�
simpatía entre las cosas?", "¿Qué es asentir ante lo que nos sucede?", pasajes necesarios entre ellas6
etc. Las tesis deleuzianas en relación a la Naturaleza caósmica, a la vi un sistem a inman ente en donde las cos as mtera ctua� li
cepción de .
teóric o y prácti co son insepa rables. Los
da anorgánica y al acontecimiento impersonal derivan del modo de bremente y donde los campo s
·
vivas. "64 El
tamente nada de sus fuerza s
cuestionamiento estoico. Podríamos incluso afirmar que sus libros sistemas no perdieron estric
constituyen un vasco comentario en relación al enunciado "Deus sive apego a esta exigen cia partic ular de �
sistematicida explica por o�
ra
.
ectiva estéti ca, dema siado 11g da a la aprec1�
natura". Deleuze nunca puso en segundo lugar la experiencia respecto parce por qué la persp �
a los Esto1-
y muy evidentemente aJena
del conocimiento, la práctica respecro a la teorfa, y siempre privilegió ción intelectual y subjetiva,
os de Deleuze . Confo rmem ente a la ma
el estudio de las fuerzas concretas en detrimenco de las nociones abs cos1 está ausen te en los trabaj
sobre
mas, los escritos deleuzianos
tractas y desencarnadas. En el plano biográfico, su estilo de vida de as nera estoica de plantear los proble
el cruce de la lógica (" Lógica"
de la sensa
pecto vagamente ascético, y su suicidio racional, pueden indicar su ad el arte se sitúan más bien en
no lo
s, hacer visibles fuerzas que
hesión a los valores estoicos. En Deleuze, como para los estoicos, la ción), de ]a física (capturar fuerza
ón eman cipad ora del arte, crear nuevas mane-
experiencia del pensamiento debuta con las fuerzas impersonales que son)1 y de la ética (funci
exigen un desposeimienco de sí que lleva a los seres y a las cosas a amar ras de existir).
el mundo tal como es. Es todo lo contrario de las filosofías alarmistas
zo de reconexión con el pensa
de la conversión que se nurren de una "crisis de la humanidad" que de Una "nueva metafisica". El esfuer
De
l para dar cuenta del hecho que
be ser superada. Con los Estoicos, Deleuze culciva el arte de mostrarse miento estoico parece fundamenta
metafí
digno de lo que sucede, aceprando que se puede no salir indemne de adhiere, no sólo a la idea de sistema, sino tamb ién a la
leuze
arla o
que se convino destruirla, super
esta experiencia. sica en un momento en el
"puro mecaf ísico" 6S. Sin embargo le
deconstruirla. Deleuze se decía
ze se
ón a esta consideración. Deleu
El sistema inmanente de la filosofía. De manera más específica, la prestó relativamente poca atenci
on para pensa r una "nuev a metafísica" adecuada a
obra deleuziana recuerda el antiguo procedimiento estoico que con entiende con Bergs
filoso
y ocasionalmente asimila la
siste en desarrollar la filosofía en tres partes complementarias: la ló la lógica de las multiplicidades66
s con
que, mientras puedan ser creado
gica, la física y la ética. La filosofía contemporánea está marcada por fía a Ja metafísica sosteniendo
la metaf ísica sobre vivirá , sin que �u �uerte a�un
una fragmentación de esta herencia. Algunos bien intentaron salvar la ceptos filosóficos,
cuestionar
Pero, haciendo esto, deia sin
lógica de su asimilación a las matemáticas, algunos físicos quisieron ciada sea nunca "natural"67.
que sería distinta a la metafísi
� ª enten
reanimar la materia hasta reintegrar la hipótesis divina, y un pensa la posibilidad de una filosofía . .
:
dor como Foucault permite reconceptualizar el éthos de manera de sal o tradic ional del térmi no, es decu como la c1enc1�
dida en el sentid
los dos "mundos" (inteligi�le
Y s�nsi
varlo de lo que hoy está popularizado bajo el nombre de "ética apli que analiza las relaciones entre
no es asimilable a la metaf
1S1ca clas ca
cada". Pero nadie mejor que Deleuze llevó de frente estos tres ble). Una tal filosofía que ya �
�
r a la suya. En realid d, la 1:1
� taf1s1-
combates contra la matematización de la lógica, la naturalización de parece por otra parte corresponde 1 s ncia ), que
es menos un nombre (una e �
la física y la tecnocrnrización de la ética. Los Estoicos fueron, por otra ca a la que Deleuze adhiere ... .
por eso que, en Lógica del sent1-
ser"). Es
parte, los primeros en sistematizar esca triple experiencia, y los pri- un adjetivo (una "manera de
y S U H E R E NCI
48 / D E LE U Z E
A F I L O SÓFI
DELEUZE Y L O S E S T O I C O S / 49
CA
na de nociones comunes
no lleva a la formac n ��
' adquisición deleuzia
la .
formulados por Crisipo, retomados por Di6genes Laercio, y a los cua ,
n. Adem ás, es en la relac1on
un senu do comu
de un bc1en sentido o de don de
les Deleuze se refiere en Lógica del sentido: "Si dices algo, eso pasa por
senu .do y e1 no-s i , subraya D e1 euze,
entºdo
de inclusión entr e el .
tu boca; ahora bien, si dices 'carro', entonces un carro pasa por tu bo , . a del sentido,,77 .
gene ral de la log1c
res1.de "el problema más
ca"; "Si no perdieron algo, lo tienen; ahora bien, no perdieron cuer os Estoicos su no-
, Deleuze conserva de 1
A pesar de esta diferencia . ,
idea segun
nos, entonces tienen cuernos". Es la proposición disyuntiva la que
. de acue rdo con ellos para destruir la
mmalismo · Se pone
capea sobre todo la atención de Deleuze, él que no dejará, desde y des 1 p� a h acer '
as1 de la sm
más que de lo genera
�
la cual no hay ciencia . '.
. c1ón .
pués de Lógica del sentido, de hacer valer los derechos de la disyunción 1on y de rnvest1ga
ridad el verd ader o objeto de experimentac
gula
inclusiva por la cual los opuestos dejan de ser contradictorios sin nun
ca llevar a una verdad universal. El famoso enunciado tomado del co pre asociada al es-
·
inclusiva estaría determinada por una experiencia previa de la diver "hecho emp1nco
.
cem pora1 . No es simplemente un
ción espac10-
gencia. Sin embargo, por contraste con las nociones comunes estoicas,
52 / D E L E U Z E Y
S U HE R E N C I A F I
D E L E U ZE y L O S EST O I C O S I 53
LO S Ó FI C A
as a la armoma
ta una prolongación válida del estoicismo estudiando diferentes prác nlence ligadas gran . ntarios res-
. . requ iere varios come
tes la tierr a. ..96 E ste pasaie .
ticas literarias contemporáneas aptas para hacer emerger proposicio y las de
ersa l ' d e la relac ión entre las
la simpatía univ
nes adecuadas a la expresión de una nueva Naturaleza. El sistema pecto de1 vac 1'o , de
metafísico deleuziano da así a la lógica inmanente de los Estoicos una partes, y del destino. universo en donde
el mun-
actualidad adaptada a nuestro mundo en donde la idea de un "gran Los Estoicos propone
n el model o d un � está
. L a p l en· i rud del mundo
vacto
orden cósmico" perdió buena parre de su potencia de afirmación. do está localiza . do en el med.1 o del mico o ex-
;o se vue [ve ex. tra-cós
ura1 eza, y el vao
unificada por la Nat .
ya no es entonces
. Lo mas ; determ1nante
Física terior al limi , te de l mundo. el caso para Plar
,
on
l co mo era
eterno y extenor a
. 1 muodo natura '. vil), sino que
nsrote
Deleuze un día había formulado el deseo de redactar una filosofía de Motor inmó
. . , 1 es (pnmer
�
(mundo intelig ible)
Y A·
reales9 7 . E ncontramos
la Nacuraleza95. Le hubiese enconces bastado con reunir cierras partes ven las mas
ural eza se vuel .
,
existentes de sus escritos. En efecto, a la manera de la (micro)política las acciones de la Nat a natural que no tiene
con-
. un sist em
ce en D eleuz e
deleuziana, que no es el objeto de un libro particular pues está dise de manera seme1an Natu raleza deleu ziana no es
·
og1camente mas ; rea1. La
uaparn.da ontol; s;
. ence realizada en 1
minada en el conjunto del trabajo, la filosofía de la naturaleza está está perf.ectam
inmanente mas ; que a s ; misma rquiz ado . La
dispersa en los libros de Dcleuze. Pensemos en la omnipresencia de . universo jera
fracc10n , nfer'.ior de un .
misma, y no es la nm-
�
cia que no admite
�
ª
las referencias a la rierra, a los animales, a los insecros, a la hierba y a . de rrascenden
· 198 . No sólo
la idea
.fjICHl
aien a
las plantas, a su interés por las ciencias biológicas que va del huevo al Naturaleza es tan Deleuze
1o narural y lo artl te m-
., .
cerebro pasando por el estudio de las relaciones singulares entre el guna distinc10n entre. Naturaleza puramen
lo d e una
e con los E scoi cos el mode . pene tam-
compart rso
cuerpo y los órganos, sin contar los desarrollos otorgados a las cien uziana del unive
manente, sino que
1a concepción dele s
cias físicas que van de las leyes de organización de la materia a la ex . que recuerda cierra
de prox 1. m� dad y lejanía•
juego
plicación del trabajo de las fuerzas. Todos esrof elementos escanden bién en escena un . vacío y lo llen o. Este
ent re• 1o
as Por los Esco1 cos
los análisis deleuzianos, ya sea ilustrando conceptos o parcicipando de relaciones establ eci d . uera" ' es decir de
un lugar
las fuerzas que "vienen d e af .
su creación. En síntesis, el mundo físico, lejos de estar desacreditado juego es el de
e n él está abolida la d1s-
. e inde term rna
. d o que
exrran - o
o sometido a una "reducción", ofrece a Deleuze un campo de investi tan ale¡ado, tan . a la manera d e
"dad · Un poco .
tinción entre la .inte
· · dad y la extenon
non e-
gación inagotable que es fuente de los más grandes asombros. Es in
cua l l 0 lento y lo rápi do devi .
de a l uz, respe ero de la leia y
negable que la felicidad deleuziana pasa por la experimentación de la la veloci dad l . fórm ula comp
E n u na
mas
tvos.
. . s a1 ser sic · mpre relat , ¡e-
materia animada o de una dinámica natural que escapa a rodo esfuer nen ind1 stmto escn · b e.
. "Un a'l'
u
f era
. hasta es ren ; ·ca. ' Deleuze .
.
paradójica, rncluso de excenon-
�
zo positivista por englobar rnnto las cosas terrestres y celestes, corno que toda forma
d muo d 0 exte nor e incluso conc1 .be
o
amence mas
los cuerpos y los incorpóreos. Para mostrar que la relación panicular ;·ano que to . . fiinit . ; cercano. .. 99 Deleuze
in
de Deleuze con la Naturaleza tiene su punto de partida en la doctri dad, en conse cuenoa . . al mismo tiem- .
nor d e1 mundo .
. d de las f uerza . s en el inte
na esroica, partamos de un fragmento tomado de la presentación de la circulanda . est01cismo
Reafirma así su
l de su orig en.
¡·iza l a cuesc·ón . tote'l.ica
; ico y cont ra
Zenón por Diógenes Laercio: "En el exterior de este mundo hay como Po que neutra . . .
la hipótesis ans
or p1 atoo
volcado alrededor un vacío ilimitado, que es incorp6reo. Llamamos contra el mundo exten extra ñas en canto su pa-
vuelven
Las fuerzas se nos
así a lo que puede estar contenido por cuerpos pero que no contiene del prime r Motor.
S6 I D E L E U Z E
y S U HE R E N C IA
D E L E U ZE Y L O S E S T O I C O S ! S l
F I LO S Ó F I CA
la sabiduría co-
o de anclaje definitivo para
ad a 1
J or e ¡ es-
Los estoicos distinguen tres tipos d e mezclas: las mezclas mecánicas primero considera el punr . .
a de libertad inter na pens
entre sólidos (ej: los granos que crecen en la cierra), las mezclas entre mo una pura ficción . La form el rnod e1 o
e con
e difícilmente compat1 b l
.
líquidos o entre líquidos y s6lidos con preservaci6n de las cualidades toicismo imperial se vuelv
de fuga impe rsona les.
(ej: el vino y el agua), y las mezclas entre líquidos o entre líquidos y deleuziano de las líneas
sólidos que destruyen las cualidades (ej: una droga que altera el cuer
po). Este tercer tipo de mezcla en donde se opera una "fusión" entre Ética
�ien , no en�ont::m::
los cuerpos, y que se deja sin explicar en la teoría arisrocélica de la para nada del soberano
Dele uze no se preocupó q
nes, y la idea de sab1dun
combinación de la materia, empalma con el vasto rema deleuziano del ro de las pasio
en su obra ning ún cuad de ca lma,
de e
tradi ciona les
ce asociada a las virtudes
"encuentro" en donde la potencia es siempre de metamorfosis. " No ·
11ende ¡a más pare
ado y el p et-
•
e
objet ivo. En con
demonios, potencias del salto, del intervalo, de lo intensivo o del ins de sí ya ( no es más
� 10 un
iecto d omm
.
. . e invo
y el d rino, s1em pr
tante, y que no llena la d i ferencia más que con lo diferente. " 1 1 l El ve esura, la locura e
rio arrebatos hacia la desm .
rsonales. y
sin
. por las fuerzas impe
neno y el alimento que estimulan el organismo, el devenir-ballena del 1 uncanamente engendrados .
la con�epc1 · ón es
z1ano recu pera .
capitán Achab, las contracciones de costumbre, etc., constituyen to embargo, el extraño ascet
ismo deleu
1a es
to1ca de una v1 d1
dos casos de encuentros fusionales que no proceden por simple adi . . ,
· en conformidad con la Natu
raleza. La d1ferenC
a l men te org an iza-
ziana no está más que parci
e rm1'd ad con 1a Nat
.
ción o combinación, sino que operan una alteración de las cualidades. que 1a N atural eza deleu u-
Los Estoicos y Deleuze consideran entonces como inseparables las de vida que está en como
da. As¡, pues • el modo . . 1a
v1v1r �n con ¡;orm1·d d con
Es por que
raleza deviene caósmico.
cuestiones del contimmm, del perpettmm 11tob ile de la Naturaleza, y de la eso
e
via de la seren i
�d ad • qu
e cond uc1rn · os por la
división ad infinitunz de las partes de la materia al extraer consecuen Natu raleza ya no pued
•
ralez a. E n la
no conforme con la Natu
• un idea l
cias similares para su concepción de la dinámica natural. correspond e ahora a . icte-
ir 1 o que E p
El universo deleuziano ya no está sometido al "gran orden natu de Lógica del sentido, a
Deleuze le gustaba repet
epoca
· .. ad oprar
una
1 1 4·
, , .
rn afirm'aba respecto
era a d e v1v1r
de la única man vabd .
ral" pues constituye una extraña mezcla en la cual fatalidad y azar, · · cen
s com o s e p rodu
de dados"l 1 2 er los acontec1m1ento
Providencia y "tiro devienen ind istintos. Lo que Deleu buena conducta, es quer �c�u ar " c·Có-
nto de preguntas en
relación ªl �
ze afirma cuando asimila la concepción de un destino lineal con la au Lo que lleva a un conju .
Có o jsal-
anecer en la onlla. (
en la superficie sin perm
·
sencia de una visión que permitiese captar los d i ferentes niveles 1 1 3 . mo quedarse cie ,
· ,, d,, la su perfi
'
i ad de la opinión '
hace r e 1 e1erc
. 1c10
. · de e
cos se encuentra más bien del lado de la armonía entre la libertad y el franqueza a !a fac1Td e, a cep-
1 16, aprender a devenir dign o de lo que succ. d
destino que permanece realizable para los segundos, mientras que el charse con agua
D E LE U Z E y L O S
61
EST O I C O S I
60 I D E L E U ZE Y SU H E R E N C I A F I L O S Ó F I C A
etolo-
" l 9 Además , "la Ética como
puede el cuerpo l .
tar el carácter impersonal d e la vida, ejercitarse en dejar d e juzgar, es hnsta ahora lo que ' tan
' cia
' respe cto del senti-
120 toma defi1111nva mente su d is
d.ª;da en la disti
Hfa superior" nción entre el bien
y la mora fun
caparse del resentimiento, inicjar el pensamiento por una experiencia
mentalismo religioso
� otro . Comete el
altrui-
y no "perder lo concreto" de las fuerzas, buscar la felicidad que no es
más la rclac 1on con :1 . .
un placer sensual sino un "deseo razonado", etc Estas "reglas de con y el mal. Ya no sacraliza t22 para inte resarse me1or en las
sm-
. c idio 1 2 1 y deshace el rostro del ot ;
ales y prein iv1' dua
actuar.
ducta" formarían una ética rigurosa si no se duplicasen también en un lesque regulan el
arte singular d e manifestación de la pertenencia a la Naturaleza. gularidad es impe rson
La etología deleuziana. Se trata siempre para los Estoicos y para De con clusi ón
a la mane ra de
. esta ; consn. tuido '
sistem a d eleuzi ano
leuze de participar de un dinamismo que nos asocia a la Naturaleza. Las Mos tram os que el . d e pasai es entre
. la lógic a, la física y
.
, ca, po r una sene . tar
cosas y los seres no son los esclavos de la Nacuraleza, sino que experi la filoso fia estoi del aco nteci mien to sin tr�
abordar Ja ló ica
mentan las fuerzas naturales sin inquietarse, sin preocuparse por una No pode mos im
la ética. entar las fuerzas
eventual absurdidad del mundo, deseando lo que es favorable y huyen l a física de los
cuer pos, es im�en
. �s b le ex p erim
de las mane-
.
10nes para 1 a creación
et(o l'og).1camente
. pens ar las impl1cac
.
personales sm más que que-
. Y no P0
do de lo gue perjudica la expresión de la potencia (distinta de todo po
demos actua r .
der de dominación), para así devolver la felicidad proporcional a la coin ras de exis . tir, los Estoicos Y
. igua1 mente que .
cidencia con la Naturaleza. Esta conformidad con las exigencias el aconr ec1 . m1en. to. Vimo s ible/ 1nte-
riendo , dualista (sens
on
odelo de exp1 ·icao.
10 rma
naturales encuentra en Deleuze consecuencias éticas particulares, y más Dele uze recha zan to d 0 m
en bene fi-
. • , etc.)
, maten·a1c
precisamente etológicasl 1 7 , que prolongan de una manera original la
,.. .
tica, poten oa/acto
ligible , teoría/prac eleuz e llama rá el "pla-
expe rime nrao. on , d e lo que D
cio de una estricta que de
enseñanza estoica y spinozista. La etología deleuziana analiza actitudes
rea l no se com¡Jone más
.ia" en dond e lo
no de inmanenc . . nto. A con tinuaci6n de los Es-
c.
iones, de lU-
y comportamienros sin jamás reducir los cuerpos a una esencia o a un
instrumento de conocimiento. Se concentra, al contrario, en l a descrip
m1e
auvas a1 acontec1
·
mariposa confundirse con la roca o la planta, sino también y sobre to onia, cósmi
que camb 1a . la arm .
estoi. cismo
. por De1euze .
.
d1ve rgen oa no-
. d ad . 'r:a-
' ias a esta
do de considerar la creación d e zonas de indiscernibilidad entre los rei . , . .
sem 1-org arnza ·. do. Es grac
verso mul t1cos m1c � . una nueva actuah
nos. Así sucede para el "pirsch", un método d e caza arcaico en donde el
doctr ina del ; co ad quiere
Poru rta a
pero l a roraridad
rable que la quí en más abie
cazador produce el grito de un ciervo y arbola un penacho sin preten anece d e a
' perm
do está ligado , con él todo sentimien to
der imitar al animal, sino creando el estado de indecidibilidad de un de arrastra
afuera estelar que
venir-animaJl 18. La etología deleuziana describe las leyes singulares de
la extrañeza de un
liaridad.
de unid ad y de fami
los comportamientos que parecen desprovistos de todo fundamento ra
cional y que son poderosamente afectados por una vida imperfecra
mente organizada lnreresándose por los gestos, las posrurns y los mo
.
dos de existencia particulares, la etología deleuziana contribuye a
relativizar esa afirmación según la cual "Nadie, en efecto, determinó
La maquinación política
de Deleuze y Gu attari
por Manola Antonioli
jar q1te et pretendido campo teórico sea barrido por las intewidades, aun las
más difíciles de aceptar 'teóricamente'. Nadie puede decir que eJtard a fa. al
tura de una tarea como éJa, cada uno busca escapar a JIU intemidadeJ y su
i11decidihi/idad rumho al si.ttema y a m ideal binario. "
uc-
. modos de pcod
n da murac1 , n de los �
dcl presente supon e una profu
tante-psicoanctiista-LingiiiJta, con frecuencia acusada de haber descarria . . d e los modos de
. uoo
n, de las sens1b 1l1dad es, .
' ión ' de las formas de acció .
do a Deleuze123 y de haberlo desviado de ocupaciones más serias. . te ' las msnt
nos ayud a a ent re-
ica, el mee · aro b ien
¡ io
Sin embargo, los libros de Deleuze y Guatrnrl nos ofrecen muchos vi<la ' de la relación con la récn
de De 1euze y Guattari
elementos de reflexión extremadamente actuales, en una época en ncs y la sociedad. y la obra
verlo y anticiparlo .
donde todos los conceptos fundadores de la política y del estar-juntos
deben ser repensados: El Anti-Edipo desarrolla una interpretación "li
bid inal'" de la política y de la economía, Kafka explora las d imensio Econ omía libid inal
nes de una pragmática y de una política de las lenguas, Mil mesetas
. que El Anti- · Edipo . y Mil mesetaJ
ncia
Se olvida con demasiada frecue
de un proye cto uni
, · o �que 1os d os aurores
. ,r
propone una multiplicidad de conceptos esenciales para pensar la evo const ituyen las dos partes
,· . , y que asoc ia esrrec 1
1ame nte el de-
llamaron Capitalismo y esq111z
lución de lo polírico1 las rransforrnaciones de los conflictos y las me o11 ema
s
se trata de una cnt1c,, . a al sicoanálisi
tamorfosis del capitalismo mundializado, y nociones (rostro, paisaje, una parre ,
seo y la polícica. Por � 'da en par
nico del deseo (desa rro l a
zofré
rirornelo) cuyo alcance político fue rara vez explorado. en nombre del proceso esqui , ·
. ,
1·cas y
a de l as d inam
•
ª') AL111 si
otra, d e una cnnc
¡ t mese
Recientemente, asistimos a un debate que concernía la pretendida ticula t en El Anti- Edipo), por
·¡ .
. N t
o (que es el ob ¡eto de
. c1pa
incompacib i l idacl ele la política deleuzo-guaccariana con la democra de la historia del capitalism
. p nn . 1 d e El - Anti-
, . 1s y el deseo parecen ser el rema
un l i" bro ma"s direcc.
cia, a parcir de la polémica inaugurada por el libro de Philippe Men el psicoanalts a-
.
·1 mesetcu pue d e par ecer
gue Deleuze y !et c1te.rtión ele Írt democracia (ver nora 1). En este contexto, Edipo ' mientras que M z. mism o funoo-
Phil ippe Mengue afirmó que no hay, propiamente hablando , "políti mente político, se craca s1e�
. pre e dos aspectos � de un
, . , s, la Polírica está
ca" en la obra de Deleuze y Guarrari, porque proponen más bien un
.
d1mens10nes pol1t 1c�t
namienrn· el incon cienre nene e
. .
mcens .
1dade s d esean res . 8 �� d �
proyecto "ético " de invención de modos de existencia singulares, "la atrav' esada y const ituida por
el pn. mer cap1'culo
1a pro -
ente enunc .
ia d o e n
. d e nt1dad e ntre
elaboración conceptual de una forma de vida concreta e individual tida de El Anti-Edi/10, claram .
es entonces 1a gran '
.' ,. d esean te no
que ya no es necesariamente, n i incluso priorirariamenle, dependien ('"Las máquinas deseanres")
. desean .
te . "La p roducc1on
ducci ón social y la produ cc16n .
. l" 125 , el deseo e s
te de la instauración de un nuevo sistema económico y político rad i . . d ad de
, una act1v1
socia
calmente otro (alternativo)" l 2 4 . es orca ' cosa que la producc10n .
. que traba¡a . per-
1 a f a 1 t a y
ser expl !Cada por
producción que no puede .
mten
. o r· Las opo-
Ética y acción política. Y sin embargo, la importancia política de es
l
.a Y la
· a d es de e '
y a 1 a 1itston ·
Petuamente a las sociedades
1 ez a ' la natllta1ez
natura1 eza Y la má-
homb re y 1 a nacur a
ta obra consiste también y antes que nada en demostrar que una ac siciones binarias entre et
, ad as: el h omb re, la
"
máqu ina ' deben ser as1 super ,.
e
.
ción política no puede ser separada de una ética (en el sentido here egamaqumas " que
con
funn. onam1enco . d ,
, ) y rn
dado de Spinoza y de Foucault, como liberación de las potencias quina escán asociados en el 1 os con ectan
que •
dinero y de energ1a
ersonal .
•
el funcionamienrn imprevisible de grandes y pequeñas "máquinas de "La decodificación de los flujos, la desterritorialización del s� cius
guerra" que se sitúan en los márgenes de las grandes máquinas repre forman así la tendencia más esencial del capitalismo. No de1a �e
sivas y que llegan, a veces, de rnanera precaria e imprevisible, a crear acercarse a su límite, que es un límite propiamente esquizofréni �
espacios de libertad. Hay que abandonar entonces la perspectiva de co. ( . . . ) Ir siempre más lejos en la tendencia, hasta el punto en e
una " revolución'', en el sentido de un movimiento [renversementJ 1 26 que el capitalismo se enviaría a la luna con todos sus flu1os: en
generalizado que podría instaurar la libertad y la creatividad molecu realidad rodavía no vimos nada. " 1 2 8
lar en el lugar de la represión estatal y policial o de la explotación ca
piralisrn, porque el funcionamiento maquínico está hecho de dos mo En el libro Economía /ibidinal, en 1974, Lyotard describía esta mis
vimientos coexistentes de territorialización y de desterritorialización, ma tendencia de la manera siguiente:
de represión y de libertad. Todos los tipos de sociedades se caracteri
posible s. No se constituyó
zan por la presencia de un socim, superficie de inscripción en donde "El d inero del capital reúne los incom
las fuerzas del deseo vienen a inscribirse y toman una forma colectiva y crecim iento corno un s:r
por un lento proceso de nacimiento .
y política, y que tiene como objetivo "codificar los flujos del deseo, de vampi rizació n: ºº. hizo � as
vivo, sino por un acto discon tinuo
inscribirlos, registrarlos, hacer que no corra ninglm flujo que no esté ya estaba ahí, presa de l a disolu cion,
que apoderarse de lo que
rapado, canalizado, regulado" 127 . moned a del otro, medio s
fuerza de trabajo de un lado, masas de
.
de otro mo d o . .. ¡ 29
de trabajo de un tercero, y reorganizarlo
El funcionamiento esquizofrénico del capitalismo. El Anti-Edipo des
cribe tres formas de inscripción y de registro: la máquina territoriaJ L a máquina capitalista es u n movimiento radical de decodifica
primitiva, la máquina despótica y la máquina terricorial capitalista. L'l ción de los flujos, el capitalismo nace progresivamente del encuentro
máquina capital i_.<; rn tiene desde su origen un funcionamiento paradó de todos los fü1jos decodificados de dinero, de prodLicción Y de me
jico: por una parre se instaura sobre las ruinas de un Estado despótico dios de producción, de fuerza de trabajo desterritorializada. l proce
.
�
de manera de perpetuar su tendencia a regular y a repartir los flujos, a so de desterritorialización se exciende del centro hacia la penfena, de
reprimidos, a aspirar al grado máximo de vigilancia y conrrol. Por otra los países desarrollados hacia los países subdesarrollados "que no cons
parte, su dinámica interna se alimenta de la decodificación y de la des tituyen un mundo aparre, sino una pieza esencial de la máquina ca
territorialización de los flujos: el capital-dinero, el capital-trabajo, el pitalista nrnndiar· J30 Hoy, la tendencia esquizofrénica de lo que
capital-información deben estar libres de todo obstáculo para producir Guarrari llamaba el CM! (capiralismo mundial integrado) opera e n
el máximo de riqueza pero, al mismo tiempo, deben estar inscritos y ,
todos lados, y parece haber alcanzado su máxima intensid�d : su dina
registrados sobre una superficie dominable y regulada que permita mica obliga a poblaciones enteras a desplazarse para marg1narl�s l��
conservar allí el control y dirigir los movimientos. La sociedad capita go en las fronteras de los países ricos, predica las libertades 1nd1vi
lista está entonces caracterizada por un funcionamiento esquizofréni duales para "luego multiplicar los controles policiales Y rodas las
co, que conjuga dos tendencias opuestas, aquella hacia la territoriali formas de vigilancia, alienta a una consumición desenfrenada a imen ;
zación, la normalización y la codificación de los flujos, y aquella hacia rada por la publicidad y el marketing, mientras crea en sus margenes
la desterritorialización y la decodificación sin límites: capas excluidas de la consunúción que considera como una fuenre ca
_
d a vez más amenazante de "inseguridad". Como Marx e n El c�ipztal,
68 I D E L E U Z E
y SU HERENC
POLÍTICA DE D E L E U Z E Y G U ATTARI / 69
I A F I LOSÓFI CA
LA M A Q U I N A C I ÓN
Deleu ze y Guattari
descri ben escos mo\r . .
una mezc la de 1m1en ros .contrad1cr
fascin orios con como realidades ind iscernibles de la evolución de las sociedades desa
. ación y d e horror,
una fascinación horr
que var.
• 105 co
mpar timos orizada rrolladas . Si la formación capitalista es en efecto en un sentido la más
.
cercana a la realidad del proceso deseante hecho de flujos decodifica
Desterritorial izaci dos, es también la que ejerce sobre el deseo una represión más fuerte
. . Pero s1. la esgurzofreni
ón y territorializaci
ley fundamen tal a es la que ninguna orra a causa de la potencia mortífera que se expresa en
on.
. . d e1 rncon . crente y del deseo (al contr
ano .
. . d el replreg
. .
���:� ;,�:� :es La captación del deseo. En realidad, la evolución actual hacia formas
: �:�ernas civilizadas se definen por
i procesos de de "capitalismo cultura1'· 1 33 manifiesta cada vez más que la captación
. y esrern tonal JZación .. .
l1Zrm de im l. d.o, . . ·
Pero/ �o q11e ue
del deseo es el verdadero motor de la dinámica del capitalismo: ya no
.
Jsterntoncr-
Escas neo-re
¿o ten:11oru
des son conª.frecu rritori alida-
� l1z�n del otro.
encia artific iales, arcaic compramos simplemente "productos" para asegurarnos su uso y pro
as ' so-¡ o que son arca ,,
mos con una . func 1s- piedad, compramos experiencias (vacaciones, viajes, turismo, pelícu
ión perfectam ente
moderna"' de acrua1, nuestra manera
. re1 ncrod ucir . frag me ncos de las, exposiciones, j uegos, espectáculos de todo tipo), informaciones y
código , de resuci tar los
vieºoJ s, de rnvenra medios de comunicaciones, y el mercado está cada vez más alimenta
r pseud os-cód igos o
jergas . " 1 3 1
do por el marketing y la publicidad que crean e imponen deseos, mo
La ripolo,gía de estos delos de subjetividad, estilos de vida prefabricados.
neo-arcaísm
. os. es extremadamente
e inclu ye todas las variada, Se vuelve entonces cada vez más urgente concebir un proyecrn éti
formas de " terntoria11s .
sobrevalúa un territ mo" a traves ,, d e las cuales se
orio de perten encia co-político, gue Guattari llamó ecosofía o ecología del espíritu l3 , y gue
4
. y se preten de exdu ir · de a11'i a
c od a persona con . implica pensar la relación de la subjetividad con todo lo qlle la rodea
side rad' .ª corno extran¡e ra (territorialidades
cas , cultura1 es, 1. d ent1. folklóri- (vegetales, animales, sociedad, máquinas, obras de arte), en una épo
tana
� • s ' reg i·0na1 ism
· os y nacionalism
de pan dilla o d e os, de barrio,
d gran .es -�r�po�)� En ca en donde la degradación del medio ambiente natural se conjuga
la periferia de la máq
movimiento d e uina , . el con una degradación cada vez más visible del lazo colectivo. La ten
. est ern t oual1zac10n .
. se acornpan- a d e una
l1zación periféri ca reternton a- dencia a la acumulación ilim itada, la tendencia a la expansión gene
, bªJº 1 a fiarma arca
. . .
ica de déspotas loca
ma insta ncia, es i m p . les · "En u"1 t1. -
�
osible disting uir la d es . ralizada de las formas más avanzadas del modelo industrial deben ser
terri toriai i zaci ó , tern. ronal
. 1zac10n
y la re- i n tegralmente repensadas en la perspectiva del agotamiento al que
y el derecho de ;: la otra Y :on. corno el revés
:� ;�:�,�:�1;r��:s:·�'.��� nos amenazan: perspectiva del agoramiento de los recursos naturales
. d os esros 1enomenos
simpl es su�erv1ve no son y del planeta que justifica el proyecro ecológico gue concierna al me
ncias en las soci. edad
. es "civ iliza das" d e orm
·
comporram 1ento cr J· as de d i o ambiente, pero también agotamiento de los recursos cul turales re
ba les y pnm . 1t1va s, sino que hay
f¡
que con sideradas
ducidos a productos estandarizados y destinados a una consumición
__ !
70 / D E L E U Z E
M A Q U I N A C I Ó N P O L I T I C A D E D E L E U Z E y G U A TT A R I / 7 1
Y SU HERENCIA
F I LO S Ó F I CA
IA
inmed iata, y agota
miento de los recursos
del deseo, som · · · dad ' a través de la
tidas frustraciones y etidos a repe- 1 ,d moda.. ¡ 36).• la rosrridad se prolonga en 1a paisa¡1
amen azados de implo .
deviene un rostro e
.
i ual tod o paisa¡e
sión . .
. Ie 1 a Tierra 1 3 7 ' una totalidad s1g-
.
Micropolítica y segment n ificante que produce una config urac10n . , específlca y con rasgos fija
arida d . de una morf;ol og ía y d e una "usonom1'a • Si la rosrridad y la
9 de Mil mesetas ("Mi
dos, síntesis
.d ad son los. 1. nstrumentos de un acto de cuadri�ular
La meseta .
cropol ítica y segm pa1saJ1
. ' el espacio de
una definición d e la enraridad") parre
"segm enrari dad" de
generalizada q ue manera ca da vez mas ' ' es por los .. n. tornelos" gue el tiempo,
,. apretada
sociedad contempor carac teriza la
. . d ual y colectivo ' es segmentan. zad o a t ravés de lo que Guattari
ánea y que se afirm
a:
1r.
ó con la aparición .ind iv1
1co138 de las .funciones humanas, una ad -
moderno. Un segm del Estado .
ento es una porción
bien delim itada,
despre ndida llamó ave1salla11uento cronogr
de un conjunto; el .
hom bre moderno es ., .
en este senrido un minisrracwn cada vez, mas , ngurosa del nempo en vist as a una renta-
mentario: "Estamos animal seg
segrn enrari zados por
codos lado s y en bilidad siempre acrecen tada, una lanificación y programación del
direcciones" 1 35. la todas las
que nos componen :
segmencaridad carac
habita r, aprender,
ceriza rodas las
trabajar, jugar, cons
dimensiones tiempo s�cial, en donde la or
ordenac1011 del ternrono . De l
�: � :: �� :1 :�:7
cio
y
.
d
u r
r
po va de la mano con la
,. oman prestada la noción
vive ncia está segm umir, "la
de segmentan.d ad ª 1ª eenología' don de servia para describir socieda-
enrarizada espaci al y
social mente" Los
gL1e habitamos están espacios
segmenrarizados: la . . ..
casa en func ión d es (llamadas "primitivas") cuya organ1zac1on x l , la forma centra-
zas, las calles en de sus pie ; �:::
funci ón de la cotal idacl
empresa según la natur
de la ciudad , la
fábrica y la lizada y unificada del Estado. Ongrnanamen e n:es ' l a segmen
. rerPretada como un prmc1p10
aleza de los trabajos . , .
escuela segCin la eda y las tareas a realizar, raridad era mas,, bien m . d e flexibilidad,
d, las filiales, las disc la
iplin as Estamos segm como la f;o rma de organizaci6n que resulta de la comb.t�ac1on
· ' de códi-
dos circularmente, . enta
. e l'amc�s
en nuestro barrio, . . .
nuestra ciud ad, nue gos y de territorios, de lmaJeS . y de terrironal1dades rnbales,
el mundo, segmenta stra región, ,
. d e reorganizarse a
dos en nuestra tem
poralidad que se ..
función de "procesos" articula en una segmentac10n en acto y en devernr que no de1a
(escuela trabajo , vida .
episodios bien orde , fam iliar, ere.), y
de los partir de combinaciones siempre nuevas . Oeleuze y Guattari rechazan
nados de una historia .
concebida com o li esta oposición entre lo central y lo segmentano:
infancia, a la edad neal (de la
adulta, a la vejez),
segmenrarizados soci
xualmente (hombres al y se
, mujeres, heterosexual
es, homosexuales). "'El sistema político moderno es un todo global unificado y uni-
me.sehts para explicar
Muchos conceptos
in tervienen en Mil
canismos de esta emp los me ficante, pero porque imp 1'icun su b onjunto de sistemas yuxta-
puesros, imbricados, ordena os, a ca pun ro gue
resa desmesurada de �
cierne ante todo a las
dos categorías estética
segmentarizaci6n,
que con �
. el análisis de las
s principales que son . iones
dec1s . pone al día roda suerte de separac10nes, y de procesos
pacio y el tiempo: la el es
rostridad es una "má
quina absrracra" gue
los rostros en un cam inscribe parciales que no se prol ongan
' los unos a los otros sin defasajes o
desplazamientos ." 1 3 9
po mircropolítico que
orienta las sign ifica
del lenguaje, que insc ciones
ribe a cada uno en un
territorio socio-econó
predeterminado, y que mico
sobre todo instaura
una "normalidad nor
frente a Ja cual roda mada" En vez de la oposición segmenrario/centraliza.c:,o, �r�fi er�� a� e
desviación deviene mar . � �
ginalización y fuen
quietud y de excl usió te de in lla entre dos tipos de segmentaridad, una llamada pnm1tlva . y e
,. q ue viene a recortar rodas
n (rostro de niño, de .
mujer, de hombre,
.
estro, del policía, del del ma xible'', otra "rrioderna" y ¡;dura"' ¿·istmc1on
.
• lineales o emulares).
médico, tantos prot .
otipos "normales en
men to de Ja historia tal ma las otras segmentan d ad es (binarias
, en cal país, en tal
,
situación social, hab
ida cueh ta
72 I D E L E U Z E Y SU H E R E N C I A F I LOSÓF ICA
LA M A Q U I N A C I Ó N P O L ÍT I C A D E D E L E U Z E Y G U A T T A R I I 7 3
.1 a en 1 964 •
ind ividuos estarían dota ,.
dos de los privilegios .
de la ubicuidad y de
la " en I!l gesto y la palabra, Leroi-Gourhan babia prevtSto
interactividad, y la aum
entación d e la velocidad, ·
de la rapidez y de la la evolución de las sociedades tecnológicas hacia u ttempo y un es-
· "
en cuen ta las
transformaci
ones tecn ológ
poráneas , de Ja
11X:Lendidas a la toral i" da d de las colectividades h um,anas
' y sustraernos
manera en que icas con tem
las máquinas
de todo tipo rec
il la
' entropía morn'fiera q ue nos amenaza.
•
te nuestra mane onfig uran cot idia
trab ajar, de pe
nsar y de com
ra de vivi r, de nam en
.
Las segmentaciones d e todo tipo flex1"bl es y duras ' tempera1 es, es-
dríamos lame unicar. Po
ntar entonces .
la ausencia de
l>nciales, p rod uc t1v1stas o comerc1ales, socia
. les, políticas o secunrn-
nica, ause ncia un pen sam iento de . . . ' .
aun más extraña la téc
si con side ra
. bles , con micro-agencia-
por otra parte mos que estos .
enteram ente libros están ri'ts . con ílu1os
. no d o:nina
consagrado s al ' ' coexisten s1emp1e
.
111ientos que se les escapan y q ue marcan e1 1 im
' 1·re de su poder. 1as
deseanres " y de anál isis de las
Jas "máquinas "m;íquinas
abs trac tas"
,
n uevas tecnolog1as, con todas sus pos1·bI· 1 1·dades
Sin embargo , .
la reflexión sob de apropiación, d e
�
'
re
. · mplJCa
n y 1 as n uevas
la
formac;
cuencias polí evol ución técn .
ticas está pres ica y sus cons desvío y de creación que de deseo que
ente en otros text e
suscitan, son siempre real i d ad es ·b n
· races, que permiten la emergencia
G uarrari, ames os escritos por
y
·
y desp ués de Dele uze y . �
Capi talú
de estrategias y de ¿ispos1
expresó sus mie mo e1q11i zofrenia. Así, Dele . . desconoc1. -
dos en un artíc uze · . nvos de contro1 d e una potencia
dedicado a las
ulo ya clás ico
, da antenormente,
. pe o que ram b1en . , abren la perspectiva de nuevas
des de cont rol "
!46, en donde "soc ieda
afirma que las
formas de existencia, md1v1dua 1 es y colectivas.
�
trol serán las de nuevas soci eda .
las computa des de con .
rnética, las de
doras y de la cibe
quinas en cond las má
iciones de crear
domi nios de la
un con trol con .
tinuo de rodos
exis tenc ia (edu los "Organizaciones i nternac10
. nales ecuménicas"
vida privad a),
caci ón, trabajo,
taurar "Ja ins
talación progresi ele ins y minorías
va y dispersa
dom inación", en ele un n uevo régimen
meseta.s ( "700 a· C; - Aparato de captura") ' De-
don de la ause ncia
de fronteras y
de E n la' .
caci ón podría de líneas de dem meseta 13 de M tl
revelarse com o ar
lel!Ze y Guattan. prnponen una topologia comp e1a
¡ · del poder (de los
osa y represiva
muc ho más peligr
fron teras y los
poderes), que hace rnterven datos es aciales y geográficos heterog é-
cercados Soci que las .
edad es que pare
Ja evol ución de
· �ad,es
. cen gara ntizar a
neos (el terrirorio de las c1u el Xel Estado y de los grupos mre
las tecn ologías través de
y de l a info
más abiertos y rmát ica espacio
restatales), relaci o nes causales co le .as
flexibles y aseg s-tiempos
berrad indi vidua
l, tejen así en
urar un margen
más gran de para � y enredadas, y muchas ciJ
mensiones simultáneas d el tiempo . �l \ado de la forma urbana y de la
la 1 i
real idad el entr
apre tado de una amado cada vez
forma esrara1 d e1 pod er, en contramos la im . porcancia creciente de los
red ele la cual se más
difíc il escapar.
hace cada vez más
"
1 es " y de lo que De1 euze y Guatrari llaman or-
Por su parre, Gua
rrari form ula Ja
"
misma interrog "grupos internac1ona
le5 ecumen 1. cas .
ma sigui ente, en ación bajo Ja for
•
cía o la necesidad
' ele esras med iac ·
� .
es (hacen faJta estra
ta segmentos duros �� tos, hacen fal-
"1 np
. l es contra-poderes
fronteras, moviliza
ndo mu
. contra el od ,.
en la h1sroria reciente,
una multitud de m . . '. � �r. As1,
v1m1encos mrnonta
mados "a1rermundia � nos lla-
. ramod"fi J icar las
1istas" pudo acru.r a act1vamente pa
.
onenraciones macroec
" J , y asociac10-
•
onómic'as del cap1rn .
'
l 1smo mund1a · ·
nes micropolíticas pud .
ieron entrar en reso
nancia
o de una eonsrituc1
< para oponerse
de lo verdadero el
•r.1.1.teh como prueba d
'
p b'd d . do rrabaja, a partir de la "teoré tica ", sobre la finitud: doxología, reli
!��:�;;:�\������ i m
;:·��� : :�· ;
ig
g esivida d con u di
� 1
e mre igencia y esa
f 1� ;a ::11 1ei"w:1: '.�:: � Hi6n, ética, política, fenomenología, existencialidad, estética. Todos
veracidad! En la hegemonía
iza a ce-
. �el log1c1smo, la ign
.
ne a una mejor inregración de los conocimientos. En este sentido es
rancia y Ja morgue o
_
no son lo p eor. Nos .
. nd1cul1zamos ostentan segunda respecrn de las ciencias . En el segundo caso, se trata de crear
mo s1 fiuese una nove do co
"nuevas posibilidades de vida". Su rol cons iste en habla1-nos ateste lo qtte
.
de di ez . siglos, afirmando
dad una proposición .
que el primer filósofo
que concescó el e1 lid ,
1.ismo carresiano es RyJe153 meste de le1 vida. Es absurdo entonces comparar su desempeño con el
Lo peor del Iogic .
. ism . .
o elrn 1inarivisra con su "to
no de gran seno - r ", es de la ciencia. la investigación filosófica es indivisa: lo que establece
que fctchc1 la filosofíct.
del lado de las represenrnciones, lo aplica a sus cre aci on es, y son las
.
¿Qué imagen hubiesen
e :�;eJ;dctone...r
dacio de Kafk ci�ncias quienes, incapaces de esta indivisión, ceden el paso anee la ma
nouch si este últim con Ja
r: b���;as
o, en vez de tr ansc
nera inmediata en la que la vida nos roca.
a som brosa n o v edad emp render su
. ¡rnb'rese puesto
•se .
confiiar en eJ autor es
un simple req11isito ele
a interpretarlas? La deci
sión de
i
Las cons ecu enc as son múltiples. Primero, no se puede validar una
filosofía evaluando la congruencia de sus dominios y de los caminos
l
. lectura, dando JOr sent
ado
que, si cenemos el dere
die tiene el derecho
cho de pensar lo que
de ,atrib u irle conc
queremos de un au to
r, na
a
que propone. Los giros del Rorn micismo hasta la Fenomenologfa
epcw . nes que él rechaza expr acercan a la filosofía a su esencia, y permiten el rerorno de Parménides,
samenre .. per� ¿·is(Jn . gamos: esco no constituy e-
•
e un alivio . Confiiar Heráclito, Hipócrates, Hipias, Antifón que vieron lo indiviso. Los di
un auror s1gll!fica dejctr . en
lo hc1ble1r Hace falr versos dominios adquieren una imporrnncia estrictamente igual: la es
sofo lrnble por sí. J,a
ures1sc1ble. y no se
tendencia ; ce;mpl�z
trata aquí de "especial
:�r �;::/';:: que un filó
,
1 mismo es
tética vale por ética, la fenomenología por política. En fin, respecto ele
ización" Se � una filosofía "complern", las que desprecian el cuerpo y la vida no es
;;;,�ciali�ta y "encender" lo que quiere e
:
tán más que en el medio del cami no propedéuticas, m edias medidas.
go. es1st1r a esta tend
decir Deleu,'e: lo;ª; � :,�: s� :
ma del ,autor, es 1la
encia a saltar por enci
cer que no que li. m· ltn e/emento de J!l
corpw qne veng a et contr
. qtte creem ctdeár la crí
c.e
ttca
La impotencia del poder
os deber hacerle.
Los análisis de Foucault, que difunden los micropoderes, no bastaron
�: "in � ivisión" de la filo�ofía. En términos científic
para hacer capear a la filosofía que ella era el Midas de manos doradas
84 I DELEUZE Y SU H E R E N C I A FILO S Ó F I C A
at -
y potencia escán �
inuye. Poder
. .
.
atlr lo qu e dism . ros . .
c.¡ue aumenta, comb i-Al e1and
gor<riano para el htt-
para contrariar los efectos de la tecnociencia, se desacredit6 por no sa fa lea "Anc
cual hacen
efecto de /Joder de Jos en un nu do /.
i .· ana" tsH crt
/tt'co del conocwuentn
.
Es exactamente 1 o
émo nos
que las sociedades tradicionaJes, prudentes anee coda emergencia acu puso. o� . .
que Deleuze se p<o de
. ra al princ1p10,
mulativa y llamadas por Clastres "contra el Estado", creaban la uni , sedu cto
estétic o, evaluando la tentat1va
recorrido
dad a través de la lucha de dos clanes. La resistividad no acumulativa
ere para cernirlo.
Buydens et Ranci
de un Pensamiento capaz de contradicción, de no-actuar, de pasar en
fallido
tre los extremos, los Taoistas la llevaron a cabo y los Románticos la re
ara: el encuentro
patriaron. ¿Pero los Occidenrales podrán acaso comprender, confron
Deleuze en el Sah
e/Deleuze t57
. . O (l990) ' Mi-
Buydens/Ran cier .
v1eJ
E n un texto ya
tados a la destrucción de la Tierra, el sencido de un pensamienrn
momento en q ue tiplicidad)
, l1·a 2s··
mas, nos tendríamos que dirigir para quienes la Voluntad pliegue desde el "La for ma (mul
interviene para englobar la representación. Y así pues cae en un mo
, en la pagl
en u,, lum
una vacila c10n . uasc en-
De aquí a i nstancia lo
mente segttnda , parque . ·va s p reforrnales." Con
1 a[!·d ad es 1ntens1
es tr ascendental
.
nismo disfrazado debido a la desvalorización eliminadora de uno de
e 1em entos
de s111gu este
dental se constituye ·
instala entre los
los términos. Es por eso que el poder ciene tanto derecho a la exis y la "forma"'
A
nea]"? DeJe
el plieg11e
uze se to mó DE LA ESTÉTICA A LA ESTÉS/CA f 87
e] re cau
do de dis
(singulari tanciarse
dad, mulriµ de la form
l inea] , ni mo .. do Habría tachado Jos e1 os contrasenri dos de la secundariedad·y
g und o, ni licida d, p a, p orgue .
la no) , no
lie gue y p o1n1t1
b!orfl1e').
dific ab le
es ni se
. ge�ncia . Pues en S pmoza, como en Deleuze, todo es uní-
Vemos, en (¡e s un
efecto, el d ,¡,,Ja con. tm
ualismo
Yl)Co, igua . .
tanto plástica de B uy
la línea en det
como musi de ns: "L
a estética . l necesar10
La veloctdad ha b ··a evitaJo los otros dos contrasentt.dos.. como ra-
cal, estará
rimento de l
deJeuzian a
aforma " (ib la <tsrmción de
entonces ,
1d. ). li•s, son ]o n ómalo nN ad·'' se se guiría de las s . ngu j ar i dades, si una re-
Jimd"da en '.
Po d ríamos
el " mix to
mal an aliz
ma m ás su
' nt e d e velocidad, aun-
ado" de Be leer esta
rgson: la 1
' 1 nd a no t ra ¡ ese con elh un r<1oide roda •
frase según ª. .
. El cl asicismo fi lo 1 ra
negació n forma deJ
efec
·b
via v
na velocidad t1bsol11ta m�s que por su 1' to de fuga. Así,
euziana ser
só fico, 111d.r
ía Ja for ,
'l"" ya no se
Fondo ana
rquista d
iento 68. ;�
•
e Deleuze el pen sam
modifi c ab dos formas · en ser dis tinguidas, d e b s ua les la segun da perel JO .• la
Fsta "lí
l e y segund
n ota un p . nea
ens amiento
a " de
del arre
que no co
"potente v1 dae inorgan1ca • . ".. la' forma vibrante todavía rápida, dorada
c
•
tación. E st nsi guió
amos en la salir se d
p uerta d .
o, Buy de de lrn , ea de fuga, neta en 1 os. afectos o perceptos del arce o en los con-
Es ci err d te atro, no e la represen ,
ns plan re en medio de
i o sofía; la form, a cuasL. muerta de haber s1·¿o tan frena-
sar la línea, a bie n el las máquina
desafío d s.
salir de las e] arre: "¿c ce tos de la f il
.
sobreco
� ut1·1·�able , • ico - matemat1cas,
1 og
p
en 1 a,s proposiciones
nes de fu c/if ica ciones ómo atrave
erza del P
oder, des del Saber da todavia iz .
ero
arr apar'" (p
.
y de las
. en durec1·c1 a e1·· 1 po deres y lugares Las 11ura . bilia y el ,,,,_
p
•
vue lv en a hac ers e de rela cio ,
31). Y
esa s po ten
. no digo qu
ci as que con frecuencia
i o nes am rador. Vemos que no es de. una dicotomía entr e lo v irtua . 1 y lo actual,
do fo rmulac sie mpre nos .
biguas. Pe
e De Jeuz
e no haya
lo virtual entre la singulaCJ·c1 ael y la, rnultip1Lc1 . . da d de donde su rge esta filosofía,
primacía de ro fu nd ar arriesga
Ja e stética
.
ues no sería más que un i
sobre lo de Deleuze
�11ulismo hi¡1ócrila E s d e un entrelazam1en
ma, hacer actu al, d en u na
Y Deleuze,
de Ja form e lo tra sce
a un "úJ rim ndental sob . •
ero no menos importante, en donde la
o recurso re la for p
lante é d
cuando Je p ", he aq uí to diferente del "qu1asmo
un mal co
. rd es sintiente/sensible,
forma en veloctdc p rocante/tocada.
de éj158. probl em a, mienzo.
se dis tin
gui ó fucr
la d ifi c ulta d es ev l � :�lo con una gran' P robidad: .
"Condenar sin
¿P ues a rem enr e
A un afo u
gué llega
rmrlfis111ol )9: de proceso a r .�serción de la
Bttyclensr
e
de ser rec
fo rma como
api tulado
ma."160 D
e aquí Ja
de la m a
condusi
nera sig
uie nte : el
"Todo es
'enem igo
ro p ue
otra JOrma
moteo e/ e 1 fracaso n os ¿,.esulra sin
ut
·
ntes i nre
(p .
r i ncipio . 61-63) vuel ven a a c JO
tip licid ad ntan corr
e gi r el p . , . d
segu nda y
conring cnte ciones que s1·guen l inye c n e u na prudencia
de una mu l
, ·ma en el mane¡·o de.la aformal1·c1 a d 'a¡ m i. s mo tJe
(p
teoría : "N
de escrúpul . Se p res
o
os a nre su enta a D
eJeuze como mmt . mpo que el ges-
desesr rari fi
to de oponerse a la �orma Sl<;Lle
exagere lleno
g ue n sa l n, s obren
vajemente tiende Buy . . s1·endo salvador 63). Este recurso
p.
1 d e Deleuze una i rnag
final al " no es. p ara tanto " ta
ble reman ··"¿Cóm dens, no
encia de la o in terp r .
, 1a. Lo re-
( en n. d1cu
et ar esra
Hay qu e
.
for mal ¿
incontesta
•
ro fracaso v er en
de] pensa mi
ento dele ella Ja m baja al rango de un p1u
. dente hereronomo.
(p. 60).
de Buydens. uiia no '" arca de un
cier
.
Pues las
No , pero sí de
•
consecue
Y ·có mo fund ar una estetJ-
fundir Ja ncias de
multip licida la pr eci uno
d con una p i tación qu Ranciere .. ca deleuziana. Ademas,
la �stet1 ,
pod mos sino ser decepcionados por Buydens que, viene pintura"t67. La autonomía (lo c¡ue J-lofmannstahl llamaba la
� en mayor o menor
ed1da, demuestra que no ha.y mw estética de/euziana "columna vertebral"), es an�dizada como "el espacio háptíco egipcio
� . No es lo que
piensan los artistas. Entonces hay que ir a buscar de Riegl desorganizado por la identificación de su contorno con la lí
del lacio de ese se
gundo Sahara que es la estética deleuziana según
Rancifrel6I. nea septentrional de Worringer " 168. Sea. Notemos que, en lo que
Cuando Ranciere describe el apone deleuziano como Ranciere ve como "lo plano hápLico" no encontramos lo que en De
"realización
del destino de la estética", esta fórmula exige ser elucidada leuze hace pensable una inmanencia que resiste a la fuga pero que la
a parcir de
los tres regímenes: "régirnen élico de las imágenes"
, "régimen poéti implica al mismo tiempo, el bloque de precepto Y de afecto.
2
co-represenrativo" 16 , "régimen estético del arre". E n su texto "'¿Existe una estética deleuziana?", Rancien:· se pre
En este (1ltimo "la
º bra e opo e doblemente a su esrntus representa gunta cómo el "sostenerse en sí" puede identificarse con la histeria,
. � � tivo. No es una pa �
rienc1a refenda a una realidad que sirve de modelo. que define específicamente corno "la enfermedad que se opone al tra
No es una forma
activa i uesrn a una forma pasiva"163. Dicho de otro modo, bajo de la obra". Pero todo esto va a ser referido a Aristóteles. La his
�� el régi
men estet1co acaba con la representación "poética" terización de la obra, en vez de remitirse a la hystéresis, viene a "com
en Arjstóteles. La
obra no es ni 11tfmesis prdxeos, 111 mí111esis ph?seos, ni pletar" la desfiguración que anuncia el "régimen estético el rte". �
semejan�al64. Has
. �
ra aq í no hallamos motivo para rechazar esta Vof/enclung "El modelo clásico de la autonomía de la obra consiste en disociar el
� del "régimen
estétICo del arte" en Delcuze. modelo aristotélico( ... ). Histerizar la obra(... ) querrá decir deshacer
Pero la distancia entre Deleuze y Ranciere, distancia
que deviene
esta organicidad latente en ¡., definición misma de la ·autonomía' de
absoluta al punto de volver b ú11erprecación 528). /te, 111issa erl.
.
de Ranciere impractica la obra" (p.
ble, se marca en dos puntos: la teoría estética
de Deleuze no es una La histeria va entonces a sellar la desfiguración baconiana Y su 111-
"alegoría" del fin del arte y no se reduce al
camino de la cruz de un ter prernción deleuziana en Jo figura alegórica del dcsierro: "Habrá que
arte como "Cristo ultrajado"; b histeria que invoca ir hasta ahí, a fin de que rcwe una Justicia que no será más que Co
Deleuze no tiene
nada que ver con la de Ranciere. Si imaginam
os un puente entre ellos, lor y Luz, un espacio que no será más que Sabara", dice DeleL ze169.
�
de dolor, o que flo
ese puen e es el puente de Kafka. que se rcruerce Pero Ranciere interpreta, cif'ndo la Níobe de Sófocles-Holderlm: "Lo
�
. mear
ta en el aue sin sensible incondicionado es lo que se llama justicia o desierto.( ... ) Só
sus orilbs. Es una tentativa para llevar a Deleu
ze a un dominio ajeno a la lógica de s u obra. lo que, alcanzado el desierto justiciero, ( ...) es la ausencia de obra, la
locura. 'Habrá que ir hasta ahí', dice Deleuze. Pero( ...) la obra no iría
Deleuze Y la histeria. Un principio sensaro sería desconfiar cuando hasta ahí más que anulándose"(p. 530). Y como sin embargo bien hay
Deleuze habla de histeria. Sabemos que detesta lo que remite a la neu que darle un conteo ido a la obra y a su recría, sobre todo si debe sos
rosis ' Entonces hay, en la alusión a Ja histeria que retoma de Bacon (a tenerse ella sola, va a haber que inventar "otra forma de hablar" de la
.
David Sylvester)165, algo más c¡ue la "ausencia de obra" a la que la re obra, de presentarla in abseutia, y Deleuze se volverá el campeón de
duce Ranciere repitiendo una trivialidad sobre la enfermedad mental. ayuno de la-estética, no poniéndose en la boca nada más que el decir
Rancihe extrae dos fórmLilas que ve incompatibles, de dos textos la imposibilidad de la obra y las figuras c.¡ue:: firman su desaparición.
emparentados, c'Qtté es la filosofia.> y Lógica de !et semctción: "La obra de La obra en Deleuze es ante 10do alegoría de la obra" (p. 531).
arte es u ser de se11sación y nada más: existe en sí"166 y "Con l a pin En este punco, Ranciere convoca a Hegel y Schelling. Como Nío
gánico, el roma
larse en lo inor
nticismo17°, gene
no
estético, prese nra al ralizando el régi . ,,
espíritu "foera men li-L1ze la pone en rclacwn con la diferencút!. "Pensamiento-piedra"'
'1 la me1'or expresión, pues el conJLrn .o de d ferenciales de conciencia
de sí". En Dele
en lo sensible de uze, "la presencia . .
533), "la idea de una régimen normal" (p.
una prese ncia que
exce de su
. �
1u
zona de lo sens 1 ede decirse indifere ntemen te pensam1 ento oi pie ra. Desierto 1 es ver-
. d.
d11d, pero poblado a1 i· nfiin1to e pliegues' de singularidades' de mul-
una potencia hete ible calificada por _
rogénea que le la acción de .
cambia el régi · d·
11plic1dad.es , gue son de una cara pensamien . ro y de la otra piedra. Es
samien to (... ) otra m�n, que es del . .
cosa que sí mism pen
a l incon ci ente "
(ibid), rodas estas
o, d e la conci enc
lo
i a gue se i gu
ala que demuestran las pag
, inas sobre la histeria en Lógica de la sensa
fórnlllbs que dan
desde J::mpirúmo
y mbjet1vid"d, y tenemos · 6 n de ver• en R anc1·e're , reproducirse lo que
A/itera adquirido cuenca del rol del
y de lo i11vol11ntario
<ión. la 1mpreS1
l)eleuze reproc1la ba a F eu d en su lecrnra d e1 pr es1"d ente Schreberl7 6:
.
desde el Pm11sti
7 l -en síntesis,·
deleuziano adquirido
. _· .
rto, y deJ desierto
r
del espíritu al desie ese ida y v uel ta
rebajar la ri que za de un pro blcmánca a al gunas i"deas preconcebidas
.
al e spíri tu, va a �
"L •
te, no porgue eJ
la refe renc ia a c1ue no "desc1en . den hacia la cosa , smo qlie se contentan con borde-
Hegel, hacia la
y
idea de unfin del
espíritu ya no nece ar arla (aquí, Aristóteles la rn1mem,
, '
.· Hege l ) el fin del arte, lo "blan-
se, sino porg ue no
hrty nada más: la "li
site de ese fin
para autopresenrar
co " y lo "vacío ", e c .
< .)
el�
mpiez a"' de la tabla
cría172, la de Flau
.
berr,
en DeJeuze una tont reemplaza
¿Qué dice Deleuze la .lu.ste na, Dios sabe que no Je gusta, e n
de ser rnn productiva co-
suma cero de la doxa" "la sobrcsignifica
ción que
Ja a si gnifi can cia . .
por "otra tontería: este texto sobre B acon.:> Es cierto esta J eJOS
. "f.
de Jo infinito, el gr an
pc.. ·o
. '
de lo vacío, . f rema,
oleaje indiferente mo Ja esgu1zo r se ernpena
- en extraer
, de ella todo lo pos1tl-
mos" (p. 535 ), " M u n
vo· Si leemos atentamente, hay co da una "lóg ica de la sensación en
que enrolJa y
do sensible puro,
mezcla los át o "
lo sensible sent
en t o cid día".
d r as, los árboles, el ido por las pie
paisaje o el m om este capítulo Vil. Del euze
. p ide que nos remitamos a "tocio manual
.
enumera 1 os sin
a b lanca y l a
ado entr e la n ad
y
alegoría. Podríam os
estar ca nsados de nomiines d'mitoscopiel77_ , to mas histéricos: contractu
esta vuelta del
ras y paral!Sls, . s 1·as
, y anestesias, (hys-
de lo blanco, de la tern a de la nada, _
mue rrc en la crítica , . . hr. pe resre . ·ración
prec1p1 ' o retraso '
de la obra dele
téresiJ), .. n d"uecta sob re los nervios, cuerpo
órgano transitorio, a c c10
que conocerlo bien uziana. No hay .
para saber que ba;o
Jo plen o, no Jo
el organismo, a utosc op ía . . .
constante. Vamos a vacío, es su tema
de mos trarlo resp
ecro de dos punr
. s1. ce
l bemos rem1nr con A rraud el cuerpo sin órganos
Primero el desierto. os.
pliegue d e Delc uzc. Es cues . .
Podemos resp ond En sín tes is,
rdando El
er a Ranciere reco
tión de la mónada, la esquizofrenia, 1 a h'iste ria tiene la venra1a
del pensamiento -per
. de ofrecernos una de.sctce-
ieración (as1 lo rnterpreto) de la evo1 uc1on de1 cuerpo orgánico al cuer-
a
en s u envol vimi
cepción-apetito, to mado .•
¡
• .
ento infinito.
Po sin órganos, de 1 os e ·i chés mtermec1·ianos,
cribe este mundo com Deleuze des . .
o "un chap oteo, una
' transición que de-
un rumor, una
como, en B aud Pende del nrmo, d elflUJ·o' de la ond a. E·s es ro en efecco' dice Deleuze
danza de polvo". P ero neblina, una .
e laire , una nebl
(con mayor pro{iuncl'd d
nir una esfin ge, en Leib ina puede deve
niz retomado por te los msranrnneos
. , . del "hombre que co-
Delcuze, la inq
"pequeña p1egadura 17
" 3 perm ite tr.tns
formar eJ desie
uietud como
rre"), lo qu e Bacon prnta.
'. ª. <i� .,
es ulta de ello esta teoría de la sensacwn:
es una on da que pasa de un 111_ vel a otro. El P roblema de lo orgánico
ponde a Ja percepción rto: "Le corre s
pulv erizar el mund
o, pero también
ste pas.ª ·e de la 011 el a nervios,a h acia
zar el polvo." 174 espirituali .
En el mismo sentido, no
es que bloquea • lo sensorial. Pre-
ob¡er
.
os y d e argumenrar
al respecto . e-
. . . , "ll amo cJ1vJ
e s tos est e s 1sr
' ' � e.le design ar . . n sible
una sensación aparece. U n órgano será entonces determinado por este . . S1o, n d e l o se
encuentro, pero un órgano p rovisorio, que no dura más que lo que du lt h\ se defin e <.:orno
ex1. s-
a1 111i srno
1on:
d1v1s t ie mpo la
per m1Le
sens1· b ¡es que
. ver
ran el pasaje de la onda y la acción de la fue rza." 178 Deleuze puede u 1i1 de e en allí
. ares y las
tes que de11 n
e v i d en c ias lo s lug
mún y los recor
. .
. m ún se
parnc 1 -
. . . , n. ,, l s6
entonces hablar de "opnmismo nervioso" 179 y convertir la abyección 11�nci a de un co presta a
1s10
de esa d1v
que un co
neurótica en un aumento de potencia.
. la
¡
( . . .) maner a en
l , '· 1rtes res¡Jecnvas
.
s p·uncip ' . · . an
p1.tc 1.. ón y en el que los
unos y os otro r cal o cu
al
· � se.
aro . "Te ne
la este, nc .
De esra vida, hay que afirmar que es potentemente inorgánica, la bo
polít ica a
HI pasaje de b
vuel ve c l
co mú n . E s-
al
bina de Odradek en Kafka, la manzanidad en Cézanne visra por Law Jetenc ias
define así competen
.
cias e me.o m
rence. "El organismo no es la vida. La aprisiona, el cuerpo está e�re l io com ú
de
n , dorado
'ocupaci6n ' le
p
un
to de�m
ble en
�� co
visi tema de
co mprene;er
ramente vivo y sin embargo es no orgánico. " 1 80 La sensación es al e el hecho de ser o no m o el sis
formas a priori q ue
d mina. juego en la
po-
polin rn y lo que
cuerpo i n -organiza.Jo y lo que desborda todo límite orgánico. Este cter
en
o el lugar de la
, . e stá .
ª1 mismo tiemp y. a 10 q
mos decir,
e ere a 1o que vemos · " t 87
cuerpo desbordante ''de sensaciones", he aquí lo que pinta Bacon se ue pode
gún Deleuze, y si no alegorizó pero ¡,i nca
. (. · ·) ¡1 dad
er y la cun
se re11 ra de cir.
emblematizrí a Bacon, es porque Ba (Ella} · ¡Ja
la competeno a para _v�
.
1 e ' i nc lu
·
u
sión y excl
c· :i.c :ton
. sens ·bl -
con el ban
con comprendió este trayecto de las fuerzas insensibles hacia eso que sobre quien tiene
puede sentir lo que permite sentir -1a sensación en formación como Ligando as í rraba .
se re1 ac1o na
¡o y repre sen
.' · ra nto
ós
.
co n su fa
ecible, Ranc1ere .. tado alre-
h e
ble/d
co mo con la
cuerpo ele la pintura. sensi sen
y con el meso,n om tu '
.
s1on' de lo
alegoría ni emblema son los l"érminos ind ica
.
A decir verdad, ni
,. · ·o
que re de los iguales art 1c10 n •
e de la rep
. .'
pa
dos: Bacon produce bc1¡0 mteJtro.r ojoJ 1'1 ex/Jeriencict que el histérico y el
.
.
co n 1as
t . t ns
y sin fo rma r ones de A
dedor de los jefes
ensad o ,
refl e:ü
esquizofrénico realizan sobre la superficie de su cuerpo, y Deleuze so d ias infenores
. d e PI · tón v1a
rn· e ndo
t
.
'. m o" rep
, y coi1 un .
clase de los guar co mu n t·s
bre la superfi c ie plana y redonda como un huevo del cuerpo de pin
que
bien com un,
a l ver
ciC re, recu
d i· c1· o nal
cócel es sobre el
se sorpren d e uno .
. Ran '
tura de Bacon. Esrnmos muy lejos del desierto y del fin realizado de Foucault\ 88 . Pero 1 s té tica era
ra, m u l ti pl i ca
de es
experimentación e s téti ca, que a una vasta cultu
los e1e�1 p presenra-
m1m cs1s , des
d • miage n y
la estética. Con Oeleuze, entrarnos en una asne e irn
1c1 a
.
. � . . d e la Es-
históricos
. ) co mo si. los
dice todo sobre su concepción de la creación y hace de la estética una mens 1ona l.
' e tc.
(bi- y rridi ep1. sodios
crítica política al poder, una creación de potencia como una elevación esret � 1ca "
ble ' "confusión
.
· 11// co1mmme . , d.eiett-
la creación. urac iones d e¡ J.emorn e rp recaoon
.
ar una ,· nr . n
a la potencia de
,
te, t.1ca fues en m
que, no puc1o d ,
·
LA E S T t T I C A A LA E S T É S I C A I 9 5
CIA F I LOSÓF
ICA
DE
de la . de la sens 'ac1ón Y ,
cuen ta en su obra sra consigue dar 'todo es desaplomo, su!tpenso y descenso " . Es significativo que De
e genes
ob yectde 5· Y
mien to: ni obje tos a del conocí-
l 89 c
vers.o de manera de
·
ni su1'e ros srno .
C1es de mscripción . omo sttper l'¡- Generalicemos: hc1y f11ga porqtte, mientras haya vida! debe haber sen
. .
· 1 ica una ; •
su1ers
.
. Esto nnp 1 ' teor" ta e1e l a sens ación
Y la f11ga e.r 1ma forma de la caídct. ve�-dadera condición trascenden
.
ler a1 mismo , que va a va-
.
teon•a de Ia
sible.
a1ca estética y
tiem po corno po
yuxrap ongamos fórm vida . hdprevia a toda realidad. La caída da una sensación sin sentirse como
ulas ex t.�1nas - . " Tod a sen
tal, pero es vista mc1sivamente como fuga, necesaria a todo sistema. El
e acto por el cual
ta " 190; "El dev sación es una
enir sens ible es / .
' ª 1 go o algu1en no de-
preg un-
Jª d e deveni r sentimiento suscitado por la ob ra de arre es la suma de los diferen
.
. ,
.
otro" i 9 I •. "[La
. erenc
., sensacwn] es una .
bilid ad ( � : . ) [es
c1on, de rndis cerni zona d e rncl1f
a 1 canz
. ar] ese punto
.
y la cues tión de un
E ste es eJ secreto Jes�" 194
la primera ventaja de Dcleuze, es que "cortocircuita" la distancia en
. .·
ble es eso q ue
ser de lo sensi em p1ns m o trascendental.
no pued e ser sent
tre el conocimienro y el ser, la parte gnoseológica y la parte dedicada
1'd o (emp1nca
El
a la vida, visto que la sensación es en él 1t11a teoría del conocimiento!
.
sin o sentid o (
que no pued e ser
,, trascenc1enta lrnen
, mente) y una
en 1 a srntesis te). E sra asun
estética .Y ttnct po lítica . Por otra parte, y segunda ventaja, no se aver
"
de lo sens ibl e s1gni.
,. . fiica que el nivel trasc errfa "
.
o y con !ª
es cómo, bajo nuestro c�ter�
d e l o que s e puede"? Simplemente: hacer que l a sensación cuya esen lo e l territorio. Lo impo ri:ante
cia consiste en caer hacia el encuentro no pueda realizarlo más. Digá ción, hacem os un ternt ono a fuerza
sensaci6n como cuerpo en forma
moslo en ·los términos de Ranciere . Si la división en este filósofo re de fugarnos19 9 .
mite a la historia, al poder y a la trascendencia, la repartición en
Deleuze remite al acontecimiento, a l a potencia y a la inmanencia. Conclus ión
ros c o n relación a conocet . Hace
La repartición aleatoria de la onda, facilitada si el cuerpo es "sin falta que
Actua r reaccionar s o n prime
órganos" y si deja a los encuen tros formarse, es quien crea pliegues,
repre sentac ión ceda su lugar a una �srés1ca de
� su¡e
nudos, órganos, sensaciones y bloques. El percepto y el afecco son in
una es :
ética de la
objeto , sino su acc �6n de
, no existe ni sujeco ni
to activo . De hecho . La
ull.
dependientes si el movimicnro de la sensación en formación es quien funcional prolongado de Uexk
const ituirse ·como por el circulo
por y
construye libremente sus bloques, independientemente de un sujeto, el cuerp o en form ción. El
hacia �
filosofía del uziana evoluciona
�
ú1 fnerza débil, la vic música en Schopenhauer y Nietz
sche.
el
de un cuerpo constituido, de una hisrnria dada . · meto es estécic o vean la
toria pirrónica del pode1· consiste en contl'o lar los enmentros. La creación co
·
g1ro pr1 . ,,
y si Spino za logra una filosofía plena,
es porque c; mprend10 q�e
•
mo porencja elevada a la pocencia cransforma los poderes en libertad al espírit u, sino que debrn :o ar el pn�� r
cuerpo no podía agregarse �
l estes � -
segundo giro, de la esrettca a �
y e1 pliegue en efecro de resonancia que "potencia" a su vez sensacio lugar . Hay que imponerse un
ze lei·os de poder encon trado s, se d1Stan cia
nes y facultades . ca, y es aqu1, d o nde Deleu •
ra-
icos. Pues estos autores no. ace�
Tenemos en efecto dos formas, pero una es de repartición alearoria de Rancihe, Badio u200, los analít
nem-" ) , la otra ze exige para una filosofía de la hzstorta de
es una de condensación " frenadn" (división que asigna, "-nem + 2"). la filosofía al mism o tiempo crítica
+
pnnc1 -
Cine y filosofía
Los l ibros de De!euze sobre el cine201 figuran , v ein te años después de
su aparición, entre los más importantes sobre la teoría del cine. En el
mo mento en que, a p arti r de los años 1990, Deleuze se vuelve uno de
los filósofos más discutidos, sus libros sobre e l cine hacen su camino
marcando al menos tres aspectos del pensamiento s o bre la imagen.
Primero, numerosos enfoques teóricos recientes sobre el cine se
apoyan en la obra deleuziana que se volv ió una referencia fundamen
tal por haber dado el primer impulso para el estudio "cien tífico" del
cine. En toda su publicación reciente, Josef Früchtl trata la evolución
moderna del yo [moi] a través de las categorías hegelianas e ilustra su
propuesta con l a ayuda de las teorías d e Deleuze, celebradas como las
primeras que desarrollaron los vínculos esenc iales entre la filosofía y
el cine202. Del mis rn o modo, Dominique Ch at eau203, que se intere
sa por la filosofía del cine, concibe el e nfoque de Oeleuze como un
punto de partida para sus i nvestigaciones.
Segundo, constatamos que numerosos concepros construidos en
Í....ti imagen-movimiento y en Lr1 imctgen-tiem/Jo se volvieron ineludibles en
la discusión sobre la teoría del cine. La i m agen-afección, la imagen
acción y la imagen-cristal (para citar só l o algunas entre las más im
portantes) alcanzaron su propio ho ri zonte de discusión más allá del
campo d e util ización deleL1ziano y ahora forn1an parte integrante del
vocabulario cinematográfico. No olvidemos que el cine no e s más que
O 1 101
IDAD DEL MUND
1 0 0 I D E L E U Z E Y S U HEREN C I A F I L O S Ó F I C A
LA V I S I B I L
as
6ficas. De cod
do sus ideas fílos
. uar d esarrollan
tes visuales para ora noc10-
co nnn
Merleau-p
un medio204 de la imagen entre otros. La teoría de la i magen repre ont la, filosofía elab
que para y tan
maneras, miencras ias represen
senta un desafío importante para el pensamiento actual en relaci6n a D eleuz . e los ined
orros ámbitos, .par� . es una ex-
nes "aplicables" a de los c ual
la historia de la cultura y a la de la filosofía. He aquí la raz6n de por nizac10n, a par tir
si.ble . Esta for
'fiteas se vue1ve po
n. a1es d e orga ma d e
los mode los senso
qué es i nteresante ver en qué medida las ideas deleuzianas sobre el ci
t
fil oso
ne moderno plantearon los puntos clave para una teoría de lo visual y
nocio nes quie n
plicación de las
pr esen te en Deleuze,
estuvo
parte , siem pre ra, d e. la pin -
proceder, por otra
ico.s a partir de
conceptos filoso, fJ
la li te raru
cómo están ligadas también a otros enfoques, corno por ejemplo el de
elabora muc hos 1aoo los medios y el
1eau- ponty, una re
Merleau-Ponry que ejerce, como Deleuze, una gran influencia en los . , n entre
tura Y del
En M er de per-
debates actuales alrededor de la filosofía de la imagen.
cine. . pue sto que 1a noci6n
dad
la misma fac1Ti es. En los úl -
cine se conc ibe con nves tiga cion
Finalmente, hay una tercera tendencia que concierne a la historia .
e e 1 111 1o con ductor de sus. 1·
e nCla
cepción cons tituy s aparece to-
Merleau- ponty , la
. a los m edio
•
del cine respecto de la nial Deleuze propone una versión. El límite , reiere
jos de . pin tu ra, y
Las preo cupac
traba la
tra1.es.
timos 10nes por
planteado por Deleuze entre Ja imagen-movimiento y la imagen-tiem
dav1a
, con más fuerza.
el o . ne, se vuelven cen
po, que coincide con el pasaje que va del cine clásico (hollywoodiano) . poi. otros medi os como
subsi dian amen te .
. de lo vis ual ganan in
al cine moderno (cin"'e de autor), continúa alimentando las discusiones. mbién la
de lo v1s1b le y ta
. nd o de man
el en-
el
.
ns1611 era decisiva
En él, la dime . .
visible y lo invtst
Sabemos que trabajo de Deleute sobre el cine termina con la filmo , deter
mina
lmpo rcan cm
1970, es decir
'ble.
tu
mente
El ojo y el espm
conre stable -
grafía de los años m<ÍS o menos al mismo tiempo que el , . com o en l o
foque ftlos6fico en
fin del cine de autor ral como influenció al cine europeo. ¿ Pero qué
.
viene después? Esta pregunta es probablemente una de las más intere mundo
santes si consideramos pertinente, como Deleuze, la idea de una con La visib ilidad del arar que e1 �1-
. siste en decl
.
pnn c1pal
. es de ºelcuze con .
os y ¡ e-
representan niveles
tinuación perpetua de pasajes entre diferentes t i pos de imágenes. U na de las res1s tint
. suscanc1 · · al mente dis
A continuación no se tratará ele s i tuar, una vez más, los conceptos ne y la filosofía no disc ipli nas: el
, Dele uze mteg
. . las dos
1a
. nt o .
. bletnas fílos
pensam1e ma-
"fílmicos" de Deleuze respecto de sus genealogías filosóficas. Mostra rarquizados del 6ficos son reto
remos más bien de qué manera los análisis de
p10
filosóficas y l os imá-
Deleuzc dedicados al cine produce ideas . ua¡e,
.
l a escr itu ra y las .
sea el leng
Los me d ios, y a
. pren ta, 1a radio ' la fotograf
campo de lo visible en sus libros sobre el cine contribuyen a producir dos por el cine. ,1a, el o-
ele
' �
' im
subo rdtnad os a1 m
crern men te ual ' pero
una filosofía lo visual rndicalrnente nueva. L'l imagen-tiempo, en genes ' o más con . . undo concept .
. ,
ne y la telev .1s10n, , no estan conoci miento.
D es-
. . nes a 1 a percepcio
particular, trata las posibilidades de una teoría de la imagen que, ins b er y al
'
a l sa
filosofía
. , n, 1a
pirada en el cine, da un impulso esencial para la elaborando imponen con d ic10 . 11 McL uha n y la Escue
rs1
, teoría mo derna de
los meJ1os (Ma
'ª . en
los med ios se
rcl ependenc ia del
de la de
.
una nueva onrología de lo visual. Este nuevo desafío para una filosofía pensam1 co y
de la imagen se lanza, por supuesto, en el contexro de los nuevos me
dios de lo visual que van del cine a l a imagen digital pasando por la
de Toron to), la
inte
.
i rred ucible�7.05 . . Del euz:e lo . exp resa a su
manera
1 .
ment o tiene,
volvió un mo ' grafía
·ne m ato
con y co ntra Ber
gson que a c1
televisión . Deleuzc sentó las bases para una tal filosofía de la imagen. co del mov1-·
,. a1 proble1
cuando pre tende ,
XI x' 1a so 1 ue i. on
, filo sófi
na '
, n su pum
nt
También otros filósofos concribuyeron. Es interesante, en particular, al final del siglo m aterialidad
ni. segu
co mpr.en dersc
enfoque dcleuziano que no debe mate rial es, no
complementar el con el de Maurice Merleau mient o . ceso s
iritu al. Los pro
pers pe�t 1va esp
Ponty. Como es el caso para Deleuze, el pensamiento de Merleau
solos el
es, no pued en
desde una estric ta . expl icar po r sí
esos espi ritual
Ponry llega a un punto en el que debe recurrir a los medios y a las ar- más que los proc
------
03
N DO / 1
IBILIDAD
DEL MU
LA V I S
1 0 2 I D E L E U Z E Y SU H E R E N C IA F I LOSÓ FICA
. concienoa
.
de a1go. ( . . .
) La conc ien-
e co no ce r la
atu ra leza
n e
. , 1 u' l-
lismo) moscrando de qué manera el movimiento de las imágenes re ent
conci enc 1a esta i
nera la
no se trata d
•
a
mite a un espacio móvil que pone en relación al mundo y al cuerpo,
al objeto y al sujeto. Un mundo cal en el que reina el movimiento
de co mpren
der de
1eto s. E ste
qué m a
auto-an
�T .
a is1s de la con
cie ncia
o d el cual
con d uc1ra
la conc1en -
.
cartesiano lueg
un "', hu
gada a los ob.
l a reali. zar
v ir aje sser lian a
. dudable. Con la
universal de las imágenes se vuelve, según la i n rerprecación deleuzia . te ona
a fjina l ll1
ri mo Husser
na de Bergson, una suerte de merncine. Deleuze declara: "Con el ci
cia vuelve a
ser l a in .
sca n o
itualme nte cre
a do por el modo
m un d o se
1
cen den rn .. l " ' el
e spacio hab
ne, no es que una imagen deviene mundo, sino que el mundo devie
. su¡. cto y el
\
del "ego rras ' •co en tre el
. ent o fen o en o 1og . rro-
m . d ad de 111te
de cues t i o
ne su propia imagen. ( . ) Este en sí de la imagen, es la materja: no m
. n a 1 cue nt ra cap ao
. nch·a reen
la
algo que estaría escondido detrás de la imagen, sino al contrario la y la
.. n c1e . tuc10 . "' n del ser. Esea
vuelve a cerrar,
co
m:ís de la co ns
ascendencia
n
identidad absoluta de l a imagen y el movimien ro . "206 Graci as a las o d ud ar
ma has ta n
e
ga rse a sí mis nerar una u
. nc·a ,, vuelve a ge
d
·�
c1e ,e-
imágenes que chocan contra el cuerpo y que son reflejadas por él, se de la • co
n o la emp resa
, J. llS·t ament
auto certi dum b re
e desen ca d ena
cuyo aspecto
crean las percepciones, los afectos y las acciones . Esta idea bergsonia o hab HL
du d so
lo problema-
, co ncie nc i a
na, brevemente retrnzada aquí, representa. para Deleuze la tentativa ,
a de h
. a. . , lie ac¡uí
nome nolo, g1c og1a ,
de pe nd
más avanzada para solucionar el problema filosófico del dualismo en per c i b i do
que se d istan
c a de feno men ol
la per-
Que lo
la
te
i
tre el sujeto y el mundo del cual surge también una nueva concepción . p o r eso . men
. e , E l cine lib
euz e, , y es ta
tico para Del
¡us
"' b·i en
. era
e m as
en el c1n
do. El avance
de B ergson
laje en el mun
de la visibiJjdad, que a su vez no sería imaginable sin la referencia al
para interesars
cine. .
cepc 10n. sub jeti va de su a n c
scen rram 1ento
. de las i mágenes(-
mov1-
n
.
l
Deleuze confronta el modelo de Bergson con las teorías fenome ese de
. dem orarse .
e e
recono cer
11
consi ste en ,1a sin
d
. e nomenolog
nológicas. A l a manera de Bergson, 1-Iusserl propone un nuevo méto esat 1to nz.a la
'
p or e1em-
euze o
m ienro ) . Del
com
· me nólogos,
or otros feno
1 segu1 ¿° P ocupo poco
"'
do para contrariar los efectos de la objetivación creciente del mundo. y se pre
rJ. e
'fico
cam ino espec1 l\1er leau-pont
a fin de comprender l a ma
l
p
s .
. -
r c1-
nty sob re el
de Me r
T.J"us
Husserl desarrolla un método descriptivo Corno '
' · q ue un tC '
y.
embar-
ont eau
plo Merl eau-
o
n1 as y su1·
P 'tO l
y el espírit u.
. ales en E/ o1o
nera en Ja que las experiencias concretas (los fenómenos) se p res enta n te
J
exis
·
el cine . N o
Por m argm
etas not as
"'
onty no estan
e rgso n y
a la conciencia La conciencia no es entonces una forma vacía, sino que Merleau-p
�el 1eonc 1 01 B
s
ne2o y es cu
. de
.
po-
o que,. , e n
al contrario está intencionalmente d irigida hacia las cosas y tiene la o
go ' es m anif
erse
. L0 s dos in ten
.
iest tan des hac
tto. -sí y por-s i , in-
. 1 un0 d el o
"' .
siempre conciencia de algo. Con un gesto s i m ilar a la tentativa berg
conc· i· enc ia
muy ale pdos e uraleza, en
Las
'
soniana, Husserl rechaza el dualism o entre la percepción subjetiva Y ea\'i
y d 'ue-
la nat
e l a s o .
1a
ana ent � ideal ismo y r
i:ii
sició n cartesi.
Así,
. o . son
onty al uab
mbién
ergson
, ta
el mundo exterior objetivo . el n1undo de los fenómenos nunca a¡. o de B
o
.
y e"n1p 1n srn
tele crual 1smo .
nos es dado independ ientemente de las operaciones de la conciencja. s de Vl.e1·l e,au-P
''
1 no o bsca nte al gunas
ncia que presen ta
"No hay conciencia vacía, recuerda Rüdiger Safranski en relación a
rentes re fere
par e n tesc o
p rod uctivo
prueba de un
Husserl, a la que los objetos en condiciones de llenar ese vacío harían
-
105
D E L M U N DO /
B I LI DAD
LA V I S I
en tend u n1en ir
•
La percepción en Merleau-Ponty. No es extraño que Merleau-Ponty homb res y de coexist
hab lan a un
busque comprender esta ambigüedad fundamental entre el yo [moi] y cifra r táci tam e nte e1 m u n
der de des
.. 2 1
1 l. 1 "la' sob re el
3 mismo proble ma que
inc
el mundo a partir del concepto de percepción . La percepción está tan
con ell os . .
p 0
Mer 1ea
no so, 1o se
. de la d uali
y la
to en el sujeto como en las cosas, abre de una manera particular un es nty dad entre el espíritu
. nto
u-
[moi]
Bergso n (e1
rn1e
pacio entre el yo y el mundo. Es lo que Merleau-Ponty subraya des man rela que los dos pensa-
. . y 1 a naruraleza) , sino
ncia
en el texto que dedica al cine en donde esrablece una distinción entre re la con cie
m ateria , ent
vieja y nueva psicología. La vieja psicoloBía concibe la percepción y
1 06 / D E L E U Z E
y SU H E R E NC I A
LA V I S I B I L I D A D D E L M U N D O I 1 07
F I LO S Ó F I C A
se revelaría luego en
percepción constituyan también nociones esenciales para la descrip
a sustanc,rn �erebral ción deleuziana de la imagen-movimiento, siendo los otros conceptos
por no sé qué proceso
. de elaboración quí
1ca y ps1� u1ca, pero cóm fundamentales utilizados para describir la imagen-movimiento el afec
� o no ver que la forog
raffa, si fotografía
1ay, ya esca tomada, to y la acción. Si considerarnos la atención prestada por Merleau-Ponty
ya está sacada, en el
interior mism o de la:
cosas y para todos los al "sentir", entonces una relación con el afecto deleuziano rambién po
punt os del espacio . "
214
dría establecerse216. Una vez más, no se traca simplemente de acercar
Según Bergson, las zona nociones superficialmente, sino más bien de extraer una posible lógi
s d e inde terminación
sens 1'bl es. agregan un
as
• pect o varu
· a¡ a los efectos reales de ca común entre el pensamiento de Merleau-Ponty y los libros de De
l a ·imagen. Esras zona
"indererm ·na " de algun s sens ibles
a �anera la imag en. leuze sobre el cine. En este sentido, el pasaje de la imagen-movimien
¿No corresponde esta
indetermi�a��n .ª l a amb . to a la imagen-tiempo es rriplemente interesante para nuestra
1guedad que Merleau
-Pon ty pone desde el
vamos para defin i r la . problemática. Primero, presenta un nuevo fundamento para el análisis
percepció n ? <'.·No hay Ll .
• na asom b rosa coinc1de
c1a entre las rnezcJas n- del cine. Luego, contribuye a consolidar la nueva imagen del pensa
de los efectos reales y
de los efecros virtuales
•
Bergson, y las mezclas en miento que puede desc r ib irs e con la ayuda del cine. Y finalmente, po
ele los datos del mun do
y d e 1 os rnodos de com
pren sión del sujeto en demos trazar un paralelo entre esta pequeña revolución copernicana y
Merleau-Ponry .;i iNo .
es sorprendente constatar
que los dos filóso6os b
usquen sostener sus teorí
los desarrollos del pensamiento de Merleau-Ponty de los años 1950 y
as por medio de l a ' ima-
gen y de lo visual' . 1960. Estos tres avances tienen un punto en común: abren perspecti
vas inéditas para el estudio de lo visual, es decir para el cine en parti
cular, pero también para los otros medios de la imagen.
U N D O / 1 09
DAD DEL M
LA V I S I B I L I
l OS I D E L E U Z E y S U H E R E N C IA FILO S Ó F I C A
al
. Bellour hace así alusión
iento singLtlar macográfi-
gener al al pen sam "Heg el cine
E l primer pu n t o concierne al cambi o d el eme clásico al cine mod er isc ema
pue de ve rse
como un
. .
. Eisenstei n debe ser com
no. La imagen-acción , tal como figura e sencial mente en las películas hec ho de que de Deleuze bien
de la filosofía
.
ad ento
la mode rni d
de los siste mas de pensami
e distin ta
hall ywood ianas, fue confrontada a un: cns 1s . El lazo sensorio-motriz ' 1.0"2 19. Y
radical ment filosofar, tal com
o D eleu-
e! l azo � trecto
.
.
.
entre la situación y l.a acción '
. se rompe. Resulta un
p rendida como
heg elian o. "Es ta forma
m odern a de
a de argu m enta
nuevo tipo d e imagen para las situ . ac1ones opncas y sonoras que ap a- Je tipo una nueva form
den , produce ulari
la entien haci a las sing
•
.
rece pnmero en el neo-realismo i taliano de los años 1 950 luego en el , ze y Guattari
que es tá
orientad a, en
la prácti ca,
sorbe codos los
c111e moderno de 1os anos - ción filosófica que ab
1960 .
Est· i situac10n permite liberar lo vi- sistema tradi
cion al
'. recha zo del res, conviene
parti
dades."2 20 El nociones singula
. •
. i no
s is de la verdad que Deleuze atr buy, ai l fm � de l a imagen-acción co- Del euze explica
que y a
¡ nción d e l o invisi ble. to, sino tamb ién lo s es
rresponde t arnbi'e. n a una crisis de ;i. fil osofia que ya no puede apo fu el movi mien
ante s pa r a explicar nte está entre
son dete rmin e, el p rese
yarse más en el modelo univer�a ista, de biendo dedicarse a las Más precisament
i má gen es. a su prop ia
_ , entre, por un lado, la paci os entre las os hasta rem itir
noci nes singulares En efecto, la e:;rcacion s recue rdos pasad
� . . úl t i ple sible . La di-
reona del cine clásico (desarrollada -
l p Arnhe1m, Eisenstein, Balazs cruz ado en los m
a Lln i nte
rstic io entre lo
visib le y lo invi
Kracauer, Bazin) que termina e n os anos 1950, ilustra el pasaje dei ause ncia, es decir
l lO / DELE
UZE Y S U HER
LA V I S I B I L I D A D D E L M U N D O / 1 1 1
E NC I A F I L
O S Ó F ICA
visibl e y 1 o rnv1s
. . 1. b le halla su expr . ,
ferencia enrre lo
.
vuel ven el med 10 { cpción a experiencias sjngulares provenjenres de los trabajos artísti
a1us tes que se . esmn en los fals
, ra rigar la actualida
os.
<
" eficn.z
mas
y med iáticos.
po
con 1 a v1n ual
l a imag
.
• 1dac1 de 1 a ima
en-movim iento .
•
.
. d de l'OS Dicho ele otro modo, el enfoque sjstemárico se rele
de pensami.ento
derno requiere así · · bl e en el cine
un nueva mod o mo- hay considerar que el pensamiento merleau-pontiano de alguna ma
filosófico .
1 950 1960 .
Es aq ur, d on d e pue de
nera se modernizó enrre los años y La segunda etapa de
. ·
universali dad,
I
de la i nter iorida . hay tierra firme sobre la cual apoyarnos. Por un lado, es un medio de
d y de l a exteuon
c ad. Pero hay, en
de la expres1. 0n,
.. el fenóm eno
• d ' ' es d
una , buena ambi.. . acceso al mundo o de aperrura al mundo, y por otro, está entrelazado
güeda
, 1 o que parecrn
neidad que reali
.
ecu una esponta-
' za en sí mismo hasta producir un efecto de invisibilidad. El ser se forma
imp osibl e, al cons .
separad o, que reun
elem entos por iderar los
te J'id o 1 a plurali
en lo visible sin que aparezca el ser bruto o salvaje. No se puede dis
.. e en un solo .
' el pasa d o y
dad de las món •
adas cernir ese ser bruto a través de la puesta en escena visual o a través de
el presente, la
�
ue él no es cosa,
ene , los nutre, y q ..
real y a lo imaginarlo) ind iscernibles."Diríamos que las imágenes .
s.
z -3 1 '
carne de las cosa
plica, los sosti
más objetivas no se componen sin volverse mentales, y pasar a una ex
dad, latencia y
traña subjetividad invisible."229 Esta idea de Deleuze proviene de he-
1 1 4 / DELEUZE
y S U H E R E N CIA
F I LO S Ó F I C A
:1� : �
rn or Sin duda, para Deleuze, con o sin Félix Guattari, el rol de la filosofía
se sigue desarrolland
o a r i - e os concep
que el supo elaborar tos consiste en la creación de conceptos. Por esto, la función de la filoso
fía
. Concep ros qL'e
puede n ser tam bién
por el pen sam ient o fecun dados reside en un proceso creativo y ya no reflexivo233. La filosofía se
de Me rl eau- ponry.
opone entonces a l a historia, si concebimos la hiscoria de la filosofía
como m i rada introspectiva sobre esta materia.
Deleuze está considerado como un gran historiador de la filosofía,
pero sobre todo por los deleuztanos. Como es sabido, sus libros sobre
Spinoza, Nietzsche, Bergson o Hume son hoy las referencias inevita
bles de estas figuras, pero, al m i smo tiempo, con frecuencia se decla
ró su falta de objetividad, de fidelidad a la obra estudiada, incluso l a
aparición de i n terprecaciones forzadas, hasta erróneas. Deleuze sería
entonces un hisroriador mediocre cuando la hiscoria encuentra sus va
lores en la autenticidad de la fuente estudiada, en la objetividad de su
estudio, en la exactitud de los hechos presentados. Pero, al contrario
de una reflexividad de la materia expuesta, Deleuze resalta la cualidad
de las fuerzas desarrolladas por y a través del tema estudiado, su ti
pología y sus desarrollos, su proceso creativo en sus relaciones con la
realidad misma. Por esta revelación de lo que el autor estudiado qui
so decir pero no pudo decir (discurso indirecto libre), el comentador
realiza él mismo un acto de creación. Ya no se trata de reflexionar so
bre la materia, sino de expresar sus procesos de creación, lo que, a su
vez, corresponde a la creación misma. Preferir la creación a la reíle-
LE U Z E I 1 1 7
1 1 6 I DELEUZE Y SU
PÓSTUMA DE L A O B R A D E D E
H E R E NCIA FILOSÓFICA LA R E C E P C I Ó N
en sus d iferen
comprensión del universo
xión, el agenciamiento a la interpretación. Así pues, es cierto que De sión cosmológica para una
leuze no fue nunca un historiador, sino sin cesar un creador en acto. tes moda lidad es.
Tqd a hiscoria debe pertenecer a las formas de creación y evitar todo menos los
marco. Así pues, nos sorprenden
principio reflexivo. Este principio no es en ronces más que una desna La filosofía desb orda de su
cuya explo tación sigue siend o inhabitual
ze
�
ruraliz ción de la materia por un proceso inrerprernrivo, es decir por objet os de esrud io de Deleu
ca, psicoanáli
ra, cine, matemática, políti
un conJunro de causas elegido a priori como medio de analizar el ob en el mundo filosófico: pintu fo se
ía, o inclu so gton ll'tría , literatura y poesía. El filóso
jeto de estudio. Ahora que es nuestro turno, también intentaremos sis, antropolog
y lo piens <t en las comb inaciones en acro que pue
evitar esta sistemática. aprox ima al mundo
deleuziana.
los concepros de la filosofía
Si la historia de la filosofía reflexiona sobre la filosofía en s í mis de ofrecer. De esto nacen
mplación de
si Ja filoso f ía se qued ase aquí, sería todavía conte
ma, la filosofía tiene entonces como tarea, para Deleuze, explorar los Pero
mund o y no movi mien tos del mund o mism o238.
p rocesos creativos allí donde se desarrollan y en el análisis de produc los movimienros del
como tarea de la
. de creación de conceptos
nones que se revelan ellas mismas creativas234. La ciencia crea fun Si e n Deleuze la operación
opera ción no es más que
yó menos que esta
ciones, el arte crea agregados sensibles, mien tras que la filosofía crea filosofía. es célebre, se subra
alcan zar un objet ivo más gran de como filosofía opera
concepcos. La práctica de esrns disciplinas, cada una en su dominio un medi o para
es de exisre ncia2 39. Se erara aquí, por
ilidad
consisre en procesos de creñciones. Si bien escas materias son disrin � toria: crear nuevas posib
Deleuze reco
filosófico de Nietzsche, que
y que parece, siempre Y
excelencia , del programa
Fouc ault
ras, rienen muchos cipos de conexiones que organizan resonancias y
iento en Mich el
ecos entre ellas. El objetivo de la füosofía será entonces el análisis de noce en funcionam
a su propio rraba jo.
estas resonancias, es decir de escas filiaciones, enue el arte, la ciencia por codos lados , asignar a de
posibilidades de existencia, da cuent
Y la filosofía. La filosofía se abre entonces al mundo cuando la histo Este programa, de nuevc1s
sim
de inven ción que busca , lógic amen te, superar los
una voluntad
Y si se tratase, por inter medi o del
ria que la reflexiona no puede dejar d e cerrarse sobre sí misma235. con
Lo que puede permitir esta relación con el ocro, con la materia ex ples límit es de la filosofía.
, por esta fórm ula, es cuest ión de
ión, ahora
traña, es el intercesor. El intercesor es el elemenrn de esta materia des cepto, de un acto de creac
les del tiro
tar todas las fórmulas posib
conocida que perm ite verla y comprenderla, pesarla y sentirla. Es una un p roceso de invención . Inven
los movi mient os del territ orio, inven tar ve
figura o un concepto, un animal o una planta. Pero sin el rol del filó d e dado s, inven tar todos
aleza ni pensa rnien to240 .
Inventar es un
sofo, esta figura, este concepco, este animal o esta planea, no podría locid ades insensatas sin natur
ze. Y en
apare ce canto como crear en los libros de Deleu
expresarse. De la misma manera, escas seres y cosas son las posibili verbo que
lo que perm ite la i nvenc ión. Es la creación de
? �
d a es d e e presión del filósofo236. Interacción de materias, de perso efecto es la creación
la inven ción de
conceptos lo que autoriza
na1es y de ideas: la filosofía deviene m(ilriple por la creación de con nuevas líneas de fuga como
los deveni
s mane ras de existi r. Los devenires se crean, como
ceptos del mundo. La filosofía del sujeto se ve reemplazada por una nueva
deven ires-a nima les por ejemp lo y, en su agencia
filosofía cosmol6gica, múltiple y subterránea. Aun si Oeleuze se con res-m ujere s, los
nuevas posi
perpetua), permiten al ser
múlt iples Y
sideró exclusivamente como filósofo, esto debe compararse con el pro miento (es decir su creación
el devenir, las líneas de fuga
ceder de los filósofos presocráticos, tan filósofos como astrólogos, as b i l idade s de existe ncia. Es
de exis
ir nuevas mane ras de ser y
trónom · médicos según el caso237. Lo esencial para el investigador
as los que hacen adven
; heterogéne
� rda enton ces de su marc o y extrae, o vuela,
presocranco no es una profundización del pensamiento sino una vi- tir24 1. La filosofía desbo
I 119
1 1 8 I D E L E U Z E y S U H E R E N C I A F I LO S Ó F I C A
BRA DE DELEUZE
LA R E C E P C I Ó N P Ó S T U M A D E LA O
entr re¡e una red con la modernidad , es decir con los conjuntos de nue
� ·
• firmad a por
.
por Claire Parnet. Este A becedario
N1etzsc
� he H1t111ano, demasiado humano. L a m ú s i c a está de Deleu
_
Rrchard Prnhas ' y 1 a grab acion
, ,
,
es ta presentada bajo el nom bre d e su La entrevista a Deleuze
pop'
da
philosophie. Los remas abor
.
grupo de rock Schizo242. Por el camino d e 1a musica Deleuze y Ri - a un ej rcici o de
ze es por excelenci
am bié n el contexto en
e
.
p·m1ias consiguen una manera d e confundir los gén e s, y per
�
place res s
el que se efectúa. Los
l razon
e l filósofo enemigo (a veces tan cerGmo) que puede ser Wittgenstein. libro; y, librada así gratuitamente en Intern et, se opone a toda idea de
Deleuze se expresa respecto de pequeños y grandes remas, de los que publicación contra la voluntad de Del euze.
hacen una vida filosófica. Estas clases, puestas así a disposición por Richard Pinhas, cubren
Visiblemente y sin descanso, Deleuze se dirige a un pl1blico no fi rodas las épocas y los cernas de la ense ñanza da da en Vincennes por
losófico. La extrema claridad de su discurso, el empleo de lo real co Deleuze. Encontramos clases que contribuyen a la redacción del A n
mo punto de partida (el profesor, la fidelidad , la resistencia ... ), el hu ti-Edipo (1971-1974), Mil 111esetm 0 977- l979), sobre La imagen-movi
mor que pone en general son elementos que contribuyen a una miento y La imagen-tiempo (1981-l 983 ), pero también clases dedicadas
cómoda comprensión de su pensamienro. El éxirn de esta publicación a flgmas de la filosofía como Kant 0 978) , Leibniz ([980 y 1986-
en video VHS, y de su republicación en DVD, es un acontecimiento l987) y Spinoza 0978-198 l). Enconreamos del mismo modo la re
cranscripción de muchas conferencias qu e tienen como tema a Berg
en el mundo cultural245.
son, el tiempo musical y el acto de creación . Este sitio está en
Inicialmente, este documento, bajo la demanda de Deleuze, debía
constante construcción, y sube regularmente a la red textos y docu
ser difundido de manera póstuma a fin de que no pueda entrar en una
mentos nuevos. La mayor parte del conj unto de estos textos fue tra
especulación filosófica, económica y periodfsrica. De alguna manera,
ducida al español y al inglés, a veces incluso al alemán y al italiano.
el documento se pretendía tesramenrnrio, l1ltimo testimonio viviente
de un fllósofo desaparecido. En l994, sin embargo, el canal de tele
visión Arte, en su pcograma !vlctn5polis, difundió este Aheceda1·io en for Las publicaciones póstumas
mato de serie semanal gracias a la aurorización de Deleuze. Esro se ex Si podemos encontrar entonces la retran.scripción de cierras clases y
plica por el hecho, tan triste, que Deleuze sabía en ese momento que conferencias de Deleuze en el \'(lebde!e11ze, las g rabaciones de algunas
la enfermedad ya no le permitiría más una actividad filosófica. de ellas están actualmente disponibles en e l mercado. Efectivamente,
A parcir de esta relación, precisa y singular, por 1a cual Deleuze Gallimard hizo aparecer en el 200l un a clase sobre Spinoza247 y otra,
trabajó con los medios, podernos presagiar que le hubie�e gustado el en el 2003, sobre Leibniz248.
Webdeleuze246, su proyecto y sus modalidades. Estas grabaciones tienen, evidentemente, la venrnja de restituir la
atmósfera de las clases de Deleuze. La voz metál ica del maestro re
El Webdeleuze es un site de Internet gue agrupa un gran número de suena en el auditorio de Vincennes dejando pas ar, ocasionalmente,
sus clases dadas de l 972 a l 987 y dacrilogrnfladas para la ocasión. ruidos venidos de piezas vecinas. Con ceptos y digresiones se alternan
Deleuze había prohibido toda publicación póstuma de sus clases bajo con filosofía exclusivamenre práctica_ Una manera singular de ense
forma de libro. La razón de esto es que pensaba con razón que el esti ñar se deja entonces descubrir en don de el ejem plo se transforma en
lo de la escritura es distinto al estilo de la palabra y que una reuans personaje concept1tcti, como el bebé de Belcebli. En esta última oportu
cripción de las grabaciones efectuadas no podía más que desfigurar el nidad, de hecho, Deleuze entona una pequeña canción. Lo esencial es
estilo que elaboró a través de sus libros. Sin embargo, luego de su de sin cesar volver la materia viviente, es decir, ex traer las fuerzas más vi
saparición, muchas editoriales estaban deseosas de publicar sus clases, vas y explorarlas para su propio prov echo: la filosofía sólo debe ser
con o sin la autorización de los poseedores de los derechos. La creación virnos. Nos asombraremos aun más de esta manera de exponer la ma
de un site de Internet fue entonces una buena solución. No se trata teria si consideramos lo distinta qne es respect o de lo que puede
más que de una publicación virtual, y no actual como puede serlo un hacerse hoy en los mismos lugares.
123
. A D E DELE UZE /
. S T UMA D E LA OBR
122 / D E L E UZE Y S U H E R E N C IA F I L O S Ó F I C A LA R E C EPC ION PO
· prueba a
rse dominar por s�
m atena y es Ja
Otros acontecimientos póstumos fueron l a aparición, e n l a s "É.di rico, tan raro, de no deja _ a creac1·ón · Diez años
, ' de una aute ntic
vez más
de dos compilaciones de artí culos , /_,a isla desierta través de su autor, una o a esperar
tenemos el d e recl
tions de A1imtit, .
ición de Deleuze,
(1953-1974)249 y Dos regímenes ele lom (1975-l995)250. decir ver después de la desapar 1 r·Ir de su
e pensado a pa
A
filos ófica que fues �
1
un gran l·bro de creación
dad, no se trata aquí del roda de publicaciones póstumas puesto que nempo de
rar que 1 uego del
y ya no sólo sob re ella. Podemos espe .
la totalidad los a rtíc ul os de estos dos volúmenes artí obra ..dad
de (excepto el pnnc1p10 de reflex1v1
nto, es e1 eo. r de un
.
culo La. isla desierht que da título a la primera compilación) apare estudio de su pensamie iento un
r de este pensam
su
p udié sem os ver nace
. ,
ció contemporáneamente a Dele uze y bajo sus cuidados. Estos artícu que Deleuze aborrece .
i dea d e Jluha
ente (un poco e l a
nierzscheana).
�
los republicados fueron elegidos y comentados por David Lap o Ltj ad e , proceso creador difer ad con la bi-
. ro
ions Stls ¡\4ttm 1 crea
n , en socied
En e1 2002 las Éclit
' '
coordinador del proyecto. Esrán acompañados de un aparaco crítico 4 Su proyecto
blioteca del St11dchoir, el Fondo d o cume � at
l Dele uze25
os y
pertinente y muy bien documentado. Escas p ubl icacion es alt ernan ar
. l ra l d a d de los lib r�s ' art ícul
apunta a JU ot ar en
un solo luga r a i
tículos sobre la filosofía de Deleuze (a veces con Fél 1x G uattari ) y ar
' ro
. de 195 3.
tipo reali zad os por
D e 1 euz e parcir
documentos de rndo .
a
'·
� :
de la obra de Deleuze.
oy
nando en el li bro de Fran�ois Zourabichvili permite extraer una bue umo que se ace
juicio, del uso póst
na tipología del. acontecimiento como eje cc:ntral de la filosofía
deleuziana. El libro de Alain Iladiou, q ue originó un cierto escánda a contemporánea
Deleuze y la pintur
h istoria de
.
lo en los medios correspondientes, intenta demostrar que más que la libro raro en la
� . de lasensaci ón255 es un ·
inmanencia, es una univocidad en acto l o que no deja de a li mentar a Francis Bacon. Log tc:t .
us1v •,t m en t e ]Jic
tórico, con-
e e d10 exc
s 1
ob.¡eto
. la filosofía, pues su
d
ntico libro de
i ro es un auté
tu
la filosofía deleuziana El desarrollo de es re primer punto de su refle
Francis Bacon. E sre l"b
cierne a la obra de
'
xión no fue compartido por codos, pero el 1 ibro tien e el inmenso mé-
124 I D E L E U ZE Y S U H E R E NCIA F I L O S Ó FICA LA R E C E P C I Ó N P Ó S T U M A DE LA O B R A D E D E L E U Z E I 125
cuando e l lenguaje
es J a expres ión
y El teatro y s11 doble.
del mundo. Desh .
y la concordanc acer la conJU nción antes que a Deleuze, Los Tarahumarcts Artaud, li
,
ia, crear el h.ipo
y e l tart
Pon de a 1 as rec ni ca s
. amu deo de
Ja• 1 engua
corres- ga la escritura al cuerpo: no es cribir sobre el cuerpo sino con el cuer
de.esta poesfa.
Con b poesía de po --escritura de un c ue rpo que no puede ser sino el CsO. Tenía la in
Jean-Phil ippe Cazi
ni.fi can c1a, a un er' el texro ren
unci. a a una sig- tuición de que la escritura estaba del lado de lo abierto, que escribir
m arcan"a a 1 lect era remitirse al afuera, así que Artaud fue un shock. Lo que Deleuze
. .
mensa ¡ e o d"iscur so que
�"
I e1en
por 1 o que todos tene omun, solamente pue de leerse como una tipología o topología del CsO, debería serlo
mos d"f; . re Se reara ' aqu" 1 d e una univ
Deleu ze e¡ a a esta
en el sentido que . también de l a escritura y del afuera, del caosrnos.
' ocidad'
pa!abra268 El c
t e1en
es entonces un mon . uerpo del mundo S. L.: Generalmente, tu poesía evita los pronombres personales.
. tón de¿·¡ ¡ . cias . cuando el CL
asfi xia baj o la cant 1erpo sub"1erivado ¿Debe esto pone rs e en relación con las singularidades pre-individua
idad de rn .1 sm1.dad se
de Ja cual
Stéfa11 Leclerc : l:
, des b or da .
. antes de escn
les deleuzianas?
q ·Leísre a De1eu ze
'b·1f poesía? C.: Evito los pro nombres pers o nales en beneficio de una im
é 1a ·escn
j.-P
.
Jean-Philippe Ce1zier· E '
m
. · mpec'" .b1r.
muy te mprano,
o. A os 1 2 anos
· f;·ancia. personalización. Aun cuando me sucede de escribir Yo, Tl1, o Él1 hay
Siempre leí much . dura nte la
- .
1os surrea¡ !Stas: ' R1mb aud , B aud elai. re y que leerlos corno "Nieva[// mige]269_ No se rrara de personas sino de
Breton, e
reve1, Desnos, É
· <
;
luard . Des �ues:
ner, Duras, S arra ure. ,, Sartre, Ge afe ctos o perceptos, en el sentido de Deleuze, es decir también de mo
Desde el princi pio
medi atamenr e escr i
. ' 1e1 obras d iversas , pero
bí •a]g0 asi; como -
' . D escu b n,, a D e!euz
in- vimientos. Lo que me interesa, son los devenires -entonces, intento
;
poesía
20 años, un verdadero e a los efectivamente si tu ar mis rexros al nivel de las singularidades pre-in
encuenrio . .. encon ree con
aba en SL' '.d.mma 1
me parecía, despleg Deleuze una obra dividuales de las que habla Deleuze. Me parece que todo esto está en
o que se hª11 ªb a
que,
Un encuentro, pues ' en mis textos. relación directa con la es c ritura y el CsO Soy muy sensible a l a idea
una m1sm,·1 l
las dos caras de . .
l OJ.a. Leyendo
ªJº
1 euze de mfís cerca a De- d e que un libro no tiene ni objeto ni sujeto (ver el principio de Mil
' mi trab • . romo,, ar r<as d
ir�c
· c10n
· es, liga das mesetas), lo que sería una especie de definición de la escritura, 1a evi
uze y � su 1dea de
desarrollos del pens a l os
a mienro de Dele
encuen rro con un
nor. Fue tnmbién un literatura me- dencia de su relación con los deven ir es , con e l afuera. Situarse al nivel
e stilo muy f¡uerre,
ros muy inten sos movimien- de estas si ng ular id ades pre-individuales, es también d ese ncadenar el
-todo esto ramb...
i.
ien e ngendr ó poesía
"
S. L. .. El concepto en m,. lenguaje y el mundo de Ja persona y de lo humano y de la cult ura, es
, ga nos p a�ece
de "cuerpo sin ór
·
ser de ter m in an
ser nomb. rado }< amas, tu traba jo
re en tu poesía. Sin decir escribir. D eleuze explicó todas estas cosas con la literatura me
Iogía de él. ¿Esto se parece ser la nor o americana (ver por ejemplo Diálogos).
• Iectura
tipo-
de De1 euze o
. debe pnmero a una
tonin Arrau d, 0 de los de An-
"Lo que suce de : bocas hablan en multitud, tensión
dos?
j.-P. C.: Mis texr
os giran alrededor
lo an a li z..1. , el cuerp
del cuer po tal c
o sin órganos. y De bocas sin rosrro, lej os , en las fronteras,
omo Deleuze
r e1 Csü imp ¡-ica
de las cua 1es no se
en D eleuze las En las fronteras abiertas de un rostro desarticulado,
.
lLierz as que lo ani man y
disrjn gut:. Desarticulación-rostro sin lí mi tes , inhumana
no esta, entonces
ales . . El cuerpo
tres, cósmICas, anim ,.. fiuerzas terres
abier ro ' en s'"i mi.smo .
aper tura, en relac
cerrad o sino Mecánica sin rni rad a ... 270
ión con un aliuera. Leí a
Artaud
130 I D E L E U Z E Y S U H E R E N C I A F I L O S Ó F I C A
L A R E C E P C I Ó N PÓST U M A D E LA O B R A D E D EL E U Z E I 131
para devenir. Ya n o
. ... I
almenre cómo esto empezó. Nunca h a y comien
. . zo
que no pueden. Es rnmbién uno de los traductores italianos de Samuel
�
)
Beckett y miembro fundador de Asilo poético. Gabriele Frasca publicó me acuerdo cuánJo y cómo (en qué orden), pero sé que estoy (¿quien.
particularmente dos selecciones imparranres, Ribera y Li ma27 l _
es-
en un momento dado en Deleuze y en e1 tean. 0 · Me vuelvo a ver,
1 e eme lápiz en mano (C.,_
tudiante de filosofía, leyendo los dos romos e
ne J y 2: el verdadero título de hecho de /_,a. imagen-movnmento
. .
Deleuze y el teatro contemporáneo
La �
1 retas
.
imagen-tiempo) y empezando a organ1zar en l"b • de notas con vistas
Alain Jugnon es filósofo y dramaturgo, nacido en 1959 . De sus nume
a una primera obra de teatro (que se 11am.ará' El G11ardarropa). Uno
.
rosas publicaciones, mencionaremos sobre roda en el marco de este ar
me había hecho encontrar esos ami-
tículo su obra de teatro Nietzsche se casa 27 2 . Como los nietzscheanos Jo
maquinó al otro. y ya Nietzsche
.
gos: lector concentrado, encarnizado, d es1 umb rado de Nietzsche (es-
comprenderán, se trata aquí de una ficción. Esta obra por su concepción
toy primero en Nietzsche antes de estar en Deleuze o en el tearro) des-
misma se posiciona contra la Historia. El héroe, Nietzsche, no evolu
de la alta adolescencia, leí en Deleuze una maquinaria filos6fica pa a �
ciona ni en Basilea, ni en Sils Maria, ni en Turín. Más bien, encontra
captar el Nietzsche gue me hacía falta, luego leí en Deleuze una ma-
' • al teatro en ma-
mos a Nietzsche en la playa, en la montaña, en los estudios de un canal
quina para vivir el teatro desde ad entro, para agarrar
vimiento: ni Nietzsche, 01 Deleuze, 01. el rea. t ro son para mi... ob 1etos
de televisión. La obra no rerraza ni la vida ni la obra del filósofo sino . .
. . ·
... son lugares y mov1mien·
que le hace vivir su propia. filosofía. El marco es contemporáneo y le da
de estud10 o de 1nteres, t os. Todo eso, lo re 1 eo
hoy en un texto que cuando 1 e1, por p[lm . · era� vez" fue un shock. En
también al héroe una dimensión intemporal: Nietzsche es de todas las
épocas o no es de ninguna. Al mismo tiempo, ya no tiene relación con . . e l0 P lan-
"Pensamiento nómada" (1973) , Deleuze escC1be: Nietzsch
. o decir • encuenrren l a
la Historia, vive un puro devenir-Nietzsche en una singularización de .
t e a muy claramente: si quieren s ab er 1 o quier
1-
fuerzas gue lo atraviesan. La escritura de esra obra estuvo marcada por .
.
. elt a un nuevo sentido ' a lo que d
una lectura del Nietzsche y la filosofía273 de Deleuze. Enconreamos en
fuerza que da un senndo, si hace ia
go. Conecten el texto a esa fuerza. D e esca manera no • hay un pro ble-
,
ella, insinuados, en la concepción psicológica del personaje principal, . .
ma de interpretación de Nietzsche, no 1J,ly es problemas que de ma-
m,l
los conceptos nietzscheanos resaltados por Deleuze. . .
quinación: maqumar el texto d e Nierzsc1le, buscar con que,. fu erza
Esta obra guarda una relación profunda con la interpretación que ,
exterior actual hc1ce pasar algo, una corriente de energia ... ,.275 P ara mi
.
el teatro da esta
Nietzsche supo hacer de la tragedia antigua274. Tiene la misión de
fuerza, lo es. Es esa vida.
S. L.: ¿Pensás que el cexro de Deleuzc "El agotad 0 .. z 76 ¡ugo, un rol
crear imágenes fuertes que marcan al espectador por mucho tiempo .
(como Nietzsche apareciendo en la televisión) fuera de roda dialécri
en tu obra Nietzsche se casa?
ca que viniese a moralizar el discurso. Alain Jugnon explota imáge
· · Sí ' "El agorado'' es un texto importante
A · J. para mí, por osar
el e t eaero sobre Nierzsche.
nes-expresiones capaces de pinchar al público. Nietzsche deviene un
imaginar posible la escritura de una o b ra
personaje épico, héroe de su propia filosofía. El estilo contundente de
Antes de Nietzsche se casa, intenté tres veces escribir una obra so br �
la escritura d a a Nietzsche un tono casi profético, el de una filosofía
para todos y para nadie. Nietzsche: tres textos escritos, escondidos, olvidados. La cuarta vez, vi
, escnbu,
la obra que debia , la vi.
. . no 1a pense, . . es esta máquin a de la que
EUZE I 133
OBRA D E D E L
A D E LA
PCIÓ N PÓST U M
1 3 2 I D E L E U Z E Y S U H E R E N C I A F I LO S Ó F I C A LA RE C E
·
zonada . Simple-
ializació n es irra .
. d es cer riror .
da . rno t1vac1
. , d e esta
. on e explic ar. Cam-
La e'l m ismo no pued
es
hablo más arriba la que m e puso en el buen movimiento, el movi
m ovido por fiuerzas que ico por el de conduc-
miento justo. En "El agotado" y respecto del teatro de Beckett (cier me nte po, su rol de técn . . l' .,
bia en t n ce o s pans, por el cam esca desterritona lzac1on
tamente mi único amigo de teatro, con Arraud), Deleuze evoca prec i o vag o . Pero
por el t rre , � se m s -
ue
cor' la o ficina � inevitab le. Alain
. ton. a1 zaoon n ecesaria e e, .ª
samente esto: cuando llega la horn, una imagen se hace. No más
a retern porq
i a la cond u
co nlle va n u cción de las máqui nas �
palabras, no más ideas, no m:ís l engua j e, sólo una imagen. Podríamo s
rra rápi d
amente dorad o par ,. permanecen los
na,
pnnc1 -
incluso escribir: jusco una imagen j usta. Así, esc rib i endo Nietzsche se
nueva d'ivers1'd a
d de la pasan .
rravés de la . pulación de 1oys-
ªJº
\o que parece Y
casa, experimenté que podía hacer la imagen-Nietzsche . . . De hecho, - · sc1'a' en la mani
p1os de su .
·
q ue con s1
. pnmer rrab
la obra es un a serie de imágenes-Nietzsche ("Nietzsche en la playa", os d ·uce re_ nces de
eoJueg o y topad
ora son m en , Manu,
"Nietzsche en la montaña" . . . ), no es más que eso, simplemente. Y lo cic ks. Vid . d e 1 0 mism o. Mie ntras canto
cia
tonces una lconstan para él d e
que encontré en el texto de Deleuze, es la fuerza de maquinar el tex apa re ce e n . ltiva ' el sueño tan difíci \
s an o,.a , cu
d wcre de a pa . volverá a París alimentad o
por
a1 umno me
•
to de Beckett, sin saberlo, sin releerlo, sólo trabajo desde adentro lo
h 'cul os . A
ve l arn
ul a r esos
ieter no
que Deleuze d ice de ese texto . . . como un conocimiento impersonal, l og rar m . anip de lo diferente.
reco rno
nir-otro como un lector d e D eleuze .
el mismo que hace posible una realización personal, una individua un deve Sane, no es un
os, Gus van ral vez a pesar
ción. Con Deleuze, uno se hace muchos amigos, siempre. Tantos co Hast a donde sabem · expl oran
as pel 'iculas 279
· '
mo sea posible. Si "El ago rad o " no desencadenó la escritura de mi , escue la en la que
go, sus eres u1 c1 m•
,.
i . La
se desa-
Sin em bar ,. . as de esta u e-.¡osofa
obra, la posibiliró . . s uy o , cie rtas
cemat � � drama de Colom bine, pa�ece ser un a
tir del _
S. L. : ¿ Acaso el Nietzsche ficcionaJ277 de Nietzsche se casa puede ser phant, ficc1on a par pas1-
rro lla Ele . del term , i' no , cons titui da de
uer a, en el sen t .i d o kafkiano gent e se cruz a y
. d o en donde la
su d 1-
puesto en relación con los personajes conceptuales d e Deleuze y Félix ma 'd rig
ella un mun
Guatrari? ! l os y ga
l e n"as . Corre . p or . . o para algu ' nos ' como John y
'
ernton
A. J. : Sí, absolutamente. Pero prefiero dejar que hable Deleuze: Se h ab la.
La escuel a es un c . son repet itivos, pero
conteci mi· en tos
"Incluso la historia de la filosofía es cotalmente ininleresante si no se
.
para as1st1
. .
r a e·l l a' . Los a proragon1stas. E n
·, ue a n cada vez d e m,
fic ulrad
ane ra d ue · c r.e nte según los . .
deste rntona-
propone despertar un concepto dormido, hacerlo jugar de vuelta en se g
el p unto d e P'
arrida de una
d e ser
ca mb io , la escuel a
pue l es-
una nueva escena, aunque sea al precio de volverla contra él mismo" nos que abandonan e
ado lescentes .asesi
•
lO P ara
para los d os mejor volver arm ados
(últimas líneas del capítulo ti rulado "Los personajes conceptuales" en · � ac ió n' como
\ iz estu d
¿ Qué es la filosofía?). Nietzsche, como personaje de teatro, le hace eso
de
t abl ec i m 1
. ial
ento con su roater ' es c ue l a es
un gran lugar co-
l de sold ados · La
a la historia de la filosofía: la despierta y la vuelve contra sí misma. Y c a m u fl ado s a a manera
persi gu e sus deven ires, com o
. . cada u no
ún, o terr1t ono, en el que ensa divers1 'dad d e 1 os
m o salvador. La inm .
y el aman ee o co1n
Deleuze cine contemporáneo a se s i n o, corno ste 1 ug ar com ún que es la escuela.
ica con e reterr i -
o s se justif tarismo o de
La pe l ícula notable de Émilie Deleuze, Piel n11eva, fue realizada en alu m n
b'10, e s una bús
qued a de seden ' desie .
rto. El
G erry, en cam d os h e' roe s perd idos e n el
1999278. Muestra la historia de una gran desterrirorialización, de sus . .
si. bl e, p ara
' los
evan e l
ac1ón impo personajes que \\
motivaciones y de sus peligros. Alain prueba videojuegos. Cas ado y ror ial i z d e esos dos
es 1 a 01•archa .
z de diferenciar
el uempo y el
m ov i
rn ienco que l .
padre de un hijo y nacido en París, decide cambiar de vida. Así pues, vue ve rncapa .
s ni o nom b re (Gerry ) se
vist a en un lugar s1n re¡;e-
mi d de
se inscribe en una. pasantía de conductor de topadora en Correze. Allí, ua nd o se p1. et e
Todo se parece c
se hace amigo de otro alumno, Manu, aunque están separados por co- lu gar.
LA R E C E PC I Ó N P Ó S T UMA D E LA O B R A D E D E L E U Z E I 135
1 3 4 I D E L E U Z E Y S U H E R E N C IA F I L O S Ó F I C A
gues Y P. Marrati, La philosophie de Deleuze, París, PUF, 2004, p. ne, Monash University,
(tesis de doctocado no publicada), Melbour
6 - 1 0), F. Zourab1chvd1 sostiene gue no hay 01)tología en Deleu
1999
2 1 G . Deleuze,
ze. Los que le atribuyen una deben mostrar que Deleuze tiene al
Logiq11e du sens, París, Minuit, 1969, p. 2 1 5 - 2
1 6. Pa-
go que decir sobre 'ª realidad última (sentido metafísico vulgar), s de esta posición de
. ra u n a discusión de los antecedentes histórico
o que afirma la primacía del ser sobre el conocimiento (sentido París, Vrin, 1936.
leuziana , vet H. Elie, Le complexe signifiettbile,
más profundo). Defiendo por mi parte la posición de una "meca
2 2 K. Ansell-Pearson, Germinal Lifa. The Difference and nepetition of De
física vulgar", contra Zourabichvili cuando afirma que Deleuze 1 3 2 (la uaducción es
leuze, New York/Lo ndon, Romledge, 1 999, p.
e� "un filósofo que habrá cuestionado las condiciones de la expe
" nuestra). Ver también G. Deleuze, LogiqNe
du sen.s, op. cit. , serie
2 3 G. Deleuze, Diflénnce et répétition, op. cit. , cap. II. Vet también
riencia, insatisfecho con Kant y la fenomenología" (p. 6). No veo P.
la pertinencia de esta advertencia. Es como si Zourabichvili de
Pal Pelbart, O tempo Niio-R.econciliado: Imagem do Tempo em Delettze,
biese sostener que las intensidades y los afectos son ficciones úti-
1 40 I D E L E U Z E Y S U H E R E N C I A F I LO S Ó F I C A NOTAS I 141
Sao Paulo, Perspectiva, 1998; F. Zourabichvili, "Aion", e n L e voca 3 6 G. Deleuze, La philosophie critique ele Kant, París, PUF, 1963, cap.
bulaire de Deleuze, París, Ellipses, 2003, p. 10- 1 3 . 3; y "L'idée de genese dans l'esthétique de Kant", en I.:íle diserte et
24 Hay que evitar, contra las tendencias sincréticas, identificar las autrcs textes, París, Minuit, 2002, p. 79- 1 0 1 .
concepciones deleuziana y derrideana de la temporalidad. Ver al 3 7 G . Deleuze, Francis Bacon. Logique de la sensation, París, La Diffé
respecto C. Boundas, "Review Essay: Between Deleuze and Derri rence, 1 9 8 1 .
da", Symposium, 9 (1 ), 2005, p . 99-l 14. Una meditación útil sobre 38 C. Boundas, "The ethics of counrer-acrualization", ConceptI, núme-
la temporalidad de San Pablo es presentada por G. Agamben en ro especial 2, 2003, p. 170- 1 99.
"The time that is Jefe'', Epoche, 7 (!), 2002, p. 1-14 . 39 F. Zourab ichvili, Dcleuze. Une philosophie de l'événenient, París, PUF,
25 B. Baugh, "Deleuze and empiricism", Thejottrnal ofthe British So 1994, p. 1 1 3.
ciety far Phenomenology, 24 ( ! ), 1993, p. 1 5 - 3 1 ; B. Baugh, "Tras 40 C. Boundas, "Foreclosure of the other: From Sartre to Deleuze",
cendental empiricism: Deleuze's response to Hegel'', Man ?tnd The Journal of the B ritish Society of Phenomenology, 24 ( 1),
World, 2 5 (2), 1992, p. 1 33-148; M. Anronioli, Deleuze et l'histoire 1 993, p. 32-43; A. Beaulieu, Deleuze et la phénoménologie, Mons, Sils
de la philosophie, París, Vrin, Kimé, 1999, cap. 2. Maria, 2004, p. 5 5 -66.
2 6 G. Deleuze, Le beigsonisme, París, PUF, 1966, cap. l. 41 Juego de palabras entre expérimentation, experimentación, y experti
2 7 J . Ranciere, La fr1.ble cinématographiq11e, París, L e Seuil, 200 J , p. se, valoración.
1 50 . 42 G. Deleuze y F. Guattari, Qu'est-ce que la philosophie?, op. cit. , p. 72;
2 8 G . Deleuze y F. Guatrnri, Q111est-ce que la philosophie?, París, Minuit, ver también G. Deleuze, Nietzsche et la philosophie, París, PUF,
1 9 9 1 , p. 37. Ver también P. Patton, "Concept and event'', Man and 1962, p. 77-82.
World, 2 9 (3), 1 996, p. 3 1 5-326. 43 G. Deleuze, Uigiq11e clu sens , op. cit. , p. 175. Ver también C. Boun-
29 G. Deleuze y F. Guattari, Q11'est-ce qm la philoso¡1hie?, op. cit. , p. 2 3 . das, "The erhics of counter-actualization", artículo citado.
3 0 G. OeJeuze, "Enrretien avec Raymond Bellour e t Fran�ois Ewald " , 44 G. Deleuze, Logiqm du sens, op. cit. , p. 175.
Magazine littéraire, 257, 1988, p. 23. 4 5 !bici. , p. 188.
3 ! M . Antonioli, Deleuze e t l'histoire de la philosophie, op. cit. , cap. l . 46 /bicl. , p . 176, 209-2 10.
3 2 C . Boundas, "An ontology of intensities", artículo citado. Ver ram 4 7 G. Deleuze, Nietzsche et la phi!oso¡1hie?, ojJ. cit. , p . 77.
bién J. Simont, Essai mr la q11antité, la q11afité, la relation chez Kcmt, 48 G. Deleuze, Logiq11e du sens, op. cit. , p. 209.
Hegel, Delmze, op. cit. , cap. l y 4. 49 G. Deleuze, Différcnce et répétition, op. cit. , p . 384.
3 3 Aristóteles, Merafísica, I X , 6 ( 1 048 b 18-35). 5 0 G. Deleuze, Logique clu sem, op. cit. , p. 352.
34 Este párrafo y el precedente se i nspiran de J . Simont, Essai sur la 5 1 Paul Ricreur explora esta distinción e n Soi-meme co11mze u n antre, Pa
qllantité, fa qnalité, la nlation chez Kant, Hegel, Defeu.ze, op. cit. rís, Le Seuil, 1990, p. 1 1- 14.
35 G. Deleuze, Différence et répétition, 0/1. cit. , p. 273-276. Sobre la crí 52 F. Zourabichvili, Deleuze. Une philosophie ele /'événement, op. cit. , P·
une vie philosophique, Le Plessis-Robinson, Synthélabo, 1 998, 3 3 5 - halla entre comillas. Forjarnos un equivalente e n español, "anti
3 57. cuisras". N. ele/ T
1 4 2 / D E L E U Z E Y SU H E R E N C I A F I L O S Ó F I C A N O T A S I 1 43
54 Sin establecer l a lista exhaustiva, mencionemos G. Deleuze, Diffé 60 De Émile Bréhier, mencionemos solamente: La théorie des incorporels
rence et répétition, París, PUF, 1 968, p. 106; G. Deleuze y F. Guat dans tancien stoi'cisme, op. cit. (ln ed. : 1908), Crisi/Jo, París, Alean,
tari, Mil/e plat<a11x, París, Minuit, 1980, p. 1 09; G. Deleuze, Le 1 9 1 0 ; Études de philosophie antiqtte, op. cit. (l" ed. : 1 939).
V. Goldschmidt, Le systeme stoi'cien et l'idée de
Pli. Leibniz et le baroq11e, París, Minuit, 1 988, p. 7 1 -72; G. Delcu 6l temps, 0/1. ctt. (l' ed.: 1953).
ze y F. Guattari, Q11'est-ce que Íít philoso¡1hie?, París, Minuit, 1 99 1 , 62 G. Deleuze, Logique du sens, op. cit. , p. 7.
63 V. Goldschmidt, Le systeme stoiáen et l'idée de temps, ófi. cit. , § 26-2 ·
p . 1 20; G . Deleuze y C . Parnet, Dialog11e.r, París, Flammarion, ?
1996, p 77-8 1 . 64 G. Deleuze, Pourparlers, París, Minuit, 1990, P- 48. Ver tambien
5 5 V. Brochard funda la lógica empirista e n l a ciencia estoica. Ver É t11-
G. Deleuze y F. Guattari, Qu'est-ce que la philosophie?, op. cit. , P· 1 4 ;
des de philosophie ancienne et moderne, París, Vrin, 1 926, p. 2 3 7 y 250. G. Deleuze, Deux dgimes de fom, París, Minuit, 2003, P· 3 3 8 .
É. Bréhier contestó sin embargo este aspecto inductivo atribuido a 6) Correspondencia de G . Deleuze, e n A. Villani, L a g11epe et l'orchiclée,
la en i a estoica haciendo constatar que causas y efectos pertene
ci c París, Delin, 1999, p. 1 30.
66
cen al mismo plano. Ver Ét11des de philosophie cmtiq11e, París, PUF, G. Deleuze, Denx régi111es clefom, op. cit. , p. 3 14-3 1 5 .
67
1 95 5 , p. 1 0 1 - 1 02 y 1 1 3- 1 14 . _
G. Deleuze, Uabécédaire de Deleuze. Avec Claire Parnet (entrevistas
5 6 Sobre la teoría estoica de los signos, ver V. Brochard , Ét11des de philo
filmadas), realización P.-A. Boucang, París, Vidéo Éditions Monc
sophie ancienne et moderne, op. cit. , p. 2 3 1 ; É. Bréhier, Études de philo pamasse, 1996, letra "H". Ver también G. Deleuze y F. Guattafl,
sophie antiq11e, op. cit. , p. 1 1 5 ; É. Bréhier, La théorie des incorporels dans Qtt'est-ce que la philosophie?, op. cit. , p . 1 4 .
l'ancien stoiámte, París, Vrin, 1 997, p. 3 1 -32; V. Goldscbmidt, Le 68 Ver principalmente p. 1 50, 2 1 4 , 277, serie 3 1 Y serie 34.
systeme stoiáen et l'idée de temps, París , Vrin, 1 969, p. 44, 8 1 ss. y 1 3 1 69 .
Diógenes Laercio, Vie, doctrines,. sentencei des phtlosophes tilustres, Pa
ss. DeJeuze mismo asocia la teoría d e signos a una de las "grandezas rís, Flammarion, 1 965, p. 64 [VII, 40}.
del estoicismo". Ver G. Deleuze, Dijférence et répétition, op. cit. , p. 1 06; 70 Las primeras dan el título a dos obras de Deleuze. Para la tercera,
G. Deleuze y F. Guattari, Mil/e platecmx, op. cit. , p. 109. remitimos a G. Deleuze y F. Guattari, Mil/e plateaux, op. cit. , 2" me
57 Prneba de ello es la omnipresencia de Bergson en la obra de _
seta; G. Deleuze, Pourparlers, op. cit. , p. 201; G. Deleuze, Deux re
Goldschmidt. Deleuze y Guatrnri esrnblecen un acercamiento en gimes de fo11s, op. cit. , p. 3 l 5 .
71
tre los Escoicos y Bergson en G. Deleuze y F. Guacrari, Qtt 'est-ce que _ _ ..
El término en francés es agencement. Literalmente, significa arreglo
..
semántico. No sin el temor de repetir un error originarjo, elegimos 8 1 lbid. ' p. 246.
8 2 Respecto de la escrucrura doble del acontecimiento, ver ibid. , P ·
plegarnos a la tradición y utilizar el segundo término, agenciamien 177.
Oeleuze, Spinoza et le prob/eme de l'expression, París, Minuir, 1 968, cit. , p . 97 [VII, 140).
stoi'cisme, op. cit. , P·
cap. XVII; G. Deleuze, Spinoza. Philosophie pratiq11e, París, Minuit, 97 É. Bréhier, La théorie des incorporels dam l'ancien
1 98 1 , p . 126- 1 32 . 44-4 5 .
7 7 G. Deleuze, Logiq11e du sens, op. cit. , p . 85. 98 G. Deleuze , Spinoza. Philosophie pratique, op.
cit. , p. 1 67 ; G. Deleu-
7 8 G. Deleuze, Critique et cli"ique, París, Minuit, 1 99 3 , p. 93. ze y C. Parnet, Dialogues, op. cit. , p. l20.
7 9 La cuesri6n del acontecimiento es evocada en Diferencia y repeticitfn (p. 99 G. Deleuze, Fo11ca11!t, París, Minuit, 1 986, p. 9 2 . Respecto del
244-245) en referencia a Péguy. Más adelante, son los Estoicos quie Afuera, ver también ibid. , p. 104-108, 120- 1 3 0; G. Deleuze Y F.
nes se vuelven los primeros pensadores del acontecimiento. Guattari, Mil/e plateaux, op. cit. , p . 467; G. Deleuze, L'image-temps,
80 G. Deleuze, Logique du sens, of!. cit. , p. 1 7 5 . op. cit. , p. 276.
147
1 46 I D E L E U Z E Y S U H E R E N C I A F I L O S Ó F I C A
NOTAS I
Études de philosophie antique, importante en Deleuze, quien por ejemplo no propone invertir el
Bien y el Mal, sino darlos vuelta o transmmarlos: el Bien y el Mal
"embriaguez sobria". Ver É. Bréhier,
op. cit. , p. 1 6 3 .
NOTAS / 1 49
1 48 / D E L E U Z E y S U H E R E N C I A F I L O S Ó F I C A
ed.); Pa-
como valores trascendentes y absoluros e n l o bueno y l o malo co 140 P. Virilio, L'insémrité dtt territoire, París, Stock, 1 976 (l'
mo valores i n manentes y relativos. Otro tanto sucede con el ren- rís, Galilée, 1993 (2' ed.).
versement del plaronismo·· no s1gn1
. ·riJea 111verrir
. la copia y el mo- 1 4 ! G. Deleuze y F. Guarrari, Mille platea11x, op.cit. , p . 263 .
ddo para darle a la copia los derechos que antes renía el modelo 1 42 !bid. ' p. 279.
et la paro/e, 2 v o l . , París, Albin M
i
sino voltear la lógica de la copia y el modelo en su totali dad. Co � 143 André Leroi-Gourhan, L e ge.ste
. , p. 185- 187.
mo el español no dispone d e un sustantivo para la acción de vol- chel, 1964, t . JI: L a mérnoire et les rythmes
te�r o �ar vuelta, proponemos el de "movimiento ". " Derroca- 1 44 !bid. , p . 1 86.
op.
q11e, l. L'époq11e hyperindmtriel!e,
n a l'age
miento nos resulta un término con c1emasiadas conno taciones
·
l4 5 B. Stiegler, De la misere sy111bo!i
. liere. La perte d'indiv iduatio
po 1 Jttcas
� . y sm el sentido ontológico del renver..rement deleuziano ' cit. , "Allégorie de la fourmi
/'acce.s París, La Découverte, 2005 . En Francia, Bernard Sriegler la ocupación alemana en la Se
,
symboiiq11e, 1 . L'époque
.
de
· ,
tonce s como sinóni mo pétaini ste,
. "La
hJ'jJermd11strtelle, París Galilée 2004 . spéléologue" (sobre el ensayo
l 53 J onathan Barne s, "Heidegger
1 34 F. Guacran. , Les
'
/�ev11e de 111étaphysiq1te et de mora
trois écofogies, París ' Galilée ' 1989 . doctri ne de Piaron sur la vériré"),
'
1 3 5 G. Oe1 euze y F. Guattari, Mil/e platettt . ns., , M 1m11t, de demostrar que Heidegger
. . . 1 980 p
1 x' Pa , . /e, nº 2, 1 990, p . 1 7 3 a 1 9 5 , se jacra
254. mient ras confie sa no haber leído de él más que
no dice nada serio
1 3 6 F Guarc · L'mconscrent · · tambi én Jean-Gérard Rossi, "Le
.
• an, " · machmtque, París, Recherches, 1979, P · 94 . una centena de págin as. Ver
Mind /Body problem", en Le corps
1 3 7 Con la traducción se
•
.
pie rde e1 JUego d e palabras entre paysctge y et l'e.sprit, París, Delagrave,
r finalmente del Dictionnaire
"Skepsis'', 2003 , p. 5 3 . ¿Qué pensa
.
VtSage: "codo paisaje
'
·
[paysage] dev1ene un rostro [visage] de la Tie-
rra". N. del. T phiqzm (dir. S . Aurou x, 2 vol., París, PUF, 1 990),
de notions philoso
13 8 /bid. ' p. 1 1 6. los tienen una bibliografía únicam ente
en donde m uchos artícu
1 39 G. D e1 euze y F Guatrari, Mi!le plateaux, op.cit. , p 2 5 5 .
. anglo-sajo na'
.
1 5 0 / D E L E U Z E Y S U H E R E N C I A F I LO S Ó F I C A
NOTAS I 151
nuir, 199 1 , p . 1 5 5 .
(taoísmo, budismo zen), de la poesía y de la poética (l-liilderlin,
Novalis, Rilke), de la mística (sLilismo, Bohme y von Baader), de 167 G . Deleuze, Frctncis Bacon. Logiqtte de la sensation, op. cit. , p . 37.
la ficción (Beckett, Cowper Powys, D. H. Lawrence), de la refle 168 J . Rancifre, "Existe-t-il une esthétique deleuzienne?", artículo ci
xión artística (Cézanne, Klee), o de Ja uropía (Defoe, Butler).
tado, p. 527.
1 57 Mireille Buydens, Sabara. L'estbétiqm de Delmze, París, Vrin,
1 69 G. Deleuze, Francs
i Bacon. Logique de la sensation, ojl. cit. , p. 2 3 . L a
"Pour demain'', 1990, sobre todo Ja primera parte, p. l a 7 7 .
fórmula viene de Bacon: "Le gustaría poder e n un retrato hacer d e
1 5 8 Correspondencia privada.
la apariencia un Sabara, hacerlo c a n parecido aunque parezca con
1 5 9 Ver el subrayado de la expresión "formas accesorias" en la página
F. Bacon, L'art impossible, op.
49, y toda la página 50, sobre Ja aformalidad del devenir.
tener las distancias del Sahara." Ver
cit. , p. 1 1 1 . Esta idea es retomada varias veces por Deleuze y Buy
160 M. Buydens, Sabara. L'e.rthétique de Deleuze, op. át. , 1 990, p. 49.
dens.
Está claro que es imposible traducir la idea de "empirismo supe 170 Por La división de lo sensible, sabemos que hay que hacer remontar
rior" de esta manera. Volveremos sobre esto más tarde.
ese viraje ''estético" del arte hasta Vico (Homero poeta a pesar su
161 Los textos de Jacques Rancitre consultados son: La chair des mots,
yo), a Kant (el genio que ignora la ley que produce), a Schiller
París, Galilée, 1 998 (que contiene "Deleuze, Bartleby et la for
(doble suspensión de la actividad de entendimiento y de la pasi
vidad sensible), lo que nos parece inobjetable. Ver J . Ranciere, Le
mule littéraire"); Le partctge d11 semihle. Esthétique et politique, París,
La Fabrique, 2000; Malaise dans l'esthétiq11e, París, Galilée, 2004;
partage d11 sensible, op. cit. , p. 31 y 32.
"Existe-t-il une esrhécigue deleuzienne"', en E. Alliez (dir.), De 1 7 1 G. Deleuze, Empirisme et subjectivité, París, PUF, 1 9 54; Proust et les
le11ze. Une vie phi/osophiq11e, p. 526-5 36; "Deleuze accompl ir le des-
signes, París, PUF., 1 970.
1 52 / DELEUZE Y SU H ERENCIA FILOSÓFICA
NOTAS / 1 53
1 77 G . Deleuze, francis Bacon. Logiqm de la sensation, op. át. , p. 3 5 . autor quiera significar las dos cosas al mismo tiempo. Como en
1 7 8 /bici. , p. 34. francés, l a palabra tramcendent está toda con ten ida en la palabra
1 79 Jbicl. , p. 37. transcendental, el autor se puede limitar a poner las dos últimas le
1 8 1 Conviene agregar a la bibliografía mencionada anteriormente el -e final, debemos reemplazar el paréntesis por una barra, que de
2 33
co de esre pack ofrece una de las (micas conferencias filmadas de
G. Oeleuze, "Les i ntercesseurs", en Po11r/1ariers , París, Minuit,
Deleuze: "¿Qué es el acto de creación ' " , dada en l a FÉMIS, el 1 7
1990, p . 166.
2 3'1
d e mayo de 1 98 7 .
2 46 Dirección del Webdelenze: <www.webdeleuze.com>
!bid. , p. 168.
2 35 !bid. , p. 1 7 1 : "Lo importanre nunca fue acompaña
r el movimien
247 G. Deleuze, Spinoza: immortalité et éternité, París , Gallimard, " A voix
to del de al lado, sino hacer su propio movimiento"; G. Deleuzc
haute", 2 CD, 2001. Esca clase fue dada en Vincennes en l9:l l .
y C. Parnet, Dialogues, Patís, Flammarion, 1996, p. 19-20: "La
en la 2 4 8 G. Deleuze, Leibniz: /ime et damnation, París, Gallimard, " A voix
historia de la filosofía fue desde siempre el agente de poder
en el pensamien to. Jugó el rol del represor: haute", 2 CD, 2003. Esta clase fue dada en Vincennes en 198 1 .
filosofía, e incluso
La editorial Gallimard anuncia, para e l 2005, la aparición de un
¿cómo quiere Ud. pensar sin haber leído a Platón, Descarres,
cuarco pack dedicado a ciertas clases sobre el cine.
Kant y Heidegger, y el libro de tal o tal sobre ellos) Una formi
as del penb 2 49 G. Deleuze, L'ile déserte , ed. preparada por D. Lapoujade, París,
dable escuela de intimidaci ón gue fabrica especialist
se Minuit, 2002.
miento, pero que hace también que los que quedan afuera
2 5 0 G. Deleuze, Dertx régimes de fow, ed. preparada por D. Lapoujade,
adapten incluso mejor a esta especialidad de la gue se burlan. "
236 G. Deleuze, Pourpa rlers, op. cit. , p. 17 l. París, Minuic, 2003.
2 37 Diógenes
251 F. Zourabichvili, Deleuze. Une philosophie de /'événement, París, PUF,
Lacrcio, Vie, doctrines, sentences des ¡1hilosophes illustres, Pa-
L 994. Republicado en F. Zourab ichvili, A. Sauvagnargues y P.
rís, Flammarion, 1966.
2 38 G. Deleuze y C. Parnet, Dialog11es, op. ci t. , p . 23: "Trataba en
mis Marraci, La philosophie de Deleuze, Pacís, PUF, 2004.
2 5 2 lbid.
libros precedentes de describir u n cierto ejercicio del pensamien
esa 2 5 3 A. Badiou, DeLeuze. ''La clmneur de /1itre11, París, Hacherce, 1997.
to; pero describirlo, todavía no era ejercer el pensamienco de
2 54 Foods documen caire Deleuze, 43 bis, rue de la Glaciere, 75013
manera.
2 39 G. Del euze, Pourparlm , op. cit. , p. 160. París.
2 40 G. Deleuze y F. Guatcari, Qu'est-ce que la philosophie? , París, Mi- 2 55 G. Deleuze , i Bacon. Logique de la sensation , París, La Diffé-
Francs
rence, 1 98 1 ; reedici6n en Sectil en el 2003.
256
nuit, 1 99 1 , p . 189.
2 4 l G . Deleuze y C . Parnet, Dialog11es, op. cit. , p. 170.
G. Deleuze, Francis Bacon. Logiqne de la sensation , op. cit. , p. 3 3 .
2 57
24 2 Disco de 4 5 rpm producido por Mathieu Carriere y publicado
por lbid. , p . 3 3 .
en 258 E l término e n francés ya no es chair, como e n los casos anteriores,
Disgues Disjuncca (París, 1973). Esta grabación fue retomada
de Ri en la repuesta de Ange-Henri Pieraggi, sino viande, que es exclu
el álbum Électronique Guerilla del grupo de rock He/don
sivamente la carne que se come, la carne de la carnicería. Desafor
chard Pinhas (París, Disgues Disjuncca, 1 974). Ver también
"Le
Pa tunadamente, el español no distingue esros senridos y los agrupa
voyageur'' , en F. Nietzsche, H11main trop hrmtain (187 8-1879) ,
en el único vocablo "carne", pues "vianda" tiene otra significaci �n.
rís, DenoH-Gonthier, 1 97 5 , p. 200-2001 .
2 43 G. Deleuze y C. Parnet, D ialogues , op. cit. , p. L O .
N. del T
2 59 Ibid. ,
244 lbid. ' p. 2 8 . p. 2 l .
2 6°
24 5 Abécédaire de Delellze, París, Montparnasse, 1996, 2 VHS; Abécé G. Deleuze, L'image-111011ue111ent, París , Minuic, 1983, p. 1 37