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TEMPERAMENTO

El temperamento es la peculiaridad e intensidad individual de los afectos psíquicos


y de la estructura dominante de humor y motivación. El término proviene del latín
temperamentum: ‘medida’. Es la manera natural con que un ser humano interactúa
con el entorno. Puede ser hereditario y no influyen factores externos (sólo si esos
estímulos fuesen demasiado fuertes y constantes); es la capa instintivo-afectiva de
la personalidad, sobre la cual la inteligencia y la voluntad modelarán el carácter
(en el cual sí influye el ambiente); ocupa también la habilidad para adaptarse, el
estado de ánimo, la intensidad, el nivel de actividad, la accesibilidad, y la
regularidad; el temperamento es la naturaleza general de la personalidad de un
individuo, basada las características del tipo de sistema nervioso.

El temperamento está relacionado con la influencia endocrina (que se debe a los


genes, y que se manifiesta en determinados rasgos físicos y psicológicos). El
temperamento y el carácter definen la personalidad del ser humano; y la diferente
combinación e intensidad que éstos se manifiesten en sus diferentes áreas, nos
hacen únicos y humanos. Los temperamentos o el temperamento es el rasgo
descriptivo del estilo de actuar que nos distingue de los demás como únicos e
irreemplazables, de modo que podamos armonizar con ellos.

TIPOS DE TEMPERAMENTO

1. Sanguíneo. Las personas en las que predomina este temperamento son


inquietas, nerviosas, expresivas, sociables, se distraen con facilidad, son sensibles
a los estímulos, adaptables, generalmente extrovertidas y optimistas.
2. Melancólico. Estas personas suelen tener una mirada profunda y bonita, son
tímidos, introvertidos, les gusta conversar cuando están en un entorno conocido,
son sensibles y las cosas les duelen con facilidad. Profundizan en lo que les
interesa o preocupa, a veces son indecisos, se ofenden fácilmente y pueden estar
tristes sin razón aparente.

3. Colérico. El temperamento colérico pertenece a la persona que desafía, que


pisa fuerte, que está segura de sí misma. Da la sensación de que «donde pone el
ojo pone la bala», tiene buena capacidad de atención, rasgos de liderazgo y se
enfrenta a los conflictos sin temor, aunque en su vertiente más negativa puede ser
explosivo y controlador.

4. Flemático. Esta persona es tranquila y suele ser leal. Calmada, nunca tiene
prisa, le gusta comer y dormir, está a gusto con la rutina y no le atraen los
cambios. Es una persona meticulosa y toma su tiempo para hacer las cosas.
Aunque pueda parecer que un flemático es tal vez menos despierto que un
sanguíneo, los temperamentos no tienen nada que ver con la inteligencia, sino con
las preferencias y reacciones emocionales ante la vida.
PERSONALIDAD

La personalidad es un constructo psicológico, que se refiere a un conjunto


dinámico de características psíquicas de una persona, a la organización interior
que determina que los individuos actúen de manera diferente ante una
determinada circunstancia. El concepto puede definirse también como el patrón de
actitudes, pensamientos, sentimientos y repertorio conductual que caracteriza a
una persona, y que tiene una cierta persistencia y estabilidad a lo largo de su vida
de modo tal que las manifestaciones de ese patrón en las diferentes situaciones
posee algún grado de predictibilidad.

TIPOS DE TRANSTORNOS

1. Trastorno de personalidad paranoide

Son personas que se caracterizan por mostrar desconfianza hacia el resto del
mundo, tanto sus allegados más próximos como cualquier otra persona. Tienen
una sensación más o menos marcada de estar siendo vigilados y de que todos
están en su contra. El dicho “piensa mal y acertarás” define el modo de pensar de
estas personas.

2. Trastorno de la personalidad esquizoide

Poseen una marcada falta de interés por conocer gente o relacionarse con los
demás, y suelen estar aislados y en soledad por decisión propia. Para ellos no
supone un problema ya que no sienten carencia de compañía ni de cariño, si bien
esto puede interferir en gran medida en el desarrollo satisfactorio de sus
aspiraciones vitales, dado el peso fundamental que tienen las relaciones
interpersonales en la mayoría de sociedades humanas.

3. Trastorno esquizotípico de la personalidad

Las personas con este trastorno de la personalidad tienen percepciones,


preocupaciones y comportamientos excéntricos. A diferencia de lo que sucede en
las personalidades esquizoides, en los esquizotípicos sí que hay un marcado
sufrimiento emocional, de modo que sí que anhelan y necesitan las relaciones
interpersonales; no obstante, les resulta extremadamente difícil establecer
relaciones.

Además, la sensación contradictoria de necesidad de alejarse de los demás aun


necesitando ese contacto hace que se conviertan en personas muy peculiares que
pueden parecer extrañas a ojos de la gente, lo que dificulta más su inserción
social.

4. Trastorno antisocial de la personalidad

La característica principal del trastorno antisocial de la personalidad es una falta


de empatía muy marcada; parece que “ni sienten ni padecen”. Estas personas
pueden llegar a disfrutar con el sufrimiento de los demás, necesitando la debilidad
del otro para sentirse poderosos.

En el extremo de este trastorno de la personalidad se encuentran los


psicópatas, que carecen de remordimiento e infligen daño a propósito a las
personas que le rodean a causa del desprecio que sienten hacia ellos o en busca
del beneficio personal. Sin embargo, la categoría ha recibido críticas por su
solapamiento con la conducta criminal, de modo que recoge a individuos muy
distintos.

5. Trastorno límite de la personalidad

Esta es una de las patologías que más daño y sufrimiento generan en la persona
que lo sufre y en su círculo más próximo. Se caracteriza por una
marcada inestabilidad en todas las áreas de la vida, incluyendo la identidad y las
emociones. Estas personas lo sienten y lo viven todo de manera extrema, en
especial los sucesos negativos. También suelen sentirse muy poco queridas, y sus
percepciones de los demás fluctúan de forma súbita.

6. Trastorno histriónico de la personalidad

Este tipo de personas alardean de sus actos y de todo aquello que se relaciona
con ellas mismas. Necesitan llamar la atención de manera excesiva y son
exageradas y teatrales ya que saben perfectamente que éste es el modo de lograr
su objetivo: ser el centro de atención.

7. Trastorno de la personalidad narcisista

Los narcisistas están convencidos de que son mejores que los demás. Aunque
intentan establecer relaciones emocionales con el resto, no suelen ser exitosas ya
que carecen de verdadera empatía, y su excesiva preocupación por ellos mismos
les impide interesarse sinceramente por otras personas.

8. Trastorno evitativo de la personalidad

En las personas evitativas existe un miedo intenso a relacionarse con otros


individuos; este miedo genera ansiedad y de este modo entran en un círculo de
rechazo interpersonal para con el resto. Aún así, les gustaría establecer relaciones
más cálidas y próximas, pero la vergüenza y la preocupación les impide darse a
conocer.

9. Trastorno dependiente de la personalidad

Las personas dependientes no creen que puedan afrontar sin ayuda los problemas
que les presenta la vida. Se sienten indefensas e incapaces, por lo que creen que
necesitan a otros para solventar los inconvenientes -lo cual puede ser cierto dado
que este patrón perjudica la adquisición de habilidades. Son extremadamente
indecisas y tienen un intenso temor a la soledad.

10. Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad

Los individuos con una personalidad obsesiva se caracterizan por ser muy rígidos:
los planes guían y orientan su vida hasta un punto que resulta impráctico. Las
normas deben cumplirse a rajatabla y no permiten el tiempo de ocio y disfrute, o
bien estos provocan sentimientos de culpa. El perfeccionismo y la exigencia por
cumplir objetivos hace que no contemplen la posibilidad de fallar y se esfuercen de
manera excesiva.

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