1. El verdadero bilingüismo en el sentido de que ninguna lengua tiene un status preferente no existe. Aunque se esté expuesto a dos lenguas por igual, se escoge una como preferente. Las lenguas maternas se almacenan en la misma región del cerebro mientras que lenguajes aprendidos adicionalmente cubren otras regiones que difieren en cada persona. 2. Los niños pequeños aprenden mejor una segunda lengua dado que su cerebro es "flexible": esto es cierto para la gramática y el acento. Sin embargo, para la semántica y el vocabulario puede que no sea tan cierto ya que pueden aprenderse por igual en cualquier otra edad. Los adultos aprenden palabras nuevas a la misma velocidad que los niños. 3. El ser humano tiene una capacidad intrínseca de aprender la gramática, por eso los niños son capaces de extrapolar reglas gramaticales de forma natural. Es de las primeras cosas que se aprenden de un lenguaje. 4. Los padres hablan de una manera peculiar a sus hijos cuando éstos están aprendiendo a hablar. Esta forma de hablar es fundamental en su desarrollo (dirigirse de forma cariñosa, con sonidos vocálicos exagerados, agudos y largos "aaay pero que te voy a comer enterooo" etc. 5. Leer y escribir es una destreza no natural: es una creación que ha llegado a formar parte de nuestro entorno natural. Para aprenderlo, es importante comprender que una palabra puede dividirse en sonidos y que éstos pueden representarse mediante líneas en una superficie. No es sencilla esta tarea! 6. Escribir depende del desarrollo de la corteza motora del cerebro, que controla la coordinación de manos y dedos y que generalmente no está desarrollada del todo hasta los cinco años de edad. "No tiene sentido enfadarse con un niño que hace pocos progresos en la escritura simplemente porque no controla los movimientos de la mano" 7. Piaget se equivocó con la teoría de la conservación de números: según él, los bebés no desarrollan ningún tipo de sentido de los números hasta los cuatro o cinco años de edad. Esto dio por sentado que cualquier aprendizaje matemático antes de los 6 años es solo memorización, sin comprensión profunda de los conceptos aprendidos. Se ha descubierto que hay un tipo de conocimiento llamado "implícito" que puede estar aparentemente oculto. Los niños están dotados de principios innatos para contar. Por eso sin que nos demos cuenta somos capaces de sumar y restar e incluso los bebés de cinco meses pueden sumar y restar inconscientemente. 8. Pero el hecho de aprender a contar no significa conocer el significado profundo de contar. Ésto no se produce hasta los 4 años y progresa gracias a la enseñanza de padres y maestros y se basa en su experiencia con objetos. 9. Las matemáticas se procesan en la corteza parietal que es la misma que representa la magnitud, el tiempo y el espacio. La representación espacial guarda relación con las matemáticas, por eso hay correlación entre ambas capacidades (tener capacidad de orientación a menudo aunque no siempre va relacionado con tener mejores destrezas matemáticas). 10. La multiplicación depende de las regiones del hemisferio izquierdo del cerebro relacionadas con el lenguaje. En casi todos los sistemas educativos se aprende a multiplicar de memoria, ya que es muy similar al aprendizaje de vocabulario en un lenguaje. ENSEÑAR A LEER Y ESCRIBIR 1. Los métodos que combinan la atención a las palabras pronunciadas y la correspondencia directa entre las letras y sus sonidos son más eficaces para aprender a leer y escribir. 2. Hay dos visiones de cuándo es mejor aprender a leer y escribir: países como inglaterra empiezan el colegio con 5 años, bajo la premisa de que cuanto antes reciban formación en destrezas y conocimiento de letras antes aprenderán. Otros países como Finlandia no empiezan hasta los 7 años, lo que facilita que los niños de desarrollo más lento aprendieran a leer con el resto. "No podemos estar seguros de cuál de estas opciones es mejor, y en todo caso para quién". 3. Con los niños disléxicos hay que aplicar procedimientos pedagógicos más lentos que los normales y más explícitos a la hora de señalar relaciones entre letras y sonidos. El cerebro adulto siempre puede cambiar: vale la pena intentar enseñar a adultos disléxicos