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Universidad Tecnológica Del Cibao Oriental

UTECO

Nombre y Matricula;

Nidia González Marte 2017-0062

Norma Arcángel Asencio 2017-0274

Tema:

Tratado de Basilea

Asignatura:

Sociales

Facilitador(a):

Daimi Roa

Fecha:

23/03/2018
INTRODUCCIÓN

A raíz de los avances de las prácticas de gestión de riesgos, de la


tecnología y de los mercados bancarios, el método tan sencillo de
medición del capital del Acuerdo de 1988, Basilea I, ha perdido el
sentido para muchas organizaciones bancarias.

Además, desde el surgimiento de Basilea I en el mundo bancario han


acontecido importantes avances en las prácticas para gestionar los
riesgos derivados de sus principales activos, avances que se han visto
reforzados por los adelantos tecnológicos; se han implementado
innovaciones financieras tendentes a reducir los riesgos de crédito,
como por ejemplo, la titulación de activos; se han presentado varias e
importantes crisis financieras en la década de los años 90; y, se ha
sentido la necesidad de tener en cuenta otros riesgos derivados de las
operaciones bancarias no contemplados en Basilea I, como por
ejemplo, el Riesgo Operativo.

En tal virtud, el Comité de Basilea consideró necesario revisar el


Acuerdo de 1988 y emitió en junio de 1999 un documento titulado "Un
Nuevo Marco de Adecuación de Capital" que sometió a consulta de los
reguladores, de los supervisores bancarios, de los bancos y del mundo
académico.
Tratado de Basilea (22 de julio de 1795)

El Tratado de Basilea entre la


República Francesa y la
Monarquía de Carlos IV de
España, firmado el 22 de julio de
1795 en la localidad suiza de
Basilea, puso fin a la Guerra de la
Convención entre los dos países
que se había iniciado en 1793 y
que había resultado un desastre para la monarquía española, pues las
provincias vascongadas y el norte de Cataluña acabaron ocupadas por
las tropas francesas. Este tratado se firmó después de la paz entre
Francia y Prusia acordada en abril de ese mismo año.

Historia

La aparición de sentimientos "catalanista" y "vasquista" en las


"provincias" donde se estaba combatiendo, junto con el desastre
militar y la lastimosa situación en la que quedó la Hacienda real —los
gastos de la guerra habían provocado un grave déficit— obligaron a
Manuel Godoy a iniciar negociaciones de paz. Del lado francés
también había cansancio por la guerra, y la caída de Robespierre en
julio de 1794 y la llegada al poder de los republicanos moderados o
thermidorianos abrió una nueva etapa en la República. Tras unos
primeros contactos infructuosos, las negociaciones tuvieron lugar en
Basilea, donde residía François Barthélemy, representante de la
República francesa ante la Confederación Helvética, a donde acudió
Domingo de Iriarte, embajador de la
Monarquía de Carlos IV en la corte
de Varsovia, quien conocía a
Barthélemy desde su estancia en la
embajada de París en 1791,
amistad que facilitó mucho llegar a
un acuerdo —que también se vio
favorecido por la muerte en prisión
del Delfín Luis XVII el 8 de junio de
1795, ya que Carlos IV exigía su liberación como condición para lograr
la paz—. Así los dos plenipotenciarios firmaron finalmente el 22 de
julio de 1795 el Tratado de Basilea que puso fin a la Guerra de la
Convención.

En virtud del mismo, España logró la devolución de todo el territorio


ocupado por los franceses al sur de los Pirineos pero tuvo que ceder a
Francia, a cambio, su parte de La Española en el mar Caribe, aunque
conservó la Louisiana, también reclamada por los franceses.

En una cláusula secreta


se resolvió otro tema
controvertido: la
liberación de la hermana
del Delfín fallecido e hija
de Luis XVI (María
Teresa de Francia), que
sería entregada al
emperador de Austria.
Consecuencia

Tanto España como


Francia deseaban la paz
por diversos motivos. Así
pues, el 22 de julio de 1795
firmaron el Tratado de
Basilea, que puso fin a la
guerra y en el cual se
estipuló que la primera
cedía a la segunda la colonia de Santo Domingo. Todos los habitantes
que quisieran abandonar la isla con sus bienes dispondrían del plazo
de un año para hacerlo.

La corona les proporcionaría tierras en la isla de Cuba. Para Godoy,


ningún tratado le supuso a España menos sacrificio que el de Basilea,
pues consideraba a la mencionada colonia tierra de maldición para los
blancos y verdadero cáncer agarrado a las entrañas de cualquiera que
fuese su dueño.

El arzobispo de Santo Domingo, fray Fernando Portillo y Torres, quien


tenía una profunda aversión a los franceses por considerarlos ateos y
regicidas, había recibido la noticia de la cesión al mismo tiempo que
García, junto con la orden de partir para La Habana en compañía de
las tropas españolas y funcionarios civiles. También el clero regular y
secular debería embarcarse con todos los bienes muebles de la
Iglesia. Pero el clero se mostró renuente a abandonar la isla con la
prontitud que Portillo les exigía, alegando que, de hacerlo, sufrirían
cuantiosas pérdidas. En unas instrucciones fechadas el 27 de enero
de 1796, el Gobierno español pidió al
arzobispo que exhortase a los vecinos a salir
de la colonia antes de que la guerra entre los
ingleses, quienes habían invadido Saint
Domingue a solicitud de los realistas, y los
franceses se extendiese por toda la isla. Pero
se opusieron los cabildos de la colonia, para
los que la evacuación de los religiosos dejaría
sin pasto espiritual a los habitantes que
quisiesen quedarse. Los cabildos creían que Francia, conocedora de
las dificultades que encontraría para administrar Santo Domingo sin el
concurso de la Iglesia, respetaría la fe de sus residentes.

Una buena parte del clero decidió permanecer en sus parroquias.

En algunos casos, la excusa fue la falta de dinero para atender a su


mantenimiento. Otros habían abrazado los postulados de la
Revolución Francesa y prefirieron vivir bajo las nuevas autoridades. A
mediados de 1796, los sacerdotes que habían abandonado la isla eran
muy pocos.

El sueño de Portillo de trasladarse cuanto antes a otra colonia se vio


satisfecho cuando, el 27 de agosto, se le autorizó a irse a La Habana.

El Tratado de Basilea había hecho concebir a Godoy la esperanza de


que un pacto con Francia fortalecería la posición internacional de su
país. El único inconveniente para lograrlo era la existencia de la
Convención, pero cuando ese organismo fue sustituido por el
Directorio, el ministro español concertó en agosto de 1796 el Tratado
de San Ildefonso. Perjudicada en
sus intereses, Inglaterra le declaró
la guerra a España y se lanzó
abiertamente a la conquista del
territorio oriental. En febrero de
1797, los ingleses se apoderaron de
Neiba, Las Caobas, San Juan y
Bánica. Dos meses después,
acosaron Montecristi y Azua.

El nuevo estado de guerra y las


penurias económicas demoraron la
emigración de los vecinos. Ignoraban el trato que los franceses, luego
de la entrega, darían a los bienes de quienes ya habían partido a La
Habana y a otras partes. Ante el peligro que entrañaba la irrupción de
los ingleses en la capital de la colonia, la Audiencia, compuesta por
cuatro magistrados, resolvió embarcarse para Cuba. Ese acuerdo lo
había tomado sin la aprobación de Joaquín García, quien se opuso a
él. Los oidores volvieron a reunirse en consulta, la cual produjo una
división de pareceres. Dos de ellos votaron por acatar la voluntad del
gobernador y los otros se ratificaron en su decisión de abandonar
Santo Domingo. Al margen de esa división, lo que la Audiencia
anhelaba era continuar ejerciendo sus funciones en Cuba, donde no
solo estaría a salvo de cualquier contingencia, sino, sobre todo, por
tener en esa plaza mejores posibilidades de prosperar.
Más responsable
que la Audiencia,
García se afanaba
por facilitar la salida
del mayor número
de vecinos.
Aspiraba a embarcar
por lo menos a un
tercio de los 100,000
que moraban en la
colonia. Las
ocasiones para irse habían sido escasas debido a la insuficiencia de
navíos, además de que los equipajes facturados eran tantos que no
había espacio bastante para las personas. Quienes ya habían dejado
sus hogares lo habían hecho para asentarse no solo en Cuba, sino
también en Puerto Rico, Venezuela, Cartagena y Río Hacha.

La insistencia de los oidores en irse para La Habana motivó que el rey


ordenase que permaneciese en Santo Domingo hasta la entrega
formal de la colonia a Francia. Mientras tanto, los emigrados
confrontaban serios inconvenientes en Cuba.

El Tratado de Basilea había establecido que se les daría transporte


gratuito, compensación por los bienes abandonados y tierras y
herramientas, así como una pensión durante cierto tiempo, pero la
Junta de Emigrantes integrada para proporcionarles todo eso carecía
de dinero y terrenos donde aposentarlos.
Aunque se ignora la cantidad exacta de vecinos de Santo Domingo
que se fueron de la isla, esta emigración aumentó sustancialmente al
producirse la entrada de Toussaint Louverture en la colonia en 1801 y
la invasión de Jean Jacques Dessalines cuatro años más tarde.
Conclusión

La adopción de los estándares recomendados en ambos acuerdos


constituye un desafío para los reguladores, los supervisores y las
instituciones bancarias, no solamente en los países de mayor
desarrollo económico, sino también para las naciones
subdesarrolladas, incluyendo la República Dominicana.

Por ende, su adecuada implementación, teniendo en cuenta la


realidad de nuestros países, hace imprescindible una activa, abierta y
franca interacción entre los entes involucrados.

En nuestro país sería conveniente que Basilea II se adopte de forma


progresiva, tras una franca y abierta comunicación entre el regulador,
el supervisor y los banqueros y, luego, ir implementándolo de acuerdo
al desarrollo de nuestro mercado financiero.

Es posible, de que antes de que ello ocurra, se presentarán


significativas fusiones y adquisiciones, ya que hay bancos medianos y
pequeños que no podrán resistir tales cambios y adaptaciones.

En fin, la implementación de los principios y de los tres pilares de


Basilea II debe ser gradual, pasando, primero, por el establecimiento
de sanas prácticas de regulación y supervisión bancaria, las cuales se
reflejen, fundamentalmente, en los principios básicos.
Bibliografía

https://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Basilea_(22_de_julio_de_179
5)

https://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Basilea_(22_de_julio_de_179
5)#Historia

https://www.facebook.com/historiadominicanaengraficas/posts/632756
633589490:0

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