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NUEVA SOCIEDAD

Eduardo Pizarro Leongómez

Colombia. El proyecto de
seguridad democrática de Álvaro Uribe
Eduardo Pizarro Leongómez

El artículo analiza los lineamientos que ha adoptado el


actual gobierno colombiano a fin de fortalecer la
seguridad democrática. Un camino plagado de desafíos
que implica cambios estratégicos radicales respecto de
anteriores administraciones. Éstas son las principales
inquietudes que han servido de guía para este ensayo:
¿cuáles son los principales lineamientos de la política
de «seguridad democrática» que impulsa el nuevo
mandatario colombiano?; ¿cuál ha sido la reacción de las
FARC, el ELN y las AUC frente a este hondo viraje en la
política estatal?; ¿cuál podrá ser su conducta en el futuro?;
¿estamos ad portas de una agudización del conflicto
armado crónico que soporta el país o en una etapa en la
que, a pesar de las impresiones, nos encaminamos hacia
su resolución definitiva?

E l 20 de febrero de 2002 se rompie-


ron las negociaciones de paz entre
el gobierno de Andrés Pastrana y las
ciales que se oponía abiertamente al
modelo de paz en curso. Álvaro Uribe
Vélez denunciaba tanto el carácter es-
FARC. Ese día las Fuerzas Armadas téril de los diálogos así como de la zona
retomaron el control de la llamada de distensión, que se había transfor-
«zona de distensión». Esta ruptura tu- mado –según su perspectiva– en una
vo una consecuencia inesperada: abrió simple «retaguardia estratégica» por
las compuertas del triunfo electoral al parte de las FARC para agudizar el
único de los precandidatos presiden- conflicto armado. En este diagnóstico

Eduardo Pizarro Leongómez: sociólogo colombiano; profesor del Instituto de Estudios Políticos y
Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia.
Nota: Este artículo es una síntesis de una investigación financiada por el Diálogo Interamericano de
Washington: Toward a New Approach: Álvaro Uribe’s Democratic Security Project, en prensa.
Palabras clave: guerra interna, grupos guerrilleros, pacificación, Gobierno, Colombia.
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sombrío coincidían el precandidato armado crónico que sufre Colombia


presidencial y la opinión mayoritaria será finalmente resuelto. Estamos ante
de los colombianos. una «coyuntura crítica»2 o, para usar
un símil tomado de las matemáticas,
Las elecciones en las cuales triunfó ante un «punto de inflexión», es decir,
Uribe tuvieron tres particularidades un momento en el cual se puede ver
especiales: por primera vez un candi- seriamente alterado el curso de los
dato disidente derrota al candidato acontecimientos en Colombia.
oficial del Partido Liberal (Horacio
Serpa Uribe); es la primera vez desde La «seguridad democrática»
1942 que el Partido Conservador no
presenta oficialmente un candidato Como señalaba recientemente un re-
para las presidenciales; y finalmente, conocido analista colombiano, uno de
desde que se instauró el balotaje, nun- los rasgos más notables de la actual
ca un candidato se había impuesto en administración es la plena correspon-
la primera vuelta. Estos hechos le han dencia entre su enfoque externo y su
brindado una enorme autonomía po- enfoque interno. Según Leonardo Car-
lítica al nuevo mandatario, cuyo pro- vajal, la política exterior de Uribe es
yecto de orden y autoridad goza de un reflejo de su política doméstica y,
amplio respaldo ciudadano, pero, a su por tanto, se halla al servicio de los
turno, genera dudas y escepticismo en objetivos internos del Gobierno.
amplios sectores políticos y sociales1.
En lo nacional, al proceso de entendimiento con
las FARC lo reemplazó la estrategia de la Seguri-
El cambio ha sido, sin duda, dramáti- dad Democrática. Y a nivel internacional, la Di-
co. Por una parte, a diferencia de su plomacia para la Paz de Pastrana se transformó
en la Diplomacia para la Guerra de Uribe, aun-
antecesor, que puso el acento princi- que este último también ha dejado una ventana
pal en la internacionalización del pro- abierta para adelantar futuros contactos con los
grupos subversivos al insistir en la mediación de
ceso de paz, Uribe ha buscado ante la ONU y al negarse a levantar la excepción para
todo internacionalizar el conflicto ar-
mado interno, mediante llamamientos
constantes a la comunidad internacio- 1. Recientemente, por ejemplo, la directora ad-
nal para apoyar su esfuerzo militar. En junta del Partido Liberal, Piedad Córdoba, cali-
ficó la administración de Uribe como una «dic-
el plano interno, de manera correspon- tadura constitucional».
diente, la política de paz ha dejado de 2. «Los principales protagonistas de esta nueva
etapa del conflicto han escogido competir por la
ser la prioridad estatal, para conver- supremacía estratégica mediante una escalada
tirse en un objetivo derivado y subor- militar, al tiempo que relegaban a un segundo
plano la negociación política como vía para al-
dinado a una clara y contundente su-
canzar sus objetivos», sostiene Román Ortiz: «La
perioridad militar. Nadie se engaña: es estrategia contrainsurgente del presidente Álva-
la hora de la guerra y, también es pro- ro Uribe: ¿fórmula para la victoria o receta para
una crisis?», Real Instituto Elcano de Estudios
bable, de la forma en que el conflicto Internacionales y Estratégicos, Madrid, 2003.
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que guerrilleros y paramilitares sean juzgados lar internacionalmente a la guerrilla,


por la Corte Penal Internacional.3
aumentar los flujos de recursos exter-
Carvajal compara esta corresponden- nos para el fortalecimiento de las fuer-
cia entre la política nacional y la polí- zas militares y de policía, y lograr una
tica internacional con la del gobierno mayor colaboración internacional en la
de Turbay (1978-1982), quien aplicó lucha contra el tráfico de drogas, el
mano dura interna y apoyó a Reagan contrabando de armas y el lavado de
en la guerra centroamericana, e igual- activos.
mente, con la de la administración Be-
tancur (1982-1986), que buscó una so- En numerosos documentos publicados
lución negociada al conflicto interno y en EEUU en la última década, se per-
contribuyó a la creación del Grupo cibía el conflicto colombiano como un
Contadora para alcanzar la paz en grave «factor de desestabilización re-
Centroamérica. gional». Igualmente esta era la visión
dominante en los países de la región
La dimensión internacional. El 11 de sep- andina, aunque las autoridades colom-
tiembre de 2001 no solo afectó el curso bianas la cuestionaban. Para éstas, re-
de los acontecimientos internacionales conocer que nuestro conflicto coadyu-
sino, igualmente, la modalidad de la vaba a la desestabilización regional,
participación de Estados Unidos en el podía hacer blanco a nuestro país de
conflicto colombiano. Si hasta esa fe- una eventual intervención internacio-
cha los recursos del paquete de ayuda nal bilateral o multilateral, justificada
estadounidense al Plan Colombia se en razones humanitarias o de seguri-
destinaban esencialmente hacia la lu- dad. Tal perspectiva sufrió un cambio
cha antinarcóticos, a partir del ataque radical con el nuevo gobierno. Uribe ha
terrorista se cambió el acento: ahora venido construyendo un esquema in-
pueden ser utilizados contra los acto- ternacional fundado en la aceptación
res armados no estatales, tanto guerri- explícita de que el conflicto colombia-
lleros como paramilitares. Sin duda, la no sí constituye una amenaza para la
administración de Uribe se ha apo- seguridad regional, y en consecuencia
yado en el nuevo clima internacional ha hecho constantes llamamientos
para el diseño tanto de su política in- para una movilización de la comunidad
terna como internacional. Para ello, ha internacional en torno de Colombia.
cambiado la visión que había desarro-
llado la cancillería colombiana en tor- La dimensión interna. Si en el plano inter-
no del impacto regional de nuestro nacional se puede constatar un cambio
conflicto interno, con el objeto de ais- radical de enfoque, en el plano interno
esta reversión es aún más impactante:
3. Leonardo Carvajal: «Desde El Nogal hasta durante la administración Pastrana,
Irak» en <Semana.com>, 3/4/2003. bajo la cual se inició la modernización
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de las FFAA, la política de paz consti- Colombia es el vacío de la presencia


tuía el Plan A, mientras que una even- policial, dado que es la rama de las
tual confrontación militar era conce- FFAA mejor asentada en el territorio
bida como un proyecto alternativo o nacional. De acuerdo con las cifras del
Plan B. Bajo el actual gobierno, esta Ministerio de Defensa, la Policía Na-
lógica se ha revertido: el Plan A es el cional se halla ausente en 10% de los
debilitamiento militar de la guerrilla, municipios del país. La recuperación
y el Plan B una eventual salida nego- del control territorial es, igualmente,
ciada. Este objetivo se acompaña, según una respuesta a una preocupación de
Román Ortiz, de un intento de simpli- la comunidad internacional que, tras
ficar el «escenario estratégico» redu- el 11 de Septiembre, ha comprobado
ciendo el número de actores armados la alta vulnerabilidad de Estados colap-
no estatales mediante un proceso de sados o en proceso de colapso (como
negociación con el Ejército de Libera- Somalia o Sudán), así como de «espa-
ción Nacional (ELN) y las Autode- cios sin gobierno» (ungoverned spaces),
fensas Unidas de Colombia (AUC), si- los cuales pueden convertirse en teatros
multáneo con la confrontación militar de operación de grupos terroristas5.
abierta con las Fuerzas Armadas Re-
volucionarias de Colombia (FARC), Se busca establecer una presencia per-
concebida esta organización como el manente del Estado en la totalidad del
desafío central a la estabilidad institu- territorio, para lo cual se han comen-
cional4. Para abocar este proyecto, el zado a reconstruir los puestos de poli-
modelo de seguridad democrática del cía que la guerrilla había destruido en
actual gobierno se fundamenta –en los últimos años. El objetivo es que no
cuanto hace a sus dimensiones políti- haya menos de 100 miembros policia-
co-militares–, en cuatro ejes centrales: les en cada uno de los municipios. Pero
para garantizar la seguridad de estas
1. La reconstrucción del Estado y de la vulnerables unidades y dada la debi-
gobernabilidad democrática. La re-
4. Román Ortiz: ob. cit., p. 14.
construcción del Estado se fundamen- 5. En su discurso ante los ministros de Defensa
ta en la necesidad de reestablecer el de las Américas en su última reunión en Chile,
el secretario de Defensa estadounidense, Donald
control del territorio nacional que hoy
Rumsfeld, hizo referencia a los riesgos para la
le disputan los distintos actores arma- seguridad regional de «ungoverned spaces» y
dos. El número de municipios domi- «lawless areas» (v. Andrés Oppenheimer: «Terro-
rists, Traffickers find Haven in Latin America’s
nados por actores no estatales es dis- ‘Ungoverned Spaces’» en Arizona Daily Star, 12/
tinto de un analista a otro, e incluso se 3/03). Los principales «ungoverned spaces» serían,
según la visión del Departamento de Defensa, la
manejan cifras fantasiosas. El único frontera entre Brasil, Paraguay y Argentina; los
indicador disponible para medir con límites entre Brasil y Colombia (el corredor Taba-
tinga y Leticia); la frontera entre Colombia y
algún grado de credibilidad la débil, Ecuador (el área de Lago Agrio); la región de Da-
precaria o total ausencia estatal en rién entre Colombia y Panamá; y Surinam.
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lidad de las FFAA y su incapacidad nal de Planeación sostiene que, «entre


para copar con su personal actual un 1991 y 1996, US $470 millones que re-
territorio tan vasto, el Gobierno está presentan el 41% de los ingresos de las
impulsando la figura de los «soldados FARC, provino del negocio ilegal de
campesinos», como un medio adicional las drogas. Así mismo, se estima que
de penetración territorial, y además los grupos de autodefensa obtienen
una extensa red de informantes (o cerca de US $200 millones, un 70% de
«cooperantes») que le permitan a la sus ingresos, de estas actividades»7.
fuerza pública disponer de información Estas cifras son coherentes con relación
rápida para evitar tanto incursiones de al monto estimado de recursos que los
la guerrilla como de la criminalidad co- traficantes de droga logran repatriar
mún organizada (piratería terrestre, (entre 1.500 y 2.000 millones de dóla-
robo de combustible, contrabando, etc.). res anuales), y el porcentaje promedio
de los impuestos que cobran la guerri-
2. La quiebra de las «economías de lla y los paramilitares a los producto-
guerra». En el último Plan Nacional de res y traficantes en sus zonas de in-
Desarrollo elaborado por el Departa- fluencia: entre 10% y 20%.
mento Nacional de Planeación, se sos-
tiene que Frente a este panorama, una de las lí-
neas prioritarias de acción del gobier-
el crecimiento de los cultivos ilícitos, especial- no actual es quebrar el principal com-
mente de coca, ha sido la principal causa de la
expansión de los grupos al margen de la ley. A bustible de la guerra interna, es decir,
partir de 1995, tanto los primeros como el núme- los recursos provenientes del tráfico de
ro de hombres armados se han multiplicado año
tras año. No casualmente, por supuesto. Las ren- drogas. Esta política se acompaña de
tas originadas por los cultivos ilícitos han per- medidas adicionales para enfrentar
mitido el incremento de personal y capacidad
logística de los grupos violentos.6
otras fuentes de financiamiento, tales
como el secuestro, la extorsión a la in-
Es evidente, hoy por hoy, que la inser- dustria petrolera y minera y la des-
ción creciente del país en la cadena viación de recursos municipales y re-
mundial del tráfico de drogas propor- galías departamentales hacia las arcas
ciona a los grupos armados una fuen- de la guerrilla o los paramilitares. Asi-
te abundante y estable de financiación. mismo, se están fortaleciendo las ins-
Para estimar el monto de los recursos tituciones que puedan adelantar un
monetarios de los grupos guerrilleros, control del lavado de activos y la ex-
el Gobierno creó el llamado «Comité propiación de bienes indebidos. En po-
interinstitucional de lucha contra las cas palabras, se trata de una estrategia
finanzas de la guerrilla», cuyos resul-
tados se publicaron en 1999. Con base 6. Departamento Nacional de Planeación: «Ha-
cia un Estado comunitario», Plan Nacional de
en cifras y metodologías usadas por Desarrollo (2002-2006), Bogotá, 2002, pp. 15-16.
dicho Comité, el Departamento Nacio- 7. Ibíd., p. 41.
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global para debilitar las finanzas de los que en último término éste tendrá una
actores armados, tanto de extrema de- definitiva solución por la vía de la ne-
recha como de extrema izquierda. gociación política. De ahí que haya
mantenido abiertas las puertas para la
3. La superación del «empate nega- participación de la comunidad inter-
tivo»8. El país cuenta en la actualidad nacional, tanto de la ONU como de los
con unas Fuerzas Militares compues- países amigos del proceso de paz, así
tas por alrededor de 191.000 hombres, como de naciones que podrían cum-
mientras que la Policía Nacional reúne plir un papel decisivo como Cuba.
unos 97.000 efectivos. Pese a las apa-
riencias, esta cifra es absolutamente La respuesta de los actores armados no
insuficiente para responder a las exi- estatales
gencias de seguridad en un territorio
de la complejidad geográfica de Co- ¿Cuál ha sido la respuesta de las FARC,
lombia9 y el grado de dispersión de los el ELN y las AUC frente a este severo
grupos armados a todo lo largo y an- viraje estratégico? Existen luces y som-
cho del país, por lo cual, «Uribe quie- bras. Por una parte, la inmensa mayo-
re dotar a las fuerzas de seguridad de ría de los indicadores de la violencia
una superioridad numérica suficiente- interna (tasa de secuestros, toma de
mente amplia como para ser relevante poblaciones, actos de sabotaje econó-
en términos estratégicos»10. Para ello, mico) presentan un descenso pronun-
de acuerdo con las proyecciones gu- ciado. Pero, por otra parte, este esce-
bernamentales es necesario alcanzar nario optimista puede ser una simple
una cifra de 400.000 miembros de la tregua provisional mientras la guerri-
Fuerza Pública para el fin del manda-
8. El concepto de «empate negativo» lo acuña-
to actual. Igualmente, según las mis- mos hace algunos años como una alternativa a
mas previsiones, es indispensable au- la noción de «empate militar» (utilizado en El
Salvador), que era a todas luces inadecuado para
mentar las brigadas móviles, ampliar el caso de Colombia, dado que las FFAA no han
el número de soldados profesionales, perdido nunca la superioridad estratégica (ver
E. Pizarro: Insurgencia sin revolución. La guerrilla
y crear y entrenar adecuadamente nue- en Colombia en una perspectiva comparada, Tercer
vas unidades militares especializadas Mundo Editores / Iepri, Bogotá, 1996). Empate
negativo significaba que, a pesar de la superio-
como fuerzas especiales antiterroristas.
ridad estratégica, las FFAA se mostraban, por
múltiples factores, incapaces de derrotar o debi-
4. Negociaciones de paz. El proceso de litar a sus adversarios. Lo cual no era inmodifi-
cable. De hecho, en los últimos cinco años, este
fortalecimiento del Estado y sus FFAA «empate negativo» se está transformando lenta-
tiene como horizonte estratégico la mente a favor del Estado.
9. De acuerdo con el Índice de Fragmentación
construcción de un escenario de paz. Geográfica elaborado por el Centro para el De-
El gobierno actual no cree en la viabi- sarrollo Internacional de la Universidad de Har-
vard, Colombia ocupa el tercer lugar entre 155
lidad de una solución puramente mi- naciones estudiadas.
litar al conflicto interno y considera 10. Román Ortiz: ob. cit., p. 1.
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lla –y en especial las FARC– se adapta del desdoblamiento constante de sus


a los nuevos desafíos estratégicos. frentes con el objeto de ir copando len-
tamente el conjunto del espacio nacio-
Las Autodefensas Unidas de Colombia. nal. Esta expansión, en un territorio
Uno de las iniciativas más audaces y, con las complejidades extremas de
a su turno, más arriesgadas del Gobier- Colombia, agravó la crónica ausencia
no ha sido la apertura de un proceso estatal mediante la expulsión de las
de negociación con las AUC. Esto sig- autoridades policiales y judiciales en
nifica un quiebre histórico frente al in- muchas áreas rurales. Por último, co-
movilismo y los titubeos de las elites mo resultado del vacío institucional y
colombianas respecto a este espinoso el avance guerrillero, viejas elites lo-
tema a lo largo de más de dos déca- cales y, ante todo, otras nuevas naci-
das. En efecto, uno de los vacíos más das de la economía de las esmeraldas
pronunciados de los distintos gobier- y las drogas ilícitas, apostaron a estos
nos que se han sucedido desde 1977, ejércitos irregulares e ilegales para
es decir, desde el surgimiento de los afrontar el desafío guerrillero.
primeros grupos paramilitares, había
sido la total ambigüedad en su carac- Esta situación tuvo un efecto inespera-
terización y tratamiento. No solamen- do e indeseable: una creciente subor-
te había una constante oscilación entre dinación del Estado y sus FFAA hacia
su reconocimiento como actores polí- todo tipo de organizaciones locales de
ticos y el calificativo de grupos crimi- seguridad, incluyendo los grupos de
nales, sino en el hecho de que distin- autodefensa y las organizaciones pa-
tos estamentos del Estado mantenían ramilitares propiamente dichas, sin las
diferentes modalidades de relación cuales el poder público podía correr el
con estos grupos (convivencia prag- riesgo de ser desbordado mediante
mática, apoyo encubierto o abierto, eventuales contrapoderes locales. Las
indiferencia). elites colombianas, por acción u omi-
sión, crearon un Frankenstein y solo
Las ambivalentes relaciones entre el hasta ahora el gobierno de Uribe in-
Estado y los grupos paramilitares en tenta devolverlo al laboratorio. ¿Es via-
estos años han sido, a mi modo de ver, ble a estas alturas del conflicto interno
el reflejo de tres dinámicas distintas un proceso de desmantelamiento de
pero interrelacionadas. Por una parte, los grupos paramilitares? ¿Está en ca-
la histórica debilidad del Estado co- pacidad el Estado de recuperar el con-
lombiano, que desde sus orígenes ha trol del territorio, en ausencia de las
sido incapaz de controlar el territorio AUC? ¿Es viable una política de «per-
nacional. Por otra parte, y con base en dón y olvido» frente a los graves crí-
este precario control, los grupos gue- menes de lesa humanidad perpetrados
rrilleros tomaron la opción estratégica por estos grupos ilegales?
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Desde inicios de su mandato, Uribe con la guerrilla. Según estos grupos,


planteó la disposición para un proce- frente al fenómeno del paramilitaris-
so de negociación con las AUC bajo mo solamente es aceptable una solu-
una condición básica: cese al fuego ción militar. Finalmente, es palpable la
unilateral, que se reflejaba en su con- oposición de algunas ONGs de dere-
signa de «Ni un colombiano más ase- chos humanos, que acusan al Gobier-
sinado». Cuatro o cinco meses más tar- no de buscar un proceso de paz con
de, en diciembre de 2002, el bloque impunidad, es decir, sin contemplar
mayoritario de las AUC acogió la ini- penas de prisión para los responsables
ciativa presidencial y anunció un cese de serios crímenes de lesa humanidad.
total de hostilidades en sus áreas de Además de estas resistencias, no es
influencia, ante lo cual el Gobierno re- fácil en el contexto actual de Colom-
accionó positivamente designando bia (con bajo crecimiento económico,
una comisión exploratoria para un caída de la inversión privada y públi-
eventual diálogo de paz. Tras siete dis- ca, déficit fiscal) generar condiciones
cretas reuniones, el 23 de marzo de de vida y empleos productivos atrac-
2003 culminó la llamada fase de «acer- tivos para 8.000 o más jóvenes. Sobre
camiento» entre la comisión guberna- todo si se tienen en cuenta las preven-
mental y los representantes de los gru- ciones de la comunidad internacional
pos de autodefensa11, y se inició la fase a participar en un proceso de paz y
siguiente llamada de «negociación», en reinserción con organizaciones tan se-
la que se deben acordar las condicio- riamente cuestionadas. Esta reticencia
nes para la reincorporación de alrede- puede hacer abortar por sí sola el pro-
dor de 8.000 combatientes. ceso de paz, dada la importancia que
tendría la presencia de un actor inter-
No se trata de un proceso fácil. Estas nacional de peso (ya sea la ONU o la
negociaciones enfrentan serias resis- Unión Europea), tanto para generar un
tencias. Por una parte, están las obje- clima de garantías que permita la rein-
ciones de los sectores que simpatizan serción de este movimiento a la vida
o apoyan a las AUC y quienes consi- civil, como para el aporte de los enor-
deran que, ante la incapacidad de la mes recursos financieros que conlleva
fuerza pública para controlar el terri- esa desmovilización.
torio, los grupos paramilitares consti-
tuyen un complemento necesario si se Otro de los obstáculos que impide un
busca garantizar la seguridad regional. resultado exitoso radica en la descon-
Por otra parte, existe una oposición
radical de las FARC y el ELN, para 11. Asisten Carlos Castaño y Salvatore Mancuso,
quienes las negociaciones del Gobier- máximos comandantes de las AUC, así como
otros 34 dirigentes de la organización. La Iglesia
no con las AUC cierran a su turno cual- católica participa, como facilitadora de los diá-
quier posibilidad de entendimiento logos de paz (El Tiempo, 23/3/03).
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fianza que existe en algunos sectores autónomos y con vínculos aún más or-
de las AUC. Aun cuando el sector ma- gánicos con el narcotráfico. En la me-
yoritario está participando del proce- moria de los colombianos todavía está
so de paz (ante todo, las Autodefensas fresca la degradación de las guerrillas
Unidas de Córdoba y Urabá), otros liberales y las «contra-chusmas» conser-
grupos regionales lo hacen con múlti- vadoras de la época de La Violencia
ples reticencias o simplemente están convertidas en bandas de bandoleros.
marginados y a la expectativa. Es el ca- ¿Estamos ad portas de una degradación
so, por ejemplo, de las Autodefensas del similar o, incluso, peor? Se trata, a to-
Metro en Medellín y las de Casanare das luces, de un escenario indeseable
(con alrededor de 1.300 combatientes). para el futuro del país.

Por último, existen dificultades de or- El Ejército de Liberación Nacional. Al ini-


den internacional. La más conflictiva cio de su gobierno, Uribe apostó a una
proviene de la declaratoria de las AUC negociación simultánea con las AUC
como organización terrorista en las lis- y el ELN, debido a dos cálculos estra-
tas negras del Departamento de Esta- tégicos: por una parte, conversar con
do, la UE y, recientemente, Canadá, y, un grupo de izquierda radical le permi-
lo que es aún más complejo, la inten- tiría neutralizar las críticas, así fuesen
ción de Washington de solicitar la ex- malintencionadas, de quienes insinua-
tradición de la cúpula paramilitar, para ban que sólo dialogaba con sus «so-
que ésta responda por tráfico de dro- cios» de la derecha. Por otra parte, en
gas. ¿Esta medida se trata de una «me- caso de tener éxito implicaría simpli-
diación con músculos», es decir, una ficar el escenario estratégico, reducien-
forma de presión para lograr una rá- do de tres a uno los actores armados
pida desmovilización de las AUC, o es no estatales. Esta jugada ha tropezado
una política inmodificable e innegocia- con las enormes dificultades que con-
ble? No tengo respuesta. En el primer lleva negociar con las AUC por las ra-
caso, la «mediación con músculos» zones que hemos expuesto, pero, ante
puede ser un elemento positivo, mien- todo, por el declive pronunciado del
tras que en el segundo puede hacer ELN. Este movimiento guerrillero es
simple y llanamente inviables las ne- hoy en día una organización con enor-
gociaciones. mes debilidades en el plano político y
militar. Algunos analistas consideran
Frente a esta diversidad de obstáculos que su fuerza ha pasado de 4.500 hom-
no es fácil predecir el futuro de las ac- bres a no más de 2.000.
tuales negociaciones de paz. Un even-
tual fracaso llevaría, a mi modo de ver, A principios de 1998, las FFAA toma-
a una desagregación total de las AUC ron una decisión estratégica que ha
en una multitud de grupos regionales transformado los términos de la con-
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frontación militar en Colombia. Al ini- En primer término, la ausencia de un


cio de la administración Pastrana y liderazgo consolidado. Tras la muerte
como respuesta a los duros reveses del cura español Manuel Pérez, ningu-
sufridos por el Ejército en el sur del no de los dirigentes actuales del Co-
país en los cuatro años anteriores, de- mando Central ha logrado asumir un
cidieron separar el territorio en dos rol de fortaleza. La lucha fraccional si-
porciones: el norte (y por tanto el ELN gue viva, convirtiéndose en una fuen-
fue abandonado en manos de los gru- te de parálisis interna, bloqueando las
pos paramilitares) y el sur (convirtien- posibilidades de una negociación de
do entonces a las FARC en el objetivo paz audaz. En este contexto, la dinámi-
primordial de las FFAA). Esta decisión ca organizativa está determinada por
le permitiría a las FFAA adelantar el el vagón políticamente más «lento» del
mismo proceso ejecutado por las FARC tren, es decir, el vagón donde se mue-
a partir de 199112: concentrar unidades ve el sector más militarista que impo-
de significación en un área menor (los ne la simple «rutina organizacional» de
departamentos del sur), superando la la guerra crónica.
dispersión paralizante.
En segundo término, dada su debili-
Debido al crecimiento acelerado de las dad creciente, ha aumentado el desni-
AUC, que en poco menos de 10 años vel entre las dimensiones de sus enor-
pasaron de 1.500 miembros a alrede- mes exigencias para una negociación
dor de 12.000, con lo cual superaron y la significación estratégica del ELN.
ampliamente al contingente del ELN, El Gobierno prefiere, en este marco, no
el grupo guerrillero se enfrentó a una quemar las cartas fuertes de la nego-
clara desventaja militar e, incluso, a ciación con una guerrilla debilitada, y
una inminente derrota estratégica. En reservarlas para la negociación estra-
los últimos años, mediante sistemáti- tégica con las FARC o, mejor aún, con
cos asesinatos selectivos y masacres, ambas organizaciones de manera si-
las AUC le quebraron al ELN sus ba- multánea.
ses de apoyo social, desalojándolo de
territorios y corredores importantes. Finalmente, frente al debilitamiento en
Además, le propinaron serios reveses ascenso, incluyendo serias amenazas
en el terreno militar. Ante este debili-
tamiento el ELN intentó, inicialmen-
12. Tras el ataque de las Fuerzas Militares contra
te, jugar en el plano de la acción políti- el santuario del Secretariado de las FARC en La
ca mediante un traumático proceso de Uribe (Meta) en 1991, esta organización aprobó
la llamada NFO (Nueva Forma de Operar), que
paz con los dos últimos gobiernos que, consistió en crear unidades militares de enver-
finalmente, tras múltiples altibajos se gadura para llevar a cabo acciones semiconven-
cionales, ante todo en el sur del país, en donde
encuentra paralizado. Esta parálisis aniquilaron entre 1994 y 1998 importantes uni-
resulta de múltiples factores. dades militares dispersas.
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de disolución, muchos dirigentes del Pero además de este lenguaje diver-


ELN están tentados a mantener la or- gente, son igualmente elocuentes los
ganización viva mediante una alianza términos con los cuales unos y otros se
estratégica aunque subordinada a las refieren a su adversario. En documen-
FARC o, si fuese necesario, la fusión tos recientes de las FARC existe una
definitiva. Lo cierto es que de manera descalificación total del gobierno de
creciente y en múltiples regiones se Uribe como interlocutor válido; se in-
están llevando acciones militares con- siste incluso en la legitimidad del mag-
juntas entre los frentes locales de am- nicidio en el marco de la lucha hacia la
bas organizaciones (p. ej., en Antioquia «toma del poder político»13. En el caso
y en Arauca). del Gobierno, se califica a las FARC
como una organización narcoterroris-
Es un panorama ante el cual resulta ta y se realizan ingentes esfuerzos en el
difícil pensar en una negociación exi- plano internacional para exigir no solo
tosa con el ELN. La política de arras- la condena sino el aislamiento total de
tre pasivo del ELN en relación con la esta organización.
estrategia de las FARC, hace presumir
como muy poco probable que este gru- ¿Qué opciones estratégicas tienen las
po actúe con autonomía en el futuro. FARC en los actuales momentos? Es
importante recordar que a partir de
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de 1998 sufrieron su primera derrota de
Colombia. Las condiciones para reanu- valor estratégico cuando, gracias a la
dar a corto plazo unas negociaciones modernización de las FFAA, fueron
de paz entre las FARC y el Gobierno obligadas a retroceder en su proyecto
son, en la actualidad, muy remotas. NFO (Nueva Forma de Operar), aban-
Las FARC exigen la desmilitarización donar la guerra de movimiento con
de dos departamentos en la frontera grandes unidades militares y regresar
con Ecuador (Caquetá y Putumayo), a la guerra de guerrillas. Ante este re-
mientras que el Gobierno sostiene que troceso, la organización ha buscado
es inviable la creación de nuevas zo- mantener su dinámica desestabiliza-
nas de distensión; las FARC reafirman dora mediante cinco líneas de acción
su negativa a una mediación de la principales:
ONU, mientras que el Gobierno con-
sidera la presencia de un «tercero» 1. El traslado de la guerra a los centros
como esencial para el éxito de un pro- urbanos. Como resultado de la pérdi-
ceso de paz; las FARC plantean una da de la iniciativa militar en las zonas
negociación en medio de la guerra, rurales, las FARC han decidido trasla-
mientras que el Gobierno exige un cese
de hostilidades. Un verdadero diálo- 13. «Las FARC-EP insisten en la toma del poder»
go de sordos. en El Tiempo, 21/3/03.
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Colombia. El proyecto de seguridad democrática de Álvaro Uribe
C
oyuntura

dar el peso de la guerra hacia los cen- ción de su retaguardia. El repliegue


tros urbanos, sin abandonar la guerra táctico de las FARC en esta etapa mar-
de guerrillas en las áreas rurales. Para cada por una fuerte iniciativa de las
ello, la organización se está proyectan- Fuerzas Militares, está siendo aprove-
do de dos maneras principales: por chado para llevar a cabo operaciones
una parte, a través de las milicias boli- poco visibles tendientes a recuperar el
varianas que cumplen, ante todo, fun- control de áreas estratégicas: Urabá,
ciones de apoyo logístico para los fren- Costa del Pacífico, frontera con Ecuador,
tes rurales, y por otro a través de la frontera con Venezuela, Río Magdalena,
creación de unidades de guerrilla ur- regiones con alto valor para llevar a ca-
bana más especializadas. Estas gue- bo siembras de coca y amapola, o para
rrillas urbanas no son, sin embargo, exportar drogas e introducir armas. «El
una simple réplica de experiencias del esfuerzo de las FARC para recuperar
pasado en América del Sur como los estas áreas busca consolidar las fuen-
Tupamaros, los Montoneros o el pro- tes de recursos y las líneas de apoyo
pio M-19. Se trata, más bien, de una logístico necesarias para sostener una
réplica mejorada de las experiencias futura escalada bélica.»14 Este periodo
del FMLN y el FSLN, en las cuales se de repliegue, similar al que llevaron a
generó una retroalimentación entre los cabo las FARC después del ataque con-
frentes urbanos y rurales a través de tra La Uribe –sede del secretario gene-
corredores estratégicos. ral– en 1991, también está siendo apro-
vechada para repensar la estrategia
2. El sabotaje económico. Esta activi- militar futura de esta organización.
dad se ha acrecentado en los últimos
años con el objeto de agravar el déficit 4. La escalada técnica. La única forma
fiscal e impedir que el Estado pueda con que las FARC podrían retomar su
sostener o aumentar la dinámica del capacidad de combatir a las FFAA a
gasto militar. Solo en 2002, el país per- campo abierto con unidades semicon-
dió alrededor de 470 millones de dó- vencionales, sería mediante la neutra-
lares como consecuencia de atentados lización de la Fuerza Aérea. Para ello,
(contra puentes, torres eléctricas, oleo- es probable que dispongan ya de misi-
ductos, etc.). La guerra interna signifi- les superficie-aire portátiles (Manpads)
ca para Colombia una pérdida anual de origen ruso SA-14 y SA-16, así como
de 1.800 millones de dólares, es decir, misiles Redeye de origen estadouni-
dos puntos de crecimiento del PIB por dense. Pero, o no disponen de un nú-
año. mero suficiente todavía, o no desean
utilizarlos debido a los riesgos de una
3. El repliegue táctico de sus unidades escalada tecnológica que los desborde,
y la reconquista de regiones y corredo-
res de valor estratégico; la recomposi- 14. Román Ortiz: ob. cit., p. 16.
C
oyuntura
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Eduardo Pizarro Leongómez

o acaso están a la espera del momento ción y modernización de las Fuerzas


político y militar más adecuado15. Éste Militares, esta organización todavía
es uno de los mayores interrogantes dispone de múltiples alternativas es-
respecto al futuro de la confrontación, tratégicas y sería irresponsable afirmar
pues las FARC podrían nuevamente que se halla ad portas de una derrota
retomar la iniciativa táctica y revivir militar.
su NFO si pudiesen neutralizar la avia-
ción de manera temporal o definitiva. Perspectivas futuras

5. Gobierno alterno. Las relaciones or- ¿Cuáles son los futuros escenarios pro-
gánicas entre el Partido Comunista bables tras esta etapa de redefinición
Colombiano y las FARC se fueron di- estratégica? Es muy difícil hacer pro-
luyendo lentamente a medida que el nósticos al respecto. El proceso de paz
PCC inició su etapa de total declive en con las AUC debe superar serios obstá-
los años 80, mientras que las FARC culos, uno de los cuales es la inmersión
pasaban de ser una simple «retaguar- de muchos de sus frentes de guerra en
dia estratégica» de su brazo político el tráfico de drogas y la conversión de
para convertirse en sí mismos en un sus comandantes en una suerte de «se-
potencial factor de poder. El debilita- ñores de la guerra» (warlords), simila-
miento del PCC, así como la experien- res en su conducta a muchas facciones
cia trágica de la Unión Patriótica, lle- armadas que existen en los conflictos
varon a la cúpula de las FARC a exigir africanos. ¿Podrá sostener el líder mi-
la disolución del partido y su integra- litar, Carlos Castaño, la precaria uni-
ción total a la organización guerrille- dad de las AUC hasta el final del pro-
ra. Los contados miembros de la orga- ceso? ¿Podrá el Gobierno adelantar
nización comunista que no acataron contra viento y marea un proceso de
esta decisión hoy gozan de una débil paz sólo con uno de los polos del con-
capacidad de incidencia e interlocu- flicto y, además, el más cuestionado?
ción en las FARC. El grupo ha decidi-
do crear su propio Partido Comunista En cuanto a las FARC y al ELN, tam-
Clandestino, su propio Movimiento poco el panorama es claro. Por un lado,
Bolivariano por la Nueva Colombia e,
incluso, un gobierno alternativo (el 15. Un número importante de misiles le permiti-
Gobierno de Reconciliación y Recons- ría a las FARC sostener operaciones antiaéreas
sistemáticas e, incluso, retornar a la NFO, pero
trucción Nacional) compuesto de 10 para ello deben esperar hasta lograr un stock es-
miembros16. tratégicamente relevante. Si esto ocurriera, el ba-
lance estratégico podría nuevamente cambiar,
obligando a las FFAA a una costosa adaptación
En síntesis, a pesar de la derrota de del potencial aéreo mediante un reentrenamiento
de sus pilotos, adecuación de la flota aérea para
valor estratégico que sufrieron las eludir misiles, etc.
FARC en 1998 gracias a la recomposi- 16. V. «Gobierno alterno» en <www.farcep.org>.
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Colombia. El proyecto de seguridad democrática de Álvaro Uribe
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las FARC han demostrado una excep- existe más Estado en Colombia que 5
cional capacidad de adaptación e in- o 10 años atrás, es decir, la sombra de
novación frente a los cambios en las Colombia entrando en la categoría de
estrategias estatales, y no sería extra- los «Estados en proceso de colapso»
ño que el actual repliegue de sus uni- (failing states) se ha disipado en buena
dades militares sea simplemente una medida.
etapa de reflexión y acumulación de
recursos materiales y territoriales para Gracias a este cambio, la balanza es-
retomar la ofensiva en una etapa pos- tratégica en el conflicto armado inter-
terior. En el caso del ELN, una organi- no comienza a favorecer de manera
zación seriamente debilitada, si recha- creciente al Estado colombiano, lo cual
za los ofrecimientos de adelantar una permite vislumbrar una luz al final del
política de paz con el actual gobierno túnel, es decir, el final del conflicto cró-
le queda aún la opción de llevar a cabo nico interno. Pero, en buena medida,
una alianza estrecha con las FARC para esto va a depender de la sostenibilidad
adelantar acciones conjuntas o, en úl- del proyecto de «seguridad democráti-
timo término, la fusión simple y llana. ca» y del apoyo de la comunidad inter-
Frente a este panorama incierto, el go- nacional. A su turno, esto solo es viable
bierno colombiano debe realizar un si el Gobierno no cae en excesos auto-
enorme esfuerzo para convertir la re- ritarios y mantiene un respeto irrestric-
construcción estatal y el fortalecimien- to a los derechos humanos y, ante todo,
to de las Fuerzas Militares y de Policía si el horizonte estratégico del fortale-
en una política de Estado al margen cimiento institucional es abrir un ca-
de los vaivenes gubernamentales. Los mino viable para una solución final
esfuerzos desarrollados en este terre- negociada al conflicto armado interno.
no en los últimos cinco años comien-
zan a mostrar resultados: hoy en día Julio de 2003

AMÉRICA LATINA, HOY


Revista de Ciencias Sociales

Diciembre 2002 Salamanca Nº 32

CULTURA POLÍTICA: Ludolfo Paramio, La crisis de la política en América Latina. Daniel Zovatto, Valores,
percepciones y actitudes hacia la democracia. Una visión comparada latinoamericana: 1996-2002. Willem Assies,
Marco Antonio Calderón y Ton Salman, Ciudadanía, cultura política y reforma del Estado en América Latina.
Timothy J. Power, La confianza interpersonal brasileña en perspectiva comparada. Valia Pereira Almao, For-
talezas y debilidades de la actitud democrática en Venezuela. María del Carmen Alanís Figueroa, Cultura
política y elecciones en México. El Instituto Federal Electoral y la educación cívica. VARIA: Ana María Mustapic,
Argentina: la crisis de representación y los partidos políticos.

América Latina, Hoy. Revista de Ciencias Sociales. Políg. Ind. El Montalvo, Salamanca. Telefax: 923 19 02 13,
e-mail: <eus@gugu.usal.es>.

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