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NUEVA SOCIEDAD
Eduardo Pizarro Leongómez
Colombia. El proyecto de
seguridad democrática de Álvaro Uribe
Eduardo Pizarro Leongómez
Eduardo Pizarro Leongómez: sociólogo colombiano; profesor del Instituto de Estudios Políticos y
Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia.
Nota: Este artículo es una síntesis de una investigación financiada por el Diálogo Interamericano de
Washington: Toward a New Approach: Álvaro Uribe’s Democratic Security Project, en prensa.
Palabras clave: guerra interna, grupos guerrilleros, pacificación, Gobierno, Colombia.
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global para debilitar las finanzas de los que en último término éste tendrá una
actores armados, tanto de extrema de- definitiva solución por la vía de la ne-
recha como de extrema izquierda. gociación política. De ahí que haya
mantenido abiertas las puertas para la
3. La superación del «empate nega- participación de la comunidad inter-
tivo»8. El país cuenta en la actualidad nacional, tanto de la ONU como de los
con unas Fuerzas Militares compues- países amigos del proceso de paz, así
tas por alrededor de 191.000 hombres, como de naciones que podrían cum-
mientras que la Policía Nacional reúne plir un papel decisivo como Cuba.
unos 97.000 efectivos. Pese a las apa-
riencias, esta cifra es absolutamente La respuesta de los actores armados no
insuficiente para responder a las exi- estatales
gencias de seguridad en un territorio
de la complejidad geográfica de Co- ¿Cuál ha sido la respuesta de las FARC,
lombia9 y el grado de dispersión de los el ELN y las AUC frente a este severo
grupos armados a todo lo largo y an- viraje estratégico? Existen luces y som-
cho del país, por lo cual, «Uribe quie- bras. Por una parte, la inmensa mayo-
re dotar a las fuerzas de seguridad de ría de los indicadores de la violencia
una superioridad numérica suficiente- interna (tasa de secuestros, toma de
mente amplia como para ser relevante poblaciones, actos de sabotaje econó-
en términos estratégicos»10. Para ello, mico) presentan un descenso pronun-
de acuerdo con las proyecciones gu- ciado. Pero, por otra parte, este esce-
bernamentales es necesario alcanzar nario optimista puede ser una simple
una cifra de 400.000 miembros de la tregua provisional mientras la guerri-
Fuerza Pública para el fin del manda-
8. El concepto de «empate negativo» lo acuña-
to actual. Igualmente, según las mis- mos hace algunos años como una alternativa a
mas previsiones, es indispensable au- la noción de «empate militar» (utilizado en El
Salvador), que era a todas luces inadecuado para
mentar las brigadas móviles, ampliar el caso de Colombia, dado que las FFAA no han
el número de soldados profesionales, perdido nunca la superioridad estratégica (ver
E. Pizarro: Insurgencia sin revolución. La guerrilla
y crear y entrenar adecuadamente nue- en Colombia en una perspectiva comparada, Tercer
vas unidades militares especializadas Mundo Editores / Iepri, Bogotá, 1996). Empate
negativo significaba que, a pesar de la superio-
como fuerzas especiales antiterroristas.
ridad estratégica, las FFAA se mostraban, por
múltiples factores, incapaces de derrotar o debi-
4. Negociaciones de paz. El proceso de litar a sus adversarios. Lo cual no era inmodifi-
cable. De hecho, en los últimos cinco años, este
fortalecimiento del Estado y sus FFAA «empate negativo» se está transformando lenta-
tiene como horizonte estratégico la mente a favor del Estado.
9. De acuerdo con el Índice de Fragmentación
construcción de un escenario de paz. Geográfica elaborado por el Centro para el De-
El gobierno actual no cree en la viabi- sarrollo Internacional de la Universidad de Har-
vard, Colombia ocupa el tercer lugar entre 155
lidad de una solución puramente mi- naciones estudiadas.
litar al conflicto interno y considera 10. Román Ortiz: ob. cit., p. 1.
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fianza que existe en algunos sectores autónomos y con vínculos aún más or-
de las AUC. Aun cuando el sector ma- gánicos con el narcotráfico. En la me-
yoritario está participando del proce- moria de los colombianos todavía está
so de paz (ante todo, las Autodefensas fresca la degradación de las guerrillas
Unidas de Córdoba y Urabá), otros liberales y las «contra-chusmas» conser-
grupos regionales lo hacen con múlti- vadoras de la época de La Violencia
ples reticencias o simplemente están convertidas en bandas de bandoleros.
marginados y a la expectativa. Es el ca- ¿Estamos ad portas de una degradación
so, por ejemplo, de las Autodefensas del similar o, incluso, peor? Se trata, a to-
Metro en Medellín y las de Casanare das luces, de un escenario indeseable
(con alrededor de 1.300 combatientes). para el futuro del país.
5. Gobierno alterno. Las relaciones or- ¿Cuáles son los futuros escenarios pro-
gánicas entre el Partido Comunista bables tras esta etapa de redefinición
Colombiano y las FARC se fueron di- estratégica? Es muy difícil hacer pro-
luyendo lentamente a medida que el nósticos al respecto. El proceso de paz
PCC inició su etapa de total declive en con las AUC debe superar serios obstá-
los años 80, mientras que las FARC culos, uno de los cuales es la inmersión
pasaban de ser una simple «retaguar- de muchos de sus frentes de guerra en
dia estratégica» de su brazo político el tráfico de drogas y la conversión de
para convertirse en sí mismos en un sus comandantes en una suerte de «se-
potencial factor de poder. El debilita- ñores de la guerra» (warlords), simila-
miento del PCC, así como la experien- res en su conducta a muchas facciones
cia trágica de la Unión Patriótica, lle- armadas que existen en los conflictos
varon a la cúpula de las FARC a exigir africanos. ¿Podrá sostener el líder mi-
la disolución del partido y su integra- litar, Carlos Castaño, la precaria uni-
ción total a la organización guerrille- dad de las AUC hasta el final del pro-
ra. Los contados miembros de la orga- ceso? ¿Podrá el Gobierno adelantar
nización comunista que no acataron contra viento y marea un proceso de
esta decisión hoy gozan de una débil paz sólo con uno de los polos del con-
capacidad de incidencia e interlocu- flicto y, además, el más cuestionado?
ción en las FARC. El grupo ha decidi-
do crear su propio Partido Comunista En cuanto a las FARC y al ELN, tam-
Clandestino, su propio Movimiento poco el panorama es claro. Por un lado,
Bolivariano por la Nueva Colombia e,
incluso, un gobierno alternativo (el 15. Un número importante de misiles le permiti-
Gobierno de Reconciliación y Recons- ría a las FARC sostener operaciones antiaéreas
sistemáticas e, incluso, retornar a la NFO, pero
trucción Nacional) compuesto de 10 para ello deben esperar hasta lograr un stock es-
miembros16. tratégicamente relevante. Si esto ocurriera, el ba-
lance estratégico podría nuevamente cambiar,
obligando a las FFAA a una costosa adaptación
En síntesis, a pesar de la derrota de del potencial aéreo mediante un reentrenamiento
de sus pilotos, adecuación de la flota aérea para
valor estratégico que sufrieron las eludir misiles, etc.
FARC en 1998 gracias a la recomposi- 16. V. «Gobierno alterno» en <www.farcep.org>.
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las FARC han demostrado una excep- existe más Estado en Colombia que 5
cional capacidad de adaptación e in- o 10 años atrás, es decir, la sombra de
novación frente a los cambios en las Colombia entrando en la categoría de
estrategias estatales, y no sería extra- los «Estados en proceso de colapso»
ño que el actual repliegue de sus uni- (failing states) se ha disipado en buena
dades militares sea simplemente una medida.
etapa de reflexión y acumulación de
recursos materiales y territoriales para Gracias a este cambio, la balanza es-
retomar la ofensiva en una etapa pos- tratégica en el conflicto armado inter-
terior. En el caso del ELN, una organi- no comienza a favorecer de manera
zación seriamente debilitada, si recha- creciente al Estado colombiano, lo cual
za los ofrecimientos de adelantar una permite vislumbrar una luz al final del
política de paz con el actual gobierno túnel, es decir, el final del conflicto cró-
le queda aún la opción de llevar a cabo nico interno. Pero, en buena medida,
una alianza estrecha con las FARC para esto va a depender de la sostenibilidad
adelantar acciones conjuntas o, en úl- del proyecto de «seguridad democráti-
timo término, la fusión simple y llana. ca» y del apoyo de la comunidad inter-
Frente a este panorama incierto, el go- nacional. A su turno, esto solo es viable
bierno colombiano debe realizar un si el Gobierno no cae en excesos auto-
enorme esfuerzo para convertir la re- ritarios y mantiene un respeto irrestric-
construcción estatal y el fortalecimien- to a los derechos humanos y, ante todo,
to de las Fuerzas Militares y de Policía si el horizonte estratégico del fortale-
en una política de Estado al margen cimiento institucional es abrir un ca-
de los vaivenes gubernamentales. Los mino viable para una solución final
esfuerzos desarrollados en este terre- negociada al conflicto armado interno.
no en los últimos cinco años comien-
zan a mostrar resultados: hoy en día Julio de 2003
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América Latina, Hoy. Revista de Ciencias Sociales. Políg. Ind. El Montalvo, Salamanca. Telefax: 923 19 02 13,
e-mail: <eus@gugu.usal.es>.