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Facultad de Humanidades
La construcción de la identidad
de la persona en la adolescencia
07/12/2010
ÍNDICE
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INTRODUCCIÓN
Por consiguiente, tendré que citar, en ciertas ocasiones, a Fierro Alfredo, Frigerio
Graciela, Lerner Hugo, Moreno Amparo y Del Barrio Cristina y Muss Rolf, para dar cuenta
del objetivo propuesto.
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MARCO TEÓRICO
Como punto de partida, hay que tener en cuenta dos conceptos fundamentales que se
manifiestan a lo largo de la vida de la persona, pero, con más que nada en la
adolescencia, la cuál es un periodo, en el que los cambios de la persona se dan en un
ritmo acelerado; y se corresponde con las trasformaciones de maduración biológica y,
también, de demandas sociales.
Identidad:
El psicólogo Murray acuñó tres términos: necesidad, presión y “tema”. Entendiendo por
necesidad a una fuerza que en la persona organiza la percepción insatisfactoria en una
determinada dirección; por presión al conjunto de los poderes efectivos o significativos,
de los determinantes externos, ambientales, del entorno; y, por “tema” la unidad de
relaciones interactivas entre las necesidades actuantes y las presiones instigadoras
interrelacionadas con ellas.
Por ejemplo en la adolescencia, más que en otras etapas del desarrollo del individuo, se
pueden dar diversas enfermedades, así como la anorexia y la bulimia, ya que, en 5
particular las chicas quieren tener una buena figura para poder “lucir mejor” y lograr
“llamar la atención”.
Por ello se dice que cuando el o la adolescente está en disgusto con su imagen rehúyen,
tanto del espejo como de la fotografía.
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Juzgado
Se puede hablar del adolescente maduro adaptado, cuando éste puede convivir
razonable y pacíficamente en lugares donde se encuentren intereses y puntos de vistas
divergentes y se negocie mediante un diálogo racional, del que no se excluya voz alguna
y donde cada jóven pueda expresar con palabras sus necesidades, sus deseos, incluso
aquellos que podrían ofender a otras personas.
Dicha etapa aparece como culminación del desarrollo infantil y como puesta a punto de
patrones de conocimiento y comportamiento propios ya de los adultos.
Cada estadio resulta de la resolución de una crisis de identidad y formula el logro típico
de los estadios bajo la forma de antítesis que contrastan con los posibles fracasos
correspondientes.
Para Erikson, el adolescente necesita de la “moratoria” psicosocial, que es un
aplazamiento para poder llegar a integrar los elementos de identificaciones y de
identidad atribuidos por otros y adquiridos por él mismo en fases anteriores de su
desarrollo y experiencia. Aunque muchos adolescentes, no disponen de la moratoria
social que se les debería dar; ya que pasan a ser adultos prematuramente. Y, como dice
Marcelo Urresti, “por más que la moratoria social sea mínima o inexistente y su
apariencia no los identifique con los grupos adolescentes por su estética, si su edad así
lo determina, si su capital temporal excedente es grande, entonces serán jóvenes,
aunque socialmente, según los modelos sociales impuestos, no lo parezcan”.
El adolescente necesita ver reconocida y aceptada su identidad por las personas que
son significativas para él. El adolescente adopta deciciones, meditadas o irreflexivas,
que contribuyen a marcar mucho el rumbo de su vida. Por lo que se dice que la madurez
para decidir es uno de los elementos integrantes de la madurez personal.
Hay que tener en cuenta, la existencia de las tres diversas maneras de ser adolescente,
según Hugo Lerner en “Adolescencia, Trauma, Identidad”:
Debido a que el adolescente construye su “yo” de una manera frágil, necesita aferrarse a
cualquier cosa que logre identificarlo, para poder construir, así, su identidad personal.
Por lo que, actualmente, se habla sobre las “tribus urbanas” que, según Mario Margulis,
son organizaciones fugaces, inmediatas y, a la vez, refugios de autoprotección, en los
que se comparten valores, motivaciones, estéticas, preferencias y gustos,
preocupaciones, convicciones, etc.
Llegar a la sensación de “yo soy”, y a su consecuente sensación con “yo era” y “yo
seré” es un trabajo psíquico que se desenvuelve en un entrelazamiento con el mundo, y
que anude la dimensión de la temporalidad.
El autoconcepto recoge las percepciones que tenemos y las evaluaciones que
realizamos sobre nosotros mismos. Estas autodescripciones pueden ser de tipo general
o estar relacionadas con nuestro desempeño en áreas o contextos específicos.
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REFLEXIONES FINALES
De acuerdo a lo trabajado, se podría decir que durante la historia del ser humano, éste
tuvo épocas de crisis de identidad, sobre to en la adolescencia, ya que no siempre se
“cumplía” la moratoria psicosocial, teniendo en cuenta a la clase social a la que el jóven
pertenecía.
Los adolescentes, actualmente poseen cierta identificación con tal o cual “tribu urbana”,
como por ejemplo: floggers, cumbieros, rolingas, reggetoneros, skaters, emo, etc, etc…
lo que ayuda, de cierta manera a construir la identidad personal.