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LA PARABOLA DEL AGUA (Necesaria para saber Derecho)

FORMACION DEL CAPITAL.

Erase una tierra seca. Los que vivían en ella tenían una gran necesidad de agua. No hacían sino
buscarla todo el día y muchos morían porque no podían encontrarla.

Algunos, aunque la historia no acaba no acaba de precisar cómo, habían encontrado y almacenado
agua.

ESTOS se llaman CAPITALISTAS.

La gente del pueblo, que no encontraba nada de agua, fue donde los capitalistas y les pidió que por
favor les dieran un poco de agua de la que almacenaban, porque tenían mucha, sed. Pero los
CAPITALISTAS respondieron al pueblo: “fuera de aquí, estúpidos”. ¿Cómo les vamos a dar de nuestra
agua, para que nosotros también nos muramos de sed? “Pero les proponemos que si trabajan para
nosotros, les daremos agua” El pueblo sediento respondió: “Bueno, está bien”.

NACIMIENTO DE LOS EXPLOTADOS Y EL MERCADO.

Como los capitalistas eran negociantes muy hábiles y hasta picaros y tenían TODA el AGUA,
organizaron al pueblo en su provecho:

A unos les pusieron a buscar más agua.

A otros a trabajar en sus manantiales.

A otros a cargar y llevar el agua a sus depósitos.

A otros a descargar y llenar los depósitos. Con ello hicieron un GRAN DEPÓSITO DE AGUA que se
llamo “MERCADO”.

GANANCIA O UTILIDAD Y EXPLOTACION.

Luego los capitalistas le dijeron al pueblo:

“Oigan bien: Por cada cubo de agua que nos traigan del depósito, les daremos un peso; pero por
cada cubo que ustedes necesiten sacar del depósito nos tienen que dar DOS PESOS. La diferencia de
precios será nuestra ganancia o utilidad, porque si no, todos se morirían de sed”.

El pueblo, como ni siquiera sabía leer, le pareció buena propuesta y por cada cubo de agua que traía,
recibió un peso, pero por cada cubo que necesitaba tenía que pagar DOS PESOS.

Y así, después de muchos días, el depósito se lleno, y rebaso, porque por cada cubo que el PUEBLO
traía, solo recibía la plata suficiente para comprar medio cubo y entonces, claro, que el agua se
derramo.
Además, los CAPITALISTAS eran pocos y no podían deber más que el PUEBLO que era la MAYORIA.

DESEMPLEO.

Cuando los CAPITALISTAS vieron que el agua se derramaba, dijeron al PUEBLO.

“Idiotas, no ven que el agua se esta derramando: No traigan mas hasta que el depósito este vacío.
ESPEREN Y TENGAN PACIENCIA. Entonces vino el “DESEMPLEO”.

Cuando el PUEBLO no recibió los pesos que le daban los capitalistas por el agua que traía, no pudo
comprar mas agua porque no tuvo con que comprarla.

Los acaparadores de agua se preocuparon mucho por esto y mandaro gente por todas partes para
que gritara. “Los que tengan sed que vayan al depósito y compren agua porque se esta
derramando”.

Los capitalistas hicieron esto porque se dijeron: “LOS TIEMPOS ESTAN MALOS, TENENMOS QUE
ANUNCIAR EL PRODUCTO”.

PUBLICIDAD O PROPAGANDA

Así vino la publicidad o propaganda y, con ello, los grandes periódicos hablados y escritos al servicio
de los acaparadores o monopolistas del agua, cuyos columnistas y locutores entre otras teorías
sumamente curiosas sostenían la de que, no había por qué ser pesimista ni desesperarse o
alarmarse tanto; pues, con el correr de los años, las cosas al fin seguramente acabarían por
arreglarse, ya que evidentemente no había mal que dure mil años, ni, sobre todo, cuerpo que lo
resistiera.

Todo esto acabo por tranquilizar un poco a unos y por adormecer a los demás.

CIRCULO VICIOSO DE LA POBREZA.

Pero las costosísimas campañas de publicidad eran cada vez más insistentes, mas hostigantes, más
agresivas, a un punto tal, que materialmente no se podía mirar o ir hacia ninguna parte ni en las
ciudades ni en los bosques sin que la gente se topara con los acosadores avisos escritos o gritados
de: “tome agua “ “tome agua”.

A todo lo cual el pueblo ingenuamente acabo por responder. “¿Cómo vamos a comprar si no
tenemos trabajo?” “Si nos dieran trabajo como antes no tendrían necesidad de anunciar tanto el
producto”.

Sin embargo los capitalistas le dijeron al pueblo: “Como les vamos a dar trabajo si el depósito esta
rebasado?” Compren agua primero y cuando el depósito este vacío, les daremos trabajo “

LA PROPIEDAD PRIVADA Y LAS CRISISI ECONOMICAS.

Entonces se dijo solemnemente: “estamos en una crisis económica”. Pero seguidamente se agrego,
en tono no menos pomposo y tranquilizador: “Pero estos será pasajero. Además, se conveniente,
porque esta es una manera de que “el depósito se reajuste automáticamente…..” Mientras tanto,
la sed del pueblo era cada día mayor, porque ahora había más gente que antes cuando la tierra
estaba abierta a todo el que quisiera buscar agua, y porque además los capitalistas se habían
apoderado maliciosamente de todas las fuentes, los manantiales, los pozos y hasta de las vasijas
con agua, de modo que nadie podía conseguir agua fuera del depósito.

Entonces el pueblo murmuro y dijo:

“Miren, el depósito se está derramando y nosotros y nuestros hijos nos moriremos de sed, si no nos
dan agua pereceremos”.

Pero los capitalistas respondieron:

“no, el agua es de nosotros. Es propiedad privada. Y ustedes no la beberán si no la compran con


pesos”.

Estos lo confirmaron con juramento y además dijeron: “negocio es negocio”.

CONTRADICCIONES INSOLUBLES FRENTE A UN “CALLEJON SIN SALIDA”.

Pero los capitalistas seguían terriblemente preocupados por el pueblo no compraba más agua y ellos
no siguieron ganando.

“Parece que nuestras utilidades pasadas han impedido nuestra ganancia y a causa de las ganancias
que hemos hecho, no podemos hacer más ganancias. Como es que nuestras ganancias se han
convertido en perjuicios y estorbos para nosotros y que nuestras ganancias nos vayan a
empobrecer….? Mandemos a buscar los adivinos para que nos desenreden esto” y mandaron a
buscarlos.

LOS ADIVINOS.

Estos tipos eran especializados en hablar paja, y se unieron a los capitalistas para poder beber agua.

Y como a los capitalistas no los entendía el pueblo, entonces los adivinos hablaron en favor de ellos.

Un hombre del pueblo, dijo que estos adivinos eran hombres con alma de secretarios, que hablaban
pero no por su cuenta, sino atendiendo al soplo de los de arriba.

Los adivinos eran también llamados burócratas, embajadores o expertos en finanzas.

No tenían vida ni personalidad propias.

Eran gente siempre lista a defender con sus artimañas los intereses de los capitalistas.

Entonces los capitalistas les dieron agua a los adivinos para que les explicaran por que el pueblo no
compraba agua, siendo que el depósito estaba requetelleno.

“Es por la superproducción”

Otros opinaron:

“Que va. Eso es por las manchas del sol”.

Y aun otros dijeron:

“Es por la falta de confianza y también por la superpoblación”.


PAZ Y TRANQUILIDAD.

Mientras que los adivinos discutían entre sí, los capitalistas se fueron quedando dormidos, y, cuando
al cabo de un buen rato despertaron, les dijeron a los adivinos: “Ya está bien, Nos han hablado muy
bonito. Ahora váyanse, y díganle al pueblo lo mismo, para ver si también se duermen y nos dejan
en paz”.

Pero como el pueblo notoriamente no quería a los adivinos, estos dijeron a los capitalistas que: “solo
gente descansada y sin sed, como ellos, oía sus palabras; pero si la gente está con sed y con el
estomago vacio, no se divierte con nuestros discursos sino que se burla de nosotros y hasta nos
apedrea”.

Pero los capitalistas respondieron:

“Tienen que volver a ir. Ustedes son nuestros embajadores y nuestros expertos en finanzas y para
eso les pagamos, les damos agua”.

HAMBRE COMO EFECTO DE LA ABUNDANCIA.

Los adivinos fueron ante el pueblo, y trataron de explicar cómo era necesario que no se murieran
de sed porque había mucha agua.

Pero el pueblo les insulto y les dijo:

“Váyanse de aquí, brutos…. Como va a venir la escasez de la abundancia?”

Y les tiraron piedras.

ALGUNOS RELIGIOSOS MALOS CONTRA EL PUEBLO.

Cuando los capitalistas vieron que el pueblo seguía murmurando, y que no hacía caso a los adivinos,
y temiendo que se tomaran el agua por la fuerza, mandaron buscar unos hombres llamados
sacerdotes, para que calmaran al pueblo.

Estos sacerdotes se dividieron en buenos y malos, estos últimos eran pocos, aseguraron al pueblo
que aquella aflicción la había mandado.

Dios para la salvación de sus almas, y que si se resignaban y no molestaban a los capitalistas, cuando
se murieran de sed, irían a un país donde había muchísima agua y no había capitalistas y ese era el
paraíso.

Claro que como dijimos también, había honestos sacerdotes realmente creyentes en Dios, que no
hablaron a favor de los capitalistas, sino que defendieron al pueblo, varios de los cuales fueron
asesinados o apresados.

CARIDAD.

Cuando los capitalistas vieron que el pueblo seguía murmurando y que no escuchaban a los adivinos
ni a los falsos sacerdotes, entonces metieron las puntas de sus dedos en el agua y dejaron caer unas
cuantas gotas sobre el pueblo.

El nombre de esas gotas era caridad y eran muy, pero muy amargas.
LAS FUERZAS DEL ORDEN.

Pero el pueblo aun no se calmaba sino que se enfurecía y quería tener el agua por la fuerza

Entonces los capitalistas llamaron a algunos del pueblo que eran especialmente fuertes, sobre todo
físicamente y les dijeron: “Vengan. Si quieren servirnos contra el pueblo, para que no se apoderen
del depósito, les daremos agua”.

Esos hombres fuertes, del mismo pueblo, escucharon a los capitalistas y sufrieron mucho al verse
persuadidos, pues la sed los acosaba a ellos y sus hijos, fue lo que los obligo a aceptar.

Y se fueron con los capitalistas y cogieron palos, espadas, fusiles y otras armas y golpearon a todos
los que al parecer se acercaban con tales intensiones al depósito.

LUJO.

Después de muchos días mermo el agua del depósito, porque los capitalistas hicieron surtidores y
piscinas para divertirse y de esa manera desperdiciaron el agua.

Cuando el depósito estaba ya casi vacío los capitalistas dijeron: “Se acabo la crisis”, y seguidamente,
contrataron otra vez al pueblo para traer agua.

Pero esta vez por cada cubo que el pueblo traía al depósito recibía un peso, pero por cada cubo que
sacaba tenía que pagar tres pesos, ya que dijeron que los costos por contratar periodistas, adivinos,
sacerdotes, policías, etc.; habían subido. Y naturalmente sucedió que el depósito se derramo otra
vez como antes.

LOS AGITADORES.

Después de que el pueblo había llenado muchas veces el depósito y de haber aguantado mucha sed,
mientras los capitalistas mal gastaban el agua, sucedió que en aquella tierra se levantaron unos
hombres que fueron llamados agitadores porque incitaron al pueblo diciéndoles que tenían que
unirse para no ser mas esclavos de los capitalistas

Como los agitadores decían la verdad, los capitalistas mandaron golpear y matar alguno, pero
después les dio miedo del pueblo y no mataron mas. Los agitadores se llamaron luego abogados
defensores, dirigentes sindicales y algunos más de otras profesiones pero muy pocos se quedaron
con el pueblo, porque algunos fueron comprados con el agua.

EL MENSAJE DE LOS VERDADEROS ABOGADOS DEFENSORES.

Estos pocos abogados defensores dijeron al pueblo:

¿Hasta cuándo se van a seguir dejando engañar por esta estúpida mentira?

¿Hasta cuándo van a seguir tomando como valedero lo que no es? Todo lo que han estado
diciéndoles los capitalistas, y sus adivino, y sus periodistas son puros cuentos y promesas,
astutamente inventados para tratar de hacer durar eternamente esta absurda, indecente y criminal
situación, Y lo mismo esos hombres , dizque santos, que nos dicen que la voluntad de dios es que
seamos siempre pobres, miserables y sedientos. Pues oigan bien: Todos esos blasfeman
asquerosamente de Dios y de la verdad, pues son unos impíos y unos mentirosos que aunque hablan
muy bonito de dios, de la patria. De la santa madre Iglesia y de todas esas cosas, la mayor parte de
ellos ni siquiera creen en cosas alguna”.

Y agregaron

“La cuestión es muy simple y sencilla. No tiene complicación alguna. Porque no podemos conseguir
agua del depósito pues porque no tenemos dinero. ¿Y porque no tenemos dinero? Pues porque
siendo los únicos que trabajamos, no recibimos sino un peso por los cubos que llevamos al depósito,
pero en cambio tenemos que pagar tres pesos por lo que retiramos, de modo que los capitalistas se
quedan siempre con la diferencia, que ellos llaman utilidad o ganancia.

¿No ven que así el depósito tiene que rebasar mientras que todos nosotros nos morimos de sed?

¿No ven que en esta forma, mientras más trabajamos para traer agua, peor no irá?

NACIMIENTO DEL DERECHO SOCIAL.

Con esas y con parecidas palabras los abogados defensores estuvieron hablándoles a las gentes días
y días; pero al principio casi nadie les hacía caso; en parte porque en lo intimo de sus corazones la
gente estaba acostumbrada a creer que todo lo malo que aquí en la tierra ocurre, sencillamente se
debe a que esa es “la voluntad de Dios”. Y, en parte también porque los aliados y servidores
incondicionales de los acaparadores del agua, sobre todo los dueños de periódicos, no perdían
oportunidad de combatir tremendamente a los dirigentes populares, diciendo a los cuatro vientos,
que eran unos “resentidos “, y gentuza, en fin de una calaña tal, que no tenia respeto alguno por
Dios, ni por la Patria, ni por la Moral.

¿CUAL ES EL REMEDIO?.

Pero al fin el pueblo les escucho con atención y les dijo: “Es cierto. Gracias a los capitalistas y a sus
ganancias no vemos el fruto de nuestro trabajo”

Así nuestro esfuerzo es vano, y mientras más nos esforzamos por llenar el depósito peor nos va, ya
que si nos estamos muriendo de sed es precisamente porque hay mucha agua. Díganos, pues, cual
es el remedio seguro para libramos de la servidumbre. Pero si no conocen ese remedio, entonces
váyanse y déjennos tranquilos, para al menos tratar de olvidar un poco nuestras miserias, no
desesperándonos inútilmente con las falsas esperanzas. De todos modos, ándense con mucho
cuidado porque debido a su sed insaciable de ganancias y más ganancias los capitalistas son
inhumanos y sus misericordias son crueles.

Pero los dirigentes populares respondieron al pueblo: “ciertamente que conocemos cual es el
remedio”.

Ante lo cual el pueblo les contesto:

“Hasta ahora nadie ha encontrado el remedio. Al menos los capitalistas no han podido encontrarlo,
y eso que llevan años y años de tener” en estudio según nos vienen diciendo multitud de soluciones.
Pero si es verdad que ustedes saben cuál es el remedio, díganlo”.

EL REMEDIO.
Entonces los dirigentes populares, dijeron: “como todas las grandes cosas, la solución es sumamente
sencilla. ¿Qué necesidad tenemos de los capitalistas? ¿Qué es lo que ellos hacen que nosotros
mismos no podemos hacer? ¿Solo porque nos mandan ir y venir, y nos dicen lo que tenemos que
hacer, siendo así que nosotros lo sabemos y mejor que ellos? Y todo para que nos paguen nuestro
agotador esfuerzo con una mínima parte del agua que nosotros mismos traemos.

Y seguidamente, agregaron: “El remedio es este: Hagamos nosotros mismos lo que los capitalistas
hacen o dicen que hacen: La organización de nuestro trabajo y la división de nuestras tareas. Así no
tendremos la necesidad de los capitalistas, y no les daremos más beneficios, sino, que todo el fruto
de nuestros trabajo, lo repartiremos como hermanos. De esta manera el depósito no rebasara, sino
que todos estaremos satisfechos y sin sed. Y después con lo que sobre si lo consideramos
conveniente, podríamos también hacer piscinas como los capitalistas, pero con la diferencia de que
no serian para beneficio de unos pocos y humillación de todos los demás, sino para deleite de
todos”.

LOS AUTENTICOS DIRIGENTES.

En medio de profunda y contenida emoción el pueblo contesto: “Si pero… como vamos a hacer,
como podemos poner en marcha eso. Y los dirigentes populares respondieron: Teniendo siempre
bien presente: No existe el imposible. Todo en la vida tiene remedio.

No hay problema alguno, por difícil que parezca, que bien estudiado no tenga solución. Escojamos
a personas discretas y justas que nos guíen y nos organicen. Esa selección es muy delicada, pero no
nos resultara muy difícil, pues a través de tantos años de lucha, de penalidades y de sacrificios en
común, hemos ido aprendiendo a conocernos, a conocer a la gente”.

“Pues bien, esas personas a quienes escojamos, entre otras cosas harán lo que ahora hacen o dicen
los capitalistas, pero solo que no serán nuestros dueños, sino más bien como nuestros “hermanos
mayores” y nuestros dirigentes para hacer nuestra voluntad.

Esas personas no se quedaran, como ahora, con todos los beneficios, sino, que recibirán también su
parte como los demás. De esta manera no habrá entre nosotros más esclavos ni mas amos, sino
únicamente hermanos. Y de tiempo, según las exigencias cada vez más capaces, más nobles y más
generosos para que nos ayuden a organizar nuestras tareas”.

El pueblo había escuchado con profunda atención y reverencia a los dirigentes populares. Y vio de
manera clarísima que, ese, y no otro era el camino. Además, no era nada fácil seguirlo, ponerlo en
ejecución.

Durante algunos segundos el silencio fue tan compacto, que si en aquellos momentos, una mosca
hubiera sobrevolado la multitud, su tenue aleteo seguramente habría resonado como el galopar de
un potro desbocado.

Pero el pueblo no se desboco.

Si no que, profundamente conmovido y persuadido hasta los tuétanos súbitamente rompió el


silencio para exclamar: ¡ASI LO HAREMOS!

EL FIN DE TODAS LAS COSAS MALAS.


Los capitalistas, sus adivinos, sus falsos sacerdotes, sus periodistas asalariados e incondicionales y
sus “hombres fuertes”, se percataron de lo que el pueblo acaba de decir, y, sobre todo, de cómo lo
había dicho. Y temblando de miedo, es decir, dando sus rodillas la una con la otra, se dijeron:

“En realidad nosotros nunca tuvimos nada contra vosotros personalmente, sino contra vuestro
sistema; contra esa manera tan estrecha, tan egoísta y tan equivoca de concebir el mundo y la vida.
Pensamos que la Buena Madre Tierra, de sobra nos ofrece campo más que suficiente para que
todos, absolutamente todos, podemos respirar alegremente bajo el sol sin tener que peleamos o
guerrear.

“Pero eso sí. Ay de los que insistan en continuar “jugando sucio”, porque esos serán inmediatamente
aplastados sin remordimiento alguno”.

Los abogados defensores y los que siguieron leales al pueblo, ya que muchos de estos más tarde los
engañaron, pidieron que el pueblo les dicte las reglas que debían regir la distribución del agua para
que nadie se muera de sed y este, sabiamente, indico cuales eran; así nacieron las primeras normas
jurídicas y el derecho como ciencia social cuyo origen siempre debió ser el pueblo y no la clase
dominante minoritaria.

QUIEN DIJO QUE “EL PARAISO TIENE QUE COMENZAR EN EL MAS ALLA”.

Entonces el pueblo fue y puso en práctica todo lo que habían dicho los dirigentes populares. Y
sucedió como los dirigentes lo habían anunciado.

Y nadie tuvo mas sed en aquella tierra, ni tuvo hambre, ni estuvo desnudo, ni con frio, ni con ninguna
otra razonable necesidad insatisfecha.

Y cada hombre decía a su compañero: “mi hermano”

Y cada mujer decía a su compañera: “mi hermana”

Porque todos eran como hermanos que vivían en amor y unidad. Y por primera vez la bendición de
Dios, que veía ya a sus hijos realmente dueños de si mismos en el comienzo de la verdadera edad
de la razón descendió sobre la tierra como un rosáceo, glorioso o inefable “sol de venados”,
inundándola para siempre de inalterable paz, de verdadera libertad, de genuina felicidad.

Y todos, absolutamente todos, en lo más intimo de sus corazones, por primera vez sintieron, mas
que comprendieron, que eso que llamaban “el paraíso”, puede perfectamente continuar,
prolongarse hacia otra y otras vidas, pero que, en todo caso, en manos del hombre mismo esta
lograr que comience en esta adorable vida terráquea, aquí, ahora mismo ya.

NACIMIENTO DEL DERECHO COMO CIENCIA SOCIAL.

Los depósitos de agua empezaron a distribuirse de acuerdo a las necesidades, el que tenia mas
familia tenía más cubos de agua, de acuerdo a su carga familiar y entonces se estableció:

El agua serviría para todos y solo se pagaría el costo del transporte.


Se haría una división del trabajo de acuerdo a la capacidad de cada persona.

Habría solidaridad humana, todos para uno, uno para todos.

El interés particular se pondría al servicio de la colectividad.

Todos trabajarían de acuerdo a sus capacidades.

Se protegería a las mujeres y a los niños.

El agua nunca mas tendría precio, porque todos tienen el derecho de colmar su sed.

Esos se vino en llamar Derecho como Ciencia Social, en un principio.

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