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INTRODUCCIÓN
¿Qué es la dignidad humana? Cuando hablamos de construcción de una vida digna es necesario
entender, primeramente, lo que implica un principio fundamental: la dignidad humana.
Podemos definir a la dignidad humana como el valor que posee todo ser humano sin excepción
por el solo hecho de serlo, mismo que nos obliga a ver en cada ser humano un fin en sí mismo
que merece igual consideración y respeto.
De tal forma, que entendemos por VIDA DIGNA lo que todo ser humano requiere para
desarrollarse plenamente: alimento, vivienda, salud, educación, trabajo decente, tiempo libre,
comunidad, amor, oportunidades para la recreación y el disfrute del arte y la cultura, para auto-
realizarse, en fin, como persona, por lo que una vida digna solo podrá darse en la medida en que
nuestros actos y nuestras condiciones de vida obedezcan el principio de la dignidad humana.
No podemos negar que la dignidad humana de nuestra gente, de nuestro pueblo, se ha visto
vulnerada en múltiples ocasiones ya sea por un salario que no alcanza para satisfacer las
necesidades básicas de la familia, mediante la inclusión de normas que atentan contra la
naturaleza física y racional de los seres humanos
Por lo que Entendemos por VIDA DIGNA lo que todo ser humano requiere para desarrollarse
plenamente: alimento, vivienda, salud, educación, trabajo decente, tiempo libre, comunidad,
amor, oportunidades para la recreación y el disfrute del arte y la cultura, para auto-realizarse, en
fin, como persona.
Esto que parece obvio, le ha sido negado sistemáticamente a buena parte del pueblo de México
y por eso, desde la guerra de independencia hasta nuestros días, los mexicanos han luchado por
la justicia: por identidad, libertad, democracia, paz con dignidad…, hasta conseguir una
Constitución Política.
En ella, luchadores que nos antecedieron, definieron las garantías con las que contarían TODOS
los mexicanos, sin importar su raza, condición social, sexo, edad o religión.
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Sin embargo, en una mirada histórica, observamos que la vida auténticamente digna en México,
sigue siendo privilegio de unos cuantos y que las condiciones de vida de casi la mitad, son harto
precarias.
Sobre todo en los últimos 30 años, el sistema dominante neoliberal, ha ido desmantelando
nuestra Constitución. Y la desigualdad ha empeorado dramáticamente. Muy pocos disfrutan de
una escandalosa opulencia y muchos carecen de lo indispensable.
Para reconocerlo, basta ir a esos lugares que no se ven. Basta charlar cara a cara, sobre lo que
vive cada quien, en sus espacios concretos, como lo hicimos aquí, hace unos días.
La conversación que tuvimos en la Mesa 2 giró en torno a dos preguntas generadoras: una de
diagnóstico y otra de propuestas.
Los participantes mostraron enojo, hartazgo y preocupación por lo que está sucediendo, pero
también un gran interés por tratar de contribuir a resolver la problemática, convencidos de que
el cambio hacia un mejor régimen, es necesario y posible.
EL DIAGNÓSTICO
La pregunta de diagnóstico fue: ¿Qué problemas económicos y sociales impiden que en México
tengamos condiciones de vida digna?
Fueron muchos los asuntos abordados, y fue difícil dar un orden. El amplio abanico abarcó todos
los ámbitos de la vida humana: alimentación, salud, vivienda, educación, trabajo y muchos otros
más.
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1) La subordinación (económica, política, ideológica) al orden neoliberal, que padecen tanto los
gobiernos, como los empresarios, las instituciones públicas y los mismos ciudadanos. Pérdida
del tejido moral de la sociedad debido a la falta de valores.
2) La ignorancia o inconciencia, la falta de interés, la desinformación y de responsabilidad de
una buena parte de la ciudadanía. Y poco acceso fácil a la información.
Problemas señalados:
Pueblos originarios, sin voz, despojados de sus territorios, sus costumbres, sus medios de
vida; objeto de humillaciones, de tratos injustos e indignos.
Pobladores de colonias populares o suburbios, con graves carencias de servicios públicos,
agua potable, drenaje, energía eléctrica, zonas verdes o espacios recreativos, y sin recibir
atención a las múltiples denuncias que realizan.
Servicios educativos y de salud, deficientes; falta de equipamiento y materiales en escuelas y
hospitales.
Sistemas de educación sin vínculo con la realidad social, y sin capacidad para comprender ni
mejorar el entorno.
Maestros denostados, injustamente agredidos, amenazados, despojados de su estabilidad
laboral y de su profesión. Reducidos a burócratas o a meros seguidores de manuales, en lugar
de ser reconocidos como formadores de personas.
Trabajadores, sin prestaciones, sin derechos, sin estabilidad y tratados como esclavos.
Productores y vendedores que sufren malos tratos, agresiones y persecución por algunos
delegados, inspectores o policías municipales.
Robo de apoyos gubernamentales, por parte de los intermediarios.
Serios problemas de movilidad por el deficiente transporte público y dependencia del diseño
urbano de la industria automotriz.
Grave devastación de la naturaleza por muchos irresponsables cambios de uso de suelo, por
la invasión de las urbes, de la minería, de la industria y del comercio.
Madres trabajadoras sin tiempo para cuidar a sus hijos y sin guarderías; víctimas de acoso y
con problemas de salud por las condiciones laborales a las que son sometidas.
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Menores de edad que pasan demasiado tiempo solos; familias y comunidades desbancadas
del núcleo social, y suplantadas por el individualismo egoísta.
Padres de familias con serios problemas para comunicarse y educar a sus hijos adolescentes;
violencia intrafamiliar, adicciones y embarazo adolescente.
Asistencialismo que genera jugosas ganancias a empresas, gobiernos y partidos políticos,
pero causa dependencia, pereza y pérdida de la dignidad de los más pobres.
Población cosificada, alienada, conformista, egoísta, sumisa, que no quiere conflictos ni
enterarse de la realidad; con miedo, apatía y desidia, o anestesiada y convertida en títere del
mercado.
EN RESUMEN: El marco legal con el que este país se regía, hoy está destrozando. El tejido social
que nos heredaron nuestros padres está minado y no contamos con leyes que defiendan la
expresión de voces distintas.
Frente a esta situación, reconocemos el enorme valor de este foro, que reunió en igualdad a
muchos distintos. Nos permitió vincularnos, para poder tener una visión más clara e integral de
la problemática social actual y posibilitó plantear propuestas para resolver los problemas que
tenemos.
PROPUESTAS
La segunda parte del conversatorio giró en torno a la pregunta generadora: ¿Qué podemos hacer
para construir condiciones de vida digna en México?
Esta pregunta dio lugar a una serie de exigencias y propuestas de intervención para cambiar el
rumbo que sigue nuestro país y nuestro estado.
Lograr que todos podamos tener una vida digna implica cambios radicales: un cambio de
mentalidad y un cambio de régimen. Para lograrlos se requiere reconocernos con la voluntad
para articular actores sociales: la clase política, la empresarial, las instituciones públicas, las
organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía en general.
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Derogar las reformas estructurales, que tanto daño hacen a las personas y a la Naturaleza.
Poner en el centro de atención, al bien común y no al dinero. El Estado debe trabajar para
garantizar las buenas condiciones de vida para todas las personas, la familia y su
naturalidad, las comunidades; para que todos tengan alimento, salud, vivienda digna,
trabajo decente y para que puedan disfrutar del tiempo libre, la recreación y la convivencia
familiar. La reducción de la mancha de la huella ecológica de personas privadas, empresas
y naciones, hacia un nivel globalmente sostenible y justo.
Hacer valer el principio de equidad, en la distribución de los recursos y detener la
desigualdad social. reducir la brecha entre los que más tienen y los que menos reciben;
bajar los salarios de los políticos y aumentar los de los trabajadores.
Los productores y comerciantes locales son primero, no los extranjeros.
No a la privatización de los servicios públicos. No al despilfarro ni al abandono. NO a la
acumulación por despojo.
Fomentar un modelo de gobernanza basado en el bien común.
2. Cambiar radicalmente el régimen de gobierno (Cherán presente). Sobre este tema
proponemos:
Que la democracia se entienda como gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo
y los gobernantes estén para obedecer al pueblo y para rendirle cuentas.
Que diputados y regidores provengan de organizaciones de la sociedad civil que estén
trabajando por su comunidad y que sean elegidos por sus comunidades.
Que la ciudadanía sea escuchada y participe en la construcción y discusión de la agenda
de gobierno, tomando en cuenta la historia y experiencia de las comunidades.
Que además de ser aprobados por la ciudadanía, los expertos colaboren en el diseño y
revisión de los programas de gobierno. Que no surjan de amigos improvisados, que
deciden desde el escritorio.
Que el erario público sea bien fiscalizado y se invierta en mejores servicios para la gente
(salud, educación, seguridad, infraestructura, equipamiento, herramientas, calidad en la
atención), y NO se despilfarre en obras superfluas, en procesos electorales o en
prebendas de la clase política.
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Constitucionalizar el término dignidad en la constitución de los Estados unidos mexicanos,
en función de salva-guardar la vida en el ser humano.
Que los legisladores eviten elaborar leyes que agraven los problemas de la gente,
privilegien a unos cuantos o dañen al medio ambiente.
Que los gobernantes de los tres poderes reciban el mismo trato que el resto de los
trabajadores. Que no tengan privilegios ni de sueldo, ni de seguridad social, ni pensiones
millonarias.
El gobierno se rija por el principio de subsidiariedad, que consiste en que los Estados
reconozcan las iniciativas personales y comunitarias, colaboren con el desarrollo de éstas
y solamente las reemplacen en caso de que las demás entidades se vean imposibilitadas
de actuar.
Que se sancionen las falsas promesas, la compra y el condicionamiento del voto, el
dispendio, el enriquecimiento a costa del erario público y los moches.
Que el INE y los partidos políticos promuevan la formación cívica y política de la población
y no su enajenación.
No a la mercantilización de la política. No a los plurinominales, no a la reelección, no a los
políticos de carrera. Sí a la revocación de mandato.
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espacios de desarrollo cultural, áreas artísticas, y no para pagar sumas millonarias a
evaluadoras o certificadoras privadas.
PALABRAS FINALES
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sus trabajadores, la oportunidad de crecimiento que ofrece el sentimiento de
pertenencia, y la disciplina de llegar a objetivos comunes. Que no suceda nunca, que al
no tener equilibrio en sus tareas, pierdan dignidad.
Del GOBIERNO, administradores del Gobierno, no es con llantos, ni con enojo que
hacemos éste llamado, es en el nombre de la caridad humana, dejen de reformar leyes
en función del beneficio de algunos pocos. Creen leyes que han prevalecer el bien común,
reconozcan la dignidad del pueblo, pues los derechos son fruto de la dignidad misma y de
reconocerla en nosotros mismos, no la dignidad es un premio por tener derechos. Y si
por éstos pocos, se mancha el nombre de ustedes, los invito a que velen, sean guardianes
de una constitución política y no se burlen de ella a través de reformas que se mofan
sobre la desgastada ley mexicana, pues no son letras muertas, son nuestros sentimientos,
tradiciones, es el reconocimiento de la dignidad misma. Una vida digna solamente la
lograremos si nuestros actos, leyes, normas siguen el principio de dignidad humana. Así
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que, en nombre de la caridad humana, de la solidaridad, ¡amen a su patria¡, ¡amen la
justicia! Y luchemos juntos, luchemos hasta poder llamar con gusto, el pueblo
mexicano…es una familia.