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COLEGIO NACIONAL DE BUENOS AIRES HISTORIA DE AMERICA LATINA DESDE LOS ORIGENES HASTA LA GLOBALIZACION | 16 América Latina y el papel de los Estados Unidos Cada dla S€ VAN desarrollando mésy més es ideas embicious de ea repiblicn [ls Etades Unidos de Ania yconfrmdnds rs miras bile conera Expat VE. ella entrada por mi coepondenca, que tte gobers 1 ba prapnato nada meron que aru linia ls embocira del Ro Nore o Brave, siunde ta ‘curso hasta el grado 31 y desde all irando wna linea recta basta el mar Pacifico, tomdndese por consiguiente las pro- vincias de Teas, Nuevo Santander, Coahuila, Nuevo Méjic y parte dela provincia de Nueva Vizcaya, y la Sonora. ‘Parecerd un delivi este proyecto a toda persona sentata, pero no es menos seguro que el proyecto exist, y que se ha le- ‘vantado un plan expresamente de estas provincas por orden del gobierno, incheyendo tambien en dichor limites ta ila (4 Cube como unt pertnencia natural de carpi, Lot medio gue te adeptan pre pripaar la ercin de te plan, son los mismos que Bonaparte y la epublica romana adoptaron para todas sus conquiteas: la seducciém, ls i= tiga, los emisaris,sembrar alimentar la diensionesen nuestras provincias de ete continente, favorecer la guerra tii. "Ons, LU Ol. Fragment del mensae que ete epesentante epi en EUA emi al vey de Nus- va Espafa, Francisco Javier Venegas el ede abil de 1812, Cad ens GAKCIA CANTO, GASTON. La nasoes roieameicana on Meer, Meee, Ediciones Es, 197) p, 17-18 «. Naturalmente toda mera bisoria nacional ba side wna historia de expansion. Bajo Washington _y Adams nes beer espansionado al Oeste hate el Minish baje Jefferson no hemos expansonado a tras dl con- ‘nen basa la dexebocadara del Columbia: bajo Monreewobre la Friday lagoon Texas y California y inal mente gris a Seward en la Alaska, mientras que bajo todas ls adminiaraciones ol proce de expansion ha cont- tua cn ercenteripdecen ls grandes lanarayen ls monecas Roques. Mientras hemos tenia una front {ened Oe, lrg principal dela vida de frontera ba sido la aera sn fn entre lo clos y lox hombres oe.” Roostvet1, TEODORO, Fragmento de un aniculo periodico publica en 1899. (El autor habla particfpado voluntariamenteen la guerra con Espa en Cuba ~1898- y lrg fe president de os EUA -1901-1909-) ‘La polttica exterior des Eaados Unides se air, casi dee el comienco de se bisoria, hacia cuatro objets principals la expansion de us omer, n particular hacia el ur ye este: a amplacion de los derechos dels neutrles; el lgro de uma mayor libertad comercial, mediante le supresin de as rericionesimpues- ts por el viejo sistema de comercial reduccin de los puntos de contacto entre Europa y América Ademads, la ma york de los norteamericans, a causa dela madalidad misma del orgen de su propia nacidn velan con buenos oes toda lucha po la libertad, si bien circa cantla y mederacin politics pontan wn limite al apoyo que eaban dis- puesto a brindar a tales lucha, Necesaviament, el logo de les objerves de esa politica afters al fturo de la Améri~ 64 hipana.” F880 RiP, Jy La rvalidad entre ExadesUnidesy Gran Bretaa por América Latina (1808-1839). EUDEBA, 1967, p. 1. ‘Necesitamos andar con gran cael por ee terreno, pues una dels mds enconadas conroverias de a historia de los Estades Unides es precisamente la relativa a Texas y ala guerra con Mexico. Una teria inven= ‘ada por los abolicionisas, conversida en articule de fe por el partido republicano,y difundida en el mundo lterario por hombre como Janes Rawell Lowel, considera le coloniacin nrteamericana de Tex, su ansién por ls ite tbs Unie ye gueracon Mésco come rniad de wna giganto cnpiacon deb pllicn del Su a fin de tdspone de “nds corals para cebar exclaves" La ota torta consider odo el movimento com wn efierzo sont cientey plenemente justificabl de animase explonaderes para implantarlacvilzaciény la democracia en una re _gitn débilmente sostenida por una sociedad decadente, Lo mds probable es que la verdad se encuentre entre ambos fextremas,” MONSON, SAMUEL ELIOT y COMMAGER, HENRY STEEL, Hira dels Etadas Unidas, Mico, FCE, 1951, v.2 pp 89. -MSTORIA DE AMERICA LATINA 26 Una potencia en expansion: dla nueva Roma? A finalizar Ia segunda décads del siglo XIX las tzece colons inglesas fundado- tas ~convertidas ahora en los Estados ‘Unidos de América casi habfan dupli- cado su niimero: para el af0 1820, veintieds Estados habfan sido admitides cls Und; egarian a ser ein y tres én el momento de a crsis que lev a la Guerra de Secesisn en 1861 (y cuarenta y-elnco al comensat el siglo XX..). En él mismo lapso la poblacidn pasé de ‘unos 9,7 millones casi 32 millones de habitanes (de estos dkimos mis de 44 nes eran negros y de étos, a su {ers los libres no llegaban a 500,000...) Para tener un punto de referencia se puede recordar que al inalia la déada de 1860 la Republica Argentina apenas Hegaba-a 1,8 milldn de habitants, s- ‘gin el primer censo nacional. El eteci- nto demogrdfico y terttorial fue scompatado por un entiquecimiento y diversfcacién de las actividades pro- dluctivas. Desde 1803 la adqusicin de Ja Luisiana, un paso decisivo hacia el Oeste, que muchos sefialaron con ex- pectacién 0 con alarma,segin los cas, como paso previo a nuevas adguisicio- nes, fue acompafada -explica G, Gaeta anti por “a introduccién de migui- ras para a industria testi, la apertura de anaes de veg, la concracion de vapo tes fluviaesy la inroduccién de as pri ‘meres flbricas en Nueva Inglaterra 9 en Pensiloania..”. La expansign tceiorial era acompaftada por na generosa,sen- satay previsora apertura ala propiedad de la tierta para los colonos pioneros. (Cina fuente colonial espafolavinculada Al gobierno de la colonia de Cuba ex- presé en un informe, citado por el mis- to autor anterior: “Sabe muy bien (el gobierno norteamericano] que wna bue nna produccién de agriculores,acostum- brada a mantenerse siempre a la expecta tiv contr los indios,y a hacer la guerra 1 las fieras, es mejor para la formacién, en caso de necesdad de buenas tropas, que soldados stuados en un fuerte disante, en donde la ociosidad, la borrachera y mu has veces las prvacions les bacen olvidar le discipling, Esta emigracién ha sido aentade [.] yes tan imposible de clew lar el termino que tendrd como de conte nnerla..”.) En 1804, el entonces pres dente John Adams expresaba al laman- te gobernador norteamericano de Flos da ames Wilkinson): “La gene de Ken- ‘chy estd ena de ansias de empresa y ‘aunque no es pobre, siente la misma avi- de de sagueo que domind a ls romanos fon sus mejores tiempos. México centelea ‘ante nuestros oos, La tnico que eperamos «1 ser duchos del munde,.”. Durante to- do el sig XIX la sociedad norteameti cana dio a los ojos de sus visitantes una imagen de dinamismo y actividad, hé- bilmente fomentada por sus estadstas ids hicidos. Ast lo apreciaron, prome- diando la centuria, observadores agudos como el francés Alexis de Tocqueville (1805-1859), 0 el argentino Domingo F, Sarmiento (1811-1888), Ello con- trastaba con las débiles medidas de de- Fensa que los expafioles primero y los mexicanos después tomaron para prote- {get lor dilatados terrtorios en contacto con vecinos codiciosos de espacio... Re precios, “presidios", misones eligio- sas y otros asentamientos aislados. Por ‘otra parte, las caraceristcas de ese desa- rrollo no fueron homogéneas en todo el pais; florecieron pricticumente dos so: ciedades distintas en los Estados del Norte y los del Sur de la Union, situa cin que culminaria en la peor criss de su historia (y de la que se ocuparin las paginas del proximo fascfculo). En la primera mitad del siglo XIX la expan: si6n de los Estados Unidos se planted Fundamentalmente hacia el oeste y el sur, implicando a las posesiones de los Extads coloiaits europeos Francia Espata, Inglaterra y a las nuevas vec nas, las replicas hispanoamericanas. Hosta el presente el "factor EUA” fue parte inoslyable (para bien o para mal, sein se mite) de la historia de ess r- piiblias, empezando por las ms crei- nas de Norteamética, América Central y «Caribe. Y a mediados del siglo XIX EVA hizo sentir su influencta en otras lavtades:incursiones navales y mercan- tiles, a menudo respaldadas por la fer- 1a, de ls veleros ~y luego de los barcos de vapor~ norteamericanos se aprecia- ton también desde el Mediterinco y el norte de Africa hasta ef Lejano Oriente cn China yen el hata entoncescerrada- mente aslado Japén.. "El expansionis- ‘mo territorial fue escribié esis Velasco Marques deideel principio de la colon zaciin inglesa en América, una de las fuerzas mis importantes de su desarollo, ‘puesto que te movilidad social vertical e taba avocada a la propiedad de tierra y con ello a la movilidad horizontal. A ese impulio se afadib, despuds dela indepen dencia, la visiin de las possionseuropeas contiguas (Canad, Luisiana, Florida, Cuba, México) como una amenaza para la seguridad nacional y el potencal riesgo de vere involucrado en los conflcos del Vigio Continent. En consecuencia se bus- carom los medios para tatar de conjurar CCOMBATE NAVAL ENITE EL ME GUERRIRE* EL “USS CONSTITUTION DURANTE LA GUERRA DE 1612 ‘exo peligras a través de la adguiscin de terrtoros..”” AV modo de Ia antigua re- piiblica romana (cuya historia sus pri= meros estadietas, de formacién clisica, ‘conoctan), los norteamericanos ~como lo intentaron también con variada for tuna otros pueblos comenzaron ex- tendigndose como medio de lograr se- suridad y Iuego empleaton el mismo argumento para fundar un verdadero imperio. Ya se ha hecho referencia a la compra en 1803 de la Luisiana los franceses habfan logrado recup de una debilitada Espaha— y al asi de- sastre de la guetta con el Reino Unido ‘en 1812, En el interin, el gobierno proveyé recursos a la audaz incursién exploradora de Lewis y Clark, fnaliza- dda cn 1806, que dejé sefialé las rutas hacia el Pacifico a través del continente y senté las bases para la posterior ocu- pacién de Oregon, Ante Latinoamérica y Europa. Ba tanto, la xis epaila debi ala invasién francesa habia dado ligar tentoemancipadorhispanoamericano. Y en Estados Unidos muchos vieron con Simpata esos proceso independents Mientras en el seno dela Santa Alianza rusos y franceses epeculaban con wna posible intervencién europea de caricter legtimistaen beneficio de Espa, esta distas norteamericanos como Henry Clay (presidente de la Cémara de Repre sentantes en 1817) iniiaban una cam- pafia en pro del reconocimiento de las fnievas republics. La administracin de James Monroe (co secretario de Esta- dlo ra Joha Quincy Adams) se movid primero con cautela, ante el temor de vers involucrado en un conficto con el Viejo Mundo. La siuacign se torn, sin ‘embargo, ineludible: park 1822, en ple- {AMES MONROE, FRESIDENTE DE LOS ESTADOS CCONCRETA QUE ESTABLECIO LNEAMENTOS BASICOS De LA POLITICA NORTEAMERICANAEN MATERIADE RELACIONES INTERNACIONALES no curso extoso las campafias indepen- entstas de José de San Martin y de Si ‘mén Bolivar as fueraasespafiolas apare- clan en camino a la derrota y ya se habla consolidedo la situacién de varios de los ‘nuevos Estados, Por otra parte Inglaterra habia seguido una politica dual (en la que, se dijo, “una mano ignoraba lo que hhacfa la otra") en el dificil equilibrio en- tre au alianza con Espasa por wna parte (frente a Francia) y los intereses de co- rmercio brtinico en las nuevas repAbli cas, El ministro George Canning propu- s0 a Washington un acuerdo pata op netse conjuntamente a la intervencién del rica, En realidad, no obstante, Inglaterra compitié con los Estados Unidos en el comercio con Latinoamérica (y lo supe 16 nel terreno de las inversiones de ea- pital en esos mercados), asi como en pretensiones de influencia diplomatica Ouro factor a considerar por el gobier- no estadounidense era el avance del im- perio uso en Siberia, Alaska y Ia cosa del Pacifico, con California entre sus ‘objetivos. En ese complejo contexto la Casa Blanca dio varios pasos decisivos: cen febrero de 1819 firmé con una Es- pafiapresionada por las guerras ameri- canas un “tratado trascontinental” (0 “uatado Adams-Onis) que implied la venta de Florida a los BUA (que asi se proyectaban geogrificamente sobre la codiciada Cuba). El diplomético espa fol representante de su gobierno habla advertido a sus superiores sobre las peli- ¢grosas aspiraciones de Washington, En 1822, los EUA reconocieron formal mente como Estades libres a Chile, Co- lombia, México a las Provincias Uni- das del Rio de ia Plata, adelanténdose en este terreno alos ingleses, que lo hi cieron poco después (Firmando, por cjemplo, un tratado de amistad, comer cio y navegacién con el gobierno argen- tino en 1825 y en el que ~dicho sea de paso no plantearon reser alguna so: bre el estatuto de las islas Malvinas de Jas que Buenos Aires habfa hecho expl- cito ato de posesin en 1820). jsrema Metternich” en Latinoamé- PRESIDENTES DE LOS EUA DESDE 1817 HASTA 1860. James Monroe, 1817-1825 ohn Quincy Adams. 1825-1829 ‘Andrew Jackson 11829-1897 Martin Van Buren, 1097-1841 Wiliam Harrison (fallocko en el cargo) 1841 son Tyr, 11841-1845 James Polk sess cal A BAB-AB49 Zachary Taylor (alec antes de cumpir el mandato) 1849-1850, Millard Filmore... Maron cea ea tees TEOTOSS Franklin Pierce, 1853-1857 James Buchanan, 1857-1861, En 08 comicios de 1860 resut electo Abraham Lincoln para el perado siguiente, Gan. la “Doctrina Monroe” 1823, ant las pretensiones ruta so- bre la costa del Pacifico, cl sccretario ‘Adams sostuvo el categsrico principio de que “l continent americano no etarla sjeto ning nuevo intent decloniza- citn eurepen’ fe la base de un impor tante documento presdencial que elu diel camino de un scuerdo con Rusia (que pretendia implicar a BUA en Ia Santa Alianza) © con Gran Brew, que proponis una accién conjunta, La ac Gién de Monroe fue pasar su poscién mediante un Mensaje al Congreso, fe chado el 2 de diciembre de 1823, cons tituyendo To que mds adelante se consa- x6 como “Dectrina Monroe” (ver Docs ‘mentos). Sus prinepios fundamentales ~ante el colonialism europco y ls pe Alianza~ eran cl anticolonialsmo y el antincervencionismo. Era una posicign adoprada hacia el futuro: reconoct. los decechos colonalists preexstentes (co- ‘mo el Canad briténico o la Cubs expa- fol) y proclamaba su newraldad en los conflicts entre Espa los criollos re beds, o ent los mismos Estados ame Ficanos (como ocurcé poco después en tee Brail y Argentina, El tiempo cons- teuila una figura retériea para describir el contenido del mensaje presidencal “América para los americans” Pro, co mo sefala Velasco Marques, “este et Lvambien) ol texto muchas wees invecado para juctficar los imentos hegeménicos de tos Estados Unidos de América sobre el Continente Americano”_Los adversarios de es0s intentos labraran con ironfa otra descripcién de la “Doctrina Monroe": “Amériea.. para los norteamericanos’ En. cl contexto de la época de la Restaura ‘ign, esa posicién de los EUA coneribu- y6 sin duda a frenar los {mpetus de la Santa Alianza, También es cierto que fue ignorada cuando Inglaterra se apo- deré de las iss Malis puestos derechos anteriores del Reino Unido sobre el eflebre archipidiago), ¢Avida y codiciosa? Siete aos después de enuncada la doc- trina Monroe (que en realidad no fue categéricamente ratificada por os suce- sores inmediatos en la presidencia), Car- los Marfa Bustamance, un publicist me= wicano, edi en La Voe de le Patria un aticulo prevsor. Entre otras costs $05: tenla que: “El Departamento (mexicano) dde Teas etd yen contact con la nacion ‘mds dvi ycodicina de tera, Les norte samericanos sin que el mundo lo haya sen 5 (invocando su REPERCUSIONES LOCALES: LA DOCTRINA MONROE, EL PLATA Y LA GUERRA CON EL BRASIL. Rodney como ministro (de EUA en Buenos Aires) (diciembre 1823 a mayo 1824) John Forbos se ocu- 10 de la mayoria de fos asuntos de la logacién. Su tarea més Jmportanto en e¢os meses fue transmitr ol mensaje anual de ‘Monvoe en diclembre de 1823, El Presidente habla formulado su ‘rinlpo de na Intervencién en un momento especialmente cril- ‘co pata las Provncias del Rio do la Peta. Enfrontado con la ca- Tencia de un gobierno nacional y la crecenteinestabilided dol ‘goblemno de Rodriguez, el pueblo argantino, come Forbes, sen- ta una inmensa inquietud por a amenaza que represeniaba la Cudcruple Alianza (Austria, Inglatorra, Prusia Rusia), Por 10 tanto la declaracién de Monroo fue recibida con considerable tenlusiasmo. Ya el 9 de febrero do 1824 un paiédico porto, La Gacota Mercanti, informs cobce ol Mensale. Al poco ompo, 65+ te habja alcanzado un pubico m4s amp @ través do las co- lumnas de EI Avisador Mercantil y el Argos de Buenos Aires, ‘que recalearon los principlos de no colonizacién y no itorvon- ‘én. Rodney refi) fa temprana adhesion del puebo y también {24 propo enlusiasmo, a informar que “este Documento mags ‘tal do Estado fe cul] nos ha alentado... tendré una dlatada in- ‘luencia’. Ely Forbes tomaron medidas para que so dstrbuyera una traduccion castollana, en la Argontina, Pord y Chilo, Tres ‘meses mas tarde, a pesar de que el entusiasmo local habia dis mminuido algo, Rodney soguia pensando que et mensaje habia tenido buen efecto e iba a ejercer infuencia permanente. Los funcionarios pibleos subrayaron repetas veces el alcance del ‘mensaje. Rivadavia envé traduocién a fos gobiernos de Chile, Peni y Colombia. Al preparar la primera logaciin para los Esta- dos Unidos, of minis lamé a atoncién do Alvear sobre las da Caraciones de Monroe y hasta legS a suger una extensién de las mismas, quo protogiran también conta una agresicn intera- ‘mericana. Al eluir a dichas instrucciones ante la Asamblea Le slave de Buenos Ales, 3 da mayo, Rivadavia reterd su ad- hhesisn al principio de no agresién. Cuando Juan Grogorio de Las Heras suced6 a Rodriguez como gobemador de Buencs Al res, expresé su agradocimionto a la nacién qué "se ha consttut ‘do en guardién del campo de btalla para que ninguna potencia ‘exranjera pueda Intervent o ayude a nuesro rival (Espana. Los cambios adiministratvos en los Estados Unidos, en 1826, y '9n Buenos Aires on 1826, provocaron nuevas expresiones de ‘adhosién. Poco después do tomar Adams la presidencia, el so: Cetarlo de Estado Henry Clay do instrucciones a Forbes para que “urglera al gobiemo de Buenos Aires la uiidad y la conve ‘Dis 0 brove period de la actuacién de Cassar ricncla do afar los mismos pincpios en todas las ocasiones adecuadas". Guando Forbes cumplié la orden, al presentarse ‘como encargado de negocios, el gobemador Las Heras reat ‘8 apoyo a los principlos de Monroe. Poco después de la rou- rnién de Buenos Ales y las otras provincias en 1826, y de la ‘subsiguient eleccién do Rivadavia como primor presidente de la ‘Naclén Argentina” se presenté la postildad de invocar estos Prineipies. El intento de formar un nuevo gobiemo nacional con una nueva consttulén coinidié casi con la inoiacén de la gue ra con ol Bras. La conferencia que tuvieron Forbes y el rest dente Rivadavia 017 do agosto log al fondo mismo de las ro- laclones argentno-nosteamericanas en esa época. Movido por fl temor que le inspiraban los estrechos vinculos existentes en- tro ol Brasil y las potencias ouropeas, Rivadavia sugirié que ot Presidente Adams acaso estaba clspuesto a resist la infuencia ‘europea on la América del Sur. Casi inmodiatamente Francisco de la Cruz, el ministro de Relaciones Extoriores de Rivadavia, formulé a Forbes una pregunta sobre el alcance do las ideas do ‘Monroe. Queria que el encargado averiquara si su gobierno, en ‘caso de que una potencia ayucara al emperador del Brasil en la ‘guorra contra las Provinias Unidas, o en caso en que el empo- ‘ador de Brasi buscara ayuda en ol reino de Portugal o en cual ‘quer parte de sus dominos aplicara astas ideas para sostener ‘90 pals en la guerra [.}. Tan solo en julo de 1628 estuvo For- bos dispuesto a transmit Ia Intorpretacion do la doctrina de Monroe a José Flondeau, minetro de Relaciones Exterioros into- Tino [.] sostuvo que el presidente Monroe habia diigido su ‘mensaje expresamento ala iniorvoncién europea y que éste no daba a ninguna nacién estranjora el derecho a exigi su apica- {G6n, poder que s6lo ol Congreso podia ojorcer. En lo referent {la guerra argentino-brasila[oxprosaba la repuesta: | EPre- ‘sigente [de EUA\ la ha visto con honda pera y tendrla mucho ‘liso on conecar do su honrosa conclusén, Pero esa guerra no ‘Puede ser concebida con un estado de cosas que lenga la mas ‘remota analogia con la sitvacién que ol presidente Monroe la- ‘menia en su mensaje. Es una guerra estrctamente americana {en su origon y su objetivo. La paltica general de os Estados ‘Unidos os a de una esrcta ¢ imparcial nouraidad on rolacén a todas las gueras do las otras potencias. Tan sdio en un caso ‘extremo ol pale eo apartara de esta polica. La actual uerra no ‘presemia semejante caso." Perenson, Huo. F. La Argentina y os Estados Unidos 1810-1960. ‘Buenos Ares, EUDEBA, 1970, p. $5 ss ETRATO'YAUTOGRAFO CEL PLLICSTA [MBBCANO CAPLOS MARIA DE BUSTAMANTE sido, se han apoderado sucesivamente de cuanto estaba en race con els. En menor de medio silo 1e han hecho duefios de co- loniasexenas que exaban bajo el cero ee pal y fancts y de comarca aioe mde di tusadas que poslan infinidad de trib de indios que ban deraparecido de ls supe BDO) rr Das do ote los métodos del gobierno de Washing- ton para concretar los primetos y dis rmulados pasos de una accién expansio- nista, prosigue este autor: “..Fniretanto el pas a que se dirige la maniobra y que ‘por lo comin ha side desert, comienea a ‘er visitad por los esporadaresy empresa- vias: alqunas de ellos se fijan en el suelo, ‘aparentando que su siuacion nada quita ti atiade ala cuestin del derecho dela s0- erania [..] sufciente mimera de estor recarsresorginan a poco un interts que complica el estado politico del pas ataca- do: aparecen las deconfianzas, los amagor propias para trabajar; la comtanca delle sitio poseedor, y para disminuirle las tilidades dela adminiseracin, y eric de la autridad, en legando a ete punto que es precsamente en el. que etd Teas, comienza el mango diplomdtice.." Texas, estrella solitaria: *|Re- cordad El Alamo!” EL caso de Texas, adem estaba int ‘mamente ligado a la pugna por el qui librio interno entte los defensores dela esclavitudy los partidarios de la aboli- ILUSTRACON QUE OA CUENTA DE UNA DE LASINSOLITAS FORA. ‘QUE ENCONTRARON LOS ESCLAVOS PARA HUR DE SUS AMOS DEL SUF: AIA EMBALADAS COMO MERCADERIA ion’ de tal “institucién partieulae’, co- mo era definido eufemisticamente por los beneficiarios de an horrible sistema de explotacidn humana, Los plantado- res sudistas estaban 4vidos de nuevas tieras para sus cultivos de algodén, que consticufan la base de la economia de los estos meridionales y la mayor pare te de las exportaciones de los Estados Unidos, alimentado este trifico por el exttaordinario desarrollo de la revolu- cién industrial inglesa, especialmente en cf campo textl, Para la atistocracia t- rrateniente del sur setataba de un pu to capital (cs curios, dicho sea al pass, mo el tema fue soslayado por super- producciones de Hollywood & mediados del siglo XX, en films épicos como Ef ‘Alamo, donde casi la nica referencia a la presencia de sirvientes negros entre los colonos anglosajones pasa por el rol secundario de un "servidor leal” que termina inmolando su. vida bajo las bac yonetas de las tropas de Santa Anna pa ra salvar a su amo..). La expansin hi cia el Oeste y el surgimiento de nuevos ‘stados en la Unin (que podfan ser “li bres” 0 “esclavistas") creaba una cons tante inestabilidad en el ya precario equilib csclavistas. Una larga y complicada serie de incidentes en el terreno y de negocia- ciones diplomitias entre los gobiernos interesidos culminaron en 1835-1836. EL gobierno mexicano de Santa Anna ‘entee estados abolicionistas 0 sancioné una nueva constitucién que tun plumazo las pretensiones de aurono- ii de los colonos anglosajones, que cibieron -en cambio~ estimulo y ayudas oficiales y extraofciales desde los BUA, Los milicianos texanos iniciaton las hos- tilidades ocupando la guarnicién mexi- cana de San Antonio de Beja. La con tundente réplica de Santa Anna fue acu dircon topas numerosasy bien equipa- das que -aprovechando su completa su- perioridad~ aplastaron a una pequetia {quarnici6n texana ~atrincherada en una misidn llamada El Alamo~y la masacra- ron. "Recordad Fl Alamo!” se convirti6 fn un caluroso lema bélico para los in- ddependentistas, una especie de “remem- ber Pearl Harbor" en el estilo del siglo XIX... (La uadicién nacional estado dense enaltecié el papel glorioso de los defensores de aquel punto, entee los que abundaban en heterogénea confusién aventureros¢ idealistas, que se habian sumado a los defensores; Morison y Commager rescatan algunos nombres due luego el cine norteamericano del si- lo siguiente encarné en actores como John Wayne o Steve Me Queen, perso- najes arquetipicos “como fos Bowie, de Luisiana, contrabandistas de cxclaves, inventores del largo 4 temible cx chill que leva su nombre, [0] Dauy Cro- tet, forajido prftsional de la zona boo sade Tennessee y muchos otros hombres de Conflictos entre Estados Unidos y México, 1836 y 1848 see GB) Texas, Rep. Indep., 1836-1845; 1845 a EE.UU. ie racrz Caro Gordo Guorra do 1046-48 oaxacas’747— fauarena Jp Direccén de las tropas de EEUU. %_Batalas Vista de la ciudad de San Francisco, en 1849, luego de ser cedida por México a los EE.UU. ON NORTEAVERICANA EX TEXAS YALA QUERRACON mbC0, ‘ambicién desmedida y dipera personai- dad que hablan abandonado su pats con fortuna para éie.,” (Ex la actual Texas, fen el Ambico escolar han surgido con Alictos planteados por la familias de as- cendencia mexicana que reclaman un rol ms elegance para sus ancestos en el relato de aquellos eventos..) Los texa- nos habfan proclamado su independen. bandera con DOCTRINA MONROE, DESTINO MANIFIESTO. Monroe no puslron verdadero rigor en seguir el principio stenido por aquel lider de la. Casa Blanca. "En realidad -sefalan Morison y Commager- los Estados Unidos faciltaron aunque no itencionamente [a toma do las Islas Malvinas ocu- pads por Argentina, en 1833. Unos escuadrones de la marina ‘francesa sitaron en 1838 Veracruz [y otros bloquearon el Fo de 1a Plata y os ingleses se apoderaron de as (sas dela Bahia en | costa do Honduras y del puorto de San Juan en Nicaragua, sin ‘que los Estados Unidos protestaran en absolut. Por la introsa {a itromision do Franca y 60 Inglatera en la cuestisn de Texas [.] exacerbd a presidente Polk. En su mensaje anual del 2 de = lombre de 6sa ao cts Pok el mensaje ce Monroe de 1823y de- clare que ‘ningin future dominio o colonia europea 90 establecerd ‘on nuestro consentimisnto, en Norteamesica'y que no se puede ‘permitir que la doctrina europea del equilério del poder ‘tanga | (08 primeros goblemos estadounidenses que sigueron a ser See ace cia y elevado como pendén una nueva la estrella soitaia” como slmbolo. Sorpresivamente lograron, con nuevas fuerzas, derrotar a los mexica- titucién, legalizaron la exclavitud de los negro {abolida antes por México], el gieron presidente a San Houston y envia- ron wn delegado a Washington para soli AMES K FOLK. DURANTE Sy RESIDENCE OESAMFOLLO LAGUERRA CON NENCO, citar su anexién los Etades Unidos 0 reconecimiento como repiiblica indepen- diente” (Morison y Commager). Guerra con México (1845-1848) Uno de los slkimos actos del presidente Andrew Jackson en eerccio de st a toridad fue reconocer & Teas, en mar- ‘plcacion on el contnentenareamercano: Advis ambi alas potencias europeas que so guardesen do incor que alain esta- do emercano Independent se una a nstra Confederacén' Esto no podia sor mis lar, poro a a vez percia Kiar la Doo- {tha Monroe @ Noreamerca” (Merson y Commages), Pealela- ‘mente a conciencia do su podorio rasconda do los culos ci- gentes ala opinion pia y enpleno confit con México por la Cues de Teas, ue explctado un concept en ealdad ya = gente: 2s nuesto destino manifesto expandimes y poseerto 1h contrite que le providencia os ha dead para gran ox- Perimento dela ibertedy la fedracin de estado’. (Suva, <0. en el perdco Naming News de Nuova York, dsembre 4o 1845, Ctado por: Cusuexn, Hee. Fomactn da concionaia americana.) Buenos Aes, La Pyado, 1972) GAR 2p de 1837. Pero la euestién estaba le- jos de haber llegado a su fin, Los texa- nos reclamaban su ingreso ala Unin y el tema fue varias veces tratado por la Casa Blanca y en ef Capitol, sin que se llegara a una clara resolucién, Desde Europa, Inglaterra y Fe ron la independencia de Texas con mi rs a crear tna suerte de “estado tapén™ que bloqueara Ia expansién de los BUA. Esa actiud iba de ka mano de la imenci6n de que Texas (que solamente Posefa una poblacién de 50.000 blan- 08) aboliera previamente la esclavitud y de que México (con alrededor de 6 millones de habitantes) admiviera la cexistencia de la Republica texana. En «esto la posicidn mexicana fue inflexible. En los Estados Unidos la cuestién se velaligada al problema local de “escla vitud © abolicionismo” y eran los pati- darios de la primera forma de trabajo los principales abogados de la incorpo- racién de Texas, El nuevo presidente James Polk (demdcrata) habia convert do en bandera electoral el slogan “reo- cupacién de Oregén [teritorio en dis puta con los britnicos del Canada] y reanexién de Texas", Con la decisién de adelantarse alas maniobras diplomd- ticas de Inglacerra(y a sus pretnsiones de una “Bélgica americana” defensora del equilibrio); impulsados por Ia idea Bes ENTRADA OE LAS TROPAS NORTEAMERICANAS /ALAPLAZA CENTRAL DE LA CUDAD De MENCo. Y por a pode- rosa corriente de colonos que marcha- ban al Oeste, en febrero de 1845, el Congreso sancioné finalmente la tan cesperada anexién de Texas. Los objeti- vos tertitoriales de Polk iban més alli de la sola incorporacién de Texas api ‘aba también a California (con una de- mogeafia mixta similar a la texana), y también Nuevo México... Ante la nega- tiva mexicana de aceptar el rfo Grande © Bravo como frontera ~después de imtikiples negociaciones y conflictos di- plométicos~ estalé la guerra abierta en 1846, (Afo en el que también sc legs a tun acuerdo satisfictorio para los EUA en el tema de Oregén, separdndolo de Ja Columbia britinica) Las operaciones balicas de los norteamericanos contra el gobierno mexicano presidido por et ge- neral Paredes y luego por Santa Anna Hevaron a una larga serie de victorias el efércto invasor rindié Veracruz (mareo de 1847) y leg ala vista de la capital anyeca en agosto, rindiéndose la ciudad a fines de septiembre. En 1848 se firmé cl tratado de Guadalupe Hidalgo: "Mé- seo ~sehalan Morison y Commagee~ reconocid la frontera del ro Grande 9 ce ib Texas, Nueva Mexico (incluyendo Arizona) y la alta California’, recibiendo del vencedor la suma de 15 millones de ddilares [u.] Los Estados Unidos habjan ETRATO DEL AVENTURERO NORTEAMERICANO redondeado ya su zona continental, que se extendia en sustancia hasta los Unites ‘actuales..” (Con la excepcién del valle del rfo Gila, en Arizona, comprado de ‘odos modos en 1853.) Las andanzas de William Welker Ya se ha hecho referenci (ver mimero 15) a laintervencin del fiibustero Wie liam Walker en Nicaragua. El espricu aventurero de este médico y abogado, ascttico defensor de la esclavitud, mezcla de idealista y mercenato, se debe ubiear cen el contesto de la muy lbil frontera sur de los EUA, en un entorno de mer- cares, audacespioneros, agentes de di- vversas potencas,indios y mestizos... In- volucra directamente los interess de las empresas norteamericanas que intenta- ban controlar las diversas vias de comu- nicacign tertestres y fluvial entre el Atintico y el Pacifico. Cuestiones estas ‘lkimas que anticipaban la dl canal ine terocednico, Walker inicié sus violentas singladuras en 1853 con une incursién de cont filibustero contra el estado me- xicano de Sonora, del que se proclamé “presidente” y de donde debié exiliase ante la reaccién de las autoridades. Siguié su expedicién a Nicaragua -en 1855-, donde, como ya se ha participé en la guerra civil y pretendié icho, 4 i : i erigirse en caudillo politico. Se vincula- ron sus andanzas con intereses nortea- Imeticanos dvidos de beneficios, con pla- nes de incorpora las urbulenta ¢ ines tables repiblcas centroamericanas (don- de también campeaba la rivalidad entre Washington y Londres por el control de los istmos como via del Atlintico al Pa- fico) una suette de confederacién dista de estados esclavists, Tras s fus- trada "presidencia® en Nicaragua (1856) donde, entre otras cosas, intenté rest Dlecer Ia esclavitud que habia sido aboli- dla en la regién— regtesd a su pals natal, donde fue recibido como un héroe: se Ie rindieron grandes honores en Nueva York y fue objeto de todo tipo de agasa- jos. Nuevamente recurié al apoyo de tempresarios esclavistas y con ese sostén procuré nuevamente el éxito con otra incursion a Nicaragua, en 1857. La em- presa se frustr al ser capcurado su audaz jefe por un buque de guerra de la Unién... En 1860, finalmente, tents de nuevo ala suerte organizando tna nueva expedicién de aventureros contra Hon- dduras, cayendo esta vex en manos de la ‘omnipresente Royal Navy, celosa de los incereses de SMB en cualquier parte del mundo: Walker habfa intentado conte: lar las vias de-trinsito del Atléntico al Pacifico. Los jefes navales briténicos lo centtegaron al gobierno de Honduts ‘euyas autoridades pusieron fin a su, aza rosa existencia, poniéndolo frente 4 un pelotén de fusileros... Personaje arquet pico, ha sido también evocado por el re contemporineo, tratando de descif sus enigmas: audaz aventurero indivi- dualsta 0 agente de intereses mas 0 me nos evidentes? Parafraseando a Morison xy Commager: “La verdad, probablemen- te esta mitad de camino..”" 2Y los indios? Is extensign de los Estados Unidos ha- cial su y el ose fue lograda med te la negociacin o la guerra con las de iis potenclas, Peto involucré —en un rol marginal y desamparado~ a decenas de miles de amerindios que poblaban gran parte de las tierras adquiridas, Desde la legada de los primeros colo- ‘nos europeos en los siglos XVI y XVI, los amerindios de la América del Norte como sus semejantes del otro extremo del mapa-, pese a advertir a menudo el peligro que implicaba el artibo de los “hombres palidos”, nunca intentaron seriamente ofrecer una resistencia de onjunto contra el invasor europeo, Las circunstancias que rodearon por ejem plo- Ia entrada de Corcés en Tenochti- tlén con el auxilio de los indios taxcal- tecas(hartos de Ia opresion de sus “her- manos" aztecas), uvieron su correlato ca la partcipacidn de las tribus nortea- rmericanas ~de uno y otro lado~ en las juctras coloniales entre ingleses y ftan- ceses (el tema serfatratado en I litera- tura-ya-en-cl siglo XIX ~como-en la obra de Fenimore Cooper Ef siltime de los mobicanos- y el cine del siglo XX), Miles de indigenas contribuyeron a hostigar a los colonos yankees en el ‘curso de su guerta de emancipacién, El costo de esa alianza temporal con la le: jana Majestad Britdnica les Fue cobrado con altos intereses por los nuevos nor- teamericanos, En la primera mitad del ESCENA DE UN COMBATE ENTRE EL EER. siglo XIX, las tribus asin no sometidas 6 integradas ala pujante poblacién eu- ropea queidaron relegadas a los tertto- ios indios,acorealados hacia el Pacifi- co. Convivieron o guerrearon, segin ls épocas, con estadounidenses y también «on los mexieanos. En una primera eta~ pa -y como ocurriera también en las pampas roplatenses- se tendieron line- as de fortfcacionesligeras guarnecidas, entre otras topas, por la luego legend tia cabalerfa, destinadas a mantener se= parados a los colonos de los indios y, tedricamente, proteger los derechos de éstos segrin los pactos convenidos (un destino no previsto de la legendariaca- balleria norteamericana fue el de legar en el momento justo en las peliculas del siglo siguiente, que explotaron tensz- nente la tematica del Far West, prime- ro con un tono romintico y no pocss veces fofio y luego, en la segunda mi- tad de la centutia, con mayor realise mo.,). Volviendo a la realidad, se debe sefialar que el capitulo final de esa his- toria se escrbinfa entre 1865 y 1890 y tendtfa un argumento muy similar en gran parte del continente americano. Hacia 1860 y después... Después de la abrumadora y muy pro- dductiva guerra con Mésico y en las puer- tas des propia gueta civil, los Estados Unidos eran ya, com mucho, la primera potencia dl continente y habian clabo- rado uns Fuerte ase de sustencacién pa- 1a influiren el Caribe y el Pacifico, que serlan escenario de us siguientes pasos a tinica potencia europea que proyecta: boa eficzzmente su influencla sobre Ibe- roamévica sega sicndo Ingaterea, Esta potencia, como se ha dicho, habla com- petido con los EUA (hast al punto de «asi reconquistalosen 1812, cuando le- gaton a apoderaree de Washington), pe- 10 a partir de mediados del siglo XIX se prodijo un cambio importante. Aunque Siguieron compitiendo econdmicamen te, “a. el Gobierno inglés, después de 1856 ~afrma J. Fred Rippy- comencb lentamente a abandonar su oposicién a la reciente influencia de los Eades Unidos co América, para acptar a doctrina de \USTADEL CANAL DEL ERE, QUE FACTO Monroe y el predominio yangui en el Nuevo Mundo. Despuds de medio sgl, los estadisas britinicos empezaron a compronder que su intento de evitar que tos Bxtados Unidos ampliaran su fronte 1a ea inti e inconvenient No dlode- jaron de oponere al avance, sino que le dicron la bienvenida y, despuds de reco- tocer la superior poscion de los Exades Unidos en el Caribe, en 1898 reiraron su cxuadra dela region. Los INDIOS NORTEAMERICANOS Y LA PLUMA DE TOCQUEVILLE ni da de nvm @ alos de 1081, un grupo do re- gnadosindoschotaws so vo compoido a crzar et an- ho Missp! on Memphis, en una embaracin fil, dos- ‘plazados po el avanc tenaz do ls Blancos hacia et Oeste, Un ‘tuo velo francés fv tstig dol avon y lo nesta pocos aos despuds oon su plune, Se rataba do un aritrata Ibocl, Alods do Toequevile, que ese aio recontia Nonesméica regis: trade cudadosamente dais sobre el pais, su geno su ment ide, sus sistas potcos y merfsiaciones sociales. i narar Ja escona dol ombarquo do fos insos en Memphis, escr6: “ ‘806 salvaje dejaban su palsy ataban de pasar a la cila deo: ‘ha de Mis, donde esperaban oncotar un aslo que e! go- biome es promt [ef fo azoaha ose ao con dosacostum- ‘brad violent... Los incos conductan consi a Sus fais evaban rae olos horde, enforms, nits que acababan de ne- ‘ary anclanes que ban a mor. Los vi embarearse para tra: vesar el ran ray eso espoctiou solerne no se apatrd de memoria, No se ola on esa muttud hacinada ni solos n que: ‘Jas, quacabanslenaio. Sus desgraclas eran antigua yl seri ‘an ompecdabes." No os una anéodota asada, sno una pines- lada en e cuncro mucho més vasto y compe de una ragedia ‘damogrifiea quo fue telén de fondo del proceso expansionista ‘qe 60 ata on estas pins, El ctadoYatadsta deserve segut damental forma ~mrecsarte halos, obsequos de menor cuan- lay amonazas impleas- en quo fs representantes do goblono ‘yteamericano conventan als tibus de vende’ sus campos de caza y migra al Oost, ms ait do gran fo: muestra a fos (a8 de los ins armas de oego,vesidos de ana, baicas de ‘guadionte, cares de vi, brazalete de esa |.) es00- Jos. Sa lava deta esas riguezas vac ad, 80s insinia ‘que no podtian rahusar el conserimiento que se es pide y que ‘bien prone el gobiemo mismo ser impotent para gavantzaries 6 goce da sus derechos’, anta of masivo movnient de avance 49 Tos ploners estiutedos po las mismas autoridados (que, ademds, volanen el acentamiento de campesinos do organ euro: eo, armados, el mejor resquardo de a soberania de Washington sobre las terrae del porionto, dol ‘Far West). “Los ini se alo- Jan ~fellexiona nuesto testige-, van a hablar a nuevos desiertos ‘donde fos Biancos no los dejan ni cle arcs en paz." Durante la presidencia do Androw Jackson "legaron a concrtarsa 94 tra- tacos oon los ics” (Morison y Commnager, para desplazer bis al Lejano Oeste, dojando on manos do os colonos blancos \vatlos milones de hectéreas. Mas de medio siglo mas tarde en 1899- Teodoro Roosevet (utuo president) retlexionaba en un article pariodatico (que ge ha ctado al convenzo do estas pig: as), sobre la relacionas entre fs blancos y os pelos rojas en ae que solamente vola facile un choque inevtable: la guora, ‘cuya ‘causa inmedata algunas veces se encontiaba en la con- ‘ducta de los hombres blancos y algunas veces en fa de los rojos: ‘per le causa final era sercilaronto que nosotros estabamias en ‘contacto con palses salvajes 0 semisalvajos’ con los que, a su ‘entender, solo cabo ol derecho dol més fuerte. "En ruosta histo- fia -contabliza— hemos sufdo més molestias por pare de las Wik bus indas que hemos acarciado y mimado (sc), que por parte do aquellas que hemos castigado.” Los amerindics de la América ‘de Norte eran los dlspersos pobladores de [os tetoros que Wa- shington obtwo-por dvorsos modos- do Francia, Espafia 0 Mé ‘xc y,obviamente, nade pens6 en consuitarlos (suponiendo que lo fuera viable) acarea do los acuerdos consensuacos 0 forzo- 808 con los que aquellos Estados dsponian de vasies extensio: hes del continente, En La democracia en América, pronostica “Tooquevile: “Acabo de descrbir gyandes males y afiado que me ‘parecen inevtables, Cre0 que la raza inca de la América dol Nor- taestd condenada a perece, y no puedo manes que pensar, quo ‘el dla en quo los europeos se hayan establcido on la ola del ‘Océano Pactico, haba dejado do exist. GAR. Documentos 1810: Noticias del “lejano sur” Vigjros, correspondence yperisdios man- sudkeron informades als arericanes sobre os sucresocuridasen os divers pate del continent aslpor cep se podta ler ‘nla prensa noreamericana, esta version sobre los hechosocurids mess antes en el Plata: “Bl viernes pasado leg6 a Salem (Mass) procedente de Buenos Ayres, e bergantin Venus bajo las érdenes dl cx pitin Tunison. El sobtestante, St. Nat hham Cool nos informa que hubo all ‘una revolucin similar ala de Caracas (sil: as acoridades cuyo poder emanaba Ae la Suprema Junta de Espaiahabfansi- do depuestas y onganizado un nuevo go- bierno provisional, que juss leatad a Fer- nando VIL y que continuarsen eercicio solamente asta su resauraci6n en el ro- ‘no, pero en realidad no eabe duda con vistas la independencia completa y per- ‘anente,ElSr. Cook, que conoce petso- nalmente a algunos de lo jefes del movi ‘miento, fe informado confidencalmen- te que ellos contemplaban la organizaién de un gobierno tan semejante al de los. xados Unidos como lo permitieran el {emperamento y ls costumes del pue= blo”, En: American Daily Advert, Fae delfia, 28 de agosto de 1810. 1823: La Doctrina Monroe: ‘espectadores inquietos e in- teresados” B12 dediiembre del ato citado,enelcws des ecundo mandate pridencily en el ‘ones negoicioes con Rasa en toro del continent americana yal posible rl de 1s Santa Alanea James Monroe dirs un sracendenzl mnaje al Conga desu na- cin, eas ides se consgrarian, més tard, ‘on el nombre de ‘Docirina Monroe" como sen de lo principio bie de le diploma cia exadounidewe. De dicho Mensaje sex trae os siguientes pda". A propues- ta del gobiemo imperil rus [J] han transmitido un poder amplioeinsrucio- nes al ministro de los Estados Unidos en San Petersburyo para aeepar en ee ‘os amistosns os derechos ntereses res pectivos de las dos naciones snuadas en la costa noroccidental de exe continence Gon anteririda, el gobierno de Su Ma- jestad Imperial hizo una propuestaseme- jane al dela Gran Bretafi, ol eul tam- bign ha accedid alla. Los Estados Uni- dos, lintervenir en estos times amiso- sos, han tenido oportunidad de manifs- ‘are! gran valor que atibuyen indiscuti- blemente a la amistad del emperador {.] Los debates aos que ha dado lugar este asuntoy as dsposiciones para eoncuitlo, se han estimado como ocasin propcia para sustentar, como un principio en uals involucran los derechos eimerses delos Estados Unidos, el hecho de que los continentes ameticanos, por las condicio- nes de libertad eindependencia que han asumido y mantenido, no deben ser con- siderados, de hoy en adelante, conno en- tidades sometidas a una colonizacién fu ‘ura por parte de cualquier potencaex- ropea [J Al elebrare la thkima ssn se expuso que Fspafa y Portugal etaban haciendo grandes sfuerns para mejorar Ineondicign de los pueblos de esos pases {us Apenas si debe hacerse notar et hecho de que l resultado ha sido tan diferente ‘de lo que entonces se antici. Ante los acontecimientos que han tenido lugaren ‘6a parte del globo con la cual mantene- mos gran intercambio y de la que proce- demos, sempre nos hemos comportado ‘como espectadoesinguietor interes dos, Los eudadanos de los Estados Uni- dos abriga os sentimientos mAs amisto- sosen favor de la libertady dela felicidad de sus congéneres que radcan al ox lado ‘el Alénico, En las guerra que han sos- tenido las porencias europeas en asuncos ‘que sdlo a ells corresponden, nunca he- mos intervenido ni se cbmpadece con nuestra normas el obra de otro modo. Unicamente cuando nuestros derechos son invadidos amenazados setiamente, «5 cuando resentimes los agravios y nos preparamos para defendernos. Necestia- ‘mente nos seatimos mvs ligados con lox movimientos que tienen lugar en est he- misfrio, por causas que resultaneviden- tes para todo observadorcivlizado im- patil. este respect, el sistema politico de las potencias aliadas es esencialmence Alistnto del que rige en América (Tor dla nesta nacin se ha consagrado a la efensa de nuestro gobierno grado me- dant la peda de mucha sangrey 70, madurado por a sabiduria de sus cudada- nos mas civilizados y bajo el cual hemos dlifhutado de una fcdad que no tiene -empos yl ual debemos, en conse ‘uencia la sincetidad ya ls relaciones amistsas que prvan ente los Estados Unidos yess porencas[europeas] mani- festando que debemos considerarcual- ‘quer esfuerzo que éstas hagan para ex: tender su sistema a cualquier parte de es 1c hemisfeio como peligroso para nc ‘ta par y seguridad. No nos hemos inmis ‘ido ni lo haremos, en ls colonias 0 de- ppendencias que ya poseen algunas nacio- nes europea. Peto tratdndose de los go- biernos que han declrado y mantenido su Independencia y la cual hemos econo- cdo al consierat lo justo de sus princ- pies, no podsfamos contempt Ia inte. Yencén de ninguna potencia europea que tendiera oprimidlos, oa controlar de ‘cualquier otto modo su destino, sno co- ‘mo tia demostracin de sentimientos [poco amistoss haca los Estados Unidos, En laguetra que han sostenido eos nue- ‘vos gobieenos y Espaa, hicimos patente nuestra neutralidad, al iempo de su reco= nocimiento, ya esta aettud nos hemos adherido (1. Los tkimos acontecimien- tosen Espafiay Portugal demuestran que usopa est ain revue [..}. Nuestra po- Ica con respecto a Europa, adoptacla en tuna fase incl de las guerras que por tan- ‘o tiempo han agjtado a es parce del ‘mundo, noha yarado, esto es, sigue la ‘misma condveta de no intervenit en los asuntosinternos de ninguna dels po ciaseuropeas[.] Peo ls creunsancas son eminentey notoramente distintas con respecto a estos continents. Es imposible que las potencias [europea] lindas exten ddan su sistema polio a cualquier pare del Continente Americano sin poner en peligro nuestra paz yficidad nadie pue- de creer, tampoco, que nuestros hermanos del sur lo adopraran ellos mismo de buen ado, Por consiguient, no nos es pesble contemplar con indiferenca cualquier forma de intromisin (J, Los Estados Unidos sstentan como st verdadera poll tia lade dejar que ls pares iverendas resuelVan sus propiosasuns,conflando en que otras potenchs imitarin exe proce- dete" Tomado des Vitasco MARQUuts, Jest, “Independencia y creacion dela ‘Naci6n (1763-1828)", en: EUA Docu ‘mentas desu Bria pois. México. Is Inxituco de nvetgaciones Dr. José Ma- tia Luis Mora, 1988, pp. 392 ys. (Las grits onde utr del tet principal) 1847: “Qué més quieren?” Laintenvencién en Tes ylaguera com ‘México encontraron alguna oposicién en el sector elifendo como whig (Henry Clay, Daniel Weber et) En el Senado el repre sentante de Ohio, Thomas Corwin, express su diidencia con Ua iain a Meso, eanado ext operacin e blab en s spor _geo:"Noxé fivor de un proyecto similar al presente [.], nuestro ejtcito se encon- ‘taba fu) crea de nuestra frontera. Pave [oJ lresperanea de que el presidente dese- ara sincramente la paz] realmente es ;eré que con los dos millones propuestos ‘enonees podfamos tener pz yevtar la rmatanva, la vergienca, el crimen de una ‘cera agresivay no provocada, Pero aho- raha invadido usted medio México, ha ‘exasperidoc itriado asu pueblo, pide in- -demizacién por rodos los gatos en que seha incuridoparalevara cabo ste aggavio y piden descaradamente ese pls uc entregue Nuevo México y California fo] Cd sel teritoro{.} que propone used arrebatar a México? Ha sido consa~ grado en el corazin de los mesicanos por ‘muchas y muy bien libradas balls con- ‘ra su antiguo seo castellano, Sus Bun- er Hilly Saratoga y Yorktown [comba- tes de la guerra de independencia nortea~ ‘mericana) exén ahi, Las mexicanos pu dden decir: "Abi derramé sangre por la - bertad, gDebo ceder ese consagrad c ho: garde mis fects alos invasoresanglosa- jones? Para quélo quieren? Ya tienen Te- as. Se han posesionado de erticorio ente Nsces yl Rlo Grande. Qué mis que ren? os Pero este mismo norteamerica- ro entra en una hermana replica y dice al pobre, débil México: “Entrega cu ter- tori, eres indigno de poseelo ya tengo ‘una mitady todo To que pido es que me des aot laera (en la guerta de 1812) hubiera igualmente podido ven y pedimos: "Entrega la vertiente atlinticas ‘entrega ese insignificant teritoro que vt desde as montafas Alleghany hasta et marl]. Cul sera a respuesta? Dinfn aD etie bitbeat ease on Hull qué "Necesita espacio.” Elsenador de “Michigan dice que tiene que tener eo Por qué? [a] ZPor qué principio de jst- ‘ad "(Quito espacie!” Sefior, va esta pretensin de espacio. Can veinte millo- tes de habitantes, tiene sted alrededor de ‘il millones de acres de irra [404 millo- nes de hectteas) en les que invita a co Tnizacién por medio de todo argumento ‘eoncebible [Peo el senador por Mi- chigan dice que seremos descentosmillo- nes dentro de pocos aos y necstamos ‘espacio, Siyo fuera mexicano le dita ":no tiene usted espacio en su propio pals para ‘enterrara sus muertos Sivene al mio le saludaré con manos ensangrentadasy le daré la bienenida a cubs hospitala- Fas” [l. He tendo ba suerte (de haber practicado basante durante el cutso de mi ida en as cones de lo criminal, pero to- davia no he odo un ladeén acusado de haber robado un caballo, angumentar que ‘era el mejor caballo que pudo encontrar ent pals .). Todo lo que les pido es que no demanden a ete gobierno que los pro- ‘jacon el exandarte de la guerra librada «en nombre de rincpioseremos yverda- deros, Sei, no es conveniente que nues- tra vieja bandera eubra con ss plegues protectores expediciones que van en busca de hucroo tier, Pero used sigue dicien- cdo que necesita espacio para su gente, E= ‘aha sido a disulpa de todos los Iadrones, desde Nimrod hasa la hora pre- sen.” Tomado de SuARe7 ARGO#LIO, ANA Ross, en: EUA Documentos desu his. ‘ora police .2, México, Insttuwo de Investigaciones Dr, José Maria Luis Mo- 1 1988, pp. 24s. 1866 Pierce al Senado: Cen- troamérica “un Poe) de es- pecial consideracion” Enel conteso dele interven de Wi- iam Walker en Nicaragua, el enance te ‘ular de a Cate Blanca dirigié un exter ‘mensaje al ciara ala en el ques inclu _yen eomideraciones vale en toro de a po- ‘ica exterior de Washington en aque re- _giin. Eire ors concepts sesenta:*L08 «estrecho atmos que ponen en comunica- cine continente del Nore y Sur de ‘América por as facilidades que prestan para el cbmodo txdnsizo entre os ccéanos -Alintico y Palio, hicieron alos pases de a Amética Cental un objeto de expe- «al consideracin para todas las potencas smariimas, el cual ha omado mucho ma- _yres proporciones en los tiempos moder nos por lt operacisn de las cambios en las reliciones mercantile; sobre todo, en as que sc ha desarollado el uso general dl ‘vapor como fuera moitiz por mar y por titra, Para nosotros, en ras de su pesi- cién geogaficay de nuestro interés poli «o.com Estado americano de prime of- den, aquellos sumes tienen una imporan- da peculiar, del mismo modo que el is- ‘mo de Sue la tene por razonesandlogas para ls porencas marlimas de Europa, Pero sobre todo, lnimportancia que iene paralos Bxtados Unidos asegurar el libre {rnsio por ls istmos americanos, ls ha dado sumo interés para nosotros desde el ‘siablecimiento de los territrios de Ore- {gén y Washington y el ingreso de Califor- ina la Unidn. Impelidos por esta consi- -deraciones, los Estados Unidos tomaron ‘medidas desde el principio para asegurar los medios convenientes de rico comer- cial (Jy elebramos un tratado de paz, amistad, navegacin y comerco con la Republica de Nueva Granada, entre enyas condiciones se etipulé oe) gutantizar a Jos Estados Unidos el paso de tinsito por quella parte de istmo que est stuada en {ba} Nueva Granada {El efecto de este ‘ratado ha sido dar facilidades [a EUA] para abrir] una via comin entre Cha- ses Panamd,y constr al cabo un fe- ocartil en la misma diecein afin de ‘poner en comunicacién regular por me- io del vapor para el transporte de a co- ‘nesponsdenca, mereanclas y paajeros de ida y vuelta, los Estados del Antico y del Pactico, y los teritores de los Esta ‘dos Unidos (.] colocados entre la Repi~ blica de la Nueva Granada y a Republica ‘de Méjico, se haan los estados de Guate- tala, San Seliador, Hondurss, Nicaragua -y Costa Rica, miembros separados de la ancigua Repiblica de Centro Ametica, En ‘te testorio de los estados eentroameri- anos et la parte ms estrecha del isto, yesdonde, por consiguiente, sha dvigi- do la atencién pblica como e capo ‘que mis convida para las empress de co- ‘municacininterocednica de as cosas opuesas de Amésicay especialmente para Jos tersitorios de los Estades de Nicaragua yHonduts..” Reproducido de CLEMEN- ‘THIEME. op. ct, pp. 29 ys. 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