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TEMA 3
RESPONSABILIDADES PREVENTIVAS Y
ORGANIZACIÓN DE LA PREVENCIÓN
Francisco Trujillo Pons
ÍNDICE
En este marco, existen diferentes disposiciones en las cuales se regulan las distintas
responsabilidades: Ley de Prevención de Riesgos Laborales; Estatuto de los Trabajadores; ley
General de la Seguridad Social; Código Penal y; Código Civil.
Dicho esto, en concreto, las responsabilidades son de tres tipos, dependiendo de su carácter:
Personal Directivo: Su responsabilidad variará en función del nivel de poder que haya sido
delegado sobre los mismos, y de la normativa laboral que se hubiera infringido.
Trabajadores: Están legalmente obligados a cumplir las normas de prevención y a colaborar con
el empresario en dicha materia. “El trabajador también está obligado a observar y cumplir la
normativa establecida. El incumplimiento por parte de los trabajadores de las obligaciones
establecidas en el artículo 29 de la Ley 31/1995, tendrá la consideración de incumplimiento
laboral, conforme establece el artículo 58 del Estatuto de los Trabajadores”. Este artículo del
ET señala que, en estos casos, los trabajadores podrán ser sancionados por la dirección de la
empresa en virtud de incumplimientos laborales, de acuerdo con la graduación de las faltas o
sanciones establecidas en las disposiciones legales o en el convenio colectivo aplicable.
Proveedores: Deben asegurarse de que sus productos cumplen con las exigencias que están
designadas en la normativa.
Mutuas:
2. Observar las medidas de seguridad e higiene que se adopten (ET/15 art. 5.b). Por tanto,
se ofrece una doble justificación para la exigencia de responsabilidades a los
trabajadores por parte del empleador.
4. El deber de garantizar una protección eficaz a los trabajadores a su servicio para lo que
necesita la cooperación y colaboración de los propios trabajadores.
2. Falta en caso de los funcionarios públicos o del personal estatutario al servicio de las
Administraciones Públicas.
La responsabilidad disciplinaria, esto es, la valoración de la conducta del trabajador por parte
del empresario y la posibilidad de imposición de sanciones cuando considere que se ha producido
un incumplimiento de sus obligaciones constituye la modalidad característica de las
responsabilidades exigibles a los trabajadores (TS 8-10-92).
Dada su naturaleza de carácter punitivo su configuración está determinada por los elementos
siguientes: se exige una determinación previa de las obligaciones a efectos de tipificar los
incumplimientos (TCo 17/2000 ); requiere una actuación consciente y voluntaria del trabajador,
de forma que se aprecie la concurrencia de un factor subjetivo en forma de dolo, culpa o
negligencia, lo que excluye los sucesos fortuitos o producidos por causa de fuerza mayor (TCo
153/2000 ); implica una intervención individual y directa del trabajador, sin que sean admisibles
conductas colectivas.
Por otro lado, los recursos preventivos están sujetos frente al empresario a los deberes básicos
de cumplir con sus obligaciones concretas, de conformidad con las reglas de la buena fe y
diligencia, así como a cumplir sus órdenes e instrucciones en el ejercicio regular de sus facultades
directivas (ET/15 art. 5); su responsabilidad deriva del incumplimiento de las obligaciones
contenidas en LPRL (LPRL art. 32 bis) y en su caso debe ser exigida por el empresario.
3. Sanción: Con mucha frecuencia no existe un cuadro de sanciones para las infracciones
en materia preventiva, por lo que es necesario acudir a criterios generales, tales como la
entidad del riesgo o del resultado. Dado que las infracciones pueden ser calificadas como
muy graves no debe excluirse la imposición de la sanción disciplinaria máxima, que
consiste en el despido del trabajador.
Los preceptos del CP aplicables son, a juicio de la doctrina, los comunes para los tipos de daños
que se produzcan, sin que exista una especialidad derivada de la condición de trabajador, ni del
medio: el centro de trabajo, a diferencia de lo que ocurre con la responsabilidad por infracciones
de los empresarios en materia de prevención de riesgos laborales, que se regula en el CP art. 316,
317 y 318.
Responsabilidad civil
Puede ser propia o proveniente del ilícito penal: La ejecución de un hecho descrito por la Ley
como delito o falta, obliga a reparar los daños y perjuicios por él causados, pudiéndose llevar, no
obstante, el ejercicio de ésta reclamación por medio de una demanda civil, separadamente de la
penal (CP art. 109) La responsabilidad civil derivada de falta o delito comprende (CP art. 110):
la restitución de la cosa, si es posible; la reparación del daño, previa su valoración y; la
indemnización de los perjuicios materiales y morales.
4. RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA
En este sentido, el artículo 5 de la LISOS señala que las infracciones laborales en materia de
prevención de riesgos laborales son las acciones u omisiones de los diferentes sujetos
responsables que incumplan las normas legales, reglamentarias y cláusulas normativas de
los convenios colectivos en materia de seguridad y salud en el trabajo sujetas a responsabilidad.
Las infracciones administrativas en materia de prevención pueden ser leves, graves o muy
graves en atención a la naturaleza del deber infringido y la entidad del derecho afectado.
En base a esto llevan graduada una sanción, la cual variará en función de la gravedad
determinada en el acta de Inspección de Trabajo y Seguridad Social que da inicio al expediente
sancionador, a menos que se considere irrelevante, en cuyo caso la infracción se impondrá en
su grado mínimo y en su tramo inferior.
• Gravedad de los daños producidos o que hubieran podido producirse por la falta o
deficiencia de las medidas preventivas necesarias.
• Omisión de las propuestas realizadas por los servicios de prevención, los delegados
de prevención o el comité de seguridad y salud de la empresa para la corrección de
las deficiencias legales existentes.
• La falta de limpieza del centro de trabajo de la que no se derive riesgo para la integridad
física o salud de los trabajadores.
• No adoptar los empresarios y los trabajadores por cuenta propia que desarrollen
actividades en un mismo centro de trabajo, o los empresarios a que se refiere el artículo
24.4 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, las medidas de cooperación y
coordinación necesarias para la protección y prevención de riesgos laborales.
• No adoptar el empresario titular del centro de trabajo las medidas necesarias para
garantizar que aquellos otros que desarrollen actividades en el mismo reciban la
información y las instrucciones adecuadas sobre los riesgos existentes y las medidas de
protección, prevención y emergencia, en la forma y con el contenido establecidos en la
normativa de prevención de riesgos laborales.
• La falta de limpieza del centro o lugar de trabajo, cuando sea habitual o cuando de ello
se deriven riesgos para la integridad física y salud de los trabajadores.
• Facilitar a la autoridad laboral competente, las entidades especializadas que actúen como
servicios de prevención ajenos a las empresas, las personas o entidades que desarrollen
la actividad de auditoría del sistema de prevención de las empresas o las entidades
acreditadas para desarrollar y certificar la formación en materia de prevención de riesgos
laborales, datos de forma o con contenido inexactos, omitir los que hubiera debido
consignar, así como no comunicar cualquier modificación de sus condiciones de
acreditación o autorización.
El artículo 13 de la LISOS establecen las acciones que son calificadas como infracciones
muy graves en materia de prevención de riesgos laborales.
• Superar los límites de exposición a los agentes nocivos que, conforme a la normativa
sobre prevención de riesgos laborales, originen riesgos de daños para la salud de los
trabajadores sin adoptar las medidas preventivas adecuadas, cuando se trate de riesgos
graves e inminentes.
• No adoptar, los empresarios y los trabajadores por cuenta propia que desarrollen
actividades en un mismo centro de trabajo, las medidas de cooperación y coordinación
necesarias para la protección y prevención de riesgos laborales, cuando se trate de
actividades reglamentariamente consideradas como peligrosas o con riesgos especiales.
• Las acciones u omisiones que impidan el ejercicio del derecho de los trabajadores a
paralizar su actividad en los casos de riesgo grave e inminente, en los términos previstos
en el artículo 21 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
• Ejercer sus actividades las entidades especializadas que actúen como servicios de
prevención ajenos a las empresas, las personas o entidades que desarrollen la actividad
de auditoría del sistema de prevención de las empresas o las que desarrollen y certifiquen
la formación en materia de prevención de riesgos laborales, sin contar con la preceptiva
acreditación o autorización, cuando ésta hubiera sido suspendida o extinguida, cuando
hubiera caducado la autorización provisional, así como cuando se excedan en su
actuación del alcance de la misma.
• La suscripción de pactos que tengan por objeto la elusión, en fraude de ley, de las
responsabilidades establecidas en el apartado 3 del artículo 42 de esta ley.
5. RESPONSABILIDAD CIVIL
A. Concepto y finalidad
1. Nace en el contexto de una relación jurídica privada entre particulares, incluso cuando
uno de ellos tenga naturaleza pública, y está sujeta a las normas del derecho común.
2. Su alcance se limita al resarcimiento de los daños o perjuicios causados, sin pretender
otros fines de carácter general, pues su finalidad se limita única y exclusivamente a la
compensación o resarcimiento por los daños o perjuicios causados.
3. No existe una acción pública para su exigencia, sino que ha de ser instada por el titular
del interés lesionado, debiendo acreditarse el daño o perjuicio sufrido.
Por otra parte, dada su carácter estrictamente patrimonial, puede ser objeto de aseguramiento
en paralelo al aseguramiento forzoso del sistema de Seguridad Social (LPRL art. 15.5).
Merced al Código Civil (arts. 1101, 1105, 1902 y 1903 ss.) la responsabilidad civil se regula
como su nombre indica en el Código Civil donde se distinguen dos tipos básicos la contractual
y la extracontractual. En función del tipo de responsabilidad civil también están los sujetos
responsables.
Responsabilidad contractual
Son responsables civiles y deben indemnizar de los daños y perjuicios causados quienes en
cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de
cualquier modo contravinieren el tenor de aquellas (CC art. 1101).
Este tipo de responsabilidad está configurado por los elementos siguientes (TSJ Murcia 24-7-06
y TSJ Burgos 13-6-07; TSJ Madrid 17-7-06):
1. Existencia, previa al incumplimiento, de relación entre las partes vinculadas por una
obligación, generalmente procedente de un contrato, en este caso laboral, o de cualquier
otro negocio jurídico que posibilite el resarcimiento (TS civil 8-7-96). Están obligados
a indemnizar los daños y perjuicios causados quienes en el cumplimiento de sus
obligaciones incumplieran de cualquier modo el tenor de las mismas (CC art. 1101). No
se trata de un caso de responsabilidad objetiva, sino específico de responsabilidad
derivada de un acto culposo del empresario que incumplió los deberes de protección
inherentes al contrato (TS 18-7-08).
La naturaleza contractual de la responsabilidad civil que se genera a favor del trabajador por el
incumplimiento empresarial de las normas de prevención es uno de los argumentos en los que
se fundamenta la competencia de la jurisdicción del orden social en este tipo de litigios ya
plenamente reconocida en el marco de la LRJS.
En el orden jurisdiccional social la conducta del trabajador pondera la responsabilidad civil del
empresario como deudor de seguridad, aunque no la elimina si este incurrió en algún
incumplimiento de las normas de prevención que hubiera evitado el siniestro. Así sucede en los
siguientes casos:
1
Para poder imputar el resarcimiento de los daños al empleador es preciso que concurran los siguientes
requisitos: producción de un daño, negligencia, dolo o morosidad en la conducta de quién lo causó por
incumplimiento o cumplimiento defectuoso de la normativa de riesgos laborales y relación de causalidad
entre la conducta del agente y del daño causado que ha de ser consecuencia natural, adecuada y suficiente
de la determinación de la voluntad del agente. No existe responsabilidad civil, al rechazarse la existencia
de culpa o negligencia empresarial, cuando sólo se alega que determinados puestos de trabajo en los que se
trabaja con riesgos posturales y riesgos derivados de los movimientos repetitivos, con posibles lesiones de
lesión en extremidades superiores por movimientos repetitivos (TSJ Cataluña 14-2-06). Es al empresario a
quien le corresponde acreditar la concurrencia de la posible causa de atenuación o exoneración, en tanto
que él es el titular de la deuda de seguridad y habida cuenta de los términos cuasiobjetivos en que la misma
está concebida legalmente (TS 30-6-10). Así, tienen derecho los herederos del trabajador fallecido a una
indemnización cuando, a pesar de la existencia de una normativa que obligaba a la empresa a tomar medidas
para evitar una contaminación por amianto, la empresa no acredite haberla cumplido, lo que obliga a
entender que la enfermedad contraída deriva de aquel incumplimiento empresarial (TS 9-6-14). No cabe
apreciar responsabilidad contractual cuando la conducta empresarial no concurre en la producción del
accidente, ni supuso riesgo adicional o una grave negligencia u omisión de sus deberes. De este modo,
habiendo acreditado la influencia que el defecto del producto tuvo en el accidente, no se considera que
existiera proceder negligente o culposo por parte de la empresa. En este sentido el autoclave, estaba provisto
de declaración de conformidad CE y se fabricó conforme a un proyecto técnico realizado por encargo de
Asociación de la Industria Navarra (AIN) y fue sometido a procedimiento de evaluación y control
específico sobre «recipientes a presión» por parte del organismo Inspección y Garantía de Calidad SA
(IGC). Por ello y sin perjuicio de los fallos de funcionamiento y seguridad que fueron detectados, el
empresario adquirió un producto con la certeza de que había superado los necesarios estándares de
calidad y seguridad ordinarios. Sí se condena a la empresa fabricante del producto defectuoso (TSJ
Navarra 20-10-10). Los daños causados a los trabajadores de instalaciones nucleares o de empresas de
transporte de sustancias nucleares, así como los trabajadores de instalaciones radiactivas siempre que sean
calificados de accidente de trabajo o enfermedad profesional de acuerdo con la normativa de Seguridad
Social están excluidos de la garantía financiera para hacer frente a la indemnización por responsabilidad
civil derivada de daños nucleares o producidos por materiales radiactivos que estas empresas deben realizar.
Esto es con tales garantías no se ha de responder de las responsabilidades atribuidas al explotador de una
instalación nuclear o de una instalación radiactiva.
Existe responsabilidad civil de quien por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo
culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado (CC art. 1902). Como es evidente
la ausencia de vínculo obligacional o contractual entre las partes involucradas hace que su
ámbito de aplicación sea mucho más amplio que la contractual (TS Conflicto de Competencias
Auto 4-4-94). El daño extracontractual es aquel que cuyos perjuicios causados serían
igualmente indemnizables sin la existencia de vínculo contractual (TS 30-6-10; TSJ Aragón 17-
3-12, Rec 50/12; TSJ Sevilla 17-2-11) Los elementos que la conforman son (TS civil 11-5-96):
En este orden, conviene poner de relieve para analizar estos tipos de delitos los siguientes puntos:
los tipos delictivos y las penas asociadas; los requisitos para la concurrencia de los tipos y; los
sujetos responsables de los delitos.
Existe un único tipo de infracción variando las penas según se produzca en su modalidad dolosa
(CP art. 316) o imprudente (CP art. 317).
El CP (arts. 316 y 317) castiga a los que infrinjan las normas de prevención de riesgos laborales
y estando legalmente obligados, no faciliten los medios necesarios para que los trabajadores
desempeñen su actividad con las medidas de seguridad e higiene adecuadas, de forma que pongan
así en peligro grave su vida, salud o integridad física.
Como se pondrá de manifiesto al desarrollar los requisitos del tipo, sus elementos principales son
los siguientes:
Modalidades
La comisión del tipo mencionado se puede realizar de forma dolosa o imprudente grave:
2) Imprudente grave o culposa es la más habitual considerando los estrictos requisitos que
se exigen para apreciar la modalidad dolosa. Esta modalidad culposa de comisión del
delito consiste en la omisión del deber de cuidado, objetivo y subjetivo, exigible a las
personas menos cuidadosas en el ámbito de la relación laboral donde se comete el delito,
teniendo un carácter profesional. En definitiva, la falta de diligencia extrema da lugar a
la imprudencia leve mientras que la falta grosera de cuidado genera la imprudencia
grave.
1. Para la modalidad dolosa es de prisión de seis meses a tres años y multa de seis a doce
meses (CP art. 316).
2. Para la modalidad de imprudencia grave el castigo es el mismo que el anterior con la pena
inferior en grado (CP art. 317).
Debe hacerse constar además que no bastaría cualquier infracción administrativa para dar vida
al tipo penal, porque esta exige en adecuado nexo de causalidad que la norma de seguridad
infringida suponga un peligro grave para la vida, salud o integridad física del os trabajadores.
Exigencia que nos remite a las infracciones graves de la normativa laboral que lleven consigo
tal creación de tan graves riesgos. No obstante, el juez de lo penal actúa con total independencia
de la calificación administrativa de la infracción (AP Cádiz penal 30-5-00). Así, resulta absurdo
concluir que sólo las infracciones administrativas calificadas como muy graves en la normativa
de infracciones y sanciones del orden social podrían integrar los tipos penales (ex CP art.316 y
317). Máxime si se recuerda que para que exista delito ni siquiera es necesario que exista una
previa intervención de la autoridad laboral (AP Barcelona penal 10-3-11). Igualmente, la
jurisdicción penal tiene independencia para considerar la exclusión de responsabilidad penal
cuando aprecie culpa exclusiva del trabajador accidentado aun cuando la ITSS haya extendido
acta de infracción por los mismos hechos (AP Valladolid 5-11-14, Rec 938/14).
La referencia genérica a la norma de prevención que se realiza en el CP, desde luego amplía la
exclusiva referencia a las normas reglamentarias que se hacía en el precedente artículo derogado
por la reforma de 1995 CP art.348 bis. a).
La conducta típica es la omisión consistente en no facilitar los medios necesarios para que los
trabajadores desempeñen su actividad en condiciones adecuadas de seguridad e higiene, o en no
facilitar los suficientes (AP Cantabria penal 31-3-04).
Pese a que en la mayor parte de las ocasiones la conducta típica será omisiva -ausencia de las
medidas de protección necesarias- no es descartable que existan conductas activas. No obstante,
lo importante para que concurra el tipo es necesario la omisión de la de la acción esperada que
hubiera evitado el peligro grave respecto de la vida, salud o integridad física de los trabajadores.
Una de las omisiones típicas puede ser la falta de información, pues facilitar esta es un medio
de prevención que debió ser utilizada (AP Alicante penal 17-3-05), así como la falta de control
sobre la utilización de ciertos medios preventivos (AP Bizkaia penal 30-7-04), así como la falta
de previsión respecto de las distracciones o imprudencias no temerarias que pudiera cometer el
trabajador.
Sin embargo, no basta con que se desarrolle la conducta descrita, es preciso que la misma genere
un riesgo grave, que ponga en peligro de forma concreta la vida, salud o integridad física de los
trabajadores.
Junto a la creación de ese peligro concreta se exige también un nexo causal suficiente entre la
conducta omisiva y el nacimiento del riesgo.
Los delitos por omisión de medidas de seguridad e higiene sólo pueden ser cometidos en concepto
de autor material (ex CP art.28). No obstante, el elenco de posible autores en este tipo es amplio,
habiendo manifestado la jurisprudencia que todos los que ostenten mando o dirección, ya sea
técnico o de ejecución, y tanto se trate de mandos superior, como intermedios o subalternos, de
derecho o de hecho, están inexcusablemente obligados a cumplir y a hacer cumplir cuantas
prevenciones y cautelas establece la legislación para evitar los accidentes laborales y tutelar y
prevenir la salud e integridad física de los trabajadores.
En resumen habría que decir que de modo reiterado se ha declarado que cuantos dirigen y se
hallan al cuidado de una obra deben impartir diligentemente las instrucciones oportunas de
acuerdo con las ordenanzas, a fin de que el trabajo se realice con las adecuadas medidas de
seguridad de cuantos trabajadores participen en la ejecución de los diversos trabajos sujetos a
riesgos que es preciso evitar, poniendo a contribución cuantas previsiones y experiencias técnicas
sean concurrentes a tal fin, sin que puedan bastar advertencias generales, sino atendiendo a cada
situación con el debido cuidado ( TS penal 15-7-92, EDJ 7905 ).
En el sentido expuesto se pueden mencionar los siguientes posibles sujetos activos que se han
considerados responsables de este tipo penal: administrador de hecho o de derecho de la empresa,
director o jefe de la fábrica, encargado de producción, jefe de seguridad, encargado de formación,
propietario de la nave o lugar de trabajo, vigilante de seguridad, delegado de prevención, promotor
de la obra, contratista, subcontratista, representante legal o gerente de la empresa, encargado de
mantenimiento y de personal, jefe de taller, jefe de obra, aparejador o arquitecto técnico,
arquitecto superior. En definitiva, pueden ser responsables los mandos superiores, intermedios o
subalternos (AP Madrid penal 15-1-10). Entre los citados, están incluidos los llamados técnicos
de prevención, entre los que se pueden incluir: el arquitecto técnico, el delegado de prevención,
jefe o vigilante de seguridad, encargado de formación. No obstante, el hecho de que se contrate
un asesoramiento externo como es, por ejemplo, un servicio de prevención ajeno, no elimina la
responsabilidad del obligado a la seguridad, cuando en su actividad se vulneró la normativa de
prevención de riesgos laborales en aspectos básicos. Así sucede cuando el accidente se produce
durante la limpieza de un equipo de trabajo en marcha que provoca un atrapamiento sin que se
conozca ni la fecha de fabricación del equipo ni disponga de medida de protección alguna (AP
Bizkaia 17-1-14, Rec 136/13).
Personas jurídicas
La reforma del CP de 2010 (ex LO 5/2010) no atribuyó la responsabilidad penal de las personas
jurídicas respecto de estos delitos concretos de peligro u omisión de medidas de seguridad higiene
ya descritos. No obstante, se mantiene la previsión del CP art.318 de que cuando los hechos
previstos en tales delitos se atribuyan a personas jurídicas, se podrían imponer las penas señaladas
a los administradores o encargados del servicio cuando se considere que son responsables de
los mismos y a quienes, conociéndolos y pudiendo remediarlo, no hubieran adoptado medidas
para ello. De manera que, al no poder ser las personas jurídicas responsables de los delitos de
peligro, es preciso identificar en su seno a una persona física que pudiera considerarse
responsable de los mismos.
De la dicción del CP art.318 no puede deducirse que todos los administradores hayan de ser
penados, esto es, no basta con que alguien sea administrador, jefe de seguridad o de RRHH
para que automáticamente se le pueda hacer responsable de los hechos investigados. Por el
contrario, sólo lo son quienes hayan sido responsables de no facilitar los medios necesarios para
que los trabajadores desempeñen su actividad con las medidas de seguridad e higiene adecuadas
(AP Barcelona penal 4-2-02).
Existen diversos pronunciamientos que han hecho una interpretación amplia de dicha expresión,
entendiendo que si cabe exigir responsabilidad a profesionales de la prevención como eventuales
deudores de seguridad y sin eximir de responsabilidad al empresario. Efectivamente, limitar la
responsabilidad en materia de prevención de riesgos laborales al empresario en virtud de la lectura
exclusiva de la LPRL art.14 supone ignorar la existencia de todo el entramado normativo expuesto
en la primera parte de este Memento.
2. Habiéndose afirmado asimismo que no sólo el empresario está obligado a facilitar los
medios garantizadores del nivel adecuado de seguridad sino que quienes le sustituyen
asumen obligaciones en nuevas posiciones de garante, siendo precisamente la normativa
laboral la que impone diferentes obligaciones a quienes forman parte en el proceso de
trabajo, hasta el punto de que la posición de garante no se deriva de una relación
jerarquizada entre sujetos sino de su relación objetiva con los hechos (AP Bizkaia penal
26-11-02). Condenando por haber incurrido en delito del CP art.316 a los siguientes
sujetos:
7. CONCURRENCIA DE RESPONSABILIDADES
La LISOS y la LPRL recogen la compatibilidad entre las distintas responsabilidades que pueden
recaer sobre una misma persona.
Entre las notas más destacadas del texto legal se pueden señalar las siguientes:
• El último paso será concluir si existe o no, delito o falta según el Código Penal. En
caso afirmativo: sentencia de multa o privacidad de libertad. En caso negativo: se
vuelve a tratar la vía administrativa en base a los hechos considerados probados por
los tribunales.
Son diversos los organismos e instituciones públicas que ejercen la función de promover la
mejora de las condiciones de trabajo en los distintos ámbitos territoriales en los que se configura
el poder. Internacionalmente se generan directrices en materia de seguridad y salud laboral por
parte de diferentes estamentos. Los organismos públicos españoles integran y comprueban el
cumplimiento de dichas directrices.
En este ámbito, las Administraciones públicas competentes en materia laboral tienen como
función específica la promoción de la prevención, asesoramiento técnico, vigilancia y
control del cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales pudiendo
sancionar las infracciones de dicha normativa.
ADMINISTRACIÓN CENTRAL:
ADMINISTRACION AUTONOMICA:
■ Mutuas ATEP.
■ Otros servicios de Prevención.
■ Entidades de acreditación.
■ Entidades de formación.
■ Delegados de Prevención.
■ Comités de Seguridad y Salud en el Trabajo.
■ Trabajadores designados.
Funciones:
Inspección de Trabajo
Realiza análisis toxicológicos, emite informes y atiende consultas relativas a la lucha contra la
intoxicación, así como su prevención y la elección de antídotos adecuados.
LÓPEZ GANDRÍA, J. y BLASCO LAHOZ, J.F: Curso de Prevención de Riesgos Lanorales, Tirant Lo
Blanch, 2008
GARCÍA NINET, J.I., MORENO CÁLIZ, S., “Manual de Prevención de Riesgos Laborales”, Atelier,
Barcelona, tercera edición.
www.prevencionar.com
www.prevention-world.com
www.elergonomista.com
www.prevencionintegral.com/
www.istas.net
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