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25-04-2018

Imaginar el futuro de India: una introducción


Ashish Kothari y K.J. Joy
Rebelión
Traducción de Carlos Valmaseda

Un poco sobre el libro [1]

Imaginar el futuro es una empresa arriesgada. Por buena que sea nuestro conocimiento de la
historia y por fuerte que sea la fe en las lecciones que nos enseña, por robustos que sean nuestros
sistemas de modelado usando las mejores metodologías y tecnologías disponibles, aun así,
podemos estar horrible y embarazosamente equivocados. Pero también podría pasar que la visión
resultase correcta. Más importante, podría incluso influenciar realmente en el curso de los actuales
acontecimientos de forma que al menos algunos elementos se hagan realidad. Miremos la ciencia
ficción: ¡cuán a menudo han terminado siendo hechos científicos!

Nuestra propuesta a la apasionante galaxia de autores de este volumen fue permitirnos caer en
este tipo de creación de una visión, dejando por un momento volar la imaginación sin quedar
atrapados por las cadenas de lo que es ‘realista’ y ‘factible’. Pero como no queremos que sea un
ejercicio solo de imaginación, también pedimos a los autores que se basasen en el contexto actual
y nos diesen ejemplos y casos del pasado o del presente que señalen la posibilidad real de que
tales visiones lleguen a hacerse reales. Los ensayos en esta recopilación van desde algo más bien
cauto a lo aventureramente imaginativo y creemos que todos ellos tienen el valor de darnos
dirección, esperanza y una corazonada de lo que puede llegar a ser.

En este ensayo introductorio damos principalmente una visión general de la recopilación,


agrupando los ensayos en cuatro esferas clave de la existencia humana: la política, la sociocultural,
la económica y la ecológica. En el artículo final hemos elaborado con más detalle estos escenarios,
esbozando una visión futurista de justicia, igualdad y sabiduría ecológica. Debemos reconocer aquí
que el marco de cuatro esferas que usamos tanto en el ensayo introductorio como en el conclusivo
se basa en un proceso en curso de diálogo y compartición de experiencias en el que estamos
implicados, el Vikalp Sangam o Confluencia de Alternativas [2] así como en algunos de nuestros
anteriores trabajos de un paradigma alternativo llamado democracia radical ecológica o ‘
ecoswaraj’ (véase, por ejemplo, Kothari, 2014)

La división de los 32 artículos temáticos en este volumen en cuatro esferas es necesariamente


imperfecta, porque los artículos y los temas que cubren no encajan limpiamente en un único
escenario, y las esferas se solapan entre ellas (¡un poco como el símbolo olímpico!). Nos gustaría
evitar la trampa académica de la categorización quisquillosa. En cualquier caso, creemos que este
marco nos da una base para el análisis y también para imaginar el futuro.

Elementos clave del futuro

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Futuros ecológicos

El medio ambiente en peligro de India ha sido objeto de mucha investigación, activismo y acción. La
abrumadora pérdida de ecosistemas y biodiversidad, el envenenamiento de nuestras aguas, aire y
suelos, la erosión de los suelos productivos y una multitud de otros problemas son prueba de la
insostenibilidad de la actividad humana en India (como de hecho en el mundo en su conjunto, como
muestran recientes estudios del cruce de varios límites planetarios, especialmente el de Rockstrom
et al., 2009). Ante una situación así, ¿qué futuros se pueden imaginar que nos rescaten de la
abrupta pendiente hacia el colapso ecológico?

Salvaguardar los ecosistemas y la biodiversidad que nos mantienen es claramente una parte
sustancial de lo que debe hacerse. En las últimas décadas ha habido muchas iniciativas, tanto
dentro como fuera de los gobiernos, hacia esto. Entre estas se incluyen áreas protegidas y
protección legal a determinadas especies, ‘reservas’ de bosques para un uso restringido y otras
medidas gubernamentales. También incluyen amplias iniciativas comunitarias que sostienen ya
sean antiguas prácticas como ecosistemas sagrados ya permitan otras nuevas como una respuesta
a la escasez, la disminución de la vida salvaje, u otras situaciones. Desgraciadamente, las primeras
en particular, se han ubicado mayoritariamente dentro de un paradigma de conservación
exclusivista que intenta separar a la gente de la naturaleza. Y simultáneamente el estado ha sido
más bien generoso al abandonar ecosistemas críticos a proyectos de ‘desarrollo’ como minas y
presas.

En este volumen, Kartik Shanker, Meera Anna Oommen y Nitin Rai señalan los problemas de tales
paradigmas y cómo el neoliberalismo ha promovido de diversas formas la conversión de todo en
mercancías. Ellos defienden un enfoque holístico que integre los ideales de conservación con la
justicia social y medioambiental. Proponen una ecología de reconciliación que tenga como objetivo
mayores valores de conservación para el campo y reconozca que las influencias étnicas y
lingüísticas han dado como resultado paisajes heterogéneos, multiuso, con una increíble variedad
de biodiversidad. Cualquier enfoque conservacionista tiene que aceptar el conocimiento
comunitario y tradicional como un imperativo ético y moral para una justicia distributiva de manera
que se puedan resolver una variedad de problemas que van de la desigualdad a la opresión.

Claramente, un enfoque de este tipo también pone en cuestión el modelo global de gobierno
medioambiental en India. Sharachchandra Lele y Geetanjoy Sahu señalan que, aunque el país tiene
muchas leyes para proteger el medio ambiente, ayudadas por un sistema judicial pro-activo (que
ha interpretado incluso que el derecho constitucional a la vida incluye el derecho a un medio
ambiente limpio), el estado actual del medio ambiente es deplorable. Actualmente, el gobierno
medioambiental tiene cuatro problemas principales: el fracaso regulatorio, los límites al activismo
judicial, la dominación de las ideas de crecimiento neoliberales y el supuesto que el
conservacionismo es ecologismo. Ellos defienden que el futro del gobierno medioambiental tiene
que empezar por aceptar el ecologismo como un modo de vida, esto es, calidad de vida,
sostenibilidad y justicia medioambiental. Segundo, el diseño institucional debe ser reelaborado de
manera que pueda abarcar objetivos biofísicos y justicia social. La mejor gobernanza
medioambiental exige un cambio en el sistema de valores, preocupación por la justicia social y
creer en el proceso democrático.

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Un aspecto específico de los recursos naturales de India que se encuentra bajo una crisis seria y se
está agravando es el agua. Tenemos esta situación extrañamente contradictoria en la que todas las
culturas del país han venerado el agua como algo sagrado, han considerado los ríos o el mar como
el lugar de nacimiento de la vida, y sin embargo hemos permitido en todas partes su degradación
hasta convertirse en ecosistemas contaminados, invadidos, sobreexplotados o drenados. Hay una
importante desigualdad en el acceso al agua para propósitos diversos. Ante la amenaza de crisis
acuíferas en muchas partes de India, hacen falta cambios de paradigma en cómo gestionamos este
elemento crucial de la naturaleza. Sobre esto escriben Srhripad Dharmadhikary y Himanshu
Thakkar, señalando la necesidad de alejarse del extremo antropocentrismo y desigualdad del actual
uso del agua hacia uno en el que el agua sea vista como una parte integral de los ecosistemas y se
tengan en cuenta sus valores polifacéticos (culturales, de sostenibilidad y económicos). Hace falta
un cambio fundamental hacia los valores centrales de sostenibilidad, justicia, eficiencia y
democratización. Los autores nos dan algunos ejemplos de semillas de esperanza, tanto
procedentes de fuentes oficiales como de actores no-gubernamentales, y sugieren elementos de
una visión futura, así como su logro mediante cambios institucionales, la creación de ejemplos de
éxito y su replicación a un nivel más amplio.

Un tema básico para un futuro ecológicamente justo y sostenible, y para una igualdad económica y
social que trataremos más abajo, es el de la energía. El acceso a cantidades suficientes de energía
es un determinante importante del bienestar humano. Ante el cambio climático, las fuentes de
energía y los modos de generación se han convertido en algo extremadamente crítico. Harish
Hande, Vivek Shastry y Rachita Misra abogan por la disponibilidad de tecnología para una energía
limpia y asequible que pueda cumplir tanto los objetivos de desarrollo como de calidad del medio
ambiente. Para ello es básica la promoción de la Energía Renovable Descentralizada (ERD), que nos
ofrece una oportunidad de mejorar el acceso a modernos servicios de energía para los miembros
más pobres de la sociedad. Este ensayo expone posibilidades para el futuro que implican a varios
niveles políticos y los cambios financieros y tecnológicos necesarios para promover un desarrollo
sostenible y una distribución igualitaria de los recursos. Para asegurar el acceso a la energía a las
poblaciones diferenciadas de los centros urbanos rurales, los autores destacan iniciativas como la
extensión e integración de DRE, la convergencia política hacia un desarrollo aldeano de bajo uso de
carbono, el espíritu emprendedor en la industria energética como medio de sustento y los centros
de recursos comunitarios. El futuro de la energía de India se encuentra en la creación de una
economía colaborativa en la que se promuevan cambios en los modelos de consumo y que el
acceso a los servicios de energía se considere más importante que la propiedad.

Futuros políticos

Las relaciones de poder son una parte integral de todas las interacciones en la sociedad, desde las
interpersonales y familiares hasta la gobernanza mundial. Las relaciones se encuentran en una
compleja telaraña de jerarquías, desigualdades y complementariedades. Para este volumen usamos
el término ‘político’ de manera que incluya procesos e instituciones colectivos de toma de
decisiones a varios niveles, desde la aldea y la ciudad (o colectivos dentro de estas) a estados,
naciones y el mundo.

De muchas formas, India es una sociedad intensamente jerárquica, con desigualdades en el poder
que se manifiestan en todas las esferas de la vida, desde la familia hasta el país. A las
desigualdades tradicionales basadas en casta, etnia, género, riqueza y estatus en la jerarquía

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dominante se les ha añadido en época reciente la posición personal en la jerarquía del estado y el
creciente dominio del capitalismo en el mercado. La interacción entre todas estas desigualdades es
compleja y a veces contradictoria, pero la realidad predominante es la de una sociedad con
intensas desigualdades de poder. La forma representativa de democracia que ha adoptado India no
ha conseguido lograr un cambio fundamental en esta situación, a pesar de la ventaja potencial de
que comunidades marginadas con grandes poblaciones tienen en una organización en la que la
mayoría de votos pueden contar. Ante esta situación, ¿qué cambios son necesarios para conseguir
una sociedad mayor acceso e igualdad política?

M.P. Parameswaran imagina una unidad rural que sea política, económicamente y en otros
aspectos autogobernada. Lo describimos con más detalle en la sección "Futuros
económicos" más abajo.

Pallav Das, en su ensayo sobre el poder, describe los contornos de las desigualdades, tradicionales
y nuevas, y destaca que en respuesta a los intentos de cambiar el statu quo, el estado o las fuerzas
afianzadas están respondiendo cada vez con más violencia. Investiga a continuación los intentos
orgánicos de resistencia enraizados en las tradiciones de las comunidades, y se pregunta si estas
nos muestran el camino a una estructura de poder igualitaria basada en "los comunes".
Él propone que los movimientos populares y las fuerzas progresistas forjen una 'Nueva Alianza de
Poder' que tenga la experiencia y la motivación para desafiar a la estructura de poder existente y
su agenda económicamente explotadora y ecológicamente ruinosa.

Aruna Roy, Nikhil Dey y Pravita Kashyap, usan su enorme experiencia en organizaciones de base
para conseguir un gobierno que responda más de sus actos para examinar los cambios necesarios
en el marco democrático de India. El surgimiento y expansión de movimientos de masas que exigen
transparencia, rendición de cuentas, salarios y derechos comunitarios, ha presionado los centros
nerviosos de toda la estructura neoliberal. Campañas como la del Derecho a la Información y la de
Empleo Garantizado han aumentado nuestra comprensión de la naturaleza y retos de la
democracia participativa. Nos han mostrado que a pesar de una economía y política neoliberales lo
que parecía imposible se ha conseguido. Proponen la idea de democracia directa, a través de una
'coalición arcoíris de movimientos sociales de base', en algunos aspectos similar a la propuesta de
Das. Una coalición de este tipo permitiría el intercambio fecundo de ideas y resaltaría las complejas
conexiones entre los derechos económicos, sociales y políticos con los derechos ecológicos.

Un aspecto específico de la estructura política es la ley. India tiene una Constitución compleja, uno
de los mayores cuerpos legislativos del mundo, y un gran repertorio de interpretaciones judiciales
de la ley, en sí mismas pioneras. En este contexto Arpitha Kodiveri examina las oportunidades y
limitaciones de la ley, describe el abanico de factores (sociales, políticos, económicos y culturales)
que la influencian, y hace un listado de los tres principales y sobrecogedores retos: el acceso a la
justicia, la aceptación social de la ley y las múltiples formas de injusticia. Ella aboga por un futuro
legal que luche por una democracia social, mediante la interacción de los principios de
descentralización, igualdad e innovación en el sistema judicial. Propone abrir el poder legislativo y
el judicial a la participación de los ciudadanos en la creación de la ley, así como en la resolución de
disputas legales. Un punto central es la creación de centros de mediación que puedan interpretar
un papel crucial en el establecimiento de una conexión constante entre la ley y la sociedad,
sacando a relucir capas y nociones complejas de identidad.

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Un tema recurrente en India, especialmente en los debates que tienen lugar dentro de la sociedad
civil respecto a diversos aspectos de la sociedad, es la relación entre diferentes ideologías políticas,
o diferentes tradiciones ideológicas y filosóficas que tienen ramificaciones políticas. El debate causa
a menudo divisiones, cuando se toman posiciones ortodoxas y rígidas que llevan a Gandhi contra
Ambedkar contra Marx contra cualquier otro, o a una religión y espiritualidad contra el
racionalismo, o al cisma entre tradición y modernidad. ¿Hay forma de superar estas divisiones? ¿Se
puede encontrar algo en todas o en muchas de estas ideologías que nos permita llegar a una gran
síntesis, o a algún tipo de unidad en la diversidad que nos ayude a conseguir una sociedad
igualitaria, justa y sostenible?

Aditya Nigam y Bharat Patankar se enfrentan a este reto de diferente forma. El primero se vale de
algunos pensadores importantes indios de principios a mediados del siglo XIX para proponer el
concepto de democracia social radical, una idea para el futuro que hace un llamamiento para un
cambio en lo que Ambedkar llamaba la conciencia social de la gente. En su práctica, esto
institucionalizaría la ética de la compartición, de manera que los recursos se conviertan en parte de
los comunes. La democracia social radical lucharía por sistemas que no caigan víctimas de las
oligarquías poderosas y permitirían por contra formas institucionales que puedan proporcionarnos
un espacio para la pluralidad de visiones del futuro imaginado. Le daría a la gente, como poco, la
oportunidad de tomar decisiones informadas cuando surjan cuestiones problemáticas que no
puedan prestarse a soluciones fáciles. Sería un socialismo liberado del estado, 'profundamente
conectado con las prácticas reales de vida sobre el terreno y extrayendo sus principios y normas de
ellas'. De esta y otras formas, un sistema de este tipo, liberado de las disputas históricas, podría
integrar muchos ideales de Gandhi, Ambedkar, M.N. Roy, Iqbal, Tagore y otros pensadores críticos
que de otra forma podrían ser vistos como contradictorios entre sí.

Patankar enfoca el problema desde el punto de vista de la teoría. Defiende una teoría crítica
multilineal que reconozca la existencia humana como la combinación de diversas relaciones
sociales, políticas, económicas y culturales, y surja de la multilinealidad [3] de la explotación, la
evolución de las luchas y la evolución de los sueños de una sociedad futura. En su esfuerzo por
desarrollar esta teoría crítica multilineal, Patankar saca ideas de los escritos de Ambedkar, Phule,
Marx y Kosambi. Una sociedad de una humanidad liberada es un sueño que se puede hacer
realidad, dice el autor, si el enfoque para la transformación total tiene la base de una teoría de este
tipo.

Finalmente, es relevante para los futuros políticos una cuestión crucial: ¿cuál es el papel de la India
en el orden mundial? Muchkund Dubey se enfrenta a esta cuestión poniendo el foco en las Naciones
Unidas (ONU), con un rol fundamental en la creación de un mundo pacífico en el que gente de
todos los países pueda prosperar. Él señala que los 60 y los 70 fueron una era dorada de la
cooperación internacional. Sin embargo, al llegar los 90 las grandes potencias consiguieron debilitar
esto mediante el desmantelamiento de la capacidad de la ONU de entregar bienes públicos a la
comunidad internacional. Dubey aboga por una nueva gobernanza dinámica, democrática y
multilateral del futuro orden mundial. Para ello es central restaurar y modernizar las funciones
esenciales y aumentar la capacidad de la ONU. Debería convertirse en una voz para los pueblos
mediante la participación efectiva de todos los países y organizaciones de la sociedad civil.
También exigiría la democratización de los procesos de toma de decisiones en el FMI y el Banco
Mundial, y traer la OMC al marco de la ONU, asegurando la rendición de cuentas de las
corporaciones multinacionales, la vigilancia global y la regulación de los mercados financieros
internacionales. El papel de India debería ser el de plantear una iniciativa para reestructurar el
orden mundial construyendo una coalición global para una nuevo multilateralismo dinámico y

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democrático, que incluya el intentar subir a bordo a países como China (y los otros países del BRIC).

Futuros económicos

Aunque el origen de la palabra ‘economía’ se refiere a la gestión de la oikos (nuestro hogar/familia


en griego), aquí nos referimos a ella principalmente como la gestión de materiales y finanzas. La
economía de India, basada en una larga historia de producción primaria (agricultura, pastoreo,
pesca, forestal) así como secundaria (textil, artesanía, trabajo de metales y muchas más) ha
cambiado tras la Independencia desde un carácter predominantemente estatal (‘socialista’ al
menos en parte) a uno predominantemente empresarial o estatal-empresarial (cada vez más
‘capitalista’). Si usamos los parámetros convencionales es hoy una de las mayores economías del
mundo. Pero también está claro que este modelo de desarrollo económico que ha adoptado India
no ha traído bienestar y prosperidad para todos y también parece ser insostenible, dados los
recursos naturales y humanos de que disponemos. Esto es así aún con más razón con la economía
globalizada hacia la que nos hemos dirigido, especialmente a partir de 1991 (Shrivastava y Kothari,
2012). ¿Es posible imaginar un futuro económico diferente en el que los problemas de extrema
desigualdad, marginación de centenares de millones e insostenibilidad ecológica sean abordados y
exista un bienestar sostenible para todos?

Bajo este tema tenemos ensayos que cubren el pastoreo, la agricultura y la alimentación, el
desarrollo agroindustrial basado en la biomasa, la artesanía, la industria, la energía, la localización,
el transporte y los mercados. Tomados conjuntamente despliegan aspectos cruciales de un futuro
que puede ser económica y ecológicamente regenerativo y democrático.

El pastoreo, una forma de vida y una actividad para ganarse el sustento, precede a la agricultura
estable. Ilse Köhler-Rollefson y Hanwant Singh Rathore, este último un pastor él mismo, sacan a
relucir la contribución que hace tanto a la economía como a los sistemas ecológicos en India,
aunque muy a menudo pasa inadvertido. Es un sistema de producción de alimentos perspicaz
desarrollado por ganaderos mediante la observación y el conocimiento durante muchas
generaciones. A pesar del nexo natural con la economía verde, esta población no está fuertemente
organizada y reemplazada por la producción industrial. Los autores abogan por un medio ambiente
propicio que pueda integrar la producción pastoral con la conservación de la naturaleza, asegurar
un espacio para los pastores en el paisaje y desarrollar la combinación de una producción ganadera
con la protección ambiental como una ‘carrera’ atractiva para los jóvenes. Según ellos, el futuro
de la producción pastoral será una forma descentralizada de cuidado del ganado y de uso óptimo
de la biomasa local. También proponen vías -como la documentación de la producción ganadera
indígena, un marco de desarrollo del cuidado del ganado alternativo y el desarrollo de cadenas de
valor- para promover y apoyar el pastoreo.

La agricultura (el cultivo), otro sector primario de producción, está íntimamente ligada a la
seguridad alimentaria, los medios de sustento y la ecología, aunque desde la introducción de la
revolución verde en la agricultura esta relación está cada vez más amenazada debido a que cada
vez más es una agricultura basada en la comercialización y en elevadas aportaciones externas.
Bharat Mansata, Kavitha Kuruganti, Vijay Jardhari y Vasant Futane (tres de ellos granjeros a tiempo
parcial o total) esbozan brevemente la historia de las raíces de alimentación y cultivo de antiguos

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bosques y su seguridad alimentaria para las comunidades dependientes de los bosques. Los
paradigmas políticos gubernamentales han ignorado los sistemas de conocimiento tradicional y los
conjuntos de destrezas de los granjeros, especialmente mujeres, y adivasis. Estos autores abogan
por un futuro que asegure Anna Swaraj (soberanía alimentaria) y seguridad alimentaria para todos,
medios de ganarse el sustento dignos para los granjeros, sostenibilidad ecológica y coevolución. Un
punto central en esta propuesta es la agricultura ecológica, biodiversa, -una vía de agorecología
basada en la gestión cuidadosa de los recursos naturales por parte de granjeros a pequeña escala-
de la que se presentan varios ejemplos. Esta vía reduce la vulnerabilidad ante las fluctuaciones y
las condiciones climáticas extremas y aumenta la autosuficiencia hacia la soberanía alimentaria.

La artesanía nos ofrece una transición desde los sectores primarios a los secundarios de la
economía. Hay dos ensayos sobre sectores secundarios: artesanía e industrias. Según Uzramma,
las industrias artesanas en India han conservado su relevancia a lo largo de la Era Industrial a pesar
de la dominación de la producción industrial con alto uso de energía. Esto da una oportunidad a
India para sortear la opción de industrialización con alto uso de energía que beneficia solo a unos
pocos en favor de industrias artesanas dispersas con bajo consumo energético que podrían abrir
paso a la democracia en la producción, una pieza fundamental para una verdadera igualdad social.
Las industrias artesanas usan una infraestructura de bajo coste y necesitan poca inversión de
capital, lo que hace posible que la propiedad de la producción esté ampliamente repartida. Con la
inminente amenaza del cambio climático, las industrias artesanas con bajo consumo energético de
la India ganarán en viabilidad. Los productos artesanos tradicionales indios, como la herencia de
prácticas artesanas de otras civilizaciones, encarnan trazos culturales específicos que les dan una
identidad distintiva, muy valorada en los mercados contemporáneos. En reconocimiento de todos
estos aspectos, los derechos democráticos de los productores a materias primas, financiación
institucional y la propiedad legal de las identidades de sus productos específicos deben ser
garantizadas por el estado.

Duno Roy empieza su ensayo sobre la industria y los trabajadores industriales con una breve
historia de la industrialización en el mundo y las pautas paralelas en India. En el sector organizado,
formal, de la industria india las leyes laborales son algo funcional, principalmente debido a la
fortaleza de la fuerza de trabajo organizada. Los trabajadores en el sector informal están
auto-empleados - no hay un empleador con el que negociar, falta de acceso al crédito, transporte,
mercados, destrezas y espacio para continuar este modo de ganarse el sustento-. Luego tenemos
el sector ‘ilegal’ en el que los trabajadores no tienen ni siquiera la mínima protección de la ley
pues se consideran ilegales. Trabajadores de todos estos sectores han estado mostrando de
manera creativa su oposición a la desinversión y la reestructuración, la privatización y la inversión
extranjera, la negativa a los derechos de organización y a sueldos justos, las reformas de los
contratos y las leyes laborales, las demoliciones y los desahucios. Esto ha avivado la resistencia a la
estrategia empresarial-estatal de división y consolidación. Sin embargo, según Roy, el futuro del
trabajo industrial se encuentra en un cambio radical de dos determinantes esenciales de la
sociedad capitalista, a saber, la competencia y el beneficio. El ensayo proporciona algunos
ejemplos de movimientos que han intentado plantear un desafío a estos determinantes, pero el
problema real se encuentra en la ausencia de una política y teorización que pueda ir más allá de
estos intentos por parte de los trabajadores y plantee un reto y cambio de todas las estructuras de
explotación, desigualdad e injusticia.

El discurso acerca de las reformas económicas -liberalización, privatización y globalización- en el


país ha ido más allá de la mera crítica hacia la articulación así como la fundamentación de ideas y
enfoques alternativos. Hay varios ensayos que tratan este importante tema, discutiendo

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posibilidades de economías regionales y locales, y la conceptualización de bazaars para
intercambios locales.

Según Aseem Shrivastava y Elango Rangasamy, la economía empresarial de mercado ha


equiparado desarrollo con crecimiento económico y eso ha llevado a un enorme daño ecológico y a
la destrucción de comunidades humanas. La globalización ha dado como resultado la centralización
del poder en unos pocos países y empresas, quienes regulan la estrechamente interconectada
economía empresarial. El ensayo aboga por la localización y regionalización de economías que sean
ecológicamente estables y renovables. Esto significaría grupos de 20-30 aldeas, con una ciudad
como centro, que sean colectivamente autosuficientes y una academia de panchayat como
institución crucial para el aprendizaje. Una economía de este tipo será una ‘Economía de
Crecimiento en Red’. El ensayo enumera estrategias para conseguir una nueva estructura
económica descentralizada, con la que desafiar a la economía industrial y globalizada. Uno de los
ejemplos que se dan es la aldea de Kuthambakkam en Tamil Nadu, que se apoyó en la visión de
Gram Swaraj cuando Elango, uno de los autores de este ensayo, fue sarpanch (jefe de aldea). La
aldea disfruta hoy de buenas carreteras de cemento, un sistema de drenaje efectivo, agua potable
segura, medios de vida basados en la manufactura y una iluminación de las calles con un uso
eficiente de la energía, además de casas pucca (con buenos materiales, nota del tr.). Esta aldea es
un ejemplo de una economía descentralizada, ecológicamente más sensata y renovable.

Relacionado con esto está también el ensayo de K. J. Joy sobre cómo la estrategia basada en la
biomasa puede revitalizar o regenerar la economía y la ecología rurales, abriendo una vía de
desarrollo sostenible y justa. Si una familia típica de cinco personas puede o producir o conseguir
acceso a unas 18 toneladas de biomasa, puede entonces cubrir todas sus necesidades de
alimentación, forraje y combustible y aún puede quedar suficiente para un desarrollo agroindustrial
en las áreas rurales con un uso eficiente de la energía. El ensayo detalla cómo la fibra de la
biomasa se puede utilizar en sectores de infraestructuras como agua, edificios, carreteras, etc. Con
tecnologías ya disponibles que tienen importantes ventajas en costes, ahorro de energía, empleo y
participación sobre las tecnologías convencionales. Si se pueden también introducir fuentes de
energía renovables, la energía necesaria para procesar la biomasa también se convierte en algo
disponible de una manera dispersa. El autor propone un concepto de unidades de producción
integrada con generación de energía (UPIGE) para todo esto.

M.P. Parameswaran lleva más lejos las posibilidades mencionadas más arriba con una visión de
largo alcance de una aldea autosuficiente vibrante en la Kerala de 2047. Basada en los
movimientos populares y la inspiración combinada de Gandhi, Jayaprakash Narayan y Marx, la
aldea se ha planteado como objetivo el aumento de una longevidad libre de morbilidad hasta que
se alcance un equilibrio entre la tasa de natalidad y la de mortalidad y la población se estabilice,
aumentando la libertad de la dependencia del trabajo alienado, y aumentando la igualdad, la
diversidad y la tolerancia. Esto se consiguió con el aumento del proceso de planificación
descentralizada ya experimentado en Kerala, en el que la gente escoge a sus propios candidatos en
lugar de permitir que lo hagan los partidos políticos. Este proceso estuvo apoyado por un esfuerzo
importante por parte de una educación alternativa mediante un conjunto de profesores dedicados,
seguridad social para niños y ancianos, un sistema de agricultura cíclica que permita la seguridad
alimentaria, la manufactura local de toda una serie de productos (intercambiados con otros
productos en los panchayats vecinos), la redistribución de los hogares desocupados a aquellos que
no dispongan de una vivienda adecuada, y una autosuficiencia descentralizada del agua y la
energía. La combinación de una base rural con algunas comodidades urbanas convirtieron el área
en rurbana. Hubo que superar varios obstáculos en el camino, algo que se hizo con un potente

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diálogo democrático y la generación de conocimiento.

Rajni Bakshi resume brevemente 2500 años de historia para señalar las características de la cultura
de mercado india. Según ella, las ideas contemporáneas de crecimiento y avance económico han
cambiado tanto los modos como las relaciones de producción. En una cultura de mercado de
acumulación ilimitada, es necesario explorar la posibilidad de una cultura basada en la idea de
suficiencia y bien común. El ensayo visualiza una economía a nivel de aldea, que será
autosuficiente para lo esencial y capaz de expandir el espacio para un intercambio no monetario.
Una economía de este tipo tendrá sistemas de protección y revitalización de los recursos naturales
basados en la comunidad. El punto inicial de este bazaar es cambiar desde la aspiración a la
acumulación a una ética de los comunes y los bienes públicos.

La ciudad india se enfrenta a múltiples crisis, incluidas las abismales condiciones de vida de la
mayor parte de sus residentes, especialmente los pobres. También causa múltiples crisis fuera de
sus límites, en su relación parasitaria con la aldea. ¿Cómo se puede cambiar esto?

Rakesh Kapoor considera los principales desafíos a los que la India urbana se enfrenta en las
próximas tres décadas y más allá, entre los que se incluye una pobre infraestructura, un suministro
de agua y electricidad muy inadecuado, chabolismo, eliminación de residuos y un pobre transporte
público. Entre las causas subyacentes de estos problemas se encuentra una gobernanza pobre,
debilidad financiera, la falta de innovación y los esquemas populistas. Al defender que una mejor
calidad de vida para los indios -urbanos y rurales- requiere desviarse de manera fundamental de los
actuales enfoques, marcos mentales e instituciones, Kapoor sugiere una visión radicalmente
diferente para la India urbana plus rural de 2047, basada en las ideas de una urbanización dispersa
con pequeñas ciudades y centros de desarrollo y formación, mecanismos innovadores para la
financiación, autoridades públicas a múltiples niveles para regular el uso de la tierra y el agua, dar
poder a los cuerpos locales urbanos (CLU) o gobiernos locales urbanos (GLU) para un gobierno
descentralizado, innovación en el uso sostenible de los recursos y soluciones en las áreas urbanas
para crear ciudades "regenerativas" e "inteligentes" y vías con bajo consumo de carbono. Este
futuro sugerido estará basado en el uso extensivo de fuentes de energía renovables, una mínima
generación de desechos, una huella ecológica mínima, la provisión de viviendas decentes para
todos los ciudadanos y resiliencia frente a los desastres. Kapoor destaca que el reto definitivo para
los indios, incluidos los líderes políticos, es, antes que nada, tener una visión de otro futuro para la
India urbana plus rural, y luego llevar a todos los miembros de nuestra población a conseguir esta
visión.

Uno de los sectores cruciales de la India urbana es el transporte. Aunque la mayor parte de las
ciudades tienen una extensa planificación urbana, a pesar de todos los pasos elevados,
ampliaciones de carreteras y otros proyectos de infraestructura viaria, el problema del tráfico se
está intensificando cada año que pasa. Sujit Patwardhan explora la escena contemporánea, y
detalla la visión para el futuro del transporte en la India urbana. Según él, la planificación del
transporte en India ha estado centrada predominantemente en el coche, dando como resultado el
desplazamiento de la bicicleta, los carros y otros modos de transporte público. También ha dado
como resultado mayores tasas de aumento de los niveles de contaminación. El ensayo propone un
transporte sostenible centrado en la gente que pueda hacer de la ciudad algo placentero y seguro,
donde la gente pueda caminar, circular en bicicleta y llegar a sus destinos sin la dependencia de los
automóviles. Es fundamental para ello una planificación urbana centrada en el medio ambiente que

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promueva formas compactas de desarrollo residencial, una dependencia reducida del transporte en
automóvil, una planificación de un uso mixto de la tierra, la protección de los valores naturales de
la ciudad y una efectiva gestión de los recursos.

Unos futuros sostenibles y justos están estrechamente vinculados, entre otras cosas, a las
elecciones tecnológicas que haga una sociedad. Dinesh Abrol se enfrenta con la cuestión de la
tecnología dentro de un marco más amplio de economía política. Los sistemas tecnológicos
contemporáneos están guiados por la producción de conocimiento neoliberal dominante, que es
extremadamente extractiva sobre la naturaleza y da como resultado una desigualdad creciente.
Las instituciones de investigación y desarrollo están centralizadas y han cerrado sus puertas a
formas alternativas de ciencia y tecnología. Por ejemplo, los ecosistemas y paisajes agrarios se han
degradado drásticamente debido a los actuales modelos de monocultivo y una agricultura con un
uso intensivo de productos químicos. Hoy, India se enfrenta a una creciente dependencia del modo
de producción y consumo capitalista. El ensayo explora alternativas tecnológicas en agricultura y
programas de industrialización rural, transporte sostenible, el sector de la energía y la vivienda o el
desarrollo de hábitats. Exhorta a estrategias que prioricen el proceso de desarrollo de cambios en
las estructuras dominantes y en las normas de consumo culturales existentes, por parte de
protagonistas comprometidos a luchar por democracias populares y democracias socialistas. Las
necesidades básicas del campesinado y la clase obrera son su prioridad. El ensayo aboga por
alternativas tecnológicas que puedan interpretar un papel importante en lo anterior, y que puedan
desencadenar una transformación radical de los sistemas socio-técnicos, guiados por una
transformación ecológica guiada por la igualdad social con portadores de alternativas sociales de
innovación y desarrollo.

Futuros socio-culturales

Las antiguas características civilizatorias de India están cambiando rápidamente bajo la influencia
de la modernización, pero sin embargo siguen dándonos unos cimientos y continúan siendo un
factor en la vida cultural y social. Abundan las contradicciones y las complementariedades en las
relaciones de casta, clase, género, edad, etnicidad, capacidad, geografía, parentesco, demografía,
sexualidad y en la interacción entre tradición y modernidad. Profundas desigualdades y explotación
se encuentran al lado de igualmente fuertes solidaridad y armonía. En lo que parece ser una cada
vez más confusa complejidad, ¿qué futuros se pueden imaginar que minimicen los conflictos y
maximicen la complementariedad, en los que la diversidad sea más una fuente de fortaleza que de
división?

La sección de futuros socio-culturales tiene ensayos que tratan del lenguaje, el arte, los medios de
comunicación, el conocimiento, la salud, la sexualidad, los dalits y las castas, el género, los adivasis
y las minorías. La mayor parte también abarcan las esferas económica, política y socio-cultural.

Un aspecto crucial de la cultura es el lenguaje. India es una tierra de al menos 780 idiomas vivos
-una de cada ocho lenguas en el mundo-. Según Ganesh Devy, los idiomas son visiones del mundo
más que simplemente modos de comunicación y la falta de este reconocimiento junto con la
insistencia en la viabilidad económica, ha dado como resultado la desaparición de muchas lenguas
indígenas. La revolución tecnológica desde el punto de vista de la comunicación ha afectado

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profundamente la forma en que el mundo moderno se comunica, y varios grupos étnicos y
culturales se enfrentan a la amenaza de la eliminación. El ensayo defiende que tenemos que
apoyar idiomas que no son populares o estén en la cultura dominante o no hayan llegado a las
ciudades. Esto significaría emplear iniciativas para proteger las lenguas con mucha mayor
extensión, como por ejemplo mantener bibliotecas electrónicas, sociedades literarias e iniciar
revistas de y para lenguas indígenas. India podrá enfrentarse al reto de asegurar su gran diversidad
de lenguas únicamente si acepta su identidad multilingüística y multicultural.

Las oportunidades de aprendizaje y educación están en el corazón de la cultura (y mucho más de lo


que contiene este libro). Tultul Biswas y Rajesh Khindri señalan que la educación interpreta un
papel crucial en la transmisión de ideas, experiencias de vida, cultura, conocimiento, lenguaje y
demás, de una generación a la siguiente. La escuela, una agencia para impartir educación, se
convierte en un sitio vital para estas transmisiones. Sin embargo, los sistemas escolares son
también responsables de reforzar las desigualdades y prejuicios que ya son prevalentes en la
sociedad. El disfuncional sistema escolar público en India está poblado por estudiantes de los
sectores más marginados de la sociedad. Por otra parte, las escuelas privadas reflejan la sociedad
india altamente estratificada por clases, y ni si quiera se relacionan con estudiantes de los sectores
marginados. Esta estratificación se amplía aún más con las desigualdades de casta, religión y
género que están profundamente incrustadas en la sociedad india. La educación ha sido reducida a
un negocio y no hay espacio para el desarrollo creativo y holístico de un niño. Inspirado por las
ideas de Avijit Pathak, este ensayo defiende como visión del futuro de la educación que se puedan
abrir oportunidades y liberar el potencial para el desarrollo de una educación equilibrada, justa y
receptiva a estudiantes y profesores. Algunos ejemplos de unas cuantas iniciativas que se han
alejado de la estructura escolar convencional y han abierto nuevas vías de creación de un ambiente
interactivo, inclusivo, con final abierto, muestran que este futuro, aunque difícil, es posible.

Sudha Gopalakrishnan explora la herencia y la representación contemporánea del arte (limitándose


a las artes escénicas) en India. India ha sido tierra de diversas formas artísticas tradicionales como
artes, teatro, danza y música. Estas han sido también lugares de resistencia y de ridiculización de
la clase dominante. Sin embargo, un enfoque orientado al mercado de las artes escénicas ha
degradado el legado de las formas artísticas y las ha reducido a meros fines económicos. El ensayo
argumenta que el futuro del arte tiene que equilibrar el significado específico del contexto con la
relevancia para un mundo mayor. Este tipo de ‘equilibrio’ se puede dar creando espacios públicos,
colectivos y organizaciones que trabajen explorando y conservando culturas locales. El arte
también tiene que transgredir fronteras más allá de lo establecido/convencional para permitir el
flujo cultural. También puede ser archivado y conservado sistemáticamente. Una nueva posibilidad
para el arte implicaría reconocer su potencial renovable o algo que crea valor.

Paranjoy Guha Thakurta busca qué deberían esforzarse por llevar a la esfera pública los medios de
comunicación alternativos y también cómo hacerlos más receptivos a los segmentos de la
población y a los temas a menudos dejados fuera por los medios de comunicación empresariales
enfocados a conseguir beneficios. La emergencia de oligopolios en los media indios ha dado como
resultado la pérdida de heterogeneidad y pluralidad. Se han convertido en algo insensible y han
restringido su cobertura sobre temas como la agricultura, los dalits, los campesinos marginados y el
medio ambiente. La digitalización de los medios ha dado como resultado un flujo de información
transformado a pesar de la brecha en el acceso a la información en todo el mundo, y da esperanzas
de un futuro democrático. Un escenario ideal sería que la recopilación y difusión de la información
en el mundo digital no estuviese controlada por unos pocos poderosos, sino que ciudadanos
normales del país interesados reuniesen y difundiesen información regulada por un cuerpo

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independiente, que pueda disuadir a periodistas descarriados. Este ensayo sugiere la necesidad de
que gente con diferente historial, aunque con las mismas convicciones, se unan. Los profesionales
de los medios deberían colaborar con informantes, representantes de la sociedad civil y activistas
políticos para publicar verdades incómodas y conseguir mayor transparencia.

Según Rajeshwari Raina, en la era del neoliberalismo el conocimiento se ha reducido al simple logro
de fines económicos. Un establishment científico y técnico muy centralizado solo sirve al estado y a
las empresas del sector privado. La gestión política, la educación superior, la investigación
científica, la producción de mercancías, todas las empresas del conocimiento aceptan la versión
monetizada del conocimiento. El ensayo imagina un futuro del conocimiento en India basado en
valores democráticos y sistemas de conocimiento radicados en la comunidad. Este sistema
integraría y descentralizaría las interconexiones entre diferentes recursos naturales, sociales,
físicos y financieros. Para ello es imprescindible la creación de acuerdos institucionales que
integren diversos sistemas de conocimiento y respeten los principios de igualdad y justicia. La
comunidad científica tiene que movilizarse para hacer el tipo de ciencia correcta de formas
democratizadas, descentralizadas, con capacidad de inclusión y deliberación. Esto se relaciona
estrechamente con el ensayo de Abrol sobre tecnología.

Abhay Shukla y Rakhal Gaitonde dicen que la historia del desarrollo del sistema sanitario en India
está marcada por constantes diferencias entre la retórica expresada en los documentos políticos y
los recursos reales asignados para la puesta en marcha de estas políticas. India tiene políticas
como la Misión Sanitaria Rural Nacional, basada en un modelo de planificación participativa y
gobierno comunitario, pero la aplicación se tambalea por la lógica de la mercantilización del sector
de la salud en un marco neoliberal. El ensayo aboga por un Enfoque de Sistemas Sanitarios para
moverse hacia la democratización del sistema público de salud y la socialización del sistema
sanitario privado. Fundamental para este enfoque es el Sistema Universal de Asistencia Sanitaria
(SUAS) que lleva a la gran mayoría de proveedores públicos y privados sanitarios a un único
sistema integrado que incluya múltiples sistemas sanitarios. Este sistema estará financiado y
gestionado públicamente. SUAS exigirá cambios radicales en el suministro, gestión y financiación
de manera que pueda asegurar el libre acceso a una asistencia sanitaria de calidad para toda la
población, a la vez que se asegura un ingreso decente y seguro y la satisfacción profesional a los
profesionales sanitarios.

Una de las cuestiones con las que ha luchado siempre la filosofía es: ¿qué es lo que hace que
nuestras vidas tengan sentido? Arvind Narrain lo investiga desde la perspectiva de múltiples
sexualidades, destacando que la respuesta que da el capitalismo tardío es el consumo, que
proclama que satisface diversas (creadas) necesidades humanas. La naturaleza profundamente
insatisfactoria de esta afirmación es mucho mejor expresada por el antihéroe de American Psycho
de Brett Easton, quien descubre que una existencia en la que ‘consumir’ es la definición exacta de
lo que significa ser humano, mata al humano en tu interior. Este ensayo está escrito con el espíritu
de intentar descifrar cómo uno consigue dar significado a la vida en la edad contemporánea.
Aunque hay muchas respuestas posibles, este ensayo defiende que al menos dos conceptos son
profundamente importantes para la existencia humana. El primero es la idea del amor por una
persona y el segundo es la idea de amor en un sentido más amplio, que se puede caracterizar
como el amor a la justicia o la empatía con alguien que sufre. Los dos conceptos se exploran
biográficamente yendo a tres vidas queer vividas en los márgenes del consenso social, en concreto,
las vidas de Swapna y Shecheta así como la de Chelsea Manning.

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Los dalits han vivido en las condiciones más inhumanas a lo largo de la historia. Según Anand
Teltumbde, el movimiento dalit no ha conseguido reconocer la conciencia de clase, de manera que
incluso políticas como las reservas solo han beneficiado a los sectores más acomodados de los
dalits. La mayor parte de los dalits todavía no tienen acceso a la educación básica, la salud, el
empleo, los derechos democráticos y los valores modernos, puesto que las identidades de casta
siguen dominando la esfera pública india. Es fundamental para su visión la abolición de la
conciencia comunal y de casta en los espacios públicos para que la humanidad pueda marchar
hacia una sociedad basada en los principios de libertad, igualdad y fraternidad. También ofrece una
agenda de diez puntos para esta transformación, que incluye la ilegalización de las castas, la
abolición de las reservas políticas, la separación de la política y la religión, la congelación de las
reservas a la población actual y su puesta al día, mantener la justicia distributiva como su núcleo y
la adopción del sistema de representación proporcional.

Si podemos imaginar una India libre de castas, ¿podemos también imaginar un futuro sin
desigualdades de género y patriarcado? Sí, es posible, dice Manisha Gupte. Las ideas patriarcales
que legitiman el control de los hombres sobre la producción, reproducción y sexualidad de las
mujeres dominan el mundo actual. La autora destaca vislumbres de una India sin géneros binarios y
patriarcado. Una sociedad sin géneros binarios rechazará las interacciones sexuales como
transacciones cargadas de poder; la gente tendrá derechos reproductivos y sexuales; las mujeres
tendrán un acceso libre y seguro a espacios públicos y privados y las desigualdades relacionadas
con casta, clase y religión serán abolidas. El ensayo defiende un enfoque intersectorial (de clase,
casta, patriarcado, etnicidad) y volver a imaginar la política a través de las realidades vividas de los
subordinados, para luchar por los problemas de desigualdad e injusticia. Esto obligará a eliminar
cualquier tipo de jerarquía relacionada con la casta, el género, la clase, la etnia y la sexualidad y
fortalecerá los valores de igualdad, participación democrática, poniendo en el centro de la escena
el conocimiento y la sabiduría de gente que es testigo y experimenta la discriminación.

Otro grupo marginado en India son las minorías étnicas (incluidas las religiosas). Irfan Engineer
investiga la evolución de las identidades religiosas en la India colonial y postcolonial y el
consiguiente debilitamiento de la vida comunitaria. Debido a la profundización de la conciencia
comunal por parte de algunos actores culturales, han aparecido prejuicios y disputas más fuertes.
La Constitución de India ha garantizado privilegios más fuertes a las minorías sin reconocer la
diferente intensidad con la que experimentan la discriminación y la marginación. Por otra parte, los
‘fundamentalistas’ han usado estos vacíos legales para crear malestares comunales. Tomando el
ejemplo de un comité de Mohalla (Barrio) en Bhiwandi, el ensayo propone la creación de redes
sociales locales y grupos de comunidades diversas para resolver las tensiones comunales. Según él,
resulta difícil imaginar el futuro de las minorías bajo el régimen político actual y una sociedad
dominada por las ideas capitalistas de desarrollo. No obstante, junto con la lucha por la justicia
social, la inclusión y el sustento, este ensayo imagina una lucha por la democratización de la
cultura. Esto significaría una lucha intra-entre comunidades y la deconstrucción de identidades por
parte de los marginados, de manera que la diferenciación entre la mayoría y la minoría se vuelva
irrelevante.

Los adivasis han estado entre los más marginados en India, perseguidos de maneras diversas,
desposeídos, abandonados, vilipendiados y mirados por encima del hombro. Gladson Dungdung
destaca esta realidad en su ensayo, mostrando las muchas formas en que los adivasis no han sido
nunca tratados como ciudadanos iguales y su historia raramente ha sido parte de la narrativa
dominante de qué es India. En los últimos tiempos la alienación de los adivsasis de sus tierras por
el proceso globalizado de desarrollo se ha vuelto más aguda. No puede sorprender que muchos de

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ellos se pregunten si alguna vez han conseguido la independencia. Hasta el enfoque de bienestar
por parte del estado hacia los adivasis ha sido inapropiado y ha violado su cultura (incluidas sus
lenguas), las conexiones ecológicas, los sistemas de gobierno y la autonomía. En este contexto,
Dungdung pinta un futuro alternativo que contendría autonomía territorial, bienestar o vías de
desarrollo según sus propias visiones del mundo y aspiraciones, acciones sobre los problemas
urgentes de salud y educación, que las comunidades recuperen sus tierras perdidas, territorios y
recursos, y pleno derecho a la autodeterminación, la autosuficiencia y el autogobierno. A través de
esto, Dungdung dice que quizá los adivasis ‘también pueden ayudar al resto de la sociedad india a
llegar a ser más igualitaria, justa y ecológicamente sostenible’.

¿Surge una visión coherente?

Dado el amplio conjunto de temas tratados y los diversos historiales y orígenes de los autores, no
se puede esperar que haya una visión común que surja de este volumen. De hecho, puede que ni
siquera sea deseable, porque no hay razón para priorizar una sola visión sobre la pluralidad. No
obstante, pensamos que algunos trazos comunes, como la búsqueda de la sostenibilidad ecológica
y la justicia y la igualdad socio-económicas, la exploración de una democracia más profunda y que
rinda mejor cuentas y la celebración de diferentes clases de diversidades (sin dejarnos caer en la
división), se muestran como denominadores comunes a lo largo del volumen. Admitimos que en
parte se debe a la elección de autores que hemos hecho como editores, pero solo parcialmente,
porque en muchos casos no éramos plenamente conscientes del tipo de posiciones que iban a
adoptar. Los factores complejos y complicados están, sin embargo, en el detalle de lo que la gente
ha dicho sobre sostenibilidad e igualdad y justicia, no solo los grandes rasgos.

Tratamos de este análisis de grano fino, incluyendo en él nuestras propias perspectivas, en el


ensayo final. Hemos elaborado allí cómo podría ser India en 2100, contado por una mujer
dirigiéndose a una gran reunión que tuviese lugar simultáneamente en muchos sitios. Habla de una
civilización basada en cinco esferas cruciales entrecruzadas: democracia política directa en la que
todo el mundo tenga el derecho, la capacidad y foros en los que formar parte en el proceso de
toma de decisiones; democracia económica en la que los medios de producción y las formas de
consumo están controlados públicamente (‘público’ significando aquí colectividades de gente, no
el estado), la autosuficiencia local tiene prioridad sobre las relaciones económicas a gran escala y
las relaciones de cuidado y de compartir vuelven al centro del escenario en lugar de las monetarias
o mercantilizadas; justicia social que lucha por la igualdad y el respeto mutuo entre los diversos
sectores de la población así como la abolición de las categorías divisorias como la casta; diversidad
cultural y del conocimiento en la que todas las formas de conocer y ser son respetadas; y todo ello
construido sobre una base de sostenibilidad ecológica, resiliencia y sabiduría que incluye
reconstruir una relación de respeto y unidad con el resto de la naturaleza. Ella da varios ejemplos
de principios del siglo XXI que nos dan ya una pista de qué transformaciones fueron posibles. No es
un cuadro en el que todo sea rosa y positivo, pero sí uno en el que los procesos de igualdad, justicia
y sabiduría ecológica se han afianzado firmemente y ya se han conseguido bastantes
transformaciones.

¿Utopías imposibles?

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Algunos lectores de este volumen probablemente serán críticos con la naturaleza a menudo
‘utópica’ de las visiones expresadas por los autores. Quienes plantean estos futuros son acusados
de ser ingenuos soñadores, poco realistas, viviendo en sus propios mundos. Esto es comprensible,
porque somos conscientes continuamente de la seria situación en la que nos encontramos, lo difícil
que es hacer incluso pequeños cambios y mantenerlos... y para aquellos con conocimientos
históricos, cuántas revoluciones han empezado con visiones similares pero fracasaron en el intento
de conseguirlas.

Es comprensible, sí, pero no, lo mantenemos, justificadamente. Los movimientos basados en


ideales de igualdad, justicia, sostenibilidad ecológica, ecuanimidad, paz, etc., pueden haber
fracasado en el intento por conseguir estados ideales, pero han empujado hacia espacios abiertos
para transformaciones importantes. Solo hay que ver los movimientos de las mujeres, o las luchas
de los pueblos indígenas o de los etiquetados como ‘discapacitados’, o las de aquellos que han
luchado por reformas democráticas, o quienes se sacudieron las cadenas coloniales para darse
cuenta de cuánto han conseguido. Si los pioneros de estos movimientos hubiesen abandonado sus
sueños tan pronto como chocaron con el primer obstáculo, o incluso antes de eso por prestar
atención a los escépticos que los rodeaban, no hubiéramos visto tales transformaciones.

Diversos acuerdos internacionales, y las Constituciones de muchos países, contienen elementos


utópicos. Pero no los descartamos rotundamente. Al contrario, se convierten en documentos que
guían la acción y la política para ir hacia adelante, o para resistir cuando los derechos humanos y
las violaciones ecológicas se producen. Los documentos visionarios pueden ser faros de luz que
podemos ver en la distancia cuando luchamos a través de la niebla de una noche oscura, puesto
que al menos nos dan alguna esperanza de una dirección a la que dirigirnos. Hemos estado
reprimidos, durante demasiado tiempo, por ideas de lo que es ‘práctico’ y ‘realista’, privándonos
del poder de soñar. Nosotros defendemos que este acto de soñar, de imaginar, es un ejercicio
completamente legítimo y necesario, especialmente en el contexto actual de desesperación y
cinismo atascado en la ciénaga de la realidad material.

Como dijo el director de cine argentino Fernando Birri, citado por Eduardo Galeano:

"La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y
el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces ,
¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para caminar-" [5]

En cualquier caso, aquellos que nos venden la quintaesencia del Sueño Americano, donde todos
tendremos una inmensa riqueza económica y lo último en coches y una casa automatizada y
demás, están demostrando estar vendiéndonos no solo imposibilidades sino también una avaricia
demencial por adquisiciones materiales como algo que proporciona la "buena vida". Es una
pesadilla, no un sueño: el planeta simplemente no puede mantener estas promesas, y las enormes
desigualdades que se están creando al intentar conseguirlas nos están llevando a peligrosos
conflictos sociales. Y así, como uno de nosotros escribió anteriormente en asociación con otro
colega: "Entre la vía aparentemente ‘imposible’ (de una democracia radical ecológica) y la
manifiestamente descabellada, preferimos la primera" (Shrivastava y Kothari, 2012).

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Lo que este libro no cubre

Por diversos y de amplio espectro que sean los ensayos de este volumen, sigue habiendo grandes
huecos y limitaciones en la cobertura. Éramos conscientes de algunos incluso cuando los
estábamos pidiendo, y hemos identificado algunos más en el camino. Temas como la espiritualidad,
la religión y otros aspectos de la cultura (que no sean el lenguaje), o faltan o se han tratado
indirectamente. De los ocupaciones del sector primario la pesca está completamente ausente. Los
derechos humanos [6], y dentro de estos el elemento específico de los derechos de los niños o de la
gente ‘diferentemente capacitada’ son otro hueco temático, como lo es el de los derechos a la
tierra y a los comunes. Las minorías en otras áreas que no sea la religión tampoco se han tratado.
No hay un foco específico sobre la juventud. Un ensayo sobre macroeconomía hubiera sido un
añadido útil, como lo hubiera sido uno sobre el futuro del trabajo. Y los deportes y entretenimientos
siguen desatendidos -¡de alguna manera no fue nunca parte de nuestro campo de visión hasta que
fue demasiado tarde! Finalmente, varios ensayos cubren una parte de los temas que les ocupan, no
necesariamente exhaustivamente, en parte debido a restricciones de espacio, en parte
dependiendo de la experiencia del autor.

Aunque los ensayos no se centran en regiones concretas, es evidente que en su cobertura


geográfica colectiva hay huecos, como el noreste de la India y la comunidades isleñas.

Los lectores sin duda encontrarán otros huecos, cuya única responsabilidad recae sobre los
editores. Comprendemos también que para cubrir todo el rango de temas y sectores hubieran sido
necesarios varios volúmenes. Con suerte, este volumen puede estimular que se escriba y dialogue
más, cubriendo temas y regiones, en un proceso continuo de cómo imaginar el futuro de India.

Finalmente, debería estar claro pero no obstante vale la pena decir que ni este volumen ni ninguno
de los autores en él reclaman ser la visión definitiva o la voz sobre los temas tratados. En cada uno
de estos temas puede haber diferentes perspectivas, mucho más cuanto estamos hablando de
visiones posibles del futuro, no solo análisis de lo que ha pasado y lo que existe actualmente.
Tampoco se dice que todas las perspectivas y visiones presentadas aquí sean coherentes entre sí.
No obstante, nuestra esperanza es que este conjunto de aproximadamente 30 ensayos proporcione
algunos elementos de una visión colectiva coherente basada en los elementos comunes de justicia,
igualdad y sostenibilidad, y estimule más reflexiones y pensamiento y diálogo, para hacer que esta
visión sea más robusta, inspiradora y, en última instancia, factible.

Notas:

1) Agradecemos la contribución de Shrishtee Bajpai de Kalpavikrish, quien redactó un borrador de


los resúmenes de los ensayos que hemos utilizado como base para describir los puntos clave de
cada autor

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2) Véase
http://kalpavriksh.org/index.php/alternatives/alternatives-knowledge-center/353-vikalp-sangam-cov
erage; Véase en especial "La búsqueda de alternativas: aspectos clave y principios" [en
inglés]:
http://kalpavriksh.org/images/alternatives/Articles/Alternativesframework3rddraftVSprocess20mar2
015Eng.pdf En esta nota los escenarios son denominados pilares y lo social y lo cultural se tratan
separadamente, mientras han sido fusionados en este ensayo.

3) El autor ha adaptado este concepto algebraico para interactuar con la teoría social desde una
perspectiva multifacética y ecléctica.

4) Vale la pena señalar aquí que hay una inconsistencia en el marco temporal que los diferentes
autores han tomado. Muchos han hablado de India en 2100, pero un par han considerado
escenarios para 2047 (100 años tras la independencia de la India). Esto se debe en parte a una
comunicación no muy clara por parte de los editores a los autores, y en parte debido a que los
autores quisiesen dar un escenario extendido (2100) o acortado (2047).

5) http://leerporquesi-1007.blogspot.in/2012/12/galeano-eduardo-utopia.html

6) Un ensayo prometido sobre este tema no llegó a tiempo

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