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Valores espirituales.
PERSONAJES DE LA OBRA
PRINCIPALES
Ignacio Rodríguez
El maestro
SECUNDARIOS
En junio del 2006 lanzó al mercado norteamericano su libro “El Secreto de las
siete Semillas” traducido al inglés”, el cual ha sido traducido ya a 7 idiomas. En
Diciembre del 2006 ocupó el primer puesto en el ranking de Best Seller en
Liderazgo y Negocios en Amazon.com.
DavidFischman vive con su esposa Cecilia y sus dos hijos, Alex y Frances
Fischman, en la ciudad de Lima.
RESUMEN POR CAPITULO
Capítulo 1
Ignacio Rodríguez, es el gerente general de R y G, trabajaba 18 horas diarias,
bebía mucho alcohol, fumaba mucho y no practicaba deporte y era un hombre
con muchos problemas en el trabajo.
Al cabo de un mes Ignacio se sentía muy bien pero ese día recibió la noticia
que habían perdido una cuenta importante y empezó a gritar e insultarlo a su
jefe de ventas. En medio de todo este escándalo sintió un dolor en el pecho y
se asustó. Inmediatamente se dirigió a la casa del gurú hindú.
El gurú le preguntó varias veces a Ignacio por que había ido a buscarlo y éste
dio varias veces la respuesta que quería aprender a relajarse, pero el maestro
le preguntó una vez más cual era el verdadero motivo que lo condujo hacia él y
la respuesta de Ignacio fue que todo esto era una pérdida de tiempo y se
disponía a retirarse.
Ignacio le pidió instrucciones al maestro para ser feliz y éste sacó un cofre,
donde guardaba 7 semillas, las semillas de la felicidad.
Le dijo que cada una de ellas tiene una profunda enseñanza. El maestro le
entregó la primera semilla para que la siembre y que regrese cuando haya
germinado para descifrar la enseñanza.
Ignacio fue a su casa y planto la semilla en su jardín , todos los días la regaba y
la cuidaba y la observaba. Pero no crecía nada.
Capítulo 2
Después de un mes, Ignacio frustrado removió la tierra y sacó la semilla: no
había sufrido ninguna variación. A Ignacio le entraron interrogantes, dudas y se
puso furioso, pero quería que el maestro le explique lo sucedido.
El maestro le pidió calma. Le dijo que le dio una semilla golpeada que jamás
crecería para demostrarle que los humanos somos así, que si nos golpean,
maltratan, humillan de pequeños jamás creceremos y si crecemos seremos
débiles. Pero los seres humanos golpeados de pequeños si pueden crecer y
ser felices, pero necesitan conocerse a sí mismos, tomar conciencia de su
pasado y de cómo los afecta en el presente. La primera semilla de la felicidad
es el autoconocimiento.
El maestro le explicó que cuando uno tiene traumas de niño, las emociones de
estos episodios afloran a la superficie y si uno bloquea estas emociones es
como empujar el hielo en el vaso de agua hacia abajo que siempre saldrá a
flote.
Nuestra emociones afloran sin ser uno conciente de ellas, por eso hay que
disolverlas como el hielo en el agua y esto se logra con paciencia. Le dijo que
debe integrar su aspecto emocional y el racional para que sea feliz.
Ignacio le contó que ese día en su oficina lo humilló y gritó al jefe de despacho
frente a todos por un error que cometió porque así le enseño su padre.
Luego el gurú sacó del cofre la segunda semilla, le ordenó que la siembre y
que regrese cuando crezca.
Capítulo 3
Luego de un mes brotó la plantita.
Para esto deberíamos dejar de pensar aunque sea algunos minutos al día para
acceder a nuestra energía interior, nuestra energía vital y así podemos sentir
paz, felicidad.
Así uno poco a poco se vuelve más alegre, más tranquilo, más amoroso y le
nace a uno servir a los demás. Cuando dejamos de pensar nuestros rasgos
negativos caen y aflora una esencia maravillosa que tenemos dentro. Esa
técnica de no pensar es la meditación.
Ignacio al practicarlo sintió una sensación de felicidad por poco tiempo, pues
esta sensación lo animó a practicar diariamente en la mañana y en la noche.
Se dirigió a la presentación con el técnico para que instale los equipos y así el
pudo tener una magnífica presentación que le permitió captar al cliente.
Cuando uno está en paz y tranquilo atrae lo bueno.
Le dijo que aproveche cada dificultad, cada crisis para hacerse una mejor
persona. Que continúe con su meditación, practique su respiración y que
recuerde siempre el verdadero objetivo de los negocios.
Cierto día Ignacio cuando meditaba sintió ser uno con el todo.
El gurú le enseño el kriya yoga, es una técnica que le permite avanzar más
rápido en la meditación que consiste en una serie de posturas del cuerpo.
Capítulo 4
Después de cuatro meses la semilla había germinado en un rosal.
Aquel día Ignacio se dirigió a la casa del maestro para decirle que la planta era
un rosal de flores rojas y el maestro le dijo que la tercera semilla representada
por la rosa es el control del ego.
Ignacio tenía que aprender a no hablar mal de nadie y juzgar sin inflarse. No
tenía que permitir que su ego se infle y no buscar culpables para sacárselos en
cara sino para que mejoren.
El objetivo del ego es esconder las carencias internas pero sobre todo
esconderlas a uno mismo. El ego no acepta ideas de los demás, porque el ego
se cree superior y más inteligente.
El maestro le dijo que es difícil librarse del ego, pero se podía poner bajo
control. Meditando lograrás consumir tú ego y le entregó la cuarta semilla para
que lo siembre.
Capítulo 5
Después de mes y medio creció la planta, era una planta de mango
Ignacio no se iba a trabajar ni a dormir sin antes meditar media hora, esto lo
hacía sentir muy feliz, y estar en un estado de paz. El quería vencer a su ego.
Un día, Ignacio tuvo una reunión mensual en su empresa con sus ejecutivos
para esto él iba a ser el moderador.
Los gerentes estaban exponiendo sus metas y logros, cuando le tocó el turno al
gerente de ventas y este dijo que tuvieron problemas por la crisis económica
del país y también problemas de despacho cuando todos empezaron a
culparse y a ofenderse. Ignacio interrumpió y les pidió calma, dijo que no
estaban para buscar culpables sino para apoyarse entre todos.
Le pidió a su gerente de ventas que diga cómo le pueden ayudar para que
logre sus metas y éste le dijo que el culpable es Ignacio, porque su gente está
desmotivada ya que le había quitado sus principales clientes, pues esto lo puso
muy furioso a Ignacio y comenzó a gritar.
Otra vez le gano su ego pero se dio cuenta, así que dio por concluida la
reunión y cito al día siguiente al gerente de ventas para arreglar el asunto.
Ignacio se dirigió a la casa del maestro a contarle lo sucedido. Ahí le dijo que
se propuso vencer a su ego pero finalmente el ego lo domina.
El maestro le explicó que cuando uno se propone una meta con tanto apego y
deseo y al querer ser el vencedor y ganarle al ego, uno simplemente actúa con
el ego. Cuando uno se molesta o angustia atrae el ego, por el contrario cuando
se está en paz, en tranquilidad aleja el ego.
Maestro concluyó diciéndole que uno siempre debe hacer lo mejor que puede y
dar lo mejor de sí, al margen de los resultados. Luego procedió a descifrar la
enseñanza de la semilla de mango.
Le dijo que el árbol de mango nos da sombra y nosotros le tiramos piedras todo
el tiempo y encima el mango nos da frutos, entonces el mensaje que nos da el
mango es el servicio desinteresado. El servicio es el opuesto al ego.
Ignacio nunca había hecho una presentación, pero el gurú le dijo que
preparase una presentación racional, con base y llegando a los empresarios
basándose en lo que ellos quieren escuchar, pero siempre dando su mensaje.
Ignacio confesó que tenía miedo, pero el gurú le dijo que el miedo nos viene
cuando sentimos que estamos pidiendo y no sirviendo. Si vamos con amor y
desinterés el miedo desaparece.
En casa del maestro, Ignacio recibió más instrucciones. Tenía que sentir amor
y entrega verdadera en cada momento de su servicio. A medida que logre más
éxitos tendría que meditar más.
Capítulo 6
La semilla era de girasol.
Ignacio no le tomó mucha importancia a la semilla ya que ese día tenía una
reunión importante con su gerente de marketing, que estaba trabajando en una
cuenta importante para la empresa, se trataba de una dependencia del estado,
si salía todo bien la empresa tendría tranquilidad financiera.
"No le hagas a otros lo que no quieres que te hicieran a ti". Ahora la semilla de
girasol nos permite llevar tu luz por todo tu camino en la vida, asegurando que
el sendero esté iluminado. Disfruta la paz y la tranquilidad, y cosecha los frutos
producidos por vivir éticamente.
Capítulo 7
Ignacio había seguido dando conferencias, él se sentía muy feliz y realizado, él
no cobraba pues era su drama, ahora tenía claro que su misión en la vida era
llevar espiritualidad al mundo empresarial.
A pesar de meditar diario Ignacio se sentía estresado. Quería hacer tanto, pero
el día no le alcanzaba y se sentía totalmente tenso y en descontrol.
Pasaron 6 meses hasta que una mañana notó un brote y supo que se trataba
de una planta de pino.
Se dirigió a su oficina, tenía tanto que hacer que por atender a uno desatendía
a otros, el tiempo no le alcanzaba, estaba estresado. Pero en la noche fue a
ver al maestro y le contó sus frustraciones con el manejo del tiempo.
Planifica cada semana de manera que puedas darle tiempo a tus diferentes
papeles en la vida. También debes de alimentarte con alimentos sanos,
alimentos rajásicos que te ayudan a actuar todo el tiempo y alimentos sátvicos
que te producen tranquilidad y paz e incrementan tu vitalidad y fuerza. Aquí
están los vegetales, las frutas, productos lácteos y comida fresca.
También debes evitar ver televisión y si quieres enterarte de las noticias lee
periódico, así tu puedes elegir que leer y que no leer. Le pidió que practique y
que regrese después de tres semanas de haber aplicado realmente las
enseñanzas y no le entregó semilla alguna.
Capítulo 8
Después de seis semanas Ignacio ya no comía carnes rojas, pero aún pollo y
pescado, su dieta era principalmente vegetariana, había bajado de peso y se
sentía más ligero y saludable.
Después de estas seis semanas sentía que no lo hacía perfecto, pero que
había avanzado lo suficiente para ir a ver al maestro. Cuando llegó, toco varias
veces la puerta y no le abrieron, parecía que no había nadie.
Volvió al día siguiente y fue lo mismo, nadie abría la puerta, por lo que se
animó a tocar la puerta del costado. Salió una señora que le comunicó que al
gurú le atropelló un carro hacía tres semanas y murió.
Ignacio sintió ganas de llorar, no entendía por qué le pasaba esto, justamente
cuando estaba mejorando y progresando, le quitaban su única oportunidad de
progresar. Se dio cuenta que estaba pensando en él y no en su maestro, se dio
cuenta que en todo este tiempo se había comportado de una manera
egocéntrica y nunca le había preguntado sobre su vida al maestro, nunca le
dijo gracias.
Ignacio fue a su casa y en su jardín se puso a observar sus plantas que eran
los únicos recuerdos físicos que le dejo su gurú. Miró a las plantas y sintió
ganas de llorar, recordó su transformación como persona.
Recordó todas las lecciones que su maestro le dio, las enseñanzas de cada
semilla, los ejemplos que le daba para que entendiera mejor. Pensó en cuál
sería la séptima semilla.
Se puso a meditar en su jardín, esta vez fue especial, sintió un profundo amor y
unidad con el todo. Su pena y su dolor se transformaron en paz y tranquilidad.
Capítulo 9
Pasaron tres semanas desde que se enteró de la muerte de su maestro, ahora
Ignacio se dedicaba a dar conferencias 3 ó 4 veces por semana, y al finalizar lo
felicitaban y le daban las gracias sinceramente, este era su mejor pago.
Ese día al regresar a su casa vio un sobre que le habían dejado, tenía olor a
incienso, era de su maestro, así que la abrió, dejando caer unas semillas.
Le dijo que este árbol tiene la peculiaridad de ser totalmente flexible, soporta
vientos huracanados y puede doblarse y colocarse en posición horizontal.
El reto del ser humano es tener el valor de crear nuevos caminos y dejar las
rutas conocidas, para mejorar y crecer. Cambiar significa asumir el riesgo de
equivocarse y esto nos hace vulnerable, que es exactamente lo que el ego no
quiere. Tienes que ser sordo a las cosas negativas.
Ignacio recuerda que el objetivo de esta vida es encontrar ese pedacito de Dios
dentro de ti y vivir cada momento en felicidad y paz. Dios sabe por qué hace las
cosas. Todas las circunstancias nos ayudan a crecer, a aprender, y pone a
prueba nuestra capacidad de percibir la paz y la felicidad de la divinidad dentro
de nosotros.