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TIPOS DE LIDERAZGO
Se trata de establecer contacto con la persona que nos gustaría ser, tanto a
nivel personal como laboral o profesional. Es necesario detectar el potencial
que se oculta en nuestro Yo ideal.
Es importante no hx
confundir el Yo ideal con el Yo debería; éste último corresponde a las
expectativas que los demás tienen de nosotros. Cuando un maestro, jefe,
familiar o amigo nos dice cómo debemos ser; está dándonos su versión de
nuestro yo ideal. Es muy fácil confundir uno con otro y terminar alejándonos de
nuestros objetivos personales
Esta tarea no es tan fácil dado que existen algunos obstáculos que nos impiden
tomar conciencia de nuestro yo real. Uno de ellos es el llamado “síndrome de la
rana hervida”1 y hace referencia a la lenta e inadvertida inmersión en la
autocomplacencia. El otro obstáculo está compuesto por las “mentiras vitales”
que son los autoengaños; consoladoras verdades a medias que las personas
se cuentan a sí mismas para no aceptar realidades demasiado inquietantes.
Este descubrimiento, si bien figura al final del listado, debe estar presente
durante todo el proceso, y es que las relaciones con los demás son muy
importantes pues nos ayudan a proseguir con nuestro aprendizaje
brindándonos contención, apoyo, confianza y aliento.
Es nuestro entorno más cercano el que nos permite vislumbrar qué imagen
tienen los demás de nosotros para así poder cotejarla con la nuestra. Por eso
es importante el feedback con las personas que nos rodean. Solo en
interacción con los demás podremos desarrollar nuestra capacidad de
liderazgo.
Primera barrera. Consiste en la tendencia que tenemos las personas por pudor,
modestia, soberbia o simplemente desconocimiento, a negar nuestros defectos
y nuestras virtudes. Este rasgo sobresale más si hablamos de jóvenes
adolescentes que están inmersos en un proceso de descubrimiento y cambio
en su situación laboral, académica, familiar, afectiva y física.
EJERCICIO N° 2.
Ejercicio para valorar la responsabilidad es puntuar del 1 (mínimo) al 10 (máximo) cuán
responsable eres en estos aspectos de tu vida:
Salud
Emociones
Elección de pareja
Elección de amigos
Economía
Trabajo
Relaciones
personales
Forma de tratar a los
demás
Desarrollo intelectual
Carácter
Felicidad
Autoestima
Una vez identificadas las áreas en las que eres menos responsable,
necesitarás saber cómo cambiarlo y puede que creas que no tienes la
respuesta. Sigue utilizando la técnica de completar oraciones y comprobarás
que en tu interior sabías como hacerlo. Si por ejemplo, consideras que eres
muy poco responsable en tu trabajo, completa la oración “Una de las formas en
la que puedo ser más responsable en mi trabajo es…” y escribe entre 5 y 10
finales para esa frase. Empieza a poner en práctica esos consejos que acabas
de escribir y verás cómo, poco a poco, empiezas a sentirte más responsable en
esa área y tu autoestima mejora. Por último, intenta traducir tus pensamientos
a conductas. No basta con decir “Voy a ser más amable con mi pareja”.
Convierte ese pensamiento en conductas concretas: saludarla todas las
mañanas con una sonrisa, quedarse hablando juntos media hora después de
comer, compartir una afición…