You are on page 1of 7

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


U.E.C “Edith Stein2
4to año “B”
Alumno: Julio A. Peña V.
Profesora: Katherine Piñango.

Presentación Campos como imagen de la


guerra.

Durante el siglo XVIII sucedieron hechos revolucionarios que


marcaron la historia; que presidieron y dieron vuelo a la Independencia de
Venezuela. En primer lugar, los Estados unidos se independizaron de
Inglaterra en 1776, abriendo el camino y dando la idea a otras colonias,
como Venezuela. En segundo lugar, en 1789, la revolución francesa, con su
proclama de libertad, igualdad y fraternidad, traía un antecedente que tuvo
mucho impacto entre todos los intelectuales que veían que el régimen
existente en Venezuela no se ajustaba a esos ideales que se estaban
poniendo de moda.

Estos movimientos en Estados Unidos y Francia fueron el caldo de


cultivo para los movimientos de Chirino, Gual y España y la expedición de
Miranda en 1806 y fueron preparando el terreno para la independencia. Pero
todos estos movimientos se dieron en su mayoría a un elemento de
expresión que concedió que personas en desacuerdo con la realidad que en
la que vivían pudieran expresar sus ideales de manera que otras personas
conocieran sus puntos de vistas y opiniones, elemento cuyo nombre es: la
literatura.

En el mismo siglo XVIII un poco antes de que las guerras de


independencias y revoluciones sociales ocurrieran, un movimiento nació en
el seno de las Naciones de Francia e Inglaterra el cual fue llamado el
movimiento ilustrado; en el cual, filósofos como Montesquieu, Voltaire, J.J
Rousseau y otros, mediante el uso de la palabra escrita pudieron representar
sus ideales revolucionarios y lograr que estos cumplieran su cometido:
“erradicar las tinieblas que azotaban a la razón del hombre y crear un mundo
mejor” que estuviera libre de supersticiones, mentiras y tiranías; creando así
tres pilares fundamentales en los cuales se deberían basar las relaciones
humanas, estos pilares son: La Hermandad, La Fraternidad y La Igualdad.
Pilares que como se mencionó anteriormente dieron origen a la Revolución
Francesa y de las cuales se inspiraron personajes como Francisco de
Miranda para traer dichos ideales a colonias como Venezuela.

Cabe destacar que dichos ideales fueron rechazados por la población


que ya acostumbrados al régimen y temerosos al cambio no aprobaron tales
ideas, sin embargo, con el tiempo los escritos de los filósofos fueron
producidos y enviados a diferentes partes del mundo de manera clandestina
y fueron llamando a una velocidad sin precedentes la atención de personas
que simpatizaban entre si y leían y releían los escritos “quitándose la banda
de los ojos” y dándose cuenta de aquellas palabras con las que soñaban una
realidad donde esos tres pilares eran respetados no se acomodaban ni de
lejos con la forma en la que vivían ni la manera en la que eran gobernados.
Venezuela no fue la excepción de este proceso de transición en la
mentalidad humana y los pocos que querían vivir en un mundo igualitario
realizaban reuniones a escondidas para planificar y conspirar en contra de la
Corona española y poder liberar a su patria.

París, 1929/1930 un Venezolano a sus veintiséis años de edad, Úslar


Pietri escribe una novela histórica llamada “Lanzas Coloradas” la cual, es
considerada por muchos; como su “obra maestra”, que no pudo superar
debido a que sus demás novelas de ese cultivo desde: El camino de El
Dorado (1949) hasta Estación de máscaras, se encuentra como una lucha
fallida de expresarse a cabalidad en lo novelística, donde la técnica sigue fija,
sin actualizarse.

Lanzas Coloradas se ambienta en la Venezuela colonial donde la


guerra de Independencia ha llegado a su clímax de heroísmo y sacrificio;
cuando las batallas se concentran en los valles periféricos de Caracas y
principalmente en el cambio en la vida de los personajes entorno a la guerra.
Una de las características más resaltantes en la novela, es la imparcialidad
ante los bandos realistas e independentistas, mostrando a ambos lados
como un conjunto de hombres que se entregaron ciegamente a la guerra,
unos por ideales y sueños de liberta, otros por simple sugestión causada por
los discursos de los líderes y algunos poco buscando la gloria entre la sangre
de sus enemigos, aunque en capítulos finales se aprecie cierta empatía por
parte del escritor hacia las tropas revolucionarias en su triunfo de la Victoria.
La novela en sí es muy rica en diálogos, lo que permite que el lector
pueda conocer a los personajes sin la intervención del narrador, además de
tener una gran cantidad de materia psicológica que se observa en cada uno
de los personajes y su desarrollo en el trascurso de la obra.

Uno de los personajes con más carga psicológica es Fernando Fonta,


que desde un principio se ve como se apega a las ideas revolucionarias,
sufre la perdida de sus bienes y cosas sentimentales como su hermana y
luego se ve cegado por la ira y la cólera que lo conducen a introducirse en el
mundo de la guerra, para luego acobardarse, no por aprender el valor de la
vida sino por el miedo de la suya, pues en todo momento la personalidad de
Fernando es comparable a la de un niño curioso, que se impresiona y se
convence fácilmente.

Su antagonista, Presentación Campos, es todo lo contrario: es una


persona fuerte, decidida, derecha, altanera, de fuerte espíritu y sobre todo
nacida para mandar. Al principio de la novela se ve a este personaje como
mayordomo de “El Altar” pero debido a su fuerte personalidad, no pasa
mucho tiempo para que se haga con la finca, la destruya, se haga con Doña
Inés, y desahogue sus deseos reprimidos en ella, se haga con los esclavos,
y los lleve a una contienda de caos, brutalidad, mortalidad y masacre, sólo
porque allí sentía la plenitud de la vida.

Así pues, la fuerte persona de Presentación Campos y su imponente,


devastadora, fuerte y brutal personalidad pueden ser comparadas con la
guerra de independencia misma, por lo sanguinaria y devastadora que puede
llegar a ser hasta la debilidad dentro de la misma que radica en el corazón y
los sentimientos que son heridos y heridos se quedan palpitando en la
consciencia de todos los que son afectados.

Como se dijo anteriormente, Presentación Campos al inicio de la


novela, no es más que un simple mayordomo (al menos así lo veían sus
“amos”), en ese estado mantenía oculto sus deseos ocultándolos con
cuidado, pero estaban ahí, tan volátiles que cualquier oportunidad serviría de
perfecto detonante para dejar que salieran. Y como cualquier oportunidad un
día mientras Fernando estaba en una reunión para discutir sobre la guerra,
ese día Presentación Campos se sintió fuerte y pudiente, más que los otros
días “Tenía necesidad de fatigarse, de descargar la fuerza. El tema del amo
tornaba a molestarlo. Todo el vigor que ardía dentro de su carne estaba
contenido y mandado por el cobardón de don Fernando. Se sentía ebrio de
fuerza (Pietri, 1931; Pág. 61)” y aprovechando la ausencia de su “amo” fue
hacia donde estaban los esclavos e hizo un alzamiento con el cual iba
marchando fuera de “El Altar” pero una voz lo detuvo, era la de Doña Inés
quien le insultaba y agredía por alzarse…
Luego de que Presentación Campos violara a Doña Inés y quemara la
hacienda fue en marcha con su “ejército” y sus “oficiales” que el mismo había
escogido hacia un rumbo de guerra. No esta tan alejada la necesidad de
liberarse de Presentación al estallido de la guerra independentista sabiendo
así que los supuestos amos de Venezuela, no tenían idea de que había
gente cansada del régimen y todo esa represión solo se transformó en una
ira reprimida que al igual que Presentación explotó en guerra, destruyéndose
todo aquello relacionado con la corona.

Y como la guerra, el camino por donde pasaba Presentación Campos


era asolado por la barbarie y la fuerza bruta que se desahucian en un
poblado pequeño que es saqueado con vigor y entusiasmo por el “ejercito”
recién formado y después del saqueo celebraron y se embriagaron hasta
caer. “Comenzaban a venerar al jefe. Le debían aquella vida maravillosa. Era
valiente, atrevido, simpático. Ningún otro hubiera podido mandarlos (Pietri,
1931; Pág. 70)”

Poco después de estar en el poblado se acercaron tropas realistas y


ahí fue cuando se decidió en que bando estarían los recién liberados, bajo el
mando del coronel español Zambrano, el coronel agradeció a Campos por el
aporte de hombres. Campos estaba seguro de que podía ser como
Monteverde, Bolívar o como Boves.

Se hallaban en el Sur de Aragua cuando se disputo la segunda batalla


de Presentación como comandante de sus soldados en la cual cayeron
grandes cantidades de hombre pertenecientes a ambos bandos y que sólo
termino hasta que las calles, eran remplazadas por pilas de cadáveres;
durante el aguerrido enfrentamiento Campos sale herido y es tratado por una
exramera apodada “La Carvajala” que se encargó de cuidar a Campos hasta
que se pudo levantar.
Debía estar herido. Recordaba: la puerta, el
caballo, el hombre subiendo la pared…
Aquella sombra a los pies de la cama:
-¿Usted quién es?
-A mí me llaman “La Carvajala”. Señor
¡Ah!, era una mujer. No recordaba haberla
visto.
-¿Qué hace usted aquí?
-Cuidarlo.
Era una buena mujer. Lo estaba cuidando.
-Muchas gracias. ¿Estoy mal herido?
-No, señor. Nada de eso. Solamente el
golpe.
Le alegraba saberse levemente
herido. Se sentía contento de continuar en
posesión de su vida vigorosa. (Pietri, 1931;
Pág. 99/100)
Aquí se observa otro aspecto de Campos como imagen de la guerra:
la debilidad, aquella debilidad que se presentaba en las heridas de los
hombres, esas heridas que dejaban no solo un daño físico, sino también uno
psicológico que logra quebrantar el espíritu de cualquier hombre, que logra
destrozar cualquier ideal de valentía, que logra dejar una brecha en la que el
temor, la duda, la zozobra y cualquier otro sentimiento negativo penetre
dentro de la conciencia del mismo.

Pero la debilidad en la guerra no se da solo por sentimientos


negativos, dentro de la novela la debilidad también se presenta por
sentimientos carnales como el amor, se ve presentado cuando Presentación
Campos conoce a “La Carvajala” y el saber que esta cuido de él, hace que
Campos sienta afecto por ella y por ello la lleva consigo para que cuide de él,
para que lo resguarde y le de ese cariño y cuidado de madre que solo una
mujer puede dar.

En el capítulo 12 se desata la batalla de la Victoria y aquí se puede


observar nuevamente la barbarie, la brutalidad, el derramamiento de sangre,
la masacre y la muerte que rondaba por cada esquina como si estuviera en
algún tipo de “festival macabro” en el que se pudiera llevar todo lo que
quisiera. Campos como clara imagen de la guerra nuevamente se muestra
potente, decidido, altanero, se muestra como un líder que comanda a cada
una de sus tropas en movimientos poco ortodoxos pero que con las
decididas acciones de Presentación se convertían en mortales maniobras.

Presentación Campos hace saltar la


bestia hacia uno y otro lado, como en un
juego de destreza. Cuando la carrera
alcanza un límite vertiginoso, ases el
arma contra la primera sombre que pasa
cerca, y con el brazo de hierro soporta el
tirón tremendo del otro cuerpo
atravesado por la hoja. (Pág. 149)

A medida que pasa la batalla Boves es derribado de su caballo, las


fuerzas realistas se van diezmando ya sea huyendo o siendo derrotados por
los revolucionarios, mientras los pocos que luchaban sanguinariamente son
asesinados, Presentación Campos sigue luchando hasta que es gravemente
herido llevado en camilla y puesto preso, dentro de la cárcel sus
alucinaciones lo debilitan aún más, indefenso, sin nadie quien lo socorra,
dejaría a “La Carvajala”, dejaría la lucha, ya no podría ser como Boves o
Bolívar, ahora estaba muriendo.

Eh aquí en los últimos momentos de Campos donde la debilidad le envuelve


por completo y se presenta la debilidad de la guerra donde hace que la
misma pueda sucumbir… quizá no fue la debilidad del todo lo que mató a
Presentación Campos, cuando hace un esfuerzo por componerse, empieza a
escuchar a lo lejos que El general Bolívar venía y mientras más se esforzaba
por acercarse a una rejilla en la que tal vez podría ver a Bolívar, más
frecuente se repetía que Bolívar se acercaba… Bolívar, Bolívar…

Parecía que mientras más escuchaba ese nombre más desfallecía y más
fuerzas perdía, ¿es acaso, el fin de una guerra? ¿De una guerra contra un
personaje que nunca logró ver? Entonces a Presentación Campos, se le
puede apreciar como una imagen de la guerra, donde podía llegar a ser atroz
y desastrosa, pero también tener un lado débil, que se inclina según los
temores y pasiones del hombre; y mientras más acentuada este esa
debilidad, más ímpetu tendrán los hombre de que acabe la guerra, de que
pare el derramamiento de sangre, tal vez no por el bien de los demás sino
por el bien de ellos mismos tal cual Fernando en la mima lucha como se dijo
anteriormente.

Pasan como legiones de alas por el aire.


Todo se estremece. Comprende que está
llegando algo que no va a ver sino una sola
vez en su vida. Afuera las voces llegan al
paroxismo. Rueda, rueda y crece como una
rueda, y llega. Se aproxima inminentemente.
Resuenan junto a la pared. Llegan a la
ventana. Estallan sobre ella.
-¡Viva el Libertador!
Aquél es el momento. Lo siente llegar.
Ha llegado. Está pasando junto a él en aquel
instante. Con una fuerza como para llevarse
diez hombres con la lanza, empieza a
levantarse…
Sube. Ya va a llegar. Falta apenas un
tirón más. Todos los tambores giran en el
espacio pintarrajeando. Los gritos socavan la
tierra. Llega. Va a verlo. Todos los tambores
y todos los gritos vuelan. Está allí. Ya sus
ojos rozan el borde de la ventana
¡Aún más! Un infinito frío le golpeó de
pronto. El sótano se llena de colores
vertiginosos. ¡Don Fernando!
¡Doña Inés! Los tambores han saltado
dentro. ¡“Carvajala”! Va a llegar. Un gran frío
le cala el dolor de las heridas. ¡A la carga
todos! Todavía era Presentación Campos. ¡A
la carga todos!
Suavemente dejó resbalar la mano
de la reja, y fue a desplomarse sobre la tierra
húmeda, la carne pesada de muerte. (Pág.
155)

You might also like