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La comunicación

La comunicación (del latín communicatĭo, -ōnis1) es la actividad consciente de


intercambiar información entre dos o más participantes con el fin de transmitir o
recibir significados a través de un sistema compartido de signos y normas
semánticas. Los pasos básicos de la comunicación son la formación de una
intención de comunicar, la composición del mensaje, la codificación del mensaje, la
transmisión de la señal, la recepción de la señal, la decodificación del mensaje y
finalmente, la interpretación del mensaje por parte de un receptor.

La comunicación en general toma lugar entre tres categorías de sujetos principales:


los seres humanos (lenguaje), los organismos vivos (biosemiótica) y los dispositivos
de comunicación habilitados (cibernética).

En un sentido general, la comunicación es la unión, el contacto con otros seres, y


se puede definir como el proceso mediante el cual se transmite una información de
un punto a otro.

Su propósito u objetivo se puede denominar bajo la acción de informar, generar


acciones, crear un entendimiento o transmitir cierta idea.

Formas de comunicación más importante


Dependiendo de las clases de signos que se emplee, se diferencia la comunicación
no verbal y la comunicación verbal. 2

En muchas ocasiones los signos verbales y los signos no verbales se combinan en


un mensaje, dando lugar a formas mixtas de comunicación. Un ejemplo sería un
anuncio publicitario, el cine o un cómic.

Si se atiende a la relación que se establece entre emisor y receptor, se diferencia


una comunicación unilateral y otra comunicación bilateral.

La comunicación unilateral se produce cuando el receptor no se convierte en emisor.


Sucede en las señales de tráfico. La comunicación bilateral se produce cuando el
receptor se puede convertir a su vez en emisor. Sucede en una conversación.

Elementos de la comuncacion
La Comunicación es un proceso de intercambio de información, en el que un emisor
transmite a un receptor algo a través de un canal esperando que, posteriormente,
se produzca una respuesta de dicho receptor, en un contexto determinado.

Así, en el proceso de la comunicación encontramos los siguientes elementos:


– Emisor: es el que emite el mensaje. Ejemplos: un sujeto individual o un grupo de
personas, pero también un mecanismo que nos avisa de que algo falla o un
elemento de la naturaleza que nos alerta de que el tiempo va a cambiar.

– Receptor: es el que recibe el mensaje y lo interpreta. Ejemplos: un sujeto concreto


o un grupo, así como, también, puede serlo un mecanismo que actúa cuando otro
le manda una señal.

– Mensaje: es la información que se quiere transmitir. Ejemplos: puede encontrarse


codificado en uno de los diferentes tipos de código: puede ser un mensaje hablado,
escrito, dibujado, grabado en cd, etc).

– Canal: es el medio a través del cual se transmite el mensaje. Ejemplos: puede ser
un medio artificial, como las cartas o un cd, o uno natural, como el aire.

– Código: Conjunto de signos y reglas que, formando un lenguaje, ayudan a


codificar el mensaje. Podemos encontrar lenguajes simples, como la luz roja sobre
la puerta de un estudio de revelado, o más complejos como los distintos idiomas del
mundo.

– Contexto: Conjunto de circunstancias (lugar, hora, estado anímico de los


interlocutores, etc) que existen en el momento de la Comunicación. Es importante
a la hora de interpretar correctamente el mensaje.

Funciones del lenguaje


Por funciones del lenguaje se entienden los distintos cometidos con que el lenguaje
se usa por parte del ser humano. Estos propósitos han sido estudiados
fundamentalmente por la Lingüística y la Comunicación, de forma que, por lo común,
se ha dado una función del lenguaje por cada factor de la comunicación que
interviene en el proceso, siendo lo más normal que una función domine o prevalezca
y las demás le estén subordinadas.1

Como función lingüística se entiende la relación que se establece, por una parte,
entre el destinador y el mensaje y que es originada por la intención del emisor al
construir un enunciado orientándolo hacia cualquiera de los elementos del proceso.

Varios han sido los lingüistas que han estudiado y propuesto clasificaciones de las
funciones del lenguaje; por orden cronológico son:

La función simbólica o representativa se centra en las cosas, seres y relaciones del


mundo real o universos imaginarios posibles, de las cuales da cuenta o informa
objetivamente. Se centra en el factor de la comunicación referente. Es la función
primordial o principal del lenguaje, pues es la que transmite información más amplia.
Emplea símbolos. Es la única específica del ser humano.
La función sintomática o expresiva, en virtud de su dependencia del factor de la
comunicación emisor, cuyos sentimientos refiere o expresa. Emplea síntomas.
La función señalativa o apelativa, mediante la que se influye en el factor de la
comunicación receptor del mensaje denotando órdenes, mandatos, sugerencias o
preguntas. Utiliza señales.
Estas tres funciones se dan asimismo en la comunicación mediante signos no
lingûísticos y solo la función referencial es específicamente humana: las otras dos
se dan también en la comunicación animal.2 Por demás, esta triple división en
realidad calca la estructura del signo lingüístico: significado, significante y referente

Función referencial, representativa o informativa


Artículo principal: Función referencial
La función referencial (también llamada representativa o informativa) se centra en
el contenido del mensaje y la situación. Aparece en aquellos mensajes en los que
se informa de algo de manera objetiva. Por ejemplo: Son las tres de la tarde.

Función emotiva, expresiva o sintomática


Artículo principal: Función expresiva
La función emotiva (también llamada expresiva o sintomática) se centra en el
emisor. Esta aparece en aquellos mensajes en los que predomina la subjetividad y,
por lo tanto, el hablante expresa sus sentimientos, emociones, estados de ánimo,
etc. Por ejemplo: Soy muy feliz.

Función apelativa o conativa


Artículo principal: Función apelativa
La función apelativa o conativa se centra en el receptor. Está presente en aquellos
mensajes en los que el emisor tiene como objetivo condicionar o alterar la conducta
del receptor. Esta función se manifiesta, sobre todo, en oraciones imperativas,
exhortativas e interrogativas. Por ejemplo: Tómate la sopa y vete a la cama.

Función metalingüística
Esta función se centra en el propio código de la lengua. Se utiliza para hablar del
propio lenguaje; aclara el mensaje. Se manifiesta en declaraciones y definiciones y
en la lengua escrita se percibe señalándola con comillas o cursivas: "Pedro tiene 5
letras". En la lengua oral, la palabra destacada recibe una entonación especial o se
destaca con el acento de intensidad: "El es un artículo". De esta función emana el
archigénero literario didáctico.

Función poética o estética


Artículo principal: Función poética
Esta función está orientada al mensaje. Aparece siempre que la expresión atrae la
atención sobre su forma, en cualquier manifestación en la que se utilice el lenguaje
con propósito estético. Abundan, puesto que su objetivo es llamar la atención por el
uso especial del código, las figuras estilísticas. Esta función se encuentra
especialmente, aunque no exclusivamente, en los textos literarios.

Ejemplo: En el silencio solo se escuchaba / un susurro de abejas que sonaba.


Función fática o relacional
La función fática o función relacional está orientada al canal de comunicación entre
el emisor y el receptor. Su propósito es iniciar, prolongar, interrumpir o finalizar una
conversación o bien sencillamente comprobar si existe algún tipo de contacto. Su
contenido informativo es nulo o escaso y se utiliza como forma o manera de saludo.

La finalidad de la función fática no es principalmente informar, sino facilitar el


contacto social para poder transmitir y optimizar posteriormente mensajes de mayor
contenido.

Constituyen esta función todas las unidades que utilizamos para iniciar, mantener o
finalizar la conversación. Ejemplos: Por supuesto, claro, escucho, naturalmente,
entiendo, cómo no, OK, perfecto, bien, ya, de acuerdo, etc.

Está presente en los mensajes que sirven para garantizar que el canal funciona
correctamente y que el mensaje llega sin interrupción.

Relacion de los elementos de la comunicación con las funciones


del lenguaje:
Elementos de la comunicación
Funciones del lenguaje
Fundamentada en las funciones biológicas, psicológicas y sociales que cumple, y
entendida por consiguiente como fenómeno funcional, la comunicación se presenta,
pues, como un proceso de intercambio y se organiza a lo largo de los diferentes
elementos que participan en el fenómeno, separados tradicionalmente en:
a) Emisor o alocutor: parte “iniciadora”, codificadora y fuente de señales.
b) Receptor o alocutario o destinatario: decodificador de las señales enviadas
por el emisor.
c) Código: sistema de señales compartido por el emisor y el receptor, que hace
posible la (de)codificación de los mensajes.
d) Mensaje: secuencia de señales codificadas que se intercambian emisores y
receptores.
e) Canal: medio de relación entre los participante, que actúa, pues como
“contacto” mediante el cual se transmiten los mensajes.
f) Contexto: entendido en el sentido de medio en el que tiene lugar el proceso
de enviar mensajes a través de un canal, y que asume un papel decisivo en la
interpretación de dichos mensajes.
En forma de esquema un hecho lingüístico, entonces, puede representarse de la
siguiente manera:
contexto

destinador .......... mensaje ..........destinatario

canal
código

Elementos del circuito de la comunicación[1]

El lenguaje, por otra parte, es empleado con diferentes funciones. Los hablantes
usan el lenguaje con variados propósitos y es frecuente que un mismo mensaje
cumpla varias funciones simultáneamente. En tales casos una de esas funciones
es predominante. Tradicionalmente se han reconocido tres funciones básicas del
lenguaje[2]: la función emotiva, la función conativa o directiva, y la función
referencial o informativa, cada una de ellas relacionada con una persona verbal.
Posteriormente se han ido reconociendo otros usos del lenguaje. El lingüista
Roman Jakobson postuló las diferentes funciones del lenguaje con la finalidad
específica de definir la función poética. Su trabajo lleva el título de Lingüística y
poética, que luego formó parte de Ensayos de Lingüística General.[4] Según
Jakobson cada uno de los elementos involucrados en la comunicación verbal
determina una función diferente del lenguaje. Así, podemos distinguir seis
funciones:
1. Referencial, también llamada denotativa, cognoscitiva o informativa
2. Emotiva, también llamada expresiva
3. Conativa o directiva
4. Fática
5. Poética
6. Metalingüística
En el siguiente esquema pueden apreciarse las relaciones entre los elementos de
la comunicación y las funciones que asume el lenguaje según a cuál de esos
elementos se orienta el mensaje:

Contexto
Función referencial

Hablante Mensaje Oyente


Función emotiva Función poética Función conativa

Canal
Función fática

Código
Función metalingüística
Elementos de la comunicación y funciones del lenguaje[5]

La estructura verbal del mensaje depende, básicamente, de la función


predominante. En verdad, cualquier tipo de oración puede cumplir cualquiera de las
funciones básicas del lenguaje, pues éste ofrece múltiples posibilidades. Por lo
tanto, el reconocimiento de cuál será la función principal de un discurso no es algo
que pueda realizarse aplicando reglas fijas; se debe estar atento al contexto, a los
interlocutores, y a la riqueza y complejidad del lenguaje.
La función referencial: el uso informativo del lenguaje se caracteriza por su
orientación hacia el contexto. En un discurso predominantemente informativo, un
hablante (1ª persona) se dirige a un oyente (2ª persona) para referirse a algo o a
alguien (referente). Así, los discursos informativos (referenciales) suelen describir
objetos, relatar acontecimientos, explicar y predecir hechos. Los textos que
vehiculizan predominantemente esta función son los científicos y expositivos.
La función emotiva: un discurso es emotivo si traduce la actitud del hablante hacia
aquello a lo que se refiere, si sus emociones o sentimientos constituyen el contenido
fundamental de su lenguaje, o si es usado para despertar estados afectivos en el
oyente. Dice Marta Marín refiriéndose a la función emotiva: "los textos portadores
de esta función no son los literarios, sino que aparecen corrientemente en cualquier
texto cotidiano: conversación, carta familiar o íntima donde se manifiesten
sentimientos, sensaciones o pensamientos."[6]
La función poética: la función poética del lenguaje, caracterizada por su orientación
hacia el mensaje como tal, no es sólo propia de la poesía sino que puede ser
reconocida en la literatura en general, en los textos de anuncios publicitarios, si
están bellamente compuestos, en ciertos títulos de películas, etc.
La función conativa: esta función aparece cuando se desea promover ciertas
conductas del oyente o impedir la realización de determinadas acciones. Como este
influir sobre el otro es una apelación al interlocutor, esta función también se conoce
como apelativa. El propósito del discurso recae en el receptor y el lenguaje tiene
una función directa; por lo general, este discurso se estructura con oraciones con
verbo en imperativo.
La función fática: aparece en aquellos mensajes que son formulados con el
propósito de establecer, prolongar o interrumpir la comunicación, comprobar que el
canal está abierto, despertar y atraer la atención del oyente, confirmar que sigue allí
o dar señales de que el contacto no se ha perdido. En la apertura y clausura de una
comunicación, en las presentaciones y las despedidas, las formas de comunicación
fática se hallan ritualizadas.
La función metalingüística: esta función aparece cuando el discurso está centrado
en el código. Es decir, cuando el lenguaje se emplea para hablar o escribir sobre el
lenguaje.
Podemos definir, entonces, las funciones del lenguaje como el uso de la lengua que
hace el hablante según sus intenciones.

El juicio el razonamiento y la argumentacion


En sentido amplio, se entiende por razonamiento a la facultad que permite resolver
problemas, extraer conclusiones y aprender de manera consciente de los hechos,
estableciendo conexiones causales y lógicas necesarias entre ellos. En sentido más
restringido se puede hablar de diferentes tipos de razonamiento:

El razonamiento argumentativo en tanto actividad mental se corresponde con la


actividad lingüística de argumentar. En otras palabras, un argumento es la expresión
lingüística de un razonamiento.
El razonamiento lógico o causal es un proceso de lógica mediante el cual, partiendo
de uno o más juicios, se deriva la validez, la posibilidad o la falsedad de otro juicio
distinto. El estudio de los argumentos corresponde a la lógica, de modo que a ella
también le corresponde indirectamente el estudio del razonamiento. Por lo general,
los juicios en que se basa un razonamiento expresan conocimientos ya adquiridos
o, por lo menos, postulados como hipótesis.1 Es posible distinguir entre varios tipos
de razonamiento lógico. Por ejemplo el razonamiento deductivo (estrictamente
lógico), el razonamiento inductivo (donde interviene la probabilidad y la formulación
de conjeturas) y razonamiento abductivo, entre otros.

Razonamiento lógico
En un sentido restringido, se llama razonamiento lógico al proceso mental de
realizar una inferencia de una conclusión a partir de un conjunto de premisas. La
conclusión puede no ser una consecuencia lógica de las premisas y aun así dar
lugar a un razonamiento, ya que un mal razonamiento aún es un razonamiento en
sentido amplio, no en el sentido de la lógica. Los razonamientos pueden ser válidos
(correctos) o no válidos (incorrectos) dando por todo.

En general, se considera válido un razonamiento cuando sus premisas ofrecen


soporte suficiente a su conclusión. Puede discutirse el significado de "soporte
suficiente", aunque cuando se trata de un razonamiento no deductivo no podemos
hablar de validez sino de "fortaleza" o "debilidad" del razonamiento dependiendo de
la solidez de las premisas, la conclusión podrá ser más o menos probable pero
jamás necesaria, solo es aplicable el término "válido" a razonamientos del tipo
deductivo. En el caso del razonamiento deductivo, el razonamiento es válido cuando
la verdad de las premisas implica necesariamente la verdad de la conclusión.

Los razonamientos no válidos que, sin embargo, parecen serlo, se denominan


falacias.

El razonamiento nos permite ampliar nuestros conocimientos sin tener que apelar a
la experiencia. También sirve para justificar o aportar razones en favor de lo que
conocemos o creemos conocer. En algunos casos, como en las matemáticas, el
razonamiento nos permite demostrar lo que sabemos.

El término razonamiento es el punto de separación entre el instinto y el


pensamiento, el instinto es la reacción de cualquier ser vivo. Por otro lado el razonar
nos hace analizar, y desarrollar un criterio propio, el razonar es a su vez la
separación entre un ser vivo y el hombre.

Razonamiento matemático
El razonamiento matemático puede referirse tanto al razonamiento formal como al
razonamiento no estrictamente formal usado para demostrar proposiciones y
teoremas matemáticos. Generalmente la mayor parte de textos sobre matemáticas
no usan pruebas puramente formales en que los resultados se derivan directamente
de axiomas, ya que son poco intuitivas y difíciles de comprobar, por el contrario
usan términos derivados y definiciones así como construcciones informales y usan
frecuentemente la reductio ad absurdum y el principio del tertium exclusum. En la
actualidad, las demostraciones matemáticas complejas requieren a veces meses
completos de verificación, así sucedió por ejemplo la demostración del Último
teorema de Fermat por parte de Andrew Wiles (la primera demostración de 1993
que ofreció al ser revisada resultó ser incorrecta en algunos detalles que fueron
enmendados en 1995).

Razonamiento no lógico
Existe otro tipo de razonamiento denominado razonamiento no lógico o informal, el
cual no sólo se basa en premisas con una única alternativa correcta (razonamiento
lógico-formal, el descrito anteriormente), sino que es más amplio en cuanto a
soluciones, basándose en la experiencia y en el contexto. Los niveles educativos
más altos suelen usar el razonamiento lógico, aunque no es excluyente. Algunos
autores llaman a este tipo de razonamiento argumentación. Como ejemplo para
ilustrar estos dos tipos de razonamiento, podemos situarnos en el caso de una
clasificación de alimentos, el de tipo lógico-formal los ordenará por verduras, carnes,
pescados, fruta, etc. en cambio el tipo informal lo hará según lo ordene en el
frigorífico, según lo vaya cogiendo de la tienda, etc.

En este razonamiento se generaliza para todos los elementos de un conjunto la


propiedad observada en un número finito de casos. Ahora bien, la verdad de las
premisas (10.000 observaciones favorables) no convierte en verdadera la
conclusión, ya que en cualquier momento podría aparecer una excepción. De ahí
que la conclusión de un razonamiento inductivo sólo pueda considerarse probable
y, de hecho, la información que obtenemos por medio de esta modalidad de
razonamiento es siempre una información incierta y discutible. El razonamiento sólo
es una síntesis incompleta de todas las premisas.

En un razonamiento inductivo válido, por lo tanto, es posible afirmar las premisas y,


simultáneamente, negar la conclusión sin contradecirse. Acertar en la conclusión
será una cuestión de probabilidades reales.

Razonamiento clínico
Razonamiento clínico es el término usado para describir el proceso de inferencia
que los clínicos expertos llevan a cabo para resolver un problema médico. En la
medicina actual se acepta que el razonamiento clínico es un componente central de
las competencia del médico y algunos lo definen como “el proceso por el cual los
médicos encausan su pensamiento hacia un diagnóstico probable”. Se le considera
una mezcla entre el razonamiento hipotético-deductivo y el reconocimiento de
“patrones” clínicos.2

Razonamiento farmacológico
Se acepta que el razonamiento farmacológico constituye el fundamento del uso
racional de los fármacos en la prevención, diagnóstico y tratamiento de las
enfermedades.

Razonamiento en psicología
Las ideas
Son objetos mentales que nacen de la dinámica entre el medio exterior y el sistema
cerebral interno. Gracias a estos estímulos externos, percibidos por cualquiera de
las vías inteligentes, se activa la razón. Esta trata de discernir las propiedades de
cada objeto ideal y de discernir las relaciones entre las distintas ideas sobre la base
de la necesidad del propio individuo, los datos externos memorizados y los
recuerdos naturales. Todo ello da forma al razonamiento.

La argumentacion
La teoría de la argumentación, o la argumentación, es el estudio interdisciplinario
de la forma en que se obtienen conclusiones a través de la lógica, es decir, mediante
premisas. Incluye el arte y la ciencia del debate civil, el diálogo, la conversación y la
persuasión. Estudia las reglas de la inferencia, la lógica y las reglas
procedimentales, tanto en el mundo real como en sistemas artificiales.

La teoría de la argumentación incluye el debate y la negociación, los cuales están


dirigidos a alcanzar conclusiones de mutuo acuerdo aceptables. También incluye el
diálogo erístico, una rama del debate social en el cual la principal motivación es la
victoria sobre un oponente. Este arte y ciencia es con frecuencia el medio por el
cual algunas personas protegen sus creencias o propios intereses en un diálogo
racional, en simples coloquios o durante el proceso de argumentación o defensa de
ideas.

La argumentación es usada en los juicios para probar y/o refutar la validez de ciertos
tipos de evidencias. Los estudiosos de la argumentación estudian las
racionalizaciones post hoc mediante las cuales un individuo puede justificar
decisiones que originalmente pudieron haber sido realizadas de forma irracional.

Vicios de diccion
Los vicios de dicción son aquellos errores que se cometen cuando se hace uso del
lenguaje de forma equivocada, éstos pueden darse al hablar o escribir las palabras
de forma incorrecta, o incluso utilizando vocablos inadecuados.

Los errores gramaticales que se cometen con los vicios de dicción, hacen más difícil
que fluya la buena comunicación, ya sea ésta oral o escrita, debido a que se presta
a confusión o a malas interpretaciones.

Ejemplos de tipos de vicios de dicción:


Anfibología: El uso de una palabra a la cual se le da un doble sentido, haciendo
confusa su interpretación.

Pleonasmo: Utilizar más palabras de las que se requieren para expresar una idea.

Cacofonía: Es la repetición de fonemas, o la pronunciación de una palabra que al


unirse con otra dentro de la misma oración resulta molesta.

Vulgarismos: Alteración del sentido semántico de las palabras.


Muletillas: Son las palabras que se utilizan inadecuadamente para no dejar vacíos
en los diálogos cotidianos.

Barbarismos: Pronunciar o escribir mal una palabra o el utilizar vocablos


inadecuados.

Modismos: Las palabras que son propias de determinada lengua y que se utilizan
de forma incorrecta en el lenguaje cotidiano.

Neologismos: Consisten en utilizar palabras nuevas que aún no han sido aprobadas
oficialmente para su uso en el idioma.

Solecismo: Éste afecta las reglas gramaticales de la oración dificultando su


comprensión.

El discurso
El discurso (del latín discursus) es un término que refiere a tendencias de
elaboración de un mensaje mediante recursos expresivos y diversas estrategias.
Para comprender el discurso es necesario tener en cuenta el contenido presentado
(tema), el contexto donde es producido, y los elementos expresivos, que pueden
tener diversas funciones. Referencial, si está dirigido hacia el contexto; persuasivo
o connotativo, si el propósito es influir en el receptor; metalingüístico, si está en
función del código; de contacto, si está centrado en establecer comunicación con el
receptor; y poético, si el mensaje se representa como signo artístico.1

El análisis del discurso es una praxis que se desarrolló en los años 1960 en la
antropología, la lingüística, la sociología, la filosofía, y la psicología. Más tarde,
también lo hizo en otras disciplinas como la historia, el estudio de la comunicación
y el psicoanálisis. A partir de esto, algunos autores han logrado definir el concepto
discurso de distintas formas; por ejemplo, para Foucault, los discursos son un
material del que parte el análisis de lo social y de lo histórico. El sujeto hablante
queda excluido, no es este quien dota al discurso de realidad y sentido, sino que
son las prácticas discursivas que crean los objetos y sujetos; mientras que para
Ricoeur, el discurso se concibe como una dialéctica de proposiciones y referente.
Él piensa que en un texto existen varios sentidos, y estos dependen de la
subjetividad del sujeto, quien asumen un papel de intérprete frente al texto. Por otra
parte, Benveniste define al discurso como la aplicación concreta del sistema
lingüístico, cuando este queda a cargo o es asumido, incluso transformado, por el
locutor en su acto de habla; el discurso para él es un modelo de comunicación.

Tipos de discurso
Científico-tecnológico: su función radica en el conocimiento de la realidad y su
transformación en beneficio de la humanidad. De este discurso se reconocen dos
enfoques: el científico, que utiliza un lenguaje específico, y el de divulgación, que
se encarga de difundir expresiones que sean accesibles para todas las personas.3
Estético: se preocupa, principalmente, por la forma trabajada del lenguaje y el
contenido del mensaje, todo con el fin de alcanzar el grado máximo de profundidad
en su transmisión.4'
Religioso: tiende a darse a través de relatos y comparaciones que manifiestan
experiencias y se establece, por un lado, a partir de la teología, y por otro, mediante
elementos rituales fundamentados principalmente en la palabra.5
Retórico: su función principal es persuadir, es decir, convencer de aceptar ciertas
posturas o ideologías a conveniencia; la palabra acompañada de gestos es la
principal herramienta.6
Educativo: se centra en la transmisión de conocimientos, este tipo de discurso
tiende a volverse autoritario.7'
Histórico: se preocupa por dar a conocer eventos ocurridos a través del tiempo
(pasados o recientes), y generalmente en este tipo de discurso existe algún
personaje al cual se reconoce (héroe histórico).3
Político: Este tipo de discurso se da, comúnmente, para asumir algún cargo de
poder. Su función es argumentar puntos de vista ante un público determinado, todo
con el fin de intervenir en ellos y convencer.5
Lenguaje hablado: Discurso codificado por el hablante: conversación.8'
Lenguaje escrito: Discurso codificado por el que escribe: carta.8
Lenguaje oralizado: Discurso escrito que es hablado: lectura en voz alta.8
Lenguaje transcrito: Discurso hablado que es escrito: toma de nota

Formas del discurso


En la comunicación se emplean formas de discurso. Dependiendo del propósito y
de la perspectiva que se adopte, se puede intervenir en una conversación de
diferentes maneras fundamentales:9

Narración: Narrar es reproducir verbalmente de una serie de sucesos, que pueden


ser tanto reales como imaginarios, que una persona realiza siguiendo un orden
cronológico.
Descripción: Describir es representar rasgos característicos de una realidad para
que el oyente lo perciba en su imaginación. La descripción se puede definir como la
"pintura con palabras".
Diálogo: Dialogar es reproducir palabras o pensamientos de personas, que pueden
ser tanto reales como imaginarias, que hablan una con la otra.
Exposición: Exponer es presentar ordenadamente una serie de ideas sobre un tema
con la finalidad de que el oyente las conozca y pueda comprenderlas.
Argumentación: Argumentar es defender una opinión mediante la exposición de
pruebas con la finalidad de convencer al oyente.

Lenguaje
Un lenguaje (del provenzal lenguatge1 y del latín lingua) es un sistema de
comunicación estructurado para el que existe un contexto de uso y ciertos principios
combinatorios formales. Existen contextos tanto naturales como artificiales.

Desde un punto de vista más amplio, el lenguaje indica una característica común a
los humanos y a otros animales (animales no simbólicos) para expresar sus
experiencias y comunicarlas a otros mediante el uso de símbolos, señales y sonidos
registrados por los órganos de los sentidos. Los seres humanos desarrollan un
lenguaje complejo que se expresa con secuencias sonoras y signos gráficos. Por
su parte, los animales desarrollan una comunicación a través de signos sonoros,
olfativos y corporales que en muchos casos distan de ser sencillos.

El lenguaje humano se basa en la capacidad de los seres humanos para


comunicarse por medio de signos lingüísticos (usualmente secuencias sonoras,
pero también gestos y señas, así como signos gráficos). Principalmente, lo hacemos
utilizando el signo lingüístico. Aun así, hay diversos tipos de lenguaje. En cuanto a
su desarrollo, el lenguaje humano puede estudiarse desde dos puntos de vista
complementarios: la ontogenia y la filogenia. La primera analiza el proceso por el
cual el ser humano adquiere el lenguaje, mientras que la segunda se encarga de
estudiar la evolución histórica de una lengua.2
El lenguaje animal se basa en el uso de señales visuales, sonoras y olfativas, a
modo de signos, para señalar a un referente o un significado diferente de dichas
señales. Primates y otras especies construyen proposiciones simples (sustantivo,
verbo y adjetivo).3 Dentro del lenguaje animal están los gritos de alarma, el lenguaje
de las abejas, etc.
Los lenguajes formales son construcciones artificiales humanas que se usan en
matemática y otras disciplinas formales, incluyendo lenguajes de programación.
Estas construcciones tienen estructuras internas que comparten con el lenguaje
humano natural, por lo que pueden ser en parte analizados con los mismos
conceptos que éste.
Aunque el antropocentrismo casi hasta finales de siglo. XX establecía taxativamente
una diferencia absoluta entre el lenguaje humano y el de los antes llamados
«animales irracionales», la acumulación de gran cantidad de estudios
(especialmente ethológicos) demuestra que muchos animales no humanos,
especialmente con áreas cerebrales córticales muy o bastante desarrolladas
(bonobos, chimpancés y otros primates, así como cetáceos -especialmente
delfinidos-, aves -especialmente loros, cuervos, palomas, elefantes, perros, gatos,
equinos etc. poseén lenguajes bastante más complejos (y más cercanos al humano)
que el supuesto por Pávlov y los reflejos condicionados o los conductistas
anglosajones que todo lo reducían las actividades psíquicas a un mero circuito
reflejo mecanicista de estímulo-respuesta. En rigor Pávlov no era tan mecanicista
pero suponía al lenguaje de los animales no humanos como correspondiente a un
primer sistema de señales (basado principalmente en el estímulo respuesta tras la
reiteración de un estímulo que se asocia una "recompensa" [que implica al circuito
de premio-recompensa ] o a la ausencia de la misma que genera un hábito o
habitus) mientras que para el ser humano Pávlov supone un segundo sistema de
señales que es un salto cualitativo respecto al primero y que es el lenguaje humano
que es heurístico al estar abierto respecto al ciclo de estímulo-respuesta.4

La facultad del lenguaje no es el resultado de un aprendizaje, sino que es congénita,


es decir, nace con el ser humano.5 Además, se presenta de igual manera en todos
los seres humanos, independientemente del momento histórico y del lugar
geográfico, es decir, es universal.5 Las lenguas pueden aprenderse y olvidarse,
pero la capacidad del lenguaje no.5

Lengua o idioma
Lengua, idioma, dialecto:
Debemos entender por lengua el sistema lingüístico organizado en estructura
comunicativa y peculiar y empleado por una comunidad sociolingüística.
Precisando el concepto, conviene observar que puede no darse coincidencia entre
comunidad lingüística y comunidad político-social, es decir que el dominio
geográfico de una lengua no coincida con la extensión territorial independiente de
un poder político o Estado. De hecho, esa falta de acomodación es lo más frecuente.
Por ello, de las necesidades político-administrativas brota el concepto de idioma o
lengua oficial de una nación o país. Así, por ejemplo, en Bélgica hay tres idiomas:
el francés valón, el flamenco y el alemán; en Suiza cuatro: el francés, el alemán, el
italiano y el romanche o retorrománico. En España la lengua española es el idioma
oficial del Estado pero las demás lenguas peninsulares, como el catalán, el euskera,
el gallego, son también idiomas oficiales en sus respectivas comunidades
autónomas.
Si el concepto de idioma o lengua oficial proviene de causas culturales, políticas
e históricas, el concepto de dialectopresenta consideraciones únicamente
lingüísticas y culturales. Porque debe entenderse como dialecto cada una de las
variedades regionales de una lengua.
En consecuencia, todos los dialectos de una lengua ofrecerán en sincronía un único
sistema lingüístico en su estructura pero manifestarán específicas preferencias en
el funcionamiento de ese sistema común. Estas preferencias se situarán en los
distintos niveles, léxico, morfosintáctico y fonológico, o únicamente en alguno de
ellos.
El problema de cuándo un dialecto, en razón de la evolución diacrónica, deja de
serlo y pasa a ser otra lengua diferenciada, momento difícil de precisar
lingüísticamente, queda quizá resuelto con los criterios, que apunta M. Alvar, de
igualación, uniformación o nivelación en unos precisos límites geográficos y en la
conciencia lingüístico-social de todos los hablantes de la respectiva comunidad
lingüística.“
[Lamiquiz, Vidal: Lengua española. Método y estructuras lingüísticas. Barcelona:
Ariel Lingüística, ²1989, p. 75]

«Lenguaje
Lenguaje es la facultad humana que permite al hombre la expresión de sus
pensamientos.
No sería, pues, correcto hablar de lenguaje español, lenguaje francés, etc.
La facultad humana de comunicarse es independiente de una lengua u otra.
Todas las razas humanas hablan, excepto los 40.000 indios querunguas del este de
Bolivia, que nacen mudos y no llegan a hablar.
Lengua
Esa facultad humana de comunicarse, presenta manifestaciones diversas según los
distintos grupos humanos que existen. Cada una de las manifestaciones es una
lengua.
La lengua es el código que sirve para comunicarse dentro de cada comunidad
humana. El código es un conjunto sistematizado de signos y las reglas para su
empleo. El código es lo que permite al emisor elaborar un mensaje y al receptor,
interpretarlo. No hay comunicación si el receptor no conoce el código que usa el
emisor.
En la actualidad hay más de 3.000 lenguas en el mundo. Las lenguas más habladas
son el chino, el inglés, el ruso y el español.
En España existen cuatro lenguas: castellano (lengua oficial y nacional), catalán,
gallego y vasco.»
Habla
El habla es la utilización que cada uno de los hablantes hace de su lengua. Se trata,
por tanto, de un acto concreto e individual.
Las lenguas, por el contrario (y los dialectos), son
fenómenos sociales y generales, colectivos, propios de los grupos que los utilizan.
Cuando hay ciertas características comunes en un lugar concreto (pueblo, valle...),
sin llegar a la categoría de dialecto, se las considera hablas locales.
En el habla de cada uno influyen, como es lógico, factores sociales, culturales,
geográficos, etc., lo que da lugar a los diversos niveles y registros de hablas.
Ciertos “tonillos” especiales, ciertas muletillas, algunas palabras
Dialecto
Los dialectos son las variantes o modalidades regionales de una lengua. Tales
variantes no afectan a la unidad del sistema.
El andaluz o el canario son dialectos del castellano.
El mismo castellano, catalán, francés, italiano, gallego, portugués, etc., son, a su
vez, dialectos del latín.
El astur-leonés y el navarro-aragonés son también dialectos del latín, aunque de
características especiales.
Podemos, pues, decir, en síntesis, lo siguiente:
§ Lengua: modalidades nacionales
§ Dialecto: modalidades regionales
§ Habla: modalidades individuales
Desde otro punto de vista, lo podemos expresar así:

Término Definición Extensión


lenguaje Facultad humana para comunicarse Todos los hombres
lengua Sistema determinado de signos Comunitaria: nación-
(dialecto) (código) pueblo
habla Empleo concreto de una lengua Individual

[Alonso Marcos, A.: Glosario de la terminología gramatical. Unificada por el


Ministerio de Educación y Ciencia. Madrid: Magisterio Español, 1986, p. 26-27]

«Lenguaje: debemos entender con esta palabra, entre otras acepciones:
“la facultad del hombre para comunicarse mediante sonidos orales articulados o
escritos“; no debe usarse por lengua (sistema de signos orales o escritos y reglas
de combinación y oposición entre ellos). Así, podremos hablar de “la lengua de un
país“ y no “del lenguaje de un país“; o bien de “las lenguas que se hablan en
España“. Así pues, lenguaje es una facultad; lengua, un sistema.»
[Gómez Torrego, Leonardo: El léxico en el español actual: Uso y norma. Madrid:
Arco/Libros, 1995, p. 111]
Terminología lingüística

Francés Español Alemán


Hablar (uso de la lengua) parole el habla Sprachgebrauch
Funcionalidad de la lengua langue la lengua Sprachsystem
Facultad de hablar langage el lenguaje Sprachvermögen

lenguaje
Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (García Lorca)
«Lenguaje: 1. Facultad de expresarse mediante la articulación de sonidos, propia
del hombre: El lenguaje humano. 2. Forma de expresión de algunos animales: El
lenguaje de las abejas. 3. Cada una de las variedades o modalidades que puede
presentar una lengua, particularmente por relación a la cultura de los hablantes,
a la situación que se emplea, etc.: El lenguaje culto. El lenguaje coloquial. 4.
Manera particular de expresarse: El lenguaje de las manos.»
[Aquilino Sánchez (dir.): Diccionario de uso. Gran diccionario de la lengua
española. Madrid: SGEL, 1985]
lenguaje (Del prov. lenguatge)
1. m. Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa
o siente.
2. m. lengua (sistema de comunicación verbal).
3. m. Manera de expresarse. Lenguaje culto, grosero, sencillo, técnico, forense,
vulgar.
4. m. Estilo y modo de hablar y escribir de cada persona en particular.
5. m. Uso del habla o facultad de hablar.
6. m. Conjunto de señales que dan a entender algo. El lenguaje de los ojos, el de
las flores.
7. m. Inform. Conjunto de signos y reglas que permite la comunicación con un
ordenador. [DRAE]

lengua
el latín es una lengua muerta
«Lengua: Para aludir a la capacidad de hablar del hombre en general se emplea
el vocablo lenguaje. Para las modalidades particulares que puede adoptar una
lengua, especialmente las estilísticas o técnicas, se emplea
también lenguaje (lenguaje científico/periodístico, etc.), aunque también se usa
la voz lengua. Idioma alterna con lengua cuando se alude a las lenguas
nacionales modernas.»
[Aquilino Sánchez (dir.): Diccionario de uso. Gran diccionario de la lengua
española. Madrid: SGEL, 1985]
lengua (Del lat. lingua)
1. f. Órgano muscular situado en la cavidad de la boca de los vertebrados y que
sirve para gustación, para deglutir y para modular los sonidos que les son propios.
2. f. Sistema de comunicación verbal y casi siempre escrito, propio de una
comunidad humana.
3. f. Sistema lingüístico cuyos hablantes reconocen modelos de buena
expresión. La lengua de Cervantes es oficial en 21 naciones.
4. f. Sistema lingüístico considerado en su estructura.
5. f. Vocabulario y gramática propios y característicos de una época, de un
escritor o de un grupo social. La lengua de Góngora. La lengua
gauchesca. [DRAE]

idioma
hablar varios idiomas
Academia de idiomas
«Idioma: Lengua empleada en una comunidad, particularmente cuando
constituye un estado o nación: Habla cuatro idiomas.»
[Aquilino Sánchez (dir.): Diccionario de uso. Gran diccionario de la lengua
española. Madrid: SGEL, 1985]
idioma (Del lat. idiōma, y este del gr. δίωμα, propiedad privada)
1. m. Lengua de un pueblo o nación, o común a varios.
2. m. Modo particular de hablar de algunos o en algunas ocasiones. En idioma
de la corte. En idioma de palacio.
V. laboratorio de idiomas [DRAE]

habla
el habla de Madrid
«Habla: 1. Facultad de hablar: Adquirir, perder, recobrar el habla. 2. Manera de
hablar, peculiar de un individuo, región o grupo social: Habla muy bien el español,
pero no entiende bien el habla de algunos pueblos de esta zona.»
[Aquilino Sánchez (dir.): Diccionario de uso. Gran diccionario de la lengua
española. Madrid: SGEL, 1985]
habla (Del lat. fabŭla)
1. f. Facultad de hablar. Perder el habla.
2. f. Acción de hablar.
3. f. Manera especial de hablar. El habla de un niño.
4. f. Ling. Realización lingüística, por oposición a la lengua como sistema.
5. f. Ling. Acto individual del ejercicio del lenguaje, producido al elegir
determinados signos, entre los que ofrece la lengua, mediante su realización oral
o escrita.
6. f. Ling. Sistema lingüístico de una comarca, localidad o colectividad, con
rasgos propios dentro de otro sistema más extenso. [DRAE]

«lengua | idioma | lenguaje | dialecto | habla
La lengua o lenguaje es el sistema lingüístico de una comunidad, formado por
sonidos articulados; el habla es la facultad de articular palabras, también esta
acepción la adopta el término lengua; el idioma es la lengua, perfectamente
desarrollada, de un país o comunidad; el dialecto es la forma particular en que una
lengua es hablada en un determinado lugar o medio social.»
[Albaigès, Josep M.: Diccionario de palabras afines – con explicación de su
significado preciso. Madrid: Espasa-Calpe, 2001, p. 464]

Idioma
«Idioma, 1605. Tomado del latín tardío idioma, y éste del griego idioma ‘carácter
propio de alguien’, ‘particularidad de estilo’, derivado de idios ‘propio’, ‘peculiar’; de
‘locución de sentido peculiar’ se pasó a ‘lenguaje propio de una nación’, sentido que
ya tiene en el Quijote.
Derivados:
Idiomatismo. Idiota, 1220-50, tomado del griego idiotez ‘hombre privado o
particular’, ‘profano, que no es técnico en una profesión’, ‘ignorante’, acepción ésta
que se conserva todavía en el Siglo de Oro; la moderna, 1869. Idiotismo, 1580,
lat. idiotismus ‘locución propia de una lengua’, del griego idiotismos ‘habla del
vulgo’.»
[Corominas, Joan: Breve diccionario etimológico de la lengua española. Madrid:
Gredos, 31987, p. 330]

Signo lingusitico
El signo lingüístico es una unidad lingüística que puede ser percibida por el ser
humano mediante los sentidos y que permite representar completamente un evento
comunicativo en sus propios términos. Es una construcción social que funciona
dentro de un sistema lingüístico y que pone un "elemento" en lugar de otro. Como
sistema, tiene la capacidad de aplicarse a sí mismo y de explicar los demás sistemas
de signos; pero es importante advertir que en la lingüística y en la semiótica la teoría
define al objeto, y por lo tanto el signo es consecuencia de una perspectiva teórica.

El signo lingüístico fue abordado por dos autores diferentes, por un lado Ferdinand
de Saussure y por el otro Charles Sanders Peirce, quienes a finales del siglo XIX
desarrollaron sus estudios en los cuales abordaron un mismo fenómeno: el signo,
pero desde diferentes perspectivas: Saussure utiliza una perspectiva lingüística,
mientras que la de Peirce es lógico-pragmática. Y ambos sentaron las bases de lo
que hoy se conoce como la "Teoría General de los Signos". Si se tiene en cuenta al
signo desde la perspectiva del estudio de F. Saussure este establece un signo
biplánico: un significado, que es el concepto; y un significante, que es la imagen
acústica.

rincipios del signo lingüístico


El signo lingüístico posee las siguientes características:5

Arbitrariedad. El lazo que une el significante y el significado es arbitrario. Saussure


aclara que con «arbitrario» quiere decir inmotivado: la idea de árbol no está ligada
por relación alguna con la secuencia sonora á-r-b-o-l.
Linealidad del significante. El significante se desarrolla en el tiempo: constituye,
pues, una línea temporal. En oposición a los significantes visuales (una fotografía
por ejemplo), los acústicos solo disponen de la línea del tiempo: sus elementos se
presetan unos tras otros formando una cadena. Al pronunciar /árbol/, se emite un
sonido detrás de otro: á-r-b-o-l. La representación escrita árbol proporciona también
un claro ejemplo: la sucesión en el tiempo es sustituida por la línea espacial de los
signos gráficos.
Inmutabilidad y mutabilidad. Con relación a la comunidad que lo utiliza, el signo
lingüístico es impuesto, inmutable. Pero los signos lingüísticos con el paso del
tiempo pueden alterarse, por lo cual es posible hablar, a la vez, de inmutabilidad y
mutabilidad del signo lingüístico. Por ejemplo, en castellano primitivo mecer
significaba «menear», «agitar», «encogerse de hombros»; en la actualidad, el
significado de este término se ha restringido a «mover acompasadamente la cuna
de los niños».

Lenguaje verbal y no verbal


La comunicación entre las personas ha adoptado muchas formas, pero las más
importantes y las que aún predominan las englobamos en comunicación verbal y no
verbal. La comunicación verbal representa aquella en la que usamos las
palabras, los signos sonoros o los auditivos. Por su lado, la comunicación no verbal
es aquella en la que usamos signos visuales que no son palabras, como gestos o
el uso escritura. En ambos casos, eso sí, la comunicación se basa en un mismo
objetivo, que viene a ser el procesado de un mensaje para que a quien está dirigido
lo pueda recibir y lo entienda a través de una de las vías posibles de diálogo. En
este sentido, de manera independiente al tipo de comunicación que se adopte, es
importante que el mensaje que se manda, esté enviado de una u otra manera, sea
fluido y fácil de entender.

La comunicación verbal
Profundizando en ello podemos decir que es el uso de las palabras para la
interacción de manera invariable a la forma en la que las utilicemos dependiendo
del contexto. Se puede realizar de dos formas principales: oral (con el uso de
palabras) o escritas (por medio de representación gráfica de signos). La
comunicación oral goza de un amplio rango de formas: gritos, exclamaciones,
silbidos, risas, lloros, sonidos vocales… Todos ellos pueden expresarse en multitud
de ocasiones en substitución del lenguaje formal y articulado (idioma) que es la
forma de comunicación oral más desarrollada y clara para entender. El lenguaje
articulado son sonidos estructurados que dan lugar a las sílabas, palabras y
oraciones con las que nos comunicamos con las demás personas.

Por otra parte, la comunicación escrita tiene, como el lenguaje articulado, un gran
nivel de desarrollo. Así, las formas también son muy variadas: alfabetos, siglas,
acrónimos, logotipos, iconos, jeroglíficos… En esta inacabable lista podemos
encontrar métodos escritos creados en el principio de los tiempos hasta otros
originados a día de hoy con el uso de la comunicación electrónica y otros recursos
tecnológicos. En referencia a esto último, sabemos que, hoy en día la comunicación
verbal se está reformando y ampliando a un sistema más sencillo debido a la
innovación que proporcionan los avances informáticos. Esto es algo que
representamos a través de recursos como el correo electrónico, el chat y otros
medios de transmitir mensajes que se caracterizan por la rapidez y por la
eliminación de ciertas partículas básicas de la comunicación.
La comunicación no verbal
La comunicación no verbal se realiza a través de signos: imágenes sensoriales
(visuales, auditivas, olfativas…), sonidos, gestos, movimientos corporales, etc. Se
dice que la mayoría de la comunicación la hacemos con lenguaje no verbal y no
con palabras. Las formas no verbales de comunicación entre los seres vivos
incluyen: luces, imágenes, sonidos, gestos, colores y entre los humanos además
los sistemas simbólicos: las señales, las banderas y otros medios técnicos visuales.

Cuando conocemos a alguien nuevo tenemos muy en cuenta la información no


verbal que obtenemos y emitimos, ya sea de forma consciente o inconsciente.
Ser consciente de ello nos ayudará a evitar prejuicios que distorsionen la realidad.
El psicólogo Albert Mehrabian llevó a cabo experimentos psicológicos y descubrió
que como regla general la comunicación no verbal está sobrevalorada en el
mensaje. Solo el 7% de la información se atribuye a las palabras, mientras que el
38% se atribuye a la voz (entonación, proyección, resonancia, tono, etcétera) y el
55% al lenguaje corporal (gestos, posturas, movimiento de los ojos, respiración,
etcétera).
Niveles de la lengua

Estandar colquial vulgar y culta

La diversidad de situaciones en que se produce la comunicación oral o escrita,


obliga a los interlocutores a utilizar la lengua de diferentes formas, llamadas niveles
o registros de la lengua. De eso hablaremos hoy y veremos cómo el uso de la lengua
varía en función de los factores geográficos y socioculturales, la intención
comunicativa y el contexto.

/ ABC Color
El nivel culto
El nivel culto se caracteriza por la corrección y la precisión en el uso de la lengua.
Los hablantes cuidan la forma y el contenido del mensaje; tienen riqueza de
vocabulario y expresan sus ideas en orden lógico, de tal manera que la comprensión
resulta fácil. Abundan en este nivel los cultismos y los tecnicismos.
Los cultismos son palabras que proceden del griego o del latín, con poca
modificación, como: anacrónico, benévolo, fructífero, cátedra... Los tecnicismos son
expresiones propias de las ciencias, las artes y las profesiones.

El nivel culto de la lengua lo utilizan las personas instruidas.

¿Será cierto?

Si pudieron elegir
espacios sobre la tierra
que ofrendaban generosos
su inimitable belleza;
si pudieron conocer
la grandiosidad suprema
de lo que llamamos hoy
naturaleza
y de allí seleccionar
cuanto quisieran...

¿será verdad que escogieron


los verdes cañaverales de mi aldea?
¿Es posible que sea cierto
lo que contaban las viejas?:
Nadie pudo confirmarlo
pero existe la certeza
de que vivieron aquí
juntitos, Adán y Eva.

¿Y qué quieres que te diga?

Comparto su preferencia.

Quizá se fueron después


aun habiendo uvas inmensas
porque no crecían manzanos
en su huerta.

(Gladys Carmagnola)

El nivel coloquial
El nivel coloquial de la lengua es el que se utiliza en las conversaciones familiares
y entre amigos. Los hablantes emplean la lengua de forma espontánea y natural.
Tiene la ventaja de ser más expresiva, pero el vocabulario es más limitado, tiene
incorrecciones y abundan las muletillas e interjecciones.

Las muletillas son palabras o frases que se repiten por costumbre, como: o sea,
bueno, este.. Las interjecciones son palabras que expresan una impresión repentina
o un sentimiento profundo, como asombro, sorpresa, dolor, molestia, amor: ¡eh!,
¡ay!, ¡hola!, ¡por Dios!

El nivel vulgar
El nivel vulgar se caracteriza por la abundancia de incorrecciones en la lengua. Los
hablantes de este nivel apelan con mucha frecuencia a sus interlocutores, no se
adaptan a las situaciones, utilizan pocas palabras, y muchas veces le dan un
significado distinto del que tiene en la lengua. Los mensajes no tienen un orden
lógico, lo que dificulta la interpretación. Las jergas son propias de este nivel.

Gramatica
La gramática es el estudio de las reglas y principios que gobiernan el uso de
las lenguas y la organización de las palabras dentro de unas oraciones y otro tipo
de constituyentes sintácticos. También se denomina así al conjunto de reglas y
principios que gobiernan el uso de una lengua concreta determinada; así, cada
lengua tiene su propia gramática.
La gramática es parte del estudio general del lenguaje denominado lingüística.
Clásicamente, el estudio de la lengua se divide en cuatro niveles:
Nivel fonético-fonológico.
Nivel sintáctico-morfológico.
Nivel léxico-semántico.
Nivel pragmático.
A veces se restringe el uso del término gramática a las reglas y principios que
definen el segundo de estos niveles. Sin embargo, la separación de los niveles no
es totalmente nítida porque ciertas reglas gramaticales se realizan en el nivel
fonético-fonológico e igualmente existen parámetros o criterios semánticos que
sirven para decidir cuándo una determinada construcción es gramatical.

Morfologia
El término morfología proviene del griego μορφo-, morph ('forma') y λογία logía
('tratado', 'ciencia'); así, el todo significa literalmente 'ciencia (o estudio) de la forma'.
En efecto, se habla de la morfología de las plantas, de la morfología de los seres
vivos, de la morfología del relieve terrestre, etc.

En lingüística, este término adquiere un significado especializado: 'estudio de las


formas de las palabras' y, por extensión, 'estudio de la palabra'. Esto se remonta a
una tradición iniciada en los trabajos de Baudouin de Courtnay según la cual están
formadas por raíces y afijos que realizan la función del signo saussureano. Y aunque
también se deba hablar en lingüística de la forma de los sintagmas y/o de las frases,
el término morfología no se aplica a estos últimos; es la palabra, y solamente la
palabra, lo que constituye el objeto de la morfología lingüística de acuerdo a un uso
general.

La posición en la morfología gramatical es intermedia. Para la tradición


estructuralista americana de Bloomfield, la morfología era esencial; en la tradición
generativista chomskyana la sintaxis es central y la morfología o bien es relegada a
la fonología o bien es ignorada como disciplina independiente. Esas posturas han
hecho de la morfología lingüística un campo polémico y de difícil definición en la
moderna teoría lingüística. Habitualmente se considera que los patrones
morfológicos son el resultado de la gramaticalización y que, en cierto sentido eso
es todo lo que hay en morfología. Por tanto, la búsqueda de universales
morfológicos y el propio análisis morfológico no serían otra cosa que un estudio de
los patrones de gramaticalización.

Distinción entre morfología y sintaxis


La gramática tradicional divide el estudio de todas las lenguas del mundo por
convención, en dos secciones: morfología y sintaxis. La relación entre las dos es la
siguiente:

La morfología explica la estructura interna de las palabras y el proceso de formación


de palabras mientras que la sintaxis describe cómo las palabras se combinan para
formar sintagmas, oraciones y frases.
Sin embargo, en el seno de la gramática generativa se ha sostenido que la
morfología es insostenible como rama autónoma. En ocasiones hay alternacias
morfológicas que están ocasionadas por restricciones fonológicas por lo que ciertos
aspectos de la morfología tradicional caen dentro de la morfofonémica. Algunos
otros procesos morfológicos no parecen fácilmente separables de la sintaxis, por lo
que su estudio recae en el estudio llamado morfosintaxis. Para algunos autores la
morfología se restringe sólo al proceso de formación de palabras, dejando fuera los
procesos morfofonémicos y morfosintácticos. También es parte de la lingüística que
estudia las reglas que rigen la flexion, la composición y la derivación de las palabras.

Grupos lingüísticos
Lenguas monosilábicas. El primero de esos grupos incluye aquellas lenguas cuyas
palabras están formadas por una sola sílaba. Estas lenguas como el chino.

Lenguas aglutinantes. El segundo grupo lo integran las lenguas cuyas palabras


existen aisladas unas de otras pero, al formar una oración o una frase, se unen entre
sí de tal manera que con dos, tres o cuatro vocablos, se forma una sola palabra en
ocasiones muy larga, llamada frase o palabra oración según el caso.

Lenguas de flexión. El tercer grupo lingüístico está formado por aquellas lenguas
que, como el griego antiguo , el latín y el español, sus palabras están estructuradas
por raíces y morfemas, cosa que les permite flexionarse, razón por la cual estas se
llama: lenguas de flexión o flexivas. Las lenguas de flexión se dividen en: lenguas
analíticas y lenguas sintéticas, según relacionen sus palabras mediante partículas
(preposiciones y artículos) o por medio de terminaciones.

Seamntica
El término semántica se refiere a los aspectos del significado, sentido o
interpretación de signos lingüísticos como símbolos, palabras, expresiones o
representaciones formales. En principio las expresiones del lenguaje formal o de
una lengua natural admiten algún tipo de correspondencia con situaciones o
conjuntos de cosas que se encuentran en el mundo físico o abstracto que puede
ser descrito por dicho medio de expresión.

La semántica puede estudiarse desde diferentes puntos de vista:

Semántica lingüística, trata de la codificación y decodificación de los contenidos


semánticos en las estructuras lingüísticas. Estudia la estructura de las formas
léxicas, la estructura de las expresiones y su relación con sus referentes, así como
los mecanismos mentales por los cuales los individuos atribuyen significados a las
expresiones lingüísticas.

Semántica lógica, desarrolla una serie de problemas lógicos de significación,


estudia la relación entre el signo lingüístico y la realidad. Las condiciones necesarias
para que un signo pueda aplicarse a un objeto, y las reglas que aseguran una
significación exacta.
Semántica en ciencias cognitivas, intenta explicar por qué nos comunicamos, y cuál
es el mecanismo psíquico que se establece entre hablante y oyente durante este
proceso.

Sintaxis
La sintaxis es la parte de la gramática que estudia las reglas y principios que
gobiernan la combinatoria de constituyentes sintácticos y la formación de unidades
superiores a estos, como los sintagmas y las oraciones gramaticales. La sintaxis,
por tanto, estudia las formas en que se combinan las palabras, así como las
relaciones sintagmáticas y paradigmáticas existentes entre ellas.

Sintaxis estructural
La sintaxis para Leonard Bloomfield, era «el estudio de formas libres compuestas
completamente por formas libres». Central a esta teoría de la sintaxis eran las
nociones de clases de forma (form classes) y estructura constituyente. (Estas
nociones eran también relevantes, aunque menos centrales, en la teoría de la
morfología). Bloomfield definió clases de forma más bien de manera imprecisa, en
términos de algún "rasgo fonético o gramático reconocible común y compartido por
todos los miembros". Dio como ejemplos las clases de forma que consisten en
“expresiones substantivas personales” de la lengua inglesa (definidas como “las
formas que, cuando están expresadas con tono exclamatorio final, constituyen
requerimientos (llamadas) de la presencia o la atención de una persona”: por
ejemplo "John", "Boy", "Mr. Smith"); las clases de forma que consisten en
“expresiones infinitivas” (definidas como "formas que, cuando están expresadas con
tono exclamatorio final, tienen el significado de una orden: por ejemplo, "run",
"jump", "come on"); las clases de la forma de “expresiones sustantivas nominativas”
(por ejemplo: "John", "the boys") y así sucesivamente. Debe estar claro, a partir de
estos ejemplos, que las clases de forma son similares, aunque no idénticas, a las
partes del discurso tradicionales y que una misma forma puede pertenecer a más
de una clase de forma.

Sustituibilidad

llll
Lo que Bloomfield tuvo en cuenta como criterio para la pertenencia a clases de
forma (y por tanto de equivalencia sintáctica) podría ser mejor expresado en
términos de sustituibilidad. Las formas de clase son conjuntos de formas (ya sean
simples o complejas, libres o ligadas), de las cuales cualquiera podría sustituirse
por otra en una construcción o conjunto de construcciones dadas en todas las
oraciones de una lengua determinada.

Constituyentes inmediatos
Dentro de las oraciones, las palabras forman agrupaciones jerárquicas llamadas
constituyentes sintácticos. Obviamente no cualquier conjunto de palabras forma un
constituyente, sino sólo aquellas agrupaciones que realizan una función sintáctica
reconocible. En general los constituyentes están formados por constituyentes más
pequeños (excepto los constituyentes terminales, que, generalmente, coinciden con
palabras, afijos o adposiciones). Las pruebas de constituencia ayudan a identificar
cuáles son los constituyentes de una oración.

Sintaxis generativa
El actual paradigma en la disciplina es la gramática generativa, de cuyas formas se
destaca la gramática generativa transformacional que se centra en el análisis de la
sintaxis como constituyente primitivo y fundamental del lenguaje natural.

La gramática generativa no centra su investigación en la descripción de oraciones,


sino en cómo la mente humana logra generarlas e interpretarlas a través de un
sistema mínimo e intencional. El objetivo fundamental de la gramática generativa es
el diseño de un dispositivo formal capaz de explicar la generación de todas las
oraciones de las lenguas humanas.

En la práctica, la descripción estructural de las oraciones suele realizarse a través


de corchetamiento o de diagramas arbóreos. Ambos esquemas reflejan la jerarquía
estructural de los constituyentes de la oración, a la vez que justifican (especialmente
en el actual Programa minimalista) el orden lineal de las palabras.

La clásica distinción de diferentes categorías sintácticas no puede ser rescatada en


la mayoría de las escuelas generativistas (gramática léxico-funcional (LFG)
considera que las funciones sintácticas son primitivos de la sintaxis). Esto se debe
a que se considera a tal análisis meramente descriptivista y taxonómico. Casi todas
las corrientes generativistas operan con los diferentes tipos de sintagmas que
permiten los núcleos léxicos y funcionales de cada lengua.

Sintaxis funcionalista
Los estudios de gramática funcional están orientados a explicar cómo el lenguaje
humano se ha desarrollado como herramienta comunicativa. Por tanto, se supone
que la sintaxis (y el resto de los componentes lingüísticos) deben reflejar cierta
funcionalidad comunicativa en su diseño. La Gramática sistémico funcional de
Michael Halliday y la Gramática del papel y la referencia de Robert Van Valin son
muestras de este tipo de orientación lingüística.

Fonetica
La fonética (en griego: φωνητικά [fōnētiká], ‘vocal’) es el estudio de los sonidos
físicos del discurso humano. Es la rama de la lingüística que estudia la producción
y percepción de los sonidos de una lengua con respecto a sus manifestaciones
físicas. Sus principales ramas son: fonética articulatoria, fonética acústica y fonética
auditiva o perceptiva. Desde otro punto de vista, también se habla de la fonética
experimental como rama aparte.

Fonética experimental
La fonética experimental son las propiedades acústicas y físicas de los sonidos del
habla, reuniendo y cuantificando los datos sobre la emisión y la producción de las
ondas sonoras que configuran el sonido articulado. Utiliza instrumentos como el
espectrógrafo, el nasómetro, el glotógrafo, el palatógrafo, etc., que muestran bien
sea las ondas sonoras del habla provenientes de la boca o de la nariz o de la laringe,
ya descompuestas, o las distintas zonas del paladar donde la lengua ha tocado El
conjunto de los datos analizados al medir los sonidos, depende únicamente de la
precisión del instrumental, así como de otros conocimientos conexos. En los
estudios experimentales, se parte del habla de varios informantes y se utilizan
medios estadísticos para establecer las tendencias generales en la naturaleza de
los sonidos.

Gracias a la fonética experimental se sabe que la mayoría de los sonidos, en


especial las vocales, están constituidos por combinaciones de unas pocas
frecuencias, los llamados formantes, que permiten al oído reconocer dicho sonido.
La existencia de formantes está relacionada con el hecho de que dichos sonidos
son de hecho ondas sonoras. Otros sonidos como las fricativas carecen de
formantes y presentan una combinación de ondas aperiódicas en una banda amplia
de frecuencias.

Fonética articulatoria
Artículo principal: Fonética articulatoria
Es la que estudia los sonidos de una lengua desde el punto de vista fisiológico; es
decir, describe qué órganos orales intervienen en su producción, en qué posición
se encuentran y cómo esas posiciones varían los distintos caminos que puede
seguir el aire cuando sale por la boca, nariz, o garganta, para que se produzcan
sonidos diferentes. No se ocupa de todas las actividades que intervienen en la
producción de un sonido, sino que selecciona sólo las que tienen que ver con el
lugar y la forma de articulación. Los símbolos fonéticos y sus definiciones
articulatorias son las descripciones abreviadas de tales actividades. Los símbolos
fonéticos que se usan más frecuentemente son los adoptados por la Asociación
Fonética Internacional en el alfabeto fonético internacional (A.F.I.) que se escriben
entre corchetes.

Los órganos que intervienen en la articulación móviles los labios, la mandíbula, la


lengua y las cuerdas vocales, que a veces reciben el nombre de órganos
articulatorios. Con su ayuda el hablante modifica la salida del aire que procede de
los pulmones. Son fijos los dientes, los alveolos, el paladar y el velo del paladar. Los
sonidos se producen cuando se ponen en contacto dos órganos articulatorios, por
ejemplo el bilabial (p), que exige el contacto entre los dos labios; también cuando
se ponen en contacto un órgano fijo y otro articulatorio, y el sonido se nombra con
los órganos que producen la juntura, o punto de articulación, como por ejemplo el
sonido labiodental (f) que exige el contacto entre el labio inferior y los incisivos
superiores. Cuando es la lengua el órgano móvil no se hace referencia a ella en la
denominación del sonido. Así, el sonido (t), que se produce cuando la lengua toca
la parte posterior de los incisivos superiores, se llama dental.

Fonética acústica
Es el estudio de la fonética desde el punto de vista de las ondas sonoras. Se ocupa
de la medición científica de las ondas de sonido que se crean en el aire cuando
hablamos. Así como a los fonemas les atribuimos unos rasgos articulatorios, a los
sonidos les podremos atribuir unos rasgos acústicos: vocálico/no vocálico y
consonántico/no consonántico, compacto/difuso sonoro/sordo, nasal/oral,
intercepto/continuo, estridente/mate, grave/agudo. Estas mediciones se reflejan en
espectrogramas, en los que quedan reflejados los distintos formantes en que se
descomponen los sonidos.

Fonética auditiva
La fonética auditiva es una de las tres ramas básicas de la fonética, junto a la
fonética articulatoria y la acústica, que estudia el sonido desde el punto de vista del
receptor, es decir, estudia los mecanismos de la percepción del sonido.

La fonética auditiva, también denominada fonética perceptiva, trata de la percepción


a través del oído de los sonidos del habla (George Yule). Considera la fonética
desde el punto de vista del oyente. Estudia la manera cómo el oído reacciona ante
las ondas sonoras (audición) así como la interpretación de tales ondas (percepción).

El oído es un dispositivo que tiene como misión recoger la energía, que lleva una
onda acústica, en el tímpano y convertirla en impulsos nerviosos. Consta de tres
partes: oído externo, oído medio y oído interno.

Fonologia
Sistema fonológico
El sistema fonológico de una lengua está formado por un inventario de fonemas y
un conjunto de reglas de aplicación automática que da la pronunciación de cada
cadena admisible de fonemas. Debe tenerse presente que el sistema fonológico
puede admitir diversas representaciones, un inventario pequeño con más reglas, o
un inventario más grande con menos reglas (véase por ejemplo los diferentes
análisis para las vocales del inglés). En el enfoque generativista, un sistema
fonológico se puede representar por un par:

{\displaystyle {\mathcal {F}}=(F,{\mathcal {R}})} {\displaystyle {\mathcal


{F}}=(F,{\mathcal {R}})}

Donde:

{\displaystyle F\,} F\, designa al conjunto de fonemas o inventario fonológico.


{\displaystyle {\mathcal {R}}} \mathcal{R} representa el conjunto de reglas que
permiten derivar la pronunciación fonética de una palabra a partir de la forma
fonémica de una expresión (de hecho, las reglas formalmente aplican secuencias
finitas del inventario fonológico en formas fonéticas).
Por ejemplo, la palabra del español /DeDo/ , con la aplicación de las reglas pasa a
ser: [deðo] (donde la primera /D/ se articula como oclusiva [d] y la segunda como
aproximante [ð]). La fonología, vista según el enfoque formal del generativismo, es
el estudio de los sistemas fonológicos.
Otro hecho que debe tenerse en cuenta es que los mismos sonidos segmentales
pueden estar asignados a fonemas diferentes. Así, los alófonos [p] y [b] son
unidades contrastantes en español (vaso / paso), pero no en chino mandarín. Por
eso, en español se consideran fonemas diferentes, pero en chino mandarín, que
usa oposiciones de aspiración más que de sonoridad entre las consonantes labiales,
sólo son dos realizaciones posibles del mismo fonema labial no aspirado.[cita
requerida]

Descripción de los fonemas


Artículo principal: Fonema
Un fonema no es un sonido sino un constructo mental. Cada fonema es una clase
de equivalencia de sonidos, caracterizada por una especificación incompleta de
rasgos fonéticos (acústicos y articulatorios). La pronunciación concreta de un
fonema dependerá de la posición en la palabra o contexto fonético, que determinará
los otros rasgos fonéticos relevantes, para poseer una especificación articulatoria
completa. Así, en español tenemos un fonema /B/ que tiene rasgo consonántico, no
nasal, labial y sonoro y puede pronunciarse como oclusiva [b] a principio de palabra,
o como aproximante [β] entre vocales, pero del fonema mismo /B/ no podemos decir
que sea oclusivo o aproximante. Es, por tanto, un fonema subespecificado respecto
a los rasgos. En todas las lenguas, la mayoría de los fonemas están
subespecificados. Algunos de los rasgos fonéticos importantes para distinguir
fonemas son:

Consonanticidad: en español, las vocales tienen el rasgo [- cons].


Silabicidad: cualquier fonema que actúa como núcleo silábico es [+ silab].
Sonoranticidad: las vocales y las consonantes no obstruyentes tienen rasgo [+ son].
Sonoridad y aspiración: cuando el sonido produce una cierta vibración en las
cuerdas vocales, este sonido es sonoro; sin embargo, cuando esta vibración no se
produce, el sonido resultante es áfono. Las lenguas romances presentan contrastes
de sonoridad, pero no lo presentan por ejemplo el chino mandarín y muchas lenguas
autóctonas de América.
Modo de articulación: los principales modos de articulación dividen a los sonidos
consonánticos en oclusivas, fricativas, aproximantes y africadas.
Punto o lugar de articulación: la lista de puntos de articulación consonánticos usados
en las lenguas naturales conocidas incluyen los puntos de articulación primarios,
que son: consonante labial, coronal, palatal, velar, uvular, faríngeo y glotal. Cada
uno de estos puntos primarios distingue varias articulaciones secundarias,
especialmente las tres primeras categorías.

Estilistica
Analiza todos los elementos de una obra o del lenguaje hablado, el efecto que el
escritor o hablante desea comunicar al lector o receptor del discurso hablado y los
términos, giros o estructuras complejas que hacen más o menos eficaces esos
efectos. Intenta establecer principios capaces de explicar los motivos que llevan a
un individuo o a un grupo social a seleccionar expresiones particulares en su uso
del lenguaje, la socialización de esos usos y la producción y recepción de
significados. Comprende la crítica literaria y el análisis del discurso crítico.

Un género literario puede observarse como un grupo de características que marcan


el estilo y lo diferencian. Por ejemplo, prosa y poesía. Otros aspectos considerados
por la estilística son el diálogo, la descripción de escenas, el uso de voz pasiva o
voz activa, la distribución y extensión de las oraciones, la utilización de registros
dialectales, las figuras de dicción y las figuras de pensamiento, el predominio de
una categoría morfológica o clase de palabra, el uso de los símiles o
comparaciones, la selección o predominio de unos determinados tropos, metáforas
o imágenes.

Estilística descriptiva, de ámbito principalmente francés, inspirada por el


Estructuralismo de Ferdinand de Saussure y desarrollada por Charles Bally.
Estilística genética o generativa, que prolonga la estilística del idealismo alemán y
deriva de Benedetto Croce. En el siglo XX continuó desarrollándose con la obra de
Dámaso Alonso y Amado Alonso, herederos asimismo de la tradición filológica de
Ramón Menéndez Pidal; algunos la llaman, «Estilística del individuo» o bien «Crítica
estilística» o "Ciencia de la Literatura", según Dámaso Alonso.
Estilística funcional o Estilística estructural. La plantea Eugenio Coseriu al añadir a
la dicotomía de Saussure entre lengua y habla el concepto de norma e introducir el
papel operativo de la función poética según Roman Jakobson. El desvío de la norma
tiene un papel creativo en la literariedad y, de hecho, considera al estilo como
desviación de una norma en lo que tiene de aspecto creativo. Se desarrolla en
Estados Unidos y cuenta entre sus estudiosos a Michel Riffaterre y S. P. Levin.

Lexicologia
La lexicología es la subdisciplina de la lingüística que tiene por cometido la
clasificación, representación y estudio de la estructura léxica según relaciones
sistemáticas y patrones recurrentes en la lengua.

La lexicología es muy diferente de la lexicografía. La lexicografía pretende


simplemente describir o recoger formas léxicas y se centra en una lengua particular.
Como tal la lexicografía es una disciplina instrumental cuyo fin es la elaboración de
diccionarios en los cuales se ofrecen informaciones de orden etimológico,
categorial, combinatorio, semántico y contextual sobre cada uno de los términos
censados. Por otro lado, la lexicología pretende hacer generalizaciones sobre la
estructura de léxico, las relaciones entre palabras y el modo en como la lengua
representa ciertas áreas semánticas. La lexicología trata asuntos como:

El origen de las palabras (etimología), algo para lo que se requiere el auxilio de la


lingüística histórica.
Las relaciones entre conceptos y palabras (onomasiología y semasiología).
La estructura de relaciones semánticas que se establecen entre las palabras que
constituyen el léxico de una lengua.
Uno de los principales problemas de la lexicología ha sido y sigue siendo la
definición de lo que habitualmente se llama palabra, ya que el término resulta
demasiado impreciso y se prefiere hablar de "unidades léxicas", que acoge un
ámbito más extenso y general de formas.

lingüística)|flexivas]] que una palabra adopta en su variación morfológica para


expresar género, número, persona, modo, tiempo, entre otros, entre una serie de
categorías gramaticales y por ello las unidades que estudia exclusivamente la
lexicología son los lexemas, unidades invariables con significado léxico que poseen
cierta autonomía y se combinan entre sí o con morfemas para formar unidades
léxicas.

Estas unidades léxicas pueden constituir una lexía, esto es, un conjunto de
monemas.

Procesos de formación de palabras


Las palabras que forman parte de las categorías léxicas pueden combinarse entre
sí para dar lugar a nuevas palabras, para ello las lenguas del mundo usan diversos
procedimientos:

Composición lingüística
Derivación lingüística
Parasíntesis
En cambio categorías funcionales se consideran clases cerradas que no resultan
explícitamente ampliables mediante ningún proceso productivo de formación de
palabra. Sin embargo, en la evolución histórica de una lengua el inventario de
palabras funcionales varía porque se ganan o se pierden elementos, el proceso más
importante de creación de nuevas palabras funcionales es la gramaticalización.

Ortografia literal
Ortografía literal y acentual
En nuestro idioma, como en muchos otros, todas las palabras llevan un golpe de
voz en alguna de sus sílabas. A este golpe de voz le llamamos acento. Ahora bien,
en nuestro idioma, existe una sola forma de marcar en forma gráfica este acento:
con una rayita oblicua sobre la vocal correspondiente. A esta rayita la denominamos
acento gráfico o tilde.

¿Qué es ortografía?
Ortografía literal y acentual
Ortografía puntual

Ortografía literal

Las reglas de la ortografía literal rigen sobre las letras que se deben utilizar para
escribir las palabras de nuestro idioma.

Para tener buena ortografía literal no basta con saber las reglas, ya que la mayoría
de las palabras de nuestro idioma se escriben de la forma en que lo hacen sin que
exista para ello regla alguna, más que su origen. Por esto, para incrementar nuestra
ortografía literal, es necesario leer mucho, practicar constantemente, y no dejar
ninguna duda sin despejar.

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Para esto último son útiles las normas, para poder asegurarnos en los casos en que
no sabemos cómo se escribe una palabra, o para memorizar el uso de aquellas
letras que nos son más difíciles.

Ver uso de diferentes letras en artículos correspondientes.

Ortografía acentual

Entrega las normas según las cuales corresponde o no poner tilde a las palabras,
ya que como bien sabes, todas las palabras tienen acento, golpe de voz, pero no
todas deben ser acentuadas gráficamente. Comenzaremos repasando las reglas de
acentuación básicas.

Acentuación de palabras agudas

Las palabras agudas son aquellas en las que se carga la voz en la última sílaba,
como país, jugar, situación, o perdí. Estas palabras llevan tilde cuando terminan en
n, s o vocal.

Acentuación de palabras graves

Las palabras graves son aquellas en las que se carga la voz en la penúltima sílaba,
como Gómez, sapo, cortina, o automóvil. Llevan tilde cuando terminan en cualquier
consonante, menos n o s.

Acentuación de palabras esdrújulas

Las palabras esdrújulas son aquellas en las que se carga la voz en la antepenúltima
sílaba, como mágica, pájaro, mamífero, o ciénaga. Estas palabras llevan tilde
siempre.

Acentuación de palabras sobresdrújulas

Las palabras sobresdrújulas son aquellas en las que se carga la voz en la sílaba
anterior a la antepenúltima, como dígamelo, tráigaselo o guárdatela. Estas palabras
llevan tilde siempre.

Acentuación en palabras compuestas


Las palabras compuestas llevan tilde cuando la segunda palabra que las compone
lo lleva. Por ejemplo, la palabra kilómetros lleva tilde, por lo tanto, la palabra
cuentakilómetros también lo llevará. Ahora, si la primera palabra que compone una
palabra compuesta llevaba tilde, lo perderá, como ocurre en la palabra
vigesimosegundo que no lleva tilde, a pesar de que vigésimo lo lleva.

Entonces, al juntar dos palabras en una sola, ¿dónde debemos cargar la voz?

La respuesta es muy simple: al juntar dos palabras, la primera de ellas pierde su


acento. Por lo tanto, debemos cargar la voz en la segunda palabra, es decir, en la
sílaba que corresponda de la segunda palabra. Veamos algunos ejemplos:

De la palabra saca, y la palabra: puntas, surge la palabra: sacapuntas. La palabra


saca es grave, pues tiene el golpe de voz en la penúltima sílaba: – sa, y la palabra
puntas también lo tiene en la penúltima sílaba: – pun, por lo que es, asimismo, una
palabra grave. Pero no debemos pensar que debemos cargar la voz dos veces, sino
que, como hemos dicho, la primera palabra pierde su acento. De esta manera,
cargaremos la voz sólo en la penúltima sílaba de la segunda palabra, que es al
mismo tiempo la penúltima sílaba de la palabra nueva. Entonces nos queda:
sacapuntas, donde – pun es la sílaba acentuada.

Para decirlo de modo más simple, podemos afirmar que las palabras compuestas
siempre conservarán la acentuación de la segunda palabra que las compone.

Veamos otro ejemplo: la palabra cuentakilómetros. La primera palabra que la


compone, cuenta, es grave, pero la segunda es esdrújula. Esto quiere decir que la
palabra nueva será esdrújula: se carga la voz en la antepenúltima sílaba.

Ahora bien, al momento de poner el tilde en este tipo de palabras, debemos


considerar lo que ya aprendimos: si la primera palabra pierde su acento, pero la
segunda lo conserva, debemos entender que con el tilde ocurre exactamente lo
mismo. Si la primera palabra llevaba tilde estando sola, al juntarse con otra para
formar una palabra compuesta lo perderá. Este es el caso de la palabra baloncesto,
que está formada por las palabras: balón y cesto. La palabra balón, en forma
individual, lleva tilde, pero como sabemos, al formar una palabra compuesta, pierde
su golpe de voz, o sea, pierde también el tilde. Así, tenemos que la palabra
baloncesto no debe acentuarse, ya que se trata de una palabra grave terminada en
vocal.

Como ves, nuevamente se cumple lo que señalamos antes: la palabra nueva:


baloncesto conservará la acentuación de la segunda palabra que la compone:
cesto- ambas -baloncesto y cesto- son, en este caso, palabras graves.

Acentuación de palabras terminadas en mente


Llevan tilde sólo cuando la palabra original, sin la terminación mente, lo llevaba. Por
ejemplo, fácilmente lleva tilde porque fácil la tiene, y tiernamente no lleva tilde
porque tierna no se tilda.

Aprovechamos la oportunidad para recordarte que no se debe agregar la


terminación mente a palabras de cuatro sílabas o más, ya que la palabra resultante
es tan larga que no suena bien. Esto ocurriría, por ejemplo, agregando la
terminación a las palabras espectacular o incomprensible. (espectacularmente,
incomprensiblemente)

Signos de puntuacion
1. La coma ( , )
Marca una pausa breve en un enunciado.
Se utiliza en los casos siguientes:

Para separar los elementos de una enumeración.


Ej.: Viene a recoger el resto de sus cosas: la ropa, la pelota de baloncesto, la
cámara , la caña de pescar y la Vespa.

Para aislar el vocativo.


Ej.: “Visite a Zoraida, la pitonisa, y conozca el porvenir...”

En los incisos que interrumpen una oración, para aclara o ampliar lo que se dice,
o para mencionar el autor u obra citados.
Ej.: Todos los vecinos, incluido el del tercero, estaban por una vez de acuerdo.

Para separar elementos gramaticalmente equivalentes en un enunciado.


Ej.: Toda Europa estaba presente: franceses, españoles, italianos, alemanes,
portugueses, etc.

En las cabeceras de las cartas se escribe coma entre el lugar y la fecha.


Ej.: San Sebastián, 24 de Noviembre de 1965

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2. El punto ( . )
El punto marca una pausa al final de un enunciado.
Después de un punto siempre se escribe mayúscula.
Hay tres tipos de puntos:

Punto y seguido: separa enunciados que integran un párrafo.


Ej.: Con el disco en la mano, ya sólo falta que funcione. Atrás han quedado un año
y medio de Trabajo e incertidumbres.

Punto y aparte: separa dos párrafos distintos con dos contenidos diferentes.
Ej.: Un año después de salir el disco al mercado, prácticamente todos saben ya
quién es.
El segundo single ha comenzado a sonar.

Punto y final: cierra un texto.

También se usa después de las abreviaturas.


Ejs.:
Sr. Sra. Dr. EE.UU.

Nunca se usa el punto en los títulos y subtítulos de libros, artículos, capítulos, obras
de arte.
Ejs.: "Las Meninas", "Cien años de soledad"

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3. El punto y coma ( ; )
Indica una pausa superior a la coma e inferior al punto. Se utiliza:

Para separar los elementos de una enumeración cuando se trata de expresiones


que incluyen comas.
Ej.: Había que estar en contacto con la naturaleza; dejar entrar el cielo, el mar y el
viento; dormir sobre tablones, sobre el suelo; sentarse en sillas medio rotas.

Delante de las conjunciones o locuciones como pero, mas, aunque, sin embargo,
por tanto por consiguiente, cuando los periodos tienen cierta longitud.
Ej.: Trabajamos como locos en ese proyecto porque teníamos confianza; sin
embargo, los Resultados no fueron los que esperábamos.

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4. Los dos puntos ( : )


Nunca se deja un espacio antes de los dos puntos.
Se usan los dos puntos en los siguientes casos:

Delante de una enumeración anunciada con un verbo.


Ej.: Los puntos cardinales son: norte, sur, este y oeste.

En citas textuales.
Ej.: Se tiró en la cama y gritó: “¡No puedo!”

Después de las fórmulas de saludo en las cartas y documentos.


Ejs.:
Estimado Sr. López:
Tengo el placer de comunicarle que ha ganado el primer premio de nuestro
concurso.

Querido amigo:
Siento mucho no haberte escrito antes pero…

En textos jurídicos y administrativos detrás del verbo (decretos, bandos,


certificados, etc…)
Ej.:
Certifica:
Que D. José Martínez ha seguido su curso de español durante los meses de Julio y
Agosto.

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5. Los puntos suspensivos ( ... )


Suponen una interrupción en la oración o un final impreciso. Se usan en los casos
siguientes:

Al final de una enumeración cuando tiene el mismo valor que la palabra etcétera.
Ej.: Todo lo malo estaba por venir: la anexión de Checoslovaquia, el asalto por
sorpresa a Polonia, el ataque a Rusia, el Holocausto…

Para expresar un momento de duda.


Ej.: Tuve un asunto con el profesor de violín y con la niñera, con un oficial y con un
actor, y yo no tenía ni 16 años…¿No les estaré aburriendo?

Para dejar un enunciado incompleto y en suspenso.


Ej.: En cuanto a lo del otro día fue algo inesperado, muy violento, muy
desagradable…

Cuando se omite una parte de una cita textual.


Ej.: Las primeras líneas del Quijote las aprendí en la escuela: “ En un lugar de la
Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…”

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6. Los signos de interrogación ( ¿ ? )


Delimitan enunciados interrogativos. En español es necesario utilizar el signo de
apertura porque no tenemos marcas gramaticales que lo sustituyan.
Nunca se deja un espacio después del signo de interrogación de apertura o antes
del de cierre.
Nunca se escribe punto detrás de los signos de interrogación.

Ej.:
¿Qué tal estás?

El signo final de interrogación entre paréntesis indica duda o ironía.00


Ej.: El Señor Botín es el director (?) del Banco de Santander.

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7. Los signos de exclamación ( ¡ ! )


Delimita enunciados exclamativos o interjecciones.
Nunca se deja un espacio después del signo de exclamación de apertura o antes
del de cierre.
Ej.: ¡Hola! ¡Qué sorpresa!

El signo final de exclamación entre paréntesis indica sorpresa o ironía.


Ej.: Un señor de 70 años (!) ha sido el ganador del Maratón de Nueva York.

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8. Los paréntesis ( ( ) )
Se utilizan en los siguientes casos:

Cuando se interrumpe el sentido de un discurso con una aclaración, sobre todo si


ésta no tiene mucha relación con lo anterior.
Ej.: Marta Tocino (la novia del futbolista) se presenta a las próximas elecciones.

Para intercalar un dato o precisión (fechas, autores…)


Ej.: Nací en La Felguera (Asturias).

Para evitar una opción en el texto.


Ej.: Se busca chico(a) para ir a buscar dos niños de 8 y 11 años a la escuela.

En la transcripción de textos para señalar la omisión de una parte del texto, se


ponen tres puntos entre paréntesis (…)
Ej.: “En Alicante fui y conocí esa terrible masa humana que había en la playa. (…)
Miles y miles de gentes que buscaban y creían que les enviaban barcos. (…) Yo
creo que para sobrevivir nos metieron en la cabeza que nos daba todo igual”.
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9. Los corchetes ( [ ] )
Incorporan información complementaria como los paréntesis.
Se usan en los casos siguientes:

Dentro de un enunciado que va ya entre paréntesis para introducir una precisión.


Ej.: Una de las obras de Antonio Muñoz Molina (algunos la consideran como su
mejor novela [1997]) es “Plenilunio”.

Cuando en un texto transcrito el editor quiere introducir una nota complementaria


al texto.
Ej.: Y Don Quijote, con el dolor de las suyas, tenía los ojos abiertos como liebre.
[como liebre] Alusión a la creencia vulgar que las liebres duermen con los ojos
abiertos

Como los paréntesis, cuando se omite una parte del texto transcrito. (Ver ejemplo
de paréntesis)

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10. Las comillas ( “ ” )


Se utilizan para:

Reproducir citas textuales.


Ej.: Me dijo muy claramente: “No quiero aceptar esta proposición porque pienso
que no está a la altura de mis ambiciones”.

Para reproducir los pensamientos de los personajes en los textos narrativos.


Ej.: Todos lo escuchaban con atención pero yo no oía lo que decía simplemente
pensaba: “¡Qué guapo es!”.

Para indicar que una palabra o expresión es impropia, vulgar, de otra lengua o con
un sentido especial o irónico.
Ejs.:
El nuevo empleado nos ha aportado el “savoir faire” de su país.
Sus “negocios” no me parecen nada claros.

Para citar títulos de artículos, poemas, cuadros.


Ejs.:
Si quieres otra opinión sobre este tema, lee el artículo “Ideas nuevas” de Rosa
Montero.
El cuadro “Construcción con línea diagonal” de Tapies se subastó la semana pasada
en Christie’s.
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11. La raya ( — )
Se utiliza en los siguientes casos:

Para encerrar aclaraciones que interrumpen el discurso. Se pueden sustituir por


paréntesis.
Ej.: Estuve esperando a Sara —una buena amiga— toda la noche. Pero al final no
vino.

En un diálogo cuando no se menciona el nombre de la persona o personaje.


Ej.:
—¿Qué me has preguntado?
—Yo, nada. Te has confundido de persona.

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12. El guión ( - )
Se utiliza :

Para separar (en determinados casos) los dos elementos que integran una palabra
compuesta.
Ejs.:
Es una lección teórico-práctica
El caballo es de origen hispano-árabe

Para dividir una palabra al final del renglón cuando no cabe en el completa.
Ej.:
No dejes las cosas en cualquier sitio, te lo digo siempre y ya empiezo a es-
tar harta de repetir siempre lo mismo.

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13. La diéresis o crema ( ¨ )


Se utiliza :

Para señalar la pronunciación de la vocal u en las combinaciones gue, gui.


Ej.: pingüino, vergüenza, etc.

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14. La barra ( / )
Se utiliza en los siguientes casos:

Con valor de preposición en ejemplos como:


Ej.:
120 km/h
salario bruto 1600 euros/mes

Forma parte de las abreviaturas como :


Ejs.:
c/ (calle)
c/c (cuenta corriente)

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15. El asterisco ( * )
Sirve para:

Señalar una nota al margen o a pie de página dentro de un texto. A veces, estos
asteriscos se encierran entre paréntesis. (*)
Señalar la forma incorrecta de una palabra.
Ej.: Pienso * de que vendrá mañana (forma correcta: pienso que vendrá mañana)

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16. El signo de párrafo (§ )
Este signo se usa:

Seguido de un número, para indicar divisiones internas dentro de los capítulos.


Ej.: Como por ejemplo: §25 , §12.

En las remisiones y citas de estas mismas divisiones.


Ej.: Véase §16

Acentuacion
En castellano, las reglas de acentuación tienen como principal objeto señalar la
vocal tónica con ayuda del signo de la tilde (también llamado acento ortográfico y,
en tipografía, acento agudo). Por esta razón también se las llama reglas de
atildación o de tildación.

Guiadas por un principio de economía, permiten identificar inequívocamente la vocal


tónica de una palabra dada sin necesidad de ningún signo ortográfico en la mayoría
de los casos
Norma general
A continuación se dan las normas generales. Hay que tener en cuenta que estas
normas presentan las excepciones de la tilde diacrítica (como en cuántos, llana) y
de la tilde hiática (dormíos, también llana).

No se acentúan:

Las palabras con la penúltima sílaba tónica (palabras llanas o graves) que terminan
en vocal o en n o s precedida de vocal.
Las palabras con la última sílaba tónica (palabras agudas) que terminan en
consonante que no sea n o s o en dos consonantes (las que sean)
Los monosílabos.
El resto de palabras se escriben con tilde, incluyendo las esdrújulas y sobresdrújulas
(la vocal tónica está en negrita).

Hay por tanto dos pautas:

Terminación Esdrújulas Llanas o graves Agudas Monosílabas


Vocal agriísimo, tórtola, área chiita, paulino, Oraa, Feijoo, faena, anchoa,
continuo, miasma, baile, zooide chií, alauí, estudié miau
n joven camión, acción buen
s jóvenes, diócesis marchaos, lejos limpiáis, samuráis, rondós dais
Terminación Esdrújulas Llanas o graves Agudas Monosílabas
r máuser, César, Otívar conceder, coautor, veedor ir
d césped, huésped verdad, piedad, Madrid
l cárcel, dátil, mármol, árbol, fácil, túnel manual, sutil, tonel
j, c, g, x fénix, cómic reloj, vivac, zigzag
z Fernández, cáliz exquisitez, feliz
t cénit (también cenit) acimut, cenit (también cénit), argot
Varias consonantes currículums fórceps, bíceps, cómics, pívots, siémens,
volavérunt, Sáenz, referéndums robots, tictacs, iceberg, tedeums
Una forma alternativa de formular las normas generales es la siguiente:

Se consideran llanas las palabras sin acento gráfico que terminan en vocal o en las
letras s y n precedidas de vocal. Se consideran agudas el resto de las palabras sin
acento gráfico.
Esta formulación es anterior a la más habitual en la actualidad y se emplea a
menudo en la enseñanza del español como lengua extranjera (ELE).

A estas normas hay que añadir otra complementaria, que se aplica siempre y con
independencia de las anteriores:

Se acentúa toda vocal cerrada (i, u) tónica pegada a una vocal abierta (a, e, o):
rehúsa, caída, huíamos, cortaúñas
Tradicionalmente se ha dicho que esta tilde «deshace» el diptongo.

1.1 Casos de la y y la ü
La letra y, a los efectos de las reglas de acentuación, se considera, como norma
general, consonante:

convoy, jersey, Paraguay, caray


póney, vóley
En algunos nombres con ortografía arcaica, la letra y equivale a una i tónica, que
según la Ortografía del 2010 (OLE, p. 222-223) llevará tilde si las normas de
acentuación lo piden. Estos apellidos también pueden aparecer grafiados con i
tildada:

Comýn / Comín, Monteserýn / Monteserín


Aýna / Aína, Laýna / Laína, Ýñigo / Íñigo
Hasta la Ortografía del 2010 no había norma al respecto y lo normal era no añadir
ninguna tilde: Ayna[1]. Cuando la forma arcaica o tradicional lleva una y átona, su
presencia no tiene implicaciones a efectos de la acentuación: Aymerich, Yrigoyen.

La u de las agrupaciones gue y gui solo se considera vocal si lleva diéresis (átona),
o tilde (tónica): antigüedad, güito, ambigúes.

1.2 La h
La letra h no impide la formación de diptongos:

búho, truhan
(En truhan hay diptongo ortográfico; por tanto, al ser monosílaba no se acentúa,
aunque la Academia admitió hasta el 2010 la forma truhán.)

Se considera consonante, por lo que las adaptaciones que terminan en h se


acentúan si son llanas o esdrújulas.

2 Combinaciones de vocales
En castellano, las vocales se pueden combinar con bastante libertad y puede haber
incluso cinco vocales unidas (rehuíais). Sin embargo, para la acentuación solo es
necesario tener en cuenta los grupos de uno, dos o tres vocales.

Dos vocales separadas por una h se consideran en contacto directo.

El caso más simple es cuando hay una vocal cerrada tónica unida a una vocal
abierta; en tal caso, la vocal tónica siempre lleva tilde:

oír, tenía, paleografía, huía, comíais, chiíes, limpiaúñas


Las vocales cerradas átonas pertenecen siempre a la misma sílaba que la vocal
abierta a la que van directamente unidas; es decir, a efectos de acentuación es
como si las vocales cerradas no existieran:

apreciáis, despreciéis
proteico, cantabais, pusierais
La prolongación de vocales por razones expresivas cuenta como una única vocal:
Menudo exameeeen... (sigue siendo llana ~ examen)

Reglas generales de acentuacion

Silaba tonica y silaba atona

Reglas especiales de acentuacion

Estructura de mayusculas y minisculas

Estructura de abreviaturas y siglas

Los numeros naturales


Ordinaless numeros mayas y otros.

La oracion

Sujeto y predicado

Elementors que constituyen la oracion basica en español

Los sintagmas de la oracion

Clases o categorias gramaticales

Modificadores en la oracion

Categorias gramaticales

Niveles de analisis gramamtical

Uso de las preposiiones

Concordancia entre sustantivo adjetivo y entre y verbo

Gramatica

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