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en nuestro país?
Son diversos los mitos o prejuicios que se tejen alrededor de la migración
venezolana. Pero ¿cómo son percibidos por la sociedad peruana?
Son distintos los mitos o prejuicios que se tejen alrededor de la inmigración
venezolana en el Perú. Pero ¿cómo es el impacto social y emocional de los peruanos
hacia los venezolanos? ¿Cómo los caribeños se adaptan a una realidad que no conocen
en un contexto de mil necesidades? El sociólogo Jerjes Loayza explica un poco esta
situación en el conversatorio “Impacto socioeconómico de la inmigración
venezolana en el Perú”, organizado por la revista estudiantil Económica
(www.economica.pe) de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), y que
publicó la agencia de noticias Andina.pe.
De acuerdo con el portal, en la cita, Loayza señaló que lo primero que han hecho
los peruanos frente a los nuevos visitantes es “etiquetarlos”, una aproximación basada
en las percepciones más que en el conocimiento, pero que resulta necesaria para
enfrentarse a un fenómeno desconocido.
Y, hasta ahora, esa "etiqueta", según el profesional, es favorable: "pues a los chamos
se les considera personas amables, educadas, respetuosas, trabajadoras y honradas;
pero esa opinión podría cambiar cuando aparezcan –como ya está sucediendo–
noticias negativas sobre este colectivo, como asaltos, estafas y prostitución, lo que
podría devenir en un riesgo de xenofobia".
En otro ámbito, el experto señala que el venezolano recién llegado tampoco la pasa
bien, ya que a su juicio se mantiene en una fase de "secretismo cultural". Asegura que
viven en círculos muy cerrados con otros compatriotas y sin ánimos aún de interactuar
con los peruanos.
En simultáneo, el sociólogo explica que los venezolanos sienten la necesidad de
reafirmar su identidad, y por ello las gorras y casacas tricolores así como la venta de
sus productos originarios (arepas y bombas). "Es como una manera de sacar ventaja de
su diferencia", dijo.
De acuerdo con lo dicho por Loayza, los inmigrantes también enfrentan una
incertidumbre porque su intención es regresar a su país, pero no saben cuándo. "Por
ahora, el Perú es un país de tránsito, no de llegada", afirma.
Otros más
Loayza también indicó, según la agencia de noticias, "que es casi seguro que
más venezolanos seguirán llegando en los próximos meses, pero sería bueno como
país tener una mentalidad más cosmopolita y solidaria a esta realidad, basada en
evidencias antes que mitos y prejuicios".
El sociólogo concluye que se está ante una emergencia humanitaria: "Estos
sudamericanos no vienen porque quieren o en plan de turismo, sino que huyen de un
régimen asfixiante, con desempleo, inflación, falta de trabajo, y una crisis alimentaria
sin precedentes".
Otro aspecto abordado en el conversatorio, reseña Andina.pe, fue el tema laboral. Pues la
pregunta que se repite en las calles de Lima y de otras ciudades del país es si esta inmigración
está quitando puestos de trabajo a los peruanos.
Jaramillo colocó como ejemplo el éxodo de Mariel, la migración masiva de cubanos (unos
140,000) a Estados Unidos, en 1980 y que generó un impacto del 8% en la PEA del estado de
Florida. Sin embargo, asegura que Perú está bastante lejos de ese cuadro.
El economista sostiene que "no hay que tenerle miedo a la inmigración porque constituye un
enorme potencial como fuerza laboral, en tiempos en los que bajan los nacimientos y aumenta
la población adulta mayor".
“De los 200 mil ciudadanos de Venezuela que se encuentran en el Perú, solo 11
han cometido algún acto ilícito, de acuerdo con denuncias presentadas y
procesos judiciales ya iniciados. Asimismo, tenemos una comunicación
frecuente con las entidades migratorias de Colombia y Ecuador”, concluyó el
funcionario.