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Introducción
La ciencia desde su enfoque epistémico ha sentado las bases para que los seres humanos
aprendamos de lo que ha sido colocado en este universo para nuestra existencia.
Si bien ha existido la discusión de que la ciencia, al ser estructurada por la sociedad, podría
tener un grado de inferencia al formular sus aportaciones, también sería reflejo de sus
valores y creencias culturales.
Existe una relación entre ciencia, tecnología y sociedad como lo afirma el autor, la ciencia es
la teoría, la verdad, la tecnología es la aplicación de esas teorías aunque existe tecnología sin
ciencia, y los usuarios de ciencia y tecnología es la sociedad, los países desarrollados tienen
una inversión en ciencia y tecnología superior a aquellos países que no se consideran
desarrollados.
Desarrollo
En el capítulo segundo del libro de León Olive, llamado “el nuevo contrato social sobre
ciencia y tecnología” plantea una reestructura al viejo contrato, en el cual la ciencia se
considera independiente de la sociedad, con lo cual el nuevo contrato propone una relación
de beneficio y deber para con la sociedad por parte de la ciencia.
Esto es basado en que la ciencia debe generar conocimiento de forma desinteresada, sin
embargo el no incluir a la ciencia en la sociedad y sus acciones diarias hace que se olvide la
legislación correspondiente para que la ciencia se nutra de más aportes, incluyéndola como
una forma de vivir más que aislarla como algo particular.
El “nuevo contrato social” cambia el anterior modelo llamado lineal por colocar a la ciencia
al inicio del modelo, precursor de la ciencia aplicada, posterior las ingenierías y finalmente
investigación, desarrollo e innovación, hacia un modelo orientado a la retroalimentación e
interdependencia
Adicional a lo anterior sumerge a la ciencia y tecnología en la sociedad, con lo cual la coloca
como un punto necesario a gestionar por políticas públicas y el sector empresarial,
colocándolos como parte de quienes se benefician por los resultados de ciencia y tecnología.
El conectar a la sociedad con el conocimiento no debe ser con un objetivo comercial, donde
intervengan intereses particulares, pues esto tendría conflictos de ética, sino una “sociedad
del conocimiento” (Olivé, 2007) donde se diferencia la información del conocimiento, ya
que la primera existe por sí misma, y el conocimiento requiere de agentes que interpreten
esa información y se difunda para su propósito.
Tampoco debería ser excluyente, en el sentido de que se aísle hacia unos cuantos, ni
democrática que permita la distorsión por participación equitativa, el autor menciona a la
UNESCO con cuatro principios fundamentales que deben seguir las sociedades del
conocimiento: Libertad de expresión, acceso a la educación, acceso universal a la
información y respeto a la diversidad cultural y lingüística.
Por otra parte también el libro presenta el aspecto político y ético de la ciencia,
pronunciando a la epistemología como indispensable para la ética.
Coincido con el autor en señalar que es necesario la ética para la ciencia, es la base para que
el conocimiento que se difunda sea apegado a la verdad, y que resulte de beneficio a la
sociedad, dado que como se mencionó antes, el conocimiento es un conjunto de datos que se
han agrupado e interpretado, pero el fin de ello no debería ser para causar mal.
Por el otro lado, se han difundido teorías que manifiestan que la misma industria
farmacéutica se ha implicado en la propagación de enfermedades que requieren de un
tratamiento, con lo cual estarían asegurando su futuro financiero, y por supuesto atentando
contra la vida.
El autor propone una práctica cognitiva, refiriéndose a esta como “sistema dinámico” (Olivé,
2007) en el cual se incluyan los siguientes elementos:
b) Un medio del cual forma parte la práctica y donde los agentes interactúen.
El riesgo de no incluir ética en los científicos y la ciencia, debe ser considerado como
individual para cada caso, podrían establecerse prácticas genéricas pero el riesgo se
considera como tal desde que este se percibe y si no se tiene un marco previo de ello, el
riesgo aumenta aún más.
Como lo cita el autor “El riesgo surge a partir de decisiones humanas de actuar y producir
algo o de omitir acciones y dejar que algo pase” (Olivé, 2007). En cuanto algo se crea o
descubre, tiene un riesgo que requiere de ética para su tratamiento, el riesgo no se elimina
se controla.
Si queremos que la ciencia sea una práctica para la sociedad, debe ser incluida como política
pública, donde se pueda generar acciones de impacto alto que permitan un verdadero
cambio, donde se incluyan todos los sectores que integran a la sociedad para mejorar su
comprensión.
La forma en que se puede medir el avance de una sociedad en ciencia y tecnología se refleja
en sus decisiones y su influencia.
Es importante resaltar que una sociedad no es más avanzada por la tecnología que use, es
decir, que no es desarrollada por tener tecnología de punta al alcance de los integrantes de
la sociedad, sino por cómo se impulsa y motiva a innovar con bases técnicas y científicas y
su grado de credibilidad.
Conclusión
La sociedad debe formar parte de la ciencia y tecnología, cuando estas prácticas sean parte
diaria se podrá incluir en los sistemas educativos a profundidad, en las instituciones, en la
industria como una forma de vida.
Considero que la sociedad es la base para la ciencia, con lo cual está la obligación de
retribuir el conocimiento para el bien de la sociedad, y si el conocimiento no es de beneficio,
se generen mecanismos de disminución de riesgo, para evitar que los descubrimientos y
creaciones provenientes de la tecnología no dañen a ningún ser vivo ni su entorno, pues una
práctica responsable es una obligación cuando el entorno nos permite aprender de él.