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Francia es uno de los países más antiguos de Europa, aunque solo aparece con tal nombre a
partir de la Edad Media en una fecha difícil de precisar de manera irrefutable. Se reconoce
cabalmente a la Galia como antecedente histórico de Francia, si bien la Galia ocupaba una
superficie europea ligeramente más extensa que la Francia actual.
La nación de Francia no aparece más que muy progresivamente a lo largo de los siglos. Algunos
consideran que no se puede hablar de Francia más que a partir del Tratado de Verdún, que
sería también el origen de Alemania; otros que a partir del acceso de Hugo Capeto al poder y
algún otro incluso más tarde.
Sobre los territorios que componían la Francia de la Edad Media reinaron las siguientes
dinastías:
La Dinastía Merovingia gobernó la actual Francia y parte de Alemania entre los siglos V y
VIII. El primer rey fue Clodoveo I quien conquistó gran parte del territorio Galo entre 4863 y
507; y se convirtió al cristianismo ortodoxo (por oposición a la herejía arriana), siendo
bautizado en Reims hacia el 4964 obteniendo el apoyo de las élites galo-romanas y
estableciendo un importante lazo histórico entre la corona francesa y la Iglesia Católica.3
Aunque se instauró una división política entre el oeste (Neustria) y el este (Austrasia), el
nombre de la Galia siguió usándose entre los cristianos hasta la dinastía siguiente de los
Carolingios. Al final de la época merovingia, los reyes habían perdido la mayoría de su poder,
mientras que los «mayordomos de palacio», aristócratas francos, dirigían los asuntos del
reino.
Juana de Arco, una de las figuras clave de la Guerra de los Cien Años.
La Dinastía de los Capetos (o Capeta) llegó a gobernar Francia, que se fue subdividiendo
sucesivamente cada vez más, característica que se ha denominado "Feudalismo clásico".
En todo este periodo el rey hubo de enfrentarse continuamente a los demás nobles de su
reino, en teoría sus vasallos, pero que a veces adquirían demasiado poder como para
desafiar abiertamente la autoridad real. En este periodo se produjeron las Cruzadas y la
Guerra de los Cien Años. Francia inventó el arte gótico, y hubo tiempo en el que con toda
Europa fue víctima de la peste bubónica, epidemia que fue llamada la "Peste negra".
También participó del Humanismo que sería precursor del Renacimiento.
Tras el final de la Edad Media, Francia experimenta su consolidación como nación. Las Guerras
de religión de Francia dominan la vida del país desde el siglo XVI pacificándose internamente
con el Edicto de Nantes (la paz exterior no llegaría sino hasta la primera mitad del XVII, cuando
se celebra la Paz de Westfalia).
En la primera parte del siglo XVI, el rey francés Francisco I, se enfrentó al rey Carlos I de
España, quien por coincidencia dinástica era al mismo tiempo Carlos V del Sacro Imperio
Romano. De esta manera quedaron abiertamente enfrentadas la Casa de Borbón y la Casa de
Austria, y en los campos de Italia y de los Países Bajos se disputaron el dominio de Europa. Por
su parte Enrique II, sucesor de Francisco I no dudó en aliarse con los turcos para continuar la
lucha de su padre.
Denis Diderot, impulsor de L'Encyclopédie junto a D'Alembert. Retrato de Louis-Michel van Loo, 1767.
El siglo XVII está marcado por la instauración de la "Monarquía absoluta" o "Absolutismo", que
se consolida a través de Luis XIV, el "Rey Sol". El intento de imitación o copia en que se
empeñaron los pueblos vecinos y sus gobernantes por la admiración e influjo que Francia
producía condujo al advenimiento del llamado "Despotismo ilustrado". La presión que producía
el poder de Francia condujo a guerras con todos sus vecinos los cuales se aliaban entre sí para
conseguir enfrentársele y contenerle. Le sucedió Luis XV, y Luis XVI. Desde finales del siglo y
durante todo el siguiente el país fue epicentro de tendencias intelectuales que se conocen bajo
el término de la Ilustración, antesala de la Revolución francesa y la Revolución industrial. Este
movimiento de gran influencia en las ciencias y las artes, tuvo como principales representantes
intelectuales a los enciclopedistas Denis Diderot y D'Alembert así como a los filósofos Jean-
Jacques Rousseau y Voltaire. El influjo de los ideales revolucionarios motivaría hondas
transformaciones de grandes consecuencias en el mundo entero.