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Sentido del Gusto

¿Cómo funciona nuestro sentido del gusto?


Una píldora amarga, uvas agrias o palabras dulces –las descripciones de sabor muy a
menudo se asocian con emociones fuertes. Estas expresiones verbales expresan estados de
intenso placer o desagrado. La fuerte conexión entre el sentido del gusto y las emociones es
resultado de nuestra evolución. El sabor era la sensación que nos ayudó a probar la comida
que consumíamos; era una cuestión de supervivencia . Un sabor amargo o agrio era una
indicación de plantas no comestibles o venenosas, de comida putrefacta rica en proteínas.
Los sabores dulces y salados, en cambio, son a menudo un signo de alimentos ricos en
nutrientes.
Dulce, agrio, salado, amargo y sabroso (umami).
Los platillos sabrosos con sabor a “consomé o sopita” evocan emociones agradables en la
mayoría de las personas. Son una señal de que la comida es rica en proteínas. Este sabor ha
sido reconocido como el quinto sabor básico, además de los cuatro sabores más conocidos :
dulce, ácido, amargo y salado . El hecho de que hay células sensoriales específicas para este
quinto sabor fue descubierto por un investigador japonés en 1910, por lo que el término "
umami " japonesa común se utiliza para el “sabroso”.

Sabor y olor.
Lo que generalmente se
clasifica como " sentido
del gusto " es
básicamente un conjunto
de sensaciones diferentes.
No se limita a las
cualidades de sabor
percibido por la lengua,
sino también son
importantes el olor, la
textura y la temperatura
de las comidas. El "
atractivo " de un sabor
ocurre en la nariz. Sólo después de que el gusto se combina con el olor se produce el sabor
de un alimento. Si se altera el sentido del olfato , por una nariz tapada por ejemplo, la
percepción del gusto se altera. Al igual que el gusto, el olfato también está estrechamente
ligada a nuestras emociones. Esto es porque los dos sentidos están conectados al sistema
nervioso autónomo o involuntario. Es por eso que un mal sabor u olor pueden provocar
vómitos o náuseas, mientras que los sabores apetitosos promueven la producción de jugos
gástricos, y salivación, haciéndolos verdaderamente deliciosos.
El sentido del gusto: desde la combinación adecuada

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De acuerdo con la información que llega desde la lengua al cerebro, se cree que son al
menos cinco cualidades básicas de sabor. Muchos platos se componen de una combinación
de diferentes sabores. Algunos platillos son agridulces mientras que otros son salados y
sabrosos. Los investigadores están buscando otras células sensoriales especializadas de
sensaciones, además de los cinco sabores básicos establecidos. Se cree que hay más.
Grasas

La gente solía pensar que la preferencia por los alimentos grasos se basaba únicamente en
su olor y textura. Investigaciones recientes sugieren que hay probablemente receptores de
grasas. Esto haría a la sensación de la grasa el sexto sabor básico. Se cree que es causada
por ciertos ácidos grasos que producen las enzimas en la saliva. Se ha descubierto un
receptor específico que responde a ácido linoleico, que es parte de muchos triglicéridos
presentes en las grasas y aceites naturales tales como aceite de girasol , aceite de soya o
aceite de maíz.

Picante
La sensación picante no pertenece al sentido del gusto, aunque normalmente así se
describe. Técnicamente es sólo una señal de dolor enviada por los nervios que transmiten al
tacto y temperatura sensaciones . La sustancia "capsaicina" en los alimentos condimentados
con chile causa una sensación de dolor y el calor - y esto no pasa a través de las células
sensoriales especializadas para el gusto.

Hay una idea errónea de largo tiempo que la lengua


tiene zonas específicas para cada sabor, donde se
pueden degustar dulce o agrio. Este mito se basa en
una interpretación errónea de una ilustración de la
lengua. Sabores dulce, ácido, salado, amargo y salado
en realidad pueden ser detectados por todas las partes
de la lengua. Sólo los lados de la lengua son más
sensibles que la media global. Esto es cierto para
todos los gustos - con una excepción: la parte posterior de la lengua es muy sensible a los
sabores amargos. Esto es al parecer para protegernos, para que podamos escupir alimentos
en mal estado o sustancias venenosas antes de entrar en la garganta y ser deglutidos

Organo del gusto:

La lengua es un órgano muscular que además de experimentar la sensación del gusto sirve
para otras funciones como el habla, la masticación, la deglución y el contacto corporal
afectivo. La lengua contiene en su superficie un conjunto de estructuras especializadas, que
se llaman yemas gustativas.

Yemas gustativas

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Al igual que el olfato, el mecanismo del sentido del gusto se activa por la composición
química de las sustancias presentes en los alimentos y bebidas. Las partículas químicas se
recogen en la boca y desencadenan impulsos nerviosos que se transmiten por nervios en el
cerebro, donde se interpretan. Las yemas o botones gustativos están en el centro de este
sistema. La superficie de la lengua está salpicada por muchas pequeñas proyecciones
llamadas papilas. Dentro de estas se
encuentran las yemas gustativas. Un
adulto tiene aproximadamente 9000
papilas gustativas, principalmente en
la superficie superior de la lengua,
pero también hay algunos en el paladar
y hasta en la garganta.

Cada yema gustativa consiste en


grupos de células receptoras, y cada
uno de éstos cuenta con finas
proyecciones llamadas
microvellosidades, saliendo a la
superficie de la lengua a través de
finos poros en la superficie de la
papila. En el extremo opuesto, las
células receptoras se conectan con una
red de fibras nerviosas. El diseño de
esta red es compleja, ya que hay una
gran cantidad de interconexiones entre
las fibras nerviosas y las células del

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receptor. Dos haces de nervios diferentes, que forman el nervio facial y el nervio
glosofaríngeo llevan los impulsos al cerebro.

Hasta ahora se sabe que las yemas gustativas responden a cinco sabores básicos: dulce,
agrio, salado y amargo, y sabroso. Los sitios receptores para estos gustos están situados en
diferentes partes de la lengua. Cómo las papilas gustativas responden a los productos
químicos en los alimentos, e inicia los impulsos nerviosos al cerebro no está completamente
aclarado. Para ser degustados, los productos químicos deben encontrarse en forma líquida.
La comida seca no produce respuesta sensorial y sólo adquiere su sabor después de
disolverse en la saliva.

En la actualidad, se cree que los productos químicos en los alimentos alteran la carga
eléctrica en la superficie de las células receptoras, que a su vez provocan un impulso
nervioso en las fibras nerviosas. La pregunta que uno se puede hacer es ¿cuáles son los
factores o propiedades químicas de las sustancias que hacen que las sintamos dulces o
amargas? Hasta el momento no se ha encontrado una respuesta definitiva a esta cuestión.
No hay una relación directa entre la composición química de la sustancia y el sabor que nos
deja al probarla. Sin embargo, sí se han podido determinar algunas propiedades generales.

Agrio

Los sabores agrios los percibimos principalmente en


sustancias que son ácidas. Estos compuestos
contienen iones de hidrógeno, que son los
principales responsables de dicho sabor. Cuando se
mezcla la sustancia que contiene el ácido con agua
desprenden algunos iones de hidrógeno. Estos
átomos han perdido sus electrones y por lo tanto
quedan eléctricamente cargados, se dice que están
ionizados. Cuando estos iones entran en contacto
con las yemas gustativas dan la sensación de un
sabor agrio.

Sin embargo, este factor no determina


exclusivamente el carácter agrio de una sustancia.
Por ejemplo, el ácido cítrico que existe en la naranja, el limón, etc., tiene un sabor agrio
muy pronunciado que no se puede explicar con base en la cantidad de iones de hidrógeno
que produce. Otro ejemplo es el caso del vinagre, que está compuesto de ácido acético y
que es mucho más agrio de lo que se esperaría con base en la cantidad de iones de
hidrógeno.

Amargo

En un buen número de casos, las sustancias amargas son sales inorgánicas de alto peso
molecular; esto quiere decir que son moléculas que tienen muchos átomos. Otros casos son
moléculas orgánicas que tienen añadidas cadenas carbónicas.

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Salado

La sal común o de mesa es un compuesto formado por iones de sodio y de cloro, el cloruro
de sodio. Resulta que el sabor salado que da esta sustancia no se debe exclusivamente ni al
sodio ni al cloro. Existen sustancias que contienen cloro y no sodio que son saladas, así
como compuestos de sodio que no contienen cloro y que también son salados.

Dulce

Las sustancias que nos dan la impresión de tener sabor dulce están formadas de compuestos
orgánicos como los alcoholes, azúcares, glicoles, etc. La sensación de dulce también se
debe a la forma en que estén arreglados los átomos en las moléculas.

Hoy en día todavía no se


ha encontrado con detalle
lo que ocurre cuando una
sustancia entra en
contacto con las células
gustativas de la lengua.
En particular, no se
tienen respuestas a
preguntas como ¿qué
reacciones químicas se
llevan a cabo en las
yemas gustativas que
desencadenan una señal
hacia el cerebro? ¿Qué
diferencias hay, digamos,
entre las diversas yemas
gustativas que hacen a
unas más sensibles que a
otras a un sabor dulce?

El umami es uno de los gustos básicos


Al probar un alimento todos nuestros cinco sentidos, como el olfato, la vista y el tacto, se
juntan para que podamos experimentar la sensación deliciosa que nos brinda. Por supuesto, el
sentido del gusto es el factor determinante. Y en la aceptabilidad de un alimento cumplen un rol
importante los gustos como el dulce, salado, ácido, amargo y umami que son reconocidos como
los gustos básicos. Un gusto básico es independiente, es decir, no puede obtenerse de la
combinación de los otros. Entre los gustos básicos está el umami, descubierto en 1908 por el
Dr. Kikunae Ikeda. El Dr.Ikeda concentró su estudio en el sabor del caldo dashi(hecho a base
de algas konbu) e identificó al glutamato como el componente de su sabor sustancioso. A este
gusto lo denominó "umami".

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La lengua presenta receptores para las sustancias umami
La superficie de la lengua presenta tres tipos de papilas gustativas y cada una de ellas cuenta
con botones gustativos. Se dice que una persona adulta tiene en promedio 7,500 a 12,000
botones gustativos. Los botones gustativos están compuestos por células gustativas que a su vez
tienen en su superficie receptores del gusto. Los receptores son los responsables de captar las
sustancias que dan sabor. La lengua presenta mecanismos para detectar los gustos básicos:
dulce, salado, ácido, amargo, umami y transmitir la información al cerebro por medio del
nervio asociado al gusto.
La existencia de estos receptores nos muestra claramente la importancia de reconocer
fisiológicamente los gustos básicos. La comunidad académica ha reconocido al umami como un
gusto básico debido a que, tal como sucede con los otros cuatro gustos básicos, existe un
receptor específico para detectar el umami que envía una señal al cerebro a través del nervio
vagal

ALGUNOS FACTORES QUE AFECTAN LA SENSIBILIDAD DEL GUSTO

Uno de estos factores, es la temperatura. Si probamos una sustancia que esté a muy baja
temperatura casi no sentiremos su sabor. En general, la lengua será capaz de distinguir
sabores si la temperatura de la sustancia es igual o muy parecida a la temperatura del
cuerpo.

Otro efecto que nos es muy conocido es el enmascaramiento de sabores. Así, al mezclar
azúcar al café se trata de enmascarar el sabor amargo del café. En este caso, la lengua no es
capaz de distinguir los sabores individuales de las sustancias mezcladas, es decir, no puede
distinguir una mezcla de estímulos gustativos. Esto se contrasta con la capacidad del oído
de distinguir una mezcla de estímulos auditivos; por ejemplo, los diferentes instrumentos
que tocan al mismo tiempo en una orquesta.

Otra característica del gusto es la adaptación. Si una sustancia ha estado en la boca durante
algún tiempo, entonces, en muchas ocasiones, la lengua pierde la sensibilidad a otros
sabores y si se prueba otra sustancia dejamos de sentir su sabor o nos da la sensación de que
tiene un sabor que no debería tener. No se han podido explicar, desde el punto de vista
molecular, estos efectos del gusto.

Saborizante de la vida diaria: sal de mesa.

El Sodio es esencial en pequeñas cantidades, ayuda a:


 mantener el equilibrio de los líquidos corporales
 transmitir los impulsos nerviosos
 contraer y relajar los músculos
Los riñones son los responsables de mantener el equilibrio de sodio en el organismo. Si por
alguna razón los riñones no pueden eliminar suficiente sodio, éste se acumula. Como el
sodio atrae el agua, el volumen circulatorio aumenta, lo cual representa mayor trabajo para
el corazón. La consecuencia es un aumento de la presión arterial. Es conveniente identificar
cuáles son las principales fuentes de sodio:

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 Fuentes Naturales: vegetales como el apio, los productos lácteos, carne…
 Los alimentos: en general nuestra dieta es hipersódica. Desde niños estamos
acostumbrados a comer casi todos los alimentos con exceso de sal.
 Los alimentos procesados industrialmente tienen exceso de sodio.

Análisis del Sabor.

Los dos nervios que transportan los impulsos gustativos de la lengua (el nervio facial y
nervio glosofaríngeo) primero pasar a las células especializadas en el tronco cerebral

. Esta área del tallo cerebral también actúa como la primera estación para otras sensaciones
que vienen de la boca. Después del procesamiento inicial en este centro del tallo cerebral,
los impulsos del gusto se transfiere en un segundo conjunto de
fibras a través de al otro lado del tronco cerebral y ascienden al
tálamo. Aquí, hay otro relevo para un mayor análisis de los
impulsos de sabor antes de que la información pase a la parte de
la corteza cerebral que participan en la percepción consciente del
gusto.
La corteza también se ocupa de otras sensaciones tales como la
textura y la temperatura que viene de la lengua. Estas
sensaciones probablemente se mezclan con las sensaciones
gustativas básicas de la lengua, y así producir la sensación sutil
con el que estamos familiarizados cuando comemos.

Este análisis, llevado a cabo en la parte inferior del lóbulo parietal en la corteza, es
influenciado en gran medida por la información del olfato que se analiza en el lóbulo
temporal cercano. Gran parte del refinamiento de la sensación de sabor se debe al olfato.

Si comparamos nuestro sentido del gusto con el sentido del olfato, no resulta muy sensible.
Se ha calculado que una persona necesita 25 000 veces más de una sustancia en la boca
para saborearlo que los receptores del olfato. Sin embargo, a pesar de esto, la combinación
de los cuatro tipos de papilas gustativas responde a los gustos básicos de sal, ácido, amargo
o dulce permiten una amplia gama de sensaciones como resultado del análisis del cerebro
de la potencia relativa de los sabores básicos. Uno de los sabores más fuertes, como el
"picante" del chile proviene de la estimulación de las terminaciones nerviosas sensibles al
dolor en la punta de la lengua.

OJO OJO OJO

n general, you use creams containing capsaicin for pain relief. You can put the
creams on your skin up to 4 times a day. You may feel a burning
or itching sensation the first few times you use the cream, but this will gradually
decrease with each use. Wash your hands thoroughly after each use to avoid

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getting the cream in your eyes or on other moistmucous membranes, where it can
cause a burning sensation. Do not use the cream on areas of broken skin.

Supplement use
When you eat hot peppers or take capsaicin as a dietary supplement, the capsaicin
may improve your digestion by increasing the digestive fluids in the stomach and
by fighting bacteria that could cause an infection. It may also help
fight diarrhea caused by bacterial infection.

Capsaicin acts as an antioxidant, protecting the cells of the body from damage by
harmful molecules called free radicals. Capsaicin also may help prevent bacterial
infections.

Capsaicin may also make mucus thinner and help move it out of thelungs. It is also
thought to strengthen lung tissues and help to prevent or treat emphysema.

DOCUMENTO PARA REVISAR Y COMPLETAR

L GUSTO es el sentido que nos permite saborear las cosas. Se


experimenta la sensación del gusto por medio de la lengua.

VIII.1. LA LENGUA HUMANA

La lengua es un órgano muscular, movible, que además de


experimentar la sensación del gusto sirve para otras funciones como el
habla, el masticamiento y el tragar de los alimentos.

La lengua contiene un conjunto de células especializadas, llamadas


yemas gustativas, que son, los órganos especiales del gusto. Además
de éstas, la lengua también tiene otro tipo de células que producen
saliva, que es necesaria para tragar los alimentos.

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Figura 58. Esquema de la superficie de la lengua humana.

Figura 59. Esquema de una yema gustativa .

Las yemas gustativas se encuentran hundidas debajo de la superficie


de la lengua en surcos y cavidades (Figura 58). Junto a las yemas
gustativas se encuentran células que secretan líquidos que sirven para
enjuagar las cavidades y los surcos que los ponen en condiciones de
recibir estímulos nuevamente.

Las yemas gustativas tienen la forma mostrada en la figura 59.


Contienen en su interior células en forma de pelos cuyas terminales,
los microvili, sobresalen al espacio dentro del surco o cavidad. Las

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células gustatorias terminan en una fibra nerviosa que comunica las
sensaciones recibidas al cerebro.

Las yemas gustativas se encuentran distribuidas de manera no


uniforme sobre la superficie de la lengua así como en las estructuras
adyacentes de la garganta.

VIII.2. ¿CÓMO PERCIBIMOS LOS SABORES?

En primer lugar, para que la lengua sea sensible a algún objeto es


necesario que éste se encuentre húmedo. Si no lo está, entonces se
humedecerá con ayuda de la saliva que secreta la misma lengua. Esta
es otra función que tiene la saliva.

El objeto ya húmedo se deposita en la lengua y sus moléculas entran


en contacto con los microvili, es decir, los extremos de las fibras de las
yemas gustativas. De manera análoga a lo que ocurre en el olfato, se
lleva a cabo una reacción química que provoca que se desencadene
una respuesta de la célula que nos da la sensación del gusto del objeto
en cuestión.

Hay que mencionar, además del efecto químico producido en las


yemas gustativas, que la sensación del gusto queda determinada por
otras propiedades del objeto que producen sensaciones táctiles. Estas
propiedades son tanto físicas como químicas. Las primeras de dichas
propiedades son el tamaño de la partícula, su textura, su consistencia
y su temperatura. Las segundas, las propiedades químicas, producen
las sensaciones de frialdad de la menta, lo picoso del chile, etcétera.

La lengua humana no es sensible de manera uniforme a lo largo de su


superficie. Así, la parte media no es sensible al gusto como lo son
otras partes. En la figura 60 vemos que la punta de la lengua es
sensible principalmente a lo dulce. A los lados y en la parte anterior de
la lengua se encuentra la sensibilidad a lo salado. La lengua es
principalmente sensible a los sabores agrios a los lados, pero en la
parte posterior. Finalmente, la parte posterior central de la lengua es
sensible principalmente a los sabores amargos.

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Figura 60. Regiones de la lengua con sus máximas sensibilidades.

Durante mucho tiempo se creyó que existían cuatro tipos de yemas


gustativas, unas sensibles a lo dulce, otras a lo salado, otras a lo agrio
y otras más a lo amargo. Sin embargo, estudios más detallados han
mostrado que una yema gustativa de la región "dulce", por ejemplo,
también responde a los otros sabores, aunque en menor escala.

La pregunta que uno se puede hacer es ¿cuáles son los factores o


propiedades químicas de las sustancias que hacen que las sintamos
dulces o amargas? Hasta el momento no se ha encontrado una
respuesta definitiva a esta cuestión. No hay una relación directa entre
la composición química de la sustancia y el sabor que nos deja al
probarla. Sin embargo, sí se han podido determinar algunas
propiedades generales que describiremos a continuación

Agrio

Los sabores agrios los percibimos principalmente en sustancias que


son ácidas. Estos compuestos contienen átomos de hidrógeno, que son
los principales responsables de dicho sabor. Cuando se mezcla la
sustancia que contiene el ácido con agua (recuérdese que para que las
yemas gustativas reaccionen, las sustancias tienen que estar
húmedas), en general desprenden algunos de sus átomos de
hidrógeno. Estos átomos de hidrógeno han perdido sus electrones y
por lo tanto quedan eléctricamente cargados (Figura 61); se dice que
están ionizados. Cuando los átomos de hidrógeno ionizados entran en
contacto con las yemas gustativas dan la sensación de un sabor agrio.

Sin embargo, este factor no determina exclusivamente el carácter


agrio de una sustancia. Por ejemplo, el ácido cítrico que existe en la
naranja, el limón, etc., tiene un sabor agrio muy pronunciado que no

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se puede explicar con base en la cantidad de iones de hidrógeno que
produce. Otro ejemplo es el caso del vinagre, que está compuesto de
ácido acético y que es mucho más agrio de lo que se esperaría con
base en la cantidad de iones de hidrógeno que produce.

Figura 61. Al desprenderse un electrón de un átomo éste queda ionizado.

Amargo

En un buen número de casos, las sustancias amargas son sales


inorgánicas de alto peso molecular; esto quiere decir que son
moléculas que tienen muchos átomos. Otros casos son moléculas
orgánicas que tienen añadidas cadenas carbónicas. Por ejemplo, en la
figura 62 se muestran tres moléculas que tienen los mismos átomos
pero que difieren en su distribución en el espacio; sin embargo, una de
ellas no tiene sabor, la segunda es ligeramente amarga y la tercera es
dulce.

Salado

La sal común o de mesa es un compuesto formado por átomos de


sodio y de cloro, el cloruro de sodio. Resulta que el sabor salado que
da esta sustancia no se debe exclusivamente ni al sodio ni al cloro.
Existen sustancias que contienen cloro y no sodio que son saladas, así
como compuestos de sodio que no contienen cloro y que también son
salados.

Los compuestos llamados sales de bajo peso molecular, es decir, con


pocos átomos, tienen sabor predominantemente salado y como se vio
arriba, las sales con alto peso molecular son principalmente amargas.

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Existen también otras sales que contienen metales. Por ejemplo, sales
de mercurio que tienen un sabor metálico mientras que algunas sales
de plomo llegan a tener sabor ¡dulce!

Dulce

En general, las sustancias que nos dan la impresión de tener sabor


dulce están formadas de compuestos orgánicos como los alcoholes,
azúcares, glicoles, etc. La sensación de dulce también se debe a la
forma en que estén arreglados los átomos en las moléculas; en la
figura 62 vimos compuestos con diferentes disposiciones de los
mismos átomos, pero que tienen diferentes sabores, uno de ellos
dulce.

Figura 62. Sustancias compuestas de moléculas que tienen los mismos


átomos, pero dispuestos en formas distintas nos producen sabores diferentes.

Hemos de decir que hoy en día todavía no se ha encontrado con


detalle lo que ocurre cuando una sustancia entra en contacto con las
células gustativas de la lengua. En particular, no se tienen respuestas
a preguntas como ¿qué reacciones químicas se llevan a cabo en las
yemas gustativas que desencadenan una señal hacia el cerebro? ¿Qué
diferencias hay, digamos, entre las diversas yemas gustativas que
hacen a unas más sensibles que a otras a un sabor dulce?

En lo que respecta a los sentidos químicos, el olor y el sabor, no se ha


avanzado en la misma medida para su comprensión como para los
otros sentidos descritos en capítulos anteriores.

VIII.3. ALGUNOS FACTORES QUE AFECTAN LA SENSIBILIDAD


DEL GUSTO

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A continuación reseñaremos algunos factores que pueden afectar la
sensibilidad del gusto.

Uno de estos factores, es la temperatura. Si probamos una sustancia


que esté a muy baja temperatura casi no sentiremos su sabor. En
general, la lengua será capaz de distinguir sabores si la temperatura
de la sustancia es igual o muy parecida a la temperatura del cuerpo.

Otro efecto que nos es muy conocido es el enmascaramiento de


sabores. Así, al mezclar azúcar al café se trata de enmascarar el sabor
amargo del café. En este caso, la lengua no es capaz de distinguir los
sabores individuales de las sustancias mezcladas, es decir, no puede
distinguir una mezcla de estímulos gustativos. Esto se contrasta con la
capacidad del oído de distinguir una mezcla de estímulos auditivos; por
ejemplo, los diferentes instrumentos que tocan al mismo tiempo en
una orquesta.

Otra característica del gusto es la adaptación. Si una sustancia ha


estado en la boca durante algún tiempo, entonces, en muchas
ocasiones, la lengua pierde la sensibilidad a otros sabores y si se
prueba otra sustancia dejamos de sentir su sabor o nos da la sensación
de que tiene un sabor que no debería tener.

Huelga decir que todavía no se han podido explicar, desde el punto de


vista molecular, estos efectos del gusto.

VIII.4. RELACIÓN ENTRE EL OLOR Y EL SABOR

Existe una relación muy íntima entre el olor y el sabor. De hecho


cuando comemos un alimento percibimos al mismo tiempo sensaciones
en la lengua como en la nariz. Algunas, moléculas del alimento se
evaporan y llegan hasta las células olfativas: del gusto y del olfato.
Muchas personas que han perdido la capacidad de oler, por ejemplo,
debido a algún accidente, dejan de percibir el sabor de la comida.

Hay que mencionar que, en menor escala, también influye en el sabor


el sentido de la vista.

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