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La Flagrancia
PROFESORA INTEGRANTES
Dulce Mar Montero Vivas Caribay Segura Ríos C.I 25.754.728
SECCION: SAIA C
Ahora bien, el fin que persigue todo proceso penal es salvaguardar los
derechos y garantías tanto de la víctima como del acusado, y llegar a la
consecución de la verdad de los hechos para la aplicación de la justicia, de la
forma prescrita en la ley. En el caso de Venezuela se establece que el proceso
penal debe ser oral y público, ya que es el Estado quien se asegura de
comprobar los hechos que alega la víctima.
Es necesario que este ritual se acompañe del derecho, para limitar la potestad
punitiva del Estado donde este con su poder de imperio pretenda juzgar sin
base o ejercer sanciones crueles o inhumanas que vaya en contra de los
Derechos Humanos, y de las garantías civiles que se encuentran en la parte
dogmática de la Constitución venezolana como el derecho a la defensa, el
debido proceso o el derecho a solicitar tutela judicial efectiva, y que en su parte
orgánica tambien dictamina la creación de instituciones públicas encargadas
de hacer valer estos derechos en el territorio nacional o en el exterior donde
se ve necesaria la aplicación de la Extradición o el juzgamiento de un
extranjero en el exterior aun cuando el hecho punible haya sido cometido en
el territorio nacional.
Tenemos pues que, Pérez nos presenta una clasificación de la flagrancia que
bien puede ser presunta, o real, en la primera de ellas se encuentran dos
modalidades, inicia con un tipo de flagrancia presunta llamada “a priori”, que
se da cuando una persona se hace figurar como el autor de un hecho delictivo
ante la gente y las autoridades, tomando a partir indicios indirectos del hecho
en sí como por ejemplo su ropa, fisonomía, o el porte de objetos que se
deducen como posible arma de delito.
Bibliográficas
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