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De mujeres y
semblantes

1
Jacques-Alain Miller

DE SEMBLANTES Y MUJERES

Cuadernos del Pasador


Cuadernos del Pasador
INDICE

Consejero Editorial: Jacques-Alain Miller


Director de la publicación: Vera Gorali 11rt..:scntación 5

Acuerdos con: 1·:1analista y los semblantes 11


"La Lettre Mensuelle" y "Cahiers pour l'analyse"
De mujeres y semblantes I 61

De mujeres y semblantes II 83

Ilustración de tapa: Fragmento de una obra de Paul Klee

lmpreso en A.B.R.N. Producciones Gráficas


Wenceslao Villafañc 468
Buenos Aires - Argentina
en el mes de julio de 1993

ISBN 987-99537-0-3
© 1993
Araoz 1978 (142')) Bueno. . /\tll'" /\11'.~· 111111a .
PRESENTAC IÓN

1h 11q11f tres conferencias de Jacques-Alain Miller, de


111111 1\" 11111y especial para los analistas y no analistas que
11" 11 11 In ori entación lacanianaen psicoanálisis.

l .11 primcrafüe dictadaenBuenosAires,el23 de diciembre


ch 11>1>1, muy pocos días antes de Ja creación de la Escuela de
111 < h i ~nlac iónLacaniana(E.O.L.). La segunda, dada en París
1 1~ de fe brero de 1992, tres días después del Pacto por el que
i;1·cn.:a la Asociación Mundial de Psicoanálisis (A.M.P.), es
111H1 de las lecciones de su curso. La tercera, otra vez en
1h11;11os Aires, la escuchamos el 1O de marzo de 1992,
formando parte ya, en el inicio mismo, de la vertiginosa
act ividad que comenzaba a desarrollar nuestra muy nueva
1:scucla.

Las tres tienen un hilo temático común que justifica el


interés especial al que me refería: fa elaboración del concepto
de semblante.

Este concepto, ubicable en la enseñanza de Jacques Lacan


en el título mismo de su seminario XVIII, es decir, en un
momento avanzado de la misma, es crucial, porque de él
depende tanto una reconsideración más exigente de la cues-
tión de lo real como poder hacerse una idea, paso a paso, de

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los pasos que condujeron a Lacan a su interés por Ja topologí:i 1¡itil 11111 .11 Sl'1~ala1 que en la experiencia analítica el
del nudo borromeo. 111//\f,1 ;,,,, .,. ·'"'111bla11te de saber.

El lector encontrará a lo largo de las tres conferencias un 1111\ qtll':ip1 ec;iar, de verdad lector, ese punto de partida,
ejemplo vívido de lo que es trabajar un concepto. Quiero 11 1 1110111e11lo en que una comunidad de analistas se
decir, ''hacerle variar su extensión y su comprehención, 1q 111111 .a t omo Escuela...
generalizarlo por la incorporación de rasgos de excepción,
exportarlo fuera de su región de origen, tomarlo como \..,1 w mo las precisiones que introduce en la noción de
modelo o inversamente buscarle un modelo, en breve, con- 1111 111 -.11puc~lU saber; en la articulación y diferencia de esa
ferirle progresivamente, por transformaciones regladas, la 11111 11111 con la función del nombre del padre y su metáfora; en
función de una fo rma", para decirlo en los términos de 111 111 t11:11lució11 y diferencia de ambas con el matema S(j\.)
Canguilhem que fueron elevados a epígrafe de aquellos 11111111 h1ancia en el saber, como no saber presente tanto en el
Cahiers pour l'analyse. 1w 1 11ú11 de la experiencia analítica como en el corazón de una
1 .,l 11cla.
Sin ninguna duda, ese es el punto de vista que personal-
mente recomiendo para la lectura de estos textos. Tal es la razón, me parece, por la que la cuestión del deseo
1k saber y Ja transferencia de trabajo aparecen acá no sólo en
Pero hay otro, del que estas tres conferencias constituyen .11 importancia conceptual, sino como el único antídoto
ejemplo aún más vívido, y que las aleja de las consideracio- rnntra la infatuación del analista: problema actual, por ser
nes eruditas, a saber, el modo único en que en ellas el tiempo l'lllCrmedad endémica, presente en cuanto hay en el analista
de la elaboración conceptual no es otro que el tiempu deslizamiento por la pendiente de la identificación al sem-
concreto, incluso acuciante, de las responsabilidades asum i- blante con el que opera.
das de la causa analítica como tal.
Esta primera conferencia también es indicativa de una
En efecto, ya en la primera de estas conferencias el lector primera resonancia ,en nuestro contexto, del trabajo en
encontrará en sus líneas y en sus entrelíneas la respiración, curso, abierto, tentativo, a la búsqueda de pruebas y conse-
por decir así de la voz por la que se precipitaban las voces de cuencias, de Miller, sobre el objeto a como semblante,
consentimiento para la creación en Buenos /\ircs de una presentado en estricta equivalencia con sus desarrollos sobre
Escuela en el sentido de l.aca11 Y es l'"k sentido mismo el el objeto a como consistencia lógica. Un poco de sorpresa, tal
que J.A.Millcr al rn1s1110 l1l·111po d.1hma ron la noción de vez un poco de desilusión, para aquellos que podían suponer
tratar a lo real con la noción de objeto a del modo más

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familiar, incluso del modo más unheimlich, puede ser buena 1 1 111 1li11111 •.t1ú1Hk las mujeres, y por ser cuestión que hace
manera de leer la segunda y la tercera conferencia. 1 t 1 111 1f1111d1dncks del gusto de una época. Hoy estamos
11. 11111 dl' los signos por los que cualquier mujer es más
Se trata en ambas de aplicar la noción de semblante a la i.11 11 1111ll' que todos los hombres ...
diferencia de los sexos y sus relaciones.
I' 111 huy el riesgo de que el psicoanálisis se detenga una
J.A.Miller parte de considerar que en la ensel'lanza de l 111 ,., ,111tc ellas, incluso ante su "Nosotras las mujeres'',
Lacan Ja noción desemblante sirve para emplear lo simbólico p 11 11 111plcarunaexpresión del mismo Miller, pomo ser fácil
y lo imaginario conjuntamente, en oposición a lo real, y no en t111• , 11lnhrn en a levantar un velo al que deben sus encantos.
oposición al ser. Por esa razón, contrariamente a Ja creencia 11•'11 1u. entonces, al lector, que puntúe el modo en que Miller
deque las mujeres y sus " mascaradas" ejemplificarían mejor , 1 1gl'lnús en la clínica psicoanalítica de las muj eres~ no sólo

.el semblante contra la supuesta "esencialidad" de los hom- 1l11111do en que circunscribe el cinismo femen ino (bien llama-
bres, él orienta su indagación en sentido inverso, atisbando en 1h1 ''"'· pues no es sin alusión al objeto en su modalidad
ellas lo real que se opone a la seriedad con que ellos sostienen 1\l' t l.:mcncial), sino su intención de considerar también en las
los semblantes culturales tan " necesarios" . Encontrará en- 1111qcres un fetichismo insuficientemente analizado aún.
tonces el lector, en la segunda conferencia, cómo saca a luz la
figura, por lo general muy velada, del cinismo femenino, tal S1 he logrado evocar con lo anterior la estrecha relación
como se encarna en la creación 1iteraría de R. Queneau, Zazie q11l' trasudan estas conferencias entre los problemas cruciales
en el metro, para mostrar cómo ella efectúa su muy lógica, q11c agitan a la responsabilidad de Ja causa analítica hoy, y la
implacable y generalizable denuncia crítica al mundo de los llnboración de saber, el lector encontrará solo en la última, la
semblantes en toda su extensión. Y encontrará también cómo 111ancra de llegar a lo más agudo del debate sobre el deseo del
este punto de vista ilumina párrafos de Freud de El Malestar analista a Ja luz de los resultados del dispositivo del pase.
de la Cultura. Creo que no hay que entender esto último como
un retorno al psicoanálisis Juego de haberse alejado un poco En ella J.A.Miller retoma el tema de mujeres y semblan-
por la literatura. La trama que se teje es la de explorar el real tes, y esboza los fundamentos de una clínica "femenina"
del psicoanálisis -presente en Freud por la invención del delineando algunas de sus figuras, comparádolas con las
dispositivo- como igualmente opuesto al semblante, para figuras masculinas, y mostrando cómo Lacan enriqueció y
entender mejor el reclutamcnto que efectúa de las mujeres y corrigió las vías abiertas por Freud al respecto. Considero esa
sus intereses, tan notable, pm lo dc111í1s, en nuestro medio. perspectiva fundamento de una cl ínica propiamente
Ocurre que si esto es asl dcsd1: Ftrnd, podemos decir que se psicoanalítica, de la que queda mucho por ordenar y desarro-
ha intensifi cado pw las p lll • la'i 11l>1l'1111'' en la enseñanza de llar, y por la que poco a poco podríamos realmente tomar

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distancia de la herencia psiquiátrica.en la que inicalmente sl'
sostuvo, Una reciente conferencia de Carmen Gallano en esa
línea, dictada en la EOL, sobre madres y mujeres, me anima
a decir eso. 1 l 1\N/\ LI STA Y LOS SEMBLANTES 1
Pero lo importante acá es queMillerpresentaesas posicio-
nes para contraponerles la figura de una verdadera mujer, una
femineidad, por el sesgo -no hay otro- de su repentina
contingencia. 1 1t'~ l'11tación
1

Lo hace desarrollando los ejemplos mencionados por


Lacan en lo tocante a Medea y a la Madeleine de Gide. Y es 1< 'hnmorro: La reunión de esta noche tiene una relevancia
más importante aún que con esos destellos cierra esta tercera 11>11 l tl'll lar, por varias razones.
En primer Jugar, esta interven-
conferencia abriendo al debate más actual sobre la relación ' 1111 1dl: hoy, deJacques-AlainMiller, hace serie con otras que
entre, por un lado, el fin de análisis y el deseo del analista, y 11 ,d11n e n Buenos Aires desde hace tiempo. Tienen tod as, en
por el otro, las posicione:; -:;n la sexuación. , 11 11 11 forma, por referencia, su curso, y fueron de gran
11111mrl<rncia para nosotros. Recordemos Síntoma y fa ntas-
¿Será decid ibk oponiendo el atravesamento del fantasma 111 11, 1,as lógicas de la vida amorosa, y hace poco tiempo su
como accesc a la contingencia de la femineidad versus la 111krvc11ción sobre Los Nombres del Padre. Lo de hoy tiene
identific"ción al síntoma como incurable necesariedad fálica? por rdcrenciasu curso sobre La naturaleza de los scmblan-
h's, y es continuación de la intervención que hiciera en torno
J.A.M illerdejaen la ocasión el problema planteado, más un u la cuestión de los Nombres d~I Padre. En segundo Jugar,
deseo que el lector sabrá entender. lo otro que marca en particular la r(:unión ele hoy, es que
estamos en la inminencia de la fundación de !a Escuela.
J.C.lndart l ~s tamos en el punto crucial, límite, de Ja fundación de la
l ~scuel a de la Orientación Larnniana. En este sentido,
estamos agradecidos por la presencia, esforzada, de J.A. Miller
al lado nuestro. Un esfuerzo que es obvio: hace dos meses

'Conferencia pronunciada ·en el Complejo "La Plaza", Sala Pablo


Picasso, Bueoos Aires, el 23 de Dicit·mbre de 199 l.

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estuvo aquí, vuelve a estar, y nos va a acompañar en eslt.: 111111 .11 1 •, q11 c c n la experiencia analítica hay que hacer
momento inaugural de la Escuela. Hoy nos va a hablar de El 11 il d11 111t· di.! saber para aprender algo.
analista y los semblantes y después se abrirá un debate qµc
incluirá el tema de la conferencia, perotambién, si es posible, 1 1111 1''1c hacer semblante de saber, no me refiero tanto a
11 1111111w 1ct.:pción psicológica comba un hecho de estructura.
la inminencia de la creación de la Escuela de la Orientación
Lacaniana. Los dejo, entonces, con J.A.Miller. l 1111 1 1 ·w nplc hecho de invitar a la asociación libre, hay un
1i 11 1 1 11u111blanle de saber, que es también el del analizante:
11 11 1 1 ~c 111hl a nte de saber de qué se trata, cuando él mismo no
l ll m· la menor idea.
Conferencia
El hacer semblante de saber se funda en la anticipación,
, El psicoanalista hace semblante. 111w anticipación es siempre dudosa. Como lo es la
pwfocla. Siempre se puede decir que una apuesta es menti-
' ' )Sil. Cuando decimos, por ejemplo, que se va a crear una
Hace semblante de saber en la experiencia analítica.
1~ ~cu ela duradera, que resistirá a la pulsión de muerte que
'
1rnlnlia a todo grupo, cualquier persona puede decirnos que
Se discute si la palabra semblante es verdaderamente
castell ana; sin embargo, la expresión hacer semblante tiene Homos mentirosos, porque no lo sabemos con seguridad.
empleo e_n Baltasar Gracián. Se podría decir que el analista
hace como si supiese, para emplear la expresión como si que En la experiencia analítica la anticipación mentirosa, la
utiliza, por ejemplo, Kroeber, cuando crítica el Edipo anticipación del semblante, se funda en algo que, para decirlo
freudiano. El Edipo sería una historia como si. de la manera más sencilla, ya conocían los griegos cuando se
fascinaban con los oráculos, o la que redescubrieron los
Creo que t9dos; quizás, los que se han encontrado en el surrealistas jugando al oráculo: consiste . en que surge
lugar del analista, como decimos, saben algo de ese hacer siempre un efecto de significado de la relación de un
semblante de saber. Y por las mejores razones del mundo, ya significante con otro.
sea para no emocionar, o para no producir pánico en el
paciente; ya sea, quizás, para no producírselo en ellos mis- ¿Cuál efecto de significado? ¿Cuál es ese efecto de
mos. Pero ese hace;r semblante de saber .va más allá del significado? Para entenderlo, tomemos una referencia clíni-
sentimiento vago de hacer corno s1 uno supiese cuando en
1 ,
ca a la psicosis.
realidad se está a la espera de apn:nckr algo del p aci~1te . Lo

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En el estudio de los semblantes hay que referirse bastante l 1•d11. d1 l11 antes. O, para decirlo de manera menos
a la clínica de la psicosis, porque la psicosis desnuda los 111111 1111 l1 \i1 la asociación libre produce un efecto de
semblantes. La psicosis hace ver qué pasa con lo real del 1 111111 11111111 ck significación que llamamos el sujeto su-
padre cuando falta el semblante del padre, lo que llamamos 111 h• 1h11 1 o llamamossujetoenlamedidaenquequizás
el Nombre del Padre. La forclusión del Nombre del Padre 11¡ 11" 11 ,, p.1 lo que sign ilica. No necesariamente el analista.
significa que hay sujetos para quienes lo real del padre no está 1 111111.1110, puede parecer que el analista está realmente en
más velado por el semblante del padre. il l ti.:111 11 rnrnparación con ese alguien que podría saber qué
11111l11 .1 y, precisamente por eso, es el patrón de medida con
Podemos referirnos, justamente, a la articulación que ,, 1111111111 cual se mide la competencia del analista. El sujeto
Lacan nos da, en su texto de la Cuestión Preliminar de los 11p111 ... 10 saber, si se trata de eso, es un semblante. Es decir
f~nómenos llamados intuitivos. Hay en esos fenó;,,enos, q111 1111 se 11 ata de un artificio, un truco, una trampa como tal.

d1~e Lacan, muy cerca de la descripción clásica de Jos 1 1111 knómcno " naturai"dé la experiencia analítica, como
mismos, un v~cío de si~nificación, es decir, que el sujeto no l 111 lo 11 is,_que_uno no puede no yerlQ, aunque nunca pueda
sabe lo_ que quieren decir esos fenómenos. Pero hay un grado 111 ¡•111 a tocarlo ni llegar a donde está, a su lugar. Como dice
d~ cert1dumbr~ proporcional a ese mismo vacío de significa- 1 .1l a11, la naturalezaestá llena de semblantes, y la física
c!ón: esa certidumbre se refiere " a la significación de 1111l 1g 11a se dirigía por excelencia a los semblantes de Ja
s1~nificación". Creo que debo traducir esa expresión. El 11.1111rnleza. Hay un delirio analítico proveniente de esa .
SUJeto no sabe lo que quiere tal evento de su vida tal 11111rnvilla por la cual, de un significante puesto en relación
?1ª?ifestación, tal presencia, tal frase, tal momento: tal l on otro significante, siempre surge un sentido, y hay siem-

mc1dente, tal x , y al respecto se queda en la duda. Pero a la p1 c significación de significación. Es la misma estructura
v_ez .está ~eguro de que quiere decir algo. En eso hay que la de la paranoia, donde el sujeto está seguro de un '' me
~.1gmficac1ón de significación: está seguro de que no es por quieren decir algo", " me quieren hacer algo". Por eso
a;:ar. l .aean, al inicio de su acercamiento a la experiencia analítica,
daba esa definición del análisis como paranoia dirigida, bajo
. Hay ~~e reconocer ahí la estructura misr.1~ de la experien- control. A veces se observan sujetos obsesivos, a veces
cia anaht1ca. El analizante está seguro de que no es por azar también histéricos, presos en una " paranoia analítica",
que s~ ha ~ncontrado diciendo tal o cual palabra, o que le ha descubriendo sentidos a todo, y, en particular, a todo lo que
ocurrido, Justo antes, o justo después, en su infancia, a Ja se presenta en relación con el analista. A tal punto que,
noche, en sus sueños, tal o cual x. Y, eventualmente el aterrorizados por esa posibilidad, nuestros colegas inventa-
analista también está seguro de lo mismo. · ' ron que era preciso suprimir todo signo de parte del analista,
para que volviese, como lo real, siempre al mismo lugar, sin

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ningún cambio, ni siquiera de corbata. Tal era un consejo 11 l11 11111111 l.o que salva al psicoanálisis del delirio
dado a los jóvenes analistas en los años 80: no cambiar nada hl 11 1111111 l'" el Nombre del Padre, utilizado por el analista
en su consultorio, y no cambiar nada de su ropa, porque todo o 1111111 p 11111 poner un límite al delirio del sujeto supuesto
podría llegar a ser interpretado. Ahora, seguramente, hay un 1 1 1 111 •, te sentido, el Nombre del Padre es un semblante
aggiornamiento. Quizás han superado el problema del ¡11 1 1111111.11 para detener el desencadenamiento delirante
cambio de corbata: están en el cambio psíquico... La ¡ 1 t•11111 ... 11 pucsto saber, y reintroducir en la experiencia un
referencia al cambio de corbata se encuentra en el libro de 11 1 11111111 que pone límite al sentido _ tout va, como se dice
Janet Malcom Psicoanálisis: profesión imposible. Se trata 11 11 ttl ll\ .... al todo sentido.
de un reportaje hecho libro, de hace algunos años.
1~1 1 lt:iy que pensar, pues, que se pueda descartar sin más
Nos ayuda, pues, la consideración de la psicosis a tomar 1 u11hlantc del Nombre del Padre. Si se lo deseartasin nada
en serio el semblante. El semblante no es una formación 111 1 •.ahemos dónde vamos a caer. Pero, a su vez, el Nombre
vana, no es una pura apariencia a la que debería preferirse tll l l1.1drc desciende de una doble tradición.
algo más esencial. El semblante es operativo. Es una
categoría que nos permite reunir frente a lo real, lo simbólico tfos viene de esas dos corrientes que constituyen, en su
y IOimagmano. Agrupa esas dos categorías hace ver lo 1111h1gOedad, en su mixtura, lo que llamamos la tradición
común a ambos términos, y permite construir una antinomia • 11, 1dental. Como trad ición, es una entre otras, y hay que ser

no con el ser, sino con lo real. Lo que se opone al semblante p111dente cuando se trata de operar con el psicoanálisis en
e~lo real, y ~I ser. He desarrolladoun poco este tema en 1111 as tradiciones. La tradición occidental está hecha de la

París, a lo que aquí solo aludiré. , 11111cnte griega y de la corriente judía, y produce perpleji-
1l.1d, cuando uno se ha desprendido de la naturaleza de esos
En los fenómenos intuitivos, se puede decir que se realiza •.rmblantes, pensar cómo se han casado, mezclado, esas dos
Ja fórmula que Lacan destaca en el delirio de Schreber y que rnrrientes, cómo han logrado hacer el amor, y tener produc-
ubi ca como la k:y misma del sign ificante: Al/er Unsinn hebt tos. En lo que se refiere a Dios, al Nombre del Padre por
sich auf!. ¿Como traduce Lacan? Todo no sentido se anula. excelencia, hay para el griego, quizás, una equivalencia entre
Esa fórmula es por excelencia la fórmula de la asociación Dios y el ser, mientras que para el judío hay una conexión
li bre, la cual apunta en la misma dirección que el delirio de entre Dios y lo real.
interpretación. No es por azar que hemos tomado esa
palabra, interpretación, de la clínica de la psicosis. Encon- Es lo que subraya Pascal cuando habla de la diferencia
tramos aquí la razón por la que Lacan pudo decir que 'es el entre el Dios de ios filósofos y el Dios de Abraham, Isaac Y
Edipo el que salva al psicoanálisis en extensión del delirio Jacob. El Dios de los filósofos, de procedencia griega, es el

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- ......
~......._ ___ --
~-~--

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_....__ -
-
sujeto supuesto saber, supuestamente equivalente para lo 11 1t11111 l.1 111ano sobre algo para capturarlo. Lo ilustra-
dos, válido para el sujeto de la teoría como tal, para todox q111 11111 11111 l1l'1ilo. Eso es laprise. Meprise, o vergriffen,
piensa. Mientras que el Dios de Abrahám, de Isaac y dl t 11111 .1lu que escapa a ese esfuerzo de captura. Equivo-
Jacob, si también lo es para todos, lo es para todo x con l.1 11111111d11l'c una vertiente semántica de meprise, que en
condición de que sea judío. Para todos, pero esos todos son 11 11111 1~ 1 1 1dcscntidocomún. PeroLacanhaceescuchar la
sólo algunos. Es para todos lo que han pasado por una aliai1:1:1 llt11• il11¡•l11de mcprise. En castellano podríamos referirnos
con él. Es un Dios que no se presenta como un sujeto 11 , 1p111'>l' o al escapismo del sujeto supuesto saber.
supuesto saber. Se presenta como el que es lo que es, es decir.
como el enigma mismo de lo real. Hay que distinguir el SsS 1 1 m ,111 pone en evidencia, luego de la introducción del
y el NP para descubrir, debajo de la metáfora: I' 1 • l.1 meprise del sujeto supuesto saber, es en tanto
1 11 11k1a que el analista está determinado por la estructura
NP t 1111t1l'1 ll"isc del sujeto supuesto saber. Por eso, el problema
SsS , 1111 l'l n11al ista, (podría ser un título para una conferencia)
, 1111'l l'\lc en que está determinado por algo que escapa. Lo
el vacío del S (~. , 11111~e encuentra en todos los niveles de su práctica así como
11 los de su posición subjetiva, y se hace evidente en los
Para ubicar la posición del analista con respecto a los t111pc1.,scs constitutivos de su existencia en grupo.
semblantes, hay que descartar la confusión del analista con
el Nombre del Padre. pero la teoría del sujeto supuesto saber "t 'uál es la estructura de la meprise del sujeto supuesto
no es suficiente tampoco. Hay que ir hasta la hiancia en la .11her? ¿Cuál es esa estructura que determina la posición del
cual la posición del analista está suspendida. 11110 1ista, su posición de sujeto en la experiencia en tanto que
111scripta en lo real, es decir, en tanto que se marca en su acto
Apenas Lacan pronunció su Proposición de Octubre del 111 ismo, en ese acto que tiene efectos, y efectos que no son sólo
67, enfrente de su Escuela, cuando ya se puso a escribir un de semblante, efectos que son reales?
pequeño escrito que se llama La equivocación del sujeto
supuesto saber. La palabra equivocación no traduce de Para entender a qué apunta Lacan, pensemos en todos los
manera adecuada la palabra francesa meprise. con la que que tienen la suerte de no estar determinados por esa estruc-
Lacan trata de dar un equivalente de la palabra alemana tura, aquellos que sí están determinados por la captura de un
vergriffen. Hay que volver al sentido prop io de la palabra saber. Es más fácil trabajar duro para obtener una licencia,
prise, captura, toma, presa. Es lo que hay en el alemán un diploma superior, luego un diploma super superior, y por
Begriff, que hemos trad ucido por concepto. Un concepto es 'fin el diploma que dice que ya no hay más diploma después.

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Es un placer trabajar para obtener una competencia qm: sl 1l 1• llll •'P"' tk esa 111epnse, y es por eso que la sorpresa
puede verificar, y que se traduce por un dominio de tal o cual 11 1 11111 11 ld1 l'at1 vo que se agregue a ese saber, sino que no
materia. -Cómo domina su materia ese profesor!. Tielll' I •• d1 111lv11111 s 1110 por cfracción y sorpresa.
respuestas para todo. Quizás antes de salir de su casa es11'.·
completamente agitado, porque tal vez conserve en sí mismo l '111 In 1111110, no puede haber una licenciatura del incons-
una percepción de su no saber, pe(o ¿quién lo puede adivinar, 111111 l11t r 11tan hacer una licenciatura de psicoanálisis, pero
escuchando esa supuesta boca de oro, que domina el tema por ¡11 11 l I 111on1 c 1~to 'ª.impostura universitaria no ha logrado
arriba, por debajo, de todos lados?. Es agradable dedicarse 1•111p11m·1 u11a licenciatura del inconsciente. (Quién sabe no
a una materia donde se puede capturar el saber. Se lo puede li 1 '""e dando la idea a alguno).
hacer con el psicoanálisis como disciplina cultural, como
montón de páginas escritas o transcriptas, con la historia del 1>l· manera que, en la noción de semblante de sujeto
psicoanálisis, con el comentario de textos fundamentales. .11p11cs to saber, hay una meprise a propósito del saber en
Pero, en la experiencia analítica, la relación con el saber no 1 11t•st iún. El sujeto supuesto saber es la meprise que cubre Ja
es de captura, de presa, sino de imposibilidad de toda presa. 1111 '/Jtlse. Hace creer que hay un sujeto que sabe, que domina
1 '•l' saber del inconsciente, cuando 1a definición misma de ese
Lo que define en tanto tal al inconsciente es que uno no '11 hcrsu~one que ningún sujeto lo sabe, que ninguno está, por
logra capturarlo. Y si escapa, no es por una simple huida, o 1kc1'. as1, a la altura del inconsciente. Con seguridad, el
porque uno se haya engaí'lado. Escapa como tal. No es por .111altsta no. A veces, cuando es un impostor, Jo hace creer
p 1.:10 la infatuación del analista es algo que Jo desautorizad~
Ja incompetencia de uno que se escapa. No es porque se
encuentre más allá. Hay saberes así, que se escapan porque maner~ evidente. La infatuación es ese semblante que adopta
son saberes más allá, saberes de los dioses. Pues no, de e~ an_ahsta c~ando hace creer que lo sabe de antemano. ¿Qué
ningún modo, en el psicoanálisis se trata de un saber al que s1g111fica la mfatuación sino que nada me va a sorprender,
uno puede acceder, pero .. .solamente engal'lándose. Es un p_ucs ya estuve en ese lugar antes que tu pudieses llegar a él?
saber al que uno puede acceder par meprise, solamente en el Es por esto que una Escuela sin notables sería una ambición
momento de una falla, cuando uno no está a la altura. Ahí, digna del d_iscurso analítico. El engaño del sujeto supuesto
precisamente, como regalo, gratis,(y es tan dificil aceptar ~ aber consiste en restablecer al sujeto en el luoar mismo
regalos gratis para algunos sujetos), " como regalo gratis de d?nd~ no tiene nada que hacer, en el lugar dond~ hay una
tu error, de tu engaño, de tu indignidad, ahora para ti se h1anc1a, donde hay ese agujero en el saber. Ese luoar a veces
descubre ese saber". De modo que para capturarlo, hay 'que el a~al ista lo cubre y se cubre con ese ropaje, de .;odo que e~
ser dupe, engal'lado. Hay que cometer el error para tener el el mismo momento en que no aparecen sino significantes que
regalo divino de acceder a ese saber. En cambio, el desenga- deben leerse, se atribuyen a Dios. Es el ejemplo que da

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Lacan: cuando aparecen Jos sionificantes Mané Thecel
mos. Esa hiancia se hace presente cada vez que hacemos unu
Pha:es, inmediatamente se dice ~ue Dios los ha e~crito. Ei interpretación, como si supiésemos al decidir sacar de una
ag~11ero. es tapado en el mismo momento en que está en
indeterminación al sujeto, para ubicarlo aquí o allá. ¿Cómo
ev1denc1a. Es así como el inconsciente está recubierto dos
veces: por el SsS, y por el NP. Jo sabemos? Podemos, a veces, reconstruir por apres coup,
pero se nota en el joven practicante, cuando es hon~sto, l.o que
no siempre es el caso, que se da cuenta que esta obligad~
L.a infatuación designa una enfermedad profesional del continuamente a hacer apuestas, y que no puede deducir
analista, e_n tanto se identifica al sujeto supuesto saber. Se
interpretaciones; que puede tener las supervisiones .que
toma por el. Es el semblante propio del psicoanalista hacer
quiera, con varios analistas, pero que no puede reduclf la
semblante de y~ conocer. Por eso se puede decir que al
hiancia que hay entre el saber de antes y la producción de una
respecto el analista es engañado por sus analizantes. Así
interpretación. Incluso a veces, por honestidad, hay gente
como M. Duchamp hizo esa obra extraordinaria, La casada
que se va de Ja práctica analítica, porque no pueden superar
desnudada por sus solteros, se debería imaoinar una obra
el terror o el disgusto que les produce esa hiancia en el saber.
de arte~ El anal.ista engañado por sus analizan~s, mostrando
Solamente el acto que está presente en la interpretación
al analista vestido por sus analizantes. No es que todo lo que
puede producir esa certidumbre. Como lo señala Lacan,
tenga puesto sobre sí haya sido adquirido de ese modo, pero
siempre se vincula la certidumbre al acto. ~ sea, no ~ la
ha~ una ropa que no h~y que comprar, y que no hay que contemplación, no a la deducción. No hay certidumbre s1 no
dejarse regalar: el vestido de sujeto supuesto saber. Se
a través del acto mismo que lleva al sujeto de la
observa que el analista quiere ese ropaje, y a veces prefiere
indeterminación a la certidumbre. Es el nudo mismo del
quedarse en el círculo reducido donde le ponen esa prenda
sofisma del tiempo lógico. Si no se da el paso, nada se podrá
maravillosa, por miedo a ser desnudado, en un conjunto más
concluir.
grande, por sus colegas y los anal izantes de sus otros colegas.
Por eso ha~ que admitir que una Escuela no puede ser el todo
Es lo mismo con la Escuela. En ocasiones se critica lo que
de la práctica analítica, pero debe ser un Jugar donde se dé la
sería, de parte nuestra, el pedido de un acto de fe. No es así.
s~e~e de. quedar al desnudo al entrar. Al modo del frontis- Lo que se descalifica llamándolo'' acto de fe' ' no es otra cosa
p1c10 antiguo: "Nadie entra en la Escuela si no eslá desnu-
do". que la presencia de esa hiancia que designamos como S(~).
No nos presentamos como Otro del Otro, al contrano,
hacemos ver que se trata de una apuesta, por lo demás,
La hiancia de la cual hablamos, y que a veces llamamos
colectiva. Sólo en el acto, que no se puede pensar sin prisa,
S(A), no es cosa de retórica. Se la encuentra a cada momento
hay la suerte de una certidumbre. La prisa no viene a la
en la experiencia analítica. Solamente por rutina la olvida-
Escuela por azar. Precisamente porque no hay Otro del Otro,
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precisamente porque hay una hiancia del saber entre las dificultad en el análisis es la de tener que operar con respecto
premisas y la conclusión, es que la conclusión, cuando es al sujeto supuesto saber como semblante natural de la expe-
auténtica, no se puede lograr si no en la prisa. Estamos en ese riencia, y debo decir que, creérselo, creerse el sujeto que sabe,
momento feliz de la prisa. El momento de concluir no es un acaba con toda chance que pueda tener el analista, no digo de
~ns~ante como el de ver, ni es un tiempo variable, largo, hacer su trabajo, sino, seguramente, de llevar al sujeto hacia
mc1erto, como el tiempo para entender. Es un momento. y el fin del análisis.
tratamos de ubicarlo entre el 23 de diciembre y el 3 de enero.
Muy precisamente la infatuación es lo antinómico al
De tal manera que, para volver a la experiencia analítica deseo de saber.
hay un franqueamiento que ninguna ternura del supervisor:
para con el analista que viene a verlo, puede evitarle. La La infatuación significa: " no tengo más deseo de saber,
certidumbre vendrá sólo como retorno del riesgo de la ya no hay nada más que me pueda sorprender, y no me voy
a~uesta. Es decir que no hay que tomar apuestas de manera a sorprender a mí mismo".
c!ega. Se deben tomar todas las precauciones, pero hay
siempre una precaución que no se puede tomar, hay siempre No deben pensar que esta cuestión de Escuela concluida
una precaución inútil. en Ja prisa es una sorpresa que yo, por ejemplo, quisiera
darles a ustedes. Soy el primer sorprendido por la cosa. Me
Recurramos a un autor que Lacan cita varias veces un salió decirlo en un momento, hablando con algunos, Y
autor tan fascinante como el Cardenal Newman y a su ~ran después traté de retroceder: si no es para agosto, tal vez p.ara
obr~, La gramática del asentimiento. de la que Lacan nos marzo. Pero, no: " Ya ya ya", como decía L. Gorost1za,
advierte que fue forjada para execrables fines. Es que esa tomándome la palabra, por lo que una sorpresa, una sorpresa
obra ~os ~ace ver también que en la matemática misma hay auténtica, es una sorpresa para el sujeto mismo. Eso supone
esa h1anc1a. La misma hiancia que explota Lewis Carrol en abandonar toda idea de dominar a los elementos. Es suficien-
algunos de sus juegos, como el de ese infinito que hay en lo te seguirlos, estimularlos, y basta con aceptar estar en la
que aseguraría la conclusión. En efecto, para poder concluir corriente que uno puede estimular, tratando de permanecer
hay que conocer las reglas de la conclusión. Si se plantea esa en ella.
regla, entonc~s se puede concluir, pero esa regla misma
~quién ~a instituye? Es necesario hacer una regresión a otra Lo que proviene del Otro en la experiencia analítica,
instancia, y así hasta el infinito, para concluir, efectivamen- según Lacan, y lo repetimos en tantas ocasiones, no es una
te, que dos más dos son cuatro. No se puede hacer sin un salto respuesta. Lo que viene del Otro no es una respuesta de
por encima de esa hiancia que hay en el saber. Entonces, la alguien que sabe. Al contrario, lo que viene del Otro es una

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P• cgunta: el famoso Che vuoi?. Lacan ha inscripto en el Jugar de trabajo. Recibí, a propósito de eso, un pedido de referen-
del Otro, no un saber dado, sino una pregunta. Por eso no hay cias de un grupo de personas que trabajan sobre el tema. No
qu~ retroceder frente al hecho de decir que el analista se hay muchas referencias al resp~cto. Hay una frase de La~an
califica por su ignorancia, por lo que auténticamente acepta en los textos ligados a la fundación de su Escuela. Le d1 un
en cuanto a preservar la ignorancia en el seno mismo de su gran lugar a esa expresión, he tratado de construir algo a su
competencia. Y no es algo de lo cual se pueda hacer alrededor. Parece un chiste sobre Freud, si pensamos en que
semblante fácilmente. fue Freud quien vinculó trabajo y transferencia.

Es más fácil hacer semblante de saber que hacer semblan- El trabajo de la transferencia consiste en poner uno sus
te de no saber. Un ignorante, alguien que preserva en el palabras en el paréntesis del saber supuesto, autorizando así,
centro del saber el lugar del no saber, y que con eso estimula: a los sicrnificantes
0
amos de su vida, a tomar sentido. Toman
hace del no saber la causa de un deseo de saber. Si el analista sentido gracias al sujeto supuesto saber, y así se relativizan.
no se refiere de manera auténtica a ese agujero del no saber, Tales son los beneficios primarios del sujeto supuesto saber.
no ~uede causar ~n el sujeto el deseo de saber, que es Jo que Por sus efectos delirantes, el sujeto supuesto saber permite a
califica a un anal 1sta. No puede transmitir ese deseo de saber Jos signi ficantes amos, que son del registro del no sentido,
si no tiene de manera auténtica una relación de vida o muerte que lo tomen. Todo no sentido de los significantes amos se
con ese S(A). anula gracias al delirio analítico, gracias al sujeto supuesto
saber. Querría hacer un elogio del sujeto supuesto saber, y
Dejaré de lado la cuestión, preocupante, de saber si eso no solamente insultarlo. Gracias al sujeto supuesto saber,
c?nduce a pensar que el inconsciente es un semblante. Es esas piedras de los significantes amos pueden transformarse
cierto que hay toda una vertiente del inconsciente que tiene en arco iris, lo que lleva su tiempo. Ya en Freud la expresión
que ver con el semblante. Todo el lado sujeto supuesto saber trabajo de la transferencia introduce ese elemento temporal
del inconsciente tiene que ver con el semblante. Semblante que no se puede borrar de la experiencia analíti~a~ la cap~ura
que no :s ~n truco, a lo sumo el truco puede imitarlo, sino algo de los significantes amos dentro del paréntesis del sujeto
tan autentico como el arco iris. Pero hay también, en Jo que supuesto saber no se puede hacer de un solo gol~e. S~ hace
llamamos ~I inconsciente, la vertiente real de lo que se poco a poco, con un cierto tiempo. Es ~ecesano, ~nm~~o,
encuentra siempre en el mismo lugar, lo que no es el caso del que uno de ellos se mueva, y que se transmita esa vaponzac1on,
arco iris. El arco iris, más bien, se encuentra en ningún lugar. poco a poco, a los otros elementos. El tiempo es un factor
estructural, no contingente, de la experiencia analítica. No se
Dejaré este tema, a desarrollar, un poco de lado, para tocar puede imaginar un analizante tan brillante, tan a la altura de
la cuestión, justamente introducida aquí, de la transferencia su acto, como para que en una hora ya esté todo eso

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11
terminado. Parece que Freud lograb 1 ,
11
, a a go as1, pero era
1
porqu~ en esa epoca el sujeto supuesto saber no estaba necesita todo un aparato para ponerse en marcha, de pasadores,
cansa o por todo lo ~ue haría luego en un siglo. EJ su ·et de pasantes, etc. Pero es sólo con el pase que la evaluación
~u puesto saber del psicoanálisis está ahora un poco cans~doº puede llegar a tener una dignidad analítica. Si no, Ja entrada
acer una Escuela es permitirle que descanse un poco ar~ se hace como se puede, con gente que acepta el pecado de
que vuelva a trabajar mejor Ahora bien lo , . p juzgar y alojar en su lugar a los otros. Se debe hacer, y en lo
· . · , urnco que puede
rejuvenecer~¡ SUJeto supuesto saber es una cura de S{A). Lo que a mí respecta se hace sin ningún goce. Al contrario, se
que puede rejuvenecer a un analista, que a veces se preocupa hace con el sentimiento del deber. Si uno quiere una Escuela
como cualquiera, de Ja edad, es una buena cura de S(A'). ' hay que pas~r por eso, pero es un sacrificio.

d La~ª'!· cuando hace un chiste hablando de transferencia La Escuela como experiencia tiene como soporte lo que
, ,e tra aJo, da much~ para pensar. Dice exactamente esto· Lacan ha llamado de manera velada, no desarrollada, la
~a ensefianza d.el ps1coanál is is no se puede transmitir de u~ transferencia de trabajo. Y tiene todo su sentido que al
SUJeto aJ otro smo por la , d
trab · , , . ~ vi as e una transferencia de mismo tiempo que crea una Escuela, donde hay un montón
ªJº . L? d1c_e e.n un paragrafo que se titula De la Escuel~· de gente, hable de la transmisión de la enseñanza del psicoa-
como expeneñc1a inaugural. Es decir, que ya en 1964 no nálisis como de una transmisión que se efectúa de un sujeto
tomaba a la Escuela como un grupo como los otros, sino ue a otro. No de un sujeto a una masa, no de un sujeto a todos.
empleaba par.a la ~scuela los mismos térmi nos que emple~ba Seguramente, ahora, estoy hablando a una masa, pero los
para la expen encra psicoanalítica.
efectos de transmisión de la enseñanza, si hay algunos,
pasarán de uno a uno, en tanto no sé qué de lo que pu~~o decir,
Es difíci~
ma.ntenerse en la Escuela como experiencia o no decir, o lo que dirá o no dirá alguien en el debate, será
como. expen~ncra subjetiva respecto al saber, respecto al causa de un deseo de saber para uno o para algún otro, no se
~a~er inconsciente, respecto al propio saber, respecto al saber sabe quién . Lo que equivale a decir que en el seno de una
e o~ otros, respecto al efecto del saber de los otros sobre eJ transmisión masiva, cuando se trata de psicoanálisis, no se
propio, respecto a Ja evaluación del saber de los de , puede olvidar un solo minuto que se trata de saber si se ha
Sobre esto últi~o debo confesar que hay algo indigno::~~ causado o no un deseo de saber.
co:;o en Francia, en el trabajo de evaluar la posición y el
sa ~r de los demás. Considero a los jurados como sujetos Al mismo tiempo, transferencia de trabajo puede traducirse
sacrificados ~ Ja. causa analítica. Trataremos de hacerlo un de manera muy sencilla: se trata de alguien que trabaja, y que
poco menos md1gno, cuando podamos poner en marcha la logra transmitir el trabajo a otro. No significa transmitir lo
entrada por el pase. No es pos ible para empezar porque que uno ha trabajado para que el otro lo recoja. A veces sí

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pasa por eso. Pero significa que uno, trabajador, ha logrado
que otro se ponga a trabajar también. siempre evidente que Lacan se refería a él. La apues.ta de su
Escuela era saber si lograría obtener la transferencia de ~u
Supone que el primero sea trabajador, por lo que no se trabajo a otros, si otros iban a tomar el rel~vo d~ ~~ trabajo
debe confundir con la transmisión de la pereza. Existe sobteel psicoanálisis. Hay algo así en el ps1coanah~1s, co~o
ta~bién en psicoanálisis la transferencia de pereza. Se una carrera de relevos. Algunos consideran que. mdu~1r a
obtiene a partir de la identificación al analista, en tanto otro a trabajar en el campo del psicoanálisis com~ 1.nvestiga-
soporte del acto analítico, es decir, en tanto que como analista dor y docente, constituye una desvi~ción del anáhsts puro, el
no trabaja. Es el analizante quien trabaja. El anal ista autoriza cual debería concluir en un permiso de pereza. Es algo a
el trabajo pero, en tanto tal, no trabaja. En esta vertiente el discutir.
triun~o del análisis ocurre cuando. el analizante d~ja 'de
trabaJar como analizante para acceder a la pereza divina del Es verdad que hay como un permiso de pereza en el fin de
analista por identificación. Es lo que Lacan llama la beatitud. análisis. Pero no hay que cerrar toda posibilidad a que sea
La beatitud significa que ya no hay que trabajar más. Ahora también un permiso de trabajo, como el que buscan. los
son l~s otr~s qui~n~s van a t~abajar. Vendrán a verme para exiliados; la famosa carta verde en E.E.U.U, o el que piden
trabajar bajo la egida de 1111 pereza. Mi único deber es al Estado, en Francia, Jos argentinos que llegan, a ~e ~es,. tras
!nostrar en todas partes mi beatitud, demostrar que yo no un permiso para trabajar. Considero co ~o una mfam1a.' Y
tengo que trabajar, que no tengo que producir no sé qué saber como un error técnico, rechazar dar al anahzante su permiso
nuevo, como si pudiese haber un saber nuevo, como si todo para trabajar en el psi coan ál~ s is, r~~o~zando y/o creando .su
no se supiese ya desde siempre. Hay una verdad en eso. En inhibición al trabajo en ps1coanahs1s. Por el contrano,
cierto mo~o, es verdad que todo se sabe desde siempre y que considero que si hay una suerte para un sujeto, e.sa es ~~d.er
todo termma en la tumba. Hay ahí un saber que autoriza la trabajar en Ja transmisión de Ja enseñanza del p ~ 1~?anahs1s.
beatitud de la pereza. Gozar de estar ya muertos como lo Dar esa suerte ha orientado a Lacan en la fundac1011 de una
estaremos en poco tiempo. Anticipar. A veces, los más Escuela.
h?nestos, deciden terminar rápido, lo que puede ser más
digno que gozar de la pereza. Seguramente, encontramos ahí una paradoja, porqu~ ~l
psicoanálisis se caracteriza por lo que no se puede tr~n:m1tlí
La frase de Lacan supone una transferencia que funciona sino a uno sólo. Uno va a vera un analista para tra?sm1t~r algo
no a partir del analista en su posición de pereza estructural' que no se puede transmitir sino a uno .sólo. S1 emp1~za a
sino. que funciona a partir de un analista que trabaja, dei transmitirse a otros, si se cuentan las ses10nes en los pa~11Jos ,
analista en tanto que investigador docente. Para mí ha sido en los cafés, etc., se corrompe Ja sesión misma. Mejor es
hacer la sesiones tan breves que el sujeto no pueda contar
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nada. ~~r lo i:nenos se preserva el lugar de lo que no puede
transm1t1rse smo a uno sólo. Sin duda, hay que tomar recaudos antes de abrir las
puertas al Estado y a las supuestas autoridades científicas, de
, ~~, pues, una paradoja, hablar de la enseñanza del psicoa- las que el mismo Lacan tuvo q11e reconocer el profundo
nahs1s en tanto la enseñanza se transmite a todos. ¿Cómo desinterés en cuanto a ven ir a controlar la experiencia
pasar de lo que se trasmite a uno sólo a lo que se transmite a analítica, pero en cierto modo el_pase es la presentación de lo
todos?. El pase está precisamente ubi cado en ese lugar, para singular de la experiencia para todos, por vía del materna.
pasar d~I. ~sicoanálisis al materna. Sería el operador de Por un error de interpretación ese lugar del matema frecuen-
compatib11ldad, porque lo que ya se ha transmitido solamen- temente se transforma en palabras vacías, o en un lugar de
te a uno, elegido, se lo va a repetir a otros, elegidos por azar, pseudo misticismo. Digo en palabras porque fuera de la
los cuales lo transmitirán a otros, que ya contienen como la Escuela de la Causa Freudiana no puedo decir que se haya
esc~na misma del materna, bajo la forma del chiste que se practicado seriamente el pase de Lacan. Y en la Escuela de
repite por recurrencia. La interpretación es dicha siempre a la Causa Freudiana misma hemos visto restablecerse una
uno en lo particular, en un momento dado, en tal contexto. atmósfera mística alrededor de lo que debería ser el lugar más
¿Cómo darle valor universal? Lo que el psicoanálisis ensefta científico de la Escuela. El lugar más científico, pero de un
de uno en uno, ¿cómo hacerlo pasar de uno a todos?. Por eso saber que contiene una hiancia. Si hay ciencia, hay ciencia
Lacan, en el momento de creación de su Escuela, esperaba de esa hiancia. Es decir: de esa hiancia se trata de hacer
que los demás, los no analistas, se mezclasen en los asuntos matema, y no misterio. Es interesante el misticismo, pero ya
analític~s. No pensaba construir una fortaleza, para que Jos se ha hecho. Es verdad que Santa Teresa ha logrado hacer
no analistas no se mezclaran en las cosas analíticas. AJ más conventos que yo Escuelas, pero ella tenía el soporte
contrario, quería abrir las puertas de la fortaleza. En el 64 Dios, aunque no sé si tenía un Comité de Gestión ... Respetamos
invitaba al Estad~ mismo, a las autoridades científicas, a el misticismo, lo respetamos profundamente, pero no es la
mezclarse, y a venir a controlar a los analistas y a oblioarlos vía del pase.
a responder al nivel de todos. De modo que el autorºde la
Proposición del 67 sobre el pase, es el mismo que tres meses Voy a abrev iar un poco las cosas para introducir la idea de
después quería empezar el proceso legal para obtener el lo que cambia cuando se logra transmitir el deseo de saber
reconocimiento oficial de la Escuela por parte del Estado. y bajo la forma de la transmisión de la enseñanza del psicoa-
no hay contradicción, porque el pase, que es lo más íntimo de nálisis.
la Escuela como experiencia inaugural, está al mismo tiempo
hecho para abrir las puertas al materna y al " para todos". Hay un cambio en el estatuto mismo del saber.

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l

He empezado por esto: el analista hace semblante. cía de trabajo: pasar del trabajo de la transferencia, que tiene
como eje el saber supuesto, a la transferencia de trabajo, que
Y él sabe por experiencia que el saber supuesto, el saber produce un saber expuesto, ya fuese original o no tanto, pero
semblante, es suficiente para hacer funcionar, en cierto nivel que sea expuesto, es decir, que asuma riesgos. Tal es la razón
por lo menos, la experiencia analítica. por la que una Escuela no es suficiente.

Pero ese es el saber más destructivo que hay, porque es Lacan, inicialmente, pensó que una Escuela sería sufi-
destructivo del saber mismo. Saber que el semblante de saber ciente. Pero no podemos descartar que una necesidad llevó
es suficiente, es un saber que contiene en sí mismo la a Lacan, en el 75, a renovar el Departamento de Psicoanálisis,
destrucción del psicoanálisis. Es como la entropía que después de una lucha dura que, personalmente, me hizo
trabaja al psicoanálisis mismo, y lo hemos experimentado en perder bastantes simpatías en algunos ambientes. Lo hizo
este siglo, porque el deseo de saber ha descendido. No voy para estimular su Escuela, y después de tal renovación, en el
a hacerun gráfico y una curva, pero es claro que había bajado 76 y 77, Lacan deseó un doctorado universitario de psicoa-
notablemente cuando, con Lacan, el psicoanálisis tuvo una nálisis y una Sección Clínica en la Universidad. De igual
reprise, como se dice en economía. Pero el saber supuesto, manera, al mismo tiempo que se va a crear una Escuela, habrá
es decir, la eficacia del saber escondido, es la peste del un Instituto que será nuestra manera de continuar lo que
psicoanálisis como saber teórico. De ahí que haya habido Lacan indicaba en esos años, del 75 al 77. Se trata de un lugar
siempre, por parte de Lacan, la exigencia, precisamente para necesario porque el discurso analítico está habitado por una
los que deben juzgar a los otros, decir que sí, que no, quién pulsión de muerte que es el principio mismo de su Eros: el
entra, quién no entra, quién espera, quién es primero, quién saber supuesto. Es necesario un lugar que se constituya para
es segundo, de que expongan el saber que tienen. honrar, para facilitar, para dar una prevalencia al saber
expuesto. Y el Instituto, desde este punto de vista, será el
No es concebible una Escuela sin esa exigencia de masa lugar por excelencia donde se verifique la transferencia de
que debe presionar a los que, necesariamente, están en trabajo, en dialéctica con la Escuela. Quizás alguna vez
posición de responsables. Se debe presionarlos para que obtendremos una Escuela que no necesite un Instituto a su
abran la boca en púb!i~o, pdra qut se hagan escuchar, para lado, pero creo que, por el momento, no es el caso. Además,
tiue se hagan leer, y para que no se conformen con ser buenos el saber expuesto conserva siempre algo de atópico. Una
practicantes. Podrían satisfacerse con eso, pero si se satisfa- Escuela siempre lo es respecto de un cierto ámbito. Mientras
cen con eso no deben tomar cargos responsables. Los cargos que el saber que trata de ser científico, y cuando lo es, es el
responsables deben ser para los que pasan del saber supuesto mismo saber en todas partes. Es el saber del matema.
al saber expuesto, al saber que está en juego en la transferen-

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Alll la respuesta de lo real es un fenómeno que se anticipa a
Querría decir algo más sobre la paradoja propia del la significación. En ese curso la dirección que luego toma su
psicoanalista. Hay que reconocer que es una paradoja análisis remite el fenómeno intuitivo al problema del sentido,
producir a nuestro alrededor todos esos semblantes de los que t.:n oposición a la significación. Mi pregunta entonces es: esa
se va vestido, para hacer funcionar el mínimo órgano de una significación de significación ¿q ué relación tiene con la
Escuela, cuando se trata en realidad de descartar todo oposición sentido-sign ificación tal corno Lacan la presenta
autoritarismo, de convencer a los responsables en cuanto a en L'Etourdit?. La otra cuestión es algo que Ud. también
que, a pesar de toda la experiencia que tengan, de toda su señaló en su curso. Hay dos momentos muy próximos en la
buena, o mala, voluntad, hay un no saber que no podrán enseñanza de Lacan en donde, por un lado, se postula la
esconder tras ningún semblante. De tal manera que la afin idad del objeto a con su sembl ante. Es el caso del
Escuela que por suerte lograremos fundar, será una Escuela seminario Encore. A su vez, en L' Etourdit, él formula la
que deberá tener responsables capaces de dar cuenta de lo que aversión, la antinomia del objeto a y el semblante. A la luz
hacen, y de la responsabilidad que deben, a su vez, asumir: de sus consideraciones de hoy, me gustaría saber cómo
mantener esa exigencia, por el hecho de saber que el acto considera este aspecto.
analítico está estructurado por una hiancia.
J.A.Miller: Voy a tornar el segundo punto primero: la
La Escuela es propiamente el lugar hecho para permitir relación del objeto pequeño a y el semblante. Lo indiqué
que nos reunamos, no alrededor de una idolatría, no alrede- brevemente la última vez, en Buenos Aires, a propósito de los
dor de semblantes por prestigiosos que fuesen, no alrededor Nombres del Padre. He dado a eso un desarrol lo en mi último
de las figuras paternas de Freud y Lacan, sino alrededor de curso, el miércoles pasado, en París. Es mi línea de trabajo
esa hiancia. ahora. ELobjeto a es un semblante. Lacan ha tratado de
escribi r con el objeto a el objeto como real, pero eso no lo ha
convencido a él mismo. Ocurre que el a, como plus-de-goce,
es el resultado de la operación de vaciamiento del cuerpo de
Discusión todo goce, para decirlo rápido y de una manera ilustrativa, y
freudiana, además, porque es lo que Freud describe como las
J. Aleman. Voy a hacer dos preguntas que remiten a otros migraciones de la libido en el cuerpo. Lacan nos dice que
momentos de su curso. En primer lugar, respecto al análisis todo cuerpo del cual el significante se apodera se vacía de
del fenómeno intuitivo, recuerdo que en su curso Lo que goce, permaneciendo sólo un plus de goce. Hay como un
hace insignia Ud. estudió ese fenómeno desde la fórmula de intercambio entre el goce y el significante, y permanece el
Lacan sobre la respuesta de lo real yel efecto de significación. plus de goce. Pero esa es una operación, precisamente, bajo

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la égida del Nombre del Padre. El objeto a es el resultado de l \l l'pción, pero una vez que las hay, ya no se está seguro de
ese apoderamiento por parte del Uno, del régimen del Uno, s1.:an muj eres. He dado los ejemplos históricos de Mme.
q1 1l'
o del Nombre del Padre. De tal manera que el objeto a es el dr SW1.:I y de Georges Sand. Pero entre G. Sand y Chopin es
goce tal como es visto desde la perspectiva de la lógica del l1kil darse cuenta, de los dos, quién era una verdadera mujer.
Uno y del Todo, de la lógica edípica.
Para escapar a la lógica del todo, vamos a decir que hay
Mi tentativa es tratar de pensar la experiencia analítica por q 111; dirigirse a ambos sexos, a hombres y mujeres juntos,
fuera de la lógica del Uno y el Todo. Eso es más dificil de lo porque la lógica notodo es desegregativa. No hay que
que se puede suponer, porque la manera usual en que se restablecer en nombre de la lógica notodo una nueva segre-
presenta el famoso no-todo resulta completamente edípica. gación de los sexos en psicoanálisis. Es lo que produjo el
Tal como se registra del modo más común, en esa extraordi- discurso de Freud, hay que decirlo, al producir inmediata-
naria reivindicación paradójica del " Nosotras mujeres" : al mente la religión de la Diosa madre, M.Klein. Y al lado de
mismo tiempo que se trata de ubicar la esencia de lo femeni- l ,acan, aunque mucho más tranquila, hubo F.Dolto, una
no, se utiliza la lógica del "para todo x" . Lograr lo auténtico diosa menor, que floreció, después de la muerte de Lacan, en
femenino es algo mucho más sutil que eso. Lacan, a veces, Francia. En cuanto a la relación entre la significación de
lo lograba. Esa es mi línea sobre la cuestión. No sé cómo se significación y la respuesta de goce, creo que Lacan trata de
ha difu ndido la expresión " el analista como semblante de ubicarla cuando dice que su algoritmo de la transferencia es
objeto". No sé cuántas veces he dicho que esa expresión es equivalente a lo que había llamado el agalma. Dice que ese
un error, porque hace pensar al objeto como substancia de la algoritmo, relación entre significantes que produce el sujeto
cual habría un semblante, cuando el objeto mismo es sem- supuesto saber, es equivalente al agalma, ese imán que
blante. Lacan quiere decir eso cuando dice que es una Alcibíades trata de descubrir en Sócrates y que Lacan toma
consistencia lógica. Por eso, es el mismo error decir "sem- como metafórico de la relación al analista. Es el problema
blante de objeto" que favorecer el "nosotras mujeres", para mismo que Ud. plantea, efectivamente, el de pensar cómo la
después fascinarse con la búsqueda de al menos una verda- significación de significación, que es un semblante, que es
dera mujer. Al contrario, la di ficultad, lo he dicho en París, nada, se positiviza como agalma. Cómo esa nada se encuen-
luego de infinitas precauciones, Jo he dicho la semana tra positivizada en algo precioso. El analista no dice nada,
pasada, el problema es que no hay mujeres de excepción. no se puede dar el saber, que queda escondido, yeso emp ieza
Hay mujeres excepcionales, lo que es completamente distin- a tener efectos agalmáticos. Conocemos el poder erótico de
to. Casi todas lo son, pero no hay mujeres de excepción. Una lo escondido; en sí mismo lo escondido, lo más o menos
vez que se ha dicho eso, se puede hablar de mujeres de entrevisto, lo tan escondido que no existe, todo eso tiene
excepción. Se sabe por la historia que ha habido mujeres de poderes eróticos. Es algo de lo que se beneficia el analista.

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No demuestra ni expone su saber de la misma manera que
Sócrates no mostraba su pene a Alcibíades. Para entender la <>.Zack: Para mí también ha servido como advertencia.
equivalencia entre el saber y el agalma, este tema del poder hn 1111 11 0 una pregunta. Cuando ud. dice que el analista se
erótico de lo escondido, hay además el hecho de que en la , 11l 1l 1ca por su ignorancia y ubica la ignorancia del analista
operación analítica hay que suponer que opera una conjun- '01110 esa conservación del no saber en el centro del saber,
ción entre esa significación y el objeto pequeño a del l'X jm.~s i ón del deseo de saber, causaquecalificaríaal analista,
fantasma. Se pone en conexión el objeto a de la causa del l'lltonccs, el pase, desde la Proposición del 67 nominaría algo
deseo con la significación de significación. De tal manera de esto, como nominación de AE. ¿Qué sería aquello que se
que la operación analítica resulta equivalente a Ja construc- 110111 in a, en el pase a la entrada, esa entrada que mencionó
ción del fantasma. El sujeto supuesto saber, o significación como digna analíticamente?.
de significación, se sustituye al objeto pequefio a en el
fantasma. Todo esto necesita un desarrollo importante, que J.A.Miller: Es un tema constante en Lacan, retomado de
he hecho, creo, en diciembre del 90. maneras distintas, cómo ubicar ese no saber. Cuando no
tenía el matema S(.Á) hablaba de la ignoranci a docta, como
O.Zack: Quería subrayar, a partir de su conferencia, que en su texto Variantes de la cura tipo. Luego trato de
al final de la misma pone en claro cuestiones discutidas el matematizarlo, pero siempre es lo mismo, Ja ignoranc ia es un
sábado pasado entre grado yjerarquía. Me parece interesante cierto saber de S(á'). No es la ignorancia de primer nivel, no
subrayar que el sujeto supuesto saber, en tanto semblante, es saber nada. A veces hay esa confusión, como c;i en psicoa-
un fenómeno de estructura de la experiencia analítica nálisis cuanto menos sepa uno mejor. Se sospecha, en el
misma. Lo que me evocaba me aclara la afirmación de Lacan psicoanálisis "ortodoxo", de los analistas que saben dema-
en el Seminario sobre El acto analítico, cuando diferencia siado. ¿Por qué se interesan as í en el saber? No han
a los sabios que empiezan a enseñar en la Universidad, como entendido el fin de todas las cosas: Vanitas vanitarum. Eso
representantes del sujeto supuesto saber, de los analistas en continúa de manera fuerte en Norteamérica, por ejemplo.
tanto nosotros admitimos su caída. Me pareció entender que Desde que voy a E.E. U. U., desde el 84, esa es una respuesta
ud. hacía una suerte de advertencia al mencionar la infatuación recurrente que me ha cansado un poco, debo decirlo. Así, no
como enfermedad profesional del analista... se trata de ignorancia pura, sino de saber que hay la hiancia.

J.A. Miller: Como ud. recuerda, soy analista, y además soy A propósito del pase, un jurado puede olvidar que está
docente en la Universidad, de modo que conozco desde sentado sobre S(A), sobre ese volcán, y creer que está
dentro esos variados peligros, y no constituye una adverten- cómodamente sentado en el sillón, aunque en el sillón
cia a ningún otro sino a mí mismo. tamb ién está instalado sobre ese vacío. Es más: el jurado es

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el lugardonde seloolvidamás fácilmente. Porquéserjurado l ,as pasiones del alma, de Descartes, es verdad, un poco de
sino porque se es, necesariamente, sujeto supuesto saber. clinica del sujeto, pero no se puede hacer un impase respecto
Pero si se olvida lo que hay detrás, se cierra la experiencia del de lo que se aprende en los buenos hospitales psiquiátricos si
pase inmediatamente. El pase como experiencia supone que quedan algunos buenos, porque los destruye la química poco
el jurado es un jurado que no sabe cómo uno se transforma a poco.
en analista y que va a aprenderlo del tipo que llega. También
es dificil que el candidato esté igualmente establecido en el La psiquiatría está estrangulada, por un lado, por el
lugar del no saber. En caso contrario vendrá para decimos: psicoanálisis, y por el otro por la química. Si un pintor nos
" " Quiero verificar mi pase", y puedo decir que es exacta- quiere hacer un cuadro, es un tema: la psiquiatría estrangu-
mente como Lacan lo ha descripto. He tenido tres días de lada por el psicoanálisis y la química. Pero si quedan buenos
destitución subjetiva, después de esos tres días he tenido un hospitales psiquiátricos, estaría encantado de conocerlos,
fuerte sentimiento de ser, tipo guerrero aplicado, etc. ''. Por porque un día tendremos una Sección Clínica de Buenos
supuesto, el candidato mismo debe tener el aliento de presen- Aires.
tar a qué, según él, para él, lo ha llevado su análisis, si lo puede
saber. Para volver al pase, sí se trata de obtener algo no conforme.
Y hay toda una lucha con el jurado, en ausencia del pasante,
Es muy dificil. Es raro que eso se pueda captar. Para los porque el jurado tiende a decir que eso ya lo conoce, que no
psicólogos y psiquiatras, muchas veces se borra el salto en le sorprende, que el paciente no ha terminado etc.
la práctica. Empiezan por prácticas terapéuticas poco
estructuradas, pasan de manera insensible al psicoanálisis, y A. Imbriano: Haré una pregunta diciéndole desde dónde Ja
el salto que constituye empezar a operar con el inconsciente, hago. La pregunta es sobre Ja pertinencia de los conceptos de
operar con algo que no se presenta, escondido, no se ubica enseftanza, docencia, transmisión, y uno último que ud.
más. Está perdido en un proceso vago. Es honesto también agregó, formación. ¿Desde dónde pregunto? Por un lado
reconocerlo. Fue distinto en mi caso, porque yo venía de la como analista en la Universidad, donde es grande la discu-
filosofía, de una relación al saber y al supuesto saber comple- sión que tenemos. Está claro el tema de lo que no puede
tamente distinta. Venía también, tal como la filosofía se enseñarse en la Universidad, me refiero así a una frase de E.
ubica en la Un iversidad usualmente, con una relación al Laurent. Pero, más allá del folklore que hacemos en la
dinero completamente distinta. Así he experimentado el Universidad, y de que no podemos inventar profesores de
salto que es pasar de un régimen del saber al otro. Después psicoanálisis, se han mistificado mucho los términos a que
he debido, antes y después, rehacer una formación, porque la me refería. ¿Podría ud. discriminarlos?
clínica no se aprende en fílosofia. Se aprende un poco con

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signi ficante, ¿hay una relacióncon el deseo del analista como
J.A.Mi ller: ¿Me pide ud. que defi na acá todos esos con- deseo no puro?. La segunda, que se sitúa en relación a lo que
ceptos? He intentado hacerlo un poquito acá, y también en ud. dij o sobre un no saber que no es ausencia de saber sino
la Universidad de Buenos Aires. Formación es un término la forma más elaborada del saber, es sobre la articulación de
que se puede criticar un poco porque tiene la palabra forma eso con la frase de la Proposición acerca de que lo no sabido
dentro. Por eso, a veces, Lacan dijo que no hay formación del se ordena en el marco del saber, donde marco me evocaba el
analista, sólo hay formaciones del inconsciente. Eso signi- del fantasma. La tercera: en Los no incautos yerra n, Lacan,
fica que el analista debe lograr ir hacia aquello que no tiene en un fragmento, luego de lamentar que no haya deseo de
fórmula. La práctica del análisis, normalmente, está prohi - saber, de inventar el saber, pone como modelo lo que llama
bida en el seno de la Universidad. En una Universidad tiempos milagrosos. Dice: hubo tiempos mil agrosos que me
norteamericana que conozco, hay un colega que tiene en el gustaría ver reproducirse entre los anal is tas, épocas donde
lugar donde recibe a los estudiantes un consultorio. Hay ahí Pascal se carteaba con r ermat. Los animaba un deseo de
los expedientes de cada docente, los libros,...y un diván. saber y de saber cada vez más. ¿Da ahí una punta respecto
Según parece no tiene muchos pacientes en ese ambiente. a lo que sería el espíritu de la Escuela?
Por cierto, a él le interesan más los libros que los pacientes.
Se verá si alguna vez la Universidad autoriza poner consul- J. A.M iller: Siendo preguntas precisas, voy a tratar de dar
torios dentro de ella misma. Quizás, si realmente quieren respuestas breves y precisas.
capturar el discurso analítico, lleguen a ofrecerlo. Pero hay
otras maneras de capturarlo. Se puede imaginar que se Ud. pregunta si lo que Lacan llama la pura significación
prohi ba el ejercicio del psicoanálisis, salvo en ciertos edifi- de saber, en la Proposición, es la significación de significa-
cios. Cada ciudad con su Psicoanaliticón, adonde cada uno ción. Respuesta: sí. La pura significación de saber no se
podría ir. No sé lo que la regulación futura del psicoanálisis refiere a un contenido expuesto de saber, sino a que se
nos va a reservar. En Europa hay como un deseo de transmite que hay un saber que permanece como contenido
regulación, pero no sabemos en qué va a terminar todo eso. escondido. Había un número de dos clowns franceses, en el
que uno presentaba al otro, como en nuestras conferencias.
L.Gorostiza: Tres preguntas puntuales. La primera sobre Se podría imaginar al clown Chamorro presentando al clown
la significación de significación:¿ es equivalente a lo que en Miller. Entonces el clown Chamorro dice: " Les presento
la Proposición de Octubre Lacan llama la pura sign ificación alguien magnífico, extraordinario, extralúcido. Por ejemplo,
de saber?. En este sentido, en relación al término puro, que usted, señora, ¿tiene un pasaporte con un número? ¿Lo tiene
es recurrente en la Proposición, porque Lacan allí también ante su vista, se ha fijado bien en el número? Bien, bien,
habla del sujeto como significado de la pura relación del ahora voy a interrogar al extralúcido. Extralúcido Miller, -

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concéntrate! " . " Sí, sí, dice el clown Miller, sí, me estoy reserva, y se puede ver que una pregunta es un testimonio de
concentrando, cada vez más ' '. ''¿Ya ves el número?, dice el no saber, de no saber supuesto. A veces hay preguntas para
clown Chamorro. " Sí, sí, lo veo, ya lo tengo". Entonces el saber si el otro sabe lo que uno sabe, como las preguntas o
clown Chamorro se dirige al público exclamando: "-Lo sabe, interrogatorios en un examen, por lo que son en realidad un
lo sabe, aplausos para él, por favor, aplausos!". He ahí la falso no saber, pero como tal, una pregunta, testimonia de un
pur~ sign~t'ícación de saber. El contenido de saber, expuesto, no saber que constituye el marco del saher que debe venir a
hubiese sido decir el número. llenarlo. Por último, ud. nota que Lacan dice que no hay más
deseo de saber y que lo hubo en ciertos tiempos. Primero,
Segunda pregunta, sobre la expresión sujeto supuesto Lacan dice muy bien, efectivamente, en el final de su
COJ~10 efecto ~e la pura relación significante. Respuesta: ¿por Introducción a la edición alemana de los Escri tos, que no hay
que Lacan dice que el sujeto supuesto tiene que ver con Ja deseo de saber, que no hay Wisstrieb, que sólo el amor se
pura relación significante? Porque un significante en sí dirige al saber. Por eso algunos dicen que hay que anular todo
mismo no tiene sentido, y es algo distinto al significado, de lo dicho sobre el deseo de saber. No lo creo. Creo que, al
tal modo que la pura relación al significante es esto: "¿Qué contrario, Lacan dice que el deseo desabernoes cosa natural.
es eso?, ¿ qué quiere decir?' ' . La relación primaria del sujeto Lo que es natural al hombre es el horror de saber. Lo que
con el significante se puede decir que es: " ¿Qué quiere decir Freud ha llamado la represión. La represión es horror de
i>so?" . Es en eso que el sujeto supuesto ya está ahí, como un saber. Y justamente, en tanto un análisis soluciona el horror
ar~o iris, e~ esa pregunta. Cuando ud. me pregunta qué de saber, el horror de la castración, se libera, se obtiene, un
qmer~ decir esa frase de Lacan, ese significante, ya se deseo nuevo que es un deseo de saber. Hay que definir la
constituye como un arco iris. En un cierto orden del saber se repn:·sión como un horror de saber, para entender por qué el
pueden dar respuestas un ívocas, pero dentro de un contexto final dei análisis se vincula a un deseo de saber. Por eso el
donde debo suponer que Ud. - ha dado todas las marcas al término Escuela no es cualquiera en Lacan. Es el término que
respecto - conoce Lacan, porque tanto la respuesta como la responde a la cuesti(¡:1 de por qué la cuestión del saber se
pregunta, para alguien que no conoce Lacan, nos convertiría relaciona a la cuestión dei p11ro significante, al qué quiere
a nosotros dos también en clowns. decir, al Che vuoi?.
'
Tercera pregunta, sobre el marco del saber, el no saber que Tratamos de transmitir un deseo inédito, que t!P-ne que ver
se ordena como el marco del saber. Me resulta dificil con el matemático, el que en las grandes épocas de las
resumirlo, porque he dedicado tres o cuatro lecciones de mi ciencias se veía animando a otras personas con permi so de
curso a comentar esa frase, muy citada, muy importante, y inventar. Se puede decir vanamente S(fX) miles de veces,
muy difícil. Lacan escribe ahí sobre lo que se inscribe e~ porque cuando hay gente que subjetivamente no puede

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hacerse al S(;X), no puede aceptar asumir la castración, no
puede inventar. No puede casi hablar, porque el gran Otro ya J.A.Miller: Estoy de acuerdo. El nóumeno es una ficción
lo sabe todo. No se puede hacer semblante de eso. Si el gran filosófica que encarna el objeto al que no se puede acceder,
Otro queda lleno, a pesar de todo lo dicho sobre S(M, hay un pero de un modo muy distinto al escapismo del sujeto
silencio fundamental que ahoga y que no se puede levantar supuesto saber o del inconsciente. El inconsciente no es un
para todos. Hay por eso otras maneras de terminar un nóumeno. En El Atolondradicho, como se ha traducido,
análisis. Esa es la vía esperada del pase, pero no es la única Lacan señala en un momento el parentesco entre algunas
tampoco, ni hay que hacer de eso un ideal. No vamos a fórmulas que emplea y la caza del nóumeno. Pero es para
descartar un final como un permiso de gozar, con una decir que no hay que caer en eso. Tales fórmulas filosóficas
connotación perversa que incluso puede tener, a veces, en las son las fórmu las de las grandes neurosis. Estoy de acuerdo
cosas del saber. El deseo de saber no existe naturalmente, es con Ud . respecto a que la categoría de semblante deshace
una producción del análisis, pero debemos comprobar, con esas distinciones kantianas.
la ciencia, que eso se produjo, eso emergió. A pesar de que
Descartes creía en su Dios, el de la tercera meditación, con G.García: Voy a manifestar mi asombro por tanta gente
él y con otros se trataba de gente con tal relación al sujeto que afirma no hacer lo que quiere y además está contenta de
supuesto saber que les permitía inventar cosas, esas cosas eso. Si el sujeto es siempre afortunado, decir que uno hace
por las que continuamos viviendo hoy en día. Tal época se lo que quiere no se refiere a la autonom ía del yo, sino al deseo
llamó el siglo del genio, por la sorpresa que causó, como un y al sujeto. Quiero plantear ahora otra cosa, referida a su
corte en la historia humana. El siglo XVII es un corte, el corte planteo de Ja cura en relación a S(A). Se podría oponer una
en la historia humana. vertiente cínica y otra vertiente escéptica, en tanto Lacan, en
el Seminario XI, plantea que la posición escéptica no es
S.Albano: Quisiera hacer una pregunta muy precisa a refutar los saberes, sino situarse en el saber sobre la certeza
propósito de cómo inscribir el sembl ante en la tradición radical de un no saber. Dice que esto es de una ética
filosófica del nóumeno y el fenómeno. Creo que Lacan insoportable para nosotros. Esto sería el escepticismo,
dedica en su Seminario 11 un comentario a la obra póstuma diferente a la vertiente cínica, a la identificación a la pereza,
deMerleau Pontysobre Lo visible y lo invisible, y la inscribe ' el sueño, etc., que decíamos se producía como efecto de la
como un esfuerzo por pensar más allá de la bipartición práctica. Uno podría oponer dos curas respecto de S(Á). La
tradicional nóumeno y fenómeno. Quisiera preguntarle si en salida escéptica y la salida cínica.
su opinión la noción de semblante es un modo de subvertir
esa tradición y abrir a una serie de consecuencias. J.A.Miller: Sí, el escepticismo, del cual Lacan dice que es
ya para nosotros dificil entender su ética, consiste en ubicarse

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en el lugar del sujeto, como sujeto tachado radical. Identifi- x". Sin eso, no se sostiene. No se hace grupo con la lógica
carse a su propio ser de sujeto. Mientras que el cínico se del notodo. ¿De qué lado está una Escuela? La Escuela debe
identifica a su ser de desecho. El escepticismo es $. El tener las dos caras. La distinción entre el 64 y el 67 de Lacan,
cinismo es objeto a. Y la cuestión es que no es seguro hoy que pareciese tuviese que ver con anécdotas, también tiene
que se pueda ser escéptico. Es una ética de antes de la ciencia. un sentido estructural. No se podía introducir el pase si no
No resulta muy claro qué sería un escepticismo frente a la existía previamente la Escuela como grupo con sus AME y
ciencia. Sería una actitud tonta. La ciencia no se preocupa sus AE anteriores, etc. No se podía hacer el pase si no había
acerca de si uno cree o no en ella, para modificar al mundo el cartel antes. La Escuela del 64 obedece al para todo x. En
con toda rapidez. De modo que el escepticismo es una un segundo tiempo, es la otra lógica la que prevalece, a nivel
sabiduría para los tiempos precientíficos, con Erasmo, del uno por uno de la serie del pase. Confundir los tiempos
Montaigne, pero no puedo ver luego ya a nadie que pueda no es un sacrilegio, pero creo que es un error de técnica
sostener esa posición como tal. Por ejemplo, Céline, es una institucional apurarse a introducir la lógica del notodo cuan-
mezcla de escéptico y de cínico, que tamina por insultar la do es el momento por excelencia en que se debe aceptar como
creación misma, lo que no es de ninguna mantrn la posición semblante la lógica del todo. Crear una Escuela es sacar una
escéptica o cínica clásica. Las sabidurías clásicas no funcio- lista de miembros, aceptar que algunos sean responsables de
nan bien en nuestro mundo, salvo, tal vez, el cinismo, porque eso. Si no, todas las lindas cosas que se esperan del pase y de
nuestra cultura multiplica el desecho. la Escuela no pueden ocurrir: uno continua soñando con una
Escuela, como lo hemos hecho en Argentina por diez años.
A propósito de hacer o no lo que uno quiere, etc. Primero, También la introducción prematura del notodo puede signi-
se puede decir, estoy de acuerdo, que no se entiende por qué ficar una angustia frente a la precipitación, en diez días, del
algunos harían una gloria de hacer lo que no quieren. trabajo de diez y más años. Creo que hay que salir de la
Segundo, es seguro que, de una u otra manera, en la transgre- angustia del lado del deseo, y del lado del acto, del acto de
sión o en el respeto, cada uno está feliz, según Lacan, a nivel fundación.
de la pulsión. Es un mito, la pérdida de goce: todo el mundo
go¿~ todo el tiempo. Pero hay otros niveles de descripción. • C.Rocca: Quería preguntarle en relación al estatuto del
Dichv así sin más, serviría demasiado a los gobiernos que objeto a como semblante. Ud dijo al principio que el
hambrea¡¡ a la población, para decir: '' No importa que no semblante reúne a lo simbólico y lo imaginario, a lo que se
comas, goza ~odo el tiempo, Lacan lo ha dicho''. Eso no va. opone lo real, no el ser. Le pregunto, entonces, cómo pensarlo
No hay pues quP. sacar la cuestión de su contexto. Tercer en relación a la angustia y el fin del análisis. ¿Ahí también
punto, hay que disti nguir el capricho y la ley. Es cierto, es una el estatuto del objeto a es semblante? Además quería pedirle
distinción edípi ca, pero ... En un grupo, la base es "para todo

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si nos puede decir algo más en relación a esa distinción entre que no Je satisface más la categoría de objeto a, objeto que
lo real y el ser. empalidece con respecto a lo real, y que rcintroducc una
presencia curiosa del goce como tal, porque al respecto el
J.A.Miller: Sobre la distinción entre lo real y el ser. El ser objeto a ya es una derivación. El objeto a es ya el arco iris
introduce problemas tales como la diferencia entre esencia y del goce. No por eso desaparece. Semblante no es apariencia.
ser, o cómo definir el ser máximo, cómo saber qué es ser. Pero ¿qué sería pensar Ja experiencia analítica no haciendo
Siempre se trata de la intensión. Se trata, a partir de su del objeto a su última palabra, sino un arco iris? Un arco iris
concepto como intensión, de evaluar qué cae o no bajo el Juego de Ja lluvia del significante. Lacan ha introducido
concepto. Tenemos el concepto de Dios, y se trata de saber luego los nudos a partir de esa consideración. Los nudos son
si hay una existencia que responda a ese concepto o no. por e~celencia lo serial.
Brevemente, esos son los términos en la tradición de la
problemática del ser, muy complicada en la tradición occi- G.Musachi: Chamorro dijo que el debate estaba abierto
dental. Lo real es como un objeto de la extensión sin .tanto respecto del tema de Ja conferencia como del tema de
intensión que le corresponda. ¿A qué llamamos una sorpre- la Escuela. Sobre lo último Ud. introdujo una escansión muy
sa, si no a algo que aparece sin que tuviésemos de antemano precisa, una sorpresa, respecto a la fec ha de fundación. Sobre
la definición, y que irrumpe?. En eso lo real.aparece en la eso no se puede debatir, hay que pasar por el momento de
extensión como algo que no se puede definir y es en eso que concluir. Incluso creo ud. imaginó ya el modo de constituir
se opone al ser. Después de la irrupción uno se pregunta qué esa Escuela, al referirse a la lógica del todo y del notado.
podrá ser eso. Son dos vertientes distintas. De un lado, la Dado que ud. introdujo esa escansión, y se refirió a la función
falta de ser, del otro lado, el pequeño objeto a como real. Hay del s·ujeto supuesto saber como algo que •'achica el pánico",
todo un empleo de esa distinción en Lacan que nos ubica muy ¿cómo imagina esa fundación?
bien. En efecto, al ubicar el objeto a en la angustia, siendo
los otros afectos semblantes, Lacan, siguiendo a Freud, J.A.Miller: Ahora se imagina de modo simple. No hacer
destaca a la angustia como el afecto vinculado a lo real. Los nada el día de Nochebuena, que ya es hoy, el 25 reunir al
demás afectos podrán ser semblantes, mentirosos, pero la Comité de Gestión, discutir las primeras listas, porque luego
angustia no. Lo que estoy tratando de hacer, recién he habrá otras, discutir un esbozo de estructuras y estatutos. El
empezado, en París, es cuestionar la categoría misma del 26 a Ja noche encontrarse en el Simposio, ·abierto a todo el
objeto pequef\o a, pues si se encapsula Jo real en ese objeto, mundo, para discutir el texto de pre-estatutos, porque la
hay que tener en cuenta que ese objeto es dependiente del legalización acá es toda una cuestión. Y el 2 o 3 de enero
semblante del Uno, del Padre, etc. Creo, justamente, que en reunirse en un lugar, encontrar a alguien que pueda leer un
el Seminario XX, al que aludía J.Aleman, Lacan hace surgir texto de fundación, una declaración de intenciones, estatutos

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de hecho, hasta la legalización. Así lo imagino. Puedo cambiar, sustituirse. Se verá la reubicación del Delegado
imaginar contentos a los que estén en la lista, inquietud en los general, de la Comisión de Convocatoria. Todo el mundo se
que no estén ya, aunque estarán después. Imagino la búsque- va a reubicar. No veo por qué se interrumpirían las Comisio-
da de un lugar propio para la nueva Escuela, a los responsa- nes, salvo las ligadas a proyectos de estatutos. ¿Los Umbra-
bles pensando en el pago de cuotas, en cómo mejorar su les de la Escuela... ? Ahora ya es otra cosa. Ya se prepara un
monto. Imagino anunciar la fundación al mundo, Ja recep- informe para el 26, a cargo de O.Greco, sobre Ja crisis de la
ción de congratulaciones de todas partes. Imagino a los Escuela. Le he pedido que imagine por qué vías pasará la
grupos de Buenos Aires pensando en su disolución. En otras primera crisis de la Escuela porque hay que tratar de prever
partes, en el interior, es mejor que no, porque la Escuela no medios para anticiparlas, a partir de ciertas líneas de fractura
va a poder recibir a todos de un sólo golpe. Es mejor que actuales. He dicho el domingo a la mañana que hay que
continúen. Para la BIP, ya no será ocasión de marres de la contar con las generaciones nuevas, que no tienen líneas de
disolución, sino de un martes. El Simposio, que quiere decir fractura, para impedir a las más viejas, que sí las tienen, que
juntos, se va a ''desimposiar''. Y tendremos nuevos proble- molesten a la Escuela. Por cierto, ésta no hubiese podido
mas al desaparecer todos los anteriores. Con la sorpresa que crearse sin las generaciones más antiguas. Hay en esto toda
nos hemos dado a nosotros mismos, los problemas nuevos, una dialéctica, pero es por el aliento de los más jóvenes que
que duermen, empezarán a despertar y estarán presentes para se puede proteger la Escuela de los factores de destrucción ya
el 2 o 3 de enero. Habrá nuevas quejas, pero el efecto del presentes dentro de ella. Lo terrible de la generación más
nuevo significante, muy rápido nos hará cambiar de época. antigua, entre los que me cuento yo también, es que no se
En poco tiempo se dirá "¿ cómo se llamaba ese grupo ... que cansan. Si miran a los cinco del Simposio, a O.García, a mi
estaba en Huergo ... ?". Figurará en un libro de historia del también, los más jóvenes no pueden contar con que nos
psicoanálisis la contribución que cada uno de nosotros ha vamos a cansar. Tal sería ta esperanza normal, que en algún
aportado, como la de la C.LP.A., la del Simposio, la de la momento nos sentáramos en los sillones y quedásemos ahí
B.J.P. Del Movimiento ya se cierran hoy las adhesiones. contentos. Pero no, hay vida en estos viejos, de manera que
Luego se pedirán a la Escuela. Sería lindo que permanezcan habrá que soportarnos, pero también creo necesitamos las
algunos GEM en la Escuela, para que no se piense que Juego presiones de otras generaciones para no hacer fracasar la
del Movimiento la Escuela sería inmovilidad. La Carta del Escuela que hemos logrado producir.
Movimiento se puede transformar en Carta de la Escuela.
Uno por Uno, que existía como órgano de la C.I.P.A-E.E.P., E.Derezensky: Ciertamente, luego de este vértigo que Ud.
puede ser órgano de la Escuela nueva, y de la E.E.P. Un ha introducido, tal vez no resulte a tono una pregunta relativa
órgano con dos caras, una argentina y otra europea, por a la pereza. Ud. planteó hoy que la pereza analítica está
ejemplo. El Pasador era hacia la Escuela, de modo que debe vinculada al fi nal del análisis, y por vía de lo que Ud. ubicaba

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como identificación al anal ista en su acto. Quería preguntar- hacer otra cosa. No es por nada que bastantes analistas,
·le si una manera que ha tenido la IPA de abordar la pereza linalmente, están en tareas asociativas, cte. Sienten la
analítica ha sido la propuesta de la neutralidad benevolente, necesidad, para la transmisión, de trabajar. Los que penna-
y si se puede concebir a esta posición en las antípodas de lo necen perezosos viven del trabajo de los otros, a nivel de la
que sería la problemática del semblante planteada por Lacan ensef\anza y la transmisión. De tal manera que uno escapa de
para la posición del analista. esa pereza, y el no hacer del analista debe pagarse con una
, militancia. Llamarlo así no me da miedo.
J.A.Miller: Hay un fundamento para la pereza analítica
dado por Lacan, que es el acto analítico mismo. La división A.R.Najles: Quería brevemente preguntarle la relación
del sujeto está encarnada en la experiencia analítica en tanto que habría entre el saber expuesto y la transferencia de
el acto Iósoportael analista, y el trabajo lo hace el analizante. trabajo, ya que trabajo quiere decir distintas cosas según
Eso pone el trabajo del lado del anal izan te y la pereza 11 amada diferentes discursos. Ud. habló de uno puesto al trabajo, que
acto, del lado del analista. No sólo está presente, pues, al hace trabajar ;i otros, lo que nos lleva a la vía del discurso
final, sino que es constitutiva del acto analítico. Y se supone histérico. Ud. ha desarrollado algo de esto en relación a la
qu~ con un análisis el sujeto llegará a soportar la pereza. Es elaboración provocada. Pero la cuestión es que no llego a
un verdadero problema, soportar la pereza analítica. En una entender la relación del saber expuesto, la transferencia de
sociedad productiva, que haya gente especializada en que- trabajo, y lo que está ligado a la enseñanza, respecto del
darse silenciosa cuando otros hablan, y decir algo sólo de vez discurso universitario.
en cuando ... Eso es dificil de soportar para los analistas. Por
eso buscan lugares donde poder hablar, y semejantes para J.A.Miller: Lo que se transmite en la transferencia de
hablarles de su no hablar, de su silencio, del arte de su trabajo, no es el saber escondido, tampoco el saber hacer con
silencio, para ser reconocidos en tanto no pueden presentar el saber escondido.' Lacan se refiere, con la enseñanza del
una competencia evidente. Al contrario, si uno sabe condu- psicoanálisis, a un saber expuesto. El ha dado el ejemplo
cir un avión. puede demostrar lo artista que es con el avión. magnífico de lo que es un saber expuesto y ha tratado, con su
¿Cómo se puede demostrar con el análisis? ¿Contando Escuela, de transferir su trabajo, y un cierto deseo de saber,
casos? No poresohaytestimoniodequese sepa analizar. No a los otros. Eso justifica una Escuela. No es lo social lo que
se sabe qué hago en el consultorio, tal vez continúe dando justifica una Escuela. No es el reconocimiento social del
conferencias. Hay, entonces, pereza constitutiva, un cierto analista. Para eso, la sociedad analítica entendida en_.5entido
no hacer. Lacan, cuando habla de transferencia de trabajo, clásico era suficiente. Si se habla de Escuela, es para
no habla de la transmisión del psicoanálisis, si no de la asegurar la transmisión de la enseñanza del psicoanálisis, y
transmisión de la enseílanza del psicoanálisis; algo que para reunirse alrededor del agujero constitutivo del acto
concierne al analista en tanto deja su pereza estructural para analítico. De modo que he distinguido la operación del saber
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escondido, que produce el trabajo de la transferencia, que la de modo severo lo que había hecho anlcs. Por eso es dd k il
permite, de la transferencia de trabajo, que es transferencia criticarlo. Precisamente porque lo que tenemos de 61 es 1.:I
de la elaboración del saber expuesto que uno hace, y que tiene resultado de una crítica constante. No se tomaba por el su jl'lo
efecto de inducción: otro se pone, a su tumo, a elaborar un supuesto saber. Al contrario, continuamente se dc-suponia
saber expuesto. Eso se desencadena en algunos, y por eso el saber. Hay en Lacan una auto-de-suposición del saber, lo
vale la pena. que es una disciplina. No vale la pena dar una conferencia
si uno no piensa antes que no sabe nada. A veces, es dificil
N.Rozenberg: En L'Etourdit Lacan plantea que " un de soportar.
analista verdadero sólo se advendría a hacer que este decir -
entiendo que es la topología de Lacan - ocupase el lugar de
lo real a falta de otro mejor". ¿Esto está en serie con lo que Dcsgrabación y corrección: J.C.Indart
Ud. decía?, ¿está en el lugar del objeto a'?

J.A.Miller: Exactamente. Y, por supuesto, así se reubica Agradezco a mi amigo J.C.Indart el cuidado y la aten-
al objeto a en su lugar. No le ha parecido aLacan que sirviese ción extrema que ha tenido en la transcripción y redacción de
el materna a minúscula para situar lo real. Ha tratado de esta conferencia. Además, no es la primera vez.
ubicar en ese lugar su topología: los nudos. Que nadie entre
en esta Escuela sin nudos. Desnudos pero con nudos. J.A.M.

Y.Gorali: Me llamó la atención, trabajando en un GEM, Buenos Aires, 4 de agosto de 1992.


una frase del Acta de Fundación de Lacan, la que dice que
parte de la Escuela son los que él mismo formó, pero que al
mismo tiempo invita a aquellos que puedan poner a prueba
lo bien fun r!ado de esa formación. Parece haber ya ahí una
doble lógica, que relacioné con el no saber, con no ubicarse
en la infatuación, en el significante amo puro, etc.

J.A.Miller: Es cierto que en ese punto se hizo una mala


reputación a Lacan, cuando los hechos, sus Escritos y
Seminarios, demuestran que se ponía en cuestión a cada
momento de un modo nada abstracto, puesto que se criticaba

58 59
DE MUJERES Y SEMBLANTI ~S 11

a) El palacio de los espejos y el loro Laverdure:

Laúltimavezanunciéel título' 'De mujeres y semblantes" ..


¿Diré acaso, apoyándome en la experiencia analítica, que hay
una afinidad especial, electiva, entre mujeres y semblantes?
No es seguro. Es cierto que al preguntármelo ya lo he dicho
y que mi título parece obligarme a ir en ese sentido. Pero tal
vez diga lo contrario. Tal vez sea más esclarecedor para
nosotros tomar el tema al revés y decir: es un hecho, existe,
se puede encontrar un odio especial hacia el semblante en las
mujeres.

Incluso no veo por qué no arriesgar el término, de cinismo


femenino. Digo arriesgarlo porque en la historia del
pensamiento el cinismo -como posición subjetiva, como
sabiduría, el cinismo histórico- fue sostenido por hombres. Y
digo sabiduría porque la filosofía cínica, dados sus fundamentos,
fü)tomó, formadesistema(locual no le impide estar animada
por cierto automaton). Pero el enunciar la posición cínica ya
es una forma de inocencia. El cinismo no explícito, no confeso
está más cerca de ser un cinismo autentico.

1
Clase Nº 9 del curso "la naturaleza de los semblantes", dictada en
Parí.v, el 5 de.febrero de 1992.

61
lógicamente con la fórmula de la sexuación femenina. Pero ah1
Este factor queda quizás velado cuando se subraya el lambién se origina la inconsistencia de lo que se dice acerca de
realismo especial de las mujeres -su lado pies en la tierra- ahí esto. Si de la mujer se puede decir cualquier cosa, lo que se
donde los hombres serían poetas. dice resulta inconsistente. Yes lo que produce, la inconsistencia
de los dichos acerca del amor.
Yo que me meto con eso ¿por que no decir que las mujeres
parecen a veces, y tanto como esto es posible, más amigas de ¿Es la mujer lo más seguro que hay? ¿Es lo más cambiante?
lo real? Después de todo no podría ser de otra manera puesto ¿Es la pasionaria ligada a una causa única? o más bien como
que no tienen la misma relación a la castración que los en el refrán " A menudo la mujer varía, loco está quién se
hombres. En cierto sentido, como dice Lacan, la castración es, confia" ? Todo esto se dice, siguiendo la sabiduría popular y
en ellas, originaria. Lo cual queda confirmado por la bien con la misma verosimilitud. Cuando se avanza en este terreno
conocida observación acerca de la ausencia de fetichismo en uno se mueve siempre dentro de lo verosímil -uno está en un
las mujeres -el fetichismo en los hombres refleja el horror, la ámbito en el que los semblantes se hacen tomar por lo que hay.
desmentida de la castración (que aquí podemos homologar,
por aproximación, al real del que uno se defi e~de). Es posible que no haya otra cosa que semblantes.

En todo caso esto se inscribe así en la literatura analítica En realidad lo que elegí como comienzo de este laberinto,
y por ese sesgo podríajustificar incluso la expresión, también de este palacio de espejos, el cinismo femenino, es un ilustre
arriesgada, de amigas de lo real. desconocido. Es una manera de decir que las mujeres no
sostienen con gusto la idea de atrapar lo real con el significante.
¿Acaso no se podría decir que... ? En fi n, todo se podría La posición femenina implica cierta intuición de que lo real
decir, es lo fastidioso de este tema. Lacan señala en la pagina escapa al orden simbólico -llamo aquí intuición a algo que no
711 de los Escritos. " .. todo puede ponerse en la cuenta de la es del orden del concepto en el sentido ya evocado la última
mujer. .. '' Y precisa la razón: '' .... en la medida en que, en la vez a partir de Kant. Intuición que podría emparentar esta
dialéctica falocéntrica, ella representa el Otro absoluto" . posición con la del analista.
Desde el momento en que se hace girar todo: -la relación
sexual, la clínica, la naturaleza de las cosas- en tomo del Intenté darle cuerpo a la figura del cinismo femenino. Hay
significante imaginario del falo, ella está en la posición de una que, por su frescura, me parecio evidente: Zazie en el
Otro, de la que no tiene. En este ámbito faltan las coordenadas metro. En esa novela inmortal de Raymond Queneau el único
que permitan saber si sí o no. De ahí la inconsistencia que se que consigue sorprender a Zazie, el único con el que tiene
le imputa de buen grado a la mujer y que Lacan formula afinidad, con el que tiene cierto parecido, es el loro Laverdure.

62 63
"- Buen dia, pequeña(... )"
Este loro interviene en la intriga con la famosa frase que · ' - No es poco fea su cachila. ''
resonará por los siglos de los siglos: "Hablar, hablar, es todo · ' - Sube, dice Gabriel, y no seas snob. ' '
lo que sabes hacer''. El loro, que en el reino animal se distingue " -Snob mon cul" 2
por tener el uso de la palabra y que se ve reducido a no mucho - ( ...) " Ustedes,"-diceZazie indulgente, -" son un par de
más que eso, este loro al que familiarmente se bautiza Jacquot graciosos.' '
-lo cual por razones evidentes siempre me interesó especial- " - Zazie", declara Gabriel tomando un aire majestuoso
mente- este loro denuncia, el ejercicio literario mismo puesto lrnllado sin esfuerzo en su repertorio, "si tienes ganas de ver
que nuestro Raymond Queneau, al escribir, compone una verdaderamente los Inválidos y Ja tumba verdadera del verda-
obra que es casi un diálogo. Y denuncia también la vanidad, dero Napoleón te llevaré. "
la vacuidad de lo que se teje, digámoslo, en Ja civilización. " -Napoleón mon cul ", replicaZazie. " No me interesa en
absoluto este engreiído con su estúpido sombrero.''
" Hablar, hablar, es todo loquesabeshacer" . Si una mujer
les dice eso es mala señal. En todo caso, en determinados Esta cláusula, mon cut, que se hizo famosa, da para
contextos, es una invitación a pasar a la acción. hacernos reflexionar. Zazie la repite todo a lo largo de la
novela hasta infectar su entorno -todos los personajes son
En efecto si, para un hombre, una mujer puede representar seducidos por su eficacia y todo el mundo se pone a decir: tal
la hora de la verdad, como dice Lacan, es porque representa, cosa. mon cul, tal otra mon cul. Utilizando una forma lógica
bajo un aspecto exterior más conveniente, al loro Laverdure; esto puede escribirse: x mon cul. Así aplicamos la transforma-
en cierto se 1tido el loro es un cuestíonamiento cuya metonimia ción fregeana que permite sustituir a un término de una
esZazie. proposición el índice de una variable, aquí x, la cual señala que
objetos, nombres diversos, pueden escribirse en este lugar,
siendo mon cul la constante. Si lo abreviáramos por completo
respondería a F(x), siendo F la función mon cul. Es una manera
b) Zazie en el metro moderna de presentarnos a Diógenes. Zazie es un Diógenes,
-no puedo decir en polleras pues no es evidente que las lleve.
Un personaj e, amigo de su tío Gabriel, le dice: No he ten ido tiempo de releer la novela para ver las precisiones
. de Queneau acerca de su vestimenta, tal vez use unjumper.
2
N. del T exp resión en f rancés equivalente a las pelotas,
literariamente, mi culo. Por w~cesidades de coherencia áet ,:exto Pero es la perspectiva desde la cual hay que abordar el
preferimos dejarla en francés. personaje para entender por qué ella es para la eternidad, Zazie

64 65
en el metro como Aqui les el de los pies ligeros o el Hombre
de las Ratas.
1.o que ella opone al semblante de la civilización es lo que
pod r lamos llamar aqui lo real del goce, designado bajo su
Ella es "en el metro", que es lo único que le interesa, es l111 ma cxeremencial.
decir en los subterráneos del mundo urbano. No son solo ''las
profundidades del gusto" lo que ella explora, lo único que le l,a pertinencia des u declaración se desprende de inmedia-
interesa son las profundidades de la civilización que, en to ·· Napoleón mon cul'' es probatori o~ una vez dicho no deja
alemán, se dice Kultur, la cul-tura, lo cual hace hece resonar dudas. Y ella pasea este cursor sobre todo aquello que hace
ese mon cul -es la llave de la cultura. u los intereses libidinales de la subl imación cultural, a fin de
devolver todo eso al Jugaren que se origina. Al evocaresereal
All í donde Freud escribió Malestar en la Cultura, Queneau del goce bajo su forma excremencial lo traslada a los semblan-
hizo Zazie en el metro, exactamente en la misma estación. tes; Eso quiere decir: es mierda.

Lo que desfila en el lugar ~ son, precisamente, todos los


productos de la civilización. "Snob mon cul" e inmediata- Por ese sesgo pueden quizás notar el parentesco de Zazie
mente después el significante- amo: "Napoleón mon eul". en el metro con Santo Tomás de Aquino. Se hizo toda una
Esta proposición zaziana no tiene verbo, tiene estatuto de montaña-Lacan fue el primero- de su si cut palea. Al final de
interjección. Zazie logra llevar al registro de la interjección y su vida redujo a esticrcol lo que había sido obra del saber -en
de la injuria todo aquello que Ja civilización propone como particular la Summa Teológica-esa argumentación inextingible
producto, en un torbel 1ino desenfrenado, y nada la detiene, ni que constituye el ejemplo principal y máximo del saber en
siquiera Napoleón. Esta proposición es una máquina de posición de semblante. En otras palabras dijo: " Mi Summa
desinflar, de pisotear semblantes, de revelar el estatuto de Teológica, mon cul" .
semblante de todo aquello a lo que se dedica la gente
L0 dij o como pudo, en un latín pulido-eso no vale-. Como
maseul ina de su entorno. Zazie se pasea por París acompañada
todo está icmadoen el discurso de la religión, fue al acercarse
por su tío, que en realidad es una tía pues es homosexual e
al supuesto real de la muerte que descubrió el pastel.
invertido, por razones cuyos fundamentos se encuentran en la
teoría psicoanalítica. Está ahi, en efecto, para representar la Sin dudas es muy fuerte decir esto después de haber
esencia de la cultura, a saber el culo. consagrado la libido que le había sido as ignada para esta vida
a la Summa, pero tal vez es más fuerte aún :!egar a decirlo
cuando se es una niñita de doce años, Santa Zazie.

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Hay gente que cree en la reencarnación -hay gente en 1:vidcntemente el Eros, la Liebe frc udiana, es u11 1(·11111110
análisis que cree en la reencarnación-. Y bien, si fuera verdad, u111higuo, y por eso mismo le sirve. Freud señala esta a111h1gOl'
se podría apostar a que Santo Tomas de Aquino se reencarno ti.id. que va desde el lazo que une sexualmente a dos iml1 v1
como "Zazie en el metro" duns, hasta el amor que une a los miembros de una fami lia,
111cluso aun conjunto más amplio. Se puededecirqueel " mon
Tal vez con esto sea suficiente para fundar, para cul '' de Zazie le quita a Eros esta ambigüedad.
imaginarizar, el cinismo femenino.
Es un Eros totalmente desimaginarizado, salvo por el
hecho de ser designado por una parte del cuerpo supuesta-
1ncnte vergonzante, y además por unaexpresion lunfarda y no
e) Ensayo sobr e el origen de la desigualdad entre hom- científica. Ella baja al metro para hacer notar que todo el
bres y mujeres. mundo, incluido el rey de Franci a, se sienta sobre su culo. Es
tambien lo que invita a no descuidar que Sally Mara, otra
No se trata de un varoncito, en cuyo caso resultaría menos heroína de Queneau, descubre -si mal no recuerdo- que el rey
creíble que dijera "Napoleón mon cul". de Inglaterra es un tonto cuando está en el inodoro. Entonces
resuena esta expresión que tendrá efectos liberadores para ella
Un varoncito más bien coleccionaría soldaditos. En oca- y en. la que Lacan veía ya una prefiguración de S(;X).
siones esto continúa hasta su vida adulta -y existe, en efecto,
toda una industria de soldaditos muy caros a los adultos-. "Mon cul" es un Eros en cierto modo reducido a su real.
Luego tal vez haga otro tipo de colección, según sea anticua-
rio o bibliófilo. La colección está, como el fetichismo, más Ustedes conocen las elucubraciones de Freud, esta curiosa
bien del lado masculino. Del otro lado se hacen, de tanto en génesis de la sociedad que nos propone en la digresión
tanto, colecciones de hombres, pero con menor facilidad, mencionada y que constit11~ 1c, µara fraseando el título de Jean-
colecciones de objetos. h.i:q~c:; ~~.>Llsseau, su ensayo sobre el origen de la desigualdad
entre hombres y mujeres.
Pues bien, Freud no dice nada diferente que Raymond
Queneau cuando señala que Eros es uno de los fundamentos Primero expli ca la familia desde el punto de vista del varón,
de Ja civilización y consagra a este tema una digresión -en la por la búsqueda de la satisfacción sexual permanente. Esto es
cuarta parte de su Malestar en la Cultura- sobre Ja cual yo ya lo que Je hace desear conserYar su objeto de amor, su objeto
había llamado nuestra atención. sexual, cerca de sí. Dejo de lado el rol que Freud atribuye en

68 69
segunda instancia a las necesidades del trabajo por apremios , •11 11 mi que pueda estar escandido, si laestructurn lo p 1· 11111h\
objetivos. Si hay familia es, del lado masculino, para tener 11111 d dcsl.!ncadenamiento de un delirio.
siempre a mano con que satisfacer su pulsion sexual.
l lny que recordar las reservas de Freud con respecto a '"'
Notarán de inmediato, en esta digresión freudiana, que eso 11 1111-.lbrmaciones de este amor en cierto modo inicial, de cslll
no vale para las mujeres. Curiosamente, lo que Freud pont en 111111111 primaria del amor, y no solamente burlarse de un
primer y único plano del lado femenino es el deseo de Ja mujer 111.ichismo que parece evidente en lo que sigue a continuación :
de quedar junto a su producto, el pequeño al que dio la vida.
La mujer toma al hombre por añadidura, para que los proteja Frcud considera que Jos grandes intereses de la humanidad,
y los alimente a ambos. 11 los que suscribe en ciertos aspectos y cuyo malestar crecien-
te para el sujeto denuncia, encuentran sus raíces en una fuga,
Dicho de otra manera desde la perspectiva que tenía a partir 1111a defensa en relación a esta forma inicial del amor. Pues
de su ex periencia analítica y no con fundamentos como dice, al final resulta muyfastidiosaestadependenciacon
antropológicos o c1entític0s, frcud ubica el origen de la 1cspecto a un objeto de amor, a un objeto sexual, a un objeto
familia en el rechazo, por ambas partes, de la separación. En crótico particular - con respecto a esa. Es por ello que el
el hombre es el rechazo de separarse de una mujer, mientras hombre, especialmente el varón, se lanza a la filantropía: es
que en la mujer es el rechazo de alejarse, como dice, de esa más cómodo amar a todo el mundo, que amar a una sola.
parte de ella misma que ha sido separada de ella, a saber su
niño. Freud es sarcástico en relación al amor universal, al para
todo x yo Jo amo, en el que ve la esencia de la religión. Porque,
Si traducimos el valor a términos fálicos, como hemos como Lacan, cuando dice re! igión piensa en primer Jugar en
aprendido a hacer habitualmente, vale la pena señalar que esta Ja religión católica, digamos cristiana, que a lo particular del
falicisación no es recíproca -que del lado masculino hay interés erótico sustituye una filantropía difusa que permite
falicisación de la mujer y del lado femenino, falicisación del precisamente olvidar a los que están bien cerca. Es lo que
niño. Lo cual después de todo, como ya señalé, hecha luz sabemos de los estragos producidos en una familia por la
sobre las dificultades, incluso los desencaden?mientos que filantropía paterna, sea religiosa, sindical, médica, -no se le
pueden producirse en un hombre cuando deviene padre, escapa al vástago que todo y todos se anteponen a la mujer que
momento en que eventualmente pierde valor fálico para la esta a su lado.
mujer, pues su lugar es ocupado por el nifto de la pareja. He
ahí para los hombres, y en particular, para los que ocupan en Freud dice gentilmente que después de todo el amor
la pareja el lugar del niño, un momento de atravesamiento universal es una injusticia hacia el objeto erótico, y que no

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todos los hombres, no toda la human idad merece el amor. Esta ,, ' " l'\de los siglos, identificando la funció11 pi llll lplll ch 1
idea le viene de su judaísmo donde ciertamente hay un para 1 .111do a la función paterna. Pero desde otra hay u11 1. 111 l l l llli 1
todos pero que no se extiende necesariamente a la humanidad l111111lia y sociedad. El estatuto moderno dd i11d1 v11h111 lt1
entera -está reservado a los que lo merecen verdaderamente. 1111pl1ca -encontramos las formas ritualizadas en las soc1l•1 L1
En fin , es divertido leer de su pluma que: " No todos los ch", llamadas primitivas que escanden y organizan el <k..,
hombres merecen ser amados". Ahí está del lado del no- 111 l'lld imicnto del suj eto en relación a sus intereses 1ibid i11 ak~
todos. No todos los hombres merecen amor. 11111 a entregarlo al grupo humano más amplio conslilu ido poi
l 1 pueblo, por la tribu.
Por eso el Eros freudiano es un Eros que se transforma, y
es el que debe haber inspirado en Jungla idea de metamorfosis Es Jo que por las mejores razones del mundo, pero sin duda
de la líbido -existe el Eros particul ar, susceptible de transfor- 11n poco tarde, André Gide expresó; con un " Familia, te
marse en Eros para todos. Pero a Freud le parece que el detesto" -en términos deZazie " Familiamon cul"-ponicnd"
verdadero Eros, el Eros universal, es sospechoso de ser un de relieve la necesidad de deshacer el nudo familiar.
semblante.
En ocasiones un sujeto se encuentra tan trabado por el
En este sentido nos acostumbra a una dificultad en la nudo fami liar que puede comenzarun análisis por esta causa.
concepción de Eros. Por un lado el Eros que hace lazo, lazo
erótico, soporta y sirve a la civi 1ización, es, incluso, uno de sus Y de cierto modo se hace un análisis tamb ién para deshacer
fundamentos- ''Malestar en la cultura" es "Los Fundamen- ese nudo, como equivalente de un rito de pasaje que no se ha
tosdelacivilización". PeroalmismotiempohayunaEntzwei- cumplido.
ung, un corte, una antinomia entre Eros yKultursi seda a Eros
su sentido, su valor inicial, como fundamento de la pareja. Es Freud dice entonces que tal vez lo que cuenta de entrada
decir del lado masculino es el fundamento de un lazo al Otro es la hostilidad de las mujeres hacia los semblantes.
en tanto que soportado no por la humanidad sino por una
mujer. De modo que el Otro de la humanidad, el Otro del Ellas están ahí, dice, representando los intereses de la
discurso universal, aparece como un semblante que viene a familia y de la vida sexual, es decir en oposición a la Kultur.
velar a una mujer. Están ahí para decir " Kulturmon cul"; en realidad es esto lo
que Raymond Queneau siguió a la letra. Como dice Freud,
La oposición se establece entre familia y sociedad. Desde ejercen una influencia que retarda y limi ta a la cultura. Es
una perspectiva, la familia es la primera forma de sociedad, al decir, le recuerdan al varón la forma primaria del amor -el
punto que, en teoría política, se conservará esta metáfora a

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amor no es el amor de todos, es antes que nada el amor de Ja lnntidad determinada de libido y lo que da de un lado debe
que no será jamás su prójimo. quitarlo del otro.

E~ ese momento Freud todavía puede sostener que el Por eso Freud no duda en transformar a las mujeres en
trabajo de la cultura, de la civilización-Ja Kulturarbeit-está del c11cmigas de la civilización, es decir precisamente, enemigas
lado masculino mientras que las mujeres fracasan en Ja de los semblantes de la civilización.
sublimación pulsional, en la Triebsublimierung. Esto, evi-
dentemente, está fechado. Gracias al psicoanálisis, un nuevo En realidad las ubica del lado de lo real como las que le
espacio se ha abierto ali í que, desde el punto de vista social o recuerdan al hombre que todos sus intereses se originan en -
histórico no nos permite decir exactamente lo mismo. Del entre paréntesis- " mon cul". Por eso hace de la posición
mismo modo que la observación con que Lacan concluye fe menina una posición que no se presta fácilmente a sustituir
''Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad feme- lo real por un semblante. Al mismo tiempo es lo que lo hace
nina'' parece un poco superada. Cuando plantea la pregunta: dudar del superyo femenino.
¿''Por qué la instancia social de la mujer sigue siendo trascen-
dente al orden del contrato que propaga el trabajo"?, eso de Es también por eso que subsiste en las mujeres a las que se
todos modos ya ha cambiado. ' 'Y, entre otras cosas, es como les podría anticipar alguna forma de éxito -hoy en día las
efecto de eso que se mantiene el estatuto del matrimonio en mHjeres por supuesto también subliman- la duda de si su lugar
la decadencia del paternal ismo'' está realmente en las actividades de la civilización. Por la idea,
conmovedora en su inocencia, de que su lugar verdadera-
Por cierto no se sabe si va a durar la decadencia actual del mente verdadero sería en real idad en el amor, es decir en ser
~1a~rimonio pero es notoria en la sociedad francesa, según los verdaderamente amadas por un hombre.
md1ces que tenemos. Ahí hay algo que progresa y que m~rccc
una r~flexión si es, co~10 p~rece, un movimiento de larga A partir de eso se comprenden algunos fenómenos de
duración. Pero las mutaciones sociológicas que sin duda actualidad que aquí, en este país, tienen un aire más bien
tienen sus raíces propias son al menos solidarias de la interven- exótico, como la insistencia de los americanos por saber a toda
ción analítica sobre el inconsciente. costa si su futuro presidente engañó o no a su mujer. Nadie
entiende, ni siquiera ellos mismos, porqué están tan pendien-
Ello no impide que siga siendo válido -a condición de tes de la máxima exactitud sobre este punto, mientras que los
retraducirlo- lo que Freud indica cuando muestra al hombre japoneses, alegremente, no piensan sin0 en asegurarse de la
dividido entre las mujeres y la civilización. No hay más que una vida sexual de su presidente. Esto refleja en forma sin duda
ingenua, el deseo de asegurarse que hay al menos uno que

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realizó la metáfora, que pasó del Eros erótico al Eros para .1qucllo que desde " Los complejos fami liares", Lacan llama-
todos. No están seguros de que su presidente amará realmente ba scxualización, ocupa el lugar hecho a estas dos runcióncs.
a tod?s los ameri canos, si se entrega en exceso a algunas
americanas. Esto se explica por el capítulo IV del " Malestar 1lago alusión a este escrito de Lacan porque subraya la
en la cultura"; no olviden que en ese libro Freud hace una prevalencia del principio masculino en la cultura, es decir del
observ~ción especial sobre los Estados Unidos de América y principio que quiere que la pulsión se sub!ime. Pero al mismo
no vacila en oponer el viejo mundo al nuevo mundo. ti empo, el j oven Lacan señala esta preferencia por un envés,
palabra que, con razón, nos resuena de manera especial: " El
Es también desde este punto de vista que se capta el interés envés, dice:, es el ocultamiento del principio femen ino bajo el
de las mujeres en hacer caer, en atravesar, los semblantes del ideal masculino.
varón. De lo que, a veces, el bravo se defiende imputándoles
una afinidad especial con los semblantes cuando en realidad Este ocultamiento articula que hay pérdida en el logro de
desde esta perspectiva, están· de su lado. Nada ata tanto a un~ lo que aún no denomina metáfora paterna s ino prevalencia del
persona del bello sexo a un hombre como la sensación que él principio masculino-uno se pierde con el principio femenino,
puede darle de sacrificar los semblantes de su actividad se Ieatribuye un misterio. ln clusoveen el misterio de la virgen
sublimatoria, de su vida profesional por la actividad sexual el signo constante del valor oculto. En realidad este misterio
por el lecho. Hay allí no sólo no sé qué de perverso sino eÍ -cuyo sabio uso por la Iglesia católica conocemos- está allí
deseo de conocer la medida de su valor en relación a los paraabsolutizar Ja mujer como Otro, Otro distinto del falocén-
semblantes del varón. trico para representar ci misterio absoluto, fuera del falo.

En realidad lo que Lacan formula como la metáfora paterna Tal vez ahí se pueda captar también el lugar a hacerle al
-Nombre-del-padre sobre Deseo de la madre- es también Jo psicoanálisis, ese discurso que, como dice Lacan tiene por
que acá es presentado por Freud como la sustitución de la envés, aunque con matices, el discurso del amo. Hay corres-
civilización al Eros inicial. pondencia entre el discurso del amo y la prevalencia del
principio mascul ino, y hay afinidad, en efecto, entre el psicoa-
Y, en efecto, el Nombre-del-padre es, como subraya nálisis ye! principio femenino.
Freud, un hecho de subli mación, lo que sign ifica que es un
semblante y que la cultura se sostiene de semblantes. Escribir En todo caso es así comoquisieraexplicaraquello de lo que
DM bajo la barra es reformul aren qué Eros lo contraria, y que me he burlado en una o dos oportunidades, a saber la
la sexuación misma del sujeto, es decir su elección sexual, feminización del psicoanálisis. Cuantitativamente notable -
aún no demasiado aquí pero cúanto más se desarrolla y se

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e~tiende más notorio resulta. Pienso en la Argentina por le diga mon cul. Después de todo tal vez no haya posición más
ejemplo. Pero no hay que quedarse en el estadio de la burla. snob que Ja de Diógenes.

Lo que el psicoanálisis satisface especialmente en las La exploración que Lacan esboza del precio pagado por la
muieres es que coloca en el centro a Eros en su forma inicial. prevalencia del principio masculino en la cul tura, a saber el
El psicoanálisis, ese producto tan sofisticado de Ja cultura ocultamiento y el misterio que aún permanece sobre el
constituye en si mismo una desmentida al semblante del varó~ principio femenino y cuyas razones estructurales Juego pro-
y justifica Ja posición que Freud atribuye a las mujeres. pondré, lo conduce a examinar Ja posición y la génesis de la
inversión sexual. De hecho en el texto mismo de Freud, en el
Hay que saber leer, bajo lo que parece una desvalorización texto de su experiencia, se puede seguir la oposición que
de la posición femenina que, en definitiva, él no otorga otra establece entre el Eros inicial que se proyecta sobre el Otro
posición al analista. El analista también sospecha del amor al sexo y el Eros transformado de la filantropía, por el contrario
projin10, no acepta la Entzweiung, no la acepta por Jo que homosexual.
produce, ideales sub! imatorios. Es verdad que en cierto modo
el psicoanálisis seria un discurso que no partiría del semblante. Queneau nos lo recuerda con malicia cuando hace acom~
~acan se planteó la pregunta; hasta llegó a indicar, y no pañarasucínicaZazie por el tiitoGabriel, casi inseparable de
simplemente entre líneas, que, en defi nitiva, el objeto a ella, su compinche, su Viernes invertido, es decir, no sólo
también es semblante. El ''mon cul '' de Zazie también es un homosexualsino feminizado.
semblante.
Este resultado falseado, no es óptimo con respecto a la
Por otra parte, hay un punto en el que el semblante sólo metáfora standard, puede ser imputado al modo en el que el
puede ser denunciadó a partir del semblante. Con Ja ayuda de principio femenino subvierte al idea.J masculino, a la manera en
un semblante, por suponerlo lo más cercano a lo real se que el deseo de la madre (DM) hace vacilar el Nombre-del-
denuncia el conjunto de los semblantes -el ensembl ant3 me~os padre (NP) en el seno mismo de la metáfor~. Y en efecto, en
uno. la génesis freudiana la inversiones relativa a un fracaso de la
sublimación, o a una pantomima, una farsa de sublimación.
Con esto se fabrica un significante amo, con esto se fabrica Piensen en la madre de André Gide, cuya correspondencia con
lo que construye el lugar del significante-amo, aún cuando se su vástago fue publicada recientemente. Esta madre se con-
sagró a encamar los ideales más elevados de la civilización,
durante su existencia presentificó para su hijo los mandatos de
'Juego de palabras por condensación de ensemhle =conjunto,
semhla11t,...,se111hla111e y una.forma conjugada de ensemhler ~ reunir
la religión, se hizo portavoz exigente del ideal religioso, de la

78 79
filantropía, se esforzó en una suerte de sublimidad moral. Al 1 , .1 1ación práctica operada sobre su vústago \ .111111 l • I' 11 1
haber reducido al padre a ser una suerte de compañero de p11111:1 en el capítulo de tos efectos dcva~tadt11 l' d1 111
juego, una figura absorbida al máximo grado por Jos sembl an- .~ 111hlantesde la sublimación cuando una mu.1i.:1...,t· t1 .111sl11111111
tes de la cultura, profesor de Derecho dedicado por completo l:ll su representante. Esto implica también que coi111a11:11111•1111·
a esta tarea, esa sublimidad moral encarnada por la madre tuvo u lo que se podría creer de entrada, hay qui.: pa 111 d1· l.1
sobre el niño Gide un efecto que puede llamarse de eviración .11111 patía de la posición fe menina por los semblam'" p.11 .1
para uti lizar el lenguaje un tanto rudo del Lacan de " Los ~ ••ptar de que manera los manipula, los adopta, lo~· h.1u
Complejos Familiares". Este efecto de eviración lo condujo 1cspctar, y los fabrica.
desde muy joven!' 1ibrarse a una masturbación compulsiva y
casi pública por lo que fue, como saben sin duda, expulsado Vean la marca de esta hostilidad hacia los semblantes tk la
de la Escuela Alsaciana a ta que asistía. cual parteen el reparto dentro de la pareja. Como señala Lac;111
merced a este reparto la mujer puede constituirse en la
A los nueve años de edad, fue sorprendido en mitad de ta guardiana del tesoro.
clase en el acto de verificar si todavía to tenía, y luego
expulsado. Laca'n subraya la satisfacción que ella puede experimentar
al mantener apretados " los cordones de la bolsa".
Al punto que Lacan, para ubicar una figura paterna pode-
rosa en su historia, puso el acento en el socorro simbólico que La avidez femenina en lo que concierne a esta acumulación
le significó la figura de Goethe. así como la frivolidad que se le imputa, su gusto por el
despilfarro, tiene sus raices en el hecho de que el dinero,
Se puede decir que es el perfil -sin duda en vías de semblante sin duda, es aquel semblante en el que los demás se
desaparición, al menos en nuestras et marcas- de la madre del reflejan. Es, aparentemente, la expresión concreta de los
sacerdote. Portadora por excelencia de los.ideales que Freud semblantes y toda la cuestión consiste en saber cuanto aporta
considera pertenecientes al lado masculino obtiene de su hijo a la casa. El resto " mon cut". .
el sacri licio de su interés erótico en las mujeres; en todo caso
por otra mujer. Se entiende perfectt!mente que para una mujer cien 'thalers
reales y cien thalers posiL·les no sean lo mismo. Desde el punto
De modo que, sin duda, lo que se encuentra en lo más de vista conceptual, o sea masculino, se equivalen. Pero hay
profundo de la inversión es que la madre encuentra aquí la una pequeña falla, un cie:to hay o no hay q~e no se pu~de
solución a lo que se puede llamar con Adler-es el término que conceptualizar. Precisamente en esa falla Heidegger desl~za
retoma Lacan en ese texto- su protesta viril, en el efecto de su Ser, puesto que utiliza la refutación al argumento ontológ1co

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de ~ant para mostrar el Ser. Se deslizan las mujeres y su
sentido de la realidad.

Lo que no impide~~~ exista el postizo para las mujeres. Al DE MUJERES Y SEMBLANTES ll 1


pu~to_ que me pem11tma decir que en ellas la ausencia de
fet1_ch1sr~o es solo aparente. Se puedeseguirentre las mujeres
a d1stanc1a, con. respeto, la confocción de este postizo que n~
hay que tocar s~no con extrema precaución. Por eso hablaré
de ello la prox11na vez habiendo pesado cada una de mis Otra vez semblantes.
palabras.
Esta vez, implicados en las relaciones entre los sexos.

Traducción y redacción: Vera Gorali Al respecto,¿ dónde están los hombres?. Podría ser que
fuesen ellos quienes están más cautivados por los semblantes
que las mujerc". Podría ser que las mujeres estén más
próximas a lo reai, de tal manera que, quizás, al hablar de
mujeres y semblante(\. sean los hombres quienes están en el
lugar del scinblantc.

Hesíodo, en su 1 eogonía, matriz de 1111 enNme número de


mitos, fue, según parece, el primero en h::: 1lar de la raza de las
mujeres: genos gynaikon. Y a partir de él , después, en la
literatura griega de la antigüedad, se habla de las mujeres en
términos de ikelon, que significa semblanza, copia, de dolos,
que significa trampa, de pema que significa plaga. Esto quiere
decir que calumniar a las mujeres es cosa que ha empezado
hace mucho tiempo. Semónides, de la ciudad bien nombrada
Amorgos. ya había escrito un poema llamado lambí, en el cual

1 Conferencia pronunciada en el complejo "La Plaza", Sala Pablo


Picasso, Buenos Aires, el 10 de marzo de 1992.
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83
no habla de genos gynaikon, sino que habla de las tribus de
mujeres. Y en ese poema, recientemente reeditado en Ingla-
terra, enumera a las mujeres ..Es un poema que es un catálogo, ¿A. qué llamamos semblante? Llamamos s1;111hl 11 11ll' 11 111
hechi), por supuesto, sin conocer el don Juan de Mozart. quc tiene función de velar la nada. En eso el velo ~s el p 1 1111l 1
Enur.~era tipos de mujeres que no llama genos sino phyla, semblante. y es un hecho que, como lo tcst1111 0 1111111 111
especies. Y la primera palabra de su poema es la palabra historia y la antropología, es una preocupación. consl¡11111: dt•
koris, que se traduce como de lado, pero que actualmente la humanidad velar, cubrir, a las mujeres. En cierto m~do S l '
después de Lacan, uno se da cuenta que se debe traduci; puede decir que se cubre a las mujeres porque La mu_1c1 no
c?m0 ~egún la diversidad. No según la unidad, sino según Ja se puede descubrir.
d1vers1dad. Es con esa palabra que Simónides empieza su
poema. · De tal manera que hay que inventarla. En ese senl~~o
llamamos mujeres a esos sujetos que ~it.!nen una r~lac1on
Tengo, entre otras cosas, la idea riesgosa de aoreoar un esencial con la nada. Es una expresión prudente, de ~11 parte,
. o o
tipo.a su catálogo. Un tipo de mujer. La vamos a encontrar porque todo sujeto, tal como Lacan lo define, t~ene una
en el transcurso de esta hora. relación con la nada. Pero, en cierto modo, esos sujetos. que
son mujeres tienen una relación más esencial, más próxima,
Las citas mencionadas son suficientes para pensar que lo con la nada.
que Lacan ha formulado, que La mujer no existe, que hay
solamente mujeres, era algo bien conocido desde siempre, por Se trata de lo que Freud decía y que expresaba relacion.an-
lo menos desde los griegos. Ahora Ja fórmula de Lacan es do esa nada con una nada corporal, con una nada anatón:i1ca.
suficientemente conocida por el público, al menos por Uds., Era, quizás, su manera de pensar ese vínculo de las mujeres
y podemos tomarla como punto de partida. con ta nada. En su artículo de 1932, Freud enumer.a algunas
particularidades psíquicas de la maduración fet~~nma, co~o
.La m.ujer no existe no significa que el lugar de la muj~r no se expresa, entre las cuales subraya elpudor'."! ~1t~~ la func1on
exista, smo que ese lugar permanece esencialmente vacío. y del pudor a partir de Jo que sería una mtenc1on m1c1al d~ velar
el hecho de que ese lugar quede vacío no impide que se pueda la ausencia del órgano genital. Hay ahí una yaradoJa del
encontrar algo ahí. En ese lugar se encuentran solamente pudor. A Ja vez vela, según Freud, la ausencia, al par ~~e
máscaras; máscaras que son máscaras de la nada, suficientes constituyealaausenciacomoalgo. Oseaque~l vela~tamb1en
para justificar la conexión entre mujeres y sem blantes. se crea, se hace nacer, se hace surgir. Y s1 se siguen las
variaciones históricas del pudor se advierte~ dei:i_uestr~~' que
el pudor es un invento que, según su ub1cac1011, dmge la
mirada.
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l kctiva. Pero si se admite la u1 11 111 11 1111 llll 11
De modo que se podría decir, también, que el pudor p11 11tualizarelhechodeesemenos, pc1111:1111.:11 l1 11 11 1
falici~a el cuerpo. No faltan testimon ios de hombres, ya sea "' 11 'iubjetivización, es decir, qué se hace qm· 111111 1 1l 1
en la literatura o en la clínica, para quienes el pudor aparece 1c para el sujeto su no tener. Frcud ha p 111plll 11 1 111
en su valor fálico. En efecto, el velo del pudor puede dar valor , 1gni licación fundamental de ese no tc11c1lo q111• 111111 1 'I' 111
de falo, para expresarse como Freud, a cualquier pa1ie del neid. Penis neid es el nombre freudiano de l;i s11h1l'lI\ 11 1 11 11
cuerpo, con lo que se demuestra que el manejo del velo es del no tener. Y así se abren la puertas a lo q11 r p111 l1 111 1111
falicizante. llamar clínica "femen ina". Sin ninguna p1l'l rn .11 111 d
cxhaustividad, desJe ya, se puede hablar de clíntl':t 111111.:
Hay poca distancia entre el pudor y el respeto. El respeto 11 ina" directamente a partir de la puntualizaciú11dl. l111l 1111
significa que hay algo que no se debe ver, que no se debe to~..ir. Por ejemplo, se puede hablar del lugar que toma el sc11t11111l t1
Co.mo el pudor, el respeto apunta a la castración. Respetar, to de injusticia, tema que puede llegar a llenar las Sl.''illllll ·
quizás, sea si1.:mpre respe¡ur la castración. Hay eso: pedir analíticas. Casi podríamos hablar de un fantasma de 111111-;t1
respeto, pedir que se respete la distancia, por ejemplo, hacia cia fundamental. Podríamos, tal vez, decir, no dej aría de '.l't
el padre. - Qué es lo que se respeta en el padre s1 nv 1 '<1lle divertido, que el origen mismo del concepto de justida. ~l·
decía Lacan una vez, su calidad de antiguo combatiente! debe buscar en la queja femenina. Podríamos tamh1rn
Cuando hay respeto, la nada está siempre en juego, y por eso, hablar en ese capítulo de la clínica "femenina", de la
correlativamente, existen los ultrajes y se entiende que el extensión, de la frecuencia, de la constancia habitual de 1111
ultraje pueda tomar valor erótico. En los grupos analíticos se sentimiento de desprecio, que también se une a lo que
observa, a veces, lo que 1 acan señala como un respeto podemos poner, de manera un poco groser.a, en el paréntes is
delirante, como un pedido muy exigente de respeto por parte de un sentimiento de inferioridad. Y, por ejemplo, me parecl-
de los ancianos o de los que se ponen en esa posición. Por que la clínica de la inhibición tiene acentos distintos en la
sup~csto, es algo que tiene que ver con el hecho de que el clínica "femenina" que en la de los hombres. Es que no es
analista no ex1 ~tc: y es porque el analista no existe que el solamente la inhibición al saber, o al estudio. lo que se
respeto y sus suceptibilidades ocupan en el funcionamiento manifiesta, sino que frecuentemente tiene en su c?razón un
de un grupo analítico, aunque sea una Escuela, un lugar que n0 tpner derecho a saber. El no tener, acá se sublima en no
uno puede considerar excesivo. tener derecho, es decir, en una ilegitimidad que no se
encuentra en la clínica masculina con ese peso.
Freud se limitaba, parece, y a diferencia de Lacan a una
diferencia anatómica de Ja mujer, considerando que, de I1echo, Freud puso el acento en los suplementos que el sujeto
ella estaba marcada por un menos. Que su castración era puede ~ncontrar, o inventar, para su menos, para ese menos

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fundamental, según él, al que el sujeto se relaciona. Por eso ' :.pecífico de ese ser de nada. También a la lalla d
di rigió la investigación analíti ca hacia los bienes que pueden "'-'suma una falta de consistencia, obscrvabk " t1 11v1 •, ih ' •1
llegar a colmar ese agujero del menos. Puso el acento en el testimonios de un sentimiento de fragmcn1 m,m11 ' "'I"" il
obtener, el regalar. Y de hecho, a Lacan mismo Je encantaba que puede ir lo suficientemente lejos com? par'.1hml 1111 11 ,111
señalar esa denominación de " la burguesa" que en el habla en la psicosis, y a plantear preguntas de d1agnostico d• h" "
popular de Francia puede ser el nombre de la esposa: ''mi .·. 1 En este
l:l <l . .
mismo capítulo podemos poner In 1111111 ch1
b~rguesa" . Se significa así que es ella quien acumula el control, ese afecto según el cual se siente q~1e se c~ce1pa '
dmero de la fam ilia; que se le ha otorgado especialmente a dominio del cuerpo. Hay en la clínica femenina tcst111H)1110•,
ella el cuidado del dinero fami liar. También el nifio ha sido de dolor psíquico ligado a un afecto de no ser, de s~r nad11
torn~do por Freud en esa serie, de tal manera que, en cierto como momentos de ausencia de sí mismo._ Ta~nb1é11 hay
sentido, la maternidad misma puede ser considerada como testimonios de una extraña relación con el mfinito, lo ~¡ur
formando parte de la patología femenina. Es decir, transfor- puede presentarse también ~ nivel de 1.o no fin~to, es decir, "
marse en madre, en Otro de la demanda, es transformarse en nivel de un sentimiento de mcomplet1tud radical.
la que tiene por excelencia.
Seguramente conocemos acá la sol uci~n que se pucdc
Es la pregunta que queda abierta:¿ transfonnarsc en madre encontrar siendo ese agujero, pero en relac1on al Ot:?· c?mo
es la solución a la posición fe menina?. si para escapar a esa falta de identi dad, una soluc1on tuesc
d~splazarla hacia el Otro, atacando la completitud del ?tro.
Lo que podemos decir es que es una solución del lado del Consiste en pensar que le falta al Otro, al Otro varonil, un
tener, Y que no es seguro que Freud haya elaborado otra agujero y ocuparse en encarnarlo. También co~respondc a
solución para las mujeres, salvo esa solución del lado del tener. esta variante ser lo que fal ta al Otro positivizán~_olo, y es lo que
Lacan ha aportado a la clínica bajo la expres1on ser el falo.
. , Hay, sin embargo, otra solución, u otro registro de solu-
c1on, que es la solución del lado del ser. La solución del lado Hay que darse cuenta de que, si entendemos a~~o ~uan.d ~
del ser consiste en no colmar el agujero, sino en metabolizarlo nosotros mismos hablamos de ser el falo, la expres10~ tmphcc-t
dialectizarlo, y en ser el agujero. Es decir, fabricarse un se; ya cierto desprecio en cuanto al tener d~I Otro varon t 1. y a en
con la nada. También de este lado se abre toda una clínica el ser el falo está contenida una reducción del tener del Otro
· 'feme?ina' ', la clínica de la falta de identidad, que tiene en a semblante.
las mujeres una intensidad en nada comparable con Jo que
puede encontrarse en hombres. Hasta tal punto que estamos Lacan no dice solamente que La mujer no existe. Dice,
casi obligados a hablar de un ser de nada y de un dolor además, que hay verdaderas mujeres.

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ill' 'iorpresa, ya fuese de maravilla u d1. 111111111
Expresión que nos queda como un problema 'Jo es que l 1i: 11 1do
se percibe que se toca, que se hm l Vl 1 q11 1'1111111
no se entienda que mujer y verdad puedan tener algo que ver, 1111 ha ap lastado en ella el agujero. i:s al1•11 q111 1 1111 1111 il
ya que la verdad es distinta del saber y que la verdad tiene ., 11c1ificiode Jos bienes, al sacrificio de lodo 1c11u ' q1111 1 111 11
estructura de ficción, con lo que ya se dice que depende del eso ese grito lo merece una mujer prccisa111c1111 l i1,, 1111li1 111
semblante. También se entiende que las mujeres puedan ser
consentido con la modalidad propia dcsu ca:-11:11.11111 1 11111 "
ubicadas como la verdad de un hombre, en tanto que reducen
las sublimaciones masculinas a mentiras, y que encarnan, en lo, pues , no poder ofrecerles un modelo de madi 1.· -.11l11 ll' llh1
mcnle buena, como Winicotl, ni un modelo d1.: l.'''1111-;.1 ' '
tanto que La mujer no existe, el fracaso de su concepto.
sostén.
Pero, ¿q ué sería una verdadera mujer?.
Pero, por otro lado, quiero decir algo mús soh1 l " "
personaje que tiene algo para figuramos: par~ . ~'.11.1~1_>-; 1111
Hay una respuesta muy simple para dar: lo verdadero en
111 delo seguramente extremo- no es para ident1f ic,usc-, d11
el s~n~ido de Lacan, en una mujer, se mide por su distar;cia º
. 'eso es 'una verdadera mujer" según lo in d'tea d'iscret airn.·11 tl.
subjetiva de la posición de la madre.
Lacan. Lo indica mucho más discretamente que yo, p1.:10
como ya ha pasado mucho tiempo, me parece que ahm.1 'l'
~orquc ser una madre, ser la madre de sus hijos, es para una
puede presentar: Medea.
mu.1er querer hacerse existir como La. Hacerse existir como
~a madre es hacerse e\.istir como La mujer en. tanto que Medea había hecho todo por su hombre, por :f asón. l la.I:•·•
tiene.
traicionado a su padre, a su país, había convencido a las h.1.1 <~'­
de Pelias de matarle, luego de lo cual. como Uds. sa~en, v~v 1a
"Cuándo a Lacan se le escapa el crito: -Esa es una en el exilio en Corinto,junto a su mando y a sus htJOS. Esto
verdadera mujer!')
está señalado al comienzo de la pieLa de Ew 1pidcs.' donde se
nos dice explícitamente que ella trataba d~ co1 1~c1.1t1 rcon tod~)
Creo, por un lado. que es siempre de ese modo como debe lo que quería Jasón. No había ningún d1sent1m~en.to, er~ lct
usarse la expresión, pues no se trata de construir el concepto
esposa y madre perfecta. Si quieren, un poco cnmmal, y u~1
de La verdadera mujer. Verdadera mujer sólo se puede decir
poco bruja, pero como esposa Y. madre, perfecta. Entonce-.
de ~na en una, y en una ocasión, porque no es cierto que una viene jasón y le anuncia que quiere casarse con ot:a, con la
mujer pueda mantenerse en la posición de una verdadera hija de Creón. Como lo dice Medea, es un ultraje. y ella
mujer. Es algo que sólo se puede decir como tyche. '' Esa es
conoce lo que podríamos llamar, en nuestras palabras de h?y,
una verdadera mujer'' se puede decir solamente en un grito un momento de depresión. En sus palabras es que ha perdido
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la alegría de vivir, está presa del llanto, y hay ese su canto tan
hermoso " De cuantos seres tienen alma y pensamiento . teme es adecuada y h.; va
t ,a palabra ep1s h11· 11 11 tv" " '
somos las mujeres los más desdi chados".
e do Lacan se re ti1ere una vez a Mcdca l"-. 11111 111111
Mientras que Jasón viene a decirle lindas palabras, a darle uan 1 te Medea aparece en la pos· iciú11 drl '"""" 111
explicaciones, a asegurarla en cuanto a sus buenas intencio- versos en os qt . ecto de la po..,1l 111111h1
be y 110 sm un eco resp
nes, se va a hacer cargo de los hijos, va a pagar sus gastos ... aquel que sa , e Lacan cita no son 111., d1 1
analista. En efecto, los versos qu . C . . , S1da.., a111 .
Pero ella rechaza los dones, porque como lo dice explícita- . M d , ino los que le dice a reon. .
mente, ya está en una zona donde el tener no tiene ningún crimen de . e ~a, s , resultas un inútil y no un sah111 '\
tortuosos c1enc1as ·~uevas, . saber a los q-1e pasan p111
valor si le fa1ta ese hombre. Y hay que releer cómo elabora su
si hay quien te cons~<lere slup~n~:~1~omo un ser ofensivo .
venganza, que no es matar al infiel. Sería demasiado simple. sabihondos, te vcran en a cm .
Su venganza será matar lo que él tenga de más precioso, es
decir, su nueva esposa y sus propios·hijos. El valor de esto Para Lacan, discretamente, e¡ ac to de una verdadera mu jetla
. e ticn~
último, en Eurípides, es admirable, en tanto Medea es presen- . ~ 1 acto de Medea, pero s1 qu
no voy a decir que sea e ·1· . de lo que tiene
tada como una madre que ama profundamente a sus hijos. d Medea· es el sacn 1c10
Habla con encanto de lo que son, de lo que esperaba de ellos, estructura d~I acto e . n. el hombre el agujero que no se
de más precioso para abrir e ás allá de toda ley
de cómo hubiesen estado con ella hasta su muerte, de cómo
podrá colmar. Sin duda es al go que v: 1~: pase por encima,
la hubiesen acompaftado en su entierro. Pero ahora está
Y todo cariño humano, pero no porqu . . lorauna zona
preparada para matarlos y -en esto se trata de la obra de teatro 1 u a verdaderamuJerexp
comopen::;abaGoet 1e. n . . . Medea nos da un
más horrible - lo hace. Mata a sus propios hijos, que son .d lt pasa los li mites, Y s1 .
también los de Jasón, y por eso se puede decir que en ella lo desconoc1 a, u ra . do en una verdadera mujer,
ejemplo de lo que hay de ex~r.av1:in marcas más allá de las
que es mujer supera a lo que es madre. No hay que imitarla,
es porque explora una reg1on e a~túa con el menos
pero nos da el ejemplo radical de lo que significa lo que es
fronteras. También hay que su~rayard~uuna situación donde
mujer como más allá de lo que es madre. Sale as í de su
y no con el plu~. En el seno mismoª es ada mortal. Logra
depresión, con ese acto. Ella está toda en ese acto; a partir de
aparece sin deícnsa, encuen~ra unarm: ue tiene más fuerza
ahí todas las palabras son inútiles; sale decid idamente del
registro del reino del significante. hacer del menos su ami a propia, und los ;uerreros. / oregue-
. . · e todas las armas e b b . •
y mas cticac1a qu h nbre · en estricta relac1on
mos también que lo hace por un o1 '
Ahora bien, hay que agregar, aunque no lo voy a desarro- a un hombre.
llar, algo que en toda la pieza está muy presente, y que es el
saber de Medea.

92 93
t :ida una es capaz de ir hacia el no ll' lll' I ' 1•. 1 'I' 1 d
Lacan ha reconocido el act d
mujer de André Gide Se ' d ~ e_ ~ed~a en el acto de la 11.:ulizarse como mujer en el no tener.
esposa virgen, protes~ant/ºd na n?1.culizar a esta última,
presa de las ideas de su ámbi e es~mtu pequeño burgués, l :I hombre " lacani ano", tal como atravil·-.a lo" •.1 11111111
lado de Gide en la postura d to ~octal, Y que permaneció al 1 ios y los escritos, es por el contrario un ser pesado l ... 11111111

Pero lo que pu1a ualiza La~~~ ~igel sa~rificado e inmóvil. do, embarazado por el tener. El tener es un csto1h11 \ l 111111 •
cuando quema la~ cartas d, A d~', pr~c1samente, su acto, l:I tiene algo por perder, está condenado a la ea111l·l.1 1 1
· ' e n 1c G1de ¡ hombre " lacaniano" es fundamentalmente miedoso Y p111
misma denomina con10 1 , , o sea o que ella
las canas de amor de And é G. d
o que terna de 111 • •
as precioso. Eran supuesto, ocurre que cuand0 "ª .i la guerra es para huir dt· l.1"
había seguido por an· os r ñ i e, una correspondencia que mujeres, para huir del agu_i•,ro. De modo que el hombre 1111 l''·
. Y ar os a pan· d 1 sin semblantes, pero s or~ semblantes para proteger su pcqm·-
pnme: encuentro. Pero es él tan , . ~ '.r e momento del
era lv que él tenía d , . 1b1en qwcn nos dice que eso ño tener. No es el ca"u del semblante propiamente dicho d
más hermosa corrcsepon111ads pr~c1oso. que nunca había hab ido semblante femcninv, que es propiamente máscara de la foll a
. encia es'1que 11· , 1h ..
ha terndo Es e
· n este contexto qt
' ' ama e IJO que no
Lacan refiriéndose a Gide'." P ic encontramos la frase de Se podría ti c1blar de la subjetivización del órgano gcnitnl
Medea ,, En efel. o . obre Jasón, no reconoce a en el hombre. Se podría hacer bajo el título El tengo, parn
• • L , no reconoce a Med.
su angelical esposa -l)ob 1 ca en su esposa, en distinguirlo de El tango. El tengo, como sentimiento que le da
· res 1ornbres que b de una superioridad de propietario un bien que implica.
cer en sus esposas a las M d ~, no sa en recono-
. ' e cas 1 Es qtP 1 . también, el miedo a que se lo roben. ! le aquí una cobardía
medida, como un persona· · d · 1 i; no iayacá 1usta
desearía.Acá no hay neoo1·1·auc1,;· e <1 obra de Eurípides lo masculina que contrasta con el sin límites femenino. El tengo
.
cia de lo absoluto. o " rones · l lavJ C<>mo una emergen- está claramente vinculado a la masturbación. El goce fálico
es por excelencia goce de propietario. Significa que el sujeto
no da a nadie la llave de la caja, llegando a veces incluso hasta
En esos casos, ya sean a lo M d ..
se trata de reacciones a la t . ~ ea o a lu Madcleme Gide, protegerse con la impotencia, y de un modo satisfactorio.
castigo. ra1cron del hombre, y como un Ocurre que, cuando finalmente da, es como si fuese víctima de
un robo, a tal punto que conserva a un costado la masturbación
como refugio para preservar un goce para sí mismo: uno para
Pero hay otras modalidades ella, y uno para mi. Pero dejemos de lado el tengo del hombre.
cuando señala que 110 l1a J. . , que Lacan conoce también
. Y 11111tes a las c · '
mu1er puede hacer por 1 b onees rones que una
un 1om re des Me parece que, no sólo a diferencia, sino contrariamente
de sus bienes. Concesiones a , . , "fi u cuerpo, de su alma,
' cas1g111 ·1cacedcr. Significaque a Freud, Lacan pensr ·a que no hay sol ución P.ara una mujer

94
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del lado del tener y que en esa vertiente siempre resultan conservador posible, la que pide que no ' l ' l.1 1111u d1 11111\
f~~sas o inauténticas. ¿Qué significa vivir bajo Ja significa- cerca y exige enorme respeto, la que l'.1\ l l '.l 111 d1 .1 111 1 11
lt ~1on del_tener?. Voy, para aproximar una respuesta, a necesaria para hacer creer que el postizo es vt:Hl.1d~ 111 1 1
introducir con cuidado ese personaje que es Ja mujer con d respeto como algo tan debido como absoluto 1 111 .1111111 1
po~tiz?. La mujer con postizo es la mujer que se agrega verdadera, al contrario, hace ver al hombre qm: \.'I li' IH 1 1
a~trficialmente lo que le falta, con la condición de que ridículo. En cierto modo es la ruina del homhn:. 1 " 111.1 '
s1en~pre, y en secreto, lo tenga de un hombre. En Ja mujer con tranquilo hacer par~ja con la mujer con postizo, pa1 ~· pum 1
postizo el p~recer ~s esencial, en tanto eso debe parecer que su propio bien en una caja fuerte. Esa mujer con post 1:to, qlll'
es de ella misma, !J su propiedad. Aclaremos una ambigüe- no parece castrada, no amenaza al hombre: pues no ex rgc dl'
dad en el concepi:o de mujer fálica. Debernos distinouir Ja él que sea deseante, de tal manera que recibe el respeto Yl.'I
mujer f~I ica que se constituye como la mujer que tiene,ia que descanso de la castración.
se const1~uye del lado del tener, lo que he llamado acá Ja mujer
con postizo, de la mujer que se constituye del lado de ser el Se encuentra en Lacan la palabra postizo en unas linea'
falo. No tienen nada que ver. au nque se puedan encontrar que he comentado una vez, en Buenos Aires. En los Ecrit..;
divididas en la misma. Una mujer que se constituye del lado en Ja página 825 de la edición francesa, cuando habla de la
de ser el falo, asume su falta de tener. Es a partir de su falta ausencia de pene que hace de Ja mujer falo, cuando Lac~rn
de tener reconocida que logra ser el falo, lo que falta a los casi aconseja evocar dicha ausencia haciendo a la muJer
hombres. Por el contrario, la otra esco11de su falta de tener y portar un postizo debajo de un traje d~ baile. Es n~table que
ha?~ la parada, hace la ostentación de ser la propietaria a esto no es iniciativa propia de la muJer, demostrandose en
quien no le falta nada ni nadie. Permanece igual una mujer, esto sólo complaciente con el deseo del hombre al aceptar su
Yeso se nota en el carácter salvaje conque protege su bien, pedido, prestándose a su fantasma. Y ese homb~e es el que no
con un rasgo de Ubriss, de exceso. La segunda, al contrario, tiene miedo a la castración , al no tener feme nmo, pues ese
la del lado del ser, hace ostentación de la falta. Con respecto postizo " Jacan iano" no está hecho para hacer pensar que
al hombre, una "mujer verdadera", en el sentido de Lacan, ella tenga. Al contrario. Ese postizo es una señal de qu~ ella
le permite manitestarse como deseantc, en tanto ella asume no tiene, una señal para indicar su falta y ponerla en.ev1den~
~l menos, asumiendo también los semblantes que hacen cia. El postizo "lacaniano'', en tanto que es m~neJado ~or
Juego con el menos. En oposición, la mujer con postizo un hombre, confiesa ser un postizo. Es un postizo que die~
denuncia al hombre como castrado, y no pocas veces se ) soy un postizo, de la misma manera q~e ~!1 el cuadro _de
completa con un hombre así, a quien mantiene en Ja sombra. Magritte se dice: "Esto no es una pipa . El postizo
Cuando Medea se va, al final de la pieza de Eurípides, sobre " lacaniano" es un semblante que confiesa ser un semblante,
el carro alado del sol, es la mujer con postizo, el sujeto más mientras que, por el contrario, el postizo de la mujer con

96 97
postizo es un postizo que miente. Es un semblante que dice: es así, que el secreto puede ser condic1ú11 <il r1111 p 11 1 11 11
" Esto no es un semblante" . Y ella quiere que los otros lo y pueden llegar a gozar del secreto como tal. 11:1-. t.1l'111 1111111
crean, de ahí el valor que da al respeto y que considere ultraje a Ja mentira misma como objeto pequeño u 1>l 11111 i.:: 1
cualquier falta de respeto. Se podría decir que la mujer con famosa cuestión de la ignoranci a de las mujeres, y dl· 11111111
postizo quiere al respeto como a sí misma, retomando la frase enseñarles, y de cómo educarlas, que atraviesa la h1 ... 1111 , , ,
de Freud referida a los que aman su delirio como a sí mismos. hasta tal punto que a veces las mujeres terminan por c 1r1:1M'
Correlativamente, respeta los semblantes masculinos, y los que son ignorantes. Cuando ocurre en verdad que una m 11 1 ~ 1 .
adopta, cuando lo verdadero en una mujer, lo verdadero a por naturaleza, por naturaleza de la palabra, encarna lo qw:
veces eséondido, es que no respeta a nadie ni a nada, y que no se puede decir, encama un saber secreto, velado, y es poi
denuncia al falo mismo como un semblante respecto del eso que no seencuentrasino en su Jugar como sujeto supuesto
goce. saber. Todo ese ruido acerca de tener que enseñarles no
al canza a esconder el miedo varonil hacia el saber supuesto
A partirdelasexualidad femenina ' yde ninoúnotro
b
Juoar
b ,
a las mujeres.
se ha podido ubicar al goce propiamente dicho en tanto que
desborda al falo y a todo significante. La Iglesia, antes del Por cierto, a veces las mujeres neces: Tl un análisis para
psicoanálisis, había reconocido a las mujeres verdaderas. La enterarse del saber que se les supone, con lo que nos acerca-
Iglesia había reconocido en ellas una amenaza, yes por eso que mos a una de las varias razones por las que podemos decir que
elaboró para ell as una solución: casarlas t on Dios. Y es así a las mujeres el psicoanálisis les conviene.
que, aun en nuestros tiempos, algunas pronuncian esos votos
perpetuos de obediencia, pobreza y castidad. Esos votos Conviene el psicoanálisis a las mujeres, porque ellas
encuadran el goce más allá del falo. Sign iucan que ningún encarnan en la cultura, como dice Freud, a los sujetos que se
hombre puede estar al nivel de este goce, y que se necesita preocupan por la sexualidad, el amor, el deseo, el goce. Esos
nada menos que a Dios para eso. Y con el voto de pobreza, temas del psicoanális is son temas de mujeres. Es bastante
como propuesta de la Iglesia, se asume el no tener femenino. reciente, como fenómeno de masas, que los hombres se hacen
Por eso no es por azar que sea un autor católico como León cargo de esos temas. Además, la posición de objeto pequeño
Bloy quien haya podido escribir la novela La m 1jer pobre a les va bien también, en tanto exige flexibilidad con respecto
para ubicar la posición femenina fundamental. A partir de al fantasma del otro. Y al respecto quizás podamos decir algo
eso se podría ubicar tanto el origen del infinito, como de tas mujeres en análisis, pues et análisis les ofrece, al inicio,
también decir algo de la función del secreto. Ese secretl> un cierto descanso, un relevo, del semblante; un cierto
estructural de la palabra, en tanto hay algo que no se puede descanso de la captura que, en tanto objeto a, se ejerce sobre
decir, es un secreto que hay del lado de las mujeres. Y tanto ell as en el fantasma del hombre. Pues hay un cansancio en

98 99
eso, y sostenerse en ese lugar, cansa. Así el anúlisis ofrece a da la función fálica sino como más insistente. Se 111t ll' 11 11 11tri
las mujeres el de~canso que da delegar dicha posición al la insistencia de la función fálica. En cambio , ~' uno se 1t'l 11 11
analista.
.
También conviene a las mujeres ocupar el luoar b
de a Ja escritura dada por Lacan del deseo femenino, A (<p) .,
sujeto tachado, ese sujeto que experimenta su falta de iden- puede decir, aunque Lacan ha dicho muchas otras w sn'I
tidad. Hay casos que demuestran que pueden quedar tan después, que ya se puede leer en esa fórmula ta relación <.k ese
pegadas al papel de objeto a, que no lo pueden ceder al deseo, por un lado, con A, y por el otro con el falo. Ls decir.
analista, o que están tan acostumbradas al papel de sujeto por un lado, con algo· que Lacan repite en s.u semim_1rio
supuesto saber, que no pueden admitirlo en otro, y mucho Encore, que en las vías de ese deseo no figura el ob.1cto
l' menos si es un hombre, necesariamente un poco tonto. pulsional, sino que pasa por ;A, y p.or el otro, con el supuesto
objeto genital. De tal manera que, según Jo indican esas dos
.sin desarrollar esos temas, dificiles por su generalidad, fórmulas, en el momento en que un hombre er.cuentra las vías
quizás podría mencionar lo útil que sería pensar la función de su deseo, la función <l> se hace más insi~·~ente, mientras que
distinta del fantasma en hombres y mujeres. cuando se despliegan las vías de su d¡,-:seo para una mujer,
tiene la suerte de un acceso al Á , es decir, a saber que el Otro
En el deseo masculino, cuyo carácter, según Lacan, acen- no existe. De eso, a veces el cinis.no femenino nos da ya una
túa apenas el deseo perverso, pues para él se encuentra en anticipación, cuando hace recordar a los hombres que sus
cierta homología con el deseo perverso, los objetos son sublimaciones nada son en comparación con el goce, Yque
t~m~dos en el paréntesis de lo que se escribe Gran Phi, para se engañan con Jos semblantes. Son las mujeres quienes
s1g111ficar que acá está presente una voluntad de goce que recuerdan a los hombres que son engañados por los semblan-
necesita un fantasma. tes, y que esos semblantes no valen nada en comparación _con
lo real del goce. Es en esto que las mujeres son más amigas
Lacan lo ha escrito <l>(a). Es el primer modo en que ha de lo real que los hombres, y es de su lado que tienen acceso
escrito el deseo masculino, y donde figura el objeto a como mas fácil que los hombres a la verdad de que el falo no es tod?
objeto parcial, el objeto pulsional. Y podemos desplazar esa y es semblante. Evidentemente, como sujetos, pueden termi-
escritura a la escritura del fantasma, ahora como fantasma nar del lado de <l>, que es la.manera de escribir el postizo, Y
masculino, como Sv <l>(a), en tanto que el deseo masculino pueden inscribirse como sujeto del lado del pequeñ~ fi, es
se sostiene de semblantes falicizados. Y se experimenta con decir, cp(x), jugando al todo con el postizo, y escond1end~,
el análisis que al atravesarse los distintos niveles del fantas- por supuesto, el ~encarnándolo en un hombre castrado. Es
ma esa fórmula se concentra, y se subraya la función <l>, es decir, que un análisis del deseo femenino tomado en esta
decir, que al atravesar los distintos niveles del fan.tasma y al última dirección, puede desembocar en anular el)\ , Yeso
reducirlo al hueso, si puedo decir así. al reducirlo al hueso no hace surgir algo así como un monstruo que di ce: sé todo. 1·\

100 101
cua~do encaman esas figuras oraculares, como lo fue Ja
genial Melanie Klein en su tiernpo, que no dudaba de nada. Pero no siempre el pasante viene .pma dl t 11 q111 l 1 il11 1 1
ha realizado su voto. A veces viene a decir lo l'111111 .11111 qm
Pero si se escapa de esa vía, se puede decir que a una mujer la diosa en nada ha realizado su anhelo, qul· l.1 d 111 ·•' 1t 1
su d~seo la conduce "naturalmente" al ¡<, mientras que Ja rechazado sus pedidos y que queda sin rcali1arn111 In q111
función <I> hace obstáculo en el hombre a la reducción del falo había pedido al análisis. Pero si hace el pase, es p01 q111 h 1
al semblante. reconocido eventualmente haber aprendido que su voti 1
mismo era un voto de nada, oque Ja diosa que podía n.:al 11.11 lt1
Eso se descubre a veces a través del procedimiento del no existe. El pasante es el que se ha convencido, vcrdadl'1a-
pase. mente, de que no ohi.....i1 rá nada más de la diosa y que ya nada
puede esperar de ella. De modo que pide a otra diosa, la diosa
El pasante puede haber o no haber llegado al fin de su de la Escuela, que realice su anhelo de pe1enecer al registro
análisis según el jurado. Según él, (' -:1 lo menos seoún la de los anal istas de esa Escuela. En esta vertiente, es lo
experiencia francesa, se presenta al pasi.: si piensa qu;ya ha incurable Jo que constituye un mérito para la nominación: el
cerradosucuenta,yque la tiene cumplida; piensa que ya sabe acceso del sujeto, y su consentimiento, a lo incurable. Pero
lo q~e el psicoanálisis puede darle y hay algo, por Jo menos hay otros analizantcs que dan otro tipo de testimonio, el de
seg~n ~uestra experiencia en Francia que podemos llamar el que se han realizado sus votos y que la diosa les ha hecho un
sent1m1entode fin de análisis. El analizantesc presenta al pase regalo, les ha hecho un don. Los unos y los otros testimonian,
en el momento en que puede pensar que la diosa la diosa a su manera, que el psicoanálisis les ha curado de la falta de
psicoanálisis, le ha realizado su voto, y en ese ~1omento ser, pero no siempre de la manera que se esperaba.
presenta la joya obtenida del psicoanálisis a los supuestos
expertos para que evalúen si esa joya es verdadera o falsa. Es Para unos es por la identificación al síntoma.
un hecho que a través del pase se observa que los analizantes
cambian en el transcurso de la experiencia analítica: Jos Son los que no tienen más esperanza de deshacerse del
solteros se casan, los esposos se divorcian, las locas del síntomaynoesperan m~s. Sehantransformadoenel síntoma
cuerpo se acomodan, los obsesivos logran pensar a otra cosa, ellos mismos. Son su síntoma, y en ese caso el sentimiento
Y los angustiados gozan en paz. A veces no se puede saber si de fin de análisis traduce la puesta al desnudo del goce del
eso es debido al análisis o a la edad, porque a veces lo único síntoma, y es la revelación del goce de ese síntoma lo que pone
claro es que los analizantes envejecen: en Francia diez años fin a la falta de ser.
es un~ duración media del análisis, y en Argentina creo que
es mas. Para los otros, es por la travesía del fantasma.

102 103
Si para los primeros es por un sentimiento de n<.:cesidad
Y eso se presenta como una cuestión.
que se connota el acceso a lo imposible, para éstos últimos
hay como un afecto de libertad, es decir, de la posibilidad
Una vez reducidos todos los semblantes, l:s rn11111 -. 1 1
que da acceso a la contingencia. Cuando se termina del lado
quedase ese último haciendo pantalla al ,/\., hast•.1 d .p1111111 dl'
de la identificación al síntoma, hay como un sentimiento de
que se podría entender que, luego de la .Propos1c1<_Hl drl <1 /
necesidad, y de acceso a lo imposible. Del lado de la travesía
sobre el pase, defini do como atravesam1ento .del ~a11 1a ... 111.1,
del fantasma hay un afecto de libertad y de acceso a la
Lacan habría agregado, como fruto de su experiencia. c..:I 111111 1
contingencia. Aquí lo traducible en términos freudianos del
de análisis por identificación al síntoma.
atravesami ento del fantasma es la modificación como
flexibilización de la condición de amor que domina a las
elecciones de objeto. Puede ser que eso sea otro final de análisis. La ~ues t ió~l l ' '
si hay que reconocer, como final de anál isis, ese tipo de 1111:.11
de análisis en el que fi nalmente Ja función fálica pemrnnecc. St..:
Se puede decir que lo que el pase, visto del lado deljurado,
ve muy bien en las dos fórmulas de Lacan de so~rc la
enseña, al menos es mi conclusión, muy transitoria, es que hay
sexuación en esas dos fórmu las· del deseo masculino Y
una incidencia de la di ferencia sexual en cuanto al fantasma.
femenino.'que finalmente eso se reduce al términ? ~~imero. Y
Es decir, que hay una muy especial pregnancia del fantasma
la cuestión puede ser cómo se practica el analts1s .c~n la
en la sex uación del hombre; y a veces, lejos de que el fantasma
función <f> . Y que se practica, se practica, a veces con ng1dcz.
permita un atravesamiento del lado del deseo masculino se
si se puede decir, pero no si n honestidad, a v_eces con
observa, al contrario, como una compresión del mismo. No
brutalidad, o con un silencio de piedra, que no es sm efectos
sé .si ustedes conocen las obras del escultor francés César,
positivos. ¿Debemos reconocer como ~tro n~~do de.final d~
quien puede tomar toda una pila de coches y reducirla por
análisis, como otra modalidad, la ident1ficac1on al smtoma .
compresión para hacer una figura, como un cubo. Es un
cómo hacer un cubo de automóviles comprimidos. Pues
Freud había percibido que es así como se prolonga una
bien, del mismo modo hay un resultado posible del análisis,
neurosis obsesiva, hasta el punto de que la en ferm~dad no se
en cuanto al deseo masculino, en el que se observa una
tremenda compresión del fantasma, a la César. Como si por puede ya más distinguir de la cura. ~s lo que dice Freud
cuando dice que los síntomas terminan por representar
el atravesam iento se obtuviese, desnudo, el significante del
satisfacciones, y que esa significación -porque para Freud
goce, y el sujeto quedase como pegado a ese sioniticante
último. · 0 satisfacción es significación- esa si gn i fica~ión se vuelve
progresivamente la más importante. El sujeto busca sus
satisfacciones en sus síntomas.
104
105
1

detrás dei fantasma, no parece algo ohtrn 1lth • 11


1 1 . Seguramente lo más típico, lo ideal del pase, se busca a Eso a veces es dificil de evaluar a lrnVl'.., dl l 111111 .t ltll 111
nivel del.A, pero hay que decir que eso es del lado femenino del pase, pero contrasta sin duda con los l:Vl 11111111 1 11111
Y que Lacan ha privilegiado la salida del análisis del lad~
nios de desapari ción de la falta de Sl:r l:ll 1111111 11 "" 1
femenino, así como ha definido la misma posición dd analista surgimiento de algo que puede aparl:l:l:1 tk 1111 1111 1il t1
~n .afi nidad con la posición femenina, de tal manera que la ful gurante. En los hombres, en cambio, lonw d .1•. p1 1 111 il
ultima palabra podría ser: " l lombres, un esfuerzo más ... " . un lento trabajo de desgaste, más que de at1avl·..,,11111111l 11
fulgurante. Esto último se logra también en homb1l''> tH 111 1
como si Lacan hubiese aceptado que se podía lc1111111i11 d1•
Respuestas otra manera. Como un no más, no más all á, en la ídt:1111l 11 a
ción al síntoma. Incluso se puede pensaren qué es un si11111111 1
si el sujeto está identifi cado a él y no hay más quejas. No •,l '
P: En esta úl tima parte usted nos hablaba de varias formas entendería, por supuesto, un analizante que se presc11lasc ni
de finales de análisis. Y recordé que en el Seminario XXIV pase con quejas, y además, supuestame.n!e, si se q1 ~r1.1
Lacan mencion a el final de análisis como "savo.ir yfaireavec después, porque no ha sido nombrado, venftca a postc11oi 1
son symptome" . A mi me cxtrafiaba eso, porq ue en otro que tenían razón en no nombrarlo. Quizás en esto hay al_g.o
momento Lacan decía precisamente que final de análisis es la un poco sofista, pero lo inquietante es lo que Freud descr!~)C
travesía del fanta: rna, como ud. I~ destacó. ¿,Cómo compren- de la neurosis obsesiva, a saber, que a cierta altura lacuract011
der estas dos posiciones?
y la prolongación de la enfermedad no se dístinguen más,
porque el síntoma ya no se subjetiviza más como un elemento
JAM: Precisamente lo que he subrayado es que la última exterior al yo, a la personalidad. A veces hay que reconocer
palabra de Lacan sobre el final del anális i~ .1uizás
. no sea el que eso puede ser resultado del anál isis, es ~eci r, q~1e éste
a~ravcsamiento del fantasma. Y quizás se deba a que para acelera y complementa el trabajo de la neurosis obsesiva. Es
ciertos puntos de partida hay algo imposible, algo que no se algo que puede afirmarse y es el objeto d~ un debate
logra con los ''hombres''. Lo que se logra, al contrario, y con absolutamente actual. Por eso el final que tiene que ver
años de análi~is y reanálisis es una extraordinaria compresión, efectívamente, me parece, con reconocer el falo como sem-
como creencia en el falo que permanece insuperable. Esto blante, en qué es semblante, como semblante con respec~o al
impl ica también que las significaciones son cada vez más goce, se debe mirar y considerar del lado de la sexualidad
depuradas, más simplificadas, pero cada vez más intensas. Es femenina. Hay quizás razones sociológicas para el aumento
como una creencia, un pegamento cada vez más fuerte en las de la femin ización del psicoanálisis, pero qu izás hay no sólo
coordenadas del fantasma. Ir más allá, hacia la nada 9ue hay

106
107
razones sociológicas sino razones que tienen que ver con Jo categoría de semblante, y su difi cultad pa1.1 1111,111111 q11
que estoy, con no demasiado cautela, explorando esta noche. hemos aprendido por años a separar lo ima¡• 1111111 11 d1 111
simbólico, es que exige tomar una perspectiv;1 soln l 111 q111
P: Quería preguntar acerca de la definición de semblante hay de común entre los dos con respecto a lo real. ho l'" 111
con:io lo que tiene función de v~lar la nada, la relación de las que traduce la diferencia entre sign ificante y letra 1·1
mujeres al semblante y desde allí, qué relación habría con la significante es puro simbólico, mientras que la letra 1.:s
letra. La pregunta es, pues, sobre la relación entre semblante simbólico e imaginario, es decir, semblante. Lacan refiere en
y letra. ese momento la letra a lo real para interrogarlo. Se trata de
discernir lo real a partir del semblante de la letra.
JAM~ En fra ncés la lettre es a la vez la letra y la carta, de
tal manera que le podría responder con las cartas de André P: Quería preguntar algo que a mí me surgió siempre como
Gi de. Creo que la letra hace aparecer el carácter de semblante una incógnita pensando la posición de Antígona, y que ahora
del si~nificante. Cuando estamos a nivel del significante, considero podría servir para diferenciarla del acto de Medea.
pareciera qu~ hay una desimaginarización. A tal punto que Antíoona dice que está preocupada por recuperar, digamos,
Lacan ha podido pasar del uso clásico en análisis del símbolo el ho~or de su hermano. Me parece que estaría acentuando
donde era.,
como un mixto de simbólico e imaoinarioo '
a I~ más la posición del lado histérico, no tanto del lado del ser,
promoc1011 de la categoría de significante desimaoinarizando sino del lado del tener. Incluso llega a decir que lo terrible es
el s.h~1bolo. Serepresentabaalossímbolosapartirde imágenes lo que no se puede recuperar.
estilizadas, por supuesto, pero se mezclaban de imaginario.
Lacan dijo que se trataba de lo que hay en las computadoras JAM: No voy a improvisar un estudio comparativo, pero
que~o~ significantes, rasgos diferenciales, sin imágenes. N~ me parece •f'uy interesante pensar en esos términos. ,Hay en
son 1mag~nes, son el.ementos diferenciales, puro simbólico, y las dos un cierto más allá, pero es verdad que en Ant1gona el
enseñó as1 a generaciones de analistas a distinguir Jo imaoina- másalláesCrcón quien lo hace, es decir, que es él quien va mas
rio de lo simbólico, las imágenes del significante. Pero°vol- allá de las leyes. Y ella, en cierto modo, se presenta como
viendo a la letra, por supuesto que se reintroduce un elemento ct1idandoalgo, conservando algo. Pero, quizás, al final ella es
imaginario; por supuesto que se trata ahora también de quien entra en la zona desconoc ida.
caligrafía; por supuesto que el semblante, como mixto de
simbólico e imaginario, vuelve a primer plano con la función P: Me pareció en un momento que usted describía lo que
de la letra. Hay un arte de la letra. La letra puede ser bella, y plantea Levi-Strauss en Lo crudo y lo cocido, cuand? plantea
en todo eso se reintroduce el elemento imaginario que Lacan un universo masculino donde el elemento femenmo es el
había separado de lo simbólico. La importancia de Ja . elemento a "educar", porque no entraría en el conjunto

108 109

1
organ izado de las representaciones. Quiero retomar, para efectivamente, la represcnt ac1ú11 L·o11 l 11q111 \1t1
hacer honor al lado obsesivo que me corresponde, ese tema rio y de distinguir la verdadcia tk la 1.11 .11 1~11
de la representación, porque cuando usted planteaba el tema dicho, pero hay también un autor g.1 1l'l'.O q1111 1 ' 11 111 11
del tener, al respecto el ejemplo de Lacan es el obispo que llama a la mujer kibdelon kakon, L'S k 111 11111111 d 1 111 1
~erk~ley .. En efecto, Lacan dice que, en tanto idealista, el La moneda falsa que no tiene cq 1 1ivak11ll' 11111\1 1.111 l \ 1
idealista dice: yo tengo representaciones. Para Lacan hay que cierta percepción, una visión al sesgo de La 111111111111 1 1 11
subra~ar al~í la posición subjetiva del propietario. O sea que Lacan, diciendo La mujer no existe, no ha p1 ctc11d 1d11d11 11
en el 1deal1 srno Lacan subraya la posición del tener. Eso algo original. Ha pretendido dar la fórmula mús l'l't1111111111 1
pod~ía llevarnos a poner a las muj eres del lado realista, como más lógica, que ordena las tonterías del am or y las ltll lh 11.1
1 se ~ice comunmente, y nuestra prosopopeya femenino- mas- que se han dicho de las mujeres, entre ellas que se p11L'd:t d11 11
cul1110 no avai:zaría mucho, porque tendríamos la idea de que todo de ell as. La mujer no existe también dcn11111.: 1a 1''. 11 '
1
la burguesa tiene los pies en la tierra, y el hombre sueña. vuelve peligroso, digamos, hacer tipos de mujeres. 1lav q111·
E_ntonce~ habría que preguntarse cuáles serían los elementos hacer un catálogo que permanezca abierto. Por tanto, 1111 r •
'I de la época del análisis, no es con Freud, sino con l ,ara11 .
d1fercnciales que nosotros, desde el psicoanálisis, aportamos
a _lo ~uc las generac iones arrastran de representaciones ahora, que tenemos una fórmula completamente reducida del
cns_taltzadas en torno al significante varón y al significante discurso universal sobre las mujeres.
111LIJCr.
P: Quería relacionar lo que Ud. ha dicho acerca del rcspcll1
JAM: Se puede decir, quizás, de la filosofía inglesa, que y lo que Ud. planteó respecto al final del ~náli~is co~1~0
r~almente se ha desarrollado como una filosofía de propieta- identificación al síntoma. La pregunta es: ¿esa 1dent1ficac1011
rios. Sus comparaciones, esas metáforas explicitas en John <11 síntoma, al final de un análisis, no se podría relacionar con
f ,ock~. por ejemplo, donde realmente se trata de saber lo que una posición del analista que respeta demasiado ese sínto1 11a
uno tiene en su cabeza como lo que uno tiene en su caja, para en el paciente?
sacar de ella la moneda falsa, pues todo el problema de las
representaciones era evaluarlas para distinguir las verdaderas JAM: Es una idea linda, me parece: el respeto al síntoma.
de las fa lsas. Eso, en mi pasado como estudiante de filosofía Pero es dificil porque: ¿ qué es un síntoma?. Un síntoma
n~e hab ía in~eres.ado, así también como comparar esa psicolo~ a11a\ítico debe ser subjetivizado. Si el paciente no reconoce tal
g1a de prop1ctano con el interés que tuvo Locke por estudiar elemento como síntoma, el reconocimiento exterior. por parte
la moneda como economista. Hizo un tratado de economía del analista, no tiene que incluirse. O debe incluirse, en fin,
y, como un poco toda su época, se ocupaba por saber acerca siouiendo la dialéctica misma del caso. Si el sujeto n.o se
~

del nacimiento del papel moneda. Se trataba de comparar. queja, el síntoma no está constituido, y el respeto acá es no
forzar la inclusión del punto de vista del analista. Ahora, la
110 111
cuestión: ¿qué significa la identificación al síntoma? Nada,
que el sujeto deja de quejarse. Hay dos posibilidades: o es
porque no tiene más el síntoma, o porque ahora es su síntoma,
es decir, que ya no hay esa discrepancia que se evidenciaba
en la queja. De esto, que puede ser objeto de burla dentro y
fuera del ámbito analítico, Lacan ha hecho un concepto, al
decir que sí puedeserun resultado del análisis la disminución
de la distancia del sujeto con su síntoma. Es decir, que hay
un cierto consentimiento con su modo de gozar a través del
síntoma. Es otra cara del consentimiento, de la asunción de
la castración también, y puede ser una aceptación de lo
incurable, la constitución de lo incurable como tal. Pero
cuando es así, se puede decir que es una manera de terminar
un análisis en ta vertiente de la necesidad: no cesará de
escribirse. Del lado del atravesamiento del fantasma, en
cambio, hay como una alegría de la contingencia. Tenemos,
entones, análisis donde se puede decir que al final de la
partida no se produce un jaque mate, sino tablas. En este
último caso la partida termina porque no se puede terminar.
Y bien, la identificación al síntoma traduce algo de ese tipo
de final de la partida, y es una pregunta casi institucional
saber sí se puede o no confirmarlo. Es un debate.

Dcsgrabación y cor rección: J.C.lndart

112
1l

¿A que llamamos semblante?


Llamamos semblante a lo que tiene
función de velar la nada. En eso el velo
es el primer semblante y es un hecho
que, como lo testimonia la historia y la
antropología, es una preocupación
constante de la humanidad velar, cubrir
a las mujeres. En cierto modo se puede
decir que se cubre a las mujeres porque
La mujer no se puede descubrir.
De tal manera·que hay que inventarla.
En ese sentido llamamos mujeres a esos
sujetos que tienen una relación esencial
con la nada. Es una expresión prudente,
de mi parte, porque todo sujeto, tal
como Lacan lo define, tiene una
relación con la nada. Pero, en cierto
modo, esos sujetos que son mujeres
tienen una relación más esencial, más
próxima, con la nada.

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