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DESCENTRALIZACIÓN URBANA

El funcionamiento de la ciudad es un tema de permanente actualidad. La ciudad es un


organismo vivo, y como tal, o crece o mengua, no cabe el estancamiento por su misma
naturaleza.

El desarrollo de muchas ciudades históricas estuvo originado por un núcleo central


primigenio, que fue expandiéndose en mancha de aceite, es decir añadiendo capas o
coronas. Otro tipo frecuente de ciudad es la que experimenta un crecimiento en estrella, de
forma tentacular a lo largo de las vías de comunicación.

Esquema de una ciudad que inicia la descentralización


Entre los muchos esquemas urbanos que constituyen prototipos de ciudades, nos
fijaremos sólo en
algunos, teniendo en
cuenta que muchas
veces uno es evolución
de otro. Por ejemplo,
el esquema
radial (crecimiento
tentacular a lo largo de
las vías de
comunicación) es un
esquema básico que
muchas veces
evoluciona y da paso
al esquema
radioconcéntrico.

Cuando el crecimiento de
la ciudad alcanza determinada
magnitud se complica la
situación. Aumentan las distancias
entre distintos puntos de la ciudad.
Las vías de comunicación se saturan,
haciendo necesaria su ampliación o
la creación de vías
alternativas. Aumenta la población y
los equipamientos se quedan
pequeños. Aumenta la demanda de
servicios.

Si el proceso de crecimiento continúa sobre su esquema inicial, y la magnitud de


la ciudad desborda el soporte territorial inicial, que fue concebido para una ciudad más
pequeña, surgen los problemas de congestión. Ante esta situación caben diferentes caminos
o estrategias de planificación urbana.

Una de las formas de crecimiento natural de la ciudad es la conocida como en mancha de


aceite. La ciudad va ampliando su perímetro a costa del territorio circundante, aumentando
la capacidad de la red viaria, el tamaño y la cantidad de los equipamientos. Con este
esquema, los problemas de congestión no se solucionan sino que se agravan.
Otra forma de crecimiento más
evolucionada es
la descentralizada. La ciudad crece
de manera planificada y orgánica,
formando núcleos satélites alrededor
de los cuales se estructuran nuevas
unidades urbanas, con sus
propios centros urbanos que
aglutinan los equipamientos. La red
viaria se articula, especializa y
jerarquiza.

Crecimiento mixto, sucede cuando el núcleo principal crece por sí mismo (mancha de
aceite), y además se forman núcleos satélites (descentralización) en forma de malla urbana
o área metropolitana. En ciudades históricas, es muy frecuente que estos núcleos satélites
coincidan con pequeños núcleos históricos que han ido cayendo dentro del área de
influencia de la metrópoli.

Hay otros esquemas básicos de ciudades, como el itinerante, que corresponde a


núcleos urbanos de esquema lineal, generalmente surgidos a lo largo de un eje viario y en
un principio dependientes de él.
Las barreras urbanas, de las que hemos hablado en otro artículo, condicionan el
crecimiento de las ciudades, eliminando la posibilidad de crecimiento por determinados
territorios o en algunas direcciones. Típicas barreras son el mar, lagos, montañas, espacios
naturales protegidos, etc.

Esquema urbano de Santiago de Compostela

Santiago de Compostela, que tiene un esquema entre radioconcéntrico e itinerante, está


fuertemente condicionada por la topografía: las barreras urbanas se superponen a las
tensiones urbanas de crecimiento.
Foto aérea de Santiago de Compostela

MADRID. Analizando el caso de Madrid, vemos que en origen era una mera fortaleza, que
después dio paso a una ciudad tentacular, y más tarde a una ciudad típicamente
radioconcéntrica. Posteriormente ha tenido lugar un proceso paulatino de descentralización
en torno a pequeños núcleos, que han sido absorbidos por el área metropolitana, y poco a
poco se han ido convirtiendo en auténticas urbes.

En el plano anterior vemos un conjunto de núcleos que inicialmente eran pequeños pueblos
de los alrededores de Madrid, que a lo largo del siglo XX fueron incorporándose al área
metropolitana por efecto del crecimiento urbano de la capital:

1. Madrid capital (3 millones de habitantes)


2. Núcleo Alcorcón-Móstoles (375.000 hab.)

3. Núcleo Alcobendas-San Sebastián de los Reyes (200.000 had.)


4. Núcleo Coslada-San Fernando de Henares (130.000 hab.)
5. Núcleo Pozuelo de Alarcón-Majadahonda-Las Rozas (250.000 hab.),
6. Núcleo Getafe-Leganés-Fuenlabrada (560.000 hab.)
7. Núcleo Rivas-Arganda (135.000 hab.)
En las últimas décadas, estas urbes periféricas se encuentran inmersas en un proceso de
recualificación urbana que se centra, sobre todo, en los aspectos siguientes:

- Mejora de la imagen urbana gracias a la remodelación de espacios públicos y una mayor


calidad arquitectónica de los edificios.
- Mejora ambiental fomentando el transporte público, aumentando la dotación de espacios
libres, mejorando la gestión de residuos, etc.
- Mejora de la conectividad con los demás núcleos mediante un decidido desarrollo de la
red viaria y los sistemas de transporte metropolitano (metro, metro ligero y ferrocarril de
cercanías).
- Aumento y mejora de los equipamientos (escuelas, hospitales, centros culturales, etc) con
el apoyo del Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Madrid no tiene fuertes barreras urbanas, si exceptuamos el aeropuerto de Barajas (NE) y


el Real Sitio del El Pardo (NO), dos elementos de gran extensión que la ciudad a duras
penas logra sortear. Teniendo en cuenta el fuerte efecto gravitatorio de la ciudad de Madrid
sobre el entorno, estas dos barreras crean sendas zonas de "sombra" en el
crecimiento metropolitano.
En el plano de Querétaro de más arriba se observa una ciudad tentacular, con apoyo sobre
todo en la autopista federal, con un tímido inicio de descentralización en los núcleos de
Corregidora, al suroeste, y Juriquilla, al norte. Este último con áreas residenciales que giran
en torno a las universidades. Es preferible que los núcleos satélites de la ciudad se formen
en torno a núcleos históricos que les confieren identidad y carácter, aspectos que favorecen
el éxito.

El esquema urbano descentralizado en núcleos ordenados en malla y bien conectados, con


suficientes equipamientos urbanos, cada uno con diversos grados de autosuficiencia,
elimina muchas de las disfunciones inherentes a otros esquemas, reduce desplazamientos
pendulares, mejora la calidad de vida de los urbanitas, y parece colaborar en la
sostenibilidad de la ciudad.

Publicado 28th October 2015 por Miguel Velázquez

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