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Objetivo

El propósito principal de este libro es dar a conocer a


los creyentes que tienen el deseo de ser salvos, que
asistir a una iglesia o ser fiel a ella, no te llevara a la
entrada del reino de Dios en los cielos. Esta es la gran
equivocación de muchas personas que dicen ser
Cristianas. La seguridad de la salvación solo se puede
saber cuando el creyente conoce el camino de la verdad
y la vida, el Señor Jesús dijo: “y conoceréis LA
VERDAD, y LA VERDAD os hará libres” San Juan 8:32.
La realidad de muchos creyentes es que no conocen la
verdad, solo siguen a un conjunto de doctrinas
engañosas según las tradiciones de los hombres y no
según la verdad que está en el Señor Jesús y en sus
escrituras: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y LA
VERDAD, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
Juan 14:6. El Apóstol Pablo le dijo al joven Timoteo: “y
que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras,
las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por
la fe que es en Cristo Jesús.” 2 Timoteo 3:15. Cuando
usted comience a enseñar la verdad de Dios, debe
entender que tendrá muchos enemigos: “¿Me he hecho,
pues, vuestro enemigo, por deciros LA VERDAD?”
Gálatas 4:16. Hoy usted comenzara a explicar el
camino de la salvación siguiendo el deseo de Dios: “el
cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan
al conocimiento de LA VERDAD.” 1 Timoteo 2:4.
Las citas Bíblicas se han escrito textualmente para
facilitar el aprendizaje de cada doctrina, sin quitarle el
objetivo fundamental el cual es hacerlo sencillo y
comprensible para el creyente.
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Fredy J. Delgado M.

Acuérdense de quienes los han dirigido y les han


anunciado el mensaje de Dios; mediten en cómo han
terminado sus vidas, y sigan el ejemplo de su fe.
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. (Hebreos
13:7-8).

Dedicatoria

Primeramente a mi maestro y salvador Jesucristo, al


presidente de la Iglesia Pentecostal Unida de la
Argentina el Pastor Jorge Orueta por su apoyo y
confianza en este ministerio, pastor vicepresidente
Víctor Vega, su esposa e hijos quien con su
hospitalidad hicieron realidad el comienzo visionario de
DIOS en este hermoso país. Al IBA sus alumnos y su
director Pastor Adán Espinoza y familia, Pastor
Gustavo Pavón y familia. A todos los pastores que
componen la Iglesia Pentecostal Unida de Argentina
gracias por su apoyo incondicional.
A mi familia querida conformada por mi amada esposa
Gloria Vergara, mis hijas: Shelby, y Sharon Delgado.
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Contenido

La salvación
¿Cómo explicar el camino de la salvación?
1. Conocer el camino.
2. La necesidad de la salvación.
3. La perdición del pecador.
4. El Deber del Hombre Pecador.
a) Arrepentirse.
b) Recibir y creer en el nombre del Señor Jesús.
c) Proceder a bautizarte en agua en el nombre de
Jesús.

¿Para qué es el bautismo en el nombre de Jesús?


El bautismo es para perdón de pecados.
El bautismo es para lavar el pecado.
El bautismo es parte del nuevo nacimiento.
El bautismo lava y limpia la conciencia.
El bautismo es una muerte.
El bautismo es ponerse el nombre de Jesucristo, es
vestirse de Jesús.

Recibir el Espíritu Santo, hablando en lenguas:


- Una fuente de agua viva.
- Era como nacer de nuevo.
- Sería el consolador.
- El espíritu sería el poder de Dios en nosotros.

¿Quién puede recibir el espíritu santo?


- Pedro declaró que el espíritu santo era para
todos.

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- Dios da el espíritu santo a aquellos que le
obedecen.
- A los que se lo pidan.
- A los que tienen fe.

Testificar la salvación.
La certidumbre de la salvación.

La oración y el ayuno.
El deber de perseverar.
No dejando de congregarse.

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La Salvación

Cuando los cristianos hablamos de salvación nos


estamos refiriendo a una eterna liberación espiritual,
creo que esta es la mejor definición de salvación.
Secularmente la salvación es la liberación de un peligro
o un sufrimiento y salvar es liberar o proteger. Todas
estas definiciones las podemos ver en Jesús, él nos dio
la libertad de muchas formas y maneras, en la salud, o
preservación, liberación física y espiritual, etc. Las
escrituras registran muchas libertades realizadas por
nuestro Dios y salvador Jesús el Cristo, en su vida
terrenal. Por eso predicar el plan de salvación es una
orden para todo Cristiano, es nuestra misión principal
aquí en la tierra. Esta debe estar basada en Hechos
2:38, “…Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros
en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados;
y recibiréis el don del Espíritu Santo.” es decir
arrepentimiento, bautismo en agua en el nombre de
Jesús, y la llenura del Espíritu Santo con la evidencia
de hablar en nuevas lenguas. Siendo también
importante la santidad y en el conocimiento de una
serie de doctrinas en el proceso de la salvación en el
creyente, perseverancia que debe ser hasta el final de
todas las cosas.

El arrepentimiento, el bautismo en agua en el nombre


de Jesús, y la llenura del Espíritu Santo, es lo que le
permite al hombre vivir una verdadera vida de
santidad. Hay que perseverar y luchar por la salvación,
ya que esta es regalada, pero una vez recibida es

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nuestra responsabilidad luchar contra todo aquello
que nos la quiera arrebatar:

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi


trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi
Padre en su trono.” (Apocalipsis 3:21).

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las


iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la
vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”
(Apocalipsis 2:7).

“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y


no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su
nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.”
(Apocalipsis 3:5).

Hay varios textos bíblicos que nos advierten lo


importancia de la salvación. Hay mucha gente que se
sigue preguntando qué es lo que tienen que hacer para
obtener este tesoro maravilloso como lo es la salvación,
como sucedió en la primera predicación de la iglesia
apostólica, algunos de los oyentes se conmovieron de
corazón y preguntaron a los apóstoles que era lo que
tenían que hacer para ser salvos. Entonces "Pedro les
dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y
recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:37-38). La
declaración del apóstol Pedro, reflejaba las palabras
dichas por el Señor Jesús, acerca del plan de salvación
que Dios tenía en mente para el periodo de la gracia (o
de la Iglesia). "Respondió Jesús: De cierto, de cierto te

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digo, que el que no naciere del agua de agua y del


Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios" (Juan 3:5).
Para cumplir el plan Bíblico de salvación, una persona
debe nacer de nuevo sintiendo dolor por su pecado a
través del arrepentimiento, llegando a tomar la
decisión de lavarse de todos esos pecados invocando
en su vida mediante el bautismo el nombre de Jesús,
para luego ser templo del espíritu santo de Dios, como
lo enseña as sagradas escrituras:

“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que


los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.”
(Proverbios 28:13).

“Porque la tristeza que es según Dios produce


arrepentimiento para salvación, de que no hay que
arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce
muerte.” (2 Corintios 7:10).

“Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y


bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.”
(Hechos 22:16).

“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de


Dios mora en vosotros?” 1 Corintios 3:16.

Tenemos que ser sepultado juntamente con Jesús el


Cristo por el bautismo en su nombre: “Porque somos
sepultados juntamente con él para muerte por el
bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados
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juntamente con él en la semejanza de su muerte, así
también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo
esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado
juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea
destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. ”
(Romanos 6:4-6), y resucitando a una nueva vida
recibiendo el regalo del Espíritu Santo por medio de la
fe:

“Más vosotros no vivís según la carne, sino según el


Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.
Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.”
(Romanos 8:9).

“Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el


Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?”
(Gálatas 3:2).

Todo esto con la evidencia de hablar en otras lenguas


como el Espíritu de Dios le dé que hable: “y se les
aparecieron lenguas repartidas, como de fuego,
asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos
llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en
otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”
(Hechos 2:3-4).

Además de oír la palabra de Dios, hay cuatro cosas que


un ser humano debe hacer para recibir la vida eterna.
Arrepentirse, ser bautizado en el nombre de Jesús, y
recibir el Espíritu Santo, debe perseverar hasta el fin.
“Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre;
mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.”

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(Marcos 13:13). Perseverar hasta el fin requiere


fidelidad hasta el fin, como en el caso de Pablo, quien
le dijo a Timoteo: “He peleado la buena batalla, he
acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7).
Obviamente, esto no es una tarea fácil; se ha dispuesto
que sea difícil, desafiante y, a la larga, purificante,
conforme nos preparemos para regresar a vivir con
nuestro Padre Celestial y recibir bendiciones eternas.
Como lo dijo el sabio Salomón “Teme a Dios y guarda
sus mandamientos porque esto es el TODO del hombre”
(Eclesiastés 12:13), esto es todo lo que debemos hacer
para vivir felices hoy y aun después de la muerte, gozar
la eterna es la felicidad de vivir a lado de Jesús.

¿Se puede perder la salvación?

Lógicamente que sí, las escrituras mencionan aquellos


cristianos que se apartaron de la fe para seguir los
deseos engañosos del mundo u hicieron afrenta al
Espíritu Santo: Ananías y Safira, Alejandro el
calderero, Figelo y Hermógenes. Todos ellos perdieron
la salvación.

“Más evita profanas y vanas palabrerías, porque


conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra
carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y
Fileto, que se desviaron de la verdad…” (2 Timoteo 2:16-
18).

“Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el


Señor le pague conforme a sus hechos.” (2 Timoteo
4:14).
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“Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que
están en Asia, de los cuales son Figelo y Hermógenes.”
(2 Timoteo 1:15).

“Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu


corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y
sustrajeses del precio de la heredad?... Y Pedro le dijo:
¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He
aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu
marido, y te sacarán a ti. (Hechos 5:3 y 9).

¿Perdieron Ananías y Safira la salvación que habían


adquirido? Para responder esta pregunta podemos leer
con cuidado en siguiente texto: “Y os digo que todo
aquel que me confesare delante de los hombres,
también el Hijo del hombre le confesará delante de los
ángeles de Dios; Más el que me negare delante de los
hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. Y
todo aquel que dice palabra contra el Hijo del hombre, le
será perdonado; mas al que blasfemare contra el
Espíritu Santo, no le será perdonado.” (Lucas 8:8-10).

Las Sagradas Escrituras describe muchas personas


que fracasaron en su vida espiritual, desperdiciando el
llamamiento y elección que Dios les había dado para
que fueran parte de su pueblo y lograrán su salvación
eterna, ellos se desligaron de Jesús: “De Cristo os
desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia
habéis caído” (Gálatas 5:4).

¿Qué significa “desligasteis”? Desligarse, es decir,


separarse, romper las ligaduras que atan,

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distanciándose; desvincularse; despegarse. Me desligo


de Fulano. O sea, me aparto de él. Estaba unido a él,
compartiendo y colaborando con él, pero ya no, pues
me desligué de él. Estas personas se desligaron de
Jesús, lo abandonaron y se entregado nuevamente al
mundo: “Porque si pecáremos voluntariamente después
de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no
queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda
expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de
devorar a los adversarios.” (Hebreos 10:26-27). Por eso
es importante cuidar, ocuparnos, no descuidar la
salvación: “… ocupaos en vuestra salvación con temor y
temblor” (Filipenses 2:12). Pienso y creo que la
salvación si se puede perder si nos descuidamos y le
fallamos a Dios.

Quiero resumir este tema con estas palabras del


apóstol amado Juan “Al que venciere, le daré que se
siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y
me he sentado con mi Padre en su trono.” (Apocalipsis
3:21). Solo los que venzan estarán con Jesús y serán
coronados, si esto es así que se espera para los que
fracasaron, pues las sagradas escrituras dicen que una
horrenda expectación de juicio y de hervor. Todas estas
cosas las saben los creyentes en el Señor Jesús, los
problemas que se están presentando en la iglesia de
hoy es que no saben cómo explicar el proceso de la
salvación, por esta causa se ha escrito este libro, que
espero sigas leyendo.

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¿Cómo explicar el camino de la Salvación?

Con estos estudios les voy a enseñar cómo explicar el


camino de la salvación, es algo que todo creyente debe
conocer, su misión será llevar al pecador a la verdad,
para que sea libre de la condenación del pecado,
mediante el camino único y verdadero, usted y yo
fuimos llamados para emprender esta carrera hermosa
de trabajo de enseñar, redargüir, corregir, para instruir
en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra, usando
la inspiración de Dios escrita por el hombre en las
sagradas escrituras, que es nuestra guía más segura.
Gua que debe ser confirmada por el Espíritu Santo de
Dios, el guía de la verdad, resumida en estos dos textos
bíblicos:

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para


enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra.” 2
Timoteo 3:16-17.

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a


toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta,
sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las
cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque
tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el
Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo
hará saber.” Juan 16:13-15.

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El conocimiento de la verdad por medio de la guía del


Espíritu Santo es indispensable en la vida de todo
creyente, muchas veces pensamos que con asistir a
una iglesia ya somos salvos, ya estamos bien, pero la
verdad es que asistir a una iglesia no salva nadie.
Podemos ser fieles a esa iglesia, podemos congregarnos
en ella y estar posiblemente equivocados en su
doctrina. Usted puede que este enseñando la mentira,
puede que este guiando a otros a la esclavitud y
condenación de sus almas, por no ser participes de la
sana doctrina, Pablo dijo: “Pero tú habla lo que está de
acuerdo con la SANA DOCTRINA.” Tito 2:1. No podemos
enseñar una doctrina enferma, porque contagiaremos a
muchas personas de esta gran enfermedad de la
mentira, siendo guías de destrucción en vez de
salvación. Usted debe predicar es la verdad, en medio
de una generación que dejara la sana doctrina para
seguir sus concupiscencias, apartando el oído de la
verdad, este es el consejo de Pablo a Timoteo: “Te
encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que
juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación
y en su reino, que prediques la palabra; que instes a
tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta
con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo
cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo
comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a
sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad
el oído y se volverán a las fábulas. ” 2 Timoteo 4:1-4.
Como creyentes debemos entender que la verdad es la
que hace libre a las almas pecadoras, el Señor Jesús
dijo: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres.” San Juan 8:32.
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Hoy en día vemos que hay muchas iglesias, pero no
todas enseñan la verdad, la verdad es la que nos
santifica, el señor Jesús dijo: “Santifícalos en tu
verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al
mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo
me santifico a mí mismo, para que también ellos sean
santificados en la verdad. ” Juan 17:17-19.

La verdad es la que muchos creyentes no han podido


entender, como paso con Pilato, le dijo: “Qué es LA
VERDAD? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los
judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.” Juan
18:38.

La verdad es la única que te puede hacer libre, la sana


doctrina es la única guía por medio del Espíritu Santo
que puede llevarte a la salvación eterna.

Para que el espíritu santo llegue a recordarle todo lo


que ha de decir se hace imperioso estudiar las normas
establecidas por nuestro gran Dios y salvador
Jesucristo. Querido hermano si usted no sabe para
dónde va, como pues llevaras a otros por el buen
camino correcto de la salvación. Esta fue unas de las
situaciones que enfrento Tomas: “Le dijo Tomás: Señor,
no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber
el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad,
y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan14:5-
6).

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Para que usted pueda enseñar el camino de la


salvación correctamente se hace necesario seguir los
siguientes pasos:

1. Conocer el camino.

Es importante saber el camino, para saber


correctamente para donde vamos, Tomás tenia esta
inquietud y es por eso que le hace esta pregunta a
Jesús: ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Quizás
hoy día hay muchos creyentes que todavía desconocen
el camino de la salvación. Para conocer el camino es
necesario saber correctamente en qué consiste el
mensaje del evangelio, es necesario conocer el camino
para llegar al cielo, donde esta nuestro gran Dios y
salvador JESUCRISTO. El evangelio nos mostrara el
camino, pero también por medio de él conoceremos las
condiciones o la realidad que estás viviendo y la
necesidad de salir de esa vida de pecado. El
evangelizador debe mostrar estas verdades mediante
las sagradas escrituras que son nuestra guía segura y
eficaz.
Muchas veces pensamos que los guías más seguros
son los que tienen muchos estudios bíblicos, pastores
y maestros, etc. Pero la realidad es que estamos muy
equivocados, porque la guía más segura es la palabra
de Dios, el ejemplo más claro trata de el pueblo de
Berea, ellos a pesar de las enseñanzas del apóstol
Pablo, buscaban en las escrituras si lo que él, estaba
enseñando era lo correcto: “Y éstos eran más nobles
que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la

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palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las
Escrituras para ver si estas cosas eran así.
Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de
distinción, y no pocos hombres.” Hechos 17:11-12.

Recordemos que Satanás tiene iglesias, pastores, que


ministran con el engaño, espíritus que han salido por
el mundo enseñando la mentira, guiando a muchos
creyentes por el falso camino:

“Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza


como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus
ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo
fin será conforme a sus obras.” 2 Corintios 11:14-15.

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los


espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas
han salido por el mundo.” 1 Juan 4:1.

Cuando un creyente conoce el camino de la verdad,


podrá llevar a la libertad a muchas almas, por eso
podemos entender que asistir a una iglesia y ser fiel a
ella no salva a nadie, la salvación viene por el
conocimiento del camino de la verdad y la vida, el
Señor Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la
vida…” Juan 14:6. Las ovejas seguirán el camino
correcto, si oyen la voz de la verdad: “De cierto, de
cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de
las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y
salteador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de
las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen

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su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y


cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante
de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no
conocen la voz de los extraños.” Juan 10:1-5. La
realidad es que hoy en día te presentan muchas
puertas falsas, y son muchos los creyentes que entran
por ellas, es mejor que veas la verdad y escuches al
buen pastor y no de los extraños.

2. La necesidad de la salvación.

En cada paso hay que instruir a la persona con quien


se está hablando. Recuerde lo que el espíritu santo le
dijo a Felipe: Acércate y júntate. De esta manera es más
fácil decir. ¿Entiendes lo que lees? ("Y el Espíritu dijo a
Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe,
le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes
lo que lees? Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me
enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con
él." Hechos 8:29,31). Ser sensibles a la voz de Dios es
importante, porque él es quien añade a la iglesia a los
que han de ser salvos.

Tres cosas que debes aprender es tener tiempo para


escuchar, tener paciencia, y memorizar los textos
bíblicos en el conocimiento del evangelio, Felipe nos lo
enseño: “El pasaje de la Escritura que leía era este:
Como oveja a la muerte fue llevado; Y como cordero
mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su boca.
En su humillación no se le hizo justicia; Mas su
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generación, ¿quién la contará?
Porque fue quitada de la tierra su vida. Respondiendo el
eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién
dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro?
Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde
esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Y yendo
por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco:
Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?
Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y
respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de
Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al
agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.” Hechos 8:32-38.

Es importante estudiar y explicar cada versículo que a


continuación vamos a ver, lo recomendable es lograr
memorizarlos, esto despertara más la curiosidad en el
alma que está instruyendo, llevándola a la realidad del
pecado y a la necesidad de una solución, la cual es el
evangelio de nuestro Señor Jesús:

"Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay


quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se
desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga
lo bueno, no hay ni siquiera uno. “(Romanos 3:10,12).

"por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la


gloria de Dios" (Romanos 3:23).

"Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada


cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el
pecado de todos nosotros." (Isaías 53:6).

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"Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas


nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos
todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos
llevaron como viento." (Isaías 64:6).

"Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo,


que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de
Dios." (Juan 3:3).

"El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree,


ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre
del unigénito Hijo de Dios." (Juan 3:18).

“y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es


pecado." (Santiago 4:17).

El conocimiento de las sagradas escrituras en saber los


textos correctos que necesita conocer la persona, para
satisfacer sus dudas y poder guiarlo a ese deseo de su
necesidad de salvación fue lo que Felipe hizo, y es lo
que nosotros debemos aprender también.

3. La perdición del pecador.

La condenación del pecador es inevitable y terrible.


Según la ley “la paga del pecado es la muerte” esta
muerte y juicio se extienden a todos los hombres “por
cuanto todos han pecado”. El hombre está muerto en
sus delitos y pecados, pues las iniquidades del hombre
hacen separación entre él y Dios. Amigo Dios juzgará
pronto a todos los pecadores y a todas sus acciones

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incluso las más secretas. Saber explicar por medio de
los textos bíblicos correctos a una persona necesitada
es lo más recomendable, solo así serás un buen guía
en el camino de su salvación, vemos estos textos:

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un


hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a
todos los hombres, por cuanto todos pecaron." (Romanos
5:12).

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de


Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro."
(Romanos 6:23).

"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino


contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones
celestes." (Efesios 6:12).

“Y de la manera que está establecido para los hombres


que mueran una sola vez, y después de esto el juicio"
(Hebreos 9:27).

"Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados;


porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados
moriréis." (Juan 8:24).

“El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el


pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo;
la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del
impío será sobre él." (Ezequiel 18:20).

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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR

“Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y


homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y
todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que
arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda."
(Apocalipsis 21:8).

Solo el señor Jesucristo, nuestro dios perdona el


pecado.

El perdón del pecado es una de las mayores gracias


que el Señor nos puede conceder. El perdón de los
pecados ha quedado ya adquirido por Cristo para aquel
que acepte su persona y sacrificio en el calvario. El
cordero de Dios ha quitado el pecado del mundo. Su
sangre nos purifica de todo pecado. “por cuya herida
fuisteis sanados” tu herida de pecador necesita ser
sanada en el conocimiento de Dios y su amor:

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que


siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros."
(Romanos 5:8).

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado


a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16).

“Porque también Cristo padeció una sola vez por los


pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios,
siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en
espíritu" (1 Pedro 3:18).

“quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo


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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR
sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a
los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida
fuisteis sanados." (1 Pedro 2:24).

“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo:
He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo." (Juan 1:29).

“Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo


recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme
a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al
tercer día, conforme a las Escrituras" (1 Corintios 15:3,
4).

“¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se


ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual
renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay
parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin
atractivo para que le deseemos. Despreciado y
desechado entre los hombres, varón de dolores,
experimentado en quebranto; y como que escondimos de
él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió
nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por
herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de
nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros
curados." (Isaías 53: 1-5).

Este amor que os lleva a la sanidad absoluta de


nuestra vida de pecado, es lo que el Señor quiere para
cada persona que no conoce esta verdad. Por eso es
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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR

indispensable llevarla al conocimiento de este camino


de limpieza y salvación de todas las enfermedades de
este mundo, pues por sus llegas fuimos nosotros
curados.

La perdición del pecador en las enfermedades del


mundo, solo pueden ser curadas por la sangre preciosa
de nuestro Señor Jesús, quien murió por nuestros
pecados, para limpiarnos de toda esta maldad.

4. El Deber del Hombre Pecador.

Todo pecador después de oír la palabra de Dios y creer


en el evangelio solo le queda un camino para su
salvación y es repudiar al pecado y entregar su vida a
Dios mediante el arrepentimiento. Veamos de una
forma más explicativa el deber del pecador:

a) Arrepentirse: El diccionario Larouse define


arrepentimiento como “pesarle a uno el haber hecho o
no una cosa. Apesadumbrarse del pecado con el deseo
de cambiar, tomar la decisión de cambiar nuestros
caminos”.

Podemos definir el arrepentimiento como la traducción


de una familia de palabras que indican un retorno,
cambio de parecer, o un repudio del pecado para
regresar a Dios.

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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR
Arrepentimiento es la traducción de dos palabras
griegas:

“Metamellomai”: significa ser contristado, sentirse mal,


apesadumbrarse.

“Metaneo”: Significa pensar diferente, cambiar de


mente, propósito u opinión.
Ejemplo: " Porque aunque os contristé con la carta, no
me pesa, aunque entonces lo lamenté; porque veo que
aquella carta, aunque por algún tiempo, os contristó.
Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino
porque fuisteis contristados para arrepentimiento;
porque habéis sido contristados según Dios, para que
ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte. Porque
la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento
para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la
tristeza del mundo produce muerte." (2 Corintios 7:8,10).
Aquí se usa ambos términos, el apóstol Pablo aquí se
está refiriendo a una carta que escribió a los Corintios
diciéndoles que él no había tenido un cambio de mente
(Metaneo), aunque después lamento el hecho de tener
que escribirla (Metamellomai).

El arrepentimiento conlleva a tres pasos importante:

1. Detener y apartarse del pecado, esta separación


debe ser de corazón (emociones) y de mente
(pensamiento): Metaneo. Y solo se podrá ver por medio
de sus frutos dignos: “Haced, pues, frutos dignos de
arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros
mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os
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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR

digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de


estas piedras.” Mateo 3:8-9. Juan el Bautista veía que
las personas se detenían y querían apartarse de sus
pecados, pero la realidad era que no renunciaban a sus
creencias o a su antigua manera de vivir, actuar y
pensar.

2. Un espíritu de cambio de pensamiento que aborrece


el pecado, esto testifica de un deseo de apartarse del
viejo hombre y vivir como una nueva criatura que odia
el pecado y tiene un deseo de vivir en santidad,
renovando el Espíritu de la mente carnal: “si en verdad
le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme
a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada
manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en
el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de
la verdad.” Efesios 4:21-24. El deseo de vivir en
santidad se demuestra con los hechos, conforme a la
verdad de Dios y no conforme a sus creencias pasadas,
sometiéndose a su proceso de renovación, hasta el
conocimiento pleno: “y revestido del nuevo, el cual
conforme a la imagen del que lo creó se va renovando
hasta el conocimiento pleno” Colosenses 3:10.

El arrepentimiento de cambio de pensamiento y actitud


Espiritual te llevara a la conversión, que es l única
manera para que sean borrados todos tus pecados,
recibiendo en tu vida la misericordia de Dios:

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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR
“Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con
todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y
lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros
vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque
misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande
en misericordia, y que se duele del castigo.” Joel 2:12-
13.

“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean


borrados vuestros pecados; para que vengan de la
presencia del Señor tiempos de refrigerio” Hechos 3:19.

3. Tener un espíritu que respeta y honra a Dios en la


santidad y en la verdad. Dios le dijo a Abraham: “Yo
soy el Dios todo poderoso camina ante mí y se perfecto”
y de nuevo dice “Sed santo porque yo soy santo”.
El que se ha arrepentido, cambia de actitud, es
sumiso, y tiene un continuo deseo de aprender, de
crecer y sobre todo, tiene pasión por verdad y la
santidad, en el temor de Dios, la biblia dice:
“y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la
justicia y SANTIDAD de la verdad.” Efesios 4:24.

“Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas,


limpiémonos de toda contaminación de carne y de
espíritu, perfeccionando la SANTIDAD en el temor de
Dios.” 2 Corintios 7:1.

“Seguid la paz con todos, y la SANTIDAD, sin la cual


nadie verá al Señor.” Hebreos 12:14.

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El verdadero arrepentimiento tiene probablemente los


resultados más evidentes de cualquiera de las grandes
doctrinas de la Biblia, El resultado del arrepentimiento
es la libertad de la condenación del pecado y de la
alegría de una conciencia limpia delante de Dios,
veamos algunos:

La primera es que Dios nos persona en Cristo Jesús:


("Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, como Dios también os
perdonó a vosotros en Cristo." Efesios 4:32). Nos dio
vida perdonándonos todos nuestros pecados ("Y a
vosotros, estando muertos en pecados y en la
incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente
con él, perdonándoos todos los pecados " Colosenses
2:13).

2. Para dar a Israel arrepentimiento y perdón de


pecados ("A éste, Dios ha exaltado con su diestra por
Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y
perdón de pecados." Hechos 5:31).

La segunda entender que en Jesús, es quien tenemos


perdón de pecados: ("en quien tenemos redención por su
sangre, el perdón de pecados." Colosenses 1:14).

La tercera es que en el creyente debe tener obras


dignas de arrepentimiento: " Ahora me gozo, no porque
hayáis sido contristados, sino porque fuisteis
contristados para arrepentimiento; porque habéis sido
contristados según Dios, para que ninguna pérdida

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padecieseis por nuestra parte. Porque la tristeza que es
según Dios produce arrepentimiento para salvación, de
que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo
produce muerte.
Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido
contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en
vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué
ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os
habéis mostrado limpios en el asunto.” 2 Corintios 7:9-
11. Para un mayor entendimiento resumamos estas
siete obras, que son:
1. Solicitud cuidado de no pecar.
2. Defensa limpiándole de toda culpa.
3. Indignación odiando al pecado.
4. Temor de Dios y la consecuencia del pecado.
5. Ardiente afecto de ser justo y obedecer a Dios.
6. Celo por trabajar por Dios y su reino.
7. Verificación usando en el sentido de hacer justicia
castigando el pecado.

b) Recibir y creer en el nombre del Señor Jesús: el


hombre cuando está en libertad de elegir, se conforma
con olvidar el pasado y no se preocupa mayormente
por sus pecados. Por cierto que no se siente hostilidad
hacia Dios por culpa de su pecado. La Biblia nos dice
muy claramente que el amor que Jesús siente hacia el
hombre nunca varía a pesar de lo que el hombre pueda
hacer, por eso recibir y creer en el Señor Jesús es
importante, por ejemplo:

Recibirlo en la casa: “He aquí, yo estoy a la puerta y


llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a
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él, y cenaré con él, y él conmigo." (Apocalipsis 3:20).

Recibirle y cree su nombre: “Más a todos los que le


recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son
engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de
voluntad de varón, sino de Dios." (Juan 1:12,13).

Conocerle cuando obre en tu vida: “Entonces le


preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y
anda?" (Juan 5:12).

Si tienes dudas y no sabes lo que lees busca a quien te


pueda explicar: “Acudiendo Felipe, le oyó que leía al
profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? El
dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a
Felipe que subiese y se sentara con él.” Hechos 8:30-31.

Así, podrás estar seguro del siguiente paso que vas a


dar.

c) Proceder a bautizarte en agua en el nombre de Jesús: Lo


primero que un creyente debe entender es que hay
muchos conceptos herrados respecto al bautismo,
entender que el Nuevo Testamento habla del Bautismo
de Juan, el Bautismo del nombre de Jesucristo y el
bautismo del Espíritu Santo.

No olvidemos las advertencias de la Palabra de Dios:

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros

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tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a
espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1
Timoteo 4:1)

“Porque se levantaran falsos Cristos, y falsos profetas, y


harán grandes señales y prodigios, de tal manera que
engañaran, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo
24:24).

Hoy en día podemos ver a muchos creyentes que se


bautizaron incorrectamente, pues hay pastores que
enseñan el bautismo falso, hoy usted va a realizar el
bautismo que lo llevara a la verdad de Dios y no a la de
los hombres y sus tradiciones, la biblia dice: “Mirad
que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas
sutilezas, según las TRADICIONES de los hombres,
conforme a los rudimentos del mundo, y no según
Cristo” Colosenses 2:8. El apóstol Pablo siguió estas
tradiciones equivocadas enseñadas por sus padres: “y
en el judaísmo aventajaba a muchos de mis
contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso
de las TRADICIONES de mis padres.” Gálatas 1:14 .
Para llegar a conocer el verdadero bautismo,
comenzaremos con el aprendizaje de la palabra
bautismo:

Bautismo: del griego “baptidzo”, intensivo de “bábto” y


sus derivados: sumergir en el agua, introducir en el
agua, “louo”: bañarse y “nipto”: lavar con agua.
El bautismo es la puerta de entrada a la comunidad
del nuevo pacto, que permite a los que pasan por ella
experimentar los beneficios de dicho pacto. Juan el

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Bautista insistió en que se bautizarán los judíos y


Cristo se sometió al Bautismo con el cual inicio su
identificación pública con los pecadores, identificación
que culminó en la cruz:

“Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser


bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le
respondió: Deja ahora, porque así conviene que
cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús,
después que fue bautizado, subió luego del agua; y he
aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios
que descendía como paloma, y venía sobre él." (Mateo
3:14,16).

“Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret


de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y
luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al
Espíritu como paloma que descendía sobre él. Y vino
una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado;
en ti tengo complacencia." (Marcos 1:9,11).

" Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba,


también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió,
y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal,
como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres
mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. " (Lucas
3:21,22).

Ahora usted se debe preguntar: ¿Cómo debemos ser


bautizados?

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Los relatos Bíblicos que se refieren al bautismo nos
enseñan que las personas que fueron bautizadas
fueron sumergidas en el agua (inmersión) y no
simplemente rociadas o lavadas (aspersión) como
vemos en varias iglesias en el mundo.

Lo correcto es por inmersión: Esta es la acción de


introducir o introducir algo en un fluido. También se
puede definir como la acción de introducir o
introducirse plenamente en un ambiente determinado.
(Esta clase de bautismo fue practicado por la iglesia
primitiva), veamos:

“Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando


desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Y
yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el
eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea
bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien
puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el
Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron
ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. Cuando
subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a
Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su
camino." (Hechos 8:35,39).

“Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque


había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados."
(Juan 3:23).

Estás escrituras demuestran que allí había agua


suficiente para sumergir las personas que eran
bautizada.

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En resume el bautismo Cristiano consiste en una


ceremonia en la cual el creyente es sumergido en agua
mientras se invoca el nombre de Jesucristo para el
perdón de sus pecados. El bautismo en el nombre de
Jesús es parte fundamental del plan de salvación
establecido para la verdadera iglesia cristiana: “Pedro
les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros
en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados;
y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38). El
bautismo cristiano es un mandamiento bíblico que
debe observar toda persona que se ha arrepentido
previamente de sus pecados y que desea la salvación
provista por Dios: “Y les dijo: Id por todo el mundo y
predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y
fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será
condenado.” (Marcos 16:15,16).

¿Para qué es el bautismo en el nombre de Jesús?

He visto que la gente creyente se bautiza sin saber


para qué es el bautismo o qué significado tiene el acto
que está haciendo, alguien pregunto:
¿Por qué tenemos que ser bautizados? Hay muchas
razones bíblicas para el Bautismo; veamos algunas:

El bautismo es para perdón de pecados: ("y que se


predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón
de pecados en todas las naciones, comenzando desde
Jerusalén." (Lucas 24:47)… "Pedro les dijo: Arrepentíos,
y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el
don del Espíritu Santo." (Hechos 2:38).
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El bautismo es para lavar el pecado: ("Cuando el
centurión oyó esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo:
¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano
romano." (Hechos 22:16)… “Y esto erais algunos; mas
ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya
habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y
por el Espíritu de nuestro Dios. " (1 Corintios 6:11).

El bautismo es parte del nuevo nacimiento: ("Había un


hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un
principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y
le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como
maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú
haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo:
De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo
viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre
de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que
no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el
reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y
lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.“(Juan 3:1, 6).

El bautismo lava y limpia la conciencia: ("El bautismo


que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las
inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una
buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de
Jesucristo " (1 Pedro 3:21)… "y aun aquí tiene autoridad
de los principales sacerdotes para prender a todos los
que invocan tu nombre." (Hechos 9:14).

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El bautismo es una muerte: ("¿O no sabéis que todos


los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos
sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados
juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de
que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros andemos en vida nueva."
(Romanos 6:3,4)… “sepultados con él en el bautismo, en
el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la
fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos."
(Colosenses 2:12).

El bautismo es ponerse el nombre de Jesucristo, es


vestirse de Jesús:

“porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo,


de Cristo estáis revestidos." (Gálatas 3:27).

“sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para


los deseos de la carne. " (Romanos 13:14).

“y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el


cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y
ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios. " (2
Timoteo 2:19).

“¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado


sobre vosotros? " (Santiago 2:7).

"Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro


nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos." (Hechos 4:12).

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¿Cuándo debemos ser bautizados?

Inmediatamente después del arrepentimiento: ("Pedro


les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros
en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados;
y recibiréis el don del Espíritu Santo." (Hechos 2:38),…
"Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia
de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el
Jordán, confesando sus pecados." (Mateo 3:5,6).

¿Cuál nombre debe invocarse al ser bautizados y quien


lo ordeno?

Invocar: Este término en la Biblia significa “llamar a,


llamarse de, poner sobre ó ponerse”, por lo tanto
“invitar o citar (por nombre)”, “invocar el nombre”, se
encuentra en Génesis 4:26. "a Set también le nació un
hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres
comenzaron a invocar el nombre de Jehová."
En Mateo 28:19 Jesús dijo que bautizaran “en el
nombre del padre, del hijo y del espíritu santo”, en
Hechos 2:38 el espíritu santo a través de Pedro nos
dice que nos bauticemos “en el nombre de Jesucristo”.
¿Es esto una contradicción?. Una observación
cuidadosa de estos dos textos revelará que (ni padre, ni
hijo, ni espíritu santo) son nombres, estos son títulos
que describen diferentes manifestaciones de un solo
Dios, además debemos leer cuidadosamente
observando que después de cada título hay una coma
(,) dándonos a entender que el nombre (que está en
singular) le pertenece al padre y al hijo y también al
espíritu santo, que no son tres diferentes personas,

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sino tres manifestaciones del mismo y único Dios que


existe. Cuando somos bautizados en el nombre de
Jesucristo, hemos cumplido lo que el señor dice en
Mateo 28:19.

El único patrón verídico de la verdadera fórmula


bautismal se encuentra en la palabra de Dios y no en
las opiniones o tradiciones de los hombres. El apóstol
Pablo en su segunda epístola a Timoteo nos dice que
toda la escritura es inspirada por Dios ("Toda la
Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar,
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a
fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra." (2 Timoteo 3:16,17),
además a los discípulos les fue dado saber los misterio
del reino de los cielos "Entonces, acercándose los
discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por
parábolas? El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros
os es dado saber los misterios del reino de los cielos;
mas a ellos no les es dado." (Mateo 13:10,11) cosa que
aplicaron. Veamos: El cumplimiento del mandato de
Jesús en Lucas 24:47 se encuentra en Hechos 2:38:
“y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y
el perdón de pecados en todas las naciones,
comenzando desde Jerusalén." (Lucas 24:47).

"Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de


vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. " (Hechos
2:38).

Tres mil personas recibieron la palabra y fueron


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bautizadas (hechos 2:41). ¿Cómo? Como Pedro les
acabada de decir en Hechos 2:38 ¡En el nombre de
Jesucristo!

"Así que, los que recibieron su palabra fueron


bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil
personas." (Hechos 2:41).

“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de


vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo " (Hechos
2:38).

En Samaria fueron bautizados en el nombre de Jesús:


("Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el
evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se
bautizaban hombres y mujeres. También creyó Simón
mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con
Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se
hacían, estaba atónito. Cuando los apóstoles que
estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había
recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a
Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para
que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún no había
descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente
habían sido bautizados en el nombre de Jesús." (Hechos
8:12,16). A la casa de Cornelio y sus amistades,
quienes acababan de recibir el espíritu santo, mando
Pedro bautizarle en el nombre de Jesús ("Mientras aún
hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó
sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la
circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron
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atónitos de que también sobre los gentiles se derramase


el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban
en lenguas, y que magnificaban a Dios. Entonces
respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua,
para que no sean bautizados estos que han recibido el
Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó
bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le
rogaron que se quedase por algunos días." (Hechos
10:44,48). A los discípulos en Éfeso quienes habían
sido bautizados usando la fórmula de Juan el Bautista,
Pablo los dirigió a volverse a bautizar en el nombre del
señor Jesús " Aconteció que entre tanto que Apolos
estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las
regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos
discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando
creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si
hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues,
fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de
Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de
arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en
aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el
Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el
nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo
las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y
hablaban en lenguas, y profetizaban. Eran por todos
unos doce hombres." (Hechos 19:1-7). Los creyentes del
N.T siempre eran bautizados en el nombre de
Jesucristo ¡no hay un solo lugar que indique que
alguien alguna vez fue bautizado usando los títulos
padre, hijo y espíritu santo sobre ellos!

“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro


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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR
nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos. " (Hechos 4:12).

“Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya


habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en
el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro
Dios." (1 Corintios 6:11).

“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho,


hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando
gracias a Dios Padre por medio de él." (Colosenses
3:17).

¿Por qué tantos bautizan en los títulos padre, hijo y


espíritu santo sino es Bíblico?

Hay aquellos que preguntan “¿Por qué tantos bautizan


en los títulos padre, hijo y espíritu santo sino es
bíblico?”. Según crecía la iglesia, no solo se levantaron
falsos maestros, sino que muchas personas mal
entendieron las enseñanzas de la Biblia. De esto
muchas ideas erróneas fueron desarrolladas.
Cuando el concilio de Nicea se reunió en el 325 DC la
fórmula bautismal trinitaria fue adoptada. De este
tiempo en adelante, la doctrina trinitaria fue abrazada
y la fórmula bautismal en los títulos gano
preeminencia entre los creyentes de aquella era. Fue
inmediatamente después de este concilio que la iglesia
católica empezó a ganar mucha influencia entre el
mundo cristiano, y aún en el mundo de la política. Por
los siguientes 1200 años la iglesia católica estuvo sin
rival. Fue entonces que Martín Lutero empezó lo que
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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR

tiempo después fue conocido como el tiempo de la


reformación protestante. Lutero y otros mantuvieron la
fórmula trinitaria pero empezaron apartarse de otras
creencias y demás tradiciones de la iglesia católica.
Muchos de estos grupos aún siguen usando Mateo
28:19 como base para el bautismo, aunque los
católicos no practican por inmersión sino por
aspersión.

Robert M. Grant en su libro “un solo Dios y los dioses”


dice: “al principio los bautizos eran hechos en el
nombre de Jesús. Después se hicieron en el nombre
del padre, del hijo y del espíritu santo...el bautismo
cristiano en el libro de los hechos es en el nombre de
Jesús”.

Recibir el Espíritu Santo, hablando en lenguas

La palabra espíritu proviene de la palabra griega


PNEUMA que significa espíritu. Así que el espíritu
santo es el espíritu de Dios. Así que si a un discípulo le
hace esta pregunta ¿Qué es el espíritu santo?, creo que
no va a responder que es la tercera persona de la
trinidad, como lo hacen hoy en día muchas personas
que no han entendido los misterios de Dios y de Cristo.
El Espíritu Santo es Dios mismo, entendiendo que en
ninguna parte de las escrituras dice que es la segunda
o la tercera persona de la trinidad, les aclaro.
En muchos diferentes lugares de las sagradas
Escrituras el espíritu santo es descrito como:

Una fuente de agua viva: ("Respondió Jesús y le dijo: Si


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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR
conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice:
Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el
pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?
¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos
dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus
ganados? Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que
bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que
bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás;
sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de
agua que salte para vida eterna." Juan 4:10,14).

Era como nacer de nuevo: ("Había un hombre de los


fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los
judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí,
sabemos que has venido de Dios como maestro; porque
nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no
está Dios con él.
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de
Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer
siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el
vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De
cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y
del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que
es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del
Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os
es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde
quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene,
ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del
Espíritu." Juan 3:1,8).

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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR

Sería el consolador: ("Y yo rogaré al Padre, y os dará


otro Consolador, para que esté con vosotros para
siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no
puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros
le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en
vosotros." Juan 14:16,17).

El espíritu sería el poder de Dios en nosotros: "pero


recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en
toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."
(Hechos 1:8).

"Más vosotros no vivís según la carne, sino según el


Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.
Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está
muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa
de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los
muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los
muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros
cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros."
(Romanos 8:9,11).

"Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en


un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres;
y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu." (1
Corintios 12:13).

"Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual


fuisteis sellados para el día de la redención." (Efesios
4:30).
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"el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras
del Espíritu en nuestros corazones." (2 Corintios 1:22).
"a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al
cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír."
(Isaías 28:12).

"Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para


estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el
espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba,
Padre!" (Romanos 8:15).

"Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi


oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo
les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no
conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios,
y procurando establecer la suya propia, no se han
sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es
Cristo, para justicia a todo aquel que cree." (1 Corintios
10:1,4).

¿Quién puede recibir el Espíritu Santo?

Dios ha hecho promesas condicionales a aquellos que


desean el espíritu santo. Cuando estas condiciones son
cumplidas, cualquiera puede recibir el espíritu santo.
Dios no hace excepción de personas, sino que dará el
espíritu santo a aquellos que se lo pidan ("Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará
el Espíritu Santo a los que se lo pidan?" Lucas 11:13).

Ve las siguientes escrituras acerca de lo que dice la


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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR

Biblia. Donde Dios prometió derramar su espíritu


sobre toda carne, sobre los hijos, sobre los siervos y
sobre las siervas:

"Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda


carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas;
vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes
verán visiones." (Joel 2:28).

“Más esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los


postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu
sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas
profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y
vuestros ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre mis
siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré
de mi Espíritu, y profetizarán." (Hechos 2:16,18)

Pedro declaró que el espíritu santo era para todos:


("Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque
para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y
para todos los que están lejos; para cuantos el Señor
nuestro Dios llamare." Hechos 2:38,39).

Dios da el espíritu santo a aquellos que le obedecen:


("Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y
también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que
le obedecen." Hechos 5:32).

Los de Samaria, el Etiope y la gente en Azoto también


recibieron el espíritu santo: ("Cuando los apóstoles que
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estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había
recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a
Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para
que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún no había
descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente
habían sido bautizados en el nombre de Jesús.
Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu
Santo. " Hechos 8:14,17).

Cornelio y los que estaban en la casa recibieron el


espíritu santo: ("Mientras aún hablaba Pedro estas
palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que
oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que
habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que
también sobre los gentiles se derramase el don del
Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en
lenguas, y que magnificaban a Dios. Entonces respondió
Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que
no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu
Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles en
el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se
quedase por algunos días." Hechos 10:44,48).

Dios da el Espíritu Santo a los que se lo pidan: “Pues si


vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará
el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Lucas 11:13.

Dios da el Espíritu Santo a los que creen y oyen la


palabra de Dios con fe:

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“Esto es lo único que quiero averiguar de vosotros:


¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír
con fe?” Gálatas 3:2,

“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de


verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo
creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la
promesa” Efesios 1:13.

Testificar la salvación

El apóstol Pablo es una ejemplo respecto a este tema


“Testificar” Seamos honestos: Testificar requiere valor
(agallas: valentía y a veces aún un poco de audacia).
Con tanta ciencia, tanta educación y tanta
“inteligencia”... nos da vergüenza decir: “Cristo murió
por sus pecados y quiere salvar su alma”. Si queremos
poder decir con Pablo que “no nos avergonzamos del
evangelio”, tenemos que entender lo que él entendió... y
así actuar conforme a este entendimiento. “Porque no
me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios
para salvación a todo aquel que cree; al judío
primeramente, y también al griego. “ (Romanos 1:16). No
me avergüenzo del evangelio porque entiendo lo que yo
puedo hacer: ¡Yo puedo testificar... anunciar el
evangelio... predicar el mensaje de las buenas nuevas!
No me avergüenzo porque la Biblia dice que cada vez
que yo hago esto, Dios le da al pecador la fe para creer
el mensaje y ser salvo (arrepintiéndose y poniendo esa
fe en Cristo). Si él no quiere creer, es porque está
resistiendo al Espíritu Santo y rechazando el claro
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testimonio de Dios. Así que, yo puedo decir con Pablo
que “no me avergüenzo del evangelio” por qué...?:

1. Entiendo lo que es el evangelio:


a. Es la comunicación del mensaje de la muerte y la
resurrección de Cristo. ¡Sencillo!
b. Esta “comunicación” es el poder de Dios (¡es un
milagro cada vez!) para salvación.

2. Entiendo la situación de todos:


a. Todos necesitan la salvación (¿cómo es posible no
tener compasión de ellos?).
b. Todos pueden ser salvos si creen (si se arrepienten
para poner su fe en el Señor Jesucristo).

3. Entiendo lo que yo puedo hacer... o sea, entiendo mi


parte: Testificar / Anunciar / Predicar.
Un discípulo es un testigo: El término gr. “martyr”
(testigo) designaba a los confesores de la fe que
derramaban su sangre como sello a su testimonio,
como Esteban y Antipas:

"y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu


testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía
en su muerte, y guardaba las ropas de los que le
mataban." (Hechos 22:20).

"Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el


trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has
negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi
testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora
Satanás." (Apocalipsis 2:13).

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Por lo tanto es confesando con la boca que llegamos a


la salvación:

“a los cuales envió a Jope, después de haberles contado


todo. Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino
y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea
para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y
quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le
sobrevino un éxtasis" (Romanos 10:8,10).

"porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a


fin de que no vengan ellos también a este lugar de
tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas
tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham;
pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se
arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés
y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno
se levantare de los muertos." (Lucas 16:28,31).

“De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos


hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no
recibís nuestro testimonio." (Juan 3:11).

“No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí


me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son
malas." (Juan 7:7).

“Y con otras muchas palabras testificaba y les


exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa
generación." (Hechos 2:40).

“Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y


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testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez
de vivos y muertos. De éste dan testimonio todos los
profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán
perdón de pecados por su nombre." (Hechos 10:42, 43).

Por lo tanto, sólo nos queda una pregunta por


responder y la encontramos en la carta a los Romanos
10:14 dice “¿Cómo oirán sin haber quien les predique?”
No hay por qué avergonzarnos del evangelio. Así que...
testifiquemos.

La certidumbre de la salvación

La certidumbre es un cambio de relación o posición


con respecto a Dios. Tiene que ver con las relaciones
que fueron dañadas por el pecado y estas relaciones
son personales. Definiéndola estrictamente es el hecho
judicial de Dios por el cual los que confían en Dios son
declarados libres de culpa y castigo “yo sé en quien he
creído y estoy seguro que es poderoso para guardar mi
depósito para aquel día” “mientras tanto esperamos al
salvador, al señor Jesucristo” “Algunos que dudan
convencedlos” San Judas 22-23.

"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios


por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien
también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la
cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de
la gloria de Dios." (Romanos 5:1, 2).

"De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es,


cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los
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que la oyeren vivirán." (Juan 5:25).

"Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me


avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy
seguro que es poderoso para guardar mi depósito para
aquel día." (2 Timoteo 1:12).

"Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde


también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo"
(Filipenses 3:20).

"¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una


salvación tan grande? La cual, habiendo sido
anunciada primeramente por el Señor, nos fue
confirmada por los que oyeron" (Hebreos 2:3).

"A algunos que dudan, convencedlos." (Judas 22).

Estos seis puntos muestran claramente el camino de la


salvación, camino que todo buen cristiano debe
conocer para estar mejor preparados y así cumplir la
gran comisión dada por nuestro gran Dios y salvador
JESUCRISTO. Para salir al campo blanco hay que
estar preparados y que mejor forma de hacerlo que
recibiendo los buenos consejos ya expuestos con
anterioridad.

Dios les siga bendiciendo

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La Oración y el Ayuno

La oración y el ayuno van unidos para un propósito


específico, Jesús nuestro señor y Dios nos da una de
las claves para ser más poderosos contra nuestros
enemigos Espirituales, esta es la forma más segura
para fortalecernos en Dios y en el poder de su fuerza.
Hermanos tenemos un sin número de enemigos
espirituales que buscaran la manera de alejarnos de la
presencia de Dios, ellos son incorpóreos, lo que nos
indica que usaran otras personas para causarnos
daños. Las Sagradas Escrituras mencionan muchos de
estos enemigos que andan en manada, ellos son los:
1. Principados.
2. Potestades.
3. Gobernadores de las Tinieblas.
4. Huestes espirituales de maldad.
Podemos alimentar nuestra fe con la oración y el ayudo
para hacer frente a estas cantidades de enemigos que
buscaran dañar al pueblo de Dios. Nuestras palabras
pueden ser más efectivas cuando buscamos a Dios en
oración y ayuno, Jesús dijo: “Pero este género no sale
sino con oración y ayuno” Mateo 17:21.

Hermanos un creyente no podrá mantener un


ministerio poderoso sin una vida de oración y ayuno.
La oración es uno de los temas más mal entendidos.
Sin embargo es uno de los temas más fáciles de
aprender y practicar. Se cree que la oración debe ser
triste, larga, dificultosa y llena de aflicción, etc. ¡Esto
no es así! Un buen evangelista busca la dirección y el
consejo de Dios mediante la comunicación y esta

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comunicación la llamaremos la oración.

Ahora preguntémonos ¿Qué es orar?

Orar es comunicarse (hablar) con Dios. Tú no necesitas


estar en cierto lugar o en alguna posición en particular
para orar. No tienes que tener tus manos juntas solo
repitiendo ciertas palabras en credo. Orar es
simplemente tu diciendo a Dios lo que está en tu
corazón, mente y alma. Cuando te dispongas a ganar
almas para Dios, aunque todas son de él, es
importante e indispensable pedir su consejo, recuerde
que no debemos depender de nuestras fuerzas y de la
capacidad del orador. Lo más importante es tener el
fuego encendido en todo nuestro ser.

Otra pregunta importante seria ¿Para qué es la


oración?

Los cristianos somos llamados a una vida de


dependencia de Dios en oración, mientras se enfrenta
en este mundo contra un enemigo mañoso, astuto, y
sagaz, en una tremenda lucha espiritual. La oración
debe ser pronunciada en el nombre de JESUCRISTO,
sin él, ningún pecador puede tener acceso ante el
señor, el creyente que ama el hacer discípulo debe
tener presente lo siguiente con respecto a la oración:

1/ La oración acerca tu espíritu más a DIOS: Cuando


oras, te estás acercando más a Dios (Santiago 4:8 dice:
“Acercaos a Dios, y él se acercara a vosotros.
Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble
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ánimo, purificad vuestros corazones”). Según te acercas
más a Él, serás hecho conforme a su semejanza.

2/ La oración cambia tu actitud: Tú no puedes


permanecer en la presencia de Dios y guardar odio,
envidia, contienda, etc. Él es amor y cuando tú oras,
ese amor afecta tus pensamientos y tus acciones.
Otros quieren contagiar a otros con oraciones respecto
al dinero y los deleites. Cosas por las cuales Dios dice
que pedís mal, es importante que cambies de actitud:
“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es
amor” (1 Juan 4:8). Si alguno dice: Yo amo a Dios, y
aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no
ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar
a Dios a quien no ha visto? (1 Juan 4:20). Otros piden
mucho a Dios pero no lo hacen correctamente,
Santiago dijo: "Pedís, y no recibís, porque pedís mal,
para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:3).

3/ La oración evita que seamos tentados por el


maligno: Hazte la pregunta ¿Qué es la tentación? la
tentación conforme a las escrituras es un deseo, una
atracción de la carne hacia las cosas del mundo, a los
placeres temporales. Es un deseo que nubla nuestro
entendimiento hasta cegarlo, haciéndolo ceder al
pecado y poniendo así una agonía y tristeza a nuestro
espíritu y una cadena a nuestra alma. Si nos damos
cuenta de las consecuencias la única beneficiada es la
carne, aparentemente en ese momento así, recordemos
que cuando caemos en la tentación segamos las
consecuencias trayéndonos a nuestras vidas infinidad
de aflicciones, tales como: desanimo, tristeza, actos

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pecaminosos, codicia, avaricia, mentiras, robo,


desobediencia, chismes, celos, lujurias, borracheras,
vicios, etc. Hermanos la única arma efectiva para no
caer en la tentación es la oración. Jesús lo demostró en
el texto siguiente: (Jesús oro toda la noche por que al
amanecer sería entregado para ir a la cruz):

“Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y


dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo
oro. Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y
comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo: Mi
alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y
velad. Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y
oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y
decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti;
aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo
que tú. Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro:
Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora?
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el
espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es
débil” (Marcos 14.32–38).

“No nos metas en tentación, sino líbranos del mal”


(Mateo 6:13).

4/ La oración afecta a nuestro enemigo. Tus oraciones


tienen un gran impacto en el reino del mal. Con la
oración tenemos poder sobre los demonios. Aún el
demonio más poderoso tiene que salir cuando los
discípulos de Dios oran:

“Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado,


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entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara
que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al
día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo
solía hacer antes” (Daniel 6:10).

“Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz


triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios
tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido
librar de los leones? Entonces Daniel respondió al rey:
Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el
cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen
daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante
de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo” (Daniel
16:20,22).

“Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y


todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de
Jehová que estaba arruinado. Y tomando Elías doce
piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de
Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová
diciendo, Israel será tu nombre, edificó con las piedras
un altar en el nombre de Jehová; después hizo una
zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas
de grano. Preparó luego la leña, y cortó el buey en
pedazos, y lo puso sobre la leña. Y dijo: Llenad cuatro
cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y
sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo
hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la
tercera vez, de manera que el agua corría alrededor del
altar, y también se había llenado de agua la zanja.
Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se
acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham,

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de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios


en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato
tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová,
respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh
Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de
ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el
holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el
agua que estaba en la zanja” (1 Reyes 18:30,38).

5/ La oración cambia las decisiones del cielo: Ezequías


oro y cambio la mente de Dios. Él iba a morir pero su
oración le añadió 15 años a su vida:

“Él le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su


regazo, y lo llevó al aposento donde él estaba, y lo puso
sobre su cama. Y clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios
mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has
afligido, haciéndole morir su hijo? Y se tendió sobre el
niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios
mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él.
Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a
él, y revivió. Tomando luego Elías al niño, lo trajo del
aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías:
Mira, tu hijo vive” (1 Reyes 17:19,23).

“En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y


vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová
dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.
Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y
dijo: Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria
de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro
corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y
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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR
lloró Ezequías con gran lloro. Y antes que Isaías saliese
hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a
Isaías, diciendo: Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi
pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo
he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que
yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. Y
añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta
ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta
ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi
siervo. Y dijo Isaías: Tomad masa de higos. Y
tomándola, la pusieron sobre la llaga, y sanó” (2 Reyes
20:1,7).

6/ La oración afecta a otros: Tus oraciones tocan el


corazón de otros. Tus oraciones hacen que Dios se
mueva a llenar las necesidades de otros, algunos no
oran por sí mismos y tus oraciones son lo único que
está entre ellos y el enemigo: "¿Está alguno enfermo
entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y
oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del
Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor
lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán
perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y
orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración
eficaz del justo puede mucho. Elías era hombre sujeto a
pasiones semejantes a las nuestras, y oró
fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la
tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el
cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto." (Santiago
5:14,18).

Un ejemplo especial: Mateo 6:6 dice: "Mas tú, cuando

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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR

ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu


Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo
secreto te recompensará en público." Esto no significa
que literalmente te metas a un cuarto a orar. Sino que
es necesario que vayas a un lugar donde puedas estar
a solas con Dios. Durante tu devoción personal no ores
donde otros pueden oír. Este es un tiempo cuando tú
derramas tus deseos y pensamiento más profundos.
Tus temores, tus deseos y necesidades delante de Dios.
Aprende a orar todos los días, los grandes hombres y
mujeres de la Biblia eran personas que oraban
fervientemente todos los días. Nuestro hermano Pablo
nos dice: "orad sin cesar" (1 Tesalonicenses 5:17).

Es importante orar a Dios, y oramos en todo momento


tiempo, pero hermanos para que usted adquiera un
poder temeroso, poderoso y dañino para el enemigo,
tenemos que acompañar la oración con el Ayuno.

El ayuno

Un verdadero ayuno te llenara de poder, de seguridad,


y gozo. Hoy en día muchos hermanos no ayunan
correctamente, ellos creen que ayunar es dejar de
comer o aguantar hambre. Es decir muchos hermanos
salen a trabajar en sus empresas y dicen que están en
ayuno. Este no es un verdadero ayuno.

Tenemos un verdadero poder con Dios cuando


ayunamos si estamos siguiendo su mandamiento.
Cuando un creyente se niega a sí mismo y enfoca su
amor, adoración, fe, y obediencia solamente en Él. El
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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR
ayuno es una herramienta muy eficaz para que el
cristiano tenga madurez y fortaleza espiritual, pues nos
ayuda a conectarnos bien con Dios y a tener plena
confianza en Él.

El ayuno por lo general lo definen en dejar algún


hábito por cierto periodo, para dedicarle ese tiempo al
Señor tanto en oración, como a la lectura de las
Escrituras. Comúnmente se deja de comer la comida
física, para comer la comida Espiritual. Así que yo creo
que en el ayuno nunca de deja de comer. Lo entiendo
así, ya que aunque se deja de comer la comida física,
nos alimentamos con la comida que Dios nos da la
cual es Espiritual. Este es un pan que nos llena de
poder y por medio de ella adquirimos el beneficio de
Dios. Jehová le dijo a Moisés: “… no solo de pan vivirá
el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Jehová
vivirá el hombre.” (Deuteronomio 8:3). Y cuando Jesús
volvió del Jordán y fue llevado al desierto por el
Espíritu por cuarenta días, no comió nada en aquellos
días en los cuales estuvo ayunando, Satanás sabía que
tenía mucha hambre y le tentó diciéndole que hiciera
que las piedras se convirtieran en pan, por lo cual el
señor Jesús le dijo: Escrito esta: No solo de pan vivirá el
hombre, sino de toda palabra de Dio. (Lucas 4:4).

Aquí vemos en Jesús una enseñanza maravillosa,


quien antes de empezar su ministerio se retiró al
desierto y ayuno por 40 días sin alimento alguno. Este
ayuno era uno de preparación y fortaleza. El propósito
del ayuno es negar los placeres físicos en busca de un
crecimiento Espiritual y de una comunión profunda

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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR

con Dios. Usualmente, las personas que ayunan tienen


un motivo o un enfoque especial que presentan en
oración. Porque es un sacrificio muy personal en
adoración a Dios.

La Biblia enseña que el ayuno se haga sin la persona


llamar mucha atención a su acto y así evitar buscar
gloria para sí mismo. Esto es lo que ordenó el Señor
Jesucristo en Mateo 6:16-18 que dice: "Cuando
ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque
ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres
que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y
lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que
ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre
que ve en lo secreto te recompensará en público" es
decir usted debe estar a solas con Dios, acompañando
ese ayuno de la oración y la lectura de la palabra de
Dios, alimentando su Espíritu del verdadero mana.

En la Biblia vemos que personas ayunaban bajo


distintas circunstancia, en diferentes formas y por
diferentes razones. Por ejemplo en el libro de Daniel
vemos que él ayunó por lo menos dos veces. La
segunda vez lo hiso por 21 días limitándose a comer
legumbres solamente. Él quería saber cuándo era el
tiempo en que iba a terminar el exilio de Israel en
Babilonia. Al terminar, Dios le respondió con una gran
visión mostrándole la historia del mundo y de los reyes
de ese tiempo.

En Mateo 17: 14-20 Jesús dice que algunos batallas


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espirituales solo se vencen con el ayuno. Hechos 13
empieza con los apóstoles orando, buscando dirección
antes de salir hacia Chipre. Otros, como la profetiza
Ana en Lucas 28, ayunan para mantener una
comunión constante con Dios.

Un ayuno puede durar varias horas, un día entero de


24 horas, unos cuantos días o unas cuantas semanas.
Esto depende de la condición de salud y la disposición
que tenga el creyente.

Para que un ayuno sea sincero debe de costarle algo al


que este ayunando.

¿Porque debe ayunar un discípulo o un creyente?

Qué bueno que te hagas esta pregunta, porque es


necesario tener un gran motivo para realizar el ayuno,
veamos los siguientes:

1/ Por envío de misioneros: “Había entonces en la


iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros:
Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de
Cirene, Manaén el que se había criado junto con
Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor,
y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a
Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.
Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron
las manos y los despidieron.” (Hechos 13:1-3).

2/ Para sacar la incredulidad de la iglesia: “Preguntado


por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios,

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les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con


advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he
aquí el reino de Dios está entre vosotros” (Lucas 17:20-
21).

3/ Por un avivamiento: “Todos éstos perseveraban


unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con
María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hechos
1:14).

¿Cómo debe ayunar un creyente?

Esto es muy importante, y la razón es que muchos no


saben cómo se debe ayunar, veamos las siguientes
recomendaciones con sus textos bíblicos:

Lo primordial de un ayuno es la oración: hoy en día


vemos que las que más ayunan son las mujeres y la
biblia habla de una mujer que era viuda la cual serbia
en el templo y ella lo hacía con oraciones: “era viuda
hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del
templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y
oraciones. (Lucas 2:37).

4/ Confesión: “El día veinticuatro del mismo mes se


reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y
tierra sobre sí. Y ya se había apartado la descendencia
de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie,
confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus
padres” (Nehemías 9:1-2).

5/ Lamento: “Por eso pues, ahora, dice Jehová,


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convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y
lloro y lamento.” (Joel 2:12).

6/ Humillación: “El día veinticuatro del mismo mes se


reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y
tierra sobre sí” (Nehemías 9:1).

Peligros que un discípulo debe evitar en el ayuno:

a/ Alardes: Me refiero a la Exhibición vanidosa de una


cualidad u lo que hace una persona cuando presume
con orgullo de sus cualidades, como por ejemplo hacer
de conocimientos “Cuando ayunéis, no seáis austeros,
como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros
para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os
digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando
ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro” (Mateo 6:16-
17).

b/ Contiendas: “¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste


caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por
entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno
buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros
trabajadores. He aquí que para contiendas y debates
ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no
ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo
alto” (Isaías 58: 3-4).

Todo esto nos indica lo importante que es hacer


ayunos, o porque cree usted que los que se llaman
testigos de Jehová desaparecieron de su Biblia el texto
bíblico de Mateo 17:21 que dice: “Pero este género no

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sale sino con oración y ayuno.” Satanás sabe quiénes


son los que les pueden hacer daño, seamos obedientes
a la palabra de Dios y ayunemos seguidamente.
Hermanos espero que tú ayuno este acompañado de la
oración a solas con nuestro gran Dios y salvador
Jesucristo.

Mi señor y Dios les continué bendiciendo

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No dejando de congregarse

“no dejando de congregarnos, como algunos tienen por


costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto
veis que aquel día se acerca.” Hebreos 10:25.

La costumbre de no congregarse es un gran problema


para los creyentes ENCADENADOS, Dios por medio de
las escrituras nos advierte que es una necesidad y
debemos exhortar a los que no se están congregando.
Esta palabra “exhortándonos” significa que debemos
amonestar, alentar con palabras y ruego a los
creyentes que no se están congregando a que lo hagan
porque la venida del Señor Jesús esta cerca.

Pero la realidad es que algunos creyentes no están de


acuerdo con Dios, ellos sacan a relucir sus excusas y
expresan según sus razonamientos que no es
necesario congregarse y brillan en la iglesia por su
ausencia, sea por el trabajo o porque están cansados.

Una de las razones del creyente que no se congrega es


el que piensa que no necesita un grupo o la iglesia
para adorar a Dios, argumentan que ellos lo pueden
hacer en su casa con su familia, pero la realidad es
que son ovejas sin pastor porque el Señor Jesús dijo:
“También tengo otras ovejas que no son de este redil;
aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un
rebaño, y un pastor” San Juan 10:16.

Les aclaro que el Señor dice que habrá un rebaño y un


pastor, no dice que cada creyente tenga un rebaño en

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su casa. Lo cierto que es una necesidad oír la voz de


Dios por medio de su ministro escogido para este
propósito, el dijo que él mismo constituyó a unos,
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación
del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la
unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a
un varón perfecto, a la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo. Efesios 4:11-13.

Por medio de ellos es que podemos oír la palabra de


Dios, esta es una necesidad para el creyente, les voy a
dar varias razones de manera particular, la persona
que oye la Palabra de Dios recibe los siguientes
beneficios:

1) Oír la palabra de Dios produce fe: "Así que la fe es


por el oír, y el oír, por la palabra de Dios." (Romanos
10:17)

2) Oír la palabra de Dios trae paz, tranquilidad y lo


más importante te libera de todo temor: "Mas el que me
oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin
temor del mal." (Proverbios 1:33).

3. Oír la palabra de Dios trae bendiciones sobre las


visitas y hermanos asistentes: "Y vendrán sobre ti todas
estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de
Jehová tu Dios." (Deuteronomio 28:2).

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4. Oír la palabra de Dios es necesario para recibir el
Espíritu Santo, por medio de la fe: "Esto solo quiero
saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras
de la ley, o por el oír con fe?" (Gálatas 3:2).

Este oír se refiere al mensaje de salvación, las buenas


nuevas, que Jesús perdono todos nuestro pecados por
su muerte en la cruz. De esta manera el oír con fe, por
la palabra que nos es predicada, produce en el
creyente el nuevo nacimiento:

"Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de


incorruptible, por la palabra de Dios que vive y
permanece para siempre". I Pedro 1:23.

"El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de


verdad, para que seamos primicias de sus criaturas".
Santiago 1:18.

El oír con fe, es el reflejo del arrepentimiento, la


conversión y la obediencia al evangelio. Cuando se oye
con fe se hace la voluntad de Dios.

Pero la realidad es que muchos creyentes escuchan


mas la voz de Satanás que la de Dios, pues, Satanás
les dice que ir a la iglesia con regularidad es señal de
fanatismo, y por eso no asisten. Otros piensan que la
mucha letra mata el alma y esto para ellos también es
malo. La realidad es que solo siguen sus pensamientos
y no se someten a la voluntad de Dios, quien fue el que
los llamo y lamentablemente son pocos los que llegan

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los días de semanas a la iglesia, solo son creyentes de


sábados y otros de domingos.

Para muchos el culto se les hace muy largo, son


muchas horas y necesitan su tiempo, el tiempo para
estar dos horas en el internet, tres en el televisor,
cuatro en los juegos y a veces hasta mas.

La realidad es que también en la iglesia primitiva había


algunos de los cristianos en el primer siglo que dejaron
de congregarse, por lo cual el escritor a los hebreos
escribió estas palabras: “No dejando de congregarnos
como algunos tienen por costumbre” Hebreos 10:25.

¿Qué significa entonces congregarse de acuerdo a la


Biblia?

Además de la importancia de oír la sagrada palabra de


Dios, congregarse es estar reunidos en el nombre del
Señor Jesús, el dijo: “Porque donde están dos o tres
congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos.” Mateo 18:20.La presencia más importante es la
del Señor Jesús en medio nuestro, una presencia que
nos llena de poder y fortalece nuestras vidas.

Congregarse es reunirse con el Señor Jesús y su


iglesia que es cada miembro del cuerpo de Cristo, esto
quiere decir que cada miembro coordinado en su
presencia es el que puede caminar bien: “edificados
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo
la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en
quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para
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ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros
también sois juntamente edificados para morada de
Dios en el Espíritu.” Efesios 2:20-22.

Nos reunimos como iglesia para edificación, no para


que haya división como suele suceder y por eso
muchos creyentes dejan de asistir a la iglesia, el
apóstol pablo dijo: “Pues en primer lugar, cuando os
reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros
divisiones; y en parte lo creo.” 1 Corintios 11:18. La
realidad es que solo debemos congregarnos en el
edificio solo para ser morada de Dios en el Espíritu: “Si
permaneciere la obra de alguno que sobreedificó,
recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él
sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así
como por fuego. ¿No sabéis que sois templo de Dios, y
que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno
destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él;
porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo
es.” 1 Corintios 3:14-17.

Congregarse es ir a la casa de Dios, no es quedarse en


tu casa como muchos dicen con mi familia oramos,
leímos la biblia, NO ESTO NO ES CONGREGARSE,
congregarse es algo más personal e intimo, el salmista
dijo: “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de
Jehová iremos.” Salmos 122:1. Nos alegramos con los
que nos invita a la casa de Dios, donde ministra un
pastor, donde va el rebaño de Dios a su redil.

Por eso cuando vamos a la casa de Dios vamos es a oír,


el dijo: “Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie;

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y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de


los necios; porque no saben que hacen mal.” Eclesiastés
5:1.

Cuando nos congregamos en la casa de Dios, vamos a


su casa de oración:

“Y les dijo: Escrito está: ``MI CASA SERA LLAMADA


CASA DE ORACION, pero vosotros la estáis haciendo
CUEVA DE LADRONES.” Mateo 21:13.

“yo los traeré a mi santo monte, y los alegraré en mi


casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán
aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada
casa de oración para todos los pueblos.” Isaías 56:7.

Congregarse es habitar juntos, es donde los creyentes


van con un solo sentir, llenos de armonía para buscar
las bendiciones de Dios, para buscar vida y fuerza para
nuestras almas: “!!Mirad cuán bueno y cuán delicioso
es Habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el
buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la
barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus
vestiduras; Como el rocío de Hermón, Que desciende
sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová
bendición, Y vida eterna.” Salmos 133:1-3.

Para concluir, congregarse es perseverar, esta es una


orden para los que verdaderamente recibieron la
palabra de Dios y la guardan en sus corazones, los que
tienen la mirada fija en el galardón que el Señor Jesús
nos dará en el cielo:
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“Así que, los que recibieron su palabra fueron
bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil
personas. Y perseveraban en la doctrina de los
apóstoles, en la comunión unos con otros, en el
partimiento del pan y en las oraciones.” Hechos 2:41-42.

“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande


galardón” Hebreos 10:35.

Este mundo te dada un galardón “Egipto”, Cristo te


dará uno en el cielo, tú eliges: “teniendo por mayores
riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los
egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.”
Hebreos 11:26.

Se dejan de congregar los que pierden la mirada del


galardón, los que no le gusta oír la doctrina de los
apóstoles, los que no les gusta estar en comunión, los
que no les gusta orar.
Se congregan los que no tienen temor, los que padecen
por el nombre que les fue invocado, los que les gusta
oír al Espíritu de Dios: “No temas en nada lo que vas a
padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros
en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis
tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te
daré la corona de la vida. El que tiene oído, oiga lo que
el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá
daño de la segunda muerte.” Apocalipsis 2:10-11.

Se congregan los que les gusta obedecer a Dios, para


ser salvos: “Pero el que persevere hasta el fin, ése será
salvo.” Mateo 24:13.

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Se congregan los que quieren ganar sus almas, los que


dominan sus deseos con su perseverancia, Jesús dijo:
“Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas”
Lucas 21:19.

Mi Señor Jesús los bendiga y no dejen de congregase,


dominen sus almas y deseos, vengan a adorar a Dios
en su casa de oración. Rompa esas cadenas que no te
dejan congregar.

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El deber de perseverar

Si todo fuera fácil, no tendría ningún sentido la


victoria, es importante las dificultades que se nos
presentan en la vida cotidiana y si caemos en alguna
de ellas, tenemos que volvernos a levantar, como lo
dice la Biblia: “porque el justo cae siete veces; y vuelve
a levantarse...” (Proverbios 24:16).

Cuando el señor Jesús hablo de la perseverancia se


refería a los días difíciles que vendrían para el pueblo
cristiano y para la humanidad en general

El término de perseverancia proviene del latín


perseverantia, que significa constancia, persistencia,
firmeza, dedicación o tesón, tanto en las ideas, como
en las actitudes, en la realización de algo, en la
ejecución de los propósitos y también en las
resoluciones del ánimo.

Nada es fácil en esta vida, Jesús nos advirtió que


vendrán días difíciles, días de dolores, se oirán
rumores de guerra, se levantara nación contra nación,
y reino contra reino, y habrá pestes, y hambres, y
terremotos en diferentes lugares. Los cristianos
seremos aborrecidos por causa del nombre de Jesús,
habrá un caos total donde la maldad se multiplicara y
el amor de muchos se enfriara y como sucede hoy en
día se predicara el evangelio por medio de engaños. Lo
particular de todo esto es que los cristianos estamos
avisados de estos acontecimientos, la recomendación
de nuestro señor Jesucristo es que le seamos fieles,

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que perseveremos hasta el fin.

La perseverancia queridos hermanos consiste en


continuar con constancia; persistir; mantenerse;
continuar; dedicarse; ser paciente; es una actitud
positiva de cómo lograr el éxito de la vida eterna, de
cómo ganar la carrera; es ser fiel hasta la muerte; es
estar firme no importando las circunstancias dudas o
temores; no desviarse ni a izquierda, ni a derecha; es
seguir el rumbo del camino el cual es Jesús; poner los
ojos firmes en él, en alcanzar la meta final que es la
salvación de nuestra alma, la escritura dice:

“Más el que persevere hasta el fin, éste será salvo.”


(Mateo 24:13).

“Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que


nadie os engañe; porque vendrán muchos en mi nombre,
diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos. Más
cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no
os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún
no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y
reino contra reino; y habrá terremotos en muchos
lugares, y habrá hambres y alborotos; principios de
dolores son estos. Pero mirad por vosotros mismos;
porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas
os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os
llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos. Y es
necesario que el evangelio sea predicado antes a todas
las naciones. Pero cuando os trajeren para entregaros,
no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo
penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso
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hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el
Espíritu Santo. Y el hermano entregará a la muerte al
hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos
contra los padres, y los matarán. Y seréis aborrecidos
de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere
hasta el fin, éste será salvo. (Marcos 13:5-13).

Recuerde hermano que la perseverancia es la


capacidad para continuar y seguir adelante a pesar de
las dificultades, los obstáculos, la frustración, el
desánimo, el aburrimiento, o la tendencia o los deseos
de rendirse o abandonar el camino de la vida ante una
situación difícil. A raíz de todas estas aflicciones
podemos vencer el mal con el bien poniendo la
confianza en el nombre precioso de Cristo Jesús:
“Porque Jehová será tu confianza, Y él preservará tu pie
de quedar preso" (Proverbios 3:26).

En apóstol Pablo es un gran ejemplo de perseverancia,


Pablo quien originalmente llevaba el nombre hebreo
Saulo, pertenecía a la tribu de Benjamín. Él nació en
Tarso, capital de Cilicia (Asia Menor), que se
destacaba, en aquel tiempo, por su academia griega y
la cultura de sus habitantes. Pablo tenía los derechos
del ciudadano romano. Instruido en la famosa
academia rabínica de Gamaliel, quien también
aprendió a construir carpas, etc. Nos recuerda que en
la vida cristiana no todo es fácil, él tuvo que pasar por
muchos problemas y circunstancias de muerte, pero
que para él fueron hazañas y victorias en Cristo
Jesús.

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Esta perseverancia la puso de ejemplo para la iglesia


de los Corintios y que hoy también nos recuerda a los
creyentes y ministros que en la vida cristiana nos
encontraremos con muchos obstáculos los cuales
debemos superar, él dice así de ellas: “¿Son ministros
de Cristo? (Como si estuviera loco hablo). Estuve más en
trabajos; aún más en azotes sin número; en cárceles;
muchas veces en peligro de muerte. De los judíos, cinco
veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres
veces he sido azotado con varas; una vez apedreado;
tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he
estado como náufrago en alta mar; muchas veces estuve
en los caminos; en peligros en los ríos; peligros de
ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los
gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto,
peligro en el mar, peligros entre falsos hermanos; en
trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed,
en muchos ayunos, en frío y en desnudez” (2 Corintios
11:23-27).

Si usted querido hermano y hermana a caído, se ha


apartado, o ha pecado contra Dios, TRANQUILO, no te
preocupes por lo que trataran de desanimarte, no te
preocupes por los que quieren condenarte, no te
preocupes por los que quieren apartarte de su vida
pública, TU solo confía en que Dios es quien puede
LEVANTARTE, la escritura dice: “porque el justo cae
siete veces; y vuelve a levantarse, pero los impíos
caerán en la desgracia.” (Proverbios 24:16). Dios te dice
si has caído, no te preocupes, TU SOLO VUELVE A
LEVANTARTE.

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”V™ÅÉ xåÑÄ|vtÜ xÄ vtÅ|ÇÉ wx Ät átÄätv|™ÇR
El apóstol Pablo por medio de SU EXPERIENCIA CON
DIOS, nos promete la victoria para aquellos que
perseveran: "Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo
ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a los
que está delante, prosigo a la meta, al premio del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús".
(Filipenses 3:13-14).

Y Jesús nos dice que no seamos como los que


retroceden para perdición, sino de los que tienen fe
para la preservación del alma. “El que persevere…” no
volviendo atrás, no apartándose del camino angosto
(Mateo7:13).

Es muy importante obedecer al evangelio: Oír, creer,


arrepentirse, confesar a Cristo, ser bautizado en el
nombre de Jesucristo. Pero también Jesús dice, “Sé fiel
hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”,
(Apocalipsis 2:10). “Perseverar”, continuar en o con,
persistir (2 Timoteo 3:14), permanecer, durar hasta el
fin de la vida. La Biblia habla de los fieles… y también
de los que desechan la fe, naufragaron en cuanto a la
fe, se desviaron de la verdad, como paso con Demas
que dejo solo a Pablo: “ porque Demas me ha
desamparado, amando este mundo” (2 Timoteo 4:10).
Son muchos los que en este tiempo se apartan, no
soportan las pruebas que les vienen, yo te recuerdo
hermano que atraves de muchas tribulaciones es que
entramos al reino de Dios: “confirmando los ánimos de
los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la
fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas

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tribulaciones entremos en el reino de Dios.” (Hechos


14:22).

La consigna queridos hermanos es Perseverar hasta el


fin:

"Más el que persevere hasta el fin, éste será salvo. "


(Mateo 24:13).

"Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual


nadie verá al Señor. " (Hebreos 12:14).

Como humanos que somos todos fallamos y cometemos


errores. Un error no es el fin de la vida cristiana. No
fuimos llamados para ser vencidos sino para vencer al
mundo:

"No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el


mal. " (Romanos 12:21).

"Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y


esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que
Jesús es el Hijo de Dios?" (1 Juan 5:4,5).

"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.


En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he
vencido al mundo " (Juan 16:33).

Si cometemos una falta, todo no termina allí. Podemos


buscar el perdón por medio del arrepentimiento y
seguir adelante.
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"Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de
parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad" (1 Juan 1:9).

"Tú, enemiga mía, no te alegres de mí, porque aunque


caí, me levantaré; aunque more en tinieblas, Jehová
será mi luz" (Miqueas 7:8)

"Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no


pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos
para con el Padre, a Jesucristo el justo 2Y él es la
propiciación por nuestros pecados, y no solamente por
los nuestros, sino también por los de todo el mundo (1
Juan 2:1-2).

En conclusión la perseverancia la definiremos


mediante estos siete puntos; que tendremos muy en
cuenta en nuestra vida cristiana, veamos:

1. No mires para atrás, sigue adelante: “Nadie, que


después de poner la mano en el arado mira atrás, es
apto para el reino de Dios”. Debe tener los ojos “puestos
en Jesús”. (Lucas. 9:62). Recuerda que la salvación es
personal, no te dejes engañar del enemigo cuando un
hermano te paga mal, o vez a alguien de la iglesia caer
en el pecado, tú no mires estas cosas, solo pon tu
mirada fija en Jesús y sigue adelante.

2. Preservar el alma es lo más importante en la vida


cristiana: “No somos de los que retroceden para

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perdición, sino de los que tienen fe para la preservación


del alma” (Hebreos. 10:39). Son muchos los cristianos
que le dan más importancia a su cuerpo, a su imagen,
etc. Esto es bueno siempre y cuando no sea por
vanidad, ya que nuestro cuerpo es el templo del
espíritu santo y debemos mantenerlo aseado y bien
presentado. Pero debemos enfocarnos que lo más
importante en nuestras vidas es que el alma es la que
se va con nuestro Dios, con ella es que vamos a ver al
Rey de gloria, con ella es que vamos a entrar al reino
celestial, por lo tanto debemos cuidarla viviendo en
santidad.

3. Pensemos en las consecuencias de no perseverar


hasta el fin. ¿Si Pablo no hubiera perseverado? Sobre
todo, ¿si Cristo no hubiera perseverado? ¿Dónde
estaríamos? Pablo dijo: “Pero tú sé sobrio en todo,
soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple
tu ministerio. Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y
el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la
buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la
cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo
a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Procura venir pronto a verme, porque Demas me ha
desamparado, amando este mundo, y se ha ido a
Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.
Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele
contigo, porque me es útil para el ministerio. A Tíquico lo
envié a Efeso. Trae, cuando vengas, el capote que dejé
en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los
pergaminos. Alejandro el calderero me ha causado
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muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos.
Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha
opuesto a nuestras palabras. En mi primera defensa
ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me
desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el
Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por
mí fuese cumplida la predicación, y que todos los
gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. ” (2
Timoteo 4:5-17).

Jesús dijo: “He aquí la hora viene, y ha venido ya, en


que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me
dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está
conmigo. Estas cosas os he hablado para que en mí
tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero
confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:32-33). No
importa lo que nos pueda pasar en este mundo lo
importante es ser fiel, estar firme en el fundamento, no
le tengas miedo a la muerte, recuerda que en ella
obtenemos la victoria por medio de nuestro señor
Jesucristo: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la
muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Más
gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por
medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos
míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la
obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en
el Señor no es en vano.” (1 Corintios 15:55-58).

4. El que persevere en la vida cristiana será salvo y no


ve las cosas como los que están condenados en el
Hades: se preocupa por el alma, dispuesto a obedecer,

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hace todo para evitar el tormento eterno: “Y en el


Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de
lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él,
dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de
mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo
en agua, y refresque mi lengua; porque estoy
atormentado en esta llama.” (Lucas 16:23-24).

5. Somos la iglesia que persevera: “Así que, los que


recibieron su palabra fueron bautizados (Por el Espíritu
Santo); y se añadieron aquel día como tres mil personas.
Y PERSEVERABAN en la doctrina de los apóstoles, en la
comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en
las oraciones.” (Hechos 2:41-42).

6. Somos soldados que peleamos la buena batalla:


“Mas tú, Oh hombre de Dios, huye de estas cosas
(Tentaciones, codicia, impiedad, disputas, blasfemias,
mentiras, pecado) y sigue la justicia, la piedad, la fe, el
amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena
batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual
así mismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena
profesión delante de muchos testigos.” (1 Timoteo 6:11-
12). En esto se conocen los buenos soldados de Jesús:
“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en
Cristo Jesús. Lo que has oído de mi ante muchos
testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos
para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre
penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno
que milita se enreda e los negocios de la vida, a fin de
agradar a aquel que lo tomó por soldado (Jesús)” (2
Timoteo 2:1-4). Pelea legítimamente: “Y también el que
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lucha como atleta, no es coronado si no lucha
legítimamente. El labrador, para participar de los frutos,
debe trabajar primero. Considera lo que te digo, y el
Señor te dé entendimiento en todo. Acuérdate de
Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los
muertos conforme a mi evangelio.” (2 Timoteo 2:5-8). No
retrocede sino que pelea la buena batalla hasta el final:
“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe. 8- Por lo demás, me está guardada la
corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo,
en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los
que aman su venida.” (2 Timoteo 4:7-8).

7. Dios premia a los que son perseverantes y fieles: “No


temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo
echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que
seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Se
fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de vida.”
(Apocalipsis 2:10). Cuando entendemos todos estos
puntos y principios del evangelio, no habrá nadie que
nos aparte de este camino de vida eterna, cuando
buscamos siempre la presencia de Dios, él nos
mantendrá perseverantes y nos dirá lo que debemos
decir en momentos de lucha, El estará con nosotros,
porque hemos confiado en El, porque hemos sido fiel,
nos hemos mantenido firmes, sin fluctuar, sin
desviarnos, entonces recibiremos las coronas de
justicia y de la vida eterna: “…Se fiel hasta la muerte, y
yo te daré la corona de vida.” (Apocalipsis 2:10).

Dios les siga bendiciendo

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Glosario

Adoración: Es la obligación que toda la creación de


Dios tiene, de darle a El todo honor, gloria, alabanza y
honra porque Él es el santo y divino Creador. La
adoración es debida solamente a Dios (Exo. 20:3; Mat.
4:10; Apoc.22:9). Jesús, siendo Dios en la carne (Juan
1:1,14; Col. 2:9), recibió justamente adoración (Mat.
2:2,11; Juan 9:35-40; Heb. 1:6).

Arrepentimiento: El arrepentimiento (griego metanoia,


literalmente "cambiar de mente") significa volverse,
cambiar: en el N.T. se refiere a volverse del camino del
pecado. Somos llamados por Dios para abandonar el
pecado. De hecho, Dios manda a todos los hombres en
todas partes que se arrepientan de sus pecados (Hech.
17:30). La paciencia de Dios nos lleva al
arrepentimiento (2 Ped. 3:9) como también Su
misericordia (Rom. 2:4).

Ayunar, ayuno: Ayunar es privarse de alimentos por


un período determinado con un propósito específico, a
menudo espiritual. Es una práctica bíblica que
involucra el "debilitamiento" del cuerpo con el
propósito de "fortalecer" el espíritu, destinado a
producir una alerta espiritual. Es interesante notar
que el pecado entró en el mundo a través de Adán y
Eva por el acto de desobediencia que consistió en
comer lo que no debían (Gén. 3:6). En el N.T. se nos
llama a ayunar (Mat. 6:16). Vea también 1 Rey. 21:27;
Salmo 35:13; Hechos 13:3; 2 Cor. 6:5).
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Comunión: No hay una definición específica del
término en el N.T.. Sin embargo, somos llamados a la
comunión unos con otros (1 Juan 1:3), con Jesús (1
Cor. 1:9), con el Padre (1 Juan 1:3), y con el Espíritu
Santo (2 Cor. 13:14). La comunión implica compartir
intereses, deseos, motivaciones, emociones y objetivos
comunes. Requiere compartir tiempo en comunicarse,
ocuparse uno de otro y realizar actividades conjuntas.
La noción de comunión tiene una connotación de
intimidad. Como cristianos, tenemos fraternidad
?calidad de hermanos y por tanto comunión unos con
otros debido a nuestra posición en Cristo, ya que todos
somos redimidos y compartimos un conocimiento
íntimo y personal de Jesús. Asimismo, compartimos
una fe (Hechos 2:42), una esperanza (Heb. 11:39,40), y
una necesidad (2 Cor. 8:1-15).
El término griego para comunión es (koinonia). Un uso
muy importante se refiere a compartir la Cena del
Señor o eucaristía (1 Cor. 10:16).

Condenación: Puede referirse tanto al acto de declarar


culpable a un hacedor de maldad, como al consecuente
castigo inflingido. Sin Jesús, todos quedamos
condenados ante Dios no solamente por el pecado de
Adán (Rom. 5:16-18) sino también por nuestro propio
pecado (Mat. 12:37). Sin embargo, "Ahora, pues,
ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús... porque la ley del Espíritu de vida en Cristo
Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la
muerte" (Rom. 8:1-2). Los cristianos han escapado a la
condenación porque son perdonados en Cristo.

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Conversión: Indica la acción de volverse del mal hacia


Dios. Dios convierte (Hechos 21:19) a los perdidos en
salvos, a los no regenerados en regenerados. Esto se
produce a través de la predicación del Evangelio (Rom.
10:14; 1 Cor. 15:1-4) y resulta en arrepentimiento
(Hech. 26:20) y una nueva creación (2 Cor. 5:17). Hay
una lista de los frutos de la conversión en Gál. 5:22-
23.

Convicción: Es la obra del Espíritu Santo, por la cual


una persona es capaz de verse a sí misma como Dios la
ve: culpable, mancillada, y totalmente incapaz de
salvarse a sí misma (Juan 16:8). En un incrédulo, la
convicción del Espíritu Santo revela la pecaminosidad
y trae temor. En el creyente, la convicción del Espíritu
Santo trae conciencia de pecado y resulta en su
confesión y limpieza. Esta convicción el producida por
el Espíritu Santo (Juan 16:8), el Evangelio (Hech.
2:37), la conciencia (Rom. 2:15), y la Ley (Santiago 2:9).
La convicción de nuestros pecados nos lleva a la cruz.
Nos muestra nuestra necesidad de perdón.

Discípulo: La palabra proviene de la misma raíz que


"disciplina" y se refiere a un alumno o seguidor de una
religión, persona o movimiento. Como cristianos,
debemos ser discípulos de Jesús (Luc. 14:26,27). En la
Biblia, es la denominación más frecuente de los
cristianos. Seguimos en la enseñanza que Jesucristo
impartió y en el ejemplo que dio. Un discípulo es un
convertido, pero no todos los convertidos son
discípulos. Como discípulos, hemos de cargar nuestra

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cruz cada día (Mat. 16:24). Esto significa vivir por El y
de ser necesario, morir por El (Mat. 16:25) y, desde
luego, vivir vidas santas y sin mancha delante de El y
de nuestro prójimo.

Elección, Elegidos: Los elegidos son aquellos llamados


por Dios para salvación. Esta elección ocurrió antes de
la fundación del mundo (Efe. 1:4), y es conforme a la
voluntad de Dios, no a la del hombre (Rom. 8:29-30;
9:6-23) porque Dios es soberano (Rom. 9:11-16). La
doctrina de la elección es enfatizada por los calvinistas,
quienes asimismo sostienen la doctrina de la
predestinación.

Escrituras: El término es un sinónimo de la Biblia; por


tanto, se refiere, en sentido cristiano, al conjunto de
los 39 libros del A.T. y los 27 libros del N.T. Cada uno
de ellos es inspirado, libre de error, y completamente
exacto en los temas que trata. La Biblia completa,
aunque escrita por muchos autores humanos a lo largo
de centurias, es completamente coherente y armónica
en todas sus enseñanzas; esto se debe a que toda la
Biblia fue inspirada por Dios (2 Tim. 3:16).

Evangelio: El término es una transliteración del griego


euaggelion , que significa "buena noticia". Es la buena
noticia del perdón de los pecados y la reconciliación
con Dios a través de Jesucristo. Pablo da la siguiente
descripción en 1 Corintios 15:1-4: "Además os declaro,
hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual
también recibisteis, en el cual también perseveráis; por
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el cual, asimismo, si retenéis la palabra que os he


predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
Primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí:
Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las
Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer
día, conforme a las Escrituras..."
El Evangelio proviene de Dios (Gál. 1:10-12), es el
poder de Dios para salvación de todo el que cree (Rom.
1:16), es un misterio ahora revelado (Efe. 6:19), y es
una fuente de esperanza (Col. 1:23), fe (Hech. 15:7),
vida (1 Cor. 4:15), y paz (Efe. 6:15).

Fe: La palabra fe (del latín fides, creer, confiar) se


utiliza en la Biblia con dos sentidos principales. En el
primero, es sinónimo de confianza firme: "Es, pues, la
fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que
no se ve" (Heb. 11:1). Como tal, es un don de Dios
(Rom. 12:3) y viene por el oír la Palabra de Dios (Rom.
10:17). La fe es el medio por el cual la gracia de Dios es
otorgada al creyente que confía en la obra de Jesús en
la cruz (Efe. 2:8). Sin fe es imposible agradar a Dios
(Heb. 11:6). Es por fe que vivimos nuestra vida de
cristianos, "El justo vivirá por la fe" (Hab. 2:4; Rom.
1:17). En el segundo sentido, fe es sinónimo de
doctrina, o conjunto de verdades históricas y
conceptuales que configuran la fe cristiana: "me ha
sido necesario escribiros para exhortaros a que
contendáis ardientemente por la fe que ha sido dada
una vez a los santos" (Jud. 3).

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Gracia: La gracia puede definirse como el favor
inmerecido, aquello que se otorga sin mérito por parte
del que lo recibe. La gracia de Dios es Su libre acción
para beneficio de toda la creación en general (gracia
común o providencia) y de los creyentes para la
salvación (gracia especial o salvífica). Se distingue de la
Justicia y de la Misericordia. La justicia consiste en
recibir lo que se merece; la misericordia, en no recibir
lo que se merece. Por medio de la gracia salvífica
recibimos la vida eterna, algo que obviamente no
merecemos. Pero debido al amor y la ternura de Dios
manifestadas en Jesús crucificado, recibimos la gran
bendición de nuestra redención.
La gracia es el Gran Regalo Aportado por Cristo e
Inmerecidamente Apropiado por nosotros. La gracia
salvífica no requiere, y de hecho descarta, todo mérito
humano. Es debida a Dios y dada por El, debido a
quién es El, y no a quienes somos nosotros. Es el
medio de nuestra salvación (Efe. 2:8-9). Ya no estamos
bajo la Ley, sino bajo la gracia de Dios (Rom. 6:14). Vea
también Hech. 15:11; Rom. 5:2,15-20; 2 Cor. 9:8; 12:9.

Iglesia: La palabra procede del griego ekklesia, que


equivale al hebreo qahal, y significa asamblea,
congregación de los que han sido llamados. El término
se emplea en dos sentidos, a saber, la iglesia visible y
la iglesia invisible. La primera está compuesta por
todos cuantos dicen ser cristianos y se congregan. La
iglesia invisible es el verdadero cuerpo de creyentes,
aquellos que son verdaderamente salvos; ningún
hombre puede ver en los corazones para distinguir
entre unos y otros, por tanto la composición de la
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iglesia invisible sólo es conocida por Dios.


La verdadera Iglesia de Dios no es una organización
terrenal con gente y edificios, sino una entidad
sobrenatural integrada por aquellos que han sido
salvados por Jesús. La Iglesia verdadera abarca todo el
período de la existencia del hombre sobre la tierra, y a
toda la gente que ha sido llamada a ella. Nos hacemos
miembros de la iglesia, el cuerpo de Cristo, por la fe
(Hechos 2:41). Somos edificados por la Palabra de Dios
(Efe. 4:15,16), disciplinados por Dios (Mat. 18:15-17),
unificados en Cristo (Gál. 3:28), y santificados por el
Espíritu (Efe. 5:26,27).

Infierno: El infierno es el lugar del futuro castigo


eterno de los condenados, incluyendo a Satanás y sus
ángeles caídos. Hay varias palabras que suelen
traducirse "infierno" en la Biblia: Hades, un término
griego, es la morada de los muertos que comprende el
estado intermedio, entre la muerte y la resurrección
(vea Mat. 11:23; 16:18; Hechos 11:27; 1 Cor. 15:55;
Apoc. 1:18, 6:8). Corresponde aproximadamente al
hebreo Sheol , el lugar de los muertos (no la tumba,
que corresponde al hebreo keber y al griego mnema). A
esta morada intermedia van tanto justos (Salmo 16:10,
30:3; Isa 38:10) como impíos (Núm. 16:33; Job 24:19;
Salmo 9:17). Gehenna , palabra griega que
corresponde al hebreo ge-hinnom, "valle de Hinom"
(Jos. 15:8). Era un lugar donde antaño se hacían
sacrificios de niños y otras cosas abominables.
Asimismo, también fue una fosa común donde los
cuerpos eran arrojados y quemados (2 Rey. 23:13,14).
Posteriormente se empleó para designar el lugar de
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eterno castigo; Jesús mismo la usó en este sentido
(Mat. 5:22,29,30; Mar 9:43; Luc. 12:5). Normalmente
se traduce "infierno", y en Mat 5:22 el Señor lo llama
"infierno de fuego" (gehenna tou pyros). El infierno es
un lugar de fuego eterno (Mat. 25:41; Apoc. 19:20). Fue
originalmente preparado para el diablo y sus ángeles
(Mat 25:41). Será, efectivamente, la morada eterna de
los ángeles rebeldes (2 Ped. 2:4), pero también de todo
hombre que rehúse arrepentirse y reconciliarse con
Dios por medio de Cristo (Apoc. 20:15; 21:8). Esto
ocurrirá en el juicio final, donde asimismo la muerte y
el Hades serán abolidos (Apoc. 20:14). Algunos
cristianos y muchos sectarios (por ejemplo, los Testigos
de Jehová) rechazan la noción de un lugar de castigo
eterno; hay que recordarles que, según la Biblia, quien
más habló del tema de la condenación eterna fue
nuestro Señor Jesucristo mismo; si no aceptamos creer
lo que nos advierte sobre este asunto, ?cómo podemos
tomar seriamente el resto de su enseñanza?

Inspiración: Es la acción por la cual Dios guió a los


autores humanos de la Biblia; la doctrina de la
inspiración establece que la redacción de las
Escrituras se realizó bajo la influencia directa de Dios.
Esto no significa negar el estilo propio de cada autor
humano y de cada libro de la Biblia. Dios no anuló la
personalidad de Sus siervos, sino que más bien la
empleó para Su propósito de revelarse a Sí mismo a
través de la obra de ellos. En consecuencia, la Biblia
está libre de errores y presenta con exactitud y
autoridad la enseñanza de Dios (2 Tim 3:16). Como tal,
es una revelación que proporciona, de la fuente
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suprema que es Dios mismo, un conocimiento


adecuado de Dios, la creación, el hombre, la salvación
y el futuro. Nos muestra el plan de salvación a través
de Jesucristo, y el hecho de que no podemos salvarnos
sino por El.
El argumento más fuerte a favor de la inspiración
divina de la Biblia proviene del examen de las profecías
del A.T. concernientes a Jesús y cumplidas en el N.T.
(Luc. 24:27-45). Debido a que la Biblia es inspirada,
sus palabras son inquebrantables y verdaderas (Juan
10: 34-36), eternas (Matt. 24:35; 1 Ped 1: 22-25),
enteramente confiables (Salmo 119:160), vivas y
capaces de penetrar el corazón del hombre (Heb. 4:12).
Por esta razón, la inspirada Palabra de Dios realizará
todo lo que El se ha propuesto (Isa. 55:11).

Ira: Bíblicamente, es el juicio divino sobre el pecado y


los pecadores. No significa meramente una actitud
impulsiva de Dios ante la impiedad, sino que connota
el odio, la repulsión, y la indignación de Dios ante el
mal. Dios es amor por naturaleza (1 Juan 4:16); no
obstante, en Su justicia debe castigar el pecado. La
ejecución de este castigo es llamada la ira de Dios. Se
manifestará en su temible plenitud en el final Día del
Juicio, cuando aquellos que hayan rechazado la
salvación serán enviados al lago de fuego para su
eterno castigo (Mat. 25:31-46; Apoc. 20:11-15).
Además, está presentemente manifestada en menor
medida contra los inicuos (Rom. 1:18-32) en el
endurecimiento de sus corazones.
La ira se describe como la furia de Dios (Núm. 32:10-
13), como siendo acumulada (Rom. 2:5-8), y como muy
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grande (Zac. 7:12). La liberación del creyente de la ira
de Dios es a través de la expiación de Cristo (Rom. 5:8-
10). "Dios no nos ha dispuesto para ira, sino para
alcanzar salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo" (1 Tes. 5:9).

Juicio: La palabra juicio (griego krima) se refiere al


acto de evaluar las acciones de alguien; por extensión
se refiere asimismo al castigo o condena resultante de
dicho acto. Existen varios juicios mencionados en el
N.T.: El juicio de los pecados del creyente (Juan 5:24),
el juicio de la persona del creyente (1 Cor. 11:31,32), el
juicio de las obras del creyente (2 Cor. 5:10), el juicio
de las naciones (Mat. 25:31-46), y el juicio universal
(Apoc. 20:11-15). Probablemente estos dos últimos
sean un mismo juicio.
No hay juicio para el cristiano con respecto a su
salvación (Rom. 8:1). Fuimos juzgados en Cristo, en la
cruz, hace casi 20000 años. Sin embargo, como
cristianos seremos juzgados según nuestras obras (1
Cor 3: 10-15; 2 Cor. 5:10), muy posiblemente con
grados variables de recompensa. Sin embargo, cabe
reiterar que este juicio de nuestras obras no afecta el
hecho ya consumado de nuestra salvación.

Justo, Justicia: La justicia consiste en hacer lo


correcto, y en un contexto legal en dar las debidas
recompensas o castigos. Es justo, pues, que cada uno
reciba lo que merece. Dios es misericordioso, pero
también es justo (Deut. 32:4, recto) y debe castigar el
pecado. Merced a la gracia de Dios, la justicia cayó

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sobre Su Hijo, de modo que la misericordia nos


beneficiase a nosotros, los que creemos en Cristo.

Manifestación. Manifestar algo significa “mostrar,


revelar, estrenar, hacer evidente, o hacer claro.” Una
manifestación es un hecho o un ejemplo de manifestar.
Primera de Timoteo 3:16 dice, “Dios fue manifestado en
carne.” Este libro usa la palabra manifestación para
describir cualquier método, modo, papel, o relación por
lo cual Dios se revela a Sí mismo al hombre. Así
entonces, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son
manifestaciones de Dios más bien que personas,
porque la palabra personas contiene connotaciones
extrabíblicas de personalidades individualizadas que la
palabra manifiestación no contiene.

Mal: Puede definirse como la rebelión en contra de


Dios. Es aquello contrario a la voluntad de Dios.
Existen males naturales (diluvios, tormentas,
hambrunas, etc.) y males morales (adulterio,
homicidio, idolatría, etc.). Los males naturales son una
consecuencia de los males morales. El pecado de Adán
hizo que el pecado entrase en el mundo y permitiera
diluvios, tormentas, hambrunas, etc. El mal se originó
con la rebelión de Satanás (Isa. 14:12-14 Eze. 28:11-
19) pero es continuado y perpetuado por el hombre
(Mat. 15:18-19).

Mediación, Mediador: Un mediador es alguien que


interviene entre dos partes, que las aproxima y facilita
su reconciliación. La palabra "mediador" no figura
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como tal en el A.T., pero sí el concepto. Dios entregó la
Ley a través de un mediador, Moisés (Gál. 3:19), quien
fue un tipo del mediador definitivo y verdadero, Jesús.
La palabra mediador (griego µ , mesites) ocurre sólo
unas pocas veces en el N.T.: 1 Tim. 2:5; Heb. 8:6; 9:15;
12:24. Es en el N.T. que la verdadera naturaleza de la
mediación es entendida en la persona de Jesucristo. El
es el mediador de un mejor pacto (Heb. 8:6). Jesús fue
capaz de tornarse nuestro mediador al hacerse hombre
(Juan 1:1,14) y morir como nuestro sustituto (1 Ped.
1:18,19; 2:24). Así, El nos reconcilió con Dios (Efe.
2:16).

Mesías: Es la transliteración de la palabra hebrea que


significa "ungido" . Es el equivalente del término
neotestamentario "cristo", que significa lo mismo.
Jesús, como el Mesías, fue ungido por Dios (Mat. 3:16)
para llevar a cabo su triple ministerio de Profeta,
Sacerdote y Rey. Como el Mesías, ha librado al
creyente de las ataduras del pecado y le ha dado vida
eterna. En tal sentido, el Mesías es un Libertador, ya
que nos ha liberado. El Mesías fue prometido ya en el
A.T. como proveniente de la descendencia de la mujer
(Gén. 3:15).

Misericordia: La misericordia es la disposición a no


ejecutar la justicia cuando ésta es punitiva, el acto de
condonar un merecido castigo. Debido a nuestra
pecaminosidad merecemos la muerte y eterna
separación de Dios (Rom. 6:23; Isa. 59:2), pero el
mismo Dios proveyó la expiación por nuestro pecado, y
de esa manera nos mostró Su misericordia. Es decir
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que Dios no entrega al cristiano a la consecuencia


natural del pecado de éste, la cual es la condenación.
Es por la misericordia de Dios que Cristo "se hizo
pecado" en nuestro favor (2 Cor. 5:21) y cargó sobre Sí
el castigo que merecíamos (Isa. 53:4-5). De este modo,
nos salvó de la condenación. Dios nos salvó según Su
misericordia (Tito 3:5) y se nos llama a practicar
nosotros mismos la misericordia, como un don de Dios
(Rom. 12:8). "Acerquémonos, pues, confiadamente al
trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar
gracia para el oportuno socorro" (Heb. 4:16).

Monoteísmo: Del griego monos, uno y theos, Dios. La


creencia de que existió, existe y existirá un único Dios
en todo el universo. No hubo dios alguno antes que El,
ni lo habrá después de El. La Biblia enseña claramente
el monoteísmo: Deut. 6:4; Isa 43:10; 44: 6-8,
45:5,14,18, 21-22; 46:9; 47:8, etc. La Biblia enseña el
monoteísmo estricto. Solo tres religiones importantes
del mundo son monoteístas: el judaísmo, el
cristianismo, e islam. Los judíos y los musulmanes ven
la doctrina de la trinidad como un rechazamiento del
verdadero monoteísmo. Los creyentes de la Unicidad
también rechazan al trinitarismo como un abandono
del monoteísmo bíblico.

Necio: En la Biblia, quien odia o desprecia a Dios; una


persona moralmente débil, quien desoye los consejos
de los sabios y utiliza lo que Dios le ha dado con fines
egoístas. Es lujurioso (Prov. 7:22), haragán (Ecle.
10:15), no teme a Dios (Prov. 14:1), odia el

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conocimiento (Prov. 1:22), y es justo en su propia
opinión (Prov. 12:15). Como cristianos, hemos de evitar
la necedad (Efe. 5:4). Vea también Ecle. 7:25; Prov.
3:35, 10:8.

Ocultismo: El ocultismo (de "oculto") pretende emplear


para el provecho propio fuerzas que están escondidas
del común de los hombres pero que pueden ser
utilizadas si se sabe cómo. Involucra prácticas
condenadas por Dios, como la astrología (Isa. 47:13), el
hacer maleficios (Deut. 18:11), la consulta de espíritus
(Deut. 18:11), la magia (Gén. 41:8), la hechicería (Exo.
22:8), la brujería (Deut. 18:10), y el espiritismo (Deut.
18:11).
Las prácticas ocultas como el empleo de tablas
"Ouija", la adivinación por naipes de Tarot, los
horóscopos, y las sesiones espiritistas deben ser
completamente evitadas por los cristianos, pues
además de ser peligrosas para la salud mental y
espiritual, son una abominación ante Dios. Por el
contrario, el rechazo abierto de tales cosas es una
manifestación de una conversión sincera a la Palabra
del Señor (Hech. 19:18-20).

Oración: La oración es tanto un privilegio como un


deber cristiano, a través de la cual, mediante la
intercesión del Espíritu Santo (Rom. 8:26) nos
comunicamos con Dios. Es la forma en que
presentamos nuestra confesión (1 Juan 1:9), pedidos
(1 Tim. 2:1-3), intercesiones (Sant. 5:15), acciones de
gracias (Fil. 4:6), etc., a nuestro santo Dios. Se nos
manda orar (1 Tes. 5:17).
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Algunos requisitos personales para la oración son un


corazón puro (Salmo 66:18), fe en Cristo (Juan 14:13),
y orar conforme a la voluntad de Dios (1 Juan 5:14).
Podemos orar de pie (Neh. 9:5), de rodillas (Esd. 9:5),
sentados (1 Crón. 17:16-27), inclinados (Exo. 34:8), y
con las manos (1 Tim. 2:8).

Omnipotencia: Un atributo que sólo Dios posee.


Significa que El tiene todo poder.

Omnipresencia: Un atributo que sólo Dios posee.


Significa que El está presente en todas partes a la vez.
Debemos notar que esto es más de simplemente la
capacidad de aparecer dondequiera en cualquier
momento o la capacidad de estar en muchos lugares al
mismo tiempo.

Omnisciencia: Un atributo que sólo Dios posee.


Significa que El tiene todo conocimiento de todas las
cosas, incluyendo la preciencia.

Pacto: Un pacto es acuerdo entre partes. El acuerdo,


según las costumbres del Cercano Oriente antiguo,
consta de cinco partes: 1) Identificación de las partes
involucradas, 2) Un prólogo histórico en el cual se
establece el valor de la parte dominante sobre la base
de sus actos, 3) las condiciones del acuerdo, 4) las
recompensas y castigos relacionados respectivamente
con el cumplimiento o la violación del pacto y 5)
formulación de los documentos en la cual cada parte

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recibe una copia del acuerdo (por ejemplo, las dos
tablas de piedra de los Diez Mandamientos).
En definitiva, los Pactos que Dios ha establecido con el
hombre resultan en nuestro beneficio. Recibimos
bendiciones eternas mediante el Pacto de gracia (para
estudio adicional vea Gén. 2:16, 17; 9:1-17; 15:18;
26:3-5; Gál. 3:16-18; Luc. 1:68-79; Heb. 13:20).

Pecado: El pecado es todo aquello contrario a la Ley de


Dios, que expresa Su santa voluntad. Por ejemplo, si
uno miente, comete pecado. ? Por qué? Porque Dios ha
ordenado no mentir (Exo. 20:16). Al hacer lo que Dios
ha prohibido, uno peca. Además, si uno deja de hacer
lo que Dios ha mandado, también peca (Sant. 4:17). En
ambos casos, el resultado es la separación eterna de
Dios (Isa. 59:2). El pecado es iniquidad (1 Juan 1:3) e
injusticia (1 Juan 5:17). El pecado lleva a la ceguera
espiritual (Juan 9:41) y a la muerte (Rom. 6:23).
Pablo trata del pecado en la carta a los Romanos. Allí
demuestra que todos, judíos o no judíos, están bajo el
dominio del pecado (Rom. 3:9). Pablo prueba que el
pecado no es simplemente algo malo que se ha hecho,
sino, básicamente, una condición del corazón humano
(Rom. 3:3:10-12). En la carta a los Efesios, Pablo
afirma que "somos por naturaleza hijos de ira" (Efe.
2:3). Sin embargo, "Cristo, cuando aún éramos débiles,
a su tiempo murió por los impíos" (Rom. 5:6).

Pentecostal: Cincuenta días después de la muerte y


resurrección de nuestro Salvador y Señor Jesucristo,
Dios derramó su Espíritu Santo sobre un grupo de

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gente reunida en el aposento alto en Jerusalén (Hch.,


cap. 2). Ese día en que la iglesia nació, fue llamado "El
día de Pentecostés (Hch. 2:1).
El apóstol Pedro predicando dijo que esta experiencia
gloriosa no era sólo para aquella generación, sino para
toda persona, en cualquier tiempo y lugar que buscara
de Dios. Porque la promesa es para ustedes, y para sus
hijos, y para todos los que estén lejos (Hch. 2:39).
Nosotros nos identificamos con todo lo relacionado a
ésa experiencia de recibir el Espíritu Santo por eso la
Iglesia es "PENTECOSTAL". Por lo que vivimos:
1. Una experiencia personal con Dios.
2. Poder para ser sanado, liberado de vicios, y ser
transportado a una dimensión más allá de
simplemente vivir.
3. Gozo dentro de tu alma, que brota como ríos de
agua viva.
4. Paz que sobrepasa todo entendimiento.
5. Conocimiento de la doctrina Apostólica; las
mismas doctrinas primitivas que practicaban los
discípulos de nuestro Señor Jesucristo.

Perdón: El perdón es el acto deliberado de pasar


completamente por alto una ofensa, como si nunca
hubiese existido. Es un concepto central de la fe
cristiana, como lo muestra el hecho de que existen en
la Biblia tres términos hebreos y cuatro griegos para
expresar la idea de perdón. Ningún otro libro sagrado
excepto la Biblia enseña que Dios perdona
completamente los pecados. En las Escrituras se dice
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claramente que el perdón de Dios es tan pleno que el
"olvida completamente" nuestros pecados cuando
otorga su perdón (Heb 10:17). Dios es quien toma la
iniciativa de perdonar (Col. 2:13).
Según la Biblia, existe un solo pecado por el cual
Jesús dijo que no había perdón del Padre, a saber, la
blasfemia contra el Espíritu Santo (Mar. 3:28; Mat.
12:32). El contexto de esta declaración indica que este
pecado consiste en atribuir a los demonios o espíritus
impuros lo que en realidad es obra del Espíritu Santo.
Para que el hombre reciba el perdón se requiere
arrepentimiento (Luc. 17:3-4). Para que un Dios santo
otorgue el perdón, se requiere derramamiento de
sangre (Heb. 9:22; Lev. 17:11). Nuestro perdón se basa
sobre el sacrificio de Cristo en la cruz (1 Juan 1:7;
2:12). Como cristianos, se nos llama a perdonar de
manera tan plena como nosotros mismos hemos
recibido el perdón de Dios (Mat 6:12; Col. 3:13).

Presciencia: Es el conocimiento anticipado de las


cosas que ocurrirán; la presciencia es un atributo de
Dios. El pasado, presente y futuro son todos en un
sentido "presentes" en la mente de Dios. El habita en la
eternidad (Isaías 57:15) y tiene conocimiento infinito
(Isaías 41:22,23). Por tanto conoce todas las cosas de
antemano. En el N.T. el término puede significar
asimismo "causar que algo ocurra"; vea 1 Ped 1:2,20.

Unicidad: En referencia a Dios, la Unicidad significa el


estado de ser absoluta e indivisiblemente uno, o uno
de valor numérico. También, puede haber una

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unicidad entre Dios y el hombre y entre el hombre y el


hombre en el sentido de unicidad de mente y de
propósito. Este libro usa el término Unicidad (con
mayúscula) para significar la doctrina de que Dios es
absolutamente uno en el valor numérico, que Jesús es
el Dios único, y que Dios no es una pluralidad de
personas. Así entonces la Unicidad es un término
moderno básicamente equivalente al modalismo o al
monarquianismo modalístico.

Reconciliar, Reconciliación: La reconciliación


involucra un cambio para bien en la relación entre dos
o más personas, antes distanciadas o enemistadas. En
teología, se refiere a un cambio de esta clase en la
relación entre Dios y el hombre. Somos por naturaleza
"hijos de ira" (Efe. 2:3) y enemigos de Dios (Efe. 2:11-
15). Sin embargo, "...fuimos reconciliados con Dios por
la muerte de su Hijo..." (Rom. 5:10). A casa de la
muerte de Jesucristo, la relación del cristiano con Dios
experimenta un cambio favorable. Nos tornamos ahora
capaces de tener comunión con El (1 Juan 1:3), lo que
antes no nos era posible. Así, somos reconciliados con
El (Rom. 5:10-11). Una grave consecuencia del pecado
es que nos separa de Dios (Isa. 59:2), pero esto ha sido
atacado y solucionado en la cruz; fue logrado por Dios,
en Cristo (2 Cor. 5:18).

Redención: Redimir significa rescatar a alguien de la


esclavitud. A menudo implica pagar un rescate, un
precio que hace posible la redención. Los israelitas
fueron redimidos de Egipto. Nosotros fuimos redimidos

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del poder del pecado y de la maldición de la Ley (Gál.
3:13) a través de Jesús (Rom. 3:24; Col. 1:14). Fuimos
comprados por un precio, que fue el del sacrificio de
Jesucristo (1 Cor. 6:20; 7:23).

Tentación: La tentación es aquello que nos mueve a


pecar. Dios no puede ser tentado (Sant.1:13). En
cambio, nosotros podemos ser tentados por nuestra
lujuria (Sant.1:13-15), codicia (1 Tim. 6:9), falta de
examinarnos a nosotros mismos (Gál. 6:1), y el
presuntuoso orgullo de la vida (1 Juan 2:16), entre
otras causas. Dios no tienta a nadie (Sant. 1: 13),
mientras que Satanás es el tentador por excelencia.
Tuvo éxito con Eva, al hacerle primero dudar de lo que
Dios había dicho, al insinuar que El había mentido, y
al excitar el apetito de la mujer (Gén. 1-6): saciaría su
hambre, le daba placer y le abriría la mente. Satanás
ha seguido tentando a todos en sus deseos más
primarios (comida, bebida, sexo), como en su codicia,
orgullo y ambición, para que desobedezcamos a Dios.
Mucho después del episodio del Edén, intentó el mismo
procedimiento con Jesús, pero aquí fracasó
ruidosamente (Mat. 4:1-11). Jesús nos enseñó a orar
para ser librados de la tentación (Mat. 6:13) ya que el
Señor es capaz de librarnos de ella (2 Ped. 2:9). Dios no
ha de permitir que seamos tentados más de lo que El
sabe que podemos resistir (1 Cor. 10:13). Por tanto, en
Cristo realmente tenemos el poder de resistir a Satanás
(1 Ped. 5:18). Ya no estamos inermes, y el diablo nada
puede contra nosotros si nuestra voluntad, fortalecida
por el Espíritu Santo, no cede a la tentación.

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Bibliografía

Biblia Devocional De Estudio. 1991


La Liga Bíblica.
La Santa Biblia. 1960
Sociedades Bíblicas En América Latina
La Biblia de las Américas (© 1997 Lockman)

La Nueva Biblia de los Hispanos (© 2005 Lockman)

Reina Valera Gómez (© 2010)

Reina Valera (1909)

Sagradas Escrituras (1569)

Diccionario WEBSTER

Diccionario TEOLOGICO

Todos los escritos están apoyados con la escritura


inspirada por el Espíritu Santo y el uso de varias
escrituras de los hijos de Dios, para provecho de todo
aquel creyente lector de la palabra de Dios.

FIN

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Otros libros del mismo Autor:
1. Haciendo Discípulos.
2. Sobre toda Carne.
3. Pasos Indispensables para la Salvación.
4. Temas de Unicidad para jóvenes.
5. Indiscutiblemente.
6. Doctrinas Cristianas (Tomos 1).
7. Doctrinas Cristianas (Tomos 2).
8. Doctrinas Cristianas (Tomos 3).
9. El Hijos de Dios.
10. Los Dos Bautismos.
11. ¿Qué Creemos?
12. Las Maquinaciones de Satanás.
13. El Poder del Cristiano
14. La Gracia.
15. El Diacono y la Diaconiza.
16. Como ganar almas.
17. El libro Negro.
18. El camino a la inmortalidad.

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