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ADVOCACIONES DE LA VIRGEN MARÍA

1. Nuestra Señora de Guadalupe


La Virgen Santísima se apareció en el Tepeyac,
México, a san Juan Diego el martes 12 de diciembre
de 1531, apenas diez años después de la conquista
de México. La madre de Dios viene para dar a
conocer el evangelio a sus hijos nativos del nuevo
continente y para "mostrar y dar" todo su " amor y
compasión, auxilio y defensa, pues yo soy vuestra
piadosa madre".

2. Nuestra Señora de la Paz


En el año de 1682 unos mercaderes encontraron
en la orilla del Mar del Sur salvadoreño una caja
abandonada; Estaba tan bien sellada que no
pudieron abrirla con sus herramientas. Seguros
de que contenía algún objeto valioso, ataron la
caja sobre el lomo de su burra y la llevaron a la
ciudad de San Miguel. Esperaban poder allí
encontrar como poder abrirla. Llegaron a la
ciudad el 21 de noviembre. Con la intención de
asegurar la propiedad del posible tesoro, se
dirigieron primero a las autoridades del lugar
para dar cuenta del hallazgo; cuando al pasar por
delante de la iglesia parroquial, hoy Catedral, la
burra se echó en tierra sin que nadie pudiese
moverla de ahí. Entonces, sin esfuerzo alguno
lograron abrir la caja y descubrieron que el tesoro
que contenía era una hermosa imagen de Nuestra Señora con el Niño en brazos.
3. Virgen de Fátima

Desde el 13 de mayo de 1917 la Sma.


Virgen María se apareció en seis
ocasiones en Fátima (Portugal) a tres
pastorcitos: Lucía, Francisco y Jacinta. En
un hermoso libro titulado "Memorias de
Lucía" (cuya lectura recomendamos) la
que vio a la Virgen cuenta todos los
detalles de esas apariciones.

4. La Virgen del Pilar


La tradición, tal como ha surgido de unos
documentos del siglo XIII que se conservan en la
catedral de Zaragoza, se remonta a la época
inmediatamente posterior a la Ascensión de
Jesucristo, cuando los apóstoles, fortalecidos
con el Espíritu Santo, predicaban el Evangelio.
Se dice que, por entonces (40 AD), el Apóstol
Santiago el Mayor, hermano de San Juan e hijo
de Zebedeo, predicaba en España. Aquellas
tierras no habían recibido el evangelio, por lo
que se encontraban atadas al paganismo.
Santiago obtuvo la bendición de la Santísima
Virgen para su misión.
5. Nuestra Señora de Chiquinquirá

Sobre una rústica tela de algodón de procedencia


indígena, un pintor español, llamado Alonso de
Narváez pintó con bastante arte, una imagen de la
Virgen del Rosario. En su paleta usó colores al
temple, con pigmentos naturales tomados de la
composición mineral de la tierra y del zumo de
hierbas y flores de la región. Como el lienzo era casi
cuadrado (44 pulgadas de alto por 49 de ancho), el
artista balanceó y completó el espacio añadiendo,
a los lados de la Virgen del Rosario, las imágenes de
San Antonio de Padua y de San Andrés Apóstol por
ser el primer patrono del encomendero que
solicitaba la imagen y el segundo, del fraile que la
había mandado a hacer.

6. La Inmaculada Concepción de "El Viejo"


(La Purísima)

El pueblo Nicaragüense se caracteriza por su


gran devoción a su patrona, "La Inmaculada
Concepción" o, como se le llaman popularmente
con gran cariño, "La Purísima". La celebran con
enorme alegría el día de su fiesta, el 8 de
diciembre, y la invocan con singular estima todo
el año.
Celebraciones Mariana

La Inmaculada Concepción de María (8 de diciembre)


Santa María, Madre de Dios (1 de enero)
La Anunciación del Señor. (25 de marzo)
La Asunción de la Virgen María. (15 de agosto)

La Presentación de Jesús en el Templo (2 de febrero)


La Visitación de la Virgen María (31 de mayo)
La Natividad de la Virgen María (8 de setiembre)

Presentación de la Virgen María (21 de noviembre)


Nuestra Señora de Lourdes (11 de febrero)
Inmaculado Corazón de la Virgen María ( * )
Nuestra Señora del Carmen (16 de julio)
Dedicación de la Basílica de Santa María (5 de agosto)
María Reina (22 de agosto)
Nuestra Señora de los Dolores (15 de setiembre)
Nuestra Senõra del Rosario (7 de octubre)
VIRTUDES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
María es la mujer por excelencia de la humanidad, pues como lo dice la
Constitución Lumen Gentium: “María brilla como modelo de virtud ante toda la
comunidad de los elegidos”.

Los Evangelios presentan a María adorna da de sólidas virtudes evangélicas;


las virtudes que vamos a considerar resplandecieron muy notablemente en
María, son dignas de cultivar en las personas de todos los tiempos como remedio
a todas las situaciones de pecado.

1. Humildad de María.

La humildad es anonadarnos y confesar nuestra pequeñez en la presencia de


Dios.

Que un pecador arrepentido se humille es un acto de justicia, pero que María lo


haga, sin pensar en su alta dignidad, es un prodigio de humildad. (San Bernardo)

Ella siempre tuvo presente que el Hijo, al cual había llevado en su seno, había
sido reducido por este hecho al último grado de abatimiento.

Tampoco olvidó las humillaciones que padeció este Dios salvador, el ejemplo del
Hijo perfeccionó la humildad de la madre.

El primer carácter de humildad de María era formar un concepto verdadero de sí


misma; sin embargo al hallarse llena de gracia, jamás pensó sobreponerse a
ninguna criatura; pues la humildad es la verdad.

2. Fe y aceptación de la palabra de Dios.

Fe es un don de Dios que el Espíritu Santo nos comunica para iluminar nuestro
entendimiento y animar nuestro corazón.

Es necesaria para la salvación del hombre la obediencia de la fe a las cosas


sobrenaturales:

ØPara la gloria de Dios; porque es un medio de glorificarle y adorarle el creer los


misterios que sobrepasan a la inteligencia.
ØPor razón de la misma naturaleza humana, pues es una ventaja ser conducido
por la luz de la fe, pues donde la razón no alcanza ahí comienza la fe.
ØPorque el fin para que el hombre ha sido creado es sobrenatural, el trascender
hacia Dios.
Ella creyó el misterio de la Trinidad; el ángel le dijo que el niño que concebiría en
su ceno, por gracia del Espíritu Santo, sería Hijo del Altísimo y ella abriendo su
corazón dijo: “He aquí la esclava del Señor…”; estas palabras unen al cielo con
la tierra, se da un paso más hacia nuestra salvación, pues Jesucristo toma
entonces nuestra débil naturaleza.
3. Obediencia generosa de María.

María al conocer el plan de Dios, solo responde: “He aquí la esclava del Señor,
hágase en mi según tu palabra” (Lc. 1,38)

Por orgullo decidimos no obedecer a otros, la obediencia a los hombres por


respeto a Dios, es prueba de un corazón sumiso a la voluntad Divina.

María desde su infancia se mostró obediente a la voluntad de sus padres, al


desposarse con José, aunque ella era la reina del cielo y la madre de Dios,
decidió obedecer a un sencillo artesano.

4. Caridad solícita de María.

María pronta a servir va a visitar a su prima Isabel.

El amor de María es el amor de Jesús.

El amor que Dios infunde a fin de que le amemos es el mismo que nos impulsa
a amar a nuestro prójimo.

“El que ama al prójimo cumple toda la ley” (San Pablo)

5. Sabiduría reflexiva.

Hoy se ha perdido el amor al silencio y a la reflexión profunda, así el hombre no


puede encontrarse con Dios ni consigo mismo; María en la anunciación “se
inquietó por estas palabras y pensaba que significaría aquel saludo” (Lc. 1,29) y
ella “guardaba todas estas cosas en su corazón”. (Lc. 2, 19); Así nos invita a no
dejarnos llevar por los sentimientos sin antes tener una reflexión profunda.

Cuando el ángel fue a anunciarle la encarnación, la encontró en oración.

Para que en corazón se a puro, los ojos deben de ser reservados, apartándonos
de todo aquello que sabemos puede poner en peligro nuestra pureza.

La gracia de Dios la podemos dejar actuar más fácilmente si voluntariamente


evitamos caer en el riesgo de perderla.

Como María procuremos el silencio para poder así escuchar la voz de Dios en
vez de la voz del mundo.

6. Piedad de María.

La piedad es tener la voluntad pronta y fervorosa por todo aquello que nos
encamina al servicio de Dios.

Después de que el ángel le dio el anuncio a la Virgen, ella profundizó más


en su recogimiento e hizo más fervorosa su oración.
7. Paciencia y fortaleza en el destierro y en el dolor:

María con fortaleza afronta las penalidades, no duda en huir a Egipto por su
hijo, permanece firme en el dolor. Ejemplo de paciencia y serenidad.

La paciencia nos hace soportar con resignación y calma los males de esta
vida, persecuciones, injurias, pérdida de bienes, enfermedades y hasta la muerte
(San Agustín).

Siendo las penas el patrimonio de las almas amadas por Dios, no es


regular que hubiese dejado sin ellas a ala que escogió por madre.

8. Pobreza llevada con dignidad y confianza en el Señor

María entendió el “si quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes y sígueme”
(Lc. 19,21).

Ella se entrega sin reservas a plan de Dios, su corazón es del Señor, por ello es
sagrario de la Trinidad. María es rica en su pobreza, ella lo manifiesta en el
Magnificat. Su pobreza fue voluntaria, tomó por esposo a un descendiente de
David pero que se sostenía con el trabajo de sus manos, dio a luz en un establo
por obedecer una orden injusta, su hijo es envuelto en pañales entre animales.
A los cuarenta días de su alumbramiento ofrece en el Templo lo que los pobres:
palomas.

10. Amor ardiente de María a Dios:

El amor a Dios fue incomparable del amor de María a otras personas, conoció la
bondad, hermosura y perfección de Dios, cuanto más las conocía más las
amaba, no hubo criatura que hubiese conocido más perfectamente a Dios que
María, nadie recibió tantas gracias como María y nadie es tan agradecido con
Dios como Ella, el amor era sin límites ni medida de ambas partes.

11. Modestia de María:

Modestia: Virtud que arregla el exterior el hombre y emana de un interior bien


arreglado. El vestido, el reír, el andar, dice la S.E. anuncian lo que hay en el
interior del hombre, así como la sabiduría que reina en su corazón. Los actos
exteriores son muestra de os interiores y si éstos están arreglados, son prueba
del orden que tiene el hombre en su interior.

La Virgen María fue un perfecto modelo de modestia; sus sentidos los guiaba por
la razón, los modales de su cuerpo eran serios y decentes, San Epitafio dice: “su
modestia parecía ante los hombres un prodigio que hacía decir que no se había
visto otro semejante”.

12. Pureza virginal de María:


María desde pequeña se consagró enteramente al Señor mediante la virginidad.
Pues sabía que Dios es la misma pureza por esencia.

Este sacrifico resalta su generosidad, pues las mujeres estériles estaban


marcadas por la ignominia, a María no le importaba el que dirán, solo le interesa
la aprobación de Dios, pues Él es superior a todos los hombres.

Por esto al anunciarle el ángel que sería madre del Hijo de Dios, aceptó luego
de saber que su maternidad no menoscabaría su voto de virginidad.

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