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Salud Mental
niña. En ocasiones se realiza de forma expresa, pero generalmente se produce de forma no verbal
e inconsciente, mediante los modelos de género familiares, del padre y de la madre, aplicando
enérgicos “refuerzos afectivos” a las hijas o hijos que son siempre fortalecidos en la misma
dirección, por el resto de los agentes socializadores (escuela, religión, medios de comunicación,
publicidad, etc.).En un principio, se parte de refuerzos afectivos semejantes para niños y niñas,
pero después de los primeros años se van introduciendo otro tipo de refuerzos de género, para las
mujeres, que son todos los relacionados con el ser y estar para los demás (ser buena hija,
hermana, esposa, madre, amiga, compañera), con la búsqueda del amor romántico (el buen
esposo) y, posteriormente del amor desinteresado que ofrecen los hijos. Todos estos mandatos de
género aprendidas, que guían a cada persona según el modelo impuesto, convirtiéndose en su
Siguiendo a Lagarde en el año 1994 indica que la identidad de las mujeres “es el
conjunto de características sociales, corporales y subjetivas que las caracterizan de manera real y
simbólica de acuerdo con la vida vivida”. Es posible proponer que desde el punto de vista social,
existe una legitimación ideológica del conjunto de comportamientos y/o conductas que se
asignan a la mujer. Casanova (1989), menciona que tales comportamientos conforman “mitos”
sobre un deber de ser femenino. Estos serían transmitidos a través de la sucesión generacional de
abuela, madre e hija, los que a su vez los refuerzan diversas instituciones sociales para la
sustentación del sistema imperante. La condición de la mujer está constituida por el cúmulo de
Basaglia, (en Lagarde, 1994). Señala que se define a la mujer como un ser social y
cultural genérico, como ser para y de los otros, el deseo femenino organizador de la identidad, es
necesidades de los otros a las suyas propias, no expresar sus opiniones para no ofender o como
una forma de gentileza hacia los demás, no tomar iniciativas. Asimismo muchas veces se plantea
el ser para otros como el eje constitutivo de la feminidad, “quizá no haya nada que movilice tanto
a una mujer como el tratar de poner sentido a su vida actuando de ‘samaritana’ con otro más
la confrontación de intereses hacia los demás. El discurso moral materno, que se desprende de la
definición tradicional que la familia nuclear hace de la identidad femenina, tiene que ver con una
identidad congelada y tradicional en los roles de madre y esposa. Para Schmuckler (1988) el
discurso moral materno prepara a la mujer para entregar su vida a sus hijos y el sacrificio
personal que ella les brinda para el bienestar de ellos. Las mujeres no deben reconocer el interés
por sí mismas como personas, aceptando en exclusividad su rol maternal para garantizar la
unidad familiar. Se define de esta forma la identidad femenina como altruista, en que sus deseos
personales se invalidan frente al discurso moral materno. La madre, así definida no puede
discriminarse del grupo familiar con deseos o fines diferenciados, y menos aún reconocer que
historia de la humanidad. Existen relatos muy ancestrales que aluden a diversas figuras que
inciden directamente en la producción de una valoración hacia la mujer. Esta serie de íconos se
paralelamente el relato menos conocido de Lilith, una mujer demoníaca y anterior a Eva, que
habría abandonado a Adán por haber insistido en gozar de completa igualdad con su marido. Eva
es desde este punto de vista, el prototipo de mujer deseable dentro del orden patriarcal; esposa,
Casanova (1989) concluye que a partir de este relato que la mujer no habría sido hecha
libremente, sino en función del hombre, derivada de otro, “el mito de Eva es el relato de la
esclavitud como castigo divino”. Otra de las figuras centrales es María, el prototipo de la
abnegación y la pureza, a juicio del autor, la santidad más absoluta estriba en la maternidad
virgen. La Virgen se convierte en el modelo de las mujeres. Escogida por Dios, madre de su hijo,
dispuesta a todo sacrificio, mártir del dolor. Así el mito de la virginidad en nuestra cultura, anula
femenino ligado a estas figuras ancestrales, con un contenido fuertemente maternal signado por
la entrega y el sacrificio, así otra de las conceptualizaciones que se desprenden de los íconos
Para Badinter (1981) apoyar el amor maternal solo en un instinto, implica aceptar que
el tiempo y lugar que la rodeen. Por lo que supone que, al convertirse la mujer en madre,
encuentra en la maternidad su nueva condición, como si se tratara de una actividad preformada,
por una madre es diferente.Es imposible desconocer que el amor-materno se haya ligado a la
tradición y el deber, y que éste no se presenta de manera espontánea en cuanto nace el niño.
Siguiendo a Friday (1981) “esta es la tiranía de la noción de instinto maternal, con ella se
idealiza la maternidad más allá de la capacidad humana, la madre siente una mezcla de amor y
resentimiento, de afecto e irritación ante el hijo, pero no puede permitirse saberlo”. En la cultura
la identidad femenina parece estructurarse en gran parte alrededor de la maternidad, aún hoy, una
gran mayoría de mujeres afirman que una mujer sin hijos está incompleta, que la educación de
las mujeres se sigue dirigiendo a su papel de madre y esposa, que para muchas adolescentes un
etapa de la vida en que debe consolidarse la “identidad sexual” (Corona y Ehrenfeld, 1985).
Sin embargo en toda esta asignación cultural e histórica es preciso verificar, a juicio de
Lagarde (1994) una transformación relevante que viven las diversas sociedades contemporáneas,
transformación esencial de la feminidad, del ser mujer y de las mujeres mismas. Dichos cambios
han ocurrido a las mujeres, a los hombres, a la organización genérica, en la sociedad, en las
instituciones civiles y políticas o la misma cultura. Se plantea entonces que la división genérica
manera unilateral las mujeres están en ambos espacios. Sin embargo, en la vida privada y
público, sin embargo es preciso profundizar aún más en el imaginario social que homologa mujer
con madre, una teoría que dibuja en el culto mariano la expresión fundamental de la feminidad, y
género.
Baita y Moreno (2015) manifiestan que el abuso sexual infantil o infanto-juvenil (ASI)
es una forma de violencia a la infancia. Sin embargo, su tratamiento en todas las instancias de
intervención presenta diferencias con el de las otras formas de violencia, y de manera especial en
episodio único, violento, en el que es común que se utilice la fuerza física de manera inmediata o
la amenaza de vida (por ejemplo, a través del uso de un arma), para lograr el sometimiento
a cabo por un desconocido y el contacto del violador con la víctima comienza y termina en la
una vinculación progresiva cuya finalidad última es el acceso al cuerpo del niño. Una vez que el
abusador sexual llega al contacto con el cuerpo del niño, ese contacto puede progresar a lo largo
del tiempo en su nivel de intrusividad, e incluso llegar a una penetración completa, propia de una
relación sexual. Es decir que, por lo general, existe un proceso en cuyo desarrollo el niño, niña o
El abuso sexual infantil no ocurre solo en poblaciones marginales sino que abarca todas
las culturas y todas las clases sociales. La estimación de mayor demanda que hay en la actualidad
se debe a que recién ahora las personas involucradas se están animando a denunciarlo, lo que se
refleja en una mayor cantidad de consultas, tanto en el nivel hospitalario como en el privado.
El diagnóstico no es nada fácil y como suele pasar desapercibido durante mucho tiempo
deja marcas emocionales, que cuanto más antiguas, más difícil son de tratar. La confirmación
diagnóstica es difícil y se basa en el relato del niño, sus juegos, la historia clínica, el examen
físico y los exámenes complementarios. Sin embargo, pocas son las veces que se encuentran
signos físicos de certeza como los relacionados con enfermedades venéreas, desgarros en zona
genital o embarazo. La sospecha llega al consultorio por la demanda familiar (en general la
enuresis, etc.).
El ámbito más frecuente donde se produce el abuso es el ámbito familiar, lo que hace su
abordaje más problemático. Cuánto más cercano a la familia es el acto de abuso más difícil es
trabajar, teniendo en cuenta, además, que en el caso de niños pequeños o personas con
Faller (2007) plantea que el abuso sexual es un tema social altamente controversial, Tanto
si se cree como si no se cree en una denuncia de abuso sexual, esto puede tener consecuencias
graves y de largo alcance para el niño, el adulto y las instituciones involucradas en dichos
alegatos. Por ejemplo, descreer de un develamiento apropiado por parte del niño puede dejar a la
víctima enun terrible riesgo. Por otro lado, creer, incorrectamente, que un niño ha sido abusado
sexualmente puede tener efectos devastadores, principalmente para el acusado.Entre los temas en
disputa en el abuso sexual se encuentran los alcances del problema, la exactitud de los relatos de
abuso del niño y del adulto, las técnicas y estrategias utilizadas por los profesionales al evaluar e
investigar los alegatos de abuso sexual, los métodos para la toma de decisiones acerca de la
probabilidad de que haya sucedido el abuso sexual, las intervenciones apropiadas en estos casos,
En América latina, 1 de cada 5 niños son abusados por un familiar cercano; en más del
50% hay evidencias de situaciones incestuosas; el 80% son amigos, vecinos o parientes.
Parece no haber una definición universal acerca de qué constituye el abuso sexual
infantil. La claridad de algunas de estas definiciones es obviamente útil, pero existen variaciones
considerables entre las que se adoptan en los diferentes estudios. Estas variaciones resultan muy
importantes porque pueden explicar algunas de las que se observan en las estadísticas de abuso
sexual infantil.
El uso o no de violencia física (agresión o abusos sexuales). Hay que entender que la
relación en está variable no es directa y lineal. Hay casos de abuso sexual en los que no
La edad del agresor y de lavíctima. Tampoco este factorpresenta una relación lineal,
másbien depende del caso individual. Existen casos de incesto entre iguales con
siempre muchomás graves cuando existe unarelación afectiva previa entre elagresor y la
niño.
solopor la ejecución del incesto, a la que se refieren todas las variablesanteriores, sino
largo de mucho tiempo, meses o hasta incluso años. Se producen en todas las clases sociales y
vuelven a recordar en circunstancias muy específicas, como por ejemplo a veces ocurre durante
sesiones terapéuticas. Los síntomas que experimentan las víctimas de abuso sexual infantil,
miedos, problemas para conciliar el sueño, pesadillas y confusión, sobre todo sentimientos de
culpa, vergüenza, ira e incapacidad para dominar estas emociones. Se sienten indefensas ante el
mundo masculino, llegando a confundir el sexo con el afecto, los cuidados, el poder y el cariño.
entre las que destacan: dolores estomacales, cefaleas, trastornos del sueño y de la alimentación,
Los efectos a lo largo del tiempo son comparativamente, menos frecuentes que las
consecuencias iniciales, sin embargo el abuso sexual infantil forma un importante factor de
riesgo para el desarrollo de una gran diversidad de trastornos psicopatológicos en la edad adulta.
La información actualmente disponible tampoco permite establecer en esta etapa vital un único
sexual, afectando éste a diferentes áreas de la vida de la víctima; así como no permite confirmar
la existencia de una relación lineal entre la experiencia de abuso sexual infantil y la presencia de
problemas psicológicos en la edad adulta, existiendo múltiples variables que parecen incidir en
esta relación. Los efectos a largo plazo del abuso sexual infantil han sido considerados
con las consecuencias iniciales, y principalmente dada su interacción con otro tipo de factores
Las alteraciones que caracterizan este Síndrome están relacionadas con las siguientes
áreas:
o extremadamente inhibida.
las otras personas. Pueden sentirse especiales o en total soledad, o creer que nadie puede
de venganza y atribuciones no realistas del poder del agresor, hasta quitar importancia a la
de:file:///C:/Users/Jose%20Rodriguez/Downloads/Abuso_sexual_infantil_justicia.pdf
Horno, P., Santos, A., Molino, C. (2001).Abuso sexual infantil: Manual de formación para
López, F. (1993). Efectos de los abusos sexuales a menores. En II Congreso Estatal sobre
Victoria-Gasteiz.
Marcela Largade (2012) Cómo se construye la Identidad de Género de las Mujeres. Mujeres para
http://www.mujeresparalasalud.org/spip.php?article54
:www.posgrado.unam.mx/publicaciones/omnia/anteriores/20/04.pdf
Muñoz (2015) Construcción de Narrativa de identidad de género femenina mujeres
de:http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/136100/Tesis%20Final%20Co
munitaria_Alina%20Mu%C3%B1oz.pdf;sequence=1